JUAN MARTINEZ QUESADA

AUXILIAR DEL A R C H IV O HISTORICO DE CACERES

E X T R E M A D U R A EN E L
SIGLO XVIII
(según las Visitas giradas por la Real Audiencia en1790)

I
Partido de Cáceres

Com entarios Preliminares, por el Conde de Canillero s

 Comentarios Preliminares

Al correr del siglo xvm se fue dejando sentir intensamente la

necesidad de crear en Extremadura un organismo superior que
ventilara dentro de la región los numerosos asuntos judiciales. De
una parte las molestias originadas por los desplazamientos a las
lejanas Chancillerías y de la otra el auge de malhechores y con­
trabandistas, hicieron acuciante tal necesidad, siendo ello causa
de que las ciudades con voto en Cortes acudieran al Consejo,
en 1775, para pedir la creación de una Real Audiencia. A la de­
manda se sumaron las más destacadas autoridades de la entonces
provincia de Extremadura, consiguiendo que el Consejo Real ele­
vara consulta al monarca y que éste ordenase en el siguiente año
que se estudiara todo lo relativo a la creación.
El Consejo,'cum pliendo tal orden, recabó informes e hizo las
gestiones oportunas. El 30 de mayo de 1790, por «Pragmática San­
ción en fuerza de ley» dada en Aranjuez por Carlos IV, se crea­
ba la Real Audiencia de Extremadura, con sede en Cáceres, que
estaría formada por un Regente, ocho Ministros, un Fiscal, cua­
tro Relatores, cuatro Escribanos de Cámara, seis Procuradores,
seis Receptores, cuatro Alguaciles y tres Porteros, aumentándo­
se seguidamente los últimos pór otras órdenes, a tres Porteros
de Vara y cuatro de Estrados y Cámara. Los Ministros se de­
nominaban unos Oidores y otros Alcaldes del Crimen, según per­
tenecieran a lo civil o a lo penal.
Don Arias Antonio Mon y Velarde, asturiano, que fue el pri­
mer Regente, vino a Cáceres para disponer todo lo relativo a la
instalación. El edificio del Hospital de la Piedad, que fundara por
testamento el 18 de mayo de 1612 don Gabriel Gutiérrez de Pra­
do, fue el elegido para instalar en él la Real Audiencia, realizán­
dose obras de ampliación y acoplamiento, sin tocar la hermosa
escalera y el bello patio de columnas de granito y claustros en
sus dos plantas. Los pocos enfermos que había en el Hospital se
trasladaron al antiguo Seminario de San Pedro.

Con solemne ceremonia, previamente marcada, el 27 de abril
de 1791 se inauguró la Real Audiencia de Extremadura. iFu e'u n
acontecimiento resonante, en el que hubo función religiosa en
el Monasterio de San Francisco, y discurso — escrito por el ilus­
tre extremeño don Juan Meléndez Valdés— , refresco por la tarde
y sarao por la noche, en la Audiencia. Completó los actos un
Te Deum, cantado al día siguiente en la parroquia de Santa
María.
La resonancia del acontecimiento la refleja un historiador lo­
cal en el siguiente comentario: «E l pueblo cacereño no recordaba
fiesta más lucida. El día 27 de abril de 1791, quedó memoria en
la villa por más de medio siglo; porque a la lucidez del acto se
unía la superior importancia que el nuevo organismo jurídico-
social le comunicaba» (1).
* * *
La inauguración de la Real Audiencia fue para Extremadura
un acontecimiento histórico de primer orden. Estas tierras, que
habían escrito tantos gloriosos capítulos de gran historia, abrie­
ron entonces uno bien dispar, pero igualmente importante.
Los servicios prestados desde su establecimiento por el tribu­
nal fueron muchos, porque a la supresión de las molestias de los
desplazamientos a las lejanas Chancillerías de Valladolid y Grana­
da, se unieron medidas de orden y buen gobierno, de pacificación
y seguridades, que acabaron con los desmanes provocados en los
campos por forajidos y bandoleros, a más de la influencia decisiva
en la sociedad extremeña de los renovadores aires culturales, traí­
dos por los doctos funcionarios.
Todo lo anotado fueron servicios que la Real Audiencia pres­
tó a Extremadura a partir de su inauguración; pero antes de ella
ya le había prestado otro, importantísimo, que es el que motiva
estos Comentarios Preliminares y el que sale a la luz en las pá­
ginas de esta obra.
Con muy prudente criterio, para que el organismo creado y
nonnato supiese con detalle todo lo relativo al territorio en el
que iba a actuar, en 1790 se dispuso que se hiciera una Visita a
toda Extremadura, pueblo por pueblo. Cada uno de los nueve
( í f P u b lio H u rtad o: Tribunales y abogados cacereños, en Revista de
Extremadura. Cáceres, 1910, tom o X I I , página 128.
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partidos judiciales de entonces, distintos de los de hoy, se enco­
mendó a un miembro destacado de la Real Audiencia, para que
personalmente lo recorriera, con detalladas instrucciones sobre lo
que debía observar y la forma de proceder. Un amplio interroga
torio impreso fue remitido a las localidades, para ser contestado
por los ayuntamientos, párrocos y personas que pareció oportu­
no. De cada partido se hizo un curiosísimo mapa, conservándose
de ellos, sólo el relativo al partido de Badajoz.
Todos los comisionados recorrieron su territorio correspon­
diente, fueron reuniendo los informes que facilitaban en cada
pueblo y redactaron el suyo de resumen. Así se formó esta do­
cumentación inmensa, que hoy se guarda en el Archivo Históri­
co de Cáceres, con un expediente por cada localidad e informe del
Visitador sobre cada una de ellas y sobre el partido en conjunto.
A distancia de casi dos siglos, hay que rendir un tributo de
gratitud y admiración a aquellos funcionarios, personas distin­
guidísimas y de la más elevada categoría, que, a caballo, por ma­
los caminos, con trabajos y dificultades, dieron cima a las más
pesadas tareas de los recorridos por la amplitud de toda la pre­
sente geografía extremeña y algunos pueblos más, incluidos en­
tonces en la región y segregados después por las disposiciones
administrativas que demarcaron las actuales provincias españo­
las. Los nombres de los que cumplieron el servicio, cuyo fruto se
recoge en esta obra, son éstos: el Regente, don Arias Antonio
Mon y Velarde, Visitador de Cáceres; don Juan Antonio de In-
guanzo, de Badajoz; don José Antonio Palacios, de Alcántara;
don Francisco Javier de Contreras, de Coria; el Conde de la Con­
cepción, de Mérida; don Juan José de Alfranca y Castellote, de
Llerena; don Melchor Basadre, de Plasencia; don Agustín Cu-
beles y Rota, de la Serena, y don Pedro Bernardo de Sanchoyer-
to, de Trujillo.
En el acto solemne de la apertura de la Real Audiencia, en el
discurso que escribió el poeta extremeño don Juan Meléndez Val
dés y fue leído por el Regente, se aludía a. los recorridos, en pá­
rrafos como estos: «Su suelo, su población, su agricultura, su in
dustria, todos los aspectos de provecho común han debido ocupar
nuestra especulación y llamar hacia sí todo nuestro cuidado. No­
sotros, que reunidos ahora bajo este glorioso dosel empezamos a
dispensar con inalterable igualdad a estos pueblos la santa jus­
ticia, y a escuchar cada día sus clamores o sus quejas, hemos ido
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antes a atenderlos de cerca y en medio de sus hogares, a conocer
su estado y sus necesidades verdaderas para poderlas remediar,
más acertadamente... Cada cual vendrá ahora con el caudal de
sus noticias y útiles desengaños adquiridos por su ilustrada ob­
servación» (2).
* * * *
La gran importancia de estos documentos no es necesario en­
carecerla, porque se comprende a priori. Ellos son, a la vez, una
visión muy completa y detallada estadística de la Extremadura
del siglo xvm, antes de la venida de las tropas napoleónicas, que
tantas cosas destruyeron y modificaron. Los datos y los matices
tienen, de una parte, el interés de lo que hay en ellos de autén­
tico, y de la otra la curiosidad de lo subjetivo, con las apreciacio­
nes personalísimas, unas veces acertadas y otras erróneas, del
Visitador y los informantes.
Las referencias concretas y los datos estadísticos representan
una aportación de primer orden al conocimiento de Extremadura.
Los errores históricos y las apreciaciones subjetivas desorienta­
das, lejos de restarle mérito, dan al conjunto un encanto de ori­
ginalidad pintoresca y sirven para reflejarnos unos conceptos y
una manera de pensar, vigentes en aquellos instantes. Veamos
sobre lo aludido un caso curioso:
Sabida es la importancia enorme, la inmensa calidad artística
que tiene el barrio antiguo de Cáceres, uno de los conjuntos m o­
numentales mejor conservados del mundo. Esto es hoy una cosa
que no admite discusión, reconocida unánimemente y proclama­
da con entusiasmo por el turismo mundial, que se vierte incesan­
te sobre el recinto cacereño. Pues en el siglo xvm, el Visitador
del partido de Cáceres, que ya se ha dicho fue el propio Regente,
al mismo tiempo que recoge todo detalladamente y hace muy jus­
tas y agudas observaciones en diversas materias, al referirse a
los monumentos cacereños emite juicios com o el siguiente: «Sus
edificaciones nada vistosas, y a no ser algunos nuevamente fabri­
cados, los demás sin revocar, lucir ni blanquear; queriendo coho­
nestar este defecto sus dueños diciendo denotar así su seria an­
tigüedad».
(2) Revista de Extremadura, tomo I, págs. 213 y 214.
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Para aquel grave funcionario, las maravillosas piedras labra­
das, el granito de palacios, iglesias y casonas, no significaban
nada, no eran «vistosos». Por su gusto, habría desaparecido esta
maravilla, recubierta por la plebeya e igualitaria cal. ¿Ignoran­
cia? No, una manera de pensar diferente, que presta curiosidad
a esta documentación.
* *
El contenido del texto de las Visitas, ni es necesario detenerse
a enunciarlo, ya que se publica íntegramente, ni su amplitud, que
abarca los más distintos aspectos, permite hacer un análisis, que
alargaría sin finalidad práctica estos Comentarios. Lo que sí es
preciso que quede consignado, son las virtudes que estos docu­
mentos corrieron y lo relativo a su publicación en esta obra.
Terminadas las visitas a los partidos judiciales, todos los expe­
dientes quedaron depositados en la Real Audiencia; pero al co ­
rrer de los años, removidos de un lugar a otro, mezclados con los
restantes fondos, se fueron disgregando, hasta considerarse per­
didos en su totalidad. En 1899, don Juan Sanguino, refleja esta
idea, al escribir lo que sigue: «La suerte que corrieron estos ex­
pedientes que en junto ofrecerán al historiador una información,
nada despreciable, del estado general de Extremadura a fines del
siglo xvm, lo ignoramos. Extraño es que un investigador tan in­
teligente como D. Vicente Barrantes, no citara en su Aparato es­
tos documentos. ¿Acaso no existen, siquiera parcialmente en el
Archivo de la Audiencia? Parécenos que no, después de la busca
que hemos hecho en la sección del archivo en que debieran es­
tar» (3).
Sin embargo, allí estaban, no parcialmente, sino en su volu­
minosísima y casi íntegra totalidad. Ignorados, sin orden y dis­
persos, perdidos en las auténticas toneladas de papel de los otros
viejos fondos, desde la Audiencia pasaron en 1953 al A rchivo His­
tórico de Cáceres, al crearse este organismo, instalado en el pa­
lacio de La Isla. Allí los descubrió durante sus tareas de ordena­
ción, el funcionario encargado del archivo, don Juan Martínez
Quesada, quien, convencido de la importancia de tales documen­
tos, con grandes sacrificios e ímprobos trabajos, logró reunir todo
(3) Juan Sanguino y Michel: Cáceres en 1790, en Rev. de Extrem a­
dura, tomo I, págs. 214 y 215.
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cuanto de las Visitas se conserva, comenzando la tarea ingente
de la transcripción. En ella le alentamos el erudito bibliófilo don
Antonio Rodríguez Moñino y yo.
Martínez Quesada, día a día, con paciencia benedictina, fue
escribiendo a máquina los miles de folios de estos textos manus­
critos, de capital importancia para la historia extremeña, orde­
nándolos para su publicación.
* * *
documentos al alcance de los investigadores, publicando interesan­
tes catálogos (4). Aquí, en estos volúmenes, nos da la visión am­
plia de una Extremadura que no es la heroica y conquistadora,
sino la dieciochesca de los finales de un mundo que iba a cambiar
la estructura al influjo de los principios de la revolución francesa.
E l Conde de Canilleros ,
de la Real Academia che la Historia

El plan por Martínez Quesada, para disponer el texto a publi­

car es el más adecuado. Como quiera que en el expediente de cada
una de las localidades hay varios informes, en el que se repiten los
mismos conceptos, él ha elegido uno sólo, el más amplio, agregando
en notas lo de mayor interés de los otros, si no consta ya. De los
expedientes incompletos, en los que no hay opción posible, ha
trascrito lo conservado.
Todos los textos han sido transcritos literalmente, con su orto­
grafía y puntuación, formándose con ellos diversos volúmenes. En
el primero, que sigue a estos Comentarios, va la Visita del partido
de Cáceres, precedida de la lista de pueblos, instrucciones e inte­
rrogatorios. En el segundo volumen irá el partido de Badajoz, ya
que, com o es lógico, se ha querido dar preferencia a las dos ca­
pitales extremeñas. El orden posterior lo marcarán las circunstan­
cias que permitan su publicación.

* * *

El valor que lo publicado tiene es enorme, tanto por la impor­

tancia del texto en sí, com o por ser prácticamente inédito en casi
su totalidad, pues tan sólo breves, parciales o noveladas referen­
cias se tenían de él, por Eduardo Juliá, Juan Sanguino y Antonio
Agúndez.
Como extremeño y amante de lo histórico —únicos títulos que
me han deparado el honor de colaborar en la presente obra con i
estos sencillos y breves Comentarios Preliminarés— , he de congra­
tularme de que pasen a las páginas impresas las interesantísimas (4) Martínez Quesada: L os protocolos del A rch ivo H istórico de Cáceres.
Visitas y quiero consignar la gratitud que Extremadura debe por Cáceres, 1960, y Catálogo de los m anuscritos del Legado de don V icen te Pa­
ello a Juan Martínez Quesada, quien además ha sido en estos ú l­ redes Guillén (1840-1916). Plasencia, 1962, también tiene terminado un im ­
portante catálogo de los fondos de la Real Audiencia de Extremadura, que
timos tiempos el que más ha trabajado en la región para poner los aún continúa inédito.

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R E A L PRAGMATICA SANCION EN FU ERZA DE LEY
DE 30 DE MAYO DE 1790, POR LA QUE SE CREA LA

R E A L AUDIENCIA DE EXTREM ADURA. (LEY I,

TITULO VI DE LA NOVISIMA RECOPILACION.)

 Por las ciudades y villas de voto en Cortes de Badajoz, Mérida,
Plasencia y Alcántara, de la provincia de Extremadura, se presen­
taron al mi Consejo los perjuicios y agravios que padecían aquellos
naturales por el costoso y distante recurso a los Tribunales supe­
riores constituidos fuera de la provincia, y propusieron para medio
de estos daños el establecimiento de una Real Audiencia Territo­
rial, a imitación de las de Galicia y Asturias. Examinado este asun­
to en mi Consejo, al mismo tiempo que lo hizo del respectivo a la
ampliación del territorio de la Audiencia de Sevilla, conformándo­
me en todo con lo que me propuso, y teniendo por necesario y
conveniente el establecimiento de dicha Audiencia en Extrema­
dura, para la más pronta, efectiva y cómoda administración de
Justicia civil y criminal en ella, he venido en resolver y mandar
lo siguiente:
1. Tengo por bien y ordeno, se establezca una Audiencia Real
en la provincia de Extremadura, que tendrá su residencia fija en
la villa de Cáceres, por ser pueblo más sano, m ejor surtido, más
poblado y más oportuno que otro alguno de aquella provincia.
2. Quiero que por ahora se componga este Tribunal de un Re­
gente, ocho ministros y un fiscal, porque de este modo no falte el
número necesario para formar dos salas; una de lo civil y otra
de lo criminal de continuo despacho, que se contemplan necesa­
rias, pagándose los sueldos de estos ministros de mi Real Erario.
3. Para el despacho de los negocios que ocurran en dicha A u ­
diencia, habrán cuatro relatores y cuatro escribanos de Cámara,
dos para cada sala; seis procuradores, seis receptores, cuatro al­
guaciles y tres porteros, y no se podrán beneficiar ni enajenar
ninguno de estos empleos.
4. Conviniendo que estos subalternos tengan la debida ins­
trucción para el desempeño de sus oficios, proveyéndose dichas
cuatro escribanías de Cámara en los oficiales mayores más hábiles
y de m ejor conducta de ambas chancillerías por mitad, y lo mismo
las procuradurías, a excepción de que si algunos procuradores qui­
sieren pasar a serlo de la nueva Audiencia, se les permita, siendo

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personas de providad y el oficio suyo propio. También se podrán
sacar de ambas chancillerías, de por mitad, seis receptores, los
más idóneos y de m ejor crédito que me propusieren los respecti­
vos presidentes y que sean dueños de) oficio e igualmente los cua­
tro alguaciles, en quienes se verificase lo mismo, llevando el sueldo
que gozan en las chancillerías.
5. El territorio de esta Audiencia, en que ha de ejercer su
jurisdicción, así civil como criminal, y todas las demás funciones,
encargos y regalías de un tribunal superior de provincia, ha de ser
desde la línea del reino de Toledo a la parte de Oriente, por el
puerto y sierra de Baños, al Norte, siguiendo hasta el reino de
Portugal, al poniente, y volviendo de allí al mediodía, hasta las
cumbres de Sierra Morena, en donde terminan los reinos de Sevilla
y Córdoba, de cuyo territorio se deberá formar el correspondiente
mapa, con expresión de los pueblos que se incluyan en él.
6. Se gobernará esta nueva Audiencia, por las ordenanzas de
la Chancillería de Valladolid, en lo que fuesen acomodables a su PRAGMATICA SANCION EN FU ERZA DE LEY, POR LA CUAL
constitución y demás que se advirtiere.
SE ESTABLECE UNA AUDIENCIA REAL EN LA PROVINCIA
7. Reunirá este Tribunal en sí, toda la jurisdicción de segunda
instancia y de primera, por caso de Corte, sin limitación alguna, DE EXTREM ADURA, QUE TENDRA RESIDENCIA EN LA
com o hoy lo ejecutan, respectivamente las chancillerías de Valla­
V IL L A DE CACERES, BAJO LAS REGLAS QUE SE
dolid y Granada, sin otra diferencia que la de haberse de poder
apelar a éstas en los casos que se puede hacer de las audiencias EXPRESAN. AÑO 1790. MADRID.
de Galicia y Asturias, y sin más retribución que la de entenderse
en los pleitos civiles y ordinarios, cuando llegue su importe a se­
senta mil reales o que si la cantidad por la que se litigue el pleito
no fuere en capital y sí en renta, haya de llegar a quinientos du­
cados anuales.
8. Conocerá de las fuerzas que ocurran en dicho territorio,
reservándole al Consejo de las Ordenes el conocimiento que hoy
tiene en las causas eclesiásticas, las pertenecientes a derechos de
encomiendas, mesa maestral y otras de la misma naturaleza que
miran a las regalías y derechos de las Ordenes.
 DON CARLOS, por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de León,
de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Gra­
nada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Menorca,
de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de
Jaén, de los Algarbes, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Ca­
narias, de las Indias Orientales y Occidentales, islas y Tierra F ir­
me del Mar Océano, Archiduque de Austria, Duque de Borgoña,
de Brabante y Milán, Conde de Abspurg, de Flandes, Tirol y Bar­
celona, Señor de Vizcaya y de Molina, etc. Al serenísimo príncipe
don Fernando mi muy caro y amado hijo, a los infantes, prelados,
duques, condes, marqueses, ricos-hombres, priores, comendadores
de las órdenes y sub-comendadores, alcaides de los castillos, casas-
fuertes y llanas y a los del mi Consejo, presidente y oidores de las
mis audiencias, alcaldes, alguaciles de la mi Casa y Corte y chan­
cillerías, y a todos los corregidores, asistentes, gobernadores, al­
caldes mayores y ordinarios y otros cualesquiera juez y justicias,
ministros y personas de todas las ciudades, villas y lugares de es­
tos mis reinos, así de realengo com o de señorío, abadengo y órde­
nes de cualesquier estado, con condición, calidad y preeminencia
que sean, tanto a los que ahora son como a los que serán de aquí
adelante y a cada uno y cualquiera de vos.
SABED: Que las ciudades y villas de voto en Cortes de Ba­
dajoz, Mérida, Plasencia y Alcántara, de la provincia de Extre­
madura, representaron a mi Consejo en el año de 1775 los perjui­
cios y agravios que padecían aquellos naturales por el costoso y
distante recurso a los tribunales superiores, constituidos general­
mente fuera de la provincia, y propusieron para el remedio de es­
tos daños, el establecimiento de una Audiencia Territorial a im i­
tación de las de Galicia y Asturias, con lo que sería más pronta la
administración de justicia y las causas criminales se determina­
rían con la más facilidad y brevedad, cesando muchas competen­
cias y se cortarían los continuados recursos y pleitos que ocurrían
en las eleciones de oficios de justicia con grave dispendio de aque­
llos vasallos, teniendo que acudir a solicitarlos a las chancillerías,

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que por su mucha distancia se hacían costosos los negocios y se
dilataban más el curso y determinación de ellos, siendo por otra
parte útil, el insinuado establecimiento a la tranquilidad pública
del país y exterminio del crecido número de delincuentes y contra­
bandistas que proporciona la proximidad a Portugal, lo que con­
firmaron por iguales representaciones los marqueses de Vallesan-
toro y Ustáriz, Capitán General e Intendente de dicha provincia.
Examinado este asunto en mi Consejo, reconoció que los males
que experimentan aquellos naturales, son efecto de la poca o tarda
observancia que tienen las leyes en dicha provincia, por la distan­
cia o complicación de los tribunales superiores y carecer de uno
que cele de cerca su observancia. Y en consulta de 4 de diciembre
del mismo año de 1775, hizo presente a mi augusto padre (que esté
en gloria), no haber otro medio más adecuado para remediar di­
chos daños, que la creación de un Tribunal en aquella provincia
que vele y ejecute las leyes del reino y demás provincias, sin que
aquéllos naturales tengan necesidad de recurrir a las chancillerías.
Por resolución a la citada consulta que fue publicada en el Consejo
de 11 de marzo de 1776, estimó conveniente mi augusto padre la
erección de una Audiencia en la provincia de Extremadura, y en­
cargó al mi Consejo que antes de llevarse a efecto, le propusiese
el sitio más oportuno en que debiese colocarse dicho Tribunal, nú­
mero de sus ministros, distrito de su jurisdicción, reglas y orde­
nanzas para su gobierno y efecto de que se hubiese de costear los
edificios con todo lo demás necesario, oyendo a este fin al procu­
rador general del reino, y precediendo toda la instrucción conve­
niente. Cumpliendo mi Consejo con este encargo, mandó comuni­
car el expediente al diputado de la provincia de Extremadura, y
sucesivamente, al procurador general del reino, a fin de que expu­
siesen sobre los indicados puntos, cuanto se le ofreciese, lo que
así ejecutaron, conviniendo en la utilidad y necesidad de establecer
dicho Tribunal, para beneficio de los naturales de Extremadura.
Y con inteligencia de todo y de los informes y noticias dadas por
las chancillerías de Valladolid y Granada, y de lo expuesto por
mis fiscales, manifestó su dictamen en otra consulta de 16 de junio
de 1778, en cuya vista quiso mi augusto padre que mi Consejo, con
presencia del expediente que se había promovido acerca de la ex ­
tensión del territorio de la Audiencia de Sevilla, volvióse a consul­
tar a un tiempo sobre todo lo que tuviese por conveniente. Vuelto
a examinar este asunto en mi Consejo, al mismo tiempo que lo
hizo del respectivo a la ampliación de territorio de la Audiencia
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de Sevilla, y teniendo presente lo que expusieron mis fiscales, hizo
presente en consulta de 2 1 de octubre de 1784, lo que estimó
oportuno.
Enterado yo de cuanto va expresado y conformándome en todo
con lo que me propuso mi Consejo, por mi resolución a dicha con­
sulta, que se publicó el 7 de abril de este año, teniendo por necesa­
rio y conveniente el establecimiento de dicha Audiencia en Extre­
madura, para la más pronta, efectiva y cómoda administración de
justicia civil y criminal en ella, he venido en resolver y mandar
lo siguiente:
I. Tengo por bien y ordeno se establezca una Audiencia Real
en la provincia de Extremadura, que tendrá su residencia fija en
la Villa de Cáceres, por ser pueblo más sano, mejor surtido, más
poblado y más oportuno que otro alguno de aquella provincia.
II. Quiero que por ahora se componga este Tribunal de un
Regente, ocho ministros y un fiscal, porque de este modo no falte
el número necesario para formar dos salas, una de lo civil y otra
de lo criminal, de continuo despacho que se contempla necesario,
pagándose los sueldos de estos ministros, de mi Real erario.
III. Para el despacho de los negocios que ocurran en dicha
Audiencia, habrá cuatro relatores y cuatro escribanos de Cámara,
dos para cada sala, seis procuradores, seis receptores, cuatro al­
guaciles y tres porteros, no pudiéndose beneficiar ni enajenar de
estos empleos.
IV. Conviniendo que estos subalternos tengan la debida ins­
trucción para el desempeño de sus oficios, se proveerán dichas cua­
tro escribanías de Cámara en los oficiales mayores más hábiles y
de mejor conducta de ambas chancillerías de por mitad, y lo mismo
las procuradurías, a excepción de que si algunos procuradores qui­
sieran pasar a serlo de la nueva Audiencia, se les permita, siendo
persona de providad y el oficio suyo propio. También se podrán
sacar de ambas chancillerías, de por mitad, seis receptores, los más
idóneos y de mejor crédito que propusieren los respectivos pre­
sidentes y que sean dueños del oficio e igualmente los cuatro al­
guaciles en quienes se verificase lo mismo, llevando el sueldo que
gozan en las chancillerías.
V. El territorio de esta Audiencia en que ha de ejercer su ju ­
risdicción. así civil como criminal, y todas las demás funciones,
encargos y regalías de un tribunal superior de provincia, ha de ser
desde la línea del reino de Toledo a la parte de Oriente por el
puerto y Sierra de Baños al Norte, siguiendo hasta el reino de
-21-
Portugal al Poniente, y volviendo de allí al mediodía hasta las
por ningún valor y efecto, y quiero se esté y pase inviolablemente
cumbres de Sierra Morena, en donde terminan los reinos de Sevilla
y Córdoba, de cuyo territorio se deberá formar el correspondiente por lo que aquí se establece, precediendo publicarse en Madrid y
en las demás ciudades, villas y lugares de estos mis reinos, en la
mapa, cor expresión de los pueblos que se incluyan en él.
VI. Se gobernará esta nueva Audiencia por las ordenanzas forma acostumbrada, que así es mi voluntad. Y que al traslado
impreso de ésta mi Pragmática, firmado de don Pedro Escolano
de la C'hancillería de Valladolid, en lo que fuese acomodable a su
de Arrieta, mi Secretario, escribano de Cámara más antiguo y de
constitución y demás que se advirtiere.
VII. Reunirá este Tribunal en sí, toda la jurisdicción de se­ gobierno de mi Consejo, se le dé la misma fe y crédito que a su
original. Dada en Aranjuez a 30 de mayo de 1790. Yo el R ey:
gunda instancia y de primera, por caso de Cortes, sin limitación
Yo dón- Manuel de Aizpur y Redin, secretario del Rey nuestro
alguna como hoy lo ejecutan, respectivamente las chancillerías de
señor, lo hice escribir por su m andado: el Conde de Campomanes:
Valladolid y Granada, sin otra diferencia que la de haberse de po­
don Manuel Fernández de Vallejo: don José de Zuazo: don Felipe
der apelar a éstas en los casos que se pueden hacer de las audien­
de R ivero: don Pedro Andrés Buriel: registrada. —•Don Leonardo
cias de Galicia y Asturias, y sin más restricción que la de ente­
Marqués. Por el Canciller Mayor don Leonardo Marqués.
rarse en los pleitos civiles y ordinarios cuando llegue su importe
a sesenta mil reales, o que si la cantidad porque se litigase el pleito
no fuere en capital o si en renta haya de llegar a quinientos du­
cados anuales. PU BLICACION : En la villa de Madrid, a 18 de junio de 1790,
V III. Conocerá de las fuerzas que ocurran en dicho territo­ ante las puertas del Real Palacio, frente del balcón principal del
rio, reservándose al Consejo de las Ordenes el conocimiento que Rey nuestro Señor y en la Puerta de Guadalajara, donde está el
hoy tiene en las causas eclesiásticas, las pertenecientes a derechos público, trato y com ercio de los mercaderes y oficiales, con asisten­
de encomiendas, mesa maestral y otras de la misma naturaleza cia de don Benito Clemente Arostegui, don José Joaquín Colón de
que miran a la regalía y derechos de las Ordenes. Larreategui, Caballero de la Real y Distinguida Orden Española
IX. Las causas de hidalguía quedarán reservadas a las respec­ de Carlos III, el Marqués de Casa García Postigo y don Pedro An­
tivas chancillerías de Valladolid y Granada, según al territorio a tonio Carrasco, alcalde de la Casa y Corte de S. M., se publicó la
que pertenezcan, por ser privativas de estos tribunales. Real Pragmática-Sanción, antecedente, con trompetas y timbales
X. En las causas criminales no hay ni debe admitirse apela­ por voz de pregonero público, hallándose presentes diferentes al­
ción para las chancillerías. guaciles de dicha Real Casa y Corte, y otras muchas personas, de
XI. Deberá construirse casa para residencia del Tribunal, cár­ que certifico y o don Manuel de Peñarredonda, escribano de Cá­
cel, archivo y demás necesario, costeándose íntegramente de los mara del Rey nuestro Señor, de los que en su Consejo residen. —
productos de los propios y arbitrios de la provincia de Extrema­ Don Manuel de Peñarredonda. — (Es copia de la Real Pragmática-
dura y pagándose de ellos los alquileres de los edificios que interi­ Sanción y de su publicación original de que certifico.) — Don Pe­
dro Escolano de Arrieta.
namente fueren necesarios.
Y para que todo tenga su puntual y cumplido efecto, he acor­
dado expedir esta mi Pragmática-Sanción que ha de tener fuerza
de Ley, como si fuera hecha y promulgada en Corte. Por la cual
mando a los de mi Consejo, presidentes y oidores de mis audiencias
y chancillerías y a los demás jueces y justicias de estos mis reinos,
a quienes lo contenido toque o tocar pueda, vean lo dispuesto en
ella y lo guarden, cumplan y ejecuten, hagan guardar, cumplir y
ejecutar, sin embargo de cualquiera leyes, ordenanzas, estilo o
costumbre en contrario, pues en cuanto a esto lo derogo y doy

-22-
COPIA DE LA RE AL CEDULA DE CEREMONIAL
 El R ey: Regente, oidores, alcaldes del Crimen de mi Real A u­
diencia de Extremadura, corregidor y Ayuntamiento de la villa de
Cáceres, en donde ha de tener su residencia este Tribunal, jueces,
ministros y justicias de su término y jurisdicción y a las demás
personas a quienes en cualquier manera toca o tocar puede lo
contenido en ésta mi Cédula; ya sabéis que por mi Real Prag­
mática de 30 de mayo de 1790, mandé erigir y establecer dicha
Real Audiencia, bajo las reglas y prevenciones que contiene, y para
que tuviese puntual y debida ejecución, este establecimiento c o ­
misionó el mi Consejo un ministro que pasase a la referida villa
de Cáceres, facilitase casa para la Audiencia, la arreglase cóm oda­
mente con las correspondientes separaciones de salas, destinase si­
tio para cárcel y dispusiese todo lo demás conveniente a que el
edificio material quedase arreglado a los fines del establecimiento.
Así lo hizo el ministro comisionado, que lo fue don Arias Mon y
Velarde, a quien después me serví nombrar por regente, eligien­
do al mismo tiempo los demás ministros, que en la actualidad com ­
ponéis este nuevo Tribunal, creyendo mi Consejo útil y convenien­
te que antes empezase el uso y ejercicio de sus funciones os infor­
maseis vos el regente y ministros, de la constitución local de la
provincia de Extremadura, por el medio de que cada uno visitase
un partido de los nueve de que se compone, lo acordó así y me lo
hizo presente con las instrucciones que podían serviros de gobier­
no, las que mandé devolverle con la resolución de que tomase por
sí mismo las providencias que tuviese por conveniente, de forma
que cuanto antes empezase la Audiencia su despacho. Guiado mi
Consejo de este mismo deseo, señaló a cada ministro el partido
que debe visitar, entregando a todos las instrucciones, interrogato­
rios y despachos a que debíais arreglar vuestras operaciones en
dichas visitas, con encargo de que las concluyéseis, de forma que
dé principio la Audiencia al ejercicio de sus funciones el día pri­
mero útil, después de las próximas vacaciones de Resurrección que
se ha señalado para ello, a cuyo fin también tiene el mi Consejo
nombrados los subalternos de que se ha de componer y expedídoles

-2 7 -
sus títulos. Restando sólo el arreglo del ceremonial que ha de ob­
servar el nuevo tribunal con la villa de Cáceres en las funciones
de iglesia y otros actos públicos, a ejemplo de lo que se practica
en las demás del Reino, con respecto a las diferentes circunstan­
cias de ellos y los pueblos en donde residen, para evitar diferen­
cias entre los dos cuerpos cuando concurran juntos, a representa­
ción de vos el regente, encargó mi Consejo a tres ministros de él
acordasen y tratasen con vos estos puntos y formalizasen los re­
glamentos necesarios a dicho fin, lo que ejecutaron con la debida
distinción y separación, así en cuanto a la apertura del nuevo Tri­
bunal como por lo respectivo al ceremonial que por éste y vos el
Ayuntamiento de la villa de Cáceres, deberá observar en las entra­
das de los regentes, asistencia a procesiones, funciones de iglesia
y otras públicas, en las visitas de cárceles, en los días de galas
mayores y en otros casos.
Vistos en mi Consejo estos ceremoniales, con varias adicciones
y correcciones, los arregló en la forma siguiente:
CEREMONIAL que se deberá observar en la entrada pública
y solemne apertura de la Real Audiencia de Extremadura, en la
villa de Cáceres.
1. Señalado para la apertura por el regente que deberá ser
el miércoles de la semana de Pascua de Resurrección, si no ocurre
inconveniente que la retarde, se congregarán el regente, ministros
y fiscal, con todos los subalternos, abogados y dependientes ves­
tidos de ceremonia en el convento de San Francisco.
2. A la hora que señale el regente, concurrirán al mismo con­
vento, el corregidor y alcalde mayor con el Ayuntamiento en traje
de ceremonia, y asimismo la nobleza avisada por el Ayuntam iento;
pero los maceros se quedarán a la puerta esperando que vuelva
a salir el Ayuntamiento para acompañarles.
3. En aquel sitio, tomarán sus coches, respectivamente a ex ­
cepción de los subalternos, que irán a caballo y se encaminarán a
la casa de la Real Audiencia, presidiendo el Tribunal.
4. En la casa de la Audiencia, se hallará todo el clero secular
y regular, para recibir al Tribunal.
5. Luego que llegue la comitiva a la puerta exterior, se apea­
rán todos y formando calle hasta la puerta de la antesala de la de
Acuerdo, entrará por medio el Tribunal y haciendo el Regente
desde la misma puerta cortesía a todo el acompañamiento, se des­
pedirá a éste.
-2 8 -
6. Subirá el regente a tomar su asiento y, sucesivamente, to­
dos los ministros y los subalternos ejecutarán lo mismo, y aquél
dirá una oración alusiva a la solemnidad y circunstancia de día
tan notable. Se despejará y se podrán leer algunas órdenes de las
que se deben hacer presentes al Acuerdo.
7. Para solemnizar más este acto, se tocarán las campanas
en todas las parroquias y conventos de la villa, desde que salga
el Tribunal y acompañamiento del convento de San Francisco,
hasta que aquél se disuelva.
8. En el día siguiente, se congregará el Tribunal en la Casa
de la Audiencia a la hora que se señalase y concurrirá el corre­
gidor, alcalde mayor y Ayuntamiento con la nobleza, como el día
antecedente para acompañarle hasta la iglesia de Santa María o
Santiago, donde se detendrá la comitiva para dejar que entre el
Tribunal.
9. A la puerta de la iglesia, se hallará todo el clero secular y
regular para recibir a la Audiencia, dándose el agua bendita por
el Vicario al regente y ministros y después al Ayuntamiento y
nobleza.
10. En la iglesia, ocupará también el mejor lugar el Tribu­
nal, disponiéndose los asientos, según lo permita la disposición
de aquélla. Se pondrá el sitial al regente, poniendo almohada sólo
a los ministros y a ningún otro.
11. Se cantará el Te Deum y se dirá misa solemne en ac­
ción de Gracia y rogando por la importante salud de nuestro so­
berano y toda la real familia, y si pareciere se encargará una
oración para este día y se dará la paz para el regente.
12. Concluida esta función, el clero despedirá en igual forma
que recibió a la Audiencia, y el Corregidor, alcalde mayor y Ayun­
tamiento con la nobleza, tomarán sus coches por su orden y acom ­
pañarán al tribunal hasta su casa donde sin apearse se despe­
dirán.
13. Este caso es singular y no tiene trascendencia alguna a
los de las entradas de los regentes en lo sucesivo, y por lo mismo
su ceremonial se debe arreglar con separación.
CEREM ONIAL Y REGLAMENTO que se debe observar en
la Real Audiencia de Extremadura y villa de Cáceres, en las en­
tradas de los regentes, asistencia del Tribunal a procesiones, fun­
ciones de iglesia y otras públicas, en las visitas de cárceles, en los
días de galas mayores y otros casos.
-29-

1. El regente en el día que determine su entrada en público,
se hallará en el convento de San Francisco, donde se juntarán
los ministros, fiscal y todos los dependientes y subalternos.
2. El corregidor, alcalde mayor y Ayuntamiento, concurri­
rán al mismo convento a la hora que se señalare, vestidos de ce­
remonia; pero los maceros se quedarán a la puerta esperando que
vuelva a salir el Ayuntamiento para acompañarles.
3. Desde aquel sitio, presidiendo el Tribunal, se encaminará
con el Ayuntamiento a la Casa de la Real Audiencia y llegando
éste a su puerta por su orden seguirán hasta la puerta de la an­
tesala de lo de Acuerdo, donde se despedirá el Ayuntamiento.
4. Los ministros se formarán en dos salas y pasará el regen­
te a ocupar su asiento y lo mismo ejecutarán los demás ministros
por su orden.
5. El regente, dará luego cuenta de su nombramiento y con­
testado por el decano, éste tocará la campanilla para que entre el
escribano de Acuerdo, lea el título y puesto en pie el regente y
ministros jurará y en señal de posesión tocará la campanilla y
decretará algún pedimiento si lo hubiere.
6. Concluida la posesión, si el regente quisiera retirarse, le
acompañarán todos los ministros hasta el pie de la escalera por
donde se sube a su habitación, y los subalternos y dependientes
hasta arriba.
7. Al regente recibirán los subalternos y dependientes a las
puertas de la Audiencia, si no habitase por algún justo motivo
y si habita en ella, al pie de la escalera y le acompañarán hasta
la puerta de la antesala a donde vaya, donde avisados los minis­
tros de aquélla, le recibirán saliendo de la sala a la antesala.
8. Si el regente, estando ya en una sala pasa a otra, le acom­
pañará el portero y el escribano de cámara que esté de sala.
9. En caso de retirarse el regente, antes de concluirse las
horas de despacho, se le acompañará por los subalternos, como
queda explicado.
10. A la misa concurrirán los ministros en dos filas y se les
pondrá su silla y almohada a cada uno.
11. Concurriendo el regente a la misa, después le acompaña­
rán los ministros hasta la puerta de la sala a donde quiera asistir.
12. Al acabarse la misa, recibirá el portero, a quien corres­
ponda, la orden del regente para saber la sala a que tienen que
nincurrir y se pondrán en ella las almohadas de su asiento.
-30-
13. El regente, en caso de falta de ministro de alguna sala,
de que se le debe dar cuenta del motivo, dispondrá que se supla
conforme disponen las leyes y cuando haya negocio de menor
cuantía, dividirá los ministros para facilitar el despacho de los
negocios que se hayan de ver cada día.
14. En las funciones de iglesia a que concurra el Tribunal,
se le pondrá a cada ministro silla y almohada y al regente sitial
y al secretario de Acuerdo se le pondrá un taburete.
15. Para funciones de iglesia y sermones del Acuerdo, irá el
Tribunal formado, congregándose en la casa de su residencia y
ocupando cada uno en la iglesia el lugar que le corresponde, y
concluida la función, acompañarán todos al regente hasta la puer­
ta de la iglesia, de donde se despedirá del Tribunal para tomar
su coche o irse a pie.
16. El día de Corpus se montará el Tribunal en la Casa de la
Audiencia a donde concurrirán el corregidor, alcalde mayor y
Ayuntamiento de ceremonia para acompañarle hasta la iglesia,
y concluida la función, saldrán acompañando al regente hasta
la puerta de la iglesia.
17. Lo mismo se practicará en cualquier procesión o función
de iglesia a la que el Acuerdo tenga por conveniente asistir con
el Ayuntamiento.
18. En el caso de concurrir el Tribunal con el Ayuntamiento
a tomar asiento en las iglesias, ocupará el m ejor lugar el Tribu­
nal, disponiéndose los asientos, según lo permita la disposición
de las iglesias y se pondrán el sitial al regente y almohada a
sólo los ministros, a ningún otro, dándose la paz solamente al
regente.
19. En las visitas generales de cárceles de Corte, no hay que
prevenir porque tienen comunicación a la Sala del Crimen; pero
en las de villa, particulares de semana, deberá asistir el corregidor
o el Alcalde mayor por turno y en las generales ambos.
20. Cuando concurra el regente a la visita, se le deberá poner
en la cárcel de villa, las almohadas de estilo, saliendo el Tribunal
formado desde la Audiencia, yendo el regente solo en su coche.
21. Así en las visitas generales com o en las particulares, ba­
jará el corregidor o alcalde mayor o ambos, respectivamente a
recibir y despedir a la visita y al regente todos los ministros.
22. El Regente, en los días de gala mayor y por Pascua de
Navidad, recibirá de toda ceremonia con toga y sin capa a los
ministros, que entrarán sin ella, lo que ejecutarán en sólo esta
-3 1 -
ocasión, y no en otra alguna y en igual forma recibirá a la villa la Cédula correspondiente con su inserción, y habiendo diferido
cuando pase por medio entre sus diputados a practicar esta ce­ a ella, se acordó librar la presente. Por la cual os mando a todos
remonia recibiendo con la misma distinción a la nobleza, que con y a cada uno de vos, veáis los ceremoniales y reglamento inserto
semejante motivo concurra a la regencia. y en la parte que respectivamente os toca, los guardéis, cumpláis
23. Cuando el decano haga funciones de regente como debe y ejecutéis y hagáis guardar, cumplir y observar en todo y por
hacerlas en todo lo demás en caso de vacante o ausencia, se ex ­ todo, sin contravenirlos y permitir se contravengan en manera
cusará esta ceremonia, que sólo se usará con el regente. alguna, procediendo todos con la uniformidad, armonía y buena
24. Tampoco se pondrá al decano sitial en las iglesias, pero correspondencia que exigen las circunstancias y deben mediar
sí se le pondrán dos almohadas. entre los dos cuerpos, evitando cada uno por su parte todo m o­
25. El traje propio del Alcalde mayor y que deberá llevar tivo de disputas que alteren el buen orden. Y encargo al reve­
en todas estas funciones, es el de Golilla. rendo Obispo de Coria, curas párrocos y prelados regulares de
26. El mismo deberán usar los relatores y abogados, y los las parroquias y conventos de dicha villa de Cáceres, vean mi
escribanos de Cámara vestido negro, capa corta y peluca redon­ Real resolución y la guarden y cumplan igualmente en la parte
da, todos con gorra ; los alguaciles y porteros de vara, capa, golilla que, respectivamente, les corresponda.
y espada correspondiente, llevando sólo los de cámara vestido Así es mi voluntad. Dada en Madrid a 20 de febrero de 1791.
negro. Yo el Rey. — Por mandado del Rey nuestro señor: Manuel de
27. Cuando ronden los ministros del Crimen, pasarán por la Aizpuru y Redin. — (Firmado y rubricado: Manuel Antonio de
casa del regente para que se les pueda prevenir algo, si se le la Peña.)
ofrece, y al día siguiente darán cuenta por escrito de lo ocurrido
en la ronda y lo mismo practicarán al corregidor y alcalde mayor.
28. Esto parece suficiente por ahora, y entre tanto que se
forman ordenanzas que deberán ejecutarse sin dilación, se ten­
drán presente las de la Real Chancillería de Valladolid, y su prác­
tica como está prevenido en la Real Pragmática de elección de
esta Real Audiencia, acomodándose a ellas en cuanto sea posible
y consultando en los casos que lo merezcan al Consejo, tomán­
dose por el Acuerdo en los urgentes las providencias que con­
vengan.
29. Para la ejecución de este ceremonial y del que con esta
fecha se ha arreglado para la entrada y apertura de la Real Au­
diencia y que en aquella no resulte el menor embarazo, se de­
berán comunicar los avisos correspondientes al corregidor y A yun­
tamiento de la villa de Cáceres, para su cumplimiento y entere
de ello a la nobleza en la parte que le toca, al Reverendo Obispo
de Coria, de cuya Diócesis es aquella villa, para que por la suya
comunique las órdenes correspondientes al clero y superiores de
las casas regulares que existen en la misma, para que concurran
a que tenga cumplido efecto lo dispuesto en este reglamento.
Así, arreglados los ceremoniales insertos, me los hizo presen­
te mi consejo en consulta personal del viernes cuatro de este mes
para que, mereciendo mi real aprobación, se procediese a expedir

-32- -3 3 -
ACTA DE INAUGURACION DE LA R E A L AUDIENCIA
 En 27 de abril de 1791 ,se hizo la función de apertura de la
Real Audiencia de Extremadura, en esta villa de Cáceres, en la
cual se observó el ceremonial acordado y aprobado por S. M. (que
Dios guarde) en su Real Cédula de 20 de febrero del presente
año, que por su orden sustancialmente es com o aquí se expresa.

