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Modelos de crecimiento restringidos por la balanza de pagos: historia y

resumen
A.P. Thirlwall

Universidad de Kent

Mayo de 2011
Traducción elaborada por: Castillo, Kevin; Castro, Nicolás; Cañuelo, Belén; Arroyo, Ariana

Sinopsis
Este trabajo estudia los modelos de crecimiento restringidos por la balanza de
pagos desde el aporte original de la Ley de Thirlwall de 1979 hasta las últimas pruebas
del modelo usando técnicas de cointegración. Se exploran los antecedentes históricos
del modelo (por ejemplo, el multiplicador del comercio de Harrod, análisis de brecha
dual, el modelo de centro-periferia de Prebisch), y varias extensiones del modelo son
descriptas incluyendo: flujo de capitales, pagos de intereses de la deuda, y una
generalización del modelo para incluir muchos países y muchos bienes.
Toda la literatura empírica, usando series de tiempo, datos de panel y de corte
transversal, está documentada junto a la discusión de las pruebas empleadas. El
modelo básico de que el crecimiento del PBI en el largo plazo puede ser aproximado
por el ratio de crecimiento de exportaciones sobre la elasticidad ingreso de la
demanda de importaciones es notablemente robusto. La relevancia del modelo se
demuestra por la actual discusión de los desequilibrios globales en la economía
mundial.

Palabras clave:
Crecimiento restringido por balanza de pagos; multiplicador del comercio de Harrod,
modelos norte-sur; desequilibrios globales.

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Introducción
Han pasado treinta años desde que mi trabajo “La restricción de Balanza de Pagos
como una explicación de las diferencias internacionales en tasas de crecimiento” fue
publicado por primera vez en Banca Nazionale del Lavoro Quarterly Review, en
Marzo de 1979. Estoy muy agradecido con el editor, Alessandro Roncaglia, por
aceptarlo ya que ha generado mucho interés, que en cierto sentido me sorprende,
porque la idea básica es muy simple, y no es nueva. En esta introducción voy a
describir el trasfondo a la formulación de este modelo (y sus extensiones), y discutir
los antecedentes históricos de la visión que la balanza de pagos de un país es
importante para su tasa de crecimiento a largo plazo. Debo remontarme a: el
mercantilismo; el ataque al mercantilismo; la defensa de Keynes sobre el
mercantilismo; el multiplicador del comercio exterior de Harrod; el modelo de centro-
periferia de Prebisch; el modelo de brecha dual de Chenery, y luego continuar
criticando la teoría ortodoxa del comercio por el descuido de las consecuencias que
posee la balanza de pagos en el comercio, y la teoría ortodoxa del crecimiento por
ignorar la balanza de pagos.
Luego, en este trabajo, voy a delinear el modelo de crecimiento restringido por
la balanza de pagos y discutir las recientes e importantes extensiones que se han hecho
con respecto al modelo para hacerlo más realista, y finalmente daré un breve resumen
de algunos de los más antiguos y más recientes estudios empíricos que han adecuado
el modelo para monitorear el desempeño del crecimiento de los países,
particularmente los países en desarrollo. Sigo convencido que las divisas son una gran
restricción para el desempeño del crecimiento en muchos países pobres, y que con un
mejoramiento en el desempeño de las exportaciones, y una elasticidad ingreso de la
demanda de importaciones menor, ellos podrían crecer más rápido. Las divisas son
un recurso escaso, más escaso que el ahorro en muchos casos.

La Historia de una Idea

El trabajo de 1979 se realizó en base a un trabajo que había estado haciendo con
Robert Dixon de la Universidad de Melbourne en la temprana década de 1970 en base
al modelo de crecimiento regional de cuatro ecuaciones de Kaldor (Kaldor, 1970) en
el cual el crecimiento del producto se determina por el crecimiento de las
exportaciones; el crecimiento de las exportaciones se determina por el crecimiento
del ingreso por fuera de la región y por la competitividad; la competitividad se
determina en parte por el crecimiento de la productividad, y el crecimiento de la
productividad se determina por el crecimiento del producto (via la Ley de Verdoorn).
Kaldor define un proceso circular y acumulativo del crecimiento regional (y las
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diferencias en la tasa de crecimiento regional) en el espíritu de la teoría de la
causalidad circular y acumulativa de Myrdal (Myrdal, 1957) – en el caso de Kaldor,
es un proceso conducido por las exportaciones. Dixon y yo estábamos interesados en
formular el modelo rigurosamente, y explorando sus propiedades dinámicas (Dixon
y Thirlwall, 1975a, 1975b). Para testear el modelo necesitamos datos regionales para
países que no están aún disponibles. Por lo cual, aplicamos el modelo a la economía
de Gran Bretaña y encontramos que realmente predecía la tasa de crecimiento
histórica del Reino Unido. Una explicación obvia era que el modelo no contenía la
restricción de balanza de pagos porque no se modelaban las importaciones. Pero
suponga que las variables y los parámetros del modelo generan un crecimiento de las
importaciones que excede el crecimiento de las exportaciones que no es sustentable.
Algo debe ajustarse. En un contexto regional, el problema no se presenta de la misma
manera que lo hace para un país porque las regiones comparten una misma moneda y
no hay tipo de cambio que defender, pero en el caso de los países solo hay dos formas
de ajustar – depreciando el tipo de cambio (que puede o no funcionar) o ajustando el
ingreso. Sabíamos que el Reino unido había sido atormentado con constantes crisis
de balanza de pagos desde la Segunda Guerra Mundial. La pregunta luego se convirtió
en ¿cómo incorporar importaciones y la balanza de pagos en el modelo de Kaldor si
el modelo se aplica a países? Mi colega, Robert Dixon, regresó a Australia, y le tomó
tres años para darse cuenta (en el jardín, podando rosas, como suele suceder) que la
mejor manera de comenzar el modelo era empezar con el equilibrio de balanza de
pagos en la cuenta corriente de largo plazo básico, que implica que el valor de las
exportaciones debe igualar el valor de las importaciones. Luego el crecimiento de las
exportaciones puede ser modelado (con o sin causalidad acumulativa); el crecimiento
de las importaciones puede ser modelado, y ya que el crecimiento de las
importaciones es una función del crecimiento del producto, es posible resolver la tasa
de crecimiento del producto consistentemente con el equilibrio de la balanza de pagos
en la cuenta corriente. Probé el modelo en mis estudiantes graduados, y aquí está lo
que uno de ellos tuvo para decir (Hussain, 2006).

El profesor empezó a trabajar en la matemática de su


manuscrito. En el buen y viejo pizarrón, no obstante, las
identidades y las ecuaciones del modelo estaban animadas, en
una manera que compite fácilmente con las facilidades del
Power-Point de Bill Gates. El modelo contenía tres ecuaciones
básicas representando el crecimiento de las importaciones, el
crecimiento de las exportaciones, y una expresión dinámica
para el equilibrio de la balanza de pagos en general. Sustituyó
las primeras dos ecuaciones en la tercera y el modelo estaba
resuelto para producir una elaborada expresión de la tasa de
crecimiento del producto bruto doméstico (PBI). Cuando los
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términos del intercambio se asumieron constantes la elaborada
ecuación colapso en una expresión que contenía tres símbolos:
y=x/п. ‘La tasa de crecimiento (y) de cualquier país en el largo
plazo es igual a la tasa de crecimiento del volumen de
exportaciones (x) dividido por la elasticidad ingreso de la
demanda de importaciones (п)’, explicó. Nuestros ojos estaban
fijos en el pizarrón, intentando digerir el significado e
internalizar las implicancias de de este animal de tres patas. El
trabajo no era fácil. Para el animal condensar volúmenes de
legendario trabajo en desarrollo económico, encapsulándolos
a todos en una pequeña píldora anti-subdesarrollo. La
enseñanza de la Ley de Engel, que implica que la demanda de
bienes primarios aumenta menos que proporcionalmente en el
ingreso global; el multiplicador de comercio exterior de
Harrod que postula la idea que el ritmo del crecimiento
industrial podría ser explicado por el principio del
multiplicador del comercio exterior; la condición de Marshall-
Lerner que implica que una devaluación de la moneda no sería
efectiva a menos que el deterioro de los términos del
intercambio es más que compensado por la reducción en el
volumen de importaciones y el incremento del volumen de
exportaciones; el super-multiplicador de Hicks que implica
que la tasa de crecimiento de un país es fundamentalmente
gobernada por el crecimiento de sus exportaciones; la hipótesis
de Prebisch-Singer que asevera que el comercio internacional
de un país que depende de bienes primarios puede inhibir más
que promover el crecimiento económico; la noción Verdoorn-
Kaldoriana que un crecimiento más rápido del producto causa
un crecimiento más rápido de la productividad, implicando la
existencia de sustanciales economías de escala; la paradoja de
Kaldor que observó que países que experimentaron la mayor
disminución en su competitividad de precios en el período de
la posguerra experimentaron paradójicamente un incremento
en su cuota de mercado y no una disminución; la literatura
sobre el crecimiento impulsado por las exportaciones que
afirma que el crecimiento de las exportaciones crea un círculo
virtuoso a través de la relación entre crecimiento del producto
y crecimiento de la productividad – todas estas doctrinas eran
de alguna manera puestas en juego y personificados con esta
pequeña cápsula. No sólo eso, la cápsula fue sellada por la

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novela y el poderoso ingrediente de la restricción de la balanza
de pagos: ‘en el largo plazo, ningún país puede crecer más
rápido que la tasa consistente con el equilibrio de balanza de
pagos en cuenta corriente a menos que pueda financiar
crecientes déficits que, en general, no puede’.

El tiempo para la discusión en clase llegó y todo el debate


parecía permanecer en torno a un interrogante básico: ¿si el
crecimiento pudiera ser explicado por una regla que contiene
solo dos variables, cuál era la relevancia de muchas otras
variables socioeconómicas que podían también influenciar el
proceso de crecimiento? ¿Qué sucede con el rol de las políticas
y administración económica? ¿Qué hay del rol del capital, el
trabajo y el progreso tecnológico? La respuesta del Profesor
era convincente para algunos estudiantes, pero confusa para
otros. En un intento de aliviar nuestras caras perplejas el
concluyó la discusión diciendo en una placentera combinación
de sonrisa y discurso ‘Las leyes simples hacen buena
economía’. Y mientras abandonaba el salón de clases, su
sonrisa se torno gradualmente en una risa envolviendo su
observación: ‘si esta regla se llega a conocer como la Ley de
Thirlwall, me retiro.’. Menos de un año después de la
publicación del manuscrito en 1979 esta regla fue coronada
como ‘La ley de Thirlwall’.

La regla de y=x/п es también conocida como el multiplicador del comercio


dinámico de Harrod.

Así que ahí tienen la historia de primera mano. Mohammed Nureldin Hussain
más tarde se convirtió en economista investigador senior en la División de
Investigación sobre Desarrollo del Banco Africano de Desarrollo y editor de la
Revista Africana de Desarrollo. Trágicamente falleció en 2005 a la edad de 51 años,
y África perdió uno de sus más aplicados economistas (para un reconocimiento de su
trabajo, vea Thirlwall, 2006).

