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La ética tiene su punto de partida antes de nuestra era, simbolizada por el más ilustre
médico de la antigüedad, Hipócrates, cuya doctrina ha tenido gran influencia en el ejercicio
de la profesión en los siglos posteriores.
Los conflictos y dilemas éticos que surgen después de la Segunda Guerra Mundial con la
defensa de los derechos humanos y el avance impetuoso de las tecnologías de salud le dan
nuevas visiones y dimensiones.
Actualmente, la ética médica aborda múltiples temas relacionados con la práctica médica,
el ejercicio de la profesión, la gestión de salud, los avances de la ciencia y las tecnologías
médicas y la regulación de la vida. Es objetivo del trabajo caracterizar los principios y valores
éticos en el médico aplicables al médico del deporte.
Desarrollo
La ética como forma de conciencia social, se expresa en las más variadas dimensiones de
la actividad del hombre, dentro de las éticas profesionales, enmarcamos la ética médica,
admitida también como Bioética.
En toda sociedad que aspire a una práctica profesional humanista, la concepción social
sobre la labor de un médico, en particular, está relacionada con su preparación y motivación
para llegar siempre en ayuda, sin considerar las dificultades, los obstáculos, llegando,
incluso, hasta la autoinmolación, en aras de la salvación de la vida del enfermo. En el caso
del médico del deporte opinamos debe estar siempre preparado para asistir al deportista
sin interesar su estatus social, así como el lugar donde le corresponda realizar esta actividad.
Las facilidades y la acción que emanan de estos profesionales deben hacerse con toda
justicia, debido a que todos los seres humanos tienen los mismos derechos a una atención
esmerada, a una salud oportuna y de la misma calidad para todos y todas.
Desde tiempos pretéritos, la ética médica considera uno de los crímenes más graves la
ejecución de experimentos riesgosos con las personas (lo que, por ejemplo, era
ampliamente ejecutado por los “médicos” fascistas). En contraposición, la medicina conoce
de muchos casos cuando el médico ha probado un nuevo preparado en sí mismo, poniendo
en peligro su vida pero no la vida del enfermo.
Se considera importante en este caso hacer alusión a principios básicos de la ética médica
entendidos para muchos estudiosos del tema como los principios cardinales.
¿Qué son y para qué sirven los principios? Si todo argumento necesita de premisas, la
ética médica requiere de principios, indican algo que debe hacerse, una conducta apropiada
y valiosa que hay que adoptar: principios como razones para la acción.
Los principios son un tipo de normas. Tienen carácter general y, sobre todo, marcan el
límite más allá del cual no se puede ir: “dibujan la línea”. Establecen qué está dentro de lo
aceptable y, muy importante, qué ha de quedar fuera (“nunca más…”)
Las normas siempre prescriben o prohíben algo, pudiendo ser de dos tipos, principios y
reglas. La diferencia consiste en qué aquellos prescriben en términos generales; indican algo
que hay que realizar, según distintos grados. No son definitivos, por tanto, sino “mandatos
óptimos”.
A la vista de los comportamientos de los sujetos conviene hacerse desde el prisma de los
autores antes señalados, algunas preguntas sobre el papel de las reglas y principios. Por
ejemplo: ¿cuál es su fuerza, de qué principio se trata, qué influencia poseen los principios
sobre las decisiones, qué papel juegan la autonomía, la justicia y la beneficencia para
analizar los casos prácticos, que a veces se analizan desde los principios y desde las normas,
desde los mandatos?
La justicia permite valorar éticamente la interrelación y conflictos entre los dos principios
anteriores, así como para evaluar la atención de salud a la población en cuanto a equidad,
pertinencia y calidad científico-técnica y humana.
Otro elemento a considerar son los valores que caracterizan al médico en la actualidad
aplicable también para el médico del deporte. Los valores son determinaciones espirituales
que designan la significación positiva de las cosas, hechos, fenómenos, relaciones y sujetos,
para un individuo, un grupo o clase social, o la sociedad en su conjunto. 2
De aquí que reconocer los valores que generan las distintas sociedades, proceso que en
lo esencial es universal, y proponer incorporarlos en la vida cotidiana, constituye uno de los
mejores proyectos que puede unir a los miembros de una sociedad.
Enfrentar con altura humana, los dilemas y conflictos morales de un siglo que termina y
otro que comienza; clasificar los valores morales y de otra índole que vale la pena incorporar
y trasmitir; tener preparadas respuestas a la altura de lo que se merecen los seres humanos,
constituye una pregunta que es pertinente discutir y clarificar.
Se expresan las manifestaciones del sistema de valores éticos que a nuestro juicio no
deben faltar en el médico del siglo XXI, pensando también en el médico del deporte.