Sunteți pe pagina 1din 119

PREGUNTAS/RESPUESTAS

DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO – 2015/2016

TEMA 1. EL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

1.- Los presupuestos del Derecho internacional privado (S2002, F2007, SR2007, F2008, E2012)

2.- Presupuesto general para la aplicación de la normativa comunitaria en el sector de la competencia judicial
internacional: particularidades del Convenio de Bruselas 1968 (R. Bruselas I Refundido (E2002)

El DIPr parte de un aspecto de la realidad en la cual nos muestra que nuestro Ordenamiento Jurídico no es el
único existente en la sociedad internacional; esa misma realidad nos enseña que la actividad de los particulares no se
restringe a la esfera de nuestro ordenamiento, sino que les vincula con otros ordenamientos extranjeros; estos datos
constituyen los presupuestos generales que justifican la existencia del DIPr.

1.- El fraccionamiento del Derecho: la principal causa de que existan diversos ordenamientos jurídicos se encuentra
en la pluralidad de Estados que integran la sociedad internacional, ya que cada uno de ellos posee un sistema jurídico
y un sistema judicial propio.

Desde una perspectiva sustancial, la consecuencia jurídica más relevante de este fraccionamiento es que, aún
cuando los hechos o relaciones regulados por los distintos ordenamientos sean esencialmente los mismos, las
soluciones jurídicas a un mismo problema por parte de una u otro ordenamiento, son frecuentemente divergentes.

2.- La intencionalidad de la vida jurídica como segundo presupuesto: la existencia del DIPr está constituida por la
actividad de los particulares, más allá del ámbito de aplicación de su propio ordenamiento; situaciones o relaciones
jurídicamente heterogéneas, en contraste con las que podría calificarse como homogéneas al desarrollarse
íntegramente en el seno de un único ordenamiento.

3.- Concepto del derecho internacional privado (S2010)

El Derecho internacional privado puede definirse como el sector del Derecho que, en cada sistema jurídico estatal
regula aquellas relaciones o situaciones de los particulares que, en su formación, desarrollo o extinción trascienden de
la esfera personal y espacial de un solo ordenamiento, al estar conectadas con otro u otros sistemas por la presencia
de uno o varios elementos de extranjería (J. D. González Campos). Si se quiere, dicho de forma más breve, es el sector
del Derecho español que regula las relaciones o situaciones de tráfico externo.

4.- Relaciones objeto del Derecho Internacional Privado (E2010) (FEB14)

5.- Situaciones objeto del Derecho internacional privado (S2008, SR2008)


1
Las relaciones objeto del Derecho Internacional Privado están constituidas por los supuestos de extranjería, que son
los supuestos que pueden darse en el tráfico jurídico externo, noción que entraña, como causa y como efecto, el
intercurso de personas, objetos e intereses por encima de las fronteras jurídicas, supuestos que se encuentran
conectados con uno o varios ordenamientos extranjeros a través de uno o más elementos de extranjería.

Es por ello, que conforme a lo expuesto, hemos de tener en consideración diversos extremos, a fin de precisar esas
“relaciones”.

Primero.- Hay que tener en cuenta que la conexión de un supuesto con un ordenamiento extranjero puede producirse
por la presencia en el mismo de elementos o circunstancias tanto personales como territoriales, bien por el objeto de
la relación –un inmueble situado en otro Estado-, bien por el lugar donde se produce el hecho –accidente de
circulación- o se establece la relación –contrato de trabajo celebrado en el extranjero-.

Segundo.- El tiempo puede modificar la naturaleza de una relación toda vez que, aún cuando el elemento de
extranjería no esté presente en el momento en que se establece, puede surgir en un momento posterior, por ejemplo,
dos españoles que celebran el matrimonio en España y fijan aquí su residencia habitual, estableciendo una relación
puramente interna, se trasladan años más tarde a Argentina, donde fijan su residencia habitual, y allí fallecen dejando
una herencia con bienes inmuebles sitos en aquél país.

Tercero.- También se ha de tener en consideración la intensidad y la internacionalidad de la relación, así, el grado de


internacionalidad de la relación puede ser menor o mayor según los elementos que está conectados con
ordenamientos extranjeros y, el grado de intensidad de éstas, que puede ser ocasional o duradera.

6.- Contenido Y PROBLEMAS del Derecho internacional privado (S2007) E2016

El contenido del Derecho internacional privado está encauzado a ofrecer una respuesta global a las situaciones
jurídicas de las personas inmersas en una relación privada internacional, en otras palabras, a los problemas que se
suscitan y a la solución jurídica para solucionarlos.

1.- Problemas relativos al estatuto internacional de las personas.

a) Al ser la nacionalidad el vínculo jurídico que establece la pertenencia de una persona a una determinada comunidad
estatal, corresponde a cada Estado establecer las normas que regulan su adquisición, conservación, pérdida y
recuperación. Ello determina que las normas sobre nacionalidad sean normas directas que se limitan, en principio, a
disciplinar la nacionalidad del Estado que las dicta. Esta regulación, en España, comprende también las cuestiones
relativas a la doble nacionalidad.

b) El denominado derecho de extranjería, destinado a regular el régimen jurídico de los no nacionales, también está
integrado por normas directas y unilaterales, en cuya formación, sin embargo, el legislador interno suele estar
condicionado, como ocurre en España, por previsiones constitucionales y obligaciones internacionales. El legislador
español regula dos grupos de cuestiones: 1. Los requisitos que han de cumplirse para la entrada, la permanencia y la
salida de los no nacionales del territorio español. 2. Los derechos de los que puede ser titular un extranjero en nuestro
país (políticos, civiles, laborales, etc.).

2.- La tutela judicial y el ejercicio de los derechos.

Corresponde regular al DIPr:

a) En primer lugar, so normas de DIPr las que fijan los límites de la jurisdicción estatal, es decir, las que determinan la
competencia judicial internacional de los órganos jurisdiccionales españoles respecto de los litigios que pueden surgir

2
en las relaciones de tráfico externo. La extensión y límites de la jurisdicción de los Juzgados y Tribunales españoles se
encuentran regulados en los arts. 21 a 25 de la LOPJ.

b) De otra parte, para los supuestos en que los tribunales españoles sean competentes, el legislador introduce
peculiaridades en la regulación del proceso que atienden a la presencia de un elemento extranjero.

c) Reconocimiento y ejecución en España de las resoluciones judiciales extranjeras.

3.- La determinación del Derecho aplicable.

Las situaciones y relaciones jurídicas de tráfico externo se conocen tradicionalmente por la doctrina como el problema
del “conflicto de leyes”. La aplicación por los tribunales y autoridades españoles de un derecho extranjero sólo es
posible si media un mandato del legislador español que así lo ha dispuesto en atención a la extranjería del supuesto.

Por lo demás, cuando una ley extranjera resulte aplicable, ésta nunca contendrá toda la respuesta jurídica al tema
planteado, ya que normalmente habrá de articularse con el propio Derecho en aspectos, como los procesales o
registrales, indeclinablemente regidos por el Derecho del foro (art. 3 LEC).

7.- Objeto y contenido del DIPr.: pluralidad/heterogeneidad de ordenamientos jurídicos; circunstancias que
conectan el supuesto con un ordenamiento extranjero; relevancia o intensidad del elemento extranjero.

La existencia de una diversidad de ordenamientos con regulaciones contradictorias y de una actividad de las personas
con proyección internacional configura una particular categoría jurídica de supuestos: los del tráfico externo, que
constituyen el objeto o la materia regulada por las normas del Derecho internacional privado. Esto es, aquellos
supuestos de la vida jurídica que trascienden de la esfera personal y espacial de un determinado ordenamiento –
heterogeneidad- y están conectados con uno o varios ordenamientos extranjeros -pluralidad-.

En primer lugar, los elementos o circunstancias de extranjería pueden ser personales, referidas al objeto de la relación
o al lugar donde se producen los hechos o negocios jurídicos. En segundo lugar, el tiempo puede modificar la naturaleza
de una relación.

De un lado, el grado de «internacionalidad» de la relación, que puede ser menor o mayor si en ella sólo está presente
una única circunstancia o elemento de extranjería o, en cambio, varios elementos conectados con ordenamientos
extranjeros. De otro lado, la intensidad de estas relaciones, dado que pueden ser ocasionales o duraderas.

8.- Planteamiento de los problemas en el Derecho Internacional Privado (FEB14)

En DIPr es prioritaria la determinación del Ordenamiento Jurídico desde el que se buscan las soluciones a los
problemas del tráfico externo. Cualquiera que sea la perspectiva que adoptemos, hemos de tener presente:

- En primer lugar, la relativa a la competencia judicial internacional para conocer del litigio o resolver la
pretensión, que nos permitirá determinar el ordenamiento jurídico desde cuya perspectiva va a analizarse el régimen
jurídico del tema a debate.

- La justificación técnico jurídica de la existencia del DIPr reside en la imposibilidad de que los tribunales
apliquen siempre su propio Derecho prescindiendo de los posibles elementos extranjeros presente en la relación o
situación considerada. Por eso la distinción entre foro (forum) o Tribunal competente y Derecho aplicable (ius)
constituye una idea clave de esta disciplina.
3
- Por último, serán también las normas del foro rectoras del proceso con elemento extranjero las que entren
en funcionamiento cuando el tema debatido conduzca a un litigio ante los tribunales y, también son las normas del
foro sobre reconocimiento y ejecución de decisiones extranjeras las que se aplican a aquellos supuestos en que se
desea que una decisión dictada en el extranjero produzca efectos jurídicos en un determinado país del foro.

TEMA 2. EL SISTEMA ESPAÑOL DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

1. FUNCIÓN DE LA JURISPRUDENCIA EN LAS FUENTES INTERNAS E2016

4. Jurisprudencia: a la nacional habrá que sumar la de instancias supranacionales, destaca la del Tribunal de Justicia de
la Unión Europea que desarrolla doctrina vinculante para el Derecho de la Unión.

La tendencia expansiva de la intervención judicial se debe: En primer lugar: al incremento de la litigiosidad, variedad y
complejidad de las relaciones sociales y correlativo incremento de las llamadas cláusulas generales. En segundo lugar,
en DIPr dicha expansión obedece a unas razones específicas, que son:

1. La intervención judicial es importante en todo el proceso de identificación y aplicación del DIPr extranacional
(convencional y europeo).

2. La intervención judicial es decisiva en la aplicación de los distintos tipos de normas de DIPr y en particular en lo
relativo a la norma de conflicto, técnica de reglamentación típica del DIPr.

3. La intervención judicial es relevante también respecto de aquellas normas de conflicto abiertas o que utilizan
conexiones flexibles.

4. Los problemas típicos que se derivan del juego de las normas de conflicto, como las cláusulas generales relativas al
orden público (art. 12 CC) o al fraude de ley, que hacen ineludible la intervención judicial en su concreción.

1.- Fuentes internacionales del DIPr (F2012)

1.- El Derecho Internacional público.

El DIPr se ve afectado por el Derecho Internacional público general en tres frentes operando como límite a la
competencia normativa del legislador nacional:

- En primer lugar, la normativa mundial y regional sobre Derechos Humanos marca los límites dentro de los que puede
moverse el legislador y la práctica nacional, estableciendo el parámetro adecuado de las normas nacionales,
informando también su interpretación y aplicación (DUDH, CNU sobre los Derechos del Niño, CEDH y CDF de la UE).

- En segundo lugar, normas de Derecho Internacional Publico general dispersas que inciden en la regulación de los
supuestos del tráfico externo (privilegios e inmunidades de jurisdicción de las que gozan los Estados y sus órganos de
representación en el exterior y otras normas de Derecho Internacional Público que las autoridades nacionales deberá
respetar).

- El tercer frente de incidencia del Derecho internacional público y de mayor relieve se deriva de los Convenios
Internacionales que unifican normas de DIPr. De hecho, en esta materia son fundamentales los Tratados
internacionales y ciertos actos normativos de la UE (reglamentos y directivas).

2.- DIPr convencional y DIPr de la UE


4
La creación de normas de DIPr por vía de tratados internacionales, bilaterales o multilaterales, tiene por objeto avanzar
en la seguridad jurídica de los particulares. Si la norma con la que se opera es uniforme para un grupo de Estados, la
solución final también será uniforme en ese grupo de Estados.

La función del DIPr convencional y del DIPr de la UE reside, pues, en aportar una dosis de certeza en torno a qué
tribunal va a conocer, conforme a qué derecho va a resolver y bajo qué condiciones se va a dar eficacia a la sentencia
o documento otorgado en el extranjero. En suma, conseguir que la solución sea idéntica o muy similar si la demanda
se plantea ante un Estado A o un Estado B.

2.- Fuentes del DIPr: normas de fuente comunitaria (SR2005)

El primero dato determinante de las normas de fuente comunitaria en nuestro Derecho Internacional Privado es la
incorporación de España a las Comunidades Europeas (1985) y la eficacia del Derecho comunitario en las legislaciones
nacionales (primacía, efecto directo y aplicabilidad inmediata), lo que provoca la incidencia del Derecho de la UE en el
sistema español de Derecho Internacional Privado. El sistema del Reglamento de Bruselas I, relativo a la competencia
judicial internacional y al reconocimiento de las sentencias, es el ejemplo más notorio.

El segundo hito viene determinado por la aprobación de la reforma del TCE de 1997 por el Tratado de Ámsterdam; tras
su entrada en vigor en 1999, la UE asume la competencia normativa en materia de Derecho Internacional Privado en
materia de competencia judicial internacional y conflicto de leyes (art. 65 TCE), con la finalidad de establecer en el
interior de la UE un Espacio de Libertad, Seguridad y Justicia para las personas. Se inicia entonces un proceso de
extraordinaria producción normativa en materia de Derecho Internacional Privado, que va a desplazar la aplicación de
un buen número de normas de Derecho Internacional Privado de origen interno. Por lo demás, se trata de un proceso
abierto, por lo que se da cuenta de los resultados normativos en vigor o cuya entrada en vigor es inminente.

3.- Configuración actual del sistema español de D° internacional privado: las tres subestructuras normativas básicas
(E2003)

Se habla de una configuración actual del sistema español de DIPr en torno a tres subestructuras normativas básicas -
estatal, europea e internacional- que coexisten en el sistema y que pueden incidir en la regulación de una misma
materia. Para su correcta aplicación es preciso delimitar cuidadosamente los ámbitos espacial, temporal y personal de
cada instrumento normativo a fin de poder seleccionar, en cada caso, cuál es el texto aplicable.

4.- Relevancia de la CE para el sistema español del DIPr.

La relevancia de la CE de 1978 en el DIPr se puede observar en un doble plano:

1. En el de los valores jurídicos contenidos en la Constitución Española –principios de no discriminación, laicidad,


igualdad de los hijos, tutela judicial efectiva, etc.- y su proyección en los distintos sectores de problemas.

2. En la incorporación de normas de DIPr de origen convencional y europeo y sus soluciones al DIPr de fuente interna.

5
5.- Pluralismo jurídico y pluralidad de instancias de producción normativa.

El DIPr está conformado por distintas instancias de producción en el espacio extranacional o desde fuera del Estado,
lo que no significa que el Estado no tenga participación en la gestación y recepción, si bien, el tiempo actual se
caracteriza por un incremento extraordinario de las normas producidas fuera del ámbito estatal; la diversidad de
Estados con sus diversos ordenamientos jurídicos conforman el pluralismo jurídico del DIPr y, de otro, las fuentes de
donde mana la producción normativa, Derecho UE, Derecho convencional, han llevado a una pluralidad de instancias
de producción normativa de Derecho Internacional Privado.

6.- Factores que justifican la necesidad de unificar o coordinar los sistemas nacionales de DIPr, en especial en el
ámbito de la UE.

El avance en los objetivos de la integración económica va desplazando hacía un primer plano la preocupación por el
individuo como persona y no ya sólo como agente económico –trabajador, prestador de servicios, etc-. La libre
circulación de las personas como un derecho consustancial a la Ciudadanía y, de forma simultánea, la supresión de
fronteras interiores, implica que más personas se desplacen de un Estado miembro a otro, que cambien de domicilio,
que adquieran bienes, que se casen, etc., dentro del ámbito geográfico de la UE.

Todos esos factores conllevan una diversidad material para la que son necesarias normas de DIPr que permitan resolver
con alcance uniforme los conflictos derivados de la vinculación de las situaciones jurídico privadas con dos o más
ordenamientos de los Estados miembros.

Técnicamente, la idea, actualmente, es promover lo que se ha denominado con cierta imprecisión la Cooperación
judicial civil, como uno de los ámbitos del Espacio de Libertad, seguridad y justicia; este incipiente sistema, exige del
legislador europeo la adopción de “medidas para garantizar (…) la compatibilidad de las normas aplicables en los
Estados miembros en materia de conflictos de leyes y de jurisdicción”.

7.- Mecanismos de recepción del DIPr extranacional por el ordenamiento español: Convenios internaciones, DIPr de
la Unión Europea.

En el Ordenamiento español la unidad en la recepción del derecho convencional se asegura mediante las cláusulas
generales de apertura hacia el Derecho internacional, a saber, además del art. 1.5 Cc, los arts. 10.2 y 96 CE para los
Tratados internacionales. El conocimiento exacto del DIPr convencional a aplicar depende de los mecanismos de
información previstos en un determinado ordenamiento acerca del Derecho convencional vigente, cuestión ésta que
depende del método de incorporación del Tratado en el orden interno. Esta incorporación puede efectuarse bien por
vía de remisión al Derecho convencional, a través de cláusulas generales, como el art. 1.5 Cc apuntado, o especiales,
de reserva o de paridad, dispersas en leyes especiales, por ejemplo, art. 22.1 LOPJ.

La recepción del Derecho de la Unión Europea cuenta con sus propios mecanismos de aseguramiento vinculados con
la singularidad de esta Organización Internacional -principio de eficacia directa, principio de primacía- y, por otro,
normalmente en todos los instrumentos normativos aparecen cláusulas por las que se asegura la primacía del DIPr
6
europeo sobre el DIPr interno y sobre otras obligaciones derivadas de los Convenios internacionales procedentes de
otras instancias que vinculen a los Estados miembros, por ejemplo, el art. 25 R 593/2008, Roma I, sobre ley aplicable
a las obligaciones contractuales.

8.- Problemas de concurrencia normativa y métodos de solución (cláusulas de compatibilidad y delimitación de


ámbitos materiales y espaciales).

En relación con el ámbito espacial de la normativa de la UE en materia de DIPr tenemos, por una parte, que el
componente político subyacente al Espacio de libertad, seguridad y justicia determina su carácter fragmentado para
las relaciones privadas intraeuropeas, como consecuencia de la especial posición asumida por el Reino Unido, Irlanda
y Dinamarca y, por otra, muchos de los actos normativos van a resultar de aplicación a situaciones vinculadas con
países terceros.

La razón más extendida para ciertos reglamentos reside, pues, en la generalización de las cláusulas de aplicación
universal por las que se aplicará el derecho designado por las normas de conflicto con independencia de que éste
resulte ser el de un Estado miembro de la Unión Europea o el del país tercero –por ejemplo, R. 593/2008, Roma I,
sobre ley aplicable a las obligaciones contractuales-.

En los instrumentos destinados a la unificación de reglas procesales la expansión al ámbito exterior tiene lugar, en
relación con la competencia judicial internacional, cuando el Reglamento se aplica sin la presencia del demandado en
territorio de la UE, aunque éste es el presupuesto general de aplicación.

La proliferación de fuentes de producción normativa provoca, además, que normas de origen convencional y europeo
se apliquen de forma cumulativa. Ello exige la articulación de fórmulas de combinación o de jerarquización, aunque
generalmente las pautas de solución están previstas en los propios instrumentos, a través de las “cláusulas de
compatibilidad”, cuya función reside precisamente en ordenar las relaciones internormativas.

Por otro lado, se está incorporando normas del DIPr convencional en el DIPr de la UE, mediante una compleja
aplicación normativa, por la que se realiza una remisión desde los Reglamentos europeos a Convenios internacionales
procedentes o producidos en otras instancias internacionales –aunque este juego conjunto no sea fácil-.

Finalmente, el propio desarrollo desigual del DIPr en la UE provoca que el sector del derecho aplicable, en ciertas
materias puedan concurrir normas de conflictos generales y normas de conflicto especiales; normas especiales que
pueden hallarse contenidas en otras normas del Derecho europeo (Directivas) que regulan una determinada materia
–en este caso prevalece la norma especial frente a la general-.

9.- Los conflictos internos en la legislación civil en el ordenamiento español: problema y solución.

La Constitución Española de 1978 ordena y potencia la supervivencia de derechos civiles forales o especiales
coexistentes dentro del territorio español. España es, pues, un Estado plurilegislativo susceptible de provocar
conflictos internos –de leyes-, cuestión abordada en el art. 149.1.8 CE según el cual, “el legislador estatal central tiene
la competencia normativa para dictar normas en materia de conflictos de leyes internos”.

7
10.- Los conflictos internos en el ordenamiento español: las soluciones generales del artículo 16.1 del Código Civil
(F2003, E2009, F2010, F2011, S2011 (+ la reglamentación de los conflictos internos en el derecho civil (S2001))

El apartado 1° de artículo 16 Cc dispone inicialmente que, “los conflictos de leyes que puedan surgir por la coexistencia
de las distintas legislaciones civiles en territorio nacional se resolverán según las normas contenidas en el capítulo IV
(…)” –arts. 9 a 12-.

Según el art. 149.1.8° de la CE corresponde al Estado la competencia exclusiva para dictar “las normas para resolver
los conflictos de leyes” tanto internacionales como internos, de suerte que son estas normas unitarias y de carácter
uniforme, las que regulan los conflictos internos derivados de la coexistencia de diferentes ordenamientos civiles.

Al reglamentar los conflictos entre los ordenamientos civiles coexistentes en España, el legislador dispone de una
amplia libertad de configuración normativa, sólo sujeta a los límites que se derivan de la CE. En primer lugar, el que se
deriva de los valores materiales que contiene la Norma Fundamental, como es el caso de la igualdad de sexos.

Además, el TC se pronuncia añadiendo otros límites: de un lado, que el art. 149.1.8° CE “viene a posibilitar una posición
de paridad entre los derechos especiales o forales y entre ellos y el Derecho civil general común” y, por tanto, el
legislador debe garantizar “la aplicación indistinta de los varios ordenamientos civiles coexistentes”; de otro, que el
legislador al establecer las normas en esta materia, debe “preservar también la certeza en el tráfico privado
interregional”, estableciendo a este fin, “cláusulas de cierre” que permitan determinar cuál es el Derecho aplicable.

11.- El art. 16.1 CC remite, para la solución de los conflictos internos, a las soluciones previstas para los conflictos
internacionales, salvo una serie de excepciones ¿Cuáles son éstas? (F2003) E2016

a) La “ley personal” del interesado no se determinará mediante la “nacionalidad” (art. 9.1 Cc), sino mediante la
“vecindad civil” (art. 14 Cc), ya que las relaciones en las que se suscitan los conflictos internos sólo se establecen entre
personas que poseen la nacionalidad española.

b) Tres problemas pueden surgir en el proceso de aplicación de las normas de conflicto: los conflictos de calificaciones,
el reenvío y el orden público. El art. 16.1.2 Cc excluye que el Juez aplique en los conflictos internos lo dispuesto para
dichos problemas en los apartados 1, 2 y 3 del art. 12 Cc.

c) Junto a éstas, expresamente enunciadas por el legislador, existen otras implícitas, en atención al contenido y
finalidad de algunas de las normas incluidas en el Capítulo IV del Título Preliminar Cc.

12.- Los conflictos internos: la nueva dimensión del Dº autonómico. La territorialidad y los conflictos derivados de
la delimitación y de los efectos extraterritoriales de las normas (S2001)

14.- Los conflictos internos en el ordenamiento español. La dimensión tradicional: los conflictos derivados de la
coexistencia de diferentes Derechos civiles en España (S2001, SR2005, S2009)

Los distintos ordenamientos coexistentes en España poseen un concreto ámbito de vigencia territorial. Esto se expresa
tanto en las vigentes Compilaciones de Derecho civil, en gran parte modificadas tras la entrada en vigor de la CE, como
en los Estatutos de Autonomía de las CCAA. En base a ello, ha de tenerse presente que los “conflictos internos” de
8
legislación civil existentes en España son “conflictos interterritoriales”, y no “interpersonales”, aunque la utilización de
la vecindad civil como punto de conexión pueda conducir a su aplicación fuera del territorio de la CA de que se trate.
Por otra parte, dado que la CE configura una organización judicial única, los conflictos internos en España sólo se
suscitan respecto al derecho aplicable a las relaciones civiles (“conflicto de leyes”), excluyéndose así los problemas
propios de la dimensión judicial del DIPr.

El art. 149.1.8 CE deja en libertad al legislador para determinar si los conflictos internos han de ser resueltos mediante
reglas específicas o bien remitiéndose, en todo o en parte, a las normas de DIPr que regulan los conflictos
internacionales; es esta segunda opción, con mayor peso por la tradición, que se ha mantenido, aunque con
matizaciones, en el art. 16 Cc.

13.- Excepciones a las soluciones aportadas por el Dº internacional privado español a los conflictos internos (SR2006)

a) La “ley personal” del interesado no se determinará mediante la “nacionalidad” (art. 9.1 Cc), sino mediante la
“vecindad civil” (art. 14 Cc), ya que las relaciones en las que se suscitan los conflictos internos sólo se establecen entre
personas que poseen la nacionalidad española.

b) Tres problemas pueden surgir en el proceso de aplicación de las normas de conflicto: los conflictos de calificaciones,
el reenvío y el orden público. El art. 16.1.2 Cc excluye que el Juez aplique en los conflictos internos lo dispuesto para
dichos problemas en los apartados 1, 2 y 3 del art. 12 Cc.

c) Junto a éstas, expresamente enunciadas por el legislador, existen otras implícitas, en atención al contenido y
finalidad de algunas de las normas incluidas en el Capítulo IV del Título Preliminar Cc.

15.- Conflictos internos: definición y clasificación (S2006)

Podemos definir “Conflictos internos” a la situación que se produce cuando en un Estado plurilegislativo no existe
uniformidad, sino una posible diversidad de respuestas jurídicas respecto a una misma materia.

En atención al criterio utilizado para delimitar el ámbito de aplicación de los distintos ordenamientos jurídicos, cabe
distinguir dos grandes grupos de conflictos internos: los interterritoriales y los interpersonales. Si bien, incluso dentro
de cada uno de estos grupos tampoco existe homogeneidad de uno a otro Estado plurilegislativo, con lo cual habrá de
tenerse en cuenta el mayor o menor grado de diversidad legislativa existente dentro de cada Estado.

16.- El artículo 149.1.8ª de la Constitución como norma básica (SR2010, SR2011)

El art. 149.1.8° de la Constitución atribuye al Estado competencia exclusiva en materia de “legislación civil”.

Introduce una importante excepción al establecer que corresponde a las Comunidades Autónomas “la conservación,
modificación y desarrollo de los derechos civiles forales o especiales allí donde existan”.

9
La Constitución configura una “garantía de la foralidad civil a través de la autonomía política” de las Comunidades
Autónomas donde existe un Derecho civil propio (STC 88/1993).

TEMA 3. LA COMPETENCIA JUDICIAL INTERNACIONAL. ASPECTOS GENERALES

1.- Concepto de Derecho procesal civil internacional

La expresión Derecho procesal civil internacional hace referencia al conjunto de normas que regulan los problemas
procesales que se plantean en supuestos privados de tráfico jurídico externo. Las cuestiones procesales se agrupan en
tres ámbitos. 1. Es el relativo a la competencia judicial internacional. 2. Es el relativo al proceso civil con elemento
extranjero. 3. Es el relativo al reconocimiento y ejecución de sentencias y laudos arbitrales extranjeros.

2.- El objeto de la competencia judicial internacional

El conjunto de normas que regulan la competencia judicial internacional tiene por objeto determinar cuándo son
competentes los tribunales de un Estado para conocer un supuesto de tráfico jurídico externo. Las normas de
competencia judicial internacional otorgan competencia a los tribunales de un Estado para conocer de un supuesto
internacional cuando éste presenta una conexión relevante con ese Estado.

3.- Caracteres de las normas de competencia judicial internacional

a) Aplicación previa de las normas de competencia judicial internacional: Sólo en el caso de que el Juez fuera
competente en virtud de las normas de competencia judicial internacional para conocer de un supuesto de tráfico
jurídico externo, podría plantearse –a continuación- la cuestión relativo al derecho aplicable al fondo de la
controversia.

b) Carácter global de la competencia judicial internacional: La noción de competencia judicial internacional engloba
todos los órdenes jurisdiccionales (civil, penal, labora y contencioso).

c) Libertad de configuración del legislador estatal: En principio, el legislador configura el sistema de normas de
competencia judicial internacional como estime oportuno, atendiendo a sus propios intereses de política legislativa;
no obstante, es cierto que, en general, el legislador busca una proximidad razonable del litigio con su Estado para
otorgar competencia judicial internacional a los tribunales.

Esta “proximidad razonable” ha dado lugar al fenómeno comúnmente denominado “forum shopping”: el futuro
demandante puede, en virtud de sus intereses, elegir los tribunales de un Estado en el que plantear su demanda, con
lo que indirectamente condicionarán tanto el derecho aplicable como la eficacia de la sentencia dictada.

10
4.- Principios que informan la regulación de la competencia judicial internacional

Tanto el legislador español como el europeo, se valen de dos principios informadores para diseñar, a la luz de ese
criterio o conexión relevante, la norma de competencia judicial internacional.

El primer principio se concreto en la autonomía de la voluntad, excepto para casos excepcionales, el legislador ha
creado un sistema de competencia judicial internacional formado por un amplio número de normas dispositivas. A
estos efectos, por ejemplo, la sumisión expresa a los tribunales de un determinado Estado (vía cláusula de atribución
de competencia inserta en el contrato) es la forma más común de designar, en el tráfico comercial internacional, el
tribunal competente.

El segundo principio se concreta en el principio de proximidad razonable, que opera en defecto de la autonomía de la
voluntad. En su virtud, el legislador fija la competencia de los tribunales cuando la vinculación del supuesto con el
Estado sea lo suficientemente intensa como para entender que esa competencia está justificada.

5.- Límites a la regulación de la competencia judicial internacional

La libertad de configuración del legislador estatal para regular la competencia judicial internacional no es absoluta. El
TC ha señalado, por un lado, que el legislador no ha querido “atribuir una ilimitada extensión a la competencia de los
Juzgados y Tribunales españoles, sino sólo un volumen razonable en atención a la proximidad o vinculación de los
supuestos con nuestro ordenamiento”. Por otro, que “el demandado en el proceso civil sólo podrá ser sometido a una
determinada jurisdicción si las circunstancias del caso permiten considerar que el ejercicio del derecho de defensa no
se verá sometido a costes desproporcionados”.

6.- El cauce de regulación de la competencia judicial internacional: los foros de competencia (FEB11)

Con la expresión foro de competencia se hace alusión a aquella circunstancia concreta a cuya luz los tribunales de un
Estado determinado se declaran competentes para conocer de un supuesto de tráfico jurídico externo (Ejemplo: el
domicilio en España del demandado).

Los foros de competencia están encuadrados en 2 grupos:

1. Foros de carácter objetivo: Operan con independencia de la voluntad de las partes y se sirven de criterios tanto
personales como territoriales para localizar el tribunal competente: nacionalidad o domicilio de alguna de las partes,
lugar donde se firma el contrato, lugar donde se encuentra el bien, lugar donde se produce el daño.

2. Foros de carácter subjetivo: Aquellos que son designados por las partes en el uso de su autonomía de la voluntad.

En virtud de otras circunstancias se habla de:

3. Foros usuales: Aquellos que otorgan competencia judicial internacional a los tribunales de un Estado concreto en
razón de un criterio razonable. Entre otros, residencia habitual de alguna de las partes en ese Estado o lugar donde se
encuentra el bien.

11
4. Foros exorbitantes: Aquellos que atribuyen competencia judicial internacional en razón de un criterio
desproporcionado o excesivo. Suelen establecerse para satisfacer los intereses particulares de un Estado o en beneficio
de sus nacionales.

7.- Esquema de los foros de competencia judicial internacional (SEP08)

- AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD E2016

Se estructura en torno a 4 tipos de foros de competencia. Esquema correspondiente al R. Bruselas I refundido y a la


LOPJ:

1. El foro general es el domicilio del demandado (dispositivo, salvo en ámbito del Reglamento). Salvo contadas
excepciones (por ejemplo, sumisión expresa a otros tribunales), siempre que el demandado tenga su domicilio en
España (o en la UE, en aplicación del Rgmto.) los tribunales españoles tendrán competencia para conocer de un litigio
internacional, con independencia de la materia sobre la que éste verse. Ahora bien, esto no obsta para que los
tribunales de otros Estados también puedan declararse competentes para conocer del mismo litigio (en aplicación de
los foros especiales de competencia).

2. Los foros especiales por razón de la materia (dispositivo) se configuran en atención al objeto del litigio. Cada foro
especial regula la competencia judicial internacional de los tribunales españoles para una materia concreta y determina
las circunstancias que por su vinculación con España justifican la competencia de sus Tribunales, aunque el demandado
no tenga su residencia en el país (por ejemplo, obligaciones contractuales; obligaciones extracontractuales).

3. Son foros concurrentes con el foro gral. del domicilio del demandado si estos foros prevén la competencia de los
tribunales de un Estado distinto de aquel en el que el demandado tiene su domicilio, el demandante podrá plantear
su demanda ante los tribunales del Estado del domicilio del demandado o ante los tribunales del Estado designado por
el foro especial.

4. Foros de protección (dispositivo). Categoría particular de los foros especiales. Se establecen en atención a la parte
más débil en una relación jurídica: el asegurado, el consumidor y el trabajador. Se restringe el juego de la autonomía
de la voluntad de las partes, designando como tribunales competentes los tribunales del lugar de residencia habitual
de la parte débil.

5. Los foros exclusivos (imperativo). Tienen primacía sobre el foro gral., los foros especiales y el foro de la autonomía
de la voluntad; su aplicación al supuesto excluye el posible juego de estos foros. Su razón de ser radica en el especial
interés del legislador por preservar la jurisdicción de los tribunales de un Estado concreto en determinados supuestos,
siendo la vinculación con el Estado cuyos tribunales se declaran exclusivamente competentes especialmente intensa.
Los tribunales del Estado que tengan atribuida esa competencia no reconocerán ninguna resolución judicial extranjera
que resuelva sobre alguna de estas materias

6. El foro de la autonomía de la voluntad. Las partes pueden acordar someter una disputa presente o futura a una
jurisdicción determinada. Opera de forma expresa (cláusula del contrato) o tácita (la parte demandada ante la
jurisdicción comparece ante los tribunales sin impugnar su competencia). El hecho de que los tribunales de un Estado
puedan ser objetivamente competentes para conocer del supuesto (por las conexiones del foro gral. o del foro especia)
no impide que las partes pacten su sumisión a los tribunales de otro Estado.

Límite: las partes no pueden acordar la sumisión a tribunales cuando la material objeto de la controversia está en el
ámbito de

8.- Naturaleza y función de los foros de competencia judicial internacional (F2011)

12
Con la expresión foro de competencia se hace alusión a aquella circunstancia concreta a cuya luz los tribunales de un
Estado determinado se declaran competentes para conocer de un supuesto de tráfico jurídico externo (Ejemplo: el
domicilio en España del demandado).

Los foros de competencia han sido encuadrados en 2 grupos, aunque en virtud de otras circunstancias se habla de
otros 2, quedando como sigue:

1. Foros de carácter objetivo: Operan con independencia de la voluntad de las partes y se sirven de criterios tanto
personales como territoriales para localizar el tribunal competente:

- Nacionalidad o domicilio de alguna de las partes.

- Lugar donde se firma el contrato.

- Lugar donde se encuentra el bien.

- Lugar donde se produce el daño.

2. Foros de carácter subjetivo: Aquellos que son designados por las partes en el uso de su autonomía de la voluntad.

3. Foros usuales: Aquellos que otorgan competencia judicial internacional a los tribunales de un Estado concreto en
razón de un criterio razonable. Entre otros muchos, residencia habitual de alguna de las partes en ese Estado o lugar
donde se encuentra el bien.

4. Foros exorbitantes: Aquellos que atribuyen competencia judicial internacional en razón de un criterio
desproporcionado o excesivo. De ordinario, estos foros se establecen para satisfacer los intereses particulares de un
Estado o en beneficio de sus nacionales.

9.- Aplicación del criterio del domicilio del demandado en el marco del reglamento (CE) Nº 1215/2012 (R. Bruselas I
Refundido) además de cómo foro de competencia (S2007)

1. El domicilio del demandado sólo juega como criterio de aplicación personal de las normas de competencia judicial
internacional del Reglamento. No es un criterio que deba cumplirse para aplicar las normas de reconocimiento y
ejecución (por ejemplo, en el contexto del reconocimiento y ejecución basta con que la sentencia sea dictada por un
tribunal de un Estado miembro y resuelva sobre una cuestión incluida en el ámbito de aplicación material del
Reglamento).

2. El criterio del domicilio del demandado tiene 4 excepciones; regula cuatro supuestos cuyas normas deben aplicarse
aun cuando el criterio en cuestión no se cumpla:

- Los foros exclusivos de competencia (art. 24).

- Las cláusulas de sumisión expresa a tribunales (art. 25).

- Los foros en materia de contrato de consumo (art. 18).

- Los foros en materia de contrato de trabajo, que son de aplicación cuando el demandado es el empresario (art. 21).

3. Supuestos extremos (por ejemplo, cuando se estime que el demandado ‐probablemente ciudadano de la UE‐ se
halle en paradero desconocido). El TJUE ha declarado que, si el órgano jurisdiccional que conoce del asunto no dispone

13
de indicios probatorios que le permitan llegar a la conclusión de que dicho demandado está efectivamente domiciliado
fuera del territorio de la UE, las normas de competencia judicial internacional del Reglamento deben ser aplicadas.

10.- El foro general del domicilio del demandado en el Reglamento Bruselas I

El foro general es el del domicilio del demandado (art. 4.1 R. Bruselas I refundido).

Cuando la materia objeto de la controversia esté incluida en el ámbito de aplicación del R. Bruselas I refundido y el
demandado tenga su domicilio en un Estado miembro de la UE, el foro general aplicable será el previsto en el art. 4,
que tiene carácter imperativo.

Los argumentos que justifican teóricamente el foro general son:

- Constituye un foro altamente previsible tanto para el demandante como para el demandado.

- Concede a la parte que debe soportar la carga del proceso (demandado) la mayor proximidad posible con el sistema
judicial que mejor conoce.

- Es el foro que mejor garantiza al demandante la ejecución de una sentencia favorable (los bienes del demandado se
hallan en el lugar de su domicilio).

En aplicación del Reglamento 1215/2012, para la concreción del domicilio de las personas, distingue entre:

Personas físicas: La concreción del domicilio de las personas físicas se consigue a partir de una remisión al Derecho
interno de cada Estado miembro.

Personas jurídicas: Para la concreción del domicilio de las personas jurídicas el art. 63 dispone que se entenderá que
una sociedad o una persona jurídica está domiciliada en el lugar donde se encuentre: su sede estatutaria, su
administración central o su centro de actividad principal.

E2016 - Conflictos de competencia. La remisión al Derecho de cada Estado puede ocasionar conflictos positivos o
negativos de competencia:

Positivos: Cuando dos o más Estaos miembros distintos se declaren competentes por entender que el demandado
tiene el domicilio en su Estado. El demandante podrá presentar la demanda en cualquiera de los Estados miembros en
que se cumpla el requisito de domicilio del demandado.

Negativos: Los tribunales de dos o más Estados miembros distintos se declaren incompetentes por entender que el
demandado no tiene su domicilio en ninguno de los dos. La solución puede variar:

- Si se aplica el Rgmto. la solución será aplicar la jurisprudencia del TJUE (= son competentes los tribunales del Eº
miembro en el que se encuentre el último domicilio conocido del consumidor).

- Si se aplica la LOPJ, puede que el juez español, en aplicación de su jurisprudencia, se decante por aplicar
subsidiariamente el criterio de residencia habitual para determinar su competencia.

11.- Ámbito de aplicación personal del Reglamento Bruselas I relativo a la competencia judicial internacional en
materia civil y mercantil

14
El ámbito de aplicación personal del Reglamento Bruselas I es el del domicilio del demandado en un Estado
miembro de la UE (art. 4), si bien, éste criterio general del ámbito de aplicación contiene cuatro excepciones, es decir,
es el propio Reglamento el que recoge cuatro supuestos cuyas normas deben aplicarse, aunque el criterio general del
domicilio del demandado en un Estado miembro no se dé; son los siguientes:

- Los foros exclusivos de competencia (art. 24).

- Las cláusulas de sumisión expresa a tribunales (art. 25).

- Los foros en materia de contrato de consumo (art. 18).

- Los foros en materia de contrato de trabajo, que son de aplicación cuando el demandado es el empresario
(art. 21).

12.- Explique qué función, además de foro de competencia, asume el domicilio del demandado en el Reglamento
1215/2012 (E2004)

14.- Ámbito de aplicación personal y material del Convenio de Bruselas 1968 en materia de competencia judicial
internacional (E2001)

- Condiciones para la aplicación del Reglamento Bruselas I refundido para el reconocimiento y ejecución de
decisiones E2016

1. El domicilio del demandado sólo juega como criterio de aplicación personal de las normas de competencia judicial
internacional del Reglamento. No es un criterio que deba cumplirse para aplicar las normas de reconocimiento y
ejecución (por ejemplo, en el contexto del reconocimiento y ejecución basta con que la sentencia sea dictada por un
tribunal de un Estado miembro y resuelva sobre una cuestión incluida en el ámbito de aplicación material del
Reglamento).