Mirada Histórica de la Balanza de Pagos y el Crecimiento

A lo largo de la historia desde Ricardo en adelante, y en tiempos más modernos,


desde el nacimiento de la teoría neoclásica del crecimiento (Solow, 1956), la
ortodoxia ha sido que la balanza de pagos y el crecimiento de la demanda no importan
para el crecimiento de largo plazo. La oferta genera su propia demanda; el balance
de pagos se ajusta automáticamente, y el crecimiento económico es conducido por la

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oferta, por el crecimiento de entradas y el progreso tecnológico, que están dados
exógenamente. Hay además una creciente separación entre la teoría del comercio real
y la monetaria, o balanza de pagos, consecuencias del comercio. El comercio, basado
en la ley de ventaja comparativa, es siempre mejorador del bienestar porque se asume
que la balanza de pagos se ocupa de sí misma y el pleno empleo siempre se mantiene
sin importar el patrón de especialización prescripto por la ventaja comparativa.

Antes de que la ortodoxia desarrollara que la balanza de pagos no importa para


el crecimiento, sin embrago, había una seria discusión sobre la relación entre el
comercio y el crecimiento por los Mercantilistas de los siglos XVI y XVII
representados por Thomas Mun y Edward Misselden en Inglaterra y por Antonio
Serra en Italia, quién afirmaba que los países pueden volverse ricos a través de
incurrir en superávit de balanza de pagos y acumulando metales preciosos o divisas
que mantienen la tasa de interés baja y estimulan la inversión. Este era el hincapié
que hace Mun, en su famoso libro El tesoro de Inglaterra creado por el comercio
exterior publicado en 1664. Lo importante no es el tesoro por su propio valor, sino
su estímulo a la inversión manteniendo bajo el costo de prestar dinero. Sin embargo,
la doctrina del mercantilismo cayó bajo ataque, primeramente por el filósofo escocés
David Hume; en segundo lugar por Adam Smith, y en tercer lugar por David Ricardo.

Hume (1752) atacó al mercantilismo en sus dos ensayos ‘Del dinero’ y ‘De la
Balanza Comercial’ en los cuales discutía que un incremento en metales preciosos
(oro y plata) podría básicamente aumentar el nivel de precios y no tener efectos
reales. Este es el origen de la doctrina de la teoría cuantitativa del dinero; de la idea
de neutralidad del dinero; de la renombrada dicotomía clásica, y particularmente de
la visión que la tasa de interés es un fenómeno real, no monetario. La balanza
comercial podría no tener efectos reales en la tasa de interés.

Adam Smith, en su Riqueza de las Naciones (1776), continuó con el ataque,


también argumentando que los mercantilistas confundían dinero con riqueza, y que
iban en contra del libre comercio. Ninguna de estas críticas es justa con Mun, pero la
crítica se mantuvo. Mun se oponía al proteccionismo comercial por miedo a las
represalias. No fue hasta más tarde que el mercantilismo tendió a tomar una postura
proteccionista para promocionar a las industrias que se encontraban en las primeras
etapas de desarrollo y para la creación de empleo doméstico, aunque antes algunos
mercantilistas destacaron la importancia de la industria en relación a otras
actividades. Por ejemplo, el mercantilista italiano Serra (1613) identifico tres
ventajas de la industria: es más fiable porque no depende del clima; posee un mercado
más seguro porque los bienes industriales no son perecederos, y (lo más importante)
Serra reconoció que la industria experimenta retornos crecientes a escala. La
industria siempre puede reproducirse, como él dice, con menos proporción de costos

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(‘con minor proporzione di spesa’). No fue Nicholas Kaldor quién trajo primero hacia
el frente el rol de la industria manufacturera en el proceso de crecimiento, ni tampoco
Adam Smith, pero un economista italiano escribiendo en los principios del siglo
XVII.

Volviendo al ataque de Hume y Smith, el argumento de la neutralidad del dinero


ignora dos consideraciones importantes. Primero, si la tasa de interés es en parte un
fenómeno monetario, el dinero tendrá efectos reales operando a través de variaciones
en el gasto de inversión y en el stock de capital. Segundo, si hay recursos
desempleados, el impacto de incrementos en la oferta de dinero se dará primero en
el producto, no en los precios. Fue, de hecho, la visión de Keynes expresada en su
Teoría General (1936) que a través de la historia la propensión a ahorrar ha sido
mayor a la propensión a invertir, y que la incertidumbre generalizada y la preferencia
por la liquidez han mantenido, en general, la tasa de interés demasiado alta. Dadas
las predominantes condiciones económicas de la década de 1930 cuando Keynes
escribía, no fue un accidente que el dedicara parte de un capítulo de la Teoría General
(capítulo 23) en defensa del mercantilismo por contener importantes principios
verdaderos. En respuesta a un comentario de Roy Harrod en sus bocetos de la Teoría
General, Keynes contesta:

Quiero hacer justicia por las escuelas de pensamiento que los


clásicos han tratado de imbéciles en los últimos cien años y,
por sobre todo, mostrar que no soy en realidad un gran
innovador, excepto en contra de la escuela clásica, pero tengo
importantes predecesores, y estoy volviendo a una
multisecular tradición de sentido común (Moggridge, 1973).

Los mercantilistas reconocieron, al igual que Keynes, que la tasa de interés se


determina por las condiciones monetarias, y que podía ser demasiado alta para
asegurar el pleno empleo, y en relación a las necesidades de crecimiento. Como
Keynes dice en su Teoría General: ‘los mercantilistas pensaron nunca suponer como
los posteriores economistas hicieron [por ejemplo, Ricardo, e incluso Alfred
Marshall] que había una tendencia autoajustable por la cual la tasa de interés se
establecería en el nivel apropiado [para el pleno empleo]’ (ibid.p.341).

Ahora vayamos a Ricardo. Fue Ricardo en sus Principios de Economía Política


y Tributación (1817) quien aceptó y desarrolló la ley de mercados de Say que toda
oferta crea su propia demanda, y quién por primera vez expuso la teoría de la ventaja
comparativa, que sentó las primeras bases para el comercio ortodoxo y la teoría del
crecimiento que ha prevalecido (más o menos) desde entonces. No voy a desarrollar
la teoría Ricardiana aquí, sino más bien voy a mencionar dos cosas que pienso que
son erróneas en el contexto presente. Primero, la teoría Ricardiana del comercio es
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una teoría real relacionada a la redistribución de recursos reales a través del comercio
que ignora los aspectos monetarios del comercio; eso es, el balance entre
exportaciones e importaciones cuando el comercio toma lugar. En otras palabras,
ignora los efectos de la balanza de pagos en el comercio al que se llega como
resultado de la especialización comercial, y los efectos de retroalimentación que la
balanza de pagos puede tener en la economía real. Segundo, el pleno empleo continuo
es asumido porque la oferta crea su propia demanda a través de variaciones en la tasa
de interés real. Pero en relación al comercio, como Keynes dice: ‘el libre comercio
asume que si disminuyes el trabajo de hombres en una dirección los empleas en otra.
Tan pronto como esa relación en la cadena se rompe, la totalidad del argumento del
libre comercio colapsa.’ (Moggridge, 1973). En otras palabras, la mejora del ingreso
real por la especialización se compensa por la pérdida del ingreso real por el
desempleo.

Volviendo a la balanza de pagos, suponga que se presenta un déficit de pagos en


el proceso de especialización internacional y la liberalización del comercio, y la tasa
de interés debe subirse para atraer flujo de capitales extranjeros para financiamiento.
O suponga que el déficit no puede ser financiado y el ingreso debe ser disminuido
para reducir las importaciones. Las consecuencias del comercio de la balanza de
pagos puede compensar el alza del ingreso real por el comercio.

Esto eleva la pregunta de, ¿por qué la ortodoxia ignora la balanza de pagos? Hay
varias razones, ambas viejas y nuevas, todas relacionan la balanza de pagos a un
proceso autoajustable, o simplemente a una imagen espejada de los flujos de capital
autónomos, sin ajuste implícito del ingreso. En los tiempos clásicos, hasta la Primera
Guerra Mundial, el mecanismo era el estándar del oro. La balanza de pagos se
suponía automáticamente equilibrada porque en los superávits los países acumulaban
oro y perdían competitividad a través del aumento de precios (Teoría cuantitativa del
dinero de Hume), y durante los déficits los países perdían oro ganando
competitividad a través de la caída de los precios. La balanza de pagos se asumió
como eficaz para cuidarse de sí misma a través del ajuste de los precios relativos sin
ningún cambio en el ingreso o el producto.

Luego de que colapsara el sistema internacional de "patrón oro" en 1931, se


desarrollo la teoría del tipo de cambio flexible, y fue demostrado que si el tipo de
cambio real es flexible, y la llamada condición de Marshal-Lerner es satisfecha (por
ejemplo, la suma de las elasticidades precio de la demanda para exportaciones e
importaciones es mayor que la unidad), la balanza de pagos estará en equilibrio; otra
vez, sin ajuste del ingreso.

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En la teoría moderna, los déficits de balanza de pagos se asumes inherentemente
temporarios como resultado de las decisiones inter-temporales de los agentes
privados sobre el consumo. Los déficits son el resultado de decisiones racionales
sobre consumir ahora y pagar después. Los déficits de cuenta corriente son
simplemente una manera de suavizar consumo y no presentan dificultad alguna para
los países.
Finalmente, esta la visión "Panglosiana" de que la cuenta corriente de la balanza
de pagos no tiene importancia en absoluto, porque simplemente refleja el deseo de
los extranjeros de invertir en el país. Los déficits de cuenta corriente deberían ser
vistos como un signo de un éxito económico, no como una debilidad.
No es difícil dudar y criticar cada una de estas ideas de que la balanza de pagos
se cuida a si misma, o no tiene efecto en el crecimiento a largo plazo. En cuanto al
viejo mecanismo del patrón oro, historiadores monetarios como Triffin (1964),
Cooper (1982) y McClosky y Zecher (1976) han demostrado que en vez de que los
niveles de precios de los países deficitarios y superavitarios se muevan en direcciones
opuestas, hubo en el siglo diecinueve una tendencia de los niveles de precios de los
países a moverse conjuntamente en la misa dirección. En la práctica, no son los
cambios en los precios relativos los que equilibran la balanza de pagos sino los
cambios en el gasto y el producto asociados con los diferenciales de tasa de interés.
La tasa de interés subía en países deficitarios lo que disminuía la demanda y la
producción, y caía en los pies con superávit estimulando la demanda. Harrod
desarrollo a principios de la década de 1930 (Harrod, 1933) el multiplicador estático
del comercio exterior mostrando que si los términos reales de intercambio (o tipo de
cambio real) se mantienen constantes, son los "cambios en el ingreso" que mantienen
a las exportaciones e importaciones alineadas entre sí como resultado de un cambio
autónomo en importaciones y exportaciones (ver debajo). Pero incluso en el final de
la década de 1930, muy pocos economistas estaban enseñando esta historia. Una
excepción fue Barrett Whale en la Escuela de Economía de Londres (ver Barret Whale
1932, 1937).

