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Estructura básica para la intervención social.

Características del método.


Ante todo, hay que tener en cuenta que no existe el método de trabajo
social. No existe un método único para hacer algo, ni una sola forma de aplicar
un mismo método. No existe un método prototipo que pueda utilizarse en todo
tiempo y lugar: depende de los objetivos propuestos y de la realidad en que se
aplica.

Todo método de intervención social es en su formulación una


simplificación de un proceso de actuación, dentro de un sector determinado y
delimitado de la realidad social.

Hay que tener en cuenta sobre todo que:

 El método debe ser flexible y dinámico, debe adaptarse a la realidad


en que se aplica y ofrecer respuestas a las nuevas necesidades que
vayan surgiendo.
 Debe atender al principio de la globalidad, considerando la realidad
como un todo y teniendo en cuenta las variables que en ella se
interrelacionan.
 Tiene un apoyo teórico en las ciencias que tienen por objeto el
estudio del hombre y la sociedad: psicología, sociología,
antropología…
 Debe ser operativo, es decir, la aplicación del método debe llevar a
la consecución de los objetivos del trabajo social, es decir, el
método se utiliza para obtener resultados.
 Debe ser participativo, incorporando a las personas y los grupos a
su propio proceso de promoción o desarrollo.
Natividad de la Red manifiesta como características del método las
siguientes:
a) “En relación a diversas funciones que puede desempeñar el trabajo
social, la estructura metodológica, en cualquiera de las funciones, se configura
sobre el proceso común del método científico”.

b) “Desde la aceptación de la unidad del proceso metodológico, el trabajo


social se caracteriza en su configuración por un proceso de interdisciplinariedad.
Desde la interdisciplinariedad se proponen diferentes fines, lo que da lugar a la
plurifuncionalidad del método en diversos niveles: individual, grupal y
comunitario.”

c) “La característica de globalidad de las fases del proceso y de las


variables intervinientes”.

Etapas del método básico de procedimientos.

Como todas las formas de intervención social, El método de trabajo social,


básico de procedimiento, está configurado por la integración y fusión de las
diferentes fases o momentos de una estrategia de actuación. Está formado por
una serie de etapas: estudio, interpretación diagnóstica, planificación, ejecución
y evaluación.

De esta forma, la actuación profesional se sistematiza y organiza para una


mejor consecución de los objetivos propuestos. Sin embargo, a pesar de esta
división por etapas, todas están interrelacionadas entre sí y en la práctica se dan
de manera simultánea.

ESTUDIO

Se refiere al conocimiento global de campo de acción profesional. Es


reunir, de forma organizada, todos los datos relativos a la persona y a la situación
para poder reflexionar sobre ellos. La finalidad es el conocimiento de la realidad
en que se va a actuar. Así como el conocimiento de las personas implicadas.
Según Montserrat Colomer es “La búsqueda y ordenación de elementos
cognitivos para efectuar un estudio tan completo como sea posible del campo de
trabajo”.

El objetivo general del estudio es situar al trabajador social frente a su


campo de actuación, proporcionándole una visión global e integrada de la
situación-problema a la que se enfrenta.

Posibles pasos de estudio:

a) Delimitación del área de trabajo

b) Estudio de las variables y condicionantes que actúan en el problema

c) Intuir las posibles hipótesis de trabajo que dan dirección al estudio.


Establecer relaciones de causa- efecto

Se puede obtener un conocimiento más profundo del campo de acción a


través de la investigación, la misma conlleva, entre otras, las siguientes etapas:
formulación del problema, diseño de la investigación, Constitución del equipo de
investigación, Elección de los métodos y técnicas, Obtención y recolección de
datos, interpretación…

Esta primera fase nos permite aproximarnos y conocer la realidad en la


que vamos a intervenir. Por lo que la selección de las técnicas en esta fase
estará en función del uso que haremos de las mismas en la elaboración y
posterior intervención de los proyectos de trabajo. Las técnicas más utilizadas
son la observación y la entrevista.

La observación

Generalmente, mediante esta técnica, el trabajador social toma el primer


contacto con la realidad para conocer los aspectos más significativos de la
realidad objeto de intervención. Para que la técnica de la observación tenga
validez desde le punto de vista metodológico conviene que sea sistematizada,
controlada y con un objetivo determinado a priori.
La técnica de la observación cuenta con una serie de instrumentos que
permiten aplicarla y confeccionarla: diario de campo, los mapas y planos y los
dispositivos mecánicos como vídeo, cámara, grabadora…

La entrevista

La palabra entrevista en francés significa “entrevoir” (ver entre, a través


de...). De ello deducimos que en toda entrevista tendremos que seguir un proceso
de indagación, observación, inferencia, para conocer que hay detrás de las
palabras, los gestos y el comportamiento, para asegurar que comprendemos
aquello que pretende comunicar el usuario.

