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GUÍA TEMÁTICA DE ESTUDIO PARA EL TERCER PARCIAL

I. ELABORACIÓN FREUDIANA DE LA NEUROSIS:

1. LOS TEXTOS PSICOPATOLÓGICOS ANTERIORES A 1900:

A. Antecedentes psiquiátricos: Histeria, neurastenia, neurosis: uso y sentido de


estos términos en la psiquiatría anterior a Freud. Contribuciones más
importantes de Charcot en su estudio de la histeria.

El término neurosis fue introducido en 1777 por Cullen para designar las afecciones del
sistema nervioso
Krafft-Ebing utiliza distinciones entre neurosis, psicosis, psiconeurosis y
neuropsicosis. Neurosis en un sentido de enfermedades del sistema nervioso y es
aplicado a las entidades clínicas que están referidas a síntomas somáticos. Dentro de las
neurosis ubica a la histeria, epilepsia y la hipocondría. Y más adelante se agrega la
neurastenia ( inventada por Beard). Charcot introduce este término en Francia y
Freud lo utiliza mas en su sentido. Cuando la neurosis llegaba a tener síntomas psíquicos
entonces se designaba neuropsicosis. Y el termino psiconeurosis para aquellas
entidades que se desencadenaban en individuos que previamente eran sanos. Esto Freud
lo va a acentuar disminuyendo cada vez mas la importancia otorgada a la eficacia de la
predisposición
La oposición fundamental neurosis-psicosis sufre un cambio en su nomenclatura . En
primer lugar se produce un reemplazo del termino neuropsicosis por el de neuropsicosis
para acentuar que surge en un sujeto cuya constitución es sana, y algo después dado
que el término psiconeurosis comenzó a abreviarse y a designarse simplemente como
neurosis , como esto producía confusión a este grupo de neurosis Freud las va a llamar
neurosis actuales
Cuando el termino neurosis fue introducido se refería a entidades que estaban
caracterizadas por un conjunto de síntomas orgánicos, de síntomas en el cuerpo, y este
es el sentido con el cual Freud lo utiliza en su 1º nosología.
Con respecto a la histeria hasta el S XVII se conservo la noción griega de la histeria, en
ese momento la histeria es básicamente crisis histérica. Atribuían su origen a un
desorden uterino. De allí a que fuera considerada como una enfermedad específica de las
mujeres, como desorden uterino.
Lepois es el primero que la considera como una enfermedad cerebral primitiva , como
una perturbación nerviosa y común a ambos sexos. ( la acerca a la epilepsia) 50 años
mas tarde Willis también considera a la histeria como un desorden cerebral, va a dar
cuenta de los síntomas somáticos de la histeria ( la superpone con la hipocondría,
diciendo que son la misma enfermedad con diferente nombre según el sexo, histeria en
las mujeres, hipocondría en hombres). Luego también se va a considerar que la histérica
engaña intencionalmente al medico.
Entonces, en 1º termino la histeria tiene como pareja a la epilepsia, mas tarde a la
hipocondría , después la neurastenia hasta que Freud produce su primera nosología
inventando una pareja nueva para la histeria: la neurosis obsesiva
A la neurastenia la podemos considerar como una transformación de la noción de
hipocondría. Como antecedente importante se encuentra Sandras que describe al estado
nervioso como un estado de debilidad nerviosa que tiene como consecuencia la
hiperirritibilidad. Es sobre esta noción de “estado nervioso” sobre la que Beard va a
construir algunos años después la noción de neurastenia, pero acentuando el registro de
la depresión y la astenia que es la otra característica contra la cual va a luchar Freud: lo
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que en ese momento se llamaba “estado nervioso” y despues neurastenia
responde a la concepción de que estas enfermedades son el efecto de un estado de
debilidad del sistema nervioso

Contribuciones más importantes de Charcot en su estudio de la histeria.

Hay 2 consideraciones que son decisivas en el estudio de Charcot de la histeria:


Una es la demostración de la objetividad de estos síntomas, utilizada para probar que
este conjunto tiene regularidad, responde a leyes. La otra cuestión es que excluye y hace
una demarcación entre la histeria y otras entidades psicopatológicas, en especial de una
descripción muy precisa de las diferencias entre las crisis histéricas y las crisis
epilépticas. También una distinción entre la histeria y las enfermedades “mentales”, o
sea no dejando ninguna posibilidad de incluir a las histerias dentro de las psicosis. Y
finalmente, una demarcación muy precisa entre la histeria y la neurastenia, que es
entonces la última pareja de la histeria que se encuentra antes de que Freud le otorgue
la carta pareja, la neurosis obsesiva.
En un segundo momento Charcot sostiene que la hipnosis es una neurosis artificial,
esencialmente de naturaleza histérica, con esto comprueba que bajo hipnosis y por
sugestión se pueden generar en un sujeto síntomas idénticos a los que espontáneamente
se producen en la histeria..
También reconoce a la neurosis traumática identificándola con la histeria, para mostrar
que existía la histeria masculina.
Casi llega a la conclusión de que los síntomas histéricos deben ser considerados como
síntomas psíquicos ya que se fundan en una idea y representan, o no son sino, la
realización funcional de esa idea.

B. Construcción de la primera nosología freudiana: Oposición neurosis -


neuropsicosis. El síntoma en las neurosis y en las neuropsicosis.

La primera nosología freudiana.


Se ubica entre 1894 y 1900, entre el primer texto sobre las neuropsicosis de defensa y
la Interpretación de los sueños. Freud indica allí dos grupos:

1. Las Neurosis (más adelante las llama Neurosis Actuales)


a. Neurastenia. ( deficicit)
b. Neurosis de angustia. ( exceso)

2. Las Neuropsicosis de defensa.


a. Histeria.
b. Obsesiones y fobias.
c. Paranoia.
d. Psicosis alucinatoria.
Supone que ambos grupos tienen una etiología sexual, pero lo sexual significa cosas
muy distintas en estos dos campos.
Lo sexual en las neuropsicosis de defensa es sexual representacional. Las neuropsicosis
de defensa son modos defensivos frente a una representación sexual inconciliable. Los
síntomas de la neuropsicosis de defensa van a suponer ese movimiento defensivo
que prontamente toma el nombre de represión en la obra de Freud. Es decir, se va a

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reprimir la representación inconciliable y eso va a dar lugar, por la vía del
retorno de lo reprimido, a los síntomas neuropsicóticos.
Si bien la etiología de las Neurosis Actuales también es sexual, no comprende un
mecanismo psíquico, no hay represión ni retorno de lo reprimido. Lo que causa los
síntomas de las neurosis actuales es una mala higiene sexual que supone o bien
la ausencia de satisfacción sexual o bien una satisfacción sexual inadecuada.

Extracción de la histeria del grupo de las neurosis: la naturaleza psíquica de sus


síntomas. Formación del grupo de la neurosis obsesiva. Su apareamiento con la
histeria.

Freud postula la existencia de un estado histérico (status), que consiste en


perturbaciones en la distribución normal en el sistema nervioso de cantidades estables de
excitación –
2 características dele estado histérico:
a- Mayor influencia de los procesos psíquicos sobre el órgano ( esto sirve para
explicar la tendencia a la conversión)
b- Se caracteriza por tener un plus de excitación en el sistema nervioso y que
este plus puede ser desplazado con gran libertad ( sirve para explicar la labilidad del
síntoma histérico)
Freud usa esta hipótesis para oponer la histeria y la neurastenia y dice que el estado
mental en un caso y en el otro no solo es diferente sino que es inverso. En la neurastenia
hay una disminución de la cantidad de excitación circulando y en la histeria hay un
exceso de excitación circulando..
En la histeria la influencia de los procesos psíquicos sobre los procesos físicos del
organismo esta acrecentada y que los pacientes histéricos trabajan con un plus de
excitación en el sistema nervioso.
Al oponer histeria y neurastenia esta considerando la histeria como una neurosis, todavía
no como una neuropsicosis.
El pasaje por el cual Freud construye su 1º nosología consiste en 3 operaciones:
Operación fundamental: a partir de la oposición metapsicológica entre histeria y
neurastenia, extrae la histeria de este lugar de las neurosis y la desplaza a la nueva
categoría de las neuropsicosis. Pero al sacar a la histeria de allí queda un lugar
metapsicológico vacío
Segunda Operación: Construye la neurosis de angustia. Descompone la neurastenia yen
dos entidades clínicas siguiendo las líneas en su metapsicología y distribuye de un lado
todos los síntomas que son efecto de un menos y del otro, los que contradicen esa
característica porque le parecen mas bien ser efecto de un exceso. De este modo resulta
la pareja neurastenia-neurosis de angustia.
Tercera operación: la histeria queda sin pareja al pasar a la categoría de neuropsicosis.
Por lo que Freud inventa la neurosis obsesiva

C. Las neurosis: Separación de la neurosis de angustia de la neurastenia.


Etiología y formación de síntomas en la neurosis de angustia. Descripción de los
diez grupos sintomáticos que conforman su semiología. Etiología y síntomas de
la neurastenia.
El planteo freudiano sobre las Neurosis Actuales.
No todos los síntomas son interpretables en el sentido de hacer conciente lo
inconciente. Hay algunos síntomas que no están causados por una represión de una

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representación insoportable, sino por una perturbación sexual actual, por una
mala higiene sexual.

Freud distingue dos formas de esa mala higiene sexual:


1- Si hay una ausencia de satisfacción, si no hay orgasmo, los síntomas serán
sustitutos del orgasmo. Ahí tienen la neurosis de angustia que es abordada por Freud a
través de la distinción de 10 grupos sintomáticos:
Irritabilidad general, Expectativa angustiada, Ataques de angustia, Equivalentes del
ataque de angustia, Terror nocturno, Vértigo, Fobias (no son neuropsicosis de defensa,
son fobias que están más cerca de lo que actualmente se llama panic attack),
Trastornos digestivos, Parestesias, Síntomas crónicos del ataque de angustia.
En todos los casos son síntomas que vienen al lugar del orgasmo no acontecido, son
síntomas sustitutos de la satisfacción sexual.
Freud describe los grupos etiológicos de estas neurosis de angustia. Distingue entre
mujeres y hombres. Habla en primer lugar, de las mujeres con angustia virginal, es
decir, mujeres que tienen ausencia de satisfacción sexual por no haber experimentado
el primer coito. O bien, angustia de las recién casadas, que no alcanzarían la
satisfacción sexual por falta de experiencia. O bien, mujeres que tienen maridos con
eyaculación precoz o impotencia, es decir, que las dificultades propias de sus parejas
les impiden a ellas tener orgasmos. O bien, mujeres que utilizan el coito interrumpido o
el coito reservatus (con preservativo) En todos los casos se trata de mujeres que no
alcanzan la satisfacción sexual por diversas razones, incluso también la abstinencia.
Para los varones: la abstinencia, la incitación frustránea (les han calentado la pava), el
coito interrumpido, el trabajo excesivo. Todas vías por las cuales el sujeto queda
privado de la satisfacción sexual.
No hay aquí ninguna representación insoportable que haya que reprimir, no hay
mecanismo psíquico en juego. Esencialmente, hay síntomas que vienen al lugar
de la satisfacción sexual inexistente.
2- La otra posibilidad da lugar a la neurastenia e implica una satisfacción sexual
inadecuada. Los síntomas son: presión extracraneal, irritación espinal, dispepsia,
flatulencia, constipación, fatiga, sensación de casco, parestesias espinales, obstrucción
intestinal. Freud no ubica grupos sintomáticos, porque en realidad la etiología es única,
es la masturbación. La masturbación es una satisfacción sexual inadecuada que
produce neurastenia. Lo matiza enseguida y dice onanismo inmoderado.

D. Las neuropsicosis de defensa: El mecanismo de la defensa como clave para la


constitución del grupo. El trauma sexual infantil. Destinos del afecto y la
representación en las neuropsicosis.

Freud señala que cuando una representación ha llegado a la conciencia no se la puede


tratar como non arrivé, de modo que el mecanismo que se produce allí es el divorcio
entre el afecto y la representación. El mecanismo consiste entonces en debilitar una
representación inconciliable, porque en realidad, la representación no es insoportable
por el carácter que tenga su contenido sino por el afecto que a ella está ligado. El
aparato se defiende de esa representación despojándole el afecto que está adherido a
ella. De modo que, centralmente, es el afecto que está adherido a ella, y no la
representación en sí misma, lo que causa problemas al aparato.

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Esas representaciones están excedidas de afecto porque están en conexión con
un trauma sexual infantil. Luego de la separación del afecto, la representación
insoportable desaparece de la conciencia y va a formar parte de un segundo grupo
psíquico.
La represión, consiste en separar a la representación inconciliable de su afecto. Y en
eso no hay diferencia entre la histeria, la obsesión y las fobias. La diferencia para
Freud va a ser situada en relación con el destino del afecto liberado de la
representación inconciliable.
En el caso de la histeria el destino del afecto es una inervación corporal, lo que
va a dar lugar a la formación de síntomas conversivos. Encontrarle un destino al afecto
supone ya el retorno de lo reprimido porque en el síntoma algo se dice de aquella
representación. Freud señala que la cuestión de la inervación no hay que entenderla
biológicamente, porque no es el organismo el que es inervado sino la representación
del cuerpo lo que está tomado por el afecto que se desplaza. Por ello, las líneas de
corte que siguen las parálisis histéricas no siguen los mapas anatómicos, sino que es la
noción vulgar la que está tomada por ese afecto que produce, entonces, un falso
enlace.
En la neurosis obsesiva, el destino del afecto es una representación nimia que
se torna en una representación obsesiva. Una representación obsesiva es una idea
que tiene curso psíquico forzoso, es decir, que no se puede dejar de pensar en eso a
pesar de que sea insensato. La idea obsesiva viene al lugar de la representación
insoportable.
Para el caso de la paranoia, el afecto se desplaza por vía de la proyección.
La teoría de las neuropsicosis da lugar al tratamiento psicoanalítico porque si la
represión separa el afecto de la representación y lo enlaza con una representación
nimia dando lugar al síntoma, la vía que toma el análisis es la inversa: devolver el
afecto a su lugar. La interpretación es eso. Llevar el afecto al lugar que le corresponde
es lo mismo que hacer conciente lo inconciente, es decir, hacer lugar a la escena que
está reprimida.

E. Contrapunto histeria-obsesión: Mecanismos de formación de síntomas en la


histeria y la neurosis obsesiva: conversión y falso enlace. Trauma pasivo e
histeria; trauma activo y neurosis obsesiva. Efectividad de la defensa en la
histeria y en la obsesión.

No van a poder olvidar la representación insoportable aquellos sujetos que hayan


padecido en su infancia un trauma sexual infantil, porque esa representación va a
ser insoportable porque está cargada de un quantum afectivo conectada con ese
trauma y que va a empujar al aparato a tramitarla por la esa vía que implica el
debilitamiento de la representación divorciándola de su afecto. Y va a ser necesaria la
represión, porque esa representación insoportable va a tener conexión con un trauma
infantil. Las neurosis descansan en el nivel de su etiología, en un trauma sexual infantil
efectivamente acontecido. Esa representación es inconciliable porque está en conexión
con el trauma infantil. La diferencia entre una neuropsicosis y otra, será por haber
vivenciado de manera pasiva ese trauma que devendrá la histeria, y activo en las
neurosis obsesivas. Vivido como displacer en la primera, y vivido como placer en la
segunda.
Las neurosis se diferencian de las neuropsicosis de defensa. Y la histeria y la obsesión
se distinguen no por el mecanismo represivo, sino por el destino del afecto
El síntoma será histérico si el trauma sexual infantil fue pasivo, es decir, si fue
seducido por el otro. Si el trauma fue activo, si el niño fue el que sedujo, el resultado
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es una neurosis obsesiva. Pero luego Freud agrega que en la neurosis obsesiva,
también hay trauma pasivo, anterior al trauma activo. Es decir, que el niño seductor
también sufrió un trauma pasivo. Siembre hay un trauma pasivo. La predisposición
a la histeria o a la obsesión se torna oscura. La pregunta por la etiología en el
psicoanálisis siempre nos deja insatisfechos
Tras toda obsesión hay un trasfondo de síntomas histéricos. La histeria es la neurosis
“madre”. Incluso el obsesivo que entra en análisis no lo hace sino antes histeriza su
discurso.

Trayectoria típica de la neurosis obsesiva.

Trayectoria de la NO : Neurosis infantil + Neurosis adulta desencadenada


Durante la infancia ocurren los traumas y la represión de aquello que resulta
inconciliable. La represión se intenta sostener con los síntomas de la defensa 1ª, que no
son R de R, sino cc moral, asco, escrúpulos, etc. Mas adelante cuando la N se
desencadene, puede ser que estos síntomas queden como rasgos del carácter.
La N se desencadena cuando hay R de R, que aparece con los síntomas propiamente
dichos, y que en el caso de la NO son representaciones obsesivas que ya no sirven, y es
necesario que opere la defensa 2ª, que en general son actos obsesivos: los típicos
rituales, compulsión a contar, síntomas en dos tiempos (Ej. H de R: la piedra).

Síntomas de defensa y síntomas de retorno de lo reprimido. Variedad clínica de


la neurosis obsesiva.

