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LA EVOLUCIÓN DE LA LIBIDO SEGÚN KARL ABRAHAM.

Carlos Lázaro.


Trabajo realizado en torno a “UN BREVE ESTUDIO DE LA EVOLUCIÓN DE LA LIBIDO,


CONSIDERADA A LA LUZ DE LOS TRASTORNOS MENTALES” de KARL ABRAHAM. De
1924.

Abraham se plantea el desarrollo de la relación del sujeto con su objeto amoroso a


través de seis etapas por las que pasa la libido. Realizando para ello un cuadro del
desarrollo libidinal donde relaciona la organización libidinal y las etapas del amor al
objeto con el grado de ambivalencia respecto a él. (Ambivalencia: presencia de dos
interpretaciones o valores opuestos frente a un mismo objeto) . Pudiéndose ampliar,
como así vimos en una table mas amplia por Samuel Arbiser (“Karl Abraham. Sus
principals ideas acerca del desarrollo psicosexual” de 2009), ubicando los
instintos/sentimientos del sujeto y las patologías clínicas, de las que habla Abraham en
“Un breve estudio de la evolución de la libido, considerada a La Luz de los trastornos
mentales” de 1924.

El autor plantea que los puntos de fijación que se han formado en el curso del desarrollo
de la libido determinarán hasta qué nivel de organización avanzará la libido individual y
hacía que nivel volverá, retrogradará, en caso de un trastorno de melancolía y neurosis
obsesiva, pudiendo ubicar también las esquizofrenias, paranoias e histerias en la misma
tabla.

Abraham apoya su estudio en pacientes melancólicos y empieza por definir las etapas
en la fase anal-sádica, diferenciando dos. “Una más primitiva, de expeler el objeto y
destruirlo, y otra posterior, de retenerlo y controlarlo”, siendo a la mas primaria donde
vuelve la libido del melancólico. Plantea que su libido no se detiene allí, tendiendo hacia
una fase oral de succión canibalística anterior, donde el fin instintivo es incorporar el
objeto y con ello abandonarlo. Identificando al objeto amoroso que ha perdido con sus
excrementos, pues las heces se identifican como la primera propiedad privada, que
incorpora “dentro de su ego” por medio del proceso de introyección. Este es un proceso
de incorporación del objeto que Ferenczi y Freud ya habían definido con anterioridad.
Teniendo una relación de conflicto ambivalente con el objeto, pudiendo llevarle a una
etapa mas primitiva, también oral, donde el fin es la succión y el autoerotismo sin
objeto en una relación ya preambivalente. Por el lado contrarío, en la etapa final del
desarrollo de la libido se llegaría a la fase genital donde se establecería una relación de
trasferencia con el objeto, siendo este el depositario de los sentimientos positivos y con

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ello una posibilidad de relación psicosexual hacia él, teniendo una actitud
postambivalente sin conflicto.

Para Abraham se manifiestan dos tendencias opuestas en la fase anal: destruir el objeto
y controlarlo, lo que le permite plantear dos periodos en esta fase de procesos eróticos
anales, combinados con una conducta sálica con emociones despiadadas y hostiles que
son destructivas para el objeto.

-Primera fase anal-sádica: periodo de expulsión, de hostilidad hacia el objeto,


queriendo destruirlo (por ello fase anal-sádica) y perderlo a través del proceso de
introyección, mencionado anteriormente. Estando en una etapa de narcisismo con
sentimientos de culpa en una relación ambivalente con el objeto, a esta fase
retrocedería la libido del Paranoico.


-Segunda fase anal-sádica: periodo de retención y control, como consecuencia de


una represión a partir de la tendencia destructiva de la fase anterior. Donde se anclaría
la neurosis obsesiva, dudando si destruir o no al objeto. Con tendencias dominantes de
retención y control. Estableciendo una relación de amor parcial en una actitud
ambivalente hacia dicho objeto, ya sin incorporarlo, con sentimientos de piedad y
repugnancia.

En relación a la consideración mental del individuo en el contexto de estas fases sádico-


anal, Abraham menciona: “Considerará a la persona que es el objeto de su deseo como
algo sobre lo que ejerce un derecho de propiedad y que en consecuencia trata a esa
persona del mismo modo a como a su primera propiedad privada, es decir, el contenido de
su cuerpo, sus heces” entonces “cuando el neurótico obsesivo se ve amenazado con la
pérdida de objeto y cuando el melancólico lo pierde en realidad, eso significa para el
inconsciente de ambos una expulsión de ese objeto, en el sentido de una expulsión física de
excrementos”.