2. El criterio del domicilio del demandado tiene 4 excepciones; regula cuatro supuestos cuyas normas deben aplicarse
aun cuando el criterio en cuestión no se cumpla:

- Los foros exclusivos de competencia (art. 24).

- Las cláusulas de sumisión expresa a tribunales (art. 25).

- Los foros en materia de contrato de consumo (art. 18).

- Los foros en materia de contrato de trabajo, que son de aplicación cuando el demandado es el empresario (art. 21).

3. Supuestos extremos (por ejemplo, cuando se estime que el demandado ‐probablemente ciudadano de la UE‐ se
halle en paradero desconocido). El TJUE ha declarado que, si el órgano jurisdiccional que conoce del asunto no dispone
de indicios probatorios que le permitan llegar a la conclusión de que dicho demandado está efectivamente domiciliado
fuera del territorio de la UE, las normas de competencia judicial internacional del Reglamento deben ser aplicadas.

En relación al ámbito material:

“El presente Reglamento se aplicará en materia civil y mercantil con independencia de la naturaleza del órgano
jurisdiccional…” (Art. 1).

15
El Reglamento, por tanto, se aplica a los litigios derivados de relaciones de Derecho privado. No se aplica a los litigios
derivados de relaciones de Derecho público. Tampoco se aplica a los litigios en los que la autoridad de un Estado actúe
en ejercicio del poder público (iure imperii). No obstante la aplicación del Reglamento a las materias civil y mercantil;
el párrafo 2º del art. 1 enumera una serie de materias que quedan excluidas del ámbito de aplicación del texto
europeo: el estado y capacidad de las personas físicas, la quiebra, la seguridad social, el arbitraje, etc.

13.- El criterio o ámbito de aplicación material del Reglamento (FEB14):

“El presente Reglamento se aplicará en materia civil y mercantil con independencia de la naturaleza del órgano
jurisdiccional…” (Art. 1).

El Reglamento, por tanto, se aplica a los litigios derivados de relaciones de Derecho privado. No se aplica a los litigios
derivados de relaciones de Derecho público. Tampoco se aplica a los litigios en los que la autoridad de un Estado actúe
en ejercicio del poder público (iure imperii). No obstante la aplicación del Reglamento a las materias civil y mercantil;
el párrafo 2º del art. 1 enumera una serie de materias que quedan excluidas del ámbito de aplicación del texto
europeo: el estado y capacidad de las personas físicas, la quiebra, la seguridad social, el arbitraje, etc.

15.- ¿Cuál es la finalidad de asignar a determinadas materias foros de competencia judicial internacional exclusiva?
(SR2008)

La finalidad es buscar la primacía sobre el foro general, los foros especiales y el foro de la autonomía de la voluntad;
su aplicación al supuesto excluye el posible juego de estos foros. Su razón de ser radica en el especial interés del
legislador por preservar la jurisdicción de los tribunales de un Estado concreto en determinados supuestos, siendo que
la vinculación con el Estado cuyos tribunales se declaran exclusivamente competentes es especialmente intensa. Los
tribunales del Estado que tengan atribuida esa competencia no reconocerán ninguna resolución judicial extranjera que
resuelva sobre alguna de estas materias.

Ejemplo: art. 24 del R. Bruselas 1 refundido recoge que, “Son exclusivamente competentes sin consideración del
domicilio de las partes, los órganos jurisdiccionales de los Estados miembros que se indican a continuación: En materia
de derechos reales inmobiliarios y de contratos de arrendamiento de bienes inmuebles, los órganos jurisdiccionales del
Estado miembro donde el inmueble se halle sito”.

16.- Presupuesto general para la aplicación de la normativa comunitaria en el sector de la competencia judicial
internacional en materia civil y mercantil (SR2009)

La ordenación de la competencia judicial internacional está articulada en torno a cuatro elementos básicos, tanto
según el R. Brusela I Refundido, como el Convenio de Lugano de 1988; estos son:

- Foro general.

- Foros por razón de la materia (exclusivos, concurrentes y de protección).

- Foros basados en la autonomía de la voluntad de las partes, y

16
- Foro de medidas cautelares.

El domicilio del demandado en un Estado contratante presenta una particularidad que ha de tenerse presente, pues
posee una doble función: no sólo es el foro general de competencia judicial, sino también el presupuesto general para
la aplicación de las normas de competencia previstas en los Convenios de Bruselas y Lugano, así como el R. Bréeselas
I refundido, lo que entraña una consecuencia importante: que el demandado con domicilio en un Estado parte no le
son aplicables las normas de competencia judicial establecidas por los Estados contratantes en su Derecho interno.

17.- Pluralidad de regímenes legales en el sistema español de competencia judicial internacional

El amplio abanico de normas que regulan el sistema español de competencia judicial internacional está compuesto
por:

- Normas de fuente interna (básicamente, arts. 21 a 25 LOPJ).

- Normas de fuente europea (Reglamentos).

- Normas de fuente internacional (distintos convenios internacionales).

Ocurre, además, que las distintas normas de competencia pueden contemplar distintas soluciones para un mismo
supuesto. De tal forma que, en aplicación de una norma de competencia judicial internacional de fuente interna a un
supuesto concreto, los Tribunales españoles pueden declararse competentes; mientras que en aplicación al mismo
supuesto de una norma de competencia de fuente europea, los Tribunales españoles deban declararse incompetentes.
La identificación de la norma de competencia aplicable a cada supuesto concreto es una cuestión fundamental para
la correcta localización del tribunal competente en un supuesto de tráfico jurídico externo. La identificación de esa
norma se lleva a cabo, bien en atención a la materia objeto de la controversia (ad ex. si la materia objeto de la
controversia está o no incluida en el ámbito de aplicación de un Reglamento), bien en atención a determinadas
circunstancias fácticas (ad ex. si el domicilio del demandado está o no en la UE), bien en atención a ambos factores a
la vez.

18.- Foros especiales por razón de la materia / foros concurrentes / foros de protección

Los foros especiales por razón de la materia se configuran en atención al objeto del litigio.

Considerados de forma individual, cada foro especial regula la competencia judicial internacional de los tribunales
españoles para una materia concreta (ad ex. obligaciones contractuales; obligaciones extracontractuales).

Ejemplo: una persona domiciliada en un Estado miembro podrá ser demandada en otro Estado miembro, ante el
órgano jurisdiccional del lugar en el que se haya cumplido o deba cumplirse la obligación que sirve de base a la
demanda.

Los foros especiales por razón de la materia son foros concurrentes con el foro general del domicilio del demandado;
si estos foros prevén la competencia de los tribunales de un Estado distinto de aquel en el que el demandado tiene su
domicilio, el demandante podrá plantear su demanda, o ante los tribunales del Estado del domicilio del demandado
o, ante los tribunales del Estado designado por el foro especial.

Una categoría particular de los foros especiales podrían considerarse los denominados foros de protección: Se
establecen en atención a la parte más débil en una relación jurídica: el asegurado, el consumidor y el trabajador. En
17
términos de competencia judicial internacional, su protección se consigue restringiendo el juego de la autonomía de
la voluntad de las partes, y designando como tribunales competentes los tribunales del lugar de residencia habitual
de la parte débil.

19.- Foros exclusivos

Tienen primacía sobre el foro general, los foros especiales y el foro de la autonomía de la voluntad; su aplicación al
supuesto excluye el posible juego de estos foros. Su razón de ser radica en el especial interés del legislador por
preservar la jurisdicción de los tribunales de un Estado concreto en determinados supuestos, siendo que la vinculación
con el Estado cuyos tribunales se declaran exclusivamente competentes es especialmente intensa. Los tribunales del
Estado que tengan atribuida esa competencia no reconocerán ninguna resolución judicial extranjera que resuelva
sobre alguna de estas materias.

Ejemplo: art. 24 del R. Bruselas 1 refundido recoge que, “Son exclusivamente competentes sin consideración del
domicilio de las partes, los órganos jurisdiccionales de los Estados miembros que se indican a continuación: En materia
de derechos reales inmobiliarios y de contratos de arrendamiento de bienes inmuebles, los órganos jurisdiccionales del
Estado miembro donde el inmueble se halle sito”.

EL R. 1215/2012 O R. BRUSELAS I REFUNDIDO

Es el instrumento de mayor relevancia en este ámbito. De aplicación en todos los Estados miembros, este Reglamento
es el resultado de un proceso de revisión del Reglamento (CE) núm. 1215/2012 del Consejo, relativo a la competencia
judicial, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia civil y mercantil o Reglamento Bruselas
I, al que deroga (art. 80).

Constituye un texto que se limita a recoger una serie de modificaciones hechas al articulado del R.

Bruselas I (de ahí también su denominación como texto refundido). Persigue los mismos objetivos que persiguiera su
antecesor:

- Uniformar las normas de competencia judicial internacional entre los Estados miembros.

- Simplificar el reconocimiento de las resoluciones judiciales europeas.

Regula 2 ámbitos distintos:

1. La competencia judicial internacional.

2. El reconocimiento y ejecución de sentencias extranjeras (exequátur).

Las normas de competencia del Reglamento designan los tribunales del Estado miembro que pueden o deben ser
competentes para conocer de un determinado litigio.

Con el objeto de que los preceptos del R. Bruselas I refundido se interpreten de forma uniforme, los Tribunales de los
Estados miembros que duden sobre su interpretación podrán plantear una cuestión prejudicial ante el TJUE.

18
La aplicación de las normas de competencia judicial internacional que prevé el R. Bruselas I refundido depende de que
se cumplan, cumulativamente, 2 criterios:

El criterio de aplicación personal del Reglamento es el domicilio del demandado en un Estado miembro de la UE (art.
4). Si no se cumple, las normas de competencia del Reglamento no se aplican. Si no se aplican las normas de
competencia previstas en el Reglamento, serán de aplicación las normas de competencia judicial internacional
previstas en el ordenamiento de fuente interna del tribunal ante el que se haya planteado la cuestión.

Mientras que el domicilio del demando en un Estado miembro (en gral.) constituye el criterio de aplicación personal
del Reglamento, el domicilio del demandado en un concreto Estado constituye el criterio a cuya luz se configura el foro
general de competencia judicial internacional del Reglamento.

Tres observaciones a lo anterior:

1. El domicilio del demandado sólo juega como criterio de aplicación personal de las normas de competencia judicial
internacional del Reglamento. No es un criterio que deba cumplirse para aplicar las normas de reconocimiento y
ejecución (p.ej. en el contexto del reconocimiento y ejecución basta con que la sentencia sea dictada por un tribunal
de un Estado miembro y resuelva sobre una cuestión incluida en el ámbito de aplicación material del Reglamento).

2. El criterio del domicilio del demandado tiene 4 excepciones; regula cuatro supuestos cuyas normas deben aplicarse
aun cuando el criterio en cuestión no se cumpla:

- Los foros exclusivos de competencia (art. 24).

- Las cláusulas de sumisión expresa a tribunales (art. 25).

- Los foros en materia de contrato de consumo (art. 18).

- Los foros en materia de contrato de trabajo, que son de aplicación cuando el demandado es el empresario (art. 21).

3. Supuestos extremos (por ejemplo, cuando se estime que el demandado ‐probablemente ciudadano de la UE‐ se
halle en paradero desconocido). El TJUE ha declarado que, si el órgano jurisdiccional que conoce del asunto no dispone
de indicios probatorios que le permitan llegar a la conclusión de que dicho demandado está efectivamente domiciliado
fuera del territorio de la UE, las normas de competencia judicial internacional del Reglamento deben ser aplicadas.

El criterio o ámbito de aplicación material del Reglamento (art. 1):

“El presente Reglamento se aplicará en materia civil y mercantil con independencia de la naturaleza del órgano
jurisdiccional…”.

El Reglamento, por tanto, se aplica a los litigios derivados de relaciones de Derecho privado. No se aplica a los litigios
derivados de relaciones de Derecho público. Tampoco se aplica a los litigios en los que la autoridad de un Estado actúe
en ejercicio del poder público (iure imperii). No obstante la aplicación del Reglamento a las materias civil y mercantil;
el párrafo 2º del art. 1 enumera una serie de materias que quedan excluidas del ámbito de aplicación del texto
europeo:

1. El estado y capacidad de las personas físicas (entre otras, filiación, adopción, ausencia y fallecimiento), los regímenes
matrimoniales o los que regulen relaciones con efectos comparables al matrimonio según la ley aplicable; su exclusión
se debe a que algunas de estas cuestiones quedan reguladas en Reglamentos específicos.

2. La quiebra, los convenios entre quebrado y acreedores, y demás procedimientos análogos; son materias reguladas
en el Reglamento. (CE) 1346/2000 del Consejo, de 29 de mayo de 2000, sobre procedimientos de insolvencia.
19
3. La seguridad social: Materia regulada en el ámbito del Derecho público.

4. El arbitraje: Queda excluido cualquier proceso judicial relativo a la validez del convenio arbitral, nombramiento del
árbitro o anulación del laudo. Tampoco son aplicables las disposiciones del Reglamento para reconocer un laudo
arbitral extranjero. Sí es aplicable cuando la validez de un convenio arbitral se plantea de forma incidental (típicamente,
cuando se impugna la competencia judicial por estimarse que existe un convenio arbitral válido y el juez resuelve sobre
el fondo por estimar que el convenio arbitral es inválido).

5. Las obligaciones de alimentos derivadas de relaciones de familia, de parentesco de matrimonio o de afinidad: Queda
excluida por tratarse de materias reguladas en el Reglamento en materia de alimentos.

6. Los testamentos y sucesiones, incluidas las obligaciones de alimentos por causa de muerte; Queda excluida por
tratarse de materias reguladas en el Reglamento de sucesiones.

Respecto de la relación del R. Bruselas I refundido con otros instrumentos internacionales (Capítulo VII arts. 67 a 73):
El texto no afecta a los convenios en que los Estados miembros sean parte y que, en materias particulares, regulan la
competencia judicial, el reconocimiento o la ejecución de resoluciones; esta última regla queda supeditada a que el
Convenio en cuestión:

- Presente un alto grado de previsibilidad.

- Facilite una buena administración de justicia.

- Y permita reducir al máximo el riesgo de procedimientos paralelos.

REGLAMENTO BRUSELAS II BIS (R. 2201/2003)

Los objetivos del texto se concretan en uniformar las normas de competencia judicial internacional entre los Estados
miembros y simplificar el reconocimiento de las resoluciones judiciales en materia matrimonial.

El R. Bruselas II bis no contempla ningún criterio de aplicación personal, es decir, el domicilio del demandado en un
Estado de la UE es una circunstancia irrelevante a los efectos de su aplicación.

El R. 4/2009 o Reglamento de alimentos y el R. 650/2012 o Reglamento de sucesiones

A diferencia de los Reglamentos Bruselas I refundido y Bruselas II bis, los textos en cuestión desbordan los concretos
ámbitos de la competencia judicial internacional y el reconocimiento y ejecución de resoluciones judiciales extranjeras,
incluyendo en su ámbito de aplicación tanto cuestiones de ley aplicable como, en el caso del Reglamento de alimentos,
cuestiones de cooperación entre autoridades.

FUENTE INTERNACIONAL: EL CONVENIO DE LUGANO II

20
Es el Convenio relativo a la competencia judicial, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia
mercantil. En vigor desde el 1 de enero de 2010 entre los Estados miembros de la UE, Noruega, Suiza e Islandia
(Estados miembros de la Asociación Europea de Libre Comercio ‐ AELC‐).

Se caracteriza por adoptar en términos prácticamente idénticos el articulado del R. Bruselas I. Su razón de ser es
evidente: el Convenio Lugano II amplía a los 3 Estados citados el marco normativo en materia de competencia judicial
internacional que preveía el R. Bruselas I. En consecuencia, este instrumento se aplica:

- Para determinar la competencia judicial internacional de los tribunales de Noruega, Suiza e Islandia entre sí.

- Para determinar la competencia judicial internacional entre los tribunales de los Estados miembros de la UE y los
tribunales de los 3 Estados citados.

Tanto el ámbito de aplicación material como los criterios de aplicación de este texto son idénticos a los criterios de
aplicación del hoy derogado R. Bruselas I. Sólo se aplica cuando (cumulativamente):

- La materia objeto de la controversia esté incluida en su ámbito de aplicación.

- Y cuando el demandado tenga su residencia habitual en uno de los Estados parte.

Por lo tanto:

- Si el demandado tiene su residencia habitual en un Estado miembro de la UE, los tribunales de un Estado miembro
sólo podrán declararse competentes en aplicación de las normas de competencias previstas en el R. Bruselas I
refundido.

- Si el demandado tiene su residencia habitual en Noruega, Suiza o Islandia, los tribunales de un Estado miembro de la
UE sólo podrán declararse competentes en aplicación de las normas de competencia previstas en el Convenio Lugano
II.

En la medida en que el Convenio Lugano II es un Convenio firmado con terceros Estados (no miembros de la UE), su
interpretación uniforme no queda garantizada por el TJUE. En su lugar, el Protocolo 2 del Convenio crea un Comité
permanente que asume este cometido.

FUENTE INTERNA: ARTÍCULOS 22 A 25 LOPJ

El régimen de normas de fuente interna está conformado por los arts. 22 y 25 LOPJ. Constituye el régimen general en
el sistema español de competencia judicial internacional y es de aplicación subsidiaria respecto de las normas europeas
o internacionales.

A diferencia de las normas de competencia judicial internacional previstas en los Reglamentos europeos y convenios
internacionales, los artículos de la LOPJ “sólo regulan la competencia judicial internacional de los tribunales
españoles”.

TEMA 4. LA COMPETENCIA JUDICIAL INTERNACIONAL DE LOS TRIBUNALES ESPAÑOLES

21
1.- El foro general del domicilio del demandado (S2010)

El foro general es el domicilio del demandado. Lo contempla tanto Reglamento de Bruselas I refundido (1215/2012)
como la LOPJ.

El foro general tiene carácter imperativo, con las excepciones contempladas en el mismo reglamento (foros exclusivos,
foro especial por la materia, y cláusulas de sumisión expresa).

Justificación:

- Es un foro altamente previsible para ambas partes.

- Concede generalmente al demandado mayor proximidad con el sistema judicial que mejor conoce.

- Es el que garantiza al demandante la ejecución de una sentencia favorable.

Concreción del domicilio de las personas físicas: remisión al derecho interno de cada Estado miembros (residencia
habitual).

Concreción del domicilio de la persona jurídica: donde radique la sede societaria, administración central o centro de
actividad principal.  Criterios uniformes.

Puede dar origen a conflictos de competencia:

- Positivos: dos o más Estados se declaran competentes, el demandante presenta demanda en cualquiera en que se
cumpla el requisito del domicilio del demandado.

- Negativos: dos o más Estados se declaran incompetentes. Último domicilio conocido, tanto si desconoce como si no
hubiese prueba de que el demandado está domiciliado fuera de la UE.

La solución varía:

* Si se aplica el Reglamento se aplicará la jurisprudencia del TJUE, último domicilio desconocido.

* Si se aplica LOPJ, el juez español puede decantarse por aplicar subsidiariamente el criterio de residencia habitual
para determinar su competencia.

I. FOROS DE COMPETENCIA JUDICIAL INTERNACIONAL EXCLUSIVA E2016 (CASO)

Primacía sobre el foro general, especiales y de autonomía de la voluntad, excluye el posible juego de foros.

Objetivo: preservar la jurisdicción de los tribunales de un Estado en determinados supuestos, de modo que los
Tribunales competentes no reconocerán ninguna resolución judicial extranjera que resuelva sobre alguna de estas
materias.

Se establecen sin consideración del domicilio.

Regulación: art. 24 Reglamento de Bruselas I refundido: Son exclusivamente competentes, sin consideración del
domicilio, los órganos judiciales de los Estados miembros siguientes:

- Derechos reales inmobiliarios y contratos de arrendamiento de bienes inmuebles: será competente el Tribunal del
Estado donde esté situado el inmueble (contratos de duración de 6 meses, Tribunal del domicilio del demandado,
siempre que el arrendatario sea persona física y el propietario y arrendatario estén domiciliados en el mismo Estado
miembro).

22
- Materias de validez, nulidad o disolución de sociedades y personas jurídicas, será competente el Tribunal del Estado
del domicilio de la sociedad.

- Validez de las inscripciones en los registros públicos, será competente el Tribunal del Estado donde se encuentre el
registro.

- En materia de inscripciones o validez de patentes, marcas, diseños o dibujo y modelos o demás derechos análogos
sometidos a depósito o registro, los órganos jurisdiccionales del estado en que se haya solicitado.

- Ejecución de resoluciones judiciales, el competente será el Tribunal del lugar de ejecución.

2.- Foro especial por razón de la materia en derechos reales inmobiliarios (SR2011)

El primer foro exclusivo es el relativo a los litigios en materia de derechos reales inmobiliarios y contratos de
arrendamiento de inmuebles, atribuyéndose la competencia a los Tribunales del Estado contratante donde el inmueble
estuviere situado (art. 24.1 R. Bruselas I refundido) o, en concreto, a los Tribunales españoles cuando el inmueble se
halle en España (art. 22.1 LOPJ).

La situación del inmueble no suscita ningún problema, dada su localización geográfica en el territorio de un Estado,
aunque es posible que un inmueble se extienda a uno y otro lado de la frontera o esté integrado por parcelas no
contiguas situadas en dos Estados. En el primer caso se considera que la propiedad constituye una unidad cuando la
mayor parte del inmueble se halle en uno de los dos Estados. En el segundo, el TJUE ha estimado que los Tribunales
de cada Estado son competentes respecto a la parcela situada en su territorio.

Respecto a los litigios de derechos reales inmobiliarios, la noción de inmueble puede suscitar un problema inicial de
calificación. A los fines del art. 22.1 LOPJ, una calificación conforme a la lex situs coincidiría con la ley española como
lex fori. En cambio, si es aplicable el art. 24 del Reglamento Brusela I Refundido, requiere una interpretación autónoma,
para evitar posibles divergencias de calificación de uno a otro Estado contratante.

Arts. 5 a 23 R. Bruselas I refundido y art. 22, apartados 3 y 4 LOPJ.

3.- Foros especiales en materia patrimonial: obligaciones contractuales (E2009)

15.-Foros especiales en materia patrimonial: obligaciones contractuales. Solución prevista en el Reglamento


comunitario y solución prevista en el ordenamiento interno (E2009)

Conforme al art. 22 de la LOPJ: la noción de obligación contractual deberá interpretarse de acuerdo a su significado en
el Derecho español, y una vez resuelto este problema, dicho precepto establece que nuestros Tribunales serán
competentes cuando las obligaciones contractuales hayan nacido o deban cumplirse en España. Se trata de dos
criterios alternativos para atribuir competencia judicial en esta materia.

Conforme al Reglamento Bruselas I Refundido, el art. 5.1 determina que es competente en materias contractuales el
tribunal del lugar donde hubiere sido o debiere ser cumplida la obligación que sirva de base a la demanda; así precisa
que el lugar de cumplimiento, salvo pacto en contrario entre las partes será:

1.- Si se trata de una compraventa de mercaderías: el lugar del Estado miembro en el que según el contrato hubieren
sido o debieran haber sido entradas las mercaderías.

2.- Si se trata de una prestación de servicios: el lugar del Estado miembro en el que según el contrato, hubieren sido o
debieren ser prestados los servicios.
23
4.- ¿En el Reglamento (CE) nº 1215/2012, la relación entre los distintos foros de competencia, es de jerarquía o de
alternatividad? (SR2007)

5.- Foros de carácter exclusivo en el Reglamento 1215/2012 (SR2005)

Los foros exclusivos tienen primacía sobre el foro general, los foros especiales y el foro de la autonomía de la
voluntad, en consecuencia, la relación es de jerarquía de los exclusivos respecto al resto, y en el resto será de
alternatividad.

Su razón de ser radica en el especial interés del legislador por preservar la jurisdicción de los tribunales de un Estado
concreto en determinados supuestos, ya que la vinculación con el Estado cuyos tribunales se declaran exclusivamente
competentes es especialmente intensa. De modo que los tribunales que tengan atribuida esa competencia no
reconocerán ninguna resolución judicial extranjera que resuelva sobre alguna de estas materias.

La norma que regula los foros exclusivos de competencia judicial internacional es el art. 24 del R. Bruselas I refundido.

6.- ¿En qué foros de competencia las partes no pueden hacer uso de la sumisión tácita o expresa para elegir el órgano
judicial que conocerá del asunto? (F2004)

Las partes pueden acordar someter una disputa presente o futura a una jurisdicción determinada. El foro de la
autonomía de la voluntad opera de forma expresa (en una cláusula del contrato) o tácita (la parte demandada
comparece ante los tribunales sin impugnar su competencia).

El hecho de que los tribunales del un Estado puedan ser objetivamente competentes para conocer del supuesto (foro
general o foro especial por razón de la materia), no impide que las partes pacten su sumisión a los tribunales de otro
Estados.

Ello es posible porque los foros general y especial por razón de la materia son foros de carácter dispositivo (frente a
los foros exclusivos, que son de aplicación imperativa).

Los límites de la autonomía de la voluntad radican en:

- El respeto a los foros exclusivos.

- El respeto a los particulares límites impuestos por los foros de protección cuando las cláusulas pretendan hacerse
valer en este ámbito.

7.- ¿Cuáles son los requisitos de forma que ha de cumplir una cláusula en la que las partes expresan su voluntad de
someterse a un Tribunal para que sea válida conforme al Reglamento 1215/2012? (E2003, S2003)

Art. 25 R. Bruselas I refundido y art. 22.2 LOPJ.

24
- Acuerdo escrito o acuerdo verbal con confirmación escrita (art. 25.1.a)

- Acuerdo en una forma que se ajustare a los hábitos que las partes tuvieran establecidas entre ellas (art. 25.1.b)

- Acuerdo en una forma conforme a los usos comerciales (art. 25.1.c)

La norma del art. 22.2 LOPJ sólo regula el efecto positivo (prorrogatio fori) de las cláusulas de sumisión a tribunales
españoles. Hay que tener en cuenta que el incumplimiento de lo establecido en las cláusulas de sumisión es un hecho
generador de responsabilidad por incumplimiento contractual.

8.- La sumisión tácita en la atribución de la competencia judicial por la obra de la voluntad de las partes (SR2010)
E2016

Art. 26 Reglamento y art. 22.2 LOPJ.

Se considera que la sumisión tácita es una manifestación más de la autonomía de la voluntad, que se produce cuando
el demandado comparece en juicio sin impugnar la competencia del órgano jurisdiccional. En este caso, el órgano
jurisdiccional ante el que se ha planteado la demanda se declarará competente.

La regla de la sumisión tácita tiene como límite que el objeto del litigio no constituya una materia prevista en alguno
de los foros de competencia judicial exclusiva.

La sumisión tácita es posible aún cuando exista una cláusula anterior de sumisión expresa a tribunales.

Cuando se trate de una relación jurídica objeto de los foros de protección y el demandado sea una de las “partes
débiles” (asegurado, consumidor o trabajador), el órgano jurisdiccional ante el que se plantee la demanda deberá
asegurarse, antes de asumir su competencia, que tal demandado ha sido informado de su derecho a impugnar la
competencia y de las consecuencias de comparecer o no.

9.- El régimen en materia de medidas cautelares en el Reglamento 1215/2012 (S2013)

Art. 35 R. Bruselas I refundido

El régimen del Reglamento presenta unos matices propios:

1) Sólo debe tenerse en cuenta la compatibilidad de la medida con el sistema del Reglamento si:

- La medida se solicita ante un tribunal distinto del que está conociendo de la controversia a título principal.

- La medida pretende beneficiarse del régimen de exequátur previsto en el Reglamento.

Si la medida es otorgada por el tribunal de un Estado miembro que está conociendo sobre el fondo y sólo va a desplegar
efectos en el foro, el Reglamento no impone ninguna restricción para que esa medida pueda considerarse medida
cautelar a los efectos del Reglamento.

2) El concepto de medida cautelar a los efectos del Reglamento debe ser objeto de una interpretación autónoma. La
doctrina distingue 4 elementos que la medida debe reunir:

1. Periculum in mora.

25
2. Subordinación respecto de un proceso principal.

3. Provisionalidad en el tiempo.

4. Instrumentalidad de su contenido.

No todo tipo de medida cautelar o provisional tiene cabida en el sistema del Reglamento, debido a que:

- No todo tipo de medida prevista en los ordenamientos de los Estados miembros tiene naturaleza estrictamente
cautelar.

- Y aún teniéndola, puede quedar excluida del ámbito del Reglamento por razón de la materia.

Efectos:

- Cuando las medidas provisionales y cautelares sean ordenadas por el órgano jurisdiccional de un Estado miembro
que no es competente en cuanto al fondo del asunto, su efecto se circunscribe al territorio de ese Estado miembro.

- La medida cautelar dictada por el órgano jurisdiccional que conoce del fondo del asunto podrá ser reconocida y
ejecutada en otro Estado miembro.

10.- Litispendencia internacional (E2008) E2016

11.- La regulación de la litispendencia internacional en el Reglamento 1215/2012 (F2006)

A) Litispendencia internacional: cuando se formulan demandas con el mismo objeto y la misma causa de pedir
entre las mismas partes ante órganos jurisdiccionales de distintos Estados, pueden ser: órganos
jurisdiccionales de dos o más Estados miembros de la Unión Europea (principio de prioridad temporal) u
órganos jurisdiccionales de un Estado miembro y de un tercer Estado.

Regulación: Art. 29 Reglamento de Bruselas I refundido.

El Tribunal ante el que se formula la segunda demanda suspende el procedimiento hasta que el Tribunal en el que se
interpuso la primera no se pronuncie sobre su competencia.

Excepción: si existe cláusula de sumisión a tribunales, cualquier tribunal deberá esperar a que el tribunal con
competencia exclusiva se declare incompetente o si se declara competente los demás deberán abstenerse.

La regulación de la litispendencia entre tribunales de Estados miembros y tribunales de terceros Estados se basa en
criterios que toman en consideración el hecho de que las resoluciones de un tercer Estado puedan ser reconocidas y
ejecutadas en el Estado miembro de que se trate con arreglo a su legislación nacional y a la buena administración
de justicia. Sólo es aplicable en la medida en que el tribunal del Estado miembro se haya declarado competente en
aplicación del foro general o de los foros especiales por razón de la materia. No opera cuando el tribunal el Estado
miembro es competente en virtud de un foro exclusivo o de un foro de protección.

B) Conexidad internacional: cuando existe una vinculación estrecha entre 2 litigios pendientes, de tal modo
que al estar las demandas que originan ambos litigios vinculadas entre sí por una relación estrecha, sería
oportuno tramitarlas y juzgarlas al mismo tiempo a fin de evitar resoluciones que pudieran ser
contradictorias si los asuntos fueran juzgados separadamente.

Puede darse:

- Entre órganos jurisdiccionales de 2 o más Estados miembros de la UE (conexidad “europea”).


26
- Entre órganos jurisdiccionales de un Estado miembro y órganos jurisdiccionales de un tercer Estado

Estado.

13.- ¿Conforme a qué Derecho tiene que calificar un juez español una demanda interpuesta por una empresa de
USA contra una española ante los tribunales españoles relativa a un incumplimiento contractual de una modalidad
particular? (E2010)

Siempre y cuando no haya existido acuerdo entre las partes conforme al foro de autonomía de la voluntad, los foros
exclusivos tienen primacía sobre el foro general, los foros especiales y el foro de la autonomía de la voluntad.

Su razón de ser radica en el especial interés del legislador por preservar la jurisdicción de los tribunales de un Estado
concreto en determinados supuestos, ya que la vinculación con el Estado cuyos tribunales se declaran exclusivamente
competentes es especialmente intensa. De modo que los tribunales que tengan atribuida esa competencia no
reconocerán ninguna resolución judicial extranjera que resuelva sobre alguna de estas materias.

La norma a aplicar será el art. 24 del R. Bruselas I Refundido y art. 2 LOPJ.

14.- Diferencias entre los foros exclusivos de competencia y los foros facultativos (SR2006)

Las partes pueden acordar someter una disputa presente o futura a una jurisdicción determinada. El foro de la
autonomía de la voluntad opera de forma expresa (en una cláusula del contrato) o tácita (la parte demandada
comparece ante los tribunales sin impugnar su competencia).

El hecho de que los tribunales del un Estado puedan ser objetivamente competentes para conocer del supuesto (foro
general o foro especial por razón de la materia), no impide que las partes pacten su sumisión a los tribunales de otro
Estado.

Ello es posible porque los foros general y especial por razón de la materia son foros de carácter dispositivo, o en otras
palabras facultativos (frente a los foros exclusivos, que son de aplicación imperativa).

Los límites de la autonomía de la voluntad radican en:

- El respeto a los foros exclusivos.

- El respeto a los particulares límites impuestos por los foros de protección cuando las cláusulas pretendan hacerse
valer en este ámbito.

16.- Control de la competencia jurisdiccional internacional

El art. 27 Reglamento impone a los tribunales de los Estados miembros la obligación de declararse de oficio
incompetentes si se suscita ante ellos, a título principal, un litigio para el que los órganos jurisdiccionales de otro
Estado miembro son exclusivamente competentes.

27
Con el fin de proteger los derechos de defensa del demandado, el Reglamento establece que:

1) Cuando una persona domiciliada en un Estado miembro sea demandada ante un órgano jurisdiccional de otro
Estado miembro, dicho órgano jurisdiccional estará obligado a suspender el procedimiento en tanto no se acredite
que el demandado ha podido recibir el escrito de demanda o documento equivalente para defenderse.

- Si el demandado no comparece, el órgano jurisdiccional verificará de oficio su competencia según los foros previstos
en el Reglamento. Si no puede justificar su competencia, se declarará (de oficio) incompetente.

- Si el demandado comparece, el control de la competencia judicial internacional recae sobre la actuación del mismo
demandado. Si no la impugna, el órgano jurisdiccional se declarará competente (sumisión tácita).

2) Cuando el Reglamento no sea de aplicación, el control de la competencia judicial internacional se lleva a cabo en
virtud de lo previsto en los arts. 36, 38 y 39 LEC. Se prevé en 3 supuestos:

1. Cuando se haya formulado demanda o solicitado ejecución respecto de sujetos o bienes que gocen de inmunidad
de jurisdicción o de ejecución, conforme a las normas de DIP.

2. Cuando en virtud de texto internacional en el que España sea parte, el asunto se encuentre atribuido con carácter
exclusivo a la jurisdicción de otro Estado.

3. Cuando no comparezca el demandado y la competencia judicial internacional de los tribunales españoles se funde
en la sumisión tácita de las partes. Si el demandado comparece será él quien deba denunciar mediante declinatoria la
falta de competencia judicial internacional del tribunal español.

TEMA 5. PROCESO CIVIL CON ELEMENTO EXTRANJERO Y ASISTENCIA JUDICIAL INTERNACIONAL

1.- Caracteres de la regla "lex fori regit procesum" (S2006)

Designa a la ley del foro (del juzgado o tribunal que conoce del asunto) como rectora del proceso. Es una
manifestación del principio de soberanía del Estado, en relación con el principio de territorialidad, que en pocas
ocasiones se ha plasmado en los OJ´s, pero que en la práctica siguen todos los Estados.

En nuestro Derecho está regla está formulada en el art. 3 LEC: «Con las solas excepciones que pueden prever los
Tratados y Convenios internacionales, los procesos civiles que se sigan en el territorio nacional se regirán únicamente
por las normas procesales españolas».

Características esenciales de este artículo:

1) Su formulación genérica y exclusiva poco justificable hoy día, ya que los convenios internacionales multi y bilaterales
de los que formamos parte contemplan excepciones en la aplicación de la ley española así como la posibilidad de
aplicar leyes extranjeras en el proceso seguido en España;

2) Se trata de una norma que contiene una rigidez inadecuada para los tiempos en que ha sido aprobada, en los que
la flexibilidad ha de tenerse particularmente en cuenta para encauzar nuevas orientaciones al tráfico externo;

3) Al incluirse esta norma en la LEC se ha dado un paso en una saludable desconflictualización del sistema de DIPr
español;

28
4) Se trata de una formulación que determina o explica que el Estado español concede la tutela jurídica con
independencia de la nacionalidad y, por tanto, en las mismas condiciones a los nacionales que a los extranjeros.

3.- La aplicación judicial del Derecho extranjero: La solución en el derecho español al régimen de alegación y prueba
del Derecho extranjero (E2007, S2011, F2012, F2013)

Las pruebas corresponde proponerlas y normalmente también practicadas a las partes y sólo excepcionalmente
corresponderá la iniciativa probatoria al órgano jurisdiccional mediante las diligencias para mejor proveer del art. 340
LEC.

Para el examen de la prueba en el proceso civil internacional en España conviene diferenciar en todo momento estos
3 planos:

1) La práctica de la prueba en el proceso civil internacional ordinario, que veremos a continuación;

2) La obtención de pruebas en el extranjero para ser utilizadas en el proceso que se celebra en España;

3) El tratamiento que recibe en nuestro OJ la cuestión relativa a la alegación y prueba del derecho extranjero en el
proceso (art. 281.2 LEC).

La prueba en el proceso civil internacional se rige por los mismos preceptos del proceso civil interno (art. 3 LEC): por
la lex fori, bajo el principio de no discriminación por razón de la nacionalidad, salvo algunas particularidades y matices
derivados de la naturaleza jurídica del tráfico externo.

A la admisibilidad de los medios probatorios y a la fuerza probatoria que aquellos le atribuyan, se les tendrá que aplicar
la lex fori en cumplimiento del art. 3 LEC, si bien cabe admitir algunas excepciones:

a) Las pruebas preconstituidas (documentales) en el extranjero cuando cumplan los requisitos del art. 323 LEC.

b) Aquellos supuestos en los que la estricta aplicación de la lex fori impida el cumplimiento debido de las previsiones
contenidas en la ley aplicable al fondo.

4.- Cuál es la respuesta que confiere el derecho positivo español a la alegación y prueba del derecho extranjero
(S2007)

En cuanto al objeto y la carga de la prueba, habrá que tener en cuenta 2 aspectos:

1) Deberán regirse por la ley aplicable al fondo (lex causae), incluida la presunción iuris tantum y, sobre todo, la iuris
et de iure.

2) Podría recabarse la aplicación excepcional de la lex fori y no de la lex causae.

Según el art. 281.2 LEC, el derecho extranjero no es derecho sino un hecho que ha de probarse, rompiendo así con el
principio iura novit curia. Se impone una carga a las partes que implica una restricción al Dº fundamental a la tutela
judicial efectiva de los tribunales y se invierte el sentido del da mihi factum dabo tibi ius (dame los hechos, yo te daré
el derecho) con el que guarda relación histórica el principio de congruencia entre la parte dispositiva de la sentencia y
el petitum de las pretensiones que da origen al proceso.

29
5.- Información sobre el derecho extranjero (S2010)

Los convenios multilaterales del Consejo de Europa y de la CIDIP [Conferencia Interamericana sobre Derecho
Internacional Privado], siguen el mismo procedimiento de asistencia judicial para la obtención de la información sobre
del derecho extranjero que sucintamente se expone a continuación:

 Utilizan la técnica de la cooperación entre Autoridades Centrales, aunque el convenio de la CIDIP utiliza los
términos de órgano de transmisión y órgano de recepción al referirse a dichas autoridades. En España, al igual
que los demás convenios que utilizan esta técnica de cooperación, la Autoridad Central es la Secretaría General
Técnica del Ministerio de Justicia.

 El objeto de la solicitud de información es el derecho de un Estado parte (texto, vigencia, alcance y contenido).

 El órgano jurisdiccional solicitante podrá dirigir su petición de información directamente a la Autoridad Central
del Estado requerido o hacerlo por medio de su Autoridad Central que haría las veces de autoridad requirente.

 La respuesta a la solicitud de información, ha de darse sin dilaciones indebidas por la autoridad requerida a la
autoridad requirente, aunque en el Convenio del Consejo de Europa se prevé la posibilidad de que tal
respuesta se dirija directamente al órgano jurisdiccional requirente si este formuló su petición directamente
sin utilizar la intervención de la Autoridad Central de su Estado.

Como ya se ha expuesto, esta modalidad de cooperación y asistencia judicial internacional, incide directamente en el
alcance jurídico del tema relativo a la alegación y prueba del derecho extranjero y, por tanto, se robustece el cabal
cumplimiento del principio iura novit curia en el proceso con elemento extranjero.

7.- El Reglamento 1206/2001 relativo a la cooperación entre los órganos jurisdiccionales de los Estados miembros
en el ámbito de la obtención de pruebas en materia civil o mercantil: Parámetros básicos (F2008, S2012)

14.- La obtención de pruebas en el extranjero: parámetros básicos del Reglamento 1206/2001 del Consejo de
28.5.2001 (E2007, F2009, F2010, E2011, E2013)

15.- La obtención de pruebas en el extranjero: régimen convencional y comunitario (E2006)

Hay que destacar el Reglamento 1206/2001 del Consejo, relativo a la cooperación entre los órganos jurisdiccionales de
los Estados miembros en el ámbito de la obtención de pruebas en materia civil y mercantil.

Este Reglamento:

 Tiene como objetivo facilitar la solicitud de la práctica de diligencias de obtención de pruebas de un órgano
jurisdiccional de un Estado miembro de la UE a otro órgano jurisdiccional de otro Estado miembro.

