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En este capítulo nos proponemos exponer las razones por las que el concepto de
ciencia constituye uno de los aportes más interesantes de la concepción kuhniana sobre el
los herederos del Positivismo Lógico y a Popper. Estas propuestas parecían concebir las
teorías como algo que surgía totalmente acabado de las mentes de los científicos, como si
las teorías no tuvieran que pasar por un proceso de desarrollo y maduración. La ciencia
1Este texto corresponde al Capítulo IV del proyecto de investigación “Localización del contenido cognoscitivo
de la ciencia en la obra de Thomas S. Kuhn”, código C.I 4299, financiado por la Vicerrectoría de Investigaciones
de la Universidad del Valle.
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normal es una manera de destacar el hecho de que cualquier teoría, cuando se propone por
primera vez es, esencialmente, incompleta. Se trata de una “promesa de éxito”, como lo
cierto conjunto de aplicaciones –o ejemplares como los llama Kuhn en la Epilogo: 1969–, a
cierto rango concreto de fenómenos naturales, es decir, problemas que ha podido resolver
con éxito el paradigma en cuestión. A medida que evoluciona una disciplina la comunidad
del movimiento de la luna; los péndulos; el fenómeno de las mareas; un intento por derivar
la ley de Boyle y una fórmula importante para la velocidad del sonido en el aire. La ciencia
luna, pero los intentos por precisar esta aplicación prosiguieron con las investigaciones del
suizo Euler (1707-1783), que trabajó en las academias de San Petersburgo y Berlín, y el
francés Clairaut (1713-1765). Como veremos más adelante, los ejemplares constituyen un
científicas, es la crítica que elabora Kuhn, a lo largo de esta obra, a la hegemonía que ha
ejercido el concepto de teoría como esquema explicativo de los problemas suscitados en la
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filosofía de la ciencia. Esta crítica está expresada de varias maneras en la citada obra de
Kuhn.
Kuhn rechaza el concepto clásico de teoría, que la concibe como un sistema hipotético-
deductivo, defendido por los dos más importantes corrientes de la filosofía de la ciencia de
las razones por las cuales piensa que el concepto clásico de teoría no es pertinente es que
considera que una concepción de la teoría desde el punto de vista estrictamente lógico,
revoluciones científicas.2
Sin embargo, existe otra razón más fundamental, que hace referencia a una característica
epistémica del concepto clásico de teoría, que Kuhn cuestiona. Los positivistas lógicos
formales. Todo lo que no cumpla con estos requisitos queda fuera del dominio del
conocimiento auténtico. El conocimiento sólo puede ser seguro si cumple las siguientes dos
expresa con claridad la importancia que adquirió esta concepción de la teoría: “Así pues, los
2 Ver Kuhn (2013: 357): “Habiendo aislado a una comunidad particular de especialistas mediante técnicas
como las que hemos estado considerando, puede ser útil preguntas: ¿qué es lo que comparten sus miembros
que explica la relativa plenitud de su comunicación profesional y la relativa unanimidad de sus juicios
profesionales? A esta pregunta mi texto original permite como respuesta: un paradigma o un conjunto de
paradigmas. Ahora bien, para este uso, no así para el que se discutirá más abajo, el término resulta
inapropiado. Los propios científicos dirían que lo que comparten es una teoría o un conjunto de teorías, y me
alegraría que el término pudiese terminar recuperándose para este uso. Tal y como se utiliza ordinariamente
en filosofía de la ciencia, no obstante, teoría connota una estructura de naturaleza y alcance mucho más
limitados de lo que aquí se requiere. […]”.
