Sunteți pe pagina 1din 8

Santiago, cuatro de mayo de dos mil dieciséis.

VISTOS:
En estos autos RUC N° 14-2-0249449-9, RIT Nº C-603-2014 del Juzgado
de Familia de Linares, sobre declaración de bien familiar seguido por doña Rosa
Margarita Tapia Álvarez en contra de su cónyuge don Néctor Humberto Cifuentes
Beltrán, por sentencia de primera instancia de nueve de abril de dos mil quince,
corriente a fojas 32 de estos antecedentes, se rechazó la demanda por la que se
pedía tal declaración respecto del inmueble ubicado en Pasaje Dresden Nº 51,
Villa Berlín, Cerro Los Placeres, comuna de Valparaíso, sin condenar en costas a
la demandante.
Se alzó la demandante en contra de la referida sentencia y la Corte de
Apelaciones de Talca, por decisión de quince de junio de dos mil quince, confirmó
la sentencia apelada.
En su contra la actora deduce recurso de casación en el fondo por estimar
que la sentencia infringe el artículo 141 del Código Civil, por incorrecta
interpretación y aplicación del concepto de residencia principal de la familia. Al
proceder de ese modo igualmente incurriría en infracción a la norma sobre
interpretación de la ley del artículo 19 del mismo Código Civil.
Se trajeron los autos en relación:
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que la recurrente, fundando su recurso, afirma “De los
antecedentes relacionados en el fallo, apreciándolos conforme a las reglas de la
sana crítica, es decir de la lógica y de las máximas de experiencia, no es posible
arribar a la conclusión que la sentencia recoge, esto es, que no es posible
declarar bien familiar de propiedad del señor Cifuentes, pues el hijo del
matrimonio es ya mayor, independiente, pronto deberá dejar el hogar y además
que la cónyuge actúa de mala fe con una intención distinta al sentido de la norma”.
Explicando la infracción al artículo 141 del Código Civil, sostiene que
acreditó los requisitos establecidos en la norma, esto es: 1) Partes unidas por
vínculo del matrimonio; 2) Inmueble de propiedad de uno de los cónyuges; y, 3)
Residencia única y actual en dicho inmueble de la cónyuge y su hijo. Sostiene
que, en relación a este último punto, “…los sentenciadores agregan requisitos que
no se encuentran establecidos en la ley. La sentencia indica en su duodécimo
considerando que la cónyuge, señora Margarita Tapia utilizaría la acción con fines
distintos al previsto por el legislador, los que a su juicio se desprenden de

0168681679706
conductas de mala fe de la Sra. Tapia, lo que –censura al recurrente- además
está en contra de todo lo establecido en el ordenamiento jurídico pues presume la
mala fe…”.
También le reprocha haber adicionado otro requisito no previsto en la ley,
relativo a la capacidad económica de la demandante y a la enajenación de bienes
de su propiedad que hizo, lo que, según la actora recurrente, “no guarda relación
con la acción ya que la norma del artículo 141 del Código Civil, no indica que el
cónyuge no propietario deba tener determinadas características patrimoniales”, se
aplica cualquiera sea el régimen patrimonial y sólo debe estarse al destino de la
propiedad cuya declaración se pide.
Critica la consideración de la sentencia “que el hijo menor del matrimonio”
-que vive junto a la recurrente- “no puede ser considerado como familia sólo por
esta convivencia junto a su madre por cuanto éste podría permanecer por largos
años en el hogar propiedad de su padre y extender de manera indefinida la
institución y así limitar la disposición del cónyuge propietario”. Tal afirmación
importa “asumir y presumir una conducta futura, eventual y, además, mala fe del
hijo”. Reprocha al fallo fundarse en la circunstancia que el hijo posee bienes y por
tanto ser independiente, conclusión que contrariaría lo probado en el juicio ya que
tal hijo es estudiante y, además, beneficiario de pensión de alimentos.
La impugna, asimismo, por agregar otro requisito ajeno al texto al estimar
que la noción de residencia principal exige el transcurso de cierto lapso que la
norma no contempla.
Respecto a la infracción del artículo 19 del Código Civil, indica que el
artículo 141 es claro por lo que no cabía desatender su tenor literal y que lo
decidido implica hacer una interpretación limitando su sentido sin fundamento e
indicando que tal sentido es distinto del motivo que lleva a la señora Tapia a
accionar.
SEGUNDO: Que doña Rosa Margarita Tapia Álvarez demanda a su
cónyuge don Néctor Humberto Cifuentes Beltrán, quien es dueño del inmueble
ubicado en Pasaje Dresden Nº 51, Villa Berlín, Cerro Placeres, Valparaíso.
Señala que durante el matrimonio nacieron tres hijos: Pablo Andrés, de 33 años,
Néctor Alonso, de 29 años y Emilio José, de 26 años, todos Cifuentes Tapia y que
el inmueble indicado ha servido de residencia principal de la familia desde su
adquisición en el año 2013, residiendo actualmente en él ella y su hijo menor,
estudiante de ingeniería. Sostiene que teme que su cónyuge decida vender el

