Historia de la Fundación San José de Huambaló

En el año 2004, un grupo de padres de familia de niños con discapacidad, nos unimos con
la firme esperanza de buscar apoyo para crear en nuestra parroquia un centro de atención
especializado, en donde nuestros hijos puedan recibir el servicio terapéutico que
necesitan, iniciando un arduo trabajo, para lo cual en el mes de noviembre de ese año,
una vez visualizada la necesidad, la idea se cristaliza, para lo que se acude al Ministerio
de Bienestar Social en busca de una asesoría legal iniciando de esta manera el tramite
para la constitución, y el 17 de noviembre en las instalaciones del convento parroquial se
dio la asamblea constitutiva con la participación de 16 padres de familia de niños con
discapacidad y el apoyo de las autoridades parroquiales y el señor Cura Párroco Dr.
David Mora, quedando como presidenta la señora Mónica Paredes, quien realizó los
trámites respectivos para al año siguiente obtener el Acuerdo Ministerial otorgado por el
Ministerio de Bienestar Social hoy Ministerio de Inclusión Económica y Social con el
N°009-2005, luego se adquirió el Registro Único de Contribuyentes y más documentación
que abalice la legitimidad Institucional, durante estos años hemos trabajado basándonos
en Proyectos para la consecución de recursos tanto económicos como materiales que
permitan ofrecer servicios fisioterapéuticos de calidad para nuestros beneficiarios, hemos
golpeado puestas de instituciones gubernamentales, no gubernamentales y personas
generosas que han querido ser partícipes de nuestra labor, ya que se han sensibilizado al
conocer que la discapacidad viene de la mano con la pobreza y el bajo nivel educacional
de las familias, estas acciones unidas a las de otras instituciones de similares
características a nivel nacional han permitido que en los últimos años se creen políticas
públicas que garanticen el derecho de estos grupos de atención prioritaria, las que
podemos decir que están muy lejos de ser cumplidas, se trata de tapar el sol con un dedo,
ya que las necesidades y requerimientos de estas personas son múltiples, sin embargo
como institución tenemos la responsabilidad social de seguir haciendo camino al andar,
nuestro trabajo ha sido constante e imparable nos ha permitido muchos logros, entre ellos
observar que las personas con discapacidad de nuestra parroquia son sociedad y ocupan
un lugar en la sociedad huambaleña, anteriormente vivían dentro de sus hogares, sus
familias muchas veces tenían vergüenza de que salgan a la calle, no tenían
oportunidades y todos los veían como personas anormales, lo que hacía sumamente
deplorable su condición de vida, esto ha cambiado, estamos trabajando hacia la inclusión
social, una inclusión que permita verdaderamente que los valoremos como seres
humanos, sin mirar sus limitaciones o defectos, sino desde sus diferencias, habilidades y
potencialidades, cualidades de las que todos tenemos. Actualmente contamos con una
infraestructura propia y adecuada en un 80% para la atención, entre las áreas que
disponemos están el área de terapia física, área de hidroterapia que cuenta con un
hidromasaje y piscina, áreas para estimulación temprana, psicología y educación
especial, espacios de cocina, comedor y salón de uso múltiple, en donde día a día asisten
nuestros hijos y más personas de la parroquia a recibir la atención que necesitan.

Este día a día en el que acuden las personas a recibir atención ha ido creciendo durante
estos últimos años, actualmente se ofrece atención no solamente a niños con
discapacidad, sino también adultos, a personas que por cualquier motivo están en riesgo
de tener alguna discapacidad y adultos mayores a los que sería inhumano dejar de dar
atención, por lo que aumentan las necesidades, Como ya mencionábamos anteriormente
siempre hemos golpeado puestas de instituciones y personas que generosamente desean
apoyar con esta labor, por lo que aspiramos llegar a la sensibilidad y generosidad para
que de una u otra forma sean coparticipes de esta labor quizá de esfuerzo y sacrificio
pero de satisfacción al saber que con un granito de arena puede apoyar a que estas
personas mejoren su condición de vida, permitiendo que ésta sea digna como la de todos
los seres humanos que vivimos bajo el mismo cielo, respiramos del mismo aire, y porque
no, el de tener las mismas oportunidades, para lograr una sociedad en igual de
condiciones, justa y equitativa.