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demarcacionistas comparten un respeto crítico hacia lo articulado. Sólo evalúan lo que hay
conocimiento articulado constituye tan solo la punta del iceberg: pero es precisamente en
esta pequeña punta de la empresa humana donde reside la racionalidad. […]” (LAKATOS,
1981: 151).
función que desempeña el conocimiento tácito en la visión que tiene Kuhn de la ciencia. Al
respecto Kuhn señala en el Epilogo: 1969 que desde el punto de vista de la filosofía de la
había aprendido a través de la teoría y algunas reglas que facilitan su aplicación. Esta visión
del papel de los ejemplares corresponde a la concepción clásica de teoría que considera que
el proceso de aprendizaje en una ciencia sólo tiene lugar a nivel de la teoría, entendida
como algo completamente articulado. Por el contrario, Kuhn propone una lectura nueva del
únicamente un refuerzo de lo que ya se sabe, y que fue aprendido en la teoría, sino una
tipo de saber no se adquiere exclusivamente por medios verbales, sino que se produce más
bien a medida que oyen las palabras al mismo tiempo que se reciben ejemplos concretos de
cómo funcionan cuando se usan: esto es la naturaleza y las palabras se aprenden al mismo
tiempo. Para echar mano una vez más de la útil expresión de Michael Polanyi lo que resulta
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de este proceso es un “conocimiento tácito” que se aprende haciendo ciencia más bien que
serie de supuestos o compromisos subyacentes, de los cuales Kuhn señala los siguientes:
—Supuestos metateóricos o metafísicos que determinan lo que debe ser tomado como
tema de la ciencia, qué clase de cosas existen —átomos en un pleno o campos de fuerza— y,
por consiguiente, el tipo de explicación que debe ser desarrollado.
—Un nivel práctico en el que la investigación está guiada por compromisos de clases
Se podría pensar que la clase de compromisos señalados son impuestos al trabajo de los
Kuhn sostiene que se trata de componentes implícitos o tácitos, y para respaldar esta idea
ofrece dos argumentos. El primero señala que la investigación histórica falla cuando intenta
coherencia de una tradición científica. Por lo tanto, las reglas deben se implícitas.3
En el segundo argumento, y el más importante, Kuhn sugiere la razón por la que las
Desde las primeras etapas de formación hasta los niveles más avanzados, los futuros
cómo aplicar teorías a problemas a través de lo que Kuhn llama “hacer problemas
ejemplares con lápiz y papel o en un laboratorio bien concebido” (KUHN, 2013: 367). Al
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resolver con éxito estos problemas el aprendiz de científico aprende, entre otras cosas, a
ver similitudes entre casos que le permiten la aplicación de técnicas para resolver
“rompecabezas” que es el término que utiliza Kuhn para caracterizar los problemas propios
entre reglas, paradigmas y ciencia normal. Más específicamente, se plantea cómo establecer
la manera más adecuada de emprender el análisis de la ciencia normal, para lo cual propone
“determinación de reglas”, que corresponde a la forma cómo han procedido los filósofos de
la ciencia, particularmente los miembros del Positivismo Lógico y Karl Popper fundador del
análisis de la ciencia de dos de las tradiciones que más influencia tenían en la época en la
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Kuhn advierte que, partiendo de su propia experiencia como historiador, al emprender el
análisis de una determinada disciplina lo que se identifica con mayor facilidad es lo que
llama “paradigmas compartidos”. Sin embargo, es necesario señalar que esta expresión
resulta un tanto confusa, pues cuando Kuhn habla de paradigmas compartidos en realidad
Epilogo: 1969 los ejemplares. Los ejemplares constituyen el componente más importante de
lo que Kuhn denomina la matriz disciplinar, un intento fallido por tratar de reemplazar el
término paradigma que había sido considerado, por algunos autores, muy ambiguo. Kuhn
afirma que los ejemplares constituyen un componente de los paradigmas que se pueden
detectar con relativa facilidad, debido a que hacen parte de uno de los aspectos centrales en
el proceso de formación de los futuros miembros de una ciencia: los manuales o libros de
texto. En los manuales los ejemplares aparecen como un conjunto de problemas que han
desempeñan una función pedagógica esencial para la formación de los futuros miembros de
Por otra parte, la alternativa de determinar reglas compartidas supone: […] “descubrir
cuáles son los elementos aislables, implícitos o explícitos, que los miembros de dicha
comunidad pudieran haber abstraído de sus paradigmas más globales, empleándolos como
reglas en su investigación” […] (KUHN, 2013: 90). Kuhn reconoce que la tarea de establecer
