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Según la etapa del desarrollo en la que se encuentren cada uno de las partes
implicadas en el conflicto se pueden subdividir en tres categorías:
Este tipo de conflictos son de los más habituales y los que más perduran
independientemente de la etapa vital en la que se encuentren cada uno de
ellos. Estos altercados suelen mantenerse durante muy poco tiempo y la
mayoría de las veces no es obligatoria la intromisión de los padres.
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menores"
Cuando una persona adulta ingresa en la etapa de la tercera edad los cambios
que experimenta son sumamente trascendentales. Tanto a nivel biológico,
cuando la persona advierte el propio deterioro corporal; como a nivel social,
en el que aparecen acontecimientos como la jubilación, la pérdida de
amistades o seres amados, etc.
Cada cambio o salto de una etapa del ciclo vital a otra suele venir acompañado
de algún conflicto, esto es debido una serie de factores como nuevas
responsabilidades, asimilación de nuevos roles o acontecimientos como
matrimonios, jubilaciones o defunciones.
Estas crisis son propias de unidades familiares en las que residen personas
dependientes o desvalidas. En estos casos los conflictos aparecen cuando las
personas encargadas de su cuidado ven limitadas o restringidas sus
actividades habituales o sus libertades.
Consejos para manejar los conflictos familiares
Es necesario comprender que en una situación de conflicto familiar no todo es
negativo. Un conflicto puede suponer una ocasión perfecta para aprender
nuevas formas de resolver problemas. Antes que nada hay que identificar las
causas concretas del conflicto para así poder trabajar los posibles cambios
sobre ellas.
Algunas tácticas o estrategias para manejar las disputas de forma eficaz son:
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4. Manifestar afecto
A pesar de estar experimentando una situación de conflicto que puede resultar
estresante, es importante continuar expresando muestras de cariño y
afecto; ya que estas rebajan los niveles de tensión en las relaciones.
COMUNICACIÓN
FAMILI A
Isabel Rovira Salvador
Psicóloga Sanitaria y Sexóloga
Licenciada en Psicología por la Universitat de València. Especializada en Sexología
Clínica y Terapia de Pareja por el Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP)
donde, entre otras cosas, descubrió su pasión por la psicología de la infertilidad. Para
completar su formación clínica, realizó el Máster de Psicología General Sanitaria en la
Universitat de Valencia.
Ha desempeñado labores de psicóloga en diversos centros, entre ellos la Unidad de
Salud Mental del Hospital Clínico Universitario de Valencia y el Instituto Valenciano
de Infertilidad (IVI) en Barcelona.
Actualmente, Isabel compatibiliza su trabajo con un blog divulgativo llamado
“Sexplícitamente Hablando”. En el que reflexiona sobre aspectos psicológicos de las
relaciones personales y sobre la sexualidad