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En 1788 sube al trono Carlos IV: nada más estallar la Revolución Francesa decidió
paralizar todas las reformas ya iniciadas por su padre por temor a una posible
expansión del movimiento revolucionario; en 1799 nombra ministro a Godoy, lo que
suscitó muy pronto el recelo no solo del estamento privilegiado sino de su propio hijo
Fernando. Este una vez en el poder inició una serie de reformas, pero sobre todo
debemos destacar su política con respecto a Francia, que le había llevado a la firma
del Tratado de Fontainebleau, por el que se le permitía la entrada en la península
para invadir Portugal. Pero lo cierto es que las tropas francesas comenzaron a
ocupar el país, y Godoy, ante el avance francés, alerta a los monarcas para que se
dirijan a Sevilla y de ahí si fuera necesario, a América. La noticia de la huida de los
monarcas provocó el motín de Aranjuez, en marzo de 1808, donde nobleza y clero
pedían la destitución de Godoy y la abdicación del monarca en su hijo Fernando; el
motín triunfó pero quedaba más que patente la crisis de la monarquía española,
producida por las diferencias entre Carlos IV y su hijo. Esta crisis será aprovechada
por Napoleón, al que acude Carlos IV pidiendo ayuda; padre e hijo serán citados en
Bayona donde tienen lugar las Abdicaciones de Bayona por las que Fernando VII
renuncia al trono y Carlos IV abdicará en Napoleón y este en su hermano José
Aunque este intentó llevar a cabo un proceso reformista en el país mediante la
promulgación de un estatuto, la población no dejaba de verlo como un intruso y, ante
las noticias de que Fernando VII había sido secuestrado por Napoleón, el pueblo de
Madrid se alza contra la invasión francesa el 2 de mayo de 1808 dando comienzo la
Guerra de Independencia, caracterizada por el protagonismo del movimiento popular
que será el que tome las riendas de la situación.
La apatía de las clases privilegiadas para dirigir tanto la política como la guerra
llevaron a que pronto se formaran Juntas de Defensa, locales y más tarde
provinciales, donde quedaba claro el protagonismo de las clases populares. El
desarrollo de la guerra puede dividirse en las siguientes fases:
- Fracaso de la ocupación francesa, gracias a la respuesta popular en acciones
como la Batalla de Bailén
- Ante e inesperado fracaso de la ocupación, Napoleón decide personarse en
España para ocuparse personalmente del conflicto; esto le conduciría al
dominio teorico del país, ya que venció al ejército pero la guerrilla continuó
atacando.
- La supuesta victoria napoleónica y el hecho de tener abierto el frente ruso
condujo a que se retiraran la mayor parte de las tropas francesas. Esto fue
aprovechado por las guerrillas populares y por Inglaterra, que atravesando
Portugal, acude en ayuda de España. Napoleón, con dos frentes abiertos
simultáneamente, decide decantarse por el frente ruso y en 1813 firma el
tratado de Valençay por el que reconoce a Fernando VII como rey.
Desde el inicio de la guerra las juntas decidieron enviar representantes para formar
una Junta Central Suprema que se encargara de la dirección bélica y política del
país. Esta Junta Central se reunió en Aranjuez y allí se reconoció a Fernando VII
como rey, asumiendo su autoridad hasta su vuelta. Conforme se producía el avance
francés, se trasladó a Sevilla y Cádiz, pero pronto se mostró incapaz para hacer
frente a la dirección del país, decidiendo la convocatoria de Cortes en las que los
representantes de la nación decidieran el futuro de la esta. Una vez que se produjo
la convocatoria a Cortes, la Junta se disolvió y fue sustituida por una Regencia de
cinco miembros.
El proceso de elección de diputados a Cortes fue algo complicado: la inmensa
mayoría del país se hallaba ocupado por las tropas francesas y se debió recurrir a
sustitutos que se encontraban en Cádiz, siendo en su mayoría eclesiásticos pero
también abogados, funcionarios… lo que determinará el carácter de la Constitución
de 1812.
Lo más relevante es que las Cortes van a estar polarizadas en torno a dos grupos
mayoritarios: un bloque formado por eclesiásticos, militares y nobles que, grosso
modo, pueden considerarse pertenecientes a los estamentos privilegiados del
Antiguo Régimen; y un segundo bloque, compuesto por personas ligadas a la
Administración , la Universidad y el comercio, que se pueden clasificar, también con
carácter general, como clases medias, es decir, sectores sociales pertenecientes a
la burguesía.
Como hemos mencionado, las Cortes van a estar polarizadas en torno a estas dos
grandes fuerzas antagónicas, pero no serán las únicas; los sectores ideológicos de
las Cortes pueden clasificarse en: