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(ed.)
Realidad, Fantasía,
Interpretación, Funciones
y Pervivencia del Mito
Griego
Estudios en Honor del Profesor
Carlos García Gual
Libros Pórtico
Primera edición 2014
Edita:
© Libros Pórtico
Distribuye:
Imprime:
Imagraf Impresores, S.A.
Nabucco 14
29006 Málaga
Tfno. (+34)952328597
I.S.B.N: 978-84-7956-136-9
Depósito Legal: Z 1460-2014
Impreso en España
A. Pérez-Jiménez (ed.), Realidad, fantasía, interpretación, funciones y pervivencia del mito grie-
go. Estudios en honor del Profesor Carlos García Gual, Zaragoza: Pórtico, 2014, pp. 405-422.
406 Juan Francisco Martos-Montiel
τῶν δὲ γεννωμένων τοὺς μὲν ἄρρενας ἐπήρουν τά τε σκέλη καὶ τοὺς βραχίονας, ἀχρήστους
κατασκευά-ζοντες πρὸς τὰς πολεμικὰς χρείας, τῶν δὲ θηλυτερῶν τὸν δεξιὸν μαστὸν ἐπέκαον, ἵνα μὴ
κατὰ τὰς ἀκμὰς τῶν σωμάτων ἐπαιρόμενος ἐνοχλῇ· ἀφ᾽ ἧς αἰτίας συμβῆναι τὸ ἔθνος τῶν Ἀμαζόνων
ταύτης τυχεῖν τῆς προσηγορίας. La traducción es de Parreu Alasà, 2001; el resto de traducciones,
salvo indicación en contra, son nuestras. Este trabajo se incluye dentro del Proyecto de Investigación
FFI2012-33273, financiado por la DGICT (MEC).
2
S. Saïd, 2013, p. 136.
3
Esta tradición de las amazonas y su conexión con el proverbio ha sido comentada desde diferentes
puntos de vista por bastantes estudiosos, entre ellos J. Carlier, 1980-1981, J. H. Blok, 1994, pp. 31
ss., o C. Voisset-Veysseyre, 2009, pp. 83-87, pero aquí vamos a centrar nuestro interés sobre todo
en la tradición paremiográfica del proverbio.
4
Vid. O. Longo, 2009, pp. 40-65, especialmente pp. 57 ss.
5
Cf. respectivamente Str., XI 5; Trog., frag. 38b Seel (= Justino, Epit. hist. Philip. II 8); Philostr.,
Her. 57.4-6.
De Amazonas, Proverbios y Cojos 407
de los niños recién nacidos con el fin de incapacitarlos para el combate y neutralizar
cualquier tipo de rebelión contra ellas, condenándolos así a tareas serviles y oficios
sedentarios6. Por lo que sabemos, el primer texto que menciona esta supuesta cos-
tumbre remonta al siglo V a. C., en el tratado sobre las articulaciones del médico
Hipócrates, que muestra cierto escepticismo al referirse a ella:
Cuentan algunos que las amazonas dislocan las articulaciones de sus hijos de
sexo masculino cuando aún son críos, unas por las rodillas, otras por las cade-
ras, evidentemente para que queden tullidos y que el sexo masculino no pueda
maquinar contra el femenino; se sirven así de ellos como artesanos, para oficios
de zapatero, herrero u otros oficios sedentarios. Si esto es verdad, no lo sé; pero
sé que tal cosa ocurre si se dislocan las articulaciones cuando aún son críos7.
Más adelante nos referiremos de nuevo a este pasaje, pero ahora nos interesa
destacar su mención de los “oficios sedentarios” en los que las amazonas empleaban
a los varones que ellas mismas lisiaban, especialmente el de herrero, porque puede
darnos una pista acerca del origen de esta leyenda, en el sentido de que podría tratar-
se de una especie de “deformación profesional” de quienes se dedicaban al arte de
la metalurgia, que “en épocas primitivas pueden haber sido lisiados deliberadamente
para impedir que huyeran y se unieran a las tribus enemigas”8.
Si atendemos a una noticia transmitida en los Ethnika de Esteban de Bizancio y
atribuible, al parecer, al historiador Éforo (cf. FGrHist 70 F60b), las lesiones a las
que las amazonas sometían a sus hijos no constituirían una costumbre, sino que se
habría tratado simplemente de un hecho puntual: los hombres de la tribu, rebelados
contra el poder de las mujeres, habrían huido y muerto, y las amazonas, “temerosas
de que los más jóvenes se vengaran de algún modo, tomaron la decisión de quebrar-
les las piernas y dejarlos cojos a todos”9. Es lógico pensar, sin embargo, que, si la
6
Otras fuentes testimonian un método aún más cruel: según Janto de Lidia (FGrHist 765 F22), citado por
Hesiquio, s. u. βουλεψίη, «las amazonas, cuando parían un varón, le arrancaban los ojos con sus propias
manos» (τὰς Ἀμαζόνας, ἐπειδὰν τέκωσιν ἄρρεν, ἐξορύσσειν αὐτοῦ τοὺς ὀφθαλμοὺς αὐτοχειρίᾳ).