 Se abren dos vías de comunicación: de una parte, la remisión directa de la solicitud de obtención de pruebas
del órgano jurisdiccional requirente al órgano jurisdiccional requerido y, de otra, la cooperación por medio de
los órganos centrales que designen los Estados miembros.

 El Reglamento adjunta varios formularios para unificar la actividad de cooperación.

 Regula los supuestos en que podrá denegarse la ejecución de una solicitud cuando de alguna manera quiebren
o resulten impracticables las previsiones del Reglamento.

 Fija su prevalencia normativa respecto a todo el derecho convencional, bilateral y multilateral, que vincule a
los Estados miembros de la UE y, en particular, respectos a los Convenios de la Conferencia de La Haya.
30
6.- Determine el instrumento aplicable y el mecanismo de funcionamiento en relación a la notificación de un
documento desde España a Francia (SR2006)

8.- Reglamento 1393/2007 relativo a la notificación y al traslado en los EM de documentos judiciales y extrajudiciales
en materia civil y mercantil: Parámetros básicos (F2012)

9.- Notificación en el “espacio judicial europeo”: parámetros básicos del Reglamento 1393/2007 (E2009)

10.- Notificación de actos en el extranjero. Describa los instrumentos más relevantes (F2005)

En nuestro país, como Estado miembro de la UE, se aplica de forma prioritaria el Reglamento (CE) 1393/2007 del
Parlamento Europeo y del Consejo, relativo a la notificación y al traslado en los Estados miembros de documentos
judiciales y extrajudiciales en materia civil y mercantil.

Este Reglamento tiene como finalidad mejorar y acelerar la transmisión entre los Estados miembros —por medio de
los organismos transmisores, organismos requeridos y la cooperación de las entidades centrales de cada Estado
miembro— de los documentos judiciales y extrajudiciales en materia civil y mercantil. Tal notificación y traslado se
efectuará directamente y por medios expeditivos mediante las autoridades que los Estados miembros designen (en
España, los organismos transmisores son los Secretarios Judiciales de los distintos Juzgados y Tribunales y la entidad
central es la Subdirección Gral. de Cooperación Jurídica Internacional del Ministerio de Justicia).

El Reglamento contempla la facultad de cada Estado para, excepcionalmente:

- Realizar la transmisión, notificación o traslado de documentos judiciales por vía diplomática o consular, a los
organismos receptores o entidades centrales de otro Estado miembro. O la posibilidad de hacerlo directamente por
correo a las personas que residan en otro Estado miembro mediante carta certificada con acuse de recibo o
equivalente.

- Se permite que cualquier persona interesada en un proceso judicial pueda efectuar la notificación o traslado de
documentos judiciales por medio de los agentes judiciales, funcionarios o personas competentes del Estado miembro
requerido siempre que así lo permita el Derecho interno de ese Estado miembro. Igual tratamiento reciben los
documentos extrajudiciales, cuyo régimen es idéntico al de los documentos judiciales.

11.- ¿Existe algún instrumento jurídico en el marco de la Unión Europea para la notificación de documentos?
(SR2004)

12.- Si se ha de notificar una demanda a un nacional francés domiciliado en Francia, ¿qué instrumento jurídico
resulta aplicable? (E2004)

13.- Notificación de actos en el extranjero. Describa brevemente los instrumentos más relevantes (E2012)

Sí.

Se aplica el Reglamento (CE) nº 1393/2007 del Parlamento Europeo y del Consejo, relativo a la notificación y al traslado
en los Estados miembros de documentos judiciales y extrajudiciales en materia civil y mercantil («notificación y traslado
de documentos»), que tiene carácter prioritario respecto al derecho convencional bilateral y multilateral del que
España es parte así como sobre el derecho interno.

31
El Reglamento tiene como finalidad mejorar y acelerar la transmisión entre los Estados miembros —por medio de los
organismos transmisores, organismos requeridos y la cooperación de las entidades centrales de cada Estado
miembro—, de los documentos judiciales y extrajudiciales en materia civil y mercantil, a efectos de notificación y
traslado, que se efectuará directamente y por medios expeditivos, mediante las autoridades que los Estados miembros
designen. En España son organismos transmisores los Secretarios Judiciales de los distintos Juzgados y Tribunales y la
entidad central la Dirección General de Cooperación Jurídica Internacional del Ministerio de Justicia.

Se contempla en el Reglamento, la facultad de cada Estado para, excepcionalmente, realizar la transmisión,


notificación o traslado de documentos judiciales por vía diplomática o consular, a los organismos receptores o
entidades centrales de otro Estado miembro, así como la posibilidad de hacerlo directamente por correo a las personas
que residan en otro Estado miembro mediante carta certificada con acuse de recibo o equivalente. También se permite
que cualquier persona interesada en un proceso judicial pueda efectuar la notificación o traslado de documentos
judiciales directamente por medio de los agentes judiciales, funcionarios o personas competentes del Estado miembro
requerido siempre que así lo permita el derecho de ese Estado miembro. Igual tratamiento reciben los documentos
extrajudiciales, que pueden transmitirse a efectos de notificación o traslado de acuerdo con las disposiciones
mencionadas respecto a los documentos judiciales.

16.- Requisitos que deben reunir los documentos extranjeros para ser considerados documentos públicos a efectos
procesales (art 323 LEC) (S2001)

1. A efectos procesales, se considerarán documentos públicos los documentos extranjeros a los que, en virtud de
tratados o convenios internacionales o de leyes especiales, haya de atribuírseles la fuerza probatoria prevista en el
artículo 319 de esta Ley.

2. Cuando no sea aplicable ningún tratado o convenio internacional ni ley especial, se considerarán documentos
públicos los que reúnan los siguientes requisitos:

1. º Que en el otorgamiento o confección del documento se hayan observado los requisitos que se exijan en el país
donde se hayan otorgado para que el documento haga prueba plena en juicio.

2. º Que el documento contenga la legalización o apostilla y los demás requisitos necesarios para su autenticidad en
España.

3°. Cuando los documentos extranjeros a que se refieren los apartados anteriores de este artículo incorporen
declaraciones de voluntad, la existencia de éstas se tendrá por probada, pero su eficacia será la que determinen las
normas españolas y extranjeras aplicables en materia de capacidad, objeto y forma de los negocios jurídicos.

17.- Qué requisitos han de cumplir los documentos públicos extranjeros para ser válidos en España? (SR2002)

El Convenio de la Conferencia de la Haya, suprimiendo la exigencia de la legalización de los documentos públicos


extranjeros, sobre la “apostilla” de 5 de octubre de 1961, del que forma parte España. Conforme a este convenio, el
documento ha de presentarse ante la autoridad designada por el Estado de origen para su “apostilla”, sello que se
estampa con la firma de la citada autoridad, quedando legalizado y con validez formal en todos los Estados miembros
del Convenio, sin necesidad de más trámites.

TEMA 6. EL RECONOCIMIENTO Y LA EJECUCIÓN DE LAS RESOLUCIONES EXTRANJERAS EN ESPAÑA

32
1.- Las fuentes del sistema español de reconocimiento ejecución de resoluciones extranjeras: orden jerárquico de
aplicación y ámbito de aplicación (F2006)

CONDICIONES PARA EL REC. Y EJECUCIÓN DE RESOL. EXTRANJ. EN DCHO. AUTONOMO E2016

La Ley de Cooperación Jurídica internacional en materia civil aborda de manera exhaustiva el reconocimiento y
ejecución de las resoluciones judiciales y documentos públicos extranjeros.

En cuanto al reconocimiento de las resoluciones judiciales de jurisdicción voluntaria la LCJI extiende sus disposiciones
respecto al reconocimiento y ejecución a las resoluciones extranjeras definitivas adoptadas en el marco de un
procedimiento de jurisdicción voluntaria.

1. EL RÉGIMEN GENERAL (LEY COOPERACIÓN JURÍDICA INTERNACIONAL)

Tres presupuestos son necesarios para que sea posible acudir al sistema autónomo español para proceder al
reconocimiento o ejecución de resoluciones extranjeras.

1. Que la resolución provenga de un Tribunal estatal extranjero.

2. Que la materia objeto de la resolución sea de derecho privado (civil, mercantil o laboral).

3. Que la resolución sea firme en el país de origen.

En la Ley se distinguen dos tipos de reconocimiento:

1. El reconocimiento incidental, llamado así porque se plantea como cuestión incidental en un procedimiento
judicial. En este caso es el Juez que conoce de ese procedimiento el encargado de pronunciarse al respecto.
Dicho reconocimiento tendrá únicamente valor respecto a lo resuelto en el proceso principal.

2. El reconocimiento a título principal.

En ambos tipos de reconocimiento no basta que en las resoluciones concurran los presupuestos citados, para que sean
susceptibles de ser reconocidas, para ello necesitan cumplir unos ciertos requisitos si bien en el reconocimiento
incidental será el Juez que conoce de la cuestión principal el que va a comprobarlos; y en el caso del reconocimiento a
título principal y, en su caso, ejecución, lo serán a través del sistema de la LCJI.

La finalidad de este procedimiento especial llamado exequátur, es declarar el reconocimiento y ejecución (en su caso)
a título principal, de una resolución extranjera o, por el contrario declarar que no es susceptible de reconocimiento
por incurrir en las causas de denegación previstas en dicha Ley. El órgano competente para conocer de este
procedimiento es el Juzgado de Primera Instancia del domicilio o lugar de residencia de la persona a la que se refieren
los efectos de aquellas; subsidiariamente la competencia territorial se determinará por el lugar de ejecución o donde
aquellas sentencias y resoluciones deban producir sus efectos y en último caso será competente el Juzgado de primera
instancia ante el que se interponga la demanda de exequátur. Su labor es muy limitada ya que no puede en absoluto
entrar en la revisión del fondo de la resolución.

Cuando la resolución extranjera se hubiere pronunciado sobre varias pretensiones y no pudiese reconocerse la
totalidad del fallo puede procederse a un reconocimiento parcial. Las causas de denegación del reconocimiento o de
la ejecución son las enumeradas en el artículo 46 de la LCJI que dispone que las resoluciones judiciales firmes no se
reconocerán:

1. Cuando fueran contrarias al orden público. Las tres características del orden público convergen igualmente
cuando se trata del reconocimiento o ejecución de una sentencia extranjera. 1Excepcionalidad, es decir, su
33
utilización ha de ser restrictiva. 2Relatividad, referida a que sólo podrá utilizarse frente a los concretos efectos
que esta resolución produzca. Y, 3actualidad, su utilización únicamente está permitida cuando en el momento
del reconocimiento (y no en el momento de dictarse la sentencia en origen) los principios fundamentales del
ordenamiento chocan con los efectos que la resolución extranjera produce.

2. Cuando la resolución se hubiera dictado con manifiesta infracción de los derechos de defensa de cualquiera
de las partes. Si la resolución ha sido «dictada en rebeldía». Sólo se considera que infringe los derechos de
defensa cuando el demandado no pudo comparecer por no haberle sido entregado la «cédula de
emplazamiento o documento equivalente de forma regular y con tiempo suficiente para que pudiera
defenderse».

3. En ningún caso, se reconocerán resoluciones dictadas por Tribunales que hayan basado su competencia en los
foros que nuestra LOPJ considera exclusivos.

4. Cuando la resolución extranjera fuera inconciliable con una resolución dictada en España.

5. Cuando la resolución fuera inconciliable con una resolución anterior dictada en otro Estado cuando esta última
resolución reuniera las condiciones necesarias para su reconocimiento en España.

6. Finalmente, se recoge la litispendencia al determinar que no se reconocerán las resoluciones extranjeras


cuando existiera un litigio pendiente en España entre las mismas partes y con el mismo objeto, iniciado con
anterioridad al proceso en el extranjero.

2.- ¿Qué condiciones no pueden ser controladas, conforme al Reglamento 1215/2012, por el juez del Estado
requerido en el reconocimiento y ejecución de una resolución extranjera? (S2004)

Prohibición de control de la competencia: El ppio. de base es la prohibición del control de la competencia (art. 45.3)
del tribunal del EM que dictó las resoluciones salvo las excepciones en materia de foros de protección y exclusividad.

Prohibición de revisar el fondo de la resolución (art. 52): La resolución dictada en un EM en ningún caso podrá ser
objeto de una revisión en cuanto al fondo en el EM requerido

3.- Presupuestos de aplicación del Reglamento 1215/2012 en materia de competencia y presupuestos de aplicación
del mismo en materia de reconocimiento (F2007, S2009, F2010)

Con el fin de conseguir la libre circulación de decisiones, el Reglamento no se limita a regular el reconocimiento y la
ejecución, sino que ha sido concebido como un instrumento “doble”:

- Regula tanto la competencia como el reconocimiento y ejecución de decisiones, siendo innecesario el control de la
competencia del Juez del Estado de origen por parte del juez del Estado requerido.

Esta finalidad de simplificación, se pone de manifiesto en:

- La posibilidad de reconocimiento automático de las resoluciones, sin necesidad de procedimiento alguno;

- Cuando haya que recurrir al procedimiento especial, su mecanismo es sencillo y rápido;

- Por los escasos motivos para rechazar el reconocimiento de una resolución.

34
El presupuesto de aplicación del sistema de reconocimiento del Reglamento es que la resolución emane de una
jurisdicción de un Estado miembro.

El objeto de la decisión ha de entrar en el ámbito de aplicación material del Reglamento, que comprende la materia
civil, mercantil y laboral.

4.- Reconocimiento y ejecución de las sentencias

a) El Reglamento parte del principio de reconocimiento de pleno derecho de las resoluciones judiciales, dictadas en un
Estado miembro, en cualquiera de los demás Estados miembros, sin necesidad de procedimiento alguno. Se presume
que dichas resoluciones existen en todos los Estados miembros, por lo que no se puede solicitar una acción nueva
entre las mismas partes, sobre el mismo objeto o sobre la misma causa, ante ningún otro tribunal de un Estado
miembro de la UE.

b) Este reconocimiento de pleno derecho tiene su corolario en la facilidad con que cualquiera de las partes puede
invocar en un Estado miembro una resolución dictada en otro Estado miembro, ya que sólo será necesario presentar
una copia de la resolución y un certificado en un modelo de formulario anexo al Reglamento, que será cumplimentando
por el órgano jurisdiccional de origen de la decisión, reflejándose en el mismo que la Resolución no se ha dictado en
rebeldía y que se ha sido notificada a los demandados. Junto a tal se presentará una copia de la Resolución.

c) Este tipo de reconocimiento es frágil, al estar supeditado a otra resolución que se pueda obtener, bien:

1. Porque cualquier parte interesada pida la denegación del reconocimiento ante un órgano jurisdiccional de un Estado
miembro como cuestión incidental -Será el órgano jurisdiccional que conoce la cuestión principal el que resolverá
dicha cuestión-.

2. Porque se solicite y se obtenga por cualquier parte interesada una resolución a través del procedimiento especial
previsto en el Reglamento:

- Cualquier interesado puede pedir que se dicte una resolución en la que se declare que no concurren los motivos de
denegación del art. 45.

- También puede hacerlo ante el órgano jurisdiccional ante el que se ha invocado la resolución en base al art. 37
(certificado y copia de resolución).

Éste podrá suspender el procedimiento:

- Si se impugna la resolución en el Estado miembro de origen.

- Si se solicita, a través del procedimiento previsto en el Reglamento, que se dicte una resolución en la que se declare
que no concurren los motivos de denegación del reconocimiento del art. 45. O que debe denegarse el reconocimiento
por alguno de tales motivos.

En ambos casos, la resolución obtenida a través del procedimiento previsto en el Reglamento tendrá efectos en todo
el Estado.

d) En relación a la ejecución, las resoluciones dictadas en un Estado miembro que tengan fuerza ejecutiva la tendrá
también en los demás Estados miembros.

El procedimiento de ejecución se regirá por el Derecho del Estado miembro en el que ésta se pretenda y serán
ejecutadas como si se hubiera dictado en dicho Estado. Al solicitante le bastará una copia de la resolución y el
certificado expedido conforme al anexo del Reglamento. Si se solicita la denegación, el órgano jurisdiccional puede, a
instancia del solicitante, suspender el procedimiento de ejecución en todo o en parte. La solicitud de denegación se

35
realizará conforme al Reglamento, y en su defecto, por lo previsto para tal procedimiento en el Estado miembro
requerido. La resolución que le ponga fin tendrá, como cualquier otra de las dictadas conforme al procedimiento
previsto en el Reglamento, efectos en todo el Estado.

El procedimiento y sus disposiciones comunes al reconocimiento y ejecución, es el mismo en los tres casos (solicitud
de reconocimiento, denegación de reconocimiento y de ejecución), y también lo son los motivos de denegación del
reconocimiento.

e) Cualquier parte interesada está legitimada para solicitar una resolución. En cambio, la solicitud de denegación de
ejecución sólo puede pedirla la persona contra la que se haya instado la ejecución. La solicitud se presentará ante el
órgano jurisdiccional competente, que resolverá sin demora. El procedimiento se llevará a cabo según la ley del Estado
miembro requerido, siendo posible recurrir dicha resolución de denegación por cualquiera de las partes.

5.- Motivos de denegación del reconocimiento y ejecución de sentencias extranjeras previstos en el Reglamento
1215/2012 (S2005)

El Reglamento parte de la presunción de que las decisiones han de ser reconocidas y ejecutadas, en base al principio
de confianza mutua. Son pocos los motivos que se contemplan para rechazar el reconocimiento o la ejecución de una
decisión dictada en un Estado miembro. Son los mismos en el caso del reconocimiento o la ejecución (art. 45). Y se
trata de una lista de carácter cerrado.

Excepciones a la regla gral.:

- Motivos de aplicación excepcional: Entre los motivos de rechazo del reconocimiento que están en principio
prohibidos, pero que pueden admitirse en determinados supuestos, está el control de la competencia del juez de
origen.

El principio de base es la prohibición del control de la competencia (art. 45.3 Reglamento) del tribunal del Estado
miembro que dictó las resoluciones (tanto las basadas en foros de competencia del Reglamento, como las basadas en
foros previstos en las legislaciones internas). Las excepciones son:

- El juez requerido (art. 35) denegará el reconocimiento, si no se han tenido en consideración los foros de seguros,
consumidores, trabajadores y competencias exclusivas;

- También lo denegará si un Estado miembro hubiera concertado un acuerdo con un Estado no miembro por el que se
obliga a no reconocer aquellas sentencias que estén basadas en los foros exorbitantes del art. 5 (estos acuerdos, no
previstos ya en el Reglamento, son los que se firmaron bajo la vigencia del Convenio de Bruselas y sigan aún en vigor).

En todos estos casos, el tribunal del Estado requerido puede controlar la competencia judicial del Tribunal del Estado
miembro de origen de la decisión, pero ateniéndose a las apreciaciones de hecho en las que esté fundamentada su
competencia (art. 45.2).

- Motivos de aplicación general: El rechazo del reconocimiento de una decisión proveniente de la jurisdicción de un
Estado miembro tendrá como fundamento los motivos del art. 45:

- Que la decisión sea manifiestamente contraria al orden público del Estado requerido (45.1.a). Como sucede en el
Derecho autónomo, la contradicción no se da en la decisión en sí, sino en el resultado concreto que tenga ese
reconocimiento en el Estado requerido en el momento en el que éste se pide. El orden público no podrá aplicarse a
las normas sobre competencia judicial (45.3).

- En relación a los derechos de la defensa (art. 45.1.b), en los casos en que la decisión se hubiera dictado en rebeldía
del demandado, es decir, sin que concurran dos condiciones: primera, que la cédula de emplazamiento o documento

36
equivalente le hubiera sido notificado en forma regular, y segunda, que lo hubiera sido con tiempo suficiente para
defenderse. Exige como condición que el demandado no hubiere recurrido la resolución en su contra “cuando pudo
hacerlo”. Además este art. convierte los derechos de la defensa en los más protegidos por el Reglamento porque no
se limita a suplementar el art. 28 (que protege al demandado rebelde en el Estado de la jurisdicción), sino que duplica
las garantías otorgadas a éste ya que abre un cauce para la denegación del reconocimiento o ejecución de las
decisiones europeas.

- Los referidos a la inconciabilidad de decisiones con el fin de evitar que se reclame en el Estado requerido el
reconocimiento o ejecución de decisiones contradictorias. El art. 45.1.c) prohíbe el reconocimiento de una decisión
dictada por un Estado miembro entre las mismas partes, cuando ésta sea inconciliable con otra dictada por el Estado
requerido. Las condiciones son:

- Identidad de partes.

- Y la existencia de dos decisiones inconciliables (ya dictadas, conlleven o no la eficacia de cosa juzgada e
independientemente de cuál sea el momento en que se dictaron).

El art. 45.1.d) deniega el reconocimiento de una decisión emanada de un Estado miembro cuando fuera inconciliable
con otra dictada con anterioridad (bien en un tercer Estado, bien en un Estado miembro) con identidad de partes,
objeto y causa y susceptible de ser reconocida en el Estado requerido.

6.- ¿Cuáles son las condiciones para que la rebeldía en el proceso principal pueda operar como motivo de no
reconocimiento de sentencia en el reglamento CE 1215/2012? (S2008)

En relación a los derechos de la defensa (art. 45.1.b), en los casos en que la decisión se hubiera dictado en rebeldía del
demandado, es decir, sin que concurran dos condiciones: primera, que la cédula de emplazamiento o documento
equivalente le hubiera sido notificado en forma regular, y segunda, que lo hubiera sido con tiempo suficiente para
defenderse. Exige como condición que el demandado no hubiere recurrido la resolución en su contra “cuando pudo
hacerlo”. Además este art. convierte los derechos de la defensa en los más protegidos por el Reglamento porque no
se limita a suplementar el art. 28 (que protege al demandado rebelde en el Estado de la jurisdicción), sino que duplica
las garantías otorgadas a éste ya que abre un cauce para la denegación del reconocimiento o ejecución de las
decisiones europeas.

7.- Diferencias entre las condiciones que se exigen en la LEC y en el Convenio de 1968 para el reconocimiento de
sentencias extranjeras (F2001)

La LEC 1881 recoge en el art. 952: “Si no hubiere Tratados especiales con la nación en que se hayan pronunciado,
tendrán la misma fuerza que en ella se diere a las ejecuciones dictadas en España”; el art. 953 establece que: “Si la
ejecutoria procediere de una nación en que por jurisprudencia no se dé cumplimiento a las dictadas por los tribunales
españoles, no tendrán fuerza en España”.

Ambos artículos definen el régimen de reciprocidad de nuestro ordenamiento: reciprocidad positiva en el 1er caso; y
negativa en el 2º. Se trata de que las sentencias de un Estado extranjero reciban en España el mismo trato que las
españolas reciben de ese Estado; este régimen de reconocimiento y ejecución de sentencias es apenas utilizado, como
así se deduce de los Autos de nuestro TS.

37
La referencia a la reciprocidad negativa ha quedado prácticamente como un residuo plasmado en una cláusula de
estilo.

La dificultad de la prueba de la reciprocidad positiva (que ha de ser bilateral y actual en el tiempo) y el hecho de que
la sentencia ha de cumplir los requisitos del art. 954, han propiciado su práctica desaparición.

Por tanto, en ausencia de norma de Derecho comunitario o de Tratados específicos, será aplicable el régimen general
de condiciones del art. 954 LEC 1881, de utilización preferente.

El art. 71.2 b) del R. Bruselas I refundido en declara inaplicable su sistema de reconocimiento y ejecución a aquellas
decisiones dictadas por un Tribunal de un Estado miembro basadas en los foros de competencia de un convenio
relativo a una materia particular. Y, en el supuesto de que un Convenio de esa naturaleza, ratificado por el Estado de
origen y el Estado requerido, se contemplen las condiciones para el reconocimiento o la ejecución éstas pueden ser
utilizadas (art. 71 in fine). En todo caso, se puede utilizar el R. Bruselas I refundido en lo referente al procedimiento de
reconocimiento o ejecución,

El Reglamento parte del principio de reconocimiento de pleno derecho de las resoluciones judiciales, dictadas en un
Estado miembro, en cualquiera de los demás Estados miembros, sin necesidad de procedimiento alguno. Se presume
que dichas resoluciones existen en todos los Estados miembros, por lo que no se puede solicitar una acción nueva
entre las mismas partes, sobre el mismo objeto o sobre la misma causa, ante ningún otro tribunal de un Estado
miembro de la UE.

8.- Resoluciones judiciales susceptibles de reconocimiento en el Convenio de Bruselas de 1968 (S2001)

9.- Resoluciones judiciales susceptibles de reconocimiento en el Convenio de Bruselas de 1968 y en la LEC (F2001)

El Reglamento parte del principio de reconocimiento de pleno derecho de las resoluciones judiciales, dictadas en un
Estado miembro, en cualquiera de los demás Estados miembros, sin necesidad de procedimiento alguno. Se presume
que dichas resoluciones existen en todos los Estados miembros, por lo que no se puede solicitar una acción nueva
entre las mismas partes, sobre el mismo objeto o sobre la misma causa, ante ningún otro tribunal de un Estado
miembro de la UE.

Para poder acudir al sistema diseñado por la LEC y proceder al reconocimiento o ejecución de resoluciones extranjeras
se exigen 3 presupuestos:

1º. Que la resolución provenga de un Tribunal estatal extranjero;

2º. Que la materia objeto de la resolución sea de derecho privado (civil, mercantil o laboral);

3º. Que la resolución sea firme en el país de origen.

Pero no todas las resoluciones firmes, de Derecho privado y provenientes de un Tribunal estatal, serán objeto de
reconocimiento o de ejecución. Además, todas han de pasar por el procedimiento de exequátur cuya finalidad es
comprobar que las resoluciones cumplen una serie de condiciones, de manera que no serán reconocidas en España si
no cumplen todas ellas. El órgano competente para conocer este procedimiento son los Juzgados de 1ª instancia (art.
955 LEC) “sin perjuicio de lo dispuesto en los Tratados y otras normas internacionales”, y su función consiste en
comprobar que cumplen tales requisitos, sin entrar en la revisión del fondo de la resolución.

En el Reglamento Bruselas I Refundido el reconocimiento es automático para los países miembros, sin necesidad de
procedimiento alguno.

38
10.- Requisitos del art. 954 LEC 1881  AHORA LEY DE COOP. JURÍDICA INTERNACIONAL

RÉGIMEN AUTÓNOMO. RÉGIMEN GENERAL

12.- ¿En qué consiste el requisito de control de la competencia del tribunal de origen en el ámbito de exequátur?
(SR2012)

Tres presupuestos son necesarios para que sea posible acudir al sistema autónomo español para proceder al
reconocimiento o ejecución de resoluciones extranjeras.

4. Que la resolución provenga de un Tribunal estatal extranjero.

5. Que la materia objeto de la resolución sea de derecho privado (civil, mercantil o laboral).

6. Que la resolución sea firme en el país de origen.

En la Ley se distinguen dos tipos de reconocimiento:

3. El reconocimiento incidental, llamado así porque se plantea como cuestión incidental en un procedimiento
judicial. En este caso es el Juez que conoce de ese procedimiento el encargado de pronunciarse al respecto.
Dicho reconocimiento tendrá únicamente valor respecto a lo resuelto en el proceso principal.

4. El reconocimiento a título principal.

En ambos tipos de reconocimiento no basta que en las resoluciones concurran los presupuestos citados, para que sean
susceptibles de ser reconocidas, para ello necesitan cumplir unos ciertos requisitos si bien en el reconocimiento
incidental será el Juez que conoce de la cuestión principal el que va a comprobarlos; y en el caso del reconocimiento a
título principal y, en su caso, ejecución, lo serán a través del sistema de la LCJI.

La finalidad de este procedimiento especial llamado exequátur, es declarar el reconocimiento y ejecución (en su caso)
a título principal, de una resolución extranjera o, por el contrario declarar que no es susceptible de reconocimiento
por incurrir en las causas de denegación previstas en dicha Ley. El órgano competente para conocer de este
procedimiento es el Juzgado de Primera Instancia del domicilio o lugar de residencia de la persona a la que se refieren
los efectos de aquellas; subsidiariamente la competencia territorial se determinará por el lugar de ejecución o donde
aquellas sentencias y resoluciones deban producir sus efectos y en último caso será competente el Juzgado de primera
instancia ante el que se interponga la demanda de exequátur. Su labor es muy limitada ya que no puede en absoluto
entrar en la revisión del fondo de la resolución.

Cuando la resolución extranjera se hubiere pronunciado sobre varias pretensiones y no pudiese reconocerse la
totalidad del fallo puede procederse a un reconocimiento parcial. Las causas de denegación del reconocimiento o de
la ejecución son las enumeradas en el artículo 46 de la LCJI que dispone que las resoluciones judiciales firmes no se
reconocerán:

7. Cuando fueran contrarias al orden público. Las tres características del orden público convergen igualmente
cuando se trata del reconocimiento o ejecución de una sentencia extranjera. 1Excepcionalidad, es decir, su
utilización ha de ser restrictiva. 2Relatividad, referida a que sólo podrá utilizarse frente a los concretos efectos
que esta resolución produzca. Y, 3actualidad, su utilización únicamente está permitida cuando en el momento
del reconocimiento (y no en el momento de dictarse la sentencia en origen) los principios fundamentales del
ordenamiento chocan con los efectos que la resolución extranjera produce.

39
8. Cuando la resolución se hubiera dictado con manifiesta infracción de los derechos de defensa de cualquiera
de las partes. Si la resolución ha sido «dictada en rebeldía». Sólo se considera que infringe los derechos de
defensa cuando el demandado no pudo comparecer por no haberle sido entregado la «cédula de
emplazamiento o documento equivalente de forma regular y con tiempo suficiente para que pudiera
defenderse».

9. En ningún caso, se reconocerán resoluciones dictadas por Tribunales que hayan basado su competencia en los
foros que nuestra LOPJ considera exclusivos.

10. Cuando la resolución extranjera fuera inconciliable con una resolución dictada en España.

11. Cuando la resolución fuera inconciliable con una resolución anterior dictada en otro Estado cuando esta última
resolución reuniera las condiciones necesarias para su reconocimiento en España.

12. Finalmente, se recoge la litispendencia al determinar que no se reconocerán las resoluciones extranjeras
cuando existiera un litigio pendiente en España entre las mismas partes y con el mismo objeto, iniciado con
anterioridad al proceso en el extranjero.

11.- El proceso de exequátur en el Derecho autónomo español (SR2009)

Se regula en la LCJI.

La demanda de exequátur y la solicitud de ejecución podrán acumularse en el mismo escrito si bien solo se procederá
a la ejecución una vez que se haya dictado resolución decretando el exequátur. En este proceso (proceso de exequátur)
el Juzgado de Primera Instancia (si no se dispone otra cosa) verifica únicamente si la resolución extranjera cumple las
condiciones anteriormente expuestas sin entrar en el fondo de la decisión.

Está legitimada para solicitar el exequátur, asistidas por abogado y procurador, cualquier persona que acredite un
interés legítimo. Y siempre con la intervención del Ministerio Fiscal. Pueden solicitarse medidas cautelares.

La demanda debe acompañarse de la resolución debidamente legalizada y traducida. La legalización se sustituye por
una «apostilla» para las resoluciones que provienen de países que hayan ratificado el Convenio de La Haya.

Además habrá de acompañarse el documento que acredite, si la resolución se dictó en rebeldía, la entrega o
notificación de la cédula de emplazamiento o el documento equivalente. Y cualquier documento que acredite la
firmeza y fuerza ejecutiva, en su caso, de la resolución.

Debe emplazarse a la parte contraria para que comparezca en el plazo de 30 días. Si comparece, sólo puede oponerse
al exequátur alegando que no se cumple alguna de las condiciones más arriba estudiadas. Si no comparece
transcurridos treinta días desde su emplazamiento, el juzgado continuará el proceso. Éste termina por una resolución
(Auto) en que se otorga o deniega el exequátur. Y contra el que cabe recurso de apelación. Contra la resolución dictada
por la Audiencia Provincial en segunda instancia, la parte legitimada podrá interponer el recurso extraordinario por
infracción procesal o el recurso de casación conforme a la LEC.

Otorgado el exequátur por el Juzgado de Primera Instancia, será este mismo el que despache la ejecución que se
llevará a cabo conforme a la LEC a no ser que se dispusiera otra cosa en los Tratados internacionales vigentes en
España.

13.- ¿Cuáles son los regímenes de reconocimiento de sentencias contemplados en el ordenamiento español?

40
En la Ley se distinguen dos tipos de reconocimiento:

1. El reconocimiento incidental, llamado así porque se plantea como cuestión incidental en un procedimiento
judicial. En este caso es el Juez que conoce de ese procedimiento el encargado de pronunciarse al respecto.
Dicho reconocimiento tendrá únicamente valor respecto a lo resuelto en el proceso principal.

2. El reconocimiento a título principal.

En ambos tipos de reconocimiento no basta que en las resoluciones concurran los presupuestos citados, para que sean
susceptibles de ser reconocidas, para ello necesitan cumplir unos ciertos requisitos si bien en el reconocimiento
incidental será el Juez que conoce de la cuestión principal el que va a comprobarlos; y en el caso del reconocimiento a
título principal y, en su caso, ejecución, lo serán a través del sistema de la LCJI.

14.- El sistema de reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales extranjeros (E2005, E2013, SR2013)

15.- Reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales en España.

El sistema en España es el recogido en el Convenio de Nueva York, aplicable a la mayoría de los supuestos. Se aplica
al reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales extranjeros. El ordenamiento español considera extranjero el laudo
«pronunciado fuera del territorio español». El Convenio no establece un sistema de reconocimiento y ejecución,
remitiéndose en este ámbito «a las normas de procedimiento vigentes en el territorio donde el laudo sea invocado».

Los documentos que debe presentar el demandante junto con la demanda de execuátur son:

- original debidamente autenticado del laudo o una copia de ese original que reúna las condiciones requeridas
para su autenticidad.

- original del convenio arbitral o copia que reúna las condiciones requeridas para su autenticidad.

Ambos documentos deben presentarse traducidos por un traductor jurado o por un agente diplomático o consular.

Con carácter general, y en defecto de convenio bilateral aplicable, el órgano jurisdiccional competente para conocer
del procedimiento de exequátur de un laudo arbitral extranjero es el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad
Autónoma del domicilio o lugar de residencia de la persona a quien se refieran los efectos del laudo

16.- Motivos de denegación del exequátur de un laudo arbitral en el extranjero (S2013) E2016 (CASO)

Los motivos de denegación constituyen una lista cerrada y se dividen en 2 grupos:

Motivos de denegación: constituyen una lista cerrada y se dividen en:

a) Aquellos que han de ser invocados por la parte demandada:

a. Invalidez del convenio arbitral.

b. Vulneración de los derechos de defensa.

41
c. Incongruencia entre el contenido del laudo y el del convenio arbitral

d. Irregularidades en la composición del tribunal arbitral y/o en el procedimiento arbitral.

e. Respecto del laudo, que no sea aún obligatorio para las partes o que haya sido anulado o suspendido
por una autoridad competente del país en que, o conforme a cuya Ley, ha sido dictado.

b) Aquellos que son apreciables de oficio por el Tribunal:

a. La no arbitrabilidad de la controversia.

b. La no contrariedad con el orden público del Estado requerido.

TEMA 7. EL RECONOCIMIENTO Y LA EJECUCIÓN DE RESOLUCIONES JUDICIALES Y DOCUMENTOS PUBLICOS. LA


FORMA DE LOS ACTOS

1.- Reconocimiento automático de las decisiones judiciales

Si el reconocimiento es automático no habrá exequátur, entendiendo éste como la declaración previa del
Estado de recepción por la que homologa la resolución extranjera. El reconocimiento automático lo es porque supone
que no hay necesidad de acudir a un procedimiento especial, sin que ello se traduzca en ausencia de control de la
resolución judicial.

El nuevo R. Brusela I Refundido potencia la eficacia extraterritorial de las decisiones dictadas por los tribunales
de los Estados miembros de la UE, salvo que la parte contra la que expide la ejecución se oponga por algún motivo
taxativamente previsto.

2.- EFECTO EJECUTIVO DE LOS DOCS PUBLICOS: eficacia basada certificados europeos

La eficacia extraterritorial de decisiones y documentos públicos extranjeros se alcanza por RECONOCIMIENTO


MUTUO.

Tres rasgos a destacar de este reconocimiento mutuo:

- Las decisiones “certificadas” en el país de origen (judiciales o no) se convierte en título, sin tener que pasar
por otro procedimiento de control en el país de ejecución (Certificado del Título Ejecutivo Europeo).

- La sede de control se establece en el país de origen.

- La eficacia extraterritorial de la decisión certificada en el país de origen es un medio alternativo para alcanzar
la eficacia de la resolución, pues al demandante en el proceso principal siempre le queda abierta la posibilidad de
solicitar el exequátur por cauces del Reconocimiento y/o exequátur previsto en otro reglamento.

42
3.- Eficacia probatoria y validez del documento: Régimen general

4.- Eficacia del documento público y eficacia del acto

5.- El requisito común de conformidad con la ley del lugar de otorgamiento

6.- El requisito común de legalización (art. 323.3 LEC) o “apostilla” y el de traducción (art. 144 LEC)

Los documentos públicos extranjeros (notariales, registrales, administrativos, en el marco de la inmigración, la sanidad,
etc.) pueden pretender servir como medio de prueba en España en un doble plano: judicial y extrajudicial.

A) EFICACIA DEL DOCUMENTO PÚBLICO Y EFICACIA DEL ACTO - EXAM

En el ámbito procesal, la LEC distingue entre la eficacia probatoria del documento y la eficacia del acto que incorpora
el documento (p. ej., un testamento o un poder de representación o un certificado de matrimonio). La eficacia
probatoria del documento suscita un problema de prueba de la validez formal o externa del documento público
extranjero, y se resuelve en el artículo 323.2 LEC. La eficacia del acto, nos sitúa ante la cuestión de la validez del acto
que tuvo lugar en el extranjero acreditado por el documento, y es a la que se refiere el artículo 323.3 LEC.

Si lo que se pretende es que el documento público extranjero sirva como medio de prueba (o eficacia probatoria)
tendrá que cumplir con la validez conforme a la ley del país de otorgamiento, además de otras exigencias de
regularidad como son la traducción y la legalización o en su caso la apostilla.

En cambio, si el documento contiene declaraciones de voluntad (p. ej., testamento) y se busca que las autoridades
españolas reconozcan la eficacia del acto contenido en tal documento, la LEC añade además otras condiciones relativas
a la validez del acto: la capacidad de las partes, validez de la relación en cuanto al fondo (ley rectora del fondo) y
regularidad formal del documento.

B) REQUISITOS COMUNES: CONFORMIDAD CON LA LEY DEL LUGAR DE OTORGAMIENTO, LEGALIZACIÓN O


APOSTILLA Y TRADUCCIÓN

1º. «Los requisitos que se exijan en el país donde se han otorgado» art. 323 LEC, significa que el documento ha de ser
formalmente válido conforme a la ley del país de otorgamiento, que generalmente va a coincidir con la ley de la
autoridad que interviene el acto.

2º. La práctica viene exigiendo la legalización y traducción.

Los documentos públicos extranjeros precisan de legalización para ser eficaces en un proceso abierto en España o
necesitan apostilla tratándose de documentos comprendidos en el ámbito del Convenio de La Haya.

La legalización consiste en:

1. Certificar la autenticidad de la firma del documento,

2. certificar y especificar la calidad en la que interviene la autoridad signataria y, en su caso,

3. la identidad del sello o timbre que el documento ostente.

El Convenio de La Haya, supuso un importante avance al sustituir la legalización por la fijación de una «apostilla»
expedida por la autoridad competente del Estado del que dimane el documento.

La «legalización» tampoco se exige para las «certificaciones» europeas ni otros documentos en el marco de ciertos
Reglamentos europeos; por ejemplo, en el marco del R. Bruselas I refundido (art. 61) y el R. Bruselas II bis (art. 52).

43
7.- Eficacia registral

Las inscripciones en un Registro español se practican mediante documentos auténticos o, en los casos señalados por
la Ley, mediante declaración.

A) RÉGIMEN JURÍDICO. CONSIDERACIONES GENERALES

La regulación del acceso al Registro español de resoluciones judiciales y documentos públicos extranjeros está
subordinada, en primer término, al Derecho convencional y al Derecho de la UE. Si bien «el procedimiento registral,
los requisitos legales y los efectos de los asientos se someterán en todo caso a las normas del Derecho español».

1º. La regulación del acceso al Registro está dispersa entre tres nuevas leyes: la LCJI; con carácter especial la LJV y en
cuanto a los que deben ser inscritos en el Registro civil la LRC (cuando entre en vigor).

2º. En principio son títulos de acceso al Registro las resoluciones judiciales extranjeras, los documentos públicos
extranjeros y las certificaciones registrales expedidas por autoridades extranjeras previo paso por algún mecanismo
de control que los habilite como títulos inscribibles en un Registro español.

3º. El acceso al Registro requiere bien el paso por el exequátur, bien el llamado reconocimiento incidental ante el
Encargado del Registro por el que se hace posible que la sentencia o el documento o la certificación registral extranjera
se conviertan en título de inscripción en el Registro, para las resoluciones judiciales de jurisdicción voluntaria y en
general todas las que careen de efecto ejecutivo.

Cuando se presentan ante la autoridad registral, y tras la declaración de reconocimiento, el acceso al Registro los dota
de una eficacia limitada al marco registral en el que el título se hace valer. En el Registro se establece la prueba de lo
que allí se refleja, amparada con una fuerte presunción iuris tantum de veracidad, que solo puede ser destruida a
través de una sentencia firme o mediante un previo expediente gubernativo.

