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DOCTRINA Y
JURISPRUDENCIA
DE DERECHO CIVIL
PUBLICADA POR
DIRECTORES
DOCTRINA
JORGE GAMARRA - JUAN BLENGIO - CARLOS DE CORES
JAIME BERDAGUER - GERARDO CAFFERA - LUIS LARRAÑAGA
JURISPRUDENCIA SISTEMATIZADA
GERARDO CAFFERA
TALLER DE JURISPRUDENCIA
JUAN BLENGIO
PANORAMA DE LA JURISPRUDENCIA
BEATRIZ VENTURINI
SECRETARIO DE REDACCIÓN
ELÍAS MANTERO MAURI
FUNDADORES
JAIME BERDAGUER
JAVIER BERDAGUER MOSCA
JUAN BLENGIO
CARLOS BORDOLI
GERARDO CAFFERA
CARLOS DE CORES
GABRIEL FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
JORGE GAMARRA
JORGE LUIS GAMARRA
RAÚL GAMARRA SANTA CRUZ
LUIS LARRAÑAGA
ELÍAS MANTERO MAURI
TERESA MARTORELLI
BEATRIZ VENTURINI
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DOCTRINA 23
EL DERECHO A LA INTEGRIDAD
DE LA OBRA ARQUITECTÓNICA
POR
cia, siendo este un elemento que incide en la ción de un derecho sobre la obra intelectual.
manera en que debe juzgarse su originalidad, De ahí que el comitente, lo mismo que cual-
y por ende, el alcance de su protección bajo el quier adquirente de la propiedad del inmue-
derecho de autor.8 Por lo tanto, los conflictos ble (edificio o unidad de propiedad horizon-
que tengan por objeto un edificio solo tienen tal), es propietario del soporte material, pero
relevancia para el derecho de autor si esta- no tiene ninguna facultad (patrimonial o
mos ante una obra protegida (que reviste ori- moral) sobre la obra arquitectónica.
ginalidad), y únicamente respecto de la par-
te que se considere original. En todo lo de- 2. Breve referencia al derecho moral
más, no hay protección por el derecho de au- a la integridad de la obra
tor. Tercero: los derechos sobre el soporte fí-
2.1. El derecho a la integridad en el
sico (edificio) son completamente indepen-
Convenio de Berna
dientes de la titularidad de la obra intelec-
tual,9 de donde la titularidad de un derecho El Convenio de Berna es una buena refe-
de propiedad plena sobre el soporte, de nin- rencia para comenzar nuestro análisis. Se
guna manera supone, ni asegura, la adquisi- trata del primer convenio en materia de de-
rechos de autor que logró establecerse en for-
ma generalizada, encontrándose vigente (por
8
El diseño tiene que adaptarse a la función que
va a desempeñar ese edificio, así como a las solucio-
vía de la referencia al mismo bajo el Acuerdo
nes técnicas disponibles, los requerimientos del ADPIC de la OMC) en la mayoría de los paí-
cliente (comitente), la normativa urbanística apli- ses del mundo. Su contenido es considerado
cable, etc. Por otro lado, para realizar su creación el como la protección mínima que todos los paí-
arquitecto dispone de un determinado “vocabulario” ses se obligaron a darle a las obras intelec-
impuesto y ese vocabulario está formado por elemen-
tuales. Se trata del mínimo común entendi-
tos que integran el caudal común del gremio y que
no pueden ser apropiados por ningún arquitecto en miento al que llegaron las sociedades civili-
singular. Así, la creatividad de una obra arquitectó- zadas sobre la protección del derecho de au-
nica rara vez consiste en un diseño completamente tor.
original, pues el diseño de un edificio no emerge de En lo que refiere al derecho a la integri-
la pura imaginación del arquitecto, sino que éste nor- dad, varios comentaristas del Convenio de
malmente toma elementos prestados de varias fuen-
Berna destacan que se trata de una facultad
tes y los combina en un contexto específico. Ver
WINICK, Copyright Protection for Architecture After que tiene como fundamento la protección de
the Architectural Works Copyright Protection Act of la personalidad del autor que se manifiesta
1990. Duke Law Journal, 41(6), pág. 1604). Ahora en la obra. Más específicamente, desde un
bien, incluso cuando los elementos que pertenecen punto de vista individual, se considera que
al vocabulario del arquitecto (un arco, una deter- este derecho protege el derecho del autor a
minada forma de ventana, un piso de mármol, etc.)