7
Hp., Art. 53.1-10: μυθολογοῦσι δέ τινες ὅτι αἱ Ἀμαζονίδες τὸ ἄρσεν γένος τὸ ἑωυτῶν αὐτίκα νήπιον
ἐὸν ἐξαρθρέουσιν, αἱ μὲν κατὰ [τὰ] γούνατα, αἱ δὲ κατὰ τὰ ἰσχία, ὡς δῆθεν χωλὰ γίνοιτο, καὶ μὴ
ἐπιβουλεύοι τὸ ἄρσεν γένος τῷ θήλει χειρώναξιν ἄρα τούτοισι χρέονται, ὁπόσα ἢ σκυτείης ἔργα ἢ
χαλκείης, ἢ ἄλλο τι ἑδραῖον ἔργον. εἰ μὲν οὖν ἀληθέα ταῦτά ἐστιν, ἐγὼ μὲν οὐκ οἶδα ὅτι δὲ γίνοιτο
ἂν τοιαῦτα, οἶδα, εἴ τις ἐξαρθρέοι αὐτίκα νήπια ἐόντα.
8
R. Graves, 2011, vol. I, p. 105 (§ 23.1). Recuérdese que, según la mitología griega, Hefesto, dios
del fuego y patrón de los herreros, era cojo (de nacimiento o por accidente, existen las dos ver-
siones: cf. Il. 1.586-594 frente a 18.394-405), y la misma deformidad presentaban las divinidades
germánicas del fuego y otros herreros u orfebres legendarios, lo que podría hacer remontar esta
particularidad física del dios herrero griego a un arquetipo indoeuropeo, explicable por el carácter
mágico que tuvo en sus orígenes el arte de la metalurgia; vid. al respecto el ensayo de M. Delcourt,
1982, especialmente pp. 125 ss.
9
St. Byz., s. v. Ἀμαζόνες (A 246.10-12 Billerbeck): φοβηθεῖσαι δὲ μή πως ἀπὸ τῶν νεωτέρων
408 Juan Francisco Martos-Montiel
medida fue exitosa, este episodio se convirtiera en norma; en todo caso, a normas,
leyes y costumbres institucionalizadas en el sentido arriba mencionado se refiere
el citado texto de Diodoro Sículo, quien amplía a piernas y brazos la mutilación
masculina y la compara con la mutilación mamaria de las hembras que dio pie a la
etimología popular del nombre de las amazonas10. Y más tarde, ya en el siglo II-III
d. C., será Sexto Empírico el que recordará de pasada esta cruel costumbre de las
amazonas, quienes “dejaban cojos a los varones nacidos de ellas, para que éstos no
pudieran hacer nada viril, mientras ellas se ocupaban de la guerra”11.
Pues bien, la tradición paremiográfica griega nos ha transmitido un curioso pro-
verbio relacionado precisamente, como veremos, con este aspecto de la leyenda de
las amazonas: ἄριστα χωλòς οἰφεῖ, «un cojo folla mejor». El dicho está bien docu-
mentado en distintas colecciones de proverbios de época imperial y posteriormen-
te en obras de lexicógrafos y eruditos tardíos, aunque no en todas estas fuentes se
encuentra explicado del mismo modo ni con la misma amplitud, como enseguida
tendremos ocasión de comprobar.
De las colecciones mencionadas, sin duda la más importante entre las conserva-
das es la del paremiógrafo Zenobio, un sofista que enseñó en Roma en la época de
Adriano (es decir, entre 117 y 138 d. C.) y escribió un Epítome de los proverbios
de Dídimo y Tarreo en tres libros12. La colección de Zenobio, que en realidad es
una recopilación resumida del trabajo de eruditos anteriores13, constituye la base de
τιμωρία τις γένηται, δόγμα ἐποίησαν ὥστε τὰ μέλη συντρῖψαι καὶ χωλοὺς πάντας ποιῆσαι. Un esco-
lio a Apolonio Rodio, II 965 (= Éforo, FGrHist 70 F60a) y un fragmento de Pompeyo Trogo (frag.
38b Seel) hablan también de los hombres que se quedaron con las amazonas (o que sobrevivieron)
tras una gran derrota ante pueblos vecinos, pero en ambos casos las amazonas acaban matándolos,
y no dejándolos tullidos a ellos o a sus vástagos varones.