Por eso no se excluye que las decisiones judiciales pueden alcanzar también eficacia en España por el procedimiento
de exequátur si así lo quiere el interesado y Convenios internacionales, dependiendo de cuál sea el país de origen de
la decisión judicial.

4º. Resoluciones judiciales objeto de reconocimiento. Siempre se exigirá que la decisión judicial extranjera, sea
definitiva cuando proceda de la jurisdicción voluntaria; o firme, si proceden de la jurisdicción contenciosa. Entiéndase
por firme o definitiva, la imposibilidad de activar ulterior recurso en el país de origen de la resolución.

B) LA LEY DE COOPERACIÓN JURÍDICA INTERNACIONAL

La LCJI se aplica a la inscripción registral de «las resoluciones judiciales extranjeras recaídas en procedimientos
extranjeros contenciosos y las procedentes del ámbito de la jurisdicción voluntaria». -régimen común-

1º. Para el acceso a Registro español de resoluciones judiciales el Encargado del Registro deberá constatar:

1. La regularidad y autenticidad formal de los documentos presentados.

2. La inexistencia de motivos de denegación; = resolución judicial extranjera.

3. El Encargado del Registro deberá además notificar su decisión, en las formas legalmente previstas, con el fin
de que el interesado pueda oponerse a la decisión.

2º. La inscripción de los documentos públicos requiere:

1. Constatar que «la autoridad extranjera haya intervenido desarrollando funciones equivalentes a las que
desempeñan las autoridades españolas en la materia de que se trate», - función análoga -.

44
2. Adicionalmente está subordinada a que «cumplan los requisitos establecidos en la legislación específica
aplicable».

C) LA LEY DE JURISDICCIÓN VOLUNTARIA

La LJV tiene por objeto la regulación de los expedientes de jurisdicción voluntaria que se tramitan ante los órganos
judiciales. Se definen como aquellos «que requieran la intervención de un órgano jurisdiccional para la tutela de
derechos e intereses en materia de Derecho civil y mercantil, sin que exista controversia que deba sustanciarse en un
proceso contencioso».

Las actuaciones de jurisdicción voluntaria pueden dar lugar a una diversidad de actos. Unas suponen la creación,
modificación y extinción de situaciones y relaciones jurídicas que generalmente tienen lugar por intervención judicial
(p. ej., la constitución de una tutela) y se contienen en una decisión judicial. Otras en cambio, son actos de mera
constatación o de recepción de una declaración de voluntad (p. ej., la declaración de un testigo) y se contienen en
otros documentos públicos.

1º. Las resoluciones extranjeras dictadas por autoridades judiciales o no judiciales extranjeras en el ámbito de la
jurisdicción voluntaria están sometidas a las causas de denegación contenidas en la LJV. Por ejemplo, la resolución
judicial por la que se constituye una tutela. Es preciso (1º.) el control de la competencia de la autoridad extranjera.
Además, el reconocimiento en sí de la resolución extranjera no podrá (2º.) comportar una vulneración del orden
público español, (3º.) ni infracción de los derechos de la defensa o (4º.) violación de un derecho fundamental o libertad
pública de nuestro ordenamiento.

2º. Para los documentos públicos extranjeros expedidos por autoridades no judiciales en materias que conforme a la
LJV no estén sujetas a intervención judicial (p. ej., la modificación de los poderes del tutor o las capitulaciones
matrimoniales), la DA 3ª LJV contempla una norma idéntica en su tenor al artículo 97 LRC 2011. El documento público
tendrá que:

1. Haber sido otorgado por autoridad extranjera competente y la inscripción.

2. No puede vulnerar el orden público español.

3. Además requiere que la autoridad encargada del Registro fiscalice hasta cierto punto la intervención de la
autoridad extranjera para determinar que ejerció funciones equivalentes a las de la autoridad española.

4. Por último, que «el hecho o acto contenido en el documentos sea válido conforme al ordenamiento designado
por las normas españolas de Derecho internacional privado.

3º. Las certificaciones registrales contarán en la futura LRC 2011 con un régimen de reconocimiento ad hoc, que en
buena medida es el establecido por la propia práctica de la DGRN. En materia de estado civil el Registro civil es
competente para la inscripción de hechos que afecten a españoles o que afectando a extranjeros hayan tenido lugar
en territorio español. De tal modo que ciertos hechos pueden aparecer inscritos antes en un registro extranjero (p. ej.,
el nacimiento o matrimonio) pero ulteriormente el interesado o sus representantes legales solicite la inscripción en un
Registro civil español. Ello explica que de algún modo se facilite esa segunda inscripción por transcripción literal de la
certificación extranjera. Siempre y cuando, entre otros requisitos, el Registro extranjero de procedencia ofrezca
«análogas garantías» a las exigidas para la inscripción por la Ley española; esto es, que consten los mismos extremos.

Regímenes particulares. Por último, baste apuntar que existen otros regímenes especiales para la inscripción registral
de determinados actos del estado civil.

D) LA JURISPRUDENCIA DE LA DGRN

Complementariamente resulta relevante la abundante jurisprudencia de la DGRN por la que se han ido colmando
lagunas:
45
 Los documentos públicos notariales extranjeros, sobre compraventa de inmuebles sitos en España, han visto
cuestionado su acceso al Registro español. - exigencia de escritura notarial española, pero por vez primera el
TS en su sentencia de 19 de junio de 2012 aceptó la inscripción en el registro de la propiedad en escritura
notarial extranjera; con posterioridad se ha inscrito el certificado sucesorio típico del derecho alemán sin
aportar traducción o apostilla. La clave es que se dé una equivalencia en las funciones que realizaría el fedatario
público extranjero y el español.

 En cambio, se ha denegado la inscripción de escritura pública otorgada en Italia sobre bien sitio en España, por
motivos fiscales.

 También se ha exigido escritura notarial española, siendo rechazados los documentos públicos (notariales)
extranjeros, para la compraventa de participaciones en sociedades (transmisión).

TEMA 8. DERECHO DE LA NACIONALIDAD (I)

1.- Adquisición de la nacionalidad española de origen en el sistema español de nacionalidad (E2013, SR2013)

2.- Supuestos de adquisición automática de la nacionalidad española (S2001, E2002, E2004, E2005, E2007, S2008,
SR2009, E2012, SR2012)

3.- Adquisición automática de la nacionalidad española (F2013)

A) Adquisición de la nacionalidad de origen por filiación (Ius sanguinis)

a) Por filiación natural. El art. 17.1.a CC dispone que son españoles de origen “los nacidos de padre o madre
españoles”, independientemente del lugar de nacimiento del hijo o la nacionalidad del otro progenitor.

Si la determinación de la filiación del progenitor español se hubiera producido después de los 18 años, el hijo sólo
tendrá Dº a la adquisición por opción, si bien la nacionalidad así adquirida será de origen.

b) Por filiación adoptiva. El art. 19.1 CC equipara a los hijos por naturaleza y a los hijos por adopción, al igual que el
art. 108 CC a efectos de nacionalidad. Aunque esta equiparación no puede ser total, dado que al no derivar del hecho
del nacimiento, se obtendrá la nacionalidad del adoptado menor de 18 años únicamente a partir del momento de la
adopción.

B) Adquisición de la nacionalidad española por nacimiento en España (ius soli)

El criterio subsidiario del ius soli se ve reflejado en el art. 17.1 b) CC donde se dispone que son españoles de origen “los
nacidos en España de padres extranjeros si al menos uno de estos hubiera nacido también en España”. Aquí la
nacionalidad se atribuye por la vinculación con nuestro país, dado que ambos han nacido en España. La 2ª parte del
párrafo recoge la excepción de los hijos de funcionario diplomático o consular, que aún nacido en España de progenitor
nacido en España, no será español.

46
En el apdo. c) del mismo artículo también se encuentra reflejado el ius soli, dado que dispone que son españoles de
origen “los nacidos en España de padres extranjeros si ambos carecieren de nacionalidad o si la legislación de ninguno
de ellos atribuye al hijo una nacionalidad”. Se pretende evitar la conversión en apátridas de los nacidos en España de
padres apátridas o padres extranjeros al que su país de origen no reconoce la nacionalidad del hijo por nacer fuera de
su territorio.

También el art. 17.1.d considera españoles de origen a los “nacidos en España cuya filiación no resulte determinada.”
Se presume considerar nacidos en territorio español a los menores cuyo 1er lugar conocido de estancia sea territorio
español.

La nacionalidad atribuida por esta vía es definitiva y se mantendrá incluso cuando, una vez conocido uno de los padres,
éste le atribuya otra nacionalidad. La pérdida de la española sólo se producirá, una vez emancipados, si incurren en los
supuestos contemplados en el art. 24 CC.

4.- Adquisición no automática de la nacionalidad española (F2008, E2011)

5.- Adquisición no automática de la nacionalidad española: la opción (F2006, S2013)

La opción es un modo de adquisición de la nacionalidad española que permite a los extranjeros con una especial
vinculación con España, adquirirla a través de una declaración unilateral de voluntad, que no necesita homologación
estatal y está sujeta a plazos preclusivos para su ejercicio. Con lo cual, siempre que se formule la declaración de
opción, como dispone el art. 20, y se cumplan los requisitos para la adquisición de la nacionalidad española por carta
de residencia o naturaleza del art. 23 CC, será un derecho que habrá de ser reconocido.

Supuestos:

1. Se otorga derecho a optar por la nacionalidad española a aquellos que “estén o hayan estado sujetos” a la patria
potestad de un español: Se refiere a aquellos casos de menores sometidos a la patria potestad de extranjero que
adquiere la nacionalidad española.

2. Tienen derecho a la opción aquellas personas cuya filiación o nacimiento en España haya sido determinado después
de los 18 años, y en caso de adoptado mayor de los 18 años. La nacionalidad así adquirida será de origen.

3. También podrán optar las personas cuyo padre o madre hubiera sido originariamente español y nacido en España:
Este último supuesto fue ampliado por la Ley de Memoria Histórica (a aquellos cuyo padre o madre hubieran sido
originariamente españoles aún no habiendo nacido aquí y a los nietos de aquellos que perdieron o renunciaron a la
nacionalidad española como consecuencia del exilio). La nacionalidad así adquirida será de origen.

La declaración de opción se tiene que formular por el propio interesado (cuando esté emancipado o sea mayor de 18
años), o su representante legal (cuando sea mayor de 14 pero menor de 18, o esté incapacitado legalmente). La opción
caducará a los 20 años de edad, aunque se puede prolongar 2 años después de la emancipación si el optante no
estuviera emancipado según su ley personal al llegar a los 18 años. No obstante, el derecho de opción del art. 20.1.b
no está sujeto a límite de edad, pudiéndose ejercer en cualquier momento.

En el caso en que el representante legal del menor de 14 años o del incapacitado pueda optar en su nombre, la opción
requiere autorización del encargado del Registro Civil, previo dictamen del MF (art. 20.2).

Los requisitos comunes para la validez de la adquisición de la nacionalidad española por opción son: carta de
naturaleza o residencia, hacen referencia a los mayores de 14 años y capaces para poder prestar la declaración por sí
mismos. Son el juramento o promesa de fidelidad al Rey y de obediencia a las leyes y a la CE, renunciando a su vez a

47
su antigua nacionalidad, salvo si son nacionales de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o
Portugal o de sefardíes.

6.- Modos voluntarios de adquisición de la nacionalidad española (F2012)

7.- Supuestos de adquisición derivativa de la nacionalidad española (SR2008)

8.- La adquisición de la nacionalidad por naturalización: concepto y clases (S2009, F2011)

9.- La adquisición de la nacionalidad española por residencia en España (F2001)

Este modo de adquisición no automática comporta que:

- El extranjero solicite la adquisición de la nacionalidad

- Que la Autoridad conceda al particular la posibilidad de adquirirla.

La naturalización puede obtenerse a través de 2 vías:

1. Por carta de naturaleza.

2. Por residencia en España.

En ninguno de los dos casos la nacionalidad será de origen.

a) La carta de naturaleza: Según dispone el art. 21Cc es “otorgada discrecionalmente mediante RD, cuando en el
interesado concurran circunstancias excepcionales”. Con esta disposición no se reconoce un derecho de adquisición
de nacionalidad, dado que el poder público no está obligado a concederla. Se trata de un modo de adquisición de la
nacionalidad que no existe en gran parte de los ordenamientos extranjeros, aunque es de utilidad como instrumento
corrector de deficiencias en el sistema (un ej. sería la concesión de la nacionalidad española al escritor Vargas Llosa).

b) Adquisición por residencia: En este caso corresponde otorgarla al Ministro de Justicia, que podrá denegarla por
motivos de orden público o interés nacional. Plazos de residencia exigidos:

- Plazo general de 10 años.

- Plazo de 5 años en caso de los que hayan obtenido la condición de refugiado en España.

- Plazo de 2 años cuando se trate de nacionales de origen de países cuya vinculación con España es más estrecha (países
iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal o de sefardíes).

- Plazo de 1 año para los casos en que la vinculación de un extranjero con España pueda avalar su integración en la
comunidad nacional:

1. El que haya nacido en territorio español.

2. El que no haya ejercitado oportunamente la facultad de optar.

3. El que haya estado sujeto legalmente a tutela, acogimiento o guarda de un ciudadano o institución españoles
durante 2 años consecutivos o incluso si aún continúa en dicha situación., etc.

48
La residencia habrá de ser “legal, continuada e inmediatamente anterior a la petición”.

C) Adquisición de la nacionalidad por posesión de estado

La nacionalidad así adquirida puede ser de origen o derivada. Consiste en la posesión y utilización de la nacionalidad
española por un periodo de 10 años, de buena fe e inscrita en el Registro Civil. Esto consolida la nacionalidad, aunque
se llegue a anular el título que la originó. En la adquisición originaria, ha de resultar del Registro que la filiación o
nacimiento en España produjeron, según la legislación aplicable en el momento del nacimiento, la adquisición de la
nacionalidad española.

Exige que el interesado se haya comportado como español, ejerciendo derechos y deberes derivados de su cualidad
de español.

10.- Determine los supuestos en los que es posible que se produzca la pérdida voluntaria de la nacionalidad española
(S2007) E2016 (2)

11.- Supuestos de pérdida voluntaria de la nacionalidad española (F2002, F2004, SR2004) E2016

12. CONDICIONES RENUNCIA A LA NACIONALIDAD ESPAÑOLA E2016

Se pierde de forma voluntaria cuando se dan ciertas condiciones y no se hace declaración de voluntad de conservarla.
Está contemplada en el art. 24 CC y afecta a todos los españoles de origen, tanto se haya adquirido de manera
automática como no automática.

a) Pérdida por adquisición de otra nacionalidad. Requisitos:

1. Residencia habitual en el extranjero.

2. Adquisición voluntaria de la otra nacionalidad.

3. Que hayan pasado 3 años desde su adquisición.

4. Que el interesado en este último plazo no haya realizado declaración de voluntad de conservar la nacionalidad
española, ante el Encargado del Registro Civil.

La pérdida de la nacionalidad española bajo este supuesto y siempre que sea de origen, no se producirá cuando la
nacionalidad adquirida sea la de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal o de sefardíes
(art. 11.3 CE ex 23.b CC).

b) Pérdida por utilización únicamente de la nacionalidad extranjera que se tuviera atribuida, antes de la
emancipación. Requisitos:

- La utilización de la nacionalidad extranjera exclusivamente.

- El transcurso de 3 años desde la emancipación.

- La residencia habitual en el extranjero.

- No haber hecho, en ese plazo, declaración ante el Encargado del Registro Civil de querer conservar la nacionalidad
española.
49
Destacar que pasados esos 3 años, aún sin declaración, ya no se pierde la nacionalidad, aunque el interesado no vuelva
a utilizarla o utilice sólo la extranjera. Por tanto, este tipo de pérdida sólo es posible, normalmente entre los 18 y 20
años de edad, que es cuando la utilización exclusiva de la otra nacionalidad causa la pérdida de la española.

La Instrucción de la DRGN dice que no se producirá la pérdida cuando el interesado justifique, dentro del plazo de los
3 años, que ha utilizado la nacionalidad española (tener documentación española en vigor, haber comparecido con
este carácter en el Consulado, etc.).

c) Pérdida por atribución por la ley el país de residencia de su nacionalidad. Este tipo de pérdida se refiere sólo a los
que han nacido y residido en el extranjero pero ostentan la nacionalidad española por ser hijos de padre o madre
españoles, también nacidos en el extranjero, siempre que la ley del país en que residan les atribuyan su nacionalidad.
No obstante, se podrá conservar, por declaración ante el encargado del Registro Civil en el plazo de 3 años, contando
desde la mayoría de edad o emancipación.

d) Pérdida por renuncia a la nacionalidad española. Todo español puede renunciar a la nacionalidad española.
Requisitos:

1. Estar emancipado.

2. Residir habitualmente en el extranjero, sin necesidad de ningún plazo.

3. Tener otra nacionalidad.

Excepción general a la pérdida de la nacionalidad española contemplada en el art.24 es que España se hallase en
guerra. También quedan excluidos de todas las formas de pérdida de la nacionalidad, los supuestos cubiertos por un
Tratado de doble nacionalidad.

12.- Pérdida de la nacionalidad española como sanción (S2004, F2009) (FEB14) E2016

Los españoles que no lo sean de origen pueden perder la nacionalidad:

1. Cuando utilicen durante un periodo de 3 años, de manera exclusiva, aquella nacionalidad que hubieran declarado
renunciar al adquirir la nacionalidad española. Este periodo de 3 años puede computarse en cualquier momento,
diferenciándose del caso de pérdida voluntaria por el mismo motivo (art. 24).

2. Cuando entren de forma voluntaria al servicio de las armas o ejerzan cargo político en un Estado extranjero, contra
la prohibición expresa del Gobierno. Es la prohibición expresa la que producirá la pérdida de la nacionalidad; ésta
puede ser individual o colectiva y anterior o posterior a los hechos.

La nulidad de la adquisición de la nacionalidad española se producirá por sentencia firme, en la que se declare que el
interesado ha incurrido en falsedad, ocultación o fraude en la adquisición de la nacionalidad española. Esta nulidad
la puede ejercitar el MF de oficio o en virtud de denuncia, en el plazo de 15 años. No tendrá efectos perjudiciales para
terceros de buena fe.

13.- Recuperación de la nacionalidad española

50
Se trata de la adquisición de la nacionalidad de alguien que ya la gozó anteriormente y que la perdió por las causas
establecidas por la ley.

Esta recuperación está regulada en el art. 26 CC. Requisitos:

1. Residencia legal en España.

2. Declaración ante el Encargado del Registro Civil de la voluntad de recuperarla.

3. Inscripción de la recuperación en el Registro Civil.

Como excepción a los requisitos tenemos:

- La no exigencia de la residencia legal en España a los emigrantes o a los hijos de éstos.

- Cuando concurran “circunstancias excepcionales”, aunque esta concesión de dispensa compete a los Ministros de
Justicia e Interior.

En los casos de recuperación por parte de aquellos que la perdieron por sanción, la habilitación será concedida
discrecionalmente por el Gobierno.

TEMA 9. DERECHO DE LA NACIONALIDAD (II)

1.- Supuestos de doble nacionalidad previstos en las leyes españolas (S2012)

2.- La doble nacionalidad convencional (S2005)

Cuando una persona ostenta más de una nacionalidad, la doctrina española suele hablar de doble nacionalidad. La
expresión doble nacionalidad se utiliza para denominar dos realidades jurídicas y sociológicas muy distintas:

1. La doble nacionalidad convencional.

Art. 11.3 CE elevó a rango constitucional la posibilidad de celebrar Tratados de doble nacionalidad con los países
iberoamericanos o con aquellos que hayan tenido o tengan particular vinculación con España.

a) El procedimiento previsto para alcanzar la doble nacionalidad es similar en casi todos los convenios. La
obtención de la nacionalidad de una de las partes contratantes depende de un acto voluntario del individuo,
estructurado en torno a la noción de domicilio registral.

La nacionalidad así obtenida pasa a ser la nacionalidad dominante. La coincidencia de nacionalidad y domicilio
determina el carácter dominante de una de las nacionalidades en juego.

Si se trata de una nacionalidad española su concesión no es automática, debido a que junto al requisito de residencia
se debe tramitar un expediente y la inscripción en el Registro, que tiene carácter constitutivo.

b) En cuanto al establecimiento del alcance real de la doble nacionalidad, obtenida por aplicación de sus
normas, han incidido los Protocolos modificando los Convenios en vigor.

En todos ellos se parte del supuesto de que no hay ninguna objeción jurídica para que una persona pueda tener dos
nacionalidades, a condición de que sólo una de ellas tenga plena eficacia. No podrán invocarse simultáneamente
ambas nacionalidades.

51
En los Protocolos hay que distinguir:

- Protocolos en los que ninguno de los beneficiarios del Convenio pierde, por el hecho de adquirir la nacionalidad del
otro Estado, la facultad de ejercer en el territorio del Estado adoptante los derechos que provengan de su nacionalidad
de origen. Existe una nacionalidad dominante, la última adquirida, que determina los efectos que la otra puede
producir en su territorio.

- Protocolos en los que la adopción a las nuevas circunstancias se hace de forma diferente. Se recoge que las personas
acogidas al Tratado de doble nacionalidad se puedan desvincular del mismo declarando ante la autoridad competente
del Registro Civil del lugar de residencia.

En cuando a la concreción de la nacionalidad tendrá prioridad el régimen pactado en cada caso, y si no estableciesen
nada será preferida la nacionalidad con la última residencia habitual y en su defecto la última adquirida.

2. Otros supuestos de doble nacionalidad previstos en las leyes españolas.

Situaciones derivadas de la posible conservación de la nacionalidad española por aquellos que han adquirido otra
nacionalidad: la ley permite gozar de dos nacionalidades al arbitrar soluciones para evitar la pérdida de la nacionalidad
española a quienes lo son de origen, en concreto una declaración de voluntad y, en segundo lugar, la situación de los
españoles que adquieran la nacionalidad de un país iberoamericano, de Andorra, de Filipinas, de Guinea Ecuatorial o
de Portugal…

Situaciones que pueden generarse por la conservación de los extranjeros de su propia nacionalidad, aun cuando
recuperen la española: Nuestro ordenamiento prevé la condición de dobles nacionales de quienes adquieren la
nacionalidad española, ostentando la nacionalidad de uno de los países enumerados en el artículo 24.1, e igualmente
sucede con aquellos españoles que la perdieron y, habiendo obtenido otra nacionalidad, recuperen la española ya que
no se exige, en estos supuestos, renuncia a la otra nacionalidad.

Situaciones derivadas por la conservación por parte de los nacionales de un país iberoamericano, de Andorra, de
Filipinas, de Guinea Ecuatorial o de Portugal, y los sefardíes originarios de España, de su nacionalidad, aun cuando
adquieran la española: ambas nacionalidades serán totalmente operativas, excepto cuando se trate de precisar la
nacionalidad relevante como punto de conexión de las normas de conflicto. «Prevalecerá en todo caso la nacionalidad
española del que ostente además otra no prevista en nuestras leyes o en los tratados internacionales».

3.- La solución del art 9.9 CC a las situaciones de doble nacionalidad (E2001)

En cuanto a la concreción de la nacionalidad como punto de conexión, tendrá prioridad el régimen pactado en cada
caso y, “si nada estableciesen, será preferida la nacionalidad coincidente con la última residencia habitual y, en su
defecto, la última adquirida” (art. 9.9 CC).

4.- Otros presupuestos de doble nacionalidad previstos en las leyes

Situaciones derivadas de la posible conservación de la nacionalidad española por aquellos que han adquirido otra
nacionalidad: Tras la última reforma, nuestra legislación prevé varios casos de doble nacionalidad como consecuencia
de la posibilidad de conservación de la nacionalidad española, aún cuando se haya adquirido otra. La ley permite gozar
de dos nacionalidades al arbitrar soluciones para evitar la pérdida de la nacionalidad española a quienes lo son de
origen. Una de esas soluciones consiste en la declaración de voluntad del art. 24.1.1º y 3º CC; la otra es la contemplada
52
en el art. 24.1.2º CC (caso de los españoles que adquieren la nacionalidad de un país iberoamericano, Andorra,
Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal. Dicha adquisición “no es bastante para producir la pérdida de la nacionalidad
española de origen”).

Situaciones que pueden generarse por la conservación de los extranjeros de su propia nacionalidad, aún cuando
recuperen la española: Nuestro ordenamiento prevé la condición de dobles nacionales de quienes adquieren la
nacionalidad española ostentando la nacionalidad de uno de los países enumerados en el art. 24.1. Lo mismo sucede
con aquellos españoles que la perdieron y, habiendo obtenido otra nacionalidad, recuperen la española (no se exige
en estos supuestos renuncia a la otra nacionalidad).

En todos estos casos, ambas nacionalidades serán totalmente operativas excepto cuando se trate de precisar la
nacionalidad relevante como punto de conexión de las normas en conflicto. En este último caso, se estará a lo que
determinen los Tratados y, si nada se estableciese, será preferida la nacionalidad coincidente con la última residencia
habitual y en su defecto, la última adquirida. Prevalecerá en todo caso la nacionalidad española del que ostente
además otra no prevista en nuestras leyes o en los Tratados.

5.- Supuestos patológicos de doble nacionalidad (SR2002, E2009, S2011, S2012) E2016

Los Estados son libres de determinar quiénes son sus nacionales, ello da lugar a diferencias entre las diversas
legislaciones nacionales.

Determinadas normas del ordenamiento van a producir supuestos de doble o plurinacionalidad: situación de los
menores de edad que no pueden perder la nacionalidad española aun cuando ostenten otra nacionalidad, o de quiénes
tengan o adquieran otra nacionalidad pero tengan su residencia habitual en nuestro país.

La pérdida voluntaria de la nacionalidad española se condiciona a la residencia habitual en el extranjero y no puede


renunciarse a la nacionalidad española si España se hallare en guerra.

Las soluciones dadas a las situaciones de doble nacionalidad patológica se enfocan desde:

- Derecho Internacional Público: utiliza el principio de efectividad, la nacionalidad que sea efectiva, para determinar
el Estado que puede ejercer la protección diplomática.

- Desde cada uno de los países implicados, Derecho interno español, el art. 9.9 CC dispone que prevalecerá en todo
caso la nacionalidad española del que ostente además de otra no prevista en nuestras leyes o en los Tratados
Internacionales. Cuando ninguna de las nacionalidades es española se opta por la conexión de la residencia habitual
para determinar la ley personal de quien carece de nacionalidad o la tiene indeterminada.

6.- La vecindad civil (E2008)

La coexistencia dentro del territorio español de distintos Derechos civiles, forales, especiales, es reconocida por el CC
garantizada por el art. 149.1.8 CE y por las CCAA.

El art. 16.1.1 CC establece que la ley personal es la determinada por la vecindad civil. Mediante una circunstancia de
índole personal que establece la vinculación de los españoles con uno de los Derechos civiles coexistentes en España
y con la especialidad civil propia de una determinada comarca o localidad. Así:
53
a) La vecindad civil constituye un punto de conexión que permite determinar en los conflictos entre leyes civiles
vigentes es España cuál es la ley personal del interesado.

b) La vecindad es una noción jurídica que posee un contenido y alcance propio en relación con un determinado
Derecho civil vigente en España y carece de la dimensión política que posee la nacionalidad. De la condición de
miembro de una CCAA, la vecindad civil se diferencia por su carácter puramente privado y no público.

LA VECINDAD CIVIL DE LOS ESPAÑOLES

El criterio de sujeción al derecho civil común o especial o foral se determina por la vecindad civil. Como el primer
criterio d adquisición de ésta es el ius sanguinis: tienen vecindad civil en el territorio de derecho común o en uno de
los de derecho especial o foral los nacidos de padres que tengan tal vecindad.

En caso de padres adoptantes de diferente vecindad civil, el hijo tendrá la de aquel respecto del cual la filiación haya
sido determinada antes o la del lugar de nacimiento y si no la del derecho común.

Cualquiera de los cónyuges no separados, legalmente o de hecho, podrá optar por la vecindad civil del otro.

La privación o suspensión en el ejercicio de la patria potestad o el cambio de vecindad de los padres no afectará a la
vecindad civil de los hijos.

Para adquirir la vecindad civil por residencia se exigen dos años de residencia continuada unidos a una manifestación
de voluntad; serán necesarios 10 años para que ésta se adquiera automáticamente a no ser que medie declaración en
contrario durante dicho plazo.

ADQUISICIÓN DE LA VECINDAD CIVIL POR QUIEN ADQUIERE LA NACIONALIDAD ESPAÑOLA.

El art. 15 CC determina que el extranjero que adquiere la nacionalidad española deberá optar, al inscribirla, entre la
vecindad del lugar de residencia, la del lugar de nacimiento, la última de cualquiera de sus progenitores o adoptantes
o la del cónyuge.

La opción se formulará por sí sólo, asistido por su representante legal o por este último. En este último caso la
autorización necesaria deberá determinar la vecindad civil por la que se opta, se consignará en la inscripción marginal
de la adquisición de la nacionalidad.

Los adquirentes de la nacionalidad española por carta de naturaleza tendrán la vecindad civil que les otorgue el Real
Decreto de concesión, teniendo en cuenta la opción del peticionario y otras circunstancias del interesado.

La recuperación de la nacionalidad española lleva consigo la de aquella vecindad civil que ostentara el interesado al
tiempo de la pérdida.

7.- El art. 16.1 CC remite, para lo solución de los conflictos internos, a las soluciones previstas para los conflictos
internacionales, salvo una serie de excepciones, ¿cuáles son éstas?

El art. 16.1.1 CC establece que la ley personal es la determinada por la vecindad civil. Mediante una circunstancia de
índole personal que establece la vinculación de los españoles con uno de los Derechos civiles coexistentes en España
y con la especialidad civil propia de una determinada comarca o localidad. Así:

a) La vecindad civil constituye un punto de conexión que permite determinar en los conflictos entre leyes civiles
vigentes es España cuál es la ley personal del interesado.

54
b) La vecindad es una noción jurídica que posee un contenido y alcance propio en relación con un determinado
Derecho civil vigente en España y carece de la dimensión política que posee la nacionalidad. De la condición de
miembro de una CCAA, la vecindad civil se diferencia por su carácter puramente privado y no público.

TEMA 10. DERECHO DE EXTRANJERÍA

1. LA ENTRADA EN TERRITORIO ESPAÑOL Y LAS SITUACIONES DE ESTANCIA Y RESIDENCIA – CIUDADANOS UE.


E2016

Para la entrada en el territorio español bastará con la presentación del documento de identidad o pasaporte en vigor
en que conste la nacionalidad del titular. Los familiares nacionales de un tercer Estado necesitarán visado si es exigible.
No será necesaria la obtención de visado cuando el interesado posea tarjeta de residencia de familiar de ciudadano de
la UE, válida y en vigor.

Estancia y residencia en territorio español. Requisitos.

- Permanencia menor a 3 meses, es una estancia que no requerirá documentación especial aparte de pasaporte vigente
o documento de identidad.

- Permanencia mayor a 3 meses, se activa el derecho de residencia que requiere concurrencia de determinadas
circunstancia e inscripción en el Registro Central de Extranjeros.

Residencia permanente: Situación definitiva que adquieren las personas que hayan residido en España durante un
período continuado de 5 años, solo podrá perderse por ausencia de más de 2 años consecutivos.

2. LA ENTRADA EN TERRITORIO ESPAÑOL Y LAS SITUACIONES DE ESTANCIA Y RESIDENCIA - EXTRANJEROS.


E2016

LAS SITUACIONES ADMINISTRATIVAS DE LOS EXTRANJEROS EN ESPAÑA

Los extranjeros podrán encontrarse legalmente en España:

1) En estancia: cuando no está en posesión de una autorización de residencia, se le autoriza la permanencia


por un periodo no superior a 90 días, es posible solicitar una prórroga no superior a 3 meses en un período
de 6. Los estudiantes siempre están en situación de estancia.

2) En residencia:

- Temporal: autoriza al extranjero a permanecer en España por un periodo de 90 días e inferior 5 años

- Larga duración: autoriza al extranjero a residir indefinidamente en España y a trabajar en las mismas condiciones que
los españoles. Tienen este derecho quienes hayan tenido residencia temporal durante 5 años y reúnan determinadas
condiciones.

Situaciones especiales de residencia:

* Atendiendo a las especiales características de sus destinatarios: estudiantes, mujeres extranjeras víctimas de
violencia de género y menores extranjeros no acompañados.

* Atendiendo a las circunstancias excepcionales: arraigo social, familiar o laboral; razones humanitarias o colaboración
con la justicia.

55
*Por razones de interés económico: inversores, emprendedores, investigadores, profesionales altamente cualificados
y trabajadores respecto a movimientos intraempresariales dentro de la misma empresa o grupo de empresas.

De los supuestos de autorización de residencia temporal por circunstancias excepcionales merece atención especial el
arraigo. El arraigo permite a la Administración «sanar» la situación irregular de determinados extranjeros, sin
necesidad de recurrir a procedimientos de regularización. La LOEx contempla tres supuestos de arraigo: Familiar, social
y laboral.

1.- La expulsión de extranjeros del territorio español: concepto (SR2007)

El incumplimiento de la normativa de extranjería puede dar lugar a la comisión de infracciones administrativas:

- Leves: insuficiencia o defectos de documentación, omisión o retraso en la comunicación sobre cambios de


nacionalidad, domicilio o estado civil, realización de actividades en un sector de ocupación o ámbito geográfico distinto
al contemplado en la autorización de residencia o trabajo.

- Graves: autorización no renovada o no conseguir prórroga.

- Muy graves: relacionadas con conductas del propio extranjero o de terceras personas hacia los extranjeros

Las multas oscilan entre 500 y 100.000 €, la sanción puede consistir en la expulsión del territorio español, que procede
en supuestos tasados y no puede ser aplicada conjuntamente con una sanción de multa. Lleva consigo la prohibición
de entrada en el territorio español por un período que no podrá exceder de 5 años, con carácter general, o de 10, con
carácter excepcional.

2.- Repercusión que en el sector del Derecho de extranjería tiene la pertenencia de España a la Unión Europea
(E2002) (FEB14)

La ciudadanía de la Unión, que se contempla con la nacionalidad estatal, confiere a los nacionales de los Estados
miembros la titularidad de ciertos derechos, entre otros, el de circular y residir libremente en todo el territorio de la
UE, el derecho a apelar al Defensor del Pueblo Europeo, a iniciar propuestas legislativas (iniciativa ciudadana), el
derecho de sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales y europeas y el derecho a la protección diplomática
y consular por parte de cualquier Estado miembro fuera de la Unión.

3.- Los derechos políticos y el acceso a las funciones públicas en el extranjero (S2009)

El RD consagra el principio de igualdad de trato con los españoles en el ejercicio de cualquier actividad. Para alcanzar
el mercado común de trabajo, el Derecho de la Unión consagra la libre circulación de trabajadores, libertad de
establecimiento y libre prestación de servicios. El límite está previsto para los empleos en la Administración Pública y
las actividades que estén relacionadas con el ejercicio del poder público. Las limitaciones a la libre circulación han de
justificarse a la luz de la interpretación que hacen las normas europeas y el TJUE.

TEMA 11. REGULACIÓN DEL TRÁFICO JURÍDICO EXTERNO

1.- Normas materiales especiales: caracterización, concepto (SR2008-SR2012)


56
1. Las normas materiales especiales

Estamos ante ellas cuando el legislador tomando conciencia de las peculiaridades que introduce la presencia de
elementos de extranjería en el supuesto a regular arbitra una solución específica, son normas materiales ad hoc.
Aportan una solución sustantiva, directa al supuesto regulado y puede ser contraria a la consagrada para supuestos
internos. Su tipología es amplia atendiendo tanto a su fuente como a su finalidad.

A) Normas materiales de DIPr de fuente interna

El legislador estatal actuando como legislador internacional atiende a los rasgos definidores del ordenamiento interno
desde el que se sitúa o pueden ser desarrolladas por la jurisprudencia para supuestos concretos en atención a la
internacionalidad del supuesto.

En el Derecho español son normas escasas y no sustituyen a las normas de conflicto, constituyen normas
complementarias de la técnica conflictual.

B) Normas materiales de DIPr de fuente internacional

Las podemos encontrar en los convenios internacionales, cumplen dos cometidos: unas veces son complemento
necesario para el correcto funcionamiento de las normas de conflicto incluidas en los convenios internacionales,
desempeñando en ellos una función similar a la que realizan la mayoría de las normas materiales de fuente interna - y
otras veces el recurso al método sustantivista obedece a un deseo de unificación de la regulación aplicable, en una
normativa que, además, resulte verdaderamente adaptada a las exigencias del tráfico internacional.

En el primer plano, es frecuente el recurso a normas materiales para delimitar el ámbito de aplicación de convenios,
o para definir un concepto susceptible de significados diversos en los ordenamientos jurídicos de los países partes en
el convenio en cuestión.

El segundo cometido, el de unificar la normativa aplicable en determinados sectores de actividad, lo cumplen


determinados convenios referidos, bien a situaciones que se presentan, de forma especial, como potencialmente
internacionales, bien en relación con el comercio internacional, con sus singulares exigencias de seguridad y certeza.

C) Normas materiales en el Derecho Europeo

Especialmente numerosas, son incorporadas a nuestro ordenamiento como parte del Derecho europeo que hunde sus
raíces en un proceso de unión regional que incluye la creación de un Espacio de Libertad, Seguridad y Justicia.

D) La lex mercatoria

Tiene origen consuetudinario, fue gestada en la práctica del tráfico comercial internacional por los propios actores de
dicho comercio y adecúa sus soluciones a las exigencias de un tráfico internacional.

Los factores que contribuyen a dimensionar el alcance de esta normativa consuetudinaria son:

- Carácter fragmentario, no es considerada como sistema jurídico del comercio internacional

- El reconocimiento por los Estados de los laudos arbitrales que no aplican un ordenamiento estatal sino tales
normas anacionales es una decisión que depende de cada Estado.

- En el comercio internacional existen partes que requieren protección y unos intereses generales que hay que
preservar.

2.- Las normas materiales imperativas: las llamadas normas de dirección (S2008)

3.- Normas imperativas y dispositivas (S2002, SR2011)


57
4.- Normas materiales imperativas para el tráfico externo: justificación y estructura (F2013)

3. Las normas imperativas

Las «normas imperativas» no toman en consideración la posible naturaleza internacional del supuesto, ya que en estos
casos se entiende que la extranjería no puede alterar la estructura esencial del propio ordenamiento jurídico.

A este tipo de normas se consagra el artículo 8.1 del CC, a cuyo tenor, «las leyes penales, las de policía y las de seguridad
obligan a todos los que se hallen en territorio español».

R. Roma I: «Una ley de policía es una disposición cuya observancia un país considera esencial para la salvaguarda de
sus intereses públicos, tales como su organización política, social o económica, hasta el punto de exigir su aplicación,
cualquiera que fuese la ley aplicable al contrato…».

A grandes rasgos podría decirse que, en el marco del Derecho público, existen normas imperativas con una finalidad
de protección, junto a otras que cabría calificar de dirección.

También están las concebidas para «dirigir» un determinado sector de actividad, especialmente sensible para el
conjunto del Estado.

Del mismo modo, tiene naturaleza de norma imperativa la que determina que «son inalienables e imprescriptibles» los
bienes del patrimonio histórico español

Junto a estos tipos de normas imperativas que también están las que establecen los rasgos definidores de ciertas
instituciones jurídico-privadas, que se consideran esenciales para preservar un determinado modelo de sociedad.

5.- Normas de conflicto unilaterales: caracterización general (E2011)

La norma de conflicto, o norma de atribución, es aquélla que, partiendo de una relación o situación de tráfico externo
(supuesto de hecho), la «localiza» en uno de los ordenamientos con los que se encuentra vinculada, en el que habrá
que buscar la respuesta concreta al supuesto planteado.

Puede afirmarse que la norma de conflicto es por su propia naturaleza bilateral o multilateral, en la medida en que su
formulación responde a la duda inicial sobre el Derecho mejor situado para regular el supuesto de que se trate. Ello
no impide que existan normas de conflicto formuladas en términos unilaterales; es decir, normas que referidas, en
principio, sólo al propio ordenamiento, utilizan un punto de conexión que puede, por hipótesis, conducir a la aplicación
de un Derecho extranjero.

En cuanto a las Fuentes de producción, pueden ser: internas, internacionales o Derecho de la UE.

Cuando el legislador español intentó establecer un sistema de DIPr, se decantó por un sistema de normas de conflictos
bilaterales o multilaterales.

6.- Cuál es la estructura de la norma de conflicto? (F2004) E2016 E2016 (2)

7.- Los puntos de conexión en las normas de conflicto multilaterales: definición y tipos (F2009)

58
Si la norma de conflicto no contiene la solución del supuesto de hecho que plantea sino que remite su establecimiento
a un ordenamiento jurídico conectado con él, esa remisión ha de articularse a través de algún elemento, como es el
punto de conexión.

La consecuencia jurídica se construirá a partir de los datos que proporcionen los Derechos extranjeros a los que los
puntos de conexión atribuyan regulación.

El punto de conexión es el elemento del supuesto de hecho que el legislador considera determinante para otorgar su
regulación a uno u otro ordenamiento jurídico.

Clasificación de los puntos de conexión:

- De naturaleza fáctica o jurídica –lugar de situación de un bien o el de producción de un daño- o de naturaleza


jurídica –la nacionalidad o el domicilio-.

- Mutables –situación de un bien mueble, la nacionalidad o el domicilio- e inmutables –lugar de situación de un


inmueble o el de producción de un daño.

