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DOCTRINA 3

AÑO VII TOMO VII 2019

DOCTRINA Y
JURISPRUDENCIA
DE DERECHO CIVIL

PUBLICADA POR

DIRECTORES
DOCTRINA
JORGE GAMARRA - JUAN BLENGIO - CARLOS DE CORES
JAIME BERDAGUER - GERARDO CAFFERA - LUIS LARRAÑAGA
JURISPRUDENCIA SISTEMATIZADA
GERARDO CAFFERA
TALLER DE JURISPRUDENCIA
JUAN BLENGIO
PANORAMA DE LA JURISPRUDENCIA
BEATRIZ VENTURINI
SECRETARIO DE REDACCIÓN
ELÍAS MANTERO MAURI

FUNDACIÓN DE CULTURA UNIVERSITARIA


4 DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA DE DERECHO CIVIL

FUNDADORES

JAIME BERDAGUER
JAVIER BERDAGUER MOSCA
JUAN BLENGIO
CARLOS BORDOLI
GERARDO CAFFERA
CARLOS DE CORES
GABRIEL FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
JORGE GAMARRA
JORGE LUIS GAMARRA
RAÚL GAMARRA SANTA CRUZ
LUIS LARRAÑAGA
ELÍAS MANTERO MAURI
TERESA MARTORELLI
BEATRIZ VENTURINI

1ª edición, julio de 2019

© FUNDACIÓN DE CULTURA UNIVERSITARIA


25 de Mayo 583 - Tel. 2916 11 52
C.P. 11.000 Montevideo - Uruguay
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sin la autorización expresa del editor.
DOCTRINA 23

EL DERECHO A LA INTEGRIDAD
DE LA OBRA ARQUITECTÓNICA
POR

JAVIER BERDAGUER MOSCA

1. Planteo del tema1 dad de la obra del cual es titular el arquitec-


to (asumiendo que es el autor y que estamos
La obra arquitectónica ha sido definida
ante una obra original). Esta contraposición
como una creación en el sector del arte rela-
de intereses plantea la necesidad de deter-
tivo a la construcción de edificios que com-
minar si debe primar uno u otro, lo que nos
prende los dibujos, croquis, modelos, así como
lleva a preguntarnos por los criterios que
el edificio o estructura arquitectónica aca-
pueden guiar esa decisión, y en particular si
bada.2 Este tipo de obras presenta como ca-
hay alguna forma de hacer un balance entre
racterística propia la condición de ser una
ambos intereses. Esa es la cuestión que abor-
mezcla entre estética y utilidad, lo que guar-
damos en el presente trabajo.
da relación con que su normal destino es la
Para el análisis vamos a partir de algu-
utilización por los seres humanos para fines
nas premisas básicas que conviene dejar
prácticos, fines que trascienden la mera con-
enunciadas, aunque no van a ser desarrolla-
templación estética.3 Se trata de un tipo de
das aquí. Primero: el problema se presenta
obra que normalmente va cambiando de
únicamente en el caso que el arquitecto sea
manos y en cierto punto es probable que al-
el creador de una obra arquitectónica prote-
guien sienta la necesidad o la conveniencia
gida, en cuyo caso la ley lo reputa como el
de alterarla o modificarla, o incluso destruir-
titular originario de un derecho de autor, que
la por completo (por ejemplo, con el fin de
se compone de facultades morales y patrimo-
hacer una inversión inmobiliaria sobre el
niales.4 Entre los derechos morales que la ley
inmueble en que la misma se asienta). Es
reconoce en favor del autor se encuentra el
por tanto esperable que, en algún momento,
derecho al respeto o derecho a la integridad
el dueño del soporte físico (el edificio) consi-
de la obra, según el cual el autor tiene dere-
dere la posibilidad de modificar su aspecto
cho de oponerse a cualquier modificación a
físico o material para adaptarlo a nuevos fi-
la misma, facultad a la que nos vamos a de-
nes o necesidades. En tanto que propietario,
tener más adelante.5 Segundo: las obras ar-
goza del derecho de modificar sus cosas a su
quitectónicas son creaciones intelectuales que
antojo o incluso destruirlas, pero esa facul-
están al servicio de objetivos utilitarios y son
tad –en principio irrestricta– encuentra un
construcciones técnicas.6 Sánchez Fontáns las
obstáculo en el derecho moral a la integri-
calificaba como portadoras de una doble faz,
artística y técnica.7 Esta doble faz puede pre-
1
Este estudio es parte de un trabajo más amplio sentarse en varios tipos de obras, pero en la
sobre el derecho de autor del arquitecto. Para mayor obra arquitectónica forma parte de su esen-
desarrollo ver: BERDAGUER MOSCA, “El Derecho
de Autor del Arquitecto”, en la actualización de la obra
“El Contrato de Construcción” de José Sánchez 4
Ley 9.739 (Red. Ley 17.616, “LPLA”), arts. 1, 2
Fontáns, dirigida por Carlos de Cores, Ed. La Ley y 12.
Uruguay (actualmente en prensa). 5
Art 12 LPLA.
2
Glosario de Derechos de Autor y Derechos 6
FERNÁNDEZ BALLESTEROS (El Derecho de
Conexos, publicado por la Organización Mundial de autor en la obra arquitectónica, Revista En Obra, Año
la Propiedad Intelectual (OMPI), Génova, 1980, para 15, Nos 125 (Julio-Agosto, págs. 58-62), 126 (Set. -
la voz “Arquitectura (obra de-)”, N° 10. Oct), pág. 86).
3
COLOMBET, “Grandes principios del derecho 7
SÁNCHEZ FONTANS (El Contrato de Cons-
de autor y los derecho conexos en el mundo”, UNESCO, trucción, Biblioteca de Publicaciones Oficiales de la
Madrid, 3er Ed, 1997, págs. 55-56. Facutlad de Derecho, Montevideo, 1953, N° 47).

DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA DE DERECHO CIVIL AÑO VII - TOMO VII - 2019


