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EL LENGUAJE
TEORÍA CONDUCTISTA
Sostiene que todas las conductas del ser humano se rigen por el esquema general de
Estímulo-Respuesta. Esto quiere decir que lo que hacemos tiene consecuencias que
pueden ser buenas o malas, siendo capaces de anticiparlas para comportarnos de una
forma u otra.
En lo referente al lenguaje, la Teoría Conductista afirma que es una conducta más que
funciona de forma similar a otros comportamientos del ser humano, como el caminar o la
capacidad cognitiva, y que existe gracias a una serie de estímulos que contribuyen a la
aparición, mantenimiento y desarrollo de la conducta verbal.
Defiende que la imitación es la capacidad infantil que sirve de motor o permite acceder al
lenguaje, junto a la necesidad de satisfacción de determinadas necesidades.
En función del refuerzo que obtengan del entorno, los niños cambiarán o ampliarán
progresivamente sus emisiones verbales, haciendo que cada vez se parezcan más al
lenguaje de los adultos según vayan creciendo.
Ecoica: tiene correspondencia punto por punto con el estímulo verbal antecedente,
hablamos de una imitación de conducta verbal vocal. Por ejemplo, cuando un
padre dice a su bebe “ajo” y él bebe repite “ajo”.
Mando: en este caso el antecedente es un estado de privación, saciación, o
condiciones motivacionales de la persona. Requiere de la presencia de un escucha
para que se proporcione el estímulo que actúa como reforzador. Por ejemplo, un
niño tiene sed y dice “agua”.
Tacto: el antecedente es un estímulo físico no verbal que Está controlado por un
refuerzo social generalizado. Un ejemplo es un niño que ve un coche y dice
“coche”, su madre le dice “Si cariño, es un coche, muy bien”.
Autoclíticos: modifican los efectos de las operantes verbales elementales (mandos,
tactos, ecoicas) sobre el escucha. Por ejemplo, al decir “Quiero el coche rojo”,
quiero y rojo son los autoclíticos con los que se está especificando el mando.