Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
CONTENIDO
1. RESUMEN
JUSTICIA COMUNAL
CONSTITUCIÓN POLÍTICA
CONSTITUCIÓN?
9. NOTAS
1. Resumen
Uno de los problemas principales en la agenda del fortalecimiento de la justicia comunal y del
acceso a la justicia, fundamentalmente de la población rural, lo constituye la coordinación entre
la justicia comunal y la justicia ordinaria estatal. Ya nadie duda que las autoridades de las
comunidades campesinas y nativas tienen facultad de administración de justicia, de conformidad
con sus costumbres y en consonancia con el artículo 149 de la Constitución.2
Es en este contexto, y ante la falta y la desidia del Congreso por debatir y aprobar una ley de
coordinación entre la justicia comunal y la justicia ordinaria (tal como la Constitución lo exige),
que los jueces del Poder Judicial, es decir los jueces de la justicia ordinaria, vienen desarrollando
una interesante jurisprudencia. A través de ella, no solo están reconociendo la justicia comunal
en casos concretos, sino que desarrollan un conjunto de reglas jurídicas jurisprudenciales que
permiten en los hechos la coordinación entre ambas instancias de justicia.
Ciertamente, recién estamos ante las primeras sentencias, asimismo, ellas tienen serios
problemas de argumentación y de motivación. No obstante, estamos convencidos de que están
trazando un camino que puede permitir la coordinación entre la justicia ordinaria y la comunal,
en el marco de un diálogo intercultural.
Lo cierto es que, más allá del problema de la falta de información precisa y confiable y de
ausencia de diagnósticos confiables en estos temas, todo parece indicar que, efectivamente, un
considerable número de autoridades comunales y miembros de comunidades campesinas,
nativas y rondas campesinas, vienen siendo procesados ante la justicia, como consecuencia de
haber ejercido la facultad que la Constitución les reconoce en el artículo 149.
Suponemos que una cantidad considerable de estos casos están justificados por la comisión de
delitos, y de manera general por posibles excesos en el ejercicio de la función de administración
de justicia. Sin embargo, todo parece indicar que en muchos otros casos, están también
procesadas autoridades comunales de manera injusta, pues se trata de casos donde estas
autoridades han ejercido la justicia comunal con pleno respeto de los derechos fundamentales.
En relación con estos últimos casos, estimamos que los juzgamientos injustos de estas
autoridades comunales tienen su causa en una interpretación restrictiva del artículo 149 de la
Constitución Política. Aquí también podemos ubicar el caso del procesamiento de las autoridades
de las rondas campesinas autónomas,3 distintas a las comunidades campesinas y nativas,
cuando ejercen la justicia comunal, por el simple hecho que el artículo 149 de la Constitución, si
bien hace referencia a ellos, no termina de precisar con claridad cuál es su función.
La causa de los procesos contra autoridades comunales, en aquellos casos en que éstos se
encuentran injustificados, obedecería a una interpretación “literalista” y restrictiva del artículo
149 de la Constitución Política. Esta interpretación no solo es inconstitucional desde nuestro
punto de vista, sino que va contra lo establecido en forma reiterada por la Corte Suprema en
diferentes sentencias, que más adelante revisaremos.
Ante esta situación grave, consideramos que resulta oportuno y pertinente revisar las sentencias
expedidas por la Corte Suprema, la cual ya se ha pronunciado en diferentes casos donde ha
estado de por medio la interpretación del artículo 149 de la Constitución. Estimamos que su
revisión y análisis por los jueces y tribunales que actualmente vienen conociendo procesos
contra autoridades comunales, puede ayudar a arrojar mayor luz a la interpretación de la
referida disposición constitucional. Ello puede contribuir con un proceso más justo y
eventualmente con la liberación de estas autoridades comunales, hoy procesadas e incluso
encarceladas, en muchos casos injustamente.