Si tenemos en cuenta la forma o procedimiento de realizar las entrevistas,


éstas pueden ser estructuradas o no estructuradas.

El estudio debe culminar en un diagnóstico. La información debe


organizarse de tal manera que sirva a las tareas de programación y como
información básica de las estrategias de acción.

INTERPRETACIÓN DIAGNÓSTICA:

El diagnóstico determina el tipo de intervención más apropiado para


modificar las situaciones que se presentan y que son susceptibles de mejora.
Lleva consigo la descripción del individuo y su situación, y tiende a establecer
relaciones de causa efecto.
Se basas siempre en el estudio o recogida de datos que, relacionados,
permiten llegar a una síntesis e interpretación.

El diagnóstico supone la síntesis, interpretación y evaluación profesional e


una situación en que se demanda la intervención del trabajador social.
Representa un punto en el proceso metodológico a partir del cual se establecen
objetivos, se toman decisiones y se planifica la actuación.

Hamilton expresa que “un diagnóstico se puede establecer después de la


segunda o tercera entrevista, a que a partir de la segunda entrevista se pueden
verificar hipótesis sobre comportamientos, actitudes y cualquier otra información
obtenida en la entrevista anterior.

Según Kisnerman, hay diferentes niveles de diagnóstico:

 Nivel descriptivo: corresponde al diagnóstico preliminar basado en los


primeros datos obtenidos.
 Nivel causal: establece la relación causa-efecto que incide en los
problemas, corresponde al diagnóstico operativo, emitiendo un juicio que
determina la planificación.
 Nivel de evaluación: se ponderan elementos personales y sociales que
puedan utilizarse para introducir mejoras.
En definitiva, el diagnóstico es un proceso de medición e interpretación
que ayuda a identificar las situaciones problema y sus factores causales y
consecuencias en individuos, grupos y comunidades.

Sus elementos básicos son:

a) Identificación y descripción de los problemas y sus relaciones.


b) Jerarquización de los problemas.
c) Clasificación según criterios.
d) Determinación de recursos disponibles.
e) El pronóstico.
En los resultados de diagnóstico se apoyan las tareas de la planificación y
programación

PLANIFICACIÓN

Planificar es la acción consistente en utilizar un conjunto de


procedimientos mediante los cuales se introduce una mayor racionalidad y
organización en un conjunto de acciones y actividades previstas de antemano,
con las que se pretende alcanzar determinadas metas y objetivos, por medio de
la utilización de técnicas e instrumentos determinados. Consiste en estructurar
racionalmente una acción, plasmándola en planes, programas y proyectos.

Esta es una etapa intermedia donde se recogen los datos de las etapas
precedentes y se proyectan a la acción preparando también, los elementos
evaluativos de la misma.

Existen dos niveles de planificación:

1.- Nivel operativo, cuando se concreta en planes, programas y proyectos.

Entendemos por plan el conjunto de medidas que se establecen para


prever, de forma global, la acción social. Entendemos por programa el conjunto
de proyectos coordinados y relacionados entre sí, orientados al logro de los
objetivos establecidos en el plan. EL proyecto es la unidad más pequeña y
elemental del plan. Hace referencia al conjunto de actividades que se han de
realizar para alcanzar uno o más objetivos.

2.- Nivel de planificación, atendiendo al nivel microsocial, cuando se


planifica para individuos, grupos y comunidades. Atendiendo al nivel macrosocial,
cuando se planifica desde el conjunto de medidas a nivel social en general
teniendo en cuanta aspectos estructurales.

Los elementos básicos del Plan de trabajo son:

a) definición de la naturaleza
b) Fundamentación
c) Objetivos
d) Núcleos de intervención
e) Niveles de actuación.
f) Actividades a realizar.
g) Técnicas
h) Recursos.
i) Calendario
EJECUCIÓN.

Supone el momento de actuación que sigue al estudio e interpretación,


tanto a nivel individual, como grupal y comunitario. Es la actuación profesional en
una situación problemática o conflictiva, para activar potencialidades humanas y
recursos sociales en aras de conseguir un cambio de acuerdo con los objetivos
propuestos en la planificación.

Los elementos básicos que ayudan a la capacidad ejecutiva son:

 Realismo: conocer los objetivos, medios y obstáculos a vencer.


Implica también que el trabajador social reconozca sus propias
capacidades.
 Flexibilidad: adaptar la actuación a al situación problema atendiendo
siempre a los objetivos.
 Operatividad: Actuar en el momento más oportuno para la
consecución de los objetivos.
 Creatividad: improvisación necesaria.
 Hacer participar y delegar: que los agentes implicados participen en
la resolución den problemas y se les delegue responsabilidades.

