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La primera república tiene su inicio el 19 de abril de 1810 cuando una Junta

Suprema declarada en Caracas destituye al Capitán General Vicente Emparan e instala


un Congreso así como declara la independencia del país el 5 de julio de 1811. Al
territorio se le denominó Estados Unidos de Venezuela o Provincias Unidas de
Venezuela. Bolívar durante este evento no estuvo presente debido que previo al
mismo ya estaba implicado clandestinamente en conspiraciones preparatorias para
librar a Venezuela de una autoridad nombrada por los Españoles, algo ilegítimo para
el país, es entonces que como estrategia para evitar ser detenido permanece en su
hacienda de San Mateo. Bolívar, durante su permanencia en Londres, se empeña en que
Miranda vaya a Caracas. Se necesita de su experiencia. Logra entusiasmarlo el
futuro Libertador y Miranda se va detrás de los diplomáticos. Se aloja en Caracas
en la casa de Simón Bolívar. Participa en la Sociedad Patriótica y luego en el
Congreso. Cuando se declara la Independencia, el 5 de Julio de 1811, ya Miranda es
la figura central en el ambiente político.

La campaña de Valencia
Fue la respuesta del gobierno a la insurrección que estalló en Valencia el 11 de
julio de 1811, tras enterarse de la declaración de la Independencia.

Esta fue una campaña militar emprendida por los patriotas contra la ciudad de
Valencia durante el año 1811 con el objetivo de recuperar las provincias del
occidente del país y hacer que éstas se sometieran al gobierno de la Junta Suprema.
Cuando llegaron a la localidad de Valencia las noticias de la Declaración de
Independencia en Caracas, se declararon en rebeldía y leales a Fernando VII. Los
mantuanos, que no toleraban a los patriotas, nombraron comandante al Marqués del
Toro para enfrentar la sublevación valenciana, pero el 15 de julio es derrotado.
Entonces, Francisco de Miranda, a los 61 años, es nombrado Comandante en Jefe del
Ejército y sale con sus tropas hacia Valencia el día 19. Las acciones de calles y
plazas fueron reñidas. Francisco de Miranda ordena atacar las posiciones más
fuertes de los rebeldes y el 23 de julio los republicanos toman la ciudad.

El acto del 19 de abril de 1811 marca el inicio de la Primera República de


Venezuela. ¿Por qué?. ¿Cuál fue el objetivo fundamental de la campaña de Valencia?

Pérdida del castillo de Puerto Cabello


Se le registra en la historiografía venezolana como la principal derrota de los
patriotas en esta ciudad, es lo que se conoce como la "Pérdida de la Plaza de
Puerto Cabello de 1812".

El 2 de mayo de 1812, el General Francisco Miranda, nombró al Coronel Simón Bolívar


Comandante Político y Militar de Puerto Cabello, la fortaleza más importante que
tenía la ex Capitanía General de Venezuela en ese momento.

El 30 de junio de 1812 estalló una rebelión armada en el castillo San Felipe de


Puerto Cabello, aprovechando la ausencia de su comandante, el Coronel Simón
Bolívar, quien se encontraba en la ciudad con el coronel Aymerich, hecho que
propició la traición de su segundo al mando, el canarioFrancisco Fernández Vinoni,
en la cual participaron algunos de los procesados militares de la rebelión de
Valencia de 1811. Bolívar inmediatamente atacó a los sublevados y la artillería del
castillo arrasó la ciudad durante cinco días, haciendo que sus pobladores
abandonaran la ciudad. El día 6 en la mañana Bolívar abandonó Puerto Cabello
embarcándose por el puerto cercano de Borburata, acompañado tan solo de ocho
oficiales.

Así, a pesar de todos los esfuerzos de Bolívar para tratar de dominar el


movimiento, la plaza pasó a manos de los realistas, y con ella todo el material de
guerra y otros recursos allí almacenados. La pérdida de Puerto Cabello ha privado
al bando republicano de su principal arsenal y permite a Monteverde avituallarse
por la costa; no hay manera de saber cuándo ni de dónde podrá el bando republicano
recibir nuevos pertrechos para remplazar lo que se ha perdido este acontecimiento,
unido a los triunfos de Antoñanzas en los llanos de Calabozo y a la insurrección de
Curiepe, dio notable impulso a las acciones de Monteverde, paralizadas como
consecuencia de los fallidos ataques a La Victoria y a la carencia de material de
guerra. Al saber Miranda la caída de Puerto Cabello comentó textualmente "Tenez: Le
Vénézuéla est blesé au coeur" (Miren ustedes: Venezuela ha sido herida en el
corazón).

Capitulación de Miranda
En La Victoria, Miranda se entera de la pérdida del castillo de Puerto Cabello el 5
de julio de 1812. Durante los días que siguen el Generalísimo analiza con sus
asesores la situación de la República: los realistas controlan una posición
significativa del territorio y estarán pronto a las puertas de Caracas; la pérdida
de Puerto Cabello ha privado al bando republicano de su principal arsenal y permite
a Monteverde avituallarse por la costa; no hay manera de saber cuándo ni de dónde
podrá el bando republicano recibir nuevos pertrechos para remplazar lo que se ha
perdido; la deserción sigue mermando sus desmoralizadas tropas día a día; el
alzamiento de los esclavos continúa en Barlovento y hace peor la ya difícil
situación económica del país; la destrucción causada por los terremotos tres meses
atrás tiene a buena parte de la población en una situación precaria.