A SABER:

Los señores don Arias Antonio Mon y Velarde, don Juan José
de Alfranca y Castellote, don Francisco Javier de Contreras y
don Juan Antonio de Inguanzo, el primero regente y los otros
tres oidores, don Manuel Melchor Basadres, don José Antonio Pa­
lacio, don Agustín Cubells y Roda, don Pedro Bernardo de San-
choyerto, alcaldes del Crimen y el Conde de la Concepción, fiscal
de lo Civil y Criminal, se congregaron en el convento de San Fran­
cisco (6), extramuros de esta villa, a la hora de las diez y media
de la mañana en que se suspendió la lluvia, al que concurrieron
cada cual en particular.
También concurrieron los alguaciles ordinarios de la villa, los
procuradores y escribanos de su número, los procuradores de la
Real Audiencia, los escribanos de Cámara de la misma, el repar­
tidor de pleitos, los relatores, el agente fiscal y los abogados de
esta villa, todos a caballo y en traje de ceremonia.
En dicho convento se había adornado con tapices y sillas de­
centes una sala espaciosa, en cuyo testero se colocaron el regente
y ministros y a la hora señalada, precedido recado por medio de
los escribanos de Ayuntamiento, entró éste en la misma sala, re­
cibido por el secretario del Acuerdo, con el acompañamiento de
los caballeros de esta villa, quienes habían sido convidados expre­
samente para esta función, trayendo éstos y los individuos de

(5) Por no conservarse el original, se toma de una copia muy posterior.

(6) E l Oidor no asistió porque acababa de llegar a Cádiz, procedente
de Canarias.

-3 7 -
Ayuntamiento vestidos de gala. Precedido el acatamiento al T ri­
bunal, que para este acto se puso en pie, tocaron los asientos
por un corto espacio mientras se disponía por los subalternos lo
necesario para el buen orden de las carrozas, coches y personas
de la comitiva, en la forma que se expresará.
Y habiendo bajado a la puerta de la portería del mismo con­
vento acompañados del Reverendísimo Padre Provincial, que a
la sazón se hallaba en él, Padre Guardián y comunidad, fueron
tomando sus coches los caballeros, Ayuntamiento y demás se­
ñores del Tribunal, en cuyos términos y a muy corto paso se tomó
la dirección para esta villa por el sitio que dicen el Camino Llano
a la Parroquia de San Juan, calle de Pintores, Plaza, calle de Za­
patería Baja, hasta llegar a las casas de Audiencia, habiéndose
ejecutado con toda solemnidad, pausa y circunspección, manifes­
tando los vecinos de esta villa un júbilo singular que en parte
demostraron por el medio de haber puesto decentes colgaduras
en las ventanas y balcones de la carrera.
El orden en que se form ó el acompañamiento, caballeros, A yun­
tamiento y Tribunal desde el convento de San Francisco a la
Audiencia, fue el siguiente:
Primeramente, fueron delante diferentes soldados de a ca­
ballo despejando la carrera; en segundo lugar, los alguaciles or­
dinarios del corregidor y alcalde m ayor; en tercer lugar los por­
teros de Vara de la Real Audiencia y Cuarteles; en cuarto lugar,
los cuatro alguaciles de corte que hay, de los que uno se quedó
atrás para ir a caballo junto al estribo del coche del señor R e­
gente, para lo que pudiese ocurrir; en quinto lugar, los maceros
de la villa; en sexto lugar, los procuradores del número de ella;
en séptimo lugar, los escribanos de número de ella, ocupando lu­
gar preferente los de Ayuntamiento; en octavo lugar, los procu­
radores del número de la Real Audiencia; en noveno lugar, los
escribanos de cámara y repartidos en décimo lugar, los relatores;
en undécimo lugar, los abogados de la villa; en duodécimo lugar,
el corregidor, alcalde mayor, Ayuntamiento y nobleza; en déci-
motercero lugar, los señores de la Real Audiencia, por su gra­
duación y detrás del señor Regente, marchó otro en que iba el
capellán de la Real Audiencia y el secretario de Acuerdo, un
caballerizo y el portero de estrados, a los que siguió un cuerpo
de tropa de infantería muy bien dispuesto y ordenado, con la
música del Regimiento de Voluntarios de Aragón, que franqueó
-3 8 -
el Excmo. Señor Marqués de Casacagigal, general de esta pro­
vincia.
Durante el tiempo que el Tribunal y acompañamiento siguió
la carrera por las calles de esta villa, se tocaron las campanas de
todas las parroquias y conventos de ella.
Conforme fueron llegando a la Real Audiencia los individuos
del acompañamiento, se fueron apeando de los caballos y por su
orden, colocándose en dos filas desde la puerta exterior hasta
formar con la clerecía secular y regular, que estaba puesta por
su orden en el lugar preferente, desde la puerta de la antesala
Civil y de Acuerdo, y habiendo entrado los Caballeros, Ayunta­
miento, Corregidor y Alcalde Mayor, quedando los maceros de
la villa en la Plazuela de la Audiencia acompañando a los señores
del Tribunal hasta la puerta de la antesala, en la que les hizo
su acatamiento el señor Regente y los despidió.
En la dicha sala de lo Civil y de Acuerdo, ocuparon los señores
Regente y ministros sus respectivos asientos y los suyos los abo­
gados, relatores, escribanos de Cámara y los procuradores, a cuya
presencia y a la de diversos caballeros y demás personas eclesiás­
ticas y seculares que tuvieron cabida en la sala, de barandillas
afuera, de orden del señor Regente por mí el Secretario de Acuer­
do, se leyó en voz inteligible la Real Pragmática que con fuerza
de Ley se sirvió librar nuestro católico y augusto monarca rei­
nante (que Dios guarde), en 30 de mayo de 1970, por la cual se
dignó establecer esta Real Audiencia, y seguidamente, el Sr. R e­
gente dijo una oración inauguratoria, según lo requería la fun­
ción del día. Después de lo cual y en acto continuado, se trataron
algunos puntos pertenecientes al buen régimen y gobierno de
esta Real Audiencia, concluyéndose todo ello a las dos de la tarde.
Para no privar a las damas de la villa, caballeros y forasteros
de la satisfacción de ver y presenciar la instalación del Tribunal,
se dispuso que hubiese algunos asientos en alto, en la pieza que
por el pronto estaba destinada para la secretaría de Acuerdo,
desde donde disfrutaron de la función, por estar enfrente de la
Sala del Tribunal.
La noche de este mismo día, el señor Regente tuvo en su casa
convidados a los señores ministros, togados, individuos de A yun­
tamiento y caballeros de la localidad acompañados de sus m uje­
res y familiares; al vicario eclesiástico, curas párrocos de la villa,
prelados de sus comunidades regulares y otras personas de dis­
-39-
tinción, a quienes se sirvió un abundante refresco. Y retirados
los curas y prelados regulares, hubo la diversión de un serio
sarao con la música de la catedral de Plasencia, que franqueó
aquel ilustre cabildo a la insinuación que para ello le hizo el se­
ñor Regente.

ACUERDO PAR A QUE SE COMUNIQUE AVISO DE LA A P E R ­

TU RA DE LA AUDIENCIA A LOS PUEBLOS DE SU

TERRITORIO
 Los señores del Acuerdo de esta Real Audiencia de Extrema­
dura, con residencia en la villa de Cáceres, en el general cele­
brado hoy 29 de abril de 1791, determinaron que se comunicase
aviso a las cabezas de partido con lista a cada cual de los pueblos
visitados por los señores de dicha Audiencia, noticiando a sus
respectivos corregidores o alcaldes mayores la apertura del T ri­
bunal, ejecutada el 27 del corriente, para que lo comuniquen a
los pueblos de cada cual, según que se señalan en dichas listas,
previniéndoles que lo ejecuten por el correo a las poblaciones
donde lo hubiese y a las que no tuviesen este auxilio, por cual­
quier otro medio poco o nada costoso, excusando veredas gravo­
sas, advirtiéndoles que recojan las respuestas y remitan a la se­
cretaría de Acuerdo por mano del fiscal de S. M., y lo rubricó el
señor decano de que certifico. — (Nota): En correo de abril de 91,
se pusieron los avisos a las ocho cabezas de partido, com o s o n :
Cáceres, Trujillo, La Serena, Mérida, Llerena, Badajoz, Plasencia,
Coria y Alcántara, remitiendo a cada cual la respectiva lista de
sus poblaciones, y otra con fecha de 4 de mayo por la que se le
comunicaba al corregidor de la villa de Cáceres.
PUEBLOS SUJETOS A LA R E A L AUDIENCIA, NUEVAMENTE

CREADA ESTE AÑO DE 1791, PARA L A PROVINCIA DE

EXTREM ADURA, EN LA V IL L A DE CACERES,

CON EXPRESION DE CADA PARTIDO

 Partido de Cáceres

Cáceres. Hinojal.
Arroyo del Puerco (7). Santiago del Campo.
Torreorgaz. Cañaveral.
Garrovillas. Casar de Cáceres.
Talabán. Arrabal de Zamarrillas.
Puebla de Ovando. Villa de Monroy (8).
Malpartida de Cáceres. Aldea del Cano.
Aliseda. Torrequemada.
Sierra de Fuentes.

(7) Hoy su denominación es Arroyo de la Luz, originario de la Virgen

del mismo nombre que allí se venera, Patrona del pueblo.
(8) Perteneció al Obispado de Plasencia.

-4 7 -
ORDEN Y PROVISION DEL CONSEJO. INSTRUCCION Y

PLANO PARA PROCEDER A LA V IS IT A DEL

PARTIDO DE CACERES
 He hecho presente al Consejo la representación que V. S. di­
rigió a S. E., el señor Gobernador, con fecha 13 de este mes, y
los mapas y listas que dispuso se formasen para la instrucción
de los ministerios de la nueva Real Audiencia de Extremadura,
en la visita de los partidos de aquella provincia que, respectiva­
mente, se les encarga y en su consecuencia ha resuelto se haga
en todo com o lo propone y pide V. S. y que cuando en el expe­
diente copias de las listas se entregue la respectiva con su plan
a cada ministro de los que existen en esta corte, con el despacho
de comisión, ejemplares de instrucción e interrogatorio y que
lo mismo se ejecute con los que están en Sevilla por mano de
aquel regente y en derechura a los que se hallan en Cáceres, con
prevención a todos, de que desde luego den principio a la visita
que les está encargada, procurando adelantarla lo posible, para
que la Real Audiencia pueda dar principio al despacho en el día
primero hábil de las próximas vacaciones de Resurrección que se
señala para ello, comunicándose a este fin los avisos correspon­
dientes como está acordado, a la Chancillería de Granada y a los
corregidores de la provincia de Extremadura, como también rela­
tores y escribanos de Cámara y demás subalternos nombrados,
para que antes de dicho día, se hallen en la villa de Cáceres al
desempeño de sus respectivos empleos y que de esta providencia
se dé aviso a V. S., para su inteligencia, como lo ejecuto de orden
del Consejo, incluyendo el despacho auxiliatorio, lista y mapas (9)
de los pueblos del partido de Cáceres, cuya visita está encargada
a V. S., cuarenta ejemplares en papel simple y uno autorizado
de la Instrucción y otros tantos del Interrogatorio, para que tam­
bién pueda V. S. proceder a la ejecución de dicha visita con arre­
glo a estos documentos y a la citada resolución del Consejo, en
inteligencia de que con fecha de 2 1 del corriente, se comunica­
ron las órdenes correspondientes a los ministros que se hallan en

(9) Sólo se conserva de estos mapas el correspondiente al partido de

Badajoz.

-5 1 -
Sevilla y Cáceres, con la de 22, a don Francisco Javier de Con-
treras, y con ésta a los demás que se hallan en Madrid, haciendo
las advertencias acordadas, y del recibo de todo me dará V. S.
aviso para noticia del Consejo. Dios guarde a V. S. muchos años.
Madrid, 24 de enero de 1791. — (Firmado y rubricado.) Don Pedro
Escolano de Arrieta.
Don Carlos, por la gracia de Dios, rey de Castilla, de León, de
Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada,
de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Menorca, de
Sevilla, de Cerdeña, de Jaén, de Córdoba y Córcega, etc. A vos
don Arias Antonio Mon y Velarde, del nuestro Consejo y Regente
de la nueva Audiencia de Extremadura mandada establecer por
Real resolución de N. R. P., a consulta de nuestro Consejo de
21 de octubre de 1784, que fue publicada en 7 de abril del co­
rriente, bajo las reglas y prevenciones contenidas en la Real
Pragmática de 30 de mayo siguiente, de que os halláis enterado,
sabed: Que deseando nuestro Consejo que al empezar la Audien­
cia de Extremadura el ejercicio de las funciones de su instituto,
se hallen sus ministros enterados y con conocimiento práctico
de la constitución física y política de aquella provincia y que
juntos después, procedan con acierto, especialmente en la parte
gubernativa, trato con noticia de N. R. P., el modo y medios de
ejecutar una visita de los nueve partidos en que está dividida
la provincia, conviene a saber el de Cáceres, Alcántara, Coria,
Plasencia, Trujillo, Mérida, Badajoz, La Serena y Llerena, a cuyo
fin ha formado las instrucciones que deben servir de gobierno a
vos el Regente y ministros de la referida Audiencia, en el cabal
desempeño de este particular encargo, y las pasó a noticia de
N. R. P., por medio del conde de Campomanes, nuestro goberna­
dor del Consejo, a quien se devolvieron con Real Orden de 30 de
octubre último, preveniendo que enterado de ellas N. R. P., se
había servido resolver que nuestro Consejo tomase por sí mismo
en estos asuntos las providencias que tenga por convenientes,
procurando acortar el tiempo de la comisión y abreviar el esta­
blecimiento de la Audiencia, poniéndola cuanto antes en ejer­
cicio. Deseando nuestro Consejo tengan el más pronto cum pli­
miento estas reales intenciones, ha dado las disposiciones conve­
nientes al intento, señalando a cada ministro el partido que debe
visitar, mandando se les entreguen las instrucciones a que han
de arreglar sus operaciones y expidiendo a cada uno el corres­
-52-
pondiente despacho auxiliatorio. Por tanto y habiéndoseos se­
ñalado la del partido de Cáceres, os mandamos paséis desde luego
a él y por ante escribano, que sea de vuestra mayor satisfacción,
pongáis en ejecución la visita que se os encarga en cada pueblo
de los que comprende, con arreglo en todo a la instrucción que
acompaña a esta nuestra carta, firmada del infrascrito nuestro
secretario, escribano de Cámara más antiguo y de gobierno de
nuestro Consejo, procediendo en el pulso, moderación y examen
que requiere la importancia del asunto, en que no sólo interesa
principalmente el bien y prosperidad de los naturales de dicha
provincia, que es el objeto a que se ha dirigido el establecimiento
de esa Audiencia, sino que así instruida y reunidos después vues­
tros conocimientos, con los que adquieran los demás ministros en
sus respectivos partidos, al empezar la Audiencia el ejercicio de
su instituto, os hallaréis todos con los conocimientos y noticias
que os faciliten la mayor inteligencia y más fácil y pronta ex ­
pedición de los negocios que ocurran en ella, cuya visita ejecu­
taréis y concluiréis dentro del término de tres meses contados
desde el día en que dieseis principio de ella y si antes la fene­
cieseis, os retiraréis con los autos y diligencias de la visita, po­
niendo por cabeza de ellas esta nuestra Real Provisión y las ins­
trucciones que se os entregarán con ella, pasando a fijar vuestra
residencia en la villa de Cáceres, para dar principio al despacho
de la Audiencia, con los demás ministros que se fuesen reuniendo,
y de la referida instrucción haréis se pongan copias en los libros
capitulares de cada pueblo de los de vuestro partido, dejando
además, un ejemplar impreso de ella para los usos convenientes
a los mismos pueblos. Y mandamos a las justicias y Ayunta­
mientos de la villa de Cáceres y demás villas y lugares com pren­
didas en su partido, así de realengo como de señorío, abadengo,
órdenes y villas eximidas y demás personas a quien en cualquier
manera toque o tocar pueda, que vista esta nuestra carta, no os
impidan con ningún pretexto ni motivo, el uso y ejercicio de esta
comisión, en cuanto sea necesario para su m ejor desempeño, si
no que antes, bien os den y hagan dar todo el favor y auxilio que
para ello le pidiéseis, estando todos prestos a vuestro auto y lla­
mamientos por convenir así a nuestro real servicio, pues para
todo os damos poder y comisión en forma tan bastante com o es
necesario y en tal caso de derecho se requiere. Que así es nuestra
voluntad. Dada en Madrid a 7 de diciembre de 1790. —• (Firmado
y rubricado: El Conde de Campomanes). — Don Pedro Buriel. —
-53-
Don Pedro Flores. — Don Mariano Colón. — Don Juan Marino.
Yo, don Pedro Bscolano de Arrieta, secretario del rey nuestro
señor y su escribano de Cámara. La hice escribir por su man­
dado, con acuerdo de los de su Consejo. — (Firmado y rubricado.)
Leonardo Márques. Por el Canciller mayor, Leonardo Márques. —<
Secretario Escolano.
De oficio de V. A., manda que don Pedro Arias Mon, regente
de la nueva Real Audiencia de Extremadura, pase a ejecutar en
los pueblos del partido de Cáceres, la visita que se le comete,
con arreglo a la instrucción que acompaña y que las justicias y
Ayuntamientos de dichos pueblos, no sólo no se lo impidan, sino
que antes bien le den y hagan dar todo el auxilio que les p i­
diese. — Gobierno.

INSTRUCCION PA RA LA V ISITA QUE DEBEN HACER EL

REGENTE Y MINISTROS DE LA NUEVA R EAL AUDIENCIA

DE EXTREM ADURA EN LOS NUEVE PARTIDOS DE QUE

SE COMPONE AQUELLA PROVINCIA, FORMADA Y

APROBADA POR EL CONSEJO. AÑO 1790.

-54-
 Instrucción que forma el Consejo para la visita que deben
hacer el Regente, Oidores y Alcaldes de la nueva Real Audiencia,
de Extremadura, para enterarse de antemano del estado de aque­
lla provincia y proceder sucesivamente con este conocimiento a.
congregarse en forma de Tribunal en la villa de Cáceres, consi­
guiente a la Real Pragmática de 30 de mayo de este año.
I. El Rey a consulta del Consejo pleno se ha dignado resol­
ver la erección de una Real Audiencia para la provincia de Extre­
madura, compuesta de un regente, una sala Civil, otra Criminal
y un fiscal, fijándose en !a Villa de Cáceres.
II. Los individuos de este Tribunal, para ser útiles y fructuo­
sos, deberán antes de unirse en su residencia de Cáceres, reco­
rrer la provincia encomendándose al Regente y a los ministros
civiles y criminales una especie de visita de los nueve partidos
de Alcántara, Plasencia, Obispado de Coria, del Tajo a aquella
ciudad, Cáceres, Trujillo, Mérida, Badajoz, La Serena y Llerena,
que pueden desempeñar cómodamente dándose el partido de Cá­
ceres al Regente y distribuyéndose los ocho restantes entre los
cuatro oidores y cuatro alcaldes del Crimen, de modo que, con
temporáneamente, puedan recorrer la provincia cada uno en su
distrito y perfeccionar con esta distribución una descripción pun­
tual d$ su situación física y política.
III. En esta visita reconocerá cada ministro ocularmente to­
dos los pueblos del partido que se le encomendase, enterándose
de su vecindario y de los perjuicios que sufra su respectivo go­
bierno en el manejo de caudales públicos y en cualesquiera otros
asuntos, recibiendo si fuere necesario, justificaciones ante los res­
pectivos escribanos de los pueblos o de sus contornos que sean
de su satisfacción; pero de modo que se excusen en lo posible
dietas.
IV. Asimismo, se informarán de los pleitos civiles y crim i­
nales que hubiera pendientes en cada pueblo del partido en pri­
mera instancia o en grado de apelación y en qué Tribunal dis­
pone de que los escribanos actuarios, ora sean del número o de

-5 7 -
 y adjudicar los que no necesiten aumento de pobladores o a par­
comisión, den razón expresiva de su principio, materia sobre que
ticulares que a sus expensas y en su defecto los reducen a labor
recaen y su estado, incluyendo en esta noticia las causas de con­
y plantío, deberán tomar individual razón de los tales terrenos
trabando y de cualquier fuero porque esta relación o lista com ­
que hubiera en cada pueblo y cabida por mayor, estado y calidad.
pleta pondrán a la Audiencia en estado de reconocer los objetos
IX. Los montes y plantíos se hallan en gran abandono en
civiles y criminales que se versan en la provincia de Extrema­
la provincia de Extremadura, siendo su suelo tan apto para en­
dura y los que convendrá encomendarles además de los de su
cina y olivos, dependiendo de que no se limpian, guían y olivan
natural dotación, pues con la cercanía se administrará la justi­
las encinas y alcornoques, quemándose y talándose, con recelo de
cia más prontamente en aquella provincia fronteriza, montuosa
que este daño sea causado por ganaderos, y para proveer de rem e­
y dilatada. dio, será muy conducente y ventajoso a la provincia enterarse
V. El intendente con distinción de partidos, prevendrá a sus
de lo que pasa y de los remedios oportunos, oyendo el ministro
subdelegados den a los ministros respectivos del partido noticia
del partido a personas prácticas de los respectivos pueblos, a
o lista de las causas que por misión tiene a su cargo e igualmente
los caballeros de conocida providad, a los curas párrocos y otras
el Capitán General, excluidas las que sean, precisamente del fuero
que puedan dar luces suficientes a venir en conocimiento del es­
militar y económicas de la Real Hacienda, y lo mismo deberán
tado y extensión de estos terrenos.
hacer los comisionados del Excmo. Sr. Gobernador del Consejo,
X. El gran número de acebuches u olivos silvestres de que
que entiendan en la persecución de ladrones y forajidos en aque­
abundan los montes de Extremadura, se puede utilizar injertán­
lla provincia y montes de Talavera, de manera que nada se es­
dolos y reduciéndolos a olivos, desguajando la maleza y repar­
conda a la inspección y visita que se encomienda a estos mi.
tiéndolos por suertes vecinales, cuyo ramo por sí solo aumen­
nistros. tará la riqueza de aquella provincia, conviene pues, que en esta
VI. Del propio modo, las justicias y demás personas de su
visita se tome razón por el ministro encargado, de los acebuchales
confianza les deberán dar los informes que pidieran para ente­
que hubiere en cada pueblo del partido para poder dividirlos en
rarse de la buena o mala gobernación de cada pueblo y de las
suertes vecinales y concederles lo sobrante a personas que por
personas que turban el buen orden o la buena administración
su utilidad los reduzcan a olivares, limpiando tales terrenos e
de justicia o acusen escándalo público, procurando sobre estos
injertando los acebuches.
informes, asegurarse de lo que verdaderamente pasa sin dar asen­
XI. La labor es un ramo que debe animarse teniendo los
so a tales especies ligeramente ni permitir se proceda sin arreglo
granos salida en muchos años de Extremadura para Andalucía,
a lo dispuesto por las leyes.
y siempre en el reino confínate de Portugal, merece pues, entre
VII. Si hallasen causas criminales abonadas o en atraso, po­
las indagaciones que haga el ministro del partido, una particular
drá cada uno de estos ministros en su partido reconocerlas y dis­
atención el enterarse por las tarmias de diezmos de la labranza
poner por escrito el modo de que tengan curso, que se arresten
actual y del que se puede aumentar, y asimismo de las dehesas
los reos o pongan en libertad los que injustamente o por leves que son de pasto y labor que se hallen reducidas a puro pasto,
motivos estuvieran aprisionados, sin impedir, entre tanto que el para restituirlas a este aprovechamiento alternativo, en cuya ave­
Tribunal se congrega, el curso ordinario de las apelaciones en la riguación deben poner gran diligencia por ser el medio más eficaz
forma que hasta ahora se han llevado las alzadas a los Tribunales de restablecer la agricultura.
superiores, pues el ejecicio de esta autoridad no debe empezar X II. Para los frutales es m uy apto aquel suelo y señalada­
hasta que la Audiencia se halle reunida y formada a que precede mente para el plantío de naranjas y limones, fruto útilísimo en
esta visita por vía de preparación instructiva. un país tan caluroso y que los portugueses confinantes promue­
V III. Como abundan los terrenos incultos entregados a la ven con mucha aplicación y provecho.
maleza y el aumento de la población penda de reducirlos a cul­ X III. Los pastos en la Extremadura, deben promoverse cuan­
tivo en repartimiento de suertes para dotar a los vecinos actuales to sea posible en beneficio de los ganados, para lo cual se infor­

-59-
mará cada ministro de los medios con que pueda adelantar este
9bjeto, así en los montes de parajes cerrados de maleza como en
1.a limpieza de las dehesas, y por cualquier otro modo que infor-
ipen las personas imparciales e inteligentes.
XIV. Cada ministro en su partido tomará noticia de las fábri­
cas de paño, tenerías, sombreros y otras manufacturas que hu­
biese en los respectivos pueblos o puedan promoverse en ellos.
XV. De todos estos particulares, se formará un interrogatorio
impreso para que, por capítulo los conteste la justicia y Ayunta­
miento de cada pueblo, llevando número de ejemplares sobrantes
para los informes que deban hacer las personas particulares.
XVI. Para evitar confusión por lo respectivo a cada pueblo,
deberá coordinarse en expediente separado y traerse a la Real
Audiencia todo lo perteneciente a él, a fin de que se guarde en la
Escribanía de Acuerdo, formando el ministro encargado un libro
de inventario de los pueblos de su partido por orden alfabético
en que consten las piezas o asientos por mayor de cada expedien­ INTERROGATORIO FORMADO DE ORDEN DEL CONSEJO
te para su fácil busca y uso en todo tiempo, sin poderse sacar PARA E L GOBIERNO DEL REGENTE Y MINISTROS DE
del lugar en que estuviesen archivados con pretexto alguno, sin
LA R E A L AUDIENCIA DE EXTREM ADURA, EN LA V IS I­
perjuicio de darse las certificaciones que fuesen necesarias a su
tjempo. TA QUE DEBEN PRACTICAR EN LOS PARTIDOS DE AQUE­
X V II. Este índice, formado como va dicho por el ministro LLA PROVINCIA QUE SE LES HAN ASIGNADO POR EL
del partido, deberá también autorizarse por el escribano del Acuer­
do, para que en todo tiempo conste su legalidad, foliando y ru­ EXCMO. SR. CONDE DE CAMPOMANES, GOBERNADOR
bricando las hojas. DEL CONSEJO
X V III. Además de estos expedientes particulares, deberá ex ­
tender el ministro un informe comprensivo de las observaciones
generales tocantes a su partido, copiándose igualmente en el li­
bro destinado para el índice de expedientes y colocándose el ori­
ginal entre los papeles del Acuerdo, donde podrá leerse en las
primeras sesiones de la Real Audiencia, pasándose sucesivamente
al fiscal para que se instruya de todo y proponga al mejor servicio
de S. M. y al beneficio público de aquellos naturales.
X IX . Ultimamente, deberán dichos ministros tomar en sus
respectivos partidos todas las demás noticias que les dictare su
celo y contemplen útiles y necesarias para el m ejor desempeño
de sus ministerios y asegurar el acierto en sus deliberaciones a
beneficio de los vasallos de S. M.
Madrid, 6 de noviembre de 1790. El Conde de Campomanes. —
(Es copia de su original de que certifico. — (Firmado y rubricado.)
Don Pedro Escolano de Arrieta.

-60-
 I. En la prescripción de cada pueblo se manifestará si es
ciudad, villa o aldea, y si es cabeza de partido o lo que dista de
ella, situación por los cuatro vientos, la distancia a la villa de
Cáceres, la extensión de sus términos, con qué pueblos confina,
la distancia de éstos, si son del territorio de la Audiencia o de
alguna de las dos chancillerías, manifestando en este caso lo que
distan de éstas y de aquéllas o de la Audiencia de Sevilla o si
pertenecen al reino de Portugal, teniendo mucho cuidado de es­
pecificar los límites del territorio asignado a la Audiencia y a la
diócesis a que corresponden o si fuesen nulüos.
II. Si el pueblo es realengo, de beetría o hay mitad de oficios,
si es de señorío, a quien pertenece y en este caso, si el dueño
lo es sólo de la jurisdicción o de parte del terreno; en qué forma
se hace la elección de sujetos para la administración de justicia
o gobierno, el número de éstos, y si hubiese corregidor o alcalde
mayor, si tienen comisiones o subdelegaciones, qué salarios y
emolumentos perciben y asimismo de qué fondos se les paga.
Si los alcaldes son pedáneos, de qué causas conocen, en qué forma
y hasta qué cantidad se entiende su conocimiento; qué número
hay de abogados, procuradores y escribanos, y si son reales o
numerarios y si con respecto al vecindario sobran o faltan y el
número de todos los subalternos, expresando su salario si lo tie­
nen y qué arancel se observa en los juzgados.
III. Qué vecindario tiene cada pueblo, su aplicación y oficio
y número de cada clase; si forman gremios con ordenanzas apro­
badas o n o; si hacen exámenes para el ingreso y su costo; qué
diversiones suelen ser las más comunes entre los naturales o si
se nota inclinación a algún vicio; si en los oficiales o jornaleros
se advierte abuso en el modo u horas de trabajo, así como el pre­
cio corriente de los jornales.
IV. Si hay abastos públicos con arriendo o administración,
de qué especie o si son libres y qué pesos y medidas se usan,
si son unos mismos en los pueblos confinantes.

-6 3 -
 V. Si hay casas de Ayuntamiento o para el corregidor o alcal­
de mayor, y cárcel, su extensión o estado y si hay otros edificios
notables; si hay archivos públicos u oficio de hipotecas.
VI. Como han sido muy graves e irreparables los perjuicios
que algunas veces ha ocasionado el abandono de los protocolos y
oficios públicos por muerte de los escribanos reales y actuarios,
se tomará conocimiento en cada pueblo del destino que se les
haya dado y si están con el resguardo y seguridad conveniente
para evitar su extravío. ^ X X I. Si hay hospitales y obras pías, de qué especie, sus pa­
V II. Si hay pleitos civiles o criminales, el número de unos y
otros, su principio y estado, sin omitir el tiempo de la prisión, si
hubiere presos, por la justicia real ordinaria o por cualquiera co­
misionado, exceptuando solamente las del fuero militar.
V III. Se explicará el estado de las calles, su limpieza o asco,
si son anchas o angostas, llanas o pendientes.
IX. El número de mesones o posadas y su estado; el de los
caminos reales o de travesía, anotando con especialidad si hay
pasos peligrosos o si será costosa o fácil su reparación y si en
ellos han ocurrido desgracias.
X. Si se celebran ferias o mercados, en qué días, qué tráfico
se hace en éstos o si caso de no haberlos, convendría su estable­
cim iento; si hay algún comercio en el pueblo, de qué género o
frutos, así com o si hay alguna compañía para este fin.
XI. Si hay fábricas, de qué especie; si hay algunos tintes,
si se surten para sus ingredientes en el país, en el reino o del ex ­
tranjero, y caso de no haber uno ni otro, las proporciones que
haya para su establecimiento.
X II. Si hay propios o arbitrios, en qué consiste su valor
anual o por quinquenios, y si hay otros caudales públicos que no
estén comprendidos en aquellos ramos, su destino o inversión.
X III. Si hay penas de cámara, a qué cantidad suelen ascen­
der y si el pueblo se halla encabezado en este ramo, en cuánto.
XIV . Si hay pósito, sus fondos y estado.
XV. Si el pueblo tiene algunas ordenanzas con aprobación o
sin ellas. , lantamientos o el motivo de no haberlas.
XVI. Si hubiera catedral, se explicará el número de dignida­
des, canónigos, racioneros y más individuos y sirvientes de la
iglesia, sus rentas en qué consisten y las de la dignidad episcopal.
X V II. Se dará noticia de la Curia eclesiástica, donde la hu­
biera, del número de ministros y dependientes, si tiene reales
aranceles o cóm o se gobierna en este punto.
-64-
X V III. Qué número de parroquias tiene el pueblo, su dota­
ción y emolumentos y en qué consisten. Quién nombra párroco o
párrocos.
X IX . Si hay cementerio o necesidad de ellos o lugar donde
cómodamente se pueda hacer.
X X. Qué número de beneficios se hallan fundados, sus pa­
tronos, su dotación y en qué consiste, sus gravámenes, si son re­
sidenciales o no y lo mismo en cuanto a capellanías.
tronos, su dotación y en qué consisten sus gravámenes, quien las
administra y qué juez conoce de ellas.
X X II. Cuántas cofradías existen, sus fondos, número de co­
frades, su instituto y qué jueces cuidan del cumplimiento.
X X III. Si hay santuarios o ermitas, sus circunstancias; si
se concurre a ellos algún día, se celebra fiesta o procesión o si
suele ser ocasión de quimeras; si tienen rentas, en qué consisten
o qué limosnas suelen recoger, y si en ellos residen ermitaños,
quién los nombra.
X X IV . Qué número de conventos de ambos sexos hay, el ac­
tual de sus individuos, cuál sea el de su fundación, si dependen
de sus rentas o limosnas, sólo o de unos y otros; qué dotes per­
ciben los conventos de monjas en su ingreso y si en estos con­
ventos enseñan pública o privadamente.
XXV. Si hay seminarios, de qué especie, qué educación se
da en ellos, el número de individuos y de maestros, sus rentas en
qué consisten y su gobierno a cargo de quién está.
X X V I. Si hay alguna biblioteca pública y si se conservan al­
gunos manuscritos recomendables.
X X V II. Si hay escuela de niños o niñas de primeras letras,
estudios de Gramática u otros, su dotación y de qué efectos se
saca y quién cuida de su arreglo. Caso de no haber ni uno ni otro,
si se experimenta necesidad de establecerlas y los medios.
X X V III. Si hay sociedad económica, el número de indivi­
duos, sus fondos, concurrencia a sus juntas, sus progresos y ade­
X X IX . Si hay administración de correos, para qué pueblos
y que días se recibe y sale, qué número de denpendientes, y lo
mismo si hubiese administración de ventas reales o de lotería.
x x x - Si hay algunos dependientes de la Inquisición que sea
de número y voz en fuero.
-65-
 X X X I. Si hay regimiento de milicias u otros oficiales de ban­
dera o sargentos. . vecinos para aumentar tan precioso fruto, el estado y rul>i,l„ .1,
X X X II. Si hay algunas personas que turben el orden e im­
pidan la administración de justicia o que den escándalo publico.
X X X III. Si hay médico, cirujano, boticario u otros sirvientes
del público asalariados, qué salario tienen y de qué fondos se paga
o si los hay que no estén asalariados.
X X X IV . Si hay hospicio o casa de misericordia, a cargo de
qué persona o si hay juntas de caridad, de qué sujetos se com ­
pone y sus métodos. , pertenecen. Si están bien o mal cuidados y las causas que influ­
X X X V . Qué cosechas y qué especies de frutos se crian en
el término de cada pueblo por quinquenios, para lo que se reco­
gerán las tarmias de diezmos, explicando si hay algunas cosechas
de las cuales no se acostumbren pagarlos; si hay frutos sobran­
tes, cómo se benefician y cuál suele ser su precio corriente, pro­
curando averiguar a qué asciende, quién o quiénes sean los per­
ceptores de diezmos y si de algunos años a esta parte, se ha no­
tado aumento o disminución, en qué especies.
X X X V I. Si hay huertas que se rieguen y qué especies de le­
gumbres se suelen sembrar o plantar, si están arboladas, de qué
árboles, qué frutas abundan, su calidad o la causa de no estaño.
X X X V II. Cómo se cultivan las tierras, con qué instrumentos
y animales, si con muías o bueyes. ^ fraudes de éstas y perjuicio público, se conservan de monte y
X X X V III. Si hay ríos, fuentes o pantanos y si se cria a.guna
pesca en ellos, a quién pertenece y si se observan las reales or­
nes acerca de la misma; si se aprovechan sus aguas o se hallan
abandonadas, pudiendo abrirse alguna acequia o canal para re­
gar algún terreno; si se ha intentado o no las causas de no eje­
cutarse, si hay aguas minerales y su uso.
X X X IX . Si hay fuentes o barcas en que se pague portazgo
o algún derecho, cuánto y a quién pertenecen.
XL Si hay molinos de aceite o alguna máquina especial
para trillar u otra que facilite el beneficio de algunas cosechas.
X L I. Si hay terrenos incultos a propósito para la agricultura
o si hay quien los desmonte y quiera cultivarlos, la causa de no
efectuarse y su cabida. . guir las fieras, cómo se premia cada cabeza o piel que se presen­
X L II. Si se reparten por suerte algunos montes a los vecinos
para rozarlos y en qué forma se practica; si se perjudica a los
árboles o se procuran conservar.
X L III. Si hay terrenos poblados de acebuches u olivos sil­
vestres que se puedan injertar y distribuir en suerte entre los
-66-
estos montes por mayor.
X LIV . Si hay montes poblados de árboles o arbusUm, mu
especie, destino y utilidades; si se tiene noticias de que proiltiz
can algunas hierbas medicinales u otras que puedan beneficiarse
en alguna fábrica, como para jabón, tintes u otras; si se puede
sacar sin deteriorarlos leña de ellos, carbón o madera y qué uso
se puede hacer de éstas. Si estos montes son públicos o a quién
yen en esto.
XLV. Si hay montes impenetrables al ganado que sólo sir­
ven al abrigo de fieras, que sea conveniente desemontar o por qué
medios se puede conseguir.
XLVI. Si se suelen quemar los montes y para qué fines; qué
perjuicios se siguen de éstos y cómo suele castigarse este exceso.
X L V II. Si los montes se descascan y si de los descasques re­
sulta su ruina o se descascan a ley; a quién pertenece el precio
de la casca, si es de propios, cuánto produce para éstos cada arro­
ba y a qué precio sale a los curtidores.
X L V III. Si a pretexto de cultivar y arbolear algunas tierras
o terrenos, se han cerrado con motivo de las reales órdenes y en
para aprovecharse de los pastos, privando a los demás vecinos de
éstos y su extensión o cabida.
L. Se reconocerán los plantíos o semilleros ejecutados en vir­
tud de reales órdenes y su estado.
LI. Si hay castillos, casas de campo con terreno propio, su
cabida, destino y a quién pertenecen.
LII. Si hay algunos despoblados que consten por escrito o
tradición haber estado poblados; las causas de su despoblación
y si hay proporción o conveniencia en repoblarlos, cómo se apro­
vechan y por quién.
LU I. Si hay caza, de qué especie; si se guarda la veda y
exigen algunas penas por su contravención; si se sale a extin­
ta, y en qué número se puede regular cada año el de las fieras
que se matan.
LIV. Si hay colmenares, su número poco más o menos, cómo
se crían y conservan y la cosecha de miel y cera; de qué flores
se alimentan y si dejan de aplicarse los naturales a esta industria
-6 7 -
 i .

por los robos que sufren o por otro motivo, y cómo se cree que
se podría adelantar este importante ramo.
LV. Si hay cría de ganado, de qué especie, qué comercio se
hace con ellos y el número de cabezas poco más o menos.
LVI. Si hay minerales, de qué especie, si se benefician o no;
si hay canteras de mármol, jaspe, cal, yeso u otros, si se hace
uso de ellas.
LVII. Por último, se procurará adquirir y puntualizar las de­
más noticias que según la ocasión y circunstancias de los pue­
blos, parezcan conducentes para que la Audiencia se halle ente­
rada de su estado físico y político y pueda dentro de los límites
de las facultades que se le concedieran, atender y promover el
beneficio de los vasallos de S. M., y el aumento de todos los ra­
mos que les proporcionan sus substancias; pero usando con dis­
creción de este interrogatorio, de modo que se les inspire esta
confianza y se persuadan de las beneficiosas y piadosas intencio­
nes del soberano de este establecimiento. VISITA DEL PARTIDO
Madrid, 29 de diciembre de 1790. — Arias Antonio Mon. —
DE
Francisco Javier de Contreras. — Melchor Basadre. — El Conde
de la Concepción. (Es copia de su original que queda en el expe­ CACERES
diente del asunto de que certifico yo don Pedro Escolano de Aré-
valo, caballero pensionado de la Rael y Distinguida Orden Espa­ Jirada por el Regente de la Real Audiencia, don Arias Antonio
ñola de Carlos III, del Consejo de S. M., su secretario, escribano Mon y Velarde
de cámara más antiguo del Gobierno del Consejo. Y para que
conste, lo firmo en Madrid a 10 de enero de 1791.