sean individualmente utilizados de una forma que
que su pensamiento (expresado en la obra)
no presente -por sí misma- originalidad, puede ocu- no sea modificado o desnaturalizado sin un
rrir que sí merezca la nota de originalidad la parti- acto de éste; desde un punto de vista colecti-
cular manera en que uno o más elementos comunes vo, también se afirma que se está protegien-
se combina con los demás elementos. En uno de los do el derecho de la comunidad a que los pro-
pocos casos en que nuestra jurisprudencia se refirió
ductos de la actividad intelectual creativa le
a la originalidad de la obra arquitectónica, el TAC 4
(Larrieux, Turell, Tobía, Sent. N° 65/1999 del 21/ lleguen en su auténtica expresión.10 El de-
07/1999) puntualizó que “cabe exigir, para gozar de recho a la integridad de la obra forma parte
la protección legal, una cierta originalidad a la obra, del elenco de derechos morales básicos que,
que en su materialidad sea reflejo de la actividad
síquica de su autor y comprometa a éste frente a la
sociedad a la cual ofrece el producto de su inteligen- 10
LIPSZYC (Derecho de Autor y Derechos
cia, sin que corresponda atribuir al concepto crea- Conexos, UNESCO-CERLALC-ZAVALIA, 1993. pág.
ción en modo alguno la producción de una obra ex- 168); VALDES OTERO (Derechos de Autor. Régimen
trayéndola de la nada, sino el acrecentamiento del Jurídico Uruguayo, Editorial de la Biblioteca de Pu-
mundo cultural preexistente mediante la incorpo- blicaciones Oficiales de la Facultad de Derecho y
ración de algún elemento propio del autor”. Ciencias Sociales de la Universidad de Montevideo,
9
Art. 6 (inc. 1) LPLA: “Los derechos reconocidos Montevideo, 1953, pág. 168); BUGALLO (Propiedad
en esta ley son independientes de la propiedad del Intelectual, Fundación de Cultura Universitaria,
objeto material en el cual está incorporada la obra”. Montevideo, 2006. pág. 682).
DOCTRINA 25
desde la modificación al Convenio de Berna llas legislaciones que protegen la obra con-
de 1928 en adelante, se encuentra reconoci- tra deformaciones o mutilaciones constata-
do en todos los países que son miembros de bles, condicionada a que se perjudique los
la Unión de Berna. El Convenio establece: intereses legítimos del autor (Alemania), o
“Independientemente de los derechos patri- bien que causen un perjuicio a su honor,14 y
moniales del autor, e incluso después de la (b) aquellas que prohíben todas las modifi-
cesión de estos derechos, el autor conservará caciones no consentidas sin imponer condi-
el derecho de reivindicar la paternidad de la cionamiento alguno.15
obra y de oponerse a cualquier deformación,
mutilación u otra modificación de la misma 2.2. El derecho a la integridad de la
o a cualquier atentado a la misma que cause obra en Uruguay. El caso LATU
perjuicio a su honor o a su reputación”.
Nuestro país pertenece al grupo de legis-
Sobre esta disposición podemos apuntar
laciones que no imponen limitaciones expre-
los siguiente. Primero, la norma consagra
sas, en tanto que consagra el derecho a la
que la protección del derecho moral existe
integridad en términos por demás amplios,
“independientemente de los derechos patri-
y en particular sin condicionamiento alguno
moniales”, y luego añade “incluso después de
respecto de la lesión a los intereses, reputa-
la cesión de estos derechos”, lo que marca que
ción u honor del autor: “Sean cuales fueren
el derecho moral se encuentra ligado a la
los términos del contrato de cesión o enaje-
persona del autor por un vínculo que no se
nación de derechos, el autor tendrá sobre su
rompe como consecuencia del desprendi-
obra las siguientes facultades: (…) 2) El de-
miento de todas las facultades de explota-
recho de vigilar las publicaciones, represen-
ción económica. Si bien esta independencia
taciones, ejecuciones, reproducciones o tra-
puede conducir a que se califique a estos de-
ducciones de la misma, y oponerse a que el
rechos morales como inalienables e irrenun-
título, texto, composición, etc., sean suprimi-
ciables –aspecto que es establecido a texto
dos, supuestos, alterados, etc.” (art 12 de la
expreso en varias legislaciones nacionales–,
LPLA)16.
