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L
labor invisible. Y lo cuesti
es gracias a los tra- en qu
ductores y, paradóji- ment
camente, también a pagar
su pesar. Por el lado sos pa
positivo, una buena que e
traducción hace tan poco ruido como
un motor bien engrasado. Por el ne- Salv
gativo, muchos lectores consideran nes, e
que los libros ya vienen escritos direc- ducci
tamente en castellano. Toda una pa- ella so
radoja si se tiene en cuenta que las funcio
traducciones suponen el 40% de la cluso
producción editorial española. A esto Anne
cabría sumar la poca atención que chino
los críticos dedican a los traductores pesim
y lo mal que las editoriales pagan su sinoló
trabajo. Así resume las principales gua ch
quejas de su gremio Mario Merlino, ca gen
traductor de autores como Clarice litera
Lispector y António Lobo Antunes y estud
presidente de ACEtt, la sección autó- empr
noma de traductores de la Asocia- un bo
ción Colegial de Escritores (www. rario.
acett.org). Con todo, Merlino insiste ción n
en que, contra el tópico, traducir en pero a
España no es llorar. Ya no: “Pasaron no da
los tiempos en que una editorial com- le con
praba una traducción y disponía de labor
ella indefinidamente y a su antojo”. sigue
La Ley de Propiedad Intelectual de tales a
1987 reconoció por fin la autoría de que h
las traducciones, sometidas desde en- ro y m
tonces a los correspondientes dere- Xingj
chos. ACEtt se había fundado cuatro Günter Grass, el pasado año en Danzing en compañía, entre otros, de su traductor al español Miguel Sáenz (a su espalda, con barba y gafas). AGENCIA GAZETA que E
años antes y en su primera junta rec- ducir
tora participaron, entre otros, el esla- ¿Cuánto cobra un traductor? Aun- cho porcentaje va desde el 0,5% al El lector me- Fernando García Burillo, responsa- pidam
vista y narrador Juan Eduardo que cada uno negocia con el editor 1% en autores con derechos vigentes ble de Ediciones del Oriente y del Me- bién f
Zúñiga y Esther Benítez, la mítica tra- sus condiciones particulares, la pro- hasta el 4% en autores cuya obra es dio no con- diterráneo. Desde Estambul, en cuya de la
ductora de Italo Calvino, fallecida ya. pia ACEtt tiene estipuladas unas tari- de dominio público. Como explican sidera la universidad trabaja desde hace vein- una c
“Esther me hizo ver que traducir no fas mínimas por página que crecen Merlino y Gallego, los precios se orga- te años, Carpintero subraya que más yas h
es una afición para los ratos perdidos en función del idioma: inglés y len- nizan menos por grado de dificultad
traducción que el trato de las editoriales le duele año p
sino un trabajo. Y que había que lu- guas romances, 10,50 euros; alemán, que en virtud de la oferta y la deman- un factor el maltrato de la crítica literaria. Y neam
char por unas condiciones laborales rumano y griego moderno, 12; len- da. Poca gente traduce del chino o importante donde dice maltrato debe decir silen- ambo
dignas”, recuerda María Teresa Galle- guas clásicas, eslavas, semíticas y vas- del japonés y por eso se paga mejor. cio: “Nos ignoran. Si una traducción ron a
go, que ha vertido al español la obra cuence, 13,50; lenguas orientales, 18. “En España traducimos dos del tur- a la hora de es buena, los críticos no dicen nada. Co
de autores como Balzac, Camus o Las tarifas se aplican sobre un antici- co”, añade Rafael Carpintero, traduc- comprar un Si es mala, se despacha de cualquier much
Amin Maalouf y ejerce como vicepre- po a cuenta de un porcentaje de los tor del reciente premio Nobel de Li- manera sin entrar a mirar el original. libros
sidenta de ACEtt. derechos que produzca la obra. Di- teratura Ohran Pamuk. El otro es
libro En España no se hace crítica de la tra- se vue
Deseo de realidades
construyeron las paredes de mi aisla- miento de la realidad del autor que ha de dales y sus hábitos de pensamiento “con
Justo miento juvenil en Granada. He traduci- traducir: las palabras tienen historia y el máximo grado de verosimilitud”. Tra-
Navarro do porque quería leer. No me bastaban fondo, reciben vida de su época. Tienen ducir es hacerse pasar por otro. Escribir
los libros en mi lengua. No me bastaba sentido en su mundo. El traductor presta no es muy distinto: es descubrir que se
mi lengua, ni mi mundo. Un famoso ge- atención a ese mundo. Un escritor hace es otro distinto de quien uno creía ser.