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En cuanto al tipo de cambio flexible visto como un instrumento de equilibrio,
debe hacerse primero una distinción entre el tipo de cambio nominal y el real. Es fácil
para los países ajustar el tipo de cambio nominal, pero no lo es a tanto ajustar el tipo
de cambio real porque los "competidores" podrían “remarcar los precios”, tomando
represalias y los precios domésticos podrían subir con una devaluación nominal. En
segundo lugar, la condición de Marshal - Lerner tiene que ser satisfecha para que la
balanza de pagos este en equilibrio. Este puede no ser el caso en el corto plazo, debido
a la naturaleza de los bienes exportados e importados por un país en particular. La
evidencia internacional durante los últimos cuarenta años desde la ruptura del sistema
de tipo de cambio fijo del acuerdo de Bretton Woods en 1971, sugiere que
modificar el tipo de cambio no es un arma eficiente para ajustar la balanza de pagos.
Los países aprecian y deprecian sus monedas y sin embargo los desequilibrios en la
balanza de pagos continúan.
En cuanto a la sustitución inter-temporal, es errado dar la impresión de que los
cambios inter-temporales en los patrones de consumo no tienen efectos reales,
particularmente si la tasa de interés tiene que subir para financiar déficits causados
por un mayor consumo presente si los países no quieren depreciar el tipo de cambio.
Finalmente, en cuanto a la visión de que los déficits son un signo de éxito, debe
hacerse una importante distinción entre los tipo de entrada de capitales. Si el flujo de
capital es autónomo, como es el caso de una inversión extranjera directa, el argumento
es razonable, pero si son acomodaticios en forma de préstamos del sistema bancario
o la venta de títulos a gobiernos extranjeros y organizaciones internacionales,
la necesidad de subir la tasa de interés tendrá de nuevo efectos reales reduciendo la
inversión y el producto domestico.
Desafíos a la ortodoxia
En los años de posguerra, han habido muy pocos desafíos serios a la teoría
ortodoxa que sostiene que la balanza de pagos no es relevante para el crecimiento.
Los tres más importantes fueron el multiplicador estático del comercio exterior de
Harrod (1933), el modelo centro-periferia de Prebisch (1950) y el modelo dual-gap
de Chenery (1960). Mencionaré algunas palabras sobre cada uno de estos.

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El multiplicador del comercio exterior de Harrod, 1/m, donde m es la
propensión marginal a importar, precede al multiplicador de la inversión de Keynes,
1/s, donde s es la propensión marginal a ahorrar. Harrod deriva su multiplicador bajo
los supuestos de que (i) el ingreso es generado por la producción de bienes de
consumo (C) y exportaciones (X), por lo que Y = C + X; (ii) todo el ingreso es gastado
en bienes de consumo e importaciones (M), por lo que Y = C + M, y (iii) los términos
reales de intercambio son constantes. Por lo tanto, X = M (balanza comercial en
̅ + 𝑚𝑌, donde 𝑀
equilibrio). Si 𝑀 = 𝑀 ̅ representa las importaciones autónomas y
m la propensión marginal a importar, tenemos:

̅)
(𝑋 − 𝑀
𝑌=
𝑚

𝜕𝑌 1
Y, por lo tanto, ̅)
=
𝜕(𝑋− 𝑀 𝑚

̅ siempre lleva a la balanza comercial


Cualquier cambio en X o en 𝑀
nuevamente al equilibrio, pero mediante cambios en el ingreso y no mediante cambios
en los precios relativos. Claramente, la balanza de pagos importa para la
determinación del ingreso y, por extensión (como se verá luego), para el crecimiento.

Los supuestos de que no existe ahorro ni inversión, ni gasto del gobierno ni


impuestos, son claramente irrealistas. Pero esos supuestos pueden ser relajados y
obtenerse los mismos resultados si, primero, todo el ahorro es realizado para la
inversión o si se asume que toda la inversión genera su propio ahorro y si los
gobiernos manejan presupuestos balanceados; o, segundo, si cualquier superávit o
déficit en el sector privado es exactamente compensado por el correspondiente
déficit/superávit en el sector público. Si las “fugas” superan a las “inyecciones”, las
exportaciones van a exceder a las importaciones, y no habrá restricción de la balanza
de pagos. Pero si las “inyecciones” superan a las “fugas”, habrá un déficit de pagos y
la pregunta será por cuánto tiempo puede persistir este déficit sin que tengan que
realizarse acciones correctivas. Si cambios en los precios relativos (incluyendo
cambios en el tipo de cambio) no resultan efectivos, el producto deberá ser deprimido
a través de la contracción de la demanda por parte del gobierno. Estaríamos
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nuevamente en un mundo del multiplicador de Harrod, con un nivel (y crecimiento)
del ingreso determinado fundamentalmente por el nivel (y el crecimiento) de la
demanda de exportaciones en relación con la propensión a importar. Una de las
sorpresas sobre el análisis de Harrod, sin embargo, es que nunca consiguió desarrollar
las implicancias de su modelo sobre el crecimiento, e integrar una “tasa de
crecimiento restringida por la balanza de pagos”, con su famoso modelo de ciclo y
crecimiento (1939) de la relación entre las tasas de crecimiento actuales, garantizadas
y naturales (ver Thirlwall, 2001, para una discusión de este tema).

Raúl Prebisch (1950, 1959) fue el primer economista en la era de posguerra


en cuestionar seriamente la doctrina del beneficio mutuo del libre intercambio entre
países desarrollados y en desarrollo. El enfoque tradicional de la medición de las
ganancias del intercambio es desde el punto visto clásico de la argumentación de los
recursos reales de la especialización que genera el intercambio. En contraste, Prebisch
concentró la atención en los aspectos monetarios, o la balanza de pagos, del comercio,
sosteniendo que las ganancias en recursos reales derivadas de la especialización
podrían ser compensadas por la subutilización de recursos si el tipo de cambio es la
restricción dominante en el producto. Los perdedores son los países menos
desarrollados que tienden a especializarse en actividades con retornos decrecientes y
una baja elasticidad ingreso de la demanda en el mercado mundial, por ejemplo,
productos primarios agrícolas, y los ganadores son los países desarrollados
especializados en actividades con retornos crecientes y con una elasticidad ingreso de
la demanda mayor, por ejemplo, bienes manufacturados procesados. Prebisch ilustró
la naturaleza del problema con un ejemplo numérico simple. Asume dos países: uno
menos desarrollado (LDC) que exporta solo commodities primarias con una
elasticidad ingreso de la demanda en promedio de 0,8 (𝜀𝑙𝑑𝑐 = 0,8) y un país
desarrollado (DC) que exporta solo bienes manufacturados con una elasticidad
ingreso de la demanda en promedio de 1,3 (𝜀𝑑𝑐 = 1,3). La elasticidad de exportación
del LDC es la elasticidad de importación del DC (𝜋𝑑𝑐 = 0,8) y la elasticidad de
exportación del DC es la elasticidad de importación del LDC (𝜋𝑑𝑐 = 1,3). Si ambos
países crecen a igual tasa, la situación es claramente insostenible. Por ejemplo, a una

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tasa de crecimiento de 5 por ciento, el crecimiento de las importaciones del LDC sería
de 5 x 1,3 = 6,5 por ciento, mientras que el crecimiento de las exportaciones sería solo
de 5 x 0,8 = 4 por ciento. El LDC estaría en un déficit perpetuo mientras que el DC
estaría en un superávit perpetuo. El equilibrio de balanza de pagos del LDC requiere
que el crecimiento del producto esté restringido de modo que las importaciones no
crezcan más rápido que las exportaciones.

La tasa de crecimiento restringido sería igual a:

𝑋𝐿𝐷𝐶 𝑔𝐷𝐶 𝜀𝐿𝐷𝐶 5 𝑥 0,8


𝑔𝐿𝐷𝐶 = = = = 3,1 por ciento (3)
𝜋𝐿𝐷𝐶 𝜋𝐿𝐷𝐶 1,3

El equilibrio de balanza de pagos en ambos países implica un crecimiento de 3,1


por ciento en el país LDC comparado con un 5 por ciento en el país DC. La tasa de
crecimiento relativo de los dos países se obtiene mediante un arreglo de la anterior
ecuación (3):

𝑔𝐿𝐷𝐶 𝜖𝐿𝐷𝐶 0,8


= = = 0,6 (4)
𝑔𝐷𝐶 𝜋𝐿𝐷𝐶 1,3

Bajo los supuestos considerados, el LDC está restringido a crecer solo el 60


por ciento de lo que crece el DC.

La ecuación (4) de Prebisch, la cual es la base para su clásico modelo de


centro-periferia, puede mostrarse que es la versión dinámica análoga del resultado del
multiplicador estático del comercio exterior de Harrod discutido previamente1, y el
verdadero predecesor de mi modelo de crecimiento restringido por balanza de pagos
desarrollado mucho después. También es la base de la regla de 45 grados de Krugman
de que la tasa de crecimiento relativo de un país respecto de otro será
equiproporcional al ratio de sus elasticidades ingreso de la demanda de exportaciones
e importaciones si el tipo de cambio real es constante (Krugman, 1989). En el modelo

∆𝑋 ∆𝑋
1
La prueba es: de Harrod ∆𝑌 = = ∆𝑀 . Multiplicando la l.h.s por X/Y y la r.h.s por M/Y (siendo que
𝑚
∆𝑌
𝑋
X=M)m, tenemos Multiplicando la l.h.s por X/Y y la r.h.s por M/Y (siendo que X=M)m, tenemos ∆𝑌 ( 𝑌 ) =
∆𝑋 𝑀 ∆𝑌 ∆𝑋 ∆𝑀 ∆𝑌
{ ∆𝑀 } ( 𝑌 ) 𝑜 𝑌
= ( 𝑋 )/{( 𝑀 )/( 𝑌 )}. Por lo tanto, y= x/π, donde y es el crecimiento del ingreso, x es el
∆𝑌
crecimiento de las exportaciones y π es la elasticidad ingreso de la demanda por importaciones.
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de Krugman, sin embargo, la dirección de causalidad es inoportunamente invertida
desde las diferencias en las tasas de crecimiento a las diferencias en las elasticidades
de ingreso, pero esto es otra historia (ver Thirlwall, 1991).

Permítannos ir ahora al concepto del análisis dual-gap. Hay claramente un link


entre el anterior modelo de Prebisch y el modelo de análisis dual-gap aplicado a países
en desarrollo, hecho famoso por Hollis Chenery y sus asociados en la década de 1960
(ver, por ejemplo, Chenery y Bruno, 1962). La esencia del análisis dual-gap es
mostrar que el crecimiento puede estar restringido tanto por el ahorro doméstico como
por las divisas, y que el rol del endeudamiento externo en el proceso de desarrollo es
relajar cualquiera sea la restricción dominante. La visión de Chenery, como la de
Prebisch, era que para la mayoría de los países en desarrollo, por lo menos en la etapa
intermedia del desarrollo económico, es probable que la restricción dominante sea un
faltante de divisas asociado a déficits en la balanza de pagos, por lo que el crecimiento
estaría restringido por esta.

