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Maltrato

Sistemas abusivos
Persona que está en situación de poder en relación a una víctima que está en situación de dependencia.
El abusador abusa de su situación de poder para obligar a la víctima ha hacer cosas que no haría
voluntariamente, o bien que satisface las necesidades del abusador, y además lo obliga a guardar silencio,
imposición de la ley del silencio. La mantención de los sistemas abusivos: nadie habla del abuso. Otra forma
de mantener el silencio es mediante la inclusión de la sensación de complicidad, de culpa.

Estos sistemas se completan con los terceros que son aquellas personas que saben del abuso o podrían estar
en conocimiento de éste. Este tercero tiene un papel fundamental ya que el abusador nunca va a revelarlo y
perder su impunidad, y a la vez la víctima está asustada, o se siente cómplice o culpable, por lo que nunca va a
romper la ley del silencio, por lo tanto es el tercero el que habla. La posición del tercero nunca es neutral: si
calla apoya al abusador, si habla a la víctima. El tercero antes de tirarse contra el abusador debe fortalecerse,
buscar redes de apoyo.
La víctima pierde la capacidad de notar las señales útiles de los límites, es traspasado, todos sus límites fueron
rotos.

Etapas del Abuso sexual


1. Seducción: abusador prepara el terreno y el momento para cometer el abuso.
2. Abuso o interacción abusiva: va desde la exhibición, masturbación, penetración, su característica es
la “erotización traumática”. Lo abusivo no necesariamente es hecho con violencia, sino que se
somete a un niño a una activación de su sexualidad antes de que esté preparado para integrarlo a su
personalidad. Dejan activados a los niños, y así éstos se exponen a más situaciones de abuso, pueden
buscar al abusador para sentir ese placer. Otra experiencia traumática es la imposición de la ley del
silencio.
3. Divulgación: momento en que se rompe la ley del silencio, por el descubrimiento casual del abuso o
por lesiones o enfermedades en los niños. En ellos el dolor compite con la ley del silencio. Al momento
de la divulgación el sistema que estaba en equilibrio entra en crisis, lo que afecta a todos sus
miembros, sienten que el sistema se puede desintegrar, y pueden ocurrir dos cosas:
- Etapa de retractación o de represión en que la presión del sistema sobre el niño es tan fuerte
que éste se retracta y vuelve a una etapa anterior. Hay una tendencia a incriminar a la víctima,
culparla por lo que está pasando. La presión tiene que ver con reestablecer el equilibrio,
resguardar al sistema.
- Nuevo equilibrio: a partir de la crisis se da origen a un sistema nuevo que no sea abusivo.

Frente a una situación de maltrato y/o abuso sexual un operador social puede intervenir de dos maneras:
Intervención social: lo primero es interrumpir el circuito abusivo. Romper la ley del silencio y hacer que esto
deje de pasar. Generalmente equivale a mantener o provocar la crisis, empujar para que el tema se divulgue.
Se debe mantener alta la angustia para que el sistema se movilice, intensificar, problematizar.
Intervención reparatoria o terapéutica: acoger a la víctima, pero NO puede realizarse sin antes interrumpir
el abuso.

Una comprensión sistémica del maltrato infantil (Barudy).

Tipos de Maltrato (o distintas formas en que éste se expresa):


Maltratos Intrafamiliares: el niño maltratado es entendido como síntoma de una familia desestructurada o
desestabilizada en alguno de sus subsistemas o en relación al sistema social.

Maltrato Físico: Se supone que un apego sano junto con los rituales permiten regular la agresividad, además
de permitir la sincronización de los subsistemas y de cada miembro de la familia, manteniendo así una
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distancia adecuada conservando el sentido de pertenencia y una experiencia individual. Cuando esto no
ocurre, se produce una explosión de conductas, gestos y palabras que pueden destruir a uno o más miembros
del grupo, casi siempre del más fuerte al más débil. Los rituales pueden fallar por deficiencias en el apego y/o
por la existencia de creencias violentas que lo contaminan. La violencia (ruptura del equilibrio) se puede
producir por una reducción brusca del hábitat o por aumento brusco del estrés

Psíquico o emocional: cualquier acto que rebaje a autoestima del niño o bloque las iniciativas de interacción
del niño, privación de sentimientos de amor, afecto o seguridad.