Las técnicas de ejecución son las que le trabajador social utiliza cuando
pone en marcha los proyectos de trabajo. Las actividades propias del quehacer
profesional se basan en la relación interpersonal. Las técnicas de esta fase sirven
para favorecer y desarrollar esta relación.

La entrevista

Es la técnica básica del trabajador social. La entrevista consiste en una


conversación entre dos personas por lo menos, en la cual uno es el entrevistador
y otro u otros son los entrevistados. Presupones, pues, la existencia de personas
y la posibilidad de interacción verbal dentro de un proceso de acción recíproca.
Como técnica fundamental en trabajo social es la utilización consciente e
intencionada de conocimientos, procedentes de la teoría, de la experiencia y de
otras fuentes de información, que el trabajador social transforma en conducta
mediante la relación que establece con el cliente. La técnica de la entrevista en
trabajo social posee unas características diferentes a su utilización en otras
disciplinas.

o Fases de la entrevista
Aunque existe infinidad de puntos de vista sobre estructuración de la
entrevista por fases, todas vienen a decir lo mismo, o sea, a plantear como
mínimo una fase de preparación, donde se conocerá al entrevistado y se
producirá un intercambio de impresiones, otra fase de desarrollo, donde el
entrevistador recabará información a partir de los datos ofrecidos por el
entrevistado, y una fase final, donde ambos se despiden después de haber
puntualizado informaciones que hubiesen quedado incompletas o confusas.

o funciones de la entrevista
La entrevista cumple varias funciones, según sea el propósito profesional:

-obtener información

-facilitar información

-influir sobre ciertos aspectos de la conducta (opiniones, sentimientos o


comportamiento) o ejercer un efecto terapéutico.

Técnicas grupales

El uso de técnicas grupales de trabajo social es una forma práctica para


solucionar problemas o realizar tareas. Podemos concebir la técnica grupal como
un sistema de influencia deliberadamente estructurado en el cual los cambios se
efectúan mediante la interrelación con los demás (Rubí, Carme).

La elección de una u otra técnica viene marcada por los siguientes


criterios: - Objetivos que se persiguen, Características del grupo, Características
del espacio físico, Experiencia del trabajador social.
Las técnicas grupales más utilizadas son:

- Técnicas de presentación (Cadena de nombres, La vida de uno…)

- Técnicas de fijación de objetivos (Phillips 66, torbellino de ideas…)

- Técnicas de fijación de tareas (Binas o parejas, el árbol…)

- Técnicas para abordar contenidos formales (Parlamento, mesa


redonda…)

- Técnicas para abordar sentimientos ( Role playing, Bazar mágico…)

- técnicas para trabajar habilidades grupales. (Venta de cosas absurdas,


perro-árbol-casa…

- Técnicas de despedida.

EVALUACIÓN

Es la fase en la que se miden los resultados obtenidos por efecto de la


actuación ejecutada y todo ello en la línea de los objetivos fijados previamente.
Según Mario Spinoza “evaluar es comparar, en un instante determinado, lo que
se ha alcanzado mediante una acción con lo que se debería haber alcanzado, de
acuerdo con una programación previa”.

Es un proceso crítico de las actuaciones profesionales que se han


realizado, para poder hacer un balance de los progresos y dificultades que se
han obtenido, en relación a los objetivos propuestos.

La evaluación debe realizarse desde el comienzo y a través de todo el


proceso de intervención, ya que, de esta manera se pueden clarificar objetivos,
indicar los progresos que se experimentan durante la ejecución o establecer la
necesidad de una reforma cuando se hayan provocado cambios en la situación.

Más que una fase o un momento final, la evaluación debe asumirse como
un proceso progresivo de revisión y análisis que permita identificar posibles
errores o limitaciones e introducir, oportunamente, las necesarias modificaciones,
asumiéndola como un proceso de retroalimentación permanente.

La evaluación, en tanto supone la revisión del trabajo realizado, está


vinculada a una técnica importante en el trabajo social: La supervisión

La supervisión

El supervisor puede asesorar, ayudar a modificar actitudes… dado que


está situado fuera de la intervención directa. La supervisión favorece la formación
permanente. Puede ser en grupo o individual, ambos tipos de supervisión son
necesarios. La supervisión supone una actividad abierta y receptiva. La técnica
se nutre de la práctica cotidiana del trabajador social y de las aportaciones del
supervisor. Cuando es la institución para la que se trabaja, la que propone la
supervisión ésta suele considerarse como un control.

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