En la fase de predisposición infantil, hay un primer período, el de la “inmoralidad


infantil”, en el que ocurren 2 sucesos: el primero es el trauma sexual infantil pasivo,
donde el sujeto es seducido por otro. Lo que nos queda como pregunta es: ¿por qué
señala que el trauma pasivo es el que posibilita la represión? Y después el trauma
sexual infantil activo, ser seductor. Una posible respuesta desde Lacan. El sujeto
siempre entra pasivo al lenguaje. Es un llamado del Otro al viviente a que venga a
ocupar este mundo del lenguaje. No se entra como sujeto, se entra como objeto del
deseo del Otro. El Otro no es una ingenuidad, es Otro deseante. Este oscuro deseo del
otro es causa de represión; simbolizar ese real del trauma, este ser tomado,
domesticado por la lengua del Otro. Represión y retorno de lo reprimido son
movimientos de la simbolización, se intenta decir algo de un real que escapa a la
simbolización.
Un segundo período, es el de Maduración sexual, en el cual el sujeto recuerda la
escena activa. A ese recuerdo se anuda un reproche (por haber seducido a la hermana,
por ejemplo) y el nexo con la vivencia pasiva inicial posibilita la represión. El nexo con
la escena inicial pasiva posibilita la represión del recuerdo del reproche. Se reprime el
recuerdo de la escena activa y el reproche ahora ligado a ella. En el tiempo inicial, eso
es vivido sin culpa, esta se va a ligar a la escena en el momento en que esta es
recordada en un segundo tiempo. La culpa es una segunda significación que se
adiciona al primer momento. No podría en el nivel del trauma, porque allí es un S1,
que necesita un S2, el recuerdo para generar significación. Entre tanto advino un
sujeto, ya que éste está entre un significante y otro. Luego que se asoció un reproche
a la vivencia activa este podrá reprimirse. Es interesante ver que la escena pasiva no
se recuerda nunca, el sujeto habla sin problemas de sus escenas activas. Tomemos el
ejemplo del Hombre de las Ratas, a quien le gustaba fisgonear. Estas escenas activas
se recuerdan sin problema, están desafectivizadas porque se ha producido el divorcio

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entre la representación y el afecto. Van a ver que el trauma sexual infantil pasivo
del Hombre de las Ratas, Freud tiene que construirlo.
Se sustituye lo reprimido (el recuerdo/reproche) por un síntoma defensivo primario
(escrúpulos, vergüenza, desconfianza de sí) y comienza así el tercer período de Salud
Aparente, en verdad de Defensa lograda.
El tercer período de Salud aparente se caracteriza por síntomas defensivos primarios,
que tienen función defensiva (no hay aquí todavía fracaso de la defensa y RR). Estos
síntomas sirven al movimiento represivo, van en el sentido de la defensa, son como la
cicatriz de la predisposición, quedan como unos rasgos del carácter. Son síntomas
egosintónicos, de una neurosis no desatada, funcionan manteniendo reprimido, lo
reprimido podríamos decir. Son parte del carácter del obsesivo. Son síntomas solución.
Es preciso esperar al desencadenamiento de la enfermedad para encontrarse con los
síntomas del RR.
El tiempo siguiente es el de la enfermedad. Frente al fracaso de la defensa lo
reprimido retorna.
También la neurosis puede desencadenarse a causa de las neurosis actuales, de una
perturbación sexual actual. Una neurosis actual puede desencadenar en neuropsicosis.
La neurosis se desencadena cuando el sujeto llega al borde del agujero, cuando el
sujeto se interroga acerca de su deseo. Pero ello depende del azar, el recuerdo del
trauma depende del azar, es lo contigente.
Ahora bien, los síntomas del RR en la neurosis obsesiva, son de 2 tipos, que van a dar
2 formas de la neurosis obsesiva. Cuando la defensa fracasa, de lo reprimido puede
retornar o bien el recuerdo, o bien el reproche. Si retorna el recuerdo (de la escena
activa), tenemos la representaciones obsesivas típicas (Tienen curso psíquico forzoso,
que es tal porque esta enlazada falsamente con un afecto que no le es propio). Si es el
reproche lo que retorna, tenemos los afectos obsesivos (una suerte de culpabilidad).
Pero la neurosis obsesiva no se satisface con esos dos retornos, tiene también una
tercera forma sintomática de origen enteramente distinto. Es decir, la obsesión es
un movimiento defensivo donde se reprime el recuerdo de la escena activa, pero luego
cuando fracasa la defensa, esa escena activa vuelve desfigurada en los síntomas del
RR. Consecuentemente, la neurosis obsesiva va a implementar un movimiento
defensivo secundario. Los síntomas defensivos secundarios tienen el mismo sentido
que los primarios: ayudar a la represión. El yo procura defenderse de los retoños del
recuerdo inicial. En esta lucha defensiva, el yo crea síntomas que se podrían agrupar
bajo el nombre de defensa secundaria. Si estas medidas protectoras consiguen
volver e reprimir los síntomas del RR, la compulsión se transfiere ahora sobre las
medidas protectoras mismas y se crea, así, una tercera forma que son las acciones
obsesivas (que son los rituales y las medidas de expiación, frente al fracaso del ritual
viene la medida de expiación).
La neurosis obsesiva es una defensa que no se termina contra un exceso de afecto que
se va desplazando del trauma activo al recuerdo y de ahí a las acciones.
La tarea del psicoanalista es ir a contramano de la neurosis obsesiva (cuyo camino es:
trauma infantil activo- represión- síntoma def. 1º- fracaso de defensa- RR- lucha
contra esos síntomas del RR- rituales). Analizando esos rituales se va a llegar a las
instancias anteriores de la neurosis. Hay que reconstruir el trabajo de la neurosis. En
este sentido los síntomas obsesivos son producto de una historia. En el ejemplo del
Hombre de la Ratas presenta síntomas de los tres tipos. Él viene con representaciones
obsesivas: temores de que le suceda algo a personas a quienes ama mucho, él no
puede dejar de pensar en ello. Hay temores, afectos obsesivos y luego hay unos

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impulsos obsesivos (ganas de matar, por ejemplo). El sujeto se producía
prohibiciones referidas a una cosa indiferente (acciones que no puede hacer).
Algunas cuestiones sobre el 2do Freud, sitúa entre el trauma y el síntoma el campo de
la fantasía. Ya no hay un trauma acontecido, sino que el síntoma se apoya en fantasías
inconscientes. Desde Lacan, estas le darán sentido al trauma, cuando se vacíe el
trauma, quedará un agujero allí que será referido como el significante de la falta en el
Otro S(A) . En el lugar de esa falta, va a faltar la causa de la falta que será a su vez la
causa de significar ese agujero. La fantasía inconsciente (el fantasma desde Lacan)
será la que le dé ese significado a esa falta. Se puede trasportar esto a los mitos
sociales que vienen a resolver el agujero sobre el origen. Lacan va a enlazar estos tres,
el trauma, el síntoma y el fantasma.

Tiempo 1. Trauma sexual infantil pasivo. REPRESION


de 1. Período inmoralidad
predisp. infantil
A enf. 2. Trauma sexual infantil activo. REPROCHE

2. Maduración sexual. Recuerdo, reproche,


Período de culpa. REPRESION
Predisposición Infantil
Síntomas defensivos primarios. EGOSINTONICOS.
3. Salud aparente Escrúpulos, vergüenza, desconfianza de sí.
Defensa lograda.

Fracaso de la defensa- desencadenamiento de la neurosis obsesiva

1. Síntomas del RR a. Recuerdos-> Representaciones obsesivas típicas


Fracaso de la defensa
Fase de Neurosis
Obsesiva Propiamente b. Reproche -> Afecto Obsesivo
Dicha

Tiempo 2. Defensa secundaria Síntomas defensivos secundarios


de enf.

c. Acciones obsesivas (rituales, medidas


expiatorias)

F. Concepto freudiano de neurosis mixta. El grano de arena actual y la perla


neuropsicótica.

Tenemos una neurosis obsesiva, que tiene un síntoma que no está cuando él consulta, es
un síntoma que se constituye en el análisis mismo. Que produce secundariamente
síntomas de neurosis de angustia. No es que por un lado están las neuropsicosis y por
otro las neurosis actuales.
Freud habla de neurosis mixtas. Y me estoy refiriendo a un caso de una neurosis mixta,
de un tipo que es un neurótico obsesivo que su fantasma (relación singular, propia del
sujeto) es sobre algo que Freud encuentra universalmente en los hombres, que es el
horror por lo femenino. Es el modo como se ha novelizado el temor a la castración en ese
sujeto, no teme que las mujeres se lo corten, es un fantasma de mujeres vampiro. Son
mujeres extrañas que podrían extraerle la sangre del cuerpo mediante el acto sexual

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Hay un síntoma que supone un mecanismo psíquico porque esta fantasía está
reprimida y el síntoma es el retorno de lo reprimido, pero a la vez, este síntoma
neuropsicótico produce síntomas de neurosis de angustia porque lo deja a él en una
posición abstinente y consecuentemente eso provoca ausencia de satisfacción sexual y
síntomas de neurosis de angustia.
La idea es que cualquier neuropsicosis de defensa tiene en su núcleo un síntoma de
neurosis actual.
Las neuropsicosis suponen un revestimiento. El síntoma neuropsicótico es un síntoma
que tiene dos elementos heterogéneos: un grano de arena sobre el que se va a formar
la perla, revestimiento psíquico, pero hay algo del síntoma que no es psíquico. Hay un
núcleo del síntoma que no es interpretable, que no supone la represión y el retorno de lo
reprimido, es un núcleo de neurosis actual. Freud dice que los síntomas de las
neuropsicosis de defensa no son homogéneos sino que hay un núcleo (el grano de arena
en torno del cual se forma la perla) que no corresponde a algo que pueda ser
interpretado por el psicoanalista, es decir, algo que no es simbólico. Algo que Freud llama
el nódulo patógeno del síntoma, hay un núcleo real del síntoma. Estoy diciendo que las
neurosis actuales, como grano de arena de las neuropsicosis, son un nombre
freudiano de lo real.

2. ENTRE LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS Y LA METAPSICOLOGÍA:

A. Del trauma a la fantasía.

1º Freud. 2º Freud.
La etiología de los síntomas  Supone entre el síntoma y el trauma
neuróticos reposa en el trauma entendido como un agujero inicial, el
efectivamente acontecido. campo de la fantasía. La fantasía
va a volver traumático el trauma.
Propone dos escenas para que el
trauma devenga tal. No se trata de
encontrar un trauma efectivamente
acontecido. Las fantasías van a dar
sentido a ese agujero inicial,
sexualizándolo. El segundo tiempo
es el de la escena fantasmática.

Relación autoerotismo – fantasía - síntoma.


La masturbación como tal también compone dos vertientes ó los dos goces que son los
que recibe el síntoma. Autosatisfacción y fantasía. El primero es el mismo que en Dora
aparece en el chupeteo. .Freud plantea allí que existen fantasías que han sido
conscientes y que fueron reprimidas en este texto plantea que el síntoma es el
sustituto de las dos vertientes de la masturbación infantil:
1. La operación activa de autosatisfacción.
2. la convocación de la fantasía, y
Esta composición consiste en una soldadura. Primero viene el campo del autoerotismo,

el puro placer de órgano –la empresa auto erótica pura-, el goce. No hay allí ningún

orden de satisfacción psíquica.

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Originariamente la acción era una empresa autoerótica pura destinada a ganar
placer de un determinado lugar del cuerpo. Mas tarde esta acción se suelda con una
representación-deseo tomada del círculo del amor de objeto (Complejo de Edipo). De
inicio no hay fantasía con la madre, es pura auto satisfacción. En un segundo momento
se soldará a una fantasía. Cuando la persona que alcanza la maduración sexual,
renuncia a la satisfacción masturbatoria autoerótica y fantaseada, la fantasía deviene
inconsciente. El retorno de lo reprimido es al nivel de los síntomas. Los síntomas
neuróticos heredan tanto la fantasía como lo pulsional de la masturbación
Para Freud entre el trauma y el síntoma se interpone la fantasía

B. Fórmulas sobre el síntoma histérico.

El ataque histérico. Figuración pantomímica de la fantasía inconsciente.


Fantasía e identificación.

 La causa de la histeria radica en la  Produce el pasaje del padre


existencia de padre perverso perverso a la perversión polimorfa
infantil.
Trauma acontecido. Pulsión.

Podemos sintetizar el pasaje de esta manera: El pasaje del padre perverso como causa
de los síntomas neuróticos, en especial los síntomas histéricos, acusado este como
agente que causa esos síntomas, pasando ahora a la perversión polimorfa infantil. Ya
no se trata de un trauma efectivamente acontecido, en lugar él supone (Freud) una
perversión polimorfa infantil generalizada, hay algo perverso en el niño mismo. Un
pasaje del trauma acontecido a la pulsión perversa como tal.

C. Acciones obsesivas y ceremoniales religiosos.

Acciones obsesivas: Una accion obsesiva es algo que se le impone al sujeto, no puede
dejar de hacerlo ya que piensa que algo malo le ocurrira a el o a alguien querido, si no lo
hace.
Los síntomas aparecen como un modo de defensa contra las representaciones obsesivas.
Cuando estas ya no hablan en forma velada, se vuelven insoportables, entonces aparece
la defensa secundaria cuyos síntomas son las acciones obsesivas.
Esto es mas comun en la NO que en la H, ya que en la H al separarse la representación
del afecto no queda en la cc, como si ocurre en la NO, porque la representación no puede
devenir icc.
Las acciones obsesivas hablan siempre de la sexualidad del sujeto. (Ej: el ceremonial de
la mancha en el mantel).
Durante la infancia ocurren los traumas y la represion de aquello que resulta
inconciliable. La represion se intenta sostener con los síntomas de la defensa 1ª, que no
son R de R, sino cc moral, asco, escrupulos, etc. Mas adelante cuando la N se
desencadene, puede ser que estos síntomas queden como rasgos del carácter.
La N se desencadena cuando hay R de R, que aparece con los síntomas propiamente
dichos, y que en el caso de la NO son representaciones obsesivas que ya no sirven, y es
necesario que opere la defensa 2ª, que ne general son actos obsesivos: los tipicos
rituales, compulsión a contar, síntomas en dos tiempos (Ej H de R: la piedra).

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Ceremoniales: Son acciones de la vida cotidiana que se cumplen según leyes,
son síntomas compulsivos que el sujeto no puede evitar realizar. Parecen carentes de
significado y suelen hacerse en privado y siguiendo siempre un mismo orden. Comienzan
como una medida protectora frente al propio síntoma, El abandono de ellas se castiga
con angustia insoportable, y necesita reparacion.
Estos ceremoniales resultaran insuficientes en determinado momento y agregara mas
cosas cada vez. Hasta que esto no resultara tampoco, porque comienzan a dificultarse el
resto de sus actividades, ya que lo que al comienzo le llevaba 5’, luego le llevara 3hs.
Cuando los ceremoniales empiezan a hablar demasiado del síntoma comienzan a
provocar inhibiciones. Son la manera que encuentra el sujeto de ejercer su sexualidad,
inhibidamente pero lo hace.
Freíd compara estos actos obsesivos con los ritos religiosos. Ambos comprenden una
serie de acciones que deben hacerse o decirse en un determinado orden, y parecen
carecer de sentido, aunque lo tienen, y tambien ambos son hechos por obligación. La
diferencia es que el no poder cumplir con el acto religioso no provoca angustia, y el
ceremonial del NO si. Otra diferencia es que el ritual religioso se realiza públicamente y
es compartido, el ceremonial del NO es a solas y en privado.
El NO se angustia si no puede hacerlo porque siente que tiene obligación, o de lo
contrario algo malo pasara.

Las concordancias y diferencias basicas entre NO y religión son:

Concordancias: La religion es una obsesion universal, la NO es una religión particular


Diferencias: La religión tiene base egoísta, la NO tiene base sexual.

D. Histeria, obsesión y fobia en los historiales freudianos:

a. “Dora”: El esclarecimiento de los síntomas histéricos:


1. Reconducción de los síntomas al trauma psíquico.

El primer grupo sintomático está compuesto por 3 síntomas: el asco, la sensación de


presión en el pecho (señalada por Freud como alucinación) y el horror a los hombres
en tierno coloquio. Ese grupo de síntomas es explicado a partir de la reconstrucción de
una escena traumática (el beso del Sr. K en la tienda).
Dora tenía 14 años. El señor K. había convenido con ella y con su mujer que, después
del mediodía, las damas vendrían a su tienda, situada frente a la plaza principal de B.,
para contemplar desde allí unos festejos que se realizarían en la iglesia. Pero él hizo
que su mujer se quedara en casa, despachó a los empleados y estaba solo cuando la
muchacha entró en el negocio. Al acercarse la hora de la procesión, le pidió que lo
aguardase junto a la puerta que daba a la escalera que conducía al primer piso,
mientras él bajaba las cortinas. Regresó después de hacerlo y, en lugar de pasar por la
puerta abierta, estrechó de pronto a la muchacha contra sí y le estampó un beso en los
labios. Era justo la situación que, en una muchacha virgen de catorce años, provocaría
una nítida sensación de excitación sexual.
Pero Dora sintió en ese momento un violento asco, se desasió y pasando junto al
hombre corrió hacia la escalera y desde ahí hacía la puerta de calle. No obstante, el
trato con el señor K. prosiguió; ninguno de los dos aludió nunca a esa pequeña escena
Durante el apasionado abrazo ella no sintió meramente el beso sobre sus labios, sino la
presión del miembro erecto contra su vientre. Esta percepción repelente para ella fue
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eliminada en el recuerdo, fue reprimida y sustituida por la inocente sensación de
la presión en el tórax
Lo que Freud señala, respecto de esta primera escena, es que se ha producido un
desplazamiento de la sensación: en lugar de la sensación genital le sobreviene el asco.
También dejó otra secuela: una alucinación sensorial que va a estar conceptualizada
como una formación del inconsciente, como un retorno de lo reprimido.
Lo que se reprime es la presión del miembro erecto contra su vientre, y lo que
tenemos en lugar de la presión del pene son el asco y la presión en el pecho. Es un
desplazamiento de la parte inferior a la parte superior del cuerpo. Es lo que se llama
una conversión, que en lugar de producirse sobre el cuerpo lo hace en lo sensitivo.
Tanto el asco como la presión en el pecho son productos del divorcio del monto de
afecto y la representación. Es decir, que el afecto se desplaza a una inocente presión
en el tórax. Por último, si se aleja de los hombres en tierno coloquio es porque no
quiere volver a presenciar esa situación
Luego hay una serie de síntomas explicados por la eficacia de una fantasía reprimida.
La cuestión de la tos: Aparece entonces de Dora la impotencia del Padre. El diálogo con
Freud sobre otra forma de comercio sexual.
Entonces se pueden señalar dos síntomas, el de la tos relacionado con la fantasía y el
conjunto sintomático del asco, presión en el torax y horror a los hombres
En la escena del lago el Sr. K dice las palabras necesarias para que Dora cambie su
posición: deja de ser cómplice y pasa a quejarse al padre. No es el tono erótico de la
escena, sino justamente la frase que dice el Sr. K “la Sra. K no es nada para mí”. Es
que el Sr. K es algo para Dora mientras su mujer sea algo para él. Dora está
interesada en el Sr. K sino por su mujer.
2. La identificación como sostén de los síntomas. Diferentes tipos de
identificación.