reglas para caracterizar a una determinada tradición científica es necesaria y hasta cierto
punto exitosa. Sin embargo, determinar reglas es mucho más difícil y frustrante que
acuerdo sobre los ejemplares que hacen parte de una determinada disciplina, entre otras
razones porque constituyen los logros más representativos de un paradigma: […] “Los
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aún así estar en desacuerdo, en ocasiones sin ser conscientes de ello, acerca de las
racionalización del paradigma, que puede dar lugar a muchas opciones. Al respecto, Kuhn
señala que algunas de las reglas propuestas pueden ser rechazadas por muchos de los
miembros de la disciplina que es objeto de estudio. La razón de este rechazo radica en que
las reglas resultan de una interpretación del trabajo que adelantan los científicos. En esta
idea hay, claramente, una crítica de Kuhn al concepto de método científico tal como ha sido
concebido por los filósofos de la ciencia. Es claro que muchas de las reglas que los filósofos
consideradas como inadecuadas por los mismos practicantes de una ciencia. Como señala
Paul Feyerabend, en su libro Contra el método (1981), hay un desfase fundamental entre la
práctica de los científicos y la descripción que de dicha práctica realizan los filósofos de la
ciencia. En este sentido, los científicos no son fieles a las metodologías propuestas por los
para referirse a la posición que muchos hombres de ciencia adoptan frente a las
prioridad de los paradigmas sobre las reglas. Pero prioridad de los paradigmas significa,
Pero, ¿qué significa, exactamente, que los ejemplares constituyen la clave para entender
el funcionamiento de la ciencia normal? La respuesta radica en la función pedagógica que
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Kuhn le adjudica a los ejemplares. Los ejemplares son el medio por el cual los miembros de
una comunidad científica aprenden un paradigma, esto significa, entre otras cosas, adquirir
una serie de conocimientos sobre la forma cómo abordar y resolver los problemas
conocimiento que, según Kuhn, se adquiere en este proceso de aprendizaje a través de los
hasta adquirir las destrezas necesarias para alcanzar resultados exitosos. Y es aquí donde se
vuelve fundamental el concepto de conocimiento tácito. En el capítulo V, en una nota a pie
de página, haciendo referencia a Michael Polanyi, Kuhn define el conocimiento tácito […]
“como conocimiento que se adquiere por la práctica sin que se pueda articular
períodos de ciencia normal, será conveniente señalar algunas dificultades que entraña el
uso de este concepto y la manera cómo vamos a entender dicho término en este capítulo.
ética y la estética. Por la naturaleza del problema que estamos analizando, nos interesa
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Hay dos autores que son fundamentales en el análisis del conocimiento tácito, nos
[1949]). El primero por haber propuesto por primera vez la expresión conocimiento tácito,
relación entre saber hacer y saber qué.4 No ahondaremos en las ideas de estos dos autores
un análisis de la función que juega esta noción en los períodos de ciencia normal propuesto
(1891-1976), pretendía señalar las limitaciones del análisis del conocimiento científico que
había propuesto el Positivismo Lógico y sus herederos. La crítica de Polanyi sostiene que un
procesos cognitivos implícitos en el sujeto. Sin embargo, una de las dificultades que
presenta el uso que hace Polanyi de la expresión conocimiento tácito es que ofrece
múltiples sentidos del término. Polanyi introduce sistemáticamente, por primera vez, la
4 Es pertinente aclarar que el análisis que realiza Ryle sobre la distinción entre saber hacer y saber qué, se
inscribe en su crítica de la teoría clásica de la mente, como se presenta en el racionalismo cartesiano, que
sostiene la idea de que la mente es distinta del cuerpo y en su rechazo de la teoría que afirma que los estados
mentales son independientes de los estados físicos. Según Ryle esta teoría de la mente comete un “error
categorial”, en su intento de analizar la “mente” y el “cuerpo” como si fueran términos pertenecientes a la
misma categoría lógica. “Para demostrar el error de la teoría, Ryle sostiene que saber cómo ejecutar un acto
habilidosamente, no solo es cosa de ser capaz de razonar prácticamente, sino también de ser capaz de poner
en acción el razonamiento práctico. Las acciones prácticas no necesariamente son producto de razonamiento
teórico especializado o de secuencias complejas de operaciones intelectuales. El significado de las acciones no
se explica haciendo inferencias acerca de procesos mentales ocultos, se explica examinando las reglas que
gobiernan esas acciones.”