10
Otros autores hablan también de mastectomía o cauterización del seno derecho (cf. Str., XI 5.1;
Curt., VI 5.28; Eust., Comm. ad Hom. Il.III 189 [I 634.3-6 van der Valk]), y el propio Diodoro, al
referirse más adelante (III 53.3) a otras amazonas localizadas en Libia, menciona la cauterización
de los dos pechos en el momento del nacimiento. Sin embargo, este rasgo de la ablación o cauteriza-
ción de los senos, característico de las amazonas en la leyenda puramente literaria, no aparece nun-
ca ilustrado en las representaciones artísticas: vid. P. Devambez, 1981, en p. 637; O. Longo, 2009,
p. 61. Por otra parte, en el mencionado pasaje del Heroico (57.6), Filóstrato ofrece una explicación
alternativa a la etimología popular del nombre de las amazonas (de alfa privativa + μαζός “pecho”),
al asegurar que el nombre les viene del hecho de que no amamantan (ἐκ τοῦ μὴ μαζῷ τρέφεσθαι) a
las niñas con las que se quedan, sino que las crían con leche de yegua y miel.
11
S. E., III 217: αἱ δὲ Ἀμαζόνες καὶ ἐχώλευον τὰ ἄρρενα τῶν ὑπ᾽ αὐτῶν γεννωμένων ὑπὲρ τοῦ μηδὲν
ἀνδρεῖον αὐτὰ ποιῆσαι δύνασθαι, περὶ πόλεμον δὲ ἔσχον αὐταί.
12
Vid. Sud., s. v. Ζηνόβιος (ζ 73 Adler).
13
Especialmente Dídimo de Alejandría (c. 70-10 a. C.), cuya obra paremiográfica ocupaba trece li-
bros, y su contemporáneo el cretense Lucio (o Lucilo) de Tarra, a quien la tradición atribuía «tres
De Amazonas, Proverbios y Cojos 409
excelentes libros sobre proverbios» (St. Byz., s. v. Τάρρα, 604.8-9 Meineke): vid. R. Mª Mariño
Sánchez-Elvira & F. García Romero, 1999, pp. 22-25.
14
Mariño & García, 1999, p. 39.
15
S. B. Kugéas, 1910. Para los testimonios manuscritos de la “redacción Atos” del Epítome de Zeno-
bio, vid. Mariño & García, 1999, pp. 28-30.
16
Zen., Ath. 3.17: Ἄριστα χωλὸς οἰφεῖ· φασὶν ὅτι αἱ Ἀμαζόνες τοὺς γιγνομένους ἄρσενας ἐπήρουν
ἢ σκέλος ἢ χεῖρα περιελόμεναι· πολεμοῦντες δὲ πρὸς αὐτὰς οἱ Σκύθαι καὶ βουλόμενοι πρὸς αὐτὰς
σπείσασθαι ἔλεγον, ὅτι συνέσονται τοῖς Σκύθαις εἰς γάμον ἀπηρώτοις καὶ μὴ λελωβημένοις.
ἀποκριναμένη δὲ πρὸς αὐτοὺς ἡ Ἀντιάνειρα ἡγεμὼν τῶν Ἀμαζόνων εἶπεν· Ἄριστα χωλὸς οἰφεῖ.
μέμνηται τῆς παροιμίας Μίμ<ν>ερμος. El opúsculo Sobre los proverbios de los alejandrinos, del
Pseudo-Plutarco (Prou. 1.15 = E. L. Von Leutsch & F. G. Schneidewin, 1839, vol. I, p. 323, lín.
17-23), repite literalmente el texto de Zenobio, salvo la mención de Mimnermo.
17
J. M. Edmonds,1931, donde aparece con el nº 15; el fragmento se recoge también en las ediciones
de E. Diehl, 1949 (fr. 15), F. R. Adrados, 1981 (fr. 15, integrando, como hacía Diehl, un dudoso
libro de Yambos de Mimnermo), M. L. West, 1998 (fr. 21a) y B. Gentili & C. Prato, 2002 (fr. 24).
410 Juan Francisco Martos-Montiel
forma verbal obscena y poco usada οἰφεῖ con la eufemística y más común συνουσιάζει:
Un cojo folla mejor: Afirman que las amazonas lisiaban a los varones que
nacían. De ahí que, guerreando contra ellas los escitas y queriendo burlarlas,
decían que se unirían en matrimonio con ellas sin estar lisiados ni mutilados,
no como sus hombres, que estaban mutilados. A lo que la jefa de las amazonas
respondió diciendo: “un cojo folla mejor” (por “tiene relaciones”)24.
