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S Á B A D O , 11 D E O C T U B R E D E 2 0 0 8
EL ORIGEN DE LOS SINDICATOS EN LA ARGENTINA
PARTE III
La tercera posición:
En estas luchas que eran netamente ideológicas/políticas, mientras en el resto
del mundo se tiende a diversificar las centrales obreras, en nuestro país se
tiende a unificarlas lo que representa una característica en el movimiento
obrero Argentino. En 1946, se unifica el movimiento sindical argentino en la
Confederación General del Trabajo CGT. La que nuclea a prácticamente a
todos los trabajadores Argentinos, en torno al pensamiento político peronista.
El movimiento sindicalista argentino antes de Perón es minoritario.
Fundamentalmente se basaba en planteos ideológicos que como hemos
señalado, sonaban fuertemente en las declaraciones, pero tenían poca
incidencia en la práctica del mundo obrero. En estos planteos predominaba el
internacionalismo obrero traído por los inmigrantes con sus ópticas
lógicamente foráneas. No existía una tendencia nacional propia. Las corrientes
sindicales se repartían entre el comunismo, el socialismo y el anarquismo.
Solamente a partir de 1943, acompañando al proceso de concentración
industrial, con el nacimiento de una doctrina nacional aparece una nueva etapa
para el sindicalismo argentino. En ella el movimiento crece en organización y
se agiganta al tener participación en el proceso nacional y popular.
Con la revolución de 1943 se inicia un nuevo período que puede considerarse
como de gremialismo de masas. El nuevo movimiento político actuó como
agente catalizador del proceso sindical. Hasta entonces se había caracterizado
por las luchas entre corrientes ideológicas que mantenía alejado a los nuevos
trabajadores llegados a los grandes centros y sin experiencia sindical.
El estado crea la Secretaría de trabajo y Previsión demostrando un interés de
establecer relaciones con los dirigentes gremiales. Se realizan negociaciones
tendientes a lograr beneficios para el movimiento. Comienzan a celebrarse los
primeros convenios colectivos de trabajo y se sancionan decretos que se
constituyen en las primeras normas específicas sobre asociaciones de
trabajadores y profesionales. La CGT. Se consolida como institución rectora
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advirtieron que la defensa de sus intereses, solo pueden estar en sus propias
manos.
También decía que: todos los grupos sociales son necesarios para que el estado
palpite: tanto la familia, como el sindicato o el municipio, el centro de
fomento o la región… todos constituyen la savia que nutre a la nación. Sin
ellos, sin el juego de los intereses normales de toda vida humana, sin la
libertad para que los hombres se asocien y defiendan sus derechos, sin el
respeto de las autonomías locales, el estado se convierte en una masa informe
de individuos dirigidos por un gobierno macrocéfalo, absorbente y
esterilizador de las ricas posibilidades de la vida social.
Para finalizar dice del CARÁCTER DEL SINDICALISMO PRIMITIVO:
prepotente el capital y ausente el estado, la necesidad de autodefensa de los
trabajadores estalló mediante la constitución de agrupaciones de índole
clasista, meramente reivindicativas e insolidarias con el resto de la nación. Y
ha descrito esta etapa: el abandono estatal fue permitiendo la formación de
gremios más o menos enconados contra las asociaciones patronales; y así se
dio comienzo a la lucha entre el capital y el trabajo. En este orden de cosas, el
gremialismo llegó a colocarse frente al estado. Las ideologías extrañas dentro
del propio gremialismo formaron gremios subdivididos en fracciones o
sectores de distintas ideologías que se combatieron sistemática y
permanentemente (…). Los políticos de corta visión entregaron el
gremialismo a los filibusteros del campo gremial y a los agentes a sueldo; y
con ello si bien medraron políticamente para su conveniencia, fueron
envenenando y debilitando el ambiente gremial.
CONTINUARÁ.
PUBLICADO POR MARIO ALBORNOZ ROSSIER