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PLATÓN

Biografía
No se tiene certeza del lugar exacto donde nació Plantón, algunos estudiosos han establecido como
lugar de origen Egina y otros Atenas, ambas ubicadas en Grecia, igual ocurre con su fecha de
nacimiento, la cual se calcula fue entre el año 428 y 427 a.C.

Su nombre de nacimiento fue Aristocles, sin embargo, este filósofo ha sido reconocido por su apodo
Platón, el cual hacía referencia a la anchura de su espalada, según palabras de Diógenes Laercio en
su texto Vida de los filósofos ilustres.

Platón nació en el seno de una familia aristócrata, en la que algunos miembros habían usurpado el
poder de Atenas luego de la Guerra del Peloponeso. Es por ello que, pese a pertenecer a la
oligarquía, Platón en varias ocasiones mostró su rechazo al gobierno que tenía Atenas en ese
entonces. Esto puede evidenciarse en sus obras Político, Leyes y República. Su padre Aristón era
pariente del rey Codro, último rey de Atenas. Períctina, su madre, era descendiente del legislador
griego Solón.

Asimismo, Platón tuvo dos hermanos Adimanto y Glaucón, y una hermana Potone. Después de la
muerte de su padre, su madre se casó con Pirilampo, un tío de Platón, con quien tuvo un hijo llamado
Antifón.

La familia de Platón se caracterizó por tener una vocación política la cual el filósofo no continuo, por su
parte, prefirió dedicarse a la filosofía después de conocer a Sócrates, aproximadamente, a los veinte
años de edad.

No obstante, cabe destacar que gozó de una educación de alta categoría, su tutor fue Crátilo, un
filósofo, con quien se supone ya había discutido acerca de su idea de lo sensible y de la imposibilidad
de su conocimiento científico.

Incluso, su sobrino Espeusipo destacó las habilidades de aprendizaje de su tío, especialmente, en el


arte, la poesía y la pintura. Sin embargo, luego de iniciar sus estudios con Sócrates, su tendencia
artística fue disminuyendo.

Esto se debió a que la influencia de Sócrates fue más allá, y conllevó a Paltón a determinar la
existencia real de la naturaleza intangible. A partir de ese entonces, Aristóteles apunta a que Platón
dio origen a la Teoría de las Ideas.

Sobre su infancia y adolescencia nos habla Espeusipo, su sobrino, quien describe la agilidad mental
precoz de Platón. Cuenta además que en un comienzo el filósofo quería ser artista y que estaba muy
interesado en la pintura, el drama y la poesía, y que incluso quería escribir tragedias; pero todo esto
cambió cuando Platón comenzó a asistir a las reuniones impartidas por Sócrates. Y este interés por el
arte rápidamente cambió por un odio hacia ellas, al punto de promover, en la construcción de su
Estado Ideal, la expulsión de los poetas. Se sabe que, en cambio, Platón se dedicó a los deportes, al
ejercicio corporal y sobre todo a las prácticas atléticas y a la gimnasia. De hecho, se ha llegado a
saber que “Platón” no era su verdadero nombre, sino Aristocles, y que “Platón” era en realidad un
apodo que le había puesto su profesor de gimnasia debido a su espalda ancha.

Por su parte, Aristóteles cuenta que antes de escuchar a Sócrates, Platón había conocido a Crátilo,
quien lo había introducido en la antigua discusión de si el pensamiento es totalmente empírico o
totalmente racional, inclinándolo por lo primero. Sin embargo, Sócrates le habría hecho cambiar de
parecer al llevarlo a definir primero cada cosa de la que se quería hablar. Por ello llegó a la idea de
que antes del mundo sensible, había una realidad que sólo podía ser conocida pero no
experimentada, y de ahí surgió su teoría del mundo de las ideas, en donde existen los arquetipos de
cada elemento del mundo empírico.