24 DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA DE DERECHO CIVIL

cia, siendo este un elemento que incide en la ción de un derecho sobre la obra intelectual.
manera en que debe juzgarse su originalidad, De ahí que el comitente, lo mismo que cual-
y por ende, el alcance de su protección bajo el quier adquirente de la propiedad del inmue-
derecho de autor.8 Por lo tanto, los conflictos ble (edificio o unidad de propiedad horizon-
que tengan por objeto un edificio solo tienen tal), es propietario del soporte material, pero
relevancia para el derecho de autor si esta- no tiene ninguna facultad (patrimonial o
mos ante una obra protegida (que reviste ori- moral) sobre la obra arquitectónica.
ginalidad), y únicamente respecto de la par-
te que se considere original. En todo lo de- 2. Breve referencia al derecho moral
más, no hay protección por el derecho de au- a la integridad de la obra
tor. Tercero: los derechos sobre el soporte fí-
2.1. El derecho a la integridad en el
sico (edificio) son completamente indepen-
Convenio de Berna
dientes de la titularidad de la obra intelec-
tual,9 de donde la titularidad de un derecho El Convenio de Berna es una buena refe-
de propiedad plena sobre el soporte, de nin- rencia para comenzar nuestro análisis. Se
guna manera supone, ni asegura, la adquisi- trata del primer convenio en materia de de-
rechos de autor que logró establecerse en for-
ma generalizada, encontrándose vigente (por
8
El diseño tiene que adaptarse a la función que
va a desempeñar ese edificio, así como a las solucio-
vía de la referencia al mismo bajo el Acuerdo
nes técnicas disponibles, los requerimientos del ADPIC de la OMC) en la mayoría de los paí-
cliente (comitente), la normativa urbanística apli- ses del mundo. Su contenido es considerado
cable, etc. Por otro lado, para realizar su creación el como la protección mínima que todos los paí-
arquitecto dispone de un determinado “vocabulario” ses se obligaron a darle a las obras intelec-
impuesto y ese vocabulario está formado por elemen-
tuales. Se trata del mínimo común entendi-
tos que integran el caudal común del gremio y que
no pueden ser apropiados por ningún arquitecto en miento al que llegaron las sociedades civili-
singular. Así, la creatividad de una obra arquitectó- zadas sobre la protección del derecho de au-
nica rara vez consiste en un diseño completamente tor.
original, pues el diseño de un edificio no emerge de En lo que refiere al derecho a la integri-
la pura imaginación del arquitecto, sino que éste nor- dad, varios comentaristas del Convenio de
malmente toma elementos prestados de varias fuen-
Berna destacan que se trata de una facultad
tes y los combina en un contexto específico. Ver
WINICK, Copyright Protection for Architecture After que tiene como fundamento la protección de
the Architectural Works Copyright Protection Act of la personalidad del autor que se manifiesta
1990. Duke Law Journal, 41(6), pág. 1604). Ahora en la obra. Más específicamente, desde un
bien, incluso cuando los elementos que pertenecen punto de vista individual, se considera que
al vocabulario del arquitecto (un arco, una deter- este derecho protege el derecho del autor a
minada forma de ventana, un piso de mármol, etc.)
sean individualmente utilizados de una forma que
que su pensamiento (expresado en la obra)
no presente -por sí misma- originalidad, puede ocu- no sea modificado o desnaturalizado sin un
rrir que sí merezca la nota de originalidad la parti- acto de éste; desde un punto de vista colecti-
cular manera en que uno o más elementos comunes vo, también se afirma que se está protegien-
se combina con los demás elementos. En uno de los do el derecho de la comunidad a que los pro-
pocos casos en que nuestra jurisprudencia se refirió
ductos de la actividad intelectual creativa le
a la originalidad de la obra arquitectónica, el TAC 4
(Larrieux, Turell, Tobía, Sent. N° 65/1999 del 21/ lleguen en su auténtica expresión.10 El de-
07/1999) puntualizó que “cabe exigir, para gozar de recho a la integridad de la obra forma parte
la protección legal, una cierta originalidad a la obra, del elenco de derechos morales básicos que,
que en su materialidad sea reflejo de la actividad
síquica de su autor y comprometa a éste frente a la
sociedad a la cual ofrece el producto de su inteligen- 10
LIPSZYC (Derecho de Autor y Derechos
cia, sin que corresponda atribuir al concepto crea- Conexos, UNESCO-CERLALC-ZAVALIA, 1993. pág.
ción en modo alguno la producción de una obra ex- 168); VALDES OTERO (Derechos de Autor. Régimen
trayéndola de la nada, sino el acrecentamiento del Jurídico Uruguayo, Editorial de la Biblioteca de Pu-
mundo cultural preexistente mediante la incorpo- blicaciones Oficiales de la Facultad de Derecho y
ración de algún elemento propio del autor”. Ciencias Sociales de la Universidad de Montevideo,
9
Art. 6 (inc. 1) LPLA: “Los derechos reconocidos Montevideo, 1953, pág. 168); BUGALLO (Propiedad
en esta ley son independientes de la propiedad del Intelectual, Fundación de Cultura Universitaria,
objeto material en el cual está incorporada la obra”. Montevideo, 2006. pág. 682).
DOCTRINA 25

desde la modificación al Convenio de Berna llas legislaciones que protegen la obra con-
de 1928 en adelante, se encuentra reconoci- tra deformaciones o mutilaciones constata-
do en todos los países que son miembros de bles, condicionada a que se perjudique los
la Unión de Berna. El Convenio establece: intereses legítimos del autor (Alemania), o
“Independientemente de los derechos patri- bien que causen un perjuicio a su honor,14 y
moniales del autor, e incluso después de la (b) aquellas que prohíben todas las modifi-
cesión de estos derechos, el autor conservará caciones no consentidas sin imponer condi-
el derecho de reivindicar la paternidad de la cionamiento alguno.15
obra y de oponerse a cualquier deformación,
mutilación u otra modificación de la misma 2.2. El derecho a la integridad de la
o a cualquier atentado a la misma que cause obra en Uruguay. El caso LATU
perjuicio a su honor o a su reputación”.
Nuestro país pertenece al grupo de legis-
Sobre esta disposición podemos apuntar
laciones que no imponen limitaciones expre-
los siguiente. Primero, la norma consagra
sas, en tanto que consagra el derecho a la
que la protección del derecho moral existe
integridad en términos por demás amplios,
“independientemente de los derechos patri-
y en particular sin condicionamiento alguno
moniales”, y luego añade “incluso después de
respecto de la lesión a los intereses, reputa-
la cesión de estos derechos”, lo que marca que
ción u honor del autor: “Sean cuales fueren
el derecho moral se encuentra ligado a la
los términos del contrato de cesión o enaje-
persona del autor por un vínculo que no se
nación de derechos, el autor tendrá sobre su
rompe como consecuencia del desprendi-
obra las siguientes facultades: (…) 2) El de-
miento de todas las facultades de explota-
recho de vigilar las publicaciones, represen-
ción económica. Si bien esta independencia
taciones, ejecuciones, reproducciones o tra-
puede conducir a que se califique a estos de-
ducciones de la misma, y oponerse a que el
rechos morales como inalienables e irrenun-
título, texto, composición, etc., sean suprimi-
ciables –aspecto que es establecido a texto
dos, supuestos, alterados, etc.” (art 12 de la
expreso en varias legislaciones nacionales–,
LPLA)16.
los comentaristas del Convenio de Berna
Como primera nota, es evidente que no
puntualizan que no es estrictamente nece-
estamos ante un ejemplo de buena técnica
saria dicha calificación para cumplir con la
legislativa; la utilización del término “etc.”
protección acordada en el Convenio.11 Asi-
por partida doble en una misma frase da
mismo, se ha llamado la atención acerca del
cuenta de ello. Dado que en este caso resulta
concepto de “atentado” que utiliza la dispo-
mucho más plausible suponer que el “etc.”
sición, puesto que parece ser deliberadamen-
utilizado no puede haber querido expresar
te amplio, al punto de comprender cualquier
una limitación implícita al alcance del dere-
deformación, mutilación o modificación de la
cho que no figura expresamente en el texto,
materia de la obra, así como también otra
podemos hacer la siguiente lectura: sean cua-
clase de atentados que no afecten la mate-
les fueren los términos del contrato, el autor
ria, pero sí el contexto o el espíritu de la
siempre conservará el derecho a oponerse a
obra.12 Del mismo modo, es destacable la re-
que el título, texto, composición o cualquier
ferencia al perjuicio al honor o reputación
otro aspecto de su obra sea suprimido o de
del autor, como un elemento que forma par-
cualquier otra forma alterado.
te de la calificación del atentado como hecho
Esta disposición ha servido de base para
ilícito. Sobre este último aspecto, Lipszyc cla-
que la doctrina nacional sostenga que el de-
sifica las legislaciones según la forma en que
recho a la integridad de la obra es absoluto e
han establecido el derecho a la integridad en
los siguientes grupos:13 (a) por un lado aque-
14
Entre otros: Brasil, Colombia, España, Holan-
da, Italia, México, Reino Unido, Venezuela.
11
MASOUYE (Guía del Convenio de Berna para 15
Argentina, Canadá, Costa Rica, Francia, Para-
la Protección de las obras literarias y artísticas (Acta guay, Uruguay.
de París, 1971), OMPI, Ginebra, 1978. pág. 47) 16
A esto debe agregarse que el derecho a la inte-
12
MASOUYE (Ob. Cit., 1978, pág. 47). gridad de la obra es calificado legalmente como un
13
LIPSZYC (Ob. Cit., 1993, pág. 169) derecho “personalísimo” del autor (art 19 LPLA).
26 DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA DE DERECHO CIVIL