- Simples y complejos. Las complejas pueden ser, a su vez, alternativas –las que contiene el art. 11.1 CC en
cuanto a la forma de los actos jurídicos-, subsidiarias –las consagradas en el art. 9.7CC en materia de alimentos- o
cumulativas –responden a situaciones en las que el legislador hace prevalecer las exigencias de la seguridad jurídica-.

- Funcionamiento: las normas de aplicación (FUNCIÓN)

La aplicación de la norma de conflicto requiere de distintas operaciones en las que la intervención judicial resulta
decisiva y vienen regidas por las que pueden calificarse como normas de aplicación. Están contenidas, básicamente,
en nuestro sistema de DIPr, art. 12 CC, y nos dirán de acuerdo con qué ordenamiento jurídico hemos de calificar el
supuesto de hecho para determinar la norma de conflicto aplicable, por ejemplo.

Es una norma de aplicación la que determina si la remisión hecha a un Derecho extranjero comprende normas de
conflicto y aquellas que establecen qué ocurre cuando la respuesta proporcionada por el Derecho extranjero no sea
asimilable por el Derecho propio o cuando se haya utilizado la norma de conflicto de fraude de ley. También son
normas de aplicación las que concretan el alcance de la remisión a un derecho extranjero cuando en él coexistan
distintos sistemas legislativos.

El método conflictual o de atribución permite seguir controlando las respuestas que reciben los supuestos de tráfico
externo a los que se aplican. Expediente extremo lo constituyen las cláusulas de excepción que prevén que el juzgador
pueda obviar la aplicación de la norma de conflicto y del Derecho declarado aplicable en situaciones concretas en la
que resulta evidente la escasa o insuficiente vinculación entre ambos.

8.- ¿Cuál es la función (finalidad) que tienen las denominadas "normas de aplicación"? (F2003)

La aplicación de la norma de conflicto requiere de distintas operaciones en las que la intervención judicial resulta
decisiva y vienen regidas por las que pueden calificarse como normas de aplicación. Están contenidas, básicamente,
en nuestro sistema de DIPr, art. 12 CC, y nos dirán de acuerdo con qué ordenamiento jurídico hemos de calificar el
supuesto de hecho para determinar la norma de conflicto aplicable, por ejemplo.
59
Es una norma de aplicación la que determina si la remisión hecha a un Derecho extranjero comprende normas de
conflicto y aquellas que establecen qué ocurre cuando la respuesta proporcionada por el Derecho extranjero no sea
asimilable por el Derecho propio o cuando se haya utilizado la norma de conflicto de fraude de ley. También son
normas de aplicación las que concretan el alcance de la remisión a un derecho extranjero cuando en él coexistan
distintos sistemas legislativos.

El método conflictual o de atribución permite seguir controlando las respuestas que reciben los supuestos de tráfico
externo a los que se aplican. Expediente extremo lo constituyen las cláusulas de excepción que prevén que el juzgador
pueda obviar la aplicación de la norma de conflicto y del Derecho declarado aplicable en situaciones concretas en la
que resulta evidente la escasa o insuficiente vinculación entre ambos.

El artículo 12.6 párrafo 1º del Código Civil: la imperatividad de la norma de conflicto (E2002, E2007, F2010, F2011)

Puede discutirse el carácter imperativo de las normas de conflicto, de si en un supuesto litigioso el juez o tribunal, debe
esperar a su invocación por las partes para aplicarlas. Su aplicación ex officio por el juzgador queda integrada en el
marco del principio iura novit curia, que obliga a los Tribunales a la aplicación del Derecho incluso en ausencia de
alegación por las partes. En nuestro Derecho positivo la imperatividad de la norma de conflicto resulta indiscutible, así
el art. 12.6 CC establece que los Tribunales y autoridades aplicarán de oficio las normas de conflicto del derecho
español.

TEMA 12. PROBLEMAS DE APLICACIÓN DE LAS NORMAS DE DIPr (I)

1.- Concreción temporal del punto de conexión de las normas de conflicto: el conflicto móvil (S2013)

2.- El conflicto móvil (F2007) E2016

Conflicto móvil: problema se plantea por un cambio en las circunstancias que sirven para precisar el punto de conexión
de una norma en conflicto de manera que una situación jurídica dada queda sometida sucesivamente a dos sistemas
jurídicos diferentes, se plantean varias soluciones:

- la aplicación del derecho transitorio del foro

- la teoría de los derechos adquiridos

- la aplicación de la última ley declarada competente.

Es necesario estar al caso concreto, lo importante es atender a la naturaleza de la relación y a la distinción entre la
validez del acto y la continuidad y el carácter de sus efectos. Si la validez ha de mantenerse inalterada, en los efectos
jurídicos podría distinguirse entre los que tienen una relación temporal concreta y los que se prolongan en el tiempo,
respecto de los que la doctrina se inclina por su sumisión a la ley señalada en la última conexión.

La mejor solución es la preventiva, que sea la misma norma de conflicto la que establezca las posibles consecuencias
de la alteración de la concreción en el tiempo del o de los puntos de conexión.
60
SUCESIÓN EN EL TIEMPO DEL Dº MATERIAL EXTRANJERO DESIGNADO POR LA NORMA DE CONFLICTO DEL FORO

El problema está en la solución a adoptar ante una modificación del derecho material extranjero declarado aplicable
por la norma de conflicto del foro.

La solución general está en la aplicación de las normas transitorias del ordenamiento reclamado. Excepciones:

1) Cuando no pueda conocerse el alcance y contenido de la regla transitoria extranjera.

2) Cuando las partes, en virtud del principio de la autonomía de la voluntad, hayan incorporado al contrato
disposiciones extrajeras que seguirán siendo ley del contrato pese a las transformaciones que hayan
podido sufrir con posterioridad en el derecho del que fueron extraídas.

3) Cuando el derecho transitorio de la lex causae sea manifiestamente contrario al orden público del foro.

4) Supuestos en que la situación litigiosa ha roto su vinculación con el ordenamiento jurídico extranjero antes
de la modificación legislativa de éste.

La solución generalmente admitida es la de estar al derecho transitorio de la lex fori.

3.- La sanción del fraude a las normas de Derecho internacional privado (SR2010)

1. La noción de fraude y su alcance en Derecho internacional privado

El fraude a las normas de conflicto es el que presenta características especiales ya que opera en el punto de conexión
de la norma modificándolo para que sea aplicable el ordenamiento jurídico que sea más favorable.

Se trata de jugar con dos o más ordenamientos jurídicos con la finalidad de eludir las normas imperativas de uno de
ellos, situándose al amparo de aquel que resulte más favorable.

El fraude de DIPr se produce en el sector relativo al derecho aplicable:

a) El fraude a la ley en el área del derecho aplicable trata de la utilización de una norma de
conflicto para eludir el ordenamiento normalmente aplicable, es la alteración maliciosa por
alguna de las partes de la situación jurídica o de hecho utilizada por la norma de conflicto como
punto de conexión, ese reclamo de la norma se hace a un derecho distinto de aquél que
hubiera sido aplicable.

Solo se concibe respecto a las normas en conflicto que utilicen conexiones susceptibles de ser modificadas
materialmente por las partes: nacionalidad, domicilio, lugar de los muebles… No existe cuando las conexiones de la
norma de conflicto no son modificables por su naturaleza o por obra de las partes y cuando la norma deje una total
libertad a las partes en la elección de la ley aplicable.

b) El fraude a las normas de nacionalidad, tanto en la adquisición como en la pérdida o


recuperación de la nacionalidad española, el CC sanciona sólo en el art. 24 el fraude en su
adquisición, ej: adquisición de la nacionalidad española por residencia en España aplicable al
matrimonio con español.

c) El fraude a las normas de extranjería suele realizarse a través del fraude a las normas de
nacionalidad y con la finalidad de evitar la aplicación de las primeras.

61
d) Fraude a las normas procesales de competencia. Ej: cambiar el domicilio o residencia habitual
a otro Estado para solicitar el divorcio por mutuo consentimiento si no se halla previsto en el
ordenamiento del foro.

2. La sanción del fraude a las normas de DIPr

Está contemplada en los arts. 12.4 y 6.4 CC.

a) Derecho aplicable, la manipulación de la conexión supone:

- Bien que la ley extranjera sea efectivamente aplicable, por lo que la sanción del fraude –su no aplicación- supone una
excepción a la aplicación de un derecho extranjero declarado aplicable por la norma de conflicto del foro.

- Bien que lo sea el ordenamiento español, la sanción consiste en la no aplicación de éste y en la aplicación de la ley
extranjera que hubiera sido aplicable si la manipulación del punto de conexión no se hubiera producido.

En algunos casos, ej: nacionalidad, podrá actuarse contra la manipulación del punto de conexión, en otros no se puede
porque la nacionalidad extranjera es inoponible.

Se sanciona a través del art. 6.4 CC mediante la debida aplicación de la norma que se hubiera tratado de eludir: la
norma concreta de derecho material.

b) Fraude a las normas de nacionalidad: el art. 25 CC sanciona con su pérdida a los que por sentencia firme
fueren declarados incursos en falsedad, ocultación o fraude en su adquisición. Sanción extensiva en caso
de la recuperación y perdida fraudulenta. Si el fraude es instrumental, la sanción es la aplicación de las
normas que se hubieran tratado de eludir sean de extranjería, civiles, administrativas, laborales…

c) En caso de fraude a las normas de competencia judicial: la sanción viene dada por la ineficacia en el foro
de la decisión judicial extranjera, denegando su reconocimiento.

TEMA 13. PROBLEMAS DE APLICACIÓN DE LAS NORMAS DE DIPr (II)

1.- ¿Cuál es el contenido de la cláusula de orden público? (E2010) (FEB14)

2.- Concepto y Caracteres del orden público (S2010)

3.- El orden público: contenido y efectos, caracteres (E2001, S2003, F2005, S2005, E2006, S2011, E2012, S2012,
SR2012) E2016

Puede ocurrir que, identificado el derecho extranjero aplicable, sus normas resulten incompatibles con el Derecho del
foro, el DIPr recurre a la que se denomina excepción de orden público. Es también un motivo de oposición al
reconocimiento decisiones judiciales, documentos y certificaciones extranjeras.

1. CONCEPTO: «el conjunto de normas y principios que, en un momento histórico determinado, reflejan el esquema de
valores esenciales, a cuya tutela atiende de una manera especial cada ordenamiento jurídico concreto».

Son los principios básicos o esenciales del Derecho del foro. Interviene como una barrera frente a normas y decisiones
extranjeras susceptibles de vulnerar los principios y valores fundamentales, cumpliendo una función defensiva del
ordenamiento en la medida en que controla las consecuencias de aplicar una ley o reconocer una decisión extranjera
en el territorio del foro.

Art. 12.3: En ningún caso tendrá aplicación la ley extranjera cuando resulte contraria al orden público.

62
Cláusula general que deja al criterio del juez o de la autoridad competente la posibilidad de excluir el Derecho
extranjero.

2. CONTENIDO: decidir cuáles son los principios o valores fundamentales e irrenunciables para un ordenamiento, al
ser el contenido del orden público esencialmente nacional, solo podemos intentar identificarlo en el ordenamiento
español

1. ha de tratarse de un valor general o común a la totalidad del ordenamiento español.

2. La identificación del contenido del orden público exige colocarse en el vértice constitucional. Entre los principios y
valores habría que incluir: Derechos fundamentales reconocidos en el Capítulo I del Título I de la CE: tutela judicial
efectiva, derecho al honor y a la intimidad personal y familiar, libertad religiosa… Su vulneración conlleva recurso de
amparo ante el TC.

3. Nada impide que jueces y autoridades nacionales tomen en consideración y apliquen los principios del orden público
europeo. Formarían parte de ese orden público europeo, además de los derechos fundamentales, las normas que
organizan el Mercado Interior, así como el Derecho de la Competencia.

4. Los Derechos Humanos reconocidos en los Tratados internacionales constituyen canon de interpretación de los
derechos fundamentales recogidos en la CE. Destacan: Convenio Europeo de Derechos Humanos de Roma aplicables
por el TEDH y Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, la garantía de su aplicación por el TJUE. Aunque ni un
Tribunal ni otro pueden definir el concepto de orden público de cada Estado miembro sí pueden controlar los límites
de esta cláusula abierta.

3. CARACTERES:

* Temporalidad: El orden público ha de adaptarse a los valores imperantes de una sociedad y en un tiempo
determinado, el art. 3 CC introduce un criterio hermenéutico de interpretación de las normas: la realidad social del
tiempo en que han de ser aplicadas.

* Excepcionalidad: El recurso a la cláusula del orden público ha de ser entendido restrictivamente. En la mayoría de
los Reglamentos europeos y Convenios internacionales de los que España es parte, no se aplicará la norma extranjera
(o, en su caso, la decisión extranjera) sólo si tal aplicación resulta manifiestamente incompatible con el orden público
del foro.

* Relatividad: el juez debe decidir en qué aspectos el derecho del foro puede ceder ante el derecho extranjero, lo que
exige del juzgador una opción casi personal en cuanto al valor y fundamento del derecho del foro.

4. EFECTOS

Cuando el Derecho extranjero en la determinación del Derecho aplicable se declara contrario al orden público del foro
es inevitable su exclusión y la aplicación sustitutiva del Derecho del foro (función de evicción del Derecho extranjero
reclamado). El Derecho material español sustituye al Derecho designado por la norma de conflicto aunque no tenga
apoyo en el Derecho positivo español. Será preciso atender a cada caso concreto y valorar si ante la vulneración del
orden público español cabe la articulación por el juez de una solución ad hoc para el mismo.

4.- Solución del art 12.5 del CC al problema de la remisión a un sistema plurilegislativo (S2004, E 2013)

63
5.- Tipos de remisión que un sistema de D° internacional privado puede hacer a un sistema plurilegislativo. ¿Cuál es
la respuesta que otorga el art. 12.5 CC? (F2003)

6.- En qué sectores del D° internacional privado resulta conveniente reducir el ámbito de aplicación del reenvío
recogido en el art 12.2 CC? (SR2002)

7.- Concepto y tipo de reenvío admitido por el sistema español de derecho internacional privado (SR2007)

8.- El reenvío: presupuestos, clases y función (E2004, E2005, E2008)

9.- El reenvío en el D° internacional privado español y situación actual de su tratamiento (F2006)

10.- La remisión a un sistema plurilegislativo: tipos de conflicto y tipos de remisión (F2008, SR2013)

EL REENVÍO. Se produce cuando una norma de conflicto del foro se remite a un Derecho extranjero y la norma de
conflicto de ese país la remite a otro.

Art. 12.2 CC: La remisión al derecho extranjero se entenderá hecha a su ley material, sin tener en cuenta el reenvío
que sus normas de conflicto puedan hacer a otra ley que no sea la española.

1. Clases.

* Reenvío de retorno o de primer grado: la cuestión reside en si se debe admitir o no el reenvío de retorno que
el ordenamiento extranjero provocaría a favor del ordenamiento español. El art. 12.2 CC lo admite cuando la remisión
de la norma de conflicto del ordenamiento inicialmente designado tiene lugar a favor de la ley material española, se
admitirá y aplicará el Derecho interno español, pero si es a otro Derecho extranjero el juez español aplicará de oficio
el Derecho interno del país que corresponda.

* Reenvío de segundo grado: Posibilidad de que la norma de reenvío designara un tercer ordenamiento. Tiene
lugar cada vez que el ordenamiento designado por la norma de conflicto del foro localice la cuestión bajo el ámbito de
un tercer ordenamiento distinto de los anteriores.

SITUACIÓN ACTUAL EN EL TRATAMIENTO DEL REENVÍO

Se ha venido aceptando el reenvío de retorno como un medio de hacer efectivo el principio de universalidad en la
transmisión de los bienes. También ha sido utilizado para evitar que la sucesión quede resuelta por leyes diferentes. De
tal modo que debe rechazarse el reenvío de retorno si conduce a un fraccionamiento de la sucesión.

Este sería un primer límite: el respeto a la ratio de la norma respecto de la que opera. Pero en bastantes más casos lo
que se afirma es otro objetivo de política legislativa subyacente en materia sucesoria: el del respeto a la última
voluntad del testador.

Pero la tendencia más afianzada se orienta a la restricción de su juego cuando no a la eliminación. En primer lugar,
porque la conexión ley nacional está pasando a ser una opción que el interesado puede escoger y en segundo lugar,
por la expansión del principio de la autonomía de la voluntad.

LA REMISIÓN A UN SISTEMA PLURILEGISLATIVO. E2016

En la búsqueda de la respuesta material aplicable al caso, una dificultad adicional puede surgir cuando en el
ordenamiento designado por la norma de conflicto española coexisten una pluralidad de ordenamientos jurídicos
potencialmente aplicables a la cuestión planteada. Esto ocurre cada vez que el ordenamiento extranjero constituye lo

64
que técnicamente se denomina un ordenamiento jurídicamente complejo u ordenamiento no unitario en Estados
plurilegislativos.

La base del Estado plurilegislativo puede ser territorial, cuando dentro de un mismo Estado coexisten dos o más
unidades territoriales con competencia normativa atribuida para dictar normas en materia de Derecho privado. Da
lugar a conflictos interterritoriales que pueden tener repercusiones o verse involucrados con un conflicto internacional.

El ámbito de materias en el que se da una mayor incidencia del fenómeno plurilegislativo es el referente al derecho de
familia y sucesiones. Por el contrario, su incidencia es menor en el ámbito patrimonial y económico.

CLASES - Normas de remisión:

1. La remisión será indirecta cuando la norma de conflicto del foro se entiende hecha a la norma de conflictos
internos del ordenamiento extranjero designado.

2. Directa, cuando la norma de conflicto no designaría en puridad el ordenamiento de un Estado sino la ley de
una unidad territorial dentro del Estado (el lugar de la residencia habitual o de producción del accidente).

3. Mixta, combinando las anteriores.

LA SOLUCIÓN DEL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO ESPAÑOL: EL ARTÍCULO 12.5 DEL CC  INDIRECTA E2016

Art. 12.5: Cuando una norma de conflicto remita a la legislación de un Estado en el que coexistan diferentes sistemas
legislativos, la determinación del que sea aplicable entre ellos se hará conforme a la legislación de dicho Estado.

El artículo 12.5 CC posee un ámbito de aplicación muy amplio. En un doble sentido: por una parte, es de aplicación
tanto a conflictos interpersonales como interterritoriales; por otra, opera con independencia de que la conexión
escogida por la norma de conflicto reguladora sea la nacionalidad o cualquier otra.

SITUACIÓN ACTUAL EN EL TRATAMIENTO DE LA REMISIÓN A UN SISTEMA PLURILEGISLATIVO

Persiste la línea jurisprudencial anterior, basada en un sistema de remisión directa, precisamente en una materia (las
sucesiones) respecto de la que mejor opera el sistema de remisión indirecta previsto por el artículo 12.5 Código civil.

Frente a la solución general del artículo 12.5 del Código civil, cobran gran relevancia las soluciones convencionales.

1º. El sistema de remisión directa se va extendiendo en los Reglamentos de la Unión Europea. Así, por ejemplo, el R.
Roma I, sobre ley aplicable a las obligaciones contractuales, dispone que «cada unidad territorial se considerará como
un país a efectos de la determinación de la ley aplicable» (art. 22).

2º. El sistema de remisión mixta es original de los Convenios elaborados en el seno de la Conferencia de La Haya de
Derecho internacional privado mediante una u otra formulación. En el ámbito de las sucesiones, el Reglamento
650/2012 prevé un sistema de remisión mixto (art. 36). Prioritariamente la remisión se opera a la totalidad del sistema
extranjero. Solo si en el ordenamiento extranjero no existieran normas para resolver los conflictos internos se aplicará
el sistema con el que el causante hubiera tenido una vinculación más estrecha.

11.- Régimen de alegación y prueba del derecho extranjero, la solución en el Derecho Español (S2003, F2004, E2007)

13.- Régimen de alegación y prueba en el derecho extranjero (F2012)

15.- ¿Cuál es la respuesta que confiere el derecho dispositivo español a la alegación y prueba del derecho extranjero?
(S2007)

65
1. Régimen de alegación y prueba del derecho extranjero.

El principio iura novit curia no opera respecto al Derecho extranjero, no obstante la aplicación del Derecho extranjero
no es renunciable, como así establecen la práctica jurídica y la propia doctrina.

El régimen de alegación y prueba del Derecho extranjero depende del valor o la naturaleza que se atribuya al Derecho
extranjero. Unos sistemas (español) equiparan el tratamiento procesal del derecho extranjero al tratamiento de los
hechos, la carga de la alegación y la prueba recae sobre quien lo invoca o pretender hacerlo en su pretensión; en otros
las partes alegan y prueban la aplicación del Derecho extranjero al tiempo que el juez puede cooperar en el
establecimiento de su contenido.

A) Alegación y carga de la prueba: Art. 12.6 CC: los tribunales y autoridades aplicarán de oficio las normas de
conflicto del derecho español.

Art. 281.1 LEC: La prueba tendrá como objeto los hechos que guarden relación con la tutela judicial que se
pretenda obtener en el proceso.

Art. 281.2 LEC: el derecho extranjero deberá ser probado en lo que respecta a su contenido y vigencia,
pudiendo valerse el tribunal de cuantos medios de averiguación estime necesarios para su aplicación.

Art. 282 LEC: las pruebas se practicarán a instancia de parte. Sin embargo, el tribunal podrá acordar, de oficio,
que se practiquen determinadas pruebas o que se aporten documentos, dictámenes u otros medios e instrumentos
probatorios, cuando así lo establezca la ley.

Se establece un sistema de cooperación entre juez y partes.

1. La parte que tenga interés en la aplicación del derecho extranjero ha de invocarlo ante el juez, si no se invoca el
sistema de DIPr se convierte en facultativo para las partes. 2. La colaboración entre juez y parte en este ámbito ha
girado dondo mayor iniciativa al juez. 3. Aunque no parece que el juez tenga ni obligación de proceder a ello, ni cauce
para hacerlo de oficio; excepto en los supuestos en que la prueba del derecho extranjero resulte insuficiente, en cuyo
caso la LEC permite que el órgano competente indique durante la práctica de la prueba la ausencia de elementos para
formar su convicción.

El problema reside en cómo ha de proceder el juez ante la falta de alegación o prueba en Derecho extranjero.

A) Consecuencia de la falta de alegación o prueba en derecho extranjero: Se acude a la jurisprudencia:

- Una parte se inclina por la aplicación sustitutiva del derecho español al caso planteado cuando el derecho extranjero
no resulta probado por la parte que lo alega.

- Otra parte considera que la solución más correcta estriba en el de la desestimación de la demanda por haber sido
erróneamente planteada, sin embargo infringiría el art. 24 CE al no aplicar la legislación española.

La LCJI dice:

 La autoridad judicial —también notarial y registral— están sujetos a un sistema claro sobre de información
acerca del Derecho extranjero.

 Se convida al juez a actuar y a resolver la pretensión conforme a derecho español. El artículo 33. 3 LCJI dispone
que: «Con carácter excepcional, en aquellos supuestos en que no haya podido acreditarse por las partes el
contenido y vigencia del derecho extranjero, podrá aplicarse el Derecho español».

66
12.- La prueba del derecho extranjero en el proceso: objeto, momento y medios (S2002, F2005, S2005, F2009)

14.- La prueba del derecho extranjero en el proceso: objeto y medios de prueba (E2006, SR2013)

Solo el Derecho procesal español puede decidir el régimen general de la prueba (lex forit regit processum).

A) Objeto de la prueba: el objeto de la prueba es el derecho extranjero, habrá de ser


siempre probado en lo que respecta a su contenido y vigencia. El juez debe quedar
convencido de que el Derecho aplicado es aplicable al caso, su contenido, vigencia
e interpretación. Exige la prueba de la jurisprudencia de los tribunales del país del
derecho alegado. Se requiere demostrar que es Derecho en vigor. Si la parte que
lo alegare no pudiera probarlo por causas ajenas habiendo usado todos los medios
a su alcance, la colaboración del juez pasa de ser facultativa a obligatoria.

B) Momento de la prueba: En caso del demandante en el momento de interposición


de la demanda. En caso del demandado en el momento de contestación a la
demanda. El momento procesal oportuno será aquel en que pueden aportarse los
hechos al proceso pero también podría alegarse en fase de apelación o casación o
en alegaciones complementarias.

C) Medios de prueba:

- Prueba documental: certificaciones traducidas y debidamente legalizadas o apostilladas, emitidas por la


Secretaría General Técnica del Ministerio de Justicia, diplomáticos o cónsules españoles acreditados en el país cuyo
ordenamiento se reclama o por diplomáticos o cónsules acreditados en España.

- Prueba pericial: consiste en el dictamen de dos jurisconsultos extranjeros del país cuyo Derecho se pretende
probar. Bastaría cualquier medio que llegara a convencer al órgano judicial del contenido y vigencia del Derecho
extranjero alegado.

La jurisprudencia viene exigiendo cumulativamente la prueba documental y la pericial.

La LCJI 2015 introduce dos novedades:

1. Se afirma que corresponde a los órganos judiciales españoles determinar el valor probatorio de la prueba
practicada para acreditar el contenido y vigencia del derecho extranjero de acuerdo con las reglas de la sana
crítica (art. 33.2 LCJI).

2. Se rechaza que el informe o dictamen, nacional o internacional —sic— pueda tener carácter vinculante para
los órganos judiciales españoles (art. 33.4 LCJI). De modo que ningún medio de prueba vincula al juez.

D) Intervención judicial en la prueba del Derecho extranjero: el Juez podrá valerse de cuantos medios de
averiguación considere necesarios para la prueba del Derecho extranjero.

Las autoridades judiciales —así como las autoridades notariales y registrales— están sujetas a un sistema claro sobre
información acerca del Derecho extranjero. De modo que, en primer término, la LCJI introduce un sistema de
cooperación a través de la autoridad central (M° de Justicia) y ésta a su vez recabará la información, vía consular o vía
autoridad central local.

67
Destaca, la Red Judicial Europea, que establece mecanismos orientados a facilitar la cooperación judicial en materia
civil y mercantil, entre los que se contempla la información acerca del Derecho de la UE así como sobre el contenido y
vigencia del Derecho de los Estados miembros.

2. LA APLICACIÓN EXTRAJUDICIAL DEL DERECHO EXTRANJERO.

La aplicación extrajudicial del derecho extranjero tiene lugar principalmente por autoridades no judiciales: notariales
y registrales, aunque también los cónsules españoles —en la medida en que ejercen en el exterior funciones notariales
y registrales— o la abogacía del Estado cada vez que el Estado sea demandado o demandante en sus relaciones de
derecho privado.

Dichas autoridades pueden verse abocadas a la aplicación de un derecho extranjero designado por una norma de
conflicto. Se plantea entonces la cuestión de la prueba del derecho extranjero.

El derecho extranjero ha de ser objeto de prueba tanto en sede notarial como para la calificación registral. La carga de
acreditar recaerá sobre el interesado.

La prueba del derecho extranjero en el ámbito registral y notarial recibe también el tratamiento procesal de los hechos.
Pero ofrece sin embargo ciertas particularidades respecto al régimen de aplicación judicial del derecho extranjero.

1º. En principio les resulta de aplicación el régimen general de alegación y prueba del derecho extranjero. En cambio,
si pueden acogerse al sistema de cooperación instaurado por la LCJI para recabar información acerca del Derecho
extranjero.

2º. El derecho extranjero deberá ser probado. Ahora bien, el comportamiento de las partes, y más exactamente, la
inacción en la alegación y prueba del contenido del derecho extranjero tiene consecuencias particulares. En el ámbito
registral, la alternativa a la inacción del interesado no es la aplicación sustitutiva del derecho español sino la suspensión
de la inscripción solicitada. Si el interesado no aporta el documento a inscribir o no lo presenta con las debidas
formalidades y demás exigencias, no puede el encargado del registro averiguar y entrar recomponer los hechos y
circunstancias acaecidos en el extranjero.

3º. La principal singularidad es que las normas reguladoras del Registro civil, del Registro de la propiedad, del Registro
mercantil y de la actividad notarial autorizan a autoridades registrales y notariales a aplicar el derecho extranjero por
su conocimiento privado, sin necesidad de prueba por las partes. Si alguna razón lo conociese, podrán aplicarlo de
oficio.

4º. En cuanto a otros medios de prueba, en el ámbito registral se contempla como medio de prueba el dictamen
expedido por autoridad notarial o consular española, así como autoridad consular del país cuyo derecho deba
probarse, e incluso el conocimiento privado del notario.

En el ámbito del Registro civil se introduce un sistema complementario de acreditación del contenido y vigencia del
derecho extranjero.

Así, se concretan las cuestiones que al estar sometidas a un derecho extranjero han de ser objeto de prueba. El derecho
extranjero deberá ser probado cuando haya que decidir (1º.) sobre la conformidad con la ley extranjera del acto en sí,
(2º.) decidir sobre la capacidad de los intervinientes, y (3º.) sobre la regularidad formal del documento. Dejando claro
que la inacción de la parte a en este punto conlleva la denegación de la inscripción.

Tales extremos pueden ser acreditados por informe emitido, bien (1º.) por Notario o Cónsul español, bien (2º.) por
diplomático o cónsul o autoridad competente del país cuya legislación actual resulte aplicable. (3º.) Más útil y rápida
resultará la colaboración de los cónsules extranjeros (del país de procedencia) acreditados en España.

En el ámbito notarial el medio de prueba de la capacidad para otorgar escrituras ante notario español es la certificación
consular, aunque la jurisprudencia parece adscribirse a la admisión de cualquier otros medio de prueba admitido en
Derecho español.

68
1. ADAPTACIÓN E2016

La adaptación puede ser una técnica de prevención de las dificultades señaladas cuando aparece recogida en una
norma de conflicto.

El legislador puede utilizar una norma material para ajustar el contenido de las leyes (la ley rectora del régimen de
bienes y la de la sucesión) y así eliminar la falta de coordinación.

La adaptación aparece como una técnica de solución: se trata de proceder a adaptar normas materiales que,
procedentes de distintos sistemas jurídicos no están concebidas para funcionar conjuntamente. Corresponde al juez
proceder a la armonización de los derechos materiales implicados: bien por una aplicación distributiva de las distintas
leyes materiales, bien de su armonización en la búsqueda de una solución materialmente justa en el caso concreto.

2. TRANSPOSICIÓN E2017?

Consistiría en «transportar una relación jurídica de un sistema jurídico extranjero en el cual esta relación se ha
constituido, a otros sistema jurídico que desconoce esa institución o conociéndola la dota de distinto carácter».

El hecho de que el ordenamiento español no conozca una determinada institución o la caracterice de un modo
diferente no debe ser motivo suficiente para denegarla toda eficacia. Eso sí, reconocerla presupone que se dé una
cierta equivalencia entre la institución extranjera y una institución prevista por la ley española.

La transposición, como la adaptación, requieren la intervención judicial o la de otras autoridades competentes


(notarios, registradores).

Esta técnica también se utiliza en sede de reconocimiento de decisiones judiciales y documentos públicos extranjeros.
Así el R. 1215/2012 (art. 54.1) o la LCJI al establecer establece que «las medidas desconocidas en nuestro ordenamiento
se adaptarán a medidas conocidas que tengan efectos equivalentes y persigan una finalidad e intereses similares».
Aunque no se les dará más efectos de los que tengan en el país de origen y son susceptibles de impugnación (art. 44.4
LCJI). Igualmente en el ámbito del reconocimiento previo a la inscripción de documentos públicos extranjeros se
autoriza a los registradores para adecuar al ordenamiento español los documentos públicos expedidos por autoridades
relativos a instituciones jurídicas desconocidas en España, sustituyéndolas por otras que tengan en nuestra legislación
efectos equivalentes y persigan finalidades e intereses similares (art. 61 LCJI).

PREGUNTAS FRECUENTES Y NO FRECUENTES DIPr - SEGUNDO PARCIAL

TEMA XIV

¿Qué materias comprende el llamado estatuto personal y a qué ley quedan sujetas?

Con la expresión estatuto personal se viene designando el conjunto de instituciones determinantes de la


posición jurídica que la persona ocupe en una determinada sociedad, desde su nacimiento (por su nacionalidad,
incapacidad o capacidad) hasta la extinción de la personalidad (por fallecimiento). Son cuestiones en las que la persona
no sólo está involucrada sino que está directamente afectada.

69
Etimológicamente se refiere desde luego al estado civil de la persona, una noción que escapa a definiciones al
no aparecer recogida como tal ni en la legislación civil ni en la registral, y que el profesor DE CASTRO ha definido como
“la cualidad jurídica de la persona por su especial situación –y consiguiente condición de miembro- en la organización
jurídica, y que, como tal, caracteriza su capacidad de obrar y el ámbito propio de su poder y responsabilidad”.

Dicho lo anterior, las materias que comprende el estatuto personal serán todas aquellas contenidas en la
relación de los hechos inscribibles en el Registro Civil, como el nacimiento, filiación, nombre y apellidos, sexo y cambio
de sexo, nacionalidad y vecindad, emancipación, relaciones paterno-filiales, matrimonio, separación, nulidad y
divorcio, regímenes económicos, tutela y otras medidas de protección, ausencia.

Al tratarse de cuestiones personales, es la ley personal del interesado la que designará el derecho aplicable.

Ley aplicable al estatuto personal: argumento a favor y en contra de la nacionalidad y el domicilio como puntos de
conexión. Argumentos a favor y en contra de utilizar la nacionalidad como criterio para determinar la ley personal

A favor de la nacionalidad se aducen básicamente los siguientes argumentos:

1.- Se trata de un criterio que respeta las condiciones socioculturales, que no pueden ignorarse.

2.- Su determinación es más fácil que la del domicilio.

3.- La frecuente coincidencia entre la ley nacional de una persona y la de los demás miembros de su familia
hace que su aplicación posibilite la obtención de soluciones unilaterales y coherentes (argumento que se encuentra
hoy debilitado).

A favor del domicilio se argumentan las siguientes razones:

1.- El domicilio refleja mejor que ninguna otra noción la vinculación de la persona con el medio y las
circunstancias socioeconómicas en los que desarrolla su actividad.

2.- La ley domiciliaria implica un mayor respeto de las expectativas e intereses de los terceros.

3.- La creciente interferencia de lo estatal y comunitario en la vida privada hace que se atienda más a la
población de hecho que a las colectividades abstractas formadas por los súbditos o nacionales.

La superación de la antítesis entre nacionalidad y domicilio se ha intentado alcanzar recurriendo a una tercera
noción: la de la residencia habitual.

Ley aplicable a la capacidad de un nacional británico con residencia en Murcia

La ley aplicable a un británico residente en Murcia, a efectos civiles, es su ley nacional, según lo establecido en
el art. 9.1 CC, “La ley personal de las personas físicas es la determinada por su nacionalidad. Dicha ley regirá la
capacidad…”.

Conforme a lo anterior la ley aplicable debiera ser la ley británica; ahora bien, la peculiaridad del sistema
anglosajón establece que la ley personal de las personas físicas es la relativa a su domicilio (no atiende al hecho de la
nacionalidad, sino que constituye una especie de subnacionalidad en esos países).

Podríamos atender también, de forma subsidiaria al otro punto de conexión que es el de la residencia habitual, regla
subsidiara en el sistema español y, que además tiene un papel central en un importante número de Convenios
internacionales, hasta el punto de que va desplazando a la nacionalidad para dejarla en un segundo plano.

70
No obstante, dado que no se nos aporta el acto para el que se requiere “la capacidad”, en principio, el juez español
tendrá que recurrir a la aplicación de la ley británica, lo que llevaría al reenvío

¿Cuándo son competentes los tribunales españoles en materia de ausencia? ¿Y qué ley es aplicable?

En los supuestos internacionales la ausencia suscita dos cuestiones centrales que deben resolver los tribunales
españoles, cuando el desaparecido hubiera tenido su último domicilio en España (art. 22.3 LOPJ).

Cuando se trate de realizar actos de administración, la unanimidad se rompe respecto de los actos de
disposición de bienes inmuebles sitos en España.

Mientras una parte de la doctrina se inclina por exigir en tal supuesto el exequátur de la decisión extranjera,
con base en la Ley Hipotecaria y su Reglamento, otros, (tal es el caso de González Campos) se inclinan por una solución
más flexible.

En primer lugar, la adopción de medidas cautelares o provisionales podrán adoptarse de conformidad con la
ley española (lex fori). En cambio, la declaración de ausencia (los presupuestos y efectos) estará sujeta a lo previsto
por la ley nacional del desaparecido, dado que es una situación que afecta a la totalidad de los derechos y bienes de la
persona.

Restricciones en el ámbito de aplicación de la ley aplicable al estatuto personal

Al margen del proceso de especialización que afecta al art. 9.1 Cc, cabe que haya sido el propio legislador
quien introduzca restricciones a la aplicación de la ley personal extranjera. Unas se basan en la llamada excepción del
“interés nacional”, mientras que otras obedecerán a la intervención de los llamados problemas de aplicación del
método de atribución.

La excepción del “interés nacional” se recogió por primera vez en la reforma del Título Preliminar del Código
Civil de 1974, cuyo art. 10 dispone que “serán válidos, a efectos del ordenamiento español, los contratos onerosos
celebrados en España por extranjero incapaz según su ley nacional, si la causa de incapacidad no estuviese reconocida
por la legislación española. Esta regla no se aplicará a los contratos relativos a inmuebles situados en el extranjero”.

En términos similares se recoge en el art. 11 del Convenio de Roma de 1980 sobre ley aplicable a las
obligaciones contractuales, que al ser de aplicación universal, en principio desplaza a las normas internas y, en este
sentido, el art. 10.8 CCF habría sido sustituido por esta norma convencional.

Dicha excepción sólo es operativa respecto de personas físicas.

Por otro lado, las restricciones a la aplicación de la ley personal extranjera pueden venir provocadas por la
involucración con los llamados problemas de aplicación de la norma de conflicto, que intentan evitar una aplicación
excesiva e indiscriminada del Derecho extranjero.

¿Qué ordenamiento jurídico resulta inaplicable cuando se pone en funcionamiento la excepción del interés
nacional?

La excepción del “interés nacional” se recogió por primera vez en la reforma del Título Preliminar del Código
Civil de 1974, cuyo art. 10 dispone que “serán válidos, a efectos del ordenamiento español, los contratos onerosos

71
celebrados en España por extranjero incapaz según su ley nacional, si la causa de incapacidad no estuviese reconocida
por la legislación española. Esta regla no se aplicará a los contratos relativos a inmuebles situados en el extranjero”.

En términos similares se recoge en el art. 11 del Convenio de Roma de 1980 sobre ley aplicable a las
obligaciones contractuales, que al ser de aplicación universal, en principio desplaza a las normas internas y, en este
sentido, el art. 10.8 CC habría sido sustituido por esta norma convencional.

Lo que el principio del interés nacional propugna es la prioridad de la ley del lugar de celebración de un acto
sobre la ley personal extranjera de una de las partes, para decidir sobre la capacidad para concluirlo válidamente.

¿Qué objetivo persigue el correctivo funcional del interés nacional y cuándo resulta aplicable?

Al margen del proceso de especialización que afecta al art. 9.1 Cc, cabe que haya sido el propio legislador
quien introduzca restricciones a la aplicación de la ley personal extranjera.

La excepción del “interés nacional” se recogió por primera vez en la reforma del Título Preliminar del Código
Civil de 1974, cuyo art. 10 dispone que “serán válidos, a efectos del ordenamiento español, los contratos onerosos
celebrados en España por extranjero incapaz según su ley nacional, si la causa de incapacidad no estuviese reconocida
por la legislación española. Esta regla no se aplicará a los contratos relativos a inmuebles situados en el extranjero”.

En términos similares se recoge en el art. 11 del Convenio de Roma de 1980 sobre ley aplicable a las
obligaciones contractuales, que al ser de aplicación universal, en principio desplaza a las normas internas y, en este
sentido, el art. 10.8 CCF habría sido sustituido por esta norma convencional.

Dicha excepción sólo es operativa respecto de personas físicas.

Lo que el principio del interés nacional propugna es la prioridad de la ley del lugar de celebración de un acto
sobre la ley personal extranjera de una de las partes, para decidir sobre la capacidad para concluirlo válidamente.

Ley aplicable al nombre de las personas físicas

Es criterio unánime su inclusión en el “estatuto personal” y, de acuerdo con él, el Reglamento del Registro Civil
dispone que “el nombre y apellido de un extranjero se rigen por su ley personal” (art. 9.1 CC y 219 LRC).

Esta disposición se ha visto desplazada parcialmente por el Convenio de Munich de 1980 (CIEC n° 19), relativo
a la Ley aplicable a los nombres y apellidos. Pertenece al tipo de los llamados convenios de aplicación universal, de
modo que se aplica con independencia de que la ley designada sea o no la de un Estado parte en dicho Convenio.

En todo caso el derecho interno sigue vigente para las situaciones de doble nacionalidad, excluidas de su
ámbito.

También se ocupa de ello el Derecho comunitario (UE), y es que, en la medida en que se intensifica la libre
circulación de personas en el interior del territorio de la Unión, emergen dificultades derivadas del ejercicio de este
derecho de los ciudadanos.

72
TEMA XV

Criterios de atribución de la nacionalidad a las personas jurídicas. Explique de forma breve los dos criterios de
atribución de la nacionalidad de las personas jurídicas

1.- Criterio de constitución (o incorporación): la nacionalidad de la sociedad vendrá determinada por la ley del
Estado conforme a cuyo Derecho se haya constituido. Es un criterio basado en un elemento subjetivo: la voluntad de
los socios. Entres sus ventajas se encuentra el que aporta seguridad jurídica y, de otro, es el criterio que en mejor
medida asegura la autonomía de la voluntad de los socios para dotar a la sociedad de la idiosincrasia pretendida. Entre
las objeciones, posibilita a los socios constituir una sociedad conforme a aquella ley que dispense un trato
especialmente favorable a sus intereses.