Abuso sexual: participación del niño en actos sexuales que no puede comprender, para las que no está
preparado, para las que no puede otorgar su consentimiento (ni rechazar), o que violan tabúes sociales y
legales.

Maltrato Prenatal: condiciones de vida de la madre gestante que pudiéndolas evitar, son mantenidas y tiene
consecuencias negativas sobre el feto. Ej: alimentación deficitaria, exceso de trabajo corporal, enfermedades
infecciosas, hábitos tóxicos, seguimiento inadecuado de enfermedad crónica.

Síndrome de Munchhausen por poderes: simulación de síntomas físicos patológicos en terceras personas,
mediante administración de sustancias o manipulación de excreciones.

Negligencias: es el tipo de maltrato más frecuente; cuando los responsables del niño no cumplen con sus
necesidades básicas (físicas o psico-afectivas); puede ser una manifestación de incapacidad parental.

Abandono: grado extremo de negligencia

Se cree que en estos casos la existencia misma de los lazos de apego falla parcial o totalmente, ya que los
miembros de la familia son “transparentes” los unos a los otros. Estas fallas pueden ser el resultado de tres
dinámicas: biológicas, culturales y contextuales.

Factor biológico: en que el encuentro sensorial entre adulto y niño no pudo establecerse, por lo que existe un
trastorno del apego. Factores dependientes de la madre: depresión, enfermedad mental, toxicomanía o
alcoholismo, trastorno del apego como consecuencia de traumas infantiles (madres que experimentaron
descuidos pasarían a ser madres pasivas-indolentes y madres víctimas de maltrato y abuso, a ser activas-
impulsivas). Factores del niño: hiperactividad, problemas del sueño o la alimentación, minusvalía. Factores del
padre.

Factor cultural: trasmisión de modelos de crianza inadecuados y violentos, carencias educativas o falta de
conocimiento de los cuidados que requiere en niño para su desarrollo.

Factor contextual: La pobreza como medio ambiente: ausencia de estructuración espacio-temporal,


funcionamiento familiar caótico y predador. Aislamiento social: marginalidad, familias monoparentales.

Diversas Variables Involucradas:

El sistema familiar: es afectado por estresores externos provenientes del sistema societal, tales como el
subsistema laboral, vecinal, escolar, parientes, servicios sociales y sistema judicial. También es afectado por
estresores internos derivados de la interacción de los subsistemas familiares y el ciclo vital familiar tales
como matrimonios, nacimientos, escolarización, adolescencia, muertes, nido vacío, etc. El impacto de los
estresores en general “obligan” a la familia a adaptarse a las nuevas situaciones, lo que exige una
reestructuración de roles, funciones y relaciones.
Los rituales familiares son comportamientos que permiten el equilibrio del sistema familiar. En este contexto
podemos distinguir entre rituales funcionales consistentes en educación y comunicación efectiva y rituales
disfuncionales que corresponden a prácticas represivas y a una comunicación inefectiva. El efecto de los
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estresores sobre el sistema familiar pueden llevar a una debilitamiento de los rituales, lo que podría
traducirse en perturbaciones intrafamiliares tales como el maltrato infantil y otros tipos de VIF.

En las familias maltratadoras existirían factores que hacen fracasar los procesos de comunicación
efectiva. El principal se relaciona con las dificultades en el proceso de impregnación o vinculación afectiva
entre los padres e hijos. El apego: permite el reconocimiento del otro como un otro legítimo. Los trastornos
del apego son una de las fuentes más importantes en la producción de distintos de maltrato.