Como es sabido, las obras lexicográficas y eruditas, tanto de la Antigüedad griega
como de época bizantina, y los corpora de escolios que han llegado hasta nosotros
hicieron igualmente un amplio uso de la tradición paremiográfica25. Así, ya en el
siglo II, el gramático Pausanias, autor de un léxico aticista, consideró útil recoger
en su obra como lemas, al mismo nivel que los términos que registraba, también
numerosos proverbios, entre ellos el nuestro, en el que mantiene la glosa de la forma
verbal οἰφεῖ, amplía la historia de Antianira y el origen de la frase y añade, justo al
comienzo de la entrada, una explicación del sentido de uso del refrán:
Un cojo folla mejor: A propósito de quienes prefieren males familiares an-
tes que bienes extraños. Una vez, estando los escitas en guerra con las ama-
zonas y producida una tregua, como se mostraban amistosos con ellas y les
decían que, si les hacían caso, se unirían con hombres que no estaban lisiados
ni por supuesto mutilados, ni eran cojos e inútiles como los que estaban con
ellas, Antianira, la que las comandaba, que era a la vez atrevida y licenciosa,
les dijo: “un cojo folla mejor” (por “tiene relaciones”). Pues las amazonas
lisiaban las piernas o el brazo derecho de los varones que parían26.
Diez siglos más tarde, Eustacio, el obispo de Tesalónica, en su ingente comentario
a los poemas homéricos, en el que introdujo centenares de proverbios y expresiones
coloquiales, recurrirá a este texto de Pausanias al traer a colación nuestro proverbio y
la explicación de su origen a raíz de su comentario a Il. III 189 (ἤματι τῷ ὅτε τ᾿ ἦλθον
Ἀμαζόνες ἀντιάνειραι), para el que la historia de Antianira venía muy a cuento:
24
Diogenian., II 2 (Corpus Paroemiographorum Graecorum [CPG] I 196.7-13): Ἄριστα χωλὸς
οἰφεῖ· φασὶν ὅτι αἱ Ἀμαζόνες τοὺς γεννωμένους ἄῤῥενας ἐπήρουν. ὅθεν πολεμοῦντες αὐταῖς οἱ
Σκύθαι, καὶ βουλόμενοι αὐτὰς ἐξαπατῆσαι, ἔλεγον ὅτι συνέσονται αὐταῖς εἰς γάμον ἀπήρωτοι καὶ
οὐ λελωβημένοι, ὡς τῶν ἐκείνων ἀνδρῶν λελωβημένων ὄντων· ἐξ ὧν ἀποκριθεῖσα ἡ ἡγεμὼν τῶν
Ἀμαζόνων, Ἄριστα, φησὶ, χωλὸς οἰφεῖ, ἀντὶ τοῦ συνουσιάζει. El texto es idéntico al recogido en la
extensa colección de proverbios compilada por el erudito bizantino Miguel Apostolio a mediados
del siglo XV: Αpostol., III 92 (CPG II 308.8-14).
25
Vid. Mariño & García, 1999, pp. 44-46; Lelli, 2006, p. 54.
26
Paus. Gr., α 149: ἄριστα χωλὸς οἰφεῖ· ἐπὶ τῶν οἰκεῖα κακὰ μᾶλλον αἱρουμένων ἢ τὰ ἀλλότρια
ἀγαθά. τῶν γὰρ Σκυθῶν ποτε ταῖς Ἀμαζόσι πολεμούντων καὶ ἀνοχῆς γενομένης, τά τε ἄλλα
φιλοφρονουμένων καὶ φασκόντων αὐταῖς, ὅτι εἰ τούτοις πεισθεῖεν, ἀπηρώτοις συνέσονται ἀνδράσιν,
ἀλλ› οὐχὶ λελωβημένοις καὶ χωλοῖς καὶ ἀχρείοις ὡς οἱ παρ’ αὐταῖς, Ἀντιάνειρα ἡ τούτων ἡγουμένη,
θρασεῖα ἅμα καὶ ἀκόλαστος οὖσα, εἶπε πρὸς αὐτούς· ἄριστα χωλὸς οἰφεῖ, ἀντὶ τοῦ συνουσιάζει. αἱ
γὰρ Ἀμαζόνες τῶν τικτομένων παρ’ αὐταῖς ἀρρένων ἐπήρουν τὰ σκέλη ἢ τὰς δεξιὰς χεῖρας.
412 Juan Francisco Martos-Montiel
… de ellas (sc. las amazonas) viene el refrán de “un cojo folla mejor”.
En efecto, las amazonas, dicen, lisiaban una pierna o el brazo derecho a los
varones; y al invitarlas los escitas a cohabitar con ellos, que no estaban lisiados,
según Pausanias, Antianira, una de las amazonas, que era atrevida y licenciosa,
dicen que dijo: “un cojo folla mejor”, en la idea de que se contentaban con los
cojos27.