-68-
 A LD EA DEL CANO

Es aldea perteneciente a la Villa de Cáceres, y aunque se ig¡*

ñora el establecimiento y origen, se dice que fue venta que lla­
maban del Cano. Confina entre Levante y Norte, con la Aldea
de Zamarrillas y con el término de la villa de Torreorgaz; un
poco más al Levante, con el de Torrequemada y al Levante, recto,
con Torremocha y Albalá; entre Levante y Mediodía, con la villa
de las Casas de don Antonio; al Mediodía con los lugares de Car-
monita y Cordobilla. Entre Mediodía y Poniente, con la Puebla
del Zángano; al Poniente, con Aliseda, y entre Poniente y Norte,
con Malpartida de Cáceres, quedando al Norte la villa de Cáceres,
que dista cuatro leguas cortas y es perteneciente a la diócesis de
Coria, de cuya ciudad dista catorce leguas. La extensión de su
término es la de media legua castellana de Levante a Poniente
y un cuarto de legua de Norte a Sur. Su situación es bastante
llana y tiene algunas calles espaciosas, aunque mal empedradas.
No se reputa por muy sano a causa de las muchas aguas de que
abunda, pues apenas hay casa sin pozo, y especialmente porque
un manantial que hay, del cual se surte el pueblo, está abandona­
do y se detienen las aguas en sus inmediaciones que fácilmente
pudieran darles salida.
Es pueblo de realengo, pero la jurisdicción es pedánea depen­
diente de dos jueces de la villa de Cáceres, en la que reside la
ordinaria y aquélla sólo entiende hasta dieciocho reales vellón y
en lo criminal a ejecutar las prisiones y dar cuenta a ésta.
I Hay dos alcaldes iguales en jurisdicción, otro de la Herman­
dad, dos regidores y un procurador síndico. Para aquellos oficios
nombran los ejercientes a sus sucesores, y los alcaldes van a ju ­
rar a Cáceres ante su coregidor, a quien pagan sus derechos y
después dan la posesión a los demás. Al procurador del común
lo nombran los veinticuatro electores que elige el pueblo. Hay
también escribano de fechos y un ministro, éste nombrado por la
justicia y tiene como los demás personas de gobierno. Cada uno

-71-

de todos aquéllos tiene sesenta reales anuales;el fiel de fechos,
tiene seiscientos reales que se le pagan del arbitrio, y al minis­
tro además de los sesenta reales que se le pagan de propios igual
qué a los demás alcaldes y regidores, se le agregan dos cuartos
de puesto y otros dos de peso por cualquier cosa que se vende,
para cuyo fin están los pesos y medidas en su casa, lo que se es­
tableció en tiempo del corregidor marqués de Pejas.
El vecindario de este pueblo lo componen doscientos cuaren­
ta vecinos, entre los cuales no hay noble alguno, siendo su apli­
cación la agricultura; pero más de dos partes son jornaleros y
pastores. Aquéllos trabajan en tiempo de invierno hasta abril, por
veinticinco reales al mes y diez panes y medio de siete cuartero­
nes de mediado, y por arar y hacer leña ganan un real o dos y de
comer, y por rozar, tres, trabajando de sol a sol. En la siega de
avena, ganan cuatro reales; en la de centeno, cinco y en la de
trigo, seis y en el esquileo cuatro reales. Sus diversiones más co ­
munes son el baile y juego; pero en la Nochebuena suelen traer
los mozos un madero al pueblo que se siguen quimeras y algu­
nas desgracias.
Los abastos de vino y aceite se hallan arrendados cada uno
en seiscientos reales y el de jabón, en seiscientos veinticinco, los
que no se hallan manifestados com o propios ni arbitrios. Los pe­
sos y medidas son iguales a los de la capital, aunque la leche y
miel son mayores y se miden por la antigua.
No hay casa de Ayuntamiento y se celebran sus juntas en la
cárcel, siendo ésta muy poco segura y no se puede dejar en ella
sin guarda reo de gravedad, sobre lo que se ha representado va­
rias veces inútilmente.
No hay oficios de escribano ni protocolos y los papeles del Con­
cejo se hallan con poca seguridad en casa del fiel de fechos. Hay
dos mesones o posadas de particulares y los caminos dentro del
término son regulares y sin paso malo, a excepción de los que
hay en la calle de este pueblo y la falta de puente sobre el arro­
y o llamado de Ayuela, que sirve de linde a este término, por cuya
parte crece mucho en el invierno. ^ tero los vecinos y forasteros, si son feligreses de alguna parro­
No hay feria ni mercado ni fábrica alguna, a excepción de
cuatro telares, tres de hombres y uno de mujer que tejen lienzo
casero y algunas telillas de lino y lana vistosas y de buena ca­
lidad que sirven para zagalejos y otros usos, para lo que llevan a
teñir el hilado a la villa de Cáceres, y sería muy útil que se a u ­
mentase esta industria.
-72-
No hay propios; pero sí algunos arbitrios que consisten en la
hierba y pastos del prado boyal, en la rompedura del baldío Can­
chal Blanco, Valle del Concejo y sus rastrojos, cuyo valor ascien­
de anualmente sobre cinco mil seiscientos reales.
Las penas de Cámara se hallan puestas por encabezamiento,
en veinticuatro reales. Hay pósito, y la casa necesita ser repa­
rada. Su fondo no es fijo y consiste al presente en dos mil ciento
cincuenta y seis fanegas de trigo; trescientas sesenta y seis de
centeno y ciento cuarenta reales en dinero, siendo sólo para so­
corro de labradores y no para panadeo, lo que es excesivo y de­
biera reducirse. Sobre el estado de la caza se ha representado
también sin fruto.
Tiene una sola parroquia, cuyo beneficio es proveer de S. M.,
o del ordinario, según el mes de la vacante. La iglesia es bastan­
te capaz, de una sola nave. Se venera en el Altar Mayor a su pa­
trono San Martín y tiene esta parroquia dos anejos llamados uno
Nuestra Señora de Gracia, en el término de Las Cerveras, en­
frente a la casa del Marqués de Camarena, y otra del Mar­
qués del Reino. Las Cerveras y la de Cachorrera, son de este
anejo; el otro, Santiago de Vencaliz, terreno del Conde de Torre
Alias, a media legua larga de este pueblo, sin que se sepa si ha
habido mayor población y ahora se hallan reducidos a casas de
campo. La obligación del párroco es que se diga una misa en
la primera todos los días festivos desde San Pedro hasta San
Andrés y en la segunda, desde éste hasta completar veinticuatro
días festivos. Hay tradición de que había en lo antiguo otras dos
ermitas, en las que tenía el párroco igual obligación, consistente
la dotación de éste en tres partes de todos los diezmos y es uno
de los beneficios más pingües de la diócesis, porque la parroquia
se extiende fuera del término del pueblo por el Mediodía hasta
el río Lacra; por el Norte, hasta el Salor, porque en el prado
y baldío de este lugar pagan todos enteramente sus diezmos a
esta parroquia, aunque sean feligreses de otra de este Arcipres-
tazgo. De lo restante de su campana, pagan igualmente por en­
quia que no sea del Arciprestazgo de Cáceres, pero si lo son pa­
gan por mitad a esta parroquia y a la del domicilio. Cuando los
diezmos se adeudan en baldíos de Cáceres, pertenecen por entero
a esta parroquia y lo mismo si se adeudan en heredamientos, pero
si se adeudan en dehesas fuera de su campana por vecinos de esta
-7 3 -
parroquia, si son propias de vecinos de Cáceres, pagan por mitad
a ésta y a la villa de Cáceres, donde es el dueño feligrés.
No hay cementerio com o previene la real Pragmática y con­
vendría se estableciese por la situación de la iglesia y del pueblo,
para lo que hay sitio a propósito.
Hay el beneficio con el título de sacristía que tiene a su cargo,
consistente su dotación en tres partes de las primicias que regu­
ladas por un quinquenio asciende cada año a cincuenta fanegas
de trigo, veinticuatro de avena y dos arrobas y media de vino,
que son ’las especies de que se paga primicia y también de cebada,
pero apenas se siembra. También hay dos capellanías, la una de
patronato del párroco que antes la servía y ahora la ejecuta un
eclesiástico con la obligación de misa de alba en invierno y la de
once en verano los días festivos, cuyas cargas aceptó con jura­
mento y la renta se reduce a la mitad de las mismas. La otra es
fundación de F. Cordero, cuya circunstancia se ignora y se dice
que también hay otra llamada la Terrona, fundada por una mujer
de este nombre.
Hay un hospital que sirve para recoger mendigos transeúntes
y el párroco está obligado a mantener la casa que suele servir
pava albergar a personas desconocidas que no son verdaderos po­
bres, lo que convendría prohibir su uso.
Hay sólo una ermita que está dentro del pueblo, en la que se
venera a Nuestra Señora del Pueblo, sin renta alguna en la que
hay una mujer oue por devoción la asea y limpia. Hay cinco co ­
fradías la de San Martín, su instituto, conducir de este pueblo
a otro los enfermos; la de la Cruz, enterrar los muertos; la de
Las Animas, la del Santísimo, y la del Rosario.
Hay escuela de primeras letras dotada en dos reales diarios
de propios y cada muchacho paga además, real y medio si lee y
dos si escribe. No hay correo, pero sí administración de pólvora
y estanquillo. Hay un familiar de la Inquisición y un soldado re­
tirado y cinco de milicias del Regimiento de Plasencia. Hay ciru­
jano a quien se pagan diez reales diarios por repartimiento^ entre
los vecinos, se le da casa, media fanega de sal y algunos años un
cerd o; también hay dos aserradores, con quien están ajustados los
vecinos.
Las cosechas más comunes son de trigo, centeno, avena, lana
y cría de algunos cerdos y cabras. Los diezmos por un quinque­
nio se regulan por año en cuatrocientas fanegas de trigo, doscien­
tas de centeno, ciento veinte de avena, cien arrobas de lana, cin­
—74 —
cuenta borregos, cincuenta chivos, seis arrobas de queso de ovo
ja, diez de cabra y sesenta cerdos. También se hace alguna cose
cha de garbanzos, miel, cera y lino. Se dividen éstos en nueve
partes, de las cuales, dos tocan a S. M., dos a la dignidad episco­
pal, tres al beneficio curado, una al cabildo de Coria y otra a la
fábrica de la iglesia. Los frutos sobrantes se extraen para la villa
de Cáceres y se advierte aumento en las cosechas y en el vecin­
dario, pagándose también primicia. Esta se divide en nueve par­
tes, dos percibe el Obispo de Coria, el Cabildo de ella una, tres
el beneficio curado y tres el sacristán. Se cobra de todo cosechero
que coge once fanegas, once arrobas de vino y ocho de garbanzos.
No hay huertas ni arboleda, aunque pudiera haberlas para lo
que es terreno muy a propósito si los vecinos se aplicasen a plan­
tar. Se hace la labor con bueyes y habrá como ochenta yuntas.
A distancia de un cuarto de legua, pasa el río dicho de Ayuela
cuya pesca se reduce a algunas pardillas y peces. También hay
dos charcas en el pueblo, una propia de éste en la que se crían
tencas y la otra propia de don Gonzalo Carvajal, vecino de Cá­
ceres que también las tiene.
Fuera de la jurisdicción, pero en la parroquia, posee la casa
del Marqués de Cangrena la Real, una casa y dos molinos hari­
neros donde dicen Lias Argnijuelas y otra charca hay en la cita­
da casa del conde de Torre Arias. En La Zafra, fuera del térmi­
no, pero en la parroquia, hay también dos molinos harineros de
vecinos de este pueblo y por falta de agua hay en él tres o cua­
tro que muelen con caballerías. También hay varias fuentes y en­
tre ellas la llamada del Pilar, de donde se abastece el pueblo y
beben sus ganados, pero se halla sin corriente y detenidas sus
aguas, de suerte que no puede dejar de ser perjudicial a la salud
pública y se debe mandar a los vecinos la pongan corriente, lo
que es fácil. Se halla en el término un terreno llamado Las Manyas
y otro Canchal Blanco, muy a propósito para viñedos de frutas de
hueso e higueras, los cuales, aunque se siembran a su vez, sirven
para pasto en los demás años, y así se malogra mucha utilidad
que producirían destinados a aquel fin si se ocuparan los jorna­
leros que se están ociosos fuera de los tiempos precisos de bar­
becheras, sementeras y granos, que es casi la mitad del año, pero
para que se repartan estos terrenos, se tropieza con la oposición
de los que se dicen herederos y que interesan en tenerlos de
pastos la mayor parte del tiempo.
-75-
 Tiene este pueblo su partido que le da la villa de Cáceres en
la dehesa La Zafra, que es de mil doscientas cincuenta y ocho
fanegas, y también les concede rozas en la Sierra de San Pedro,
pero sobre el canon de dos fanegas por quince, pagando derechos
de presentación de memorial y dietas a los que van a los reco­
nocimientos y quemas, opinando algunos, pudieran romper parte
del prado boyal.
Carece de montes este pueblo y solamente se encuentran en
dicho prado algunas encinas y alcornoques, por lo que se ven
precisados a salir a hurtar leña, bien que de retama no falta y
pudieran fácilmente aumentarse aquellos árboles.
No le faltan pastos porque disfruta la comunión con la villa
de Cáceres en sus baldíos y Sierra de San Pedro. Estos natura­
les opinan que con los descasques frecuentes se arruinan los mon­
tes, aunque se aumente el valor de los propios, pues antes se eje­
cutaban aquéllos cada diez años y ahora se repiten de cinco en
cinco. Hay caza menor, especialmente liebres, y dicen que se ob­
servan las reales ordenanzas.
Hay algunos vecinos que tienen colmenas en la Sierra de San
Pedro en número de cuatrocientas, poco más o menos y en la de­
hesa de don José María Mayoralgo, se aumentaría este ramo si
se evitasen los robos. Habrá com o ochocientos cerdos y cerca de
cuatrocientas cabezas de ganado vacuno, de lanar mil quinientas
y de cabrío, mil ciento.
Se halla encabezado el pueblo por alcabalas en dos mil cua­
trocientas sesenta y cinco reales, por millones en mil novecientos
treinta y ocho y por servicio ordinario en ciento sesenta y un
real y diecinueve maravedís.
ALISEDA
Es aldea como la anterior, perteneciente a la villa de Cáceres,
situada en la Sierra de San Pedro a cinco leguas de su capital,
al mediodía, en un cerro aislado por todas partes y cortados por
tres arroyuelos que le bañan y todos entran por el que corre hacia
el Oriente.
Su situación es pendiente en su mayor parte, porque empieza
la población desde la cumbre hasta la falda del cerro. En aqué­
lla, se hallan vestigios de una casa arruinada que dicen haber
-7 6 -
sido castillo, de lo que hay algunos indicios, tal como la bóveda
de una cisterna con agua. La calle principal es la de la iglesia,
que sube hasta el indicado castillo, muy pendiente y sirve de trán­
sito para Alburquerque y otras partes. Es bastante llana, larga y
espaciosa y bien empedrada. La casa castillo pertenece al mar­
qués de la Aliseda, el que sólo disfruta en este pueblo de una
corta hacienda.
No se tienen noticias del origen de esta población, pero existe
en su archivo el título de exención que le concedió la villa de
Cáceres en 1426, a fin de que se poblase bien y por ser camino
real vayan los pasajeros más seguros y estén las sierras libres de
hombres que hagan mal, confirmada dicha exención por Juan II
en 1429, y por su hijo don Enrique, quien sin perjuicio suyo ni
de otro alguno, los liberta de derechos y pechos, pero sin recar­
gárselo a Cáceres ni hace mención sobre el servicio de tropa, por
lo que se siguió pleitos entre la villa y aldea.
Confina su término con la dehesa Mediacacha, propia del con­
de de lorre Arias, y desde ésta a Peñaquemada, perteneciente a
Cáceres, tiene legua y media. Desde el sitio llamado El Hito, hasta
la Salabarqtiera, legua de largo. Los pueblos de su circunferencia
s o n : Aldea del Cano, seis leguas al oriente; Puebla del Zángano,
al mediodía, que dista cuatro, y al norte Malpartida, y entre ésta
y poniente la villa de A rroyo del Puerco, todos incluso en este
partido y perteneciente a la diócesis de Coria, de cuya ciudad dis­
ta once leguas.
Es realengo este pueblo, pero su jurisdicción pedánea y la or­
dinaria, residen en los jueces de la villa de Cáceres. No hay noble
alguno, pero no es beetría, aunque no se permite a los vecinos
de la jurisdicción de Cáceres avecindarse en este pueblo, por el pe­
ligro que resultaría a aquella causa del expresado privilegio y
exención de contribuciones reales.
Hay dos alcaldes iguales en jurisdicción, que se extiende sólo
a dieciocho reales y en lo criminal hacer las prisiones en caso
necesario. Otros dos alcaldes de la hermandad que conocen de
las penas de montes, huertas y contra los que hacen daño en el
campo. Tres regidores, recayendo en el decano la Vara del alcalde
que falta. Hay también un procurador síndico y un ministro que
nombia la justicia, y para los demás oficios nombran los ejercien­
tes a sus sucesores y los alcaldes van a jurar a la villa de Cáce­
res, y después dan la posesión a los demás. Se exceptúa el procu­
rador del común, a quien nombran los veinticuatro electores que
-7 7 -
escoge el pueblo. No tienen salario alguno los capitulares, sína
cuando salen fuera, como a la sexmería, percibiendo ocho reales
diarios de propios y al alguacil se le pagan veintitrés ducados y
medio del mismo caudal y doscientos reales a un escribano nu­
merario que hay.
El vecindario de este pueblo se acerca a trescientos y se va
aumentando. Su aplicación es la labranza, jornaleros y pastores,
componiendo estas dos clases más de dos partes del pueblo.
Los jornaleros ganan en invierno y meses menores, dos reales
y medio, después tres y suben hasta cuatro secos, y en la siega,,
seis reales y de comer, trabajando todo el día. Se experimenta a -
guna retería en las colmenas.
Es vicio general en estos naturales el de f u m a r continuamen­
te, a lo que puede contribuir la situación y el fácil tránsito a
Portugal, aunque dicen que se han enmendado en punto de con­
trabando. Son muy aficionados a la caza, y tienen también sus
bailes y juegos de barra. _ . , ,
No hay abasto de carne, pero sí de vino, aceite y jaoon, que
se arriendan al que lo pone más barato a beneficio del pueblo, sin
sacar otro prove'cho. Los pesos son iguales a los de la villa de
Cáceres, pero las medidas mayores, y como antiguamente se usa­
ban en la jurisdicción. Hay casa de Ayuntamiento y contigua la
cárcel de una sola pieza y algunas prisiones, pero de poca seguri­
dad ,por lo que es preciso poner guardas a los reos. En la casa
del Pósito, existe el archivo de papeles del pueblo, cuyas llaves
no están distribuidas como corresponde, residiendo el oficio de
hipotecas en la cabeza del partido. En esta aldea hubo diferentes
escribanos, cuyos protocolos que comprenden parte del siglo xvi,
están en poder del actual escribano, pero con poca custodia.
Hay una posada particular y poco decente.^ Los caminos que
salen de este pueblo, así reales como de travesía, no son más que
sendas oue pudieran repararlos los mismos vecinos con más razón
que otros para cumplir con el motivo de las exenciones que gozan,
pues ensanchando los caminos y mejorándolos, se evitarían en
muchas partes los riesgos. Solamente pueden andar carros por el
camino de Cáceres, pues apenas se conocen los que van a Albur-
aerque Alcántara, Puebla del Zángano y otras partes, particu­
larmente el que va a Aldea del Cano. No hay feria ni mercado m
se hace tráfico ni comercio particular. Los propios son dos mi
reales escasos que consisten en dos fraguas, los pesos y medidas
que se arriendan y en algunas tierras que se dejan para este fin,
-7 8 -
d e los cuales se abonan los gastos de vereda, papel aolln.lo v
salarios expresados y también veinticuatro reales por la aprok.
ción. Se baila el pueblo encabezado en penas de cámara con vein
te reales, los que producen poco, pero no se ha llevado cuenta ni
razón de ellas. Hay pósito, cuya casa y graneros necesitan al­
guna obra y en la misma se halla el arca de Propios con tres
aves, consistente su fondo, según relación de los capitulares, en
mil setenta y una fanegas, pero por otra parte se dice que debe
tener seis mil y seiscientos realen en dinero, aunque hay quien
lo reduce a mil. No se ha encontrado ordenanza alguna.
Tiene este pueblo una sola parroquia, cuya iglesia es de una
nave grande y espaciosa. Su titular, el Misterio de la Purísima
Concepción, siendo la presentación del beneficio curado de S. M.,
o del ordianrio, según el mes de la vacante. Se regula su renta
y emolumentos en diez mil reales. La fábrica de la iglesia se halla
dotada con una parte de nueve de los diezmos. Tiene tres moli­
nos, dos harineros, uno en la rivera del pueblo y otro en el río
Salor, y el de aceite. Hay actualmente tres eclesiásticos, además
del párroco.
No hay otro cementerio que el atrio alrededor de la iglesia,
y convendría, atendiendo el vecindario y situación, su estable­
cimiento, según previene la Real Pragmática, para lo que hav
sitio a propósito.
Se puede considerar com o beneficio de la iglesia, la parte de
diezmos que está agregada a la dignidad del maestre-escuela de
la Santa Iglesia de Coria. También hay dos capellanías cortas,
una con renta en un molino que le reditúa treinta fanegas de pan
y algunas tierras que se labran en cuatro años. La otra, solamen­
te tiene de renta cincuenta reales de censo.
El hospital sirve de recogimiento a pobres forasteros y en
dar sepultura a algunos de éstos del pueblo. Su dotación consiste
en unas tierras, ascendiendo su renta a mil doscientos reales más
o menos.
Las cofradías son cinco: la del Santísimo, sin cofrades, con
un mayordomo que nombran los vecinos; la de La Vera Cruz
con pocos hermanos; la del Rosario, igualmente sin cofrades y
por ultimo la de Nuestra Señora del Campo. Esta cofradía da una
comida casi general el tercer día de Pascua de Resurrección
en la que se ofrecen limosnas que no se cumplen y sería conve­
niente prohibir esta comida. La cofradía de la Misericordia cuida
com o se ha dicho, del hospital, consistentes sus rentas en censos!
-79-
una casa y dos hornos por los que se paga cada día cuatro panes
de espino, como los que se crían en el huerto de don Vicente
de Ovando. Una legua antes de llegar al pueblo, más adelante de
> " L t á e n este término la ermita de Nuestra Señora del Campo,
los molinos de aceituna, se encuentran ya huertas cercadas con
distante media legua, con ermitaño que nombra el mayordomo y
perales y otros árboles. La labor se hace con bueyes, de los que
se concurre a ella en procesión. habrá doscientas yuntas, y como treinta de burros.
En las inmediaciones del pueblo se halla caída la de los Már­
El río Salor divide este pueblo de la villa de Cáceres, siendo
tires y la de Santa Catalina, a un cuarto de legua. No hay escue­
abundante en fuentes su término y toda la Sierra de San Pedro
las de primeras letras, 1 u que se cree de necesidad, contribuyendo
Existe una fuente en la plaza del pueblo, que sirve para la gente
con doscientos reales para ésta la cofradía de la Misericordia y
y caballerías que despide agua por tres caños de buena calidad
la que se puediera dotar arrendando para este fin los ramos del
Hay otra que forma un arroyo, en el que hay cinco molinos hari­
aceite y jabón. No hay correo, siendo el más cercano el del Arroyo
neros, regándose con ella diferentes huertas. Uno de estos m oli­
del Puerco, pero sí hay administración de pólvora y estanquillo,
nos, pertenece a la fábrica de la iglesia y los demás a particulares.
no existiendo dependiente de la Inquisición, gozando el pueblo
Hay, no distantes del pueblo, otras dos fuentes. El molino de
de la exención referida en cuanto a milicias, pero se halla en el un
aceite pertenece a la iglesia, por legado de doña Teresa Herrera
destacamento de dieciséis soldados del Regimiento de Aragón,
el cual, por ser sólo, produce de treinta a cuarenta arrobas de
para perseguir a los malhechores y contrabandistas de los que aceite.
allí hay. El cirujano está dotado con cuatrocientos ducados que
El terreno que los vecinos tienen para la labor se reparte en
se reparten entre los vecinos a proporción del número de familia.
suertes proporcionales cada dos o tres años a los labradores los
Las cosechas más comunes se manifiestan por las tarimas de
que se quejan de falta de terreno, del que hay mucho en el térmi­
los frutos que se diezman, pues de todo se paga, resultando por
no que pudiera repartirse y cultivar, lo que no se ejecuta por fines
un quinquenio cada año el siguiente: trigo, doscientas sesenta
particulares, como lo es el mantener las cabezas de ganado en
v ocho fanegas; cebada ,sesenta y siete; avena, doscientas seis,
donde perjudican a los árboles y colmenas. En prueba de esto
garbanzos, tres; aceite, veintiséis arrobas; cabritos, ciento sesen­
e párroco del pueblo ha hecho un plantío considerable de olivos
ta; queso de cabra, sesenta y seis arrobas; miel, veintiuna; siete
<uyo ejemplo ha excitado a algunos a lo mismo, por lo que es
enjambres, pagándose también diezmo de vino, lino, ajos y cebo­
preciso mayor fomento para desarraigar la desidia. Señaladamen­
llas que es de corta consideración y sería mayor su aplicación si
te, nay una partida llamada Los Majadales, de doce a catorce fa­
se repartiesen tierras. Se dividen estos diezmos en nueve partes,
negas, las que si se repartiesen podrían ser plantas de olivos para
dos pertenecen a las tercias reales, dos a la dignidad episcopal,
lo que es a propósito, lo que no se ejecuta por igual motivo.
dos al párroco, una al cabildo de Coria, otra a la dignidad del
No hay dentro del término acebuches, pero sí en la Sierra de
maestre-escuela de aquella iglesia y otra a la fábrica.
>,an Pedro, los que pudieran igualmente repartirse, así como tam­
La cosecha de lino que se coge se lleva a tejer a la villa de
b e n los matorrales que hay dentro y fuera de él, que pudieran
Arroyo, prueba de la falta de industria, pagándose también pri­
desmontarse para aumento de labor y pastos. Estos montes se
micia de trigo, centeno, cebada, garbanzos, haciéndose de estas
hallan poblados de jara, madroñeras, brezo, lentiscos, charnescas
nueve porciones, de las cuales saca dos la dignidad episcopal de
y retama, usándose en este pueblo alguna vez del servicio de
Coria, una el cabildo de la misma iglesia; el maestre-escuela, otra;
vender la casca de sus alcornoques a cuatro y cinco reales la arro­
el beneficio curado, dos y tres el de sacristía.
ba, empleando su dinero en el arreglo de calles y pozos.
En la agricultura se nota aumento, cuyos frutos sobrantes se
Quejanse de que en el sitio de Peñaquemada, perteneciente a
venden en Cáceres. Las huertas se riegan y producen legumbres
Cáceres, hay como cien fanegas de terreno muy a propósito para
de las más comunes. Se hallan arboladas de olivos, higueras, no­
la labor, el cual^ produciría mucho si no se les privase de este
gales, perales y algunos granados y otros árboles, los que se po­
beneficio arrendándolo para pastos, como lo tiene ahora F Polo
drían aumentar considerablemente, así como limoneros y fruta
vecino de Cáceres. Asimismo, se quejan de que se les ha subido

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 Se dice que en el sitio llamado Las Cuevas, hay mineral de
el canon por las rozas, pagándose antes quince reales, siendo aho­
ra dos fanegas por quince. Para repartir y quemar las rozas, vie­ hierro del que intentaba beneficiarse don Manuel Beltrán, vecino
nen comisionados, y aun a veces ha solido venir la junta, em­ del castillo de Azagala. En este pueblo, tienen algunas rentas
pleando en lo que pudiera hacerse en una hora, uno o dos días, el marqués de la Aliseda, don Fernando y don Vicente de Ovando,
ocasionando dietas a los interesados, advirtiéndoles en el pre­ estos dos, vecinos de Cáceres, y Bertol Parra, vecino del Arroyo,'
que tiene también un vinculillo.
sente año sólo la venida del guarda mayor y otros dos, corriendo
los gastos a cuenta de los rozadores.
Asimismo, aseguran que con el descasque se arruinan los mon­
tes con el fin de aumentar los propios. Caminando hacia Cáceres, ARROYO DEL PUERCO
se encuentra un monte de encinas com o de cien fanegas, apos­
tado para cumplir con las reales órdenes. Es villa inclusa en el partido de Cáceres, con cuyo término
En el sitio llamado Las Viñas de San Antón, se descubren
confina por el oriente, distante tres leguas; al mediodía, con de­
columnas de mármol, hallándose una de éstas en la casa de don
hesas La Pulgosa y Arm e día y montes de la Encomienda de Aya-
Vicente de Ovando, la cual tiene más de tres varas de largo. Tam­
la, jurisdicción de la villa de Brozas; por el norte, con Las Navas.
bién aseguran, se han hallado baldosas, lápidas, tejas y vestigios
Su extensión por lo más largo, desde Las Lapas de Padilla hasta
de población, que según la tradición dice que la hubo y se llamo
el sitio llamado de Las Minas, tiene dos leguas y media, siendo
Cabeza Rabí, muy cercana al pueblo. En la calle de la Iglesia
de latitud desde Las Corraladas de la Plata hasta el baldío de
y casa de don Vicente Doncel, se halla otra lápida que sirve de
Araya, de oriente a poniente, cinco cuartos de legua. Pertenece
dintel a una ventana, de vara de largo con una inscripción que
a la diócesis de Coria, de la que dista diez leguas.
no se lee, pero los caracteres son modernos y aseguran se encon­
Es de dominio temporal del conde de Benavente, a quien per­
tró a una legua de la poblacion donde du'.rn Sayaguas.
tenece la jurisdicción y alcabalas por las que se le pagan catorce
Es abundante la caza de liebres, conejos, perdices, ciervos, v e­
mil reales. Se nombra un alcalde mayor de letras cada seis años
nados y lobos, a cuya montería salen, pero se matan pocos. En
en virtud de la última Real Orden, al que se le tienen señalados
tiempo de veda hay un desorden perjudicial para la caza y no
doscientos ducados de salario. Hay dos alcaldes ordinarios iguales
menos para la agricultura, artes y oficios, porque entregados os
en jurisdicción y dos de Hermandad, por cada estado uno; tres
naturales a este ejercicio que les distrae y divierte, abandonan
regidores, uno del estado noble y dos del general y un procurador
aquellos cuidados, con lo que se fomenta la ociosidad.
ael común. Para estos oficios se proponen los ejercientes, al dueño
Cuentan estos vecinos con más de cuatro mil colmenas, den­
temporal dos o tres sujetos que es quién los elige y nombra. Los
tro y fuera del término, en la Sierra de San Pedro, que labran
alcaldes tienen de salario cuarenta y cuatro reales y cuatro ma­
en la flor de los árboles, la quiruela, romero y arbolaga, industria
ravedís. Los regidores y procurador general, veintinueve y cator­
ésta que se considera de gran utilidad, pues en años regulares
ce que se le pagan de propios. También tiene un procurador de
cada colmena deja de ocho a diez reales o más, siendo sus ene­
causas con veintinueve reales y un asesor que tiene de salario
migos los fuegos que abrasan los montes, las ovejas y los fre­
ciento cuarenta y siete; dos ministros, con trescientos cincuenta
cuentes robos que en ellos se cometen, lo mismo abiertas como
y os reales cada u n o ; dos guardas de monte con quinientos vein­
cerradas, lo que debiera de remediarse en beneficio de este im ­
tiocho cada uno y un pregonero con treinta ducados anuales. A si­
portante ramo. . . . mismo, hay dos escribanos de Ayuntamiento a quienes nombra
El número de ganado vacuno será de unas quinientas cabezas,
el señor y tiene cada uno cien ducados de salario y son también
y de cabrío, cuatro mil. Este ganado se halla repartido entre trein­
del numero y juzgado, cuyos situados se pagan todos de propios.
ta vecinos, lo que motiva estén en oposición siempre con los la­
Se nombran dos diputados del común y un personero, lo que se
bradores y los plantíos. De cerda, trescientas cabezas y tal cual
ejecuta por los veinticuatro electores que elige el pueblo. Hay
de yeguas que andan con el ganado.

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tres abogados. En este juzgado existe un arancel comunicado de
orden de la Chancillería de Granada en 1667, pero no se^ observa
ni se considera muy preciso su arreglo, por lo que sería bueno
recoger aquél y otro que hay. ^ esta sobre un arroyo donde se detiene el agua para un molino
Se advierte que en este año no se ha hecho elección de oficia­
les de justicia, la siguen ejerciendo los del año anterior con m o­
tivo de un pleito pendiente en dicha Chancillería.
Su vecindario es de mil doscientos, entre los cuales hay nueve
nobles. Más de dos partes se componen de labradores, pastores
jornaleros, algunos arrieros y menestrales. Sus diversiones son el
baile v juegos en los días festivos y no se advierte inclinación
viciosa sobresaliente, pero es preciso desconfiar mucho de esta
aserción. Desde luego, se sabe que hay el abuso, que no es par­
ticular a este pueblo, de que en los días festivos mientras se ce­
lebran los divinos oficios, se tienen bailes y juegos públicos y a
veces estorban a quien los celebra y asiste. Los jornaleros en
tiempo de sementera ganan diez cuartos y de com er cada día.
Concluida esta hasta febrero, solamente dos reales; en éste y mar­
zo dos y m edio; en abril y mayo, tres, y en la siega tres o cuatro
reales y de comer, siendo en la trilla dos reales y de comer. Para
la labranza se ajustan en cuatro meses por diez ducados, comer
y suelas. Trabajan todo el día.
La taberna está arrendada en tres mil quinientos reales. El
abasto de aceite, en siete mil quinientos, el de jabón en cuatro
mil cien y la alcabala foránea en novecientos cincuenta. Las me­
didas son mayores y no arregladas al marco de Avila. Hay casa
de Ayuntamiento en la plaza, pero poco decente, existiendo en
esta misma plaza la cárcel, con dos piezas solamente para este fin,
llena de inmundicia y poca seguridad.
El oficio de hipotecas está en Cáceres, y hay dos oficios de
escribanos antiguos en poder de particulares, sin más custodia
que la que éstos quieran tener. El uno existe en poder de los
herederos de F. Cullana y el otro en el de don Alejandro de Cá­
ceres Penden en el juzgado de esta villa diferentes pleitos ci­
viles y criminales que resultan del testimonio dado por don Can­
dido Bravo de Miranda, escribano del número.
Las calles son bastante espaciosas en lo general, aunque tam­
bién hay callejones angostos, pero existe una m uy larga, a n cia
y casi recta que atraviesa todo el pueblo y va a la iglesia parro­
quial, estando todas medianamente empedradas. Hay tres posadas
en la villa, todas de particulares y desaseadas, aunque algunas
-84-
quedanan decentes haciendo algún gasto en muebles de que ca­
recen. Los caminos de su término están regulares, a excepción
de un mal paso que hay camino de Malpartida, en el puente que
que pertenece a unos canónigos de Plasencia llamados los Molano,
a cuyo cargo está el componer dicho paso. No hay mercado ni
feria y solamente el segundo día de Pascua de Resurrección hay
romería al Santuario de Nuestra Señora de la Luz, situado en
a dehesa de esta villa, donde se vende turrón, limas y naranjas
concurriendo algunos buhoneros.
Algunos vecinos de esta villa se emplean en llevar aceite a
Vizcaya, de donde traen hierro. Se cría en la villa barro basto,
con el que se fabrican ollas que cuecen en doce hornos que hay
para este fin, las que se llevan a vender por todos los lugares del
partido y fuera de él. Hay un horno de tejas y ladrillos en los
que están empleados cuarenta y seis vecinos. Dos tenerías en las
que cada año se curten ochocientos cueros al pelo que se condu­
cen de Cádiz y doscientos veinte del país y más de trescientas
pieles de cabrío para cordobanes que se venden en las mismas
tenerías. Existen treinta tejedores de lienzo con sus telares, seis
de paño y veintidós zapateros, sin otra fábrica.
Consisten los propios de esta villa en el pasto de la dehesa
boyal llamada de La L u z ; en el de la dehesa de Valcajadülo, ex ­
cepto cada tres años que se labra por los dueños de la tierra - en
el rompimiento del baldío del Saguazal; en el producto de las
charcas mayor y menor y el molino de una huerta contigua a
las mismas y en varias pensiones sobre casas y huertas; en la
contribución de los hortelanos en trigo por el agua de la laguna
la que hacen en dinero por las huertas nuevas; en dos hornos
de cocer pan, una casa y dos mitades de tierra; mil doscientos
reales que paga la villa de Cáceres por contrata; en los arbitrios
que goza con facultad real consistentes en la hierba de la dehesa
boyal del Corral N uevo y frutos de la bellota, de lo que se paga
por servicio ordinario y extraordinario de pecho tres mil ocho­
cientos setenta y dos reales y dieciséis maravedís en virtud de la
misma facultad real que todo junto asciende un año con otro a
treinta mil reales, aunque hay quien los rebaja a veintidós mil,
pero no es cierto. Deben existir treinta y cuatro mil seiscientos
diecinueve reales y además debe don Diego Rubio, alcalde mayor
que fue, cuatro mil trescientos sesenta y tres reales.
-85-
 Las penas de cámara corresponden al dueño temporal y la v i­
lla se halla encabezada con aquél en doscientos cuarenta reales
por este ramo. Parece que hay mucho desorden en cuanto a penas
de leña, ganado, pesca y caza, formándose cada año acuerdos pai»
alterarlas a voluntad de los que componen el Ayuntamiento, pun­
to muy digno éste de que se arregle y haga público para evitar
semejantes inconvenientes.
El pósito, cuyo fondo en dinero consiste en doscientos cin­
cuenta mil ciento cuarenta y seis reales y treinta maravedís, que­
dan en efectivo ciento ochenta y ocho mil ochocientos cuarenta y
seis reales y veintiocho maravedís; de trigo, cuatro mil cuatro­
cientas trece fanegas; de centeno, tres mil setecientas veintitrés
fanegas, empleándose el dinero en años estériles para panadeo y
compra de granos para surtir al pueblo. El trigo para socorro
de labradores, según la instrucción depósitos es de medio cele­
mín de creces. Hay unas ordenanzas antiguas, pero sin uso, que
no tienen aprobación.
Tiene la villa una sola parroquia. Su iglesia, de una sola nave,
es de arquitectura gótica, venerándose en su capilla mayor el Mis­
terio de la Asunción. La provisión del curato se hace por S. M. o
por el ordinario, según el mes de la vacante. La dotación fija del
beneficio curado consiste en una parte de nueve de los diezmos y
primicias, ciue se puede regular todo en seiscientos ducados anua­
les, sin el pie de altar. La fábrica de esta iglesia se halla dotada
con una parte de dichos diezmos. Cuenta la villa con dieciocho
presbíteros, seis subdíáconos y nueve ordenados de menores. No
hay cementerio y convendría su establecimiento, para el cual hay
sitios a propósito, pues ya se deja ver que es muy numeroso el
vecindaio para una sola parroquia. Hay dos beneficiados, uno sim­
ple o préstamo y el otro simple servidero, percibiendo cada uno
otra parte de nueve de los diezmos y primicias, que se regulan
como los del beneficio curado. Aquél, no tiene gravamen alguno,
teniendo el servidero la obligación de asistir al párroco y en la
administración de Sacramentos, según parece. Otro beneficio lla­
mado de sacristía que percibe un tercio de todas las primicas
y se regula en cuatro mil reales al año de renta, cuyo cargo es
asear la iglesia, dar hostias y asistir a las funciones.
Las capellanías son cuarenta y tres, cuya renta y cargas cons­
tan en documentos aparte. La casa dedicada a hospital es peque­
ña y solamente sirve al recogimiento de mendigantes forasteros.
Su renta anual, regulada por un quinquenio, asciende a mil dos­
-86-
cientos reales consistentes en algunos censos, dos hornos de co ­
cer pan y setenta y una fanega de tierra. Parece que se distri­
buye entre los vecinos pobres del pueblo, tomando las cuentas de
ellas el segundo alcalde, habiendo intervenido la visita eclesiás­
tica algunas veces en el conocimiento de esta función. Hay cinco
obras pías, nueve cofradías y siete ermitas (10). El convento se
halla distante de la población cuatrocientos pasos, regido por re­
ligiosos de San Pedro de Alcántara, reducida su comunidad a once
sacerdotes, cuatro coristas, cuatro legos, dos donados y un arrie­
ro, dedicándose un religioso de este convento a la enseñanza gra­
tuita de la Gramática. Tiene dicho convento su enfermería en la
villa de Cáceres, lo que parece ha tenido su origen cuando en
esta villa no había médico, pretextándose para mantenerla que el
sitio del convento es poco sano.
Hay maestro de primeras letras, al cual se le pagan cincuenta
ducados de propios y en los sábados cada discípulo paga por leer
un cuarto y suben hasta cuatro. Cuenta la villa con administración
de correos y se reciben las cartas lunes y viernes, saliendo los mar­
tes y sábados, así como administración de munición y tabaco. Los
familiares de la Inquisición son dos, que gozan de fuero. La guar­
nición de soldados es de veintidós, pertenecientes a la milicia del
Regimiento de Plasencia de dotación fija en este pueblo, un Ca­
pitán, dos sargentos y un Cabo. El médico está asalariado con
(10) Las obras pías fueron fundadas por Juan Gordejo. para dotar pa­
rientes Su renta, 551 rea’. es; la del licenciado Juan Domínguez Rejarano,
reales; la de Fr. Fernando Ramírez, obispo de Panamá, 1.600 reales;
licenciado Juan Molano, para dotar estudiantes, 1.074 reales; Juan Sánchez
escribano, y su m ujer Catalina Ronca, para parientes pobres. Las cofradías
son las del gremio de pastores con 130 cofrades y de renta 4 reales anua-
.es Que paga cada uno de los cofrades; la de arrieros con 2 reales por su
ingreso, sita en la ermita de San Antonio; Santísimo Sacramento, en la
parroquia, con 90 cofrades y renta de 266 reales y 12 m aravedís; la Mise­
ricordia, en la misma parroquia, con 125 cofrades y renta de 39? reales •
Santa Vera Cruz, con 12 fanegas de tierra y 367 reales de la Congregación
y petitorio de grano; Nuestra Señora del Rosario, en el altar de la parro­
quia con renta de 2 fanegas de tierra y 196 reales; el Degollado, del gre­
mio de oficiales, con 450 cofrades; las Animas, con 700 cofrades y renta de
un horno y dos casas, y San Bartolomé, distante del pueblo, con 11 reales
de renta. Las ermitas, son: San Antonio, en las afueras del pueblo, con
renta de 120 reales, la chacina que en el día del Santo se regala y 57 rea­
les de réditos; Nuestra Señora de la Luz, a una legua del pueblo, con
renta de limosna de sus devotos; la Soledad, con 19 reales y 12 fanegas
de tierra; los Mártires, 2 fanegas de tierra y una escritura de censo de
120 reales; María Magdalena, 3 reales y 10 maravedís de censo, 25 fanegas
de tierra de pan llevar y Santa Ana, extramuros, con 18 reales de renta.
-87-
siete mil reales que se pagan de arbitrios concedidos p o r f e c o l -
tad real, dándosele casa y dos puercos en vara. Hay un cirujano,
sin salario, sucediendo lo mismo con los dos boticarios.
Las cosechas más comunes que se recogen en la villa son de
tri^) centeno, cebada y avena. La cantidad de cada especie de
éstas y de las demás que se diezman son reguladas por un qu
quenio tocando cada año de trigo ochocientas treinta y tres fa: i -
p L de centeno, trescientas cin co; de cebada, ciento d ^ e , de
avena trescientas catorce; una fanega de garbanzos, ciento siete
cargas de uva, siete arrobas de zumaque, borregos, trescientas
dos cabezas, veinticinco chivos, cuarenta y cinco lechones, noven­
ta arrobas de lana parda y queso de oveja, veinticinco arrobas.
El diezmo de enjambre es cera, miel y lino, lo que se subas a y
sirve para los gastos de recolección, pagándose diezmo por los
ajos y cebollas, pero no de aceite, legumbres y frutas. Se reparten
estos diezmos en nueve porciones, de las cuales percibe dos la
dignidad episcopal de Coria, una el cabildo de aquella iglesia, otra
Ía iglesia parroquial, dos el conde de Benavente y las tres restan­
tes son para e? Párroco y el beneficio servidero y simple repar­
á n d o s e !a s primicias en esta form a: tres partes el beneficio j a ­
mado de sacristía, dos la dignidad episcopal, una el cabildo de C -
ria otra el cura párroco, otra el préstamo y otra el beneficio ser­
videro Se nota aumento en la agricultura y mucao en su vecin­
dario. De los frutos sobrantes se beneficia esta villa y el restante
^ T i Svera existen huertas de regadío que producen frutas
y hortaliza para el pueblo y para los inmediatos, siendo su ca­
bida de ochenta a noventa fanegas. Las aguas que las riegan pro­
ceden de la charca mayor, siendo los árboles más comunes en
ellas las higueras y ciruelos, especie que al igual que otras pu­
diera aumentarse mucho el plantío por ser terreno muy adecuado,
siendo su causa la desidia de los naturales. Se cultivan las tierras
con bueyes y caballerías mayores y menores de las que habran
0ChL asIfuentyes son varías en el término de esta villa, existiendo
una a la distancia de media legua, y en sus inmediaciones cuatro
u ocho pozos de los que se surte el pueblo, padeciendose algún
verano escasez de agua. Corren asimismo dos arroyos, ñamado el
uno Pcmtones v el otro Casillas, que tienen su origen en el ter­
mino de Cáceres, que sólo trae agua en invierno uno, introducién­
dose el otro en una charca sita en término común de Cáceres y
se su Íe n H3' h SUf 3gUaS mUel6n diferentes m°linos de los que
L n T H -fe í a/ ina l0S VeCÍn0S' C° n las a^uas de Pontones, m u,,
de“ duT m o T t rent6S m° 1Ín0S y S° bre él hay puente con calida
“ f C6rCana 3 13 Villa tiene un Pretil 0 malecón,
para contener las aguas fuertes, el cual está bien reparado. Así
n esta com o en la otra, se crían tencas y en ambos arroyos al­
gunos peces y pardillas, punto éste que se mira con abandono
m n° “ r ®°bre él 10 qUe 68 predso en un País tan escaso
h o l^ n ’ m ° 6816 7 61 de 13 C3Za que fomentan la desidia y
holgazanería, muy arraigada en los naturales. Los molinos son
do^ unoqaUcei“ ro 1“ Veran° ’ l0S demáS de Particulare*- habien-
Se quejan los vecinos de esta villa de la escasez de montes y
b o v X ; Kr° 3 m!f m° tiemp° reconocen tienen tres dehesas
boyales bien que de pasto y labor y confiesan que todo el término
de la villa es muy a propósito para la agricultura, de lo que no
hallan mn / ^ de qUG en SUS -m ediacion es se
hallan montes de la Encomienda de Araya, en los que pudiera
sostenerse otra igual población. También le tiene señalado la villa
de Cáceres a ésta su partido en las dehesas de Zafra y Zafrilia
c i e n Í T Í P° r ^ arSe en su ^ m i n o o territorio, siendo tres mil
ciento cincuenta y cinco fanegas de tierra.
e n c ^ í / 611!838 de La LUZ y COrr<Ü NU€VO’ se halIan Pobladas de
d o T 7 ^ ~ ’ 7 86 dÍCe QUe 10 estuvo p á lm e n t e el bal-
esta v illl ™ ™ istente acaso la escasez de montes en
esta villa, por el aumento considerable de población, ya excesiva
especto a su termino. De inmediato a la villa, se halla un castillo
Jamado casa-fuerte de Herrera, el cual está casi arruinado y ^
tenece al conde de Benavente, dueño de la jurisdicción La caza
no es abundante, sobre lo que se debe celar con gran cuidado no
ámente por su conservación que prescriben reales órdenes, sino
po los motivos ya indicados sobre la pesca. Dentro del término
hay algunos colmenares de mucha utilidad y poco gusto y se halla
abandonada esta industria a causa de los robos q u fsu fré n que
se dedican a ella, lo que convendría examinar para tom arlas pm
bién a /r Correspondientes que deben ser generales, así com o tam-
c a n t i ¿ ! r eZ may° r’ f énd0l° al Presente el marqués de Camarena
cantidad para que el público lo sepa.
Se regula en dieciocho mil el número de cabezas de ganado
lanar, repartidas la mayor parte entre dieciséis o dieciocho gana­
-89-
deros; de cabrío, quinientas cabezas; de vacuno, dos mil, repar­
tidas éstas entre el vecindario y un sólo ganadero; de cerda, dos
mil ochocientas cabezas, igualmente repartidas entre los vecinos
y cinco ganaderos, especie que vienen a comprar desde Casti a
y otras partes. . Los edificios nada vistosos, a no ser algunos nuevamente fabri­
Se halla encabezado el pueblo por cientos de sisa y millones
en veintisiete mil trescientos veintiún reales y treinta y tres ma­
ravedís; por el servicio ordinario que llaman pecho se saca de
propios, tres mil ochocientos setenta y dos reales y dieciséis ma­
ravedís, quedando ya dicho que las alcabalas se pagan al dueño
de la jurisdicción, pagándose por utensilios, según la cantidad a
que asciende. _ ,
Se ha disputado entre los alcaldes ordinarios y vecinos acerca
del seis por ciento que exigen por la cobranza y conducción, so­
bre si se debe entender este tanto por ciento sobre todos los re­
partimientos y abastos, o solamente sobre las partidas que tienen
cobranza y conducción a Cáceres. Parece que el método de re­
parto de contribuciones en este pueblo, es digno de imitación si
se observa cómo se ha formado. Se nombran doce personas de in­
teligencia y conducta, que juramentados por la justicia hacen con
su asistencia el reparto, concluido éste se toca la campana tres
días a desagravio que se reduce a oír a los quejosos.
Tiene este pueblo diferentes mayorazgos y rentas que serán
hasta unos diez u once, pero en la villa solamente existe uno re­
cientemente heredado y de alguna consideración, ya que se apro­
xima cerca a los ocho mil ducados.
CACERES
Está situada la Antigua, Noble y Leal Villa de Cáceres, en la
provincia de Extremadura, obispado de Coria, cuya ciudad dista
diez leguas de esta villa, y está hacia el Norte. La ciudad de Me-
rida, colonia principal que fue de romanos, al mediodía, once le­
guas. Entre éste y poniente, la ciudad de Badajoz, catorce. Por
poniente la villa de Alcántara, a diez; entre Coria y oriente, a
catorce, la ciudad de Plasencia; a oriente, ocho leguas, la Ciudad
de Trujillo, y entre ésta y mediodía, a seis leguas, la antigua vi a
y fuerte castillo de Montánchez, con otras muchas villas y luga­
res. El sitio que ocupa es un cerro bastante elevado y extendido
-90 -
que es la causa de tener muchas crestas y molestas subidas. Las
calles que contenía la muralla son estech as y aún las que están
fuera de ella no tienen la mayor anchu'a y rectitud. Su piso es
ingrato, desigual y desempedrada la maj\ - parte de sus calles
cados, los demás sin revocar, lucir ni blanquear, queriendo coho­
nestar este defecto sus dueños, diciendo denotar así su antigüedad.
En esta villa tuvo su principio la fundación de la Orden de
^antiago, el año de 1170, entonces plaza frontera de los enemigos.
De ella tomaron su denominación los primeros caballeros llama­
dos Frates de Cáceres o Freyles de Cáceres y Seniores de Cáceres,
cuyo convento hay quien asegura estaba donde hoy la parroquia
de Santiago.
Posteriormente, se apoderaron de Cáceres los musulmanes y
la fortificaron tan bien que no se recobró hasta el año 1225 o
poco después. Inmediatamente, se pobló y para su régimen le con­
cedió el rey don Alfonso IX, varios fueros en privilegio, otorgado
el 23 de abrd, era de 1267 y año del Señor de 1229. MENSE A P R I­
LES INFESTO SANCTI GEORGII, los que confirmó el Santo rey
don Fernando, su hijo el Conquistador, en Alba de Tormes, el
doce de marzo de 1231. En el privilegio previno el rey, que a cam­
bio de la villa de Cáceres, había dado a los Caballeros de Santiago
(Fratibus Spata), que la pedían por su herencia a villa Fafila,
Castrotorafe y dos mil maravedís, agregándola a la corona perpe­
tuamente después de los días de sus hijas, doña Sancha y doña
Dulce, a quien la donaba, ofreciendo no enagenarla jamás en fa ­
vor de las órdenes y nobles. Para que Cáceres se poblase más
presto, indemnizó a cualquiera que fuese a avecindarse de cier­
tos gravámenes y penas a que estuviesen tenidos antes de la con ­
quista, fuese hombre libre, esclavo, cristiano, judío y aun moro,
igualando a todos los vecinos en el goce de unos mismos fueros,’
aunque fuesen potestades, caballeros o infanzones. En esta aten­
ción, se concedió el Privilegio o Fuero de Coto (Cautum) a los
palacios real y episcopal y también a las casas del clérigo, a quien
el propio rey hubiese entregado a las iglesias.
Coto, era un cercado de piedra donde el que se retraía, gozaba
de toda seguridad que consistía en un derecho de inmunidad y
asilo, muy estimado en aquellos tiempos. Enfranqueció a los po­
bladores de Cáceres y les acordó varios privilegios y exenciones
de impuestos, de los cuales únicamente podían gozar los poblado­
res seculares, no los frailes, no los retirados del mundo ni los ca­
-91 -
balleros de la Orden Militar, exceptis ordinibus, cucullatis, século
abrenuntiantibus. Estableció que ningún vecino podía enajenar
los bienes y sitios que se les había repartido dentro de la villa
y su término en favor de las comunidades religiosas, dando al
Concejo el derecho de retracto para recobrarlos y repartirlos en
otros vecinos. Concedió una feria franca desde el 15 de abril has­
ta el 15 de mayo de cada año, por la cual dio salvoconducto a n v r iv ? Q JW LO A )
cuantos concurriesen a ella, fuesen cristianos, judíos, sarracenos,
enemigos o esclavos. En el último capítulo de estos fueros, cons­
ta que aún estaban en poder de los mahometanos, Trujillo, Santa IT C fíJ C S m sm m
Cruz y Medellín.
De estas noticias tomadas de la Historia de España, resulta que c r n s A tr IC V S -A M X Z \
no consta ciertamente el día que Cáceres fue recobrado de los m o­
ros, de lo que parece, que el haber elegido por su Patrón a San
Jorge, pudo consistir que el expresado privilegio y fueros, se con­ V ÍK V H S IS t t z I
cedieran a esta villa el 23 de abril, festividad de aquel Santo.
Tampoco consta quién fue su fundador, ni en qué tiempo, con­ PVPEW l co R m im
jeturándose compite con las primeras fundaciones de romanos,
atribuyéndosela algunos a Quinto Cecilio Metelo, en el año 678
de Roma, y 74 antes de Jesucristo, el que igualmente fundó M e­ FSj V W E Á / V U O C IS 1
dellín, de lo que no hay suficiente autoridad. Parece de más an­
tiguo origen, lo que se comprueba con monedas, lápidas y figuras X 1 A W G E N F R oj
.
halladas en las ruinas de sus muros, que se advierten reedifica­
dos de continuas y anteriores guerras. Pudiera admitirse que el
tal Metelo, hubiese cuidado de la reedificación de esta plaza en 1 y 2 .-A m b a s lápidas se hallaban colocadas
favor de los que querían partirse su nombre, denominando a Me­ a los lados de la estatua de
Ceres, bajo su pedestal.
dellín (Metellinum), y a Cáceres (Castre Cecilia), que es de donde
sacan su etimología. Otros de la estatua de Ceres, que está en la
Plaza Mayor, llamándola Castra Caceris, y otros Castrum Cesaris
y Norba Cesárea. En el libro Santos de Cáceres que escribió el
doctor Solano, cita una lápida miliaria que se halló en esta villa,
la que si existiese y su inscripción estuviese clara, declararía este
secreto. Dice estaba así: CASI. CAE X L III. El nombre de Cá­
ceres, es el que contiene. ¿Pero cuál de las referidas etimologías?
A todos conviene y nadie acertará el verdadero, siendo el núme­
ro 44, las millas que hay desde Cáceres a Mérida.
Los muros, de los que hay bastantes en esta villa, son de im­
ponderable solidez, especialmente los tapiados. Hay varias torres
de esta masa, cuadradas y ochavadas, y entre ellas se observa una
cuadrada con bastante elevación desde su cimiento, cuya mitad 3 .-S itu a d a en la muralla, bajo el arco que
llaman del Rey.
 5*

IMP. C&S. LVCI05I

PT1MI0 SEVERO PER
TIKACI AVGVSTO
PONT. M AX. TRIB-
POT.JMMP.m.COS. L. NORBA
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PROVH3ENHSSIMO AN. T XTTTT
(2VI.PB.IKCIPI.IX X A B £O A
•W K C V L.
ARG.P.XC.DJVI.IO
C£X.SO£TL.P£mO
NIO NI GROn.'VTD.P.

