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Palabras clave
Resumen
Introducción
[Es una habitación y a la vez un desierto] es un cuento que acude a las raíces mismas de
la imaginación. Michael Ende entendía cada relato como un campo de juego donde el
narrador se podía entregar a la pura libertad, con el fin de encapsular la belleza de lo
literario; lo que para Ende es lo misterioso y milagroso, una visión que había heredado
de su padre Edgar, pintor surrealista. Este cuento es fantasía onírica puesta en práctica,
con la irónica presencia de lógicas demostradas en un claro retardamiento que deviene
en circularidad temporal. Todos estos componentes propios del relato serán tratados
desde una perspectiva formalista y estructuralista, exponiendo las maneras en las que el
narrador, los personajes, las descripciones y los movimientos temporales entran a jugar
dentro del mismo.
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Al ser un cuento sin título, se ha tomado la primera frase puesta entre corchetes como título
provisional.
Martínez Gómez
Narrador
Para iniciar el análisis sobre este cuento fantástico se tomará como primer elemento al
narrador, entendido desde la perspectiva de Gerárd Genette. Éste, dentro del relato,
podría considerarse, si se quiere, como un elementos secundario frente a los diálogos—
como más adelante se podrá esclarecer con los postulados de Eichenbaum—, aunque
siempre imprescindible. Éste tiene una focalización externa, sustentada en lo dicho por
Genette: “héroe actúa ante nosotros sin que en ningun momento se nos permita conocer
sus pensamicntos ni sus sentimientos” (245); este narrador está limitado en su
interpretación de aquello que observa.
Esta focalización está acompañada por un carácter heterodiegético y
extradiegético. El primero de este par de aspectos habla de un narrador que no participa
como personaje, sino que se dedica a explicar los sucesos desde una tercera persona, así
como lo demuestra el este fragmento del texto, “El hombre sin rostro ha oído
perfectamente la llamada, pero sigue caminando un buen trecho todavía, antes de
detenerse y volverse suspirando como si se tratase de los lloriqueos de un niño
maleducado que trata por enésima vez de retenerle con algún pretexto” (Michael Ende
149). El segundo aspecto hace referencia al carácter de lejanía frente a la diegesis, ya
que aquel que relata no tiene relación alguna con el mundo que es contado.
Luego de determinar el tipo de narrador al que hay que enfrentarse dentro del
relato, ahora es necesario determinar su función del mismo. Cabe aclarar que, dentro del
cuento de Ende, los diálogos cumplen una función esencial o, si se quiere, subordinante
frente a un narrador subordinado. Podríase pensar en Eichenbaum cuando dice “En el
relato escénico (...) el diálogo de los personajes está en primer plano y la parte narrativa
se reduce a un comentario que envuelve y explica el diálogo” (147), por ello se dice que
se está frente a un relato con un caracter escénico, o como lo dirá Mieke Bal: “Los
diálogos intercalados en un texto narrativo son de naturaleza dramática. Cuanto más
diálogo contenga un texto narrativo, más dramático será el texto” (153). Sería incorrecto
que existe un caracter dramático total dentro del relato analizado, pero si es factible
hablar de un protagonismo de los diálogos.
Procesos de retardamiento
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Síntesis del cuento.
Martínez Gómez
Lista de referencias
Martínez Gómez
Eichenbaum, Boris. “La teoría del método formal”. Tzvetan Todorov. Teoría de
la literatura de los formalistas rusos. Bogotá: Siglo XXI Editores, 1978.
Impreso.