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La interacción de una empresa con el país anfitrión puede darse de muchas formas: una de
ellas es la exportación de bienes y servicios; otra, un contrato de licencia para producir
bienes en cualquier otro país; asimismo, la compañía también puede celebrar contratos
administrativos para operar compañías extranjeras; una forma más de interacción es la
coinversión ( joint venture) con una empresa en el país anfitrión, que podría ser la alianza
estratégica típica para extenderse geográficamente (las aerolíneas suelen hacerlo) o ampliar
el mercado de productos y servicios; por último, las multinacionales pueden establecer
subsidiarias o sucursales de propiedad total con instalaciones de producción en el país
anfitrión. Así, la empresa internacional que desarrolla una estrategia mundial cuenta con
muchas opciones.
El contacto entre la casa matriz y el país anfitrión puede verse afectado por varios factores:
algunos unifican, en tanto que otros ocasionan conflictos.
Efectos unificadores
Conflictos potenciales
Muchos factores pueden ocasionar conflictos entre la casa matriz y el país anfitrión: el
interés nacionalista puede afectar los beneficios obtenidos mediante la cooperación; las
diferencias socioculturales pueden conducir a un rompimiento en la comunicación y a
malentendidos posteriores, o bien una empresa multinacional puede tener un efecto
económico tan fuerte en un pequeño país anfitrión, que este último se sienta abrumado.
Algunas corporaciones internacionales han sido acusadas de obtener utilidades excesivas,
robar a los mejores elementos de las empresas locales y operar en contra de las costumbres
sociales, lo que las condujo a desarrollar en sus administradores habilidades sociales y
diplomáticas para prevenir tales conflictos y resolver los que inevitablemente ocurrirán.
De la orientación etnocéntrica a la geocéntrica
En sus primeras etapas las empresas internacionales se regían por una perspectiva
etnocéntrica y orientaban sus operaciones en el extranjero con base en las de la casa
matriz. En cambio, la perspectiva policéntrica se basa en la noción de que es mejor dar a
las subsidiarias extranjeras, con personal local, entera libertad administrativa, pues se
asume que éste conoce mejor su ambiente. Una orientación regiocéntrica recluta a
personal experto en operaciones extranjeras con base en la región; así, un enfoque europeo
puede componerse por contactos británicos, franceses, alemanes, italianos y otros más. La
corporación multinacional moderna tiene una orientación geocéntrica, es decir, toda se
considera un sistema interdependiente que opera en muchos países; las relaciones entre la
oficina principal y sus subsidiarias son de colaboración, con una comunicación que fluye en
ambas direcciones.
Si bien muchas empresas han intentado convertirse en mundiales, en realidad sólo unas
cuan- tas lo han logrado, pues se requiere desarrollar productos que consideren al mundo
entero (en especial los mercados de América del Norte, Asia y Europa occidental), tomar
decisiones estratégicas en este sentido y adaptar sus tácticas a los ambientes nacionales y
locales; en cuanto a la contratación de personal deberán abrirse puestos para que los
extranjeros avancen hacia cargos administrativos más elevados, asimismo, en países en los
que la corporación mundial no puede entrar se requiere establecer alianzas estratégicas con
compañías locales.