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LOS VALORES Y LA ORGANIZACIÓN

Generalmente, las empresas cuentan con un plan


estratégico en el cual se pueden encontrar bonitas
y elegantes frases que «retratan» sus propósitos y
valores fundamentales, entre ellas: la misión, la
visión, la filosofía de la empresa y lógicamente los
valores.

En estos planes estratégicos se encuentran frases como: «Uno de nuestros


valores fundamentales es el compromiso, que significa para nosotros ética y
profesionalismo, interés por la problemática social de nuestro entorno, disposición
de servicio…» pero ¿qué pasa en realidad al interior de la empresa? Lo más
común es que estas frases se queden en el papel como letra muerta que no se
aplica, el servicio es pésimo, las entregas no se cumplen en los períodos
establecidos, la fábrica está contaminando el arroyo vecino, etc.

Esta realidad permite apreciar que dentro de las empresas y muy especialmente
los directivos, no tienen claro que los valores compartidos realmente son un arma
competitiva y que más bien los menosprecian hasta el grado de considerarlos
frases inútiles para el desempeño corporativo que solo sirven para mostrar de vez
en cuando a los empleados para hacerlos sentir un poquito mejor.

Valores Organizacionales. Los valores organizacionales son la convicción que los


miembros de una organización tienen en cuanto a preferir cierto estado de cosas
por encima de otros (la honestidad, la eficiencia, la calidad, la confianza, etc.) [1]

Los valores organizacionales compartidos afectan el desempeño en tres aspectos


claves, proveen una base estable (guía) sobre la cual se toman las decisiones y se
ejecutan las acciones; forman parte integral de la proposición de valor de una
organización a clientes y personal y; motivan y energizan al personal para dar su
máximo esfuerzo por el bienestar de su compañía. Así se crea una fuente de
ventaja competitiva que es difícil de replicar ya que se fundamenta en valores
propios y únicos de la organización.

Cuando los valores están alineados con el desempeño, las personas que laboran
en una compañía presentan actitudes como:

Compromiso con el logro de la calidad y satisfacción del cliente

Sentido de pertenencia y responsabilidad en sus acciones

Saben que su opinión es escuchada


QUE ES UN VALOR

El valor es la importancia que se le concede a una


cosa o acción determinada. El término puede
utilizarse en muchos contextos, siempre dando
cuenta de un determinado grado de importancia
que se hace de algo. Así, es posible hablar de
valores desde el punto de vista moral, desde el
punto de vista financiero, desde el punto de vista
lingüístico, etc. En general el término refiere a consensos sociales, a la
importancia que socialmente se le concede a distintos elementos; no obstante, es
posible hacer alusión también a valores personales, cuando se considera la
importancia que un individuo específico le concede a un acto o cosa.

Desde el punto de vista moral, el valor es la relevancia con la que se consideran


determinados actos, actitudes y principios. Así, puede hacerse referencia a la
“palabra” como valor, la “coherencia”, etc. En el caso de que se haga alusión al
“valor” a secas, se hará referencia al coraje que una persona tenga. Desde este
punto de vista, los valores son concebidos como circunstancias de importancia a
la hora de relacionarnos con nuestros congéneres.

Desde el punto de vista financiero, un valor es un determinado documento que


garantiza derechos económicos a aquel que lo posee. Así, es posible hacer
referencia a valores como las acciones de una empresa, bonos emitidos por un
país, cheques, letras, etc. Todos estos elementos tienen un precio específico, es
decir, pueden comercializarse libremente en el mercado.

En lingüística, por otra parte, el término valor remite al consenso establecido en


cada signo lingüístico que se mantiene socialmente. Esta perspectiva se
emparenta con los postulados de Ferdinand de Saussure, quien hizo notables
aportes en este campo. El valor referiría en este contexto a cada una de las
convenciones sociales que hacen que un determinado significado se asocie a un
significante en cada idioma, convenciones que tienen su importancia en relación al
resto de los signos. Así, por ejemplo, el término “casa” remite al concepto de
“vivienda” de modo arbitrario, es una mera convención que una comunidad
lingüística establece.

Finalmente, en economía, existe el concepto de valor como el de la ponderación


que la gente hace de un determinado bien o servicio; en este caso, el valor estaría
dado en buena medida por el beneficio que la gente considera que dicho bien o
servicio le otorga.
HONESTIDAD

Es la conducta recta, honrada que lleva a observar


normas y compromisos así como actuar con la
verdad, lo que denota sinceridad y
correspondencia entre lo que hace, lo que piensa,
lo que dice o que ha dicho.

Esta cualidad se observa en las personas que


actúa con justicia, con apego a la moral y según la ley; se comporta rectamente y
de acuerdo con la verdad, distinguida porque muestra el recto proceder.

Exige actuar teniendo en cuenta siempre que los fines públicos excluyen cualquier
comportamiento que atente directamente contra el interés colectivo.

