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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD “JOSE ANTONIO PAEZ”

CRITERIOS JURISPRUDENCIALES

(SENTENCIA Nº 1393 DE TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA - SALA CONSTITUCIONAL DE 14 DE


AGOSTO DE 2008)

Integrantes: Aguilar Génesis

Quintana José

Sección: 109D1
Señalan los accionantes que se les fijaron un procedimiento y un lapso para
contestar distinto al establecido en la ley y la jurisprudencia vinculante de esta Sala
para los juicios de intimación de honorarios, por lo que existió abuso de poder y
actuación fuera de la competencia del juez.
Al respecto, esta Sala Constitucional desde hace tiempo se ha pronunciado
sobre cómo ha de seguirse el procedimiento para la intimación y estimación de
honorarios profesionales de los abogados, siendo que en sentencia N°
2796/12.11.2002 (reiterada en la sentencia N° 1045/26.05.2005), señaló que:
Ahora bien, observa esta Sala que el supuesto agraviado pretendió, mediante la
demanda de amparo, la reposición de la causa al estado de que se le notifique la
decisión que ordenó la contestación a la impugnación que hizo la ciudadana A.L.U.
sobre su derecho al cobro de honorarios, para que él pueda dar la referida
contestación. Ello así, esta S. considera menester realizar algunas precisiones con
referencia al procedimiento para el cobro de honorarios profesionales judiciales de
abogado.
Según dispone el artículo 22 de la Ley de Abogados:
´El ejercicio de la profesión da derecho al abogado a percibir honorarios por los
trabajos judiciales y extrajudiciales que realice, salvo en los casos previstos en las
Leyes.
Cuando exista inconformidad entre el abogado y su cliente en cuanto al monto de
honorarios por servicios profesionales extrajudiciales, la controversia se resolverá
por la vía del juicio breve y ante el Tribunal Civil competente por la cuantía. La parte
demandada podrá acogerse al derecho de retasa en el acto de la contestación de
la demanda.
La reclamación que surja en juicio contencioso acerca del derecho a cobrar
honorarios por parte del abogado, será sustanciada y decidida de conformidad con
lo establecido en el artículo 386 del Código de Procedimiento Civil [hoy artículo 607]
y, la relación de la incidencia, si surgiere, no excederá de diez audiencias.´
Por su parte el artículo 607 del Código de Procedimiento Civil, establece que:
´Si por resistencia de una parte a alguna medida legal del Juez, por abuso de
algún funcionario, o por alguna necesidad del procedimiento, una de las partes
reclamare alguna providencia, el Juez ordenará en el mismo día que la otra parte
conteste en el siguiente, y hágalo ésta o no, resolverá a más tardar dentro del tercer
día, lo que considere justo; a menos que haya necesidad de esclarecer algún hecho,
caso en el cual abrirá una articulación por ocho días sin término de distancia. Si la
resolución de la incidencia debiere influir en la decisión de la causa, el Juez
resolverá la articulación en la sentencia definitiva; en caso contrario decidirá al
noveno día.´
Ahora bien, el procedimiento para el cobro de honorarios profesionales judiciales
y extrajudiciales está dispuesto en la Ley de Abogados y su Reglamento y en el
Código de Procedimiento Civil, pero esta S. aprecia que existe confusión acerca del
procedimiento aplicable.
Así, en un caso como el de autos, de cobro de honorarios profesionales en el
curso de un juicio de partición y liquidación de comunidad conyugal, el abogado
estima sus honorarios ante el Juzgado que cursa la causa, luego el tribunal intima
al pago de esos honorarios, posteriormente el cliente impugna o no dicha intimación
o puede acogerse al derecho de retasa y el abogado contesta, al día siguiente, la
referida impugnación.
En relación con el procedimiento de estimación, cobro e intimación de honorarios
judiciales, señala el profesor V.J.P., en su obra Teoría General del Proceso, que:
´El cobro de honorarios y la retasa previstos en la Ley de Abogados y su
Reglamento.
En el antiguo Derecho Romano recibir dinero por trabajos era propio de
actividades serviles. Al morir el cliente el abogado a cambio de su actividad
participaba en la herencia y recibía bienes: pieles, joyas, telas, etcétera.
Según el artículo 22 de la Ley de Abogados, el ejercicio de la profesión da
derecho al abogado a percibir honorarios. Se pueden presentar diferencias con el
cliente y ello puede dar lugar al reclamo:
a) Por actuaciones extrajudiciales y se tramita por el procedimiento del juicio breve
conforme al artículo 881 del Código de Procedimiento Civil.
b) Por actuaciones judiciales. La incidencia se decide conforme al artículo 607
eiusdem (antes, artículo 386 del derogado). En este caso los honorarios se
reclaman en diligencia o por escrito, agregados al expediente del juicio donde se
realizaron las actuaciones que los causaron.
