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Las creencias autoritarias ayudan a explicar por qué los militares no solo aceptaron
derrocar a Allende sino también construir una sociedad nueva en la cual las divisiones
políticas serían remplazadas por la acción común en favor de la grandeza nacional.
Los militares introdujeron sus valores en el ámbito político:
• jerarquía
• disciplina
• respeto al orden
Esto ayuda a explicar la personalización de la autoridad del régimen en manos de
Pinochet que difiere de la norma corporativa de los militares brasileños o del rechazo al
personalismo en Argentina, Uruguay y Perú. Pinochet demostró gran habilidad política al
dejar fuera de combate a sus potenciales opositores en el cuerpo de oficiales y designar
subordinados leales en todos los altos mandos de las FFAA. Como Jefe de Estado y
Comandante en efe del Ejército concentró gran cantidad de poder. Luego de la ratificación
de la Constitución de 1980 se apoderó de una buena dosis de la autoridad simbólica
presidencial.
La conversión a las doctrinas económicas de la escuela monetarista de Chicago
no se produjo de inmediato, Muchos oficiales se sentían atraídos al principio por una
suerte de integrismo católico o concepto de Estado corporativo. Sin embargo estas ideas
no eran apropiadas para servir de base de legitimación del régimen debido a varios
motivos:
• la Iglesia no simpatizaba con esas doctrinas reaccionarias (aunque recién en 1975
se opondrá al régimen)
• estas ideas no encontrarían apoyo en grupos externos con los que el gobierno
deseaba aliarse sobre todo en EEUU y en el mundo de la banca internacional. El
régimen deseaba aprobación internacional, apoyo financiero e inversión. Las ideas
fascistas no eran adecuadas para ganar dichos apoyos aunque sí lo era la lucha
anticomunista
• el corporativismo podría ser utilizado por grupos políticos ya existentes para
maniobrar su regreso
• ofrecían escaso consejo acerca de cómo manejarse ante los problemas
económicos
Consecuencias:
• caída de la producción industrial en un 25 %
• caída de los salarios reales (en 1975 llegaron a su punto más bajo: 62, 9 % del
valor que tenían en 1970)
• aumento marcado de la tasa de desempleo
1 líder de la oposición en el exilio, activo y respetado, cuyas acciones causaban profundo malestar al régimen. Fue un
error político garrafal porque perjudicó las relaciones con EEUU y aumentó el aislamiento de Chile
Por otra parte, la oposición estaba dividida y acorralada. Muchos líderes de
partidos y sindicatos de la UP fueron asesinados u obligados al exilio. Aunque el PDC
sufrió menos fue suspendido al poco tiempo y muchos de sus líderes también debieron
emigrar. Mecanismos de control del régimen:
• la nueva legislación hizo imposible en la práctica la actividad política
• prensa y medios de comunicación estrictamente controlados además de ser
usados para transmitir propaganda del gobierno
• universidades intervenidas militarmente: prohibición de ciertas disciplinas,
exoneración de profesores, cancelación de matrículas de alumnos
• intervención de sindicatos genera división a la interna y control sobre los mismos
Constitución del 80
• establecía un período de transición de 8 años durante los cuales Pinochet ejercería
un poder ilimitado con la posibilidad de ser reelegido por un nuevo período de 8
años
• creaba sistema presidencial fuerte con escasas limitaciones
• parte del Senado sería designado y no elegido
• Cámara de Diputados perdía control sobre el Poder Ejecutivo
• institucionalizaba el poder de las FFAA en un Consejo de Seguridad Nacional con
injerencia en casi todas los aspectos relevantes y un papel decisivo en los asuntos
constitucionales
Con estas medidas se abolía de hecho el control civil sobre los militares. El
gobierno declaró que la propuesta había recibido un apoyo mayoritario pero existen
múltiples motivos para sospechar de la validez de las cifras presentadas.
La centralización del poder de Pinochet se debía en gran parte a su control sobre
la DINA ( que luego pasará a llamarse Central Nacional de Informaciones, CNI, en un
intento por mejorar su imagen). Este organismo era controlado por él personalmente y era
independiente de cualquier otra estructura militar. Se convirtió en un instrumento de
vigilancia no sólo de la población civil sino también de otros servicios de inteligencia y de
los militares mismos. La DINA se financiaba mediante el control ilícito de varias empresas
nacionalizadas por la UP. Su poder se vio afectado por el escándalo internacional que
siguió al asesinato de Letelier.
Pinochet se apoyó en la tradición de lealtad y sentido de jerarquía de las FFAA.