Maltrato como expresión de crisis familiar


Crisis de pareja, nacimientos, muertes, adolescencia, cambios de domicilio, conflictos laborales, emigración,
cesantía. Las crisis son fuentes de tensión que desestabiliza a la familia y cambia su funcionamiento hasta
encontrar un nuevo equilibrio. Intervención: la familia llega tratamiento por demanda de ayuda de algún
adulto o por derivación de otro servicio. Pueden reconocer un modo de funcionar previo a la crisis y uno
actual. Aquí no existiría una patología del apego. Condiciones terapéuticas favorables. Se recomiendan
sesiones familiares, acompañamiento social para disminuir el estrés. Se trata la crisis en lugar de la familia:
encontrar recursos para lograr un nuevo equilibrio, se puede movilizar a la familia para buscar información y
apoyo en su red social.

Familias transgeneracionalmente perturbadas


La violencia deriva de trastornos en el apego debido a dinámicas que se trasmiten de generación en
generación.

Características estructurales de estas familias:


a) Carencias de la función maternante (cuidados materiales, afectivos, sociales y culturales). Debido a sus
carencias históricas, los padres pueden cosificar al niño para que éste colme sus carencias infantiles,
cuidándolos y sobreprotegiéndolos o exigiéndoles que les brinden el cuidado y amor que no recibieron de sus
propios padres.

b) Carencias relacionadas con la función paternante: gran parte de los padres maltratadores fueron
socializados en sistemas familiares donde la autoridad se ejercía de manera abusiva y represiva, donde el
castigo físico eran los métodos educativos más frecuentes. Estos adultos carentes de un modelo de autoridad
parental desconocen las normas que rigen las relaciones familiares, los derechos y deberes que les
corresponden así como los de los demás, especialmente de los niños. Estos padres oscilan entre negligencia,
autoritarismo y violencia física.

c) Trastornos relacionados con la organización jerárquica de la familia: se relaciona con la atribución de


roles y funciones, con la designación clara de tareas a partir de la competencia edad, y experiencias vitales de
cada uno, los cuales se dan de manera confusa en estas familias.

d) Trastornos de los intercambios entre la familia y el entorno: en las familias maltratadoras, tanto las
fronteras con el entorno como entre los subsistemas puede ser disfuncional. Tenderían a permanecer
cerradas (para protegerse de peligros reales o imaginarios), aislando a los miembros de los recursos externos
(creando un mundo familiar rígido y totalitario) o permanecerían permanentemente abiertas, impidiendo el
desarrollo de sentimientos de pertenencia y seguridad (por pobreza de recursos internos). La negligencia se
da más frecuentemente en familias que funcionan con apertura exagerada, mientras que los malos tratos
físicos, psicológicos y el abuso sexual se da con más frecuencia en familias rígidas y cerradas.

La ideología del padre violento


1) Los golpes forman parte de un sistema de creencia del tipo altruista y por tanto, son una demostración de
amor
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2) Los golpes son utilizados como instrumento para defenderse de una amenaza, ya que creen que el niño es
una amenaza para si integridad, ya sea porque le atribuyen intenciones maléficas o porque proyectan sobre él
sus propias violencias.
3) Los golpes forman parte de un derecho a la venganza, en que los niños son golpeados como chivos
expiatorios para vengarse, a través de ellos, de la violencia que sufrieron de sus propios padres.

Identidad del padre o la madre violento


Viven subjetivamente la experiencia de sentirse poderosos en relación con sus hijos, pero son personas
frágiles psicológicamente, con un miedo profundo al abandono y a ser agredido o destruido, llenos de
angustia, miedo y depresión, sostenidos por creencias y discursos radicales. Niño como chivo expiatorio de los
conflictos sociales, intrafamiliares y transgeneracionales y como víctima de abuso de poder.
Consecuencias del Maltrato:
Consecuencias de la negligencia física: desde el retardo en el crecimiento por desnutrición hasta el
síndrome de enanismo psicosocial, causado por las deficiencias alimentarias y la deprivación social y afectiva.
Consecuencias de la negligencia psico-afectiva: son niños exteriormente bien cuidados, que interiormente
sufren falta de afecto y reconocimiento de sus necesidades infantiles. Lo anterior se suele acompañar de
violencia psicológica, siendo más frecuente en clases sociales más favorecidas. Las carencias afectivas también
pueden generar trastornos del crecimiento físico: retardos del crecimiento por causas no orgánicas (DSM-IV)