4 —Lápida de alabastro, en la fachada de la casa del mayorazgo de G odoy,

sita en la Plazuela de Santiago.
5 .—En el portado de huerta sobre el Puente de V adillo.
 7 g.

A LB1 A C IL IA
NVS C 'P 'T B R
R V T I TIA* A N
F-AN' xxni*
XVI* H S - H*5'£'5TT1:
J S S T TLr

6 y 8.—C olocadas a los lados de la puerta de la llam ada Casa d el Aire,

en el Adarve.
7 .—En el m ism o Adarve, bajo el arco de la casa principal de la O bra Pia
de don Pedro R oco.
 9. (o.
COJtNf
LIA G-F-V M- JVNV5
XA ME NOMIV5
SIS■ARG ANKOKVM
IlO Jrv : XVJ-
M- MAT
ERH-SE-S-

11. 12.

HIREN1 Q-CAE<?
A' C F- S2Y JL1V5- SEX-
ERAAN- L F- AVITVS
XV-H-S-JE- ANXXXV-
S■T T L H 'H 'ST 'T t

9 y 10.—Fueron halladas en la pared de la casa de don Esteban de Loaisa.

11.—En la fachada de la casa de los A ljibes, ju n to a su puerta principal.
12. —En el sitio que ocupaba la Puerta de M érida al Potro de Santa Clara,
bajo una imagen de Jesús Nazareno.
 IÁ ir

Q .N O R B A N O Q .F -
/ Q-
CAPITON A T ^X IU -
VRVCI
CA^ÍJONIT-
SVLT1 CIA PAVSTASO
JETJVXIA QVINTIL1A
MAJSTVTA
V- O- B- 3W5ALBI
n i -t h - s -
E- S T- : i
ie.

G\
Flililí
C R IN V S
ANN-XXT- ir
AVRPUVS
CAICJXIVS
A N N -^ C X V -
S T- T i -

18

5ARD
INERVA
AVG* C 13.—Piedra de tres varas de largo, situada
T u t r>* T) en el zaguán de la casa condal de T o -
J rre Arias.
14. —Hallada en la pared de un corral de ca­
sa arruinada, en el Barrio de San A n­
tonio.
15. —En el Adarve, form ando qu icio de la
cochera del M arqués de Camarena.
16. —Servía ésta de asiento a la puerta de casa de don José Cisneros en la
calle de Parras.
1 7 .- Hallada en la Cuesta de Aldana, form ando parte de la pared de uña
casa.
18 y 19. —Fragmentos hallados en la dem olición de una gradería en la Pla­
za M ayor.
es de tapia y concluye con manipostería, esquinazos con almenado
de piedra de cantería sin la menor decadencia, permaneciendo en
otros tapiados las cintas de cal con que recibieron sus juntas. Los
tapiados son de adobes, mampostería y cantera, de godos y ro­
manos. A la parte del mediodía, cerca del muro, se descubre un
trozo de cañería de un pie de ancho y menos de otro de profun­
didad, de una fuerte argamasa muy semejante a la del acueducto
de Mérida. Según el sitio en que se halla, parece que venía de la
casa de los aljibes, lo que acaso sería desagüe de ellos, o para be­
neficiar con sus aguas algún jardín en el sitio que finalizase, con­
cluyendo hoy en el camino que baja detrás de la ermita de la Con­
solación, no lejos de ésta.
La referida casa de los aljibes, propia del mayorazgo de Cá­
ceres y Quiñones, llamada así por estar fundada sobre fuertes de­
pósitos de agua, con bóvedas y pilares, tiene a un costado, por
la parte exterior, una escalera de piedra por la que el vecindario
se surtía de esta agua, tomándola por una puerta de bronce, que
hoy existe, bien que tapiada la entrada por la referida escalera.
Con esta condición, concedió el rey don Enrique IV a Diego Gó­
mez de Torres y Alfón de Torres, la gracia de fabricar casa de
habitación en el sitio de los aljibes, Alcázar viejo, el que por or­
den del infante don Pedro, fue demolido luego por los que le pro­
clamaron rey, y confirmaron luego los Reyes Católicos, en Sevi­
lla, el 24 de diciembre de 1477, permitiendo a los vecinos en tiem­
po de necesidad, el libre uso de sus aguas. Estos aljibes se des­
cubren por varias piezas de la casa. Sobre una portada de su
patio, se ve una tarjeta de mármol sostenida por dos leones con
el escudo y armas de Ulloa y los siguientes versos:
Arx antigua fui Maurorum
quondam R ex quibus
Bella sed & tempus tándem
rapueri ruina: Ullae jam
opera pulchra resurgo domus.
Son muchos los vestigios de romanos que en Cáceres hay. Por
él pasaba la calzada pública a Mérida, de la que hay varios tro­
zos de ella cerca del nacimiento de la ribera y en los campos del
Salor. Hay dos estatuas, una de Ceres, antes referida y la de Dia­
na, sita en el patio de don José María Mayoralgo, elevada ésta en
pedestal, ambas de buen mármol.
Son muchas las piedras sepulcrales descubiertas en varios
tiempos, en su mayor parte en la demolición de murallas, cre-

-1 0 5 -
vendo que los árabes las procuraron ocultar aprovechando este
cion o privilegio concedido por Cáceres, confirmado ñor lo.'
ma T^ene la lih a" ^ 8 cabeza departido, un alcalde mayor, nom-
V h * nnr S M que goza de salario trescientos veintinueve rea
gares de su jurisdicción, aun el de soldados [\ ■ r
1 1,1

g
cu s r r í r ; dT u° y~ í JE v s m :
m e Z w Z e l, á p oS r T k - ! ' UV° C° n‘ ra P° rtu^ a *°*» '«
de Cáceres P y hab“ ar aqUel » uebto’ ” » ^ vecino
E S á - r „ = r ,= 3 ;^ :£

s = > ! = '= '

los. No se o 2 T s que tienen reales
con cien; dos escribanos y nrcm,ios con ciento sesenta

cada uno, y un teniente s , cárceles con cien duca-

S H S í # « 2 3 E —
siendo hijos de menestrales n o 1 ntn:. muchos Jóvenes, que no
trocientos cuarenta, todos pagaaos y v r Avun- aunque perezcan de bamhrp • i°S ap lcan sus Padres a oficios,
L e procuradores, seis 4. ^ viendo en Z °* ^ 3 ^ o , W
tamiento y tres reales, bien q , gu aiguacji mayor y los blico Por nn h . í í holgazanería, origen de mucho daño pú-
todos los escribanos de ella son reales El alguacil may y
tres menores, perciben cien ducados:cada uno a - o ^ . ^

„ r ^ “ H o c a V r ^ n o r i S i i c i l n Í n ausencia o vacante de. este pueblo desde moches años ' ' ,e' ,e padeci“ d°
de Granada. Recae J regidores que es tam-
corregidor o alcalde ei¡ te el marqués de Camarera
bién alférez mayor, siéndolo al presente h
r e c h « % f c o b ™ e¿ : He”
el de jabón b l a n d ^
^
™
^
^ -

la Real. , , nnrtido tiene seis aldeas sujetas a Lo* posos y medidas, a excepción de la kche v '
Esta villa, como cabeza de partido, „ m-
su jurisdicción, que son : ■ con 7 ^ ™ " « ' " “
rrequemada, Sierradefuentes y el Casar, la." Garrovi- un variedad en los pueblos de la jurisdicción r " a r c o ^ l X ’
este partido las villas de A rroyo d ^ Puerco, T o rre ^ g ^ ^ ^
í q t ó T y T b l ^ d e T s f én T * ^ C° rregÍdor’ ^ contiguas a t e de
lias (eximidas), las de Talaban y Cañaveral, y la villa de
res de Hinojal, Santiago e
Monroy, perteneciente al o isp
p iaSencia. Los alcaldes de
conocen de las causas
fur ,a
sebailan oficios
las aldeas, ejercen ]uJlsdlccl^ P ^ “ ¿ en lo crim inal con
civiles hasta en cantidad de ^m ediatam ente, a

' ¡ L W . Í L r j T k r Z r 0^ Aliseda, g » a una « e n -

¡r r ::::i — :z t r r -
ciendo el oficio de hipotecas Sancho D ía, Pedregal. e’ er'

-1 0 6
-1 0 7 -
 Generalmente se percibe el mal estado de las calles, a excep­
ción de las que últimamente se han empedrado, las que disfrutan = u yet ■.. .
de buen piso y limpieza, estando las demás desempedradas, con
profundos h o /o s y piedras sueltas, sucediendo lo mismo a la en­
trada V salida del pueblo, que en lloviendo se hace mtransitab .
' Hay tres mesones, todol de particulares, arrendados en trea-
cientos mil y quinientos reales, respectivamente, siendo su estado a n e a d la ¿
bastante malo para transeúntes de alguna
nrincinal concurrencia son arrieros y tragma .
de travesía se hallan en desastroso estado, aún aquellos que se cru­
ei p on e T J z ay s s t
zan con caballerías, lo que resulta de extrema neces,d«I poner
^ ^ ir. 00 pn pl sitio del río Guadiloba, camino de lru Las fincas de propios y arbitrios, según su distribución e in
p” en ' ° ¡ Ay Uela míe va hacia Badajoz, arroyos de Gavilán versión, está regulado por último quinquenio d e T e 1785 a ¡ Z
pilo, en el n o Ayuela qu pe,,rrj camln03 éstos que en
L v ír ^ T v io s o s » pueden vadearse, lo que si se ejecutara. se-

S S S H S i
p e r a , remitiéndose a Badajoz, donde se ha establecido la S L
rep etid a? veces detiene o le hace rodear para descabezarle, con tana general para todas las de la provincia. Este su te o baja ¿
gun los mas o menos delitos y denuncias, ascendiendo en el últi
% ^ = ^ ^ “ S T S e una de las
™ ™ u e m o a cuatro mil reales, con inclusión de o c í I e n í S
•0 ^ir> al nreqente sólo por su renombre, huyendo to-
ción d f m ^ 0 ^ PU0bl° S encabezad°s con esta jurisdic­
ción, de modo que con esta corta suma es preciso inferir
fre perjuicio la Real Hacienda con este ramo q
1 ® 1)08110 Ü?ne de f° ndo en tri&°- mil cuatrocientas setenta fa
negas, once celemines y cuartillo y medio- centeno mil +
cientas noventa y una fanega, diez celemines y medio cuartillo
siendo en dinero, nueve mil trescientos setenta y d l c L S maÍT

VenH Ív°fábrica de curtidos en la que tratan y comercian dieciocho ravedís ° pendieaUi P°r VarÍ0S atrasos de Sran° y ®a-

Disfruta la villa de depósito para nieve, sin uso perteneciente

a don Gonzalo Antonio de CarvajaI> s .tuado ^ ^ ’e^ e“ e

Unas casas que sirven para matadero y otras para el peso de

ame, propias de la villa, siendo su estado bueno. Tiene ordenan­
zas dadas por la Reina Católica doña Isabel, el 9 de julio de 1477
y hallándose después ambos Reyes Católicos en Cáceres el 17 de

r X f i r m f 9’que
“ son
' T las que
^ rigen.
“ 7 aUt° rÍZadaS Con ™
S £ r S r 3 ¿ reales firmas,
S l y f í l m e n t e íábrica de sombreros «nos, casi arrum ada,y>do La Curia eclesiástica se compone de un vicario foráneo dos
de bastos. Finalmente, cuatro de tintes en que se dan los colores notarios, y un alguacil, cuyos derechos parece que se conforman

-1 0 8 - -1 0 9 -
con los que se exigen en el tribunal de Coria y mas cortos que los
que se cobran en los tribunales reales. Hay en la villa treinta y
nueve presbíteros, dos diáconos, tres subdiáconos y quince orde­
nes menores, componiendo todo un número de ■ cmcu,3nta y -n ueve.
Hay cuatro parroquias que son: Santa Mana, San Mateo, San
Juan y Santiago, y cada parroquia alista los vecinos que quiere
aunque sean de barrio opuesto. No hay cementerio algunc, e n t o d a
la villa ni en parroquia alguna. La de Santa Mana y , Paz, San Antonio de Padua, Nuestra Señora del Vaquero Santa
tienen un camposanto, así llamado, con bastante capacidad, donde
sepultan a los pobres que fallecen en los hospitales. Las otras dos
parroquias no «e n e a y sería muy conveniente su estabiacmuen.»
para lo que hay sitio proporcionado, siendo costeados con las ren­
tas de algunas iglesias (11). .
En la parroquia de Santa María, hay varias memorias y ca-
Ahr?ñtqUe SÍ7 e Para Peregrin0s’ siendo su Patrón el duque de
Abrantes, y el cuarto el del Salvador del Mundo (13)
s a n t u a r io ™ ]? !8^ N ~ SÍra Señ° ra de la Montaña, famoso
-santuario, la de San Marco, Cristo del Amparo, Calvario Nuestra
Santo3 q a C , ° nsol.a ción’ San Ildefonso, Humilladero, ’ Espíritu
w ' ? " í ° ni° Abad’ San Bartolomé, San Fabián y San Se­
lla de^á T p Sr n Vlt° ’ Nuestra Señora de la Soledad, Capi-
Paz San A8 ? " 6 de la Santa Cruz> Nuestra Señ^ a de la
Ana, San Benito, Santa Lucía, Santa Olalla, y otras^ e s f d e n
r ° l e ' Í y T aS ^ C3SaS de Camp° ’ exÍSÜend0 las ruinas de
otra que h u to antiguamente, así como la de un convento de mon-
h íin T T a SÍÜ° Ilamad° de las Tenerías por el año 1400,
bajo la advocación de San Lorenzo.
Los conventos son siete: el de'Dominicos, actualmente con
cinco religiosos sacerdotes un lego y dos donados, no constando

^ " ¿ r L l p t a l e s son cuatro: el de Nuestra Señora de la Piedad, soq6 TCn &U Undaclon se senalase número determinado de religio-
raín S“ Stan^ a de el ^ su fábrica, con manutención de sus mo­
para hombres, del que es patn.no don Francisco Javier Anas, de radores, depende actualmente de sus rentas, ya que son pocas las
Paredes Prado; Sancti Espíritu, para mujeres; el de los Caba- R o s n a s en el territorio de la villa. Las renías poco más o ^
nos, ascienden cada año a trece mil reales. No hay enseñanza pú-
"~TÍÍ) E n la parroquia de Santa M aría 1 h | ^ lor^ g e^ ica ni privada de facultad alguna y debe haberla conforme a las
cura, cuyo valor regulado por Dré’st'am0 que todos son servideros, leyes de la Orden que manda asistir en cada convento un doctS
mentes, cuatro beneficios Simples y u n P*é^ ™ t ; ¿ scuela de la Santa Igle-
hallándose uno agregado a la dignid , decimal e igual ración
o lector de casos de conciencia, el cual ha tenido siempre este
sia de Coria, siendo todos iguales en dotacion por l e y demás convento hasta el año de 1787, con mucha utilidad deT publico
q u e el c u r a d o . Los que sirven alternan ^ ^ animarum», cuyos
sendo su_fundación a instancia de doña Catalina de Saavedra
funciones de iglesia, p e io sin la o g H ay otro beneficio llam ado
em olumentos se regulan al ano en 900 re ales^ H ay ^ ^ de ^ ^ por los anos de 1524, presentándose en el de 1528, al Ayunta’
sacristía, que corre a| re£ad° a “i - reajes E n San Mateo hay el curado, miento de Cáceres, Bula del Papa y Cédula de S. M „ que se con
m icias que corresponden a las¡te m-pct re-escuela de Coria, y siete ser- servan en su archivo. H
un préstamo unido a la dignidad d' demás ausentes, siendo
videros. Sólo reside el cura y un beneflaado, los d m a s ^ a u El de Observantes de San Francisco, extramuros de esta villa
2 , “ dlf nCÍa dC e" a' Uene trel" ‘ a y « ° s r e lig a o s i '¿
S T 'o"„“ r S " r y^ T 2 „ 2 f o. « t, , l r r r dos coris,as y sie,e sien<ioe>m™™
de su fundación, de cuarenta y seis. La sustancia depende de li­
mosnas que ofrecen los fieles, unas onerosas como misas y sermo-
y otras gratuitas. En este convento hay un colegio mayor
compuesto de tres lectores, un maestro de estudiantes y colegia-
es, los que habiendo estudiado Filosofía y Teología y hecha opo-

^ . ¿ ^ r e a l ^ ^ ^ m ^ M v e d í ^ e l d i ^ fv í3, , 2'000 ducad° s ; Sancti Espíritu,

,osr sst - « «* dís y el Salvador del Mundo, 1.146 reales61™ ’ r6aleS y 25 marave-
las Visitas hechas al partido de Cáceres.

-1 1 1 -
-110 —
sirión, concurren a él a rehacerse, y en él se enseña
a cuantos quieren instruirse en Teología Escolástica, Derecho C
nónico Moral y Filosofía. Su fundación fue a petición hecha por
la villa y su ordinario, expidiendo Bula Sixto IV el 3 de^diciem­
bre de 1472. Su fundador religioso fue el V. P. F R. Pedro ^
rrer v por lo real los Reyes Católicos don Fem ando y dona Is -
bel don Pedro González de Mendoza, arzobispo de Toledo, don
Iñigo Manrique de Lara, obispo de Coria y el noble Ayuntamien­
to de Cáceres siendo patronos los Reyes Católicos.
Hay d i enferm eras, una para religiosos de dicho convento
de Observantes de Cáceres, que se mantiene de las limosnas de
v las que dan los individuos de la nobleza, a los que llaman alco-
bistas y tienen su armas respectivas en las alcobas de la enfer­
mería cuando las ocupan religiosos enfermos. La otrai es
religiosos Franciscos Descalzos que enferman en la villa
yo de la provincia de San Gabriel, a los que conducen cuando
faÚecen para darles sepultura, estando a tres leguas de distan­
cia Su petitorio la limosna. En ésta hay un religioso enfermero
mayor y otro compañero, ambos sacerdotes y dos legos, en la de
Observantes, sólo enfermero mayor, sacerdote y un lego, temend
cada una de estas enfermerías capilla pública. El convento de R e­
ligiosas de Santa María de Jesús, del que no consta quien fue su
fundador, se tiene entendido haber sido su origen la reunión de
varias señoras a las que se agregaban las esposas de algunos no­
bles cuando éstos salían a campaña. Tampoco consta el num
determinado de eclesiásticos en tiempos de su fundación ni decr
de prelados pues siempre ha subsistido, y actualmente depende
de s'us re «k sP a las que sólo se aumentan cien fanegas de tn go
que tiene asignadas cada año desde los tiempos de la Rema Ca­
tólica, con lo que asciende su renta por un quinquenio, a cuare
ta un mil reales vellón. La dote que cada religiosa paga en su in­
greso es de seiscientos ducados. No hay establecimiento alguno
para la enseñanza, pero sí se admiten, precedida licencia del or­
dinario y anuencia de la comunidad, niñas para su educación cris­
tiana y oficio propio del sexo. Son de la Orden de San Jerommo
v de la filiación del ordinario.
El de San Pablo, tiene seis religiosas de velo negro, dos legas
v una novicia para el coro. Fue beaterío de veinte, con su cape­
llán y el 11 de marzo de 1449, pidieron al Obispo de Coria, don
Alfonso Enríquez, les cediese la profesión de religiosa con clau­
—112 —
sura y demás votos, jurando la regla que debían guardar el 17 de
julio del mismo año. Es de la Orden Tercera de San Fran L o
cuya renta anual poco más o menos, son veinticinco mil r e íe s
vellón siendo la dote seiscientos ducados regulados por propinas
y gastos. No enseña pública ni privadamente
m l t S L í rf gÍ0SaS ^ San Pedr° ’ del qUe consta su pri­
mitiva fundación, se conserva en su archivo una memoria en la
que ice era en 1592 su abadesa doña Marina de los Nidos y su
vicaria dona Francisca de Ulloa, según parece, fundadoras de di­
cho convento. En 1593, don García de Galarza, Obispo de Coria
les concedía las constituciones mandando viviesen bajo la regla
a rden Tercera de San Francisco. En 1604, producían sus
rentas veintiocho mil trescientos cuarenta y tres reales y veinte
maravedís en censos, casas, juros y limosnas de los ordinarios
legando a once mil cuatrocientos veinticinco reales vellón Hay
diez religiosas profesas de velo negro y dos legas, cuya dote es de
seiscientos ducados, sin enseñanza pública ni privada
El de la Purísima Concepción, fundado en 1616, por don Juan
Duran de Figueroa, daba doce plazas para capellanes, £ o J n d o
se el numero de su primera institución, habiendo en el presente
renU dieC ;m i,y * 7 1 W ,U ^ Se* dentos ¿ - I d o s y su
labor Í CS3nU de l0SqUese mantienen y alguna
labor de sus manos, siendo éste y los anteriores convenios d e k
afiliación del ordinario. os ae Ia
'p ;Sa!^ C!ara- fue fundado por doña Aldonza de Torres
p Real Cédula de S. M„ quien mandó al Ayuntamiento de C á’
ceres, señalase sitio para su establecimiento, celebrándose en él
a primera misa el 5 de noviembre de 1614, siendo el número de
° 10S3S de cuarenta, estableciendo admitir hasta veinticuatro
existiendo hoy veinte, inclusas legas. Son sus rentas dos mil d u ’
cados anuales con corta diferencia y alguna limosna. La do e es
Tan S u ", ad° S' e,:Ce,,,0 ‘aS de m" Ca y ><*“ . 1 « a pa
gan. Su gobierno corre a cargo del provincial de San Miguel v
Observantes Franciscos, y no hay enseñanza.
El seminario bajo la advocación de San Pedro Apóstol fue
fundado por el obispo de Coria don García de G ala™ , el 4 de
a>o de 160o, otorgando su fundación ante Pedro Delgado escri-
ano de la villa, previniendo que en este seminario se criaran sie­
te mozos de este obispado, por lo menos de edad de doce años
que supiesen leer y escribir y diesen muestras de p e rsev era ?«
el servicio de la Iglesia y fuesen hijos legítimos de_ Pa^ es P°¡?re^
pero que no se e x c lu y e s e n *££££ “ 7 díos - T lg S a
« T d i la S S S 5 P
^ e fn T m b rT d o V lo s siete'm ozos por los siete a r c i p r e s t e ^ e s t a
diócesis, cuyo nombramiento lo había de hacer a jus
son de muy buena S %¡Z de

a los colegiales la Gramática,

dt Z no r vent0, de Sa" ^ bastante "gran-

m,itar entregando el expresado caudal a la justicia y g tado seriamente este punto. Algunos que dan escuela a lnÜni
7 1 íá villa nara que en su nombre aceptasen y recibiesen
^ d ^ n e ro y empleasen su renta para .a manutención del semina­
rio Aunaue se dice estaba edificada la casa, parece no llegó a con­
no. Aunqu . , , Ptiificio Por la disminución que
C" T e ’ “T u d a ? iam s l egó a t e n e r c u m p lid o efecto su funda-
b a y ^ n r , ; ^ n
dr “ “ «
son comunmente unos hombres que por impedidos de ejercer "sus
oficios o por carecer de ellos, enseñan lo que ignoran por un corto
estipendio que mensualmente pagan los que asisten a l l íe
ufran es os hombres el debido examen, como si con su educación
pusieran los cimientos al fundamento de toda ciencia, y especia"
mente al de nuestra católica religión. Por esta causa existe una
total ignorancia, no sólo en párvulos, sino en muchos con esta
do hablando bárbaramente el castellano, truncando muchas pala
de r e s n t °™ C1° neS dominicaI 7 angélicas, advirtiéndose falta

biendo S S s e ^ q u e o p u e stfa 0 fas" /S J 7 - y Una

nrnntn l 1 ™ ' del Evang eli°> lo que clama por el más
; a1: / " Í e « o ^ — , al maestro de F i­ tudio d ^ G r a m á t i C°™Un la asistencia de muchachos al es-
losofía a un pasante y criados inferiores que perciben de salan oda Vlda£ Sm Saber Ieer “ 6SCrÍbÍr’ C^ ° dura
toda la vida. Hay algunas escuelas de niñas sólo para labor de
r cuatrocientos treinta y nueve ducados cada uno, ademas de
su ración que importará más de seiscientos, de modo que desde T u ™ e n r r d -ente ai sexo y ■ - esu» “ dto ~
nue se abrió este seminario para mantener un sólo colegial de los doctrina eristfana"'"08’ ° q“ “ ad™ rte iS" al «»
de s u principal instituto invierten en salarios, sólo de criados mas
de doscientos doblones al año, sin indemnizar 1c' ^ue ¿ astan ^ ra d o L f S ^ 1 “ de la“ nldad denlr° M seminario, la prime-
ir» norcionistas ya que solamente paga cada uno de éstos sesen
pOTC,0mStadSMye ¿ egas de trigo, podiendo estar en el semma- r r f ~ d- ~ - - ™ V e =
ta ducados y ^ n del Supremo Consejo de Castilla, cuya creación fue en 1779.
rio diez meses, desde principio de septiembre basb, fines de ,u-
lio, haciéndose cargo de este seminario, por orden de S. .,
Roque* Balduque?''reaíi^ada^en^5*59 fIamencos Guil!^n Ferrán y
tual obispo de Coria. ei Archivo Histórico de Cáceres. ' QUe consta documentación en

-1 1 4 -
-1 1 5 -
 No hay noticia de haber existido en esta villa, sociedad eco­
nómica, pero sí administración de correos, con un conductor por
cuenta de dicha administración, que es quien lleva y trae la co ­
rrespondencia de la villa de las Navas y la de tabacos y s a t a
cuyo administrador es don Silvestre Buzomo (15), la de rentas
provinciales, con administrador y otros oficiales y la de real lo­
tería con un solo administrador. El número de dependientes de
la Santa Inquisición es de cinco, que los son don B em toP a ^ ’
comisario- don Vicente Vinteño, notario; don Joaquín de Ovan
do, alguacil m ayor; don Nicolás Mariño y don Manuel Gómez
familiares, ignorándose cuáles gozan de fuero. Hay teniente d
Milicias del Regimiento de Plasencia, llamado don Antomo ^
llamil, un sargento, tres cabos y cuarenta y cinco soldados. Tam­
bién hay bandera de reclutas de las Reales Guardias Espano as,
su comandante don Diego Quintano, Subteniente de mismo cuer­
po un sargento y doce soldados. La Bandera de Voluntarios de
Extremadura, con su teniente, sargento, dos cabos y seis solda­
dos- la del Regimiento de América, con sargento, tres cabos y
seis soldados. La de Reales Batallones de Marina con un oficial
sin sargento y quince soldados; la del Regimiento de Caballería
de la Reina, con sargento, un cabo y tres soldados; la de Dragones
del Rey. con su alférez, un cabo y siete dragones, de los cuales
sólo dos están montados, hallándose en esta villa como vecino
de ella, el marqués de Camarena la Real, Capitan del Regimien o
de Milicias de Trujillo, sin que haya noticias de personas que tur­
ben el buen orden y administración de justicia ni den escanda
P Los dos médicos y el cirujano están asalariados por la villa,
los dos primreos con cuatrocientos ducados anuales y el segundo
con doscientos, que se pagan de propios. Hay además un médico,
cinco cirujanos y cinco boticarios libres.
No cuenta la villa con Hospicio ni casa de Misericordia, lo que
sería muy útil su establecimiento, celebrándose las juntas de cari­
dad por cofradías. .
Las cosechas que se cogen en el término son de trigo, cebada,
centeno, avena, garbanzos, habas, vino, aceite, miel, corderos, le-
-1 1 5 ) E l adm inistrador C r e e r á e n ’ caUdad
« de" S S ^ A ’ y .1 c— u cu , * la cor™ ,
pondencia, 2.180 reales.
-1 1 6 -
uSn Chf1V°tS’ lana’ qUeS° ’ enJambres- cera, becerros y lino De
todos los frutos referidos, se pagan diezmos, recogiéndose por los
administradores de las cuatro Cillas desde 1788 que comprende
la concOTdiaaotS P° r la real gracia deI a cu sa d o, según
la concordia otorgada entre S. M. y el cabildo de Coria (16).
Las huertas se hallan repartidas en varios sitios y se riegan
" S " f" ent<!s- se* “ " repartimiento que cada o „ a tifne
d T a 'ü a ? d contando la villa para ello con un repartidor
o . Las especies que en ella se crían son coles lechugas es
° traS’ bÍ6n qUe faltan muchas q ue producirían
si la desidia no lo impidiera. Están arboladas de higos peras ci-
“ aS’ f=ranadas y algunas azofaifas, pudiendo haber ’ otros mu-
D ^ ó s í o T ’t PartlCularmente de ^Pino, para lo que es muy a
proposito el terreno, absteniéndose de ello por los muchos robos
que hacen, sucediendo lo mismo con otras exquisitas frutas que
se producirían sin dificultad, si se plantasen. Se cultivan las tie­
rras de este termino con bueyes, muías, caballos y jumentos, se­
gún las respectivas facultades o proporciones de los vecinos la­
ca d o re s o senareros, pero no constando el número de juntas de
una y otra clase.
Los ríos de este término son: el Salor, Ayuela y el Guadiloba,
pero estos y algunos otros arroyos que tiene el territorio no son
< e perenne corriente. Críanse en ellos barbos y otros pescados
chones 205 S ro b a ^ d e o u S S Í T “ qUÍnquenio- 218 borregos, 11 chivos, 25 le-
’s s s s x n s x
m iel, 12 reales de cera « l T w i* "3 blanCa' 1 de parda’ 7 cu artillo s de
338 de avena 2 L habas 3 e tng0- 255 de centeno, 100 de cebada,
centeno 24- cebada s ™ on Qgarbanzos. De prim icias, trigo 30 fanegas;
ila, 18° nSéf á c u S S .' 1 1 , Cf,or‘ : ‘?” a 16 “ rr°b“ ' »
201; cebada, 50 avena 9 7 ; hahn’* f S ’ tng0, 302 fane8a s ; centeno,
<51 faneeas rip t r ian ¿ i ^ ’ ’ media fanega; garbanzos, 3. P rim ic ia s
ta b á r S ,a a d irS ,^ í S "¿ ean,i d e ',rt„“ T o ,¿0Id° * T ' *
23 arrobas de aceite. u v a ’ 7 enjam bres y
-1 1 7 -
pequeños llamados bordallos y S s s o n m t
aculares en la que se crían tencas muy fina. Las de ^ con facultad real en 20 de diciembre de U w l ? ay° razg0
chas y especiales para beber. La^ may inmediación se puede ase-
s s r - - -
liamada del ^ " ^ ^ ^ ^ u f c a d a veinticuatro horas de seis a rándose el motivo ni en qué
gurar que se extraen a , ■ n„ Dor ia noche, ama-
siete mil cántaros de af i.a’ n^]^riene cerca de tres varas de pro-
neciendo por la manan • jivírlida en dos estanques em-
fundidad y más de ocho de largo, d m d ,d a en d os e q r S s S s B S .'B í s i r ts
baldosado, de eanterla, por^cuyas juntas .
de arcos de la misma p.edra, cub.er a, y P “ <>“ “ ^
que es d é l a v e'n ^
agr a " e T c Sos y cubierta, situada a. poniente del más continuidad. No se repirte’ íiontP p?*1* 3 pr0Curarse
“ : br y a ,p a " : t a . „ vecinos, pero sí el fruto de bellota a lo gUn° ^ S° rt6° 3 los
cerda, si les conviene Pi nrPí granjeros de ganado de
además de servir a todo aquel barr p número de cán-
el último año y dejando a Z Z T taSa’ Subastándose en
8ran número de otras dos de
taros de a p ,a q « ac e ^ ^ ^ beber y su tanteo, lo que parece es contra otáen°Mcpresa d e ^ C o n s ^ 0™ ^
evitar decayese el v a lo r ** i« , expresa del Consejo, para
exquisita agua, l a s q númerQ tan abundantes, no es posi- sas. En la referida sierra ha ProPlos 9ue procede de otras cau-
lavar, pero siendo ta gu elevada situación, siendo
ble conducir sus aguas al Pu^ b P Fuente del R ey, acebuches, los que pueden ^ terreno PobIado de
blase algo la i a W t mjertados >’ aprovechar si se po-
,a més útil y laudeJ ,„ T “ ^ distancia de ella, siendo
que nace al mediodía d , gg beneficia una noques están ' nCinaS y a,“ r'
ducidos a arbustos V mont K -P COntmuos incendios y re­
tan caudalosa su c o m e n ^ ¡ ^ drag harineras, dos bata-
mado el empeño de aumentar ¿ \ S e t a T r ^
2 T » de lanas. de los crecidos y frecu en ta , w í P ° pi0S por medio
tos, teniendo su ™ 'a . , j e q ^ ^ ^ turbla> aniquilan "
ruma en dicha sierra, pues apenas í d e íZ e ^ e Z T jy lC
, pues siempre es — / “ “ si
do a P0blada’ defraudan-

~ ra m r : : S e a dr e ° b r VÍdT ia
Ü Ü = P i
ímpiaen y aprovechamiento del caudal.
'''d e m o r e se1han observado en la villa las reales órdenes sobre
biempre se Qrill3imente en sus respectivos tiempos.
^ ^ r r r C ^ h . r c a m c a m ,=

el aue se pague contribución, pagandose en 1 p

Zyo derecho fue concedido por los Reyes Católicos a dona Isabel

-1 1 9 -
-1 1 8 -
y demás dehesas de altos montes, las que ya lo estaban no hace
muchos años, entre ellas el Risco y Sierra de San Benito, que hoy
Z desconocen los que la vieron con espeso monte y reses mon­
tunas contribuyendo a la conservación de estos montes la v g -
lancia y celo de sus guardas repartidos en ellos, evitando incen­
dios, malos cortes, y otros ministerios, cumplen con su oficia
No faltan hierbas medicinales y otras para tintes, especialmen­
te grana o cochinilla que en otros tiempos parece aumentaba e
valor de los propios, pero en el día sólo se aprovechan de ellas
algunos extraños que tienen la ocasión de cogerlas. Hay algunas
huertas en la referida Sierra, en las que se producen muy b
los árboles frutales, especialmente los de espino, habiendo sufi­
ciente 1er'a y carbón para el consumo del pueblo. El monte ai o
de encina y alcornoque no se quema con fin alguno a no ser por
algún fuego casual de los que suceden en verano, cuyo exceso es
regularmente averiguable para el castigo.
En virtud de reales órdenes, se concedieron por el Ayunta­
miento algunos terrenos para plantíos, lo que no se verifico por
orden del Real y Supremo Consejo, para que a los que los tienen
se les imponga pensión y señal de tiempo para que lo hagan. En
estos y otros sitios pudieran hacerse plantíos de moreras, tan
útiles para la cría de seda, de la que aquí se carece.
Por esta villa están señalados con el nombre de partido, los
baldíos de las dehesas Zafra y Zafrilla, al lugar del Casar, cuatro
mil trescientas noventa y tres fanegas de tierra, al de Ma part -
da, mil ochocientos veinte; a la villa de Arroyo, tres mil ciento
cincuenta y cin co; al lugar de Aldea del Cano, mil doscientas
cincuenta y ocho; a la de Torreorgaz, mil cuatrocientas veintiséis;
al lugar de Torrequemada, mil quinientas cincuenta y una, y al
de Sierra de Fuentes, seiscientas sesenta y cuatro. Hay trescien­
tas una dehesas (17).
En el término de esta villa se hallan varios castillos en los
que antiguamente se refugiaban sus dueños en tiempos de guerra,
siendo en el oresente casa de campo, propias de mayorazgos fun­
dados en ellas y que sirven para retirarse en tiempos de prima­
vera v otros, a gozar de la recreación del campo y para habita-
---- ¡T ñ Tas (iehesas tienen de cabida 340.130 cabezas lanares, 15 son de
sAln oasto v h a c e n 122 120 cabezas. Las restantes 143 son de pasto y tie­
nen de cabida sus baldíos 218.010 cabezas, sin poderse saber las que se
dejan de rom per por ser a voluntad de sua dueños.
-1 2 0 -
ción de criados de labor que en ellas tienen sus dueños, habiendo
en muchas de ellas lagunas o charcas con algún pescado y caza
mayor, especialmente en la llamada Corchuela, propia del Conde
de Torre Arias, que tiene acotada bastante extensión de terreno
por real privilegio e iguales penas que los cotos reales con mu-
cnos números de almendros dulces y amargos, con acebnches in­
je r id o s , lo que puede ser en pocos años una heredad muy útil
por la buena calidad de aceite que producen sus olivos.
Consta haber sido pueblo, según escrituras, la aldea de Ponte-
uera distante media legua de esta villa, e igualmente la de Cor-
chuela a la misma distancia, Pondano, a una, Herguijuelas a tres
Las Seguras, a dos, Arrogatos, a cuatro, Cerveras, poco más de
tres, Alpotreque, Castellanos, Valdelacasa y la Corte del Cochino
i T j 3 v errar 8 San Pedr° ’ 7 ° traS de laS que ha^ vest¡gi°s, como
la de Vencahz a cuatro leguas y media, siendo las causas de su
espoblacion, según se cree, las continuas guerras, lo que sería de
mucha utilidad el volverlas a repoblar, dado el corto número de
habitantes en la provincia.
La caza mayor consiste en venados, corzos y jabalíes, pero está
muy deteriorada en dicha Sierra de San Pedro y en los demás
parajes donde la había, cuya escasez se atribuye a la falta de
montes. La menor, de perdices, conejos, liebres, palomas, ch o­
chas, codornices y otras, con cuya caza se abastece al pueblo A lgu ­
nas personas que se dedican a la extinción de fieras tienen el pre­
mio de propios en esta forma: Por cada loba que matan, ochenta
3 ocho reales, por el lobo, cuarenta y cuatro; por el pequeño
macho o hembra, veintidós; por la raposa mayor, diez reales, y
por las pequeñas, cuatro. En el último año de 1790, ascendió este
precio a mas de siete mil reales vellón. En la referida Sierra y
en los campos de todo este territorio hay gran número de colm e­
nas, cuyo alimento es la flor de la jara, no siendo la miel del mejor
sabor ; pero a que se cría en dehesas y pastos de campo es muy
superior y blanca, alimentándose éstas de flor de tomillo, rome
ro cardillo y otras olorosas y finas plantas de que abunda la tie-
derrn an 1 00 Üenen mUr° ’ P° r lo que están «pueB tas a ser
derr badas por los ganados, por la causa de no hallarse muradas
con o que se defienden de todo peligro, no observándose ordenan­
za alguna que señale la distancia que debe haber de un colmenar
a otro, no produciendo la utilidad que en otros tiempos, ni hay
tanto numero de colmenares por lo que considerablemente ha su
i o el precio de la miel ligera, siendo su m otivo los continuos
-1 2 1 -
robos que se experimentan, abandonándolos sus cosecheros. El
remedio para su conservación sería que la justicia vigilase este
punto, celando muy particularmente sobre los que comercian en Heno de virtudes- Fr Frand ? ’ lercero 0bservante* muerto
él, inquiriendo la conducta de los forasteros y transeúntes que mogénito de su casa y dnnW 0vando’ decimoséptimo pri-
vienen a comprarlas. Comunmente se atribuyen los robos de esta escritor; doña Leonor de provincial Observante, célebre
especie a los vecinos de Ceclavín, donde parece hay ocho lagares Ramos, presbítero secular de.Jnotoria virtud: don Rosalío
de cera, siendo raras las colmenas en el término de aquella villa, en 1772; don Alvaro de IVW n l 6Stá impresa’ falleciendo
por lo que generalmente suspiran para que se les prohíba este emperador Carlos V, que a s i s t í ° ’i parisiense- capellán del
comercio de Ovando, reformador de la t t Conciho de Trento; don Juan
Por las noticias adquiridas en esta villa, resulta haber en ella de Indias, su presidente v n í Versidad de Alcalá- del Consejo
cincuenta y un mil ciento sesenta y ocho cabezas lanares; seis co Rivera y O v a n d o I n ^ T e ? ? d° n Fra^
mil ochocientas de cerda; dos mil cuatrocientas setenta y seis via; don Gonzalo de la Cerda 1 Suf ema y obisP° de Sego-
vacuno; cuatro mil ciento treinta cabrío; ciento noventa y ocho de Cáceres Sotomavor c o n í * í? ° L édda; don Ant°nio
yeguas; quince tusones; cinco tusonas; seis potros; quince po­ Fr. Agustín de Carvajal oh Rey d ° n Felipe IH > don
trancas y diez caballos padres. tiérrez, dominico e insigne ¡ S ? ^ uamanga; Pr- Lorenzo Gu-
En varios sitios de la Sierra de San Pedro, subiendo desde Espadero. Consejero de C a Ín í, hcenciado Gonzal° Martínez
el convento de San Francisco a la Sierra de Mosca, se han hallado de Felipe III y ja reina r?n ’ d° Ctor Medrano, protomédico
inquisidor de la Suprema- H f arSan ta ; don Alonso Becerra,
algunas piedras de las que se extrajo hierro. También en la pri­
mera de dichas sierras existen canteras de jaspe encarnado y dor de Lima; don Antonio ^ " c t T ^ ÍnQUÍSÍ'
blanco, de las que no se hace uso y hace pocos años se cercó con lajara en la Nueva Esnaña- ^ l0aTChaves- Presidente de Guada-
su piedra el sitio que llaman la Corte del Cochino por un particu­ renunció a los obispados V e p de CarvaJal ? Sande, que
lar. Es de interés el examen sobre este asunto, ya que en la villa Francisco de Solís O v a n d o ^ 7 Plase™ ^ d°n
no se conoce el jaspe en ningún edificio y las estatuas de las que Hacienda; don Juan Golfín d P r J° de CaStÍlla’ aSesor del d*
va hecha mención, así com o otras piezas de mármol, proceden de don Pedro UUoa Golfín v Pnrln Va]a1’ P e d e n t e de Granada;
las canteras del reino de Portugal. Hay otras canteras de impon­ so escritor; don Francisco r i T r ™ ™ ’ ^ jurisc0nsult° 7 famo-
que mandó hacer los p u e n te .^ ajaí, arcediano de Plasencia,
derable dureza y varios colores que se usan en la manipostería
de fábricas, como lo es la cantería de variada calidad, pizarras y y Tamuja, reedificó toda la n a r r ^ - “ 108 rÍ0S Almonte
capilla mayor v en ella v ■ arroc[ula de Santiago, dotando a su
otras, siendo la de más utilidad las de cal, situadas cerca de la
villa, de las que se abastece la mayor parte de la provincia, em ­ Galarza, obispo de Coria fí,n? ; apellanías^
: don Pedro García de
pleándose para el uso del blanqueo. El número de hornos es muy Gómez de S o l y T o Z ’ * * * semi" í" '¡° * “ ceres; *° n
crecido, inutilizados algunos por la falta de leña al haberse ro­ nejo, arzobispo de Burdos- T T Plasencia; don N- p into Cor-
zado muchos terrenos para labor. Cuenca; don L. M a c h a d f obispa deSr ° ° bÍSP° de
Los hijos ilustres y naturales de esta villa fueron: Fr. F er­ redes Golfín, Camarero dé k ' Z Caracas'> don Sancho de Pa-
nando Yáñez, capellán mayor de S. M., canónigo de la Santa Igle­ ° a> del Consejo de Ordenes- h at° ,1C0S; don Bernardo de
sia de Toledo y fundador de la religión de San Jerónimo, en Lu- - j o de Castilla ;Jdon FraneT co d ^ ^ ^ Mil6n’ de* Con.
piana, confirmada por Gregorio X I ; Gil Cordero, vaquero al que Remo de Granada; don García C n i r « ’ preSldente del nuevo
se le apareció la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe en 1330; varra; don Alvaro de Sande n Portocarrero, Oidor de Na-
Pedro y Diego, pastores a quienes se apareció en las montañas dre 7 abuelo, fue p r i ^ r marón ^ SUS SerWCÍ° S’ los de ™ pa-
de Liévana, la imagen de Nuestra Señora del Brezo en 1478. se­ José de Carvajal primar • v aldefuentes; Excmo. Sr. don
gún refiere su historia; Fr. Juan de Torre, capitán famoso, des­ vajal, Su hermano, dignidad d / r ^ Estado; don Alvaro de Car-
pués religioso Observante que murió con notoria fama de santi- gación de San Felipe &de Neri P T ? ’ A n d a d or de la Congre-
de UUoa, rico-hombre del emper "i 'T u Cludad; don LoPe Ruiz
emPerador Alfonso V I I ; don Alvaro de
- 122-

