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La Imagen Digital
Uno de las primeros usos de la tecnología digital ha sido la creación y manipulación de
imágenes planas. Los softwares necesarios para esta tarea son altamente flexibles y
accesibles. Sin embargo, sólo recientemente se han desarrollado soportes adecuados
para la plasmación de las imágenes obtenidas.
Nancy Burson es una de las primeras artistas que exploró las posibilidades de la fotografía
manipulada. En sus rostros creados digitalmente, se confunden el procedimiento técnico
con la crítica al lugar de la imagen en las sociedades mediadas. Los venezolanos Aziz &
Cucher realizan una crítica similar a la cultura contemporánea, pero poniendo en evidencia
las prótesis que sostienen sus valores y los siniestros alcances de la tecnología en la
eliminación de las identidades.
Otro ámbito fructífero para los universos virtuales es la creación de vida artificial. Christa
Sommerer & Laurent Mignonneau se han orientado en este sentido. En sus obras, plantas,
animales y formas artificiales surgen de la interacción del espectador con objetos reales,
promoviendo la coexistencia de diferentes niveles de realidad.
Robots y Knowbots
Desde sus orígenes, los robots han atraído a los artistas interesados en la tecnología. En
1964, Nam June Paik, el "padre" del video arte, realiza K456, un robot que, en
contraposición a la premisa que aseguraba que en el futuro cada robot reemplazaría a
cuatro humanos, necesitaba de cuatro personas para funcionar. Las ironías de Paik no
encuentran continuadores en los robots modernos. Por el contrario, son éstos la exaltación
de la complementariedad que las tecnologías mecánica y digital han alcanzado en los
últimos años.
Los knowbots son sistemas inteligentes que sirven de intermediarios entre la computadora
y el usuario. En general, sus tareas son sencillas, pero algunos han alcanzado un alto
grado de sofisticación. Algunos knowbots son mediadores en producciones digitales
autónomas o en imágenes de síntesis de auto-generación, en las que el artista sólo da el
puntapié inicial y el resto lo hace un programa (o un conjunto de programas) que se
autoabastece y autocontrola, generando imágenes que escapan al control de su creador.
Las páginas web pertenecen al ámbito público. Las obras que utilizan este medio aspiran a
una respuesta masiva y están diseñadas para una circulación de visitantes constante. En
general, se trata de propuestas en permanente reelaboración, que en muchos casos se
modifican como consecuencia de las sucesivas intervenciones de los navegantes. The File
Room, un archivo virtual sobre la censura en las artes creado por Muntadas, es un caso
característico de este tipo de obras.
A diferencia del CD-ROM, la página web ofrece un mayor lugar a los discursos
cuestionadores del medio, a las acciones globales e incluso al activismo: el proyecto Un
Día Sin Arte ha logrado que las principales instituciones artísticas presenten una página
negra el 1 de diciembre de cada año con acceso inmediato a sitios de información sobre el
SIDA, como forma de concientizar a los visitantes sobre las consecuencias de la
propagación de la enfermedad.
Las páginas de artistas consiguen su impacto principal por la oposición de una propuesta
personal a la oferta homogénea, caótica e indiferenciada de la red. Algunos artistas
indagan en formas narrativas inéditas basadas en las potenciales articulaciones textuales
de internet, pero otros explotan esas mismas articulaciones para ironizar sobre su
potencialidad narrativa, como es el caso de Readme de Heath Bunting, un texto en el que
cada palabra remite a un sitio diferente en la red.
Los artistas web son intervencionistas y, en muchos casos, herederos del situacionismo,
corriente intelectual que durante la década del '60 cuestionó la cultura mediática.
Contaminan la red con sus obras, desvían a los curiosos desprevenidos, se apropian de
algunos espacios y resignifican otros, con el fin de producir su reflexión teórica o estética.
En sus mejores propuestas, comprenden el sentido de la globalización y del flujo
informático incesante, ponen en evidencia sus bondades pero también -y
fundamentalmente- sus peligros y limitaciones, y no escapan a la mirada crítica respecto
de la realidad social y cultural que ha caracterizado a los artistas de todas las épocas.
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