De ejemplos de identificación histérica en Dora podemos tomar dos. Uno que no da


lugar a confusión, es la identificación con la prima en el dolor de estómago.
Entre Dora y la prima mayor hay un lazo libidinal previo, pero la identificación tipo c)
prescinde de ese lazo. No es que no lo haya, pero la identificación no está sostenida
por ese lazo sino que es la situación en común. Dora hace “causa común” con la prima
mayor, se lamenta tanto como la mayor de que a ambas le falte ese novio que la
menor poseía.
Más difícil de situar es la cuestión con la afonía, mereció de parte de Freud una
interpretación simbólica, pero un simbólico cercano al simbólico-imaginario es una
interpretación de sentido. Freud allí estrictamente hablando hace una interpretación
significante. Que dice Freud? Señala que en esa afonía Dora muestra su amor por el
Sr. K, porque ella queda afónica cuando el Sr. K se va, está mostrando su nostalgia de
tenerlo al lado. Y además esta interpretación freudiana se ve abrochada, tiene un final
feliz porque en ese momento la escritura le fluía a Dora, que estando afónica escribía
más. Lo que ocurre es ¿con quien se identifica Dora en ese punto? Es con la Sra. K,
porque observando a la señora K. ella había averiguado cuán provechosamente pueden
usarse las enfermedades.”
Estrictamente hablando cuan provechosamente utilizan “las mujeres” las
enfermedades. La Sra. K no es que se enfermaba cuando el Sr. K se iba, sino cuando
volvía y de esta manera podría sortear los deberes maritales. (Querido me duele la
cabeza, o estoy indispuesta). En todo caso uno podría suponer que en esta
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identificación ella demuestra su amor por el Sr. K, uno podría suponer que se
trata de una tipo a), el Sr. K es el padre, la Sra. K es la madre, Dora se identifica con
la rival, sin embargo mi impresión es que es un caso prototípico de identificación
histérica, lo que está en juego allí es que hacen las mujeres con las enfermedades
Por lo demás, en el nivel de la tos, allí tenemos identificaciones cruzadas, ya que Freud
habla de sobredeterminación respecto de la tos. Si uno toma la vía del catarro vaginal:
tos=catarro=catarro vaginal, Freud termina señalando allí la identificación en la tos de
Dora con la madre. O con las mujeres amadas por el padre
Cuando ubica la identificación con la madre, con el catarro, el catarro vaginal de la
madre, “ambas hemos sido contagiadas por el mismo Sr.” Sin embargo, a Freud en
Psicología de las masas no se le escapa, porque estas que serían en el historial?
Identificaciones tipo a), ella se identifica con su madre por amor al padre o con la Sra.
K. En cambio en psicología de las masas, Freud señala que la tos de Dora corresponde
al tipo b), porque es una identificación con el padre. Ya de hecho en el historial en
1900, Freud señalaba que hay identificaciones con el padre en la base de la tos. La
imitación compasiva del padre enfermo. Está bien claro en la disnea, esta aparece
ligada a una escena en la que esta “espía” con las orejas el coito de los padres. Dora se
identifica en la disnea al padre jadeante. Ahí tenemos claramente una identificación
viril en el abordaje de lo femenino, en este caso encarnado por la madre

3. La fantasía -perversa- figurada en el síntoma.

Freud interpreta tras la tos de Dora una fantasía que vuelve consciente, una fantasía
de fellatio. Según Freud Dora está identificada con la Señora K que chupa. Con su tos
espasmódica, que, respondía al estímulo de un cosquilleo en la garganta, ella se
representaba una situación de satisfacción por la boca entre las dos personas cuyo
vínculo amoroso la ocupaba tan de continuo. En la fantasía de Dora no sería la Señora
K la que chupa sino el padre y Dora está identificada a él. La fantasía, no es la causa
del síntoma, sino el sentido. Algo causa el síntoma, pero la fantasía es un movimiento
segundo que le agrega al síntoma sentido, un sentido que el sujeto no conoce por ser
inconsciente. el sentido se va a soldar a la causa del síntoma. De inicio el síntoma no
tiene valor psíquico, el sentido le es prestado.
El sentido está aportado por el retorno de lo reprimido. La fantasía inconsciente no es
la causa del síntoma de la tos. El Icc le entrega al síntoma un sentido que no es su
causa

4. Solicitación somática y sentido de los síntomas.

Freud en el historial de Dora señala que el síntoma neurótico no está causado por el
inconciente. Freud señala que la causa del síntoma está más bien ligada a la
“solicitación somática”. La intensa activación de esta zona erógena a temprana
edad es, por tanto, la condición para la posterior solicitación somática de parte
del tracto de mucosa que empieza en los labios.
La solicitación somática está condicionada por una fijación infantil
Esto es un nivel intensificado en una infantil Dora, de su pulsión oral. Dora era una
chupetea-dora, es la autosatisfacción por el chupeteo. Estamos en el campo del
autoerotismo, la satisfacción anárquica de las pulsiones parciales, que tempranamente
activa una zona erógena, condición para la posterior solicitación somática. La
solicitación somática está determinada por una fijación infantil. Ese goce pulsional
que es para Freud la causa del síntoma, que luego el sujeto se familiariza dándole a
esa pulsión un recubrimiento psíquico.
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O sea, inicialmente el síntoma es un huésped mal recibido en el aparato, “un
cosquilleo en la garganta”. Luego el aparato intenta familiarizarse con el síntoma,
volverlo propio
Ese estímulo de tos real está causado por esa fijación infantil de la pulsión. Es la
identificación con el padre la que señala acá Freud. Esta es también un mecanismo que
le aporta al síntoma extraño, real, un sentido que nos familiariza con él y le aporta un
beneficio secundario.
El inconciente va a trabajar para darle sentido a ese grano de arena real, engrosándolo
como si fuera una bola de nieve. El inconciente aporta sentidos a un síntoma que ya
está allí.
La causa del síntoma no es el inconciente, el síntoma está primero y luego el
inconciente trabaja para darle sentido.
La utilidad es secundaria. Al síntoma histérico se le sobreagrega un sentido. El sentido
es secundario. La causa del síntoma no es el sentido, sino que está del lado de la
solicitación somática. Hay que distinguir el motivo de la causa. El sentido se
sobreagrega secundariamente para darle al síntoma una utilidad que no tiene
inicialmente. Lo que le da sentido al síntoma es el trabajo del inconsciente. El síntoma
consiste en una soldadura de dos elementos que son heterogéneos: el sentido le es
prestado, es soldado. En el retorno de lo reprimido, el trabajo del inconsciente le da
sentido a un síntoma del que el inconsciente no es su causa.
El síntoma tiene características muy distintas a las formaciones del inconciente: El
síntoma se mantiene, resiste.

5. Sobredeterminación de los síntomas. (odre viejo y vino nuevo)


El síntoma es un “odre” una jarra vieja que es llenada con vino nuevo, que es el
sentido que viene del Icc y le da a ese síntoma una utilidad, que reporta para el
aparato psíquico un beneficio que Freud llama ganancia secundaria de la enfermedad.
Freud en el caso Dora dice que los síntomas son como vasijas de vino que se llenan
con el vino del sentido del inconciente y le da a ese síntoma una utilidad, que reporta
para el aparato psíquico un beneficio que Freud llama ganancia secundaria de la
enfermedad. El yo se beneficia de esta ganancia cuando se ha familiarizado con el
síntoma
Dice que los síntomas pueden tener múltiples significaciones, no solo porque están
sobredeterminados, sino que en el tiempo, en el curso de una neurosis, el síntoma
puede ir cobrando diversas significaciones y ser utilizado para diversos fines. El
neurótico puede tener un beneficio del síntoma. En determinada época, ese síntoma
que ya está allí, que es utilizado por el inconciente para expresar determinada
representación reprimida y en otra época hay otra corriente inconciente que se vale del
síntoma para expresarse. Es decir que hay un carácter conservador del síntoma, es
una vasija que hoy se llena con este vino y mañana con este otro vino.
Un psicoanálisis tiene por orientación ir vaciando esa borrachera de sentido del
inconciente, y al final nos queda la vasija del síntoma que es el núcleo real del síntoma.
Y se trata finalmente de acompañar al sujeto a que invente respecto de ese núcleo real
otra cosa que lo que hizo su neurosis
Por un lado está el síntoma egosintónico de la neurosis no desencadenada que es
predominantemente imaginario, está el síntoma de la neurosis que se desencadena. Y
en un análisis, hay un tercer estatuto del síntoma, el síntoma puesto en juego en la
transferencia analítica, tiene un estatuto simbólico, se vuelve un mensaje dirigido al
otro, deviene interpretable. Entonces, no hay inconciente si no hay analista que
escuche. El inconciente se produce en el encuentro con el psicoanalista. Es la pareja
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del síntoma con el psicoanalista. Es el psicoanalista el que vuelve interpretable
al síntoma, el síntoma naturalmente no está abierto a la interpretación. El síntoma
naturalmente no es una formación del inconciente. Hay un forzamiento del síntoma por
el dispositivo analítico que lo vuelve interpretable.
El padre en la histeria. El esclarecimiento de los sueños. La interrupción del
tratamiento. La transferencia. La corriente homosexual.

b. El “Hombre de las ratas”:

Neurosis obsesiva, dialecto del lenguaje histérico.

Comprender una neurosis obsesiva es más difícil que comprender una histeria: el
discurso obsesivo es un dialecto de la histeria, y estos pacientes no suelen someterse
al tratamiento tan fácilmente, haciéndolo cuando los síntomas ya son graves

La actividad sexual prematura. Deseos y temores obsesivos.

Un joven se presenta diciendo que tiene representaciones obsesivas desde la infancia,


aunque particularmente intensas desde hace cuatro años. Lo principal son TEMORES de
que le suceda algo malo a su padre y a una dama a quien admira. Además, dice sentir
IMPULSOS OBSESIVOS (por ejemplo cortarse el cuello con una navaja), y producir
PROHIBICIONES, aún relacionadas con cosas indiferentes. Todo ello le hizo rezagarse
en sus estudios universitarios. Su vida sexual fue más bien pobre, habiendo tenido el
primer coito a los 26 años.

La neurosis infantil: núcleo y modelo.

Cuenta una escena ocurrida hacia los 4 o 5 años donde le tocó los genitales a la
señorita Peter por debajo de la falda. Desde entonces siente deseos intensos por ver
mujeres desnudas. Recuerda también que a los 6 años espiaba a la señorita Lina
cuando se desnudaba. Hacia los 7 años recuerda de dicha señorita un comentario
hecho delante de otras personas donde lo menospreciaba en relación con su
sexualidad, y P empezó a llorar. Cuenta también que tenía erecciones ya a los 6 años y
que acudió a su madre para quejarse. Surgió la idea enfermiza que sus padres sabrían
sus pensamientos, cosa explicable por habérselos declarado sin oírlos él mismo. En
esto P ve el comienzo de su enfermedad. Sentía además que iba a suceder algo malo si
veía mujeres desnudas, (como por ejemplo que su padre moriría), por lo que hacía
toda clase de cosas para impedirlo.
Lo que P marca como el comienzo de la enfermedad es ya la enfermedad misma: una
neurosis obsesiva con todos sus elementos característicos.
Su deseo de ver no tiene al principio carácter obsesivo porque no entró en conflicto con
el Yo, que no lo siente como ajeno, pero algo de ello hay por cuanto a dicho placer
acompaña un afecto penoso: 'cualquier' cosa mala puede suceder. Esta imprecisión es
típica de las neurosis, pero detrás de ella se esconde algo muy preciso: "si deseo ver a
una mujer desnuda, mi padre tiene que morir". Frente a esta idea obsesiva luego
instrumentará medidas protectoras.
Así, quedan configurados todos los elementos de la neurosis:
1) una pulsión erótica y una sublevación contra ella;
2) un deseo, aún no obsesivo, y un temor, ya obsesivo, que lo contraría;
3) un afecto penoso y acciones defensivas contra él.
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También encontramos 4) una formación delirante: que sus padres sabrían sus
pensamientos por haberlos declarado él mismo sin oírlos. Esto revela la existencia de
procesos inconcientes: "digo mis pensamientos sin oírlos" suena como una proyección
hacia afuera de nuestro propio supuesto, a saber, que él tiene unos pensamientos sin
saber nada de ellos, como una percepción endopsíquica de lo reprimido.

Como toda neurosis, presenta aspectos absurdos, como por ejemplo porqué debe morir
el padre si en P aparecen deseos concuspicentes. Más adelante Freud intentará mostrar
que detrás del absurdo se enconde una lógica, sólo comprensible si nos remitimos a las
primeras vivencias traumáticas, conflictos y represiones del paciente, que luego
sucumbieron a la amnesia infantil, amnesia que termina en P hacia los 6 años, y por
ello es a partir de dicha edad que comienza la sintomatología.

Recordemos también que el origen de las neurosis obsesivas no ha de buscarse en la


vida sexual actual (muchas veces normal, vista superficialmente), sino en la vida
sexual infantil y más concretamente en una actividad sexual prematura.
Esclarecimiento de representaciones, temores, rituales e impulsos obsesivos.

Trata Freud aquí algunos caracteres típicos de los enfermos obsesivos: la superstición,
la incertidumbre o duda, la omnipotencia, y la actitud frente a la muerte.
1) Superstición: El paciente P oscilaba entre dos opiniones: cuando surgía una
obsesión, ridiculizaba su credulidad supersticiosa en ella, pero cuando no podía explicar
una compulsión vivenciaba las más raras contingencias que justificaban su crédula
convicción. Entonces, no era y era supersticioso al mismo tiempo, aunque su cultura le
impedía creer en vulgaridades como el número 13, etc, aunque creía en sueños
proféticos o signos premonitorios que, a modo de 'milagros', le permitían anticipar
situaciones que luego efectivamente ocurrían, sólo que por obra y gracia de trampas
mentales.
La superstición es explicable en la neurosis obsesiva: aquí la represión no ocurre por
amnesia sino por desconexión de nexos causales por sustracción de afecto. Tales
vínculos reprimidos son proyectados en el mundo exterior, adjudicándoles así una
virtud admonitoria.

2) Incertidumbre o duda: Es otra necesidad del enfermo obsesivo, emparentada con la


anterior. La duda le sirve a todo neurótico para sacarlo de la realidad y aislarlo del
mundo: por ejemplo, P era hábil para evitar cualquier información que lo obligase a
convencerse de algo, con lo que podía seguir en la duda. Los temas elegidos suelen ser
los que son dudosos para todo el mundo, como la filiación paterna, la duración de la
vida, qué pasa luego de la muerte, etc., cosa que usa cada enfermo para la formación
de su síntoma.

3) Omnipotencia: los pacientes obsesivos sobreestiman el poder de sus pensamientos


y sentimientos, de sus buenos y malos deseos, en la creencia que realmente ejercerán
efectos. Esto proviene de la antigua manía infantil de grandeza. Por ejemplo, P relata
que deseó que a un profesor de diera un ataque de apoplejía, cosa que ocurrió
después. En otra ocasión, fue rechazado por una señorita y más tarde ésta 'como
castigo' se tiró por la ventana, haciéndose entonces reproches por ello. De estas
formas se convenció de la omnipotencia de sus sentimientos de amor y odio.
Estos enfermos sobreestiman el efecto de sus sentimientos hostiles sobre el exterior
porque gran parte del su efecto psíquico interior escapa a su conocimiento conciente.

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Su amor, o mejor su odio, son realmente hiperpotentes pues crean, justamente,
aquellas ideas obsesivas cuyo origen no comprende y de las que se defiende sin éxito.
4) Actitud ante la muerte: Los temas de la muerte, el más allá, la posibilidad de la
muerte de otros, habitualmente seres queridos, y la duración de la vida están siempre
presente en el neurótico obsesivo, y todo ello influye sobre sus pensamientos y
fantasías. Necesitan de la posibilidad de muerte para solucionar los conflictos que
dejan sin resolver, ya que siempre posponen decisiones.

Acciones en dos tiempos, diferencia con la histeria.

Encontramos en P otras ACCIONES OBSESIVAS: ponerle la capa a su amada para que


no le pase nada (compulsión protectora), contar hasta 40 o 50 entre rayo y trueno, y
quitar una piedra para que al carruaje que llevaba a la mujer no le pasara nada. Frente
a esto último, se vio obligado a volver a poner la piedra en su lugar, por juzgar su
anterior acción ridícula. Tras la partida de ella, se apoderó también de P la obsesión
por comprender cada sílaba de lo que cualquiera le dijera.
Sacar y poner la piedra expresan también esta fuerte ambivalencia hacia la amada:
cuidarla (amor) y destruírla (odio).
Tales acciones obsesivas en dos tiempos, donde el primero es cancelado por el
segundo, es típico de la neurosis obsesiva, y expresan el amor y el odio, dos mociones
de intensidad casi igual (a diferencia de la histeria, donde se mata dos pájaros de un
tiro incluyendo ambos opuestos en una sola figuración). El paciente no ve la relación
entre ellas y las justifica mediante una RACIONALIZACION

Deuda y culpa en la obsesión.

Duda y postergación de la decisión.

Freud arriesga una hipótesis: en los casos de odio inconciente, el componente sádico
del amor tuvo un desarrollo intenso que produjo una sofocación prematura y radical, lo
que explica la ternura conciente intensificada como reacción por un lado, y por otro el
sadismo inconciente que sigue produciendo efectos como odio.
Ambas tendencias son intensas y opuestas y el neurótico obsesivo, mediante el uso del
desplazamiento, hace que su incapacidad para decidir vaya extendiéndose cada
vez más a toda su vida. Expliquemos ahora el porqué de la duda y la compulsión.
La DUDA corresponde a la percepción interna de la indecisión en sus actos
deliberados, como consecuencia de la inhibición del amor por el odio. Es una duda en
cuanto al amor que se ha desplazado a todo lo demás, aún a lo ínfimo e indiferente.