0168681679706
inmueble en que vive junto a su hijo, por lo cual solicita que el mismo sea
declarado bien familiar.
TERCERO: Que los hechos que se tuvieron por acreditados fueron:
01.- Néctor Humberto Cifuentes Beltrán y Rosa Tapia Álvarez están
unidos por vínculo matrimonial bajo separación de bienes y tuvieron tres hijos
Pablo Andrés, Néstor Alonso, y Emilio José.
02.- Néctor Humberto Cifuentes Beltrán es propietario del inmueble de
Pasaje Dresden Nº 51, Valparaíso.
03.- Rosa Tapia Álvarez habita el inmueble, únicamente, junto a su hijo
menor Emilio José Cifuentes Tapia de 27 años, desde mayo de 2014.
CUARTO: Que la sentencia de primer grado confirmada por la recurrida
estableció en su considerando duodécimo que: “(…) “la familia” que reside el
inmueble y cuya protección se pretende en esta acción está constituida sólo por
doña Rosa Margarita Tapia Álvarez, dado que el contexto familiar de los últimos
años, denota claramente la utilización de esta institución sólo para fines distintos
de los que el legislador ha pretendido. En este sentido si se estimará que la familia
que se pretende proteger, en este caso particular, abarca al hijo menor –de 26
años-significaría que basta que este nunca abandone el domicilio de calle
Dresden, para que dicha institución permanezca por largos años, y se limite los
derechos del cónyuge sobre el inmueble de su propiedad, lo que claramente no es
lo que pretende la institución de los bienes familiares.
Por último, y tal como lo menciona el demandado, de autos, el inmueble cuya
declaración de bien familiar se solicita, no es el inmueble en que la familia ha
vivido toda su vida, sino que el inmueble, en que la cónyuge y el hijo menor –de
actuales 26 años- han habitado desde mediados del año 2013, a la fecha por
ende sostener que se pretende proteger el “interés familiar” o el sentido de
pertenencia a un lugar, claramente en la especie no ocurre.
De tal modo que de lo razonado se estima que, no se cumple con el tercer y
último requisito previamente enunciado, motivo por el cual, como ya se anunció se
rechazará la demanda de autos”. Rechazando, en consecuencia, la declaración de
bien familiar solicitada.
QUINTO: Que no obstante los cuestionamientos del recurso a las
conclusiones de orden probatorio de la sentencia recurrida en su remisión a la de
primer grado, el arbitrio no denuncia errores de derecho o infracción de ley en esa
ponderación, sujeta a las reglas de la sana crítica, por lo cual estos jueces no

