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Perito y testigo experto, dos conceptos diferentes

AdminMay 17, 2019Peritajes / Uncategorized

Es común que en la práctica del derecho se confundan acepciones que, aunque compartan ciertos
factores, son totalmente distintas. Es el caso del “perito”, frente al “testigo técnico” (“testigo
experto”), ya que uno puede pronunciarse de forma amplia frente al objeto de análisis, mientras
que el otro debe limitar sus consideraciones al objeto de análisis percibido directamente.

Un testigo experto se puede definir como un deponente que tiene un conocimiento especializado
en una determinada materia y que por distintas circunstancias, presenció los hechos de un caso, lo
que lo habilita para emitir opiniones o conclusiones técnicas en el marco de un juicio, que serían
inadmisibles tratándose de un testigo normal [1].

La Corte Suprema de Justicia en Sentencia del 11 de Abril del 2007 los define así: “El testigo
técnico es la persona experta de una determinada ciencia o arte que lo hace especial y que al
relatar los hechos por haberlos presenciado se vale de dichos conocimientos especiales” [2].

Aunque el testigo experto y el testigo “normal” declaran sobre los hechos aprehendidos por los
propios sentidos, el experto se diferencia ya que cuenta con cierta experticia en una determinada
ciencia, técnica o arte, de la que el segundo carece.

El documento que aporta el testigo técnico a la litis es conocido como informe o concepto técnico,
el cual es un medio de prueba que, aunque proviene de un sujeto cualificado, no pierde, por razón
de su especialidad, la condición de testigo.

Por su parte, el perito es aquella persona experta poseedora de conocimientos en determinada


ciencia, arte o técnica, que es llamado a vincularse como auxiliar de la justicia dentro de un pleito.

El producto final que aporta el perito al proceso judicial es llamado dictamen pericial. En él se
explican los exámenes, métodos, experimentos e investigaciones efectuadas, lo mismo que los
fundamentos técnicos, científicos o artísticos de sus conclusiones [3].

A pesar de que con frecuencia son confundidos por los actores legales los términos “dictamen
pericial” e “informe técnico”, existen diferencias conceptuales y de contenido. Sin embargo, es
innegable que entre estos existe un denominador común, toda vez que ambos documentos son
emitidos por un experto en una determinada área.
En el informe técnico, emitido por el testigo técnico, prima el dato, ya que es un documento que
se limita a la descripción de hechos y circunstancias observadas por el experto, quien ofrece
información detallada de lo percibido.

Por su parte, en el dictamen pericial prima la opinión, la cual es emitida por un experto y fundada
en unas mediciones, datos recabados y análisis justificados con argumentos técnicos, sobre un
asunto que luego se somete a juicio. En el dictamen se formulan hipótesis y explicaciones sobre
unos hechos, cuál puede ser el origen de un suceso, las causas que lo provocaron y las posibles
consecuencias, entre otros.

En la prueba pericial el experto no ha tenido contacto directo con los hechos de la demanda, como
si pasa en la prueba testimonial, en donde quien emite el informe o testimonio, ha percibido los
hechos.

La sentencia T-274 del 2012 de la Corte Constitucional señala al respecto: “En efecto, a los peritos
no les consta la situación fáctica que origina la intervención judicial, puesto que, a pesar de que
pueden pedir información sobre los hechos sometidos a controversia, su intervención tiene como
objetivo emitir juicios especializados que ilustran al juez sobre aspectos que son ajenos a su saber.
Esto es precisamente lo que diferencia el dictamen pericial del testimonio técnico, porque
mientras en el segundo se han percibido los hechos, el primero resulta ajeno a ellos”.

Aunque parezca que el perito, a diferencia del testigo técnico, es el único que puede conceptuar,
lo cierto es que no. De conformidad con lo dispuesto en el Artículo 220 del Código General del
Proceso, al momento de rendir testimonio, el testigo técnico puede provocar conceptos o
percepciones del caso. Dicho Artículo establece lo siguiente:

“El juez rechazará las preguntas inconducentes, las manifiestamente impertinentes y las
superfluas por ser repetición de una ya respondida, a menos que sean útiles para precisar la razón
del conocimiento del testigo sobre el hecho. Rechazará también las preguntas que tiendan a
provocar conceptos del declarante que no sean necesarios para precisar o aclarar sus
percepciones, excepto cuando se trate de una persona especialmente calificada por sus
conocimientos técnicos, científicos o artísticos sobre la materia” (Negrilla fuera de texto).