-1 2 3 -
c ande mayordomo mayor del Infante don Fernando y de su Con­ ros don Fernando Alfonso de Ovando, Juan de Ovando iií
cincuenta y tres años ocupando los primeros pues- mayor de Cáceres, Diego de Cáceres, su L m a n o el M !
vando, el gobernador García Golfín, Alfón de Torres »„ l,,,!,
el mariscal y Fernando Becerra; en la entrada i,' ,
Guadix, Pedro Rodríguez de Torres, Diego de Torres y ^ Í n á n
Alvarez de Toledo, el V iejo; en la batalla de Archidona murieron
Fernando y García de Cáceres, junto con don Gutierre de Soto
¿ i ^ r ^ s : 7 r * ^ ; “ íe n P o A u :
T í 01; f u A,nt0nÍ° de U11° a’ CaPÍtán de c^ a llos, que se halló
gal; don Gonzalo de Carvajal, don Martín y don J™ n, sus^herma- en la batalla de Guarina, contra el rebelde Gonzalo Pizarro- Al
? ns v don Pedro Golfín y Carvajal, su primo, con don Alonso GoL var Sánchez de Ulloa, que sirvió al Emperador y a Felipe II en
fin Portocarrero, quienes murieron peleando contra los poitugue- las guerras; Martín de la Rocha, muerto en el sitio de Rodas v
j . Carcía v don Diego de Galarza y Ovando, famosos capí-
drígueze dea vmaJlobn ^ la ROCha’ SU sobrino’ cau« v o ; Juan Ro-
ta ñ e s don Alvaro iSltasai^Ulloa, capitán de infantería; don Die­
pottador de e l í í ’ aS1Stente en la conQuista de India, primer
go de' Figueroa y Vargas, que sirvió en las guerras de Italia, Mi­ poblador de ella, quien ensenó allí a labrar con bueyes- Per Al
lán v Portugal- don Francisco Antonio de Ovando y Cerda, varez Golfm, capitán en la conquista del Cuzco; Loíenzo de M
T tá l en Ía guerra de Cataluña; don Jerónimo Aldana, capitán ana famoso capitan en la conquista del Perú y en la misma el
^ • fantpría V su Alférez- don Francisco M ogollón; don Gabriel capitán Francisco de Godoy, teniente y capitán g e n e r a d don
Saavedra muerto en un reencuentro con e, capitán Matos; don rancisco Pizarro; Vasco Porcallo de Figueroa y sus hermanos
Diego de' Ulloa, llamado el Zurdo, don F e r o a 'v d o de Carvajal y
dias6 Gómeeznddea |olAl0nS| d6 Sot° mayor’ a g o s t a d o r e s de In-
don Micael de Solís, que murieron de capUanes de caba as Gómez de Sohs, valeroso soldado; Francisco Hernánde?
Flandes' don Alvaro de Ulloa Monroy, capitan de infantería y de Cáceres, después Girón, capitán y teniente general en la con
muerto prisionero en Lisboa; don Sancho, su hermano, que si -
vió en Flandes y Milán; don Alonso de Agmlar y ^ cte" u - c ias,
a f ^Lorenzo
t r e n z o ^de
e 1u ild° S conquistador
Ulloa, ^ ded<?1Méjico
CuzC0 yy elotras P e di onn­
Perú-
capitán de caballos en Flandes; don Bernardmo de Carvajal y
L erMalta°-yd n TC° Sme ^ ° Vand0’ qUÍ6nes ^ hallaron m ei £
don Fabián de Solís y Rocha, capitanes; don Pedro José de de Malta, don Jerommo de Ulloa, capitán de galera- don Pnn
Ovando capitán; don Melchor de Carvajal, que m uño de capitan .a lo de U1Ioa, don García GoJfín de F^guer0t % g t S nimd0
° ndeG0Lna
S T o v i u g l don Francisco de Mayoralgo Enríquez, que sirvió
más de cuarenta años y fue Maestre de Campo; don Alonso San­ Oisc
cisco ad
de USande,
sandrr er° ? ^ gUem,S
gobernador de Ind¡as;
y capitán generalelde
doctor don Fran­
Filipinas
d e z de Paredes, muerto a manos de los moros en defensa de
Íareía de p NUr a “ l0S - X DÍego
nuestra santa fe; don García Fernández de Paredes famoso a- a cía de Paredes y su hermano Alonso Sánchez de Paredes
pitán que sirvió cincuenta y tres años; don P e d r o Alonso Gol que sirvieron en las guerras de Italia. ’
capitanes en las guerras de Portugal; don Nico ás de Ovando
comendador mayor de Alcántara, capitán general y goterm ,d CAÑ AVERAL
de la Isla Española; don Gutierre Luis de Sohs, capitan en las
guerras de Portugal; don Nicolás de Carvajal, marques de Sarna,
Perteneciente a la villa de Garrovilla de Alconétar de] partido
que sirvió en las guerras de Campo Santo Portugal e Italia
don Fermín López de Ulloa, en la batalla de las Navas don Sa C íyTe S i T S r ‘"d a te- DÍL- -
cho López de Ulloa y don Lope Sánchez, en la conquistai de; A -
dalucía con el rey don Fernando el Santo. En la entrad tresreS a esS
vega de Granada, se hallaron con el rey don Juan II, los caba correspondían hasta a h o T a 1 , ' i S d T G r L a d fp ó r tr

-1 2 4 - -1 2 5 -
del estado de Garrovíllas, que se halla del Tajo a esta parte pero
£ £ de hidalguía se seguían en la de Valladolid, distante c ,n
cuenta leguas y de la de Granada setenta. Es de la d.oces,s de
Poria de la que le separan cuatro leguas.
Confina su término por el oriente, con el lugar.de las^Ca as
de M illáu; al mediodía con el Río Tajo; per pumente « » < « » • £
de Garrovíllas y con la del A rco; por el norte, con el lugar d ­
El Pedroso, a una legua. . . . „ ta
Se halla situado en un poco de descanso que hace la cuesta
aue baia de la Sierra de Cañaveral, hacía mediodía. Es sano y de
aires puros. Su tierra ligera y color encarnado es de buena caU-
dad Es de dominio temporal del duque de Fnas, como conde d
lib a de Liste a quien se le paga por alcabalas, cinco mil reales
f por m a r u g a ciento trece, que se abonan de los propios. Hay
un solo alcalde y cuatro regidores, de los cuales, dos tienen vara
com o alcaldes de la Hermandad y un procurador general que
t a Z i/n es mayordomo de propios. La jurisd*ci6n es pedánea,
residiendo la ordinaria en el alcalde mayor de la villa de Ga-
rr<>1para estos oficios, proponen los ejercientes cada uno a sus
sucesores y después se vota a pluralidad, con salario de dos d -
c-ados cada uno de propios; dos diputados del común y un sin
co personero a quienes nombran los veinticuatro com ísanos, un
ministro nombrado por la justicia, sin salario y un pregonero con
un real diario de propios. El escribano es numerario, a quien nom ­
bra el dueño temporal, pagándosele de propios setecientos rea­
les y al guarda de montes, del mismo caudal, sesenta ducados.
¿1 pueblo está compuesto por trescientos cuarenta y un veci­
nos que se aplican al cultivo de su hacienda y en gran parte a
la arriería regulándose habrán veinte artesanos y veinticinco
jornaleros, ganando estos últimos cuatro reales en invierno, des­
de marzo cuatro y medio y en la siega, seis, siete y ocho y de
com er Se nota en ellos el abuso de empezar la jom ada de tra­
bajo a las ocho de la mañana, siendo las diversiones de estos ña-
luíales el baile y juego, no habiendo inclinación viciosa. Hay
cinco hidalgos. . . , ,
Los abastos que hay son de carne, vino y jabón, los que se
rematan públicamente. El de carne no produce nada estando el
de vino en dos mil reales y el de jabón solamente el cuarto de
libra para la Real Hacienda, creyéndose ascendera cerca de nove­
cientos reales, no existiendo abasto de aceite, vendiendose esta
-1 2 6 -
rrovinas0036^ 61^03' ^ PeS° S 7 medidas son iSl,ales a los de Ga­
Las casas de Ayuntamiento son indecentes y mal estado. En
las se conservan los papeles pertenecientes al pueblo y algunos
protocolos del siglo pasado, necesitando todo mayor cuidado. La
arcel se halla enteramente arruinada e inmediata a la iglesia pa
rroqmal, para lo que se habilita com o tal una pieza baja de la casa
Castm^ 16nt0' ^ 6Ste PU6bl° ’ Carretera real de Andalucía a
En casa del escribano numerario, se hallan protocolos de otros
T ÍT c°u Pe™ bl6n ^ ardad- con rejiHa de alambre protectora
de d S V i f p 7 regularmente empedradas, siendo la principal
Sana v Carr8ra PÚblÍC3 y ° añada de laS c r i n a s , bastante
Ja m J fPaClüsa’ Slend0 la Prin «p a l entrada viniendo de Castilla
Tiene 'T , 7 ^ ^ neC6SarÍa su reparación.
iene es.e pueblo ocho posadas pertenecientes a particulares
y muchas veces no son suficientes por el mucho tránsito y p a S
sadas s u e l e é /0 ^ aI° jadaS' AlgUnas de estas P°-
a la v e n ta H ^ Hay CUatro tiendas dedicadas
venta de panos, lienzo, abadejo y especiería, todas libres Los
™ r ° iurlsdl“ “ " ' ■»” regulares, a exeepétón S
un mal paso en la Cuesta de la Manjona, el que con pocos gastos
pero
oso y Villa del Arco, sonios de
malos, aunque no peligrosos los oue
amblen serian de fácil reparación, hallándose de notable’ tránsito
los que van desde Garrovillas a Casa de Millán
Z f w ° elebran feria ni mercado, lo que sería muy conveniente
viene T nt° P° r ” ' UCha c<mcu'™ 'c ia de transeúntes que
v.enen a vender a él sus frutos, la gran producción de naranjU
y ímones y el trafico de arriería con más de cien caballe­
r a s mayores. Solamente existen dos telares, uno de paño y otro
ya re fe rid a s^ 161143086 mStalar mUCh° S máS debid° a las razones
Se regula el producto de propios en seis mil reales cada año
consistentes en el fruto de bellota de la dehesa del pueblo de Las
d
” aVhWbae" r h° de alC0m0qUe de la miS™ * “ - ob ra n te
F . ■ a 8111138 marradas u hojas que siembran entre panes
sta encabezado el pueblo por penas de cámara de sesenta y seis
? : l e\ r r° ? -Pr8CÍSO produzCan mucho más en un pueblo como
este. El pósito sirve para panadeo y socorro de labradores pro-
-1 2 7 -

n ¿ tnícrn de mil setenta fanegas, en
míscuamente y su fondo en tr * excepción de dos mil
dinero, d io , mi! peso, a c o n d i c i o n e s para tai fin.
reales, no reuniendo la casa formadas por el mismo
Goza el pueblo de ordenanzas . comprenden a la
y aprobadas por el dueño temporal J P rato para este beneficio T^ene I n h -
villa de Garrovillas y su tierra, si - . rroquia titulada
Hay para el servicio de esta vHla una sola ^ ^
de Santa Marina. El ^ ^ / ^ t t e en cfen ducados que paga
dueño temporal y su dcuac asciende todo a trescientos
dicho dueño y el pie de a ’ ordinario sobre los diez que
ducados, pero tiene señalad> P ducados al párroco, sobre lo
percibe el duque de Frías, dosc
que hay expediente en la Cama .
^ ge halla a un extre-
^ ^ Eg de una nave
mo de dicho pueblo, inmediata a . arauitectura gótica, sien-
(,e « v e d a , muy t a i m e n t e >a sa-
do el coro de igual factura y ^ advirtíéndose al
cristía. El retablo mayor es gótica, que por lo que
lado del Evangelio una ‘ " SC" P C' ° V " , día de Viernes Santo,
se lee, parece sirvió de ^ s to d i dere(.hos de sepultura y las
La fábrica de la .glea > en una fanega por
primicias cedidas por el q . ^ regula en cincuenta fa-
cada cosechero que llega a doce, q centeno, las que
negas de trigo, setenta de ^ b r a la justicia eon
son administradas por un may ^ ^ ^ m ia ta.
la intervención del c u n a 9 otros clnc0 tonsurados.
C ^ c r e n . e r i o 0 ni\eees!dad d «
N„ cuenta con b e n e to o a l g u n o .
rvldero. pero si
^ y dc presen.
con diferentes capellanía llaman a parientes. El nu-
, ación de ciertas familias que a ^ ^ “ j ^ tI, están decla-
mero de éstas es de veinte de q ^ riarte de congruas,
radas legados pío» por ™ =S» ^ de alba y otra de once.
Hay dos que tienen la carg congrua moderna que
seis o siele de estas tn s is fe n en réditos de
son ciento veinte ducados, cuy tres de ellas la carga
censos, huertas frutales y c > j v q e ] hospitai, sirve para re ­
de ayudar al cura en el confeso ^ renta doscientos rea­
cogimiento de pobres transeun . mayordomo y toma
les consistentes en censos que ^ m ^ r a un y ^
-1 2 8 -
^ tlix Rivero, vecino de este lp^ar r ^ i e
Elázquez, cuyo instituto consista P fundador fue Alonso Gómez
ción y panadearlo y venderlo a In^, C,°mprar tn S° con anticipa-
aue el precio común Quedando snn P°°í'es un cuart» más barato
¿el libre comercio que n o 3 pretexí0
C° mpra de tri§ ° te-
reales, pero veintidós mil e S n en de H U ° Chenta m¡1
que salió alcanzado junto con el causada por un patrono
quienes manejaban e ^ a u d a T o t ' T í ? ’* * * n° mbrado por é]-
tración del ordinario en üna ar"a de Í * * * la admin-
fin, disponiendo de las Pavés tres ppIp •Sa la destinada a este
fundada por el padre Duran, tiene patrón r i T ’ ^ ^ Un°' La
es quien toma las cuentas, cuya re íta
censos y una casa, capital a Z ^ ,
es
de ^ 7 eI C° nCejo
quinientos reales en
para los pobres a un tercio menos d eT n SU Patr° n° 60 pan
blo. La obra pía titulada del Pnl +• ° m° S6 venda en el pue-
los que igualmente se reparten enT’ IT*6 ^ renta cien ducados,
por el expresado Blázquez, sus fon d os6 m®nesterosa La fundada
dicador de cuaresma. La de Juan G á w Z desrtflnados Para el pre-
patrón y renta de doce fanecas de tn> Z 8reSa Martín> con
ia de San Benito. & b y seis de cebada que paga
Vera Cruz, a la ^ u ^ p i e n ^ T tod1621]0 ^ C° frades’ más Que la
es la asistencia a los entierros de °cofS VeCm° S’ cuyo instituto
cientos reales se invierte en f CS’ CUya renta de cuatro-
cura. Las demás cofradías son a d m in S ra d ^ 3^ 0 SUS CUentas e]
mayordomos que nombra el CnnceTo v Í P SUS reSpectivos
que dejan de serlo, como en el casode
cientos reales; Nuestra Señora de C a í
S Slend° 8n al^unas
Sant^imo, con tres­
no que le renta doscientos reales S a f R o " ’ CerCad° y huerto
cincuenta en censos; San Benito 7 C° n r6nta de ciento
mas que tendrá mil o c h o c i e n t ^ l l CUarenta reaIe* 7 las Ani-
tribuidas en misas, redimiéndose a l S ^ C8nS° S 7 Ilmosnas> dis-
deposita en el archivo de la parroquia ° enS0’ CUy° Ímp° rte se
y dos en De’ las pnm eías ’ d ' " T SUS inmediaci°nes
la de San Roque, la del Cristo del w renta en censos;
«ra Señora de la C < Z S ^ Z los S a n t e ^ ^ N" “ -
Benito, distante ésía dos leguas v ^ 1, Martires 7 la de San
día del santo y sirve por S° Va en Procesión el
que si no pueden entrar por la puerta’ , e , Ch° Za de Pastores, los
por ia puerta, lo hacen por el tejado, lo
- 129-
que sería muy conveniente demolerla y retirar su imagen. La de
Cabezón, se halla en la dehesa del dueño temporal, junto a una
ribera del mismo nombre, distante una legua, sitio muy frecuen
tado por los vecinos que tienen allí molinos y huertas, hallándose
con decencia y gozando de casa el ermitaño, nombrado éste por
e! Concejo y el cura, y a veces por el conde. Su renta consiste en
la limosna que puede recoger (18). _ cho con otras porciones de terreno, lo que no se ejecuta por pa­
La escuela de primeras letras está dotada en trescientos reales
de propios y un real que pagan los muchachos y tres, según lo que
se les enseña. No hay correo, pero sí administrador de rentas ge­
nerales con partido, también de pólvora y estanquillo. Reside en
este pueblo un capitán del Regimiento de Plasencia y nueve m i­
licianos con un sargento que pertenecen al de Ciudad Rodrigo.
Hay un oficial voluntario de Aragón, destinado por el comandante
general de la provincia para perseguir a los contrabandistas.
El cirujano está asalariado con cinco mil reales que se repar­
ten entre los vecinos, a proporción del número de familias y ha­
beres de cada uno, siendo el boticario de carácter voluntario.
La cosecha principal de este pueblo es la de naranja, lima y
limones, cuyo valor se regula en más de cinco mil reales anua­
les, de lo que no se paga diezmo. Se hallan repartidos estos árbo­
les en diferentes valles o quebrados a la falda de una sierra, en
la cual está el mismo pueblo que lo resguarda del norte. Debido
a las muchas porciones, se distribuye el agua con gran economía.
La cosecha de grano asciende por un quinquenio a dos mil fane­
gas la de trigo, tres mil la de avena y setenta la de centeno. Hay
diezmo de lana y ganado, regulándose por año en catorce arrobas;
borregos, sesenta cabezas; lechones, ocho; chivos, catorce; queso
de oveja, tres arrobas; cabras, una y media; miel, dos; cera, una,
enjambres, quince y de uva ciento veinte reales, no diezmándose
el aceite, regulada su cosecha en novecientas arrobas. Se coge
algo de lino. El dueño temporal percibe parte de todos los diezmos.
Las huertas y olivares son de escasa fruta, aunque pudiera ha­
ber mucha, especialmente higueras, pudiéndose aumentar consi­
derablemente la de espino. Subiendo la cuesta que media para lle­
gar al convento del Palancar, donde vivió San Pedro de Alcán­
tara, distante una legua, se encuentra un sitio que llaman el Cano,
(18) La de San Roque tiene de renta 180 reales; Cristo del Hum illa­
dero, de corta renta y administrada por patrono, tomando sus*
Concejo; San Juan, Nuestra Señora de la Consolación y Santos Mártires,
todas sin renta, a excepción de San Benito, que tiene 100 reales.
-1 3 0 -
poblado de madroñeras, lentiscos, olivares, cervina, pulicaria, cen ­
taura, menaescabiosa, caléndula, montana y otras hierbas medi­
cinales en abundancia, siendo la carquesa de muy buena especie.
Este sitio que forma un valle de corta extensión, es de buena ca­
lidad, el que se debiera repartir entre los vecinos, como se ha he­
recer corto el terreno para todos o porque en él nacen las aguas
para el uso común del pueblo, con las que riegan algunos huer­
tos, recelándose que si se desmonta aquel sitio, usurparían el agua
los poseedores de las tierras cercanas y estorbarlo también los
ganaderos. Tienen estos vecinos a la caída del cerro donde dicen
Corral de Coria, término de El Pedroso, diferentes cercados de viña
y algunos frutales, el que pudiera ampliar y arbolarse. Se hace
la labor con bueyes y caballería mayores, de las que habrán dos­
cientas yuntas, dos terceras partes de los primeros.
El Río fa jo baña parte de este pueblo, haciéndose en él la pes­
ca de albures en el otoño, anguilas, peces, orihuelos, sábalos y al­
guna otra especie. Es abundante en fuentes dicho término, con
las que se riegan los huertos referidos, pero las más abundantes
son la del Pasil, Lechoso y el Cañal. De esta última se surte el
pueblo que vienen sus aguas del sitio del Caño, donde hay un pa­
lacio que dicen fue de Templarios, existiendo en él una ermita.
Las aguas se recogen de dos manantiales que corren bastante tre­
cho al descubierto y poca limpieza hasta que se encuentran con
una cañería, la cual si se continuase hasta el nacimiento, lo que
podría hacerse con ciento cincuenta doblones, se aprovecharía más
el agua. También hay dos fuentes que dicen ser de aguas minerales,
una en la rivera de Cabezón y otro llamada del Romano, de las que
no están probadas sus virtudes. Hay cuatro molinos de aceite y
dos hornos de cocer pan, pertenecientes a particulares. En la ri­
vera dicha de Cabezón, hay once harineros, uno en el arroyo
Pizarroso y dos en el de Juanes, pero escasos de agua. Por las
operaciones hechas en el catastro, resulta que de entre estos m o­
linos hay algunos que reditúan cuarenta, cincuenta y hasta ochen­
ta fanegas de grano.
Se halla el pueblo bastante surtido de leña del monte llamado
las Navas, situado a la falda de un cerro, en cuya cumbre se dice
estuvo la villa de Cáceres, la que se titula Cáceres el Viejo,
donde se nota una cortadura, por la cual se dice iba el camino. De
este monte se puede sacar mucha leña y carbón sin deteriorarle,
de modo que sería de gran ventaja si se facilitase traslado para
- 131-
la Corte Hay alcornoques que no se descascan, lo que podría ser
de mucha uülidad para los propios, sin p e r ju ic io d e l m o n e j o
se han cercado terrenos con pretexto de arbolearlos disfrutad
después de puro pasto, pero eu el legldo del llano se han cerrado
t i cuatro" fanegas de tierra por Juan Fernandai L ™ h » con
permiso de un abogado comisionado por la Chancillena de u
nada en el que ha plantado algunos olivos. Las dehesas son tres,
líTeitada boyal llamada t e Navas, por la «¡‘ ^ c i ó n de puerto a la
v Duerto acá y desde las Cerradas hasta el termino de Holgu , que es como queda referido el que los ejercitantes nombren a los
íiene egua y media de longitud y de latitud eerca de roed,a, pe -
tendientes las otras ,1 dueño temporal. La de C a ^ c n ..en e de
longitud y latitud poco más de un cuarto de legua y la otra que
dic°n de M o n ro b e l, tendrá media legua de largo y poco
un cuarto de ancho siendo estas dos de pasto y labor, sembrán­
dose en parte la otra alguna vez, pero debiera desguajarse en m
cha parte, limpiándola y sembrándola, haciéndose reparto de
^ "H a y ^ a S c S n de que en la dehesa de Monrobel, hube^antigua­
mente población, cuya ermita de San Benito, que existe en ella,
era la parroquia, pero sus moradores se trasladaron a este pueblo
T c a l l e que hay’ del mismo nombre de Monrobel, no descubnén-
dose ventaja en que se volviese a poblar, por ser c o n v e n ía te que
los colonos se hallasen más cerca de la labor.
No es abundante su caza mayor y menor. S e c o n s id e r a e ln u
mero de colmenas en dos mil, las que se alimentan de la flor de
tomillo tamuja retama, brezo, jara y otras. Es teireno a p í
sito par a esta industria, la que ha decaído por los temporales y
robos que se experimentan en ellas, atribuidos a los moradores
de Ceclavín, que andan de pueblo en pueblo recogiendo la cera y
haciendo comercio, quienes bajo este pretexto se cree que otro co­
meten^iguales excesos. El remedio de esto está en prohibir absolu­
tamente a los de Ceclavín este táfico, permitiendo solamente a
los naturales del pueblo y dueños de las colmenas hagan el c -
m e Ei°núm ero de ganado lanar, son dos mil cabezas; de cabrío,
Quinientas • cerda, cuatrocientas y de vacuno trescientas.
™ tiempo a esta parte, se ha descubierto en los arroyos
de Salinero y Juanjil, algunas piedras que parecen ser mineral de
oro en T o que ha empezado a trabajar don F. Beltrán, vecino de
Azagala, con real cédula despachada a su favor para beneficia
iguales minas en Membrío y otras.
-1 3 2 -
Se encabezado eáte pueblo por cientos, millones v ser­
ré agregando 10 Que ha pagado por utensilio, en cator-
' ■ 1 lecisiete reales y dieciséis maravedís. Sobre él repartí
° menor se ° y en quejas de que los que manejan el pueblo
pagan poco y de que alivian a los de su parcialidaT recamando
a os demas. Se asegura que hace muchos años el gobierno del
pueblo se halla depositado en dos personas y se teme qile perpe
e en si mismo por el método que se observa en las elecciones
su esores en perjuicio del común y a casi todos los puertos del
partido, pues nombran personas de su facción aunque sean in
dignas como se ha verificado con Ignacio Fernández Lancho pro
•cesado por vago dos veces y destinado por Leva, siendo nombra
do regidor y personero. Por este medio se contenta a m uchoT v se
'curqn 3h i r 3 ,enganados con esperanzas, si se ofrecen a algún re-
minantes d T l o ^ h teStÍg° S **** t0d° ’ aPr w e c hándose los d o­
- nan es de los bienes comunes, com o aguas, leña, bellota exi-
frn h í f 3 3 opuestos’ las Penas de un palo de leña o por cua-
bellotas que cojan. El expresado Lancho, natural de este pue
blo, estuvo casado en la Ciudad de Plasenck, donde por su reía
jada vida se le formaron dos causas de oficio, siendo condenado
A v in i e n d o e” tendÍd°’ logró sin embargo, librarse de la cuer­
a solas e n u L T / * * * 7 ^ ° C° n Una mUj er ™ da- « y
tar' ^ que much°s han discurrido que es-
an casados, de lo que se sigue nota y escándalo, hasta el pun­
to de ser precisa la separación, cuando no, se mande al menos a
uno de los dos, salga de dicho pueblo. Este sujeto está adherido
caí suZ'JZTT
ducta. Las" causas que
fáCUmente' a P6Sar
se le formaron ende todo’ S han
Plasencia
pasado ambas por ante un escribano llamado Jiménez ’
Asi en este pueblo como en los demás del partido, se paga el
Ciudad denV a n V r H reC° ge ** C° misionado con residencia en la
udad de Valladolid y sus apoderados, consistente en tres cele
mines de trigo de cada vecino que tiene doce fanegas de cosecha
e este pueblo fue natural el señor Pichardo, ilustre escritor cuvo
tratado intitulado Manudhicdones ad proxim , mereció aprecio.
CASAR DE CACERES
la d u dad
d a d de
le C o r í Tá cuya
Coria, í ^ diócesis pertenece.
dÍStante dos legUaSsu
Confina ? término
ocho &
-1 3 3 -
ü e e e f oriente y mediodía, con el de Cáceres ; por el norte, con e l « e j p ^ r r ^ w f n z í mÜ d0Sf nt0S’ e]erciend0 Uha teN
V V) Villa de Garrovíllas de Alconétar, que dista cuatro y p
poniente con el de las Navas, igualmente a cuatro leguas y dis~

fe n Teie n ?e dstóAAÍdIa u n p ^ X g io concedido por el rey don San-

J V e T ra v o , por el cual le hace donación de media legua ab-

rs¿ar
S S S H í F — —
" " S Z S S X S Z S baT an tl liana y lo « o también

r ¿Tí *beetriaÍTZ leTo^rI.2 S ” ' 5 -

S S H = ‘

« « S i f c t n s s s
de ^ r á e l OT™ún V s to s Ptres son nombrados por los veinticuatro ' rt.i pu. , JO ;
r e t o r c í q u e elige el pueblo y para los ex p r«a d os Clonado privilegio con sus confirmaciones.
, n eI PISO baJ° de esta casa está la cárcel de muy corta exten

■reglamento de propios, nombrándose un alguacil, gua

= £ -
C' ÍOf f a d Í S S ’e cada mes de salario, treinta y ocho reales r n o están con el resguardo que debieran ’ qU6
e, guarda, quinientos Z
siendo^carrcra Z ° t ““ T d “ ™*e'
treinta, que se pagan M ^ P ^ j M d ¡ ¡ i quinientos treinta de su t ^ i n o son £ £ £ % £
reales“í^por"estar sin ejercicio unos de los poseedores, P « S ¡ * « *
otro i i entero ambas
/^itaria'í v compradas por sus antecesores. y

“ í s : z t z r r i = ” t x

j tJoV,in Tnqó Rovo Mediavílla, nombrándose

- r e , , a quien se le dan cien

reale6.

A r S o Mu„’ “ S i^ t ^ í , r » mT i . f o S . nn * r ’conce'S3a
..“ * m m m ü i
Aldea del Zángano en 1524.
- 135-
- ! 34 -
ñeros y de las pocas personas que en ellas se emplean fuera del
período de producción que es cuando se colocan algunas mas.
otra parte se anejan de lo perjudicial que resulta para la salud,
los malos olores que despiden por estar circundado el • * !• *
tenerías lo que es digno de atención, asi como el d a ñ o que se hace
“ montes con motivo de la saca de casca para el curtido so­
bre lo que no se observa regla alguna para la conservación de los
árboles' ocurriendo con ello la falta de corcho para l a s colmenas,
y p a íto £ r a el gando de cerda. Otra industria es la de paño y
lienzo casero en la que se ocupan veinte telares.
Los propios consisten en las dehesas Los Descuajados, Pica
Romo y Felipe, en las que pagan p or sus hierbas un real por -
ne-a cada año los dueños que las siembran; en su rastrojo,_ en la
hierba de la Jarilüi y la rastrojera en la campana de las vmqp d e
Arriba y A bajo; en el valor de las marradas, en las rompeduras de
dehesas en lÍ tierra de la cañada en el año que se Siembra, en loa
eüdos parte de la dehesa Moñsquillo, en la bellota y rompedura
del baldío de Altagraciu, lo que produce c u a t r o mil fanegas al ano.
aue corresponden, dos partes para los propios de la villa de Cace
reT y la tercera parte ¿ esta aldea, en dos hornos de cocer teja y
cuatro de cocer pan, cuyo valor anual se regula en doce mil rea­
les, rendimiento en el que debe incluirse los pesos y medidas que
pn’ arriendo valen cuatrocientos reales al ano.
Pertenecen a propios las penas de cámara, lo que no se pue­
de S fe r T o que producen por no haber libro de cuentas ni razón
de su producto ni depositan» que las perciba, hallándose abando­
n o este ramo. El pósito fue fundado por don Rodrigo P e r «
natural de este pueblo, arcediano en la Santa Iglesia de la Cmda .
de los Reyes, cuyo fondo consiste en dieciséis mil fanegas de tri­
go y centeno y cien mil reales en dinero, asegurándose que en la
Visita había en las paneras nueve mil trescientos sesenta y cin­
co fanegas de trigo y seis mil cuatrocientos noventa y c a r fr c .d e
centeno, siendo el dinero efectivo de cincuenta y ocho mil dos­
cientos treinta y cuatro reales, advirtiendo que de esta cantidad
treinta mil se hallan impuestos en el Banco Naciona y seis mi
entregados al penúltimo corregidor de Cáceres, en calida e -
integro lo que parece cierto se halla este establecimiento en d e ­
plorable estado por la falta de cumplimiento de la
pósito, con lo que ha sido perjudicado el publico en el ultimo ano
en más de catorce mil reales.
- 136-
™ a Sola Parroquia, cuya iglesia se halla perfecta y con
c u da solamente la capilla mayor. Es de arquitectura g ó íc a y
su techo de madera. Su titular es el Misterio de la Asunción que
se venera en el altar mayor, siendo su patrono la justicia y la
presentación del beneficio curado de don Diego del Campo veci
no de la ciudad de Sevilla, como patrono que es del colegio de los
de líí ciudad6 de ñ 1° B b " í ' N " eS,ra C o .c £ i ! £
rato rontí t ♦ Salamanca. Este colegio percibe la renta del cu-
ato, consistente en una parte de nueve de los frutos que diezma
rro co ^ p 8] 8 r8gUlar en doce mil reales cada año. Al cura pá-
virtnH w ^ asignaron cuatrocientos ducados sobre estos frutos en
regulándose loq3 ! ° rden’ ^ aSÍgnar COngrua a Ios Párrocos,
regulándose los emolumentos en otros doscientos ducados Hav
rádos.Pre er° R’ ^ un diácono y , r t tonsm
Convendría el establecimiento de cementerio por el crecido ve
cuidar.o y por no ser su parroquia de las más capaces p“ ía elte
• Es verdad que si se toma esta providencia, se ofrece el incon
veniente de quedar indotados el teniente de cura y el que sirve
d e r e c h o f d e 8?1” 1516’ / 3 V * P3rte de SUS emolumentos los
rechos de funerales, lo que podría remediarse por lo que toca
al beneficio simple, obligando al poseedor a servirlo o a dotar al
teniente. La fábrica de esta parroquia está dotada con una parte
de nueve de los diezmos. Hay fundados en ella cuatro beneficios
c enominados curato, préstamo, sacristía y servidero Las capella
n iaErhoespaita in T U6nta 7 d° S’ t0daS de Sangre y Patronato lego.
, , ^ °Spital ^ obra P ^ sirve para la asistencia de los enfermos
Pérez y l n T f u 0dfUe ^ P° r d * eXpreSado d- S g o
f y en el fundo capdla con el título de San Juan de Letrán
en la que se celebran cada año cuarenta y ocho mTsas rtzld a s’
siendo asimismo fundador de la capilla de Santa Ana sita en la
parroquia en la que se celebran doscientas cuatro mfeas y todas
12 Cap€llanías dejó fundadas don Rodrigo
oy reducida a dos, dotada cada una con quinientos noventa rea’
les que paga el patronato del hospital de sus rentas, consistentes
en su mayor parte en hierbas y censos, lo que asciende a q unten
tos ducados. Hay otras dos pías memorias para a ^ d a d e Z Z
y ° tras dos de cuarenta horas. Las cofradías son die
til r ’ de COr,ta consideración, celebrándose en algunas de és-
fuera dT/nuebln 61 ^ ^ SU fi6Sta' LaS ermitas son siete, todas
pUebl° ’ cuatro en sus Proximidades, y dos distan media
- 137-
]e<nia y la otra tres cuartos. En todas hay ermitaño o santero,
trada del ganado en ellas, siendo mayor la de trigo si al cuidado
nombrados por el párroco que cuidan del aseo dé las mismas. sm
y trabajo de los labradores acompañase la proporción de tierras
otra dotación que la limosna que sacan con la tablilla, en los días
El numero de vecinos aumenta considerablemente, excediendo
ahora en trescientos vecinos a los que tenía hace veinte años
qUeH ayeescuela de primeras letras, dotada con trescientos cin­
Los diezmos expresados se distribuyen en nueve partes, de las
cuenta reales que se pagan por propios, contribuyendo los mu­
cuales dos percibe la dignidad episcopal de Coria, otra el cabildo
chachos, según su clase, con dos reales. Hay otra escuela s
de aquella, una el colegio de huérfanos de Salamanca, otra el sim­
dotación y dos o tres maestras de niñas que ensenan la doctrina
^ h a c e r labor. Reside también un preceptor de Gramét.ca asala ple servidero, otra la fábrica de la iglesia, seis capellanes de la
parroquia de Santiago de la villa de Cáceres, otra, cuya presen­
riado por algunos discípulos del pueblo que serán dieciocho. Hay
tación pertenece al duque de Abrantes, repartiéndose los dos no­
correo y al administrador se le pagan trescientos reales; al con­
venos restantes entre diferentes, percibiendo de estas tres déci­
ductor, doscientos y son nombrados por la ad m in istra a on d eC a -
mas partes por concesión real, el convento de San Francisco de
ceres Se reciben las cartas lunes y viernes y salen los martes y
la Villa de Cáceres, perteneciente otra a una capellanía de patro­
sábados, solamente para la villa de Cáceres, dirigiéndose las vere­
nato del conde de Canilleros, seis don Francisco de Ulloa y lo res­
das com o si las hubiera. No hay administrador de rentas reales
tante se divide entre las casas del conde de la Oliva y don Fer­
por no haberse encabezado este pueblo, lo que sena muy conve­
nando Ovando, vecinos de Cáceres.
niente tanto para su vecindario como para la Real Hacienda, uen-
U también con administración de munición, lotería y estanqmlfo. Algunas de las huertas se riegan con agua de pozo y en ellas
se crian legumbres y algunos árboles de ciruelas e higos lo que
El familiar de la Inquisición es de numero, residiendo en d
pudiera ser más abundante y no lo es, por la decidía general de
cho pueblo veintiún soldados milicianos, un sargento y un ca
del Regimiento de Trujillo. El médico está dotado con mil qui­ todos los del pueblo. Se hace la labor con bueyes y caballerías, de
nientos reales de propios y el ajuste con los vecinos. De este m 3í an quinientas yuntas, en su mayor parte de los pri-
tiene también dos cirujanos, tres sangradores y un relojero al que eros. No hay nos en dicho término, pero sí tres fuentes de las
cuales se surte el pueblo, así como de algunos pozos, padeciéndose
se le pagan ciento diez reales y media arroba de aceite por cuidar
escasez en los años secos. Tiene también dos charcas, la una con
el reloi del pueblo. __ pesca de tencas que suele arrendarse en trescientos reales, la que
Las cosechas más comunes son de trigo, cebada, avena, zun -
antes se hacia por mil. Los molinos, tres de aceite, de moderna
que, aceite, vino, lana, borregos, cabritos, lechones, enjambres,
queso, miel, y según las tarmias, la de trigo en cada un ano as­ 2 T Z Z ’ PerteneCT tes a Particulares, y seis harineros, los
que muelen con aguas llovedizas. Los hornos son cuatro, de pro­
ciende a ocho mil quinientas fanegas; cebada, cinco mil seiscien­
pios, y solamente hay un vecino que tiene otro para su casa
tas noventa; la de borregos, tres mil setecientas cincuenta cab -
La dehesa boyal que tendrá media legua de circunferencia, es
zas- la de chivos, quinientas noventa; la de lana parda, mil cien­
to diez arrobas; de blanca, ciento sesenta; queso de oveja, cuatro­ ¡ aP í° / *abor’ Slendo á m e n t e la de los Descuajados, con
cui
cientos sesenta; cabras, cien cabezas; zumaque, cinco mil veinte n a r tir í t i cuatrocientas fanegas, las que suelen re­
partirse entre los vecinos, así com o el partido que les da la villa
arrobas; vino, tres mil doce; aceite, trescientas cincuenta mil
de Cáceres en las dehesas de Zafra y Zafrilla, señaladas a este
miel, cuatro; enjambre, veinte y lechones, dos, siendo las ú n i c a s
lugar cuatro mil trescientas noventa y tres fanegas N o tiene este
especies de las que se pagan diezmo, pues se cogen también gan
pueblo otro monte que los referidos, de los que s e ' surte de le la
banzos, habas, lino y legumbres, de lo que no se paga por s
e raíces y retama. Asimismo se halla escasa de pastos y dicen es
corta su cosecha. . ,
De algunos años a esta parte, sólo se a d v i e r t e aumento en e acoTado3 qUe l0S C° mUneS 3 l0S PU6bl0S 7 Villa de Cáceres- se han
aceite por haberse aplicado los vecinos al plantío de_ olivos. La de No aT ? nt° dC l0S propi0s con Perjuicio de los vecinos.
No hay en el termino castillo ni otra casa de campo que los
vino se disminuye por lo mucho que padecen las vinas con la en­
ugares donde están las viñas, pertenecientes a particulares de