Honestidad: Conductas que lo demuestran en el desempeño laboral

- Al actuar siempre con rectitud y veracidad; cumplir con el correcto proceder en el


desempeño de su cargo y en todos sus actos: servicial, oportuno, amable, culto,
esmerado, escrupuloso, disciplinado, intachable, pertinente y considerado, cabal,
justo, moral y no generando dudas respecto a lo que se espera de este (a).

- Al cumplir siempre con el trabajo, utilizar el tiempo laboral para realizar las tareas
propias del cargo con el mejor esfuerzo y esmero, haciendo buen uso de los
recursos y evitando el desperdicio y con el cuidado debido.

- Al actuar con rectitud y en el uso, manejo, y protección de los bienes de la


institución contra cualquier pérdida, despilfarro, uso indebido, irregularidad o acto
ilegal.

- Al hacer un escrupuloso en el manejo de los recursos económicos, entregando


siempre cuentas claras y sin dar lugar a malos entendidos.

- Al emitir criterios, apreciaciones u opiniones siempre veraces y objetivos sobre


asuntos inherentes a sus funciones, evitando la influencia de criterios subjetivos o
de terceros no autorizados que pueda afectar su deber de objetividad.

- Al comenzar a trabajo inmediatamente que inicia cada día la jornada laboral, sin
perder el tiempo, procurando tener al alcance todo lo necesario para empezar el
trabajo y para evitar interrupciones.
RESPONSABILIDAD

Cumplir con los compromisos y obligaciones


adquiridas con una persona, empresa o
institución, grupo o sociedad, dando respuestas
adecuadas a lo que se espera , yendo más allá
de la obligación estricta y asumiendo las
consecuencias de los actos, resultado de las
decisiones que toma o acepta y estar dispuesto
a rendir cuenta de estos.

La responsabilidad no implica sentirse coaccionado o motivado solo por la


obediencia a una norma, hay que asumirla con gran sentido de libertad interior,
aceptar por cuenta propia el valor que entraña el desempeñar la función de
manera adecuada. Tomarse en serio lo que hace, pensar muy bien todas las
acciones que va a ejecutar antes de iniciarlas, es decir, apoyarse en la reflexión
seria de los hechos y hacer todo lo posible desde el principio para que al hacer la
tarea esta salga bien. Por eso aprende a asumir las consecuencias de sus
acciones, incluso cuando son negativas.

Deber de responsabilidad

El servidor público es responsable de las acciones u omisiones relativas al


ejercicio de su unción; ha de actuar con un claro concepto del deber para el
cumplimiento del fin público encomendado a la institución a la que sirve.

Conductas que la demuestran responsabilidad en el desempeño laboral

- Al conocer y cumplir los deberes y obligaciones de puesto que desempeña, con


la normativa interna, procedimientos, plazos etc.; conocer los parámetros con base
en los cuales se evaluará su desempeño y al asumir las consecuencias de las
acciones y decisiones

- Al cumplir habitualmente, de manera cabal y confiable los compromisos


adquiridos con la institución , sin que medien excusas para justificar su
incumplimiento realizando un correcto desempeño y rindiendo cuentas de este.

- Al llevar a cabo las tareas asignadas con disposición, dedicación, empeño y


determinación y cumplir el deber en todos los sentidos yendo más allá de la
obligación, apoyando y cooperando con los demás, incluso ante situaciones
adversas, poniendo lo mejor de si mismo, con sentido de propósito en favor del
éxito de la empresa y en interés propio.
SOLIDARIDAD

La responsabilidad solidaria de las


empresas se enmarca dentro de un
concepto más amplio, el de la
Responsabilidad Social Corporativa.

Al hablar de solidaridad empresarial, nos


referimos a la contribución que las
compañías hacen de alguna u otra forma
al entorno en el que operan. Dicha
contribución no tiene que ser necesariamente derivada del servicio o producto
comercializado. Puede ser un acto filantrópico o vinculado a alguna iniciativa de
carácter social.

Si quieres empezar a aplicar el liderazgo transformacional, te enseñamos cómo en


nuestra guía: ¿Qué es el liderazgo transformacional y cómo desarrollarlo dentro de
tu empresa?

Por ejemplo, algunas entidades crediticias desarrollan o financian programas


dirigidos a estudiantes, niños o personas en riesgo de exclusión. Aunque no es su
especialidad, lo hacen como parte de su política social.

Otras empresas, como las ONG o algunos organismos del tercer sector,
intervienen de forma directa en sus campos de acción. Los ejemplos más
cercanos los encontramos en Médicos sin Fronteras, Cáritas o Acnur, entre otras.

Lo anterior corrobora un nuevo enfoque empresarial según el cual la solidaridad y


el desarrollo económico no son polos opuestos, tal como se creyó hasta hace
unos años. Por el contrario, son dos conceptos que van unidos.

De hecho, las acciones de solidaridad empresarial son una forma a través de la


cual las empresas devuelven a la sociedad parte del beneficio que han obtenido.
Es decir, no sólo están allí para vender y obtener beneficios; su papel, ante todo,
es contribuir a la sociedad y promover un comercio justo sostenible.

