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importante reto a superar en la construcción de un protestantismo más
educado, ilustrado, contextual y pertinente.
DECLARACION
“POR UN CRISTIANISMO ECOLÓGICO, CON CONCIENCIA SOCIAL Y
PLANETARIA”
Los creyente en cuanto afirman que Dios ha creado todas las cosas y por lo
tanto son responsables y corresponsable del cuido y la protección del medio
ambiente; debemos desarrollar una mayor conciencia que tanto nosotros como
la sociedad tenemos derecho a gozar de una calidad de vida decente y esto
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pasa por el cuidado y respeto hacia los ecosistemas, la naturaleza, la
biodiversidad. Lo cual se muestra en el compromiso de la no contaminación
atmosférica, de los mantos de agua, de los suelos, la no quimización de los
alimentos, la denuncia de que no se destruyan los bosques, que se aseguren
los debidos estudios de impactos ambientales, que se firmen y cumplan los
compromisos internacionales y regionales en materia de medio ambiente y
recursos naturales, que no se den en concesión bienes comunes que
pertenecen como patrimonio a la nación o las comunidades indígenas. Cada
creyente evangélico hoy, debe asumir su responsabilidad ecológica de justicia
intergeneracional. No le podemos heredar a la presente generación de niñez,
ni a los que no han nacido una sociedad ecológicamente contaminada y
destruida. Somos personal y colectivamente responsable del futuro de nuestra
Casa Común. El Cristianismo debe tener un perfil personal, social y ecológico
y ser por sobre todas las cosas ecológicos, porque somos parte de la
creación de Dios.
Por ello, el Cristianismo del Siglo XXI debe ser bíblico, personal, social y
ecológico que implique: a) una conciencia planetaria de que los bienes y
servicios son limitados. b) la necesidad de asumir las erres (p) del
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pensamiento ecológico: respetar a todos los seres, rechazar la propaganda
falsa y consumista, reducir, reutilizar, reciclar, re arborizar. c) El suelo, el
agua, la agricultura, los alimentos, el crecimiento, la justicia son componentes
de la humanidad colectiva, producto de una gracia ecológica inmerecida.
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equidad de género, y el respeto a la vida, la propiedad individual,
comunitaria, indígena y popular. Un nuevo protestantismo hoy en Nicaragua,
implica estar consciente que somos la reserva moral de esta sociedad en
materia de valores de reino, justicia, paz y solidaridad.
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permitir que minorías que no se identifican con nosotros, decidan nuestros
destinos. Somos la cuarta generación de evangélicos, y no podemos seguir
permitiendo que terceros no identificados con nuestros valores, principios,
visiones y espiritualidad nos vean solo como “voto” y no como protagonistas
y sujetos políticos. Por ello, animamos a los hermanos y hermanas que
participan en política y que son miembros de nuestra comunidad a ser fieles
al evangelio del Reino de Dios y la justicia, a formarse responsablemente, a
consolidar los esfuerzos que realizan con propuestas, contenidos y programas
actualizados asegurando participación a los jóvenes y las mujeres. Así como
animamos a la comunidad evangélica en el campo y la ciudad a salir a votar
en estas elecciones municipales de Noviembre del 2016, pidiendo a Dios que
les guie en su conciencia para que queden electos personas que se
identifican con el Evangelio de Jesucristo, que compartan con nosotros valores
comunes, que cuenten con programas y proyectos locales ecológicos,
comunitarios y sociales para las comunas, que sean candidatos probos, no
corruptos y con antecedentes oscuros, peligrosos o mafiosos. Y que sobre
todo, sean gobiernos abiertos a la comunidad, las organizaciones de la
sociedad y se deban a sus electores. Nosotros Protestantes del Siglo XXI, en
Nicaragua, afirmamos nuestra convicción en el Señorío de Jesucristo, la Biblia,
norma de vida y costumbre, la libertad de conciencia, libertad de
pensamiento, libre organización y participación.