Son visiblemente estas razones y el temor al espectro aterrador de la guerra civil


con componentes de venganza racial lo que lleva a Miranda, con el acuerdo de
consejeros tan notables como Juan Germán Roscio, Francisco Espejo, y José de Sata y
Bussy, firmantes tanto como él del Acta de Independencia, a proponer un armisticio
y un cese del intento republicano a favor de un reintegro de Venezuela en el
imperio español -regido como lo está ahora por la nueva constitución de Cádiz de
1812, que establece por primera vez la igualdad entre los españoles de América y
los de la Península sin represalias contra aquellos partidarios de la independencia
que desearan permanecer en el país y el permiso de salir al exterior para quienes
quisieran emigrar.

Entre el 12 y el 25 de julio de 1812, sus representantes Manuel Aldao, José de Sata


y Bussy, y su ministro de Hacienda, Antonio Fernández de León (quien se pasa al
bando realista mientras negocia en nombre de los independentistas, acuerdan con
Monteverde la capitulación. El convenio desmonta el edificio legal que había dado
forma a la primera nación independiente de Hispanoamérica, y en apariencia pone fin
al sueño que Miranda ha perseguido a lo largo de 30 años.

La capitulación es también un pacto regido por el honor militar como lo habían sido
los actos de tal naturaleza que Miranda había podido presenciar o negociar
anteriormente, al servicio del Rey. Monteverde firma el acuerdo en tanto que
representante del Consejo de Regencia que gobierna España y en tal calidad acepta
las garantías comprendidas en él.

Prisión y muerte de Miranda


Bolívar, como tantos otros, había querido embarcarse ese día para el extranjero y
no lo había conseguido por el ya mencionado embargo. En secreto y sin esperar la
llegada de Miranda al puerto, el futuro Libertador y los demás conjurados deciden
declararlo responsable de la debacle republicana y fusilarlo en castigo sin ningún
tipo de proceso. Su actitud en apariencia impulsiva contrasta con la premeditación
que se evidencia a través de las precauciones que toman para evitar una posible
huída del generalísimo, precauciones que cubren aspectos tales como decidir en qué
habitación Miranda pasaría la noche, cambiar la guardia que vigila los alrededores
de la casa de gobierno, y alegar la ausencia de vientos favorables para evitar que
Miranda embarque cuando el capitánHaynes lo conmina a hacerlo esa misma noche para
mayor seguridad, esto último tras pasar la velada junto a él sin hacerle reclamo
alguno. Fue apresado por Simón Bolívar quien lo acusó de traicionar la causa
patriota. Francisco de Miranda había dirigido desafortunadas maniobras militares
que costaron la vida de miles de patriotas y le permitieron a los españoles
reconquistar Caracas.

Por orden de Bolívar, el comandante De Las Casas entregó a Miranda a los españoles
en 1812, éstos lo llevaron a Cádiz donde murió prisionero en 1816.

Exilio de Bolívar a Curazao


Después de la caída de la primera república en 1812 y la capitulación de Miranda,
Bolívar (gracias a la gestión de don Francisco Iturbe) recibe el pasaporte de manos
del oficial español Domingo Monteverde para poder salir del país hacia Curazao.
Solo tuvo tiempo de encomendar el manejo de sus bienes a don Domingo Ascanio y sin
mayores recursos se embarca el 12 de agosto en el velero "Jesús, María y José"; lo
acompañaron en la travesía los hermanos Carabaños y Manuel Cortés Campomanes por
ser considerados de poca peligrosidad por las autoridades españolas. No bien llegó
Bolívar a Curazao, su equipaje fue embargado; en una carta a Iturbide dice: "Mi
recepción fue desagradable, porque todavía no había llegado cuando ya estaba mi
equipaje embargado por dos causas muy raras: la primera porque mis efectos y
trastos estaban en la misma casa en que estaban los de Miranda; y la segunda,
porque el "Celoso" contrajo deudas en Puerto Cabello, que ahora he de pagar yo,
porque yo era el comandante de la plaza cuando las contrajo. Esta es la exacta
verdad. De esto resulta que yo me hallo sin medio alguno para alimentar mi vida,
que ya comienzo a ver con demasiado hastío y hasta con horror”

La Campaña del Magdalena


Fue una campaña militar de fines de 1812 principios de 1813 mediante la cual Simón
Bolívar libro el curso del río Magdalena que conecta a Cartagena de Indias con el
interior de la Nueva Granada.