Sobre su acercamiento a Sócrates difieren Diógenes Laercio y W. K. C. Guthrie. El primero cree que
Platón conoció a Sócrates cuando este tenía veinte años; el segundo cree que ya lo conocía desde
tiempo atrás, cuando tenía incluso quince años. De ambos puede rescatarse entonces que el primer
encuentro ocurrió entre el año 412 a.C. y 407 a.C., y desde entonces Platón fue un discípulo acérrimo
y un gran amigo de Sócrates. Si bien hay discusión sobre su primer encuentro, también lo hay sobre el
último. La razón de esta ambigüedad radica en dos libros de Platón. En el primero, Apología, narra
que Sócrates, mientras era declarado culpable por ofender a los dioses griegos y por corromper a la
juventud, señaló entre el público a los creía que sus únicos amigos, entre los que estaba Platón. Sin
embargo, en el segundo, Fedón, dice, mediante uno de sus personajes, que él mismo, Platón, no
había podido ir al juicio de Sócrates por encontrarse enfermo. Sobre esto último se han arrojado varias
hipótesis, algunas acusando a Platón de no ser tan amigo de Sócrates como se pensaba; pero este
juicio no estaría en relación con el afecto que le demuestra en toda su obra. Una de las hipótesis más
aceptadas es que tal vez Platón no fue porque no resistía la idea de ver a Sócrates siendo juzgado y
castigado.

Una vez muerto Sócrates, Platón viajó junto a algunos compañeros a Megara, Egipto, Italia y Sicilia,
donde conoció a diferentes pensadores que influirían su pensamiento, como es el caso de los
pitagóricos, de los que aprendió conceptos como el de armonía; o Parménides, del que pudo
desarrollar su idea de alma; o Anaxágoras, del que compartió la idea de que la razón inundaba todo
cuanto existía. Luego volvió y compró una propiedad en las cercanías de Atenas, donde fundó su
Academia, por la que pasarían grandes pensadores y que estaría en servicio hasta el año 529 d.C.
Aquí Platón compartiría sus conocimientos hasta su muerte en el 347 a.C., cuando rondaba los
ochenta años.

Su obra puede dividirse en cuatro momentos, respondiendo al tiempo en que las concibió. El primer
momento responde a sus primeros diálogos, fuertemente determinados por el pensamiento socrático.
En ellos podemos encontrar Apología, Ion, Critón, Protágoras, Laques, Lisis, Eutifrón, entre otros. El
segundo momento es determinado por su posición política y por los primeros atisbos que hace de su
teoría de las ideas. Aquí podemos encontrar obras como Gorgias, Eutidemo, Hipias Menor, Crátilo,
Menexeno, y Menón, entre varias otras. El tercer momento es cuando ya está conformada la teoría de
las ideas y el pensamiento según el cual conocer es recordar. Obras características de esta etapa son
Fedro, Fedón, República y El Banquete. Finalmente, el cuarto momento es una evaluación que Platón
hace sobre sus propias ideas, donde encontramos Teeteto, Parménides, Político, Filebo, Sofista,
Leyes, Timeo, etc.

Orientación política
Aunque Platón recibió una educación propia para ejercer la actividad política, éste no quiso vincularse
a tales tareas según lo narrado en la Carta VII, debido a dos acontecimientos importantes.

En principio por causa del régimen conocido como los Treinta Tiranos, tras el cual fue usurpado el
poder en Atenas después de la guerra del Peloponeso, y en el cual participaron su tío Crítias y su
primo Cárminedes. Este acontecimiento se caracterizó por ser violento y atentar en contra los
representantes de la democracia de Atenas.

De este hecho se destaca que Platón fuese antidemocrático, incluso se puede notar en textos como la
República y Político. Sin embargo, más allá de esta postura Platón no estuvo de acuerdo con los actos
violentos y criminales que sus familiares propiciaron, los cuales le causaron una gran desilusión.

Luego, se hace mención al proceso y condena a muerte por impiedad que le fue impuesta a Sócrates
en un sistema político oligárquico, dictada en contra de su maestro en el año 399 a.C. Tras este
doloroso hecho Platón salió huyendo de Atenas y se apartó por un tiempo de la vida pública.

Pese a estos hechos, su interés por los temas políticos no los abandonó del todo, ya que tiempo
después llegó a concebir un modelo de Estado que consideraba como el ideal.