Además de la mención expresa de Pausanias, no hay duda de que la referen-
cia al “brazo derecho” y la calificación de Antianira como “atrevida y licenciosa”,
que no se encuentran en ningún otro testimonio de los que aquí estudiamos, indican
que Eustacio tomó sus datos directamente de la obra del aticista, por más que no
recoja su explicación del sentido de uso del proverbio (aunque algo así parece insi-
nuar la frase final de que las amazonas “se contentaban con los cojos”). Sí la reco-
gen, en cambio, la Suda, el léxico bizantino más importante (siglo X), y el Rosario
(Ῥοδωνία), una colección de refranes y sentencias de autores paganos y cristianos
escrita por el arzobispo de Filadelfia Macario Crisocéfalo (siglo XIV):
También [hay] un proverbio: “Un cojo rolla (sic: ὑφεῖ) mejor”, a propósito
de quienes prefieren los males familiares antes que los bienes extraños28.
Un cojo folla mejor: A propósito de quienes prefieren los males familia-
res antes que los bienes extraños. Establecido [este proverbio] a partir de las
amazonas29.
Aunque muchos de los proverbios testimoniados en la Suda parecen proceder
exclusivamente de la colección de Diogeniano30, en este caso es evidente que no es
así, puesto que Diogeniano, como ya vimos, se limitaba a explicar el supuesto origen
del refrán; en consecuencia, parece verosímil pensar que, al igual que Eustacio, tanto
la Suda como Macario tomaran también nuestro proverbio del léxico de Pausanias,
27
Eust., Comm. ad Hom. Il. III 189 (I 634.23-27 van der Valk): ἀπ᾽ αὐτῶν καὶ παροιμία φέρεται τὸ
«ἄριστα χωλὸς οἰφεῖ». ἐπήρουν μὲν γάρ, φασίν, Ἀμαζόνες ἀρρένων σκέλος ἢ δεξιὰν χεῖρα. Σκυθῶν
δὲ προκαλουμένων αὐτὰς αὐτοῖς συνοικεῖν, ὡς ἀπηρώτοις οὖσι κατὰ Παυσανίαν, Ἀντιάνειραν,
φασί, μίαν τῶν Ἀμαζόνων, θρασεῖαν οὖσαν καὶ ἀκόλαστον, εἰπεῖν· «ἄριστα χωλὸς οἰφεῖ», ὡς
ἀρκουμένων αὐτῶν τοῖς χωλοῖς.
28
Sud., s.u. ἄριστα (α 3891 Adler): καὶ παροιμία· ἄριστα χωλὸς ὑφεῖ· ἐπὶ τῶν τὰ οἰκεῖα κακὰ μᾶλλον
αἱρουμένων ἢ τὰ ἀλλότρια ἀγαθά. El tono soez del proverbio se ha suavizado en los manuscritos al
tratar de ocultar con el término sin sentido ὑφεῖ la forma verbal obscena οἰφεῖ realmente utilizada. De
este pasaje de la Suda extrajo el proverbio Kock, 1880, para incluirlo entre los fragmentos anónimos
de la comedia antigua (adespota fr. 36 Kock); con buen criterio, Kassel-Austin no lo incluyen ya en
su edición canónica (1995), y en el listado de correspondencias, al indicar ese fragmento de Kock,
remiten a Mimnermo, fr. 21a West.
29
Macar., II 40 (= CPG II 147.16-18): Ἄριστα χωλὸς οἰφεῖ· ἐπὶ τῶν τὰ οἰκεῖα κακὰ μᾶλλον αἱρουμένων
ἢ τὰ ἀλλότρια ἀγαθά. ἐκ τῶν Ἀμαζόνων συντεθεῖσα.
30
Vid. Lelli, 2006, p. 54.
De Amazonas, Proverbios y Cojos 413
aunque lo cierto es que omiten toda explicación ulterior, y sólo Macario añade una
escueta referencia a su origen en relación con la leyenda de las amazonas.
Otro lexicógrafo bizantino, el patriarca de Constantinopla Focio, del siglo IX,
incluye el proverbio en su obra, pero parece haberlo tomado de una fuente distinta, a
juzgar por la explicación que da:
Un cojo folla mejor: Porque los cojos son inclinados a tener relaciones.
Duris, en el libro séptimo de las Filípicas, cuenta que las amazonas dejaban
cojo al vástago varón31.
En efecto, aunque Focio sigue relacionando el proverbio con la leyenda de que
las amazonas lisiaban a sus hijos varones, sin embargo las dos breves frases que utili-
za en su exégesis parecen un tanto inconexas, como si hubieran sido extractadas con
poco acierto de un texto más amplio, y ni la explicación ofrecida (más empírica que
mítica, y referente no al uso sino al origen del proverbio) ni el testimonio aportado
encuentran paralelos en los textos que hemos venido viendo hasta ahora.