2.- Criterio de la sede real: la nacionalidad será la del Estado en cuyo territorio se localice su sede real. Es un
criterio basado en un elemento estrictamente objetivo: el lugar de la sede. Entre las ventajas, es el criterio que mejor
asegura la aplicación del Derecho del Estado más afectado por la actividad de la sociedad. Entre las objeciones, el
criterio de la sede real plantea dos problemas sucesivos; en primer lugar la definición del término “sede”; el segundo
es el de la localización de dicha sede, pudiendo ser tanto el centro que conste como tal en los estatutos de la sociedad
–sede estatutaria-, como aquél desde el cual se efectúa la administración de la sociedad –sede real-; y su vez por “sede
real” puede entenderse tanto este último centro, como aquél otro desde el que se lleva a cabo la explotación principal,
supuesto que se plantea cuando la sociedad es dirigida desde diferentes Estados.

3.- Otros criterios de atribución: criterio de la nacionalidad de los socios que imperó con fuerza en épocas de
enfrentamientos bélicos, pero que en la actualidad se considera obsoleto.

La nacionalidad de las personas jurídicas. Criterio de la Ley de Sociedades Anónimas. Criterio de la determinación
de la “lex societatis” en el sistema español de Derecho Internacional Privado

Nuestro sistema jurídico se basa en la conexión de la nacionalidad para determinar la ley aplicable a las
sociedades, puesto que el art. 9.11 CC establece que, “La ley personal correspondiente a las personas jurídicas es la
determinada por su nacionalidad…”.

Ahora bien, es el art. 28 CC el precepto que con carácter general regula la nacionalidad española de las
sociedades, siendo el criterio de constitución el que, con carácter general, acoge el ordenamiento español para
determinar la nacionalidad de las personas jurídicas.

73
Sin embargo, la vigencia de este criterio general es especialmente controvertida, toda vez que la LSA y la LSRL
introducen una serie de dudas sobre el criterio que informa la nacionalidad de las sociedades anónimas y las de
responsabilidad limitada, pareciendo indicar que para éstas rige el criterio de la sede real.

De una interpretación lógica y sistemática de los preceptos aplicables, se deduce que el criterio escogido por
nuestro legislador para determinar la nacionalidad de una persona jurídica es el “criterio de la constitución”, lo que no
impide que el ordenamiento español contempla una serie de normas materiales de aplicación imperativa para el
reconocimiento de las SA y las SRL.

Ámbito de aplicación de la lex societatis

La ley personal de la persona jurídica rige “en todo lo relativo a capacidad, constitución, representación,
funcionamiento, transformación, disolución y extinción”, según el art. 9.11 in fine CC.

Esta enumeración es meramente indicativa y parece indicada para garantizar un régimen unitario a los
problemas planteados por la constitución, funcionamiento y extinción de todas las personas jurídicas, Desde esta
perspectiva unitaria, debe convenirse que entran dentro del ámbito de aplicación de la lex societatis cuestiones como
la constitución de la sociedad, inscripción registral, derechos y obligaciones de los socios, modificación de los estatutos,
responsabilidad de los administradores, régimen de los actos ultra vires llevados a cabo por sus órganos,
representación, capacidad jurídica, capacidad de obrar y capacidad para ser parte…

Finalmente cabe destacar que la ley aplicable a la representación voluntaria de las personas físicas y jurídicas
en nuestro Derecho en el art. 10.11 CC, en virtud del cual, la representación de la sociedad por un tercero que no tenga
la condición de órgano social se rige, de no mediar consentimiento expreso, por la ley del país donde se ejerciten las
facultades conferidas.

El reconocimiento de sociedades extranjeras

Es un expediente técnico en virtud del cual se determina si el derecho del foro reconoce la personalidad jurídica
de una sociedad que no tiene la consideración de española.

Nuestro ordenamiento, con carácter general, contempla un reconocimiento automático, en el sentido de que
no es necesario ningún procedimiento especial para que la sociedad extranjera sea reconocida. Dependiendo de la
forma en que pretenda operar en nuestro mercado, se exige que la persona jurídica extranjera cumpla ciertos
requisitos. En determinados casos, la inscripción en el Registro Mercantil será un requisito necesario para que la
sociedad extranjera opere en el tráfico interno:

- Cuando la sociedad extranjera crea sucursales en nuestro país -acto sometido a la ley española (art. 15 CCom)-
, la inscripción en el Registro Mercantil es preceptiva.

- Si la sociedad extranjera únicamente pretende realizar determinados actos, contratos aislados o comparecer
ante los tribunales españoles, la inscripción de la sociedad no es necesaria.

74
Incidencia del derecho comunitario en el reconocimiento de sociedades: especial referencia a la Sentencia Centros
del TJUE (9 de marzo de 1999)

En la sentencia que el TJUE dicta al respecto, afirma que “los actuales arts. 49 y 54 TFUE se oponen a que un
Estado miembro deniegue la inscripción de una sucursal de una sociedad constituida de conformidad con la legislación
de otro Estado miembro, en el que tiene su domicilio social sin ejercer en él ninguna actividad comercial, cuando la
sucursal está destinada a permitir que la sociedad controvertida ejerza su actividad en el Estado en que dicha sucursal
se encontrara establecida…”.

Consecuentemente y, en virtud de la Sentencia citada, parece lógico inferir que en adelante un Estado
miembro estará obligado a reconocer una sociedad que se haya constituido válidamente conforme al Derecho de otro
Estado miembro, con independencia de la ubicación de la actividad real que desarrolle la sede principal.

Esta conclusión tiene especial trascendencia en aquellos Estados que acojan el criterio de sede real (Alemania)
en su ordenamiento, y no tanto para los otros, como España, que contemplen el criterio de constitución (en la
sentencia los Estados son Inglaterra y Dinamarca, ambos con el mismo criterio).

TEMA XVI

Las uniones de hecho

No tenemos en el ordenamiento español normas de derecho internacional privado, ni autónomas, ni


convencionales y, la jurisprudencia tampoco se ha pronunciado hasta ahora. Por una parte, no es fácil la regulación a
través de una categoría autónoma inserta en el supuesto de una norma de conflicto pues ni en el derecho español se
tiene una noción clara de la unión de hecho y, el derecho comparado ofrece soluciones divergentes.

La solución dada por la gran parte de la doctrina es que cada pretensión suscitada o cada efecto jurídico
perseguido debería quedar bajo la ley rectora de esa pretensión o efecto.

No obstante, son cada vez más las legislaciones que regulan esas situaciones de manera divergente, ya en los
supuestos contemplados (parejas homosexuales, heterosexuales o ambas), ya en los requisitos (tiempo de
convivencia, inscripción etc.). Por ello se puede hablar de un “estatuto” de parejas no casadas a tener en cuenta en la
regulación internacional.

Muy pocos países contienen normas de conflicto, pero casi todos contienen legislación interna y algunos
registros de parejas de hecho.

75
Por ello, a nivel autónomo, en España, una solución sería:

1°.- Diferenciar entre parejas inscritas y las que no (así a las primeras se aplicaría la ley de su Registro).

2°.- Se trataría de regular sólo las parejas cuya ausencia de inscripción ha sido involuntaria, bien por
desconocimiento de la institución, o por inexistencia de registro en las leyes aplicables.

Formas válidas de celebración del matrimonio entre español y extranjero en España. Forma de celebración del
matrimonio de español con extranjero en España. ¿En qué supuestos sería formalmente válido el matrimonio
celebrado entre dos españoles por un rito desconocido en el ordenamiento jurídico español?

El español contrae válidamente matrimonio en España con extranjero únicamente cuando se atiene a la ley
del lugar de celebración del mismo, es decir, la forma del Derecho español: “ante el juez o funcionario español
competente o en la forma religiosa legalmente prevista” (art. 49 CC), que son: la católica y, desde 1992, la evangélica,
israelita y la islámica.

No será válido el matrimonio contraído de acuerdo a otra confesión religiosa, ni el celebrado por Autoridad
consular en España del cónyuge extranjero; los cónsules extranjeros deben abstenerse de autorizar matrimonios
cuando uno de los cónyuges tenga nacionalidad española.

Respecto a la inscripción en el Registro Civil:

- Si es civil: los requisitos de capacidad se habrán acreditado previamente en el expediente antes de la


celebración del matrimonio, conforme a la legislación del Registro Civil, por lo que la inscripción se practicará
inmediatamente después de la celebración (art. 62.1 CC).

- Si es religioso: la inscripción se practicará con la “simple presentación de la certificación de la Iglesia o


confesión respectiva, que habrá de expresar las circunstancias exigidas por la legislación del Registro Civil”.

Validez formal del matrimonio celebrado entre español y extranjero en el extranjero. Formas de celebración del
matrimonio entre dos españoles en el extranjero. D. AV. M. español y con residencia habitual en Málaga decide
contraer en la India matrimonio con Dña. Why, francesa y con residencia habitual en París: Determine conforme a
qué ordenamiento jurídico sería formalmente válido dicho matrimonio desde la perspectiva del ordenamiento
jurídico español.

El español contrae válidamente matrimonio en el extranjero, bien sea con otro español o con extranjero,
cuando se atenga a las formas previstas en la ley del lugar de celebración (civiles o religiosas) o en su ley personal. Por
tanto, será válido a efectos del ordenamiento español el matrimonio celebrado conforme al rito budista si éste está
reconocido como válido por la ley de la India; e igualmente sucederá con el rito hebraíco en Israel, etc.

Las formas permitidas por la ley personal del contrayente español son tanto las formas religiosas previstas en
la ley española (aunque no produzca efectos en el país donde se contrajo) como la forma civil del matrimonio contraído
ante Autoridad consular española (siempre que el país donde nuestra representación consular esté acreditada admita
el ejercicio de esta función en su territorio.

No está permitida la celebración del matrimonio según la ley personal del contrayente extranjero, aunque sí ante su
Autoridad consular, siempre que ésta sea una de las formas previstas por la “lex loci”. Así, es formalmente válido el

76
matrimonio celebrado por un español y una cubana en Alemania ante el Cónsul de Cuba en ese país, pues se trata de
una forma admisible en Alemania.

Respecto a la inscripción del matrimonio en el Registro Civil, el título para practicarla será:

- En el caso de los contraídos ante Autoridad o funcionario del país de celebración, la certificación expedida por éste y
las declaraciones complementarias (art. 256 RRC).

- Respecto a los contraídos en forma religiosa prevista en la ley española, con la presentación de la certificación
expedida por la Iglesia o confesión religiosa.

Si el matrimonio se celebró en el extranjero ante autoridad consular española, el régimen es el mismo que el ya
expuesto para el contraído ante autoridad civil en España.

Formas válidas de celebración de un extranjero en España

Los extranjeros en España podrán celebrar matrimonio válido:

- Conforme a la “lex loci”, es decir, ante la Autoridad civil o religiosa reconocida en España. Así pues, dos
extranjeros pueden contraer matrimonio en España con arreglo a la forma religiosa católica, islámica, etc.

- Conforme a la ley personal de cualquiera de los contrayentes, es decir, ante Autoridad consular extranjera en
España o Autoridad religiosa, aunque ésta no esté reconocida en España, siempre que a los matrimonios celebrados
ante ella se les reconozcan efectos civiles por cualquiera de las leyes personales de los cónyuges.

Determine las formas según las que es válido el matrimonio contraído en España entre un marroquí y una francesa

Los extranjeros en España podrán celebrar matrimonio válido:

- Conforme a la “lex loci”, es decir, ante la Autoridad civil o religiosa reconocida en España. Así pues, dos
extranjeros pueden contraer matrimonio en España con arreglo a la forma religiosa católica, islámica, etc.

- Conforme a la ley personal de cualquiera de los contrayentes, es decir, ante Autoridad consular extranjera en
España o Autoridad religiosa, aunque ésta no esté reconocida en España, siempre que a los matrimonios celebrados
ante ella se les reconozcan efectos civiles por cualquiera de las leyes personales de los cónyuges.

Matrimonio contraído por extranjeros en el extranjero

Esta situación no ha sido contemplada por nuestro CC. Su interés para el DIPr español radica: 1. En que su
validez puede plantearse ante un juez español en virtud de los foros de competencia de la LOPJ. 2. En la posibilidad de
su inscripción si alguno de los contrayentes adquiere posteriormente la nacionalidad española.

77
La inscripción de estos matrimonios se llevará a cabo mediante la inscripción de la certificación
correspondiente. El matrimonio se considerará válido si se ha procedido de acuerdo con la ley del lugar de celebración
o con la ley personal de cualquiera de los cónyuges.

Desde la perspectiva del ordenamiento español, ¿en qué supuestos sería formalmente válido el matrimonio
celebrado entre dos españoles por un rito desconocido en el ordenamiento español?

El matrimonio “sin forma” está admitido en ciertos sistemas jurídicos anglosajones como matrimonios
“consensuales” o “informales”. Son uniones establecidas sin intervención de Autoridad, en virtud de una posesión de
Estado o bi habitation and reputation.

La validez de un matrimonio de este tipo, o como el que se indica en el supuesto, es admitido por la doctrina
siempre que tales uniones fueran admitidas por la “lex loci”, ya que no afectaría, en principio al orden público español.
Ése sería el límite para la validez de un matrimonio celebrado entre españoles, el orden público, a pesar de que el rito
sea desconocido en el ordenamiento español, pero sea admitido por la lex loci del lugar de celebración.

Si el supuesto se diese entre extranjeros, también serían considerados válidos si la ley personal de cualquiera
de ellos lo permitiera.

Ley aplicable a la nulidad del matrimonio

La nulidad del matrimonio ha de ser declarada por la Autoridad judicial; la reforma del art. 107 CC ha
introducido en el párrafo 1° que la nulidad del matrimonio y sus efectos se determinarán conforma a la ley aplicable a
su celebración. Así:

1.- Si la nulidad se pretende alegando la infracción de los requisitos de forma, se estará al derecho que resulte aplicable
(arts. 49 y 50 CC).

2.- Si lo que se alega es la infracción de los requisitos de fondo, se aplicará la ley nacional de cada uno de los
contrayentes (art. 9.1 CC).

La ley rectora de la nulidad tiene un ámbito general de aplicación que incluye tanto los plazos y condiciones
(caducidad y prescripción), como la posibilidad de convalidación de un matrimonio nulo. Esta ley también determinará
las personas legitimadas para ejercer la acción.

Prueba de la celebración del matrimonio entre extranjeros contraído en España. Un matrimonio entre dos
extranjeros contraído ante juez español, ¿es inscribible en el Registro Civil?

Son inscribibles en el Registro Civil español (art. 2 y 15 LRC):

1.- Los matrimonios en los que al menos uno de los cónyuges sea español, con independencia de dónde se
contraiga.

78
2.- Siempre que el matrimonio se contraiga en España, sea cual fuere la nacionalidad de los cónyuges.

Será el juez encargado del Registro el que instruirá el expediente previo al matrimonio y verificará que en los
ya celebrados se han cumplido los requisitos exigidos por el Derecho español, por lo que la inscripción supone no sólo
la prueba del matrimonio, sino también la presunción de su validez. Sólo la inscripción, es decir, las actas del Registro,
es prueba de la celebración, ya que los restantes medios de prueba admitidos en nuestro Derecho servirán únicamente
para producir tal inscripción. Una vez inscrito el matrimonio en el Registro, se entregará a cada uno de los contrayentes
documentos acreditativos de la celebración del mismo.

TEMA XVII

La ley aplicable a los efectos del matrimonio

Art. 92 CC: “Los efectos del matrimonio se regirán por la ley personal común de los cónyuges al tiempo de
contraerlo; en defecto de esta ley, por la ley personal o de la residencia habitual de cualquiera de ellos, elegida por
ambos en documento auténtico otorgado antes de la celebración del matrimonio; a falta de esta elección, por la ley
de residencia habitual común inmediatamente posterior a la celebración y, a falta de dicha residencia, por la del lugar
de celebración del matrimonio”.

Son los dos objetivos del art. 9.2 del Código Civil:

1.- Conseguir que la misma ley sea aplicable a todos los efectos del matrimonio (con excepción del régimen
pactado), evitando así cuestiones de difícil calificación.

2.- la inmutabilidad de la ley aplicable a los efectos, de tal manera que antes de celebrado el matrimonio y una
vez celebrado éste, los cónyuges sepan con certeza cuál es la ley aplicable a sus efectos.

El legislador ha primado el valor de “seguridad” frente al de “libertad” de los cónyuges, ya que no les permite,
en ningún caso, una vez celebrado el matrimonio y sólo subsidiariamente antes de contraerlo (sólo en el caso de que
no tengan ley personal común) elegir de mutuo acuerdo la ley que ha de regir sus relaciones.

Las conexiones del art. 9.2 son criterios tradicionales de carácter cerrado y la relación entre ellos es de
subsidiariedad:

- La primera conexión es la ley personal común de los cónyuges al tiempo de la celebración. Si existe esta ley
personal común, los efectos del matrimonio se regirán obligatoriamente por ella.

- Sólo en el caso de que ésta no existiera, los cónyuges podrán elegir de mutuo acuerdo, e documento auténtico
y antes de la celebración del matrimonio, la ley que debe serles aplicada: bien la ley nacional, bien la de residencia
habitual de cualquiera de ellos, limitándose la elección a estas dos.

- Sólo si los cónyuges no hubieran procedido a dicha elección, sus relaciones se regirán por la ley de la
residencia habitual común inmediatamente posterior a la celebración del matrimonio, y si no la hubiera, por la ley del
lugar de celebración del mismo.

79
Determine qué norma de conflicto sería aplicable a: el estatuto general de los casados y al régimen económico
matrimonial.

El art. 9.2° CC determina que la ley se aplicará a los “efectos del matrimonio”. Bajo esta denominación se han
agrupado todas las relaciones matrimoniales (patrimoniales y personales), con la única excepción del régimen
económico convencional (supuesto del art. 9.3)

Atendiendo al art. 12.2 CC que nos impone realizar la calificación de los “efectos del matrimonio” para
determinar la norma de conflicto aplicable conforme a nuestro propio Derecho, se englobarían:

En primer lugar, todas aquellas relaciones matrimoniales sin contenido patrimonial alguno, como son las
incluidas en los arts. 66 a 71 CC, “De los derechos y deberes de los cónyuges”.

En segundo lugar hay que incluir el sector de las relaciones conyugales patrimoniales (arts. 1315 a 1324 CC).

En tercer lugar hay que diferencia entre aquellos contratos que están dentro del ámbito del régimen
económico matrimonial y aquellos que están en el ámbito patrimonial de cada cónyuge. La inclusión de los primeros
en el art. 9.2 CC no plantea problemas. Los segundos están excluidos del ámbito de aplicación del art. 9.2, quedando
sometido al derecho común de los contratos (Convenio de Roma I sobre ley aplicable a las Obligaciones contractuales
y art. 10.5 CC). Tampoco se incluirán en ese art. las donaciones entre esposos que quedarían sometidas al R. Roma I o
al art. 10.7 CC.

Finalmente y, lo más relevante, es que se incluyen en ese art. 9.2 CC todos los regímenes económicos
patrimoniales con excepción del pacto, es decir de las capitulaciones matrimoniales (objeto del art. 9.3 CC).

La ley aplicable a las capitulaciones matrimoniales. Capitulaciones matrimoniales en DRPr: Ley aplicable a la forma,
fondo y capacidad.

Las capitulaciones matrimoniales o régimen pactado, según dispone el art. 1325 CC, son aquellos negocios
jurídicos de derecho de familia en que los otorgantes pueden “estipular, modificar o sustituir el régimen económico
de su matrimonio o cualesquiera otras disposiciones por razón del mismo”.

El art. 9.3 CC dispone que: “Los pactos o capitulaciones por los que se estipule, modifique o sustituya el régimen
económico del matrimonio serán válidos cuando sean conformes bien a la ley que rija los efectos del matrimonio, bien
a la ley de la nacionalidad o de la residencia habitual de cualquiera de las partes al tiempo del otorgamiento”. Este
mismo precepto se aplica a la validez del contenido de las capitulaciones.

En cuanto a la capacidad para otorgar capitulaciones matrimoniales, el art. 9.1 Cc conduce a aplicar la ley
personal de cada uno de los otorgantes. Ahora bien, si la ley nacional de alguno de los contratantes no conoce o no
permite las capitulaciones y, sin embargo, esta posibilidad fuera admitida conforme a la ley designada por el art. 9.3,
habría que estar a lo previsto en el ordenamiento reclamado por el art. 9.1, únicamente en lo que dispone respecto a
la capacidad para general para contratar.

En el supuesto de que uno de los contratantes tenga una capacidad de obrar limitada y sea necesaria la
intervención de terceras personas que suplan su incapacidad, el problema se resuelve en derecho español declarando
aplicable la ley nacional del incapaz (art. 9.6 CC).

La forma del contrato de capitulaciones se encuentra sometida al art. 11 CC, tanto en su conexión principal
locus regit actum, como en las alternativas que en él se contemplan (nacionalidad común y ley rectora del contenido).

80
TEMA XVIII

Determine en qué consisten los denominados privilegios de los nacionales o domiciliados comunitarios en el marco
del R. 2201/2003 en el sector de la competencia judicial internacional cuanto intervienen en el procedimiento bien
como demandantes, bien como demandados.

Respecto a la competencia judicial del Reglamento no hay un presupuesto de aplicación. El juez, ante una
demanda con implicaciones transfronterizas, habrá de remitirse al Reglamento. Éste es el que va a decir cuándo y
cómo se aplica el Reglamento; cuándo el Derecho interno; en ocasiones, incluso, cómo se aplica éste, y cuándo no va
a poder aplicarse aunque no sea competente ningún tribunal de los Estados miembros según los foros de competencia
del Reglamento. Los foros de competencia previstos en el art. 3 del Reglamento son 7:

1.- Residencia habitual de los cónyuges en el momento de presentación de la demanda.

2.- Última residencia habitual común cuando uno de ellos aún resida allí.

81
3.- Residencia habitual del demandado.

4.- Residencia de uno u otro, cuando la demanda se haya presentado conjuntamente.

5.- Residencia habitual del demandante, siempre que se haya prolongado un año antes de la presentación de
la demanda.

6.- Residencia habitual del demandante con seis meses previos a la demanda, siempre que sea nacional de ese
Estado.

7.- Nacionalidad común de ambos cónyuges, o en el caso del Reino Unido e Irlanda, el “domicilio” conyugal
fijado de forma estable.

El objetivo fundamental de estos foros es facilitar las acciones de divorcio, pensando en que es frecuente el
cambio de residencia de la pareja tras la crisis matrimonial, y se fundamentan en contactos suficientes de la persona
con un Estado miembro. En España, y en relación a la acción de nulidad que puede ejercer el Ministerio Fiscal o por
quien tenga interés directo y legítimo, algunos foros de competencia (5 y 6) pueden tener muy escasa vinculación con
las personas de los cónyuges.

Los foros de competencia del Reglamento son excluyentes (lista exclusiva y cerrada) y alternativos, ya que no
existe jerarquía entre ellos; siempre que se cumplan las condiciones de cualquiera de ellos, el tribunal ante el que se
presente la demanda deberá conocer del divorcio, la separación o la nulidad. En caso de que el tribunal no fuese
competente conforme a los foros del Reglamento, pero sí lo fuera otro tribunal de otro Estado miembro, el primero
se declarará de oficio incompetente. En el supuesto de que ningún tribunal de un Estado miembro fuese competente,
el tribunal ante el que se presentó la demanda conocerá conforme a sus foros de competencia interna, siempre que
el demandado no sea nacional o “domiciliado” en un Estado miembro, ni residente; casos en los que no podrán
utilizarse los foros de competencia internos.

Un nacional o “domiciliado” de la Unión Europea sólo podrá ser demandado conforme a los foros del
Reglamento y, si no se cumplieran las condiciones de ninguno de ellos, el demandante habrá de esperar a que se
cumplan para poder instar una demanda (privilegio como demandados).

En el caso de que el Derecho interno fuera aplicable, por ejemplo, demandado no nacional de Estado miembro
y ningún tribunal fuera competente según el Reglamento, el demandante nacional de un Estado miembro puede
utilizar los foros del Derecho interno del país de su residencia al igual que si fuese nacional de ese Estado, prevaliéndose
así de las ventajas que los foros internos otorgan a sus nacionales (privilegio como demandantes).

Las resoluciones de divorcio, separación legal y nulidad del matrimonio y de responsabilidad parental susceptibles
de ser reconocidas mediante el Reglamento 2201/2003. Tipos de reconocimiento previstos en el Reglamento
europeo en materia matrimonial. Qué tipos de reconocimiento contempla el Reglamento (CE) 2201/2003?.

Los tipos de reconocimiento previstos en el Reglamento son varios dependiendo de los efectos que se quieran
conseguir:

1.- El Reglamento parte del sistema de reconocimiento automático, cuando lo que se pretende es la invocación
de la resolución ante cualquier órgano jurisdiccional o registro público. Este tipo de reconocimiento se efectúa bajo la
única responsabilidad de la autoridad que controla esas condiciones y tiene, por tanto, valor relativo y provisional.

82
Así, no será necesario procedimiento alguno cuando la resolución se invoca ante el Registro Civil para su
inscripción o, en general, para la actualización de datos en el mismo, siempre que las resoluciones ya no admitan
recursos en los países de origen.

Si lo que se pretende con la resolución extranjera es su invocación ante un órgano jurisdiccional de un Estado
miembro a título incidental, el Reglamento contempla el reconocimiento incidental: el órgano jurisdiccional que esté
conociendo de otro asunto en el que se plantee el reconocimiento de una resolución podrá pronunciarse al respecto.

2.- Si se quiere que el reconocimiento tenga valor general en el Estado requerido (único modo de que lo tengan
aquellas resoluciones no inscribibles en el Registro Civil español), habrá que acudir al procedimiento especial previsto
en el Reglamento. Cualquier parte interesada podrá pedir el reconocimiento o el no reconocimiento de la resolución.

Explique en qué consiste el reconocimiento registral previsto en el Reglamento 2201/2003 relativo a la competencia,
reconocimiento y ejecución de resoluciones judiciales en materia matrimonial.

El Reglamento parte del sistema de reconocimiento automático cuando la invocación de la resolución se realiza
ante un registro público, si bien, esa automaticidad no significa ausencia de control de regularidad de la resolución,
que tendrá que cumplir una serie de condiciones sin las cuales no podrá ser reconocida.

La eliminación de exequátur en este contexto es, quizás, la parte más importante del Reglamento.

En este “reconocimiento registral” las condiciones que ha de cumplir la resolución se reducen a la presentación
de los documentos exigidos en el art. 37: a) una copia de la resolución que reúna los requisitos necesarios para
determinar su autenticidad, b) el certificado contemplado en el art. 39 (“El órgano jurisdiccional o autoridad
competente del Estado miembro de origen expedirá, a instancia de cualquier parte interesada, un certificado conforme
al modelo de formulario que figura en el Anexo I -resoluciones en materia matrimonial- o en el anexo II –resoluciones
en materia de responsabilidad parental-). 2. En el caso de resoluciones dictadas en rebeldía, la parte que solicite el
reconocimiento o la expedición de una declaración de ejecutoriedad deberá presentar: a) el original o una copia
auténtica del documento que acredite la notificación o traslado del escrito de demanda o documento equivalente a la
parte rebelde, o bien, b) cualquier documento que acredite de forma inequívoca que el demandado ha aceptado la
resolución. Un documento que de prueba de que la resolución no puede recurrirse.

Ley aplicable a la separación y divorcio: El R (UE) 1259/2010

El R. 1259/2010, de 20 de diciembre de 2010, en base a una cooperación reforzada entre 15 países de la Unión
(Bélgica, Bulgaria, Alemania, Grecia, España, Francia, Italia, Letonia, Luxemburgo, Hungría, Malta, Austria, Portugal,
Rumanía y Eslovenia, a los que posteriormente se han sumado Lituania y Dinamarca) contemplada en el art. 81.3 TFUE,
tiene como objetivo reforzar la seguridad jurídica de los cónyuges en cuanto a saber qué ley se aplicará a su divorcio.
También pretende que nacionales de terceros países puedan sustituir su ley nacional por la de su nueva residencia y
evitar el forum shopping.

83
Cuando un tribunal español conoce de una demanda de divorcio de un matrimonio entre alemana y español,
residentes en Alemania y España, respectivamente, ¿qué ley debe aplicar para determinar si el divorcio puede ser
declarado?

El art. 1 del R. 1259/2010 dice: 1. Los cónyuges podrán convenir en designar la ley aplicable al divorcio y a la
separación judicial, siempre que sea una de las siguientes leyes:

a) la ley del Estado en que los cónyuges tengan su residencia habitual en el momento de la celebración del
convenio;

b) la ley del Estado del último lugar de residencia habitual de los cónyuges, siempre que uno de ellos aún resida
en el momento en que se celebre el convenio;

c) la ley del Estado cuya nacionalidad tenga uno de los cónyuges en el momento en que se celebra el convenio,
o

d) la ley del foro.

Esta norma es aplicable a los supuestos en que las partes así lo hayan estipulado, bien antes de la celebración
del matrimonio, bien al iniciar los trámites de separación, norma que puede acordarse de forma alternativa por las
partes, es decir, no es forzoso seguir el orden del foro.

De otro, el art. 8 dice:

“A falta de una elección según lo establecido en el art. 5, el divorcio y la separación judicial estarán sujetos a
la ley del Estado:

a) en que los cónyuges tengan su residencia habitual en el momento de la interposición de la demanda o, en


su defecto,

b) en que los cónyuges hayan tenido su última residencia habitual. Siempre que el periodo de residencia no
haya finalizado más de un año antes de la interposición de la demanda, y que uno de ellos aún resida allí en el momento
de la interposición de la demanda o, en su defecto,

c) de la nacionalidad de ambos cónyuges en el momento de la interposición de la demanda o, en su defecto,

d) ante cuyos órganos jurisdiccionales se interponga la demanda”.

Este precepto actúa de forma jerarquizada, es decir, se pasará de un foro a otro si no se encuentra en el caso
anterior.

Conclusión: Como de los datos aportados en el supuesto no se desprende ni se puede afirmar de forma clara
y concreta que haya habido acuerdo de ley aplicable entre las partes, así como no resultaría de aplicación ninguno de
los foros jerarquizados recogidos en los apartados a) a c) del art. 8, la solución sería la aplicación el apartado d) de la
misma norma, es decir, el tribunal español que ha conocido de la demanda tendrá que aplicar la ley española.

Destacar dos importantes cuestiones respecto al ámbito de aplicación material del Reglamento:

En primer lugar, que no entra en su ámbito de aplicación la nulidad matrimonial.

En segundo lugar, que resulta inaplicable a cualquier cuestión derivada del divorcio o la separación.

Por tanto, únicamente determina la ley aplicable a la disolución o relajación del vínculo y sus causas.

84
El Reglamento 1259/2010: conexiones previstas y algunos problemas de aplicación

En el Reglamento se determina la ley aplicable:

1.- En base a la elección por las partes de una de las leyes que se indican en el art. 1, siempre y cuando la ley
elegida sea conforme con los Derechos Fundamentales tal y como se definen en los Tratados de la Unión Europea, en
la Carta de Derechos Fundamentales de la UE y con el orden público. Las leyes entre las que las partes (art. 5) pueden
elegir son las siguientes: residencia habitual, última residencia cuando uno de ellos todavía vive allí o la nacional de
cualquiera de ellos, todas ellas fijadas en el momento de celebración del acuerdo de elección y, finalmente, la lex fori.
El acuerdo se puede celebrar o modificar en cualquier momento, incluso, cuando la lex fori así lo permita, ante el
mismo tribunal en el curso del procedimiento. En cuanto a la ley conforme a la que se determinará el consentimiento
y la validez formal y material del acuerdo de elección se regula en los arts. 6 y 7.

2.- En ausencia de elección de ley por las partes, el art. 8 designa como aplicables las mismas leyes, ahora bien,
fijadas en el momento de la demanda y no con carácter alternativo sino jerarquizado.

La ley aplicable al divorcio: solución del art. 107.2 CC

El art. 107.2 CC, modificado por la Ley 11/2001, de 29 de septiembre, ofrece una misma respuesta para los
efectos de la separación y el divorcio en los supuestos de tráfico externo.

El artículo consta de dos partes totalmente diferentes. En la primera contempla tres puntos de conexión,
tradicionales y neutrales, que deben de operar en forma jerarquizada.

“La separación y el divorcio se regirán por: 1. La ley nacional común de los cónyuges en el momento de la
presentación de la demanda. 2. A falta de nacionalidad común, por la ley de la residencia habitual del matrimonio en
dicho momento. 3. En defecto de ésta, por la ley de la última residencia habitual común del matrimonio si uno de los
cónyuges aún reside habitualmente en dicho Estado”.

En el segundo párrafo del apartado segundo dispone la aplicación de la ley española en una serie de situaciones
pensadas especialmente para el problema migratorio.

“En todo caso, se aplicará la ley española cuando uno de los cónyuges sea español o resida habitualmente en
España:

a) Si no resultara aplicable ninguna de las leyes anteriormente mencionadas.

b) Si en la demanda presentada ante tribunal español la separación o el divorcio se pide por ambos cónyuges o por
uno con el consentimiento del otro.

c) Si las leyes indicadas en el párrafo primero de este apartado no reconocieran la separación o el divorcio o lo hicieran
de forma discriminatoria o contraria al orden público.”.

En este párrafo desaparece la neutralidad de la norma y ésta se decanta por un objetivo material: favorece la
aplicación de la ley española; pero únicamente en el supuesto de que uno de los cónyuges sea español o residente en
España.

85
La declaración de fallecimiento en DIPr: Competencia judicial internacional y ley aplicable

La declaración de fallecimiento ha sido tradicionalmente una materia incluida en el supuesto del art. 9.1 CC y,
por tanto, regida por la ley personal. Algunos ordenamientos se han inclinado por la aplicación de la ley rectora de las
relaciones entre los cónyuges.

Esta solución presenta ciertos problemas con relación al efecto que la declaración de fallecimiento tiene en el
matrimonio en los distintos ordenamientos jurídicos. Mientras que para unos tal declaración supone la disolución del
matrimonio, para otro no produce tal efecto, de tal modo que en el caso de esposos con leyes personales diferentes
es posible que la ley personal del cónyuge supérstite lo admita y que, sin embargo, su recuperación de la capacidad
nupcial quede impedida por la l ey personal del cónyuge fallecido que niegue este efecto a tal declaración.

La incidencia que en ambos cónyuges tiene la disolución del matrimonio por una declaración de fallecimiento,
ha inclinado la doctrina a evitar la aplicación de la ley personal de uno u otro cónyuge y a buscar, por el contrario, una
ley común. Así, se incluiría tal declaración, en el caso específico de disolución del matrimonio, en el supuesto del art.
9.2 CC.

TEMA XIX

Ley aplicable a la determinación de la filiación

La filiación matrimonial se da cuando el padre y la madre están casados entre sí y también se adquiere desde
la fecha del matrimonio de los progenitores cuando éste tenga lugar con posterioridad al nacimiento del hijo.

Con la última redacción dada por el art. 9.4 CC, la ley rectora de la filiación por naturaleza, matrimonial o no,
así como la adoptiva, es la ley personal del hijo y, subsidiariamente, la de su residencia habitual, tanto en cuanto el
carácter como el contenido.

En lo que se refiere al momento en que habrá de tenerse en cuenta la ley aplicable a la filiación matrimonial
habrá que estar también a la aplicación del criterio “favor filii”, ya sea ésta la ley nacional del hijo al tiempo del
matrimonio de los progenitores, del nacimiento o del ejercicio de la acción de filiación.

La adopción constituida por Cónsul español: objetivo, condiciones, formalidades y limitaciones

La Ley 54/2007 establece que los Cónsules españoles en el extranjero podrán constituir adopciones siempre
que concurran los siguientes requisitos y condiciones (art. 17):

a) Que el Estado receptor donde está acreditado el cónsul no se oponga, ni la legislación de ese Estado lo
prohíba, de conformidad con los Tratados internacionales (Convenio de Viena sobre relaciones consulares de 24 de
abril de 1963) y otras normas internacionales de aplicación.

b) Que el adoptante sea español

86
c) Que el adoptando tenga su residencia habitual en la demarcación consular del cónsul.

d) Para la determinación de la nacionalidad española del adoptante y la residencia habitual de adoptando se


efectuará en el momento de inicio del expediente adoptivo.

Esta adopción consular solamente puede llevarla a cabo adoptantes españoles respecto a adoptandos
extranjeros con residencia habitual en la demarcación consular correspondiente, sean estos nacionales de ese Estado
o de otro.

Competencia judicial internacional de los tribunales españoles para la constitución de una adopción internacional

La determinación del concreto órgano jurisdiccional competente objetiva y territorialmente para la


constitución de la adopción internacional se llevará a cabo con arreglo a las normas de la jurisdicción voluntaria. En el
caso de no poder determinarse la competencia territorio tal como se señala, ésta corresponderá al órgano judicial que
los adoptantes elijan.

Con carácter general, los juzgados y tribunales españoles serán competentes para la constitución de la
adopción en los siguientes casos:

a) Cuando el adoptando sea español o tenga su residencia habitual en España.

b) Cuando el adoptante sea español o tenga su residencia habitual en España.

La nacionalidad española y la residencia habitual en España se apreciarán, en todo caso, en el momento de la


presentación de la solicitud de adopción a la Entidad Pública competente.

Eficacia en España de las adopciones constituidas por competente autoridad extranjera. Reconocimiento de la
adopción constituida en el extranjero por Autoridad competente: Requisitos. Requisitos que conforme a la Ley
54/2007 de Adopción Internacional ha de cumplir una adopción constituida por autoridad extranjera para surtir
efectos en España. Establezca los requisitos que, conforme a la Ley 54/2007 de adopción internacional tiene que
cumplir una adopción constituida en el extranjero para surtir efectos en España

Conforme a la Ley 54/2007 sólo tendrán acceso al Registro Civil español las adopciones plenas constituidas por
autoridad competente extranjera; el control de validez se llevará a cabo incidentalmente por el Encargado del Registro
Civil en que se inste la inscripción de la correspondiente adopción y, para el reconocimiento en España de esas
adopciones se establece que el control de validez de la adopción se realizará con el régimen jurídico del extenso art.
26:

1.- De no ser aplicable el derecho convencional, las adopciones constituidas por autoridad competente
extranjera podrán ser reconocidas en España si se cumplen los siguientes requisitos:

1°. Constituida por autoridad extranjera competente, judicial o no.

2°. Que la ley o leyes aplicadas por la autoridad competente extranjera para la constitución de la adopción
hayan sido las designadas por la norma de conflicto del país del que depende dicha autoridad.

2.- Cuando el adoptante o el adoptado sea español, la adopción extranjera en cuestión deberá surtir los efectos
que se correspondan, de modo sustancial, con la adopción española; será indiferente el nombre legal de la institución

87
en el derecho extranjero y, de forma particular, las autoridades españolas controlarán que la adopción extranjera
sometida a reconocimiento produzca la extinción de vínculos que la filiación por naturaleza/biológica y que sea
irrevocable por los adoptantes.

Si la ley extranjera aplicada admite la revocación de la adopción por el adoptante, es requisito indispensable
para el reconocimiento de esa adopción que el adoptante renuncie al ejercicio de esa facultad revocatoria antes del
traslado del menor a España, y que lo haba en documento público o por comparecencia ante el Encargado del Registro
Civil.

Cuando el adoptante sea español y residente en España, la Entidad Pública española competente deberá
declarar su idoneidad previamente a la constitución de la adopción por el órgano competente extranjero. No obstante,
el cumplimiento de este requisito no se exigirá si de haberse constituido la adopción en España no se hubiera exigido
la expresada idoneidad.

3.- Si en el momento de constituir la adopción en el extranjero el adoptando fuese español, será necesario el
consentimiento de la Entidad Pública de su última residencia en España.

4.- El documento de constitución de la adopción en el extranjero deberá reunir los siguientes requisitos de
autenticidad, salvo que otras normas vigentes eximan de dicha cumplimiento: legalización a apostilla y traducción al
idioma oficial español.

Efectos de la cláusula de orden público en el ámbito de derecho aplicable a la adopción

Cuando en la constitución de una adopción pro autoridad competente española, órgano jurisdiccional o
Cónsul, la ley extranjera designada para su aplicación sea contraria a los principios básicos del ordenamiento jurídico
español, no podrá aplicarse, a tenor de lo dispuesto expresamente en la cláusula de orden público del art. 23 de la ley
54/2007.

Se está ante cláusula de orden público para exceptuar la aplicación de la ley extranjera designada al efecto, de
la que hay que resaltar los siguientes elementos estructurales:

a) La ley extranjera ha de resultar manifiestamente contraria a los principios básicos del ordenamiento español
de forma clara, concreta y precisa.

b) E el marco del derecho español habrá que tener particularmente en cuenta el alcance de lo dispuesto en el
art. 10.2 de la Constitución, que remite la interpretación de los Derechos Fundamentales al derecho internacional
convencional general y particular sobre Derecho Humanos, en el que hay que destacar la Convención sobre los
Derechos del Niño de 1989, el Convenio Europeo para la protección de los Derechos Humanos y las Libertades
Fundamentales de 1950, el Convenio de la haya sobre adopción de 1993 y concordantes.

c) El interés superior del menor y los vínculos sustanciales del supuesto con España que, como concepto
jurídico indeterminado ha de concretarse conforma a los elementos que suministran las normas, in casu y sin incurrir
en la irregularidad jurídica de restar a la cláusula de orden público.

d) Los aspectos de la adopción que no puedan regirse por la ley extranjera designada al efecto, se regirán por
el derecho sustantivo español.