0168681679706
podrán revisar los hechos que dieron por establecidos los sentenciadores del fallo
impugnado. Debiendo únicamente examinar si la sentencia recurrida ha dado
correcta aplicación al artículo 141 del Código Civil, en cuanto a determinar si el
inmueble de Pasaje Dresden sirve a la función de ser residencia principal de la
familia.
SEXTO: Que la institución de los bienes familiares fue incorporada por la
Ley Nº 19.335, para proteger al núcleo familiar y amparar el hogar de familia en
caso de conflictos en su interior y en especial frente al riesgo de disponibilidad de
una vivienda. Todo ello -como dice el mensaje con que fue presentado al
Congreso por el Presidente Aylwin- para permitir hacer realidad el principio de
igualdad ante la ley y proteger la estabilidad de la familia, ofreciendo una vivienda
estable al grupo familiar.
SÉPTIMO: Que para juzgar la concurrencia o ausencia del supuesto legal
de servir el inmueble a la función de lugar de residencia principal de la familia, hay
que atenerse a la precisa situación familiar existente al notificarse la demanda
declarativa sin atender a situaciones pretéritas de la vida de ese grupo familiar,
correspondientes a otras circunstancias de la relación marital y de desarrollo de la
descendencia común. Constituye un hecho de la realidad social el gradual
alejamiento de los hijos de sus padres al independizarse cuando alcanzan una
formación profesional que les permite acceder al mundo laboral. También lo son
los episodios de ruptura, cesación de la vida común, encuentros o reencuentros de
la pareja conyugal. De igual modo, en concepto de estos sentenciadores,
tampoco cabe considerar, para la decisión, las posibles contingencias futuras del
grupo o de alguno de sus integrantes, por probables o inminentes que parezcan,
pues ellas podrán determinar otros efectos de orden jurídico.
OCTAVO: Que esta Corte concluye que el inmueble de uno de los
cónyuges sirve de residencia principal de la familia pese a la separación de los
cónyuges cuando está ocupado por uno de ellos y los hijos comunes, aunque
sea solo uno, lo que ocurre en la especie, sin que sea indispensable que haya sido
el mismo que la familia ocupó durante el desarrollo de la vida común.
Del mismo modo, no puede vincularse el examen de este requisito legal
con consideraciones sobre la posición patrimonial de los cónyuges o de los hijos y
con sus conductas o comportamientos en ese ámbito, pues ello significaría
introducir elementos o factores que la ley no tomó en cuenta y que por tanto el
juez no puede estimar a riesgo de relativizar la aplicación del instituto. Todo ello

0168681679706
sin perjuicio que esas situaciones podrán ser motivo de otras ulteriores acciones,
derechos o cuestionamientos de revisión por las vías correspondientes.
NOVENO: Que conforme a lo anterior, el mérito del presente proceso
determina que, al plantearse y notificarse la demanda, la cónyuge demandante
doña Rosa Margarita Tapia Álvarez y su hijo Emilio José Cifuentes Tapia
constituyen una familia, no obstante la segregación de ésta producto de la
separación de los cónyuges y del alejamiento de los hijos mayores por su
incorporación a la actividad laboral en otras ciudades y , como tal, puede impetrar
la declaración a que se refiere el artículo 141 del Código Civil respecto del
inmueble de propiedad del demandado.
DÉCIMO: Que por las consideraciones referidas, los sentenciadores no han
hecho una correcta interpretación de la norma aplicable, esto es, del artículo 141
del Código Civil, por lo que corresponde acoger el recurso de invalidación
interpuesto.
Por estos fundamentos, normas legales citadas y lo dispuesto además en
los artículos 764, 765, 767, 785 y 805, todos del Código de Procedimiento Civil, se
declara:
Que se acoge el recurso de casación en el fondo interpuesto por la
abogada doña Inés Robles Carrasco, en representación de doña Rosa Margarita
Tapia Álvarez, en contra de la sentencia de segunda instancia de fecha quince de
junio de dos mil quince, la que se anula y se la reemplaza por la que se dicta a
continuación.
Acordada con el voto en contra del Abogado Integrante Álvaro Quintanilla
Pérez quien estuvo por rechazar el recurso con el mérito de los fundamentos del
fallo impugnado y teniendo además presente:
1º: Que el artículo 141 del Código Civil no hace forzosa la declaración de
bien familiar respecto del inmueble de uno de los cónyuges que aparezca
sirviendo de residencia, y aún de residencia principal de la familia. Según el
precepto, aún dadas esas circunstancias, el tribunal tiene libertad para atribuir o
no esa calidad pues el uso de la fórmula verbal “podrá”, connota que la
declaración es facultativa y sujeta a una prudente evaluación de las circunstancias
y su correspondencia con los fines que inspiran al instituto. Esa calificación podrá
no corresponder si los antecedentes revelan que el inmueble no sirve a la solución
de una necesidad y riesgo cierto de disponibilidad de una vivienda y su ocupación
no se produjo con naturalidad o normalidad sino bajo circunstancias singulares y,