Indicadores de abandono físico


Físicos Conductuales Conducta del cuidador
- Constantemente sucio, escasa higiene o - Participa en acciones delictivas - Abuso de drogas o alcohol
inapropiadamente vestido (muy a muy - Pide o roba comida - Vida en el hogar caótica
poco abrigado) - Raras veces asiste a clases - Muestra evidencias de apatía
- Constante falta de supervisión, al estar - Se suele quedar dormido en clases - Mentalmente enfermo o bajo
realizando acciones peligrosas o durante - Llega muy temprano a al escuela y nivel intelectual
largos períodos (solo con sus hermanos) se va muy tarde - Fue objeto de negligencia en su
- Cansancio o apatía permanente - Dice que no hay nadie que le cuide infancia
- Problemas físicos o necesidades médicas
no atendidas o ausencia de los cuidados
médicos rutinarios
- Es explotado, se le hace trabajar en exceso
o no va a la escuela
- Ha sido abandonado

Indicadores de maltrato físico


Indicadores físicos del niño I. conductuales del niño Conducta del Cuidador
- Magulladuras o moretones en el cuerpo, - Cauteloso respecto al contacto - Ha sido maltratado en su infancia
con formas no normales, agrupadas o con físico con adultos - Utiliza disciplina severa, impropia
forma del objeto con que se le infligió - Se muestra aprensivo cuando para la edad y falta cometida por el
- Quemaduras de cigarros o por inmersión otros niños lloran niño. No da explicación a lesiones
en líquidos calientes - Muestra conductas extremas, del niño, o estas son ilógicas, poco
- Fractura en un niño menor de 2 años agresividad o rechazo. convincentes o contradictorias
- Heridas o raspaduras: bocas, labios, ojos, - Parece tener miedo a sus - Parece no preocuparse por el niño
encías, parte exterior de los genitales. padres, de ir a casa, llora cuando - Percibe al niño de manera negativa
- Lesiones abdominales, hinchazón, vómitos terminan las clases (malo, perverso)
constantes - Dice que su padre o madre le - Abusa de alcohol o drogas
- Señales de mordeduras humanas han causado alguna lesión - Intenta ocultar la lesión del niño o
- Cortes o pinchazos proteger la identidad del
- Asfixia o ahogamiento responsable de ésta.
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Algunas cuestiones básicas sobre la violencia intrafamiliar (Jorge Corsi, 1990)
Los niños y adolescentes que son víctimas o testigos de violencia intrafamiliar, frecuentemente presentan
trastornos de conducta escolar y dificultades en el aprendizaje. Los niños que aprenden en su hogar
modelos de relación violenta tienden a reproducirlos en sus futuras relaciones, perpetuando así el
problema. Un alto porcentaje de menores con conductas delictivas provienen de hogares donde han sido
víctimas o testigos de violencia crónica. Un alto porcentaje de los asesinatos y lesiones graves ocurridos
entre miembros de una familia, son el desenlace de situaciones crónicas de violencia intrafamiliar.