88
89
TEMA XX

Alcance jurídico de la responsabilidad parental en el Reglamento 2201/2003

Hay que entender por “responsabilidad parental” (art. 1.1 R. 2201/2003) los derechos y obligaciones
conferidos a una persona física o jurídica en virtud de una resolución judicial, por ministerio de la ley o por un acuerdo
con efectos jurídicos, en relación con la persona o con los bienes de un menor. El término incluya en particular los
derechos de custodia y visita.

El Reglamento no será de aplicación a la determinación e impugnación de la filiación, a las resoluciones sobre


adopción y medidas que las preparan, ni a la anulación y revocación de la adopción, al nombre y apellidos del menor,
a la emancipación, a las obligaciones de alimentos, a los fideicomisos y sucesiones, ni a las medidas adoptadas a
consecuencia de infracciones penales cometidas por los menores (art. 1.3).

El art. 2 hace mención a cómo ha de entenderse, entre otras, las siguientes nociones:

- Titularidad de la responsabilidad parental: cualquier persona que la tenga sobre un menor (nº 8).

- Derechos de custodia: entre otros, los derechos y obligaciones relativos al cuidado de la persona de un menor
y, en especial, el derecho de decidir sobre su lugar de residencia (nº 9).

- Derecho de visita: en particular, el derecho a trasladar a un menor a un lugar distinto al de su residencia


habitual durante un periodo de tiempo limitado (nº 10).

¿Cuáles son los objetivos del Convenio de la haya de 1980 sobre secuestro internacional de menores? Exponga
sumariamente el mecanismo de restitución del menor secuestrado conforme al Convenio de la Haya de 1980.

Definición del secuestro: “desplazamiento de un menor fuera del territorio del Estado en que tenga su
residencia habitual, o retención del miso fuera de este territorio por tiempo diferente del establecido para el ejercicio
90
del derecho de visita, siempre que se produzca en violación del contenido de los derechos de guarda o de visita en
vigor en ese momento en el lugar de la residencia habitual del menor”.

Se establecen como objetivos convencionales:

- Asegurar el retorno inmediato de los menores desplazados o retenidos ilícitamente en cualquier Estado
contratante.

- Hacer respetar de forma efectiva en los demás Estados contratantes los derechos de guarda y de visita
existentes en un Estado parte.

Bastará con que la guarda ejercida de forma efectiva sea modificada unilateralmente por alguien, para que los
mecanismos de protección del Convenio entren en funcionamiento:

- Las autoridades competentes ordenarán el retorno inmediato del menor al lugar donde residía en el
momento del secuestro, sin entrar a dilucidar acerca del fondo del derecho de guarda y sin necesidad de pasar por el
trámite del exequátur caso de que existan decisiones judiciales o administrativas, ni aunque se produzcan con
posterioridad al secuestro.

- Las autoridades centrales e internas de cada Estado parte han de cooperar con los solicitantes del retorno y
entre sí desde que tengan conocimiento del desplazamiento ilícito internacional.

- El Convenio se aplicará a todo menor que tuviera su residencia habitual en cualquier Estado parte
inmediatamente antes del atentado a los derechos de guarda o de visita, mientras no haya alcanzado la edad de 16
años.

Supuesto de secuestro internacional de menores ¿hay excepciones a la restitución de menor? Excepciones al retorno
del menor en el Convenio de la Haya de 25 de octubre de 1980

El Convenio de la Haya de 1980 tiene como objetivo la inmediata restitución del menor al Estado de su
residencia habitual, de forma voluntaria, o tras una decisión judicial o administrativa (ART. 11), si bien la denegación
de su devolución por parte de la autoridad competente del Estado al que el menor ha sido trasladado o donde es
retenido, se ha de producir de forma excepcional, si concurre alguna de las excepciones establecidas en los artículos
12 y 13, entre ellas:

- Que se compruebe que el desplazamiento fue consentido por la persona que ostentaba la guarda.

- Que la devolución del menor le exponga a un peligro físico o psíquico o le coloque en una situación
intolerable.

- Que el retorno fuese contrario a los principios fundamentales del Estado requerido sobre las salvaguarda de
los derechos humanos y de las libertades fundamentales.

Desplazamiento o retención de menores de un Estado miembro de la UE a un tercer estado o viceversa

Para estos supuestos no es posible aplicar las normas del Reglamento. Con carácter general, son las soluciones
del Convenio de la Haya de 1980 las que vendrán a resolver el traslado o retención cuando, “el Estado de residencia
91
habitual del menor, del que fue trasladado, es un Estado contratante y el Estado al que fue desplazado o en el que es
retenido, también es un Estado contratante”. En este caso la solicitud de devolución se producirá activando los
mecanismos de cooperación. Si la decisión es de no retorno, la autoridad del lugar de residencia del menor no puede
hacer nada más allá.

En el supuesto de que el traslado o la retención del menor se produzca en un país en el que el Convenio de la
Hay de 1980 no es aplicable, la dificultad de que el menor sea retornado al Estado de su residencia habitual es mucho
mayor. Mecanismos de solución diferentes a los establecidos en el Convenio tendrán que poner en funcionamiento
para la resolución del asunto, por ejemplo, solicitando el reconocimiento de decisiones judiciales sobre los derechos
de guarda y visita, e incluso, en su caso, intentando la intervención de las autoridades diplomáticas o consulares.

TEMA XXI

Ámbito de aplicación del Reglamento 4/2009, relativo a la Competencia, la Ley aplicable, el reconocimiento y la
ejecución de las resoluciones y la cooperación en materia de obligaciones de alimentos

92
El Reglamento 4/2009 no precisa un ámbito de aplicación en relación a supuestos internacionales ni
transfronterizos, persigue eliminar barreras jurídicas. En este sentido proclama como objetivo que “el acreedor de
alimentos cuente con medios que le permitan obtener fácilmente en un Estado miembro una resolución que tenga
automáticamente fuerza ejecutiva en otro Estado miembro, sin ninguna formalidad” (Considerando 9). Para su
consecución, el Reglamento aúna “las disposiciones sobre los conflictos de jurisdicción, los conflictos de leyes, el
reconocimiento, la fuerza ejecutiva, la ejecución de decisiones y la cooperación entre autoridades centrales
(Considerando 10). La convergencia de sectores exige determinar en su sede cuándo se aplica el Reglamento y cuando
no; cabe realizar una delimitación amplia de su campo de aplicación por referencia a tres ámbitos diferenciados, el
temporal, el espacial y el material.

a) Ámbito de aplicación temporal. Este Reglamento es de aplicación completa desde el 18 de junio de 2011.
Sólo los procedimientos de reconocimiento y ejecución incoados antes de dicha fecha, y que estén en curso, seguirán
tramitándose por lo dispuesto en el R. 44/2001 (antiguo Bruselas I –reemplazado por R. Bruselas I refundido).

b) Ámbito de aplicación espacial. Por dos circunstancias: La primera que no todos los Estados miembros
participan del Reglamento en igual medida, dado que en el espacio de justicia de la Unión Europea la participación del
Reino Unido e Irlanda y la del Reino de Dinamarca depende del ejercicio de sus opciones, en los términos acordados
en sus respectivos Protocolos adicionales al TFUE.

c) Ámbito de aplicación material. El Reglamento se aplicará a las obligaciones de alimentos derivadas de una
relación familiar de parentesco, matrimonio o afinidad (art. 1.1). El concepto “obligación de alimentos” deberá ser
interpretarse de manera “autónoma”. En este sentido y, tomando en cuenta las decisiones del TJUE, la obligación de
alimentos abarca no sólo las prestaciones legales cuyo objeto sea la satisfacción de las necesidades socioeconómicas
de la persona a partir de una relación familiar, sino también otras prestaciones (pensión, alimentos, deber de socorro,
manuntención, prestaciones periódicas o por importe total).

Compatibilidad del R. 4/2009 con otros instrumentos internacionales

En primer lugar, las especiales relaciones de la Unión Europea en la negociación y adopción de los Convenios
de la Conferencia de la haya de DIPr. Los Estados miembros, con la excepción de Dinamarca, han quedado vinculados
por dicho Convenio en virtud de la aprobación del mismo por parte de la UE, mientras que el Protocolo (vigor 1 de
agosto de 2013), de mayor relevancia para el Reglamento, es de aplicación (provisional) desde el 18 de junio de 2011,
siendo el instrumento que va a determinar la ley aplicable a las obligaciones de alimentos en los Estados miembros de
la UE (salvo Dinamarca).

En segundo lugar, el R 4/2009 no afectará a la aplicación de los convenios y acuerdos bilaterales o


multilaterales de los que sean parte uno o más Estados miembros y que se refieran a las materias reguladas por él (art.
69.1). Ahora bien, en las relaciones entre los Estados miembros, el Reglamento prevalecerá sobre los convenios o
acuerdos referidos a su ámbito material y de los que sean parte los Estados miembros (art. 69.2).

En relación con el Convenio de Lúgano de 2007, aunque el R. 4/2009 nada diga en su cláusula de compatibilidad
general, habrá de tenerse en cuenta la referencia que realiza al mencionado Convenio en los arts. 4.4 (elección del
foro) y art. 6 (competencia subsidiaria).

Las reglas de competencia judicial internacional en el R. 4/2009

93
El Reglamento hace inoperante el recurso a las normas de competencia judicial de fuente interna; aspa, “el
hecho de que el demandado tenga su residencia habitual en un tercer Estado deberá dejar de ser una causa de
inaplicación de las reglas europeas de competencia y, en adelante, deberá excluirse toda regla de competencia del
Derecho nacional (Considerando 15).

Esto significa, en relación al criterio de aplicación personal, en el contexto de la competencia judicial, que
deberá aplicarse aunque el demandado tenga su residencia habitual en un Estado tercero. Por esa misma razón, ya no
cabe la aplicación de las normas de competencia judicial internacional de la LOPJ.

1.- Foros generales de competencia (art. 3): “El órgano jurisdiccional del lugar donde el demandado tenga su
residencia habitual o el órgano jurisdiccional del lugar donde el demandante tenga su residencia habitual”. Mantiene
el foro por accesoriedad a la acción relativa al estado civil aclarando que, “si la demanda de alimentos es accesoria a
una acción en materia de responsabilidad parental, el órgano jurisdiccional que conozca de esta demanda será
competente para pronunciarse también sobre la reclamación de alimentos, con la salvedad de que, si esta competencia
se basa únicamente en la nacionalidad de una de las partes, este foro no operará”.

2. Posibilidad de “electio fori” (art. 4): Prevé la elección del foro limitada a unos tribunales determinados –los
del Estado miembro del que sea nacional una de las partes-, estableciendo que dicha elección “no podrá operar cuando
se refiera a alimentos respecto de un menor de edad”. Asimismo, prevé la posibilidad de elección de foro respecto de
las obligaciones de alimentos entre cónyuges y excónyuges. Fija las condiciones de validez del convenio de elección de
foro y el carácter exclusivo de la competencia así atribuida, salvo pacto en contrario.

3.- Otros foros: Prevé la competencia del demandado basada en la sumisión tácita (art. 5). Una competencia
subsidaria (art. 6)

Ley aplicable a las obligaciones de alimentos

El art. 15 del R. 4/2009 es el precepto que determina la ley aplicable a las obligaciones alimenticias. Dicho
artículo incorpora, por referencia, las contenidas en el Protocolo de la Haya de 2007, limitadas a los Estados miembros
vinculados por el Protocolo (excepto Dinamarca). La UE es miembro de pleno derecho de la Conferencia de la Haya de
DIPr. Su aplicación es de carácter universal; en primer lugar, el Protocolo no admite reservas a sus disposiciones (art.
27); en segundo lugar, el Protocolo se aplica incluso si la ley aplicable es la de un Estado no contratante (art. 2). Los
Convenios de la Haya de 1973 y 1956 seguirán estando en vigor entre los Estados contratantes que no se encuentren
a su vez vinculados por el protocolo de 2007. Respecto de las soluciones del art. 9.7 CC, resultan inaplicables (fueron
desplazadas por Convenio de la Haya de 1973).

1.- Regla general: Se establece la aplicación de la ley de la residencia habitual del acreedor, salvo que el propio
texto normativo disponga lo contrario. En caso de cambio de residencia, se aplicará la ley del Estado de la nueva
residencia (FORO 1- PRIMERA CONEXIÓN).

2.- Normas especiales (residencia habitual del demandado), salimos de la regla general, de la conexión
general): En tres supuestos se aplicarán la ley del foro si el acreedor no puede obtener alimentos del deudor, en virtud
de la ley de su residencia habitual. Repárese que la lex fori no va a operar en defecto de la ley de la residencia habitual,
sino sólo cuando el resultado perseguido, la obtención de alimentos, no se consiga mediante la primera conexión: Los
supuestos son (art. 4):

a) Obligación alimenticia de los padres a favor de los hijos, obligaciones alimenticias de otras personas distintas
a los padres a favor de personas que no hayan alcanzado la edad de 21 años y obligaciones de los hijos a favor de los
padres.

94
b) Cuando el acreedor de los alimentos hubiere acudido en reclamación ante autoridades competentes del
Estado de la residencia habitual del deudor. En este caso sólo podrá aplicarse la ley de la residencia habitual del
acreedor (conexión general) si éste no puede obtener alimentos del deudor en virtud de la ley del foro (ley de
residencia habitual del deudor). Se invierte, pues, el orden de las conexiones.

c) Como conexión de cierre, la ley de la nacionalidad común del acreedor y del deudor, si es que existe. Esta
conexión se aplicará en todos los casos (supuesto general del art. 3 y supuestos especiales del art. 4.2 y 3), pero sólo
si el acreedor no puede obtener alimentos en virtud de las anteriores conexiones.

Ámbito de la ley aplicable y problemas de aplicación

El ámbito de la ley aplicable abarca un amplio abanico, del precedente Convenio de la Haya de 1973, ampliadas
dada la finalidad modernizadora del Protocolo. La ley designada va a determinar en qué medida y a quién puede el
acreedor solicitar alimentos, si puesto solicitarlos retroactivamente, la base para el cálculo de la cuantía de alimentos
y su actualización o “indexación”, la legitimación para iniciar el procedimiento en la materia, la prescripción y plazos
de inicio de la acción, y el alcance de la obligación del deudor.

Ante los problemas de aplicación de las normas de conflicto, el Protocolo arbitra respuestas específicas
respecto del reenvío, del orden público, de los conflictos internos. En relación al reenvío, cuando el Protocolo dice
“ley” quiere significar el “derecho en vigor en un Estado, con exclusión de las normas de conflictos de leyes” (art. 12);
es decir, no admite el reenvío. Si la aplicación de la ley designada conforma a las normas del Protocolo resulta –en
cuanto a efectos- manifiestamente contraria al orden público del foro, podría rechazarse. Los Estados contratantes no
vienen obligados a aplicar las normas del Protocolo a los conflictos internos. Por último, el Protocolo contiene reglas
muy detalladas para resolver conflictos plurilegislativos. Para sistemas legislativos no unificados de carácter territorial,
se solucionan por remisión a las normas en vigor en el Estado, cuando existieren, y en ausencia, se aplicará la ley de
“la unidad territorial” designada. Para los conflictos de carácter interpersonal la solución vendrá dada, igualmente, por
las normas en vigor en el Estado concernido.

¿Qué norma de conflicto aplicaría un juez español para determinar el derecho aplicable a una obligación de
alimentos surgida tras el divorcio de un español y una alemana?

La ley aplicable se determinará de acuerdo con el Protocolo de la Haya, de 23 de noviembre de 2007; tanto
España como Alemania son Estados contratantes.

Dicho instrumento recoge que la ley aplicable será: 1. Ley de residencia habitual del acreedor y en caso de
cambio, la ley interna de la nueva residencia. 2. Subsidiariamente, en caso de no poder obtener los alimentos, la ley
nacional común del acreedor y deudor y, 3. En el caso de no obtener mediante esa nueva conexión la reclamación, se
aplicaría la ley interna de la autoridad competente.

El orden que el art. 107.2 CC recoge respecto a los efectos del divorcio, la ley por la que se regirá será: 1. ley
nacional común de los cónyuges en el momento de presentar la demanda, 2. a falta de nacionalidad común, última
residencia habitual común del matrimonio si uno de los cónyuges aún reside habitualmente en dicho Estado; 3. En
todo caso, se aplicará la ley española cuando uno de las cónyuges sea español o resida habitualmente en España si. A.
no resultara aplicable ninguna de las leyes anteriormente mencionadas, b. si en la demanda presentada ante tribunal
español la separación o el divorcio se pide por ambos cónyuges o por uno con el consentimiento del otro, o, c. si las

95
leyes indicadas no reconocieran la separación o el divorcio o lo hicieran de forma discriminatoria o contraria al orden
público.

Conclusión: Aplicaría la norma española, si los supuestos 1 y 2 no resultaran aplicables, conforme al foro
contemplado en el punto 3.

Cuando un tribunal español conoce de una demanda de alimentos entre un hijo con nacionalidad portuguesa y un
padre español residentes, respectivamente, en España e Italia, qué ley debe aplicar para resolver el litigio

Para determinar la ley aplicable a las obligaciones alimenticias, el Protocolo de la Haya de 2007 establece un
sistema de conexiones que, partiendo de una regla general va especializándose en función de la relación familiar de
que trae causa la obligación de alimentos, buscando, de este modo, la concreción del principio favor creditoris. La regla
general establece la aplicación de la “ley de residencia habitual del acreedor”, salvo que el propio texto normativo
disponga lo contrario. En caso de cambio de residencia, se aplicará la ley del Estado de la nueva residencia desde el
momento en que se produce el cambio (art. 3). El Protocolo establece una única conexión general y, a continuación,
señala unas normas especiales a favor de determinados acreedores.

Tanto España como Italia son estados que se han adherido al Protocolo de la Haya de 2007, con lo cual, ya que
nos encontramos en el ámbito europeo, y toda vez que la residencia del acreedor es España, la ley aplicable será
conforme a la regla general, por lo cual el tribunal español debe aplicar la ley interna española.

Determine la norma de conflicto que localizará el ordenamiento material por el que se regula el establecimiento de
una pensión alimenticia conforme al que un juez español condenó a D. H. I. K. al pago de una cantidad a favor de Dª
Y. I.

Dado que no se indica residencia habitual del acreedor, lo que nos lleva a no saber en qué Estado debe ser
ejecutiva y, por tanto, procederse al pago de la cantidad por la obligación de alimentos, hemos de distinguir, en primer
lugar, según la ejecución de una resolución dictada por un órgano de un Estado miembro UE se va a realizar en otro
Estado miembro, o en un Estado no miembro.

Si la resolución procede de un Estado miembro vinculado por el Protocolo de la Haya de 2007 –caso de España-
será reconocida sin procedimiento alguno. No cabrá impugnar su reconocimiento y gozarán de fuerza ejecutiva en
cualquier Estado miembro sin necesidad de otorgamiento de la ejecución, siempre y cuando sean ejecutivas en el
Estado miembro de origen de la resolución –hemos de suponer que la resolución es firme en España-. La justificación
radica en que para la determinación de la ley aplicable se han seguido las reglas del Protocolo, de donde se deduce
que no es necesario un procedimiento para que gocen de fuerza ejecutiva en los demás Estados miembros –existe
actualmente un Acuerdo mediante el cual, se determina que las disposiciones del R. 4/2009, en materia de obligaciones
de alimentos, se aplicarán a las relaciones entre la Unión Europea y Dinamarca, con excepción de las disposiciones de
los Capítulos III y VII. Las disposiciones del art. 2 y el Capítulo IX del Reglamento 4/2009 serán aplicables sólo en la
medida en que se refieran a la competencia judicial, al reconocimiento, a la eficacia jurídica y la ejecución de
sentencias, y al acceso a la justicia-, y sin que el Estado miembro de ejecución controle el fondo de la resolución. La
novedad más importante del R. 4/2009 es la supresión del procedimiento de exéquatur (art. 17) en beneficio de la

96
libre circulación de decisiones; para ser más exactos, la extensión de la autoridad sustancial y ejecutoria de la sentencia
de origen en todos los Estados miembros vinculados por el Protocolo de la Haya de 2007.

En segundo lugar, si el Estado en el que ha de ser reconocida y ejecutada la resolución no se encuentra en lo


expuesto supra, hemos de estar a lo siguiente:

- El Convenio de la Haya de 2007 es un convenio interpartes que sólo obligará a las relaciones entre los Estados
contratantes. El objetivo de este Convenio es lograr la mayor eficacia en el cobro de alimentos debidos a niños y a
otros miembros de la familia, e instaura como mecanismos básicos un sistema de cooperación de autoridades y un
sistema de reconocimiento y ejecución de decisiones, aplicable entre los Estados parte. Este Convenio ha sido firmado
por la Unión Europea en nombre de sus Estados miembros –salvo Dinamarca, si bien existe actualmente un Acuerdo
mediante el cual, se determina que las disposiciones del R. 4/2009, en materia de obligaciones de alimentos, se
aplicarán a las relaciones entre la Unión Europea y Dinamarca, con excepción de las disposiciones de los Capítulos III y
VII. Las disposiciones del art. 2 y el Capítulo IX del Reglamento 4/2009 serán aplicables sólo en la medida en que se
refieran a la competencia judicial, al reconocimiento, a la eficacia jurídica y la ejecución de sentencias, y al acceso a la
justicia-, por lo que será aplicable por estos en sus relaciones con terceros Estados que sean partes en el Convenio.

- En este sentido, la decisión será reconocida y ejecutada cuando proceda del Estado contratante de la
residencia habitual del demandado, del acreedor o del hijo. Otros criterios serían: la sumisión por escrito de las partes
aceptando la competencia (salvo en litigios sobre obligaciones alimenticias a favor de menores) o la competencia
basada en el foro de accesoriedad.

- Por lo que refiere al procedimiento para el reconocimiento y ejecución, se regirá por la ley del Estado
requerido (art. 23.1); no obstante, si la solicitud se presentase por intermedio de la Autoridad Central se seguirá el
sistema de cooperación arbitrado específicamente. La idea que inspira el reconocimiento de ambos procedimientos
es la celeridad en la tramitación para evitar que el transcurso del tiempo haga imposible el cobro de los alimentos. Las
causas de denegación son tasadas y la decisión ejecutoria habrá de adoptarse sin demora.

En tercer lugar, ¿Qué ocurrirá si el Estado en el que se ha de ejecutar la resolución no es parte del Convenio
de la Haya de 2007? El propio Convenio establece unas reglas de relación con los anteriores Convenios de la Haya
(1956/1973), con el Convenio de Nueva Cork de 1956 y con otros instrumentos internacionales, antes de su entrada
en vigor. Presenta una rica problemática de las relaciones de jerarquía y complementariedad de los instrumentos
convencionales de DIPr. Por ejemplo, España es parte pero Turquía no, ¿cuál se aplicará? Se seguirá aplicando a dicho
reconocimiento el régimen del Convenio de 1973 (art. 48 del Convenio de 2007). ¿Si fuese al revés, es decir, si la
resolución procede de un tercer Estado que no es parte contratante de ninguno de los Convenios de La Haya ni
tampoco tiene con España un acuerdo bilateral? En tal caso se aplicará el régimen de exequátur establecido en los
artículos 954 y ss. de la LEC 1881.

¿Qué instrumentos convencionales permiten el reconocimiento y ejecución en España de resoluciones en materia


de alimentos?

1.- El Reglamento Bruselas I refundido (R. UE 1215/2012) relativo a la competencia judicial, el reconocimiento
y “ejecución” de resoluciones judiciales en materia civil y mercantil.

2.- El Reglamento 4/2009 respecto de la eficacia extraterritorial de resoluciones judiciales en materia de


alimentos.

3.- Protocolo de la Haya en el ámbito de reconocimiento y ejecución de resoluciones extranjeras; se regula el


procedimiento del reconocimiento y ejecución aplicable (el art. 16 del R. 4/2009 establece que “las resoluciones
contempladas en el Reglamento deberá seguir las reglas contenidas en el mismo para su reconocimiento y ejecución).

97
4.- Convenio de la Haya de 2007 (del que España es parte); Convenios de la Haya de 1953 y 1973, en los que
se han de tener en consideración las reglas de complementariedad que establecen tanto el R. 4/2009, como el
Convenio de la Haya de 2007 y el Protocolo de la Haya de 2007; el resto de Convenios bilaterales internacionales de
los que España sea parte, como ejemplo, el Convenio con Uruguay sobre alimentos de 1987, instrumentos que no
deroga el Protocolo de la Haya de 2007 (art. 19).

TEMA XXII

Competencia judicial internacional en el fenómeno sucesorio

El régimen de competencia judicial internacional recogido en los artículos 4 al 10 del R. 650/2012 (entrada en
vigor a partir del 17 de agosto de 2015) –no aplicable a Dinamarca, Reino Unido e Irlanda-, refleja en sus soluciones un
sistema universalista.

- El foro de residencia habitual del causante en el momento del fallecimiento se acoge como criterio principal
de conexión para resolver sobre la totalidad de la sucesión (art. 4). Es esta la regla general, salvo que el causante
hubiera elegido su ley nacional para regir la sucesión, en cuyo caso las partes interesadas podrán acordar que los
tribunales de dicho Estado miembro tengan competencia exclusiva para sustanciar cualquier causa en relación con la
sucesión (arts. 5 y 22); por lo tanto se acoge en el texto el criterio del forum legis, que consiste en hacer que dependa
la competencia judicial internacional para conocer del asunto el ordenamiento por el que se regule la situación en
cuestión.

Para que la cláusula de elección del foro tenga validez debe otorgarse de forma escrita, fechada y firmada por
los interesados. Se considerará hechos por escrito toda comunicación efectuada por medios electrónicos.

- A falta de electio fori, el tribunal normalmente competente (art. 4 y 10) podrá abstenerse de conocer, a
instancia de una de las partes, si considera que los tribunales cuya ley fue elegida están en mejor situación para
pronunciarse sobre la sucesión, teniendo en cuenta para ello tanto la ubicación de los bienes, como la residencia
habitual de las partes (similitud con el “forum no convienens” del R. 2201/2003).

- Incluye la denominada “competencia subsidiaria”, para cuando aún en el supuesto de que el causante no
tuviera su residencia habitual en el momento del fallecimiento en un Estado miembro, los tribunales del Estado
miembro en el que se encuentren los bienes de la herencia sean competentes para pronunciarse sobre el conjunto de
la masa hereditaria o sólo sobre los bienes situados en el territorio de dicho Estado miembro, siempre que:

1.- El causante poseyera la nacionalidad de dicho Estado miembro en el momento del fallecimiento, o en su
defecto

2.- Hubiera tenido allí su residencia habitual y,

98
3.- En el momento de someterse el asunto al tribunal no hubiera transcurrido un plazo de más de cinco años desde el
cambio de dicha residencia.

- El forum necessitatis (art. 11) posibilita que un Estado miembro pueda resolver, en casos excepcionales y, siempre
que tuviera una vinculación estrecha, cuando no sean competentes los tribunales de un Estado miembro conforme al
Reglamento, ni los tribunales de un tercer Estado. El art. 12 dispone la limitación de procedimientos para los casos en
que la decisión tomada por el Estado miembro que está conociendo de la sucesión, no tuviera posibilidades de ser
reconocida en el tercer Estado, ni por tanto, declarada ejecutiva.

Ley aplicable a las sucesiones internacionales: art. 9.8 CC

El art. 9.8 CC establece para determinar el derecho aplicable a la sucesión:

“La sucesión por causa de muerte se regirá por la ley nacional del causante en el momento del fallecimiento
cualesquiera que sean los bienes y el lugar donde se encuentren. Sin embargo, las disposiciones hechas en testamento
y los pactos sucesorios ordenados conforme a la ley nacional en el momento de su otorgamiento conservarán su
validez, aunque sea otra la ley que rija la sucesión, si bien las legítimas se ajustarán, en todo caso, a esta última.

Los derechos que por ministerio de la ley le corresponden al cónyuge supérstite se regirán por la ley que regule
los efectos del matrimonio, a salvo siempre las legítimas de los descendientes”.

Cuando el art. 9.8 Cc opera para resolver conflictos internos, a estos efectos la ley nacional del sujeto queda
sustituida por la conexión de la vecindad civil, siguiendo lo previsto en el art. 16.1 CC.

Ley aplicable a las sucesiones internacionales: el R. 650/2012

El art. 23 establece que el ámbito de la ley que finalmente resulte aplicable regulará todos los aspectos relativos
a la sucesión: causas, momento y lugar de la apertura de la sucesión, determinación de los beneficiarios, partes
alícuotas, derechos sucesorios del cónyuge supérstite, capacidad para suceder, etc.

Se opta como criterio de conexión por la autonomía de la voluntad en la elección de ley, si bien, limitada a la
ley nacional del causante en el momento de la elección o en el del fallecimiento (art. 22).

En el caso de que no se haya optado, la conexión objetivamente aplicable es la ley de la última residencia
habitual del causante en el momento del fallecimiento. Este último ordenamiento no sería aplicable, de forma
excepcional, si resultara claramente de todas las circunstancias del caso que, en el momento del fallecimiento, el
causante tenía vínculos más estrechos con un Estado distinto, cuya ley será aplicable.

El reenvío se excluye siempre que se haya optado por la elección de la ley aplicable o ésta se haya deducido
por la aplicación de la conexión de los vínculos más estrechos (art. 34). Si bien, excepcionalmente, se admite para los
supuestos en los que resulte aplicable la ley de un tercer Estado; en este caso se entenderán aplicables las normas de
DIPr del ordenamiento designado siempre que estas permitan un reenvío de retorno a la ley de un tercer Estado
miembro (que puede ser el del foro o no), o a la ley de un tercer Estado; en ambos casos el reenvío se entenderá hecho
a la ley material.

Se podrá excepcionar el derecho extranjero cuando sea manifiestamente incompatible con el orden público
del foro (art. 35).

99
Conforme al art. 30, las normas de aquellos Estados donde se encuentren situados determinados bienes,
empresas o categorías especiales de bienes, que afecten o impongan restricciones a la sucesión de dichos bienes,
seguirán siendo aplicables, con independencia de que sea otra ley la que rija la sucesión.

La forma testamentaria. La forma de los testamentos. Ley aplicable a la forma testamentaria. Ley aplicable a la
forma de las disposiciones testamentarias

Una de las cuestiones excluidas del ámbito de la aplicación sucesoria, y de mayor importancia, es la relativa a
la forma de los testamentos. En el art. 27 del R. 650/2012 se recogen previsiones en torno a la validez formal de las
disposiciones testamentarias, el Convenio sobre conflictos de leyes en materia de forma de disposiciones
reglamentarias hecho en la Haya, el 5 de octubre de 1961, seguirá primando frente a las soluciones del R, 650/2012
(art. 75).

Las disposiciones de este Convenio de 1961 sobre forma de los testamentos (art, 6), de aplicación universal,
sustituye, con alguna excepción, a las previsiones del art. 11 del CC relativo a la forma de los actos y negocios jurídicos.
El texto convencional califica como cuestiones de forma: el testamento mancomunado, regulando su posibilidad así
como las formalidades (art. 4). También incluye las prescripciones que limitan las formas admitidas de disposiciones
testamentarias referidas a la edad, la nacionalidad u otras circunstancias personales del testador, así como las
circunstancias que deben de poseer los testigos requeridos para la validez de una disposición testamentaria (art. 5). El
texto también se aplica para determinar la ley aplicable a una disposición testamentaria que revoque una disposición
testamentaria anterior (art. 2).

La búsqueda de la validez formal del testamento inspira las soluciones convencionales, recurriendo a una
norma de conflicto multilateral en la que las conexiones funcionan de forma alternativa, de manera que, conforme al
art. 1 del Convenio de la Haya de 1961, una disposición testamentaria será válida si se ajusta a alguna de las siguientes
leyes internas: a) la ley del lugar en que el testador hizo la disposición, b) a la ley de la nacionalidad poseída por el
testador, sea en el momento en que dispuso, sea en el momento de su fallecimiento, c) la ley del lugar en el cual el
testador tenía su domicilio, sea en el momento que dispuso o en el momento de su fallecimiento, d) la ley del lugar en
el que el testador tenía su residencia habitual, sea en el momento en que dispuso o en el momento de su fallecimiento,
e) respecto a los inmuebles, a la ley del lugar en que estén ubicados.

La sucesión testamentaria: el fondo o contenido del testamento. Ley aplicable al fondo de la sucesión

El art. 9.8 CC utiliza como supuesto de hecho un “concepto amplio de DIPr”: la “sucesión por causa de muerte”,
lo que nos permite incluir dentro de este artículo toda cuestión sucesoria de fondo, con independencia del tipo de
sucesión del que se trate e, incluso, en el caso de un tipo de sucesión desconocida en Derecho español.

El art. 9.8 CC cubre las donaciones mortis causa, la sucesión contractual, testamentaria, intestada, etc. Todos
estos supuestos afecta al “fondo” de la sucesión, por lo que se encuentran cubiertos por la expresión “sucesión por
causa de muerte” y por el art. 9.8 CC.

La sucesión pro causa de muerte se regirá por la ley nacional del causante en el momento de su fallecimiento,
cualesquiera que sean la naturaleza de los bienes y el país donde se encuentren. Sin embargo, las disposiciones hechas
en testamento y los pactos sucesorios ordenados conforme a la ley del testador o del disponente en el momento de
100
su otorgamiento conservarán su validez, aunque sea otra la ley que rija la sucesión, si bien, las legítimas se ajustarán,
en su caso, a esta última. Los derechos que por ministerio de la ley se atribuya al cónyuge supérstite se regirán por la
misma ley que regule los efectos del matrimonio, a salvo siempre las legítimas de los descendientes.

Ley aplicable a la sucesión testamentaria: al fondo y a la forma del testamento

El art. 9.8 CC utiliza como supuesto de hecho un “concepto amplio de DIPr”: la “sucesión por causa de muerte”,
lo que nos permite incluir dentro de este artículo toda cuestión sucesoria de fondo, con independencia del tipo de
sucesión del que se trate e, incluso, en el caso de un tipo de sucesión desconocida en Derecho español.

El art. 9.8 CC cubre las donaciones mortis causa, la sucesión contractual, testamentaria, intestada, etc. Todos
estos supuestos afecta al “fondo” de la sucesión, por lo que se encuentran cubiertos por la expresión “sucesión por
causa de muerte” y por el art. 9.8 CC.

La sucesión pro causa de muerte se regirá por la ley nacional del causante en el momento de su fallecimiento,
cualesquiera que sean la naturaleza de los bienes y el país donde se encuentren. Sin embargo, las disposiciones hechas
en testamento y los pactos sucesorios ordenados conforme a la ley del testador o del disponente en el momento de
su otorgamiento conservarán su validez, aunque sea otra la ley que rija la sucesión, si bien, las legítimas se ajustarán,
en su caso, a esta última. Los derechos que por ministerio de la ley se atribuya al cónyuge supérstite se regirán por la
misma ley que regule los efectos del matrimonio, a salvo siempre las legítimas de los descendientes.

La búsqueda de la validez formal del testamento inspira las soluciones convencionales, recurriendo a una
norma de conflicto multilateral en la que las conexiones funcionan de forma alternativa, de manera que, conforme al
art. 1 del Convenio de la Haya de 1961, una disposición testamentaria será válida si se ajusta a alguna de las siguientes
leyes internas: a) la ley del lugar en que el testador hizo la disposición, b) a la ley de la nacionalidad poseída por el
testador, sea en el momento en que dispuso, sea en el momento de su fallecimiento, c) la ley del lugar en el cual el
testador tenía su domicilio, sea en el momento que dispuso o en el momento de su fallecimiento, d) la ley del lugar en
el que el testador tenía su residencia habitual, sea en el momento en que dispuso o en el momento de su fallecimiento,
e) respecto a los inmuebles, a la ley del lugar en que estén ubicados.

El testamento mancomunado otorgado válidamente en el extranjero, es válido en España? Especifique la norma que
regula esta cuestión

El Convenio de la Haya de 1961 forma parte de nuestro ordenamiento interno con carácter prevalerte respecto
a las disposiciones del Código Civil. Cabe afirmar que ha quebrado la interpretación que negaba validez a los
testamentos mancomunados otorgados por españoles en el extraneje4ro. El artículo 4 del Convenio, al que España no
hizo reservas, establece explícitamente que sus disposiciones se aplicarán igualmente a la forma de las disposiciones
testamentarias otorgadas en un mismo acto por dos o más personas; por ello debe admitirse el testamento
mancomunado hecho por español en el extranjero.

101
102
TEMA XXIII

¿Cuál es la ley aplicable a los bienes inmuebles? Competencia judicial internacional

La competencia judicial internacional en materia de bienes inmuebles en el sistema español está regulada en
distintas fuentes: normas institucionales (R. Brusela I refundido), normas convencionales (Convenio de Lúgano y
Convenio de Bruselas), Derecho interno español, LOPJ.

El art. 22 del R. Bruselas I refundido dice así:

“Son exclusivamente competentes, si consideración del domicilio: en materia de derechos reales inmobiliarios
y de contratos de arrendamiento de bienes inmuebles, los tribunales del Estado miembro donde el inmueble se hallare
sito”.

En relación a la LOPJ, el art. 22.1 también considera la competencia exclusiva de los tribunales españoles “en
materia de derechos reales” sobre inmuebles que se hallen en España. La calificación de la expresión “derechos reales”
se realizará en este caso conforme a la ley española

Ley aplicable a los bienes muebles corporales

También la protección jurisdiccional de los derechos sobre los bienes inmuebles se localiza en los tribunales
del país donde se encuentren situados, según una norma de competencia judicial internacional de alcance universal.

Esto es así, ahora bien, la localización material plantea numerosos problemas debido a la movilidad de los
bienes muebles, con lo cual habrá que fijar el momento en que la situación del bien es relevante, problema que nos
conduce al conflicto móvil, y determinar la concreta situación de los bienes.

Esa situación de movilidad debe llevarnos a incorporar a la solución del conflicto móvil, en el ámbito del tráfico
jurídico externo, la distinción entre el contenido de los derechos y los modos de adquisición de los mismos. En el primer
caso, las prerrogativas de la propiedad quedarían entonces sometidas a la aplicación general de la ley del nuevo lugar
de situación. En cuanto a los modos de adquisición de los derechos reales, el imperio de la ley de situación del bien
mueble en el momento en que se produjo el hecho generador de su nacimiento o extinción, no deberá resultar
afectado por lo dispuesto en una nueva ley, cuya aplicación debería carecer de efectos retroactivos.

La ley aplicable a las cosas: justificación de la conexión general

103
La lex rei sitae es la ley rectora de los bienes inmuebles; dada la importancia económica, social y política de los
derechos de propiedad, éstos han de estar sujetos necesariamente a la soberanía del Estado donde están situados los
bienes sobre los que recaen.

Sólo las leyes del Estado donde ese bien está pueden otorgar una protección erga omnes que se basa sobre un
sistema de publicidad-registro, inscripción, etc., que sólo se pueden establecer en los lugares donde los bienes objeto
de tales derechos están situados.

También la protección jurisdiccional de los derechos sobre los bienes inmuebles se localiza en los tribunales
del país donde se encuentren situados, según una norma de competencia judicial internacional de alcance universal.

El art. 10.1 del CC dispone: “La posesión, la propiedad y los demás derechos sobre bienes inmuebles, así como
su publicidad, se regirán por la ley del lugar donde se hallen. La misma ley será aplicable a los bienes muebles”.

TEMA XXIV

Ámbito de aplicación: la noción de un contrato internacional. A) Carácter internacional del contrato

Es internacional aquel contrato cuyos elementos objetivos (lugar de situación del bien, lugar de entrega de la
cosa, establecimiento de las partec, etc.) aparecen dispersos bajo el ámbito de distintos ordenamientos jurídicos. Tiene
que haber una situación internacional que justifique el recurso a las normas de DIPr.

Estarían en este ámbito de aflicción aquellas situaciones en las que el contrato se halla exclusivamente
conectado con dos o más ordenamientos no estatales.

Aunque no son frecuentes los conflictos de leyes entre las distintas unidades legislativas del Estado, como por
ejemplo, en el caso español, en el que los Derechos forales y especiales incorporen normas en materia contractual, el
art. 22.2 R. Roma I permite y no impone a los Estados la aplicación del Reglamento en el ámbito interno. Esta
disposición va dirigida a los Estados, no a las autoridades judiciales, por lo que, si nada se ha indicado al incorporarlo
a nuestro ordenamiento, la cuestión de si es aplicable tiene respuesta negativa.

Noción de materia contractual en el R. Roma I (Obligaciones contractuales)

El contrato es una ficción que muchas veces va a designar una realidad económicamente única, pero
jurídicamente compleja. Por ello es más exacto referirse a “obligaciones contractuales”, siendo fieles a la
denominación del Roma I. Ciertas obligaciones contractuales están expresamente excluidas de su ámbito de aplicación
(art. 1.2) en el DIPr español; las obligaciones excluidas quedarán comprendidas, básicamente, en el ámbito del art.
10.5 CC.

Las dudas en torno a la calificación quedan sujetas a lo que disponga el Derecho de los Estados miembros, al
margen de que los tribunales nacionales pueden siempre elevar recursos en interpretación al TJUE, cuando tengan
dudas acerca de la inclusión de un determinado supuesto bajo el ámbito material del Reglamento.