-1 3 8 -
-1 3 9 -
esta aldea, de Cáceres y otros lugares. Se encuentra alguna caza,
pero no con abundancia. Habrá com o unas quinientas colmenas,
por las que también se paga diezmo y labran a la flor de retama,
tomillo y otras. Se disminuye esta industria por los robos y que­
mas lo que se le atribuye a los serranos con el fin de mejorar los
pastos. Se regula el número de ganado lanar en dieciocho rail ca­
bezas. El de vacuno, en dos m il; cabrío, otras tantas, con la cir­
cunstancia de que entre cinco vecinos tendrán mil quinientas;
cerda, cuatro mil cabezas; quinientos caballos, cien muías, seis­
cientos jumentos y cien jumentas. El reparto de pechos, porque
las demás rentas se administran, se ejecuta sin conocimiento de
los tratos, granjerias, comercio y haciendas de cada uno, sucedien­
do lo mismo con los utensilios y con efecto se advirtió que los
tratantes en curtidos se hallan ajustados por un tanto y el resto
lo reparten entre los demás, incurriendo en este desorden y otros,
la parcialidad con que se eligen los alcaldes y demás personas de
gobierno, a lo que está muy expuesto el método que se observa
en las elecciones, oyéndose quejas sobre la desigualdad con que
se hacen los repartimientos, lo que puede arruinar a muchos. Por
este motivo y manejar los cuadales de propios, se apetecen los ofi­
cios de justicia, y sobre lo mismo, entre los que los han obtenido
y lo obtienen hay discordias, influyendo estas parcialidades en la
elección de gobierno.
Por pecho, pagó este pueblo en 1789, cuatro mil treinta y nue­
ve reales y por utensilios, ocho mil doscientos ocho con un seis
por ciento en ambas partidas por la cobranza.
GARROVILLAS DE ALCONETAR
Es villa correspondiente al partido de Cáceres, de la que dista
seis leguas. Está en la diócesis de Coria, a cinco leguas. Su tér­
mino por el oriente, confina con el lugar de Cañaveral, distante
tres leguas. Entre mediodía y oriente, con Hinojal y Santiago del
Campo, a tres leguas de cada uno. Por mediodía, con el lugar del
Casar, distante cuatro leguas; por poniente y en parte por medio­
día, con término de Cáceres, que se interpone entre ésta y el
A rroyo del Puerco, a cinco leguas y confina con la villa de Las
Navas y partido de Alcántara, y entre norte y poniente, con esta
última.
- 140 -
Su término tiene de longitud, desde el sitio que llaman La
Raya de Hmojal hasta el llamado de Rejana, donde confina con
Alcantara, tres leguas y otras tantas de latitud desde el Santua­
rio de Nuestra Señora de Altagracia, hasta la Raya de la Enco­
mienda de Rejana, perteneciente a la Orden de Alcántara. Se ig­
nora el año de su fundación, pero consta en el privilegio que se
conserva en su archivo fue villa desde el año 1230.
Pertenece por dominio temporal al duque de Frías, por título
de conde de Alva de Liste. Nombra un corregidor o alcalde ma­
y or que es actualmente de Capa y Espada. Asimismo nombra dos
alcaldes, cuatro regidores y un procurador general, los cuales son
por mitad del estado noble y general, alternando el procurador
con los dos. Para estos oficios, propone cada uno de los ejercitan­
tes dos, cuyas propuestas se remiten al dueño temporal y éste
elige También se nombra un alcalde de Hermandad, que lo ejerce
uno de los regidores que salen. La jurisdicción de los alcaldes es
la ordinaria, igual entre éstos y el coregidor y de sus providen­
cias se imponían las apelaciones para la Real Chancillería de Gra­
nada, aunque fuesen relativas o dirigidas al lugar de Cañaveral,
que está del Tajo hacia allá, porque se hallaba declarado debían
seguir a la capital que está del Tajo a esta parte y en ella reside
a jurisdicción ordinaria. También se nombra teniente de corre­
gidor por el mismo conde, lo que se ejecuta así desde antiguo
pero posteriormente y de poco tiempo a esta parte, recaía la ju ­
risdicción en el alcalde por el estado noble, y sucesivamente en
los demas_ miembros de justicia. El mismo Ayuntamiento propo­
ne al dueño temporal dos sujetos para depositario de la alhóndi-
ga y otros dos para mayordomos de fábrica de cada una de las
parroquias, de las cuales elige al que le parece y al que queda
excluido del oficio de depositario, acostumbra el Ayuntamiento a
elegirle por interventor. En todas las propuestas que hace el
Ayuntamiento, solamente tiene voto el corregidor en caso de em­
pate. Hay un alguacil mayor y cuatro ministros, nombrados por
el dueño temporal, teniendo uno de éstos la especial comisión de
asistir a las cobranzas y diligencias que tocan al mismo dueño
temporal, bien que con la autoridad y orden del corregidor. Hay
seis escribanos numerarios y dos de Ayuntamiento, pero una de
estas dos escribanías no se sirve por escribano de número, sino
por un fiel de fechos. Otras dos escribanías de millones; otra con
el titulo de las rentas del señor y otra de la alhóndiga, servidas
todas por numerarios de nombramiento del dueño temporal, a ex ­
- 141 -
 p,uf bl0’ 10 que se entiende desde abril hasta la siega, ganando
cepción de la de alhóndiga que corresponde al superintendente
en esta tres reales, cuatro, seis y de comer, dándosele cinco co ­
También se nombran por el conde, seis procuradores que son del
midas abundantes. La taberna pública está arrendada en cinco
número y por el Ayuntamiento el guarda de montes, alcayde de
mi reales y el abasto de aceite lo está en dos mil, pagándose por
la cárcel y pregonero, cuya dotación es la siguiente: el corregidor
uno y otro la alcabala correspondiente. Sucede lo mismo con el
tiene doscientos ducados, cuarenta fanegas de trigo y las demas
jabón, arrendado en seis mil reales, sin el cuarto de libra que se
de cebada, pagadas por el dueño temporal con las circunstancias
paga en la administración de Cáceres. El de carne se arrienda li­
de no percibir derecho alguno en lo que a diligencias de sus es­
bre de derechos y los que faltan por este motivo para cubrir el
tados se refiere, percibiendo por el título de juez conservador de
encabezamiento, se reparte entre el vecindario, siendo los precios
la villa quinientos reales que se reparten con los millones. Los al­
de este abasto de doce cuartos por libra de carnero, la de vaca
caldes, regidores y procurador general, tienen veinte ducados pa^ diez y la de macho, nueve.
gados de propios que reparten entre si. Los ministros tienen d
Tiene la villa casa de Ayuntamiento bien conservada, no sién­
mismo caudal ciento treinta reales, pero el que tiene la comision
dolo igual la cárcel, necesitada de reparación, tanto para la segu­
de diligencias del dueño temporal, percibe de este tres reales dia­
ridad y comodidad de los reos. Existe en el Ayuntamiento el ar­
rios y las costas de las demás partes y doscientos reales que se
chivo de papeles correspondientes a la villa, con tres llaves de
reparten con los millones. Los escribanos de Ayuntamiento, tie­
las cuales tiene una el corregidor, otra el regidor primero y otra
nen cien ducados cada uno de propios. Los escribanos de millo­
el escribano de Ayuntamiento más antiguo. También hay oficio
nes perciben cada uno, doscientos cincuenta reales, al de ren as
de hipoteca para el servicio de la villa y sus aldeas, a cargo del
del dueño temporal, mil quinientos cincuenta y ocho reales y
, 6, ju n ta m ie n to , que ejerce con real aprobación, gozándose tam­
veinticinco maravedís por la formación de cuadernos de L una y bién de casa para la carnicería.
otras ocupaciones, además de sus diligencias. El guarda tiene
Los protocolos de los escribanos fallecidos se hallan en poder
dos reales diarios de propios y además la tercera parte de as -
y arbitrio de sus herederos por el descuido que hubo al no reco­
nuncias, y al peón público, un real al día. Hay también cinco abo­
gerlos en sus vacantes, lo que se verifica en las casas de don Fran­
gados. Se observa en este juzgado el arancel de la Chancillería d
cisco Granda, don Juan Barroso y en la de don José Gómez del
Granada, con la excepción de que en los autos no se cobran ere-
’ presbítero. En el juzgado penden diferentes pleitos civiles
chos de vista. Se considera excesivo el número de escribanías, las
y criminales, apelados algunos a la Real Chancillería de Granada,
que si se redujeran a cuatro quedaría mayor servido el publico
a a cual se da razón com o consta en los testimonios respectivos
y aquéllas con suficiente dotación. Al síndico personero y dos di­
de cada escribano. En la cárcel sólo existe un preso por causas
putados, los nombran los veinticuatro electores en la forma pres­ graves.
crita por reales órdenes. . Las calles por la situación de esta villa, son bastante llanas y
Tiene esta villa mil doscientos vecinos, entre estos veintiséis
algunas largas y espaciosas, como lo es la que va desde la plaza
nobles Su principal aplicación es la agricultura a la que se de­
hasta el convento de Santa Isabel. Hay tres posadas de particula­
dican dos partes de aquéllos entre labradores y jornaleros, com ­
res y odas en estado indecente. Los caminos necesitan bastante
poniéndose la tercera de artesanos, tejedores, carpinteros, albañi­
oora, desde el fa jo y Barcas de Alconétar, hasta la villa y desde
les zapateros, herreros, sastres y algunos arrieros, sin formación
la misma hasta Luna y aldeas de Santiago e Hinojal del Campo,
de gremios ni ordenanzas. La inclinación de este vecindario son
pertenecientes a este estado, siendo de reciente arreglo el que va
los toros y bailes, advirtiéndose exceso en el vino al que se en­
desde el santuario de Nuestra Señora de Altagracia. Se celebran
tregan, no sólo las gentes comunes, sino personas de otras clases,
dos ferias, la una por Santiago el Mayor, que suele durar dos días
y aún los del estado eclesiástico.
en a que se ferian aperos de labor y concurren algunas tiendas.
Los jornaleros ganan en invierno, dos reales y suben a pro­
La otra, el día de San Mateo, en la que sucede lo mismo, con la
porción hasta cuatro, saliendo a trabajar a las siete de la manana
concurrencia de algún ganado de cerda.
en verano, durmiendo tres horas de siesta y regresando con sol

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En el santuario de Altagracía, se celebra fiesta el día 8 de sep­
tiembre, y en ella se hace feria de ganado vacuno, caballar, m u­
lar, de cerda y algunos aperos de labranza.
Los que se dedican a la arriería, conducen cacao, cuero al pelo,
añil y grana para tintes que llevan para diferentes partes. Tam­
bién se extraen zapatos de los que se fabrican en la villa. Hay diez
tenerías en las que se curten cada año ocho mil cueros para suela
parte de esta del país y otra que se trae de Cádiz; mil quinientos
cordobanes e igual número de badanas, debiendo advertirse que
esta industria prospera y va en aumento. Los telares instalados
son veintiséis, dedicados al tejido de lienzo casero, seis de m uje­
res y los restantes de hambres. . ducados, habiendo hecho oposición aquél ante la Real Cámara. El
La Orden de San Francisco, tiene en esta villa la fábrica de
sayales para los individuos de esta provincia, desde el año 1784,
la cual se hallaba antes en Don Benito. De este establecimiento
cuida un religioso de misa y uno o dos legos. Los ingredientes
para el tinte los compran a los que lo conducen de Cádiz, surtién­
dose de lana blanca del país, pero para dar color pajizo en algu­
nos tejidos que se hacen para el uso de los naturales, se aprove­
chan de la gualda del término de lo que abunda mucho en sus
inmediaciones.
Los propios de la villa, consisten en cuatro dehesas o cuatro
partes de una que dicen La Dehesilla, la Pusida, la Atalaya y los
H eríales; en dos mil reales que pagan los vecinos herederos en
los baldíos; en otros dos mil que pagan los labradores y senare-
ros por las tierras comunes, y en el año que se rompe la hoja de
Villaluengo, cuatro mil reales y cuatrocientos de la campana de
las Viñas. Asimismo se suele usar del albitrio para urgencias y
necesidades, del acomodo de ganado merino en los baldíos comu­
nes y ventas de algunas marradas de la hoja emparrada, a lo que
se resisten los ganaderos y granjeros. Por lo que toca a penas de
Cámara, ha estado encabezada la villa en doscientos ochenta rea­
les, administrándose ahora.
Hay una alhóndiga para socorro de labradores, cuya casa es
reducida y sus fondos once mil fanegas de trigo, pero por hallarse
mucha parte en deuda, se ha ordenado por el superintendente ge­
neral reducir a tres mil, rebajando aquellas deudas que sean in­
cobrables y cobrando las demás. En dinero tiene cuatro mil ocho­
cientos veinte y siete reales y ocho maravedís, sobre lo que se
haya comisionado don Luis Domínguez de Granda, abogado.
Disfruta la villa de ordenanzas para su gobierno y el de sus
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aldeas, concedidas en 1630, sin otra aprobación que la del dueño
emporal, estando sin uso en su mayor parte, lo que convendría
tanto examinarlas y acomdarlas al tiempo presente y a objeto
de utmdad pública y fomento de la población.
Las parroquias son de patronato de lo temporal y de su pre­
sentación en cualquier tiempo que vaquen los beneficios curados
Se titula una de Santa María de la Consolación y la otra de San
le d r o con dotacion cada beneficiado de cien ducados con los que
contribuye el duque, cantidad que unida a sus emolumentos as­
cenderán a siete mil reales cada uno. Por auto del ordinario ecle­
siástico, se ha condenado al dueño temporal, como preceptor de
todos los diezmos, a contribuir a cada párroco con cuatrocientos
cura de San Pedro, se titula vicario, pero sólo en el nombre y sin
jurisdicción alguna, percibiendo por este título cuatrocientos cua­
renta y un real y seis maravedís pagados por el dueño temporal.
anto una como otra iglesia son bastante capaces, ambas de
arquitectura gótica, con buenos coros sobre arcos y bóvedas. La
de Santa María, es muy tendido y en sus capillas mayores se ve­
neran sus titulares. Es de columnas de dos cuerpos, con tableros
de buen gusto y de una sola nave, pero al lado de la Epístola tie­
ne una capilla que ocupa su crucero. La de San Pedro es de tres
naves, estando su retablo mayor recargado de talla de mal gusto.
Las fábricas se hallan dotadas con las primicias de trigo cente
no y cebada, percibiendo de cada especie una fanega por coseche­
ro que llegue a coger doce, divididas en tres partes, dos para San
Pedro y otra para Santa María, contribuyendo el conde con cien
ducados para ésta y con setenta para aquélla. No hay cementerio
en ninguna de estas parroquias, en las que convendría su esta­
blecimiento para lo que hay en las inmediaciones del pueblo sitio
adecuado. No existen beneficios fundados en estas parroquias,
pero sí siete capellanías, cuya fundación se ignora, siendo todas
de presentación de lo temporal quien tiene asignados trescientos
cincuenta y tres reales a cada una. Cinco de estos capellanes re­
siden en la iglesia de San Pedro y dos en la de Santa María, don­
de entran a las funciones con los párrocos y perciben sus dere­
chos que se regulan en doscientos reales anuales cada uno. Sobre
el instituto y obligaciones de estas capellanías habido disputa
entre el ordinario eclesiástico y el dueño temporal las que se ha­
yan sin determinar, pero observándose que por proveerse en per­
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 de Altagracia, con trescientos veintidós reales en censos y seis­
sonas poco idóneas, sirven los poseedores de poco auxilio a los
cientos en hacienda, celebrándose en su santuario el día de la
párrocos. . festividad una feria, dando el mayordomo de comer durante tres
Asimismo nombra el conde dos organistas y cuatro sacrista­
días a los cofrades, por lo que se le abona ciento noventa y ocho
nes, repartidos en iguales partes en ambas parroquias, una ba­
reales, cantidad que no llega a cubrir los gastos que ocasionan las
rrendera o condelera para el aseo y un cantor para el^ coro de
comidas y meriendas que se dan., por lo que debiera de supri­
Santa María, pagándoseles a todos de las rentas de la fábrica de
mirse. Las demás, como va dicho son pobres y entre las que figu­
la iglesia. Hay otras diferentes capellanías de sangre, treinta y
ran la Soledad, la del Socorro, la del Carmen, Santísimo y Dulce
una en Santa María y treinta y dos en San Pedro. Cada parroquia
Nombre de Jesús, Santa Congregación, San Blas, Cuarenta Horas
tiene un hospital, cuya dotación es de mil quinientos reales al
> las Animas, invirtiéndose el producto de esta última en sufra­
año, consistentes en censos, siendo su instituto la asistencia a en­
gios por las del Purgatorio. Los santuarios son siete: Nuestra
fermos. Para su cuidado tiene una hermandad con su prior, com ­
Señora de Altagracia, distante dos leguas, decente y con hospe-
puesta por personas principales del pueblo, no siendo su admi­
ueria, regido por dos capellanes que tienen la obligación de cele­
nistración la más cuidada. El otro hospital, cuyo patronato es del
brar dos misas todos los días de precepto, una de alba y otra a
marqués de Buscayolo, sirve para recogimiento de pobres pere­
las nueve de la mañana, siendo la mayor de presentación del due­
grinantes, con renta de ochocientos reales. Las obras pías se ti­
ño temporal y la otra por el guardián de San Francisco de esta
tulan de Herrera, que tiene por instituto dar cincuenta ducados
villa, hallándose su capellán mayor de ecónomo en otro pueblo
a cada uno de los estudiantes pobres que cursen en universidades
por lo que no cumple con su obligación. Tiene éste cien ducados
mayores, para dotar doncellas y otras limosnas, prefiriéndose siem
que le paga el patrono y el segundo novecientos reales: la de San
pre a los parientes del fundador. Las del doctor Prado, la del H or­
Lorenzo y San Blas, pertenecientes a sus cofradías, distantes cada
no del Pobre, la de Cabañas y Valencia, tenían por instituto dar
una un cuarto de legua de la villa; Santa Catalina, a tres cuar­
limosnas. tos, la que se halla casi en ruina. Cercanas al pueblo están: San
Las cofradías son nueve, todas con mayordomos seculares que
Antón, San Sebastián y San Juan, bastante decentes y con sus
eligen las mismas, gozando de ordenanzas particulares. Su insti­
lespectivas cofradías; Cristo del Humilladero, San Pablo, San Mi­
tuto consiste en la celebración de la fiesta de su titular y asisten­
guel y San Roque, totalmente abandonadas y a punto de arrui­
cia a los entierros de hermanos fallecidos, pagando cierta cantidad
narse. Dentro de la villa, San Bartolomé, la que sirve para ente­
para sufragios, contribuyendo con seis reales al año cada herma­
rramiento de pobres. Los conventos son el de religiosos Francis­
no. Su denominación es: San Juan, San Antón, San Benito, Jesús
canos, fuera de la villa, el de monjas de la Orden de San Jeróni­
Nazareno, La Columna, San Bartolomé, los Santos Mártires, San
mo y el de Santa Isabel, ambos éstos de filiación del ordinario.
Lorenzo y San Marco, celebrándose en algunas de ellas comidas
El primero de éstos, el de San Francisco, fue fundado en 1474
v refrescos el día que se da las cuentas por los mayordomos, ofi­
pero su arquitectura muestra haber sido reedificado posterior­
ciales y escribanos, abonando una cantidad al mayordomo que es
mente. Tiene patio de columnas de dos órdenes y la iglesia de
quien suple lo demás, caso de faltar. una sola nave y estilo gótico. La capilla mayor con retablo de tres
Tiene cada parroquia una hermandad llamada el Cabar, en la
cuerpos y columnas de buen gusto en el que se venera a San
que está repartida toda la feligresía en cuadrillas, sirviendo una
Antonio de Padua. En dos nichos colaterales están talladas en
cada mes para efectuar los entierros de vecinos y forasteros, sin
mármol las estatuas de los condes de Alba de Liste, sus patronos
la obligación de alistarse, haciendo éstos las fosas y entierros a
en actitud orante, siendo el número actual de religiosos de once
las órdenes del jefe de cuadrilleros bajo cierta pena pecuniaria de
de misa, dos coristas y tres legos y el de su fundación de treinta
no cum plir con su deber, repartiéndose lo recaudado entre los
y seis. Además de las limosnas, percibe de la casa del dueño tem­
que asisten y no tienen renta alguna. Otras de estas cofradías que
poral diecisiete mil reales. Anteriormente había en él estudio de
llaman generales, tienen poca renta que consiste en la celebración Moral y Filosofía.
de su onomástica y limosnas que sacan. Estas son, Nuestra Señora

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 El de San Jerónimo tiene doce religiosos y sus rentas son trece
mil reales, nombrando su vicario ordinario a los eclesiásticos por
haberse extinguido la familia del fundador que lo fue don Fer­
nando Enríquez de Guzmán, junto con don Diego Suarez, en 1573
quienes dotaron ocho plazas para parientas. No tiene patrono.
Goza de maestro de primeras letras aprobado, cuya dotacion es de
cincuenta ducados y cada discípulo paga por leer un real si es­
cribe uno y medio y si cuenta, dos. Anteriormente eran dos los
maestros quienes se dividían entre sí la dotación. No hay otro
estudio propio, a excepción de un profesor que voluntariamente
da lecciones de Gramática. . . , , banzos ascenderá a seiscientas fanegas; la de trigo, mil seiscien­
El de Santa Isabel, tiene diez religiosas y dieciocho mil ^ a je s
de renta, al que contribuye también el dueño temporal en calidad
de patrono y quien nombra capellán a la persona que dona sete­
cientos reales al convento. No consta la fundación, pero según no­
ticias fue construido para recogimiento de mujeres en 1521, mi­
sión que por aquel entonces cumplía. Hace setenta anos guarda
clausura. El edificio es bueno y en él se admiten educandas con
licencia del ordinario.
El correo se compone de un administrador y conductor. Se re­
ciben las cartas los lunes y viernes y salen los mismos días. Hay
administración de reales rentas, y lotería, que percibe un cinco
por ciento, y la de pólvora y naipes un cuatro por ciento. El fami­
liar de la Inquisición que reside es de número, siendo la guarni­
ción militar de treinta y seis milicianos del Regimiento de Plasen-
cia no incluyendo entre éstos a los cabos ni sargentos, veinti­
dós soldados y un oficial del Regimiento de Voluntarios de Ara­
gón y veintiséis del Regimiento de Cataluña con otros oficia es,
conviviendo estos últimos con el administrador del dueño tem-
P0IA1 médico se le pagan doscientos ducados de propios y cada
vecino se ajusta con él pagándole según puede. Hay dos cirujanos,
dos boticarios y tres albeitares, sin salario.
Las cosechas principales son de trigo, cebada y centeno, por
las que se pagan diezmos. Percibe por entero el duque de Frías
como conde de Alba de Liste, las siguientes cosechas: uva, zuma­
que miel, cera de castra y de enjambre, queso de oveja y cabra
y de todo género de ganado. En el último quinquenio correspon­
dieron de trigo novecientas setenta y dos fanegas, ochocientas
treinta y cinco de cebada y doscientas cincuenta y siete de cente­
no, por lo que resulta incomprensible los diezmos adeudados por
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os vecinos que van a sembrar a pueblos de otra jurisdicción, re-
gu andose cada ano en doscientas cincuenta fanegas entre todas
las semillas. El de borregos ascendió por año a trescientas veinte
cabezas; chivos, setenta y ocho; enjambres, veinte; miel cinco
arrobas; cera, d o s ; queso de cabra, una, y de oveja, veinte • cer­
dos, veinte; ciento veinte arrobas de lana fina negra y ocho de
anca, cien arrobas de zumaque y trescientas de uva estando
exento del diezmo el garbanzo, aceite, higos secos, legumbres v
otra fruta, regulándose la cosecha de aceite a quinientas cántaras
y remta y dos litros cada año, toda de buena calidad. La de gar­
tas; la de almendra, doscientas, y la de piñón, que pertenece al
común y la madera a particulares, sirve para mantenimiento de
varias familias que la cogen y venden.
Fue considerable en otros tiempos el producto de los pinares
hallándose actualmente sin madera los montes por ser tiernos los
arboles, procurando su conservación por la utilidad que producen.
Las huertas se riegan con aguas estancadas y en ellas se crían
egumbres de ías más comunes que se consumen en el pueblo. Sus
arboles más corrientes son la higuera, ciruelos, manzanos y em ­
parrados, de lo que pudiera haber mucho más si no fuera por la
desidia general de los vecinos, estando algunas de estas huertas
distantes de la villa, con vallado y casa. Se ara con yuntas de
bueyes, caballerías mayores y menores, cuyo número es de dos­
cientas noventa de los primeros, de veinticinco las de muías v
doscientas setenta y dos de jumentos.
Por su término corren los ríos Tajo y Almonte, afluente éste
del primero por el sitio llamado Barcas de Alconétar. En el Al-
monte hay pesca de anguilas, orihuelos, peces y pardillas, siendo
en el Tajo la de albures, sábalos, lampreas y carpas. En éste hay
cuatro cañerías de particulares y en una de ellas un batán. No se
aprovechan sus aguas para riego, por lo difícil del terreno siendo
la pesca libre en todo tiempo en el Río Tajo, no ocurriendo lo
mismo en el Almonte, por secarse en verano. No se observa la
veda lo que resulta gran perjuicio su abuso. Las dichas barcas
e Alconétar son propias del duque de Frías, capaces de transbor­
dar carruajes de gran peso. Su portazgo o bagaje consiste en el
pago de un real por persona y caballería si el río está bajo y
cuatro si las aguas suben, para lo que hay colocadas señales en ’ su
ribera que cuando son cubiertas por el agua pagan lo que quiere
el barquero que se arriesga a su paso. En este sitio, que es paso
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y camino real desde Andalucía a Castilla la Vieja, se encuentra-,,
.y otros sujetos la señalan. Abunda el acebuche y olivo silvestre,
yendo hacia Cañaveral, el puente llamado de Alconétar, ya arrui­
d e los que no se reparten, especialmente en las dehesas y caídas
nado y del que sólo se conservan algunos arcos de arquitectura
del 1 ajo, que tienen una legua y media de largo por una de ancho.
muy parecida a la del Puente de Alcántara. En él se advierte la
En ellas hay olivares en los que se pudiera permitir su injerto a
calzada romana y una columna de dos varas de largo, con una
¿cualquier vecino, con lo que se fomentaría mucho más esta cose­
inscripción que no pudo ser transcrita. En el camino llamado de
cha de la que no se paga diezmo. Los montes de encina y alcor­
La Horca, donde empieza a descubrirse el Tajo, se halla otro tro­
noque tienen legua y media de lago y media de ancho, siendo pú­
zo de columna de piedra berroqueña de igual longitud y bastante
blico su despojo y usándose de ellos a igual que las raíces de
corpulenta, ignorándose cuándo pudo ocurrir su ruina y la que
retama para quemar. Las dehesas de propios tienen dos porciones
ge supone fue cortada a intento con motivo de alguna guerra,,
de pasto y labor y el resto de puro pasto, sirviendo para la mis­
constando en el privilegio de villazgo dado a Garrovillas en 1230,
m a labor los baldíos comunes; el del ejido llamado Castillo, en
se habla de ella y de su estado ruinoso, así como de la existencia-
el que sólo hace labor el conde y el de la dehesa de Pesquiban,
de barcas. Entre las riberas que forman dichos ríos hay vestigios-
de seis mil ochocientas fanegas de sembradura.
de la antigua villa de Alconétar, de la que se conserva su castillo'
La caza en este término es poco abundante, no observándose
que sirvió para defensa de aquel paso, hoy despoblado, en el que
las reales órdenes ni castigarse su transgresión, matándose algu­
sólo existe una venta propia del dueño temporal de esta villa, des­
nos lobos y muchas zorras, por las que se paga. El número de col­
tinada para trajinantes.
menas es de mil ochocientas que labran a la flor del tomillo, cardo,
Camino del lugar de Santiago del Campo, se halla una casa:
retama y otras, no fomentándose más este ramo a causa de las
recién edificada para el personal que había de emplearse en diri­
quemas de montes y raterías que en ellas se experimentan. Las
gir la obra del puente, el que se trató de reedificar a costa de un
cabezas de ganado son catorce mil lanar, el que experimenta dis­
repartimiento, cuyo fondo se depositó en unas arcas, haciéndose
minución; cabrío, dos m il; cerda, mil cuatrocientas, y de vacuno,
gran acopio de madera, lo que no llegó a realizarse, destinando
entre mayores y menores, dos mil cabezas.
el dinero a otros fines en calidad de reintegro. Hay otra barca en
Hay tres tiendas de paño y otras mercaderías y una donde se
el llamado paso de La Luría, yendo hacia la Ciudad de Coria, que
vende el abadejo y demás comestibles, habiendo pagado la villa
sirve sólo para el paso de ganado lanar, para el que se forma un
por real contribución a S. M., diez mil ochocientos ochenta y dos
puente de barcas, pagándose por cada mil cabezas que pasa, tres;
reales y veintidós maravedís por razón de ciento; por servicio ordi­
y no llegando se paga a proporción, para lo que existe un arancel,
nario y extraordinario, siete mil cincuenta y seis reales y veintiséis
lo que asciente un año con otro a quinientas cabezas. Se cree
maravedís y por sisa y millones, treinta mil cincuenta reales vellón.
que el producto de este portazgo es de cincuenta mil reales, es­
Al dueño temporal cada año por alcabalas, diez mil trescientos
tando el dueño temporal obligado con este capital al arreglo de
setenta y cinco y por las de carnicería, dos mil quinientos reales.
los caminos inmediatos a la villa, según Orden del Consejo, dada
Se nota decadencia de vecindario en estos últimos años, atri­
en 1784.
buida a la ruina de la fábrica de paños de esta villa, abandonada
Hay dos molinos de aceite y se está construyendo otro, perte­
por dedicarse la gente a la agricultura por conceptuarlo más hon­
necientes todos a particulares, haciéndose actualmente el aceite
roso y a que dicha fábrica tomó más incremento en el lugar de
de pie. Las aceñas que hay dentro de la jurisdicción con dos m o­
Torrejoncillo, cuyos paños se venden con el nombre de Garrovi­
lares cada una son propias, una del cabildo eclesiástico y otra de
llas. Otra de las causas que se supone motivo de esta decadencia,
don Felipe Paredes y consorte. En los arroyos de Bejana y El Mo­
es la marcha de muchos vecinos a la villa de las Navas, donde
risco hay ocho molinos, siete situados en este último, que sólo
fijan su residencia, cuyo vecindario en poco tiempo aumentó con­
sirven de invierno que son de los que se surten otros muchos
siderablemente, ya que su situación permite el aprovechamiento
pueblos. Hay trece hornos de cocer pan, también de particulares.
de pastos en los baldíos comunes de Alcántara, La Mata, Brozas,
Se reparten anualmente en la villa las tierras por los sesmeros
Garrovillas y Villa del Rey.

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- 151-
 Con motivo de las últimas órdenes acerca del disfrute de tie­
rras permitiendo cercarlas, se ejecutó en este término con dife­
rentes terrenos a pretexto de arbolearlos y plantarlos, lo que no
llegó a verificarse, sucediendo que los dueños de las expresadas
cercas disfrutan, como los demás vecinos, de los pastos comunes
con su ganado. Consumidos éstos, aprovechan privativamente las
hierbas de dichos cercados, debiéndose señalar un término breve
y preciso para la ejecución de plantíos, derribándose las cercas.
HIÑO JAL DEL CAMPO'
Aldea petreneciente a Garovillas de Alconétar, distante tres
leguas; de Cáceres, cinco, y de la Ciudad de Coria, a cuya diócesis^
pertenece, seis. Confina con la Reyerta, que media entre este pue­
blo y Talabán, terreno común a ambas, en el que ejercen juris­
dicción privativa sus alcaldes; por poniente con Garrovíllas, le­
gua y m edia; por mediodía con Santiago del Campo y Garrovíllas,
a quienes separa el arroyo llamado de Talabán, y desde éste al
Río Tajo, adonde llega por el norte, una Jegua.
Es de dominio temporal del duque de Frías, como conde de
Alba de Liste, no residiendo en ella noble alguno, pero no es bee-
tría, percibiendo el conde los diezmos de frutos del territorio y
otras rentas por derechos de arrendamiento de tierras a los veci­
nos, pagando éstos a dicho conde las alcabalas encabezadas con
dos mil reales. Percibe a sí mismo de martiniega, cincuenta y
seis reales y dieciséis maravedís, abonados por el reglamento de
propios. La aldea tiene un solo alcalde, un regidor, procurador
general síndico personero y un escribano numerario, nombrado
este último por el dueño temporal, con un salario de mil quinien­
tos reales, pagando él por la escribanía, veinticinco. Para los de­
más oficios nombran a sus sucesores, yendo a jurar su cargo el
alcalde ante el de Garrovíllas, exigiéndosele derechos. Realizado
éste, da posesión de sus cargos a los demás. El síndico personero
se nombra por los veinticuatro electores que elige el Concejo, pa­
gándosele al alcalde de salario cuarenta y cuatro reales, veinti­
dós al regidor y doscientos a un ministro que nombra el A yun­
tamiento.
El número de vecinos es de ciento seis, cuyo ejercicio es la
agricultura, en su mayoría jornaleros, habiendo entre éstos, dos
tejedores de lienzo, notándose aumento en el vecindario en casi
-1 5 2 -
su mitad, aunque dicen que años atrás había sido mayor. Las di­
versiones más comunes son el tiro de barra, juego de calva y bai­
les, siendo muy dados a la blasfemia, juramentos y palabras in­
decentes, originando escándalo el abuso de mujeres que van a es­
pigar mezcladas con los segadores, lo que da ocasión a mucha li­
bertad y desenfreno sin poderlo evitar el cura párroco con sus
amonestaciones. Los jornaleros trabajan de sol a sol y ganan en
invierno, hasta mediado abril, real y medio y de comer, después
sube a dos reales y en el esquileo ganan cuatro a secas, pagándose
en tiempo de cosecha, según la escasez.
Los abastos son de vino, aceite, vinagre y jabón, estando este
último arrendado en doscientos reales, administrando los demás
la justicia. Las pesas y medidas son iguales a Garrovíllas y arre­
glados al marco de Avila. Hay pósito, en cuya casa se celebran
las juntas de Ayuntamiento. En él está el archivo con los papeles
relativos al pueblo, pero sin llaves. En la misma se halla la cár­
cel, no existiendo registro de protocolos de escribanos antiguos ni
modernos más que el perteneciente a José Bazo y Vélez, antecesor
del actual. Tiene la villa con el alcalde de Garrovíllas, una com pe­
tencia sobre que éste no se inmiscuya en el repartimiento de tie­
rras en sus dehesas de pasto y labor, siguiéndose con referido
alcalde causa criminal entre Juan Bernal y Juan Barco, sobre
pendencia.
Las calles son llanas y bastante anchas, pero otras por la co­
locación de las casas no guardan orden alguno. En su plaza mayor
se halla la ermita de Nuestra Señora de las Batallas. No hay me­
són ni posada. Los caminos son de muy mal paso, en particular
el que va desde Garrovíllas a Talabán, los que pudieran ser repa­
rados aun no siendo este pueblo carrera real. No se celebra feria
ni mercado y el único comercio que se conoce son los ya mencio­
nados telares de lienzo.
Los propios exceden de seis mil reales, consistentes en la ven­
ta de hierbas y una dehesa que se arrienda a los vecinos a pasto
y labor. Es preciso advertir que los pastos se tasan con arreglo a
reales órdenes, lo que suelen ejecutar los mismos que han de
arrendarlos. Se halla encabezado el pueblo por penas de cámara
en cuarenta y cuatro reales. Tiene el pósito de fondo mil nove­
cientas fanegras de trigo y doscientos ochenta y siete reales y trece
maravedís en dinero. Tiene ordenanzas otorgadas en 1575, pero
sin más aprobación que por el dueño.
- 153-
 También había cofradías con el título del Rosario y del Car­
Sólo hay una parroquia, cuya iglesia está fuera del pueblo,
men, reducidas a limosnas, las que se invierten en misas. Las
en la que se venera a Nuestra Señora de la Asunción. Es de pa­
ermitas son cuatro, con los nombres de Santo Toribio, San Barto­
tronato libre y presentación del conde de Alba de Liste. En la
lomé, San Juan y Nuestra Señora de las Batallas, hallándose esta
sacristía existe un archivo con bastante resguardo en el que se
última dentro del pueblo, cuya dotación consiste en un horno de
conservan libros desde el Concilio tridentino. El cura percibe cien
cocer pan, un huerto y una tierra, todo de muy poco valor, ce­
ducados, pagados por el dueño temporal como preceptor de los
lebrándose en ellas misa por el párroco los días que no son fes­
diezmos y pende en la cámara expediente sobre haberle señalado
tivos. La de San Antonio Abad se halla arruinada.
el ordinario trescientos ducados. La fábrica de la iglesia se halla
La escuela de primeras letras está dotada de propios con tres­
dotada con las primicias que se reducen a una fanega de cada
cientos reales y cada muchacho que lee paga al maestro un real,
vecino que llega a coger doce de trigo, cebada y centeno, regu­
si escribe, dos, y si aprende a contar, tres. No hay correo, pero
lándose por un quinquenio. Su renta actual son dos mil reales,
sí estanco de pólvora, munición, naipes y tabacos. Residen solda­
con los que se pagan al sacristán, candelera o barrendera, cera,
dos de milicia, pero no dependientes de la Inquisición.
aceite y subsidio.
Tiene cirujano asalariado con dos mil cuatrocientos reales,
No hay cementerio ni necesidad de él, por ser su iglesia ca­
ciento diez de propios y lo demás se reparte entre los vecinos a
paz y hallarse en sitio ventilado y separada de la población. Se
proporción del número de familia. Al herrero, con el que también
hallan fundadas en ella dos capellanías que, según relación de los
están ajustados, le pagan tres cuartillas de mediado por cada yun­
vecinos, son incompatibles con el beneficio curado por que los
ta; al guarda de la hoja, por temporada, setecientos u ochocientos
fundadores quisieron que hubiese otro eclesiástico en el pueblo,
reales.
ascendiendo la renta de ambas a mil quinientos reales, pero el
Las cosechas más comunes son las de trigo, cebada, avena,
párroco que la disfruta actualmente aminora mucho su renta, di­
centeno, garbanzos, aceite, lino, miel y cera. La de trigo se regula
ciendo que solamente cada arroba pública tiene de carga nueve
cerca de cinco mil fanegas; cebada, dos m il; avena, en igual can­
misas, siendo patrono de una el cura y de la otra el alcalde, con­
tidad, y la de centeno en sesenta. No se paga diezmo por las de­
sistentes sus rentas en su mayor parte en cercados de pan llevar
más semillas ni por el aceite, pero sí por el de lana, queso, miel
y un huerto para hortaliza. No hay otro beneficiado, hospital ni
y cera, lo que percibe el dueño temporal, pagándosele también
obra pía. La cofradía, que es general, se titula de la Vera Cruz,
por diezmo de ganado de cerda y lanar, si lo hay. Por un quin­
de la que son cofrades todos los vecinos. Su instituto es asistir
quenio resulta de lana cada año treinta y seis arrobas; borregos,
a los entierros y su renta consiste en dos huertos y unos censos,
ciento treinta; lechones, ocho; chivos, seis; queso de oveja, siete
debiendo pagar dos procesiones generales y dos misas cantadas.
arrobas y de cabra una; miel, dos arrobas; cera, una, y enjam­
La otra, la del Santísimo, tiene mayordomo y su renta consiste
bres, quince.
en cinco huertos y cuatro censos y paga doscientos dieciséis rea­
Se cultivan las tierras con bueyes, caballerías menores y ma­
les de derechos al cura; la de Santo Toribio de Liévana, patrono
yores, de las que habrán de éstas treinta yuntas y las restantes
del pueblo, con trescientos reales de renta en una casa y tres
de bueyes.
huertos, que se invierten también en una fiesta con sermón y
El término es escaso de aguas, surtiéndose el pueblo para be­
en diferentes misas. Los Santos Mártires, que tiene también ma­
ber de un pozo llamado Cantos, distante del pueblo trescientos
yordomo y renta consistente en dos huertos, una casa y cuatro
pasos. Pasa por sus límites el arroyo llamado de Talaban, que
censos, lo que reditúa todo trescientos reales; la de las Animas
sólo es de invierno, y el Río Tajo, en el que abunda la pesca de
con su mayordomo y algunos bienes raíces que con la limosna
albures, orihuelos, barbos, bogas y sábalos.
que dan los fieles, asciende a mil doscientos reales, que se invier­
Los molinos de aceite son cuatro, pertenecientes uno a don
ten en sufragios, siendo sus mayordomos seculares, pero maneja
Felipe Brocacho, vecino de Garrovillas, y el otro a uno del pueblo.
el caudal y toma sus cuentas el cura, no pareciendo haya cofra­
Dos harineros, uno en el dicho arroyo llamado del Fresno, ha-
des alistados en ellas, y el mayordomo que sale nombra a otro.

-1 5 5 -
-1 5 4 —
liándose el otro en estado de ruina. El del Arroyo de Talabán,
pertenece a vecinos del pueblo al que van a moler. Las dos ace­
ñas que se hallan en el Tajo son propias de Agustín Caballero y
consorte, una en este término y otra en el de Casas de Millán.
Hay una partida de viñas, totalmente abandonada, la que pu­
diera ampliarse dándolas a los que no tienen. En la dehesa boyal
se encuentran acebuches que se pueden injertar y repartir entre
los vecinos para utilidad suya, permitiendo a los labradores rom­
per parte del ejido com o lo pretenden, lo que impiden los ga­
naderos. Dicha dehesa, que es de propios, tiene tres cuartos de
puro pasto y lo restante de pasto y labor, siendo su extensión de
tres cuartos de legua de longitud y media de latitud, disfrutando
el pueblo de un terrazgo igualmente de pasto y labor. La llamada
Casasola, propia del dueño temporal y dedicada al mismo punto,
se dice fue pueblo anejo a éste, no viéndose la ventaja de volver­
la a poblar.
La caza es poca y consiste en conejos, liebres y perdices, vién­
dose en los riberos algún jabalí o lobo. Habrán repartidas entre
ios vecinos unas novecientas colmenas, no siendo más su canti­
dad por temor a los robos. Se alimentan del tomillo, retama, es­
coba y jara. El número de ganado lanar es de cuatro mil setecien­
tas cabezas; cabrío, cuatrocientas; vacuno, trescientas, y cerda,
doscientas, repartido en su mayor parte el lanar entre unos v e ­
cinos, poseyendo Francisco Flores Mayor ochocientas cabezas, y
Francisco Garrido, seiscientas.
El único vínculo que hay, pertenece al expresado Felipe Bo-
cacho. Se halla encabezada esta aldea por reales contribuciones,
exceptuando el utensilio, en cinco mil quinientos cuarenta y seis
reales.
M ALPARTID A
Es aldea de la villa de Cáceres, distante dos leguas y confina
por el oriente con la m ism a; por poniente, con término de la villa
de Arroyo del Puerco, a una legua; al mediodía, con la Puebla
del Zángano, a cinco leguas y por el Norte, con el lugar del Casar
de Cáceres, a tres leguas. Por lo más largo, desde el Arroyo de
los Manantíos hasta la dehesa de Loaisa, tiene su término un
cuarto de legua y algo menos de latitud desde la rinconada de
la cañada hasta la charca de Las Gallinas, en cuyo terreno tiene
-1 5 6 -
<destinadas doscientas cincuenta fanegas para cerco y plantío en
virtud de reciente Real Provisión, formando parte del ejido Pa­
tinadero, nombre común que se le da en este pueblo. Pertenece
<esta aldea a la diócesis de Coria, distante diez leguas.
Es pueblo realengo con jurisdicción solamente pedánea y se
extiende hasta dieciocho reales en lo civil y hacer prisiones en
■caso necesario, lo que ejercen los alcaldes primero y segundo,
uno por el estado noble y el otro por el general. Se nombran
igualmente dos de la Hermandad para penar a los que hacen daño
en los frutos y persecución de delincuentes. Hay tres regidores
d e igual estado que los anteriores alcaldes, nombrándose para to­
dos estos oficios sucesores de los ejercientes, cuyo nombramiento
se suplica en la iglesia el primer día del año. Los nombrados sa­
can testimonio y los cuatro alcaldes pasan a jurar ante el corre­
gidor de Cáceres, pagando sus derechos. También hay procurador
personero y diputado de abastos a quienes nombran los veinti­
cuatro electores elegidos por el pueblo a son de campana. El es­
cribano es numerario y se le pagan doscientos reales de propios
y al alguacil, que nombra la justicia, trescientos reales del mismo
caudal, no percibiendo los demás cargos salario alguno.
Tiene este pueblo seiscientos treinta y dos vecinos, entre los
que hay diecinueve hidalgos. La tercera parte de su vecindad son
labradores y las otras dos, la mayor, se compone de jornaleros y
pastores que sirven a los hacendados, dedicados tres al ramo de
tejedores, cinco herreros, dos herradores y dos sastres. Su diver­
sión es el baile, advirtiéndose inclinación al vino. Los jornaleros
trabajan todo el día y ganan por arar, veinticinco reales cada mes
y diez panes y medio cada semana. Los que sirven de labradores
y cuidadores de bueyes, desde primero de abril hasta el nueve de
mayo, ocho ducados y de comer, pero labrándole al dueño dos fa­
negas de tierra. Desde primero de abril ganan dos reales y el mis­
mo pan, siendo en la siega hasta seis reales y en el cultivo de
viña dos reales; en febrero, dos y medio y tres en marzo y cuatro
en adelante.
La taberna se halla arrendada en mil novecientos cuarenta
reales. El abasto de aceite lo está en dos mil seiscientos y el de
jabón en mil novecientos, del que se paga por este último dere­
chos de la Real Hacienda. Las Casas de Ayuntamiento están si­
tuadas en una sala alta de la del pósito y la cárcel en la planta
baja, la que resulta muy poco segura cuando hay presos, tenién­
dose que poner guardia. En la misma sala de Ayuntamiento se
-1 5 7 -
custodian los libros de Acuerdos y demás papeles pertenecientes.:
nario, según el mes de su vacante. La dotación del beneficio cu­
al pueblo, entre los que no hay antiguos. El oficio de hipotecas
rado consiste en porción y media de nueve de los diezmos y otro
está en Cáceres, pero hay dos oficios de escribanos difuntos, uno»
tanto de las primicias, hallándose la fábrica de la iglesia dotada
en poder de don Antonio Lancho, que se titula de pertenencia de
•con una parte de nueve de todos los diezmos. Hay cinco eclesiás­
una escribanía, la que no sirve él ni otro alguno. El que posee
ticos a más del cura párroco.
Francisco Casado fue comprado a los herederos dé Alonso Pala­
No existe hospital, pero sí una obra pía fundada por don Be­
cios y está servidero.
nito Flores, con cargo de dar quinientos reales cada año, por es­
Las calles son bastante anchas y espaciosas, dos de ellas espe­
pacio de doce, a un estudiante, los cuatro para -Gramática y los
cialmente, y no están mal empedradas, bien que las casas son de-
¡ocho para estudios mayores, cuya dotación consiste en cen­
poca elevación. Hay una posada particular, pero poco decente. Los
sos. No hay cementerio y convendría su establecimiento por ser
caminos hasta los pueblos inmediatos son transitables, a excep­
■excesivo el vecindario para una sola iglesia. Hay otro beneficio
ción de un paso peligroso que se encuentra en el camino que va
en esta parroquia, igual al curado en la percepción de diezmos y
a la villa de Arroyo, lo que ocasiona gran riesgo por las aguas1
primicias, el que sirve para ayudar al párroco como segundo suyo,
que aJlí se estacionan para un molino que está a la parte baja
sin distinción en otra cosa, más que aquella preeminencia que le
del puente, propio de unos canónigos de Plasencia llamados Mo-
toca por párroco y derechos que por lo mismo le corresponden.
l'ano, de los que se dice corre a su cargo la obligación de com po­
Las capellanías son siete, fundadas una por Alonso Jiménez
ner aquel paso. No se celebran feria ni mercado, y solamente tres
Lancho, dotada con novecientos reales de renta anual que consis­
vecinos se dedican al trato de ganado de cerda, haciéndose el úni­
ten en dos molinos en el arroyo de Casillas. La otra fundada por
co tráfico en la aldea por dos vecinos arrieros que poseen doce
María González Rolla, con una renta anual de ochocientos reales.
caballerías. Hay otros doce arrieros que se alquilan para ir adonde
La fundada por don Juan Alonso Blanco, que produce sesenta,
se les contrate. Hay tres telares de lienzo casero, dos de hombres
tierras de pan llevar, cuya renta es de sesenta ducados. La de
y uno de mujer.
María Sánchez Granada, que no llega a doscientos y consiste en
Los propios consisten en dos fraguas y casa para carnicería,,
un alfarjo de fábrica de loza en Talavera de la Reina. La de Fer­
lo que reditúa cuarenta y cinco reales; un hom o de teja y ladri­
nando Alonso Bachiller, con renta de cincuenta ducados, consis­
llo. en el que se pagan seis reales por cada hornada, consistiendo
tente en dos casas del pueblo y una tierra. La de Juan Gutiérrez
los arbitrios en partes de hierbas de los prados boyales que se
Hidalgo, con dos yuntas de viña en el ejido del Casar. La de
hace a los vecinos por cinco reales y medio, y l'o sobrante se
Agueda Sánchez, cuya renta debe distribuirse en limosnas de
subasta, según la orden que haya para ello, regulándose todo su
misa de tres reales y tiene una viña en Pozo Morisco. Estas doe
producto en tres mil reales. Se halla encabezado el pueblo por
últimas y la de María Sánchez se hallan reducidas a pías memo­
penas de cámara en treinta y cuatro reales, que se pagan de pro­
rias que consisten en parte de un olivar, una casa, tierra y censos.
pios, pero se imponen pocas a causa de la jurisdicción pedánea.
Las ermitas son cuatro y todas con ermitaño y tablilla, que
El pósito tiene veinte mil reales, impuestos en el Banco Nacio­
suele ser siempre una mujer pobre que se mantiene de ella. Se
nal; doscientas noventa y una fanegas y media del sobrante del
llaman: San Antonio Abad, que sirve de ayuda a la parroquia y
panadeo, compradas a sesenta y ocho reales y medio, y diecinueve
se dice lo fue. Se entierran en ella los párvulos, celebrándose fies­
a cincuenta reales que se reparten con las cargas de creces, y
ta con misa, sermón y procesión el día del santo. Las restantes :
ciento veintiocho reales en dinero efectivo. Asimismo, tiene de
Nuestra Señora de la Soledad, Santa Ana, San Fabián y San Se­
fondo cinco mil novecientas fanegas de trigo, de las cuales existen
bastián. Hay cinco cofradías, La Santa Cruz, general, cuya renta
mil trescientas. Hay noticias de que las ordenanzas, junto con
anual son mil reales y cuatrocientos de limosnas. Tiene por ins­
otros papeles, se quemaron en tiempo de guerra.
tituto la asistencia a los entierros pagando catorce reales los pu­
La parroquia es de una sola nave y se venera en ella el Mis­
dientes y los pobres nada, conduciendo al hospital de la villa de
terio de la Asunción, cuyo beneficio lo provee S. M. o el ordi­
Cáceres a los enfermos, así vecinos como forasteros, consistente