Categorías de violencia doméstica:


Maltrato infantil: Abuso sexual, físico y emocional, abandono físico y emocional, niños testigos de violencia.
Violencia conyugal: Maltrato hacia la mujer, abuso físico, emocional, sexual, violencia recíproca o cruzada.
Maltrato a ancianos

Ciclo de la violencia (Corsi & Walker)

Primera fase: Estadio de acumulación de tensión


Se produce una sucesión de pequeños episodios que llevan a roces permanentes entre los miembros de la
pareja, con un incremento constante de la ansiedad y la hostilidad. La violencia es sutil, toma la forma de
agresión psicológica. Consiste en atentados contra la autoestima de la mujer. El agresor la ridiculiza, ignora su
presencia, no presta atención a lo que ella dice, etc. Estas conductas no aparecen en un primer momento como
violentas, pero causan un efecto devastador sobre la víctima, provocando un progresivo debilitamiento de sus
defensas psicológicas. Comienza a tener miedo de hablar o hacer algo, por temor a críticas; comienza a
sentirse deprimida y débil. Golpes menores por parte del agresor. La mujer se muestra cariñosa y
complaciente; legitima al hombre. Usa la negación como mecanismo de defensa. Niegan el terror de la
segunda fase. “Todo va a cambiar”. Además, racionaliza que merece su abuso. Los incidentes son aislados y
tienden a ser minimizados. La responsabilidad por los eventos tiende a ser “externalizada”. La mujer está
cada vez más tensa y el hombre se vuelve cada vez más posesivo y violento. La mujer empieza a
descontrolarse por el terror a los golpes; la rabia se hace cada vez más intensa por parte del hombre, por lo
que es cada vez más probable que la golpeen, y es más probable que la mujer haga algo para terminar con su
propia sensación.

Segunda fase: Episodio agudo de golpes


Toda la tensión que se había venido acumulando, da lugar a una explosión de violencia. Aparece la violencia
verbal, que viene a reforzar la violencia psicológica. El agresor insulta y denigra a la víctima. Va creando un
clima de miedo constante. La mujer llega a un estado de debilitamiento, desequilibrio emocional y depresión.
Luego, aparece la violencia física: Descarga incontrolada de la tensión de la fase 1, pérdida del control y
aumento de la destrucción. La mujer propicia esta etapa (conciente ó inconsciente). No tolera la rabia de su
pareja, pero la prefiere porque sabe que vendrá la calma. Al finalizar el episodio hay un shock: negación,
incredulidad, indiferencia, depresión.

Tercera fase: “Luna de miel” (o conducta arrepentida)


Se produce el arrepentimiento, a veces instantáneo, por parte del hombre, sobreviniendo un pedido de
disculpas y la promesa de que nunca más volverá a ocurrir. Arrepentimiento y demostración de afecto por
parte del agresor. El hombre intenta reparar, se vuelve encantador y cariñosos, se disculpa, se siente culpable,
confía en su capacidad de control e intenta convencer a su mujer de ello: “¡nunca más volverá a ocurrir!”.
Intentos de abandono y separación, hombre intenta disuadirla, amenaza con suicidio: Resaltan los aspectos
simbióticos del vínculo.

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Terapia con mujeres que viven violencia conyugal (Andrea Machuca)

a. Características de la situación terapéutica


En general, un gran porcentaje de mujeres asiste entre 1 a 4 sesiones de ayuda. Ello plantea la necesidad de
actuar en principio como si este fuera el tiempo con el que se cuenta. En 4 sesiones se puede realizar la
intervención en crisis y profundizar el primer apoyo, con énfasis en el manejo del riesgo y establecimiento
de estrategias de protección y la conexión con otros vínculos de ayuda.

b. Objetivos de la terapia
Romper el círculo de la violencia, parando los golpes o acabando con las crisis. Generar estrategias de
proteccióN. Activación de los recursos personales y sociales de la mujer, con vistas a la redefinición de la
relación de pareja o a la salida de la mujer de ese contexto relacional. Individuación de la mujer, activación de
los recursos personales y proceso de revalorización que permita definir proyectos personales, mejorar la
calidad de vida y activar redes personales para interrumpir el aislamiento característico de estas situaciones.