Estimar significa decir cuánto valen los honorarios.
Intimar significa cobrar, notificar el cobro para que el cliente diga: si debe; si no
debe; o si debe, pero no es el monto estimado, por lo cual ejerce la retasa.
Luego de citado para el décimo día, el intimado puede:
· Aceptar el cobro.
· Rechazar el cobro.
· Rechazar el cobro y pedir la retasa.
Si el cliente rechaza o impugna el cobro, se abre la incidencia del artículo 607
eiusdem.
El abogado contesta el mismo día o al siguiente de la impugnación.
El juez decide dentro del tercer día de despacho, a menos que haya necesidad
de esclarecer un hecho, en este caso se abre a pruebas por ocho días de despacho
y decide al noveno. Esta incidencia tiene Recurso de Casación.
Estando firme la sentencia que declare el derecho a cobrar, el cliente puede
ejercer la retasa. Ésta consiste en que dos retasadores y el juez deciden el monto
a pagar.
(Puppio, V.J., Teoría General del Proceso, Segunda Edición, 1998, pp 70)´”
(subrayado del fallo original y negrillas de este fallo).
Este criterio sigue el establecido en la sentencia N° 159/25.05.2000 de la Sala
de Casación Civil (Vid. entre otras sentencias de la Sala de Casación Civil
N°90/27.06.1996, N° 67/05.04.2001 y N° RC-00106/25.02.2004) que fueron
acogidas por las sentencias N° 935/20.05.2004, N° 2.462/22.10.2004, N°
539/15.04.2005, N° 1013/26.05.2005, N° 1043/01.06.2007 y N° 2331/18.12.2007 de
esta Sala, lo cual se desarrolla con posterioridad en la sentencia N°
1392/28.06.2005, que dice:
De lo anterior se deriva entonces, que cuando se pretenda el cobro de honorarios
profesionales derivados de actuaciones judiciales, se debe interponer mediante
diligencia o escrito presentado ante el Tribunal, agregados al expediente del juicio
donde se realizaron las actuaciones que los causaron; seguidamente se inicia una
primera etapa que va destinada al establecimiento del derecho al cobro de dichos
honorarios profesionales por quien los reclama, la cual debe decidir el órgano
jurisdiccional conforme a lo previsto en el artículo 607 eiusdem (antes, artículo 386
del derogado).
Producida la citación del intimado, el mismo tiene la opción de aceptar o rechazar
el cobro, o rechazar el cobro y acogerse al derecho de retasa; si el accionado
rechaza o impugna el cobro, se abre la incidencia establecida en el prenombrado
artículo 607 del Código de Procedimiento Civil, la cual debe ser contestada por el
abogado intimante en el mismo día o al día siguiente de la impugnación; debiendo
ser decidida por el juez de la causa dentro del tercer día de despacho siguiente, a
menos que haya necesidad de esclarecer un hecho, caso para el cual se abrirá a
pruebas por ocho días de despacho y se decidirá al noveno (esta incidencia tiene
inclusive recurso de casación). Estando firme la sentencia que declare el derecho a
cobrar, el intimado puede ejercer el derecho a la retasa, el cual consiste en que dos
retasadores y el juez decidirán el monto a pagar.
Cuando el cobro de honorarios profesionales sea derivado de actuaciones
extrajudiciales, éste se tramitará por el procedimiento del juicio breve conforme al
artículo 881 del Código de Procedimiento Civil.
Siendo así se concluye entonces, que ante la existencia de procedimientos
disímiles para tramitar el cobro de honorarios profesionales derivados tanto de
actuaciones judiciales como extrajudiciales, la acumulación de los mismos resulta
prohibida en derecho, lo cual no fue observado por el juez de la causa al momento
de admitir la pretensión de estimación e intimación de honorarios profesionales
incoada por el abogado V.C.T. en contra del ciudadano C.P. La Rotta -parte
agraviada-, lo cual tal como se evidencia de autos, fuera advertido por éste en el
referido procedimiento.
(Negrillas de este fallo).
Del mismo modo, esta S. en sentencia N° 3325/04.11.2005 (reiterada en la
sentencia N° 1757/09.10.2006) estableció que:
Ahora bien, en una pretensión por cobro de honorarios profesionales pueden
presentarse diferentes situaciones, razón por la cual debe establecerse de forma
clara y definida el procedimiento a seguir en estos casos y por vía de consecuencia,
el tribunal competente para interponer dicha acción autónoma, ello con el propósito
de salvaguardar el principio del doble grado de jurisdicción y los derechos
constitucionales de defensa y al debido proceso.