los comentaristas del Convenio de Berna
Como primera nota, es evidente que no
puntualizan que no es estrictamente nece-
estamos ante un ejemplo de buena técnica
saria dicha calificación para cumplir con la
legislativa; la utilización del término “etc.”
protección acordada en el Convenio.11 Asi-
por partida doble en una misma frase da
mismo, se ha llamado la atención acerca del
cuenta de ello. Dado que en este caso resulta
concepto de “atentado” que utiliza la dispo-
mucho más plausible suponer que el “etc.”
sición, puesto que parece ser deliberadamen-
utilizado no puede haber querido expresar
te amplio, al punto de comprender cualquier
una limitación implícita al alcance del dere-
deformación, mutilación o modificación de la
cho que no figura expresamente en el texto,
materia de la obra, así como también otra
podemos hacer la siguiente lectura: sean cua-
clase de atentados que no afecten la mate-
les fueren los términos del contrato, el autor
ria, pero sí el contexto o el espíritu de la
siempre conservará el derecho a oponerse a
obra.12 Del mismo modo, es destacable la re-
que el título, texto, composición o cualquier
ferencia al perjuicio al honor o reputación
otro aspecto de su obra sea suprimido o de
del autor, como un elemento que forma par-
cualquier otra forma alterado.
te de la calificación del atentado como hecho
Esta disposición ha servido de base para
ilícito. Sobre este último aspecto, Lipszyc cla-
que la doctrina nacional sostenga que el de-
sifica las legislaciones según la forma en que
recho a la integridad de la obra es absoluto e
han establecido el derecho a la integridad en
los siguientes grupos:13 (a) por un lado aque-
14
Entre otros: Brasil, Colombia, España, Holan-
da, Italia, México, Reino Unido, Venezuela.
11
MASOUYE (Guía del Convenio de Berna para 15
Argentina, Canadá, Costa Rica, Francia, Para-
la Protección de las obras literarias y artísticas (Acta guay, Uruguay.
de París, 1971), OMPI, Ginebra, 1978. pág. 47) 16
A esto debe agregarse que el derecho a la inte-
12
MASOUYE (Ob. Cit., 1978, pág. 47). gridad de la obra es calificado legalmente como un
13
LIPSZYC (Ob. Cit., 1993, pág. 169) derecho “personalísimo” del autor (art 19 LPLA).
26 DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA DE DERECHO CIVIL
incondicionado y que únicamente cede ante Escardó, las cuales fueron exhibidas en la
situaciones en que se presenten circunstan- Exposición Espacio Ciencia organizada por
cias que hagan necesario modificar o destruir el Laboratorio Tecnológico del Uruguay
la obra por razones de seguridad. En tal sen- (LATU). Las partes firmaron un contrato
tido se pronuncian Valdes Otero,17 Grompo- mediante el cual el LATU encargó la crea-
ne18 y Bugallo.19 Esta posición es consistente ción de las obras al autor, quien asumió la
con el hecho de que nuestra ley no prevé nin- obligación de realizar el diseño del sistema,
guna excepción al derecho moral de integri- fabricación, creación y construcción, a cam-
dad de la obra. bio de un precio a ser pagado por el LATU.
A primera vista, podría concluirse enton- El autor argumenta que había autorizado al
ces que no puede realizarse ninguna modifi- LATU únicamente la exhibición de sus obras,
cación (y mucho menos una destrucción) de para y durante el evento Espacio Ciencia, por
la obra arquitectónica (asumiendo que está lo que finalizado el mismo, una vez que el
protegida), sin contar con la previa autori- autor lo solicitó, las obras deberían habérsele
zación por escrito del Arquitecto o sus here- devuelto. Pero ello no ocurrió, sino que el
deros. Ahora bien, más allá de la amplitud LATU terminó con ellas “mediante una atroz
con la que está reconocido el derecho moral destrucción física, en tanto que los restos fue-
a la integridad de la obra en el texto de nues- ron tirados entre los escombros”. Un aspecto
tro artículo 12 LPLA, debe estarse adverti- relevante del caso es que el LATU no cues-
do de que el tema no resulta tan sencillo, y tiona que existió un encargo, ni que las es-
menos aún podemos considerarlo resuelto. culturas eran obras originales, ni tampoco
En efecto, cuando nos situamos en un caso cuestiona el hecho de haberlas destruido y
concreto en que se presenta el posible con- tirado a los escombros.