Considere el siguiente modelo. El crecimiento requiere bienes de inversión


que pueden ser provistos domésticamente o comprados en el exterior. La provisión
doméstica requiere ahorro; la provisión externa requiere divisas. Si se asume que
parte de los bienes de inversión para el crecimiento solo pueden ser provistos
externamente, siempre hay un monto mínimo de divisas requeridas para sostener el
proceso de crecimiento. En el modelo de crecimiento de Harrod (1939), la relación
entre crecimiento y ahorro está dada por el ratio incremental capital-producto (c), que
es el recíproco de la productividad del capital (p), i.e y= s/c o Y= sp, donde y es la
tasa de crecimiento y s es el ratio de ahorro. De la misma manera, la tasa de
crecimiento puede ser expresada como el producto del ratio incremental producto-
∆𝑌
importaciones ( 𝑀 = 𝑚′ ) y el ratio de las importaciones de bienes de inversión –

ingreso (M/Y= i), i.e y= im’. Si hay falta de sostenibilidad entre los recursos
domésticos y externos, el crecimiento estará restringido por cualquiera sea el factor
más limitante – ahorro doméstico o divisas. Suponga, por ejemplo, que la tasa de
crecimiento permitida por las divisas es menor que la tasa de crecimiento permitida
por el ahorro doméstico. En este caso, el crecimiento estaría restringido por las
Página
14
divisas, y si la restricción no es levantada, habrá desempleo de recursos domésticos y
una proporción de ahorro doméstico estará inutilizado. Por ejemplo, suponga que el
producto de ratio de importaciones (i) y la productividad de importaciones (m’) da
una tasa de crecimiento permitido de 3 porciento, y el producto del ratio de ahorro (s)
y la productividad del capital (p) da una tasa de crecimiento permitido de 4 por ciento.
El crecimiento es restringido al 3 por ciento, y para una p dada, una proporción de
ahorros disponibles no podrá ser absorbida. Deberán encontrarse maneras de usar
recursos domésticos inutilizados para ganar más divisas y/o para aumentar la
productividad de las importaciones. Como testificarán muchos países en desarrollo,
sin embargo, es más fácil decir esto que hacerlo. No es fácil vender más en mercados
mundiales si las condiciones externas son desfavorables y las elasticidades precio son
bajas.

La correspondencia entre el resultado del multiplicador dinámico del


comercio de Harrod, y = x/π, y el modelo de Chenery de y = im’ es se manifiesta
inmediatamente. Si el equilibrio en la balanza de pagos implica que un incremento en
las importaciones que permita el crecimiento requiera un incremento en las
exportaciones, un aumento en x elevará i y la restricción de divisas es relajada. Los
economistas ortodoxos criticaron el modelo por sus supuestos rígidos relacionados a
la falta de sustituibilidad entre tipos de importaciones y entre recursos domésticos y
externos. Pero aún seguimos atestiguando la existencia de muchos países en
desarrollo con serias dificultades de balanza de pagos, desesperados por divisas, que
podrían crecer más rápido si la restricción de divisas fuese relajada. Los críticos no
tienen la evidencia de su lado.

García-Molina y Ruiz- Tavera (2009-10) han intentado recientemente combinar


el modelo de crecimiento restringido por balanza de pagos (que será detallado debajo)
con el modelo two-gap de Chenery y Bruno en lo que ellos llaman un “modelo gap
dinámico unificado”. Su enfoque novedoso es hacer dinámica la ecuación gap de
inversión–ahorro de S = I + X𝑃𝑑 - M𝑃𝑓𝑑 , donde S es ahorro, I es inversión, X es
volumen de exportaciones, 𝑃𝑑 es precio de las exportaciones, M es importaciones y
𝑃𝑓𝑑 es el precio de las importaciones en moneda doméstica, y luego sustituyendo
Página
15
expresiones para el crecimiento de las exportaciones y las importaciones (a partir de
las ecuaciones (7) y (8) debajo). En esta ecuación de crecimiento restringido por el
ahorro, el crecimiento del producto es también función del crecimiento de las
exportaciones y de la elasticidad ingreso de la demanda de importaciones, como en el
modelo gap externo convencional, hecho dinámico.

La interacción entre los dos gaps nos lleva a la conclusión de que cambios en las
variables pueden tener efectos diferentes dependiendo del punto de partida de la
economía – restringida por ahorros o restringida por divisas. Por ejemplo, un aumento
en la elasticidad ingreso de la demanda de importaciones empeora una economía
restringida por divisas, pero en el caso de una economía restringida por ahorro, un
aumento en las importaciones relajan las restricciones del ahorro en el crecimiento.

El Modelo de Crecimiento Restringido por Balanza de Pagos de 1979

Mi modelo de 1979 comenzó con la proposición de que ningún país puede


crecer más rápido que a la tasa consistente con el equilibrio de la balanza de pagos en
la cuenta corriente a menos que pueda financiar déficits permanentemente crecientes,
lo que generalmente no pueden hacer. Hay un límite al ratio déficit/PBI, y al ratio
deuda/PBI, más allá del cual los mercados financieros se alteran. La forma más
sencilla de modelar el crecimiento dentro de un marco de restricción de balanza de
pagos, por lo tanto, es empezar con la condición de equilibrio de la balanza de pagos;
especificar las funciones de demanda de exportación e importación, y dado que el
crecimiento de las importaciones es una función del crecimiento del ingreso
doméstico, resolver el modelo para la tasa de crecimiento consistente con el equilibrio
en la balanza de pagos a largo plazo. Esto da las siguientes ecuaciones (5) a (8).

El equilibrio de la cuenta corriente está dado por:

𝑃𝑑 𝑋 = 𝑃𝑓 𝑀𝐸 (5)

donde X es exportaciones; M es importaciones, 𝑃𝑑 es el precio doméstico de las


exportaciones; 𝑃𝑓 es el precio internacional de las importaciones, y E es el tipo de
cambio medido como el precio doméstico de la moneda extranjera.
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16
Las funciones de demanda de exportaciones e importaciones son especificadas
como multiplicativas con elasticidades constantes, resultando:

X = a (𝑃𝑑 /𝑃𝑓 𝐸)ƞ 𝑍 𝜀 ƞ<0,Ɛ>0 (6)

M = b (𝑃𝑓 𝐸/𝑃𝑑 )𝛹 𝑌 𝜋 Ψ<0,𝜋>0 (7)

donde ƞ es la elasticidad precio de la demanda de exportaciones; Ɛ es la


elasticidad ingreso de la demanda de exportaciones; Ψ es la elasticidad precio de la
demanda de importaciones; 𝜋 es la elasticidad ingreso de la demanda de
improtaciones; Z es el ingreso mundial e Y es el ingreso doméstico.

Tomando logaritmos de las ecuaciones (6) y (7), diferenciando con respecto


al tiempo, sustituyendo el crecimiento de las exportaciones y las importaciones en la
ecuación (5) en forma de tasa de crecimiento, y resolviendo para el crecimiento del
ingreso, tenemos:

[(1+ ƞ+𝛹)( 𝑃𝑑 − 𝑃𝑓 − 𝑒)+ 𝜀 (𝑧)]


𝑦𝑏 = (8)
𝜋

donde las letras minúsculas reflejan tasas de crecimiento de las variables.

La ecuación (8) expresa un número de proposiciones económicas familiares:

(i) Una mejora en los términos reales de intercambio (o el tipo de cambio real)
por sí mismo, (𝑃𝑑 − 𝑃𝑓 − 𝑒) > 0, incrementará el crecimiento del ingreso consistente
con el equilibrio de la balanza de pagos.

(ii) Si la suma de las elasticidades precio de de la demanda de exportaciones


e importaciones es mayor a -1, sin embargo, una mejora en los términos reales de
intercambio (o un deterioro en la competitividad), (𝑃𝑑 − 𝑃𝑓 − 𝑒) > 0, empeorará la
tasa de crecimiento consistente con el equilibrio de la balanza de pagos.

(iii) Una depreciación del tipo de cambio, e>0, mejorará la tasa de crecimiento
si (ƞ + Ψ) > -1. Esta es la condición Marshall-Lerner para una devaluación exitosa.
Notar, sin embargo, que una depreciación (o devaluación) de una vez para siempre

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17
no pondrá al país en un sendero de mayor crecimiento permanente. Para que esto
ocurra, la depreciación deberá ser continua o afectar favorablemente a los parámetros
del modelo.

(iv) La tasa de crecimiento de un país es dependiente de las tasas de


crecimiento de otros países (z), pero cuán rápido crezca un país en relación con otros
depende crucialmente de la elasticidad ingreso de la demanda de exportaciones, Ɛ.
Esto dependen de la estructura de producción y exportaciones, como vimos
previamente al discutir el modelo centro-periferia de Prebisch.

(v) La tasa de crecimiento de un país consistente con el equilibrio de la balanza


de pagos está relacionada inversamente a su apetito por importaciones, 𝜋. Esto
también es una función de la estructura de producción e importaciones.

Si los precios relativos en el comercio internacional, o los términos reales de


intercambio, son constantes, la ecuación (8) se reduce a:

𝑦𝑏∗ = Ɛ(𝑧)/𝜋 (9)

y, bajo el mismo supuesto,

𝑦𝑏∗∗ = 𝑥/𝜋
(10)

Mostré este resultado a mi colega de la Universidad de Kent, Charles Kennedy


(quien había sido amigo de Roy Harrod muchos años en Oxford), quien me dijo que
el mismo se veía como una versión diámica del multiplicador estático del comercio
exterior de Harrod. Para mi vergüenza, no había estado familiarizado con el resultado
del multiplicador del comercio estático de Harrod, pero resultó que había reinventado
la rueda en forma dinámica (aunque, como había indicado, Prebisch lo hizo primero,
pero nunca testeó el modelo empíricamente).

Perraton (2003) ha llamado a la ecuación (9) la versión "fuerte" de la Ley de


Thirlwall, y la ecuación (10) la versión "débil", porque si el parámetro 𝜀 no ha sido
estimado usando la ecuación (6), entonces el crecimiento de las exportaciones (x)

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18
debe también incluir el efecto de cambios en el precio relativo como así también el
efecto del crecimiento del ingreso mundial, lo cual debilita el argumento de que la
balanza de pagos es siempre llevada al equilibrio mediante cambios en el ingreso
doméstico. El modelo es mejor testeado, por lo tanto, usando la versión "fuerte" si se
pueden hacer estimaciones robustas de 𝜀.

El modelo puede ser prolijamente ilustrado en una forma diagramática, como


en la Figura 1.

El crecimiento del PBI es medido en el eje horizontal y el crecimiento de las


exportaciones e importaciones el eje vertical. El crecimiento de las exportaciones (x)
es autónomo, mientras que el crecimiento de las importaciones (m) es una función del
crecimiento del PBI de acuerdo a la elasticidad ingreso de la demanda de
importaciones (𝜋), apropiadamente estimada a partir de la ecuación (7) y controlando
por el efecto de cambios en el precio relativo (de otra manera, y=x/ 𝜋 se convierte en
una tautología, como fue primeramente señalado por McCombie en 1981). La tasa
de crecimiento del PBI consistente con el equilibrio en la balanza de pagos es definido
donde las curvas x y m se cruzan. Cuanto más alta sea la curva x y más plana la curva
m, mayor será la tasa de crecimiento con equilibrio, y viceversa.
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19
La pregunta que hay que hacerse es, ¿Que tan bien encajan las simples reglas de
las ecuaciones (9) o (10) en los datos de la realidad? ¡Pues la prueba del pudin esta
siempre en comerlo! Originalmente (in 1979) aplique la ecuación (10) a una selección
de países desarrollados durante los periodos 1951-73 y 1953-76 (usando conjuntos de
datos y estimaciones de π de otras personas para que no se me acuse de retocar los
resultados) y encontré una gran correspondencia entre la experiencia de crecimiento
real de los países y la tasa de crecimiento predicha por el modelo de crecimiento
restringido por la balanza de pagos. La Tabla 1 muestra los datos originales y los
resultados para el periodo 1951-73.