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expresión conocimiento tácito en The Study of Men: The Lindsay Memorial Lectures 1958
“[…] lo que usualmente es descrito como conocimiento, como un conjunto de palabras escritas
conocimiento no formulado que tenemos de algo cuando estamos en el acto de hacer es otra
conocimiento tácito, podemos decir que siempre sabemos tácitamente que estamos apoyando
utiliza la categoría de conocimiento tácito sólo dos veces y con sentidos diferentes. En un
primer sentido como “conocimiento inarticulado” del contenido que tiene un texto mientras
se expresa, se lee o se oye (POLANYI, 1962: 91-92). El segundo sentido hace referencia a las
habilidades compartidas por los científicos que les permiten aplicar, en la práctica, aun los
(POLANYI, 1958: 49). Este segundo sentido es el que más nos interesa. En el capítulo 4 de
Personal Knowledge: Towards a Post-Critical Philosophy, que lleva por título “habilidades”,
analizando las fuerzas comprometidas en ellos. La ciencia es [operativa] por las destrezas de
los científicos y a través del ejercicio de estas es que el científico construye su conocimiento
es nuestra).
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Un aspecto central del análisis que hace Polanyi sobre las habilidades es la relación que
estas establecen con las reglas, algo que coincide con lo que, algunos años después de la
ciencia normal, como tuvimos oportunidad de señalar en párrafos anteriores. La idea básica
de Polanyi es que:
“Las reglas del arte pueden ser útiles, pero ellas no determinan la práctica de un arte, son
máximas que pueden servir como guía de un arte solo si pueden ser integradas en el
conocimiento práctico del arte. Ellas no pueden reemplazar este conocimiento” (POLANYI,
ejemplo que propone Polanyi se refiere a las destrezas para manejar una bicicleta:
“De nuevo, desde mis interrogantes como físico, ingeniero y fabricante de bicicletas, llego a la
derecha hace girar el manubrio a la derecha, de tal manera que el curso de la bicicleta se
desvía a lo largo de una curva hacia la derecha. Esto resulta en una fuerza centrífuga que
obliga al ciclista a [ir] a la izquierda y una parábola de fuerza gravitacional que lo arrastra
hacia abajo a la derecha. Esta maniobra pronto [pone] al ciclista fuera de balance a la
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demuestra que el ángulo de desbalance de cada curvatura tortuosa es inversamente
Pero todo lo anterior nos dice, exactamente, ¿cómo montar una bicicleta? No. Obviamente,
máquina, ya que existen un número de factores que se deben tener en cuenta en la práctica,
que son excluidos en la formulación de esta regla. Las reglas de la técnica pueden ser útiles,
pero no determinan la práctica. Son máximas que pueden servir como una guía en una técnica
sólo si pueden ser integradas en el conocimiento práctico de [la misma]. Estas reglas no
nuestra).
Polanyi define la habilidad en términos del concepto de acción, en este sentido una
acción hábil corresponde a la que se logra utilizando un conjunto de reglas que no son
conocidas como tales por la persona que realiza la actividad (POLANYI, 1958: 49). Además,
como señala Polanyi, cuando se refiere al ejemplo de cómo montar una bicicleta, aún en el
cuadrado de su velocidad”, esto sería insuficiente para alcanzar con éxito su propósito ya
reconocimiento que tenemos de un rostro señalando que se produce por una integración en
la conciencia de los distintos rasgos que lo componen. Esta integración tendría lugar
embargo, Polanyi piensa que lo que realmente sucede es que la estructura de la gestalt se
transforma en una lógica del conocimiento tácito, ofreciendo una nueva interpretación a la
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integración de las distintas partes para formar un todo. Este poder tácito que permite
integrar las partes se manifiesta en las habilidades artísticas, atléticas o técnicas (Polanyi,
1966: 6).
