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ACTIVIDAD FISICA

El cuerpo humano ha evolucionado para ser físicamente activo, pues necesita actividad física
para mantenerse sano. A lo largo de la historia, la supervivencia de la especie humana ha
dependido de la caza o de la recolección de alimentos, ocupaciones que exigían una actividad
física prolongada e intensa, pero la mecanización y la tecnología moderna desarrolladas en
las últimas décadas han hecho que el género humano sea menos activo físicamente y lo
estamos pagando con nuestra salud.
La actividad física regular está asociada a una vida más saludable y más larga, sin embargo,
la mayoría de las personas adultas, niños, niñas y adolescentes no desarrolla una actividad
física suficiente como para lograr beneficios sanitarios.

La inactividad física está reconocida como uno de los principales factores de riesgo de las
enfermedades crónicas y constituye entre el segundo y el sexto factor de riesgo más
importante en relación con la carga de la enfermedad en la población; su prevalencia es más
elevada que la de todos los demás factores de riesgo modificables, debido a que es un
importante factor coadyuvante en el incremento de los niveles de obesidad y de otros
trastornos médicos graves que se observan en niños, niñas y adolescentes.

La naturaleza de las actividades de ocio de niños y niñas ha cambiado drásticamente en las


últimas décadas, en el pasado, la infancia dedicaba gran parte de su tiempo de ocio a practicar
juegos activos al aire libre; sin embargo, la aparición de la televisión, de los juegos de
ordenador y de internet ha provocado que los niños de ambos sexos dediquen en la actualidad
una parte mucho mayor de su tiempo libre a actividades de tipo sedentario.

La importancia de la actividad física para la salud social, mental y física infantojuvenil es


indiscutible, y por lo tanto resulta esencial llevar a cabo esfuerzos en todo el mundo con el
fin de “reintroducir” la actividad física en la vida de nuestra infancia y nuestra adolescencia.

REFERENCIA: Ministerio de sanidad y consumo. Actividad física y salud en la infancia y


adolescencia. [Internet]. [Consultado el 30 de octubre de 2019]. Disponible en:
https://www.mscbs.gob.es/ciudadanos/proteccionSalud/adultos/actiFisica/docs/ActividadFi
sicaSaludEspanol.pdf
El deporte en la infancia y adolescencia es la realización de una actividad física reglada que
produce aumento del gasto energético y contribuye a mejorar la condición física de los que
lo practican. Tiene propiedades beneficiosas en los niños que lo diferencian del juego, ya que
mejora la forma y la resistencia física, ayuda a mantener el peso corporal, aumenta el tono y
la fuerza muscular, mejora la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones.

Entre sus acciones biológicas beneficiosas contribuye a regular los sistemas cardiovascular
y respiratorio, la presión arterial, a mantener o incrementar la densidad ósea, ayuda a
controlar el porcentaje de grasa corporal y evita el sobrepeso y así como mejora la resistencia
a la insulina; entre otros beneficios psicológicos contribuye a la reducción del estrés y la
ansiedad, mejora la autoestima, las relaciones sociales y la memoria.

REFERENCIA: Pérez N, Tejero M, et all. Actividad física y deporte n la infancia y


adolescencia: recomendaciones e investigación en nuestro medio. [Internet]. [Consultado el
30 de octubre de 2019]. Disponible en:
https://spaoyex.es/sites/default/files/actividad_fisica__y_deporte_en_la_infancia_y_adolesc
encia.recomentaciones_e_investigacion_en_nuestro_medio_modificado.pdf