Se produciría la melancolía “si triunfan las opuestas tendencias anal-sádicas que se


proponen destruir y expulsar al objeto”
Y para salir de esta fase, dado que el objeto esta
incorporado, menciona “solo puede escapar dirigiendo hacia él mismo la hostilidad que
originariamente sentía hacia el objeto”.

En la paranoia, ”el paciente está celebrando un triunfo sobre el objeto que en otro tiempo
amo” (Merce Altimir. Clase 1-2-2019, “breve estudio sobre evolución de la lívido” de
Abraham)

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Pero para Abraham el melancólico aun retrocede todavía más, a una fase oral. También
estructurada en dos etapas una de succión y otra de canibalismo.

-Primera etapa oral: periodo de succión donde el niño no distingue entre Yo y el objeto
externo no-Yo (no hay objeto) ni sentimientos de amor y odio, establece una relación
preambivalente, el pecho y el niño son lo mismo (autoerotismo) en una relación sin
inhibiciones. En esta etapa retrocedería la esquizofrenia.

-Segunda etapa oral: periodo de canibalismo, facultad de incorporar y destruir por


primera vez coincidiendo con la aparición de la dentadura. Con una incorporación total
del objeto y con ello empieza la relación ambivalente con sentimientos de ansiedad
morbosa. Para Abraham es a esta etapa donde se retrotrae el melancólico.

Menciona Abraham que en la melancolía el ideal del yo se construye sobre el primer


objeto amoroso original introyectado. Efectuando a la vez una despiadada critica hacia
dicho objeto. Al ser la madre el primer objeto, es hacia ella a la que se dirigen todos los
reproches e ira del melancólico.
La relación ambivalente viene derivada por la doble
tendencia, un deseo positivo de incorporación total de la madre en la primera fase,
convirtiéndose en un deseo negativo tendente a la destrucción en la segunda,
buscando su “destrucción o su muerte” a través del mordisco, con el fin de liberarse de
ella. En el melancólico hay una tendencia a sentirse dominado por esa madre que
habría sido vivida interiormente como castrante, Abraham lo define como complejo de
castración que lleva al melancólico a no renunciar a ser el falo. Tendría un deseo sálico
de matar, de castrar a la madre introyectada con el fin de liberarse de ella.
El
melancólico presenta un cuadro en el que están yuxtapuestos el amor y el sodio a si
mismo, una sobrestimación del ego y subestimación de él, un narcisismo positivo-
negativo.
Abraham plantea cuatro factores en el desarrollo de la libido para que
aparezca una melancolía.

1. Un factor constitucional con una acentuación del erotismo oral.

2. 
Especial fijación de la libido a nivel oral. Fijación por gran sentido del placer en la
succión. 


3. Ofensa traumática al narcisismo infantil ocasionada por sucesivas 
 decepciones


afectivas.

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4. La primera decepción afectiva importante antes de que los deseos afectivos edificios
hayan 
sido superados. Se establecerá una asociacion permanente entre el
complejo de Edipo y la etapa canibalistica, facilitando la introspección del
objeto.

Y el motivo desencadenante será la repetición en la vida posterior de la decepción


primaria. Con una tendencia inusualmente compulsiva a actualizar aquella
decepción.
En el proceso de desarrollo de la libido se pasará de los sentimientos de
ansiedad morbosa de

esta etapa a los de culpa de la primera fase anal-sadica, derivada esta culpa, de dichos
deseos de destruir.

Abraham define dos etapas mas. Estas, ya genitales.

-Primera etapa genital. Etapa fálica, dominada por la vergüenza, seguimos en un


relación ambivalente con el objeto, pero con una tendencia hacia el amor objetivo.
Actitud erotica con el objeto pero con exclusión de los genitales del propio cuerpo y del
objeto, produciendo esta exclusión dos posibles síntomas según Abraham, el de la
impotencia masculina y el de la frigidez femenina. Hasta esta etapa regresarían las
histerias.

- Etapa genital final. Etapa postambivalente de normalidad, entrando en el amor


objetivo. Donde se desarrollarían los sentimientos sociales.

En el proceso de normalidad, después de una “Elaboración del pesar” y tras separarse


del objeto muerto, se toma conciencia de un incremento de los deseos sexuales. Tras el
proceso de duelo hay un estallido de jubilo de la libido. (M. Altimir. Clase del 1-2-2019)

Cuadro planteado por Abraham:

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Tabla implementada con las inhibiciones de los instintos y las patologías clínicas de
cada etapa de Samuel Arbiser:

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