incondicionado y que únicamente cede ante Escardó, las cuales fueron exhibidas en la
situaciones en que se presenten circunstan- Exposición Espacio Ciencia organizada por
cias que hagan necesario modificar o destruir el Laboratorio Tecnológico del Uruguay
la obra por razones de seguridad. En tal sen- (LATU). Las partes firmaron un contrato
tido se pronuncian Valdes Otero,17 Grompo- mediante el cual el LATU encargó la crea-
ne18 y Bugallo.19 Esta posición es consistente ción de las obras al autor, quien asumió la
con el hecho de que nuestra ley no prevé nin- obligación de realizar el diseño del sistema,
guna excepción al derecho moral de integri- fabricación, creación y construcción, a cam-
dad de la obra. bio de un precio a ser pagado por el LATU.
A primera vista, podría concluirse enton- El autor argumenta que había autorizado al
ces que no puede realizarse ninguna modifi- LATU únicamente la exhibición de sus obras,
cación (y mucho menos una destrucción) de para y durante el evento Espacio Ciencia, por
la obra arquitectónica (asumiendo que está lo que finalizado el mismo, una vez que el
protegida), sin contar con la previa autori- autor lo solicitó, las obras deberían habérsele
zación por escrito del Arquitecto o sus here- devuelto. Pero ello no ocurrió, sino que el
deros. Ahora bien, más allá de la amplitud LATU terminó con ellas “mediante una atroz
con la que está reconocido el derecho moral destrucción física, en tanto que los restos fue-
a la integridad de la obra en el texto de nues- ron tirados entre los escombros”. Un aspecto
tro artículo 12 LPLA, debe estarse adverti- relevante del caso es que el LATU no cues-
do de que el tema no resulta tan sencillo, y tiona que existió un encargo, ni que las es-
menos aún podemos considerarlo resuelto. culturas eran obras originales, ni tampoco
En efecto, cuando nos situamos en un caso cuestiona el hecho de haberlas destruido y
concreto en que se presenta el posible con- tirado a los escombros.
flicto entre el propietario del soporte y el ti- En primera instancia se desestimó la de-
tular del derecho moral a la integridad, la manda. La Jueza entendió que no estaba
jurisprudencia extranjera (sobre todo la dic- acreditada la producción del hecho ilícito, ni
tada hace muchos años o la que proviene de la culpa de la demandada, ni tampoco los
países que no tienen juzgados especializados daños.20 El TAC 6 confirmó la sentencia ape-
en propiedad intelectual) tiende a inclinar-
se a favor del propietario del soporte mate- 20
JLC 22 (Crespo), Sent. N° 18/001 del 15/05/
rial, y soluciona el conflicto barriendo para 2001. Resumen de la sentencia: primero se califica
un costado el derecho moral del autor, que al negocio celebrado como una compraventa que
queda restringido a mera retórica legal. abarca todas las esculturas que comprenden el con-
junto que el autor denominó ZOO Mecanimental.
La jurisprudencia uruguaya reciente, la
Luego se advierte sobre la distinción entre la obra
misma no ha escapado a este fenómeno, tal (corpus mysticum) y el soporte material (corpus
como veremos a continuación al analizar el mechanicum) y puntualiza que no debe confundirse
Caso LATU resuelto en 1998. El caso rele- la enajenación del soporte físico con la cesión de los
vante para nuestro tema porque presenta derechos de explotación de la obra. El autor de la
una buena forma de acercarse al verdadero obra conserva en todo caso los derechos morales so-
bre la misma, aun en caso de cesión de los derechos
alcance y vigencia que tiene el derecho mo-
patrimoniales. Se trata de un derecho inalienable
ral a la integridad en Uruguay. Si bien no se (arts. 3, 9, 10, 11, 12, 13, 19 y 31). Ahora bien, en
trató en este caso de un atentado contra una tanto que incumbe al actor de una acción de respon-
obra arquitectónica (sino de varias escultu- sabilidad extracontractual probar la existencia del
ras), el tratamiento dado por la jurispruden- hecho ilícito atribuido a la demandada y la culpa de
cia en este caso puede perfectamente trasla- ésta, los daños invocados y la relación causal entre
esos daños y el ilícito, entendió la Magistrada que
darse a ésta. la demanda debía ser desestimada al no haberse
El caso refiere a una obra titulada “pro- acreditado la existencia de un hecho ilícito ni la cul-
yecto ZOO Mecanimental”, un conjunto de pa de la demandada. Está acreditado en cambio que
esculturas (18 en total) del autor Daniel ante la ausencia de indicaciones precisas del artis-
ta, se actuó en la emergencia del desmontaje de las
VALDES OTERO (Ob. Cit., 1953, pág. 192).
17 obras con toda la diligencia necesaria para prevenir
GROMPONE (El Derecho de Autor en Uruguay,
18 el daño. Asimismo, se considera que las molestias,
AGADU, Montevideo, 1977, pág. 161). frustraciones o disgustos padecidos por el actor al
19
BUGALLO (Ob. Cit., 2006: pág. 686 y 688). ver sus obras deformadas en el patio del LATU no
DOCTRINA 27