Es la misma duda que lleva a la incertidumbre sobre las MEDIDAS PROTECTORAS y su


repetición continuada para desterrarla (para el enfermo la medida protectora nunca es
eficaz y siempre debe repetirla), y que torna a tales medidas protectoras tan
incumplibles como la original decisión de amor.

La COMPULSION es un intento por compensar la duda y rectificar la insoportable


inhibición en ella implicada. Si por fin se logró, desplazamiento mediante, resolver
algún designio inhibido, es fuerza que este se ejecute, aunque no sea el original. Se
exterioriza así en MANDAMIENTOS y PROHIBICIONES ya que es ora el impulso tierno,
ora el hostil el que busca ese camino para la descarga. Si el mandamiento obsesivo no
se cumple la tensión es insoportable y se percibe como angustia. Pero el camino mismo
hacia la acción sustitutiva desplazada a algo ínfimo es disputado con tanto ardor que,
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casi siempre, aquella acción sólo puede imponerse como una MEDIDA
PROTECTORA en estrecho empalme con un impulsos sobre el que recae la DEFENSA.

La ambivalencia

Algo del orden de la sexualidad se interponía entre padre e hijo: el padre había entrado
en oposición con el erotismo del hijo, tempranamente despertado. Sus ideas obsesivas
infantiles se ven cuando años después de morir el padre, el hijo experimenta el placer
del coito por vez primera exclamando "Esto es grandioso. A cambio de ello uno podría
matar a su padre". El padre había desaconsejado a su hijo la compañía de la dama que
quería.
P empezó su quehacer onanista hacia los 21 años, poco tiempo después de la muerte
de su padre, pero, avergonzado por ello, lo practicó luego sólo en muy contadas
ocasiones, o sea: había una prohibición pero también podía oponerse a ella.
Luego de fallecido, P fantaseaba con que aparecería su padre de noche: así lo alegraba
pues lo encontraría estudiando, pero también lo desafiaba porque entonces tenía el
impulso de verse en el espejo el pene desnudo. Vemos la ambivalencia hacia el
padre, similar a la mostrada en relación con su amada en el episodio de la piedra
La relación de P con el padre era ambivalente, lo mismo que la relación con su amada.
P no tenía conciencia concretamente de su hostilidad hacia el padre: en esta represión
del odio infantil hacia el padre encontramos la raíz del desarrollo ulterior de la
neurosis.
Ambos conflictos de sentimientos están anudados: el odio contra la amada se sumó a
la fidelidad al padre, y a la inversa.
Sin embargo, ambas corrientes conflictivas (oposición padre-amada, y, por otro lado,
amor-odio dentro de cada una de ellas) no tienen entre sí nada que ver ni por su
contenido ni por su génesis.
El conflicto padre-amada es reducible al conflicto de elección amorosa entre hombre o
mujer, lo que encuentra su solución aún valorizando un sexo a expensas de
desvalorizar al otro.
En cambio el conflicto amor-odio nos resulta extraño, porque si bien normalmente se
resuelve triunfando uno de los dos, en el caso de P vemos que persiste sin resolver: el
amor y el odio se mantienen con igual intensidad por mucho tiempo. El amor no pudo
extinguir el odio, sino enviarlo a lo inconciente donde, libre de la censura, pudo
conservarse y aún crecer. Así, el amor conciente crece para mantener reprimido el
odio. Esta división ocurrida en la infancia temprana con represión de una de las partes
-por lo común el odio- sería la condición para esta sorprendente constelación de la vida
amorosa.
Las conductas descriptas de amor y odio son típicas de la neurosis obsesiva, aunque
ese odio sofocado por el amor es también importante en la histeria y la paranoia, por
lo que el problema de la 'elección de neurosis' no pasa por allí.

El ocasionamiento de la enfermedad.

Freud describe seguidamente el ocasionamiento de la enfermedad de P. Su padre había


intentado casarse con una mujer pobre, pero luego optó por una rica, lo que le
permitió progresar en su trabajo. Este conflicto se reactualiza en P cuando siendo más
grande debe optar por elegir a su amada pobre o a otra muchacha rica que le habían
seleccionado sus parientes. Tal conflicto, que era entre su amor y el continuado efecto
de la voluntad paterna, lo solucionó enfermando: empezó a andar mal en los estudios
y en el trabajo. Este resultado de su enfermedad se halla entonces en el propósito (o
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motivo, causa u ocasionamiento) de ella. Sólo más tarde P pudo comprender
que ello se originaba en el plan matrimonial que tenía su familia para él, cuando
estableció una relación transferencial donde Freud era el padre y cierta chica que había
visto en su casa era una hija rica que le ofrecía. Un sueño ilustra esto: "se ve ante sí a
mi hija, pero tiene dos emplastos de excrementos en lugar de ojos", lo que se traduce
como "se casa con mi hija, no por sus lindos ojos, sino por su dinero".
La identificación con el padre en la neurosis obsesiva.
Poco a poco quedó así el camino abierto para comprender la representación de las
RATAS. Recordemos que P había reaccionado violentamente a dos dichos del capitán
checo: la tortura de las ratas, y su reclamación de devolver el dinero a A: algún
contenido inconciente habrá sido tocado.
P se había identificado con su padre, también militar. Las palabras del capitán
"Debes devolver el dinero al teniente A" le sonaron como una alusión a una deuda que
una vez contrajo su padre, y que había quedado impaga. El padre había pedido dinero
pues lo perdió jugando a las cartas.

Diferencia en la represión entre obsesión e histeria.

El complejo paterno, el erotismo anal, y la solución de la idea de las ratas.

A los seis años, había cometido algún acto sexual relacionado al onanismo y
recibió una reprimenda del padre. Este castigo puso fin a su onanismo. Pero
al mismo tiempo dejó como secuela una inquina inextinguible contra el padre
y fijo para todos los tiempos su papel como perturbador del goce sexual.

En cuanto a la representación del castigo con las ratas, ésta despertó pulsiones y
recuerdos varios en el breve intervalo entre el relato de ese castigo y la reclamación
del dinero, y aún después, y que adquirieron varios significados simbólicos. Las ratas
equivalían para P a gusanos, a penes y a hijos. La relación rata=pene lleva a que el
castigo era una representación del coito anal, y la relación rata = hijo lleva a pensar
que la rata era una representación de sí mismo pues él, como las ratas, había mordido
a alguien y era perseguido y castigado por ello. P sintió, cuando el capitán contó el
castigo, que este era su padre que lo amenazaba con el mismo. También hay una
relación con la dama con quien iría a casarse (heiraten) y con quien no podía tener
hijos pues había sido operada de los ovarios.
El castigo de las ratas, donde estas entran en el ano, es una inversión defensiva, una
desfiguración de la entrada de las ratas = penes en el ano, fantasía basada a su vez en
dos teorías sexuales infantiles: que los hijos salen por el ano, y que los varones
pueden tener hijos como las mujeres. P había blasfemado como su padre y su amada,
a quienes amaba. Esto pedía un castigo: imponerse una juramento imposible de
cumplir, o sea, devolver el dinero a A. En el fondo de todo esto parece estar el conflicto
entre obedecer al padre y permanecer fiel a su amada.

El doloroso camino de la transferencia.

Aplicación de la trayectoria típica de la neurosis obsesiva (1986) al caso del


“hombre de las ratas”.

Predisposición infantil:

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1º- Inmoralidad infantil: Trauma activo: Ir debajo de las faldas de las
mucamas, verlas desnudas en el baño, espiar a la que se apretaba granitos. Se trata de
una busqueda activa y placentera de la vision de los genitales femeninos.
Trauma pasivo: paliza que recibe del padre. Es ICC no
recordable y reconstruible solo en el análisis.

2º- Maduracion sexual: Al deseo de ver mujeres desnudas se le suma un reproche, un


temor, una culpa. Esa escena activa mas el reproche son reprimidas gracias al trauma
pasivo que motoriza el trabajo insistente del ICC para tratar de decir lo que no se puede
decir.

3º- Periodo de salud aparente: Rasgos de carácter que se manifiestan como culpa
leve, cc moral, asco, etc.

c. “Juanito”:

Fases del desarrollo de la fobia.

1º- Angustia sin saber a que: Esto se provoca porque hubo represion. La angustia no
queda ligada a ningun significante, porque se separan representación de afecto.

2º- Estatuto del objeto fobico: Se logra enlazar la angustia a un objeto.

3º- Parapeto fóbico: Repite y extiende el trabajo de la 2ª fase en un intento de suplir la


funcion paterna que falta.

Elementos condicionantes y desencadenantes en el caso.

Por temor al padre y porque eso supone una perspectiva ambivalente para Juanito, lo
ama pero además le teme, se construye una fobia. De modo de mantener unívoco el
amor al padre y desplazar el temor hacia una figura como la del caballo. Es decir que
para Freud, la fobia se produce porque Juanito teme al padre.
Freud plantea que la fobia es una solución a la posición ambivalente de Juanito: amor al
padre, temor al padre. Se transfiere el temor sobre el caballo y el amor queda como
única ruta a transitar.

De la angustia al miedo: constitución del síntoma fóbico.

Definición de la primer teoría de angustia: surge una acción que es inadecuada, debido
a la existencia de una excitación sexual que no tiene representación psíquica, entonces
se transforma en angustia.
Cuando transforma esa angustia en miedo es lo que logra el sujeto con la fobia.
Freud define a la angustia como un estado afectivo, que es la moneda corriente con la
que trabaja el aparato psíquico, sostiene que todo afecto puede transformarse en
angustia.
La angustia automática se libera por:

 Tensión sexual somática, no hay representación.


 Libido insatisfecha reprimida. (la libido por represión se transforma en angustia, pero
una vez transformada en angustia, no puede volver a libido, entonces, como no puede
volver tiene que enlazarse a un objeto, en juanito se enlaza al caballo.
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Freud dice que el miedo al padre esta relacionado, con la ambivalencia que
siente juanito hacia su padre: por un lado siente amor y por el otro siente hostilidad,
(por que es un obstáculo, se lo quiere sacar de encima, ya que el padre se opone a que
el acceda a su mama.)
Hay angustia hacia el padre, a medida que crece la fobia, crece la actitud provocadora
hacia el padre.
Vemos como la fobia actúa como un parapeto, es decir como algo que protege al sujeto
de la angustia.
La fobia va a ser prohibición, precaución, inhibición. Estas tres características son
construcciones protectoras de la angustia. Entonces la fobia es un parapeto.

Estatuto del objeto fóbico (el caballo).

Había en juanito manifestaciones de angustia, pero no había enlace de esa angustia con
ningún objeto. La represión a la masturbación, y el amor libidinal por la madre, le
genera angustia.
Luego logra enlazar esa angustia a un objeto: el caballo, (el ocho de enero, logra el
enlace de la angustia al caballo.)

Posición edípica de Juanito en el momento de irrupción de la fobia.Función de la


premisa fálica.

Antes de la aparición de la fobia (a los caballos). Este es un momento de primacía


genital. Antes de los tres años juanito tenia una tensión privilegiada en el hace pipi,
preguntaba constantemente por que tienen un hace pipi; ahí es cuando llega a la
conclusión de que “todos los seres animados tienen un hace pípi”, esto remite a la
premisa universal del falo.

Juanito llega en este periodo a una organización genital bien asentada:


 Se produce una profunda investigación
 Surge la amenaza de castración, dicha por su mama, al principio hans no presta
creencia cuando recién la escucha.
 Comienza la actividad masturbatoria.
 En relación a la investigación que se produce, hans se encuentra en una escisión
entre creer lo que el va desarrollando y lo que le dicen los padres.
 En esta etapa nace hanna.
 Aparecen dos intentos de seducción:

1-cuando a la mañana es bañado por su mama, secado y entalcado y hans le dice por
que no le pasa el dedo por ahí, señalando su pene. Su mama le contesta que no por que
es indecente.
2-cuando hans le comenta a su mami: viste que la tía dijo que tengo un lindo pichulin!
Se ve en los dos casos un intento por parte de hans de seducir a su mama, y la misma
responde con agresión.
 Aparece actuando la represión, en esta etapa, cuando le da vergüenza que lo miren
desnudo.

 Aparece el primer sueño de angustia: juanito con cuatro años, aparece a la


mañana llorando, la madre le pregunta por que llora, y el dice que cuando dormía pensó
que su mama estaba lejos y el no tenia ninguna mami para hacerle cumplidos, ya no
tiene una mami para hacerle caricias.
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Función de las fantasías.

Las dos jirafas. Fantasía del fontanero.

Tres fantasías:
1- En relación a las jirafas, imagina la posesión de la mama, el se sienta arriba
de la madre, y la jirafa chilla, la jirafa seria el padre.
2- Fantasía de transgredir una valla con el padre en el zoológico.
3- Romper en el tren una ventanilla, es un poco sádico, violento.

El "complejo del lumpf".


Las interpretaciones de Freud.

Zonas libidinales intensificadas: Anal y Oral

Fantasías importantes durante el historial:

1- la del instalador: ha venido el instalador y con unas tenazas me ha


quitado primero el trasero, y después me ha dado otro, y después el hace pipi. Viene el
instalador y destornilla la bañera y luego le mete un taladro en la panza. La bañera
significa el trasero, y el taladro el hace pipi. Le desagrada que su trasero sea tan
pequeño para la bañera tan grande.
2- Se casa con la madre y tienen hijos y el juega a cambiarlos.

Acciones sintomáticas:
1- meterle el cuchillito a la muñeca entre las piernas, el cuchillito se cae, sale
como si fuera un bebe.
2- Cuando se le cae el caballito de la mano.

3. LA ÉPOCA DE LA METAPSICOLOGÍA:

A. La represión:

Sus tres tiempos.


Represión primordial, represión propiamente dicha y retorno de lo reprimido.

Destinos de la representación y del monto de afecto.

Cuando opera la represión la representación tiene un destino y el monto de afecto otro.


La representación en un sentido general desaparece de lo conciente (deviene
inconsciente),
Tres destinos diferentes para el monto de afecto:
1- La pulsión es sofocada por completo: histeria de conversión.
2- Sale a la luz como un afecto coloreado cualitativamente (ya no es un afecto: será
culpa, autorreproche, o lo que fuere): Ns. obsesiva.
3- Se muda en angustia, se descarga como angustia: Fobias o histeria de angustia
El destino del monto de afecto va a tener muchas más consecuencias que el destino de
la representación. Entonces Freud se pregunta si cada psiconeurosis se singulariza por
un mecanismo represivo propio.
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La peculiaridad va a estar determinada por el destino del afecto.

Formación sustitutiva y formación de síntoma.

Freud establece una diferencia entre lo que llama formación de síntoma y formación
sustitutiva:
“¿Haremos coincidir formación sustitutiva y formación de síntoma? Y si esto puede
aceptarse globalmente, ¿se superponen el mecanismo de la formación de síntoma y el
de la represión.”

Represión y formación de síntomas en las tres neurosis de transferencia:


histeria de angustia, histeria de conversión y neurosis obsesiva.

A las fobias, las considera el último momento del desarrollo de las psiconeurosis que él
llama Histeria de angustia.
De la histeria de angustia da un ejemplo (Juanito)en el que existe una fobia a los
animales. La moción pulsional sometida a la represión es una actitud libidinosa hacia el
padre, apareada con la angustia frente a él. Después de la represión, esta moción ha
desaparecido de la conciencia y el padre no se presenta en ella como objeto de la
libido.”
“Como sustituto se encuentra en posición análoga un animal más o menos apto para
ser objeto de angustia. La formación sustitutiva de la parte constituida por la se ha
establecido por la vía del desplazamiento a lo largo de una trabazón regida por cierto
determinismo. La parte cuantitativa no ha desaparecido, sino que se ha traspuesto en
angustia. El resultado es una angustia frente al lobo en lugar de un requerimiento de
amor al padre.
Para las fobias el monto de afecto se muda en angustia, pero la represión no termina
allí, el aparato sigue trabajando para tratar de ligar esa energía libre.
En la histeria de conversión el síntoma conversivo sofoca la pulsión. La inervación
corporal permite la descarga pulsional haciendo desaparecer por completo el monto de
afecto. No es necesario un 2º tiempo de la represión porque logra una tramitación
bastante adecuada porque la descarga es corporal. No aparece allí angustia, salvo que
la histeria sea fracasada. Freud señala que esta a veces no se logra de forma tan
completa y una dosis de sensaciones penosas se anuda a los síntomas mismos ' o no
puede evitarse algún desprendimiento de angustia que, a su vez, pone en acción el
mecanismo de formación de una fobia.
En la Ns. obsesiva hay que pensar en fases de la represión. En una primera fase, la
represión alcanza un éxito pleno (defensa lograda): la representación es rechazada y
se hace desaparecer el afecto.
Esta primera fase es la defensa 1ª y provoca síntomas defensivos 1º (vergüenza,
escrúpulos). Sin embargo, estos síntomas defensivos 1º no son síntomas, son
formaciones sustitutivas. No son síntomas porque el síntoma es efecto del fracaso de la
defensa y del retorno de lo reprimido: representaciones obsesivas y afectos obsesivos.
Acá no hay fracaso de la defensa, la defensa es lograda, es el tiempo de la salud
aparente.

B. El sentido de los síntomas y los caminos de la formación de síntomas:


Sentido de las representaciones, impulsos y acciones obsesivas. Desplazabilidad
de la compulsión. Síntomas individuales y síntomas típicos. Etiología de la
neurosis: las series complementarias. La neurosis infantil. El síntoma como
satisfacción sustitutiva. Fantasías y fantasías primordiales. Fijación y regresión.
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C. De la histeria de angustia a la fobia:

Fases en el desarrollo de la histeria de angustia.


