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Yue Yuen tiene 265,000 habitantes y es la población que sustituye a los distintos pueblos de los que llegan los

jóvenes
trabajadores. Posee sus temporadas y ritmos, tal como las aldeas que han abandonado estos trabajadores, pero en este
caso son marcados por los dictados comerciales de países que se encuentran a miles de kilómetros de distancia. Yue Yuen
cuenta con su propio sistema de tratamiento de aguas y sus estaciones de energía eléctrica. Dentro de cada conjunto fabril
hay dormitorios y cafeterías, sucursales de la oficina de correos y la compañía telefónica, clínicas médicas y tiendas.

El complejo de una fábrica tiene un hospital con 100 camas, una estancia infantil, una sala de cine con 300 butacas y un
grupo de actores. Zhang Qianqian tiene 21 años y llegó a Yue Yuen hace tres. Cuenta que después de estar ahí 18 meses,
abandonó el lugar debido a conflictos con su jefe y que, al poco tiempo, regresó a su casa. El año pasado, antes de renunciar
y volver a casa, en esta ocasión para estar con su abuela que cumpliría 80 años, estuvo trabajando en una fábrica de paratos
electrónicos. Al poco tiempo volvió a Yue Yuen. Ella explica: “He ido de aquí para allá y, al parecer, siempre termino en esta
fábrica”.

Una tercera parte de los zapatos del mundo son fabricados en Guangdong, provincia que comparte frontera con Hong Kong.
En ese mundo, Yue Yuen es la reina. Establecida en 1989 por Pou Chen Corp. De Taiwán, Yue Yuen es el principal proveedor
de Nike, Adidas, Reebok y otras marcas. La empresa tiene tres complejos fabriles en Gaobu, un suburbio de Dongguan, y es
uno de los empleadores más grandes de esa provincia. Yue Yuen tiene algunas fábricas que producen las materias primas
para los zapatos y otras que se dedican a cortar, coser y ensamblar las distintas partes. Emplea a diseñadores que trabajan
con las compañías de calzado para desarrollar nuevos modelos de zapatos. En la actualidad, una línea de montaje de Yue
Yuen tarda 10 horas en producir un par de zapatos, desde preparar las materias primas hasta tener un producto terminado
listo para su embarque, en comparación con los 25 días que se tardaba hace cuatro años.

En un mundo de cambios e incertidumbre, Yue Yuen ofrece una estabilidad que contrasta con la transitoriedad de la vida
de los migrantes.

Muchas de las fábricas ubicadas en el delta del Río Perla no ofrecen seguridad y deben dinero a los trabajadores. En Yue
Yuen, el salario es promedio; es decir, alrededor de 72 dólares al mes, después del descuento por alojamiento y alimentos.
La empresa tiene fama de exigir jornadas muy largas y de tener administradores autocráticos, pero paga los sueldos de
forma puntual. El trabajo suele ser de 11 horas al día y 60 horas a la semana, con descanso los domingos. El índice de
rotación es superior a 60 por ciento al año. En cada habitación duermen 10 trabajadores y se tienen regaderas con agua
caliente y comidas adecuadas. Ochenta y cinco por ciento de los trabajadores de Yue Yuen son mujeres jóvenes.