De las 14 sentencias de la Corte Suprema, 4 vienen del distrito judicial de Cajamarca, 3 fallos
tienen su origen en el distrito judicial de Piura, 2 sentencias vienen de la Corte de Justicia de
Cusco, 2 sentencias de la Corte de Amazonas, 1 sentencia de la Corte de Huaraz, 1 sentencia de
la Corte de Puno y 1 sentencia de San Martín.
Todos esos procesos llegaron a la Corte Suprema a través del recurso de nulidad, a través del
cual se pide a este máximo tribunal que revise la legalidad de las decisiones adoptadas por las
salas de los diferentes distritos judiciales.6
Estos criterios no pueden ser ignorados por los jueces y por los tribunales de las diferentes
cortes de justicia en el país. Deben ser tenidos en cuenta al momento de interpretar el artículo
149, pues la Corte Suprema es el máximo órgano de control de la legalidad, es decir, es el
máximo órgano de control de una adecuada interpretación de la ley por parte de los jueces. Lo
que va a ocurrir es que la Corte Suprema tarde o temprano terminará confrontando el criterio de
estos tribunales con sus sentencias, y al final impondrá su propio criterio.
Por lo tanto, si queremos saber cómo acabarán los procesos judiciales que se inician en cortes
de justicia locales, basta con analizar las sentencias de la Corte Suprema en materia de
interpretación del artículo 149 de la Constitución Política.
No toda sentencia de la Corte Suprema es de obligatorio cumplimiento por los demás jueces.
Sólo serán de cumplimiento obligatorio (serán vinculantes) cuando la ley así lo establezca.7 Sin
embargo, cuando estemos ante una línea interpretativa reiterada y uniforme, dicha
interpretación deberá ser tomada en cuenta en virtud del principio de seguridad jurídica, del
principio de predictibilidad, y, especialmente, en consonancia con el derecho fundamental a la
igualdad en la aplicación de la ley. El fundamento es que no resulta razonable que dos tribunales
resuelvan un caso sustancialmente igual de forma distinta y hasta contradictoria.
Es decir, es incompatible con la Constitución, y más en concreto con estos principios, que dos
tribunales se pronuncien de manera distinta ante dos casos que en sustancia son materialmente
iguales. Y es que, de acuerdo con la Constitución, y más en concreto, con el derecho
fundamental a la igualdad en la aplicación de la ley, se deben tratar igual a los iguales, y
diferente a los desiguales. Tratar de diferente manera a dos personas sólo tendrá respaldo
constitucional cuando se trata de dos personas diferentes, en cuyo caso no estaremos ante una
discriminación sino ante un trato diferenciado.
Esto implicará que, si un tribunal o juzgado decide apartarse de la opinión de la Corte Suprema,
debe motivar las razones de dicha posición. De lo contrario, su motivación podría ser
cuestionada a través de un proceso constitucional de amparo por violación del derecho a la
igualdad en la aplicación de la ley. En tal sentido, la “fuerza normativa o persuasiva” estará en
relación con lo reiterado de una línea interpretativa y, por supuesto, con la consistencia y con la
calidad de la argumentación.
En esa misma línea, mientras mayor sea la reiteración de una interpretación, más sólida será la
misma, y más fuerza persuasiva tendrá ante los jueces y los tribunales. No bastará analizar
sentencias aisladas, pues puede ocurrir que la interpretación de la Corte Suprema haya
cambiado. Será necesario analizar toda una línea jurisprudencial, y analizar en conjunto los
criterios utilizados por la Corte Suprema.
Debemos comenzar cuestionando que, no obstante ser la Corte Suprema en sus diversas salas
un tribunal de cúpula y de cierre del sistema, se evidencia una débil consistencia argumentativa
de las sentencias de la Corte Suprema de Justicia. Una segunda crítica, tiene que ver con la
interpretación “literalista” del artículo 149 de la Constitución, la cual desconoce la doctrina
constitucional en materia de interpretación constitucional, adoptada por el propio Tribunal
Constitucional en su jurisprudencia. Muy ligado a este problema, también se advierte que la
interpretación que realiza la Corte Suprema se hace de espaldas a la Constitución, centrándose
exclusivamente en el análisis de la Ley 27908 (Ley de Rondas Campesinas), de enero del año
2003, norma que por primera vez desarrolla el artículo 149 de la Constitución.