Así las cosas, puede que estemos ante dos fuentes distintas, una la utilizada por
Focio y otra la utilizada por Pausanias y Zenobio; pero también podría tratarse de
una misma fuente que diera dos versiones de la explicación del proverbio. A esta
doble posibilidad apunta un escolio al idilio 4 de Teócrito, donde, para aclarar el
sentido del término φιλοῖφα, (“rijoso”, “fornicario”), emparentado con οἰφεῖν, se
recuerda y explica el proverbio en los siguientes términos:
De ahí […] también el proverbio “Un cojo folla mejor”, que dicen haberse
difundido porque los cojos, sentados en casa, tienen relaciones sexuales con
frecuencia. Otros dicen que el proverbio se ha difundido a partir de lo siguien-
te. Las amazonas, cuando dan a luz a un varón, lo dejan cojo, para que no lle-
gue a ser más valeroso que ellas; y se unen a ellos una vez que éstos alcanzan
la edad viril. Pues bien, al decirles los escitas que es mejor que ellas se unan
con ellos, aquellas dicen: “Los cojos follan mejor”32.
31
Phot., α 2809: Ἄριστα χωλὸς οἰφεῖ· καταφερεῖς γὰρ οἱ χωλοὶ πρὸς συνουσίαν. Δοῦρις δὲ ἐν ζ´ τῶν
Φιλιππικῶν ἱστορεῖ τὰς Ἀμαζόνας χωλοῦν τὴν ἄρρενα γενεάν. Es lógico que la cita de Duris de Samos
no aparezca entre los fragmentos del historiador recogidos por Felix Jacoby (FGrH 76), pues este tex-
to de Focio no se conocía hasta el descubrimiento en 1959 del códice Zavordensis 95 (que completaba
las amplias lagunas del manuscrito en que hasta entonces se basaban las ediciones canónicas, el cod.
Galeanus, gravemente mutilado en diversas partes, entre ellas la correspondiente a esta entrada) y la
posterior edición renovada del Léxico de Focio a cargo de Chr. Theodoridis (1982). Los nuevos frag-
mentos ofrecidos por el cod. Zavordensis fueron recopilados y comentados por K. Tsantsanoglou,
1984; sin embargo, y a pesar de la importancia de esa referencia inusitada al «libro séptimo de las
Filípicas» (que habría que identificar probablemente con las Historias de Duris), el fragmento aún no
aparece recogido en estudios y comentarios posteriores como el de F. Landucci Gattinoni, 1997, ni
siquiera en el reciente artículo online de F. Pownall.
32
Sch. Theoc., IV62: ἔνθεν […] καὶ ἡ παροιμία ‘ἄριστα χωλὸς οἰφεῖ’, ἥν φασι διαδοθῆναι, ἐπεὶ
οἱ χωλοὶ ἐν οἴκῳ καθεζόμενοι συνεχῶς ἀφροδισιάζουσιν. οἱ δέ φασιν ἐντεῦθεν τὴν παροιμίαν
414 Juan Francisco Martos-Montiel
Vemos, en efecto, que el escolio presenta una primera explicación empírica, casi
tomada de la vida real, por decirlo así, en la línea de la recogida por Focio, y a conti-
nuación pasa al plano mítico ofreciendo un resumen de la conocida historia amazónica
en relación con la mutilación de los varones y la respuesta a los escitas. Es cierto que
la introducción de ambas explicaciones con la expresión “…dicen… Otros dicen…”
podría sugerir precisamente la primera de las posibilidades que apuntábamos más arri-
ba, es decir que el escoliasta haya extraído la información de fuentes distintas, como
habrían hecho separadamente Focio, por su parte, y Zenobio y Pausanias, por la suya,
pero no creemos que ello sea óbice para rechazar la posibilidad de que, tanto en aque-
llos casos como en este, ambas versiones se tomaran de la misma fuente.
Sobre la identificación de esta fuente o fuentes, sólo caben especulaciones, en
nuestra opinión. Ya Rupprecht sugirió una eventual atribución de la exégesis de
nuestro proverbio a Dionisodoro de Trecén, gramático del círculo de Alejandría,
discípulo de Aristarco (siglo II a. C.), basándose en que los escolios a Teócrito lo
mencionan expresamente en relación con otro proverbio que presenta también una
explicación mitológica y otra extraída “aus der Alltagserfahrung”33. Pero nos parece
una hipótesis dudosa basada en un endeble argumento: en el CPG existen igualmente
otros proverbios que presentan una doble explicación similar34, y además en el esco-
lio (y el proverbio) en cuestión se cita también, inmediatamente antes de Dionisodo-
ro, el segundo libro Sobre proverbios (Περὶ παροιμιῶν) del peripatético Clearco de
Solos (siglo IV-III a. C.), a quien se atribuye la explicación mítica.