Tras la caída de las Provincias Unidas de Venezuela ante la reacción realista del
año 1812 y la restitución de la Capitanía General, el joven Bolívar junto con otros
venezolanos se vio obligado a partir al exilio. Tras una corta estadía en Jamaica
se trasladó a Cartagena de Indias, en la Nueva Granada, donde el proceso
independentista se había iniciado el 20 de julio de 1810 y había desembocado en la
formación de varías Juntas supremas que rivalizaban entre sí. En este panorama
compuso un manuscrito conocido como el Manifiesto de Cartagena, en el cual hizo un
análisis político y militar de las causas que provocaron la caída de la Primera
República de Venezuela y exhortaba a la Nueva Granada a no cometer los mismos
errores que Venezuela para no correr la misma suerte proponía fórmulas que ayudaran
a remediar las divisiones y a promover la unión de los distintos pueblos de América
para lograr el objetivo común, la Independencia.

Así al poco de llegar, Bolívar solicitó al gobierno de Cartagena prestar servicio


en sus tropas pero solo le fue concedido el mando de una guarnición de 70 hombres
en la pequeña localidad de Barrancas con la que empezaría a forjarse su futuro
prestigio militar.

Al principio, Bolívar estaba subordinado a un aventurero francés llamado Pierre


Labatut pero, en contra de las órdenes de este, decidió tomar la iniciativa
realizando una campaña para derrotar a las partidas realistas que se encontraban en
las poblaciones a las orillas del Río Magdalena a la vez que aumentaba el
adiestramiento y el contingente de sus tropas.

Como resultado de esta campaña, logró liberar varias poblaciones como Tenerife, El
Guamal, El Banco, Mompós Tamalameque y Puerto Real de Ocaña; logró derrotar a
diversas guerrillas realistas que operaban en la zona y finalmente ocupó Ocaña.

La Campaña Admirable. Bolívar “Libertador”


Fue una acción militar enmarcada dentro de la Guerra de Independencia de Venezuela.
Fue comandada por Simón Bolívar y consiguió la liberación del occidente de
Venezuela, integrado en aquel entonces por las provincias de Mérida, Barinas,
Trujillo y Caracas. Estos éxitos juntos con los obtenidos en oriente por Santiago
Mariño darían origen a la conformación de la Segunda República de Venezuela.

El 14 de mayo de 1813 sale de Cúcuta el ejército conducido por Simón Bolívar con
destino a Venezuela. Lo integran brillantes oficiales granadinos y venezolanos, por
lo que la campaña que se inicia se llamará la Campaña Admirable. Ellos eran, entre
otros, Rafael Urdaneta, José Félix Ribas, Atanasio Girardot, Antonio Ricaurte,
Luciano D'Elhuyar, entre otros.

Bolívar había recibido el 30 de marzo la deseada autorización, para invadir a


Venezuela, aunque no a entera satisfacción; además, las divergencias surgidas entre
él y el coronel Manuel del Castillo retrasan notablemente la empresa libertadora.

Cuando Bolívar llega a Mérida, el 23 de mayo de 1813, el pueblo lo aclama como


LIBERTADOR, siendo la primera vez que así se le llama. El Concejo de esta ciudad
merideña, presidido por don Luis María Rivas, le saluda en sesión especial con
estas palabras: «¡Gloria al Ejército Libertador y gloria a Venezuela que os dio el
ser, a vos, ciudadano general! Que vuestra mano incansable siga victoriosa
destrozando cadenas, que vuestra presencia sea el terror de los tiranos y que toda
la tierra de Colombia diga un día: Bolívar vengó nuestros agravios».

El 14 agosto, a pocos pasos de la casa en donde nació, Simón Bolívar, que había
recibido en Mérida aquel título de Libertador, lo ve ratificar. Eso fue en el
templo de San Francisco, y uno de los momentos más felices de su vida: “Reunidos el
14 del presente el Presidente del estado, la Municipalidad, los Notables de esta
Ciudad, y empleados Superiores, por voto unánime aclamaron a Simón Bolívar por
capitán general de los Ejércitos y lo condecoraron con el título de LIBERTADOR DE
VENEZUELA. En este grandioso acto no se vieron sino pruebas repetidas de
sensibilidad y reconocimiento, en todos los que componían tan respetable asamblea,
y no se oyeron sino discursos vehementes sí; más animados del deseo de manifestar
el más grande interés por el héroe que había logrado superar tantos obstáculos, y
vencer tantos riesgos por la libertad a su Patria. Cada uno sentía la necesidad de
que el intrépido Bolívar acabase de expurgar el territorio de los enemigos que aún
le perturban, y cada uno al ponerle a la cabeza de los ejércitos pensaba en su
propia conservación. Jamás se ha dado tan espontáneo voto, jamás los sentimientos
de una asamblea han sido tan universales como en la que fue proclamado General C.
Simón Bolívar. Tal es el imperio de la virtud, del mérito, y del reconocimiento.
Formada el acta en la que se le proclamaba General y se le distinguía con el bien
merecido título de LIBERTADOR DE VENEZUELA, dos Diputados pasaron a cumplimentarle
y ponerla en sus manos de parte de la asamblea. El la recibió con toda la
distinción debida a las corporaciones que se la dirigían, y respondió en los
términos siguientes.

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