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su renta en dos hornos de cocer pan, cuarenta y dos fanegas dé
pan llevar y censos. Sus cofrades son trescientos; la del Santísi­
mo, cuya renta son trescientos reales en tierras y censos, con
diecinueve cofrades; la del Rosario, con doscientos ochenta, a la.
que se le agrega una hermandad con ciento dos hermanos y el
mismo título; las Animas, cincuenta ducados que consisten en
un horno de cocer pan, una casa y varios censos, con ciento se­
senta cofrades, y la de San Antonio Abad, con ocho cofrades y
sin renta.
La escuela de primeras letras está dotada con cien reales de
propios y cien que la cofradía de la Cruz le da, pagando los mu­
chachos real y medio si leen y dos y medio si escriben y cuentan.
Está encargado del correo un vecino al que se le pagan trescien­
tos reales de propios. Se reciben las cartas de Cáceres, lunes y
viernes, y salen martes y sábados, que vuelve de Alcántara. Hay
administración de pólvora, naipes, estanquillo y un notario de
la Inquisición y diez soldados del Regimiento de Trujillo. Al mé­
dico se le pagan seis mil reales, repartidos entre los vecinos, y
del mismo modo tres mil quinientos reales que se pagan a cada
uno de los cirujanos que hay. El boticario está sin ajuste y con
el herrero lo está con tres cuartillas de trigo y una de centeno.
Las cosechas son las que se demuestran por los diezmos, pro­
duciendo en los cinco años anteriores al próximo pasado, quinien­
tas dos fanegas de trigo, ciento cuarenta y dos de centeno, dos­
cientas sesenta y cinco de avena, treinta y seis reales de uva,
treinta ristres de ajo, dos fanegas y media de garbanzos, ciento
diecinueve enjambres, sesenta arrobas de miel, mil cuarenta rea­
les de cera, noventa borregos, cuarenta chivos, un becerro, ciento
siete arrobas de queso de oveja, setenta y cinco de cabra, ciento
noventa y cinco vellones de lana blanca y treinta y cinco de par­
da; lino, cuarenta reales cada año, y las primicias del vino ciento
setenta y cinco cuartillos, pagando de las mismas semillas que se
diezman una fanega del que llega a once de cosecha. Se parten
dichos diezmos en nueve, dos para las tercias reales, dos a la dig­
nidad episcopal de Coria, una al Cabildo de la misma iglesia, otra
para la fábrica de la parroquira, una y media al beneficio curado
y la otra a iguales partes para su ayudante. De las primicias no
saca parte S. M., ni la fábrica, repartiéndose en la forma siguien­
te: dos para la dignidad episcopal, una el cabildo, tres por mitad
el beneficio curado y su ayuda y tres al sacristán. Los frutos so­
brantes se extraen para la villa de Cáceres.
-1 6 0 -
Se advierte aumento en la agricultura como en la población,
la que ha crecido esta última en más de dos terceras partes en
este siglo, aumentando en los veinte años últimos en ciento trein­
ta y ocho vecinos.
Las huertas están arboleadas de frutales de excelente calidad,
pero sólo hay tres, lo que pudiera aumentarse este plantío para
lo que es muy a propósito este terreno, notándose en esto la desi­
dia de los naturales. Se ara con bueyes, de los que hay doscientas
yuntas. No pasa río por el término ni existen fuentes, a excep­
ción de una que se halla distante del pueblo, caminando hacia
Cáceres y la que rara vez se seca. Hay pozos con buena agua, de
los que la mayoría de los vecinos se surten, dándose la circuns­
tancia que dondequiera que se cava se encuentra agua. Hay un
molino de aceite de un particular, que sirve para el forastero, ya
que no hay cosecha de este fruto en el pueblo, careciéndose de
molinos harineros en todo el término, utilizándose comúnmente
los que tiene la casa del marqués de Camarena, en el arroyo de
Casilla, en el sitio llamado La fuente Echegosa, en la dehesa Za-
frilla, de la villa de Cáceres y en otro del duque de Abrantes, sito
en el río Salor, llegando a veces hasta el Río Tajo.
No tiene monte propio este pueblo, aprovechándose los de su
jurisdicción, lo mismo que sucede con los pastos comunes y pra­
dos boyales de mil seiscientas fanegas de cabida, repartidas en
cuatro hojas alternas por año. Tiene su labor señalada en las de­
hesas Zafra y Zafrilla, consistente en mil ochocientas veinte fane­
gas de tierra, opinando estos naturales del daño que causan I06
descasques en los montes, según ocurre en la Sierra de San Pe­
dro. De inmediato al pueblo se halla la dehesa Raposera, que hace
mil cabezas, perteneciente a unos herederos y en la que se priva
a los vecinos de su utilidad, así com o de las dos mil fanegas que
disfrutaba este pueblo conjuntamente con el de Aliseda, en la
dehesa Valdelacasa, sita en dicha sierra.
Repartidas por su término hay algunas casas que denotan ha­
ber sido fortalezas, sobresaliendo de éstas las pertenecientes a
los Pereiro y Ovando, ambas arruinadas y las que no hace mucho
tiempo estuvieron habitadas. Son las más antiguas del pueblo y
sus dueños poseen grandes porciones de tierra en los prados bo­
yales, perteneciente otra de éstas al marqués de Castel Moncayo,
que se halla en las afueras del pueblo, pero de menos antigüedad
que las otras. No falta caza menor, la que sería más abundante si
se observasen las reales órdenes acerca de la veda, pero sucede todo
- 161-
 administrador del conde y el procurador del común, pero sin voto.
lo contrario, ya que se caza en todo tiempo con hurones, perchas,
Lo que se observa en dicha elección es que el alcalde primero
perros y escopetas sin reserva. El número de colmenas es de
de lo ordinario propone para todos los oficios y los demás suelen
tres mil quinientas, sitas en la Sierra de San Pedro, de las que
conformarse.
tendrían mucha más a no impedirlo las quemas de montes y ro­
Hay un teniente alguacil mayor de igual nombramiento tem­
bos. El número de cabezas de ganado lanar son cuatro mil; el de
poral y los veinticuatro electores a quienes nombra el pueblo, se­
cerda, tres m il; de cabra, seiscientas, y mil de vacuno.
gún oí orden, eligen un síndico personero y dos diputados. El
Se dice que en el cerro más arriba del sitio llamado Pozo Nue­
alcalde, regidores y procuradores, tienen de salario ciento dieci­
vo, hay vestigios de una mina de oro, y lo mismo dentro de la
siete reales, que se reparten entre los vecinos. No hay escribano
ermita de San Antón.
real ni numerario, pero sí fiel de fechos que guarda del Ayunta­
Está encabezado el pueblo por reales contribuciones, excep­
miento y tiene de salario doscientos reales.
tuando los utensilios, en diecisiete mil catorce reales.
Los vecinos son ciento diez, dedicados a la agricultura. Casi
todos son labradores y se auxilian con los jornales. El número de
MONROY artesanos son dos zapateros, un sastre y dos herreros. Hay en
dicha villa gran afición a la caza, y sus diversiones son el baile,
Es villa inclusa en el partido de Cáceres, distante cuatro le­ el juego de naipes y el vino, en el cual se nota demasiada afición,
de modo que entre ésta y la caza pierden muchos jornales. Ganan
guas, al norte; al Levante, la villa de Santa Marta, a tres leguas;
al norte la de Torrejón, distante cuatro, y al poniente el Lugar en invierno los jornaleros dos reales y de comer, medio real más
de Hinojal, a tres leguas. Confina su término con Trujillo por el en la sementera y lo mismo en verano, trabajando de sol a sol,
pero en el esquileo ganan cuatro reales secos, prefiriendo, al pa­
oriente y mediodía, dividiéndola por la parte del río Almonte.
recer, el estarse ociosos *n el pueblo antes de trabajar por los
Por el norte confina con el de Torrejón y baldíos de la Ciudad
salarios expresados.
de Plasencia y Talabán, llegando hasta el Río Tajo. Pertenece a
Los abastos son de vino, aceite y jabón administrados por la
la diócesis de Plasencia, de cuya ciudad está a nueve leguas. Tie­
justicia, estando arrendados el año pasado los dos primeros en mil
ne el término de circunferencia, más o menos, tres leguas. Su si­
doscientos reales y el de jabón en ciento cincuenta y uno, cuyo
tuación es sobre peñas y bastante elevada, expuesta a los aires,
producto se destina al alibio de la contribución, siendo los pesos
por lo que resulta ser sana y rodeada de montes.
y medidas iguales a los de la villa de Cáceres.
Se dice fue fundada el año 1330, no habiendo noticias ciertas
La casa de Ayuntamiento es bastante decente y en la misma
de los pastos o condiciones con que fueron llamados sus pobla-
está el archivo, bien que sin llaves, en el que se encuentran pro­
uores por Hernán Pérez de Monroy, Copero Mayor de la reina
tocolos de escribanos antiguos, mal ordenados de lo que es nece­
doña María, al cual, en virtud de privilegio Real, se la concedió
sario tomar providencia en este asunto. Se tiene noticias de que
el Rey don Fernando IV, hijo de la expresada reina.
muchos papeles pertenecientes a esta villa padecieron extravío a
Es de señorío del conde de Motezuma, que percibe en ella el
principios de siglo, sin que se supiera el motivo, siendo los más
onceno de todo el fruto y ganado y por la Natividad, una gallina
antiguos documentos que se conservan del año 1570. Contigua a
o una peseta. No hay noble alguno, pero no es beetría.
la casa Ayuntamiento está la cárcel, bastante buena y en la que
Hay un alcalde mayor letrado que nombra el dueño temporal,
habita el alcaide.
al cual si reside en la villa se le pagan trescientos ducados, resi­
Posee en esta villa el dueño temporal un castillo bien conser­
diendo el actual en la villa de Cáceres. Hay otro alcalde ordinario*,
vado, con tres torreones muy elevados, enclavado sobre peñas y
dos regidores, un procurador del común y un alguacil mayor, los
un foso abierto que lo circunda.
cuales proponen dos personas para sucesores en cada uno de sus
En el juzgado se sigue una causa criminal contra un mozo
oficios, siendo el dueño temporal o su apoderado los que eligen al
que le partió la cabeza a otro en una noche de carnaval, al que
que le parece, asistiendo a dicha propuesta el alcalde mayor, el

-1 6 3 -
-1 6 2 -
se le providenció, según dictamen de la sanidad, fuese puesto en
libertad con pago de gastos y costas.
Las calles están mal empedradas y sin recta, llenas de peñas­
cos debido a la desidia de la justicia. Sus caminos en todas las
direcciones son perversos e intransitables, aún ni en caballerías,
especialmente el que viene de Cáceres, subiendo desde el Río Al-
monte, debiendo emplear la justicia en su reparación a todo aquel
vecino que se hallara ocioso. La única posada es propia del dueño
temporal ,pero nada decente, siendo de particulares los dos hornos
de cocer pan. La industria de este pueblo se compone solamente
de dos telares de lienzo. No se celebra feria ni mercado.
Carece de propios y se reparten, según Facultad Real, mil se­
tenta reales entre los vecinos, de lo que participa con ochenta
reales el maestro de primeras letras, pagándose en veredas un real
y un cuartillo de legua, los derechos de copia del juez y escribano,
y en el arriendo de una porción de tierra que se reparte por
suerte. Las penas de cámara pertenecen a S. M. y se perciben
por el mayordomo de propios a causa de no estar encabezado el
pueblo en virtud de las últimas instrucciones, en la cual se pre­
viene no se encabecen los pueblos cuando haya alcalde mayor de
letras. El pósito y la panera se hallan en buen estado y sus fondos
consisten en setecientas cincuenta fanegas de trigo y cuatrocien­
tos ochenta reales en dinero.
Por algunos dueños temporales se formaron ordenanzas que
se guardan en el archivo.
La parroquia, cuya iglesia se halla fuera del pueblo, es de es­
tilo gótico, nave alta y espaciosa, siendo su capilla mayor de bó­
veda y lo restante de madera. Se venera en ella a Santa Cata­
lina. A su fábrica se halla adjudicada una parte de nueve de los
diezmos, percibiendo, según costumbre antigua, el voto de trigo,
lo que equivale en las demás parroquias al Voto de Santiago, con­
sistente en una cuartilla de grano por cada labrador que coja diez
fanegas. Su provisión la hace el rey o el ordinario, según el mes
de la vacante. La dotación del párroco es una parte de todos los
diezmos. Hay otro eclesiástico.
N o hay cementerio y sí proporción para su establecimiento,
aunque no se considera muy necesario a causa de la mucha ca­
pacidad de la iglesia y su poco vecindario. El beneficio préstamo
que se halla agregado al seminario de Plasencia, saca igualmente
parte de dichos diezmos. Las capellanías son tres bajo el patro­
nato del dueño temporal y con una dotación de seiscientos treinta
-1 6 4 -
ducados y pensionada en trescientos, cuya carga son doscientas
sesenta misas, explicar la doctrina y confesar. Otra tiene carga
de la misa de alba y su renta serán cuatrocientos reales que pro­
ducen algunas heredades. Otra, consistente su renta en hierbas
y alcabalas de la villa y priorato de Alcántara, con carga de vein­
tinueve misas, administradas las tres restantes por el párroco, as­
cendiendo sus rentas a trescientos reales en heredades y distri­
buidos en misas con arreglo a la fundación. No existe hospital,
pero sí una obra pía para dotar huérfanas, con renta de cuatro­
cientos reales, siendo su patrón el dueño de lo temporal. Las seis
memorias están a cargo del cura, quien, con arreglo a la funda­
ción, invierte su renta en misas que serán unos cien reales.
Las cofradías son cinco: la de las Animas, la Vera Cruz, la
del Santísimo, la del Rosario y la General, que sirve para en­
terrar los muertos que no tienen renta. La única ermita que
hay está bajo la advocación de Santa Ana e incorporada a la co ­
fradía de la Cruz, con ermitaña puesta por el cura para que pida
en los días señalados y se mantenga por ser pobre. El lunes de
Quasimodo se celebra en ella fiesta con misa, sermón y procesión.
La escuela de primeras letras está servida por el cirujano, al que
se le pagan ochenta reales, contribuyendo cada muchacho que
lee con un real; si escribe, dos, y si cuenta, tres. No hay correo,
pero sí administración de pólvora, naipe y estanquillo. Residen
en la villa dos soldados milicianos del Regimiento de Plasencia.
No se advierte persona escandalosa ni que turbe la adminis­
tración de justicia, pero se nota que mientras se celebran los di­
vinos oficios no se cierra la taberna y suelen verse algunos to­
mando vino en los días de fiesta.
Al cirujano, que tiene de salario sesenta y siete fanegas y me­
dia de trigo, casa y puerco en vara, se le paga por los vecinos a
proporción del número de familias. Igualmente se hallan estos
vecinos ajustados con los herreros por media fanega de trigo por
yunta, pagándosele tres reales diarios al guarda del pan.
Las cosechas son de trigo, cebada, centeno, garbanzos y algu­
nas habas, resultando en el último quinquenio en cada año tres­
cientas fanegas de trigo; cebada, ciento setenta; centeno, cua­
renta y tres, estando la de garbanzos y habas que se recogen con
los menudos de crías, arrendados en dos mil setecientos reales. Se
reparten estos diezmos entre el obispado de Plasencia, su cabildo,
la fábrica de la catedral, el beneficio curado, préstamo del semi­
nario, la fábrica y tercias reales. La dignidad episcopal saca una
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quinta parte de todos los diezmos; el curato, dos novenas partes,:
veniente hacerla observar con rigor, para contener la gran incli­
el préstamo, una; la fábrica de la parroquia, otra; la catedral,,
nación de estos vecinos, que abandonan por ella la agricultura,
dos terceras partes de un noveno; las tercias reales una novena
siendo éste uno de los motivos de decadencia del pueblo, lo que
parte y un tercio de otra igual de todos los diezmos, exceptuán­
parece que este año se ha moderado algo por temor al nuevo
dose los granos que se arriendan en la dehesa de Callejuela, con;
Tribunal. El número de colmenas es de setecientas, las que labran
sus baldíos' en donde no tiene parte el préstamo.
a la flor del brezo, jara, romero y otras, para lo que es muy a
Hay solamente dos huertas de riego, pertenecientes al dueño propósito el terreno. No tiene este ramo mayor fomento, debido
temporal, en las cuales se crían legumbres y algunos árboles. Se
a las raterías y abundancia de tejones y pitobarreros que se crían
hace la labor con bueyes y caballerías mayores y menores, habien­
por estos montes. El de cabezas de ganado es de setecientas lanar;
do de los primeros treinta yuntas y el resto de caballerías. El Ría
cabrío, m il; vacuno, ciento cincuenta e igual de cerda. Se halla
Almonte baña los. límites de esta jurisdicción, cuya pesca de par­
encabezado el pueblo por reales contribuciones de alcabalas y
dillas, peces y orihuelos, es pública. Hay dos fuentes con escasa
cientos millones, en cuarto de libra de jabón, dos reales en arroba
agua, que necesitan de más aseo y limpieza, así com o la charca
de lana fina y el servicio ordinario en tres mil doscientos veinti­
que sirve para abrevadero del ganado.
séis reales, de cuya cantidad no fue rebajado el seis por ciento
Caminando hacia Trujillo y en la misma jurisdicción, tiene el de cobranza.
dueño temporal unos molinos, y el molinero pone voluntariamen­
Se advierte decadencia en dicho pueblo, aunque no residente,
te una barca para que sirva de paso a los vecinos sin cobrar pre­
pues consta que a fines del siglo pasado contaba con doscientos
cio alguno, pero exige a los forasteros de tres a cuatro cuartos.
setenta vecinos contribuyentes, habiendo regulado en mucho me­
Carece esta villa de terreno a propósito para la labranza, del
nor vecindario que el que hoy tiene, faltándole mucho para llegar
que hay con abundancia en las dehesas del dueño temporal, lla­
a aquel número. Lo cierto es que por toda la villa se encuentran
madas Las Quebradas, que estuvo anteriormente poblada, en la
casas arruinadas, lo que acredita haber disminuido considerable*
que se conservan las paredes de su iglesia y vestigios de casas;
mente su antigua población, lo que se atribuye al haberse amino­
la de Mariague, Callejuelas y Boyal, en la que tienen los vecinos
rado las tierras de labor y ser privados los vecinos de los aprove*
derecho en esta última a entrar su ganado, disminuyendo los:
chamientos que disfrutaban, así en la dehesa boyal como en los
pastos a causa de los arriendos que hace el dueño temporal, con­
términos y ejidos, de cuya parte se formó un coto que mandó
cediendo éstos todos los años una porción de terreno para que
cerrar don Hernando de Monroy, dueño del pueblo con gran
se roce y labre, pero señala a los labradores la peor parte, dejando perjuicio de sus moradores, lo que dejó declarado su hijo y suce­
lo demás para pasto, bajo el control de sus administradores. En sor don Antonio de Monroy, estando ejecutoriado dicho coto con
la misma dehesa Boyal, donde dicen el Rivero, situado sobre el
otros derechos en la Chancillería de Granada.
Río Álmonte, se descubren muchos acebuches de gran corpulen­
Se tienen noticias fue aumentada la contribución y canon so­
cia, de los que se podrían hacer excelentes y grandes olivos si se
bre rompimientos de tierra en casi una mitad. Se convirtieron
distribuyesen entre los vecinos para su injerto, pudiéndose plan­
muchas de éstas en eriales para pasto y se escogían los peores
tar en el mismo Rivero viñas y zumacales como los había anti­
terrenos para la labor, dispuesto por los administradores de los
guamente. Hay algunos olivos abandonados por sus dueños, los
dueños temporales, quienes ostentaban los cargos de alcaldes ma­
que de aprovecharse resultaría de gran beneficio para la villa
yores, quedando bajo su dominio la elección de los ordinarios.
y el goce de leña en abundancia de la que hoy carecen. Los mon­
Como prueba de dicha decadencia lo demuestra lo siguiente: En
tes que se rozan suelen tardar doce o catorce años en volver a
el quinquenio de principios de 1697, ascendió la cosecha de trigo,
poblarse y ponerse en estado de roza cebada y centeno a cuatro mil setecientas cinco fanegas, ascen­
La caza es tanta, en especial de liebre y conejo, que los na­
diendo en 1746 a treinta y nueve mil trescientas noventa y siete,
turales se quejan del daño que hacen en los sembrados, preten­ siendo la de principios de 1779, que expiró en 1784, de trece
diendo éstos debería dispensarse la veda, pero resulta más con­
mil seiscientas setenta y cinco, de modo que desde el primer

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quinquenio al segundo se padeció la disminución de catorce mil
novecientas ocho fanegas, caso extraño por ser la única industria
en este pueblo la labranza, lo que podría remediarse con la res­
titución a sus vecinos de aquellos aprovechamientos y tierras que
antes disfrutaban y con los que se mantenía gran número de
ellos, lográndose mayores cosechas. Sería motivo de repoblación
de esta villa si se procediese al reparto de terrenos para siem­
bra y plantío de olivares y viñas, punto éste de tenerse en cuen­
ta, ya que los vecinos han conseguido de la villa de Talabán un
baldío en la ciudad de Plasencia, llamado Valdelacasa y que fue
concedido por el Concejo, en el que se encuentran abundantes;
manantiales de rica agua.
PU EBLA DEL ZANGANO
Es villa con jurisdicción ordinaria e independiente de Cáceres,
en cuyo territorio se hizo esta población, según testimonio que
se guarda en el archivo de la misma, despachándose carta por
don Carlos V y su madre doña Juana, en 1524, para ampliar esta
población que se reducía entonces a ocho o diez vecinos, hasta
treinta y cinco. Se les concedió cincuenta fanegas de tierra a cada
uno, casa y ejido, con la condición de hacerlas en tres años y no
venderlas en ocho y nunca a forastero. Para su señalamiento fue­
ron nombrados Alonso Sánchez, sexmero y Fernán Sánchez, v e­
cinos del lugar de Valdelacasa, hoy despoblado en la Sierra de
San Pedro.
La situación de este pueblo es llana y algo pendiente por estar
edificada sobre peñas en el valle que forma el puerto que va hacia
Cáceres, saliendo por La Roca, lo que se considera sitio sano. Su
calle principal es la que va hacia Mérida, recta y espaciosa, pero
mal empedrada, que sirve de calzada real del camino de Cáceres a
Badajoz. Las casas, por lo regular, son de piso bajo, con techo de
caña, rama y teja vana.
Confina por el oriente con territorio de Mérida; por mediodía,
con el de Badajoz y por lo restante con el de Cáceres, distante
de ésta siete leguas. Su extensión por lo más largo, desde Val-
derredondilla, donde confina con Mérida, hasta el Valle de Lucas,
una legua. Por lo más ancho, desde el puerto que dicen de la Villa
hasta La Roca, un cuarto de legua. Pertenece a la diócesis de
Coria, distante dieciséis leguas.
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Es de dominio temporal del conde de Salvatierra, que sólo
es dueño de la jurisdicción y alcabalas, pagándosele por éstas cua­
trocientos reales y sacándolas el Ayuntamiento en arriendo a los
forasteros que vienen a vender, las que se repartían anteriormen­
te entre los vecinos. Paga el dueño temporal por dichas alcabalas
a la administración de Cáceres, cuatrocientos reales.
Salió esta villa de la corona por venta que de ella hizo Feli^
pe IV en 1629. Hay en ella un alcalde ordinario y otro de her­
mandad, dos regidores y un procurador del común, para cuyos
cargos propone el Ayuntamiento dos personas al dueño temporal,
quien elige a uno, pero sin asignación de salario de fondo alguno.
Las apelaciones se interponen a la Cancillería de Granada; no
hay escribano real, pero sí de fechos con ciento cincuenta reales
de paga, sin que haya alguacil.
Tiene actualmente noventa y siete vecinos dedicados a la agri­
cultura, otros a la fabricación de carbón que se exporta a Badajoz,
otros a la ganadería y los demás son jornaleros que trabajan de
sol a sol con dos reales y de comer en invierno, subiendo hasta
tres y cuatro reales, quejándose estos naturales de no encontrar
trabajo. Las diversiones más comunes son el baile, juego de ba­
rra y naipes. No reside noble, pero quiso establecerse como tal
don Alonso Pizarro, por lo que le siguió pleito la villa que se
guarda en el archivo de Cáceres.
La taberna se halla arrendada en mil reales, el aceite en dos­
cientos y el jabón en veinte. Los pesos son los comunes, pero las
medidas mayores a las que se usan en Cáceres. La casa Ayunta­
miento en la que está la cárcel se reduce todo a un solo cuarto,
juntamente con el pósito. Existe un arca a la que se le denomina
archivo, pero con pocos papeles ni oficio de escribano. El único
pleito que hay en el juzgado civil es sobre resarcimiento de un
buey que mató a otro.
Las posadas son dos, pertenecientes a particulares, las que se
hallan poco decentes y las que debieran estar mejor cuidadas por
ser esta villa camino real de Cáceres a Badajoz, y de travesía des­
de Cordobilla a Alburquerque. No se celebran feria ni mercado
ni hay comercio de clase alguna, no estando encabezado este pue­
blo con penas de cámara y exento de su uso.
El pósito cuenta con casa panera, cuyo fondo es de mil dos­
cientas fanegas de grano y dos mil reales en dinero, de los que
fueron invertidos seiscientos en la cañería de una fuente traída
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 Por su término pasa un arroyo, en el que está situada la Fuen­
muy cerca de la población. En el referido archivo, se guardan las
te Vieja, la que abastece de agua al pueblo por un encañado, cuya
ordenanzas sin aprobación alguna.
mitad es subterráneo y la otra mitad tiene una pared de doce
La parroquia y el beneficio curado es de presentación real o
palmos de altura, con arcos, y vierte sus aguas por dos caños,
del ordinario, según la vacante, siendo la iglesia reducida y fá­
obra ésta, según llevamos referido, que se hizo a costa del pósito.
brica moderna. Se venera en su capilla mayor a San Ildefonso,
La falta de tierra para labor es motivo de quejas de estos na­
regulándose el capital del curato en doscientos ducados. Conven­
turales, ya que en los montes y terrenos de Cáceres y Badajoz,
dría el establecimiento de cementerio, para lo que hay sitio ade­
hay el suficiente para ser repartido. Se lamentan asimismo de la
cuado, teniendo en cuenta la estrechez de dicha iglesia. Las co ­
quema y descasque de montes, haciendo desaparecer los árboles,
fradías son las de San Ildefonso, cuyo instituto es el enterrar a
lo que se le atribuye a los serranos por el deseo de éstos de
los cofrades que hayan pertenecido a ella durante ocho años, de
aprovechar más los pastos. No parece tanta la falta de estos te­
los que actualmente tiene diez; la del Santísimo, la Concepción,
rrenos, ya que existe un lugar en el llamado Valle de la Fuente,
Rosario y San Antonio, sostenidas éstas de limosnas que se in­
donde pudiera hacerse una considerable alameda con árboles fru­
vierten luego en la festividad del santo y en suplir a la fábrica
tales, así como en el camino que va hacia Badajoz, muy cercano
de todo aquello que le falte. No tienen cofrades, nombrando a sus
al pueblo, propio de un hidalgo de Cáceres, llamado Núñez,
mayordomos por elección del pueblo, sin que intervenga el juez
al que se le prohibió su enajenación. No hay dehesas dentro del
eclesiástico. La única ermita que hay está bajo la advocación de
pueblo, pero sí cercana la llamada Loriaría, de puro pasto y labor,
Nuestra Señora de la Jara, casi arruinada.
hoy reducida sólo a pasto.
La escuela de primeras letras, de la que carece, podría ser es­
Es abundante el término en caza mayor, por hallarse rodeado
tablecida y sostenerla con los fondos de las cofradías y alguna
de montes y su proximida a la Sierra de San Pedro. El número
aportación de los vecinos. No hay correo ni más administración
de colmenas es de trescientas que labran a la flor de jara, madro­
que la de estanquillo, sin residir número de la Inquisición, pero
ñera, brezo y lentisco, industria que aumentaría si se atajasen
sí un miliciano. El cirujano, el herrero y vaquero, están ajustados
los robos que en ellas se cometen, cuya utilidad es de cuatro a
por un año con los vecinos en setenta fanegas de trigo y casa
ocho reales por colmena. Las cabezas de ganado son doscientas
al prim ero; al herrero, cincuenta fanegas de todo grano, con la
de vacuno, seiscientas de cabrío, repartidas entre seis vecinos y
obligación éste de com poner los aperos de labor, pagándosele al
el de cerda, cien cabezas.
vaquero media fanega por cabeza.
31 encabezamiento por reales contribuciones, excepto los uten­
Las cosechas por las que se paga diezmo son las siguientes:
silios que se pagan en Cáceres, en tres mil novecientos ochenta y
por un quinquenio cada año, cien fanegas de trigo, treinta de cuatro reales, sin que se conozca malversación de fondos.
avena; enjambres, junto con los vecinos de Malpartida, catorce; La población ha ido en aumento desde treinta años a esta
chivos, veinte; becerros, de lo que sólo diezma el marqués del parte, edificándose treinta casas que están habitadas, siendo hace
Reino, uno, y borregos por éste mismo, seis; queso de cabra, dos cincuenta años los habitantes unos cuarenta.
arrobas y de castra doce. La de garbanzos, frejones y ajos, as­
ciende a un total lo vendido de siete mil reales, participando el
rey con dos partes de nueve; el obispo, dos; cabildo de Coria, SANTIAGO DEL CAMPO
una; la fábrica parroquial, otra, y el beneficio curado, tres.
Se advierte gran aumento en la agricultura, cuyo fruto sobran­ Es aldea de la villa de Garrovíllas de Alconétar, distante tres
te se vende en el mismo pueblo y a los forasteros. Se hace la leguas y cuatro de Cáceres, perteneciente a la diócesis de Coria,
a siete leguas de distancia.
labor con bueyes, de los que habrán sesenta y cinco yuntas. Los
Su término confina por el oriente con Talabán; al mediodía,
huertos están plantados de guindos, higueras y melones, lo que
con el Casar y Garrovíllas, a las que divide el río Alm onte; por
pudiera aumentarse más por ser terreno a propósito para ello.

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el norte, con Hinojal, teniendo una longitud, desde la linde de
Talaban hasta el de Garrovillas, dos leguas, siendo su latitud,
desde el Almonte hasta el arroyo, más de una legua.
Pertenece al duque de Frías, por su condición de conde de
Alba de Liste. Tiene un sólo alcalde con jurisdicción pedánea,
ejerciendo la ordinaria el alcalde mayor de Garrovillas; tres regi­
dores, de los cuales uno ejerce el cargo de alcalde de la Herman­
dad, jurando los cargos ante el alcalde de aquella villa, proponien­
do los ejercientes a sus sucesores en los cargos respectivos, con
un salario total entre todos, de ciento cincuenta y ocho reales,
correspondiendo cuarenta y ocho al procurador del común, al que
nombran, junto con los dos diputados, los veinticuatro elegidos
por el pueblo. El escribano es por designación del dueño temporal,
con un sueldo de seiscientos reales, pagando aquél por la escri­
banía veinte reales al conde. Corre a cargo del Ayuntamiento la
elección de ministro, con salario de treinta reales, cuya cantidad
igual a las expresadas, se paga de propios. El dueño temporal per­
cibe por la martiniega y alcabalas, cincuenta reales y mil cuatro­
cientos cuarenta y ocho, respectivamente.
El número de población es de ciento sesenta vecinos, dedica­
dos en su mayor parte a la agricultura, de los que hay noventa
labradores y los restantes jornaleros, quienes trabajan de sol a
sol, ganando en invierno real y medio y de comer. Los artesanos
son tres herreros, dos sastres, cuatro tejedores tres zapateros y
dos harineros, siendo las diversiones más salientes el tiro de barra,
juego de calva y bailes en los días festivos, sin advertirse incli­
nación viciosa alguna.
Los abastos están arrendados en ciento cincuenta reales el de
vino, noventa y dos el de aceite y en trescientos el de jabón, del
que se descarga el cuarto en libra para la administración de Cá­
ceres. Las alcabalas lo están en ciento setenta y cinco reales, co­
brándose a los forasteros que vienen a vender sus géneros al
pueblo. Los pesos y medidas son iguales a Cáceres.
La casa Ayuntamiento es bastante reducida, y en ella se guar­
dan los papeles relativos al pueblo, en su mayoría con bastante
antigüedad, así com o protocolos de escribanos fallecidos, siendo
la cárcel de una sola pieza. En poder de don Francisco Gutiérrez
Talabán y Diego Fernández del Cerro, existen protocolos anti­
guos, pero sin custodia alguna. Hay pendiente en el juzgado de
Garrovillas un pleito civil entre Diego Fernández del Cerro y
José Martín Gómez, sobre haber cercado una parte del ejido. Otro
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’Criminal contra Mateo Martín Gómez, sobre haber dado una pa­
liza a Blas Martín Espada y el de José Martín Gómez, sobre pre­
tender que el escribano numerario presentase una colección de
-órdenes alegando que en su tiempo había faltado.
Las calles de este pueblo no tienen orden por la arbitraria
colocación de sus casas y sin empedrar en su mayor parte. No
hay posada ni mesón. No es carrera real, pero los caminos que
van a Garrovillas, Monroy y el Casar, se hallan en mal estado, los
que pudieran ser reparados con poca costa. No se celebran mer­
cado ni feria, habiendo sólo cuatro telares, uno de paño y tres
de lienzo, género que se consume en el mismo pueblo.
Tiene de propios seis mil reales anuales que produce la dehesa
boyal, que se arrienda a tasación a los ganaderos del pueblo, eje­
cutándose por la mitad de su valor, ya que son éstos los que g o­
biernan el pueblo y hacen dicha tasación a su capricho. Se halla
encabezada la villa en cincuenta y cuatro reales por penas de
cámara, regulándose su producto anualmente en cuatrocientos
reales. El pósito tiene de fondo mil ochocientos ochenta y nueve
fanegas. En dinero, siete mil quinientos cuarenta y nueve reales,
pero solamente existen ciento ocho. La casa granero es un edifi­
cio de dos naves de bóveda, sobre arco, larga y espaciosa, con
otras dos piezas con bóveda en su entrada.
Hay una sola parroquia, cuyo titular es Santiago Apóstol y
su iglesia es de una nave y arquitectura gótica. El retablo de la
capilla mayor, es de tres cuerpos con columnas recargadas de talla
y dorado. La situación del templo es en sitio elevado y algo dis­
tante de la población, siendo el beneficio curado de presentación
del dueño temporal que percibe los diezmos por entero v oaea
cien ducados al párroco, a quien paga el ordinario trescientos,
sobre lo que hay pleito pendiente en la cámara. También tiene
el párroco una casa y cercado con carga de tres misas por el alma
del bienhechor que las dejó. La fábrica se halla dotada con las
primicias de una fanega por vecino que coge doce de trigo, cen­
teno y cebada, pagando el patrono, en virtud de escritura a la
misma fábrica, treinta ducados. No se considera necesario el es­
tablecimiento de cementerio debido a la capacidad de la iglesia
con respecto al vecindario.
N o reside beneficio alguno, pero sí dos capellanías fundadas
una, por Fernando Jiménez, con carga de cincuenta y tres misas
rezadas y una cantada. La otra por Sebastián Jiménez, que posee
don José Pérez Pardillo, teniente de cura de Calzadilla, que pide
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 residencia, celebrándose las m isas que se guardan, a cinco reales
en tiempo de sementera y pagar cuatro ducados para ornamentos:
de la ermita de la Soledad, lo que no se cumple. La pía memoria
es con la obligación de celebrar misa cantada los sábados en la;
ermita de la Concepción, por lo que se pagan doscientos reales,,
dieciséis' para cera y los restantes se distribuyen por el adminis­
trador con la intervención del alcalde.
El número de cofradías son o c h o : la del Santísimo, con ciento
seis cofrades de ambos sexos y renta de dos mil doscientos setenta
y cinco reales, distribuidos en misas de Minerva por los hermanos
que fallecen y otras funciones; la de las Animas, con ciento die­
cisiete hermanos, hombres y mujeres, consistente su renta en­
tres huertos, casa y limosnas que se sacan, pagándosele al cura
cuatrocientos cuarenta reales y diecisiete maravedís, por los ani­
versarios y responsos; la Soledad con ochenta y nueve hermanos
del mismo sexo y un caudal de trescientos ochenta y dos reales;
Vera Cruz, con ciento noventa hermanos de la misma filiación y
ochocientos veinte reales, con la misión de celebrar misa por el
alma de los cofrades que mueren, por lo que se le paga al cura
ciento diez reales; San Marco, de renta mil novecientos cinco rea­
les, con carga de misa, sermón y procesión en su ermita; la del
Rosario, sin caudal y la de San Bartolomé, con ochenta y seis
reales, la festividad del Santo y tres misas rezadas, repartiendo
de limosna al cura veinte reales. La fábrica de la iglesia tiene
anualmente de caudal veintitrés mil novecientos diecinueve rea­
les, la que se reputa por cofradía, pero ésta ni las antecedentes
tienen hermanos, siendo visitadas todas estas cofradías promis­
cuamente por los jueces reales y eclesiásticos.
Las ermitas son cinco, que carecen todas de ermitaño. Son:
Nuestra Señora de la Concepción, situada dentro del pueblo; la
Soledad, San Pedro y San Bartolomé, inmediata a él y a media
legua se halla la de San Marco.
Al maestro de primeras letras se le pagan seiscientos reales
de propios, y cada muchacho que lee un real; si escribe, dos, y
tres si cuenta. No hay administración real y sí de estanquillo, sin
que resida dependiente de la Inquisición, pero sí dos soldados mi­
licianos. No se advierte escándalo ni persona que turbe la admi­
nistración de justicia. El cirujano tiene de salario doscientos du­
cados que se reparten a proporción los vecinos. Al guarda de la
dehesa, nombrado por la justicia, setenta y tres reales de propios.
Las cosechas más abundantes son las de trigo, centeno, ce­
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bada, avena, Tana, miel, cera y algo de aceite, garbanzos y cria
d e algún ganado. No hay huertas ni árboles frutales, siendo
¿su terreno a propósito para ello, pero la desidia no da lugar a su
plantación. Se hace la labor con bueyes y caballerías, hasta un
número de ciento veinte yuntas.
Por medio de dicho pueblo pasa el arroyo llamado de Santiago,
en el que se forman algunos pozos, los que por su escasez de agua
y poca corriente, resultan poco sanos. Dentro de la población hay
uno de estos pozos y cercano a ella otro de donde se surte el
vecindario. En dicho arroyo hay dos molinos harineros de par­
ticulares, perteneciente la mitad de uno a las Animas.
En la dehesa boyal habrán más de cincuenta mil acebuches
bastante crecidos a lo largo de un terreno de un cuarto de legua
y una tercera parte de ancho, los que se pudieran injertar, plan­
tando en ellos viñas, higueras y frutales de hueso para aumento
d e estos frutos, evitándose con ello sirviera este terreno para el
abrigo de fieras y facinerosos.
Carece de monte su término por falta de cuidado, lo que se
remediaría poniendo en práctica la providencia que se expresa
sobre los acebuches, con lo que se beneficiaría el pueblo de leña.
La única dehesa en su término es la Boyal, a cuyo beneficio y
rompimiento se oponen siempre los ganaderos. La propia del
dueño temporal se halla a más de una legua de longitud, dedicada
a pasto y labor en la que tiene el derecho de pastar el ganado
de los vecinos Abunda la caza de liebres, perdices, jabalíes y
lobos. El número de colmenas es de mil cuatrocientas, regulán­
dose el de ganado a cuatro mil cabezas, cabrío doscientas, vacuno
cuatrocientas y cerda seiscientas.
Se halla encabezado este pueblo por reales contribuciones, en
cinco mil ciento tres reales y diecinueve maravedís que se repar­
ten entre sí los vecinos, creyéndose se benefician los poderosos
para su alivio, perjudicando al pobre.
SIE R R A DE FUENTES
Aldea de la villa de Cáceres, distante dos leguas. Se halla al
poniente de la misma. Al mediodía Torreorgaz, a una legua; al
levante Trujillo, seis, y al norte la villa de Monroy, cinco. Confina
su término con dehesas llamadas Las Trescientas, Gargüera,
propia del marqués de Torreorgaz, El Cachorro, del conde de
Torre Arias, Torrejó'n, de la jue es mayor partícipe el marqués
de Camarena, La Cintada, Marimarco y Collado. Pertenece dicha:
villa a la diócesis de Coria,, de la que dista doce leguas.. Hay seña­
lada mojonación de su término, hecho por la villa de Cáceres
en 1360, extendiéndose por lo más largo media legua y casi la
mismo de ancho. Está situada en la falda de una montaña, cuya-
cumbre se llama E l Risco. Su suelo es bastante llano y cómodo,
motivo por el que lo son sus calles, aunque apenas pueden deno­
minarse así por la disposición en que fueron colocados los edi­
ficios.
Es pueblo de realengo con jurisdicción pedánea, dependiente-
de los jueces de Cáceres, lo que ejercen dos alcaldes que conocen
hasta diez reales en lo civil y en lo criminal tienen facultad de­
prender en caso urgente. Hay dos regidores y un procurador,
nombrando para estos oficios los ejercientes a sus sucesores, a-
excepción del procurador que hace las veces de personero y al
que nombran los veinticuatro electores que elige el pueblo. El ju ­
ramento de los alcaldes se hace ante los regidores de Cáceres, a
quienes pagan derechos. Por reglamento tienen los alcaldes y re­
gidores treinta y tres reales; el ministro que nombra la justicia,
setenta y cinco; el escribano numerario con título real y que po­
see la escribanía por compra a S. M., seiscientos, pagados todos-
estos salarios de propios. Hay también alcalde de la Hermandad,
cuyo oficio es el cuidado de los sembrados y persecución de mal­
hechores.
El número de vecinos es de doscientos, de cuyas cuatro par­
tes, tres son labradores, siendo la otra de jornaleros y pastores,
no residiendo noble alguno. Los jornales que se pagan son dos
reales y de comer en tiempo de sementera, tres en invierno y su­
ben hasta cuatro secos, trabajando de sol a sol. Las diversiones
más comunes de estos vecinos, es el juego de la calva, naipes y
baile, no advírtiéndose inclinación viciosa alguna.
La taberna está arrendada en mil cuatrocientos reales y el
abasto de aceite en cien+o diez, los que se aplican para descarga
de contribuciones, estando arrendado el de jabón en trescientos
que se pagan en la administración de Cáceres. Los pesos y medi­
das son iguales a ésta, a excepción de la del vino, que se rige
por la antigua.
La casa Ayuntamiento, a la que está unida la cárcel, está re­
ducida a un cuarto ruinoso, la que necesita repararse por ser
paso de reos desde la villa de Cáceres a los presidios. Hay en di­
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cho Ayuntamiento un archivo en el que se custodian los papeles
pertenecientes al pueblo entre los que se encuentran las ordenan­
zas dadas por los jueces y regidores de Cáceres a esta aldea en 1558,
así com o la mojonación antes dicha. En la casa del escribano nu­
merario se hallan protocolos antiguos, con poca seguridad. No
hay mesón ni posada y los caminos dentro del término no nece­
sitan de reparación. Los telares para la fabricación de lienzo es­
tán repartidos por mitad entre hombres y mujeres, los que se
hallan muy decaídos por la falta de fomentación de esta industria.
Los propios y arbitrios consisten en novecientas cuarenta y
dos fanegas de tierra de la dehesa Boyal, que se labra, en la
pensión que por esto se paga, en lo que vale el rastrojo, la media
hierba del hueco y en varios pedazos de tierra que tiene el Con­
cejo en el baldío, repartidos para labor en tres hojas, siendo su
producto de seis mil reales Se halla encabezado este pueblo por
penas de cámara en veintiséis reales. El pósito tiene de fondo
seiscientas cincuenta fanegas de trigo, cuatrocientas veinte de
centeno y catorce mil reales en dinero, de los cuales se hallan
destinados nueve mil para la construcción de la casa del pósito,
lo que se entiende ser innecesaria dicha obra, ya que la actual
dispone de casa con tres divisiones aseadas destinadas para gra­
neros bajos y en lo alto otro muy bueno.
La parroquia tiene por anejo la villa de Torreorgaz y su cu­
rato lo provee S. M. o el ordinario, según el mes de la vacante.
Su iglesia es de arquitectura gótica, con una sola nave grande.
Se venera en su altar mayor el Misterio de la Asunción, consis­
tente la dotación del párroco en tres partes de nueve de los frutos
que se diezman, a excepción del de aiceite por ser nueva esta cose­
cha. El cementerio prevenido por reales órdenes no se ha cons­
truido, disponiendo la iglesia de un atrio en su circunferencia
que pudiera servir para este fin, pero conviene su establecimiento
por ser dicha iglesia húmeda, motivo por el que no se consumi­
rían los cadáveres. El beneficio con título de sacristía se halla
vacante desde hace veinte años. Su cargo es asistir a la iglesia
y su renta se regula en cien pesos con el pie de altar, que será
una tercera parte, sin pedir residencia. También hay una m emo­
ria de legos de la que es patrono el Concejo, con trescientos reales,
cuyas fincas se hallan en la ciudad de Badajoz.
El hospital sirve para recogimiento de mendigos transeúntes,
fundado por don Luis Mesa y don García Escobar, vecinos de
Cáceres, con renta de catorce fanegas de tierra de pan llevar, su
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 cercado con una casa-fuerte que llaman La Perelada, pertenecien­
patrono y administrador don Vicente de Ovando y por éste doña
María Pereiro, su madre, quien fue alcanzado según visita que te a doña María de Paredes, vecina de Cáceres, en el que se cogen
hizo el ordinario en 1788, en doce mil seiscientos cuarenta rea­ peras de exquisita calidad. Se labra con muías, bueyes y burras.
No hay río, pero abundan las fuentes de buena calidad, cuyas
les, encargándosele por decreto varias cosas que no se cumplie­
aguas descienden de la Sierra del Risco, surtiéndose el pueblo
ron. Contiguo a este hospital, se halla la ermita de San Miguel,
cuya reparación está a cargo de dicho patrono. de las llamadas La Piojosa y Los Naranjos, muy aseadas, y La
Fontanica, en la que se piensa construir lavaderos. No hay molí
Las cofradías son siete: la Asunción, con setenta y un co­
frade; la del Rosario, en la que no se paga por su ingreso, de la nos de acetie y sí una molinera, lo que resulta ser bastante, por
ser su cosecha nueva y corta, de la que se coge al año unas cien
que son hermanos todas las personas mayores de siete años; la
riel Santísimo, con cincuenta y ocho cofrades; San Lorenzo, cua­ arrobas. No hay terrenos incultos ni para reparto a los vecinos,
renta y seis cofrades; la Vera Cruz, setenta y siete cofrades; San­ lo que no se ejecuta en otros que tiene señalados la villa en el
partido de la Zafra, que serán setecientas fanegas y algo de bellota,
ta Rosa, con sólo dos, y las Animas con diecisiete. Las er­
estando la tercera parte de su término poblado de alcornoques,
mitas son la del Santísimo Cristo del Risco, situada en elevado
cerro, distante a cuatro leguas en la que hay dos ermitaños nom­ de donde se surten los vecinos de leña. Algunas veces ha usado
brados, uno por el ordinario y el otro por el cura párroco, sin el pueblo de vender la casca de alcornoques a los curtidores a tres
otro beneficio que las limosnas. La de San Miguel tiene ermitaña. reales la arroba, lo que resultaba perjudicial.
Se han construido diferentes cercados que se van arboleando,
La escuela de primeras letras está dotada con doscientos rea­
aprovechándose mucho el terreno, debido a que el pueblo ha cre­
les de propios y los muchachos pagan cada uno un ochavo o un
cido en tiempos del escribano numerario que tiene setenta y cin­
huevo los sábados, la cual se halla mal asistida.
co años de edad, en más de cincuenta personas. El número de
Reside administración de pólvora, naipes y estanquillo, pero
colmenas repartidas entre sus vecinos es de ciento cincuenta, por
no de correo, sin que haya número de la Inquisición y sí dos sol­
lo que resulta escasísima la producción de miel y cera. De ga­
dados de las milicias del Regimiento de Trujillo. Al cirujano se
nado lanar hay dos mil cabezas, de cabra doscientas, más de tres­
le pagan de propios ochocientos reales, contribuyendo con cua­
trocientos ducados los vecinos, repartidos en proporción, según cientas de cerda y doscientas cincuenta reses vacunas.
Se halla encabezado el pueblo por reales contribuciones, ex ­
número de familia, dándosele también casa libre. Hay dos herre­
ceptuando el utensilio, en seis mil doscientos noventa reales y
ros quienes perciben por cada yunta una fanega de pan y una
dieciséis maravedís. Tienen hacienda en dicha aldea el conde de
peseta, pagadas por los vecinos. Al guarda de montes, trescientos
sesenta reales. Fernán Núñez, don Gonzalo de Ulloa, don Vicente de Ovando,
don F. Bustamante, de Trujillo y la capellanía de mesa de mayo­
Las cosechas son de trigo, cebada, centeno, avena, lana blanca,
razgo y alguna otra obra pía. También tiene las temporalidades
corderos, queso, algo de lino y garbanzos, regulándose por un
de los expulsos, un olivar, un pedazo de pan llevar y cuatro he­
quinquenio la de trigo en dos mil seiscientas fanegas, centeno,
redades que están arrendadas en trescientos veinte reales vellón.
mil ciento, avena, dos mil doscientas, corderos, cincuenta, lana
blanca, cien arrobas, de queso, seis y la de lino en ochenta reales
el total de su diezmo, divididos éstos en nueve partes, dos para
TALABAN
el rey, dos para el obispo de Coria, tres para el párroco, una para
la fábrica y otra para el cabildo de Coria, notándose aumento en
Es villa inclusa en el partido de Cáceres, distante cinco leguas
la agricultura. •
entre mediodía y poniente; por oriente con Monroy, dos leguas;
Los huertos de sus cercanías se riegan con agua de manantia­
por mediodía, con el lugar de Hinojal, a una legua, y por el norte,
les, pero tienen poca arboleda, los que pudieran plantarse en ma­
con el Río Tajo a media legua. Su término, desde dicho río hasta
yor número por ser terreno a propósito para toda clase de fru­
el Almonte, tiene de longitud tres leguas y de latitud, desde la
tales. No distante de este pueblo, hacia mediodía, se halla un