En relación con las reglas jurídicas establecidas en estas sentencias, una mirada general nos
permite advertir que no se puede hablar de una sola línea consolidada sino de tendencias. No
obstante, sí puede detectarse la existencia de reglas más consolidadas que otras.
Si uno revisa en conjunto, podremos advertir que existen diferentes tipos de reglas, y no todas
han sido reiteradas de la misma manera. Unas líneas interpretativas están más consolidadas que
otras, y en consecuencia, tienen más fuerza persuasiva que otras. Dos son las reglas que se
hayan más consolidadas. Tenemos en primer lugar la que reconoce que las autoridades de las
comunidades campesinas, nativas y de las rondas campesinas en general, no cometen delito de
secuestro, coacción, extorsión ni usurpación de funciones. Tampoco violencia y resistencia ante
autoridad. Decimos consolidada, pues 9 de las 14 sentencias que hemos logrado reunir lo
señalan. No se trata que las otras 5 sentencias digan lo contrario. Simplemente guardan silencio
sobre este aspecto.
Una segunda regla es la que señala que las rondas campesinas, independientemente de que
sean parte o no de las comunidades campesinas, tienen funciones jurisdiccionales. Esta línea
jurisprudencial ha sido establecida en 7 de las 14 sentencias. Al igual que en el caso anterior, no
se trata que las otras 7 sentencias digan lo contrario. Simplemente no dicen nada.
Existen también reglas jurídicas medianamente consolidadas. Es el caso por ejemplo de la que
señala que las rondas campesinas tienen facultad de detener para realizar investigaciones y
averiguaciones. Esto ha sido establecido por la Corte Suprema en 3 de las 14 sentencias de la
Corte Suprema. De igual manera, en 3 de las 14 sentencias se reconoce que las rondas
campesinas pueden hacer averiguaciones e investigaciones.
Existen también otras reglas que están en proceso de consolidación. Se trata de interpretaciones
que recién se están formulando, que aún no han sido reiteradas y desarrolladas. Tenemos, por
ejemplo, la que señala que las rondas urbanas no tienen cobertura constitucional. Esta regla ha
sido enunciada una sola vez, y brota de una interpretación directa del artículo 149 de la
Constitución.
Otra regla es la que señala que las rondas campesinas no tienen un poder ilimitado sino que
tienen una competencia sujeta a condiciones. Esta regla ha sido enunciada en 2 de las 14
sentencias. Asimismo, el respeto de los derechos fundamentales ha sido señalado en 2 de las 14
sentencias. Finalmente, en 1 de las 14 sentencias, la Suprema ha dicho que las rondas
campesinas actúan según sus usos y costumbres. En estos casos, lo vinculante de estas reglas
viene de una interpretación directa del artículo 149 de la Constitución.
El artículo 149 de la Constitución en su segunda parte establece que “La ley establece las formas
de coordinación de dicha jurisdicción especial con los Juzgados de Paz y con las demás instancias
del Poder Judicial”. Por su parte, el artículo 18 del Nuevo Código Procesal Penal, que
actualmente se viene implementando en algunas cortes de justicia, establece los límites de la
jurisdicción penal ordinaria. Dicha norma tampoco ayuda mucho.9 Como bien sabemos, la
Constitución establece las reglas básicas. No es su naturaleza desarrollar y precisar en detalle,
ello le corresponde a la ley y luego a los reglamentos.
No obstante ello, bien sabemos que el legislador no ha expedido una ley que regula la
coordinación entre la justicia comunal y la justicia estatal. Lo que ha expedido es una ley de
Rondas Campesinas, que establece en términos generales las reglas básicas que deben regular
fundamentalmente las rondas campesinas autónomas. Nos referimos a la ya mencionada Ley Nº
27908 (Ley de Rondas Campesinas).