YO TENÍA catorce años y las lenguas ex- nio alemán dijo que había dos mane- lo mismo: escribe porque presta aten- Un deseo de aventura, de fábula, de ex-
trañas eran puertas a mundos extraños, ras de traducir: acercar a nosotros el ción, o para prestar atención. En eso con- ploración de mundos extraños a mí, me
tan buenos y fabulosos como los discos mundo extraño del autor extranjero, o siste el enamoramiento: en prestar espe- ha llevado a traducir a autores tan diver-
que oíamos en la radio, la televisión o las acercarnos nosotros al mundo ajeno y cial atención a un ser. sos como Virginia Woolf, Paul Auster, Pe-
máquinas. No entendíamos casi nada. Al- extraño, con sus circunstancias inespe- Para mí escribir y traducir son esen- re Gimferrer, Scott Fitzgerald, Jorge Luis
guien dedicado a la neuropsiquiatría po- radas, sus seres desconocidos y sus mo- cialmente lo mismo. Escribir es un pres- Borges, Dashiell Hammett o Albert Cara-
dría estudiar el estado cerebral de una ge- dos de hablar, que, en principio, no se tar atención, un estado de enamora- co. Los viajes felices merecen ser conta-
neración crecida con canciones hechas de dirigen a nosotros. Yo prefiero esta se- miento ante la realidad. Consiste en dos, y por eso he intentado traducir con
palabras estrafalarias que no tenían co- gunda manera de traducir, propia del nombrar el mundo para entenderse con fidelidad: quería dar cuenta literalmente
rrespondencia en la realidad y ocupaban explorador o aventurero impertinente. él. El mundo ocasional del traductor es de lo que existe en los mundos visitados.
de modo obsesivo una extensión mental La dispersión babélica de las lenguas el libro que debe traducir. Yo he traduci- Quería dar cuenta de lo leído, palabra por
importante: una especie de lenguaje divi- significa fundamentalmente diferencia- do porque quería leer, meterme en reali- palabra, con fidelidad triple: fidelidad a
no, prácticamente impenetrable e indesci- ción de mundos, de formas de vida, y creo dades que para mí eran irrealidades. las obras que he traducido; fidelidad a
frable. Aquellas palabras eran el ensalmo que traducir palabras es menos difícil Empecé siendo un intruso, un invasor mí, como lector obligado a leer bien; fide-
para entrar en el mundo feliz. Pensando que traducir costumbres, esas peculiari- de mundos ajenos, y acabé invadido y es- lidad al futuro lector al que le entrego mi
en aquellas palabras, me hice traductor. dades que afectan a los vestidos, la flora, cribiendo con mis palabras las palabras lectura de la obra traducida. Esta última
He tenido más sentido de la irreali- la fauna, las relaciones personales o las ce- de otro. Nabokov también les pedía a los exigencia de fidelidad es equivalente al
dad que de la realidad. He deseado la lebraciones colectivas. Un mundo es más traductores poder de imitación: debían pacto de veracidad implícito entre dos
fabulación, las películas y las cancio- intraducible que una frase. Por eso Vladí- ser capaces de asumir el papel del autor conversadores.
nes y los libros, materias con que se mir Nabokov le exige al traductor conoci- traducido y duplicar su dicción, sus mo- Justo Navarro es novelista, poeta y traductor.
4 BABELIA EL PAÍS, SÁBADO 28 DE OCTUBRE DE 2006