Lo que a nuestro parecer no admite duda es el hecho de que el refrán se usaba
efectivamente con el sentido indicado por Pausanias y recogido después por otros
testimonios, puesto que a tal sentido se ajusta perfectamente en un pasaje de los
Deipnosofistas de Ateneo que constituye el único texto conservado en el que nuestro
proverbio se utiliza “en vivo”:
Por ello te aconsejo, tesalio de abigarrado carro, amar a las que están en
tu casa y no malgastar sin ninguna necesidad los cuartos de tus hijos. Porque
διαδοθῆναι. αἱ Ἀμαζόνες ἐπὰν ἄρρεν γεννήσωσι, χωλὸν αὐτὸ ποιοῦσιν, ἵνα μὴ ἀνδρειότερον αὐτῶν
γένηται· καὶ τούτοις ἀνδρωθεῖσι συνίασι. Σκυθῶν οὖν λεγόντων κάλλιον ἔχειν συνεῖναι αὐτοῖς
αὐτάς, ἐκεῖναί φασιν· ῾ἄριστα χωλοὶ οἰφοῦσιν’.
33
K. Rupprecht, 1949, col. 1746 s. El escolio en cuestión es Sch. Theoc., V21/22c, donde se men-
ciona el proverbio “No eres nada sagrado” (Οὐδὲν ἱερόν ὑπάρχεις: Zen., V 47 = CPG I 140.4-7).
Lelli, 2006, p. 25, sostiene que Dionisodoro “è più volte ricordato negli scolî teocritei”, pero lo
cierto es que Dionisodoro sólo es citado en esta ocasión, y los pasajes que Lelli menciona en apoyo
de su afirmación (por cierto en el mismo orden en que los citaba Rupprecht) son en realidad aque-
llos donde los escolios aclaran proverbios que, como el nuestro, presentan esa doble explicación.
34
Cf., por ejemplo, Zen., II 55; III 94; IV 39; 50; 86; V 85 (= CPG I 46.8; 81.6; 95.30; 99.1; 108.7; 154.1).
De Amazonas, Proverbios y Cojos 415
realmente cojo follas mejor, como tu padre el zapatero te advirtió con frecuen-
cia al enseñarte a esperar el látigo35.
Cinulco, portavoz de los cínicos presentes en el banquete narrado por Ateneo,
dirige estas palabras contra el tesalio Mírtilo, en respuesta a los ataques que éste, al
hablar de la pederastia, había lanzado contra los filósofos en general y sus actitudes
fingidas al respecto; Cinulco lo acusa de no aceptar las relaciones pederásticas por-
que lo que le gusta en realidad es el trato con cortesanas y prostitutas, y le advierte de
sus peligros. En este sentido precisamente se utiliza el refrán, para indicar que el que
se está quieto en casa, sin arrostrar los peligros que acechan en los burdeles o en las
aventuras con mujeres casadas, y se contenta con las mujeres que tiene a su disposi-
ción, sin tener que poner en juego su hacienda o su vida, satisface de mejor manera
sus necesidades sexuales; y quién mejor para estarse “sentado en casa” (como decía
de los cojos rijosos el escolio a Teócrito mencionado supra) que un zapatero como el
padre de Mírtilo, quien con su ejemplo trató de inculcar en su hijo –sin éxito, según
Cinulco– las enseñanzas del proverbio36. Parece evidente, pues, que la utilización
directa del proverbio que vemos en esta aplicación práctica por parte de Ateneo se
ajusta bastante bien a la explicación del sentido de uso proporcionada por Pausanias.
Dada esta coincidencia, y puesto que Ateneo cita con frecuencia en sus Deipno-
sofistas los dos libros Sobre proverbios de Clearco, cabría suponer que tanto Pau-
sanias como Ateneo pudieron tomar la información de esta obra del peripatético, a quien
remontaría la exégesis del proverbio ἄριστα χωλὸς οἰφεῖ, al menos en cuanto a la in-
terpretación de su sentido de uso y la explicación de su origen a partir de la historia de
Antianira y la costumbre mutiladora de las amazonas. Es cierto que atribuir a Clearco
la explicación “mítica” de nuestro proverbio podría entrar en conflicto con la conocida
distinción entre la aproximación “ética” o “filosófica” del peripato en su tratamiento de
los proverbios y la aproximación “filológica” de los eruditos alejandrinos (como Dioni-
sodoro), más inclinada al análisis literario37; pero no hay duda de que ambas líneas tu-
vieron muchos puntos en común, además de que, por otra parte, la prudencia aconseja no
meterse en especulaciones en la cuestión de las fuentes, en vista de “los grandes recortes
35
Ath., XIII 24.1-6 (568 E): διὸ συμβουλεύω σοι, Θετταλὲ ποικιλόδιφρε, τὰς ἐπὶ τῶν οἰκημάτων
ἀσπάζεσθαι καὶ μὴ καταναλίσκειν εἰς οὐδὲν δέον τὰ τῶν υἱῶν κέρματα. ὄντως γὰρ ἄριστα χωλὸς
οἰφεῖς, τοῦ κρηπιδοποιοῦ πατρός σου πολλά σε σωφρονίσαντος καὶ διδάξαντος σκύτη βλέπειν. La
cita primera (Θετταλὲ ποικιλόδιφρε) es parte de un antiguo oráculo: cf. Poll., VII 112.5-6; la última
(σκύτη βλέπειν) es también otro proverbio: cf. Zen., VI 2 (= CPG I 161.4-8).