El primer tiempo es una angustia sin saber ante qué. No porque esa angustia no tenga
objeto, sino porque no hay nada que nombre ese objeto. Esta angustia surge de la
represión. Divorcio del afecto y la representación, el quantum queda libre y es sentida
en el aparato como angustia. La represión, provoca angustia.
Un segundo tiempo para domesticar, tramitar ese desagradable desarrollo de angustia,
es ligar ese afecto libre con una representación sustitutiva. Ya supone para Freud ese
movimiento que hemos destacado con el término: trabajo de interpretación. Se liga
esa energía libre y se nombra (con Lacan) ese real.
Finalmente, el tercer tiempo con la constitución del parapeto fóbico. Se construye una
fortaleza fóbica, ya no es la ligazón de esa energía libre con una representación, es ya
una cadena significante, la que está en ese parapeto. No es el caballo nada más, es el
que se cae, el que tiene bigotes, el que empuja un carro, etc.

Construcción de una fobia. Aplicación al caso “Juanito”.

4. EL ÚLTIMO FREUD:

A. La identificación:
Modalidades de la identificación y formación de síntomas neuróticos.

FREUD
Identificación  Más temprana relación con el padre
Primaria  Constitución del Ideal del Yo
 Es mítica
Identificación Ej. Niña se identifica a la madre para abordar al padre (Edipo + en nena).
Secundaria Esta identificación se soporta en un lazo libidinal previo. Muchos síntomas
histéricos se explican por la identificación con un rasgo de la persona rival.
a) Pero puede haber una identificación a un rasgo del objeto amado. La niña
puede identificarse al padre. La identificación reemplaza a la elección de
objeto. La elección de objeto ha regresado hasta la identificación.
Cuando el Edipo se termina deja como resto una identificación. La libido
vuelve al yo y deja una impronta. Este tipo de identificaciones va a dar
lugar a la elección de objeto, tanto en el nivel de la identificación al objeto
amado, como en el nivel de la formación del Superyo (que es producto de
una identificación posedipica, está en el lugar de una elección de objeto
abandonado).
b) Se prescinde del lazo libidinal previo, Identificación por el síntoma.
Es también identificación a una situación en común, que es la misma que
sostiene la formación de MASA.
c) Homosexualidad
d) Melancolía

Por un lado, a) y b), forman síntomas neuróticos, en otros casos esta identificación
precisa de una elección de objeto que la sostenga. Hay allí una pequeña diferencia,
porque en el caso a), la elección de objeto es simultánea con la identificación (ella ama
a su padre y se identifica simultáneamente con la madre, Complejo de Edipo positivo).
En el caso b), la identificación con el objeto amado, una vez que se ha perdido el
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objeto, es decir, que sucede al objeto, no es simultánea, la identificación viene
al lugar del objeto abandonado. En este sentido, sólo puede llamarse regresiva a la
identificación tipo b), porque es en este caso solamente que la libido regresa al yo, o
bien, se produce una regresión de la elección de objeto a la identificación. A mi juicio,
en el tipo a) no hay regresión de ninguna especie.
Hay un lazo libidinal presente actual, soportando la identificación (ama al padre o, si se
quiere, odia a la madre). Pero en el segundo caso, se abandona el lazo libidinal y
queda una identificación, una impronta en el yo. Freud lo trabaja con el final del
complejo de Edipo. En el caso de las mujeres el yo femenino siempre se constituye así,
una especie de “mausoleo” en el que están allí los rasgos de los hombres que la han
dejado.
Luego, hay un tercer caso de formación de síntomas, en el que se prescinde por
completo del lazo libidinal previo.
En los dos tipos anteriores Freud señala que es el lazo libidinal previo el que soporta la
identificación. En el tercer tipo, se prescinde de ese lazo libidinal previo y lo que
soporta esa identificación es un querer o poder estar en la misma situación
Es una identificación con la situación y no por un lazo libidinal previo. Puede haberlo,
pero la identificación no se funda en él, la base es querer o poder situarse en la misma
situación. En el caso de la masa hay identificación sin que haya elección de objeto. En
la masa respecto del líder hay enamoramiento, se coloca en el lugar del Ideal y los
yoes se identifican entre sí. Los miembros de la masa se identifican en el nivel de yo a
yo por ubicar un objeto exterior en el lugar del Ideal del yo.
Ejemplos en Dora de identificaciones según Freud:
Identificaciones tipo a), ella se identifica con su madre por amor al padre o con la Sra.
K. En cambio en psicología de las masas, Freud señala que la tos de Dora corresponde
al tipo b), porque es una identificación con el padre. Ya de hecho en el historial en
1900, Freud señalaba que hay identificaciones con el padre en la base de la tos. La
imitación compasiva del padre enfermo. Está bien claro en la disnea, esta aparece
ligada a una escena en la que esta “espía” con las orejas el coito de los padres. Dora se
identifica en la disnea al padre jadeante. Ahí tenemos claramente una identificación
viril en el abordaje de lo femenino, en este caso encarnado por la madre.
Las otras dos identificaciones que nos faltan que desarrollaremos hoy que completan el
conjunto de las 6 identificaciones que son:
 La identificación en la homosexualidad (masculina)
 La identificación en la melancolía.
Freud da estos dos casos que sin duda son secundarios porque se dan durante la vida
del sujeto. En los dos casos se trata de identificaciones regresivas, pero no con un
rasgo del objeto amado, o el caso del tipo b) formadoras de síntomas. El caso
prototípico de la homosexualidad masculina que Freud está abordando allí –sin
mencionarlo-, es el caso de Leonardo Da Vinci. tiene una fijación infantil muy fuerte
con su madre, es el Edipo propiamente positivo. Habla incluso de la dificultad de no
encontrar en esa primera infancia, con esa madre que luego va a ser sustituida por
otra, una relación fuerte con su padre, es por ello dice Freud, que cuando tiene que
abandonar el objeto incestuoso con esa ligazón con la madre tan fuerte, la libido
vuelve al yo y deja allí una impronta. Él se identifica entonces con su madre, y ama a
sus discípulos jovencitos como la madre lo amaba a él de niño. Es una identificación
que viene al lugar de la elección de objeto amado, el tipo b), sólo que acá no es a un
rasgo de la madre, es una identificación mucho más general, la otra era parcial supone

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el registro de lo simbólico del rasgo unario, Freud señala que tiene una
identificación total con la madre. La elección de objeto nuevo es narcisista, él ama a
sus discípulos, aunque no desarrolle una homosexualidad “practicante”, como sería una
religión practicante. Freud no deja de considerar que tiene una posición homosexual,
ligada entonces a esta perspectiva: Él ama a jóvenes como la madre lo amaba a él de
joven. Él tiende a identificarse que lo amaba a él. Identificación regresiva entonces que
da cuenta de la homosexualidad masculina, es interesante por lo demás porque Freud
no hace de esta una consecuencia del Edipo negativo. El Edipo en el que el niño ama al
padre, y tiene una posición pasiva frente a él. Freud la liga directamente a las
vicisitudes del Edipo positivo en la ligazón con la madre.
Luego está la identificación en la melancolía. Freud ubica también allí una identificación
regresiva, porque la melancolía se produce con posterioridad a una pérdida de objeto.
Lo que queda en el lugar de ese objeto abandonado es nuevamente una identificación.
Recordarán la frase clásica: - La sombra del objeto cae sobre el yo. Allí no es una
identificación general como en el caso del Leonardo a la madre, tampoco es con un
rasgo significante, si Uds. quieren la identificación es más imaginaria, y esta otra
(supongo señala las a y b) es a un rasgo simbólico, el rasgo unario.
B. Inhibición, síntoma y angustia:

La angustia de castración como motor de la represión.

El forzamiento de la regresión significa el primer éxito del yo en la lucha defensiva


contra la exigencia de la libido. En este punto es ventajoso distinguir entre la tendencia
más general de la «defensa», y la «represión», que es sólo uno de los mecanismos de
que se vale aquella. Quizás en la neurosis obsesiva se discierna con más claridad que
en los casos normales y en los histéricos que el complejo de castración es el motor de
la defensa, y que la defensa recae sobre. las aspiraciones del complejo de Edipo

Formación de síntoma en la neurosis obsesiva: Prohibición y satisfacción.

Los síntomas de la neurosis obsesiva son en general de dos clases, y de contrapuesta


tendencia. 0 bien son prohibiciones, medidas precautorias, penitencias, vale decir de
naturaleza negativa, o por el contrario son satisfacciones sustitutivas, hartas veces
con disfraz simbólico. De estos dos grupos, el más antiguo es el negativo, rechazador,
punitorio; pero cuando la enfermedad se prolonga, prevalecen las satisfacciones, que
burlan toda defensa. Constituye un triunfo de la formación de síntoma que se logre
enlazar la prohibición con la satisfacción, de suerte que el mandato o la prohibición
originariamente rechazantes cobren también el significado de una satisfacción; es
harto frecuente que para ello se recurra a vías de conexión muy artificiosas. En esta
operación se evidencia la inclinación a la síntesis, que ya hemos reconocido al yo.

Regresión y desmezcla pulsional.

Cuando el yo da comienzo a sus intentos defensivos, el primer éxito que se propone


como meta es rechazar en todo o en parte la organización genital (de la fase fálica)
hacia el estadio anterior, sádico-anal. Este hecho de la regresión continúa siendo
determinante para todo lo que sigue.
La renuencia del yo se inició demasiado temprano, todavía en pleno florecimiento de la
fase sádica. El estadio fálico ya se ha alcanzado en el momento del giro hacia la
neurosis obsesiva. Además, esta neurosis estalla a edad más tardía que la histeria (el
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segundo período infantil, luego de iniciada la época de latencia), y en un caso
de desarrollo muy tardío de esta afección.
Busco la explicación metapsicológica de la regresión en una «desmezcla de
pulsiones», en la segregación de los componentes eróticos que al comienzo de la fase
genital se habían sumado a las investiduras destructivas de la fase sádica

Severidad del superyó

Ahora nos situamos en el comienzo del período de latencia, que se caracteriza por el
sepultamiento del complejo de Edipo, la creación o consolidación del superyó y la
erección de las barreras éticas y estéticas en el interior del yo. En la neurosis obsesiva,
estos procesos rebasan la medida normal; a la destrucción del complejo de Edipo se
agrega la degradación regresiva de la libido, el superyó se vuelve particularmente
severo y desamorado, el yo desarrolla, en obediencia al superyó, elevadas
formaciones reactivas de la conciencia moral, la compasión, la limpieza. Con una
severidad despiadada, y por eso mismo no siempre exitosa, se proscribe la tentación a
continuar con el onanismo de la primera infancia, que ahora se apuntala en
representaciones regresivas (sádico-anales).

Formaciones reactivas
Podemos admitir como un nuevo mecanismo de defensa, junto a la regresión y a la
represión, las formaciones reactivas que se producen dentro del yo del neurótico
obsesivo y que discernimos como exageraciones de la formación normal del carácter.

Diferencia neurosis obsesiva - histeria en relación con los mecanismos de


defensa (represión, regresión, formaciones reactivas) y con la angustia.

Las formaciones reactivas parecen faltar en la histeria, o ser en ella mucho más
débiles. En una ojeada retrospectiva obtenemos así una conjetura acerca de lo que
caracteriza al proceso defensivo de la histeria. Parece que se limita a la represión;
en efecto, el yo se extraña de la moción pulsional desagradable, la deja librada a su
decurso dentro de lo inconciente y no participa en sus ulteriores destinos
Son numerosas las neurosis en las que no se presenta nada de angustia. La genuina
histeria de conversión es de esa clase: sus síntomas más graves se encuentran sin
contaminación de angustia. Pero las fobias se hallan en lo demás tan próximas a las
histerias de conversión que me he considerado autorizado a situarlas en una misma
serie con estas, bajo el título de «histeria de angustia».
En la histeria es posible relegar a la amnesia una impresión traumática; es frecuente
que no se lo consiga así en la neurosis obsesiva: la vivencia no es olvidada, pero se la
despoja de su afecto, y sus vínculos asociativos son sofocados o suspendidos, de
suerte que permanece ahí como aislada y ni siquiera se la reproduce en el circuito de la
actividad de pensamiento.

Técnicas auxiliares: anulación de lo acontecido y aislamiento

Las dos técnicas a que nos referimos son el anular lo acontecido y el aislar.
En la neurosis obsesiva, nos encontramos con la anulación de lo acontecido sobre
todo en los síntomas de dos tiempos, donde el segundo acto cancela al primero como
si nada hubiera acontecido, cuando en la realidad efectiva acontecieron ambos. El
ceremonial de la neurosis obsesiva tiene en el propósito de anular lo acontecido una

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segunda raíz. La primera es prevenir, tomar precauciones para que no
acontezca, no se repita, algo determinado. La diferencia es fácil de aprehender; las
medidas precautorias son acordes a la ratio, mientras que las «cancelaciones»
mediante anulación de lo acontecido son desacordes a la ratio {irrationell}, de
naturaleza mágica. El afán de anulación de lo acontecido halla su debilitamiento como
proceso normal en la decisión de tratar cierto suceso como «non arrivé», pero en tal
caso no se emprende acción alguna en contrario, no se hace caso ni del suceso ni de
sus consecuencias, mientras que en la neurosis se cancela al pasado mismo, se
procura reprimirlo {suplantarlo} por vía motriz.
La otra técnica es la del aislamiento. Recae también sobre la esfera motriz, y consiste
en que tras un suceso desagradable, se interpola una pausa en la que no está
permitido que acontezca nada, no se hace ninguna percepción ni se ejecuta acción
alguna. Esta conducta a primera vista rara nos revela pronto su nexo con la represión.
Lo que así se mantiene separado es algo que asociativamente se copertenece; el
aislamiento motriz está destinado a garantizar la suspensión de ese nexo en el
pensamiento.

Comparación entre la fobia de “Juanito” y la del “Hombre de los lobos”.

El pequeño Hans había reprimido los impulsos hostiles hacia su padre, desplazando las
tendencias agresivas desde éste hacia un objeto-animal adecuado del cual temía
venganza, es decir una agresión contra su propia persona. En su caso, la angustia era
una señal de alerta ante peligros interiores. El contenido de la angustia era: “Si quieres
matar a tu padre-rival, él te castrará”. Y el peligro-castración era expresado por la
amenaza: “Serás mordido por el caballo”. Es típico que este peligro amenazante sea
desplazado al mundo exterior.

El pequeño Hombre de los Lobos también proyectaba su peligro interior al mundo


exterior. No obstante, el peligro en su caso radicaba en la relación homosexual pasiva
con el padre (contenida en el deseo inconsciente de ser comido por el padre). El peligro
interior también estaba desplazado hacia un animal. Aunque en el caso del Hombre de
los Lobos el proceso es más complicado, también es, según afirma Freud, una cuestión
de angustia de castración. Aquello que el pequeño Hans teme como venganza y castigo,
es decir la castración, es para el Hombre de los Lobos precondición de la satisfacción que
desea inconscientemente.. Para ser amado por el padre como lo es la madre, uno debe
sacrificar sus genitales masculinos

La angustia de castración y el mecanismo de formación del síntoma en las


fobias

El punto de arranque de las fobias, la histeria de conversión y la neurosis obsesiva es


la destrucción del complejo de Edipo, y en todas, según suponemos, el motor de la
renuencia del yo es la angustia de castración. Pero sólo en las fobias sale a la luz
esa angustia, sólo en ellas es confesada.

C. La segunda tópica: Resistencia del superyó. Necesidad de castigo. Reacción


terapéutica negativa. Resistencia del ello.

Hay personas que se comportan de manera extrañísima en el trabajo analítico. Si uno


les da esperanza y les muestra contento por la marcha del tratamiento, parecen
insatisfechas y por regla general su estado empeora. Uno termina por convencerse no
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sólo de que estas personas no soportan elogio ni reconocimiento alguno, sino
que reaccionan de manera trastornada frente a los progresos de la cura. Presentan la
llamada reacción terapéutica negativa.
No hay duda de que algo se opone en ellas a la curación, cuya inminencia es temida
como un peligro. Se dice que en estas personas no prevalece la voluntad de curación,
sino la necesidad de estar enfermas.”
se llega a la intelección de que se trata de un factor por así decir «moral», de un
sentimiento de culpa que halla su satisfacción en la enfermedad y no quiere renunciar
al castigo del padecer
Freud trastoca el sentimiento Icc de culpabilidad al que aquí llama Necesidad de
castigo. El paciente se opone a la curación, es decir, es una resistencia no habitual, no
es parte de las resistencias imaginarias del yo, es una resistencia de otra índole.
Ubiquemos, entonces, en el nivel de la cara real del síntoma, esta doble vertiente: la
compulsión a la repetición como resistencia del ello, la necesidad de castigo como
resistencia del Superyó

Compulsión de repetición.

La compulsión a la repetición sale de este campo del recuerdo y se distingue


también del retorno de lo reprimido. Un retorno producto de un inconsciente
lenguajero, automático que intenta decir de lo real, distinta de esta compulsión que
vuelve siempre al mismo lugar pero del lado de lo real

II. ELABORACIÓN LACANIANA DE LA NEUROSIS:


1. LA NEUROSIS COMO ESTRUCTURA SUBJETIVA:

A. La pregunta neurótica:

La estructura de una neurosis según Lacan es la de una pregunta. Sólo que, y es lo


que inmediatamente hay que aclarar, es una pregunta que no está formulada; es una
pregunta que está eventualmente desde una posición que es yoica para Lacan. “Usa de
su yo para no hacer la pregunta”, hacer la pregunta con el yo es no hacer la pregunta,
porque hacerlo ya supone que las identificaciones en el nivel del yo saturan esa
pregunta, responden anticipadamente a la pregunta. Y en verdad entonces toda la
cuestión es que la posición eventualmente estable de una neurosis está garantizada
por la respuesta o por la pregunta no formulada que es el yo neurótico.