El Ejército como institución y su oficialidad en lo personal nunca habían sido objeto de
inversiones tan grandes ( en 1980 Chile estaba entre los países latinoamericanos que
mayor cantidad de recursos destinaban a las FFAA: 6 % del PBN). De todas formas se
mostró cauteloso y evitó otorgarle a los militares un papel consultivo en el proceso
político. Los generales que fueron ministros actuaban en esos cargos a título individual y
respondían estrictamente ante Pinochet. El número de generales aumentó en forma
progresiva siendo todos ellos designados por Pinochet y manipulados para que le fueran
leales no sólo en su calidad de Presidente de la República sino también como
Comandante en Jefe del Ejército.
La Iglesia católica se opuso a Pinochet en forma tenaz, junto con otras iglesias
crearon rápidamente organizaciones para ayudar y socorrer a las víctimas de la represión.
Sin embargo, la Iglesia demoró más en oponerse a las políticas del gobierno que a sus
abusos. De hecho pasaron de agradecerle al gobierno por haber combatido al marxismo a
dudar de la legalidad del mismo. El cambio de actitud respondió a la prohibición del PDC y
la creciente represión contra militantes del partido y contra católicos radicales.
El papel de la Iglesia fue adquiriendo importancia progresiva en su crítica al
gobierno denunciando la continua violación a los DDHH y proporcionando un espacio para
que las organizaciones sociales pudieran desarrollar su actividad.
Hasta las protestas de 1983 las otras formas de oposición fueron acalladas y
divididas y se efectuaron mayoritariamente en el extranjero.
Los partidos políticos continuaron divididos. Reflejaban las diferencias
sustanciales en las bases sociales que los conformaban y en sus ideologías, además era
difícil superar una aguda y ya casi tradicional polarización que continuaba como en la
época de Allende. Por otra parte, no era fácil medir la representatividad de los mismos
El principal factor que dividía a la oposición era la pregunta por la legitimidad de
usar la violencia en la lucha contra Pinochet. El hecho de que el Partido Comunista no
renunciara a su derecho de usar la violencia imposibilitó una alianza que incluyera a la
derecha, al centro y a la izquierda.
No se conocen las razones por las cuales el PC cambió su línea en 1980. Quizá
sea el reflejo de un vuelco en la actitud del comunismo internacional, que prefirió la vía
armada por sobre la pacífica para llegar al socialismo. Pero también existen razones
internas que explican el cambio; el cambio en la base social del partido podría ser una de
ellas (decadencia del poder del sector obrero organizado y aumento del desempleo entre
la juventud extremista de las poblaciones marginales) La estrategia parecía estar
rindiendo ya que aumenta el apoyo al PC y al grupo guerrillero urbano asociado a él, el
Frente Patriótico Manuel Rodríguez.
La distancia entre la reducida clase política y la masa pobre de los sectores rural
y urbano aumentaba de forma alarmante como consecuencia de los cambios sociales en
los años de Pinochet, de la política deliberada del gobierno para crear y ampliar ese
abismo y del tradicional estilo de ese liderazgo que ponía más énfasis en la organización
entre las cúpulas que en la organización masiva. El movimiento sindical actuaba
históricamente como vínculo entre los líderes políticos y la masa de votantes pero fue
precisamente éste uno de los principales blancos del gobierno de Pinochet. A pesar de
que los ataques de Pinochet debilitaron seriamente el movimiento sindical persistieron las
tradicionales divisiones en su interior. Además el gobierno se aseguró la nominación de
algunos de sus partidarios en sindicatos clave (Banco del Estado y Trabajadores del acero
de Huachipato).
Después del golpe se disolvieron las federaciones izquierdistas del ámbito rural.
Esto no se limita a la represión de la actividad sindical. El cambio económico y social en el
campo se asemejaba al ocurrido en las ciudades, con una estructura ocupacional mucho
más diferenciada que resulta más difícil aunar en cualquier organización común. La
balanza del poder y el cambio de organización económica actuaron decisivamente en
contra de los trabajadores del campo, y aunque en 1982 la confederación más importante
se fusionó con la Confederación Nacional Campesina, los sindicatos rurales siguieron
siendo una pálida sombra de lo que fueron antes del golpe.
La otra debilidad del movimiento sindical fue su falta de contacto con los diversos
grupos que formaban el movimiento gremial: pequeños empresarios o trabajadores
independientes, comerciantes, dueños de servicios de transporte. Dada la imposibilidad
de realizar una huelga del sector industrial el cierre de comercios y la paralización del
transporte podrían haber resultado medidas efectivas. Mediante una serie de discretas
amenazas y concesiones logró mantener separados a los gremios de los sindicatos.