Los niveles de actividad física durante el ciclo vital


Los niveles de actividad física tienden a decrecer a medida que nuestra edad aumenta; debido
a que existe probablemente una combinación de factores biológicos, psicosociales y
culturales; dentro de los factores biológicos incluimos los cambios corporales derivados del
envejecimiento que pueden hacer que el ejercicio físico sea más difícil, desagradable o
incómodo.
Sin embargo, una probable razón importante de la disminución de la actividad física con la
edad es el cambio de la actitud de la persona hacia el ejercicio físico; en general, la mayoría
de los niños, niñas tienen una actitud muy positiva hacia la actividad y el ejercicio físicos.
Sin embargo, a medida que se hacen mayores, su percepción del ejercicio físico como una
experiencia positiva parece ser más ambigua y la consecuencia es con frecuencia una
reducción de la participación en actividades físicas. Los datos procedentes de numerosos
estudios han demostrado que la disminución más significativa de la actividad física durante
el ciclo vital tiende a producirse entre los 13 y los 18 años de edad.
La prevención de la inactividad durante la adolescencia
Bien, como sabemos la adolescencia es un período de la vida en el que se observa un rápido
declive en la participación en actividades físicas, en especial en el caso de las chicas. Una de
las cuestiones más relevantes a la hora de hacer frente a este problema consiste en garantizar
que antes de la adolescencia todos los niños y niñas hayan desarrollado unos hábitos sólidos
en materia de actividad física y tengan una actitud positiva hacia la misma.
Por ejemplo, si se presiona a los niños y niñas para que practiquen determinados deportes o
actividades físicas contra su voluntad, tenderán a rechazar dichas actividades (y quizás a las
personas adultas relevantes) durante la adolescencia, edad en la que desean demostrar su
independencia.
Sin duda, la adolescencia es un período de la vida en el que suceden significativos cambios
sociales y de desarrollo que tienen el potencial de interferir en el mantenimiento de la
actividad física. Generalmente, los y las adolescentes comunican más barreras hacia la
actividad y el ejercicio físicos, tales como limitaciones de tiempo, falta de interés, deseo,
energía o motivación, condiciones climatológicas inadecuadas, el hecho de tener novio o
novia, así como barreras relativas a la imagen de uno mismo y otros factores sociales.
Estas barreras deben ser comprendidas para desarrollar estrategias de intervención para que
esta población adopte o mantenga unos niveles adecuados de actividad física. Las
recomendaciones relativas a la actividad física son esencialmente las mismas para niños,
niñas y adolescentes, resulta evidente que los tipos de actividad cambiarán a medida que
avanzamos desde la infancia hasta la adolescencia y la edad adulta.
Las personas adolescentes tienen más probabilidades de adoptar modelos de actividad de tipo
adulto, así como de lograr los niveles recomendados de actividad a través de un perfil
diferente de actividades que las practicadas durante la infancia, dichas actividades pueden
incluir los desplazamientos a pie hasta y desde el centro escolar, los deportes y los juegos
organizados, las rondas de lanzamientos, las clases de ejercicio físico y las actividades de
ocio como el baile.
REFERENCIA: Ministerio de sanidad y consumo. Actividad física y salud en la infancia y
adolescencia. [Internet]. [Consultado el 30 de octubre de 2019]. Disponible en:
https://www.mscbs.gob.es/ciudadanos/proteccionSalud/adultos/actiFisica/docs/ActividadFi
sicaSaludEspanol.pdf

PIRAMIDE DE ACTIVIDAD FISICA


SUEÑO Y REPOSO
La adolescencia es una etapa de la vida en la cual se presentan múltiples cambios que marcan
la transición entre la infancia y la adultez. A su vez, el sueño, función fisiológica y reparadora,
de gran importancia para la estabilidad afectiva y la disposición hacia las actividades de la
vida diaria, el rendimiento académico y las actividades sociales, es uno de los aspectos del
funcionamiento fisiológico que se ven afectados durante la adolescencia por múltiples
causas.
REFERENCIA: Tolero C, Duran F, et all. Sueño: Características generales. Patrones
fisiológicos y fisiopatológicos en la adolescencia. [Internet]. 2013; Setiembre. [Consultado
el 30 de octubre de 2019]. Disponible en:
http://www.scielo.org.co/pdf/recis/v11n3/v11n3a08.pdf
El sueño es alimento para el cerebro; ya que en él se desarrollan importantes funciones del
organismo y de la actividad cerebral. La falta de sueño puede ser nociva, incluso mortal si
nos encontramos al volante; por ejemplo, la apariencia empeora, sentirte apático y tu eficacia
se empobrece.

Dormir mal puede afectarnos en la relación con nuestros familiares y amigos, en nuestros
resultados académicos, en nuestra actividad deportiva; debido a que el cerebro que necesita
dormir lo hará, aunque no te lo esperes.
Los adolescentes necesitan hasta 9 horas y cuarto de sueño cada noche para funcionar bien,
para algunos es suficiente con 8 horas y media. La mayoría no duerme lo necesario, un
estudio reveló que sólo el 15% de la población consultada refería dormir 8 horas y media en
días laborables.
Frente a esto el no dormir lo suficiente o tener problemas con el sueño puede limitar la
capacidad de aprendizaje, escucha, concentración y tu capacidad para resolver problemas;
incluso olvidar información importante como nombres, números, tareas o una cita con
alguien especial, hacerte más propenso a los granos, además favorece conductas agresivas e
inapropiadas como enfrentamientos con tus compañeros y tensiones con tus profesores y
familiares.
REFERENCIA: Cinteco. El sueño en adolescentes. [Internet]. [Consultado el 30 de octubre
de 2019]. Disponible en: https://www.cinteco.com/guia-del-sueno-para-el-adolescente/

Cambios del patrón de sueño en la adolescencia

En el transcurso de la vida se presentan sucesivamente diferentes patrones fisiológicos del


sueño que responden tanto a la etapa de desarrollo, maduración o envejecimiento del sistema
nervioso central, como a factores externos que presionan modificaciones por influencias de
tipo biológico, cultural, ambiental o afectivo.
La pre adolescencia y adolescencia son periodos en los cuales estos factores confluyen
produciendo una gran modificación en los ciclos de sueño/vigilia. Durante la adolescencia,
ocurre una intensa actividad endocrina confluyen los aspectos biológicos con las influencias
ambientales que pueden interferir en el mantenimiento de los ciclos de sueño-vigilia.