En tal sentido apunta la Sala que, conforme a la norma contenida en el señalado
artículo 22 de la Ley de Abogados la reclamación por concepto de honorarios
profesionales extrajudiciales, será resuelta por vía del juicio breve. Sin embargo, en
lo atinente a la reclamación surgida en juicio contencioso no existe una remisión
expresa, a un procedimiento propio, sino que lo vincula y concentra al juicio
contencioso donde se genera la actuación del profesional del derecho. Es allí,
dentro del juicio, donde el abogado va pretender cobrar sus honorarios a su
poderdante o asistido.
Por ello, cabe distinguir cuatro posibles situaciones que pueden presentarse y
que, probablemente, dan origen a trámites de sustanciación diferentes, ante el cobro
de honorarios por parte del abogado al cliente a quien representa o asiste en la
causa, a saber: 1) cuando el juicio en el cual se pretende demandar los honorarios
profesionales causados, se encuentre, sin sentencia de fondo, en primera instancia;
2) cuando cualquiera de las partes ha ejercido apelación y esta haya sido oída en
el solo efecto devolutivo; 3) cuando dicho recurso se haya oído en ambos efectos y,
4) cuando la sentencia dictada en el juicio haya quedado definitivamente firme,
surgiendo la posibilidad en este supuesto, que el juicio entre a fase ejecutiva, si es
que se condenó al demandado.
A juicio de la Sala, en el primer supuesto, es decir, cuando el juicio en el cual el
abogado pretende demandar los honorarios profesionales causados a su cliente, se
encuentre en un tribunal de primera instancia, la reclamación de los mismos, se
realizará en ese proceso y por vía incidental.
En lo que respecta al segundo supuesto -cuando se haya ejercido el recurso
ordinario de apelación y éste fue oído en el efecto devolutivo- la reclamación de los
honorarios profesionales judiciales, se realizará, igual que en el caso anterior, en
ese mismo juicio y en primera instancia.
En el tercer supuesto -ejercido el recurso de apelación y oído en ambos efectos-
no obstante, el juzgado de primera instancia haber perdido competencia con
respecto a ese procedimiento, la reclamación de los honorarios profesionales
judiciales causados en ese juicio que ahora está en un Juzgado Superior, deberá
ser intentada de manera autónoma y principal ante un tribunal civil competente por
la cuantía, ello a fin de salvaguardar tanto el principio procesal del doble grado de
jurisdicción, a la parte que resulte perdidosa en la fase declarativa del juicio de cobro
de honorarios profesionales judiciales, como los derechos constitucionales de
defensa y al debido proceso establecidos en el artículo 49 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.
En el último de los supuestos -el juicio ha quedado definitivamente firme- al igual
que en el anterior, sólo quedará instar la demanda por cobro de honorarios
profesionales por vía autónoma y principal ante un tribunal civil competente por la
cuantía, si es el caso, ya que la expresión del tantas veces señalado artículo 22 de
la Ley de Abogado ‘la reclamación que surja en juicio contencioso’, en cuanto al
sentido de la preposición “en” que sirve para indicar el lugar, el tiempo, el modo,
significa evidentemente que el juicio no haya concluido y se encuentre en los casos
contenidos en el primer y segundo supuesto antes referidos, es decir, dentro del
juicio sin que éste haya terminado, para que, entonces, pueda tramitarse la acción
de cobro de honorarios profesionales por vía incidental en el juicio principal.
A juicio de esta S., y en beneficio del abogado, podría pensarse que el incidente
de cobro de honorarios entre el abogado y su cliente, puede suscitarse dentro de la
fase de ejecución de la sentencia, por ser ésta una consecuencia del “juicio
contencioso”, pero cuando el juicio ha terminado totalmente, como sucede en los
casos donde no hay fase de ejecución, cual es el caso de autos, el cobro de
honorarios del abogado a su cliente, es imposible que tenga lugar en la causa donde
se pretende se causaron los honorarios y ante el juez que la conoció, ya que esa
causa finalizó y no hay en ese momento juicio contencioso alguno, ni secuelas del
mismo.” (Negrillas de este fallo).