Table 1
Calculations of the Growth Rate Consistent with Balance of Payments Equilibrium, 1951-
1973
Country Change in GDP Change in Income Balance of
(%) exports (x) (%) Elasticity of Payments
Demand for Equilibrium
Imports (п) Growth Rate
Austria 5.1 10.7 n.a. -
Belgium 4.4 9.4 1.94 4.84
Canada 4.6 6.9 1.20 5.75
Denmark 4.2 6.1 1.31 4.65
France 5.0 8.1 1.62 5.00
Germany 5.7 10.8 1.89 5.71
Italy 5.1 11.7 2.25 5.20
Japan 9.5 15.4 1.23 12.52
Netherlands 5.0 10.1 1.82 5.55
Norway 4.2 7.2 1.40 5.14
United Kingdom 2.7 4.1 1.51 2.71
U.S.A. 3.7 5.1 1.51 3.38

Si los cambios en los precios relativos fueran un mecanismo de ajuste eficiente


de la balanza de pagos, no sería de esperar necesariamente una relación entre las dos
tasas. Los resultados parecen reivindicar los supuestos del modelo; que en efecto los
precios relativos no cambian a largo plazo, o que los cambios en los precios relativos

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no funcionan como un mecanismo de ajuste. El coeficiente de correlación entre la
tasa de crecimiento real y la predicha para los países en el periodo 1951-73 es 0.891
(y para el periodo 1953-76 es 0.764), y la desviación media entre la tasa real y la
predicha en ambas muestras (excluyendo Japón) es solo 0.56 puntos porcentuales.
Pero ni el coeficiente de correlación ni la desviación media entre los valores
reales y los predichos son pruebas paramétricas. Desde entonces, sin embargo, tres
importantes pruebas paramétricas han sido desarrolladas. La primera, ideada y
usada por McGregor y Swales (1985), es realizar una regresión a través de países de
y en yB* o yB** y probar si la constante es cero y el coeficiente de regresión no
difiere significativamente de la unidad. Sin embargo, el problema con esta prueba es
que requiere un conjunto completo de países de todo el mundo cuyos déficits y
superávits se cancelen. Si los únicos países tomados en la muestra son
predominantemente deficitarios, la constante será mayor a cero y la pendiente
probablemente difiera de la unidad, y la hipótesis de que el crecimiento está
restringido por la balanza de pagos será rechazada simplemente por una elección
inapropiada de la muestra. Además, uno o dos valores atípicos (como Japón en la
década de 1950 y 60, o los productores de petróleo) teniendo grandes superávits son
suficientes para alterar la relación. Solo se requiere algunos países que no estén
restringidos por la balanza de pagos, para que el resto lo este, aunque la existencia de
valores atípicos llevara a un rechazo estático de la hipótesis.
La segunda prueba paramétrica, mucho más satisfactoria, es la prueba de
McCombie (1989) que calcula la elasticidad ingreso de la demanda de importaciones
(digamos, π*) que haría que y=yB* o yB**, y si no hay estadísticamente diferencias
significativas entre π* y el π estimado, entonces yB* o yB** será un buen estimador
de y. Cuando esta prueba ha sido realizada en países individualmente y en grupos de
países (ver, por ejemplo, Hussain, 1999; Perraton, 2003) el modelo de crecimiento
restringido por la balanza de pagos funciona bien en la mayoría de los casos.
Una tercera prueba, ideada por Alonso (1999) para países tomados
individualmente, es utilizar técnicas de co-integracion para estimar π* probando
niveles en las variables de las funciones de demanda de importación y exportación.
El nivel de ingreso consistente con una balanza de pagos en equilibrio es luego

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calculado y se realiza una regresión del crecimiento del ingreso a su nivel de
equilibrio. Si la constante no es significativamente diferente de cero y el coeficiente
de regresión no es significativamente diferente de la unidad, esto indica una evolución
paralela de las dos series. Alonso demostró que este era el caso para España durante
el periodo 1960 a 1994.

El multiplicador del intercambio de Harrod y el super-mutiplicador de


Hicks
Como componente de la demanda, las exportaciones son únicas. Es el único
componente de la demanda que puede pagar por las importaciones que realizan los
demás componente de la demanda como el consumo, la inversión, el gasto público y
las exportaciones mismas. Si cualquiera de estos componentes de la demanda
aumenta, mientras las exportaciones se mantienen constantes, la balanza de pagos
empeorara, y el crecimiento se volverá restringido por la demanda. En otras palabras,
las exportaciones permiten que los demás componentes de la demanda crezcan mas
rápido de lo que lo harían de otro modo. El multiplicador dinámico del intercambio
de Harrod parece tener en cuenta estos efectos multiplicadores inducidos. McCombie
(1985) ha demostrado como el multiplicador dinámico del intercambio de Harrod
puede ser interpretado como el super-multiplicador de Hicks. El modelo es el
siguiente. Tenemos
Y= (X+E)/k (11)
donde Y es el ingreso, X las exportaciones, E son otros gastos autónomo y 1/k es
el multiplicador Keynesiano (incluyendo la propensión a importar). De la ecuación
(11) tenemos:
y= (𝑎𝑥 𝑥 + 𝑎𝐸 𝑒) /k (12)
donde las letras minúsculas son las tasas de crecimiento de las variables y 𝑎𝑥 y
𝑎𝐸 son la proporción de las exportaciones y de otros gastos autónomos en el ingreso,
respectivamente. Si el único incremente en los gastos autónomos proviene de las
exportaciones, el crecimiento del ingreso esta dado por:
y=(𝑎𝑥 x) /k (13)

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Esto representa el impacto directo del aumento de las exportaciones en el
aumento del ingreso, operando a través del multiplicador tradicional (k). Pero la
máxima tasa de crecimiento consistente con una balanza de pagos en equilibrio
(empezando por el equilibrio X=M) está dado por:
𝑦𝐵 **=x/π (14)
Esto puede escribirse equivalentemente como:
𝑦𝐵 **=(𝑎𝑥 x)/m (15)
donde a=X/Y(=M/Y) y m=ΔM/ΔY
Como k>m, puede verse comparando las ecuaciones (13) y (15) que la tasa de
crecimiento de equilibrio de la balanza de pagos es mayor que el aumento del ingreso
determinado solo por el aumento de las exportaciones. El aumento de las
exportaciones permite a otros componentes del gasto crecer más rápidamente de lo
que lo harían de otro modo. Cuanto más rápido, se encontrara en la diferencia entre
las ecuaciones (12) y (15) y resolviendo para e (el crecimiento autónomo de otros
gastos) que da:
e=k(1/m- 1/k) (𝑎𝑥 /𝑎𝐸 ).x (16)
Si el aumento en los gastos autónomos es menor que esto, la balanza de pagos
tendrá un (creciente) superávit, y la tasa de crecimiento estará por debajo de la tasa
consistente con un equilibrio en la balanza de pagos y viceversa.
Son los grandes superávits y los grandes déficits financiados con entrada de
capitales, combinados con términos de intercambio volátiles, los que a veces alteran
las predicciones del modelo básico (ver luego).

Reconciliando la tasa de crecimiento de equilibrio de la balanza de pagos con la


tasa de capacidad

La tasa de crecimiento de crecimiento de equilibrio de la balanza de pagos es


por definición una tasa de crecimiento restringida por la demanda. Solo por
coincidencia iguala a la tasa de crecimiento de la capacidad, restringida por la oferta,
determinada por la disponibilidad de oferta de factores. Palley (2003) presenta el
problema de cómo se determina la tasa de crecimiento en equilibrio de la economía
en el largo plazo, lo cual evita el persistente aumento en la sobreutilización de la
capacidad si 𝑦𝐵 excede el crecimiento de la capacidad (𝑦𝐶 ) o en la subutilización so
𝑦𝐵 < 𝑦𝐶 . Palley desacredita el modelo restringido por demanda haciendo que la
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elasticidad ingreso de la demanda de importaciones sea endógena al nivel de la
capacidad de utilización, aumentando con el nivel de sobreutilización de la capacidad
lo cual presiona a la baja de 𝑦𝐵 hacia/a/sobre? la tasa de capacidad. El crecimiento de
la oferta, como en la teoría neoclásica del crecimiento, determina el crecimiento en
equilibrio de largo plazo.

Setterfield (2006), sin embargo, ofrece un mecanismo de ajuste alternativo


donde el crecimiento inducido de la productividad (a veces llamado el efecto
Verdoorn) es una función del grado de utilización de capacidad tal que 𝑦𝐵 > 𝑦𝐶
aumenta el potencial de crecimiento del producto hacia la tasa de crecimiento en
equilibrio de la balanza de pagos. La oferta se ajusta a la demanda y la demanda
dirige. Aumentos inducidos en la oferta de trabajo tendrían los mismos efectos. Existe
ahora mucha evidencia empírica de que el crecimiento de la capacidad (o la tasa de
crecimiento natural de Harrod) es endógena de la demanda (para un estudio de los
resultados para los países OECD , América Latina y Asia, ver Dray y Thirlwall,
2010).

Otro mecanismo de reconciliación puede ser la interacción entre el


crecimiento de las exportaciones y la inversión. Cuando el crecimiento de las
exportaciones es alto y 𝑦𝐵 > 𝑦𝐶 , la inversión es alentada subiendo 𝑦𝐶 y viceversa.

En la práctica, ambos mecanismos sugeridos por Palley y Setterfield son


propensos a operar, pero para un equilibrio estable deben trabajar para reconciliar las
dos tasas de crecimiento dentro de un límite estricto puesto que el grado de utilización
de la capacidad no puede caer más allá de cero o exceder la unidad.

Generalización de Nell del Modelo para Muchos Países

En el modelo básico de crecimiento con equilibrio en balanza de pagos, un


país individual exporta a y recibe importaciones del resto del mundo (Z). En la
práctica, sin embargo, un país exporta a e importa de muchos destinos diferentes .
Esto requiere una desagregación del modelo para permitir una gran cantidad de
países. Esto lleva a la generalización de la ecuación (8) primeramente sugerida por
Nell (2006) lo cual desagrega la variable crecimiento del ingreso (z) y toma en
consideración las diferentes elasticidades ingreso de la demanda de exportaciones e
importaciones hacia y desde cada socio comercial (p):

(1+𝛹+ƞ)(𝑝𝑑 −𝑝𝑓 −𝑒)+∑𝑛


𝑝=1 𝑤𝑥𝑝 𝜀𝑝(𝑦𝑝)
𝑦= ∑𝑛
(17)
𝑖=1 𝑤𝑚𝑝𝜋𝑝

donde 𝑦𝑝 es la tasa de crecimiento del socio comercial (p= 1... n); 𝑤𝑥𝑝 es la
participación de las exportaciones al país p en el total de las exportaciones; 𝜀𝑝 es la

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elasticidad ingreso de la demanda de exportaciones de cada destino (p); 𝜋𝑝 es la
elasticidad ingreso de la demanda de importaciones de cada socio comercial (p), y
𝑤𝑚𝑝 es la participación de las importaciones de cada sector en el total de las
importaciones.