Primeros viajes
Temiendo por su vida, en especial tras la injusta condena y sentencia a muerte de su maestro
Sócrates, Platón decidió salir de Atenas y refugiarse en Megara, Sicilia. Allí estuvo por un tiempo con
su amigo y filósofo Euclides, quien ya había fundado una escuela de tendencia socrática en aquella
ciudad.

De allí viajó a Cirene, donde frecuentó al matemático Teodoro y a Aristipo de Cirene, quien había
fundado unaa escuela cirenaica. Incluso, se dice que viajó a Egipto, aunque todavía no se ha
encontrado información que sustente realmente esta información porque hay quienes creen que volvió
a Atenas.

Posteriormente, Platón viajó para Italia y estuvo en Sicilia. De estos viajes sí se tiene información en la
Carta VII. En estos viajes conoció las sedes pitagóricas dirigidas por Arquitas de Tarento, un filósofo y
político, con quien tuvo una amistad.

En el año 388 a.C., realizó su primer viaje para Siracusa, ciudad gobernada por el rey Dionisio I, quien
era considerado un tirano. En su estadía conoció a Dión, cuñado de Dionisio I, por quien se sintió
atraído y le enseñó diversos conocimientos socráticos que podían ser puestos en práctica en el
reinado de Dionisio I.
No obstante, y a pesar de la invitación, el rey expulsó a Platón de la ciudad de Siracusa debido a sus
comentarios, razón por la que fue vendido como esclavo en Egina. Por suerte, Platón fue rescatado
por Anníceris, a quien había conocido en Cirene.

La Academia
Tras la terrible experiencia que había vivido en Siracusa, Platón logró volver a Atenas y en las afueras
de la ciudad, en un espacio dedicado al héroe Academo, compró una finca donde fundó la Academia,
de donde se cree que deriva el nombre de esta escuela.

La Academia estuvo en funcionamiento cerca de novecientos años, hasta el año 529 d.C., cuando
Justiniano I, emperador romano, decidió cerrarla por considerar este espacio como una amenaza para
el cristianismo.

La Academia se caracterizó por ser una institución organizada, para ingresar era imprescindible tener
algún tipo de conocimiento, en especial, de matemáticas. Contaba con una biblioteca y una residencia
estudiantil. Por ello, dada a su estructura ha sido asociada como modelo de las universidades
contemporáneas.

En la Academia se impartían clases y seminarios de diversas áreas como astronomía, física,


aritmética, filosofía, ética, lógica, entre otras. También, se daba especial atención a los conocimientos
filosóficos destinados a la política para que las personas aprendieran a legislar y gobernar.

Platón fue un maestro activo de su escuela junto con otros amigos, de hecho fue el periodo en el cual
escribió un gran número de textos, en su mayoría como diálogos.

Asimismo, cabe mencionar que Aristóteles fue un estudiante la Academia, aproximadamente en el año
367 a.C., fue discípulo de Platón, con quien estudió filosofía, trabajó y entabló una amistad.

Últimos años de Platón


En el año 369 a.C., Platón emprendió un segundo viaje a Siracusa, tras la invitación de Dión, para
asistir a la corte de Dionisio II, hijo de Dionisio I, y encargarse de su educación.

En esta ocasión Platón tampoco tuvo una buena experiencia y por poco logró regresar a Atenas,
donde también se refugió Dión tras una discusión con Dionisio II.

Más tarde, en el año 361 a.C., Platón vuelvió a recibir una invitación por parte de Dionisio II. De allí
que realizara un tercer viaje hasta Siracusa, esta vez acompañado de varios discípulos y dejando a
cargo de la Academia a Heráclides Póntico.

Sin embargo, Platón volvió a tener una mala experiencia y terminó preso por Dionisio II. Nuevamente,
Platón logró escapar y regresar a Atenas en el año 360 a.C.

Entre tanto, Platón retomó sus actividades académicas, las cuales llevó a cabo hasta sus últimos días.
Finalmente, Platón falleció en el 347 a.C., contando, aproximadamente, con 80 años de edad.