Se observa que el 27 de octubre de 2006 el Juzgado Segundo de Primera
Instancia en lo Civil, M. y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas homologó el acto de autocomposición procesal de
desistimiento, pero el acuerdo de homologación fue impugnado el 26 de octubre de
2006 por el abogado S.O.F. -anterior apoderado de Colgate Palmolive C.A.-,
oponiéndose a la homologación, siendo que posteriormente éste apeló, pero del
auto de homologación del desistimiento emitido por el tribunal, notándose que para
el momento de la intimación de honorarios no constaba en autos el resultado de la
apelación, motivo por el cual nos encontramos ante el segundo supuesto indicado
en el fallo anterior, cuando se haya ejercido el recurso ordinario de apelación y éste
es oído en el efecto devolutivo, por lo que la reclamación de los honorarios
profesionales judiciales en el presente caso, se debe realizar en ese mismo juicio y
en primera instancia tal cual como se ha venido sustanciando y efectuando (Vid.
sentencia de esta Sala 3325/04.11.2005). Así se declara.
Por otra parte, en la sentencia N° 1663/01.08.2007 de esta Sala se indicó:
De lo anterior se desprende que nuestro legislador reconoce el derecho del
abogado a cobrar honorarios profesionales, bien sean judiciales o extrajudiciales, y
para dilucidar las reclamaciones de cobro de honorarios profesionales derivados de
las diligencias judiciales la Sala en decisión N° 1.392 del 28 de junio de 2005, caso:
´L.C.P. La Rotta´ -ratificada por decisión N° 3.325 del 4 de noviembre de 2005-,
señaló que: ´(…) cuando se pretenda el cobro de honorarios profesionales
derivados de actuaciones judiciales, se debe interponer mediante diligencia o
escrito presentado ante el Tribunal, agregados al expediente del juicio donde se
realizaron las actuaciones que los causaron; seguidamente se inicia una primera
etapa que va destinada al establecimiento del derecho al cobro de dichos honorarios
profesionales por quien los reclama, la cual debe decidir el órgano jurisdiccional
conforme a lo previsto en el artículo 607 eiusdem (antes, artículo 386 del derogado)
(…)´.
(…)
Es por ello, que la Sala considera que por la naturaleza de los derechos
debatidos en un juicio de intimación y estimación de honorarios profesionales, no
pueden generarse sucesivos juicios intimatorios por el mismo concepto -mas no por
impedimento del artículo 53 del Código de Ética Profesional del Abogado-, pues se
harían interminables los procedimientos de esta índole, por ello, dentro de las costas
procesales que eventualmente genere el juicio de intimación y estimación de
honorarios, si las hubiere, dentro de las cuales se incluyen los costos del proceso –
con excepción de los honorarios profesionales del abogado-. (Vid. Sentencia de
esta Sala N° 862 del 8 de mayo de 2002, caso: ´C.R.D.G.´). En tal sentido, al
admitirse el segundo juicio de estimación e intimación de honorarios profesionales,
con base en la condenatoria en costas efectuada por el Juzgado Superior que
conoció del primer juicio de intimación y estimación de honorarios profesionales, se
configuró la infracción del artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, que consagra los derechos a la defensa y al debido proceso,
actuando el juzgador fuera del ámbito de sus competencias, según lo dispuesto en
el artículo 4 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, y así se decide.
Por otro lado, adujo el quejoso que la decisión presuntamente lesiva ´(…)
considera que las cuestiones previas no son oponibles y por lo tanto declara
improcedente las defensas sin entrar a analizar pormenorizadamente cada una de
ellas, con el argumento (…) según el cual no son oponibles y se fundamenta esta
posición con la tesis de que este procedimiento lo rige el 607 del C.P.C. (sic) (…)´.
Ahora bien, la jurisprudencia ha señalado que el juicio de intimación y estimación
de honorarios profesionales, constituye en realidad, un juicio autónomo, no una
mera incidencia inserta dentro del proceso principal, aun cuando se sustancie y
decida en el mismo expediente, a tenor de lo establecido en el artículo 607 del
Código de Procedimiento Civil. (Vid. Sentencia de la Sala Constitucional N° 3.005
del 14 de diciembre de 2004, caso: ´J.M.N.B.´ y sentencias de la Sala de Casación
Civil N° 67 del 5 de abril de 2001, caso: ´Ada B.F.V.´ y N° 188 del 20 de marzo de
2006, caso: ´Asociación Civil Marineros de B.´).
Por ello, al tratarse el juicio de estimación e intimación de honorarios
profesionales de un juicio propio, considera la Sala que el intimado podrá proponer
acumulativamente con la oposición todas las defensas que estime pertinentes,
inclusive, las cuestiones previas establecidas en el artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil, todo a los fines de garantizar el supremo derecho a la defensa.