36
Recuérdese el texto de Hipócrates (Art. 53.1-10) citado al comienzo, donde, entre los oficios arte-
sanales y sedentarios a los que se dedicaban los tullidos hijos de las amazonas, se menciona expre-
samente el de zapatero.
37
Vid. Mariño & García, 1999, p. 20; Lelli, 2006, p. 24.
416 Juan Francisco Martos-Montiel
una explicación fisiológica más elaborada, habría fraguado antes en el dicho ἄριστα
χωλὸς οἰφεῖ, asociado al menos desde Mimnermo (ya fuera éste su acuñador o no) con
la leyenda de las amazonas. De ahí la doble explicación que encontramos en la tradi-
ción paremiográfica, una versión “racional” y otra “mítica” que estarían presentes con
bastante probabilidad en la exégesis original del proverbio, ya remonte ésta al peripato
de finales del siglo IV y comienzos del III o a los círculos de eruditos y gramáticos
alejandrinos del siglo II a. C.
Sea como sea, la exégesis original de nuestro proverbio, de la que conservamos re-
tazos incompletos en los testimonios que hemos ido repasando en este trabajo, se ajus-
taba sin duda a la estructura (habitual desde época alejandrina y fijada probablemente
por Aristófanes de Bizancio) de lema–interpretamentum–testimonios literarios41, y
sería por tanto bastante cercana a la que ofrece la impresionante recopilación de los
Adagia del humanista Erasmo de Rotterdam, quien a comienzos del siglo XVI “echó
sobre sus espaldas los Herculei labores de editar y comentar, con admirable compe-
tencia y erudición, una parte muy importante del acervo paremiológico grecolatino”42:
Un cojo lo hace mejor: Ἄριστα χωλὸς οἰφεῖ o, según otras lecturas, ὀχεῖ,
esto es “Mejor lo hace un cojo”. Suele decirse cuando alguien antepone su
suerte, por poco honrosa que sea, a la ajena, aunque ésta sea superior. Dicen
que el proverbio proviene de las amazonas. Cuentan que era antaño costumbre
de las amazonas dejar cojos a sus hijos varones deformándoles piernas o cade-
ras. Andando el tiempo, como estuvieran en guerra con los escitas y éstos tra-
taran de seducirlas para que se pasaran a su bando diciéndoles que en adelante
tendrían relaciones no con cojos y mutilados, sino con hombre enteros, Anti-
anira, la jefa de las amazonas, respondió de este modo: Ἄριστα χωλὸς οἰφεῖ.
Lo utiliza Ateneo en el libro XIII: : Ὄντως γὰρ ἄριστα χωλὸς οἰφᾶς, es decir
“pues cojo, de cierto, lo haces mejor”. Teócrito llama φιλοίφην al hombre
ávido de sexo, Hesiquio dice φίλοιφον. Se observa también en nuestro tiempo
que, por lo común, quienes tienen las piernas mutiladas o están lisiados de al-
gún miembro, son más capaces para el acto de Venus que el resto, sin duda por
obra de la naturaleza. La causa de que el cojo sea más lascivo que los demás
la explica Aristóteles en Problemas, sección décima, problema 26, porque en
éste, por el defecto de sus piernas, poco alimento desciende hacia abajo, sino
que se dirige en mayor cantidad a la parte superior y se convierte en semen43.
cojos estén mejor dotados que el resto de hombres, sino que tienen mayor apetito sexual, como indican
con claridad tanto la explicación de Aristóteles como el texto de Focio y el escolio a Teócrito citados.
41
Vid. Lelli, 2006, p. 24.
42
Mariño & García, 1999, p.47.
43
Erasmo de Rotterdam, Adagia 1849 (II.ix.49): Claudus optime virum agit.- Ἄριστα χωλὸς οἰφεῖ sive,
ut alias legitur, ὀχεῖ, id est Optime claudus virum agit. Dici solitum, ubi quispiam suam sortem vel
parum egregiam anteponit alienae tametsi praestantiori. Ab Amazonum apophtegmate natum aiunt.
Tradunt morem Amazonibus fuisse quondam ut pueros masculos detorta tibia coxave claudos efficerent.
Porro cum bellum esset illis adversus Scythas atque illi eas conarentur illicere, ut ad sese descicerent,
418 Juan Francisco Martos-Montiel
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