La pregunta por la mujer en la histeria y por el ser en la neurosis obsesiva

La pregunta formulada de modo acabado llevaría a un neurótico al punto del grafo que es el
significante de la falta del Otro (S(A)), en donde la pregunta no tiene respuesta. Por una
razón muy sencilla, porque allí faltan significantes. El Otro está incompleto para que se
pueda acceder a una respuesta acabada a la pregunta neurótica. Y la pregunta
neurótica no en función de nada, sino en función esos son los dos agujeros que está
destacados en Freud y retomados por Lacan, corresponden a la pregunta por lo
femenino y a esa posición la vamos a llamar histérica. Llamemos histérica a la posición
neurótica que se pregunta por lo femenino y llamemos obsesiva a la posición neurótica
que se pregunta ó bien por la muerte ó bien por el ser. Esas son las dos formulaciones
que Lacan da de esto. En cualquier caso, son los dos puntos forclusivos en una
neurosis

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No hay LA mujer”, no hay significante que diga bien de la mujer en lo simbólico
y , si tomamos la cuestión por el lado del ser, Lacan dice: “no hay significante en lo
simbólico que diga bien del sujeto”. No por nada Lacan define al sujeto como “falta en
ser”. A la falta en ser del sujeto, que es de estructura, la neurosis responde
otorgándole al sujeto un falso ser. Y esas respuestas son identificatorias. Porque la
identificación, es lo que les da a ustedes un ser. Neurótico en la mayor parte de los
casos. Quiero decir, a la falta en ser que es de estructura, la neurosis responde con
una identificación que le provee al sujeto un falso ser. la posición de la analítica es más
bien lo contrario, llevar al sujeto más allá de ese falso ser que se da en su fantasma
por la vía de las identificaciones.

La histeria masculina.
Estabilidad de la neurosis: respuestas anticipadas.

El desencadenamiento de la neurosis: cuando la pregunta se despierta.

Es interesante situar la noción de despertar como un concepto en la enseñanza de


Lacan, cuando la neurosis se desencadena, se despierta, no por nada, sino porque el
estado anterior de esa neurosis es adormecida. Fantasmáticamente, en la respuesta
siempre igual que da el sujeto a una pregunta que prefiere no formularse, no
desplegar. Y por eso el desencadenamiento de una neurosis supone el despertar, de
una pregunta. De golpe el sujeto se queda sin el sostén de las respuestas cotidianas,
y se da una pregunta que no quiere formularse, porque si lo hace eso angustia

B. El complejo de Edipo y el padre:


La disimetría significante en el complejo de Edipo para ambos sexos,
consecuencias en relación con la pregunta neurótica. El padre impotente en la
histeria y el padre muerto en la neurosis obsesiva.

C. La identificación:
Lectura de Lacan de las identificaciones del cap. 7 de "Psicología de las masas y
análisis del yo".

Identificación Primaria: Es estructural - Poder absoluto materno


Identificación Secundaria:

a) x 2º tipo de identificación (al rasgo, no al objeto total)


b) x
c) 3 tipo de identificación (histérica). Imaginaria

Para Lacan en la Identificación primara está en juego allí es la constitución de Ideal


del yo como tal. Esta es la operación que promueve el pasaje del viviente a lo que
llamamos sujeto como tal. Esa identificación ahora a partir de la lectura que hace
Lacan al texto de Freud, que para éste no se da en la vida del sujeto, sino que lo
constituye como tal, es una alienación simbólica, no del sujeto, sino del viviente
mismo, que es traumatizado en tanto que es llamado a habitar el mundo del lenguaje,
un mundo de palabras que están en el lugar del Otro. Y que para hacerlas propias no
hay otra opción que identificarse con esos significantes que están en el Otro. Es el
aprendizaje de una lengua (materna). Traumático para el sujeto pero no para el que
preexiste a esta operación (el viviente) sino para el que se constituye como tal en esa

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operación. Y la marca de esa identificación originaria, estructural, va a formar el
núcleo del Ideal del Yo para Lacan. I(A).
Ese viviente, para pedir el objeto tiene que pasar por los significantes que están en el
Otro. En ese pasaje queda marcado, cortado, sujetado a esa demanda inicial, a ese
poder absoluto materno del que luego será separado en un segundo momento vía la
metáfora paterna. Inicialmente está traumatizado por ese Otro del lenguaje, la marca
la escribe así I(A). La célula elemental del grafo. Un sujeto que es tal por se capturado
por el Otro, un sujeto identifijado a esos significantes primordiales. Y que es un
significante primordial el mismo que lo ha marcado, que lo tacha. Es una operación de
nominación que lo define absolutamente, esas marcas que recibe el organismo y por
las que se vuelve eso un sujeto, esas marcas constituyen el núcleo del I(A) y que luego
se engrosará con identificaciones secundarias. Ese núcleo va a permitir el soporte de
esas identificaciones secundarias entre ellas las que constituyen al yo. La identificación
que constituye al yo es, como el narcisismo, secundaria, no corresponde a esta
identificación que como dice Lacan es una alienación simbólica.
Respecto de esa identificación primaria, las demás son secundarias.
El segundo tipo son sobretodo identificaciones como destaca Lacan, no totales al objeto
odiado o amado, sino a un rasgo de ese objeto odiado o amado.
Lacan señala que ese rasgo es un rasgo significante, lo lee rasgo unario, destaca
entonces el carácter simbólico de esa identificación. Aún así señalemos que simbólico
en esta identificación no es lo mismo que simbólico en la identificación primaria
Esa identificación es un simbólico-imaginario en todo caso, es una identificación que
está entre simbólico e imaginario, mientras que hay una carga de sentido que ya
supone una suerte de articulación significante y producción de significación, mientras
que la identificación primaria simbólica en verdad un simbólico muy particular, todavía
aquí no copulan los significantes puesto que eso es estructural, no se da durante la
vida del sujeto. Es una identificación simbólica, la podemos seguir llamando así, pero
agreguemos que es una que ubicamos entre simbólico y real. Es la identifijación del
sujeto en relación con un significante suelto, sólo. Un significante suelto no quiere decir
nada, lo saben, precisa que haya diacronía, historia, para que los significantes se
articulen y se operen efectos de significación. En la identificación primaria tenemos la
fijación de ese sujeto producto de esa identificación con un significante sólo, es un
sujeto que podemos llamarlo petrificado, no es un sujeto deseante, es el Nombre-del-
padre el que va a introducir ese S2, y va a permitir retroactivamente que llamemos
deseante a eso que en esa identificación es un sujeto tachado. Porque ese S1 sólo,
suelto, es por eso que Lacan va a decir al final de su enseñanza, que esa identificación
primaria es una a lo real de lo Otro real. Es un simbólico suelto de la significación,
(des)encadenado.
Se inscriben significante y el sujeto que es producto de esa operación se identifija
con/a esos significantes.
La identificación del segundo tipo dice Lacan, cualquiera de estos dos subtipos para
Freud, son identificación con un rasgo, unario, simbólicas, pero es un simbólico distinto
del que está en juego en la primera identificación.
Tenemos luego un tercer tipo de identificación, que Lacan destaca su carácter
predominantemente imaginario, que es aquella que en Psicología de las masas,
prescinde del lazo libidinal previo, es una identificación no en relación con un lazo de
amor u odio, sino en base a una situación en común, a un querer o poder situarse en
determinada situación, respecto de la persona copiada. Que es imaginaria no cabe
duda,

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Lacan se pregunta porque Freud distingue objeto de objeto exterior en este
esquema. No es ciertamente que lleven al líder al lugar del ideal, eso hace que los
miembros de la masa se identifiquen en el nivel del yo. Lacan ve allí su objeto a, es
ese objeto a el que se lleva al lugar del Ideal y es la coalecencias el acercamiento
extremo entre el objeto a y el Ideal, lo que promueve la identificación y estrictamente
hablando la sugestión e hipnosis, que Lacan señala en todos los casos que hay allí
predominio imaginario, de yo a yo.
Lacan lee la identificación melancólica, con lo real del objeto a

Identificación histérica, relación con el deseo insatisfecho

Cuando Lacan aborda la cuestión de la identificación histérica, no destaca tanto la


identificación de yo a yo, sino una suerte de identificación, de sujeto a sujeto, como si
el agregase a este esquema una dimensión más donde estaría en juego allí la
identificación de la falta con la falta. ($---$). La falta de ella con la falta de su
compañera, de su amiga. Todas se identifican porque podrían ser perfectamente
cuerneadas por sus maridos, sus novios, del mismo modo como lo es aquella que lo
relata en televisión. Hacen “Causa común” con ella pero ya no estrictamente en el nivel
del yo, sino al nivel del punto en donde ellas son pasibles de ser unificadas por lo que
les falta. Somos todas iguales porque a todas nos falta ese novio que ha invitado a
alguna de nosotras, espiando en esa carta en el pensionado de señoritas. La
identificación es en función del deseo insatisfecho. Hay un lazo perfectamente
indicado por Lacan, entre el deseo insatisfecho y el tipo de identificación que estamos
abordando, que es este del tipo histérico. Hay pequeñas diferencias con la
identificación propia de la masa, aún así podemos creo ubicarlas en relación

Identificación viril en la histeria, respuesta anticipada a la pregunta por la


mujer: hacer de hombre.

En la histeria hay un goce de estar privada de goce, y este está soportado por una
suposición del goce de la otra. Eso tiene un lazo particular con el situarse del lado
hombre de las fórmulas de la sexuación Lacan dice: la histeria hace de hombre y que
en efecto le deja el lugar femenino a la otra. La histérica cede su lugar de mujer a una
otra. Y Lacan ya lo señala cuando dice que una cosa es preguntarse que es ser una
mujer y otra es serlo. La histérica no lo es, se pregunta que es serlo. Sólo que esa
pregunta no se formula. Más aún, es una pregunta respondida anticipadamente en
el nivel del fantasma y en el nivel de la identificación. La identificación viril le
permite a ella no ser mujer. Y es que ser mujer le podría traer algunos problemas, y
que ella prefiere dejárselos a otra y soportar ella las dificultades que le da a ella esta
posición histérica

Identificación con el padre muerto en la neurosis obsesiva, relación con el


deseo como imposible

D. Las formas neuróticas del deseo: Insatisfecho, imposible y prevenido

El deseo neurótico sostenido fantasmáticamente, es un deseo que podemos calificarlo


de cobarde en sus tres versiones:
 Deseo insatisfecho en la histeria
 Deseo imposible en la neurosis obsesiva
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 Deseo prevenido en las fobias

La insatisfacción histérica como un modo de goce

No hay forma de sostener un deseo insatisfecho más que planteándose que hay otra
que goza todo lo que ella no. Solo que la queja que ella puede sostener, de que goza
tan poco en comparación con la otra que siempre está en el horizonte del fantasma
histérico, esa queja supone para ella un goce: el goce de ser privada de goce; el goce
de lo poco que a ella le toca gozar.
Hay un goce de estar privada de goce, y este está soportado por una suposición del
goce de la otra. Eso tiene un lazo particular con el situarse del lado hombre de las
fórmulas de la sexuación
Lacan dice: la histeria hace de hombre y que en efecto le deja el lugar femenino a la
otra. La histérica cede su lugar de mujer a otra

Histeria y feminidad.
Histeria y Otro goce.
Degradación del deseo en demanda en la neurosis obsesiva: prevalencia de la
analizad

Cuando el obsesivo degradó el deseo del Otro a demanda, se ahorra la angustia


volviendo a un Otro deseante, amo. Es no saber de la falta del Otro por la vía de un
hacerse ordenar. EL deseo suyo se vuelve ahora imposible, porque ya no se sabe si es
deseo mío o es del Otro. Lacan no deja de subrayar que esto está en relación con el
registro de la prevalencia anal en la obsesión. En el estadio anal es donde prevalece
la demanda del Otro. Con precisión el niño sabe que es lo que quiere el otro. Si hay
analidad en la obsesión, no es porque este tenga una homosexualidad latente como se
interpretaba en una época, sino porque está en relación con el modo con que ese Otro
le demanda, con la educación de los esfínteres, hacelo ahora, hacelo para mamá,
entregame ese regalito. El obsesivo va entregar todos los regalitos, va a tapar al Otro
de regalos hasta apagar su deseo. Al mismo tiempo, el deseo de él se vuelve
imposible, porque no se encuentra él en ese deseo. Está continuamente respondiendo
a la demanda del Otro, velando la castración del Otro que también oculta la suya
propia. Se cree un genio.

El deseo prevenido en la fobia.

E. El fantasma:
Pantomimas en la histeria y la obsesión

Lacan ya insistió que la neurosis es una pregunta. Ahora destaca más bien, que la
neurosis supone una respuesta. Es cierto que ya decía que no es cualquier pregunta,
es una pregunta no formulada, no desplegada. Acá nos dice que es una respuesta a su
facticidad respecto de su sexo en una, la histeria, de su existencia en la otra, neurosis
obsesiva
Hay pantomimas histéricas y pantomimas obsesivas. Conductas prototípicamente
histéricas ú obsesivas . La cuestión de las pantomimas, no es estrictamente hablando
algo que se siga directamente de la presentación fenoménica
En la histeria: Para enfrentarse con ese otro, ese otro de su propio sexo, lo hace
capturar por los oficios de un hombre de paja, por un testaferro, un tercero, un
mediador, el Sr. K, su padre, a ella (a Dora) le interesa el otro de su propio sexo, pero
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lo hace capturar por este personaje masculino sustituto del otro imaginario.
Homenajes dirigidos a otra, esa es la otra de la histérica, la que a la histérica le
interesa. Estoy en el nivel de la respuesta conductual, la pantomima, en la que se
expresa la respuesta que la sujeto da. Ella le ofrece a ese hombre de paja,
intermediario, la mujer a la que ella adora.
Ella solamente puede tener ese goce de ser privada a condición de suponer en el
horizonte de su fantasma, de su pantomima, el goce de la otra.

La relación de la histérica con la otra mujer, y del obsesivo con el amo. La


procastinación

El obsesivo se define por no actuar, por postergar el acto. El está al servicio de un


amo, pero todo el tiempo está fantaseando lo que va a hacer cuando el amo se muera.
Pero no hace nada, es la postergación, la procastinación obsesiva del acto
soportada en el nivel de la fantasía. El obsesivo para no saber de la falta de garantía,
de la falta del Otro se busca entonces un amo, a quien obedecer. El deseo que podría
angustiarlo al sujeto, lo transforma en demanda, en una orden. La cuestión es que al
volver el deseo demanda, sabe lo que el Otro quiere y ya no hay angustia ante el
enigma del deseo del Otro. Cuando el obsesivo degradó el deseo del Otro a demanda,
se ahorra la angustia volviendo a un Otro deseante, amo.

El deseo neurótico fijado al fantasma

Allí donde el neurótico no se formula la pregunta con propiedad, en lugar de llevar, de


desplegar el grafo hasta el S(A), el neurótico lo que hace es sostener su deseo (d) de
una respuesta fantasmática (S<>a). Desgracia del ser,
No hay muchas posibilidades en la neurosis, porque las perspectivas del goce neurótico
son más bien limitadas, como son limitados los objetos de la pulsión que en el
fantasma encuentran un marco. Lacan los numera: oral, anal, escópico e invocante.

Interferencia del fantasma en la formación de síntomas neuróticos

Son las posiciones que uno encuentra en el fantasma neurótico, que ya son
respuestas anticipadas a una pregunta que el neurótico no quiere formularse.
Porque el formularse esa pregunta da por resultado lo que llamamos angustia. El
fantasma entonces es una defensa respecto de la angustia. Que el fantasma les
otorga un ser más o menos seguro, pero siempre sufriente, del que ustedes no saben
nada puesto que el fantasma es Icc, pero eso lo sufren en un nivel que no es otro que
el de sus síntomas, acá tienen entonces la determinación del fantasma sobre el
síntoma ( que se escribe s(A)), en el lugar del significado del Otro. La lógica es bien
sencilla, como ven, el Otro barrado del que el sujeto no quiere saber nada porque sino
se angustiaría y el Otro completo, tenemos el fantasma, que ha garantizado que nos
encontremos con Otro sin barra. Hay una identificación aquí, en este nivel
fantasmático, podemos llamarla incluso “Identificación fundamental” del sujeto, así
como Lacan habla de fantasma fundamental. Se trata en el decurso de un análisis,
promover cierto orden de que en esa identificación, porque esa que lo salva al sujeto
de angustiarse por no saber lo que es él en el deseo del Otro, es por otra parte lo que
hace su sufrimiento
Pero hay otras identificaciones son las respuestas neuróticas que el sujeto construye
para no saber nada de la falta en el Otro ó de la pregunta que no quiere formularse.
tenemos identificaciones imaginarias que también le otorgan al sujeto en el nivel del yo
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una respuesta más o menos grata respecto del asunto de lo que son ellos para
el deseo del Otro. Y finalmente en este nivel tenemos la última respuesta símbolica,
que es la del I(A), que sostiene las identificaciones imaginarias.
Esa respuesta anticipada que da el neurótico, correponde a la cara del sentido del
síntoma, la identificación y la fantasía corresponden a la envoltura del grano de arena
de la perla
fanstasma fundamental.:Este supone la reducción de todas las escenas a la relación
entre un sujeto y un objeto parcial. Se construye, es el “denominador común” de las
fantasías de un sujeto.

Disfunción del fantasma en la fobia.

F. El síntoma:
La oposición histeria - neurosis obsesiva a partir de los tipos de síntoma. La
fobia como placa giratoria.