En tal sentido, aquellas cuestiones previas que pongan fin al juicio y no sean
subsanables por la parte deberán ser resueltas en la definitiva, mientras que
aquellas que sean subsanables deberán ser resueltas inmediatamente de
conformidad con lo establecido en los artículos 884 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil aplicable por analogía.
Ahora bien, se observa de la jurisprudencia de esta Sala que de acuerdo con la
Ley de Abogados, se distinguen dos clases de honorarios de abogados: a) los
honorarios causados con ocasión de un conflicto judicial y b) los honorarios
causados por trabajos efectuados fuera del recinto judicial, es decir, los
extrajudiciales. Los honorarios que se causan con ocasión de un juicio, se estiman
en el mismo expediente siempre y cuando éste no hay concluido (Vid. sentencia de
esta Sala N° 1757/09.10.2006). El abogado presenta una estimación por partidas
con indicación de las respectivas actuaciones y solicita del tribunal la intimación al
deudor. El tribunal acuerda la intimación (orden de pago) y fija el término de diez
días hábiles para que el intimado pague los honorarios al abogado, pudiendo en ese
acto acogerse al derecho del abogado a cobrar los honorarios estimados u oponerse
a todas las defensas que creyere conveniente alegar. En este caso, la decisión que
dicte el tribunal tiene apelación e incluso recurso de casación. En el segundo caso,
cuando se trata de honorarios extrajudiciales de acuerdo al mismo artículo 22 de la
Ley de Abogados, la controversia se resolverá por la vía del juicio breve ante el
tribunal competente por la cuantía. Dispone este artículo que la "parte demandada
podrá acogerse al derecho de retasa en el acto de contestación a la demanda". Es
decir, que el derecho a la retasa lo puede ejercer quien fuere intimado al pago de
honorarios profesionales judiciales como en el caso de honorarios profesionales
extrajudiciales demandados donde se siga el procedimiento breve, todo lo cual es
acorde con las sentencias de la Sala de Casación Civil N° 159/25.05.2000, N°
90/27.06.1996, N° 67/05.04.2001 y N° RC-00106/25.02.2004.
Sin embargo, no puede escapar de esta Sala que mediante sentencias Nros.
RC-0089/13.03.2003 y RC-00959/27.08.2004, entre otras con posterioridad, la Sala
de Casación de Casación Civil cambió el criterio anteriormente señalado y seguida
por ella, estableciendo que conforme a las disposiciones de los artículos 22 de la
Ley de Abogados y 22 de su Reglamento, el abogado que tenga una controversia
con su cliente con respecto a su derecho a percibir sus honorarios por actuaciones
judiciales, mediante escrito presentado en el expediente en el que se encuentren
tales actuaciones judiciales, hará valer su pretensión declarativa en la que señale
las actuaciones de las que se dice acreedor; por lo que el Tribunal, por su parte,
desglosará el escrito y formará un cuaderno separado si es tramitado
incidentalmente y, de acuerdo a la letra del artículo 607 del Código de Procedimiento
Civil (correspondiente al artículo 386 del mismo Código derogado) emplazará al
demandado en tal pretensión para el día siguiente a su citación, la que se verificará
en la forma ordinaria, a fin de que, a título de contestación, señale lo que a bien
tenga con respecto a la reclamación del abogado, y hágalo o no, el Tribunal
resolverá lo que considere justo dentro de los tres días siguientes, a menos que
considere que existe algún hecho que probar, en cuyo caso, en vez de resolver la
controversia, abrirá una articulación probatoria de ocho días para luego resolverla
al noveno, es decir, al día siguiente del vencimiento de los ocho días.
Como se puede notar, la jurisprudencia de la Sala de Casación Civil, no ha sido
pacífica en su criterio con respecto al procedimiento que se debe seguir para la
intimación y estimación de los honorarios profesionales de los abogados en las
causas no concluidas –proceso que es seguido por los tribunales de instancia–,
siendo que el criterio de esta S. ha sido el primero señalado y no éste último.
En tal sentido es incuestionable la función social que para el abogado
representan sus honorarios profesionales, pues en ellos encuentra la remuneración
que como contraprestación de sus servicios tiene derecho conforme al artículo 22
de la Ley que rige su ejercicio. De allí que la Ley haya dispuesto de vías procesales
expeditas para hacer efectivo ese derecho, las que variarán según la naturaleza de
sus actuaciones judiciales o extrajudiciales.