A pesar de la facultad del testigo para emitir conceptos, lo cierto es que éstos no pueden ser
generales. Por el contrario, se exige que se encuentren ceñidas a los hechos sobre los que tuvo
conocimiento.
En efecto, la Corte Suprema de Justicia en Sentencia del 22 de Abril de 2015, dentro del proceso
con Radicado 45711, indicó que: “El testigo técnico es, de todas maneras y a pesar de su
cualificación especial, un testigo, de modo que debe haber percibido de manera personal los
hechos objeto de controversia u otros relacionados directa o indirectamente con aquéllos, pues
sobre eso debe ocuparse su declaración” (Negrillas fuera de texto).

Con base en lo explicado, el testigo técnico no puede extender su intervención sobre aspectos
ajenos al objeto puntual del debate, como si lo hace el perito [4].

Tal como lo expresó la Corte Suprema de Justicia en la mencionada Sentencia, el médico, en


calidad de testigo técnico, que haya presenciado una agresión física contra una persona, “podría …
sostener en juicio que, en su criterio, la magnitud de la embestida sería suficiente para causar la
muerte al ofendido – para acreditar el aspecto subjetivo del delito de tentativa de homicidio -,
pero escaparía al ámbito de su declaración cualquier opinión dirigida a ilustrar sobre situaciones
médicas generales no relacionadas con ese caso concreto”.

A diferencia del perito médico, siguiendo el mismo ejemplo, que puede ser cuestionado de
acuerdo con su experiencia o a literatura científica, sobre la sanación de las heridas ocasionadas
por el acceso carnal violento.

Por otra parte, y tratándose de los documentos que ambos expertos producen, se advierte una
diferencia notable que radica en el hecho que, el Código General del Proceso le asigna una serie de
declaraciones e informaciones mínimas que debe contener todo dictamen pericial (Artículo 226
literal 6 y subsiguientes), disposiciones que no son exigidas al testimonio o informe técnico.

A pesar de las diferencias que poseen ambas figuras, es importante resaltar la relación que
guardan al constituirse en medios probatorios que utilizan los jueces para aportar claridad al
proceso, en situaciones que por su especialidad requieren de la interpretación y explicación de
expertos, buscando una justa resolución de la litis.

Notas:

[1] Andrés Baytelman y Maurice Duce, Manual de litigación en juicios orales, Santiago de Chile:
Centro de Estudios de Justicia de las Américas de Interamericano de Formación de Capacitadores
para la reforma procesal penal, 2004, p. 151.
[2] Corte Suprema de Justicia, sala de casación penal, Rad. 26128, 11 de Abril del 2007, M.P. Jorge
Luis Quintero Milanés.

[3] Código General del Proceso, Artículo 226.

[4] Corte Suprema de Justicia, sala de casación penal, Rad. 45711, 22 de Abril del 2015, M.P.
Eugenio Fernández Carlier.

TAGS: PERITAJES, PERITO, TESTIGO TECNICO


Tu perito debe ser experto y además tener las siguientes cualidades

AdminJuly 31, 2018Peritajes / Uncategorized

El perito debe tener conocimientos profundos en la materia objeto de su labor y adicionalmente


contar con unas cualidades que lo mostrarán más eficaz y creíble en su función, teniendo en
cuenta que su labor en los estrados judiciales consiste en aclarar hechos sobre temas en los que el
juez no posee conocimiento.

Para hablar sobre las cualidades que debe tener un perito es importante primero conocer su
significado. Perito es aquella persona experta poseedora de conocimientos en determinada
ciencia, arte o técnica, que es llamado a vincularse como auxiliar dentro de un proceso judicial.

Tal y como lo señala la sentencia SP-15572018 de la Corte Suprema de Justicia, la función de los
peritos es comparecer al juicio oral a explicar unas determinadas reglas o principios técnico-
científicos [1]. De igual forma, elaboran informes (dictámenes periciales) los cuales se basan en el
conocimiento propio, a solicitud de alguna de las partes o del propio Juzgado, sobre un hecho
técnico, más no jurídico.