Para responder de dónde procede este patrón de integración Polanyi distingue entre dos
dos clases de conocimiento: conocimiento focal que está relacionado con el todo; y
conocimiento subsidiario que hace referencia a los elementos. Estas dos clases de
conocimiento subsidiario lo tenemos en relación con lo que está siendo usado (qué
particulares están en nuestra conciencia subsidiaria) y cómo los usamos (cómo les ´damos
sentido´); mientras que el conocimiento focal es el que tenemos en relación con una
herramienta o el cuerpo como un todo significativo. Para ilustrar estas ideas Polanyi echa
mano de un ejemplo que hace referencia a una operación aparentemente simple, tal como
“Cuando usamos un martillo para clavar una puntilla atendemos a la vez a la puntilla y al
martillo, pero de un modo diferente. Observamos el efecto de nuestros golpes sobre la puntilla y
tratamos de empuñar el martillo de manera que golpee a la puntilla de forma más eficiente.
Cuando bajamos el martillo no sentimos que su mango golpea nuestra palma sino que su
alertas al sentimiento en nuestras palmas y los dedos que sujetan al martillo. Ellos nos guían
para que el agarre sea efectivo y el grado de atención que damos a la puntilla tiene el mismo
alcance pero de un modo diferente a esos sentimientos. La diferencia puede ser expresada
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diciendo que el último no es, como la puntilla, objeto de nuestra atención, sino instrumentos
de ella. Ellos no son observados en sí mismos, observamos algo más mientras mantenemos
palma de mi mano la cual está fusionada dentro de mi conciencia focal cuando clavamos la
Observamos algo más, el clavo, al mismo tiempo que estamos conscientes del martillo. En el
ejemplo, la conciencia subsidiaria, que corresponde a la sensación en la palma de la mano,
puntilla. Esto significa que podemos estar conscientes de ciertas cosas de una manera muy
distinta que cuando focalizamos nuestra atención en tales objetos. El conocimiento tácito se
sitúa en la conciencia subsidiaria. Cuando llevamos a cabo una tarea podemos conocer un
focal de la naturaleza general de una determinada acción a los detalles únicos que la
componen se produce una suerte de “autoconciencia” en la persona que puede actuar como
impedimento para alcanzar con éxito la acción que ha emprendido. Polanyi ilustra esta idea
con el caso del pianista que desplaza su conciencia focal de la pieza musical que está
tocando a los detalles de los movimientos de sus manos, produciendo probablemente una
confusión que lo lleva a tener que interrumpir la ejecución de la obra. En este caso, lo que se
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actividades, las cuales no podrían lograrse, por su naturaleza, de manera completamente
autoconciente.
En The Tacit Dimension (1966) Polanyi reemplaza las nociones de conciencia subsidiaria
y focal, por las categorías de distal y proximal, ambas tomadas del lenguaje de la anatomía y
o saber que P, consiste en conocer que cierta proposición P es verdadera, o que cierto
estado de cosas P tiene lugar. Por ejemplo, sabemos que la tierra es redonda o que en el
juego de ajedrez el alfil se mueve en diagonal. El saber que cumple con la caracterización
verdaderas y justificadas sobre P. Además, suele añadirse como requisito ulterior que quien
cree que P está en condiciones de explicitar lingüísticamente tal contenido y dar razones
para justificar su creencia. El otro tipo de conocimiento es el saber cómo, que posibilita
que consiste en la habilidad para ejecutar, de manera correcta o exitosa, una acción.
