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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA INFANTIL

SUBJETIVIDADES DE GÉNERO

VANESSA DEL PILAR PALACIOS


20112187110

UNA MIRADA HACIA LA PEDAGOGÍA POPULAR FEMINISTA

Es evidente que el educador puede ser un personaje determinante para el estudiantado en


cuanto a las prácticas de la libertad, puede sumergir a los individuos en nuevas nociones de
la familia, del feminismo, de la sexualidad, del sistema, de la sociedad etc.

Y en ese proceso refutar y dejar de lado las nociones establecidas por el sistema, aportando
significativamente a la construcción de identidad y subjetividad del individuo desde diversas
perspectivas implementando dinámicas donde el dialogo y el reconocimiento del otro
permita construir críticamente conocimientos y nuevos individuos, los cuales puedan
transformar y tergiversar las nociones nocivas establecidas por el sistema del sistema.

Hacer de la educación un medio para la transformación social debe partir de la


implementación de dinámicas, prácticas y situaciones donde se ejerza la libertad, donde
pueda el estudiantado contextualizar los conocimientos que se transmiten en un contexto
cercano.

La escuela debe ser un espacio donde se propicien en todas las asignaturas oportunidades y
situaciones en las cuales el sujeto debe poner en práctica los nuevos discursos, ver desde
diversas perspectivas haciendo del proceso académico un proceso enriquecedor para llegar
a alcanzar el empoderamiento.
Las propuestas que platea la Pedagogía Popular Feminista permitiría a a los individuos ser
los protagonistas del cambio el cual se pretende lograr, exponiendo las consecuencias del
capitalismo y el sistema heteropatriarcal, sitúa a la persona en una posición en la cual es
capaz de romper con lo binario lo cual es sumamente nocivo, hace escuchar las voces de las
personas empoderándolos políticamente. Tal como lo expresa en el texto: Claudia Korol
en el capítulo ““La educación como práctica de la libertad””

“Es sobre todo la posibilidad de un ejercicio de lucha material y también


subjetiva contra la enajenación, contra la mercantilización de nuestras vidas,
la privatización de nuestros deseos, la domesticación de nuestros cuerpos,
la negación sistemática de nuestros sueños, la HACIA UNA PEDAGOGÍA
FEMINISTA mutilación de nuestras rebeldías, la invisibilización de nuestras huellas,
el silenciamiento de nuestra palabra, y la desembozada represión de nuestros actos
subversivos.”

Esta pedagogía retoma la colectividad, reconoce las corporalidades y subjetividades del otro
invitando a la crítica, formulando preguntas las cuales nutren a la colectividad con sus
respuestas, evidentemente hacen la diferencia desafiando al sistema con bases argumentadas,
con ciencia, con cultura y con apropiación de sus cuerpos como expresión de sus lenguajes.

Permite el reconocimiento de las historias, es fundamental reconocer las voces de los demás,
aprender todos de las vivencias, indagar cómo esas historias contribuyeron a la construcción
de sujeto y subjetividad de las personas. Crear memoria social hace que podamos partir de
una base sólida la cual permitirá avanzar en el camino de la lucha por la educación consciente.

Sería interesante aplicar esta pedagogía en todos los espacios académicos, donde la clase sea
una construcción social, un colectivo de experiencias significativas donde confluyan los
saberes, la ciencia, la investigación, la corporalidad, el diálogo, el juego como eje
fundamental para reconocerse a sí mismo y al otro. Donde haciendo uso de diversos lenguajes
expresivos se puedan abordar los temas curriculares de una forma contextualizada, diversa,
experiencial. Esto permitiría realizar desajustes en el sistema, permite transformar las
realidades conocer a los demás, acercarse al otro dejar atrás hegemonías y etiquetas sociales
y crear nuevas formas.

El reconocimiento de sí mismo y del otro permitirá hablar de temas los cuales siguen siendo
tabú para la sociedad, se pueden romper los estigmas sociales los cuales atan a los individuos.
Nos educan pasivos, moldeables, tímidos con nuestros propios cuerpos, somos incapaces de
hablar del tema, nos etiquetan y nos imparten comportamientos a partir de nuestras
características.

Hacer de nuestros cuerpos y de la sexualidad una herramienta que nos permita el diálogo, el
acercamiento al otro, un medio para el lenguaje con los demás nos permitirá dejar de lado
esas nociones impuestas por el sistema binario. Reconoceremos otros cuerpos otras
performatividades, otros lenguajes si empezamos a hablar de lo que no se habla
transformaremos los roles que nos han sido designados. Así transformaremos por medio de
la educación.

Pero esto sólo se podrá lograr si los agentes de cambio (cada un@ de nosotr@s) empezamos
a desinstalar las imposiciones del sistema, si empezamos a conocernos a nosotros mismos,
si somos conscientes de la configuración de nuestras subjetividades. Si en el desarrollo de
nuestras vidas como mujeres empezamos a crear nuevas formas de ser madres, hijas,
docentes, amantes etc. Debemos ejercer nuestra propia libertad, ser libres en cuanto a lo
corporal, a lo político.

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