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net/walfryalmonte/los-buenos-modales-y-la-cortesa-38198195

El protocolo de principios y mediados del siglo XX decía que los hombres debían saludar a las
mujeres con un besamanos y que una mujer jamás debía autopresentarse, ¡y mucho menos a
un hombre! PROTOCOLO ANTIGUO.

El protocolo es hoy día el elemento básico de la comunicación, mientras que en el siglo pasado
se entendía única y exclusivamente como ordenamiento de las personas en función de su
categoría o estamento. La diferencia es que se ha ampliado como instrumento de
comunicación: es la educación, el saber estar, el sentido común, el no perder las formas; en
definitiva, lo que de forma coloquial se denomina el "buen rollo", el respeto mutuo a quien
tienes enfrente, a tu lado o por encima de ti"

CONCLUSIÓN

 las buenas maneras son necesarias para facilitar la comunicación con otros y como
método de protección ante el continuo contacto con los demás.
 Saber comportarse o no en cada circunstancia dice mucho y transmite siempre una
imagen de cada persona. La puntualidad, devolver un saludo, enviar a tiempo una
invitación, atender de forma adecuada una llamada, escribir correctamente un mail o
mirar a nuestro interlocutor en vez de al móvil son requisitos que no deben
descuidarse.
 El protocolo en la empresa tiene una función primordial y “reina” en la organización de
actos y eventos empresariales. Un acto, una ceremonia o un banquete puede ser
organizado por cualquier persona, sin embargo, al protocolo le está reservado el
convertir esos acontecimientos en verdaderas herramientas de comunicación,
portadora de mensajes, con el fin de que sean recibidos adecuadamente por todo tipo
de públicos.
 La etiqueta es primordial en las relaciones empresariales, porque no sólo hay que ir
bien vestido, sino conducta intachable en cada una de las situaciones. Par destacar de
los demás, hace falta algo más que ponerse un atuendo costoso. Es el comportamiento
lo que hace que una persona sea digna de recordarse e inspire confianza.

RECOMENDACIÓN

 Hemos pasado de una educación muy autoritaria a una sin autoridad y sin disciplina;
por miedo a ser excesivamente dogmáticos, hemos descuidado las normas de cortesía
y urbanidad, pero esas normas son la base del aprendizaje moral; si no nos gustan las
antiguas, podemos sustituirlas, pero debe haber unas convenciones mínimas". Los
propios términos cortesía, urbanidad, modales... son palabras en desuso. "Pero el
menosprecio a las normas nos ha hecho aflojar en algo que es fundamental en
educación: la coacción mediante una normativa clara y el esfuerzo por hacerla
cumplir", subraya.

A su juicio, debe haber unas convenciones básicas -como no gritar demasiado, tratar
bien a los mayores o pedir las cosas por favor- que permitan tratar a cada cual como
debe ser tratado, que faciliten la convivencia cívica en las ciudades, el respeto del
espacio y de las cosas públicas.
 Porque a la hora de relacionarse, uno no debería olvidar que la imagen que tendrán los
demás de él no dependerá sólo de su aspecto físico o de lo diga, sino también de sus
gestos, de su comportamiento, de sus expresiones y de su personalidad.
 La mejor forma de destacarse entre la multitud es, sin duda, la conducta, y es aquí
donde entra el conocimiento de la etiqueta que se debe observar en las relaciones
empresariales. Con una formación conveniente en esta disciplina, cualquier
empresario puede aparecer natural y desenvuelto en cualquier circunstancia, capaz de
enfrentarse con el mismo aplomo a lo esperado y a lo inesperado.

http://www.juntadeandalucia.es/turismocomercioydeporte/documentacion/28697.pdf

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