Cuando un modelo tal es estimado empíricamente, puede encontrarse que la


balanza de pagos de un país está restringida con respecto a algunos países pero no a
otros. El mismo Nell estima el modelo desagregado para Sudáfrica, el resto de la
"Comunidad de Desarrollo Sudafricana" (RSADC) y la OECD, y encuentra que
Sudáfrica tiene balanza de pago restringida con respecto a la OECD, mientras que
RSADC tiene balanza de pagos restringida con respecto a Sudáfrica. Este enfoque
desagregado resalta la necesidad de implementar políticas de relaciones comerciales
diferentes con países socios.

Modelo multisectorial de Araujo y Lima

Otro aspecto del modelo básico es que agrega todas las exportaciones e
importaciones de manera con junta. Las elasticidades ingreso de la demanda de
exportaciones e importaciones, que "manejan” el modelo, son elasticidades
agregadas, pero en la práctica, por supuesto, son promedios ponderados de las
elasticidades sectoriales. El texto de Pasinetti(1981, 1993) “Dinámicas económicas
estructurales (SED)” reconoce explícitamente el papel de la demanda dirigidas en el
cambio estructural en el crecimiento económico, pero en su modelo no hay un
equilibrio explícito de pagos restringiendo la demanda.

Araujo y Lima (2007) utilizan como marco el SED de Pasinetti para desarrollar
una version multisectorial desglosada de la balanza de pagos restringida modelo de
crecimiento (excluyendo los cambios en la competitividad de los precios), como en
la ecuación (18):
∑𝑛
𝑖=1 𝑤𝑥𝑖 𝜀𝑖(𝑧)
𝑦= ∑𝑛
(18)
𝑖=1 𝑤𝑚𝑖 𝜋𝑖

donde 𝜀𝑖 es la elasticidad ingreso de la demanda para las exportaciones de la


industria i (i = 1 - - - n); 𝜋𝑖 es el ingreso la elasticidad de la demanda de importaciones
de la industria i; 𝑤𝑚𝑖 es el peso de la industria i en el total de las exportaciones, y 𝑤𝑚𝑖
es la proporción de la industria i en las importaciones totales.

Lo que el modelo multisectorial pone claramente de manifiesto es que incluso si


las elasticidades sectoriales son constantes y no hay ningún cambio en el crecimiento
de la renta mundial, un país puede crecer más rápido al trasladar recursos a los
sectores con mayores elasticidades ingreso de la demanda de exportaciones y lejos de
los sectores con una alta elasticidad ingreso de la demanda de importaciones. Esto es
lo que la sustitución de importaciones y la promoción de las exportaciones políticas
están destinadas a lograr. Igualmente, se demuestra que si hay un aumento en el
ingreso mundial, un país se beneficiarán más mientras mayor es su elasticidad de los
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ingresos sectoriales de la demanda de exportaciones y menor sean sus elasticidades
ingreso sectoriales de la demanda de importaciones. Desde un punto de vista político,
esta especificación multi-sectorial del modelo permite la identificación de bienes
transables claves, estratégicos, que promueven el crecimiento sectorial de la
economía.

Gouvea y Lima (2010) Realizan una prueba de este modelo multisectorial para
cuatro países latinoamericanos
(Argentina, Brasil, Colombia y México) y cuatro países asiáticos (Corea del Sur,
Malasia, Filipinas y Singapur) durante el período 1962 - 2006, y comparan sus
resultados con el Modelo simple. Seis sectores se distinguen: los productos primarios;
manufacturas basadas en recursos; manufacturas de baja tecnología; tecnología
media fabrica; alta tecnología de fabricación, y otros. Se estiman las funciones de
exportación y la demanda de importaciones para cada sector, así como un agregado
importar en función de la demanda. En general, los sectores intensivos en tecnología
tienen una mayor elasticidad ingreso de la demanda de exportaciones, pero para las
importaciones que no hay mucha diferencia entre los sectores. La balanza de pagos
con tasa de crecimiento restringido se estima a continuación, a partir del modelo
multisectorial y el agregadomodelo. Para algunos países, el modelo multisectorial
tiene un error mayor de predicción que el modelo agregado, pero para ambos grupos
de países, el error absoluto medio es más bajo para el modelo multisectorial.
Más importante aún, los autores utilizan las elasticidades sectoriales para estimar
año por año la evolución de las elasticidades ingreso agregadas de las exportaciones
e importaciones para mostrar el impacto del cambio estructural sobre la balanza de
pagos limitada a la tasa de crecimiento. Para América Latina, con excepción de
México, la relación de las elasticidades de ingresos ponderadas de manera sectorial,
de la demanda de exportaciones e importaciones apenas cambió en el largo plazo,
pero en Asia ha aumentado, afectando de ese modo favorable en la balanza de pagos
restringidos por la tasa de crecimiento de estos países.
En un estudio más amplio de veintinueve países desarrollados y en desarrollo, el
uso de este enfoque sectorial, Cimoli, Porcile y Rovira (2010) muestran que los países
en desarrollo que lograron la reducción de la brecha de ingresos entre ellos y los países
desarrollados fueron los que transformaron su estructura económica hacia sectores
con una elasticidad mayor ingreso de la demanda de exportaciones en relación con
las importaciones; a sectores con lo que ellos llaman ' mayor eficiencia
schumpeteriana y keynesiana'. Eficiencia schumpeteriana se refiere a productos con
características técnicas superiores, mientras keynesiano a la eficiencia se refiere a las
características de la demanda de bienes superiores.

Flujos de capital

Incluso mientras que el modelo 1979 se está formulando, me di cuenta de que el


modelo no podría encajar bien en los países en desarrollo debido a que en muchos de
ellos se permite la ejecución de balanza de pagos para periodos de tiempo
considerables financiados por varios tipos de entradas de capital. Esto dio lugar a la

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ampliación de la modelo para incluir las entradas de capital (Thirlwall y Hussain,
1982) - aunque sin límite (véase más adelante).
Por definición, la balanza de pagos de un país, incluidas las operaciones
corrientes y de capital, debe equilibrar, por lo que podemos escribir como punto de
partida:

𝑃𝑑 𝑋 + 𝐶 = 𝑃𝑓 𝑀𝐸 (19)

que es una simple extensión de la ecuación (5) en la que C> 0 representa la


entrada de capitales positivos. Tomando tasas de variación de la ecuación (19), y
utilizando expresiones para la tasa de crecimiento de las exportaciones e
importaciones a partir de las ecuaciones (6) y (7), da la tasa de crecimiento consistente
con el equilibrio global de los pagos (ob) de:

[(1+𝜃ƞ+ 𝛹)(𝑝𝑑 − 𝑝𝑓 − 𝑒)+ 𝜃𝜀(𝑧)+ (1−𝜃)(𝑐−𝑝𝑑 )]


𝑦𝑜𝑏 = (20)
𝜋

donde θ es la proporción de los ingresos por exportaciones en los ingresos totales


para pagar la factura de las importaciones; c es el crecimiento de las entradas de
capital nominal, de modo que (c - 𝑝𝑑 ) es el crecimiento de las entradas de capital real.

Se puede ver fácilmente a partir de la ecuación (20) que la tasa de crecimiento de


cualquier país puede ser en principio desglosados en cuatro componentes:
(i) el crecimiento asociado con la relación real de los movimientos comerciales:
(PD - PF - e) / 𝜋
(ii) el crecimiento asociado con términos de movimientos comerciales
combinadas con las elasticidades de los precios de las exportaciones e importaciones:
[(1 + θη + ψ) (𝑝𝑑 - 𝑝𝑓 - e)] / 𝜋
(iii) el crecimiento relacionados con los cambios exógenos en el crecimiento de
los ingresos en el extranjero: θε (z) / π
(iv) los efectos del crecimiento de los flujos de capital real: [(1 - θ) (c - 𝑝𝑑 )] / π

Si hacemos el supuesto, como antes, que los precios relativos medidos en una
moneda común se mantienen sin cambios en el largo plazo, la ecuación (20) se reduce
a:


𝑦𝑜𝑏 = [𝜃𝑥 + (1 − 𝜃)(𝑐 − 𝑝𝑑 )]/𝜋 (21)

En otras palabras, la tasa de crecimiento compatible con el equilibrio general de


balanza de pagos (o el saldo de balanza de pagos en la tasa de crecimiento restringido
a partir del desequilibrio inicial en la cuenta corriente) es la suma ponderada del
crecimiento de las exportaciones y capital real de los flujos dividido por la elasticidad
ingreso de la demanda de importaciones. Si no hay flujos de capital [es decir, θ = 0 y
(c -𝑝𝑑 ) = 0], entonces la ecuación (21) colapsaría a la regla simple de la ecuación (10)
que y = x / π.
Página
27
La diferencia entre la tasa de crecimiento real y la predicha por la ecuación (21)
será una medida de los términos puros de efecto sobre el comercio en el crecimiento
del ingreso real y de cualquier respuesta al volumen de importación de los cambios
en los precios relativos de relajación o endurecimiento de la balanza de pagos de
acuerdo con el dirección del movimiento en los términos de intercambio y si la
respuesta volumen de importación es normal o perversa (es decir, sobre ψ (𝑝𝑑 - 𝑝𝑓 -
e) en la ecuación (20)).

Cuando Hussain y yo aplicamos este modelo para una selección de países en


desarrollo durante el período de la década de 1950 hasta la década de 1970, se
encontró que para los países que crecieron más rápido que lo predicho por el sencillo
multiplicador del comercio de Harrod como resultado, la causa fue la entrada de
capitales, mientras que para los países que crecieron más lento de lo predicho, la causa
principal fue el efecto (negativo) de los movimientos de los precios relativos. Pero la
principal fuente de las diferencias en el rendimiento del crecimiento sigue siendo el
crecimiento de las exportaciones. Del mismo modo, cuando Hussain (1999) montó
este modelo ampliado para comprender las diferencias en el nivel de crecimiento de
una selección de 29 países africanos y 11 países asiáticos, la causa principal se
encontró en el efecto del volumen de exportación. Prácticamente la totalidad de la
diferencia de crecimiento de tres puntos porcentuales entre el crecimiento de Asia del
6,6 por ciento anual y el crecimiento de África de 3. 6 por ciento se explica por la
diferencia en el crecimiento de las exportaciones - no las diferencias en el efecto de
las corrientes de capital o los términos de los movimientos comerciales.