2. LECTURA LACANIANA DE DORA:

En Dora la pregunta que está en juego, como en las histerias, es la pregunta por lo
femenino. Respecto de esa pregunta que Dora no se formula, tenemos la
identificación viril como respuesta.
La identificación viril que se da en Dora, , a cual de los tipos de identificación en Freud
corresponde? Es una del tipo b), ya que Freud señala la identificación de Dora con el
padre, que sería viril en ese caso o es una del tipo c) no digo histérica, sino que
destaco allí un imaginario que destaco acá donde Lacan dice “el yo de Dora es el señor
K”. Respuesta: son ambos tipos, las dos son viriles.
¿Cuál es la función de esa identificación viril? Responderse ante la pregunta por lo
femenino. Dora identificada con su padre responde que es ser una mujer, sin llegar al
punto angustiante de no saber lo que es. Que responde?, en su fantasma, que una
mujer es algo a ser chupado.
Pero cuando aborda la posición en el nivel del Sr. K, es una identificación del tercer
tipo, tipo c). La que hace masa, imaginaria. El Sr. K y Dora identificados de yo a yo,
hacen masa. Por llevar un mismo objeto al lugar del Ideal. En todo caso ese lugar para
Dora está encarnado por esa mujer que encarna al mismo tiempo el misterio de lo
femenino para Dora. Si Dora está identificada al Sr. K. en el nivel imaginario… y en el
nivel simbólico ubicamos a la Sra. K., en el lugar del Ideal, el I(A).
Encarna el misterio de lo femenino; pero Dora no llega a preguntarse que es ser una
mujer, angustiandose más allá del fantasma, ella responde identificada con el Sr. K, en
el nivel de su tos.
ese síntoma el de la tos, está sostenido fantasmáticamente, le permite a Dora una
respuesta. Es un síntoma-solución, no un problema
El señor K. en suma le sirve a Dora de yo, en la medida en que por su intermedio
puede sostener efectivamente su relación con la señora K. […]
La mediación del señor K. es lo único que permite a Dora mantener una relación
soportable.”
Para la histérica es preciso en su abordaje de la otra una mediación masculina, un
tercero mediador
Cuando el Sr. K se va, ella se queda muda, la afonía tiene otra estructura. En ella, el
mediador se ha corrido, ella queda a solas, sin palabras ante lo enigmático de lo

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femenino. Pero cuando Dora tose y está identificada con el Sr. K, no es más que
una simple histérica dice Lacan
La neurosis se mantiene estable a partir de una respuesta identificatoria. La de Dora a
partir de su identificación viril y la neurosis de descompensa cuando aparece un
síntoma que no es la tos, que Lacan lo llama “un pequeño síndrome de persecución”
vinculado al padre. Dora empieza a quejarse, se queja de que es objeto de un
intercambio grosero entre esos dos hombre. El padre la deja en manos del Sr. K para
que este no le objete su relación con la Sra. K. Esto es anterior al encuentro con Freud,
esto es la escena del Lago, donde Dora con ese cachetazo le dice al Sr. K tras su
expresión “mi mujer no es nada para mi”, entonces “tu no eres nada para mi”. Vos sos
algo para mi, porque la identificación contigo me responde por lo femenino, pero eso
vale siempre y cuando vos la mires a ella. Cuando el Sr. K habla, se cae la
identificación, se corre el mediador. Se desencadenó la neurosis de Dora.

El caso Dora leído a partir de las inversiones dialécticas y los desarrollos de


verdad

1er Tiempo 2do Tiempo 3er Tiempo


Comedia/Valet de 4 Escena del Lago Análisis con Freud
∑1 TOS [Egosintónico] Desencadenamiento Inversiones Dialécticas
[Fantasía] Encuentro con S(A) Desarrollos de Verdad
Cómplice del Cambalache ∑2 Delirio de Reivindicación Sueño
[Angustia] Neurosis de Transferencia

La TOS del 1er tiempo está soportada por la fantasía de una relación oral entre el
padre y la Sra. K. Dora en esa comedia es cómplice del terrible cambalache del que
luego se queja, de ser entregada por el padre al Sr. K para que aquel pueda estar con
la Sra. K, mientras tanto Dora cuida de los hijos del matrimonio K permitiendo esto.
Mientras el padre pueda seguir encontrándose con esa mujer, ella puede responderse
anticipadamente en su fantasma a la pregunta por lo femenino, vía la identificación.
El 2do tiempo es el de la escena del lago. Ese desencadenamiento, o descompensación,
lo podemos llamar también (des)identificación o vacilación fantasmática. En cualquier
caso, es el despertar de la pregunta. Es la caída de la respuesta neurótica. En el caso
del síntoma para este tiempo, Lacan señala el surgimiento de un delirio de
reivindicación. No se trata de una psicosis, la perspectiva lacaniana es estructural,
puede una persona estar delirando y eso no la vuelve psicótica, es una histérica
delirando.
El 3er tiempo, Dora llega con ese delirio a Freud y este el que le señala que ella era
cómplice. Allí encontramos las inversiones dialécticas y los desarrollos de
verdad, ACA FALTA DESARROLLAR ESTA EN LAS CLASES ( EN TALLER)

El circuito de los cuatro personajes y la descompensación de la neurosis de


Dora.

La pregunta por la mujer.


La matriz imaginaria que da la medida de lo que significan, para Dora, la mujer
y el hombre.
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Identificación viril. El misterio de la feminidad.

Cuál es el sentido de la identificación de Dora con su padre sino la significación


coagulada que esa identificación le presta según Lacan, para que ella responda
anticipadamente que es ser una mujer? Ella se identifica con el padre como la
identificación viril. En esa fantasía de lo que harían el padre con la Sra. K cuando se
encuentran, de modo que esa identificación con el Padre en esa fantasía, Dora tose y
allí ella es el padre que chupa. En esa identificación Dora se responde que es ser una
mujer? Un objeto ha ser chupado. Da respuesta allí por la femineidad, sin formularse
plenamente porque si se la formula esa pregunta no tiene respuesta porque con Lacan
podemos decir: no hay significante de LA mujer en el Icc, de modo que no hay forma
de responder esta pregunta salvo que uno no se la formule como hace la histérica y
responda con la identificación viril.
La identificación viril le permite a ella no ser mujer. Y es que ser mujer le podría traer
algunos problemas, y que ella prefiere dejárselos a otra y soportar ella las dificultades
que le da a ella esta posición histérica.
¿Cuál es la función de esa identificación viril? Responderse ante la pregunta por lo
femenino. Dora identificada con su padre responde que es ser una mujer, sin llegar al
punto angustiante de no saber lo que es. Que responde?, en su fantasma, que una
mujer es algo a ser chupado.
Pero cuando aborda la posición en el nivel del Sr. K, es una identificación del tercer
tipo, tipo c). La que hace masa, imaginaria. El Sr. K y Dora identificados de yo a yo,
hacen masa. Por llevar un mismo objeto al lugar del Ideal. En todo caso ese lugar para
Dora está encarnado por esa mujer que encarna al mismo tiempo el misterio de lo
femenino para Dora. Si Dora está identificada al Sr. K. en el nivel imaginario… y en el
nivel simbólico ubicamos a la Sra. K., en el lugar del Ideal, el I(A).
Encarna el misterio de lo femenino; pero Dora no llega a preguntarse que es ser
una mujer, angustiandose más allá del fantasma, ella responde identificada con el Sr.
K, en el nivel de su tos.
ese síntoma el de la tos, está sostenido fantasmáticamente, le permite a Dora una
respuesta. Es un síntoma-solución, no un problema. El señor K. en suma le sirve a
Dora de yo, en la medida en que por su intermedio puede sostener efectivamente su
relación con la señora K.
La mediación del señor K. es lo único que permite a Dora mantener una relación
soportable.”

Oposición feminidad - histeria. La interrupción del tratamiento. Críticas


lacanianas a la posición prejuiciosa de Freud. Las entrevistas con Félix Deutsch.
Compromiso del fantasma, la identificación y la pulsión en los síntomas de Dora.

3. LECTURA LACANIANA DEL HOMBRE DE LAS RATAS:

El hombre de las ratas en el esquema L.


Cruce de la cadena de las palabras con la trama de los fantasmas

La cadena de las palabras corresponde al eje simbólico, al automatón del Icc, esa
cadena se cruza con la trama de los fantasmas. Lacan comienza a trabajar esta trama,
ó las fantasías, en el nivel imaginario. Todavía no ha llegado a reducir al fantasma a la
relación de un sujeto con un objeto parcial. Estamos en un nivel que es imaginario y en
el Hombre de las Ratas, lo que tenemos en la trama de los fantasmas en conjunción,
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una pareja de imágenes narcisistas –vean porque lo ubico en el eje imaginario
del esquema- a la sombra del padre muerto y el ideal de la dama.
La neurosis no consiste sino en no querer saber nada del S(A), el punto donde el Otro
no responde, y en el taponamiento de ese agujero, de esa hiancia, de ese faltar, por la
vía de un fantasma.

Equivalencia del padre muerto y la dama idealizada

En el nivel del eje simbólico, tenemos la insistencia de la cadena de las palabras, que no está
constituida solamente por significantes sino también por, la falta, la deuda del padre. El
sujeto responde a esa deuda, que le viene de ese Icc transidividual y que lo determina
sintomáticamente desde un nivel que para Lacan aquí es imaginario y en donde se
ubica la trama de los fantasmas. En esos fantasmas, se da la equivalencia entre la
mujer y el padre. Se conjugan allí en una pareja de imágenes narcisistas,
perfectamente inter-cambiables. Un día el castigo de las ratas recae sobre la dama,
otro día sobre el padre
Es tarea de análisis, producir una disyunción allí donde en la NsOb hay una conjunción,
entre lo femenino y el padre. No sólo porque el encuentre a su padre a veces
femenizado, sino sobre todo porque encuentra a su mujer, novia, amiga, cumpliendo
funciones paternas. Si el padre está muerto, función que cumple el padre en lo
simbólico, no pocas veces él fantasea con la muerte de su mujer. Ó le da figuración
femenina a la muerte. Estos, lo femenino y la muerte, están también en conjunción en
la NsOb

El desencadenamiento de la neurosis del hombre de las ratas. Las deudas


del padre. Subjetivación forzada de la deuda. Culpa y superyó.

La interpretación freudiana: inexacta pero verdadera

Freud eventualmente está indicando que a partir de la propuesta marital de la madre,


el sujeto se enfrenta con el punto donde el padre, su padre, quedó en deuda.
Recuerdan ustedes que la madre le propone casarse con la prima rica. Lacan señala
que Freud distingue en esa propuesta, quiero decir interpreta, interviene, señala, en
relación con esa propuesta, el sujeto queda enfrentado con ese mismo punto de deuda
que hereda de su padre.
Lacan señala que esta interpretación es inexacta, porque efectivamente el padre está
muerto. No podría haber prohibido esto de ningún modo, sin embargo Freud le
adscribe esa prohibición al padre. Entonces, es una interpretación inexacta, pero
verdadera. Y que la cuestión crucial es que el psicoanalista no se atiene a la verdad, a
la exactitud de los hechos, hay un nivel en donde importa menos que se trate de
hechos exactos, de que se este tocando una verdad, más sustancial.
Las palabras que pronuncia la madre vehiculizan el discurso paterno. Esto según Lacan
es una verdad a medias porque la verdad profunda se situa en la cadena de palabras.
Un encadenamiento significante, que proviene de la prehistoria del sujeto y que hace a
la insistencia del ICC, que remite al discurso del otro, operando desde el exterior y sin
embargo es lo mas intimo del sujeto, opera como desde adentro.
En el H de R lo que insiste en el discurso de Otro es la deuda de amor y de juego del
padre, y alli se situa la cadena de palabras, que no son hechos aislados, sino que esta
constituida por un faltar, la hiancia de significantes, espacio que equivale a la falta en
el Otro (deuda del padre), que insiste desde el ICC en todo ese simulacro de redencion

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que lo lleva hasta el delirio, en el proceso de transe obsesivo que lo conduce
hasta Freud, por haberse encontrado con ese punto de deuda del padre.
Ademas de esta insistencia del discurso del Otro, en la estructura de la NO se
encuentra la trama de los fantasmas (la sombra del padre muerto y la dama de sus
pensamientos, produciendo una equivalencia entre ambos, como Yo Ideal.), esto esta
al nivel de la fantasia taponando la falla paterna, es el taponamiento fantasmatico. Se
ubica en el eje I a-----a’.

4. LECTURA LACANIANA DE JUANITO:

Fases en la constitución de la fobia en Juanito: el "paraíso de la dicha"; el


surgimiento de la angustia (encuentro con el "pene real"); el síntoma fóbico
como solución.

El Paraíso de la dicha de Juanito, La Felicidad de Juanito, el Paraíso de la falicidad


de Juanito. Es así puesto que él se ofrece como falo que viene a satisfacer el deseo
materno. Ese primer tiempo en el que Juanito va gustosamente a la cama de la madre,
por cierto no hay aquí ningún padre que venga a sacarlo. En donde juega ese tiempo
tramposo de completar a la madre, él es el falo de la madre. Se ubica como falo
imaginario de la madre y le da al Otro una completud engañosa, un juego tramposo
que juegan la madre y el niño
La cuestión es, de ser el falo el niño pasa a tener el pene. No se puede ser al mismo
tiempo, hay allí la confrontación con una imposibilidad, no se puede ser el falo y tener
el pene.
Se es el falo globalmente, con el cuerpo todo se completa el agujero en el Otro, su
falta. Ahora bien, del cuerpo se distingue un elemento, por pequeño que sea, Lacan lo
llama pene real, que viene a perturbar esa perspectiva de suponerse falo de la madre.
Se tiene el pene, se deja de ser el falo del Otro. Cuando esto ocurre, el sujeto se
encuentra ya sin respuesta ante qué es lo que el Otro desea.
Como Juanito es un neurótico y no un psicótico, opera para él la metáfora paterna,
opera de entrada. El deseo del Otro se interpreta como deseo de falo, entonces él
puede venir a ubicarse como falo de la madre. Se distingue del primer tiempo del Edipo
del que el psicótico está excluido. Es aquí el tiempo cero, el tiempo de la falicidad de
Juanito. El encuentro con el pene real viene a poner en cuestión su posición como falo
de la madre. Es el encuentro con una dimensión del falo que no es imaginaria, no es
simbólica y que prefigura, lo que Lacan va a llamar más adelante, objeto a. Es una
dimensión real, que Lacan ubica en términos de pene, no en términos de falo. Es el
pene real.
El problema que le surge a Juanito es que el padre no viene a prohibir ese toqueteo
masturbatorio, no funciona como el Dios del Trueno
hay un fracaso no en la dimensión simbólica del padre, sino en la real. La dimensión
del padre que Lacan llama castrador, el padre que tiene que prohibir al niño, sacarlo de
la cama con la madre. Prohibirle el goce que surge del pene real.
La posición de Lacan es bien diversa a la de Freud. La fobia se produce porque Juanito
no teme al padre. Es por esto que tiene que construirse un caballo para que venga a
morder bien, allí donde el padre no muerde bien. Castrar donde el padre no castra.
La fobia, que para Lacan constituye ya un tercer tiempo. En Lacan ustedes no
encuentran este tiempo de ligazón de la energía libre con una representación
sustitutiva y luego la formación del parapeto fóbico. Para Lacan el tiempo de la fobia
supone ya una suplencia de la función paterna alicaída. Que tropieza en el nivel de la

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neurosis de este sujeto. Lo recalco, no es una falla del padre simbólico no es
psicosis, es una falla en el nivel del padre real
Juanito no teme a su padre y es por esto que debe inventarse un caballo a quien
temer como suplencia.
El problema del surgimiento de la angustia para Lacan está ligado al hecho de que
no cae una prohibición sobre el goce que surge de este pene real. Prohibición que
debiera estar soportada por una dimensión del padre real. El agente de la castración lo
llama Lacan
El objeto fóbico viene a desempeñar el papel que, por alguna carencia, por una
carencia real en el caso de Juanito, no desempeña el personaje del padre
Una fobia es algo así como una muleta. Que permite que el padre se presente menos
cojo, menos tullido, menos trastabillante. Se trata en última instancia de eso, el padre
no termina de coger bien con la madre. Es lo que le dice Juanito a su padre, señala
Lacan, en una traducción castellana: follatela, follatela de una vez.
El padre real, que es el portador del pene, está allí trastabillando. Alguien tiene que
venir allí a ejercer como suplente, que venga a ayudar al padre en su función, un
caballo. Ese deseo de la madre viene a ser interpretado por el significante caballo.
El caballo viene allí a morder a la madre, a poner un límite a la madre. Allí donde surge
la angustia, esta es sin significante. Un encuentro con lo real que no está bien
nombrado. El miedo es una forma de localizar ese real. La transformación que señala
Lacan está acá, la que hace la angustia en miedo, que no es lo mismo. En el nivel del
miedo hemos nombrado ya el objeto que puede causar horror, terror.
Es imposible ser el falo y tener el pene, o se es o se tiene. Y a partir de que se lo tiene,
y surgen esos goces masturbatorios, el punto anterior de ser el falo de la madre,
queda perdido. Por eso Lacan lo llama el paraíso de la dicha de Juanito, una vez que se
pierde lo está radicalmente

La carencia paterna y el síntoma fóbico como suplencia


La idea de Lacan es que no hay temor al padre porque este no llega a la posición que
él llama en el Seminario IV del Dios del Trueno1, es decir el padre castrador, hay un
fracaso en esa función real del padre. Por no temer al padre, Juanito tiene que
construir a su caballo a quien temerle. La única forma de asumir lo real de la
genitalidad, de vérselas con ese elemento nuevo que es el goce del pene real, es si
este es amenazado, si cae sobre él una prohibición. Es el modo simbólico de tramitar
ese encuentro con lo real. A falta del padre que permite una asunción normal –en
Lacan está ese juego de palabras que retomaremos más adelante, norme-mâle, norma
macho- a falta de la normachidad del padre, porque quizá el estaba demasiado
enamorado, atontado por esa mujer que tenía al lado. A falta del padre castrador,
Juanito debe construirse un caballo que muerda.

El objeto en función de significante.


La función de las fantasías. La resolución del caso.