Así, la Ley de Abogados dispone que el procedimiento para obtener el
reconocimiento del derecho del abogado a percibir honorarios profesionales
causados por actuaciones extrajudiciales se desarrolle por los cauces del
procedimiento breve, mientras que el correspondiente a las actuaciones judiciales,
se hará según la oportunidad en que se demanden los honorarios, como si se tratare
de una incidencia innominada en el expediente en que se hubieren cumplido tales
actuaciones, o a través de un juicio autónomo, según lo establecido en la sentencia
de esta Sala N° 1757/09.10.2006.
Especial atención merece en esta oportunidad el procedimiento correspondiente
para hacer efectivo el cobro de honorarios profesionales judiciales, pues su
desarrollo, de acuerdo al artículo 22 de la Ley de Abogados y al artículo 22 de su
Reglamento, necesariamente, se verifica en dos fases distintas, una declarativa y
otra estimativa.
En efecto, la controversia que exista entre el abogado y su cliente con respecto
al derecho de aquél a cobrar honorarios profesionales se seguirá según lo indica el
artículo 22 de la Ley de Abogados conforme al artículo 386 del Código de
Procedimiento Civil derogado, cuyo texto se corresponde con el artículo 607 del
mismo Código vigente, para que, una vez establecido el derecho pretendido por el
abogado, entonces éste pueda estimar e intimar el valor que considera apropiado
por las actuaciones cumplidas y cuyo derecho fue reconocido, dando lugar entonces
a la fase estimativa del procedimiento.
O. que aun cuando la pretensión del abogado es autónoma e independiente de
lo litigado en el juicio en el que prestó sus servicios, ésta se desarrolla como si se
tratare de una incidencia, en cuaderno separado al expediente en el que se
cumplieron tales actuaciones, tal como se indicó en la sentencia de esta Sala N°
1757/09.10.2006. Como se señaló anteriormente, la primera fase del procedimiento
está destinada especialmente a establecer si el abogado tiene o no derecho a
percibir honorarios por las actuaciones que al efecto señale; por tanto, no es
necesario que el abogado que pretenda el reconocimiento de su derecho, de una
vez estime el valor de sus actuaciones, pues tal actividad, a la letra del artículo 22
del Reglamento de la Ley de Abogados está reservada para una oportunidad
distinta, esto es, una vez que se encuentre firme la decisión que declare el derecho
del abogado a percibir sus honorarios profesionales. No obstante lo anterior, a los
mismos efectos establecidos en el artículo 38 del Código de Procedimiento Civil, el
abogado deberá estimar prudencialmente el valor de su demanda.
Entonces, conforme a las disposiciones que se examinan (artículos 22 de la Ley
de Abogados y 22 de su Reglamento) y la sentencia de esta Sala N°
1757/09.10.2006, el abogado que tenga una controversia con su cliente con
respecto a su derecho a percibir honorarios por actuaciones judiciales, mediante
diligencia o escrito presentado en el expediente en el que se encuentren tales
actuaciones judiciales, hará valer su pretensión declarativa en la que señale las
actuaciones de las que se dice acreedor, cuando el juicio no ha terminado. El
Tribunal, por su parte, desglosará el escrito y formará un cuaderno separado si es
tramitado incidentalmente y, de acuerdo a la letra del artículo 607 del Código de
Procedimiento Civil (correspondiente al artículo 386 del mismo Código derogado)
emplazará al demandado en tal pretensión para el día siguiente a su citación, la que
se verificará en la forma ordinaria, a fin de que, a título de contestación, señale lo
que a bien tenga con respecto a la reclamación del abogado, y hágalo o no, el
Tribunal resolverá lo que considere justo dentro de los tres días siguientes, a menos
que considere que existe algún hecho que probar, en cuyo caso, en vez de resolver
la controversia, abrirá una articulación probatoria de ocho días para luego resolverla
al noveno, es decir, al día siguiente del vencimiento de los ocho días.
Debe observarse que la decisión del Tribunal en esta fase del procedimiento,
sea que se dicte dentro de los tres días siguientes al emplazamiento, sea que se
dicte después de vencida la articulación probatoria, sólo puede juzgar sobre el
derecho del abogado a percibir honorarios por las actuaciones judiciales en las que
dice haber participado, bien como representante o como asistente, sin que pueda
declarar la confesión ficta del demandado, pues tal sanción no está expresamente
prevista para el caso concreto. Dicha decisión, es apelable libremente, y la
sentencia que la resuelva es recurrible en casación conforme a los límites propios
de este recurso previsto en el artículo 312 del Código de Procedimiento Civil.
En cuanto al trámite en segunda instancia, éste se corresponderá con el del
procedimiento ordinario, ante la falta de regulación expresa en la Ley al respecto y
por aplicación de lo dispuesto en el artículo 22 del mismo Código.