Deficits sostenibles y deuda

Una de las debilidades del modelo anterior, sin embargo, es que no se pone
ningún límite en el nivel de déficit en cuenta corriente financiados por las entradas de
capital y por lo tanto el nivel de endeudamiento de un país en relación con el PIB.
McCombie y Thirlwall (1997); Moreno-Brid (1998-99), y Barbosa-Filho (2001) se
han ocupado de este problema. Después de Moreno-Brid, reescribir la ecuación (5)
como:

𝑃𝑑 𝑋 + 𝐹𝑃𝑑 = 𝑃𝑓 𝑀𝐸 (22)

donde F es el déficit actual en términos reales y FPd es los flujos de capital


nominales (C) para financiar el déficit.
Tomando las tasas de cambio de la ecuación (22) se obtiene:

𝜃(𝑝𝑑 + 𝑥)(1 − 𝜃)(𝑓 + 𝑝𝑑 ) = 𝑚 + 𝑝𝑓 + 𝑒 (23)

donde la notación es como antes. Sustituyendo las ecuaciones (6) y (7) para el
crecimiento de las exportaciones e importaciones, respectivamente, y el
Página
28
establecimiento de f = y, de manera que la proporción entre el déficit de cuenta
corriente y el PIB es constante, da:

𝜃𝜀(𝑧)+(𝜃ƞ+𝛹+1)(𝑝𝑑 −𝑝𝑓−𝑒
𝑦𝐷 = (24)
𝜋−(1−𝜃)
Si los términos de intercambio son constantes, la tasa de crecimiento restringido
consistente con un déficit fijo / PIB es:

𝜃𝑥
𝑦𝐷∗ = (25)6
𝜋−(1−𝜃)

Sin déficit θ = 1, y tenemos la regla simple de la ecuación (10).

El punto importante a destacar aquí es que incluso los grandes flujos de capital
para financiar la cuenta corriente déficits hacen poca diferencia cuantitativa a las
predicciones del resultado multiplicador del comercio básico Harrod.
Por ejemplo, si las exportaciones sólo cubren el 90 por ciento de la factura de las
importaciones (θ = 0,9) y cubren los flujos de capital del resto, con x = 10 por ciento
y π = 2, la regla simple predice una tasa de crecimiento del 5 por ciento, mientras que
el modelo modificado da una predicción de 4,73 por ciento. El crecimiento de las
exportaciones, no las corrientes de capital, es por lejos la variable más importante de
crecimiento para el gobierno.

Pago de intereses sobre la deuda

Si los déficits en cuenta corriente se financian mediante los flujos de capital


generadores de deuda, el modelo necesita otra modificación para incluir los pagos de
intereses de la deuda. Elliot y Rhodd (1999); Ferreira y Canuto (2001), Moreno-Brid
(2003), Vera (2006) y Alleyne y Francis (2008) han examinado esto. La forma más
sencilla de proceder, siguiendo Moreno-Brid, es tomar el pago de intereses de
capitales flujos, y analizar su impacto por separado mediante la modificación de la
ecuación (23). entonces tenemos:

𝜃(𝑝𝑑 + 𝑥) − 𝜃1 (𝑝𝑑 + 𝑖) + (1 − 𝜃 + 𝜃1 )(𝑝𝑑 + 𝑓) = 𝑚 + 𝑝𝑓 + 𝑒 (26)

donde i es la tasa de crecimiento de los pagos de interés reales netas en el


extranjero (el signo negativo implica que el país es un deudor neto), y θ1 es la
proporción de divisas dedicado al pago de intereses. De nuevo, sustituyendo x y m, y
el establecimiento de f = y, se obtiene:

𝜃𝜀(𝑧)−𝜃1 𝑖+(𝜃ƞ+𝛹+1)(𝑝𝑑−𝑝𝑓 −𝑒)


𝑦1 = (27)
𝜋−(1−𝜃+𝜃1 )

y si los términos de intercambio son constantes:


Página
29
𝜃𝑥−𝜃1 𝑖
𝑦𝐼∗ = (28)
𝜋−(1−𝜃+𝜃1 )

Si no hay ninguna deuda y pago de intereses de la deuda, la ecuación (28) se


reduce a la ecuación (25). Incluso si el crecimiento de los pagos de interés es bastante
alto, por ejemplo 5 por ciento anual, y la relación de servicio de la deuda es también
es alta (por ejemplo, θ1 = 0,3), todavía hay mucha diferencia con la tasa de
crecimiento previsto. Por ejemplo, si x =10 por ciento y π = 2, entonces la ecuación
(28) predice una tasa de crecimiento sostenible de 4,68 por ciento en comparación
con un 5 por ciento para la regla simple. Una vez más, el crecimiento de las
exportaciones domina.

Modelos Norte-Sur

En el núcleo de la balanza de pagos de los modelos de crecimiento son limitadas


las elasticidades ingreso de la demanda de las exportaciones y las importaciones, sino
probar el modelo para un país individual no dice nada sobre el proceso de desarrollo
económico entre los países. Estos parámetros, sin embargo, están en el corazón de lo
que Prebisch (1950) originalmente llamaba modelos centro-periferia, y que ahora
están a menudo referidos como modelos Norte-Sur, donde las elasticidades ingreso
de la demanda para las exportaciones y las importaciones comprenden agrupaciones
de países industrializados / no industrializado; desarrollo / desarrollado; países menos
desarrollados / otros países en desarrollo, etc.

El modelo básico de Prebisch 𝑦𝑝 / 𝑦𝑐 = 𝜋𝑐 / 𝜋𝑝 (donde p es la periferia y c es el


centro), sin embargo, es demasiado simple para una comprensión completa de las
relaciones centro-periferia, o Norte-Sur, porque asume la simplificación de las
hipótesis en los que se basa el comercio, a saber, equilibrado y una constante de
términos comercio. Además, no dice lo que determina el proceso de crecimiento en
los dos grupos de regiones, sólo por qué hay una restricción de la balanza de pagos
en relación con las características intrínsecas de los bienes. Dutt (2002), Vera (2006)
y Sasaki (2008-9) han ampliado el modelo básico para entender mejor la brecha entre
los países desarrollados y en desarrollo. Dutt desarrolla un modelo Norte-Sur de
forma explícita con Taylor (1983) con supuestos estructurales para los dos grupos de
países en relación con el ahorro, el consumo y la inversión, y los diferentes precios
de los productos primarios y productos manufacturados. Las tasas de crecimiento de
Norte y del Sur, y la evolución de los términos de intercambio, se derivan de forma
simultánea. El crecimiento de ejecución de la economía mundial está determinado por
la demanda en el Norte y en el equilibrio de largo plazo hay un desarrollo desigual en
el sentido de que el capital del Norte y la salida crecen a un ritmo más rápido que
capital del sur y la salida porque la elasticidad de las importaciones del Norte es
inferior a la del Sur.
A pesar de la complejidad del modelo, el núcleo de la balanza de pagos con
crecimiento limitado del modelo se conserva. En un documento de seguimiento, Dutt
(2003) da algunos ejemplos empíricos, que define el Norte Países de la OCDE y del
Página
30
Sur como países fuera de la OCDE. Él encuentra que la elasticidad de las
exportaciones del Sur con respecto al crecimiento de los ingresos del Norte es de 1,02,
mientras que la elasticidad de las importaciones de Corea del Sur es de 1.16.
Utilizando el agrupamiento del Banco Mundial de los países industrializados y los
países en desarrollo, la diferencia en las elasticidades ingresos es más ancho: 1,08 y
1,67, respectivamente. Por Prebisch gobernar los países en desarrollo (Periferia)
crecería a sólo el 65 por ciento de la tasa de crecimiento de los países desarrollados
(centro).
Pero el modelo de Dutt es un buen modelo para el Sur, que no permite cambios
en los bienes en el Sur permitiendo cambios en el patrón de comercio, basándose en
los avances tecnológicos, inspirándose en el trabajo original de Cimoli (1988).
Mientras el Norte se supone que es totalmente empleado, en el Sur la balanza de
pagos es limitada en su crecimiento, y si existe convergencia o divergencia con el
Norte depende del tamaño del parámetro tecnológico. El Sur puede reducir la brecha
con el Norte mediante la expansión de sus sectores de ventaja comparativa, o quedarse
a la zaga a pesar de la expansión de sus sectores de ventaja comparativa. En el primer
caso, se demuestra que la promoción competitividad de los precios conduce a un
círculo virtuoso de crecimiento en el sur, mientras que en este último caso, por
ejemplo una política que ejerce un efecto negativo en el crecimiento; genera un
proceso de declive del crecimiento.
El modelo Norte-Sur de Vera (2006) tiene en cuenta no sólo los términos de
cambios comerciales, como Dutt, sino también el papel desempeñado por las
transferencias financieras netas debido a los desequilibrios comerciales, y por el
comercio y interdependencia pagos porque si los países (o grupos de países) son
grandes, los ingresos "mundo" crecimiento no pueden ser tratados como exógenos
como en el modelo simple. El modelo de Vera es complejo, pero básicamente los
cambios de salida y la relación de intercambio entre el Norte y Sur se determinan de
forma conjunta, y con la red flujos financieros incluidos en el modelo, tres regímenes
de crecimiento diferentes se pueden identificar en función de diversos valores de los
parámetros: (i) un régimen de crecimiento de contracción se refuerzan mutuamente
si, por ejemplo, hay un aumento autónomo en las transferencias financieras netas del
Sur hacia el Norte a causa de un aumento de la las tasas de interés; (ii) un régimen
que se refuerzan mutuamente expansiva de crecimiento si no hay alivio de la deuda,
y (iii) un régimen de crecimiento en conflicto en el que un aumento de las
transferencias financieras de Sur a Norte reduce crecimiento en el Sur, pero aumenta
el crecimiento en el Norte si el Norte es la balanza de pagos restringidos.

Probando el modelo para los países y grupos de países

Desde 1979 ha habido una gran cantidad de estudios que aplican el modelo en
sus diversas formas de los distintos países y grupos de países. Las tablas 2 y 3 lista de
los más importantes. McCombie y Thirlwall (1994, 1997) dan una encuesta de los
estudios hasta 1996, y McCombie y Thirlwall (2004) reimprimen dieciocho estudios
con una encuesta de introducción hasta el año 2003. Desde entonces, nuevos estudios
de cada país han aparecido para Eslovenia (Beko, 2003); India (Ramzi, 2005); Brasil

Página
31
(Bertola, y Higachi,Porcile, 2002; Ferreira y Canuto, 2003; Jayme, 2003; Carvalho,
Lima y Santos, 2008; Carvalho y Lima, 2009; Britto y McCombie, 2009); Irlanda
(Garcimartín, Rivas y Sarralde, 2008); Argentina (Álvarez-Ude y Gómez, 2008);
China (Jeon, 2009); Pakistán (Felipe, McCombie y Naqvi, 2010) y Portugal (Antunes
y Soukiakis, 2011). Nuevos estudios de grupos de países como Holland, Vieira y
Canuto (2004) para América Latina; Kvedaras (2005) para el oriente Europa;
Pacheco-López y Thirlwall (2006) para diecisiete América Latina: Bagnai (2010)
para veintidós países de la OCDE, y Gouvea y Lima (2011) para cuatro de Asia y
cuatro paises de América Latina.
La gran mayoría de los estudios apoyan la hipótesis de crecimiento de la balanza
de pagos restringidos por dos razones básicas. La primera es que se demuestra
abrumadoramente que los cambios en los precios relativos de bienes o cambios en los
tipos de cambio no son un equilibrio eficiente del mecanismo de ajuste de los pagos
ya sea porque el grado de cambio a largo plazo es pequeño, o las elasticidades de los
precios de exportación e importación son bajos. El ingreso es lo que se ajusta para
mantener equilibrio de la balanza de pagos (o un déficit sostenible). De hecho, la más
prueba directa inicial del modelo es hacer cambios en el ingreso y el precio relativo
cambios endógenos para equilibrar los desequilibrios de pagos y para comparar las
dos alternativas mediante la creación de las ecuaciones a continuación desarrolladas:
y = α1 (x-m, pd - -e PF) y (pd - PF - E) = α2 (x-m, pd - PF - e), y las pruebas de la
importancia de α1 y α2. Alonso y Garcimartín (1998-99) fueron los primeros en hacer
esto durante diez países de la OCDE y encontraron que α1es significativa mientras
α2 no es significativamente diferente de cero. Garcimartín, Rivas y Díaz de Sarralde
(2008) también encontró que este es el caso de Irlanda durante el largo periodo 1960-
2000.