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-178 -
I
Reyerta —denominación ésta que se le da a un terreno común
a los dos pueblos— hasta la dehesa de Las Quebradas, propia del
dueño temporal de la villa de Monroy, media legua. Pertenece
a la diócesis de Plasencia, distante de ella ocho leguas.
No hay noticias de su fundación, pero es de dominio temporal
del conde-duque de Benavente, a quien se le pagan las alcabalas
y martiniegas, por las primeras tres mil reales y por martiniegas
cuatrocientos cuarenta, ejecutándose el nombramiento de justi­
cia por los vecinos en la manera siguiente: los que componen el
Ayuntamiento se congregan en la ermita llamada del Cristo del
Ejido y nombran doce electores que son juramentados, eligiendo
éstos a los jueces y demás personas que han de gobernar al año
siguiente, que son primero y segundo alcaldes con jurisdicción or­
dinaria; otros dos de la Hermandad, dos regidores, procurador
del común, dos diputados, nombrados éstos por los veinticuatro
electores, con arreglo a las reales órdenes, nombrando alguacil
trece de los electores. El salario de los alcaldes ordinarios, los
regidores y procurador, es de cuatro ducados que se pagan de
propios, estando exento de paga el alguacil. El escribano nume­
rario lo designa el dueño temporal, quien por serlo también de
Ayuntamiento, para asistir a las juntas municipales en caso de
guerra y oficio de caballería, se le pagan ochenta ducados cada
año.
El número de vecinos es de doscientos setenta, dedicados tres
partes de éstos a la labranza y el resto como braceros, residiendo
entre ellos cinco tejedores, dos sastres, dos zapateros y dos herre­
ros, sin habitar en dicha villa noble alguno. Sus diversiones más
comunes son el baile y juego de naipes, notándose gran afición
a la bebida. Los jornaleros ganan en el invierno, hasta el mes de
marzo, real y medio y de comer, siendo en tiempos de siega
cinco reales y de comer, trabajando de sol a sol.
Se administra la taberna, tienda de aceite y vinagre, estando
solamente arrendados los abastos de jabón y aguardiente. Los
pesos y medidas son los mismos que los de la villa de Cáceres,
arreglados por el marco de Avila. La casa Ayuntamiento y sala
capitular son bastante decentes, estando en su piso bajo la cárcel
de regulares proporciones para el número de población. En dicha
sala se custodian los papeles de la villa, así como protocolos de
escribanos ya difuntos, siendo los más antiguos del año 1570. Se
siguen dos pleitos en su juzgado, el uno entre Esteban Pesa y
Agustín Rodríguez, mayordomo de la iglesia parroquial, sobre la
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falta de cuatrocientos reales. El otro es entre dos pupilos y sus
curadores, sobre trescientos reales, cuya demanda tuvo principio
en el mes de febrero. El único de carácter criminal se siguió entre
Francisco Esteban, alcalde primero de esta villa, Pedro Ramón
Iñigo y Juan Collazo, sobre palabras injuriosas.
Sus calles están regularmente empedradas, pero sin formación,
excepto la que llaman de la Corte. Los caminos están bastante
transitables, necesitando de reparación los que bajan a los ríos
Tajo y Almonte, siendo el peor de ellos el que baja al Tajo y va
hasta las llamadas barcas de Talabán. No se celebra feria ni mer­
cado ni existe com ercio alguno, más que cinco telares de lienzo
que se consume en el mismo pueblo, manejados éstos por hom­
bres. Dada la abundancia de agua en su término y demás propor­
ciones que reúne, podrían instalarse algunos más para el tejido
de lana.
Los propios consisten en la dehesa boyal que reditúa un año
con otro, cuatro mil reales, un censo cargado sobre hacienda de
vecinos particulares que importa doscientos veintidós, y el ramo
de aguardiente que está arrendado en novecientos, regulándose
las penas de cámara en cien y su encabezamiento es por cuarenta
y cuatro reales, no pudiendo exceder su valor de aquella regula­
ción. Tiene dos pósitos, uno para panadeo, cuyo fondo en dinero
es de treinta y ocho mil reales, estando más de la mitad en deuda.
Su casa se halla contigua a la cárcel. El otro es para socorro de
labradores, con un fondo de ocho mil fanegas, sucediendo lo pro­
pio en cuanto a su existencia que con el anterior. Dispone de
buenas paneras, aunque a tejana vana y de arca para custodia
de dinero y papeles. Las ordenanzas de esta villa fueron roba­
das cuando se llevaban a Cáceres, junto con otros papeles para
ser transcritas, ya que eran de letra antigua.
Tiene una sola parroquia, cuya iglesia es de una nave, arqui­
tectura gótica y de bóveda la capilla mayor, y lo restante de
madera sobre arcos de piedra. El coro se halla sostenido por pilas­
tras acanaladas y se venera en ella a Nuestra Señora de la Asun­
ción, su patrona. La dotación del curato consiste en la sexta
parte de diezmos y se prevé por S. M. o por el ordinario ecle­
siástico, según el mes de la vacante. En ella hay, además del
cura párroco, otros dos sacerdotes, ordenado uno a título de te­
niente de cura al que se contribuye con cincuenta ducados anua­
les, siendo al mismo tiempo sacristán, cuyos emolumentos le va­
len sesenta ducados y percibe de cada vecino un celemín de
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 trigo, de las viudas y viudos, medio real, y medio del vecino
Las ermitas son cinco, dos se hallan cerca del pueblo y otras
que no siembra, lo que asciende a quinientos reales.
dos en despoblado. Todas tienen ermitaño nombrado por el párro­
Sería muy conveniente el establecimiento de cementerio per­
co. La de San Gregorio, que se halla totalmente arruinada, tie­
la situación en que se halla el pueblo, disponiendo para tal fin
ne de réditos anualmente, nueve reales en un censo; el Santo
de parajes a propósito para ello. De las cuatro capellanías fun­ Cristo del Ejido, cerca de la ruina, sin renta alguna, sucediendo
dadas que existen, una lo fue por María López, cuya renta es de
lo mismo en todo a la de Nuestra Señora de la Soledad, e indotada
ciento veinticinco reales anuales, consistente en tierras, servidera
la de los Mártires que tiene hermandad de cincuenta individuos,
en la parroquia, pero sin pedir residencia; la fundada por Juan
quienes pagan dos reales por su ingreso y en ella se celebra la
Martín Amor, servidera en altar determinado y dotada con cen­
gesta del santo, y la de Nuestra Señora del Río, con seis herma­
sos que ascienden a ciento veinte reales anuales, distribuidos en
nos y cuatro reales por su ingreso. Tiene de renta ciento cator­
misas; la de Francisco García, escribano, igual en todo a las an­ ce reales en un cercado, dos pajares y algunos censos, cuyo ins­
tecedentes, dotada con un cercado de pan llevar; la de Isabel
tituto es la celebración de la fiesta del titular y algunas misas
Durán, con quinientos reales sobre una casa, cuatro censos y car­
por los hermanos fallecidos, sin que se celebre en todas ellas
ga fija de seis misas rezadas-
romería alguna.
Las cofradías fueron reducidas por el ordinario eclesiástico a La escuela de primeras letras está dotada en cuatrocientos rea­
tres, administradas por mayordomos que nombra el cabildo y
les de propios y por cada muchacho que lee se paga un real, dos
cura párroco. La del Santísimo tiene sesenta cofrades, consisten­
si escribe y tres si cuenta. Solamente hay estanquillo y ninguna
te su renta en dos casas y censos, pagando cada hermano a su in­ otra administración real. Residen en dicho pueblo seis soldados
greso catorce reales. Su instituto es acompañar al Santísimo, cuan­
de milicias y un cabo del Regimiento de Plasencia. A los dos ci­
do se administra a los enfermos, concurriendo al pago de la cera
rujanos se les pagan cinco mil reales, contribuyendo los vecinos
del monumento y fiestas de iglesia sus cofrades, siendo adminis­
por cada matrimonio una parte y por mitad viudos y viudas,
trada por un mayordomo. La de la Vera Cruz tiene doscientos
tengan poca o mucha familia.
cofrades, treinta y cuatro reales de un censo y una tierra cada
La cosecha es de trigo, cebada, centeno, algo de aceite, gar­
año, pagando los hermanos por su ingreso ocho reales. Su insti­
banzos, lino, lana, queso, ganado, miel, cera, enjambres, uva, ajos
tuto en la disciplina y diferentes cargas que se cumplen, según
y cebollas, diezmándose todo, a excepción de las cebollas si se
los fondos de que dispone. Es administrada por el párroco, por
enristran, hierbas, bellota, fruta de espino, estando exenta del
decreto de visita; Nuestra Señora del Rosario, tiene por cofrades * diezmo esta última por ser nueva su cosecha, repartiéndose todo
a todos los vecinos, quienes nada pagan por su ingreso. Su renta
ello entre la dignidad episcopal de Plasencia, su cabildo, la fábri­
consiste en ciento ochenta y seis reales en tierras, censos y casa
ca de la catedral y su curato, el colegio de los Dominicos de Valla­
del curato, con la obligación de celebrar doce misas cantadas y
dolid, por el préstamo de fábrica de la parroquia, el conde de Be-
otras tantas procesiones los domingos de cada mes, siendo admi­
navente, sacando solamente el rey la casa excusada.
nistradas sus rentas por un m ayordom o; Nuestra Señora del Car­
En el quinquenio terminado en 1780 se diezmó cada año de
men, con cuarenta cofrades que pagan dos reales por su ingreso,
trigo, cuatrocientas cincuenta y tres fanegas; cebada, cuatrocien­
con renta de noventa y tres reales en censos, y la obligación de
tas cuarenta y siete y de centeno catorce, siendo en el año que
asistir a los divinos oficios y diferentes misas, la cual es adminis­
expiró de 1785 la de trigo, trescientas sesenta y una fanegas; ce­
trada igualmente por un mayordomo; las Animas, con ochenta
bada, quinientas dos, y de centeno, una, arrendándose los demás
cofrades que pagan por su ingreso cuatro reales, teniendo además frutos con el nombre de menudos, tocando en el quinquenio
de la voluntaria limosna, ciento sesenta y nueve reales en cen­ de 1784 a cinco mil quinientos sesenta y cinco reales. La Mitra
sos y tierra, cuyo instituto es hacer el bien por las almas del
y cabildo de Plasencia son los que perciben íntegramente los diez­
Purgatorio.
mos de hierbas y glandes, no incluidos en los quinquenios.

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 Eli las huertas se crían legumbres y árboles frutales de los
más comunes, empezando el plantío de naranjos, partenecientes
la mayor parte de éstos al dueño temporal, que dispone para ello
de tres fanegas de sembradura. La labor se hace con bueyes y
caballerías mayores y menores hasta el número de doscientas
veinte yuntas, la mitad vacuno.
La pesca en el Río Tajo consiste en carpas, nutrias, peces;
lampreas y albures, publicándose en su tiempo la veda de pesca,,
en el que disfruta de cañal privado la casa de Benavente. En el
Almonte abunda igualmente la pesca de anguilas y orihuelos.
En su término está el arroyo que llaman de Talabán, que suele
secarse en verano. En él hay fuentes con ricas aguas de las que
se surte el pueblo, aprovechándose algunas de éstas, especialmen­
te la de Breña, para riegos. En el Tajo está el servicio de barcas
que guía el camino de la villa, perteneciente a la ciudad de Pla­
sencia. En ella se paga medio real por cada borrego, disfrutando
de paso líbre los vecinos de este pueblo. En el río Almonte, que
se atraviesa por el puente llamado de don Francisco, hay dos mo­
linos harineros de particulares y otros dos que muelen con las
aguas sobrantes de los riegos, perteneciente uno al dueño tempo­
ral, quien tiene en el mismo lugar una aceña con dos molares y
un batán.
En dicho puente y ribera del Almonte existe crecido número
de acebuches que pudieran ser injertados si se distribuyesen en­
tre los vecinos, cuya extensión será de media legua quebrada. Es
terreno a propósito para este plantío com o lo acredita el hecho
por don Ventura Hernández Bueno, sobre diez mil pies de tierra.
El baldío llamado Valdelacasa, sito en la jurisdicción de Plasen­
cia, de más de legua y medía de circunferencia, fue concedido por
el Concejo a la villa, pasando años después a la de Monroy, para
que se hiciera dicho reparto entre sus vecinos. En la dehesa boyal,
que es abundante en arboleda, sólo se aprovechan sus vecinos de
la quema de leña muerta, pagando en la llamada Lucia diez mil
setecientos reales anuales por el aprovechamiento de pasto y la­
bor. Según noticias, dicha finca se denomina Lucía y Paz, por es­
tar lindante con tierras de la boyal llamada Paz. Su extensión es
de media legua cuadrada, percibiendo el onceno de sus frutos el
conde de Benavente, de la que hay tradición estuvo antiguamente
poblada.
La caza de perdices y conejos es poca, matándose en sus ri­
beras algún jabalí o lobo. El número de colmenas en todo su
-1 8 4 — -
término es de cuatrocientas, que se alimentan de la flor de jara,
tomillo y encina, industria que no aumenta debido a los robos y
quema de montes. El de ganado, cuatro mil cabezas de lanar e
igual de cabrío; cerda, quinientas, y de vacuno cuatrocientas
Se advierte gran aumento de vecinos e igualmente en la agri­
cultura, así como en el plantío de olivos y naranjos, lo que se
puede fomentar considerablemente por las proporciones de su
término.
Se ha indicado antes la inclinación de estos naturales al juego
y al vino, sobre lo que es preciso velar, ya que comprende por
lo general este desorden a los demás pueblos inmediatos.
Es muy frecuente en esta villa los juegos de rentoy «media-
tor», «cinco» y «zaga», junto con otros vicios que comprende a ca­
sados y solteros, causa por la que turban el buen orden público y
abandono de la agricultura, impidiendo que se apliquen a otros
ramos distintos de la sementera, siendo los más viciados los menes­
terosos hasta el punto de privarse de ganar un jornal para poder
comer, abandonando toda clase de obligaciones. Otro de los gran­
des abusos es la tendencia al vino y aguardiente, consecuencia
ésta de la ociosidad y holgazanería que cunde entre sus vecinos,
que en nada quieren emplearse, motivo de gran libertinaje por
parte de los mozos, quienes escandalizan de obra y palabra a los
más piadosos y oídos inocentes. Es costumbre entre la juventud
salir de noche en cuadrillas inquietando con sus ridiculas tona­
dillas a los vecinos, lo que da lugar a grandes quimeras. En es­
tas rondas suelen usar ciertas canciones llamadas Mariquitas, con
las que fingiendo la voz dicen todo lo que se les ofrece, revelando
secretos de familias de la mejor condición y crédito. Es otra de
sus consecuencias el perjuicio que se hace en la agricultura con
los robos, hasta el punto de no estar nada seguro dentro de las
propiedades de vecinos industriosos, los que se ven obligados a
recoger sus frutos sin sazón, retrayendo el adelanto de sus plan­
tíos. La causa de todo este atropello se debe a la falta de cuidado
en los padres de familia, amas y otras personas que tienen jóvenes
a su cargo, los que lejos de impedir estas rondas, salidas noctur­
nas y libertinajes, simulen no estar al corriente de estos excesos.
Si algún juez celoso del orden ha intentado oponerse a ello, se ha
visto dañado con gran perjuicio de sus plantíos, llegando a ser al­
gunos insultados de palabra y obra, lo que no debe permitirse,
atendiendo las circunstancias para la administración de justicia
el que se les acobarde, debiendo poner fin al juego en los días
185-
 LA casa del pósito es bastante amplia y cuenta con cinco se­
paraciones para granero, sirviendo también para Ayuntamiento,
para ]o que hay destinada una de las mejores salas. También
contigua a ésta, se encuentra la cárcel, reducida a dos piezas sub­
terráneas poco aseadas y seguras. En casa del escribano nume­
rario se conservan papeles pertenecientes a cuentas de pósito,
propios y contribuciones, pero no hay protocolos de otros escriba­
nos, a excepción de los de su antecesor. Constan dos pleitos sobre
el cerrado de una entrada del pueblo por la parte del oriente
para corrales y caballerías de diferentes casas y estrechamiento
de otra entrada hacia poniente. El otro es entre el dueño tempo­
ral y los vecinos, sobre pertenencia de un terreno que servía para
viñas, el que se halla apelado en la Cnancillería de Granada.
No hay mesón ni posada, estando a cargo de una sola persona
la aplicación de hospedaje a forasteros. Los caminos en este tér­
mino son regularmente buenos por razón del terreno y su situa­
ción. Las calles son llanas, poco limpias y mal empedradas, por
causa de no haberse empleado en ello los veintiséis mil reales que
concedió el superintendente general para este fin. No se celebra
feria ni mercado por su cercanía a la villa de Cáceres. Tampoco
hay fábrica, a excepción de doce telares de lino y lana, en los
que trabajan mujeres y otro de paño basto, propio de un vecino
de esta villa. . cofradía de Nuestra Señora de la Consolación. Las cofradías son:
Sus propios consisten en la dehesa boyal, la que se arrienda
parte de ella para ganado lanar; en las tierras del Concejo y en el
rastrojo de la espiga de dicho Concejo, cuando se siembra, as­
cendiendo todo a seis mil reales, pero según la razón que se dio
en 1775, ascendían a más de diez mil reales. Se sabe que además
de las cargas ya expresadas, se pagan del mismo caudal doscien­
tos reales el segundo día de Pascua de Resurrección por la asis­
tencia del Ayuntamiento a la comida que se celebra en Zamarrilla
con motivo de su romería, debiéndose prohibir ésta y la que se
celebra el día que se toman las cuentas de propios. Este pueblo
se halla encabezado por penas de cámara en cuarenta reales. El
pósito se reduce a mil fanegas, seiscientas de trigo y las restantes
de centeno, habiendo noticias de que debieran existir en el mis­
mo, seis mil reales que se hallan en deuda, careciendo de orde­
nanzas.
La parroquia tiene una sola iglesia bastante amplia, siendo su
beneficio el anejo de Sierra de Fuentes, que percibe los diezmos
y se provee por S. M., o el ordinario. Hay otro eclesiástico ade­
- 188-
m ás del párroco, siendo la dotación del curato de cuatrocientas
cincuenta y ocho fanegas de trigo y un borrego que le paga el
cura de Sierra de Fuentes, puaiendo hacer en esta villa todas
las funciones de párroco, pero percibiendo los derechos el te­
niente a quien está colocada la tenencia por examen sinodal. La
fábrica está dotada con una parte de nueve de los diezmos y
posee la Casa Cilla, que renta cuatrocientos ducados anuales y
cuatro fanegas de tierra. Hay otro beneficio con cargo de sacris­
tía, cuya dotación consistente en una parte de doce de las primi­
cias, no pudiendo haber otro eclesiástico que la sirva, gozándolo
un secular que hace las funciones de sacristía.
De las dos capellanías que posee don Diego Polo, vecino de
Cáceres, una fue fundada por Juan García Polo Ventoso y Cata­
lina Sánchez, vecinos de Aldea del Cano, en 1671, con carga de
doce misas celebradas en la parroquia en días señalados. La otra
lo fue por Francisco Gómez Polo, en 1653, con renta de tierras,
casas y un molino.
Es necesario el establecimiento de cementerio, en cuya obra
no estaría mal empleado algo de los veintiséis mil reales destina­
dos a este fin. El hospital se reduce a una sola pieza, teniendo
por misión el recoger pobres transeúntes, y sirviendo de abrigo
a los ociosos y mendigos. No tiene dotación y corre a cargo de la
la de San Pedro, con veinticuatro cofrades, y cada hermano paga
por su ingreso diez reales; la del Santísimo, sin cofrades; la Vera
Cruz, en la que ingresan por diecinueve reales en vida y en muer­
te veinticuatro, y tiene cuatrocientos veinte cofrades; la de San
Antonio, con ocho cofrades; las Animas, Nuestra Señora del R o­
sario, Nuestra Señora de la Consolación, ésta con santera, y las
del Santísimo, Jesús y San Blas.
Las ermitas son dos, la del Consuelo, contigua al hospital y
fábrica antigua, cuidando de ella una mujer a la que se le facilita
casa y limosna que saca, siendo de nombramiento del cura y dos
diputados, y la del Humilladero que también goza de ermitaño.
La escuela de primeras letras está dotada con seiscientos rea­
les de propios, servida por un sacerdote al que le pagan los veci­
nos mil novecientos reales, no residiendo en este pueblo depen­
diente de la Inquisición, pero sí administración de pólvora y es­
tanquillo, así como dos soldados milicianos del Regimiento de Tru-
jillo. Al cirujano se le pagan quinientos reales, llegando hasta tres
mil, repartidos entre los vecinos. Se le da casa libre de sisa, los
- 189-
cerdos que maté y dos en' vara. Al herrero, igualmente ajustado;,
una fanega de mediado y real y medio por cada yunta.
Las cosechas por un quinquenio tocan a cada año a trescien
tas veintidós fanegas de trigo, siete de cebada, treinta de avena„
doscientas quince de centeno, media de garbanzos, trescientas cin­
cuenta manadas de lino, ciento quince borregos’, cinco chivos, tres
lechones, setenta y ocho arrobas de lana blanca y una y media-
de parda ; queso de oveja, dieciséis arrobas y de cabra, una.
Hay solamente dos huertas arboladas, especialmente de olivos,,
ambas del dueño temporal, contiguas una, a la casa que tiene en*
la villa y la otra cercana al camino de Zamarilla,, las que se rie­
gan, la primera, con noria y la otra de un manantial que hay pró­
ximo, no conociéndose más huertas, com o va dicho, por la desidia-
de los naturales, siendo este terreno para el desarrollo de los más
delicados frutos. El número de yuntas, es de cien.
El abastecimiento de agua al pueblo, se hace desde el río Salor
y las fuentes llamadas la Nueva y la Vieja, ambas de rica agua.
La charca que hay sirve para abrevadero, pero sus aguas estanca­
das son motivo de enfermedades entre sus vecinos. El único m o­
lino que existe, es propio del conde de Torreorgaz.
Disfrutan estos vecinos en la dehesa la Zafra, de mil fanegas
que se reparten entre sí, y sería m uy conveniente se hiciera el
reparto de la dehesa boyal, cuya cabida es de trescientas fane­
gas. Es muy escaso este término de montes, por lo que se carece-
de leña. No hay otras dehesas confinantes con la villa que las ya
expuestas y la llamada Cachorro, no muy distante, de puro pasto
y labor, la que se halla ahora a sólo pasto.
Camino de Aldea del Cano, se encuentra una casa del dueño
temporal con diferentes tierras de labor, reduciéndose las que po­
see en el pueblo dicho conde a novecientas fanegas. Según tradi­
ción, en el sitio llamado La Novilla, distante del pueblo un cuarto
de legua, hubo antiguamente población.
La caza es poco abundante por la dicha falta de monte y so­
lamente se matan alguna perdiz, conejo o liebre. Las colmenas es­
tán repartidas entre vecinos de esta villa, siendo su número de
sesenta, las que no pueden aumentarse más debido a los frecuen­
tes robos que en ellas se cometen.
El número de ganado lanar es de cinco mil cabezas, quinien­
tas de vacuno, quinientas de cerda y trescientas de cabrío, repar­
tidas entre algunos ganaderos.
-1 9 0 -
E n esta villa perciben rentas diferentes vecinos y comunida­
d e s de Cáceres, tales com o don Fernando de Ovando, don Pablo
-de Monroy, herederos de don Jorge Quiñones, don Antonio Vin-
teño, por su capellanía, don Isidro Pavón, don Diego Cordero, el
«convento de monjas de Santa Clara y el Asiento de Grijalba. Está
encabezada por reales contribuciones, exceptuando los utensilios,
en seis mil quinientos reales.
Se advierte el paso de niños expósitos que van de justicia en
justicia, camino de Trujillo, corriendo los gastos de sus amas y la
conducción a otros pueblos a cargo del Ayuntamiento.
Como punto final diremos lo conveniente que resultaría se pro­
hibiera a los vecinos su presencia en la taberna y juegos en los
días y horas de trabajo, colaborando con ello al beneficio de la
agricultura y buen orden pública.
TORREQUEM ADA
Aldea perteneciente a la villa de Cáceres, de la cual está a tres
leguas. Se halla situada al pie de un cerro de peñas, por lo que
resulta sana. Sus casas no forman calles por la disposición que
tienen, confinando por oriente con dehesa de don Gonzalo de
Ulloa, vecino de Cáceres; al mediodía, con la Zafra; al poniente,
con Torreorgaz y la dehesa de Valhondo, propia del duque de
Abrante; al norte, con Suerte de Sande, sita en término de Cáce­
res; entre norte y poniente, con Gargüera, del marqués de T o­
rreorgaz, de cuya villa está media legua, y otra media del lugar
de Sierra de Fuentes, hacia el oriente; de Torremocha, legua y
media y de Albalá, dos. Al mediodía la villa de Casas de don An­
tonio, tres leguas, y entre norte y poniente se halla la Aldea del
Cano, a dos leguas. Pertenece a la diócesis de Coria, distante tres
leguas. Su longitud, desde el río Salor, hasta el de Guadiloba, me­
dia legua, y desde la dehesa Pajarilla, hasta la villa de Torreor­
gaz, un cuarto de legua.
Su jurisdicción es pedánea, residiendo la ordinaria en los jue­
ces de Cáceres. Tiene dos alcaldes, dos regidores, un procurador
del común, nombrando los cuatro primeros a sus sucesores y yen­
do a jurar los alcaldes ante el corregidor de la capital del partido.
Al procurador del común lo nombran los veinticuatro electores
elegidos por el Concejo, pagándosele de propios a cada uno cator­
ce reales y dieciocho maravedís; al alguacil, que lo nombra la
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justicia, dieciocho; al fiel de fechos, trescientos setenta y cinco-,
al que cambian voluntariamente los que componen el Ayunta­
miento, lo que supone perjuicio para el pueblo. También se nom­
bra un alcalde de la Hermandad, para conocer el estado de los
montes, huertas y persecución de malhechores, cargo éste que no
hay quien quiera ostentarlo.
El número de vecinos es de ciento setenta y ocho, sin que re­
sida noble alguno, aunque es beetría, dedicados la mayor parte d e
sus vecinos a la labranza, otros jornaleros y pastores, a excepción
del herrero. Los jornaleros trabajan todo el día en tiempo de se­
mentera, desde las ocho de la mañana hasta las cuatro de la tar­
de, ganando por arar veinticinco reales al mes y de comer. En
tiempo de cosecha y sementera, dos reales y de com er y en la;
siega, seis, no advirtiéndose vicio que los distraiga de su trabajo,,
siendo su única diversión en días festivos, el baile.
La taberna se halla arrendada en dos mil trescientos reales^
el aceite en ciento diez y el jabón en cuarto en libra que paga la
Real Hacienda. La medida de vino es la antigua y mayor que la
de Cáceres, com o sucede en los pueblos de la jurisdicción de
Mérida.
La casa del Concejo, en donde está también la cárcel, está bien-
conservada, estando situadas en el piso alto las paneras del pósito
con fondo de ochocientas fanegas de trigo, cuatrocientas de cente­
no, cuatro mil reales y cinco mil quinientos sin destino, producto
del grano vendido con orden superior cuando se puso en fondo
fijo el pósito, los cuales esperan su aplicación a beneficio del c o ­
mún. No hay protocolos de escribano y los papeles tocantes al
pueblo se hallan en poder de Pedro Jiménez Holgado, escribano
de fechos que fue el año pasado, siéndolo actualmente el alcalde
de dicho pueblo. No hay posada y los caminos a los pueblos con­
finantes son regulares, a excepción de Albalá y Aldea del Cano
que son veredas. Se celebra feria desde el año 1737, empezando
el 25 de marzo y termina a últimos del mismo mes, y se trafica en
ella con ganado mular y caballar que en su mayor parte traen
ios trashumantes y a la que concurren mercaderes o tenderos de
Cáceres, Trujillo, Mérida y otras partes, con géneros de lana, seda
y alguna platería, pagándose derechos reales que percibe la per­
sona delegada por el administrador de Cáceres. La industria que
se conoce son tres mujeres dedicadas al tejido de lana y lino.
Los propios lo forman ochenta y cuatro fanegas de tierra, la
mayor parte para trigo y algo para centeno, formando cuatro ho­
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jas, cuyo valor anual son ochocientos reales; un horno de cocer
teja y ladrillo, el que sirve poco debido a la escasez de agua, en
el que se cobran por cada hornada, seis reales; un título de regi­
dor perpetuo, comprado a los herederos del que lo había obtenido
por merced de los Reyes Católicos, pero sin valor alguno; el apro­
vechamiento de la dehesa boyal, desde San Miguel hasta el mes
de abril, con cabida de cuatrocientas cabezas de lanar que se
arrienda a vecinos o trashumantes por un valor de cuatrocientos
reales; el rastrojo de la hoja sembrada que se verifica cada tres
años cesando en el cuarto, lo que se regula en cuatrocientos rea­
les; la bellota del suelo que se reparte al ganado de cerda, pa­
gándose por cabeza rehecha, tres reales y medio, lo mismo que
el ganado vacuno que no es de labor, que paga en invierno y en
primavera cuatro reales y la siembra por mitad de la dehesa bo­
yal, que tributa por cada fanega tres reales, lo que asciende a
cuatrocientos ochenta.
La taberna es arbitrio y reditúa dos mil trescientos treinta y
tres reales, excediendo todo su valor a seis mil. Este pueblo se
halla encabezado por penas de Cámara en cuarenta y cinco reales
los que apenas se sacan, no disfrutando de ordenanzas.
La iglesia, de arquitectura gótica, está empezada y sólo su ca­
pilla mayor concluida, compuesta de tres cuerpos con columnas,
cuyos lienzos fueron retocados por mano desatinada. En ella se
venera a San Esteban, patrón del pueblo. No hay cementerio ni
gran necesidad de él por ser la iglesia bastante amplia y el nú­
mero de vecinos reducido. En ella se halla fundado un beneficio
simple servidero, con cargo de la sacristía, el que se encuentra
vacante desde hace muchos años. S. M., percibe la tercera parte
de las primicias, consistente en mil quinientos reales y la otra m i­
tad asignada por el ordinario a quien la sirve. Las dos capella­
nías que hay fueron fundadas por Lorenzo Martín Merideño y
Juan García Pérez, vecinos de este lugar. La primera tiene dieci­
séis fanegas de tierra, cuatro cercados, uno en el término de To-
rreorgaz y trescientos reales en censos, con carga de treinta misas.
La otra tiene tres cercados, un olivar y algunas viñas reducidas
a tierra de labor, invirtiéndose su renta en misas de una peseta.
Las cofradías so n : San Esteban Protomártir, que es general;
Nuestra Señora del Salor, santuario en el sitio de la Zafra4 , la de
las Animas, Santísimo Sacramento, la del Rosario, Santo Domin­
go y los Mártires, celebrándose en todas ellas la fiesta del santo
y gobernadas por mayordomos seculares. Las ermitas: San Se­
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bastián, contigua al pueblo y la de Nuestra Señora del Salor, la
que dicen fue de Templarios, en la que se celebra procesión des­
de el pueblo a ella.
Hay administración de pólvora, munición, naipe y estanquillo,
pero no de correo, sin residir dependiente de Inquisición, pero sí
tres soldados de las milicias del Regimiento de Trujillo.
En el reglamento de propios se señalan ciento treinta reales
para dotación de escuela, pero no se encuentra maestro por tan
pequeña cantidad. Hay cirujano asalariado con tres mil doscien­
tos reales, repartidos entre los vecinos con arreglo al número de
familia, dándosele casa libre y un cebón. Al herrero una fanega
de grano y doscientos reales para carbón.
Las cosechas son de trigo, centeno, cebad'a, avena y algunos
garbanzos, borregos, lana, chivos, queso, cerdos, algunas manadas
de lino y algodón, divididos en nueve partes de las que percibe
dos S. M., igual cantidad el obispo de Coria, una el cabildo, tres
el párroco y una la fábrica de la iglesia, subiendo y bajando su
precio según la cosecha, cuyo fruto sobrante se vende a los foras­
teros o se conduce a Cáceres. No se conocen huertas ni árboles
frutales, a excepción de algunas higueras. La labor se hace con
yuntas de bueyes de las que hay sesenta.
El río Salor pasa a un cuarto de legua del término que sirve
de límite desde levante a poniente. En él, se crían peces, pero es
tal su abandono que se permite echar cocadas, sin que se haya
tomado providencia alguna, ocurriendo lo mismo con las fuentes,
todas de rica agua, sirviéndose solamente los vecinos de una que
en verano se seca. Por lo que afecta a terreno inculto, debe ad­
vertirse que tiene este pueblo dentro de su término cinco mil
quinientas fanegas, cuatro mil incultas con destino a pasto por ser
dehesas de particulares, siendo las mil restantes hoja de labor,
propias del pueblo y otras quinientas que componen una dehesa,
cuyo dueño disfruta a pasto y labor. De cuantas dehesas van refe­
ridas, antiguamente, según los libros de tarmias, estaban dedica­
das a labor de vecinos del pueblo, arrendándose y subarrendán­
dose actualmente a transeúntes con gran perjuicio. Tienen estos
vecinos en el término de la Zafra, mil ciento cuatro fanegas de
monte hueco de las que se reparten a cada labrador una yunta y
a cada cuatro jornaleros, otra. En el prado boyal, poblado de en­
cinas y alcornoques, no se permite el descasque por temor a su
deterioro o pérdida, lo que hace notar la escasez de pastos, ya que
sólo se aprovechan las mil seiscientas cincuenta fanegas que no
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llegan a sembrarse y algunos ejidos del pueblo, disfrutando cada
cuatro años, tres de los pastos comunes, como ocurre en las de­
más alcaldías de Cáceres, lo que no resulta beneficioso por milla-
rearse la dehesa de la Zafra y vender su junta de propios a
trashumantes el pasto de mil cabezas en las que meten dos mil.
N o hay más dehesa propia del pueblo que la boyal, siendo de par­
ticulares la de Valhondo, de novecientas fanegas; Sande, seiscien­
tas; Gargüera, setecientas y la Pajarilla, trescientas.
Al oriente y poniente de esta aldea se hallan dos casas, total­
mente en ruinas, llamadas la Torre y Palacio, respectivamente,
propias del duque de Abrantes, las que consideran fueron castillo
y casa-fuerte en lo antiguo. Igualmente hay tradición de que en
el sitio llamado Casita de Gallegos, camino de Torreorgaz, hubo
población de la que se han encontrado algunos vestigios.
La caza es de perdiz y conejo, por la que se guarda veda, pero
hay noticia de la existencia de hurones. El número de colmenas
es reducido, situadas algunas en huertos. El de ganado lanar es
de mil seiscientas cabezas; vacuno, trescientas; de cerda, cuatro­
cientas y cabras pocas.
La casa que posee en este pueblo el duque de Abrantes, tiene
setenta y tres caices de tierra y diferentes cercados; don Antonio
Villamil, doscientas fanegas de sembradura, cercados y casas;
el conde de Torre Arias, el marqués de Torreorgaz, don Gonzalo
de Ulloa y don Fem ando de Ovando, algunas tierras pertenecien­
tes a sus mayorazgos.
ZAM ARR ILLAS
Es arrabal de la villa de Cáceres, distante dos leguas. Confina
por el oriente, con baldíos llamados La Trancha; por el mediodía,
con el titulado de Zamarrillas y con dehesa del marqués de T o­
rreorgaz, llamada El Cachorro y con el Río Salor; por poniente
con La Lagartera y por el norte con El Colladillo, propias del con­
de de Fernán Núñez. Su término, desde esta dehesa al Río Salor,
tiene de longitud media legua corta, siendo su latitud, desde La
Lagartera a La Trancha, un cuarto de legua.
Se halla situada en parte sobre la falda de un cerro por lo que
su situación es llana y en ella está su iglesia parroquial. Sus casas
están edificadas entre peñas hasta la misma cumbre, donde se
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encuentra totalmente en ruinas por su antigüedad, la casa que
fue de los Durán.
Por su condición de barrio perteneciente a Cáceres, no gozó
jamás de alcalde, para lo que se nombraba un delegado de corre­
gidor, al que años después se le concedió título de alcalde. Tam­
bién fue nombrado un regidor, eligiendo los que ejercen estos ofi­
cios a sus sucesores. El alcalde jura ante el corregidor de Cáce­
res, por lo que paga sus derechos, dando después la posesión al
regidor. La jurisdicción es pedánea, entendiendo civilmente hasta
dieciocho reales y en lo criminal hacer prisiones en casos urgen­
tes, ocupándose de las funciones de fiel de fechos el cirujano, sin
percibir ninguno de éstos salario alguno.
El número de vecinos es de veintidós, entre los que no reside
ningún noble. Uno solo de éstos se dedica a la labranza de tie­
rras arrendadas, siendo los demás jornaleros que ganan hasta el
mes de abril veinticinco reales al mes y diez panes y medio de
siete cuarterones cada semana y más adelante dos reales y tres
libras de pan cada día. La taberna se arrienda en doscientos vein­
te reales, rigiéndose por la medida mayor y antigua de Cáceres,
arreglados los pesos a los de la villa. No tiene casa de Ayunta­
miento, cárcel, pósito, propios, penas de cámara, archivo, posada,
mesón, fábrica ni com ercio alguno, así como cementerio ni nece­
sidad de él.
En casa del actual alcalde se halla el arca con llaves en la que
se conservan los recibos de cuentas, órdenes y algún otro papel,
entre los cuales se halló la copia de unas ordenanzas dispuestas
por unos que llaman herederos del prado boyal y término de Za­
marrillas, cuyo original, según noticias, está en poder de don Fran­
cisco Maderuelo, escribano de la villa de Cáceres.
La parroquia la rige un solo eclesiástico, que es el párroco,
cuya renta es de trescientos ducados consistentes en tres partes de
nueve de los diezmos y otras tantas de las primicias. La fábrica
de esta parroquia percibe una porción de nueve de los diezmos
y la sacristía tres. La iglesia se halla fuera del pueblo, por el ca­
mino que va hacia Cáceres. Es de una sola nave y arquitectura
gótica y en ella se venera a Nuestra Señora de la Esclarecida,
cuya fiesta se celebra el día de la Purificación. Hay tres cofradías
tituladas del Rosario, Vera Cruz y las Animas, todas sin dotación.
En su término sólo existe, totalmente arruinada y cerca de la casa
de los Durán, una ermita.
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Hay estanquillo y residen dos soldados de milicias del Regi­
miento de Trujillo. Al barbero, que hace las veces de cirujano, se
le pagan setecientos reales repartidos entre los vecinos.
Las cosechas son de trigo, centeno, cebada, lino, lana, borre­
gos, queso, lechones, por lo que pagan diezmo los hacendados en
este pueblo y primicia el cosechero labrador, consistente en una
fanega el que llegue a coger doce de cada especie de grano. Se
regula por un quinquenio cada año, trescientas sesenta y seis fa­
negas de trigo; cuatrocientas ocho de centeno, doscientas veinte
de cebada, trescientas dos manadas de lino, doscientas dieciséis
arrobas de lana, cuarenta y seis de queso de oveja, doscientos se­
senta borregos y doscientos noventa y dos lechones.
Contigua a la iglesia hay una huerta propia del conde de la
Encina, que fue cerrada recientemente en su mayor parte, a ex­
cepción de un huertecillo que com pró con el fin de arbolearlo y
plantar.
Dentro del término sólo pasa el arroyo llamado Algacejo, de­
nominación ésta por venir sus aguas del término de Torreorgaz,
antiguamente Torrealgar, sobre el cual se halla un puente en el
que hay pasos que debieran ser reparados. Hay dos fuentes, una
junto a la iglesia, que llaman El Pozo, que sirve para las bestias
y la del Concejo, distante del pueblo y que utilizan los vecinos
para beber.
Las tierras del llamado Prado, podrían ser repartidas a los na­
turales de este pueblo, para que fueran utilizadas com o huertas,
cuyo riego se haría con las aguas del Algacejo. El terreno desti­
nado a este fin tiene una cabida de cien fanegas, pero no puede
destinarse por la oposición de los que se dicen interesados por el
pueblo, atribuyéndoseles a éstos la falta de arboleda y leña, sur­
tiéndose de ella estos naturales en los montes de la villa, con
riesgo de ser penados. Las dehesas dentro del término son el
Deshijo, propia de don Diego Aponte, de ciento cincuenta fanegas
y otra del conde de la Encina, de trescientas, ambas de pasto y
labor. La caza es menor y el número de colmenas de veinte, sien­
do el de ganado lanar de doscientas cabezas y otras tantas de
cerda.
Se halla encabezado por alcabalas en quinientos reales y en
cien por servicio ordinario, habiéndose repartido por utensilios,
quince.
La infelicidad y despoblación de este pueblo que contaba en
este siglo con cincuenta vecinos, se atribuye a los que denominan
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a este arrabal heredamiento, concepto que aprovecharon los ha­
cendados en él para privar a sus moradores de todos los aprove­
chamientos, arrendando las tierras de labor a gente ajena a este
pueblo. Aseguran que antiguamente, disfrutaban estos vecinos el
prado con su ganado de labor, nombrando para su buena admi­
nistración a un mayordomo, al que se le pagaban ocho reales por
cada res vacuna que fuese de labor, recaudación que se emplea­
ba en gastos del común, exceptuando de este tributo a dos vacas OíGJOD
que entraran con yunta, no permitiendo el pastoreo al ganado la­
nar, más que en el sitio destinado a este fin. Dicho prado está
regulado en ochocientas cabezas o fanegas, repartiéndose la la­
branza en tres hojas, excepto alguna parte que nunca se rompe.
El mal gobierno duró en manos de los llamados herederos hasta
el año 1734, con gran perjuicio para el ganado, hasta el punto de
no poder pagar los vecinos las hierbas que debían, optando éstos
por retirarse, por lo que hubo pleito en el juzgado de Cáceres
en 1776, ante el escribano don Esteban Sanabria, ejecutándose va­
rias representaciones al Consejo sobre lo mismo.
Debido a esta decadencia, fue preciso reducir las contribucio­
nes reales que ascendían en tiempo de dicho litigio a mil quinien­
tos reales, excediendo actualmente a poco más de seiscientos.
Tiene por costumbre la villa de Cáceres. repartir a sus aldeas
y otros pueblos, terreno de su dehesa la Zafra, correspondiendo a
Zamarrillas, ochocientas fanegas, pero se quejan los vecinos de
no haber participado en varios años de dicho beneficio, adjudi­
cándoselo a particulares de la villa, quienes lo venden a vecinos
de otros pueblos, sin tener en cuenta se trata éste de un arrabal
de Cáceres, con veredas y otros derechos, exigiéndosele la canti­
dad correspondiente a la Mesta.

D epósito Legal B. - 22645 -1965 N. R. 5842 65

 C O L O F O N
Este libro ha sido editado en los Talleres Tipográ­
ficos de Artes Gráficas Sami d e Barcelona, y bajo
el patrocinio de la Obra Cultural de la Caja d e
Ahorros y M onte de Piedad de Cáceres.

E 9402067930