Obras de Platón
De Platón se han conservado un gran número obras, las cuales fueron escritas, en su mayoría, en
forma de diálogo para presentar el pensamiento filosófico. Sin embargo, con respecto a sus obras
existen algunas dificultades en cuanto a su autenticidad y autoría, así como en su correcto orden
cronológico.

Muchas de las obras de Platón se caracterizan por tener como figura principal a su maestro Sócrates,
quien realizaba debates para contraponer los diversos puntos de vista de sus discípulos y establecer
un conocimiento a partir de las conclusiones de estas actividades.

En este sentido, para esclarecer un poco la autenticidad de las obras de Platón, los investigadores han
considerado los siguientes criterios para establecer su autoría:

Tomar en cuenta la tradición de la época y los testimonios que se hacen en otras obras respecto a los
textos de Platón.

Que el contenido de la obra siga la doctrina filosófica propuesta por Platón.

Que cumpla con un método estilométrico, es decir, que el estilo lingüístico de la obra se corresponda
con el aplicado por Platón en sus textos.

En cuanto a la organización cronológica de las obras de Platón, se ha considerado el siguiente orden:

Diálogos socráticos o de juventud

Se estiman a que sean textos escritos entre 393-389 a.C., en los cuales se aprecia una gran influencia
de Sócrates. Las obras más destacadas son Apología de Sócrates, Ion, Eutifrón, Critón, Cármides,
Laques, Protágoras, Lisis y Trasímaco.

Diálogos de transición o época de transición

Estos textos abarcan los años entre 388-385 a.C., además de los temas socráticos, también aparecen
textos de tendencia política y de filosofía lingüística. Incluso, se da a conocer el primer esbozo de la
Teoría de las ideas.

Se incluyen los siguientes textos Gorgias, Hipias Menor, Hipias Mayor, Crátilo, Menéxono, Menón.

Diálogos de la madurez

Estos textos fueron escritos entre los años 385-371 a.C., Platón consolida su Teoría de las ideas y la
Teoría de la reminiscencia. Asimismo, surgen los mitos más destacados del filósofo y reforzó los
temas de la política y la ética.

De esta época se pueden mencionar las siguientes obras El Banquete, Fedón, Fedro y República.

Diálogos críticos

Esta última etapa se desarrolló entre los años 370-347 a.C. Platón se dedicó a revisar de manera
crítica sus ideas anteriores, Sócrates ya no es el principal personaje e introduce los temas
relacionados con la naturaleza. La Teoría de las ideas pierde importancia partiendo desde una
perspectiva ontológica.
Entre las obras que se destacan se mencionan Teeteto, Parménides, Sofistas, Político, Timeo, Critias,
Epínomis, Leyes y Filebo.

En términos generales, también se puede decir que Platón escribió sobre las formas de gobierno que
él consideraba como las más adecuadas para llevar a cabo, la aristocracia ideal, la democracia y la
tiranía, más allá de que estuvo alejado de la actividad política.

Teoría de las ideas


La Teoría de las ideas es la más conocida de las obras de Platón. En ésta fundamenta que, más allá
de los objetos físicos, a los que considera imperfectos, también existen los entes a los que considera
perfectos y que forman parte del mundo de lo intangible, es decir, las ideas, a las que considera
perfectas y no perceptible por los sentidos.

Para Platón las ideas son únicas, perfectas e inmutables, incluso, también las describe como
inmateriales y simples. Para acceder al mundo de las ideas es necesario partir de la razón y del
entendimiento.

No obstante, las ideas se encuentran organizadas en orden de importancia, en principio está la idea
del bien, la más importante y que afecta a todas las demás, luego le siguen ideas sobre la belleza y la
justicia.

Para Platón el mundo de las ideas es verdadero, eterno e, incluso, afecta el mundo de lo tangible y
material donde nos desenvolvemos los seres humanos y donde se copian e imitan de manera
imperfecta las ideas. Platón ilustró una dicotomía entre el mundo sensible y el mundo intangible
expuesto en la obra República en el mito de la caverna.

Frases de Platón
A continuación se presentan las frases más destacadas de Platón:

“El hombre sabio querrá estar siempre con quien sea mejor que él”.