flicto entre el propietario del soporte y el ti- En primera instancia se desestimó la de-
tular del derecho moral a la integridad, la manda. La Jueza entendió que no estaba
jurisprudencia extranjera (sobre todo la dic- acreditada la producción del hecho ilícito, ni
tada hace muchos años o la que proviene de la culpa de la demandada, ni tampoco los
países que no tienen juzgados especializados daños.20 El TAC 6 confirmó la sentencia ape-
en propiedad intelectual) tiende a inclinar-
se a favor del propietario del soporte mate- 20
JLC 22 (Crespo), Sent. N° 18/001 del 15/05/
rial, y soluciona el conflicto barriendo para 2001. Resumen de la sentencia: primero se califica
un costado el derecho moral del autor, que al negocio celebrado como una compraventa que
queda restringido a mera retórica legal. abarca todas las esculturas que comprenden el con-
junto que el autor denominó ZOO Mecanimental.
La jurisprudencia uruguaya reciente, la
Luego se advierte sobre la distinción entre la obra
misma no ha escapado a este fenómeno, tal (corpus mysticum) y el soporte material (corpus
como veremos a continuación al analizar el mechanicum) y puntualiza que no debe confundirse
Caso LATU resuelto en 1998. El caso rele- la enajenación del soporte físico con la cesión de los
vante para nuestro tema porque presenta derechos de explotación de la obra. El autor de la
una buena forma de acercarse al verdadero obra conserva en todo caso los derechos morales so-
bre la misma, aun en caso de cesión de los derechos
alcance y vigencia que tiene el derecho mo-
patrimoniales. Se trata de un derecho inalienable
ral a la integridad en Uruguay. Si bien no se (arts. 3, 9, 10, 11, 12, 13, 19 y 31). Ahora bien, en
trató en este caso de un atentado contra una tanto que incumbe al actor de una acción de respon-
obra arquitectónica (sino de varias escultu- sabilidad extracontractual probar la existencia del
ras), el tratamiento dado por la jurispruden- hecho ilícito atribuido a la demandada y la culpa de
cia en este caso puede perfectamente trasla- ésta, los daños invocados y la relación causal entre
esos daños y el ilícito, entendió la Magistrada que
darse a ésta. la demanda debía ser desestimada al no haberse
El caso refiere a una obra titulada “pro- acreditado la existencia de un hecho ilícito ni la cul-
yecto ZOO Mecanimental”, un conjunto de pa de la demandada. Está acreditado en cambio que
esculturas (18 en total) del autor Daniel ante la ausencia de indicaciones precisas del artis-
ta, se actuó en la emergencia del desmontaje de las
VALDES OTERO (Ob. Cit., 1953, pág. 192).
17 obras con toda la diligencia necesaria para prevenir
GROMPONE (El Derecho de Autor en Uruguay,
18 el daño. Asimismo, se considera que las molestias,
AGADU, Montevideo, 1977, pág. 161). frustraciones o disgustos padecidos por el actor al
19
BUGALLO (Ob. Cit., 2006: pág. 686 y 688). ver sus obras deformadas en el patio del LATU no
DOCTRINA 27
lada.21 Si bien los argumentos fueron en esen- te, cuando se advierte que el conflicto entre
cia los mismos, puede apreciarse un mayor el derecho de propiedad (común) correspon-
énfasis en cuanto a los aspectos relacionados diente el propietario del soporte material y
con el derecho de autor. El TAC 6 postula el derecho moral a la integridad de la obra
abiertamente que el adquirente del ejemplar se plantea en términos similares. Es decir,
único u original de una obra plástica no in- en este caso, al igual que en la obra arqui-
curre en responsabilidad si lo destruye y que, tectónica construida, estamos ante uno de
como criterio general, el enfrentamiento o esos casos de “ejemplar único” de la obra, que
conflicto entre el derecho de propiedad sobre es donde el conflicto que estamos estudian-
el corpus mechanicum y los derechos mora- do se plantea con toda su crudeza.22 Más aún,
les del autor, debe resolverse a favor del pri- cabe considerar que si este fue el criterio del
mero, salvo que el ejercicio del derecho de Tribunal de Apelaciones ante una obra plás-
propiedad por el dueño se haga con imputa- tica “pura”, como es una escultura, en la que
ción errónea de autoría, ya sea adjudicándo- no intervienen en mayor medida los condi-
sela a sí mismo o a un sujeto diverso del au- cionamientos propios de las obras arquitec-
tor, o bien por atribuir al autor una obra di- tónicas (en particular el condicionamiento
versa de la de su autoría. Para ello se invoca que deriva de su funcionalidad), con mayor
tres argumentos: (a) el primero se afinca en decisión todavía hubiera procedido el TAC 6
el sentido común, ya que (sic) “si fuera cierto a amparar la destrucción de una obra de ca-
que el adquirente de cualquier obra plástica rácter funcional, como lo es un edificio ar-
original carece del derecho a transformarla o quitectónico.