lada.21 Si bien los argumentos fueron en esen- te, cuando se advierte que el conflicto entre
cia los mismos, puede apreciarse un mayor el derecho de propiedad (común) correspon-
énfasis en cuanto a los aspectos relacionados diente el propietario del soporte material y
con el derecho de autor. El TAC 6 postula el derecho moral a la integridad de la obra
abiertamente que el adquirente del ejemplar se plantea en términos similares. Es decir,
único u original de una obra plástica no in- en este caso, al igual que en la obra arqui-
curre en responsabilidad si lo destruye y que, tectónica construida, estamos ante uno de
como criterio general, el enfrentamiento o esos casos de “ejemplar único” de la obra, que
conflicto entre el derecho de propiedad sobre es donde el conflicto que estamos estudian-
el corpus mechanicum y los derechos mora- do se plantea con toda su crudeza.22 Más aún,
les del autor, debe resolverse a favor del pri- cabe considerar que si este fue el criterio del
mero, salvo que el ejercicio del derecho de Tribunal de Apelaciones ante una obra plás-
propiedad por el dueño se haga con imputa- tica “pura”, como es una escultura, en la que
ción errónea de autoría, ya sea adjudicándo- no intervienen en mayor medida los condi-
sela a sí mismo o a un sujeto diverso del au- cionamientos propios de las obras arquitec-
tor, o bien por atribuir al autor una obra di- tónicas (en particular el condicionamiento
versa de la de su autoría. Para ello se invoca que deriva de su funcionalidad), con mayor
tres argumentos: (a) el primero se afinca en decisión todavía hubiera procedido el TAC 6
el sentido común, ya que (sic) “si fuera cierto a amparar la destrucción de una obra de ca-
que el adquirente de cualquier obra plástica rácter funcional, como lo es un edificio ar-
original carece del derecho a transformarla o quitectónico.
destruirla, porque ello implica violar el dere- Desde nuestro humilde punto de vista, el
cho moral a la integridad de la obra, noso- criterio sustentado por el TAC 6 es cuestio-
tros y nuestros sucesores tendríamos, ilimi- nable, al menos en la forma que viene pro-
tadamente, el deber de conservar la obra tal puesto.23 En tal sentido, pueden hacerse las
como fue creada o concebida con cargo de siguientes críticas.
mantener su forma y sustancia. Una joya no Pensamos que el criterio para resolver el
podría der fundida o dividida, un mueble no caso se establece sobre bases erróneas. El
podría ser transformado, un vestido no po- argumento del sentido común parte de la pre-
dría ser remodelado o cortado por su dueña, misa de que cada objeto que hay en el mun-
cualquiera sea la importancia artística o el do y en el cual exista algo de intervención
valor de la obra”; (b) por otro lado, invoca la humana está protegido por un derecho de au-
regla general del art 487 CC, de acuerdo con tor, y como consecuencia de ello, debería con-
el cual el propietario puede destruir el objeto cluirse que un derecho moral generaría para
de su propiedad si le conviene o le parece, todas las personas que tengan trato con los
modificarlo aun para emplearlo y servirse de objetos más cotidianos un impedimento le-
él para cualquier uso, y (c) por último, tam- gal para realizar cualquier acto de adapta-
bién invoca que el derecho de integridad de ción, transformación, fundición o destruc-
la obra refiere únicamente a la obra como ción. Este planteo ataca un enemigo inexis-
objeto inmaterial y no al soporte físico, lo que tente, pues no todo anillo, mueble o vestido
a juicio del TAC 6 emerge sin dificultades de –para referirnos a los ejemplos que pone el
la lectura del art 12 LPLA. Cabe destacar que Tribunal– está protegido por el derecho de
en ambas sentencias se cita en los fundamen-
tos una consulta elaborada por el Dr. Juan
Andrés Ramírez para la parte demandada.
22
Al contrario, si la obra es una obra suscepti-
ble de ser reproducida en múltiples ejemplares sin
Ingresando en el análisis de este caso, lo mayor dificultad, el hecho de que se destruya uno
primero a comentar es que la relevancia para de ellos no plantea mayores problemas. En cambio,
nuestro tema queda en evidencia prontamen- aquí la destrucción de “la cosa” (la escultura, en el
caso) es la destrucción de la obra intelectual.
23
Un comentario crítico de la Sent. del TAC 6
tuvieron la relevancia necesaria para justificar el también puede verse en Barreiro, en ADCU XLIV
acogimiento de la pretensión indemnizatoria. (2014), “El adquirente de una obra o cesionario de
21
TAC 6 (Martínez, Hounie, Chediak, Bossio - derechos autorales ¿Tiene derecho a destruirla?”,
discorde-), Sent. 157/2002. págs. 867 y ss.
28 DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA DE DERECHO CIVIL

autor. De hecho, si tomamos esos ejemplos, gido por la facultad general del art 487 CC.
es casi excepcional que exista un derecho de Luego, cada norma tiene su ámbito: el art
autor sobre tales objetos, e incluso en el caso 12 para lo inmaterial (donde el autor puede
que existiera, el mismo solamente protege- oponerse sin ninguna clase de condiciona-
ría aquella parte del objeto que resulta ori- miento a que alteren o destruyan su obra) y
ginal. En este sentido, la regla es que cuan- el art. 487 CCU para lo material (donde el
to mayor sea la funcionalidad del objeto, dueño de la cosa puede hacer con ella lo que
menor será su originalidad y por consiguien- le plazca). Ahora bien, se trata de un razo-
te la protección por el derecho de autor. Por namiento inadmisible en este caso, pues es-
tanto, comienza con el pie equivocado el Tri- tamos ante una obra plástica de ejemplar
bunal cuando entra a analizar el caso como único, lo que quiere decir que la “obra inma-
si se tratara de combatir la absurda idea que terial” existe puntualmente en el marco de
todas las cosas son inmutables para sus due- ese concreto objeto material y es insepara-
ños. Nadie postula tal dislate. Al contrario, ble del mismo. Por lo tanto, cualquier des-
esta cuestión se presenta únicamente respec- trucción del soporte material implica nece-
to de aquellas “obras” que fueron creadas por sariamente la afectación a la integridad de
una persona y siempre que tal creación inte- la obra como bien inmaterial.24 Luego, de
lectual sea considerada digna de obtener una ninguna manera útil puede resolverse el pro-
protección por el derecho de autor, aspecto blema por el hecho de demarcar cuál es el
que no puede determinarse a priori, sino en ámbito de aplicación de cada derecho (dere-
cada caso concreto. cho real y derecho de autor).
En segundo lugar, es cierto que el artícu- Por último, no queremos dejar de mencio-
lo 487 CC establece un elenco muy amplio nar una valoración de este fallo en un plano
de facultades en cabeza del propietario del de política jurídica. Si admitimos que existe
soporte físico, incluyendo entre ellas la de una dimensión social del derecho que produ-
“cambiar la forma de la cosa, mejorándola o cen los jueces, de servir de guía en la inter-
empeorándola” y la de “destruir enteramen- pretación de los derechos atribuidos legal-
te la cosa, si le conviene o le parece”. Pero no mente, se puede postular que la sentencia del
debe perderse de vista que el artículo siguien- TAC 6 presenta varios aspectos que conside-
te limita dicha amplitud al prever que el ejer- ramos negativos. Vamos a destacar sólo dos.
cicio de las facultades establecidas en el art. Desde un punto de vista instrumental, el cri-
487 queda subordinado a las “prohibiciones terio adoptado resulta extremadamente ce-
de las leyes o reglamentos” (art. 488 CC). Es rrado y sin poros que permitan un ajuste en
plausible entender que una de estas limita- casos especiales, lo que lo hace poco recomen-
ciones o prohibiciones es el derecho a la in- dable, pues si se sigue este criterio no hay
tegridad de la obra establecido en la LPLA obra protegida que pueda salvarse de la ca-
de 1937 y que, como vimos, inviste al autor prichosa decisión del propietario del soporte
del derecho a oponerse a que otros alteren o material dirigida a destruirla, cualquiera sea
supriman su obra. De donde cabe concluir su originalidad o valor artístico, lo que pare-
que el mero hecho de citar el artículo 487 ce a todas luces un exceso. Y en cuanto al
CC no resulta suficiente como para justifi- fondo del asunto, se trata de un criterio que
car el fallo. resuelve el conflicto entre dos derechos igual-
En tercer lugar, no terminamos de ver mente legítimos y reconocidos legalmente por
claro qué servicio presta a la línea de razo-
namiento el argumento basado en que el de- 24
En tal sentido, expresa ANTEQUERA (“Estu-
recho a la integridad recae únicamente so-
dios de Derecho de Autor y Derechos Afines”, Ma-
bre el bien inmaterial y no sobre el bien ma- drid, Reus, 2007, pág. 89) que “la faceta más dra-
terial. Parecería que el punto es el siguien- mática del derecho de integridad está referida a la
te: como el artículo 12 LPLA sólo se refiere – conservación del soporte único que contiene la obra,
según el TAC 6- a la obra entendida como como en las artes plásticas, porque como ha señala-
bien inmaterial, luego debe concluirse que do la Sala 1ª del Tribunal Supremo Español, su
destrucción es el atentado más grave, por irreforma-
nada establece en cuanto a la destrucción del ble, que pueda inferirse al derecho moral de respeto
soporte material, quedando este último re- a la obra”.
DOCTRINA 29

