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DIÓCESIS DE MATURÍN

SEMINARIO MAYOR “SAN PABLO APÓSTOL”


MATURÍN-EDO. MONAGAS
SEMINARIO DE CATEQUESIS Y MISIÓN

Prof. Pbro. Jaasiel Rincones. Seminarista: Cristian Rondón.

De Catequizandis Rudibus.

1. ¿Qué impresión te queda del texto?

Al leer y profundizar en la Obra de San Agustín, De Catequizandis Rudibus, da la


impresión de que la mayoría de los aspectos que el autor expone al diacono Deogracia, que
es el destinatario, son muy actuales, que de cierto modo, salvando las épocas, son de
utilidad para los catequistas y la aplicación de la metodología catequética. Asimismo,
refleja la fuerza y dinamismo de la Iglesia que busca, por la catequesis, mantenerse fiel al
Señor y al hombre ante las nuevas situaciones de la época; una Iglesia consciente de que su
crecimiento y caminar dependen de la catequesis; una Iglesia evangelizadora y misionera.

2. ¿Qué cosas se pueden aplicar al proceso catequético a la luz de las realidades


pastorales?

En el transcurso de la obra, utilizando el método hermenéutico, se puede evidenciar


que algunos aspectos son aplicables al proceso catequético. A saber:

- Cuando Agustín se dirige a Deogracias: Es la voz del pastor (obispo) que


acompaña la catequesis de su pueblo, el que ilumina con su sapiencia que viene de
lo alto, que exhorta, dirige, que es el vínculo de unidad. Es aplicable, puesto que
simbolizaría el magisterio que ilumina el proceso de educación en la fe.
- Realidades del catequista: Deogracias se dirige a Agustín en medio de su realidad,
es necesario que cada catequista caiga en la cuenta de que ha sido llamado desde su
realidad para ser testimonio (madurez de fe), y debe iluminar su vida con la Palabra
de Dios y las enseñanzas de la Iglesia.
- Contenido acorde a cada etapa: Es necesario que el/la catequista se ubique en la
etapa de sus catecúmenos, de manera que, el contenido de la etapa que le
corresponde guiar logre asumirlo de tal forma, que con alegría lleve un testimonio
de fe vivido expresado en palabras, y sustentado por la caridad y el Amor al
prójimo, que es el pilar fundamental del sentido de pertenencia que debe marcar a
todo maestro de fe.
- Conocer a los catecúmenos: Si bien es cierto, toda persona está inmersa en una
realidad particular. La catequesis de adecuarse a cada realidad de los catecúmenos.
Para esto, me atrevo a decir que, no solo basta una experiencia de fe vivida (que es
la base de todo anuncio), sino una pedagogía y una metodología acorde que permita
al catequista implementar una acción pastoral acorde a la realidad. Esto obliga a una
preparación seria de los catequistas. Por lo tanto, el catequista debe: conocer las
realidades, guiar en la fe, formar, estar convencido y hacer todo con alegría.

3. ¿Cuál sería tu aporte fruto del texto de San Agustín?

A la luz de la obra de San Agustín, puedo, más que aportar, quiero acotar que, tal
obra muestra la esfinge de un paradigma de catequista, es una luz para el catequista de hoy.

Al catequista recuerda varias actitudes esenciales, que dan sentido al ministerio y le


pide una constante atención metodológica:

- Nunca separarse de la verdad.


- Darse cuenta del proceso del catequizando para no edificar sobre terreno falso.
- Tratar de conocer sus intenciones, su realidad.
- No fastidiarlo ni confundirlo, preparar bien, con esmero y alegría el contenido,
según la etapa.
- En algunos casos más hay que hablar a Dios por él, que de Dios a él.
- Insiste en un contenido integral y orgánico situándolo siempre dentro de la Historia
de Salvación.
- Contenido ilustrado abundantemente con ejemplos de la vida ordinaria de sus
oyentes: Se han de preferir siempre las cosas verdaderas a las bien dichas, a la
manera que se estiman más los amigos prudentes a los bien parecidos.
- Di las cosas de tal manera que aquel a quien hablas oyendo crea, creyendo espere, y
esperando ame, es decir, convencerse, vivir antes de lo que se predicará.
- Testifica con alegría.

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