El perito está llamado a desarrollar “una actividad procesal, en virtud de encargo judicial, por
personas distintas de las partes del proceso, especialmente calificadas por sus conocimientos
técnicos, artísticos o científicos, mediante la cual suministra al juez argumentos o razones para la
formación de su convencimiento respecto de ciertos hechos cuya percepción o cuyo
entendimiento escapa a las aptitudes del común de las gentes” [2].

Debido a la importante función que ejecuta el perito, es necesario que posea ciertas cualidades,
que, aunque no garantizan el éxito del proceso, harán que el dictamen aportado adquiera mayor
fuerza probatoria. La Corte señala lo siguiente:

“Del experto se espera que, en cuanto sea posible, traduzca al lenguaje cotidiano los aspectos
técnicos, de tal suerte que el Juez: (i) identifique y comprenda la regla que permite el
entendimiento de unos hechos en particular; (ii) sea consciente del nivel de generalidad de la
misma y de su aceptación en la comunidad científica; (iii) comprenda la relación entre los hechos
del caso y los principios que se le ponen de presente; (iv) pueda llegar a una conclusión razonable
sobre el nivel de probabilidad de la conclusión; etcétera” [3].

Con base en lo anterior, las cualidades principales que debe tener un perito son:
Conocimientos técnicos: El perito debe ser un experto capacitado en su materia, ya que con base a
esto, fundamentara su dictamen aportando claridad en temas que salen del ámbito legal.

Correcta redacción y fundamentación: Los peritos deben ser claros y concisos al momento de
escribir sus dictámenes, ya que sus resultados serán expuestos ante un público que no está
inmerso en la materia o especialidad del perito.

Buen manejo de la comunicación oral: En la sustentación oral sus conclusiones deberán ser claras,
firmes y consecuentes con las razones expuestas, no puede dar lugar a malos entendidos o
conceptos ambiguos. Se tiene que recordar que el perito expone y aporta su conocimiento para
esclarecer una situación, por esto debe usar términos entendibles.

Honestidad y ética: La credibilidad para un perito siempre debe ser prioridad, es por eso debe usar
métodos éticos aferrándose a la ley y a la verdad, así el dictamen no se ajuste a los intereses de su
contratante. Las pruebas en las que se basa deben ser reales y partir de hechos objetivos. Nunca
debe hacer valoraciones subjetivas o parciales.

Hay que tener presente que los peritajes también pueden ser aportados por un perito que ha sido
contactado por una de las partes procesales, quien se conoce como perito de parte.

La parte que trae al experto al proceso se encarga de su retribución económica, la cual no debe
estar sujeta a ninguna condición, prima de éxito o cálculo variable. Es decir, que el pago al perito
debe efectuarse independientemente de que el resultado beneficie o perjudique a la parte que lo
contrató.

Al respecto el parágrafo del Artículo 235 del Código General del Proceso señala lo siguiente: “No
se entenderá que el perito designado por la parte tiene interés directo o indirecto en el proceso
por el solo hecho de recibir una retribución proporcional por la elaboración del dictamen. Sin
embargo, se prohíbe pactar cualquier remuneración que penda del resultado del litigio” (Negrilla
fuera de texto) [4].

Así, el trabajo que realiza el perito de parte es en pro del sistema de administración de justicia y no
de la parte que financia sus servicios.

En conclusión, el perito siempre será un actor necesario en la operación judicial. Su independencia


profesional, así como sus aportes son cruciales para el proceso y para una correcta administración
de justicia. El perito debe mantener una conducta objetiva e imparcial, logrando que el dictamen
sea fiel reflejo de sus conocimientos y que sea transmitido de forma eficiente.
Notas:

[1] Corte Suprema de Justicia, Sala penal, providencia del 09 de Mayo de 2018, sentencia N°
SP1557-2018, Rad. 47423, M.P. Patricia Salazar Cuellar.

[2] Devis Echandía, Hernando. (1969). Función y naturaleza jurídica de la peritación y del perito, en
Revista Iberoamericana de Derecho Procesal pág. 857. Y del mismo autor (1981). Teoría general de
la prueba judicial, t. II, 5ª ed. Buenos Aires: Víctor P. de Zavalía. pág. 287.