c. Intervenciones terapéuticas específicas

Acogida: escuchar activamente, establecer contacto empático, contener situación de crisis, no enjuiciar.
Socialización de la situación vivida en aislamiento: nominarla como maltrato y ofrecer ayuda terapéutica.
Aclaración y reflexión respecto a la situación de violencia: contextualizar sentimientos y conductas en una
situación de crisis y de violencia sostenida y generar una comprensión de los circuitos que ésta ha provocado.
Establecimiento de responsabilidades en relación a la violencia: cuestionar justificaciones y “culpas”.
Establecer responsabilidades de la consultante en proteger y cuidar su vida.
Reajuste de expectativas: clarificar lo que es posible trabajar en la instancia terapéutica y aquello que no lo es.
Validación y fortalecimiento de la petición de ayuda: se identifica como el inicio de las alternativas de solución
y se responsabiliza a la consultante en relación al proceso.
Verbalización, reconocimiento, validación y clarificación: de sentimientos asociados a la vivencia de la
violencia y a la petición de ayuda (confusión, ambivalencia, temores, etc.).
Orientación y estimulación de la evaluación de riesgo: de episodios de violencia y establecimiento de
protección frente a ellos.
Entrega de información: tanto respecto a las características de la situación de violencia como alternativas de
protección y ayuda.
Fortalecimiento de las acciones implementadas en la búsqueda de la salida: de la situación de violencia y de
los logros obtenidos en relación a ello.
Fortalecimiento de la autoestima y recursos personales: a través de la orientación y canalización de las fuerzas
involucradas en su búsqueda de ayuda.
Focalización de sí misma: implica revisión de la historia de la violencia y de la historia personal, elaboración
de pérdidas, consideración de la idea de autocuidado.
Evaluación de la sintomatología psíquica y somática: evaluar interconsulta psiquiátrica.
Generación de alternativas en la relación con los hijos: modalidades de relación, control maltrato físico,
alternativas de protección de los niños.
Consideración de la importancia del apoyo social y fortalecimiento de redes personales
Generación y reflexión en torno a posibles alternativas de solución: se destaca que las soluciones son
individuales y que la labor terapéutica consiste en acoplarse a estas soluciones, respetarlas y promover la
evaluación realística de ellas.
Implementación de alternativas de solución y evaluación de ellas: incluye prescripción de “recaídas” y
dificultades.
Consideración y facilitación de alternativas de rehabilitación para el agresor

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Características de la consultante
Cuando la mujer llega a consultar generalmente se encuentran en una situación vital alterada:
 Nivel individual: concomitantes de la situación de crisis; daños emocionales y conductuales a la exposición
de violencia.
 Nivel somático: sintomatología somática diversa.
 Nivel sintomatología psicológica: angustia (por vulnerabilidad y riesgo), sentimientos depresivos (por
indefensión e impotencia), vergüenza, temor y culpa. Ideación suicida: 12 veces mayor que en población no
consultante.
 Nivel familiar: alteración de la relación con los hijos (puede aparecer maltrato infantil).
 Nivel contextual: participación social disminuida, predominancia de situaciones vitales caóticas porque se
ha visto interferida su capacidad de hacerse cargo de su familia y trabajo.

Razones que las motivan a consultar


 La violencia ha adquirido características inesperadas (como en intensidad o frecuencia).
 La violencia empieza a involucrar a otros, especialmente hijos.
 Terceros intervienen desde instituciones sociales, lugares de poder o redes significativas.
 Conocimiento por parte de la mujer de que su problema es también vivido por otras personas.
 Aparición de sintomatología, lo que hace sentir a la mujer que ya no puede “aguantar” más y que la situación
escapa a su control.

El hombre violento: En el drama de la violencia en pareja convienen entender que el hombre violento no satisface
una necesidad sádica sino que emplea la violencia como un recurso definitivo para mantener o imponer el poder
en la relación. Sólo el 10% de los hombres violentos tiene algún tipo de trastorno psicológico.