III. PERVERSIÓN:

1. ABORDAJE FREUDIANO DE LAS PERVERSIONES:


A. Antecedentes psiquiátricos: problemas derivados del diagnóstico descriptivo.

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B. Freud no aisla la perversión como estructura subjetiva, sino el carácter
estructuralmente perverso de la sexualidad humana. Ampliación del concepto
de sexualidad

Por un lado está el tratamiento que Freud tiene de la diferencia psicosis-neurosis, y no


hay la estructura perversión. Por eso puedo decir que en Freud hay las perversiones
Hay en Freud el reconocimiento de la estructura perversa de la sexualidad humana. Es
decir, Freud llega a reconocer,el carácter perverso de la sexualidad, una perversión
generalizada. Lo hace por diversas vías, para empezar él describe una perversión
generalizada que ubica en la infancia: la perversión polimorfa infantil.. En el lugar
del padre perverso, que está situado en la primera teoría de Freud, la de la seducción,
ubica esta perversión polimorfa infantil. Hay entonces una crítica a la perspectiva
inocente de la infancia, pero sobre todo se abre allí una pregunta que termina de
responder Freud, que es ya no como alguien deviene perverso sino como alguien deja
de serlo, ya que se parte de la perversión generalizada.
Es decir que para que una mujer devenga objeto sexual para un hombre eso no es algo
natural. “… entre pulsión sexual y objeto sexual no hay sino una soldadura

C. Clasificación freudiana de las perversiones. Las perversiones como conductas


desviadas respecto del objeto y de la meta sexual "normales".
La perversión está para Freud definida en una desviación, respecto del objeto sexual normal y de la
meta o fin sexual.
Meta (voyerismo/exhibicionismo, masoquismo/sadismo)
Perversión x desvío de Fetichismo
Objeto (homosexualidad, paidofilia, zoofilia, necrofilia,
reemplazo del o. “normal”)

D. La neurosis como negativo de la perversión. Carácter perverso de las


fantasías en la neurosis. Mociones perversas satisfechas en los síntomas
neuróticos.

Que Freud encuentra el negativo de la perversión en la neurosis, entendiendo que los


síntomas expresan fantasías o mociones pulsionales perversas, no deja de señalar que
los neuróticos además llegan a veces a acciones perversas. Uno podría pensar que hay
una distinción estructural en Freud señalando que las fantasías perversas se expresan
en los síntomas neuróticos y que las acciones se hacen en la perversión. Freud señala
en ese texto, que no hay que ser perverso para llevar a cabo conductas perversas.
Pueden darse en el campo de la neurosis, y suponer ciertas escenificaciones del
fantasma que en el nivel de lo descriptivo se desvían del objeto normal y del fin sexual
normal. En la neurosis además (de los síntomas) hay actuaciones perversas que no
hacen de ese sujeto un perverso en el nivel de la estructura

E. Homosexualidad. Homosexualidad masculina “tipo Leonardo”.


Homosexualidad femenina: “la joven homosexual”

Cuando Freud ubica la homosexualidad dentro del campo de las perversiones, no lo


hace en un sentido patológico, sino que en un sentido descriptivo, conductual, se
desvía respecto del objeto. Por cierto, también lo hace del fin sexual. Pero la pregunta
está impuesta en los medios
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El caso prototípico de homosexualidad que describe Freud es el caso de
Leonardo Da Vinci. No es un homosexual practicante, pero Freud describe un tipo de
homosexualidad, hay otras, pero lo interesante del caso, es que allí esta es un
producto del Edipo positivo, contrario a lo comúnmente creído de que la
homosexualidad es producto del Edipo negativo, de su relación pasiva respecto del
padre. Freud la propone allí más o menos así, que Leonardo ama a jovencitos como su
madre lo amaba a él. Hay un lazo libidinal muy fuerte, una fijación edípica con la
madre que provoca, luego que el Edipo se sepulta y se deben abandonar los objetos
incestuosos, que él se identifique regresivamente con la madre. Identificación regresiva
no con un rasgo del objeto amado, sino la identificación en la homosexualidad
masculina de este tipo, en la que una vez que se descatectiza el objeto incestuoso,
siendo tan fuerte el lazo con la madre que ahora guarda una parte de ella, siendo ella.
Se identifica con esa madre, fálica, amando maternalmente a sus discípulos jóvenes.
Por lo demás, en el caso de Freud de homosexualidad femenina, “Sobre la psicogénesis
de un caso de …” allí estudia la génesis del lesbianismo ligada a las vicisitudes
amorosas con el padre, es decir también respecto al Edipo positivo. El viraje,
resumidamente, es que el padre le hace un hijo a la madre y no a ella. Sufre un
engaño de parte del padre, cae el padre, caen los hombres y se enamora de una chica.

F. Fetichismo: Verleugnung de la castración. El problema de plantear a la


Verleugnung como mecanismo específico de la perversión.
Freud aísla un mecanismo específico para el fetichismo, que es el mecanismo de la
Verleugnung se trata de renegación o desmentida. El fetichista desmiente la
castración. No es la forclusión psicótica, hay para él la inscripción de la castración, se
ha anoticiado de ella pero no quiere saber nada. Este mecanismo hace que Freud
considere al fetiche como un monumento a la castración. O sea viene allí un objeto a
taponar la castración, a desmentirla. Se ha creído que en toda perversión (como
estructura) hay desmentida de la castración. Puede ser, el problema es como pasaba
con la psicosis y la forclusión, tomarla como un mecanismo exclusivo cuando también
la hay en la neurosis. El caso de Verleugnung, Freud no la utiliza exclusivamente para
el caso del fetichismo, la señala en el abordaje el Edipo en el niño en donde hay un
período de desmentida normal. El niño que ve los genitales de una niñita y dice “lo
tiene chiquito, le va a crecer”. Hay allí una Verleugnung generalizada

G. Voyeurismo y exhibicionismo. Sadismo y masoquismo.

Masoquismo erógeno, femenino y moral.


Freud distingue tres especies de masoquismo. Uno que llama erógeno o primario,
universal, de otros dos tipos, el femenino y moral. El masoquismo femenino, que no
adjudica únicamente a las mujeres, es un masoquismo que está presente en las
fantasías neuróticas y en algunas acciones perversas, donde el sujeto adopta una
posición más o menos castrada, femenina, pasiva. Un masoquismo fantasmático, que
puede servirle a alguien para responderse qué se es para el deseo del Otro. Diferente
del masoquismo moral que supone la incidencia del Superyó. El Superyo, lo pueden
leer en un texto mío llamado “Superyó, el carozo del padre”, no supone una voz
mediatizada por el fantasma, sino que es una voz por fuera del rango fantasmático. El
fantasma conduce al principio del placer y por eso en las fantasías masoquistas
tenemos una fantasía que es homeostática. El sujeto puede gozar fálicamente de esas
fantasías. El Superyó conduce más allá del principio del placer y el masoquismo que

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Freud llama moral, es el que está en juego en la reacción terapéutica negativa,
en la compulsión de repetición, es decir un masoquismo que no es fantasmático.

2. LACAN: LA PERVERSIÓN COMO ESTRUCTURA SUBJETIVA.

A. El fetichismo como paradigma de la perversión.

Hay un primer Lacan que aborda las perversiones en un sentido más freudiano y que
no logra aislar la estructura clínica perversión Define la perversión centrado en aquello
que liga al sujeto con el falo. Define a la perversión ya sea como la posición en donde
se reniega de la falta de pene en la mujer, ya sea que se identifica el sujeto mismo al
falo ó que se identifique el sujeto con la madre fálica. El fetiche como una renegación
de la castración, en el primer Lacan, el perverso tanto identificado al falo que le falta a
la madre ó identificado a la madre fálica, reniega de la castración materna. El prototipo
de la perversión es el fetichismo

Localización de la perversión en los tres tiempos del Edipo.

Incluso Lacan no deja de situar una fase del Edipo, perversa, con el niño identificado al
falo de la madre. No es la perversión como estructura, es la dimensión de la perversión
generalizada.
Mientras la aborda en términos fálicos, le va a costar mucho distinguir neurosis y
perversión. Muchas veces va a señalar que el neurótico sigue prefiriendo a la
castración, ser el falo de la madre. De modo que ambas posiciones quedan muy cerca.
En el final del tercer tiempo del complejo de Edipo, hay una decisión para el niño, se
corre finalmente de la posición de falo de la madre o persiste en ello. Quién no será
perverso y quien pueda rehusar a esa posición será neurótico
Identificación con el falo imaginario.

B. El masoquismo como paradigma de la perversión.


Cuando Lacan define la perversión de este modo, el prototipo ya no es el fetichismo, es
el masoquismo. Debemos constatar para hacer un diagnóstico estructural esa posición
subjetiva. El asentimiento a hacerse instrumento del goce del Otro. A volverse el
objeto a que falta al Otro.

El deseo perverso como voluntad de goce.


El objeto a en la consideración de la estructura perversa: el perverso como
instrumento del goce del Otro.

Lacan inventa el objeto a, entre los Seminario VI y XVI, en lo que él llama su única
invención en psicoanálisis, el objeto a. Uno puede aislar una definición de la perversión
como estructura clínica recién ahora, y es: perversa es la subjetividad que se aviene a
hacerse instrumento (objeto a) del goce del Otro. En este sentido perversión queda en
oposición a neurosis y psicosis. Si tomamos como eje el goce del Otro, acá tenemos
neurosis y psicosis de un lado y perversión del otro

Función del fantasma en la perversión y en la neurosis.

El voyeur y el exhibicionista le devuelven la mirada que al Otro le falta. El sádico y el


masoquista le devuelven al Otro la voz que le falta. Devienen ellos ese objeto. No

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necesariamente para que ellos le devuelvan el objeto al partener, que es el otro
imaginario. La perversión supone una escenificación, osea que hay allí un fantasma.
El Otro está allí siempre bien dispuesto y por esto que la perversión tiene siempre un
carácter público. No se trata de la perversión más o menos cobarde que puede
alcanzar el neurótico en la intimidad, es preciso la plaza pública, el ágora. Es una
perversión que se realiza frente a una escuela, en una iglesia, en la ciudad. Es el Otro
el convocado allí y al que se le entrega el objeto que le falta.

C. Rasgos de perversión en las neurosis y las psicosis.


Rasgos de perversión en los historiales freudianos.

IV. LA ANGUSTIA:

Freud. La angustia como estado afectivo. Situaciones de peligro ante las que se
reacciona con angustia. Angustia automática y angustia como señal. Función de
la angustia en relación con los síntomas de la histeria, la fobia y la neurosis
obsesiva. Relaciones entre la angustia, la represión y la formación de síntomas.

Formulaciones de Lacan sobre la angustia.


1) La angustia no es sin objeto.
2) La angustia se produce frente al deseo del Otro, frente a A.
Parecen contradictorias porque esta primera 1) es compatible con otra que usa Lacan:
la angustia es la falta de la falta.
El deseo se soporta del hecho de que al sujeto le falte el objeto. Si no, uno no puede
desear. Uno podría llegar a decir: hay sujeto deseante en tanto el objeto esté a
distancia. El objeto dice Lacan puede llegarle al sujeto desde atrás, sin que el objeto
sepa de él. Si el objeto de golpe pasa adelante, pierde su función de causa del deseo y
deviene un objeto que causa la angustia. Tiene que faltar el objeto para que alguien
desee. El problema es entonces, que ocurre cuando falta la falta. Ocurre que el objeto
se presenta. No es un trabalenguas, es muy sencillo. O hay deseo y falta el objeto ó
hay angustia y falta la falta. La angustia es frente a la presencia del objeto. Por eso
Lacan dice: la angustia no es sin objeto, es porque hay presencia del objeto. Nos
mantenemos tranquilos cuando el objeto no se presentifica, cuando su cara real está
velada. Es preciso que lo real del objeto falte, porque si falta esa falta es angustia.
Otra cosa es que el sujeto se encuentre con la falta en el Otro, que llamamos deseo del
Otro. No saber que se es para el deseo del Otro. Es la vía que tomamos antes cuando
decíamos que el fantasma es una defensa contra la angustia ¿Por qué? Porque el
fantasma en este nivel le da al neurótico una respuesta anticipada para no encontrarse
con el deseo del Otro que podría angustiarlo. ¿Cómo coordinar estas dos versiones de
la angustia? Una en la que Lacan hace hincapié en que la angustia surge cuando se
presentifica el objeto, cuando falta la falta. Y otro que la angustia surge cuando no se
sabe que se es frente al deseo del Otro, vacilación del fantasma le llamamos acá. La
posibilidad de conciliar estas dos alternativas, es que la angustia para Lacan, es la
posibilidad de la muerte del sujeto.
Lacan por el contrario, sostiene que hay angustia cuando falla la castración, falta la
castración, falta la falta.
Lacan propone más bien salir de ese impasse freudiano, pasar de él, yendo más allá de
la angustia de castración, puesto esta es todavía una defensa contra la angustia. Es

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todavía si ustedes quieren, una versión del temor a ser castrado, que no es la
angustia, es ya una interpretación de la angustia.

V. FENÓMENO PSICOSOMÁTICO:

Caracterización del fenómeno psicosomático.


Diferencias con el síntoma orgánico, el síntoma conversivo y el de las neurosis
actuales. El fenómeno psicosomático y las estructuras clínicas.

La idea de lo psicosomático surge luego de que la medicina no encuentra causas


orgánicas a las que atribuirle la etiología y patogenia a una enfermedad. A principios del
s XX se reintroduce la cuestión de lo psíquico bajo esta forma de pensamiento que es la
Medicina psicosomática, que tiene que ver con todas aquellas consultas que reciben los
médicos donde el elemento emocional e histórico del paciente parece anudarse con su
enfermedad.
Freud va a plantear al ICC como el autentico mediador entre lo psíquico y lo somático. El
fenómeno somático implicaría una falta de mediación, un rodeo que esquiva al ICC.

Enfermedades que se podrían caracterizar de psicosomáticas: ulcera gastroduodenal,


asma, alergias, psoriasis, caída de pelo en un sector del cuero cabelludo, colagenopatias,
lupus, colitis ulcerosa, colon irritable. Incluso algunos plantean que hasta el cáncer, la
diabetes, y el desencadenamiento del Sida tienen una incidencia de lo psicológico.

En la hipocondría y la histeria, no hay lesión orgánica. Lo que se pone en juego en la


hipocondría es la idea delirante de que se esta enfermo, y en la histeria el cuerpo en su
condición de imagen, de representación imaginaria.

En las neurosis de angustia (hoy ataque de pánico), habría esta incapacidad de lo


psíquico de hacerse cargo de las exigencias de la sexualidad y por ello la libido deviene
angustia o sus equivalentes que son estos síntomas como mareos, cefaleas, dolores,
etc.). No hay mediación entre lo psíquico y lo somático. Por eso no son analizables,
porque el paciente no puede hacer ninguna asociación con eso que le pasa.

En la enfermedad medica, hay lesión orgánica, evidenciable y detectable mediante


estudios. El síntoma orgánico tiene una fisiología y un curso de la enfermedad.

En el fenómeno psicosomático también hay lesión, puede no haber herida, pero si una
alteración funcional. Y además tiene un nombre (ulcera, psoriasis, alergia, etc.).

Lacan va a decir que en el fenómeno psicosomático hay un goce especifico, es algo del
orden de lo inscripto, pero a modo de sello, una marca. Fuertemente implicado con lo
imaginario, además de estar con el cuerpo simbólico. Habría un retorno de goce en el
cuerpo, por el efecto de la falla del significante como significante en la holofrase, no hay
intervalo significante. Esta holofrase es algo que viene del Otro.

VI. EPILEPSIAS:

Definición de epilepsia. Clasificación y semiología. Crisis generalizadas, parciales, y


parciales que se generalizan secundariamente. Diagnóstico diferencial entre cuadros
epilépticos, histéricos, síndromes alucinatorios y delirantes.

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Epilepsias, no es lo mismo que “la epilepsia”, a partir de 1989 se habla de epilepsias.


Según la clasificacion internacional, el 20% de las crisis epilepticas con convulsivas, el
resto no lo son.

Crisis generalizadas: son ausencias que pueden pasar desapercibidas, duran de 5 a 10


segundos.
Crisis mioclonicas: son sacudidas bruscas. Se recuperan rapidamente.
Crisis atonicas: Pierden rapidamente el tono muscular. Es mas comun en chicos.
Síndrome de West: son espasmos infantiles con extensión de brazos y sollozos. Tienen
muchos episodios durante el dia, y se lesiona la cognicion. Provoca retraso madurativo.
Crisis tonico-cronica: Hay convulsiones en la fase tonica. Luego la persona empieza a
tener clonias, por eso tonico-cronica. Dura aproximadamente 62 segundos.

Crisis focales o parciales: es una crisis simple, no hay perdida de conocimiento. Hay
contracciones en la hemicara derecha y mano derecha.

Simples: Crisis autonomicas: sienten ganas de vomitar. Es una crisis cuyo sintoma es el
miedo, la unica manifestación clinica es un ataque brusco de miedo. El diagnostico
diferencial es Ataque de panico. Hiperventilan por miedo.

Complejas: Actitud distonica de la mano derecha y se tocan con la mano izquierda, son
automatismos. No hay convulsiones, pero estan totalmente decomectados. Dura de 2 a 3
minutos.

Diagnostico
De 100 personas diagnosticadas y tratadas por epilepsia, el 20% no tienen epilepsia, por
lo tanto no responden a la medicacion. Y de 20 a 25% de personas epilepticas tienen
ademas simultáneamente con las crisis epilepticas, crisis de causas psicogenicas. Son
situaciones absolutamente neuroticas y la indicacion es la psicoterapia.
La medicacion en la epilepsia esta indicada porque el 40% de las personas con alta
frecuencia de crisis epilepticas tienen arritmia cardiaca y pueden producir una muerte
subita.
El 10% de la personas con epilepsia tienen psicosis epilepticas, la causa de la psicosis es
la epilepsia. Es similar a la esquizofrenia, la diferencia es que el paciente epileptico con
psicosis no pierde el afecto, permanece en nuestro mundo. Fuera de eso la semiologia es
la misma y los delirios son habitualmente paranoides. El tratamiento para la psicosis
epileptica es antidepresivos.

Operación
La operación consiste en sacar 15 cc del lóbulo temporal, quitar la lesion y lo que la
rodea, ya que la lesion va generando focos alrededor y eso es lo que perpetua la
epilepsia. Luego se colocan electrodos en la profundidad por esteroataxia. La cirugía de
las epilepsias esta indicada cuando una persona tiene un numero de crisis que altera su
calidad de vida o su cognicion. La memoria que se pierde con la epilepsia, se recupera
luego de la operación. Los pacientes que no se curan totalmente, mejoran notablemente
su calidad de vida, ya que de 4 crisis que tenian por dia pueden llegar a tener una por
año. Cuanto antes se opere la persona, mejor sera el pronóstico.

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