[3] Corte Suprema de Justicia. Ob. Cit.

[4] Artículo 235 del Código General del Proceso.

TAGS: CUALIDADES PERITAJES, PERITAJES


Las diferencias entre Perito, Experto y Testigo

PERITACIONES

Es importante conocer las diferencias entre perito, experto y testigo, para comprender la labor de
cada uno y su importancia de cara a ganar un juicio.

En un juicio pueden intervenir un gran número de perfiles. Por un lado, el juez y los letrados, pero
también los afectados, testigos y finalmente los peritos.

Sabemos que los Peritos son expertos, pero ¿es lo mismo una cosa que la otra?

TABLA DE CONTENIDOS

 1. Perito vs Experto

 2. Perito vs Testigo

 3. Errores al entender la labor del Perito y sus consecuencias

 4. La psicología del juez y la CONFIANZA en el Perito

 4.1. Ilustra, no defiendas.

 4.2. Mejor un buen Maestro que un gran Profesional

 4.3. (Encuentros en) La 3ª fase pericial

 4.4. La ratificación judicial, la última y mejor oportunidad para evitar un mal resultado

 5. RECOMENDACIONES

Perito vs Experto

Un error universalmente cometido, es entender que un Experto es un Perito, y viceversa.


Veremos a continuación que no es así:

 Un experto es un profesional con amplios conocimientos sobre un área concreta.


 Un Perito es un experto, que además del dominio técnico, dispone de amplios
conocimientos sobre el funcionamiento de los juzgados y de los requisitos de todo informe
pericial.

Es decir, un Perito es un experto, pero un experto no tiene por qué ser Perito.

Perito vs Testigo

Un Perito actúa en el juzgado en calidad de testigo. Cabe recordar los 2 tipos de testigos que nos
podemos encontrar:

 Testigos comunes. Disponen de información de primera mano sobre los hechos acaecidos.

 Peritos (o testigos expertos). Dan su opinión sobre aspectos que requieren conocimiento
especializado, y que pueden ser útiles para conseguir un veredicto justo.

En realidad, ambos testigos son muy similares, ya que expresan su opinión subjetiva a partir de las
pruebas existentes o información recabada por ellos mismos. Así, el trabajo de un Perito no es
entrar en los juzgados en calidad de experto, sino en calidad de testigo.

Es decir, cuanto más se comporte un Perito como cualquier otro testigo, mayor será la
credibilidad que pueda tener. Alejándose de toda relación personal con su cliente, que pueda
hacer pensar que el informe que se realiza es falso o exagerado, para ayudar a quien nos contrata.

Debemos tener en cuenta el volumen de información y datos que un juez recibe en un


procedimiento. Por tanto, en unas pocas horas tiene que:

 Filtrar las afirmaciones en el informe

 Reconocer distorsiones

 Evitar mailterpretaciones

Por lo que puede debemos ponérselo fácil si queremos que nos tome en consideración.

Errores al entender la labor del Perito y sus consecuencias

Recientemente, en un caso de negligencia médica, participó como Perito una verdadera “estrella”
de su especialidad, reconocido por su labor profesional. Se trataba de una persona con uno de los
mejores currículums en cuanto a formación, conferencias y charlas… una verdadera celebridad.

Sin embargo, en la sala dio la impresión de ser una persona arrogante, orgullosa y desagradable.

El cliente suele ser el último en saber –y demasiado tarde- que el Dr. Rockstar, a quien pagan una
pequeña fortuna para tenerle de su lado, en realidad lleva a cabo una intervención que puede
hasta ser perjudicial para su caso.

En realidad, puede ser que necesitara alguien más Perito, y menos experto.

Sin embargo, hay creencias de los jueces, que pueden condicionar la labor pericial:

1. Los jueces creen que los demandantes/demandados siempre pueden presentar un Perito
que respalde sus argumentos.
2. Un Perito de parte presentar informes periciales parciales, tergiversados para favorecer a
sus clientes

3. La credibilidad debe ganarse en la sala

Así, por el mero hecho de ser experto, no se adquiere la calificación de Perito, ni aunque haya sido
contratado para participar en un juicio. Más bien al contrario:

Los jueces oponen resistencia a creer al experto, sobre todo si ha sido contratado por una parte.
Por lo que hay que trabajar para ganarse la confianza.