medio de hacer un sacrificio total y absoluto del arquitecto a repudiar la paternidad de la


del interés de uno de los sujetos en pugna, lo obra. En esta tendencia se encuentran las
que plantea la paradoja de un derecho a opo- legislaciones de Brasil, Colombia, Chile, Re-
nerse a la “alteración” de la obra que es insu- pública Dominicana, Honduras y Méjico.
ficiente para oponerse a su destrucción. Si el Resulta interesante en esta línea la senten-
autor de una obra (una escultura, un cuadro, cia C-871 del año 2010 dictada por la Corte
un manuscrito) tiene un derecho moral a opo- Constitucional colombiana en la que, preci-
nerse a cualquier alteración de su obra, pero samente, se analizó la constitucionalidad de
no puede en ningún caso ejercer ese derecho la disposición que autoriza al propietario a
contra el propietario del soporte material que realizar modificaciones al edificio que actúa
contiene la misma (el cuadro, la escultura, el como soporte de una obra arquitectónica; en
manuscrito), que es –de regla– quien podría esa ocasión, y entre otras consideraciones
jurídicamente llevar a cabo cualquier acto de interesantes, la Corte Constitucional expre-
alteración o supresión, debería concluirse que só que la obra arquitectónica presenta una
entonces no existe tal derecho a la integri- particularidad en cuando al reconocimiento
dad de la obra, lo que resultaría una conclu- de derechos de autor, pues “impedirle al pro-
sión absurda frente a los textos de derecho pietario modificar la edificación de su pro-
positivo que tenemos. piedad significa suprimirle uno de los atri-
butos esenciales de su derecho de dominio o
3. El conflicto entre el arquitecto y el propiedad, a través del cual se pueden regu-
propietario del soporte material en larmente satisfacer derechos fundamentales
el derecho comparado o eventualmente derechos colectivos”.25
Una tercera variante dentro de esta mis-
La necesidad de cambio que experimen-
ma posición se configura en aquellos casos
tan con cierta frecuencia los propietarios del
en que se condiciona la licitud de las modifi-
soporte material en el que se apoyan las obras
caciones al supuesto de que las mismas re-
arquitectónicas ha originado que en muchas
sulten “necesarias”, tal como ocurre con la
legislaciones se haya considerado con espe-
legislación de Paraguay, Venezuela, El Sal-
cial cautela el alcance del derecho moral a la
vador, Panamá, Perú y Ecuador. La legisla-
integridad para este tipo de obras. Básica-
ción italiana presenta un caso especial den-
mente, podemos hacer una primera clasifi-
tro de esta corriente, puesto que si bien men-
cación entre los países que tienen una solu-
ciona expresamente que debe existir una “ne-
ción expresa al respecto y la de aquellos que
cesidad” de las obras, se trata de una norma
no la tienen. Luego, tenemos algunas sub-
cuya interpretación ha generado problemas.26
divisiones dentro de cada uno de estos dos
grandes conjuntos.
25
Sentencia de la Corte Constitucional de Co-
3.1. Países que tienen una norma lombia C-871 de 4 de noviembre de 2010, interven-
expresa ción de la Dirección Nacional de Derecho de Autor:
“El planteado conflicto de derechos de intereses, que
Los países que han dedicado una disposi- por regla general se soluciona a favor del derecho
ción legislativa a solucionar este conflicto patrimonial de autor (derecho patrimonial de trans-
han avanzado, con matices, en el sentido de formación), tiene una excepción en el caso del pro-
admitir ampliamente la realización de mo- pietario del ejemplar de la obra arquitectónica, pues
dificaciones por parte del propietario del so- en este caso el conflicto se resuelve a favor del pro-
porte, sin necesidad de obtener el consenti- pietario del inmueble.”. Para un comentario de esta
Sentencia ver RIOS, “La obra de arquitectura y los
miento del arquitecto. En este sentido de to- proyectos arquitectónicos y su protección en la legis-
tal amplitud podemos citar las legislaciones lación sobre derecho de autor. Comentarios a la Sen-
de Estados Unidos y Suiza. tencia de Constitucionalidad C - 871-2010 sobre la
Un matiz respecto de la posición anterior exequidad del artículo 43 de la Ley de 1982”, en
podemos encontrarlo en aquellas legislacio- Revista La Propiedad Inmaterial, N° 15 (Noviem-
bre) de 2011, págs. 143 y ss..
nes que reconocen una facultad irrestricta 26
UBERTAZZI (Dir) (Comentario breve alle leggi
del propietario a modificar la obra, pero que, su Proprietá Intelettuale e concorrenza, 4ª Edizione,
al mismo tiempo, dejan a salvo a facultad CEDAM, Milano, 2007, pág. 108). PIOLA CASELLI,
30 DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA DE DERECHO CIVIL

