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Universidad de San Carlos de Guatemala

Centro Universitario de Suroccidente


Carreras de Pedagogía, Plan Fin de Semana
Licenciatura en Pedagogía y Admón. Educativa -Octavo Ciclo-
Curso: Planeamiento Educativo (Código: E-111)
Prerrequisito: Ninguno
Facilitadora del Curso: M.A. Dorian Rebeca Peña Signor de Archila

TOMA DE DECISIONES
Analicen este caso:
Robert Heller, en su libro “Las Grandes Decisiones de los Grandes Empresarios” indica que para
una buena toma de decisiones, en primer lugar se debe tener una comprensión cabal de todos
los hechos implícitos y de las condiciones circundantes y, en segundo lugar, aprovechar al
máximo las experiencias propias y ajenas, actuando además con seguridad y aplomo para
mantener el control sobre las causas y consecuencias de cada decisión.
Plantea un problema que pone a prueba nuestra capacidad para tomar decisiones.

Usted anda perdido en la selva y se encuentra en una encrucijada en su peligroso camino. Le


han informado que uno de los caminos conduce a una muerte segura pues está lleno de
caníbales, tigres, pantanos tóxicos y cocodrilos. El otro camino lleva a la seguridad perfecta
pues conduce a una guarnición militar pero falta el detalle esencial: ¿Cuál de los dos caminos
es cuál? Por fortuna, junto a la encrucijada se encuentra un indio, pero, por desgracia, hay dos
tribus de indios en la zona: unos que siempre dicen la verdad y otros que siempre mienten, la
decisión es sencilla pues solo hay dos opciones, es cuestión de vida o muerte.

A esta encrucijada llegan uno tras otro, seis exploradores.


El primero es un hombre de los que nunca pierden el tiempo. Sabe que, en todas las
decisiones, las probabilidades son de mitad y mitad. Dice: “el que no arriesga no gana” y sin
pedir ninguna orientación al indio, se va por el camino de la derecha. Se lo comen los tigres. El
estilo de decisión de este hombre es a ciegas, impulsivo. En ocasiones acierta cuando las
probabilidades están mitad a mitad; sin embargo, su promedio será bastante menor a una vez
de cada dos, porque otros más listos le arrebatarán algunas de las probabilidades a favor
propio.

El segundo explorador es de los que se enorgullecen de su capacidad de intuición, de su


“olfato”. Antes de seguir el camino que le dicta su “olfato”, le pregunta, sin mucho interés al
indio, cuál es el camino correcto y luego escoge también el camino de la derecha. Se lo comen
los caníbales esa misma noche. Este tipo de explorador se fía de la intuición (el subconsciente
sensible) pero, a menudo, las corazonadas engañan y llevan a tomar, con frecuencia,
decisiones indiscutiblemente equivocadas. El problema es saber cuándo nuestro “olfato” nos
dice la verdad.

El tercer explorador es un estudioso de la naturaleza humana; sabe que el indio tiene la clave
de la supervivencia y le pregunta - ¿Tú dices la verdad?- aunque ya sabe que la respuesta va a
ser afirmativa porque el embustero mentirá y el que dice la verdad no mentirá. Pero el
explorador estudia con gran atención los negros ojos y el lenguaje corporal del indio.
Convencido que el indio le ha dicho la verdad, continúa por el camino de la derecha y el
pantano se lo traga en cuestión de segundos. Este explorador sabe que las decisiones mejoran
cuando se fundamentan en los datos, en los análisis y en la interpretación. Lo que no sabe es
que, si esos tres factores son falsos, las decisiones serán equivocadas. A este grupo pertenecen
la mayoría de las decisiones empresariales equivocadas y se dan cuando los directivos no han
reunido la información suficiente para tomar una decisión y llegan a conclusiones erróneas.