Ryle se opone a la idea según la cual todas nuestras habilidades cognitivas pueden
hechos. Para quienes adoptan esta perspectiva todas nuestras conductas inteligentes
aplicación previa de ciertas proposiciones que guíen la acción. Ryle llama a este punto de
“Los que la sostienen están dispuestos a reasimilar saber hacer con saber que... argumentando
Se sigue de ello que toda operación considerada inteligente debe ser precedida por un
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reconocimiento intelectual de esas reglas o criterios, esto es, que el sujeto debe primero
–sólo después– de conformidad con tales dictados. Debe aconsejarse a sí mismo antes de
poder actuar. El cocinero debe recitarse a sí mismo las recetas antes de poder cocinar; el
héroe debe prestar oído (interno) a algún imperativo moral apropiado antes de lanzarse al
agua para salvar al ahogado; el ajedrecista debe repasar en su cabeza todas las reglas y
tácticas del juego antes de poder hacer movimientos correctos y hábiles. De acuerdo con esta
leyenda, hacer algo pensando en lo que se está haciendo es hacer dos cosas: tener presentes
ciertas proposiciones adecuadas y poner en práctica lo que las mismas indican. Es hacer un
En términos generales, se puede sostener que la distinción que hace Ryle entre saber
I. Que el saber cómo es irreductible al saber que, en otras palabras, el saber cómo no
II. El saber cómo consiste en una habilidad para realizar una acción. Decir que una
persona posee cierto saber cómo equivale a afirmar que posee una competencia práctica
(2005: 54-55).
saber cómo. Por ejemplo, no podemos afirmar que el saber cómo hace parte de una
conducta que se realiza correctamente por azar o por la mera sujeción a leyes externas.
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Decimos que una persona sabe cómo hacer X cuando posee la habilidad para realizar X
correctamente, según criterios a los cuáles el sujeto en cuestión se ajusta de manera activa.
Por esta razón, podemos afirmar que el saber cómo posee un carácter normativo y a la
persona que lo ejecuta la podemos considerar responsable de las acciones que realiza. Todo
lo anterior se vincula, estrechamente, con tres rasgos del saber cómo: es aprendido, su
“¿Qué está presupuesto en nuestra descripción de los que saben hacer o apreciar
bromas, hablar con corrección gramatical, jugar al ajedrez, pescar o discutir? Parte de lo
que se quiere significar es que cuando lleva a cabo tales operaciones tiende a ejecutarlas
ciertos niveles o satisface determinados criterios. Pero esto no es suficiente. Un reloj bien
regulado marca el tiempo correctamente, y la foca amaestrada del circo ejecuta sus pruebas
sin faltas; sin embargo, no decimos que sean “inteligentes”. Este título lo reservamos para
satisfacer criterios sino, también, en aplicarlos; en regular las propias acciones y no estar,
éxitos, de aprovechar el ejemplo de los demás, etc. Aplicará criterios al actuar críticamente,
esto es, al tratar de hacer las cosas correctamente” (RYLE, 2005: 43).
A los rasgos ya mencionados se puede añadir que mientras la posesión de un saber que
parece ser una cuestión de “todo-o-nada” —uno conoce una proposición o no la conoce— el
saber cómo admite diversas gradaciones. Alguien puede saber cómo realizar cierta tarea con
mayor o menor precisión, velocidad, perfección, éxito, etc.
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Tanto en Polanyi —aunque en este autor la noción de conocimiento tácito puede adquirir
otros significados, como ya señalamos— como Ryle el conocimiento tácito está asociado a
habilidades que se refieren a la capacidad para saber cómo llevar a cabo ciertas actividades
conocimiento opera en labores llevadas a cabo siguiendo un conjunto de reglas que no son
conocidas explícitamente por las personas que las siguen, como en el ejemplo del manejo de
una bicileta, señalado en párrafos anteriores. En estos casos la práctica real, en otras
Tomando algunas de las ideas de Polanyi y Ryle, señaladas en los apartados anteriores
haremos una caracterización del conocimiento tácito que nos permitirá precisar la función
La distinción entre saber cómo hacer algo y saber que algo es el caso tiene un carácter
una proposición, el saber cómo expresa una relación entre un agente epistémico y un
cómo, puede ser expresada mediante afirmaciones como “capaz de hacer esto o aquello” o
“dispuesto a hacer esto o aquello”. Las condiciones de verdad de oraciones como “sé cómo
uno debería manejar una bicicleta” están en que el agente que hace esta afirmación posee,
de hecho, la destreza práctica de manejar una bicicleta, y que, bajo condiciones favorables,
maneja una bicicleta exitosamente. A este tipo de ‘saber cómo’ no-proposicional se le puede
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Como señala Ryle, cuando hablamos de una propiedad disposicional lo que queremos
decir es que un objeto o alguna disposición específicamente humana como las cualidades de
cambio cuando se realiza determinada condición. Por ejemplo, cuando decimos que un
trozo de vidrio es frágil lo que queremos expresar es que en determinadas condiciones (que
pueden ser casi ilimitadas) el vidrio está sujeto a quebrarse en varios pedazos. Una cualidad
de carácter como, por ejemplo, el orgullo no se puede definir a partir de una acción o
reacción particular sino que se expresa en una amplia variedad de formas. Ryle distingue
entre disposiciones de vías simples (simpletrack dispositions) cuya actualización es casi
uniforme, y disposiciones cuya actualización puede presentar una amplia y casi ilimitada
variedad de formas. En esta última clase es que se ubican las destrezas asociadas con el
saber cómo.