La solidaridad debe ser un elemento que forme parte de la estrategia competitiva


de las organizaciones. Cuando es así, las empresas no sólo le dan la importancia
que merece, sino que además planifican mejor las acciones y destinan los
recursos necesarios para su desarrollo. Muchas la incluyen en su plan de negocio.

Aunque es difícil medir acciones de este tipo, pues en principio escapan a los
baremos tradicionales, el grado de solidaridad de una compañía puede calcularse
en función de algunos aspectos que mencionamos a continuación
RESPETO

El respeto, es uno de los valores morales


más relevantes para el ser humano y su
entorno. Así, este valor es de vital
importancia dentro del desarrollo
organizacional considerando su naturaleza
taxativa y generadora de valor en la
empresa. El presente ensayo discute el
respeto como valor fundamental en el
desarrollo organizacional. En primer lugar, explica cómo el respeto procura una
convivencia armónica en el trabajo. En segundo lugar, expone el valor del respeto
en el mejoramiento de la comunicación laboral y el trabajo en equipo. Y en tercer
lugar, habla de este valor como generador de confianza y compromiso en los
trabajadores.

Ciertamente, el respeto procura una convivencia armónica en el trabajo. El gerente


como principal gestor de las relaciones humanas en la organización, debe ofrecer
a sus colaboradores un ambiente laboral enmarcado en el respeto y la
consideración que conlleve al cuidado de su integridad. El ser humano valora la
importancia de sentirse aceptado en la organización para la cual trabaja. De esta
manera, los colaboradores tendrán la comodidad para desarrollarse y crecer en un
ambiente armónico de trabajo y mantener un equilibrio emocional que traiga como
consecuencia el incremento en su productividad.

Además, el respeto mejora la comunicación laboral y el trabajo en equipo. Sin


duda, la comunicación efectiva conlleva a un diálogo productivo y esto solo se
logra cuando en la empresa se tiene un diálogo respetuoso que considere siempre
el “ganar /ganar” de las partes. Por otro lado, el trabajo en equipo en la empresa
se da únicamente cuando valoramos y respetamos las diferencias de los demás
entendiendo el valor de lo que realiza la otra persona, compensando debilidades y
construyendo sobre las fuerzas. Aquí el rol gerencial debe ser capaz de instaurar
en la organización canales de comunicación efectiva y construcción de consensos.

Así mismo, el respeto genera confianza y compromiso en los trabajadores. La


confianza basada en el respeto y la comprensión genera mejores relaciones
laborales. Así, la organización que genera confianza entre sus colaboradores
también tiene mayor compromiso laboral. Por lo tanto, el administrador debe
construir un clima de confianza en la organización, fomentando siempre el
desarrollo de sus colaboradores en un ambiente de respeto. La confianza y el
compromiso de los trabajadores deben construirse en el día a día para así cumplir
con los objetivos empresariales.
LEALTAD

La lealtad es una actitud de profundo


compromiso de los empleados con la empresa
y se manifiesta en las cosas a las que
nuestros subordinados están dispuestos a
renunciar o a hacer con sacrificio por el bien
de la organización.

En los comités de dirección de las empresas


es frecuente dedicar tiempo a debatir cómo aumentar la lealtad de los empleados
hacia la empresa. A menudo algunos índices como rotación del personal, clima
organizacional y satisfacción de los empleados son considerados como factores
clave para aumentar la lealtad. Si bien es cierto que mejorar estos indicadores es
conveniente, no necesariamente su impacto es directo sobre lo que llamaríamos la
genuina lealtad.

Situaciones como competencia desleal, fugas de información, malos comentarios


sobre el jefe o la empresa son ciertamente muestra de deslealtad por parte de los
empleados. Pero, ¿es lo mismo la franca deslealtad o traición a la genuina o
autentica lealtad? Para resolver esta inquietud, es indispensable aclarar a qué nos
referimos cuando hablamos de lealtad organizacional.

La lealtad no es el mero cumplimiento de los requerimientos mínimos de la ley


laboral o de los códigos de conducta de nuestras organizaciones. Sería extraño
pensar que un empleado que no nos roba y que llega a tiempo todos los días a su
trabajo es automáticamente catalogado como leal. Los mínimos legales, si bien
son exigibles, no son propiamente a lo que nos referimos cuando hablamos de
lealtad.

Cuando hablamos de genuina lealtad organizacional, nos referimos a


comportamientos que van más allá de lo legal, mas allá de lo exigible por las
normas o los códigos. Un comportamiento leal es aquel que desearíamos que
nuestros empleados manifiesten, pero que muy seguramente si no existiese, no
podríamos reprocharlo. Estamos hablando, por ejemplo, que ante un revés
financiero, o una calamidad como un incendio o una inundación, desearíamos ser
apoyados por nuestros empleados de manera decidida y voluntaria.

La lealtad genuina solo se demuestra en las adversidades. Es cuando las cosas


están mal, cuando aquellos empleados genuinamente leales nos manifiestan su
aprecio mediante acciones que, en estricto sentido, no están obligados a
emprender.

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