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TEXTO ARGUMENTATIVO

¿Evolución en el lenguaje o moda pasajera?


Por Karen Diaz

Las expresiones del lenguaje llamado no sexista o lenguaje inclusivo se


emplean en diversas disciplinas que investigan los efectos del sexismo y la
práctica del lenguaje e intentan evitar el sesgo hacia un sexo o género social
en particular. Esto se refiere a hablar tanto en masculino como femenino y
también en género neutro, tomando en consideración a las personas trans.
Pero el debate que surge sobre el uso de este lenguaje sería ¿a dónde se
originan los cambios en el lenguaje?: la lengua cambia en una relación
dinámica con la realidad. Es decir, se trata de una influencia recíproca, de un
cambio en la organización social. Para algunas organizaciones feministas lo
que más cuesta dicen de procesar el uso de este lenguaje es la diversidad
sexual. Al existir personas trans no binarias, se debería también hablar
dirigiéndose a éstas terminando las palabras con una e y cuando se
escribe, con una x. Por ejemplo, todos se pronuncia todes y se escribe
todxs ¿cuál sería el objetivo? nombrar y reconocer a todos los seres
humanos y no generalizar sólo en hombres, pues el lenguaje crea y
representa realidades. Aún así la Real Academia Española reafirma su
postura en contra del lenguaje inclusivo: “el problema es confundir el lenguaje
con el machismo”. De esta manera, quienes integran la institución consideran
innecesaria la inclusión del doble género, es decir, “todos y todas”, así como el
uso de “x”, “@” o “e” en lugar del masculino, para escribir “todxs”, “tod@s” o
“todes”.

A su vez, la opinión de algunos lingüistas y docentes es plantear que si el


sexismo está en la lengua y por eso habría que modificarla, entonces qué
sucede en el caso de lenguas como el inglés, en las que no hay diferencia
entre el artículo femenino y masculino, ni flexión de géneros en los adjetivos
“¿deberíamos suponer entonces que en los países de habla inglesa no hay
discriminación o machismo? De ninguna manera. ¿Esto implicaría que
modificar la lengua implica modificar la sociedad?
El español es machista pero no por sí mismo, sino porque es un producto
cultural, así que si queremos que en el discurso haya equidad de género
debemos empezar por transformar nuestra cultura machista. La forma en que
usamos nuestra lengua pone en evidencia lo que somos y en lo que creemos,
por lo tanto, la discriminación a la mujer no cesará y no servirá de nada usar el
horroroso lenguaje incluyente, sino hay que cambiar la mentalidad de la gente,
con educación, con empoderamiento y sobre todo, con paciencia. Sin dudas,
este lenguaje no es más que una moda pasajera del colectivo de mujeres
feministas que quedará en el olvido con el correr del tiempo.

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