Table 2

Studies for Individual Journal Country or Time


Countries Author(s) period
Alonso Applied Economics, 1999 Spain 1960 -1994
Alvarez-Ude and Gomez Applied Economics Letters, 2008 Argentina 1968-
2003
Antunus and Soukiakis Journal of Post Keynesian Economics, Portugal 1965-
2011 2008
Atesoglu Journal of Post Keynesian Economics USA
1993, 1997
Atesoglu Journal of Post Keynesian Economics, Canada
1993-94
Atesoglu Applied Economics Letters, 1994 Germany
Bertola, Higachi and Porcile Journal of Post Keynesian Economics, Brazil 1890-1973
2002
Página
32
Beko Journal of Post Keynesian Slovenia 1990s
Economics,2003
Britto and McCombie Journal of Post Keynesian Economics, Brazil 1951-2006
2009
Carvalho, Lima and Santos Revista Economia 2008 Brazil 1948-2004
Carvalho and Lima Economia and Sociedade 2009 Brazil 1930-2004
Felipe, McCombie and Naqvi Oxford Development Studies, 2010 Pakistan
Ferreira and Canuto Momento Economico, 2003 Brazil 1949-99
Garcimartin, Rivas and Journal of Post Keynesian Economics, Ireland 1960-2000
Sarralde 2008
Heike Journal of Post Keynesian Economics, USA
1997
Jayme Brazilian Journal of Political Economy, Brazil 1955-98
2003
Jeon International Review of Applied China 1979-2002
Economics,2009
Leon-Ledesma Journal of Post Keynesian Economics, Spain
1999
Moreno-Brid Banca Nazionale del Lavoro Quaterly Mexico
Review, 1998
Journal of Post Keynesian Economics,
1998-99
International Review of Applied
Economics,1999
Nell International Review of Applied South Africa
Economics,2003
Razmi Journal of Post Keynesian India 1950-99
Economics,2005
Serrano Sanz, Sabote and Journal of International Trade and Spain, 1940-59
Gadea Economic Development,1999 and 1960-80

Table 3

Studies for Groups of Journal Countries and Time Period


Countries Author (s)
Alonso and Garcimartin Journal of Post Keynesian Ten OECD Countries
Economics, 1998-99
Andersen Applied Economics, 1993 Sixteen OECD Countries

Página
33
Ansari, Hashamzadeh and Journal of Post Keynesian Four Asian Countries
Xi Economics,2000
Bagnai Applied Economics,2010 22 OECD Countries
Bairam Applied Economics, 1988 Europe and North America,
1970-85
Bairam and Dempster Applied Economics, 1991 Eleven Asian Countries
Christopoulos and Tsionas International Economic Seven Industrial Countries
Journal, 2003
Gouvea and Lima Journal of Post Keynesian Four Asian and Four Latin
Economics, 2010 American Countries 1962-
2006
Gouvea and Lima Unpublished Panel of 90 countries 1965-99
Holland, Vieira and Investigacion Economica, 2004 Ten Latin American Countries
Canuto
Hussain African Development 29 African Countries and 11
Review,1999 East Asian Countries
Kvedaras Baltic Journal of Economics, Ten Central and Eastern
2005 European Countries 1995-
2004
Landesmann and Poschl Russian and East European Central and East European
Finance and Trade, 1996 Countries
Lopez and Cruz Journal of Post Keynesian Four Latin American
Economics,2000 Countries
McCombie Journal of Post Keynesian USA, Japan and UK
Economics, 1997
Moreno-Brid and Perez Journal of Post Keynesian Central America, 1950-96
Economics, 1999
Pacheco-Lopez and Journal of Post Keynesian 17 Latin American Countries
Thirlwall Economics,2006
Perraton International Review of Applied 34 Developing Countries
Economics,2003 1973-95
Turner International Review of Applied G7 Countries post-1973
Economics, 1999

La segunda razón por la cual el modelo funciona tan bien, es que incluso
cuando se permiten desequilibrios de balanza de pagos, las entradas de capitales no
producen diferencias sustanciales en la predicción del balance de la cuenta corriente
del modelo porque hay un límite al déficit de cuenta corriente como porcentaje del
PBI que los países pueden sostener.
Una característica importante de estos estudios es que a través del tiempo, los
métodos econométricos de estimación se han vuelto mucho más sofisticados; las
pruebas del modelo más riguroso, y varios supuestos implícitos incorporados en las
funciones de demanda de exportaciones e importaciones tipo CES han sido relajadas,
por ejemplo, los supuestos de homogeneidad y elasticidad de sustitución común
(Razmi, 2005). Pero el cambio más notable de todos ha sido a través del use de
técnicas de cointegración para establecer relaciones a largo plazo entre los niveles de
Página
34
las variables, y el uso de la técnica de Alonso (1999) de tomar una serie grande de
tasas de crecimiento consistentes con un equilibrio de balanza de pagos y probar si
estas series y la tasa real de crecimiento están correlacionados (como se discutió
anteriormente). Britto y McCombie (2009) adoptan un enfoque similar para Brasil
usando el procedimiento de cointegración de Johansen (1998) que conjuntamente
modela varias variables endógenas en un contexto VAR. Primero, llevan a cabo las
condiciones de primer orden para todas las variables; luego encuentran el orden de
los rezagos del sistema VAR y el orden de rango para determinar el número de
vectores de cointegración, y finalmente estimar el vector y los términos de corrección
de errores. Habiendo estimado la elasticidad de demanda de importaciones a largo
plazo, y el hipotético valor de π para hacer que el crecimiento real sea equivalente a
la tasa de crecimiento restringida por la balanza de pagos, la prueba de Alonso
muestra la existencia de una relación significativa entre el crecimiento real y el
crecimiento predicho con un término constante cercano a cero y una pendiente
cercana a la unidad.
Comentarios Finales
Los desbalances globales en los pagos son malos para la salud de la economía
mundial. Dan lugar a grandes, volátiles y especulativos movimientos de capitales;
contribuyen a inestabilidades monetarias y a la necesidad de los países de mantener
grandes cantidades de reservas en moneda extranjera para intervenir en los mercados
monetarios cuando sea necesario, y llevan a una reasignación arbitraria de recursos
entre países superavitarios y deficitarios, habitualmente de países pobres a países
ricos. Hoy en día por ejemplo, hay algo perverso en las transferencias chinas de
recursos a norteamericanos diez veces más ricos que ellos.
Los desbalances globales pueden causar severas dificultades a los países,
particularmente aquellos deficitarios, y ejercen tendencias deflacionarias en toda la
economía mundial. Claramente, no todos los países pueden tener un crecimiento
restringido por la balanza de pagos pero solo se requiere que unos pocos países no
estén restringidos, para que el resto lo esté. Hay un límite sobre cuantos países
deficitarios están dispuestos a financiar el déficit, y ese límite puede restringir el
crecimiento considerablemente por debajo de lo que se hubiera conseguido con pleno
empleo de los recursos. Ese es el signo más seguro de crecimiento restringido por la
balanza de pagos; déficits de cuenta corriente y recursos internos desempleados. Los
comentaristas remarcan el punto obvio de que no todos los países pueden tener un
crecimiento impulsado por las exportaciones - algunos países tienen que importar-
pero el crecimiento impulsado por las exportaciones de los países deficitarios no es
un juego de suma cero, si los países superavitarios permiten que disminuya sus
superávits. El mundo en su conjunto sería mejor.
La economía no necesita estar en estas situaciones de desbalances globales
establece mecanismos institucionales para penalizar países superavitarios que son
reacios, o incapaces por alguna razón, a gastar más o reducir sus superávits de alguna
otra manera (tengo mis dudas en cuanto al papel de las apreciaciones de la
moneda). La economía está hecha para el hombre, ¡no el hombre para la economía! El
FMI puede declarar, por ejemplo, si el órgano decisorio está de acuerdo, que no
tolerara miembros con superávits que excedan cierto porcentaje del PBI - digamos 2
porciento, que es un nivel de déficit sustentable para la mayoría de los países. En los

Página
35
viejos días del acuerdo de Bretton Woods, esta magnitud de déficit hubiera puesto a
los países en el margen de desequilibrio de alanza de pagos. Por encima de un
superávit del 2 por ciento del PBI, los países podrían haber sido multados a tasas
progresivamente más altas. El producto de las multas podría ser entregado a los países
deficitarios más pobres como ayuda. En efecto, Keynes tenía un plan similar en mente
en la conferencia de Bretton Woods en 1944 en su propuesta de una International
Clearing Union que hubiera sido como un banco central mundial, emitiendo su propia
moneda internacional (bancor) que los países hubieran usado para realizar los pagos
internacionales entre ellos. Cada país hubiera tenido una cuota en la Unión (como los
países hacen ahora con el FMI quien determina límites de préstamo). La propuesta de
Keynes era en ese entonces que si cada país tuviera un balance de crédito (o débito)
en exceso de un cuarto de su cuota, pagaría una carga de uno por ciento del exceso
del balance, y otro uno por ciento si su crédito (o debito) excede la mitad de su cupo.
El dijo: "estas cargas... serian valiosos e importantes incentivos hacia mantener un
nivel en la balanza, y un indicador importante de que el sistema se encuentra en un
nivel de crédito de balanza excesivo con un ojo crítico en un debito de balanza
excesivo, cada una, como efecto concomitante inevitable del otro. La propuesta de
Keynes de una Unión Internacional de Compensación fue rechazada por
los norteamericanos en Bretton Woods. Keynes solía bromear que su propuesta de un
banco se había convertido en un fondo (el FMI), y su propuesta de un fondo había
sido denominada un banco (el Banco Mundial).
La otra propuesta de Keynes de una clausula de escases monetaria, que le hubiera
dado el derecho a los países deficitarios de discriminar en contra de las importaciones
de los países superavitarios (se esperaba que fuera Estados Unidos), fue aceptada,
pero la clausula nunca fue implementada porque Estados Unidos prono se convirtió
en el país deudor.
La idea de una clausula de escases monetaria, sin embargo, podría haber sido
resucitada para usarse en contra de los países superavitarios de la manera prevista
originalmente. Ambas ideas de discriminación comercial en contra de los países
superavitarios (a pesar de las reglas la Organización Mundial del Comercio quien
nunca ha mostrado interés en las consecuencias de la liberación comercial en la
balanza de pagos) y la penalización a los países superavitarios, están maduras para
una reconsideración en un orden económico internacional más estable y para reducir
tendencias deflacionarias en la economía mundial derivadas de restricciones de la
demanda y el crecimiento en la balanza de pagos en países con déficits perpetuos.
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