El cuarto explorador ha meditado el problema mientras se abría paso por la selva con su
machete. Cuando llega a la encrucijada, ya sabe qué y cómo debe preguntarle al indio;
escucha atentamente su respuesta y toma el camino de la izquierda. Este explorador es el
héroe de los manuales de dirección de empresas, acierta todas las veces previendo cuándo
llegará el punto de tener que decidir; sin embargo, es un héroe mitológico ya que pocas veces
la solución aparecerá tan lógicamente clara como en este ejemplo. La pregunta que hizo el
explorador al indio fue: -Si yo te preguntara cuál es el camino salvador, ¿hacia dónde
señalarías? Si la pregunta fuera hecha en forma directa, el embustero señalaría el de la muerte
segura, pero dada la forma de la pregunta, si apuntara en esa dirección estaría diciendo la
verdad y como está acostumbrado a mentir, entonces apuntará al camino seguro, igual que lo
haría si fuera del tipo de indios que siempre dicen la verdad.
El quinto explorador tiene más experiencia en la selva que todos los demás juntos. Examina
todos los detalles y su ojo experto descubre, por las huellas recientes, que tres de sus colegas
exploradores se fueron por la derecha y solo uno por la izquierda por lo que sigue la dirección
de la mayoría y también perece. Este explorador buscaba la seguridad y la comodidad
siguiendo a la mayoría. Los que toman decisiones siempre estarán expuestos a la influencia de
las opiniones convencionales, de la sabiduría convencional y del espíritu del “rebaño”; por eso
tantos cometen los mismos errores.

El sexto y último explorador le pregunta el camino al indio, echa a andar por el camino de la
izquierda, se detiene, cambia de opinión, regresa para irse por la derecha, se detiene otra vez
indeciso y regresa a la encrucijada y se sienta al pie de un árbol. El indio lo felicita por el
lugar seguro que ha escogido (lo cual es mentira) y lo abandona junto al árbol en donde las
serpientes, el paludismo y el hambre acabaron con él.

El único camino verdadero es el del cuarto explorador; sin embargo, el proceso ideal de la
toma de decisiones, también necesita apoyarse en la intuición, como en el caso del segundo
explorador y requiere mucho de la voluntad de acción del primero así como también una
buena dosis de la capacidad psicológica del tercero y algo de los hábitos de observación de las
mayorías como el quinto; en cambio no necesita para nada la indecisión y la cautela del sexto.
Atención juiciosa, valoración inteligente de los riesgos, saber esperar a que madure el
momento, son elementos del proceso ideal de la toma de decisiones. El que espera a tener
todos los ases en la mano también va por el camino de la derecha.

Estos exploradores son una buena guía en cuanto a los principios generales acerca de la toma
de decisiones y de quienes las toman. Aunque muchas decisiones no implican ninguna medida
de sutileza, en los negocios, las situaciones de certeza absoluta, son sorprendentemente
escasas.

GUÍA DE TRABAJO INDIVIDUAL

Proceda a responder las siguientes interrogantes, teniendo como fundamento, el


caso planteado en párrafos anteriores. Sea conciso y concreto en las respuestas que
consigne. Debe desarrollar esta actividad en hojas papel bond, tamaño carta, a
computadora. Adjuntar carátula y entregarlo en físico, con fólder.

1) ¿Por qué se considera que el primer explorador tomó una decisión impulsiva?

2) ¿Qué sucede cuando tomamos decisiones precipitadas?

3) ¿Por qué se considera que el segundo explorador tomó una decisión intuitiva?

4) ¿Qué sucede cuando nos dejamos llevar por nuestra intuición?

5) ¿Por qué se considera que el tercer explorador tomó su decisión basado en una parte
de la realidad (el comportamiento humano)?

6) ¿Qué sucede cuando no consideramos todos los factores?

7) ¿Por qué se considera que el quinto explorador tomó su decisión dejándose llevar
por lo que aparentemente habían hecho los demás?

8) ¿Qué sucede cuando nos dejamos influenciar por lo que dicen o hacen los otros?

9) ¿Qué mérito tiene el único explorador que tomó el camino izquierdo?

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