Gran parte de la violencia contra el gobierno y de la practicada por éste se
concentró en las poblaciones marginales. Al problema del desempleo y aumento de la
pobreza se suma la relocación forzosa de estas poblaciones en la periferia de la ciudad.
Cualquier protesta por parte de estos sectores, sin importar lo pacífica que fuera, era
equivalente a una declaración de guerra.
Aunque es indudable que el PC - y probablemente también el MIR - actuaban en
estas zonas parece poco probable que las protestas hayan sido organizadas por algún
grupo político. No hubo partido ni sindicato que pudiera controlar los enfrentamientos
entre los pobladores y los carabineros en un día de protesta. Solo la Iglesia parece haber
ejercido verdadera influencia en estos sectores pero, de todas maneras, su participación
fue limitada.
El problema que este tipo de protestas genera a la oposición es que éstas tenían
lugar en forma esporádica y descoordinada y las frenaba la acción represiva. No
formaban parte de una estrategia global opositora, pero permitían al gobierno ejercer y
justificar la represión.
La oportunidad de la oposición para cumplir un papel más activo no provino de su
propia solidez sino del colapso de la política económica del gobierno. Incluso entonces y a
pesar de que la escala de protestas populares llegó a alarmar al gobierno ellas no
condujeron a la caída de Pinochet. La oposición tuvo que esperar hasta el plebiscito de
1988 para obtener su primera victoria verdadera
La crisis financiera que amenazaba al país desde 1981 irrumpió en 1982 y 1983.
Los militares atribuyeron esta crisis a los efectos de la recesión internacional y esa
explicación no deja de tener fundamento. Los precios del cobre se habían deprimido, los
del petróleo se mantenían y las tasas de interés habían subido considerablemente. Chile,
al igual que otros países latinoamericanos se vio en serias dificultades para enfrentar la
deuda pero, aunque los otros también sufrieron la recesión internacional, éste se vio
particularmente afectado.
La crisis se desarrolló con rapidez. Al déficit en la balanza de pagos se sumó el
hecho de que los banqueros internacionales dejaron de otorgar la enorme cantidad de
dinero que Chile necesitaba. La restricción del crédito interno y la negativa a cambiar el
sobrevaluado tipo de cambio llevó a una serie de quiebras. El fracaso del gobierno en
regular el sistema bancario tuvo consecuencias desastrosas.
Contrariamente a lo que había prometido el gobierno el peso se devaluó en 1982
y las reservas internacionales cayeron drásticamente. El equipo económico comenzó a
cambiar tan rápido como en cualquier gobierno civil. Reaparece el déficit fiscal y la
inflación aumenta nuevamente. Las estrechas relaciones de trabajo entre el gobierno y los
propietarios de los grandes grupos económicos llegaron a su fin al disolverse estos
últimos y la cordialidad dio paso a la hostilidad.
Se demostró que las medidas monetarias empleadas en Chile no eran aplicables
a una economía de estructura tan heterogénea, con mercados segmentados y diferencias
regionales y sectoriales. Los costos del ajuste económico no solo fueron demasiado altos
en términos sociales sino también extremadamente perjudiciales para la economía que
pretendía beneficiar. El mayor costo recayó en los pobres.
La apertura de la economía a las tendencias internacionales vino a significar, en
la práctica, la acumulación de una deuda enorme de corto plazo (en gran parte contraída
por el sector privado) y también un proceso de desindustrialización.
Situación general en 1983:
• salario real inferior a 1970
• aumento de la desigualdad
• crecimiento del desempleo
• producción industrial marcadamente inferior a la de 1970
• deuda externa equivalente al 80 % del PNB ( en 1970 era del 8,5 %)
• la banca internacional obligó al gobierno a incluir la deuda del sector privado en la
renegociación
Los partidos continuaban divididos y por más paradójico que ello resulte dicha
situación responde al contexto de la época. Durante muchos años los partidos habían
visto imposibilitada la comunicación con sus seguidores por lo que la política se ejercía
en el vacío. Nadie sabía en realidad con cuanto apoyo contaba un partido o fracción, y sin
poder probar dicho apoyo ningún grupo podía declararse representativo. En la primera
década de la dictadura los partidos tuvieron que dedicarse a sobrevivir y a mantener cierto
grado de organización interna. La consecuencia fue que había que concentrarse primero
en las tareas inmediatas del partido antes que emprender iniciativas de oposición al
régimen. pero esto postergó la toma de conciencia de los muchos cambios que habían
ocurrido en Chile de las muchas ideas políticas que debían volverse a pensar
enteramente.