“La mejor riqueza es contentarse viviendo con poco”.

“El objetivo de la educación es la virtud y el deseo de convertirse en buen ciudadano”.

“Los sabios hablan porque tienen algo que decir, los tontos hablan porque tienen que decir algo”.

“La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos”.

“Una buena decisión se basa en conocimiento, no en números”.

“Ser amable con todos los que encuentras es pelear una dura batalla”.

“Cuando es la multitud la que ejerce su autoridad, es más cruel que los tiranos”.

“No hay mayor perfección en el mal que el parecer ser bueno no siéndolo”.

“Yo declaro que la justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte”.
La cosmología de Platón en el Timeo

El Timeo fue uno de los últimos diálogos escritos por Platón, en el que adopta la forma narrativa del
mito para exponer a sus discípulos una doctrina verosímil sobre temas muy complejos: la formación
del universo y de los seres vivos. Que el protagonista sea un anciano pitagórico, Timeo de Lócride,
nos indica el contexto de procedencia de una buena parte de las ideas que contiene la obra. Hay
además un claro paralelismo con el diálogo República: si en éste se describe la polis ideal en aquel se
va a explicar el universo real formado a semejanza del Mundo de las Ideas.

El relato de Timeo

Timeo inicia su relato afirmando que el Demiurgo, dios supremo, actúa sobre el caos primordial y
ordena el universo según la inteligencia, tomando como modelo el mundo eterno de las Ideas.
Mientras que este es inmutable el universo está en perpetuo devenir. La belleza de los entes sensibles
es un reflejo de la perfección de los seres ideales. El universo queda constituido como un ser vivo
provisto de un Alma racional que lo gobierna. El discurso de los filósofos sobre este mundo material
sólo puede aspirar a lograr una convicción fundada, sin poder alcanzar la verdad demostrable que la
razón nos proporciona sobre el mundo inteligible.

El Demiurgo comenzó su obra a partir del fuego y de la tierra, intercalando entre ellos otros según
medias proporcionales el aire y el agua. Estos cuatro elementos primordiales constituyen el Cuerpo del
universo. Le dio una figura esférica, porque tiene la simetría más simple, y le imprimió un movimiento
de rotación en torno a sí mismo. Luego formó el espacio, ente intermediario entre el ser y el devenir,
que participa de la esencia de ambos: inmutable como el ser y receptáculo de todos los cuerpos en
devenir. Sitúa la esfera de las estrellas fijas como límite exterior del universo y siete astros entre ella y
la Tierra, que ocupa el centro. Coloca a la Luna, el Sol, los cinco planetas y la octava esfera estelar en
órbitas circulares cuyo radio es proporcional a dos series geométricas: 1, 2, 4, 8 y 1, 3, 9, 27. A estos
astros les comunica un movimiento de rotación de sentido contrario al de las estrellas. Al Sol, Mercurio
y Venus les comunica una velocidad semejante, a la Luna, Marte, Júpiter y Saturno una velocidad
variable proporcional. Los astros más cercanos a la Tierra giran con mayor velocidad que los más
lejanos.
Al poner los astros en movimiento el Demiurgo crea el tiempo, que se mide según números, como
imagen móvil de la eternidad. El orden que le impone al universo es eterno, pero mientras exista el
tiempo. Construye las estrellas de fuego, para que iluminen los cielos y las hace girar a cada una
sobre sí misma. La esfera entera gira en relación a la Tierra según el eje oblicuo de la eclíptica. El
movimiento transmitido a los planetas les hace variar continuamente de posición relativa, pero cuando
se cumple el Gran Año todos los astros han vuelto a su posición original. A cada astro el Demiurgo le
otorga su propia alma, que lo sujeta a las leyes de la naturaleza y del destino.

Después de afirmar que el Demiurgo forma el universo según inteligencia y según necesidad Platón
retoma el comienzo del relato desde otra perspectiva. Quiere detallar mejor los procesos que ocurren
en el espacio, ese ente intermediario entre las Ideas y las cosas. Tras definirlo como el lugar de todo lo
generado, lo califica de indestructible e inalterable –pues su naturaleza no se ve afectada por lo que
contiene-, inteligible –porque es perceptible sólo para la razón– y sin forma determinada. El espacio es
el soporte necesario de la imagen del mundo de las Ideas que es el universo.