destruirla, porque ello implica violar el dere- Desde nuestro humilde punto de vista, el
cho moral a la integridad de la obra, noso- criterio sustentado por el TAC 6 es cuestio-
tros y nuestros sucesores tendríamos, ilimi- nable, al menos en la forma que viene pro-
tadamente, el deber de conservar la obra tal puesto.23 En tal sentido, pueden hacerse las
como fue creada o concebida con cargo de siguientes críticas.
mantener su forma y sustancia. Una joya no Pensamos que el criterio para resolver el
podría der fundida o dividida, un mueble no caso se establece sobre bases erróneas. El
podría ser transformado, un vestido no po- argumento del sentido común parte de la pre-
dría ser remodelado o cortado por su dueña, misa de que cada objeto que hay en el mun-
cualquiera sea la importancia artística o el do y en el cual exista algo de intervención
valor de la obra”; (b) por otro lado, invoca la humana está protegido por un derecho de au-
regla general del art 487 CC, de acuerdo con tor, y como consecuencia de ello, debería con-
el cual el propietario puede destruir el objeto cluirse que un derecho moral generaría para
de su propiedad si le conviene o le parece, todas las personas que tengan trato con los
modificarlo aun para emplearlo y servirse de objetos más cotidianos un impedimento le-
él para cualquier uso, y (c) por último, tam- gal para realizar cualquier acto de adapta-
bién invoca que el derecho de integridad de ción, transformación, fundición o destruc-
la obra refiere únicamente a la obra como ción. Este planteo ataca un enemigo inexis-
objeto inmaterial y no al soporte físico, lo que tente, pues no todo anillo, mueble o vestido
a juicio del TAC 6 emerge sin dificultades de –para referirnos a los ejemplos que pone el
la lectura del art 12 LPLA. Cabe destacar que Tribunal– está protegido por el derecho de
en ambas sentencias se cita en los fundamen-
tos una consulta elaborada por el Dr. Juan
Andrés Ramírez para la parte demandada.
22
Al contrario, si la obra es una obra suscepti-
ble de ser reproducida en múltiples ejemplares sin
Ingresando en el análisis de este caso, lo mayor dificultad, el hecho de que se destruya uno
primero a comentar es que la relevancia para de ellos no plantea mayores problemas. En cambio,
nuestro tema queda en evidencia prontamen- aquí la destrucción de “la cosa” (la escultura, en el
caso) es la destrucción de la obra intelectual.
23
Un comentario crítico de la Sent. del TAC 6
tuvieron la relevancia necesaria para justificar el también puede verse en Barreiro, en ADCU XLIV
acogimiento de la pretensión indemnizatoria. (2014), “El adquirente de una obra o cesionario de
21
TAC 6 (Martínez, Hounie, Chediak, Bossio - derechos autorales ¿Tiene derecho a destruirla?”,
discorde-), Sent. 157/2002. págs. 867 y ss.
28 DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA DE DERECHO CIVIL
autor. De hecho, si tomamos esos ejemplos, gido por la facultad general del art 487 CC.
es casi excepcional que exista un derecho de Luego, cada norma tiene su ámbito: el art
autor sobre tales objetos, e incluso en el caso 12 para lo inmaterial (donde el autor puede
que existiera, el mismo solamente protege- oponerse sin ninguna clase de condiciona-
ría aquella parte del objeto que resulta ori- miento a que alteren o destruyan su obra) y
ginal. En este sentido, la regla es que cuan- el art. 487 CCU para lo material (donde el
to mayor sea la funcionalidad del objeto, dueño de la cosa puede hacer con ella lo que
menor será su originalidad y por consiguien- le plazca). Ahora bien, se trata de un razo-
te la protección por el derecho de autor. Por namiento inadmisible en este caso, pues es-
tanto, comienza con el pie equivocado el Tri- tamos ante una obra plástica de ejemplar
bunal cuando entra a analizar el caso como único, lo que quiere decir que la “obra inma-
si se tratara de combatir la absurda idea que terial” existe puntualmente en el marco de
todas las cosas son inmutables para sus due- ese concreto objeto material y es insepara-
ños. Nadie postula tal dislate. Al contrario, ble del mismo. Por lo tanto, cualquier des-
esta cuestión se presenta únicamente respec- trucción del soporte material implica nece-
to de aquellas “obras” que fueron creadas por sariamente la afectación a la integridad de
una persona y siempre que tal creación inte- la obra como bien inmaterial.24 Luego, de
lectual sea considerada digna de obtener una ninguna manera útil puede resolverse el pro-
protección por el derecho de autor, aspecto blema por el hecho de demarcar cuál es el
que no puede determinarse a priori, sino en ámbito de aplicación de cada derecho (dere-
cada caso concreto. cho real y derecho de autor).