0168681679706
en perjuicio del cónyuge propietario y sin favorecer propiamente a un núcleo
familiar verdaderamente necesitado de este arbitrio protector.
2º: Que el deber de protección de la familia la ley lo impone a ambos
cónyuges y a él subordina el patrimonio de ambos y en una afectación que es
igualitaria y proporcionada a la situación de cada cual según lo demuestran los
artículos 134, 230, 1.740 Nº 5 y 1.753 del Código Civil. No parece conciliable con
ello reconoce la calidad de bien familiar cuando se ha producido situaciones
extrañas determinando un gravamen desigual respecto del cónyuge propietario
frente al otro, adjudicatario del único inmueble de la sociedad conyugal y que
enajenó de modo voluntario precisamente al hijo que vive con ella y para luego
ocupar el recién adquirido por su marido, junto al mismo hijo. La restricción que a
la gestión dispositiva del dueño implica la condición de bien familiar constituye una
excepción a la garantía del dominio y al derecho de prenda general de los
acreedores y, como tal, debe aplicarse con sujeción al sentido de la norma que la
autoriza como única vía para procurar la disposición de una vivienda considerando
la familia en sentido amplio incluyendo la situación del cónyuge propietario.
3º Que las restricciones a las facultades del dueño se legitiman cuando la
afectación al estatuto del artículo 141 sea necesaria, convicción que no se alcanza
en la situación en análisis, para la cual la institución no está prevista, atendido que
la demandante, separada de bienes, es una profesional con solvencia económica,
no se encuentra al cuidado del hijo con que vive -mayor de edad- con formación
de ingeniero civil y con patrimonio propio, resultando difícil atribuir a solo este
grupo la calificación de la familia revestida de las características que supone la
institución cuya finalidad es resguardar el interés de hijos comunes y cónyuge al
que corresponde su cuidado cuando ello resulta justificado frente al hecho objetivo
de la disgregación de los familiares, no puede decirse, con propiedad, que exista
una residencia principal de la familia si los cónyuges están separados y dos de los
hijos viven en lugares distintos, a lo que se agrega que el hijo que vive con la
actora lo hace en razón de sus estudios superiores que terminaron en Diciembre
de 2014. Bajo tales circunstancias el ejercicio de la acción del artículo 141 del
Código Civil puede, incluso, estimarse abusivo, posibilidad que el propio legislador
se representa al concebir –en el inciso final del precepto- la obtención fraudulenta
de la declaración de bien familiar.
4º Que los jueces del fondo, en uso de sus facultades, ponderaron la
prueba y establecieron hechos conforme a los cuales concluyeron que no

0168681679706
concurrían los supuestos que validen esa declaración. De este modo el recurso,
que no denuncia infracción a normas reguladoras de la prueba, se desarrolla a
partir de hechos distintos a los establecidos en la sentencia que se revisa, en
cuanto afirma reunirse las condiciones para la declaración, contradiciendo la
conclusión contraria de los sentenciadores.
5º Que en cuanto al yerro denunciado de que la sentencia formulada
exigencias que la ley no contempla y que el concepto de familia utilizado y
finalidad atribuida a la institución serían incorrectas, esas alegaciones no resultan
relevantes para la decisión adoptada que descansa en la conclusión de que no
concurren los supuestos fácticos que tiene en vista la ley para tal declaratoria,
entendiendo que el inmueble que la actora e hijo ocupan no puede constituir
residencia familiar.
Regístrese y devuélvase.
Redacción del Abogado Integrante señor Quintanilla.
Rol N° 11.514-2015.
Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros
señor Ricardo Blanco H., señoras Gloria Ana Chevesich R., Andrea Muñoz S.,
señor Carlos Cerda F., y el Abogado Integrante señor Álvaro Quintanilla P. No
firma la Ministra señora Chevesich y el Abogado Integrante señor Quintanilla, no
obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, por estar con
licencia médica la primera y por estar ausente el segundo. Santiago, cuatro de
mayo de dos mil dieciséis.

0168681679706
Autoriza el Ministro de Fe de la Excma. Corte Suprema

En Santiago, a cuatro de mayo de dos mil dieciséis, notifiqué en Secretaría


por el Estado Diario la resolución precedente.

0168681679706

S-ar putea să vă placă și