Así, debemos restar importancia a la faceta experta de los Peritos. Que, si bien es necesaria,
también es indiferente para los jueces. Ya que, actualmente, a priori no tienen fe en que lo que
dicen sea verdad.

La psicología del juez y la CONFIANZA en el Perito

En primer lugar, es fundamental comprender que, los jueces, si bien no se fían especialmente de
los peritos de parte, sí les gusta las personas que pueden ayudarlos a comprender hechos
complejos de un caso.

En el caso de los jurados populares es aún más grave, ya que, si poseen amplios conocimientos del
tema en litigio, pueden haber sido excluidos por incompatibilidad. Por tanto, necesitan toda la
ayuda existente para entender el caso.

A continuación mostraremos unas pautas, para conseguir una mayor credibilidad durante un
juicio:

Ilustra, no defiendas.

En otras palabras, el objetivo a conseguir por un Perito es ser reconocido en el juicio como
un excelente testigo, y no como un experto con impresionantes credenciales.

El mero hecho de tener un Perito no significa nada más que eso. De hecho, aún es necesario ganar
el careo entre Peritos para que se considere nuestro testimonio. Y éste no lo ganan las
credenciales, sino el que parezca más creíble y eficiente.

La peor forma de defender un argumento, es aferrarse al mismo, e intentar defenderlo como si


fuera una verdad inmutable. La verdad debe mostrarse como es, sin sentimientos y sin apego por
la misma. En caso de que tengamos que matizar nuestras conclusiones en la sala, no tenemos que
tener problemas en reconocer que pueden ser imprecisas en ciertos aspectos.

Mejor un buen Maestro que un gran Profesional

Los mejores maestros no son aquellos que tienen más conocimientos, sino lo que mejor saben
transmitirlos a los demás.

Los buenos maestros (y buenos peritos), usan un lenguaje claro y sin ambigüedades, con
metáforas y analogías que ilustran las ideas perfectamente. Consiguiendo que permanezcan en la
cabeza del juez y de los otros miembros de la sala.
Para lo que puede ser interesante utilizar gráficos y medios visuales bien realizados, para mejorar
la comprensión.

El proceso de presentación en un juicio, comprende las 3 siguientes fases:

1. Explicar la metodología que se suele emplear para analizar e investigar casos similares.
Por ejemplo, estudio de los protocolos médicos adecuados en un caso similar (“lex artis”),
o toma de muestras en pericial de arquitectura.

2. Guiar al juez, paso a paso, sobre las argumentaciones que llevan a las conclusiones. En el
caso de la pericial médica, lo que puede significar el estado del paciente en relación con el
protocolo, y la adecuación (o no) al mismo.

(Encuentros en) La 3ª fase pericial

La labor pericial no termina con la labor docente, en la que ilustra a los demás miembros de la
sala. Hay otra situación importante que tiene que afrontar: el interrogatorio del oponente (y el
careo entre peritos, si se da).

Es importante que el Perito sea lo más aséptico posible, dejando las emociones de lado y no
mostrando enfado, alegría, arrepentimiento, etc. hacia el abogado contrario. Sin embargo, no
debemos de dejar de ser como somos, ya que mostrar personalidad da realismo a la intervención.

Es frecuente que gente extrovertida y segura, se convierta en tímidos e inseguros cuando la otra
parte les interroga.

Los jueces lo notan, pero el abogado contrario lo huele, como un tiburón huele la sangre. Lo
mismo ocurre cuando detecta que el Perito actúa como defensor de la parte, y puede conseguir
que la credibilidad caiga a ojos del juez.

Como pautas generales que ayudarán al Perito en el interrogatorio, están:

 Hacer contacto visual con el juez. Ya que puede sentir que no se dirigen a él, y puede
dejar de prestar atención.

 Grábate en vídeo y visualiza una y otra vez la deposición, de cara a prepararnos para el
momento del juicio. Busca, específicamente, gestos inapropiados, expresiones faciales, y
acciones inconscientes que nos hagan parecer intranquilos.

