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Mussa Nadia Yamila c/ Ideas del Sur S.A.

s/ Daños y Perjuicios
Hechos: En el programa Showmatch, tras efectuar el concurso del chiste, el conductor
manifiesta que el ganador se llevaría un Citroën y participaría en el programa el año
próximo. Esta última se repitió en 2 ocasiones.

1era Instancia: Hace lugar parcialmente a la demanda (Reconoce lucro cesante y daño
moral, rechaza perdida de chance y gastos). Condena a Ideas del Sur y al conductor a
abonarle $47.500 más intereses y costas.

Agravios: Se agravian ambas partes.


La actora considera insuficientes las sumas fijadas por lucro cesante y daño moral, y
reclama el rechazo en concepto de perdida de chance y gastos.
Los demandados lo hacen por la responsabilidad que se les atribuyó, y por la admisión de
lucro cesante y daño moral.
Cámara:

 Responsabilidad: Los demandados se quejan de la interpretación sobre las


manifestaciones del conductor. El juez de grado entendió que las expresiones llevan
a la existencia de un premio adicional, que consiste en la participación del programa,
pero sostienen que en realidad se decidió otorgarle una posibilidad de presentarse
eventualmente, beneficio que consideran discrecional. Pero, interpretando las
expresiones del conductor, la cámara entiende que no fue una mera posibilidad de
presentarse en el programa (No se utiliza el modo de verbo potencial, se lo expresó
como promesa concreta).
El modo de expresión del conductor indicaba el compromiso de realizar tratativas
para concretar su participación, aunque no se indicó si fuese de manera aislada o
frecuente.
Existió, entonces, una oferta o promesa de trabajo que, si bien era incompleta por
no tener las prestaciones esenciales de ese contrato, no dejo de ser un ofrecimiento
para trabajar, lo que generó una expectativa razonable, y cuyo incumplimiento
puede enmarcarse en el ámbito de la responsabilidad por ruptura de negociaciones
precontractuales.
La responsabilidad precontractual, es de naturaleza aquilina, pues se configura
cuando se vulnera el deber general de obrar con prudencia y diligencia a fin de evitar
el mal ajeno en el periodo de formación del contrato.
La promesa de recompensa no cumplida constituye una declaración de voluntad
unilateral que es fuente de obligaciones. En el caso los demandados no invocaron
circunstancias justificativas de incumplimiento, sino que negaron la promesa que
resulta de la videocinta agregada como prueba. La promesa fue reiterada y causó
la esperable emoción de la ganadora.
 Lucro cesante: Objetan los demandados que el reclamo no es procedente por
considerar que no ha existido prueba que le de sustento. Le da sustento la razón,
en cuanto no existe pauta para determinar cual hubiese sido la ganancia que habría
obtenido la accionante por su participación, y eso se debe a que hay una
responsabilidad precontractual.
 Perdida de chance: La accionante se queja del rechazo porque considera que su
participación la habría llevado a adquirir notoriedad, implicando una alta probabilidad
de beneficio económico. Para la cámara, las mismas razones que llevan a
desestimar el lucro cesante (carecer de bases ciertas y fundarse en hipótesis al no
estar cerradas las tratativas contractuales) conducen a que no sea resarcible la
chance de ganancias futuras reclamada.
 Daño moral: La parte demandada cuestiona su procedencia argumentando que la
admisión del daño moral en materia contractual es restrictiva y que, en todo caso,
debe ser acreditada concretamente su existencia. La cámara entiende que “la sola
ruptura de las negociaciones precontractuales no implica la existencia de daño
moral si aquella provoca solo molestias e inconvenientes menores. Pero el caso de
autos no es tal.” “El demandado parece no comprender el valor de su palabra en
ciertos sectores de la sociedad (…), no percibe que, por el lugar que ocupa en un
medio de comunicación masivo, sus palabras tienen una difusión y acogida que no
puede desconocer ni desvalorizar. Ello conlleva una responsabilidad acorde con su
posición y con las expectativas que crea.
Para valorar la existencia del daño moral es preciso que el juzgador se coloque en
lugar de la víctima. No puede negarse la existencia de un daño moral, ya que lo
ocurrido no ha generado solo molestias sino dolor, frustración y una afección a las
legítimas esperanzas de una joven artista.
 Gastos: La actora se agravia por la desestimación de gastos en la sentencia de
primera instancia, fundada en la falta de prueba de los mismos y pide su
reconocimiento argumentando que ha probado el perjuicio con las constancias
documentales. Para la cámara, no se acreditó la autenticidad de los boletos de avión
(Con fecha posterior a la entrega del 0Km), y entiende que los viajes fueron
efectuados para concretar los tramites de entrega del vehículo, asumidos por la
actora. Se propone confirmar lo decidido en primera instancia. (Desestima)
 Intereses: La actora se queja porque los intereses se computan desde la fecha de
formalización del reclamo por carta documento. Afirma que deben calcularse desde
la fecha del primer programa emitido en 2001. Para la cámara, no asiste la razón a
la apelante. La culpa de los accionados se da ante la falta de correspondencia de la
conducta ulterior con la promesa del contrato. Pero dicha promesa carecía de plazo
y no existen razones para supones que la actora debía intervenir desde el primer
programa. Se confirma lo resuelto por primera instancia.
Resuelve: Modificar parcialmente la sentencia recurrida, dejando sin efecto la
indemnización por lucro cesante y reduciendo la partida por daño moral a $30.000,
imponiendo las costas a la parte demandada. (Sin disidencias)

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