En cuanto a qué modificaciones deben consi- (arquitecto) no tiene un derecho a oponerse


derarse “necesarias”, se ha sostenido en la a cualquier modificación, sino únicamente a
doctrina mayoritaria una noción restringida aquéllas que resulten perjudiciales a sus le-
(como necesidad que sea objetivamente im- gítimos intereses. La doctrina y la jurispru-
puesta por razones técnicas, urbanísticas, dencia española se muestra partidaria de
ambientales o legales), mientras que la ju- formular criterios que permitan hacer un
risprudencia ha utilizado una noción más balance entre los intereses del propietario del
amplia (que incluye la necesidad de carácter soporte y los intereses el autor.29 Marín ha
económico).27 Parece claro que si una mera publicado un extenso e interesante estudio
necesidad económica resulta suficiente (tal sobre este balance, ofreciendo un conjunto
como lo ha entendido la jurisprudencia ita- de criterios prácticos que extrae de la juris-
liana), luego esta legislación es más afín al prudencia30. Destacamos los siguientes cri-
grupo de legislaciones que admiten que el terios ofrecidos por Marín:
propietario del edificio realice libremente - Deber de conservación: la doctrina y ju-
cualquier modificación o destrucción, pues es risprudencia española acepta pacífica-
probable que las mismas obedezcan, como mente que no existe un deber de restau-
mínimo, a alguna necesidad económica. rar, conservar o mantener la obra arqui-
tectónica por parte del propietario a efec-
3.2. Países que no tienen una norma tos de que la integridad no se vea afecta-
expresa. Análisis del caso de da, con la única excepción relativa a las
España y Francia. normas sobre patrimonio histórico.
- Dolo o culpa grave del propietario: el pro-
La exposición completa de las posibles
pietario del soporte material únicamente
soluciones que se han dado o ensayado para
este conflicto en los países que carecen de
una norma expresa podría ser sumamente
dir. por MANUEL ALBALADEJO y DÍAZ ALABART,
extensa. Por eso vamos a limitarnos a dos
Tomo V, Vol. 4-A, Madrid, 1994, págs 325-326; MAR-
casos que guardan cierta cercanía con la cul- TÍNEZ, “Comentario al art 14 LPI”, en Comentarios
tura jurídica de nuestro país, como es el caso a la Ley de Propiedad Intelectual, Rodrigo Bercovitz-
de España y Francia. Cano (Coordinador), Tercera Edición, TECNOS, Ma-
En España este tema ha tenido un am- drid, 2007, págs. 223-224; BECOVITZ (Los derechos
plio desarrollo. Lo primero que debe tenerse de Propiedad intelectual sobre las obras arquitectó-
nicas, Dictamen para el Consejo Superior de los Co-
en mente es que la ley requiere que el aten- legios de Arquitectos de España (versión web), s/f,
tado contra la integridad de la obra “supon- N° 67).
ga perjuicio a sus legítimos intereses o me- 29
Entre las sentencias específicas sobre este tema
noscabo de su reputación”, expresión que ha puede citarse: Audiencia Provincial de Guadalajara
generado diversos puntos de vista, pero que en su Sentencia del 13 de octubre de 2004 y la Sen-
tencia 371/2013 de 18 de enero de 2013 del Tribunal
nadie ha discutido que se trata de un requi-
Supremo. Esta última razona que en caso de discor-
sito sin el cual no existe una modificación dancia entre el autor y el dueño del soporte material
ilícita a la obra.28 De manera que el autor de la obra no cabe imponer a este último “sacrificios
desproporcionados susceptibles de ser encuadrados
en el abuso que nuestro sistema repudia” (artículo 7
“Codice del Diritto Di Autore”, UTET, Torino, 1943, el Código Civil).
pág. 336. 30
MARIN (El conflicto entre el Derecho Moral del
27
UBERTAZZI (Ob. Cit., 2007, pág. 108); PIOLLA autor plástico y el Derecho de Propiedad sobre la Obra,
CASELLI - ARIENZO- BILE, “Diritti D’Autore”, en Ed. Aranzadi, Pamplona, 2006 (versión web obteni-
Novissimo Digesto Italiano (Diretto Da Antonio Azara da de westlaw.es, BIB/1382), pág. 95). El punto de
e Ernesto Eula), tomo V, UTET, pág. 696. vista de MARIN, has sido compartido por MARTÍ-
28
CAFFARENA, “Comentario al art 14 LPI”, en NEZ (Ob. Cit., 2007, págs. 225-227). Debe tenerse
Comentarios a la Ley de Propiedad Intelectual, presente que MARIN separa por un lado los criterios
Rodrigo Bercovitz-Cano (Coordinador), Primera Edi- aplicables a las obras plásticas en general (MARIN,
ción, TECNOS, Madrid, 1989, pags. 280-281; ESPIN, Ob. Cit., 2006, págs. 97 a 103) y luego los criterios
“Las facultades del derecho moral de los autores y aplicables cuando este conflicto refiere específicamen-
artistas”, Cuadernos Civitas, Civitas, Madrid, 1991, te a obras arquitectónicas (MARIN, Ob. Cit., 2006,
pág. 91; RAMS, “Comentario al artículo 14 LPI”, en págs. 105- 109). Por razones de espacio nos referire-
Comentarios al Código Civil y Compilaciones Forales, mos a todos los criterios en forma indistinta
DOCTRINA 31