Pero además del ocio del legislador en no aprobar esta ley de coordinación que la Constitución
señala, es absolutamente imposible que el constituyente y el legislador se pongan en todos los
supuestos y en todas las hipótesis de la norma. Definitivamente, existen vacíos y lagunas que
dificultan o impiden el funcionamiento de la justicia comunal.
En ese marco, de ausencia de reglas claras que vayan concretando reglas para la aplicación del
artículo 149 de la Constitución, la jurisprudencia de la Corte Suprema cumple un papel
fundamental, que arroja luz, y un punto de referencia para la interpretación de la mencionada
disposición constitucional, incluso a pesar de su debilidad argumentativa.
9. notas
1
Abogado, miembro del Instituto de Defensa Legal.
2
Artículo 149°: “Las autoridades de las Comunidades Campesinas y Nativas, con
el apoyo de las Rondas Campesinas, pueden ejercer las funciones
jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial de conformidad con el derecho
consuetudinario, siempre que no violen los derechos fundamentales de la
persona. La ley establece las formas de coordinación de dicha jurisdicción
especial con los Juzgados de Paz y con las demás instancias del Poder Judicial”.
3
Nos referimos a las rondas campesinas que surgen por fuera de la estructura
de la comunidad campesina y nativa, y surgen principalmente, en el norte del
país donde no hay tradición de comunidad campesina y nativa.
4
Véase el sitio web de la organización: cunarc.org/
5
Nos referimos a la Sala Penal Permanente, a la Sala Penal Transitoria, y a la
Segunda Sala Penal Transitoria.
6
Las sentencias son: Piura, Sala Penal Permanente, Recurso de Nulidad Nº
4382-97, 09/03/97; Huaraz, Sala Penal Permanente, Nº 4160-96, 07/11/97;
Piura, Sala Penal Permanente, exp. Nº 5622-97, 11/05/98; Cajamarca, Sala
Penal Transitoria Nº 4086-2001, 03/09/02); San Martín, Sala Penal Transitoria,
Exp. Nº 975-04, 09/06/04; Cusco, Segunda Sala Penal Transitoria, Exp. Nº 764-
2004, 16/02/05; Cusco, Segunda Sala Penal Transitoria, Exp. Nº 1523-2004,
01/03/05; Cajamarca, Sala Penal Transitoria Nº 3473-04, 04/05/05; Cajamarca,
Sala Penal Transitoria, Exp. Nº 3285-2005, 16/11/05; Piura, Sala Penal
Permanente, Exp. Nº 3746-2005, 07/12/05; Cajamarca, Sala Penal Permanente,
Exp. Nº 2174-2005, 26/04/06; Puno, Sala Penal Transitoria, Exp. Nº 752-2006,
17/05/06; Amazonas, Sala Penal Permanente, Exp. Nº 1836-2006, 04/07/06;
Amazonas Sala Penal Permanente, Exp. Nº 625-2008, 21/04/08.
7
Carácter vinculante de la doctrina jurisprudencial de las salas de la Corte
Suprema (Art. 22, LOPJ); Plenos jurisdiccionales nacionales, regionales y
distritales (Art. 116, LOPJ); Doctrina jurisprudencial (Art. 400, Código Procesal
Civil); Precedente obligatorio (Art. 301-A, Código de Procedimientos Penales); y
Doctrina jurisprudencial (Art. 34, Ley del Proceso Contencioso Administrativo).
8
La jurisprudencia de la Corte Suprema que tiene naturaleza vinculante debe
seguir ciertas formalidades, debiendo explícitamente señalarse que se está
estableciendo una doctrina jurisprudencial de acuerdo con el artículo 22 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial.
9
ARTÍCULO 18°: “Límites de la jurisdicción penal ordinaria.- La jurisdicción
penal ordinaria no es competente para conocer: 1. De los delitos previstos en el
artículo 173° de la Constitución. 2. De los hechos punibles cometidos por
adolescentes. 3. De los hechos punibles en los casos previstos en el artículo 149°
de la Constitución.”