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Integración Funcional de la Arquitectura

La palabra o término Orgánico en la Arquitectura refiere una integración, que algo esté en
completa relación con lo otro, que la parte sea al todo como el todo a la parte. Y es aquí
donde nos detenemos, en lo integral del asunto, una arquitectura notable, esencial,
principal, que no sea solo el hecho de construir por hacer algo, sino que ese algo posea una
relevancia que invite al hombre a participar de ella, que lo integre a su función como
construcción, a esa armonía entre hombre y arquitectura capaz de relacionar y crear ritmos
que marcan a un planeta que busca unión.
Existe una indiscutible relación de orgánico con dos expresiones arquitectónicas, que se
unen y entregan resultados visibles y palpables; y son la utilidad convertida en belleza, una
fusión que hasta hace poco era desconocida, ya que ambas trabajaban independientemente
una de la otra. Surge ahí una concordancia entre una cosa armoniosa al servicio de la
necesidad humana, fundamentalmente a la función de habitabilidad de las construcciones,
tanto en un sentido individual como social.
Se plantea la necesidad de integrar la obra arquitectónica en el espacio exterior, darle vida,
una arquitectura que pareciera en forma de carácter a un organismo natural y que tuviese la
misma unidad.
Los arquitectos modernos hablan de arquitectura orgánica “como una fusión de las
diferentes partes o elementos de una construcción en un todo orgánico, que imita la
naturaleza y se inserta en ella como parte integrante de la misma”. Y un ejemplo para esta
definición lo dio el arquitecto Frank Lloid Wright: “un edificio no debe estar sobre una
colina, sino formar parte de la colina misma, como si hubiera nacido de la tierra”.
Y para concluir sobre el tema de lo orgánico en el campo de la arquitectura, hablamos de la
integración, de dos mundos que estaban tan distantes, como lo son los volúmenes del
espacio interior con el espacio exterior, ahora relacionados sutilmente con su perfecto
equilibrio entre la construcción humana y su entorno natural. Además un rechazo a la
ciudad para tener un contacto con la naturaleza, lo que se intentaba era que la construcción
humana ocupara un territorio descentralizado, que todo estuviera rodeado por espacios
naturales, la arquitectura se empeñaba en crear un dialogo de armonía con la naturaleza.

De lo orgánico se puede desligar un tema muy relacionado al asunto, lo racional y la


racionalizacion en el campo de la arquitectura, en contraste a aquella arquitectura que se
preocupa solo del estilo formalista que debe reflejar una construcción, a aquel estilo más
funcionalista.
La función notablemente presente en la arquitectura moderna, difícil de explicar a veces, se
desempeña en la base de la simple definición de función como el uso característico, tarea o
acción de un objeto, una adaptación de la forma al uso. Hay una nueva visión del exterior
de los edificios en que no importa la perspectiva o el orden de fachadas sino que prevalece
el valor funcional de los espacios.
Una alteración fundamental en el arte de construir, los grandes cambios que se producen en
el desarrollo social, el aumento de la población urbana, las nuevas técnicas y materiales, la
cristalización de los postulados higienistas, modificarán la concepción, la estética y la
función de la arquitectura. El hormigón armado, el ascensor de seguridad de Otis, la
utilización del hierro y el cristal, conseguirán que "lo técnicamente viable" alcance límites
insospechados. Se busca la sencillez de líneas y la sobriedad frente al recargamiento de la
arquitectura historicista y regionalista. Es la arquitectura racionalista, de apariencia frágil,
de imagen deliberadamente lineal y simétrica, con sensación dinámica y casi carente de
ornamento, lo que puede llegar a causar impresión de que es fácilmente substituible por
otras arquitecturas nuevas. Hay un profundo alejamiento de la naturaleza, una tendencia
hacia la abstracción, distanciamiento de las leyes de la simetría, las composiciones
cerradas.

Lo racional se liga con lo orgánico y a la vez con lo mecánico, aunque entre ellos
existan diferencias, las similitudes son más y por ende se tiende a comparar entre unos y
otros, comparaciones como la del estándar que supone eficacia, precisión, orden y belleza.
Los estándares son objetos de lógica, de análisis y de estudio escrupuloso. La arquitectura
comienza a ser un arte muy proporcionado. El estándar es una necesidad económica y
social, y la armonía es una consecuencia de estas.

Interactúa a la vez el mecanicismo, que desarrolla las condiciones espacio-


funcionales de la construcción técnica. La arquitectura mecanicista persigue el objetivo de
dar una función social práctica a la misma arquitectura. La universalización de los gustos,
la consiguiente despersonalización de las construcciones, la falta de integración en los
contextos urbanos de las mismas, el empobrecimiento ornamental, la funcionalidad de los
edificios y el pragmatismo económico de los constructores que desembocaron en una
simplificación cada vez mayor de los materiales y las formas utilizadas, define claramente
este concepto de arquitectura mecanicista y lo mecánico del asunto, que emplea una idea
precisa en relación a la construcción, sin complejos, rápida, innovadora en el ámbito de los
materiales empleados, reemplazantes a antiguos costosos elementos constructivos que no
daban la funcionalidad que entregan estos y estandarizando el gusto.

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