Los niveles sanguíneos de las diferentes hormonas se encuentran aumentados en algunos


periodos específicos del sueño. Es el caso de las hormonas GnRH, LH y FSH que tienen
especial importancia en el inicio y la regulación del ciclo menstrual en la mujer, y en el
hombre la producción de testosterona.

Los ciclos de sueño-vigilia de la infancia cambian en forma marcada por los estímulos
fisiológicos de la pubertad, en los adolescentes se produce un retraso de aproximadamente
dos horas en el inicio del sueño nocturno y la hora del despertar. Este cambio es un resultado
de las influencias hormonales puberales sobre la secreción de melatonina y los mecanismos
reguladores del ciclo sueño-vigilia y está más asociado al estadio Tanner de desarrollo de
características sexuales secundarias que a la edad cronológica.

El proceso de maduración de la infancia a la adultez conduce a la instalación del patrón de


sueño adulto que se caracteriza por menor duración total de horas de sueño, ciclos de sueño
más largos y menor duración del sueño diurno.

La vida urbana ha producido cambios importantes en los hábitos, en general, y, en forma


particular, en el sueño como consecuencia del incremento de actividades que se desarrollan
en la noche. La oportunidad para el encuentro social y familiar, las asistencias a eventos de
tipo cultural han desplazado los horarios de iniciación de sueño contribuyendo a la alteración
del número de horas de descanso que tienen su mayor efecto negativo en población joven.

Por otra parte la presión social hace que el adolescente que quiere ser incluido y aceptado
dentro de un grupo sacrifique horas de sueño con miras a poder ser parte de todas las
actividades en las que participan sus pares; además la necesidad de afianzar su identidad y
consolidar su imagen, de ser aceptado dentro de un grupo, de adquirir autonomía y de
participar en los eventos sociales (conciertos, fiestas, presentaciones, citas, entre otros) hace
que sus horarios de sueño se desplacen cada vez hacia horas más tardías.

Sueño y amor romántico


Los estados sentimentales durante la adolescencia son de enorme importancia ya que esta es
una etapa en la que se estructuran vínculos entre los compañeros que consolidan su papel
dentro del grupo y se presenta la necesidad de establecer relaciones afectivas de tipo
romántico que permiten afianzar la autoestima al reconocerse como alguien atractivo para
los otros y capaz de establecer una relación sentimental.

El amor romántico definido como un estado afectivo de enorme importancia que está dirigido
a una única persona y que involucra componentes eróticos, cognitivos, emocionales, así como
comportamentales, se presenta durante la adolescencia como un elemento importante en el
desarrollo del establecimiento de relaciones sociales y psicosexuales.

Este estado se ha asociado a cambios en el patrón de sueño que se acompañan de sensación


de satisfacción, alegría, bienestar, entre otras. Algunos estudios demuestran cambios en los
ritmos de sueño o en la calificación de la calidad de sueño en adolescentes que experimentan
por primera vez la experiencia del enamoramiento, debido a que quieren pasar más tiempo
conversando con su enamorado, compartiendo diferentes experiencias, salir a pasear y
cuando hay una ruptura amorosa el dolor que sienten es inevitable, por lo que se manifiesta
llorando y no pueden lograr fácilmente conciliar el sueño.

REFERENCIA: Tolero C, Duran F, et all. Sueño: Características generales. Patrones


fisiológicos y fisiopatológicos en la adolescencia. [Internet]. 2013; Setiembre. [Consultado
el 30 de octubre de 2019]. Disponible en:
http://www.scielo.org.co/pdf/recis/v11n3/v11n3a08.pdf
Medidas de Higiene del sueño.
Medidas ambientales

 Empleo de asociaciones adecuadas y familiares para iniciar el sueño.


 Uso de cama confortable
 Ambiente de baja intensidad lumínica
 Temperatura adecuada 5. Ambiente poco estimulante
 Evitar asociación de la cama con situación de castigo
 Evitar el consumo de bebidas con cafeína después del mediodía

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