La sociedad en la fábrica se divide siguiendo las mismas líneas que las provincias. Los trabajadores de la misma provincia
permanecen unidos y hablan dialectos que los demás no entienden. Los estereotipos locales tiñen la contratación. Los
gerentes de muchas fábricas se niegan a contratar a personas de Henan porque se considera que no son confiables,
mientras que las de Anhui son consideradas sagaces en exceso. Casi todos los administradores de Yue Yuen son migrantes
que iniciaron su carrera en la planta de la fábrica y han sido clasificados con base en una intrincada jerarquía establecida.
Hay 13 niveles de administradores, desde trainee de gerente hasta director general. Hay una cafetería de uso exclusivo para
aquellos que se encargan de las líneas de producción y otra para los supervisores en jefe, mismos que están un peldaño más
arriba en la jerarquía. Sólo los líderes de la línea y los gerentes de niveles más altos pueden vivir en el interior de la fábrica
con un hijo. Zhang Qianqian había ido a un dormitorio para visitar a unas amigas que vivían en la Habitación 805 al final del
pasillo. Llevaba puestos unos jeans y un reloj sport negro. Zhang recordó las mañanas en casa cuando su abuela la
espertaba para desayunar: “Me llama para que desayune, pero en ocasiones sigo dormida. Entonces mi padre me dice: ‘Te
quedas acostada en la cama, ni siquiera vienes a comer el desayuno que tu abuela te ha preparado’”. Frunce el ceño y dice:
“En casa siempre te están criticando”. La mayoría de los trabajadores tiene complejas relaciones con sus hogares. Cuando
no están en ellos los extrañan, pero cuando pasan algún tiempo en sus pueblos no tardan en aburrirse y añoran regresar a
la ciudad. Allá en sus pueblos las familias presionan a las chicas: Envía dinero a casa, no te enredes con un novio, cásate más
pronto, regresa. En su mayoría, las chicas hacen lo que mejor les parece. Muchos padres ni siquiera tienen el número de
teléfono de sus hijas en la fábrica.

Cuando las chicas de Yue Yuen van a casa, sus padres quieren que descansen, en lugar de que trabajen en la granja,
pensando que de por sí han trabajado demasiado. Las chicas respetan los horarios campesinos, es decir que se despiertan al
amanecer y se van a dormir temprano. Sin embargo, la mayor parte del tiempo que están despiertas lo pasan viendo
televisión. El tiempo no es importante en el pueblo. No obstante, en Yue Yuen el tiempo se mide con base en incrementos
precisos. Al frente de cada estación hay un letrero de plástico que indica cuántos segundos requiere esa trabajadora para
terminar una tarea. Los superiores entrenan a los empleados con cronómetros en mano. La productividad en Yue Yuen ha
aumentado 10 por ciento en los pasados tres años. Una investigación realizada por Adidas respecto al efecto que ha
producido su insistencia por incrementar la eficiencia reveló que las trabajadoras al principio sentían más estrés, pero que

con el transcurso del tiempo se iban adaptando. Una línea de producción tiene 470 trabajadores. Un par de zapatos
deportivos llega a pasar por unas 200 estaciones. Las trabajadoras del departamento de corte troquelan las piezas sobre
tiras de material tejido. Las costureras cosen los logotipos y colocan los ojales para los cordones sobre estas piezas para
fabricar la parte superior del zapato. Las armadoras de la base pegan capas de caucho y plástico para fabricar la suela. Las
montadoras unen a presión la suela y la parte superior, introducen la horma, que es un molde de plástico con forma de pie,
y pegan las dos partes para unirlas. Una máquina aplica 88 libras de presión a cada zapato. Las trabajadoras retiran las
hormas, revisan si hay defectos y empacan los zapatos en cajas. En la lengüeta de cada zapato hay una etiqueta que dice
“Hecho en China”. Yue Yuen tiene 290 líneas de producción en fábricas distribuidas a lo largo y ancho de China, y cada una
de ellas produce 157.7 millones de pares de zapatos al año para empresas como Nike, New Balance, Timberland y Rockport.

Las empresas occidentales que presionaron a las fábricas para que mejoraran las condiciones de trabajo también exigieron
precios más bajos. Las trabajadoras ahora laboran menos horas, pero terminan más agotadas debido a que las tareas son
distribuidas con precisión a efecto de garantizar que casi no haya tiempo muerto. Las marcas ahora proporcionan a las
fábricas 30 días para entregar un pedido, pero hace tres años les daban 60 días y hace 10 les daban 90. Los pedidos son
cada vez más pequeños, lo cual permite a los diseñadores responder con más rapidez a los cambios que registra la moda.

Capítulo 5 Administración global 181 ......

Caso para desarrollar el pensamiento crítico Desde el interior de una fábrica china41

Preguntas ........................................................................................

1. ¿Qué valores ilustra este caso? ¿Son similares a los suyos?

2. ¿Le gustaría trabajar en esta fábrica China? Justifique su respuesta.

3. ¿Qué competencias tendría que desarrollar para poder administrar a los empleados de esta fábrica?

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