De acuerdo al artículo 22 del Reglamento de la Ley de Abogados, una vez que
concluye la primera fase del procedimiento, la declarativa, se dará inicio a la
segunda fase del procedimiento, esto es, la estimativa. En esta fase es que el
abogado estimará sus honorarios profesionales, siempre y cuando, obviamente,
hubiere obtenido el reconocimiento judicial del derecho a percibir honorarios
profesionales por cada una de las actuaciones que ha de estimar, pues en definitiva
cada una constituye título suficiente e independiente generador de derecho.
En lo sucesivo el trámite seguirá, conforme a lo dispuesto en los artículos 25 al
29 de la Ley de Abogados y, conforme al artículo 22 del Código de Procedimiento
Civil, por las normas de este Código en todo lo que no constituya especialidad así
como respecto a la ejecución. Esto es, hecha la estimación de las actuaciones por
el abogado, el Tribunal intimará en la forma ordinaria al deudor para que dentro de
los diez días siguientes se acoja al derecho de retasa. De no hacer uso de ese
derecho el intimado, los honorarios estimados quedarán firmes y de hacerlo se
procederá en la forma prevista en la Ley para la designación de los jueces
retasadores y posterior pronunciamiento de la correspondiente decisión.
Obsérvese que esta segunda fase, la estimativa, constituye un precedente legal
del procedimiento por intimación incorporado al Código de Procedimiento Civil en
su reforma de 1986, pues en ambos el demandado es intimado para que dentro de
los diez días siguientes, se oponga al procedimiento monitorio o se acoja al derecho
de retasa en este especial procedimiento, con el apercibimiento que, de no hacerlo,
quedará firme el decreto intimatorio o las sumas estimadas por el abogado según el
caso.
Por mandato expreso del artículo 23 de la propia Ley de Abogados, cuando el
abogado pretenda reclamar honorarios profesionales al condenado en costas,
deberá seguir el mismo procedimiento correspondiente al que debe instaurar
cuando ha de reclamar los honorarios a su cliente por actuaciones judiciales. Sin
embargo, a diferencia de la reclamación que hace el abogado a su cliente por
honorarios profesionales, que no tienen otra limitación que la prudencia y los valores
morales del abogado que los estima y la valoración técnica de los jueces
retasadores, en caso de constituirse el correspondiente Tribunal, los honorarios
profesionales que a título de costas debe pagar la parte vencedora a su adversaria,
no pueden exceder del treinta por ciento (30%) del valor de lo litigado.
Por su parte, en lo que respecta al procedimiento judicial que ha de seguirse
para hacer efectivo el cobro de honorarios profesionales por actuaciones
extrajudiciales, como se dijo anteriormente, éste se tramitará de acuerdo a las
pautas del procedimiento breve establecido en el Código de Procedimiento Civil; sin
embargo, a diferencia del correspondiente a actuaciones judiciales, el abogado
deberá estimar de una vez en su demanda el valor que considere prudente por cada
una de las actuaciones que afirme haber realizado, por lo que el demandado, en la
contestación, aparte de hacer valer las defensas que estime convenientes, deberá
preclusivamente acogerse al derecho de retasa si no está de acuerdo con la
estimación hecha.
Por tanto, cuando se está en presencia del procedimiento judicial para hacer
efectivo el cobro de honorarios profesionales causados en actuaciones
extrajudiciales, ante la omisión del demandado en acogerse al derecho de retasa
en la contestación, o eventualmente, la propia falta de comparecencia de éste a tal
acto, el juez que establezca el derecho, también se pronunciará con respecto a la
estimación hecha, ateniéndose a lo establecido por el demandante, sin necesidad
de que se produzca la segunda fase del procedimiento, típica del correspondiente
al que se suscita por efecto de actuaciones judiciales.
Entonces, en materia de estado y capacidad de las personas, si hubiere un juicio
contencioso y de él resultare una de las partes vencedora en costas, cuando las
reclame al vencido no puede imponérsele limitación distinta a la prudencia, la moral
y la lealtad y probidad que se deben las partes en el proceso, pues debe recordarse
que las costas tienen una función netamente restablecedora, lo que en tales
situaciones deberá ser especialmente observado también por los jueces
retasadores en caso de que éstos sean designados, siguiendo con estricto apego
las pautas deónticas que al efecto establece el Código de Ética Profesional del
Abogado Venezolano, cuya observancia es obligatoria conforme al artículo 1° de la
Ley de Abogados, y a riesgo de someterse al procedimiento disciplinario a que
hubiere lugar por su infracción.