En segundo lugar, es cierto que el artícu- Por último, no queremos dejar de mencio-
lo 487 CC establece un elenco muy amplio nar una valoración de este fallo en un plano
de facultades en cabeza del propietario del de política jurídica. Si admitimos que existe
soporte físico, incluyendo entre ellas la de una dimensión social del derecho que produ-
“cambiar la forma de la cosa, mejorándola o cen los jueces, de servir de guía en la inter-
empeorándola” y la de “destruir enteramen- pretación de los derechos atribuidos legal-
te la cosa, si le conviene o le parece”. Pero no mente, se puede postular que la sentencia del
debe perderse de vista que el artículo siguien- TAC 6 presenta varios aspectos que conside-
te limita dicha amplitud al prever que el ejer- ramos negativos. Vamos a destacar sólo dos.
cicio de las facultades establecidas en el art. Desde un punto de vista instrumental, el cri-
487 queda subordinado a las “prohibiciones terio adoptado resulta extremadamente ce-
de las leyes o reglamentos” (art. 488 CC). Es rrado y sin poros que permitan un ajuste en
plausible entender que una de estas limita- casos especiales, lo que lo hace poco recomen-
ciones o prohibiciones es el derecho a la in- dable, pues si se sigue este criterio no hay
tegridad de la obra establecido en la LPLA obra protegida que pueda salvarse de la ca-
de 1937 y que, como vimos, inviste al autor prichosa decisión del propietario del soporte
del derecho a oponerse a que otros alteren o material dirigida a destruirla, cualquiera sea
supriman su obra. De donde cabe concluir su originalidad o valor artístico, lo que pare-
que el mero hecho de citar el artículo 487 ce a todas luces un exceso. Y en cuanto al
CC no resulta suficiente como para justifi- fondo del asunto, se trata de un criterio que
car el fallo. resuelve el conflicto entre dos derechos igual-
En tercer lugar, no terminamos de ver mente legítimos y reconocidos legalmente por
claro qué servicio presta a la línea de razo-
namiento el argumento basado en que el de- 24
En tal sentido, expresa ANTEQUERA (“Estu-
recho a la integridad recae únicamente so-
dios de Derecho de Autor y Derechos Afines”, Ma-
bre el bien inmaterial y no sobre el bien ma- drid, Reus, 2007, pág. 89) que “la faceta más dra-
terial. Parecería que el punto es el siguien- mática del derecho de integridad está referida a la
te: como el artículo 12 LPLA sólo se refiere – conservación del soporte único que contiene la obra,
según el TAC 6- a la obra entendida como como en las artes plásticas, porque como ha señala-
bien inmaterial, luego debe concluirse que do la Sala 1ª del Tribunal Supremo Español, su
destrucción es el atentado más grave, por irreforma-
nada establece en cuanto a la destrucción del ble, que pueda inferirse al derecho moral de respeto
soporte material, quedando este último re- a la obra”.