responde en caso que el atentado a la in- - Fines perseguidos: de la mano con lo an-
tegridad de la obra se haya producido a terior, los fines perseguidos con la modi-
causa de su actuar doloso o gravemente ficación pueden tener relevancia, pues no
negligente. parece que justifique de igual modo el
- La intensidad de la modificación: confi- atentado contra una obra intelectual que
guran casos de atentado contra la inte- se realiza con una finalidad meramente
gridad la adición de elementos ausentes estética o lúdica, que aquél que se realiza
en el original, la reproducción incorrecta con fines más serios.
de la obra, o bien la destrucción de uno
Un caso paradigmático en cuanto a la pro-
de sus elementos, lo mismo que la frag-
tección del derecho moral a la integridad de
mentación de la obra en dos o más par-
la obra arquitectónica en España fue el caso
tes. Otras intervenciones de menor inten-
relativo al puente Zubi Zuri creado por
sidad no resultan idóneas para afectar el
Calatrava en Bilbao y que fue resuelto en
derecho moral del autor.
forma definitiva por la Audiencia Provincial
- El grado de originalidad de la obra: la
de Vizcaya en el año 2009, por la que se re-
protección de la integridad de la obra será
vocó la Sentencia dictada en primera instan-
directamente proporcional a su grado de
cia en el año 2007.31 El puente en cuestión
originalidad: a mayor originalidad, ma-
fue creado por el reconocido arquitecto San-
yor protección. Aquellos aspectos de la
tiago Calatrava por encargo del Ayuntamien-
obra que no sean originales pueden ser
to de Bilbao para ser construido entre los
libremente modificados, en tanto que so-
márgenes del Río Nervión de Bilbao; en for-
bre ellos no recae ninguna protección por
ma posterior a su culminación, el Ayunta-
el derecho de autor.
miento encargó a un tercero la construcción
- Carácter utilitario: las obras arquitectó-
de una pasarela que uniera el puente con las
nicas pueden ser más o menos utilitarias,
dos torres Isozaki Atea.32 En primera instan-
siendo mayor la facultad de modificación
cia, el Juzgado Mercantil desestimó la de-
de la obra en el primer caso que en el se-
manda, no obstante reconocer que existió un
gundo.
atentado contra la integridad del Zubi Zuri,
- El ofrecimiento al autor: se entiende que
amparándose en que dicho atentado no ge-
en aquellos casos en que la obra a ser
neró un perjuicio para la “reputación” o los
modificada haya sido creada por encar-
“legítimos intereses” de Calatrava, en tanto
go, resulta un derivado del deber de ac-
que estaba en juego el interés general de los
tuar de buena fe que el propietario ofrez-
transeúntes, de tipo colectivo, en utilizar la
ca al mismo autor (siempre que esté vivo
referida pasarela para acceder al puente. La
y sea razonablemente posible ubicarlo) el
Audiencia Provincial de Vizcaya revocó la
diseño y/o ejecución de cualquier modifi-
sentencia de primera instancia y condenó al
cación o restauración sobre la obra, ofre-
Ayuntamiento a abonar una indemnización
ciéndole unos honorarios no superiores a
de 30.000 Euros, pero estableció que dicha
los habituales en el mercado. Si ofrecida
la modificación, el autor la rehúsa o no 31
AP Vizcaya, Sent. N° 187/2009 del 10 de marzo
contesta, cualquier pretensión posterior de 2009. Para un comentario de las sentencias dicta-
suya basada en la violación de la integri- das en ambas instancias ver: CASAS, “Obra arqui-
dad se verá seriamente debilitada. tectónica y derecho de autor - El caso Calatrava”, en
- Condicionantes urbanísticos: el autor no página web del Instituto Interamericano de Derecho
puede cuestionar las modificaciones de la de Autor, Doctrina del año 2008: http://www.iidautor.
org/documents/doctrina /2008/08 febrero_casas_
obra que tengan como causa inmediata y
valles.pdf, y CASAS, “El caso Calatrava o Zubi Zuri
directa la ejecución de un plan urbanísti- ¿Una victoria pírrica en apelación?”, en página web
co o una orden administrativa fundada en del Instituto Interamericano de Derecho de Autor,
un plan o en una norma de esa naturale- Doctrina del año 2009: http://iidautor.org/documents/
za, puesto que el propietario está en la doctrina/2009/09_abril _casas_valles.pdf.
obligación de respetar dicha orden aun-
32
Ver narración completa de los hechos en
MARIN (“En los tribunales: Tender puentes entre
que su ejecución suponga una alteración los derechos morales y la utilidad pública”, en Re-
de la obra arquitectónica. vista de la OMPI, Feb/2008, Ed. Web).
32 DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA DE DERECHO CIVIL

pasarela debía permanecer. En su condena 3.3. Los Principios WA de la OMPI –


la Audiencia Provincial destacó el hecho de UNESCO
que el Ayuntamiento, pudiendo encargar el
Los Principios WA contienen un estándar
diseño de la pasarela a Calatrava (lo que
útil en la medida en que vienen a ser la ex-
aseguraba la no afectación de la integridad),
presión de las doctrinas más recibidas sobre
rehusó hacerlo en forma injustificada.
ciertos aspectos del derecho de autor sobre
En Francia, la Corte de Casación ha to-
la obra de arquitectura, al menos a nivel in-
mado el mismo punto de partida al estable-
ternacional38. De conformidad con el Princi-
cer que es necesario encontrar el punto de
pio WA 4, el autor de una obra de arquitec-
equilibrio entre los intereses de ambas par-
tura debería disfrutar del derecho exclusivo
tes en conflicto.33 En particular, la Corte de
de autorizar modificaciones realizadas en su
Casación ha orientado la jurisprudencia en
obra, salvo cuando el tipo de modificaciones
el sentido de rechazar que se considere que
presente una gran importancia para el pro-
el autor tiene una suerte de derecho a la in-
pietario del edificio u otra construcción si-
tangibilidad de la obra arquitectónica o un
milar y que no resulte una deformación,
derecho a mantenerla indefinidamente, 34
mutilación u otra modificación que sería per-
entendiendo que el propietario debe poder
judicial para el honor o la reputación del
demostrar que la modificación o demolición
autor de la obra de arquitectura. Este prin-
obedecieron a fuerza mayor o a imperativos
cipio viene a dejar a salvo la posibilidad de
legítimos.35 En tal sentido se ha admitido la
llevar a cabo modificaciones importantes
legitimidad de modificar la estructura de un
siempre que las mismas “presenten gran
centro comercial con la finalidad de moderni-
importancia” para el propietario y no “per-
zarlo o adaptarlo a las nuevas necesidades,36
judiquen el honor o la reputación del autor”.
así como también se ha reconocido la posibi-
Tal como ocurre por lo general con los docu-
lidad de destruir la obra siempre que la de-
mentos sujetos a un amplio consenso, el len-
cisión no sea realizada de manera brutal y
guaje de los Principios WA que ponemos en-
procurando una conciliación con el autor.37
tre comillas presenta una particular vague-
dad. Tal vez, el aspecto más dudoso es si den-
33
LUCAS - LUCAS (Traité de la propriété tro del concepto “gran importancia” quedan
littéraire et artistique, 3ª Ed. Litec, 2006, pág 381); incluidas modificaciones que sean necesarias
POLLAUD -DULIAN, “Le Droit D’ Auteur”, Ed. por razones prácticas o técnicas.
Economica, Paris, 2005, pág. 433).
34
POLLAUD - DULIAN (Ob. Cit., 2005, pág. 434).
35
POLLAUD - DULIAN (Ob. Cit., 2005, pág. 434). troisième et quatrième moyens, l’arrêt est légalement
36
Cour de Cassation, 1re Civ., 7 Janv. 1992, RIDA justifié”. Ver comentario en LUCAS - LUCAS (Ob.
2/1992: “la vocation utilitaire du bâtiment commandé Cit., 2007, pág 381); POLLAUD -DULIAN (Ob. Cit.,
à un architecte interdit à celui-ci de prétendre imposer 2005, pág. 434-435).
une intangibilité absolue de son oeuvre, à laquelle son 37
LUCAS LUCAS (Ob. Cit., 2007, pág. 381).
propriétaire est en droit d’apporter des modifications 38
Como PRINCIPIOS WA se denomina a un con-
lorsque se révèle la nécessité de l’adapter à des besoins junto de principios relativos a la protección de las
nouveaux; qu’il appartient néanmoins à l’autorité obras de arquitectura por el derecho de autor que se
judiciaire d’apprécier si ces altérations de l’oeuvre asentaron en un documento que recoge las bases pre-
architecturale sont légitimées, eu égard à leur nature paratorias de una reunión de expertos de las máxi-
et à leur importance, par les circonstances qui ont mas organizaciones internacionales en materia de
contraint le propriétaire à y procéder; Attendu qu’en derechos de autor, la Organización Mundial de la
l’espèce, ayant souverainement relevé, d’une part, que Propiedad Intelectual (OMPI), y la (UNESCO), titu-
la situation commerciale de la société Bull avait rendu lada Conferencia Conjunta en el marco de la OMPI -
indispensables et urgents les travaux incriminés, et, UNESCO sobre protección de las obras arquitectóni-
d’autre part, que la création des deux salles nouvelles cas, y que tuvo lugar en Ginebra, entre el 20 y 22 de
était «aussi peu perceptible que possible «et préservait Octubre de 1986. Dichos principios y los comentarios
notamment la vue sur l’extérieur, la cour d’appel, te- a los mismos introducidos por las delegaciones que
nue d’établir un équilibre entre les prérogatives du asistieron se publicaron como: “OMPI-UNESCO,
droit d’auteur et celles du droit de propriété, a pu Works of Architecture. Preparatory Document for and
estimer que ces travaux ne portaient pas une atteinte Report of the WIPO/Unesco Committee of
suffisamment grave à l’oeuvre de M. X... pour justifier Governmental Experts (Geneva, October 20-22,
la condamnation sollicitée ; que par ces motifs, qui 1986)”, en la Revista “Copyright” de la OMPI, N°
écartent implicitement les griefs formulés par les Diciembre, 1986, págs 403 y ss.
DOCTRINA 33