En el caso de autos, aunque la parte accionante en el proceso civil, promovió
más de ochenta (80) folios de demanda que, además contiene reproducciones de
numerosísimas correspondencias en dos (2) idiomas con las correspondientes
traducciones, efectuadas libres algunas y otras por intérprete público, el lapso
establecido para dar contestación a la demanda es de un día, lapso en el cual
además se contestó por parte de los hoy accionante, por lo que el Juzgado Quinto
de Primera Instancia en lo Civil, M. y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas juzgó de conformidad con el criterio de la Sala
Constitucional, y no existe vulneración alguna. Así se decide.
Indica el accionante en amparo que tan sólo se le otorgó un día para contestar
la intimación a una hora determinada, aplicando un criterio derogado como lo es la
sentencia 1757/09.10.2006 de esta Sala.
Como se observa del punto anteriormente desarrollado, esta S. no ha cambiado
de criterio en cuanto a cuál es el procedimiento a seguir en materia de intimación
de honorarios, pero sí que discrepaba del establecido por la Sala de Casación Civil,
siendo este último el seguido por el sentenciador del tribunal del fallo atacado, por
lo que el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, M. y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, mediante el auto del 11
de julio de 2007, no incurrió en irregularidad alguna, motivo por el cual se reiteran
los argumento y criterios esbozados previamente. Así se declara.
El accionante arguye que el artículo 607 del Código de Procedimiento Civil no le
es aplicable a este proceso, sino el establecido en la sentencia N° 1356/27.06.2007
de la Sala Constitucional, por lo que se le debió dar diez días hábiles para que el
intimado pague u oponga las defensas que considere pertinentes, incluyendo el
derecho de retasa, en vez de uno, con lo que se violó el derecho a la defensa.
Como ya se dijo, de conformidad con el criterio establecido tanto por la Sala de
Casación Civil como por esta Sala Constitucional, cuyos criterios son vinculantes,
sí le es aplicable a este proceso el artículo 607 del Código de Procedimiento Civil,
por lo que se aplicó el criterio establecido por esta Sala y no se vulneró ningún
derecho constitucional. Así se declara.
Que un lapso tan breve no existe en el ordenamiento jurídico venezolano y
mucho menos fijando una hora precisa para efectuar la actuación, siendo que esto
produjo un desequilibrio procesal entre las partes.
Frente a este alegato, se reitera todo lo indicado en los puntos anteriores,
insistiendo que el procedimiento seguido por el Juzgado Segundo de Primera
Instancia en lo Civil, M. y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, era el adecuado y, por lo tanto, se observa con total
claridad que el artículo 607 del Código de Procedimiento Civil señala que “(…) el
Juez ordenará en el mismo día que la otra parte conteste en el siguiente (…)”, el
cual es plenamente aplicable al proceso de intimación de honorarios profesionales.
Sin embargo, lo que no es procedente y es atentatorio a los derechos a la tutela
judicial efectiva, al debido proceso y al derecho a la defensa, es que se establezca
una hora precisa para efectuar dicha contestación, motivo por el cual es contrario a
la Constitución efectuar dicha limitación (artículos 21, 26 y 49, relativos los derecho
a la igualdad; a una justicia idónea, equitativa y responsable; a la tutela judicial
efectiva y a la defensa), por lo que queda proscrito fijar una hora para que se efectúe
dicho acto, pudiendo contestar la demanda en cualquier hora del día hábil siguiente
establecido (Vid. sentencia N° 930/18.05.2007). Sin embargo, como ya se señaló
se cumplió con el fin del acto y el supuesto del artículo 206 del Código de
Procedimiento Civil, por lo que no es procedente la denuncia presentada. Así se
declara.
Finalmente en cuanto al pedimento del tercero opositor, en lo referente que se
condene en costas de la apelación al accionante en amparo, se le ha de recordar a
estos profesionales del derecho, que el artículo 33 de la Ley Orgánica de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales es sumamente clara cuando dice que
se impondrán las costas cuando se trate de quejas contra particulares –no siendo
el presente caso tal supuesto ya que es contra una sentencia de un órgano de la
judicatura–, aunado al hecho que la presente acción de amparo no fue temeraria.
En razón de toda la argumentación anteriormente expuesta, se declara con lugar
el recurso de apelación contra el auto dictado el 11 de julio de 2007 por el Juzgado
Segundo de Primera Instancia en lo Civil, M. y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas la cual se revoca; se declara sin lugar la
acción de amparo interpuesta por Colgate Palmolive C.A. ya que el Juzgado Quinto
de Primera Instancia en lo Civil, M. y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas actuó de conformidad con la doctrina de la Sala
Constitucional en materia de estimación e intimación de honorarios. Así se decide…

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