Asimismo explica Timeo que puesto que los cuatro elementos pueden transformarse entre sí,
debemos considerar las cosas no como si fueran por naturaleza tal o cual mezcla de elementos, sino
como que tienen durante ciertos períodos las cualidades respectivas: calidez, frialdad, sequedad o
humedad. Antes de la acción del Demiurgo los cuatro elementos se hallaban separados en diferentes
zonas, debido a su diversa densidad: él los ordena dándoles forma y proporción. La forma la confiere
mediante dos triángulos: el rectángulo isósceles y el rectángulo escaleno cuya hipotenusa es el doble
del cateto menor.

Hay tres elementos –fuego, aire y agua– compuestos de corpúsculos cuyas caras son triángulos
equiláteros formados por la unión de dos triángulos rectángulos escalenos. El elemento fuego se
compone de corpúsculos con forma de tetraedro, pirámide de cuatro caras iguales. El aire se compone
de corpúsculos octaédricos, doble pirámide de ocho caras iguales. El agua se compone de
corpúsculos icosaédricos, formados por veinte caras iguales. El elemento tierra se compone de
corpúsculos cuyas caras son cuadrados formados por cuatro triángulos rectángulos isósceles unidos
por el vértice de los catetos.

Según Timeo, estas formas geométricas explican ciertas cualidades de los elementos, como su
movilidad y ligereza, cuyo grado de mayor a menor en ambas es fuego, aire, agua, tierra. El choque de
los corpúsculos produce la transformación de unos elementos en otros; por ejemplo, dos de fuego
pueden formar uno de aire, o bien dos y medio de aire uno de agua. Existe una ilimitada variedad de
corpúsculos, puesto que aunque sólo pueden tener cuatro formas, sus tamaños pueden ser muy
diversos. Tras equiparar el reposo a un estado de equilibrio y el movimiento a una interacción entre
motor y móvil, Timeo afirma que el movimiento rotatorio del espacio mantiene unidos a los elementos e
impide la existencia del vacío; los intersticios entre los corpúsculos mayores están rellenos de
corpúsculos menores. Ese movimiento causa asimismo la separación de los elementos en cuatro
zonas concéntricas en función de su ligereza; en consecuencia, los corpúsculos nuevos que se forman
por destrucción de otros emigran a sus respectivas zonas.

A continuación Timeo explica cómo los cuatro elementos primordiales pueden transformarse unos en
otros a través de procesos de condensación y rarefacción, o el mismo elemento cambiar de estado
mediante fusión o licuefacción. Los grados de mezcla de los elementos explican las distintas formas
en que se presentan los elementos. Entre los cuerpos de fuego señala la luz, las llamas y las brasas.
Entre los aéreos señala el éter, la niebla y la tiniebla. Entre los acuáticos distingue un agua líquida y un
agua fusible y dentro de los líquidos fusibles menciona el oro y el cobre; de agua solidificada distingue
el hielo, la nieve, el granizo y la escarcha; de agua mezclada con fuego destaca el vino, los aceites, la
brea, la miel y el ácido; considera las ceras y los combustibles como mezclas con más agua que tierra.
Entre los cuerpos predominantemente terrosos nombra las rocas, arcillas, sal, sosa y cristales.

Mediante los movimientos corpusculares de los elementos explica Timeo las principales cualidades
sensibles: el calor y el frío, la dureza y la blandura, la pesantez y la liviandad, la suavidad y la
aspereza. Hace ver que las cualidades son relativas y que, por ejemplo, lo que es pesado respecto a
algo puede ser liviano respecto a otra cosa. Al hablar de la gravedad justifica la inmovilidad de la
Tierra aduciendo que se halla en el centro geométrico de un universo esférico y homogéneo, estando
por tanto en el punto de equilibrio. A partir de aquí el relato se centra en el cuerpo humano, tema que
trataremos en otro lugar.

