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Trabajadores cosechan hongos ostra en el área de cultivo de Hortifungi. La empresa tiene trece años y provee a supermercados y restaurantes. Foto: Patricio
Terán / LÍDERES
Esta oportunidad se dio luego de estudiar en China, gracias a una beca, producción de hongos
comestibles. Aprendió lo básico y, una vez en Ecuador, buscó -entre el 2001 y el 2004- el
método perfecto para la siembra, cosecha y comercialización en el país.
En el 2004, De la Torre arrancó con la producción de los hongos ostra. Son de color blanco y
tienen una especia de sombrero, que se muestra de forma plana.
La zona de cultivo de Hortifungi, que tiene 1 800 metros cuadrados, se encuentra en el sector
de Churoloma, de la parroquia Tumbaco. En diferentes invernaderos, en los que la luz es
tenue, se encuentran fundas con paja de las que salen los hongos; en otros casos nacen de
una especie de bancos de heno y tierra.
El propietario comenta que son productos bastante sensibles. Deben estar a una
temperatura de entre 10 y 20 grados centígrados, no les puede dar el sol directamente y
deben estar en ambientes totalmente inocuos. Esto último debido a que si se contaminan con
los hongos que se hallan en el ambiente, dejan de ser comestibles.
Desde que se siembra el producto hasta que se cosecha toma un mes. Una vez que se
enfunda y envía los hongos, tienen una vida en percha de entre 10 y 15 días. A la fecha la
compañía cuenta con cuatro variedades, pero tiene como meta desarrollar otras tres. Uno de
sus clientes es Corporación Favorita, la cual ofrece tres de estos tipos de hongos.
Este grupo empresarial intenta satisfacer la necesidad de los clientes que buscan productos
con valor agregado. “Destacamos la innovación, ya que Hortifungi emprendió con nuevas
variedades que los supermercados no comercializábamos”, indica la firma.
Los hongos se comercializan bajo las marcas Ken Koo y como Fungi Gourmet. El 70% se
vende en supermercados y el restante a través de otra vías. Iván Paredes es experto en
cocina gourmet.
Explica que estos productos se pueden usar en innumerables preparaciones entre las que
están hongos ostra rellenos con queso azul, salteados con vino blanco o en diferentes
combinaciones con camarones o pollo, también shitake con sésamo, shimeji con verduras,
etc.
De la Torre considera que los hongos son un producto del futuro ya que pueden llegar a
reemplazar la carne, si esta faltara, porque son una proteína. Además, tienen propiedades
medicinales al prevenir virus y tumores; también suben defensas y bajan el colesterol.
“Quiero que la gente se dé cuenta de los beneficios del consumo de estos alimentos”, dice el
propietario. Además, considera que el cultivo de las setas en el mundo genera un menor
impacto en el medioambiente, ya que requiere menos insumos para producir un kilo de estas
que la carne de res.
Hortifungi quiere seguir creciendo por lo que su propietario analiza la posibilidad del
procesamiento del producto. De hecho, en el 2015 participó en el programa Banco de Ideas,
del Gobierno, con un proyecto para la producción e industrialización de las setas en la zona
del río Portoviejo.
Aunque quedó finalista, por cuestiones financieras no logró acceder a los fondos del concurso.
Esta compañía limitada busca seguir creciendo a escala nacional. Por ahora no ha pensado
en la exportación debido a que para alcanzar ese punto es necesario un alto volumen de
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