Perfil psicológico del hombre violento (Deborah Sinclair)


Negación y minimización: muchos hombres tienden a restar importancia a su acción violenta y las consecuencias. En
muchos casos creen firmemente que ellos no tienen ningún problema: de esta manera la negación permite eludir la
responsabilidad de los actos y de las acciones para superar sus dificultades.
Racionalización: justifican sus actos a través de la provocación del otro, por pérdida de control o efecto de sustancias.
Externalización de la responsabilidad: atribuyen sus conductas a causas externas, las que generalmente justifican su
comportamiento.
Miedos de dependencia: la mayoría temen perder a sus esposas y generalmente reprimen este miedo percibiendo a su
pareja como la causante real de tal amenaza.
Internalización del modelo masculino tradicional: el cual destaca: (a) situación social de privilegio , (b) mitos y
creencias de superioridad
Expresión inadecuada de emociones: miedos y ansiedades tienden a ser enmascarados como rabia o enfado,
emociones aceptadas tradicionalmente como masculinas.
Aislamiento: muchos se imponen a sí mismos tal condición, al percibir el entorno social próximo como amenaza a la
necesidad de control de la pareja.
Pobre control de impulsos
Experiencia infantil de maltrato: el 81% ha sido víctima o testigo de violencia en la familia de origen.
Baja autoestima: los sentimientos de impotencia en su vida, tienden a generalizarlo a su relación. Experimenta
sentimientos de inadecuación personal y social.

Análisis descriptivo del hombre violento en función de su individualidad


1. Dimensión conductual:
a. modalidades conductuales disociadas: aparece públicamente equilibrado y gentil, pero privadamente
amenazante y agresivo.
b. conducta permanentemente defensiva y de posesividad respecto a su mujer.
2. Dimensión cognitiva:
a. percepción rígida y estructurada de la realidad
b. minimización cognitiva de las consecuencias de su propia conducta y maximización perceptual de los
estímulos que lee como provocación.
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c. Tendencia a confundir imaginación con realidad y a actuar en relación a su construcción de la realidad, sobre
todo en lo relativo a su mujer.
3. Dimensión interaccional:
A través del ciclo de la violencia se va solidificando un vínculo dependiente y posesivo con una fuerte asimetría que
perpetúan un juego de roles complementarios que resuelve la alta necesidad de dependencia emocional de estos
individuos.
4. Dimensión psicodinámica:
a. internalización de pautas violentas de resolución de conflictos en la temprana infancia: la vía violenta es la
más rápida y eficaz para resolver conflictos y también para lidiar con lo insoportable de la demanda externa.
b. identidad masculina: construida a partir de 2 procesos* simultáneos y complementarios: hiper-desarrollo
del yo exterior (hacer, actuar, lograr); represión de la esfera emocional
* La mantención del equilibrio entre ambos procesos obliga a un permanente autocontrol que reprime
sentimientos de dolor, tristeza, pena, etc.

Resiliencia

Definición: adquisición de una competencia para manejar las dificultades crónicas de su situación y la posesión de una energía y
de un optimismo para poner en práctica esa destreza.
Por mucho tiempo se creyó que la resiliencia dependía únicamente de las características individuales de cada persona
(ontosistema), pero con el correr del tiempo se comprendió que la resiliencia se logra gracias mediante un proceso complejo que
integra la participación de diversos actores: microsistema, ecosistema y microsistema (Manciaux).

Cyrulnik: Papel del significado en la resiliencia: el significado del objeto no se encuentra en el objeto mismo sino en el entorno que
atribuye significado al objeto.

Manciaux:
 No se es resiliente uno solo, es fundamental el papel del ambiente y de la cultura en la adquisición de la resiliencia y la
efectividad de ella
 Las palabras de los adultos pueden modificar y moldear las palabras de los niños
 La cultura y el ambiente son claves para elaborar un sentido que permita entender los sucesos adversos que nos ocurren.
La comunidad le atribuye un significado colectivo a los sucesos traumáticos, el que es crucial en la génesis y la evolución de
las reacciones postraumáticas. La cultura permite significar los hechos traumáticos y los significados colectivos influyen en
la adecuación psicológica.
 Necesitamos estar insertos en ambientes resilientes y en culturas que logren explicar los hechos traumáticos y
resignificarlos para salir adelante.

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