Doctrinas filosóficas presentes en el Timeo

El Timeo es un diálogo donde Platón adopta la forma narrativa del mito para exponer la formación del
cosmos. Un motivo para ello es la dificultad del tema, respecto al que existían diversas explicaciones
míticas y filosóficas. Platón brinda una versión cargada de elementos pitagóricos y pondrá varias
veces en boca de Timeo que sobre los asuntos que no cabe hacer un discurso con certeza científica
hay que producir convicciones fundamentadas. Otro motivo es que para tratar de persuadir acerca de
la verosimilitud de su relato le conviene adoptar la forma del mito por su peso en la religión tradicional
y en la enseñanza. En cierto momento del relato Timeo expone que hay dos tipos de seres divinos: los
astros y los dioses olímpicos; de este modo Platón asimila su teología astral racional a la religión
tradicional.

El relato de Timeo tiene profundas resonancias pitagóricas, empezando por el hecho de que la teoría
platónica de las Ideas tuvo su inspiración en el logos matemático que gobierna el mundo y que Platón
personifica en la figura del Demiurgo que ordena el caos primordial. De los pitagóricos toma también la
postulación de la existencia de unidades indivisibles imperceptibles que constituyen el sustento último
de los cuerpos. Pitagóricos son asimismo los factores matemáticos que aparecen en el relato: La
proporcionalidad en la relación de los elementos entre sí, la disposición de las órbitas de los planetas
según series numéricas proporcionales, el establecimiento de intervalos entre los astros según las
leyes de la armonía musical, la forma geométrica de sólidos regulares que tienen los corpúsculos, la
esfericidad de la Tierra y la doctrina del Gran Año como período necesario para que todos los astros
completen de modo simultáneo sus diversas revoluciones retornando a su posición original.

En cambio, Platón no aceptó la teoría del pitagórico Filolao acerca de que los planetas giraban en
torno al Sol. Las referencias a las velocidades de los planetas proceden directamente de su
compañero en la Academia, el matemático y astrónomo Eudoxo de Cnido. Tampoco adoptó Platón la
creencia pitagórica en el vacío, prefiriendo adherirse a la doctrina de Parménides sobre el universo
compacto, aunque a diferencia del eléata lo considerara formado por corpúsculos, idea procedente del
pitagorismo y de los atomistas. Convierte al espacio en un ser real, aunque de naturaleza distinta a los
cuerpos que contiene; algunas de sus propiedades son idénticas a las que Parménides adjudicaba al
Uno. También de Parménides, con su vía de la verdad y vía de la opinión, viene el tener que explicar
el universo de dos modos: según inteligencia y según necesidad.

La doctrina de los cuatro elementos, su unidad y separación primordial, y la constitución de los


cuerpos como mezclas, correspondiendo a cada naturaleza corporal una determinada proporción, con
la consiguiente posibilidad de transformación de unos cuerpos físicos en otros, sigue las ideas del
siciliano Empédocles. También suya es la idea de la disposición ordenada de los elementos en cuatro
zonas distintas en función de su peso. La idea de que los elementos son más bien cualidades que
sustancias enlaza con la filosofía de Anaximandro. En el maestro de éste, Tales, se encuentra ya la
idea de que la Tierra (plana) se halla en equilibrio por ocupar el centro del universo esférico. Platón
toma de Demócrito la idea de que existe una correspondencia entre las formas geométricas de los
corpúsculos y sus cualidades sensibles macroscópicas, así como la diversidad innumerable del
tamaño de los corpúsculos.

