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Cómo es el diagnóstico del trastorno de

aprendizaje en la infancia
Muchos padres, tras un tiempo observando el comportamiento de su hijo y
reconociendo síntomas que pueden esconder un Trastorno de Aprendizaje
(TA), empiezan a sospechar de su existencia. Cuando esto sucede, una de sus
principales dudas es qué hacer a continuación para diagnosticar a su hijo y
poder ayudarle.
Qué especialista diagnostica el Trastorno de Aprendizaje en los
niños

Cuando los padres deciden actuar para saber qué le ocurre a su hijo, muchas
veces desconocen a qué especialista acudir para realizar el diagnóstico de
un posible Trastorno de Aprendizaje. Ante ello, hay que tener en cuenta que,
pese a que los TA tienen un origen neurológico, tienen un importante
componente conductual y emocional. Por tanto, el especialista indicado para
realizar el diagnóstico suele ser el psicólogo, puesto que en la gran mayoría
de casos también existen problemas emocionales.
De hecho, se trata de un círculo vicioso donde los malos resultados escolares -
provocados por dificultades en áreas como la lectura, la escritura o el cálculo-
comportan una baja autoestima en el niño y consecuencias nefastas tanto en el
ámbito social como escolar del afectado: se sienten el último de la clase, se
frustran porque no avanzan al mismo ritmo que el resto y, en ocasiones, ello les
dificulta las relaciones con sus compañeros.
Pese a que el diagnóstico recae principalmente sobre el psicólogo, para
abordar este tipo de trastornos es recomendable hacerlo de forma
multidisciplinar, contando con otros especialistas como psicopedagogos,
psiquiatras o logopedas. Por ello, es recomendable acudir a un centro que
integre, en un mismo lugar, a todos estos profesionales para así ahorrar tiempo
entre sesión y sesión, y ayudar a que el niño se familiarice con el entorno.
En qué consiste el diagnóstico del Trastorno de aprendizaje
Otra de las grandes dudas de los padres durante el proceso de diagnóstico es
saber qué tipo de pruebas se le harán al niño. Se combinan técnicas de
diagnóstico convencionales con las más novedosas. Así, se podría dividir el
diagnóstico en dos partes: evolución y desarrollo, y exploración del niño.
Por un lado, en la fase de evolución se busca conocer, a través de la historia
clínica, cómo ha sido el desarrollo psicomotor y la conducta del niño desde el
embarazo hasta la actualidad. Por otro lado, la fase de exploración sirve para
complementar este conocimiento y, mediante diferentes cuestionarios,
valorar las capacidades actuales del niño. Algunos de los más utilizados son:
 Wisc-IV: es un cuestionario usado para medir el Coeficiente Intelectual del
niño y descartar este factor como causante del bajo rendimiento escolar.
 Prolec y Talec: estos cuestionarios valoran si el niño tiene algún problema
con la lectura o la escritura, habilidades afectadas por trastornos como la
dislexia o la disgrafía.
 Bender: se usa para conocer el grado de maduración psicomotriz del niño
y ver si su desarrollo es acorde con la edad que tiene.
 D2: con este cuestionario se evalúa la capacidad del niño para mantener la
atención, ayudando a detectar un posible Trastorno por Déficit de Atención
(TDAH).
Como complemento al diagnóstico convencional, ya se están empezando a
aplicar técnicas de neurometría como el mapeo cerebral o qEEG, aprobado
por la US Food and Drug Administration (FDA), para proporcionar un
diagnóstico más certero de los Trastornos de Aprendizaje. Con esta
herramienta se puede realizar un análisis de la actividad eléctrica del cerebro
del niño para comprobar si hay alguna área que no trabaje correctamente.

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