El saber práctico y las habilidades prácticas tienen cuatro propiedades básicas (Noë,
2005: 284-286):
1. Siempre constituye el saber de una persona. Por esta razón, autores como Polanyi
hablan de saber personal. Esto quiere decir que las habilidades prácticas requieren de un
considerando siempre involucran una persona con un cuerpo. Señalar esto es importante
porque es por medio de nuestro cuerpo que desempeñamos una determinada destreza. Por
otra parte, cuando adquirimos alguna destreza práctica nuestro cuerpo cambia. Ahora bien,
en este punto vale la pena hacer una precisión: decir que las habilidades son corporeizadas
podría significar que las estamos reduciendo a habilidades motoras como, por ejemplo,
boxear. Sin embargo, también podemos hablar de habilidades cognitivas como, por ejemplo,
resolver ecuaciones de segundo grado. Ahora bien, si aceptamos que las habilidades
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3. El saber práctico está situado. Esto significa que el saber cómo es disposicional en el
sentido señalado antes, es decir, sólo puede realizarse si se cumplen ciertas condiciones
externas. Por ejemplo, un concertista de piano no puede ejecutar una pieza musical si no
dispone de un piano.
4. Estar dispuesto a desempeñar una acción exitosamente. De una persona que dice saber
cómo tocar el piano uno espera que lo que pueda hacer, de hecho, de manera exitosa. De lo
contrario, no se podría sostener que tal persona sabe tocar el piano (Damschen, 2011: 196).
realización de sus respectivas tareas porque desean hacer las cosas bien. No son considerados
inteligentes, hábiles, inspirados o astutos por la manera en que toman en cuenta, si es que lo
hacen, las prescripciones que determinan cómo llevar a cabo sus especialidades, sino por las
maneras en que las realizan. La inteligencia del boxeador se decide a la luz de su forma de
pelear y no por el hecho de que planee o no su ataque antes de llevarlo a cabo. Si se detiene a
meditar en el ring será considerado un boxeador inferior, aunque se lo reconozca quizá como
un teórico o crítico brillante. La inteligencia para boxear se exhibe al dar y parar golpes y no al
definición del saber-cómo diciendo que “es una habilidad personal, situada, y corporeizada
significa que no puedan establecer relaciones. Desde la perspectiva de sus relaciones con el
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a) saber-cómo disposicional no-proposicional. Por ejemplo, cuando al preguntarle a un
pianista si tiene la habilidad de tocar el piano nos responde ejecutando exitosamente una
necesarias para tocar el piano y el saber teórico relevante para llevar a cabo esta habilidad.
en forma proposicional todo lo que se tiene que hacer para llevar a cabo esta habilidad
La función del conocimiento tácito (saber cómo) en los períodos de ciencia normal
Lo primero que debemos señalar, y que constituye una dificultad para el desarrollo de
este apartado, es que Kuhn declara la existencia del conocimiento tácito pero dice muy poco
formalizable e inaccesible a la conciencia. Kuhn no señala qué habría que hacer para dar
Escogemos este camino ya que una de las características más significativas del saber cómo
los actores que lo poseen, pues su transferencia depende, principalmente, del esfuerzo
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hace Kuhn de los procesos de enseñanza y aprendizaje de un paradigma en los períodos de
ciencia normal.