DOCTRINA 29
responde en caso que el atentado a la in- - Fines perseguidos: de la mano con lo an-
tegridad de la obra se haya producido a terior, los fines perseguidos con la modi-
causa de su actuar doloso o gravemente ficación pueden tener relevancia, pues no
negligente. parece que justifique de igual modo el
- La intensidad de la modificación: confi- atentado contra una obra intelectual que
guran casos de atentado contra la inte- se realiza con una finalidad meramente
gridad la adición de elementos ausentes estética o lúdica, que aquél que se realiza
en el original, la reproducción incorrecta con fines más serios.
de la obra, o bien la destrucción de uno
Un caso paradigmático en cuanto a la pro-
de sus elementos, lo mismo que la frag-
tección del derecho moral a la integridad de
mentación de la obra en dos o más par-
la obra arquitectónica en España fue el caso
tes. Otras intervenciones de menor inten-
relativo al puente Zubi Zuri creado por
sidad no resultan idóneas para afectar el
Calatrava en Bilbao y que fue resuelto en
derecho moral del autor.
forma definitiva por la Audiencia Provincial
- El grado de originalidad de la obra: la
de Vizcaya en el año 2009, por la que se re-
protección de la integridad de la obra será
vocó la Sentencia dictada en primera instan-
directamente proporcional a su grado de
cia en el año 2007.31 El puente en cuestión
originalidad: a mayor originalidad, ma-
fue creado por el reconocido arquitecto San-
yor protección. Aquellos aspectos de la
tiago Calatrava por encargo del Ayuntamien-
obra que no sean originales pueden ser
to de Bilbao para ser construido entre los
libremente modificados, en tanto que so-
márgenes del Río Nervión de Bilbao; en for-
bre ellos no recae ninguna protección por
ma posterior a su culminación, el Ayunta-
el derecho de autor.
miento encargó a un tercero la construcción
- Carácter utilitario: las obras arquitectó-
de una pasarela que uniera el puente con las
nicas pueden ser más o menos utilitarias,
dos torres Isozaki Atea.32 En primera instan-
siendo mayor la facultad de modificación
cia, el Juzgado Mercantil desestimó la de-
de la obra en el primer caso que en el se-
manda, no obstante reconocer que existió un
gundo.
atentado contra la integridad del Zubi Zuri,
- El ofrecimiento al autor: se entiende que
amparándose en que dicho atentado no ge-
en aquellos casos en que la obra a ser
neró un perjuicio para la “reputación” o los
modificada haya sido creada por encar-
“legítimos intereses” de Calatrava, en tanto
go, resulta un derivado del deber de ac-
que estaba en juego el interés general de los
tuar de buena fe que el propietario ofrez-
transeúntes, de tipo colectivo, en utilizar la
ca al mismo autor (siempre que esté vivo
referida pasarela para acceder al puente. La
y sea razonablemente posible ubicarlo) el
Audiencia Provincial de Vizcaya revocó la
diseño y/o ejecución de cualquier modifi-
sentencia de primera instancia y condenó al
cación o restauración sobre la obra, ofre-
Ayuntamiento a abonar una indemnización
ciéndole unos honorarios no superiores a
de 30.000 Euros, pero estableció que dicha
los habituales en el mercado. Si ofrecida
la modificación, el autor la rehúsa o no 31
AP Vizcaya, Sent. N° 187/2009 del 10 de marzo
contesta, cualquier pretensión posterior de 2009. Para un comentario de las sentencias dicta-
suya basada en la violación de la integri- das en ambas instancias ver: CASAS, “Obra arqui-
dad se verá seriamente debilitada. tectónica y derecho de autor - El caso Calatrava”, en
- Condicionantes urbanísticos: el autor no página web del Instituto Interamericano de Derecho
puede cuestionar las modificaciones de la de Autor, Doctrina del año 2008: http://www.iidautor.
org/documents/doctrina /2008/08 febrero_casas_
obra que tengan como causa inmediata y
valles.pdf, y CASAS, “El caso Calatrava o Zubi Zuri
directa la ejecución de un plan urbanísti- ¿Una victoria pírrica en apelación?”, en página web
co o una orden administrativa fundada en del Instituto Interamericano de Derecho de Autor,
un plan o en una norma de esa naturale- Doctrina del año 2009: http://iidautor.org/documents/
za, puesto que el propietario está en la doctrina/2009/09_abril _casas_valles.pdf.
obligación de respetar dicha orden aun-
32
Ver narración completa de los hechos en
MARIN (“En los tribunales: Tender puentes entre
que su ejecución suponga una alteración los derechos morales y la utilidad pública”, en Re-
de la obra arquitectónica. vista de la OMPI, Feb/2008, Ed. Web).
32 DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA DE DERECHO CIVIL
nes al derecho a la integridad de la obra. Este ca que presenta un carácter original, y siem-
conflicto únicamente puede plantearse en pre que la parte a modificar / destruir afecte
aquellos casos en que el propietario quiere sustancialmente esa originalidad.
modificar o destruir una obra arquitectóni-