La ratificación judicial, la última y mejor oportunidad para evitar un mal resultado

Es importante que exista una comunión perfecta entre el perito y la dirección letrada, de forma
que se puedan pulir pequeños defectos y potenciar las virtudes de cara a la ratificación judicial.

Puede que la otra parte tenga el caso perdido, y se juegue la última carta a desacreditar el
testimonio del perito. En ese caso, debemos estar preparados, y haber practicado para
enfrentarnos a cualquier escenario posible.

La actuación del Perito en la ratificación está directamente relacionada con las posibilidades de la
otra parte en el juicio. Cuanto mejor adopte el papel de testigo, más probable es que el caso se
resuelva términos favorables a los intereses de nuestro cliente.
Así, elegir al Perito adecuado y tomarse tiempo en la preparación del caso, puede ser una muy
buena idea.No es la faceta de experto la que dará valor a la ratificación, sino la de testigo.

RECOMENDACIONES

RECOMENDACIÓN 1

Como se ha dicho antes, no se refiera nunca al Perito como “el experto” en el juzgado, ya que
entraña conceptos que no gustan en este ámbito. Deben referirse a ellos como:

 Ingeniero jefe de proyectos de infraestructuras (tampoco Perito Ingeniero)

 Jefe de servicio oncológico de un reputado hospital (tampoco Perito Oncólogo)

 Economista, contable profesional (tampoco Perito Economista)

 Informático especialista en seguridad (tampoco Perito Informático)

 Etc.

Resaltando su formación, carrera o experiencia.

RECOMENDACIÓN 2

No es conveniente que el abogado, al llamar a declarar al perito, le pregunte de forma exhaustiva:

 En qué Universidad se formó

 Qué le llevó a especializarse en esa rama

 Etc.

En contra de lo que se pueda pensar, no se consigue calificar al Perito, si cimentar su credibilidad.


Con estos discursos, se eliminan toda la curiosidad del juez por lo que el perito pueda aportar.

Lo adecuado es comentar resumidamente, por qué vale la pena escuchar a este Perito y no a
otro. Para, acto seguido, entrar en materia y ayudar a comprender los hechos en litigio.

¿Consideras importantes las diferencias entre perito, experto y testigo de cara a ganar un juicio?
DIFERENCIAS ENTRE TESTIGO EXPERTO Y PERITO.
Algunas consideraciones sobre la categoría del testigo técnico y su aplicación al proceso
penal de tendencia acusatoria establecido en la Ley 906 de 2004.
Escrito por LEDA DOMINGUEZ LONDOÑO
Martes, 26 de Enero de 2016 18:01
Tomado de derecho penal colombiano:
"...
En sentencia del año 2015 la CSJ Sala Penal deja claro que en el sistema procesal penal
actual no es posible convocar un testigo experto o perito con el fin de que interprete una
norma jurídica o declare sobre el derecho vigente pues ello es facultad y obligación del
operador judicial.
Aunado a ello la sentencia también se pronuncia sobre las diferencias entre un testigo experto
y un perito.
Dice la Corte:
En similar sentido, esta Corporación ha sostenido que «la interpretación y aplicación del
derecho para concluir si hubo o no delito y si el sindicado es o no responsable del mismo,
resulta exclusivo y excluyente del juzgador, de quien se asume conoce la ley, quien, además,
en apoyo de sus valoraciones puede y debe acudir a la jurisprudencia (no sólo la penal sino la
de otras especialidades si es necesario), a la doctrina, a los principios generales del derecho y
a la equidad, en aras de orientar sus conocimientos, como con claridad lo ordena el artículo
230 constitucional».
Lo anterior significa que el derecho vigente y su interpretación, contrariamente a lo pretendido
por quien recurre, no puede en ninguna circunstancia ser objeto de prueba, tanto así, que el
artículo 236 del Código de Procedimiento Civil, reiterado en similares términos en el artículo
226 del Código General del Proceso, aplicable al procedimiento penal en virtud del principio de
integración de que trata el artículo 25 de la Ley 906 de 2004, de manera expresa dispone que
la prueba pericial no es admisible para explorar «puntos de derecho».

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