establece una distancia crítica con una visión tradicional de estos procesos, que sostiene
que se trata de una actividad que debería fomentar una actitud crítica y escéptica en la que
decirles a sus aprendices lo que deberían saber y hacer, y que éstos deberían utilizar o
aplicar lo aprendido cuando lo consideren conveniente. Esto supone que una vez explicado
algo la única dificultad para su aprendizaje radica en la voluntad o el esfuerzo del aprendiz
que gobiernan una subcultura como la ciencia (BARNES, 1986: 54). Por lo tanto, cabe
preguntar: ¿Cómo aprenden los aspirantes a ser parte de esa subcultura que es la ciencia?,
¿Cómo aprender las convenciones que la gobiernan? Para responder estas preguntas hay
que comenzar señalando que para Kuhn el acceso a una tradición científica se lleva a cabo a
través de aquella parte del paradigma que denomina los ejemplares. Un asunto que aborda
principio de este capítulo, en la que se pregunta si la ciencia normal está guiada por reglas o
paradigmas. La respuesta de Kuhn, como indicábamos, es que la ciencia normal está guiada
por paradigmas (entendidos como ejemplares) e incluso que no se requiere de reglas para
tal efecto.
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Esta idea tiene efectos pedagógicos. Hay un texto de Kuhn, en la Posdata: 1969, muy
revelador en este sentido: “[…] Por lo general, los filósofos de la ciencia no se han parado a
considerar los problemas a los que se enfrenta un estudiante en los laboratorios o en los
estudiante ya conoce. Se dice que no puede en absoluto resolver problemas a menos que
haya aprendido antes la teoría y algunas reglas para su aplicación. […]” (KUHN, 2013: 365).
es decir, que reduce todo el aprendizaje de una ciencia al saber qué. Kuhn piensa que las
presentaciones verbales abstractas de los conceptos, definiciones, leyes y reglas que hacen
parte del paradigma, ocupan un segundo plano en la enseñanza de la ciencia. Kuhn le otorga
fundamental para acceder a una tradición científica. Pero, ¿en qué consiste la función
laboratorio o con lápiz y papel, como dice Kuhn, que tienen una estructura parecida y
desarrollo de destrezas. Para explicar este asunto, Kuhn utiliza una analogía con la
ejercicios de digitación para desarrollar la destreza que supone una buena ejecución de este
disciplina, supone que se han convertido en rutina las capacidades cognoscitivas del
aspirante a científico.
Entonces, por lo señalado en los párrafos anteriores, el concepto destreza cobra una
importancia fundamental para entender la función que cumple el conocimiento tácito
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—saber cómo— en la ciencia normal y, particularmente, en el proceso de enseñanza de una
ciencia. Como señalamos en los primeros apartados de este capítulo, los dos autores
este contexto están asociadas al tipo de problemas que caracterizan a la ciencia normal. En
este sentido, la relación mencionada, característica del saber cómo, puede ser expresada
mediante afirmaciones como: “un aprendiz de científico debe ser capaz de resolver,
ofrece una caracterización de los problemas que se presentan en la ciencia normal y que
titulado: “La ciencia normal como solución de rompecabezas”. Esta clase de problemas
poseen dos características fundamentales: primera, deben poseer más una solución; y,
segunda, deben existir reglas que orienten la naturaleza de las soluciones aceptables y los
Veamos cómo se expresan las características del saber cómo en la propuesta kuhniana
sobre la formación en la ciencia. Decíamos que el saber cómo es un saber personal, pues las
intencionales. Un aspecto que hace patente este rasgo personal del saber cómo es el hecho
necesariamente, adquieren las destrezas con el mismo nivel de perfección; alguien puede
saber cómo realizar cierta tarea con mayor o menor precisión, velocidad, perfección, éxito,
etc.
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Bibliografía
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—NICKLES, Thomas (2000). “Kuhnian Puzzle Solving and Schema Theory”, en: Philosophy
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Philosophy of Science Association. Part II: Symposia Papers (Sep., 2000), The University of
____________ (1966). The tacit dimensión. New York, Doubleday & Company.
____________ (2013). The Study of Men: The Lindsay Memorial Lectures 1958. New York,
26
—POZO Municio, Ignacio (2.005). Aprendices y maestros. La nueva cultura del aprendizaje.
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