Por su lado, el Principio WA 6 establece un criterio de necesidad (ejemplo, ruina, mal


que el autor de una obra de arquitectura o estado, etc.); en este sentido se pronunció
de una obra relativa a la arquitectura debe- Grompone,40 Bugallo41 y Fernández Balleste-
ría tener el derecho de prohibir toda defor- ros.42 En cambio, no se admite la posibilidad
mación, mutilación u otra modificación de de destruir la obra, salvo por razones de ne-
esta obra o todo atentado a la misma que cesidad.43 Tal como vimos respecto de la le-
resulte perjudicial para su autor o para su gislación italiana, este condicionamiento a la
reputación. También dispone que si cual- “necesidad” tiene dudoso valor desde el pun-
quier modificación o atentado de la clase del to de vista de la protección si el caso es que el
párrafo anterior tiene lugar sin que el autor mismo se entiende satisfecho cuando existe
tuviese conocimiento o a pesar de su prohi- una necesidad de tipo económico.
bición, la persona responsable de tal modifi- En lo que refiere a la jurisprudencia, no
cación o acción debería estar obligada a res- hay casos específicos que refieran al derecho
tablecerla a su estado anterior o a pagar los a la integridad de la obra arquitectónica, sin
daños y perjuicios, según las circunstancias. perjuicio de que tenemos el Caso LATU al que
Cuando su obra ha sido modificada sin su ya nos hemos referido Supra. Como vimos, el
consentimiento, el autor de una obra de ar- criterio seguido por el TAC 6 nos dejó un sa-
quitectura debería tener el derecho de pro- bor amargo en cuanto a la forma de plantear
hibir la asociación de su nombre a su obra. el equilibrio de los intereses en juego.
Fernández Ballesteros ha postulado que
4. Análisis de la cuestión en el ante la falta de normas expresas en Uruguay
derecho uruguayo respecto de este conflicto, deben aplicarse los
criterios brindados por Marín en España,44
Como ya expresamos, nuestro país perte-
postura que nos parece plenamente compar-
nece a la categoría de legislaciones en que
tible. Sin embargo, resulta conveniente ha-
no existe una solución expresa para el con-
cer la siguiente puntualización: por las razo-
flicto entre propietario y arquitecto, de don-
nes vistas más arriba, entendemos que la
de resultan relevantes los criterios que vie-
originalidad de una obra arquitectónica debe
nen de mencionarse.
ser juzgada con cierta severidad. Esta tesi-
En cuanto a la doctrina uruguaya, pue-
tura en buena medida descomprime la poten-
den apreciarse dos tendencias que están ali-
cialidad de conflicto en materia de violacio-
neadas con la doctrina extranjera antes cita-
da. Por una posición minoritaria, represen-
tada por Sánchez Fontáns, debe entenderse 40
GROMPONE (Ob. Cit., 1977: pág 51) se mani-
que existen amplias facultades para el pro- fiesta conforme con la solución establecida en el
pietario de modificar la obra arquitectónica Arancel del Colegio de Arquitectos de que el Arqui-
según su conveniencia, aunque considera que tecto pueda pedir que se borre su nombre si la obra
fuera desnaturalizada por el propietario u otras per-
en tal caso el arquitecto podrá solicitar que
sonas. Más adelante (pág 160) dice que el dueño del
se borre su nombre de la fachada de la obra.39 soporte material carece de derecho a modificar o
La posición mayoritaria sostiene que es posi- destruir la obra, aunque reconoce que en ciertos ca-
ble que el propietario del soporte pueda rea- sos especialísimos puede admitirse esa destrucción,
lizar determinadas modificaciones, sujeto a como por ejemplo un mural pintado en una pared,
si el edificio tuviere que ser demolido o reconstrui-
do. Finalmente, califica como “abusivo” (pág 161) el
39
SÁNCHEZ FONTÁNS (El Contrato de Cons- comportamiento del arquitecto que se oponga a co-
trucción, Biblioteca de Publicaciones Oficiales de la rrecciones de errores evidentes o la introducción de
Facultad de Derecho, Montevideo, 1953. Nº [51]): “El variantes simples y no fundamentales que vengan
derecho de autor del arquitecto no impide que el pro- impuestras por las necesidades de construcción.
pietario del edificio introduzca modificaciones que 41
BUGALLO (Ob. Cit., 2014, págs. 29-32)
considere convenientes. Se trata de una consecuen- 42
FERÁNDEZ BALLESTEROS (El Derecho de
cia rigurosa del derecho de propiedad, impuesta por autor en la obra arquitectónica, Revista En Obra, Año
la especial naturaleza de la obra arquitectónica (…) 15, Nº 126 (Set. - Oct), págs.. 87-90).
pero en el caso que tales modificaciones o alteracio- 43
Ver GROMPONE, BUGALLO, FERNÁNDEZ
nes desnaturalicen la obra, debe reconocerse al ar- BALLESTEROS ob y lug. Ult. Cit.
quitecto el derecho a exigir que se borre su nombre 44
FERNÁNDEZ BALLESTEROS (Ob. Cit.,
de la fachada”. 2010, págs. 87-88).
34 DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA DE DERECHO CIVIL

nes al derecho a la integridad de la obra. Este ca que presenta un carácter original, y siem-
conflicto únicamente puede plantearse en pre que la parte a modificar / destruir afecte
aquellos casos en que el propietario quiere sustancialmente esa originalidad.
modificar o destruir una obra arquitectóni-

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