Los años posteriores a 1983 se caracterizaron por la violencia, las protestas y la
represión. La supervivencia del gobierno dependía de la unidad de las FFAA. Las
perspectivas de la oposición dependían de la medida en que lograra un amplio consenso
en torno a la transición a la democracia.
La oposición tardó en responder adecuadamente a los movimientos de protesta y,
de hecho, la iniciativa de unir a los partidos en un esfuerzo por presentar un plan de
acción común vino por parte de la Iglesia. El Cardenal Fresno solicitó a tres personas que
redactaran un proyecto de acuerdo nacional de transición a la democracia: Fernando
Léniz, uno de los primeros ministros de economía de Pinochet, José Zavala, presidente
de la Asociación de Empresarios Cristianos y Sergio Molina, ex ministro del gobierno de
Frei.
Tras varios meses de agitadas negociaciones entre los partidos de todas las tendencias
(excepto el MDP) el Acuerdo se firmó en Agosto de 1985. La campaña por el Acuerdo
generó una de las protestas masivas más grandes de la historia de Chile a pesar de lo
cual Pinochet parecía resuelto a ignorarlo.
El Acuerdo:
• se proponía mostrar que los partidos de oposición podían lograr consenso y eran
capaces de aceptar en el futuro las reglas de juego democrático y el veredicto de
las elecciones populares
• exigía plenas libertades civiles y elecciones presidenciales y parlamentarias libres
• propiciaba la idea de una economía mixta en la que se respetara la propiedad
privada y el Estado se encargara del desarrollo económico impulsando la
cooperación entre los distintos sectores y dando prioridad inmediata a la
erradicación de la pobreza
• se excluyen tres puntos:
1. legitimidad de la Constitución del 80
2. acciones específicas del gobiernos
3. análisis de los errores de la oposición en el pasado
La prueba de fuerza para la Asamblea fue su llamado a una huelga de dos días el
2 y 3 de Julio de 1986. A pesar de poca violencia de los manifestantes la represión fue
dura. A pesar de lo masivo de la protesta el gobierno no dio ninguna señal de
compromiso.
Las esperanzas de la oposición duraron poco. El descubrimiento de arsenales -
aunque hubo dudas de su origen y cantidad - en agosto del 86 reavivó el temor de que los
comunistas usarían la violencia contra el régimen. Esos temores aumentaron con el
intento de asesinato de Pinochet, en setiembre del 86, y se tradujeron en un mayor apoyo
a su persona y en la desmoralización opositora.
La recuperación económica luego de la recesión 82 - 83 fue gradual y sostenida.
El crecimiento fue notorio, la inflación se mantuvo moderada, el desempleo bajó y, debido
al aumento del precio del cobre y los buenos ingresos por conceptos de exportaciones no
tradicionales, el universo financiero internacional era favorable al gobierno. La oposición
no parecía restarle poder, el fallido intento de asesinato llevado a cabo por el Frente
Patriótico Manuel Rodríguez (grupo respaldado por el PC) fortaleció su prestigio y todo
parecía indicar que Pinochet podía manejar con facilidad a una oposición débil y
escindida.
El Presidente y sus asesores confiaban en los resultados del plebiscito a
realizarse a más tardar en enero del 89 en el que estaban seguro Pinochet resultaría
reelecto. La confianza no era infundada: Chile era un Estado policíaco altamente eficaz,
se podían utilizar una variada cantidad de tácticas para obtener el éxito electoral, aun
contaba con el apoyo del Ejército y controlaba los medios de comunicación. A todo ello se
sumaba que Chile gozaba, al momento, de una indiscutible recuperación económica.
Pinochet despreciaba a los políticos y no los creía capaces de derrotarlo aunque
hubo indicios de lo contrario cuando en febrero del 88 la oposición completa se unió y
firmó un pacto para organizar la votación en favor del "No" en el plebiscito.
La elección fue justa y libre y contó con una participación masiva. Los resultados
fueron un 57 % por el "NO" y un 43 % por el "SÍ".
Motivos de la derrota de Pinochet:
• a pesar de la recuperación económica muchos chilenos aun estaban al margen de
sus beneficios
• la reducción en los gastos en salud y educación eran motivos de grandes quejas
• la mayoría de la población tenía muy presente la proliferación de violaciones a los
DDHH y condenaba esos abusos
• deseo generalizado de retornar a una vida política competitiva y democrática lo
cual no implicaba un rechazo al libre mercado ni tampoco a las principales
características de la Constitución del 80 sin embargo sí representaba el deseo de
volver al modelo político que había caracterizado al país
• enorme impacto de la campaña (la gubernamental fue inferior a la opositora)