En conjunto, los aspectos del Timeo más propios de la creatividad filosófica de Platón son:

 El universo como una copia material imperfecta de un mundo inteligible perfecto. Esta es la
base de su teoría de las Formas o Ideas, que sigue una tradición filosófica que encontramos en
autores como Anaxágoras: situar la inteligencia en el exterior del mundo material que gobierna.
 El finalismo de un mundo en devenir, cuya Alma encamina sus movimientos hacia el bien y la
perfección.
 La distinción entre la eternidad inmóvil, sin tiempo, del mundo inteligible y la eternidad temporal
o inmortalidad del mundo sensible, donde la creación del Alma del mundo significa el origen del
tiempo.
 El espacio como ser intermedio entre la realidad inteligible y el mundo físico. Habiendo definido
los mundos ideal y material con características absolutamente opuestas entre sí Platón
encuentra en el espacio un mediador entre ambos, en cuanto único ente que tiene propiedades
de ambos mundos: inmutable e impertérrito como el ideal, pero físico como el material. Esta
concepción del espacio deriva de fusionar el espacio matemático y el espacio físico. La
fascinación de Platón por el hecho de que las matemáticas produjeran verdades eternas le
había llevado, ya desde República, a ponderar el papel del saber matemático como
intermediario necesario entre en el saber físico y el saber acerca del mundo inteligible.
 La chora, compleja noción con la que Platón pretende materializar el no ser, una especie de
materia informe e inmortal, reino de la necesidad, sobre la que actúan los principios inteligibles
del Alma del Mundo generando los cuerpos físicos.
 La correspondencia entre los cuatro elementos y cuatro sólidos regulares. Sabemos que
Teeteto, matemático de la Academia a quien Platón dedicó un diálogo tras su muerte en
combate, había trabajado sobre la geometría de los sólidos y que a él se debe parte de los
contenidos de los libros X y XIII de los Elementos de Euclides. Por tanto, es muy probable que
esa correspondencia sea una analogía generada en la Academia.
 La transformación de unos corpúsculos en otros en base a las superficies de su figura. Para
entender esta opción, que nos resulta chocante desde nuestra perspectiva actual, hemos de
tener en cuenta varios factores: a) Platón quiere dar una explicación en términos matemáticos,
no en términos físicos sensibles; b) La superficie era considerada el límite de un cuerpo sólido
y responsable de algunas de sus propiedades, al menos entre los pitagóricos y los atomistas;
c) En ese tiempo la geometría plana tenía un desarrollo muy superior al de la geometría de tres
dimensiones o estereometría, aún en sus inicios, y en consecuencia era mucho más sencillo
explicar las transformaciones mutuas de los cuatro elementos en función de sus superficies
que en función de sus volúmenes. De modo que Platón al postular que los corpúsculos de los
cuerpos están determinados por los triángulos ideales que le dan su figura consigue imbricar el
espacio y lo físico.
 La distinción entre racionalidad matemática y percepción sensible, y análogamente, entre
verdad y verosimilitud, o lo que es lo mismo, entre verdad demostrada y convicción fundada.
Como discípulo de Sócrates, Platón concede gran importancia a la distinción entre verdad y
opinión, según leemos en muchos de sus diálogos. En su esfuerzo por construir la filosofía
como una ética de la verdad, distinguible del discurso opinativo, aprovechará la cualidad
invariante del saber matemático, para proponerlo como ascético camino de perfeccionamiento
hacia el saber superior, aquel que versa sobre los arquetipos del mundo físico, las Ideas, en
cuya cúspide el Bien se ve acompañado por la Unidad, la Belleza y la Verdad.
tierra Manuscrito del "Timeo" mostrando los planetas, la Luna y el Sol (Oxford
Bodleian Library)

Conclusión
Platón es considerado uno de los filósofos y pensadores griegos más importantes de la historia de la
humanidad, junto con su maestro Sócrates y su discípulo Aristóteles.

Es reconocido por sus diálogos, en los que habla de filosofía, metafísica, epistemología, ontología,
ética, política, arte, y muchos otros temas.

Su trabajos y legado han influenciado las teorías y pensamientos de occidente, tanto en el área de la
filosofía, la política, la ética, el lenguaje, incluso, de la antropología, la teología, entre otros.

Su obra es considerada como la más novedosa de su época, la elaboración y lógica con la que
presentó sus pensamientos fue propagada por sus seguidores.

Platón fue el responsable de institucionalizar la filosofía gracias a la creación y apertura de su


Academia, brindando un espacio dedicado a la enseñanza, debate y estudio de diversas ramas del
pensamiento, y de la cual fue maestro.

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