104
Obligaciones contractuales expresamente excluidas:

1.- Estado civil y capacidad (art. 1.2 a): en España y en la mayoría de los países continentales están dentro del
estatuto personal, y se rigen por conexiones también de tipo personal. No obstante el R. Roma I incluye una regla
especial sobre incapacidad (art. 13)

2.- Excepción del interés nacional (art. 11): se estará a la ley del lugar de celebración cuando la causa de la
incapacidad prevista en la ley personal de una de las partes no haya sido conocida en la primera.

3.- Obligaciones nacidas de testamentos y sucesiones (art. 1.2 b).

4.- Regímenes matrimoniales (ni siquiera por capitulaciones matrimoniales).

5.- Obligaciones derivadas de letras de cambio, cheques y pagarés, así como otros instrumentos negociables,
en la medida en que las obligaciones surgidas de estos instrumentos se deriven de su “carácter negociable” (art. 1.2
c); existen otros Convenios internacionales que los regulan.

6.- Acuerdos de elección de fuero (son de carácter procesal).

7.- Convenios de arbitraje y cláusulas compromisorias.

8.- Obligaciones nacidas en el ámbito societario; las cuestiones reguladas por el derecho de sociedades,
asociaciones y personas jurídicas, tales como la constitución, capacidad jurídica, funcionamiento interno y la disolución
de las sociedades, asociaciones y personas jurídicas, así como la responsabilidad legal de los socios y de los órganos
por las deudas de la sociedad (art. 1.2 e).

9.- No se aplica el Reglamento a los contratos de seguro que cubran riesgos situados en territorio de la Unión
(art. 3).

10.- Contratos sobre derechos de propiedad intelectual e industrial, y los que tengan por objeto otros derechos
reales.

En definitiva, el art. 10 CC resulta aplicable:

- A los contratos celebrados con anterioridad a la entrada en vigor del Reglamento en España (2009).

- A los que se suscitan en el ámbito interno por la coexistencia de las unidades legislativas susceptibles de
incidir sobre esta materia.

- A las obligaciones contractuales por razón de la materia del ámbito del R. Roma I, salvo que caigan bajo el
ámbito de normas de conflicto especiales por razón de la materia o de otros Convenios internacionales.

En el ámbito del Reglamento Roma I sobre ley aplicable a las obligaciones contractuales ¿Cabe someter el contrato
a la Lex Mercatoria?

Ante problemas que pueden surgir en la práctica contractual internacional y, ante la falta de respuesta
estatales a los mismos, los operadores han establecido sus propias reglas mediante usos o prácticas comerciales,
condiciones generales de contratación o códigos de conductas empresariales. Todas ellas tienen cabida en la lex
mercatoria. En la actualidad este tipo de normas se ha incrementado ante la insuficiencia de estructuras normativas
en ciertas actividades, por ejemplo, actividades de desarrollo tecnológico

En esta sociedad transnacional que interviene en la elaboración de su propio derecho destaca su


institucionalición, ejemplo, las “codificaciones” de Principios en materia contractual elaboradas por el UNIDROT o,
para el ámbito europeo, los Principios del Derecho Contractual Europeo, elaborados por la Comisión Lando.

105
La falta de control estatal de estas normativas genera cierta desconfianza, de ahí la tentativa, al menos en la
Unión Europea, de la regulación de esta lex mercatoria incontrolable, en la Propuesta de Reglamento del Parlamento
Europeo y Consejo, presentada por la Comisión Europea el 11 de octubre de 2011, relativa a una normativa común de
compraventa europea..

Con independencia en que pueda deparar dicha Propuesta, es innegable la fuerza interpretativa de esos
principios, como ha puesto de manifiesto la jurisprudencia de nuestro Tribunal Supremo en reiteradas ocasiones; ahora
bien, en principio el objetivo del R. Roma I es situar los conflictos bajo un ordenamiento estatal concreto, y no bajo la
Lex Mercatoria, con lo que las OO.CC. no pueden someter el contrato a esa Ley amparándose en el ámbito del
Reglamento.

Cualquier referencia genérica o particular a esa lex mercatoria encontrará como límite las normas imperativas
del ordenamiento rector del contrato (lex contractus).

Conforme al Convenio de Roma de 19 de junio de 1980 (derogado, R. Roma I), sobre ley aplicable a las obligaciones
contractuales, ¿pueden las partes escoger lex mercatoria?

Ante problemas que pueden surgir en la práctica contractual internacional y, ante la falta de respuesta
estatales a los mismos, los operadores han establecido sus propias reglas mediante usos o prácticas comerciales,
condiciones generales de contratación o códigos de conductas empresariales. Todas ellas tienen cabida en la lex
mercatoria. En la actualidad este tipo de normas se ha incrementado ante la insuficiencia de estructuras normativas
en ciertas actividades, por ejemplo, actividades de desarrollo tecnológico

En esta sociedad transnacional que interviene en la elaboración de su propio derecho destaca su


institucionalición, ejemplo, las “codificaciones” de Principios en materia contractual elaboradas por el UNIDROT o,
para el ámbito europeo, los Principios del Derecho Contractual Europeo, elaborados por la Comisión Lando.

La falta de control estatal de estas normativas genera cierta desconfianza, de ahí la tentativa, al menos en la
Unión Europea, de la regulación de esta lex mercatoria incontrolable, en la Propuesta de Reglamento del Parlamento
Europeo y Consejo, presentada por la Comisión Europea el 11 de octubre de 2011, relativa a una normativa común de
compraventa europea..

Con independencia en que pueda deparar dicha Propuesta, es innegable la fuerza interpretativa de esos
principios, como ha puesto de manifiesto la jurisprudencia de nuestro Tribunal Supremo en reiteradas ocasiones; ahora
bien, en principio el objetivo del R. Roma I es situar los conflictos bajo un ordenamiento estatal concreto, y no bajo la
Lex Mercatoria, con lo que las partes no pueden acogerse a esa Ley amparándose en el ámbito del Reglamento.

Cualquier referencia genérica o particular a esa lex mercatoria encontrará como límite las normas imperativas
del ordenamiento rector del contrato (lex contractus).

Cláusula de elección de ley en el Convenio de Roma (R. Roma I) en obligaciones contractuales

Dentro del contrato, la cláusula de elección recoge el acuerdo de voluntad de las partes, por el que se designa
el ordenamiento jurídico rector de los intereses mutuos de los contratantes. El R. Roma I concede a dicha cláusula
autonomía respecto al resto del contrato, al dotarla de un régimen jurídico propio.

106
Tres cuestiones son centrales para decidir la validez de la elección: el vehículo de expresión del consentimiento,
el momento en que debe mediar y la cuestión de existencia o veracidad.

a) La forma de expresión de la voluntad. El art. 3.1 dispone que a de ser “expresa o resultar de manera
inequívoca de los términos del contrato o de las circunstancias del caso”. Sirve la cláusula escrita o el acuerdo verbal
confirmado, posteriormente, por escrito.

Puede no haber cláusula de elección expresa, siendo la voluntad deducible de otros elementos. La elección
puede deducirse tanto de elementos intrínsecos del contrato (tales como la presencia de una cláusula de elección de
foro a favor de la jurisdicción o, la cláusula de sumisión a una determinada institución arbitral), como de circunstancias
externas que rodeen el caso (la existencia previa de unas relaciones comerciales frecuentes entre las partes, siempre
sujetas a un ordenamiento X).

b) Momento. Normalmente la elección tiene lugar en el mismo momento de la conclusión del contrato. Sin
embargo, el art. 3.2 permite la elección en todo momento y, en consecuencia, cabe la elección posterior, e incluso, la
modificación posterior de la ley inicialmente designada –por ejemplo, cuando las partes habiendo escogido una ley,
enfrentadas al tribunal, prefieren la sumisión a la lex fori-.

c) Consentimiento y capacidad. El acuerdo de voluntades válidamente concluido –conforme a lo dispuesto en


el art. 3.1-, coloca el contrato bajo el ámbito del ordenamiento elegido por las partes.

El consentimiento debe contrastarse dentro del marco del ordenamiento designado por el contrato, de acuerdo con
lo dispuesto en el art. 3.5 en conexión con el art. 10.1; dicha ley puede ser descartada a favor de la “ley de la residencia
habitual” de la parte que invoque no haberlo prestado (art. 10.2). De modo, que primero se ha de mantener la ficción
contractual con el fin de que la cláusula localice el contrato; sólo en un momento posterior y, conforma a la ley así
designada se declara, en su caso, la nulidad. Es esta la forma la impedir que la eventual declaración de nulidad del
contrato “contagie” la cláusula de elección antes de producir su efecto típico, que es la designación del ordenamiento
rector del contrato.

Explique de forma breve el régimen jurídico de la cláusula de elección de ley en el marco del Convenio de Roma
(derogado R. Roma I) sobre Ley aplicable a las obligaciones contractuales

Dentro del contrato, la cláusula de elección recoge el acuerdo de voluntad de las partes, por el que se designa
el ordenamiento jurídico rector de los intereses mutuos de los contratantes. El R. Roma I concede a dicha cláusula
autonomía respecto al resto del contrato, al dotarla de un régimen jurídico propio.

Tres cuestiones son centrales para decidir la validez de la elección: el vehículo de expresión del consentimiento,
el momento en que debe mediar y la cuestión de existencia o veracidad.

a) La forma de expresión de la voluntad. El art. 3.1 dispone que ha de ser “expresa o resultar de manera
inequívoca de los términos del contrato o de las circunstancias del caso”. Sirve la cláusula escrita o el acuerdo verbal
confirmado, posteriormente, por escrito.

Puede no haber cláusula de elección expresa, siendo la voluntad deducible de otros elementos. La elección
puede deducirse tanto de elementos intrínsecos del contrato (tales como la presencia de una cláusula de elección de
foro a favor de la jurisdicción o, la cláusula de sumisión a una determinada institución arbitral), como de circunstancias
externas que rodeen el caso (la existencia previa de unas relaciones comerciales frecuentes entre las partes, siempre
sujetas a un ordenamiento X).

b) Momento. Normalmente la elección tiene lugar en el mismo momento de la conclusión del contrato. Sin
embargo, el art. 3.2 permite la elección en todo momento y, en consecuencia, cabe la elección posterior, e incluso, la

107
modificación posterior de la ley inicialmente designada –por ejemplo, cuando las partes habiendo escogido una ley,
enfrentadas al tribunal, prefieren la sumisión a la lex fori-.

c) Consentimiento y capacidad. El acuerdo de voluntades válidamente concluido –conforme a lo dispuesto en


el art. 3.1-, coloca el contrato bajo el ámbito del ordenamiento elegido por las partes.

El consentimiento debe contrastarse dentro del marco del ordenamiento designado por el contrato, de acuerdo con
lo dispuesto en el art. 3.5 en conexión con el art. 10.1; dicha ley puede ser descartada a favor de la “ley de la residencia
habitual” de la parte que invoque no haberlo prestado (art. 10.2). De modo, que primero se ha de mantener la ficción
contractual con el fin de que la cláusula localice el contrato; sólo en un momento posterior y, conforma a la ley así
designada se declara, en su caso, la nulidad. Es esta la forma la impedir que la eventual declaración de nulidad del
contrato “contagie” la cláusula de elección antes de producir su efecto típico, que es la designación del ordenamiento
rector del contrato.

Determine el régimen jurídico del acuerdo de elección de Ley en el Reglamento Roma I sobre ley aplicable a
obligaciones contractuales

Dentro del contrato, la cláusula de elección recoge el acuerdo de voluntad de las partes, por el que se designa
el ordenamiento jurídico rector de los intereses mutuos de los contratantes. El R. Roma I concede a dicha cláusula
autonomía respecto al resto del contrato, al dotarla de un régimen jurídico propio.

Tres cuestiones son centrales para decidir la validez de la elección: el vehículo de expresión del consentimiento,
el momento en que debe mediar y la cuestión de existencia o veracidad.

a) La forma de expresión de la voluntad. El art. 3.1 dispone que ha de ser “expresa o resultar de manera
inequívoca de los términos del contrato o de las circunstancias del caso”. Sirve la cláusula escrita o el acuerdo verbal
confirmado, posteriormente, por escrito.

Puede no haber cláusula de elección expresa, siendo la voluntad deducible de otros elementos. La elección
puede deducirse tanto de elementos intrínsecos del contrato (tales como la presencia de una cláusula de elección de
foro a favor de la jurisdicción o, la cláusula de sumisión a una determinada institución arbitral), como de circunstancias
externas que rodeen el caso (la existencia previa de unas relaciones comerciales frecuentes entre las partes, siempre
sujetas a un ordenamiento X).

b) Momento. Normalmente la elección tiene lugar en el mismo momento de la conclusión del contrato. Sin
embargo, el art. 3.2 permite la elección en todo momento y, en consecuencia, cabe la elección posterior, e incluso, la
modificación posterior de la ley inicialmente designada –por ejemplo, cuando las partes habiendo escogido una ley,
enfrentadas al tribunal, prefieren la sumisión a la lex fori-.

c) Consentimiento y capacidad. El acuerdo de voluntades válidamente concluido –conforme a lo dispuesto en


el art. 3.1-, coloca el contrato bajo el ámbito del ordenamiento elegido por las partes.

El consentimiento debe contrastarse dentro del marco del ordenamiento designado por el contrato, de acuerdo con
lo dispuesto en el art. 3.5 en conexión con el art. 10.1; dicha ley puede ser descartada a favor de la “ley de la residencia
habitual” de la parte que invoque no haberlo prestado (art. 10.2). De modo, que primero se ha de mantener la ficción
contractual con el fin de que la cláusula localice el contrato; sólo en un momento posterior y, conforma a la ley así
designada se declara, en su caso, la nulidad. Es esta la forma la impedir que la eventual declaración de nulidad del
contrato “contagie” la cláusula de elección antes de producir su efecto típico, que es la designación del ordenamiento
rector del contrato.

108
Ley aplicable a las incapacitaciones

La validez del contrato podría también ser cuestionada por una causa de incapacidad invocada por una de las
partes, con posterioridad a la celebración del contrato.

Debemos tener en cuenta que la capacidad es materia excluida del Roma I y sujeta, en principio, a la ley
personal (nacionalidad, domicilio o residencia habitual de las partes).

El art. 13 incide sobre el régimen jurídico de la cláusula de elección, al disponer para los contratos entre
presentes, que no se tendrá en cuenta la causa de incapacidad prevista por una ley de otro país, a menos que la otra
parte “hubiera conocido tal incapacidad o la hubiera ignorado e virtud de negligencia por su parte”.

Por ejemplo, la celebración de una compraventa en España entre español y marroquí de 19 años, cuya validez
podría ser impugnada si, tras la celebración del contrato, el marroquí alega que la mayoría de edad en Marruecos (ley
nacional) se fija a los 20 años y, que por tanto, era incapaz para celebrar el contrato (causa de invalidez), a menos que
la otra parte demuestre que no la conoció.

Límites a la autonomía de la voluntad en el Reglamento Roma I sobre ley aplicable a obligaciones contractuales

Los límites más relevantes vendrán determinados por la acción de las normas imperativas, que pueden ser las
contenidas, bien en la lex contratus, bien en la lex fori, así como en un tercer ordenamiento eventualmente vinculado
con el contrato (ex art. 9).

Pero también se manifiesta en el alcance restrictivo con que la autonomía de la voluntad se concibe, cuando
dicho poder ha de operar en el contexto de contratos, en los que la posición de desigualdad entre las partes, justifica
la introducción de restricciones con el fin de impedir que la parte fuerte en la contratación imponga el derecho
aplicable a la parte más débil.

Ante la falta de elección del ordenamiento aplicable a un contrato, ¿cómo funciona en el marco del Convenio de
Roma de 1980 la conexión de los vínculos más estrechos prevista en su art. 4?

Si las partes, bien no tuvieron intención de designar el derecho aplicable al contrato, bien no lograron llegar a
un acuerdo, o recurrieron a fórmulas equívocas que impiden afirmar con certeza cuál es el derecho rector del contrato,
o si sólo fue una elección parcial, el art. 4 del R. Roma I coloca al juez nacional en una posición central, a los fines de
decidir el derecho aplicable al contrato.

En lo que compete al criterio de los “vínculos más estrechos”, será determinante,

- Si el contrato, pese a estar potencialmente sujeto a cualquier de los criterios anteriores –criterios de conexión
establecidos en atención a distintos tipos contractuales y, el criterio subsidiario de la ley del país de residencia habitual
de la parte que debe realizar la prestación-, “del conjunto de las circunstancias se desprende que presenta vínculos
manifiestamente más estrechos con otro país” (art. 4.3).

109
- O porque los criterios de los apartados 1 y 2 resulten inoperantes (art. 4.4). En tales casos, el R. Roma I
reconoce al juez una cierta discrecionalidad en la indagación del Derecho aplicable.

Criterios de los vínculos más estrechos en el Reglamento Roma I

Si las partes, bien no tuvieron intención de designar el derecho aplicable al contrato, bien no lograron llegar a
un acuerdo, o recurrieron a fórmulas equívocas que impiden afirmar con certeza cuál es el derecho rector del contrato,
o si sólo fue una elección parcial, el art. 4 del R. Roma I coloca al juez nacional en una posición central, a los fines de
decidir el derecho aplicable al contrato.

En lo que compete al criterio de los “vínculos más estrechos”, será determinante,

- Si el contrato, pese a estar potencialmente sujeto a cualquier de los criterios anteriores –criterios de conexión
establecidos en atención a distintos tipos contractuales y, el criterio subsidiario de la ley del país de residencia habitual
de la parte que debe realizar la prestación-, “del conjunto de las circunstancias se desprende que presenta vínculos
manifiestamente más estrechos con otro país” (art. 4.3).

- O porque los criterios de los apartados 1 y 2 resulten inoperantes (art. 4.4). En tales casos, el R. Roma I
reconoce al juez una cierta discrecionalidad en la indagación del Derecho aplicable.

Ley aplicable a un contrato en defecto de elección de ley conforme al Reglamento Roma I

Si las partes, bien no tuvieron intención de designar el derecho aplicable al contrato, bien no lograron llegar a
un acuerdo, o recurrieron a fórmulas equívocas que impiden afirmar con certeza cuál es el derecho rector del contrato,
o si sólo fue una elección parcial, el art. 4 del R. Roma I coloca al juez nacional en una posición central, a los fines de
decidir el derecho aplicable al contrato.

Para que el Juez decida qué ordenamiento debe regular el contrato la norma le suministra tres guías:

1.- Una, atender a los criterios de conexión establecidos, en atención a distintos tipos contractuales (art. 4.1),
de modo que a falta de elección, la ley aplicable se determinará por la “ley del país de residencia habitual”:

- Del vendedor, en el contrato de venta de mercancías (4.1.a)

- Del prestador del servicio, en el contrato de prestación de servicios (4.1.b)

- Del franquiciado, en el contrato de franquicia (4.1.e)

- Del distribuidor, en el contrato de distribución (art. 4.1.f)

- En el contrato que tenga por objeto un derecho real inmobiliario o un arrendamiento de inmuebles, la ley
aplicable ha de ser la del país de situación (art. 4.1.c), con la excepción de que propietario y arrendatario tengan su
residencia en un mismo país, en cuyo caso se aplicará la ley del país de residencia habitual de ambos (art. 4.1.d).

- La ley del lugar del mercado se aplica a las subastas (art. 4.1.g), así como a los contratos celebrados en un
“sistema multilateral” 8art. 4.1.h), entendiendo por ello mercados organizados, tales como las bolsas.

110
2.- Si el contrato no se corresponde con ninguno de los anteriores, el juez se verá obligado a acudir al otro
criterio subsidiario, esto es, la “ley del país donde tenga su residencia habitual la parte que debe realizar la prestación
característica del contrato” (art. 4.2).

3.- El criterio de los “vínculos más estrechos”, que será determinante,

- Si el contrato, pese a estar potencialmente sujeto a cualquier de los criterios anteriores, “del conjunto de las
circunstancias se desprende que presenta vínculos manifiestamente más estrechos con otro país” (art. 4.3).

- O porque los criterios de los apartados 1 y 2 resulten inoperantes (art. 4.4). En tales casos, el R. Roma I
reconoce al juez una cierta discrecionalidad en la indagación del Derecho aplicable.

Imagine que un comerciante español y un alemán deciden finalizar un contrato de compraventa en el que incluyen
una cláusula de sumisión al ordenamiento chino. ¿Sería válido dicho sometimiento teniendo en cuenta que el
instrumento aplicable al contrato es el Convenio de Roma de 1980 y que China no ha suscrito el citado texto?

Los contratos se regirán por la ley elegida por las partes. Esta elección deberá manifestarse expresamente o
resultar de manera inequívoca de los términos del contrato o de las circunstancias del caso. Por esta elección, las
partes podrán designar la ley aplicable a la totalidad o, a una parte del contrato.

Si esto ha sido así, el contrato es válido, ya que el R. Roma I se aplicará incluso si tal ley es la de un Estado no
miembro (se ha recogido por remisión del Convenio de Roma de 1980).

No obstante lo anterior, las disposiciones del derecho de la Unión Europea en aquellos supuestos en que todos los
elementos del contrato se hallen localizados en uno o varios Estados miembros, aunque las partes escojan la ley de un
país tercero. Con esta precisión se trata de asegurar la aplicación de las disposiciones imperativas, eventualmente
contempladas en el ordenamiento de la UE y, si bien no es fácil predecirlas de antemano, la idea es que en las materias
objeto de armonización europea, no se vulneren sus objetivos por sumisión del contrato al Derecho de un país tercero.

El contrato individual de trabajo. Ley aplicable

El R. Roma I admite un juego limitado a la autonomía de la voluntad en la determinación del derecho aplicable,
ya que la elección no puede eludir la aplicación de normas imperativas contenidas en el ordenamiento que hubiera
sido aplicado de no haber mediado pacto. Es decir, en atención a los distintos supuestos de contrato de trabajo
internacional, no puede eludir las normas imperativas contenidas:

- En el ordenamiento del país de cumplimiento de la prestación del trabajador.

- Las del ordenamiento del país en que está situado el establecimiento que contrató al trabajador.

- O bien, las del ordenamiento que presente los vínculos más estrechos con el contrato.

La Directiva 96/71 sobre desplazamiento de trabajadores efectuado en el marco de una prestación de servicios
contempla un supuesto concreto: el desplazamiento temporal de un Estado miembro a otro, por ejemplo, por
empresas de contratación temporal, o el desplazamiento de un trabajador dentro de un mismo grupo de empresas.
Obliga a respetar las condiciones de trabajo y empleo en el país de acogida del trabajador o lugar de cumplimiento de
su prestación. Es una norma de conflicto especial, contenida en un acto de Derecho europeo derivado, que prevalece,

111
por tanto, sobre la solución general, junto a otras normas armonizadas. Estas serán aplicables al contrato cualquier
que fuera la ley aplicable.

Tipos de normas imperativas en el Reglamento Roma I

Las normas imperativas marcan los cauces dentro de los que debe discurrir el poder de autorreglamentación de los
particulares. En el R. Roma I la problemática de las normas imperativas debe centrarse en torna a la identificación y
procedencia de éstas en el entendimiento de que constituyen una categoría esencialmente nacional, a través de la
cuáles el Estado tutela determinados intereses sobre los que las partes no pueden libremente disponer.

En cuanto a su identificación en el Reglamento se pone de relieve su utilización en distintas normas (arts. 3.3,
4, 6, 8 y 9) y también bajo denominaciones diversas, los artículos 3.3, 4, 6 y 8 se refiere a disposiciones que puedan
excluirse mediante acuerdo”, mientras que el art. 9 es el relativo a las llamadas “leyes de policía”. Ello se debe a una
diferencia conceptual dentro de la amplia categoría de las normas imperativas.

Entres las primeras se encuentran “las normas imperativas contenidas en la ley rectora del contrato; las
“disposiciones del Derecho comunitario” en aquellos supuestos en que todos “los elementos del contrato se hallen
localizados en uno o varios Estados miembros”; los derechos de los consumidores “en la adquisición de bienes y
servicios fuera de establecimiento y a distancia”; “si la normativa aplicable fuera de la un tercer país” no se puede
privar al consumidor de la protección que le dispensa la Directiva 2008/122 cuando el inmueble esté situado en un
Estado miembro.

En el contexto de las “leyes de policía” del art. 9, se designan aquellas normas inderogables “cualquiera que
sea la ley aplicable al contrato”. Se caracterizan por ser “disposiciones cuya observancia un país considera esencial
para la salvaguarda de sus intereses públicos” (9.1), de ahí que resulten de aplicación territorial e insoslayables para el
juez del foro que entienda del contrato litigioso (9.2)

Acción de las normas imperativas en el ámbito del Reglamento sobre obligaciones contractuales

Las normas imperativas marcan los cauces dentro de los que debe discurrir el poder de autorreglamentación
de los particulares. En el R. Roma I la problemática de las normas imperativas debe centrarse en torna a la identificación
y procedencia de éstas en el entendimiento de que constituyen una categoría esencialmente nacional, a través de la
cuáles el Estado tutela determinados intereses sobre los que las partes no pueden libremente disponer.

En cuanto a su identificación en el Reglamento se pone de relieve su utilización en distintas normas (arts. 3.3,
4, 6, 8 y 9) y también bajo denominaciones diversas, los artículos 3.3, 4, 6 y 8 se refiere a disposiciones que puedan
excluirse mediante acuerdo”, mientras que el art. 9 es el relativo a las llamadas “leyes de policía”. Ello se debe a una
diferencia conceptual dentro de la amplia categoría de las normas imperativas.

Entres las primeras se encuentran “las normas imperativas contenidas en la ley rectora del contrato; las
“disposiciones del Derecho comunitario” en aquellos supuestos en que todos “los elementos del contrato se hallen
localizados en uno o varios Estados miembros”; los derechos de los consumidores “en la adquisición de bienes y
servicios fuera de establecimiento y a distancia”; “si la normativa aplicable fuera de la un tercer país” no se puede
privar al consumidor de la protección que le dispensa la Directiva 2008/122 cuando el inmueble esté situado en un
Estado miembro.

112
En el contexto de las “leyes de policía” del art. 9, se designan aquellas normas inderogables “cualquiera que
sea la ley aplicable al contrato”. Se caracterizan por ser “disposiciones cuya observancia un país considera esencial
para la salvaguarda de sus intereses públicos” (9.1), de ahí que resulten de aplicación territorial e insoslayables para el
juez del foro que entienda del contrato litigioso (9.2). Asimismo, se prevé que el juez pueda “dar efecto” a las leyes de
policía del país de ejecución del contrato y, “en la medida en que dichas leyes de policía hagan la ejecución del contrato
ilegal” (art. 9.3).

Ámbito de la ley rectora del contrato

La ley designada conforme a los criterios de conexión (lex causae o lex contratus) rige todas las cuestiones
relativas al fondo del contrato: su interpretación, el cumplimiento de las obligaciones que genere, así como las
consecuencias de su incumplimiento y los modos de extinción de las obligaciones, comprendiendo asimismo las
consecuencias de la nulidad del contrato (art. 12).

Sin embargo, esta idea de unidad de régimen jurídico sufre dos series de excepciones.

Ciertas cuestiones se excluyen de la lex contratus, pues cuentan con una conexión autónoma en el propio R.
Roma I y, por lo tanto, están excluidas del ámbito de la lex contratus. Otras, aún cuando pertenecientes al contrato,
están excluidas del ámbito de aplicación del R. Roma I.

Entre las primeras –cuentas con una conexión autónoma-, hay que hacer referencia a la forma del contrato,
sujeta alternativamente bien a la lex contratus, bien a la ley del lugar de celebración (ex art. 11). El contrato es
formalmente válido si lo es, bien conforme a la ley rectora del mismo, bien conforme a la ley del lugar de celebración.
El carácter alternativo con que intervienen estas conexiones responde al favor negotii.

También están excluidas de la ley rectora del contrato las formas de ejecución, esto es, “las medidas que deba
tomar el acreedor en caso de cumplimiento defectuoso” (art. 12.2), necesariamente sujetas a la ley del lugar de
ejecución, en el entendimiento de que la ley rectora del contrato y la ley del país de ejecución pueden no coincidir.

Ahora bien, ¿a qué medidas de ejecución se refiere la norma?

Por ejemplo, en el pago habría que distinguir, de una parte, el lugar previsto para el pago, la monea de pago,
los problemas temporales del pago –entre ellas la mora del deudor-, sujetos todos a la ley del contrato; de otro, el
lugar de pago efectivo o reclamación judicial del mismo, sujetos a la ley del lugar de ejecución.

También se encuentra excluida del ámbito del Reglamento, la capacidad, sujeta a la ley personal de los
contratantes (ex art. 9.1 CC), con la excepción mencionada en lo que se refiere a la llamada teoría del interés nacional
(art. 13).

Los aspectos jurídicos-legales (con la excepción de las cuestiones formales a las que se refiere el art. 11.5)
quedarán igualmente excluidas del ámbito del Reglamento, lo que explica la acción de la lex rei sitae para los contratos
que tengan por objeto bienes inmuebles.

113
TEMA XXV

¿Qué ordenamientos jurídicos resultan aplicables de conformidad con el R. Roma II sobre ley aplicable a obligaciones
extracontractuales? Soluciones generales. Conexiones en el R. Roma II para determinar la ley aplicable a las

114
obligaciones extracontractuales en supuestos generales. Ley aplicable a la responsabilidad extracontractual
conforme al R. 864/2007. Ley aplicable a la responsabilidad extracontractual conforme a Roma II

Al igual que ocurre con la competencia internacional, dos son los cuerpos normativos más importantes que
regulan la ley aplicable (concreción de la ley que el juez debe aplicar):

a) Un Reglamento europeo, el Reglamento UE 864/2007, del Parlamento y del Consejo, de 11 de julio de 2007,
relativo a la ley aplicable a las obligaciones extracontractuales, en vigor desde el 11 de noviembre de 2009,
comúnmente llamado Roma II.

b) El art. 10.9 CC, que será sólo de aplicación para supuestos no incluidos en el R. Roma II, a la vista de la mayor
jerarquía de éste y su carácter erga omnes.

El R. Roma II se aplica como regla general a las obligaciones contractuales, en materia civil y mercantil, en las
situaciones que comportan un conflicto de leyes (art. 1). El alcance de la expresión conflicto de leyes no varía del
concepto del R. Roma I, en particular será posible elegir una norma extranjera para la solución de una controversia,
aún cuando todos los elementos pertinentes de dicha controversia se encuentren en un solo Estado; habrá que tener,
no obstante en cuenta, que en estos supuestos internos, las normas imperativas del Estado no se ven afectadas por la
elección del derecho extranjero, esas normas imperativas serán de obligado cumplimiento.

Los actos iure imperii, los actos de reclamación en ejercicio de la autoridad soberana, se encuentran excluidos
del ámbito de aplicación de Reglamento. La exclusión alcanza también las reclamaciones contra el personal que actúe
en nombre del Estado y la responsabilidad por actos de los poderes públicos, incluida la responsabilidad de los cargos
públicos.

También, junto a estos actos iure imperii, quedan excluidas de su ámbito de aplicación las materias fiscales,
aduaneras y administrativas.

Quedan “incluidos” en su ámbito de aplicación los daños extracontractuales, el enriquecimiento injusto, la


gestión de negocios ajenos, la culpa in contrayendo, daños por productos defectuosos, daños derivados por
competencia desleal o contra la libre competencia, daños medioambientales y daños frente a derechos de propiedad
industrial o intelectual.

Quedan expresamente excluidas del ámbito material del Reglamento:

- Las obligaciones extracontractuales que deriven de relaciones familiares.

- Las que deriven de testamentos, sucesiones, regímenes económicos matrimoniales o de instituciones


comparables al matrimonio.

- Las obligaciones extracontractuales que se deriven de letras de cambio, cheque y pagarés, o de otros
instrumentos negociables, si la obligación deriva directamente de dicho carácter negociable.

- Las derivadas de relaciones entre fundadores, administradores y beneficiarios de un trust creado


voluntariamente.

- Si derivan del derecho de sociedades, asociaciones y otras personas jurídicas.

- Las obligaciones extracontractuales que deriven de daño nuclear.

- Las que deriven de violación de derechos relacionados con la intimidad o la personalidad, en particular la
difamación.

- Por último, se excluye del ámbito material del Reglamento la prueba y el proceso.

115
Ámbito de aplicación espacial y material del R. Roma II –obligaciones extracontractuales-

Ámbito espacial:

El R. Roma II es de aplicación a todos los Estados miembros, excepto Dinamarca.

Esa aplicación será erga omnes o universal; ello quiere decir que la ley a aplicar será la que designe el
Reglamento, aún cuando ésta no sea ley en el Estado miembro donde se demande en virtud del fuero electivo del
Reglamento Bruselas I refundido. Ejemplo, si un ciudadano danés con residencia habitual en su país, es demandado en
Estado miembro en virtud de fuero del Reglamento Bruselas I refundido, se aplicará la norma que prevea el
Reglamento Roma II para la solución del conflicto de responsabilidad contractual.

Ámbito material:

El R. Roma II se aplica como regla general a las obligaciones contractuales, en materia civil y mercantil, en las
situaciones que comportan un conflicto de leyes (art. 1). El alcance de la expresión conflicto de leyes no varía del
concepto del R. Roma I, en particular será posible elegir una norma extranjera para la solución de una controversia,
aún cuando todos los elementos pertinentes de dicha controversia se encuentren en un solo Estado; habrá que tener,
no obstante en cuenta, que en estos supuestos internos, las normas imperativas del Estado no se ven afectadas por la
elección del derecho extranjero, esas normas imperativas serán de obligado cumplimiento.

Los actos iure imperii, los actos de reclamación en ejercicio de la autoridad soberana, se encuentran excluidos
del ámbito de aplicación de Reglamento. La exclusión alcanza también las reclamaciones contra el personal que actúe
en nombre del Estado y la responsabilidad por actos de los poderes públicos, incluida la responsabilidad de los cargos
públicos.

También, junto a estos actos iure imperii, quedan excluidas de su ámbito de aplicación las materias fiscales,
aduaneras y administrativas.

Quedan “incluidos” en su ámbito de aplicación los daños extracontractuales, el enriquecimiento injusto, la


gestión de negocios ajenos, la culpa in contrayendo, daños por productos defectuosos, daños derivados por
competencia desleal o contra la libre competencia, daños medioambientales y daños frente a derechos de propiedad
industrial o intelectual.

Quedan expresamente excluidas del ámbito material del Reglamento:

- Las obligaciones extracontractuales que deriven de relaciones familiares.

- Las que deriven de testamentos, sucesiones, regímenes económicos matrimoniales o de instituciones


comparables al matrimonio.

- Las obligaciones extracontractuales que se deriven de letras de cambio, cheque y pagarés, o de otros
instrumentos negociables, si la obligación deriva directamente de dicho carácter negociable.

- Las derivadas de relaciones entre fundadores, administradores y beneficiarios de un trust creado


voluntariamente.

- Si derivan del derecho de sociedades, asociaciones y otras personas jurídicas.

116
- Las obligaciones extracontractuales que deriven de daño nuclear.

- Las que deriven de violación de derechos relacionados con la intimidad o la personalidad, en particular la
difamación.

- Por último, se excluye del ámbito material del Reglamento la prueba y el proceso.

Ley aplicable a la responsabilidad de los fabricantes por sus productos

Está regulada en una norma de conflicto ad hoc, en el Reglamento Roma II (art. 5).

La norma de conflicto que regula esta cuestión está conformada en un sistema de concesiones en cascada y
una cláusula de escape; en su virtud, la ley aplicable a la responsabilidad del fabricante por sus productos será:

1.- En primer lugar, la ley de la residencia habitual de la persona perjudicada, si en ese pa{is se comercializa el
producto.

2.- En su defecto, la ley del lugar donde se adquiera el producto, siempre que en el país se comercialice el
producto.

3.- En tercer lugar, se aplicará la ley del país en que se produjo el daño, siempre que en éste se comercialice el
producto.

Para el caso de que el producto no se comercializara en el país señalado por el punto de conexión, conforme
a los tres supuestos anteriores, se aplicaría la ley de la residencia habitual del fabricante.

Finalmente, si del conjunto de circunstancias se desprende que el hecho dañoso presenta vínculos
manifiestamente estrechos con otro país, se aplicará la ley de ese otro país (cláusula de escape).

Imagínese que se ha producido un accidente de circulación en España, en el suceso se han visto involucrados dos
vehículos, uno matriculado en España y otro matriculado en Bélgica. Indique el instrumento jurídico que regulará la
responsabilidad civil no contractual entre los dos vehículos

En primer lugar, el R. Roma II no prevé una norma específica para regular estos supuestos. Su regulación en
clave conflictual queda sometida al régimen general, aunque su art. 17 hace referencia a normas de seguridad y
comportamiento, en cuya virtud, el juez que conociera del asunto, deberá teer en cuenta las normas de seguridad y
comportamiento vigentes en el lugar del accidente. Se trata de normas de compensación que se concede a las víctimas
de accidente de tráfico al calcular los daños relativos a lesiones personales cuando el accidente se produce en un
Estado distinto del de la residencia habitual de la víctima.

Si bien, y a pesar de tratarse de dos países miembros de la UE, la responsabilidad por accidentes de circulación
por carretera está regulada por un Convenio internacional erga omnes, El Convenio de la Haya de 1971, por lo que las
normas de interpretación previstas en el Roma II devienen inaplicables.

Las normas de conflicto en la matera que resultarían aplicables en España y, por tanto, aplicable al caso
planteado, están previstas en el Convenio de la Haya de 1971, cuyo art. 3 contiene una regla general, que es la
aplicación del derecho del Estado en cuyo territorio ha ocurrido el accidente, pero esta conexión no opera en ciertos
supuestos en los que el accidente presente una mayor vinculación con otro ordenamiento jurídico.

117
Recoge el art. 4 del Convenio entre otros puntos de conexión, -aunque no vega a colación en el supuesto dado-
“si el accidente tiene lugar entre dos o más vehículos matriculados en distintos Estados, se aplicará la lex loci.

El ámbito de aplicación de este cuerpo legal es muy amplio. Entre otras cuestiones, regula las condiciones y la
extensión de la responsabilidad, las causas de exoneración, limitación y reparto de ésta, la existencia y la naturaleza
del daño susceptible de reparación, así como su transmisibilidad.

Imagine que un conocido personaje acude a usted como letrado para que le aconseje ante qué tribunal puede
interponer una demanda para reclamación de los daños producidos por una publicación en la que se atenta contra
el honor de dicha persona. Aunque el lugar donde se localiza el hecho dañoso es España, dicha información también
se ha publicado en Alemania, Bélgica y Francia, ¿ante qué tribunal se podría presentar la demanda conforme al
instrumento jurídico que resulte aplicable

La difamación queda excluida del Reglamento Roma II. En cuanto a la ley aplicable, conforme al art. 10.9 CC:
lugar donde se ha editado la revista, lex loci delicti commissi, aunque parece que no sea la mejor solución puesto que
en los supuestos de daños a distancia, se impone la aplicación de la lex loci delicti damni.

Algo para tener presente respecto a la competencia judicial internacional en materia extracontractual.

El Reglamento Bruselas I refundido

Se recoge, además del fuero general –las personas domiciliadas en un Estado miembro estarán sometidas, sea
cual fuere su nacionalidad, a los órganos jurisdiccionales de dicho Estado, art. 4, domicilio del demandado- y de la
posibilidad de las partes de sometimiento expreso o tácito a los tribunales de un Estado miembro (art. 25), el
Reglamento establece un fuero especial en materia de obligaciones extracontractuales (art. 7.2). En su virtud: “Las
personas domiciliadas en un Estado miembro podrán ser demandadas en otro Estado miembro… 2. En materia
delictual o cuasidelictual ante el tribunal del lugar donde se hubiere producido o pudiere producirse el hecho dañoso”.

La jurisprudencia ha establecido que por “materia delictual o cuasidelictual” deberá estarse a una
interpretación autónoma del concepto, desvinculada de los ordenamientos nacionales y a su vez, amplia,
entendiéndose como materia delictual o cuasidelictual, toda aquella demanda de responsabilidad no relacionada con
la materia contractual del art. 7.1 del Reglamento.

La referencia al “lugar donde se hubiera producido o pudiere producirse el hecho dañoso, ha sido matizada
por el TJUE en el sentido de que “se tendrá la facultad de emplazar al demandado en los tribunales de cualquiera de
ambos países, con una particularidad, si se plantea la demanda en el país del hecho causal, sus tribunales conocerán
de todo el perjuicio causando, si por el contrario, se opta por el país del resultado, sus tribunales sólo conocerán de
los perjuicios causados en su territorio.

El art. 22.3 LOPJ

118
Cuando el demandado no tenga su residencia habitual en Estado miembro de la Unión Europea y, por tanto,
no sea de aplicación el R. Bruselas I refundido, la competencia judicial internacional de los tribunales españoles para
conocer del supuesto de obligación extracontractual, se determinará conforme al art. 22.3 de la LOPJ, que establece
que nuestros tribunales serán competentes “en materia de obligaciones extracontractuales, cuando el hecho del que
deriven haya ocurrido en territorio español o el autor del daño y la víctima tengan su residencia habitual común en
España”.

La competencia estará supeditada a que el supuesto pueda calificarse como obligación extracontractual por el
Derecho español (art. 1809 CC).

La norma prevé dos fueros alternativos: 1. Cuando el hecho del que deriven las obligaciones extracontractuales
se localiza en España” (coincidente con el R. Bruselas I refundido), 2. Cuando el autor del daño y la víctima tengan su
domicilio en España (prácticamente inaplicable, ya que si se cumple dicho requisito, se aplicaría la norma europea por
tener el demandado su domicilio en Estado miembro).

119

S-ar putea să vă placă și