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LINAJE DE PENUMBRAL LUZ

VARSOVIA
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Para el ammbarino ángel que supuso su presencia…


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DE NOCHES Y PERMANENCIAS
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A través de la mirada de TRISTANIA,el auspicioso comienzo del ocaso resulta una


caída abismal hacia la incertidumbre del alma.
Ella, sumisión de palabras ,pecho que se tornó crisol,duelo de la memoria,
conveniencia de la discordia, modestia de la virtud en el gesto terrenal para un
porvenir sin azar,anhelos de un instante en la respiración, orfandad del llanto que
abre piadoso el firmamento, paciencia de intrigas y un atavío de pudor que parece
deshacerse a merced de su postura, postura desprejuiciada de audacia y
esperanza...indistinta a un mundo de irreprensible de renacimiento.

Fueron sus favores,otrora,una caricia desapasionada de ocio que conmoviera el


afán de la virilidad indómita; su satisfacción, un corazón consumido al abreviar el
aroma predilecto de la adoración, un palpitar entregado a la cercanía de la
mansedumbre, abandono de vitalidad que consiente en la tregua del tiempo un
reconocimiento del amante que sangrara de fe por la promesa de una verdad de
lealtad y apresurara el arrepentimiento de alguna confesión, deseoso de la bondad
que procura la pena,tembloroso de libertad en la tibieza de sus manos, a fin de dejar
arraigar en su costado indigno la sonrisa de muerte, inconmensurable de maldad,
desenfrenada de fealdad… Fue su añoranza, entonces, sosiego del espíritu. Así
querría que perdure en la ausencia su imagen, como una intimidad de consuelo e
indiferencia, que la honestidad cristalina de mi recelo sobreviene para la vigilia del
reflejo más sagrado de juventud; y de esta sombra que arrastró el padecimiento de
mis pasos, se torne el mundo un misterio de amparo presto a dejar entrever donde
lo desconocido resulta urgencia ,la guirnalda del sueño palidecido y el triunfo de la
secreta contemplación de su frente; y por el desencanto que vendrá en la
expectativa de plegarias, se insinue con prudencia la fantasía silenciosa de algún
capricho sin olvidar en el velo desangelado de sus párpados tan irreales como la
visión de su permanencia…
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El presente a deshoras ,injusticia e indiferencia para la piel que no se acostumbró a


ningún rechazo.
El odio desfigurado, esfuerzo del transitar que precisa el silencio de la acusación.
Mirada de exilio, mirada exiliada,lealtad que conviene condolencia y una culpable
intención de olvido.
Reverdecer del espíritu terrenal de certidumbre, esperanza de las manos que
tiemblan al tomar un puñado de dolor.
Ausencia de sorpresa, tiranía de la niñez y promesa para la inocencia ciega de
compasión.
El desoír de perdón, distancia perdurable bajo el aire aliviado de pureza.
Serenidad para la extrañeza, la frente que marchita de paciencia el final de su
lividez.
El apremio de la duda a pesar de la austeridad que rasga el rostro, necesidad de
pudor.
Vibración que consuma un reencuentro de desaprensiva intimidad, ansias de lento
adormecimiento.
La inminencia de un día de arbitraria injuria para los sentidos, ajenidad de la
ambición venal del postrero valle de inquietud.
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Ese ramaje caído en pena a una altura que todavía precisa


el esfuerzo de manos de bien, negro propósito de postergación
de un cielo fraguado para la expectativa de terror
,asedio de esa locura que se confunde con la desesperación
efímera del cuerpo.
Las palabras que arrastran nuestro aliento como torpeza
del arrepentimiento, dejando el temblor de labios desdeñables
que pudieran rojear de indiscreción y ser el beso de preferencia
en la frente de espera allanada ,
fragmentos únicos de una continua remembranza,
nuestra carnalidad sin ataduras que nos pierde
como lo que podríamos ser,nuestra imagen en el espejo
que nos encontrará en el elogio de lo eterno
como lo irremisible.
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Aún puedo ser el peso de la debilidad que resguardan tus brazos de enajenación y
provocar con mi respiración el capricho de la juventud que te abandona,siempre
para merecer tu piedad maternal y tu ahogado reproche, casi como mesiánico
despojo .
Aún puedo agotar la luz de mi vigilia lentamente por la acechanza impertinente del
gesto que frustra tu consideración de amante y renunciar al recuerdo de sentirme
llevado a ciegas a través la ingrata fortuna de la soledad con la esperanza de un
nuevo sufrimiento a flor de piel.
Aún puedo ruborizarme con el susurrar de comprensión que abre la rosa de tu boca
para estigma de la religiosidad que heredara la urgencia y la torpeza de las palabras
sin consuelo.
Aún puedo encontrar el sustento que permite la devoción, al despertar para
contemplar la visión empeñosa de tu vanidad,cuando sobre los hombros que te
distinguen de la derrota se derrama indiscreta la intención de pureza de la mañana
,a la vez que la manera de tu cuerpo para desentenderse del tedio ,simula una
cautelosa espera por lo que fuera la memoria despoblada del privilegio de las
apariencias.
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Para reverenciar el decaer de los días que trae la indecisión


del arco de mi espalda, de una víspera sentimental
es el rumor de reminiscencias que acoge el aire.
Se desperdicia como otredad de la marcha del tiempo
,promesa de la tierra que al acaecer la lluvia sin gratitud
su sentencia torna una huella de esa clemencia anticipada a
los pasos infantiles de horror, horror de pies
desnudos de premura,
la madeja de pensamientos mientras mi ser
tras lo inquebrantable se abisma en la herida de esta mirada.
Retornarán ,pronto,a la culpa de tu palidez
la presunción y el estigma de lo postergado
,a mi pecho,
con la demora de la desesperanza ,
la pesadumbre que delega la vida al mero pulso .
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“Quisiera la indiferencia del cielo esta noche,


parpadeo iracundo de claridad para estas penumbras..
Quisiera la ceguera para cada uno de mis pecados
de pereza,que ahora vuelven a la consideración de mi lamentable existencia
,así el sonreír que desnudó de pureza ese rostro pueda prevalecer
en el arrebato de su recuerdo como audaz promesa
de lo que puede ser la sinceridad, y es, a pesar de mi anhelo ,
tanta la penitencia para la resistencia de alguna impronta de belleza ,
que nada me libera ,y ni siquiera la amargura me subleva como las alturas
de mi frágil temeridad hace tiempo atrás ,palidecidas hoy de recelo… ”
Al decir tanto la voz de ORFEO se deshizo después de cordialidad, pues
contradiciendo su pesar, corrido el velo de resignación de sus ojos,
la visión imperecedera de aquélla que
retornaba impiadosa a la vida del sueño de rigidez
por devoción merecedor de toda negación,
surgió con rasgos consumados de fortaleza,
y la circunstancia de este reencuentro trajo la juvenil jactancia
de pertenencia, pertenencia como remanso del espíritu,
sin la necesidad del secreto nacido con el salto envolvente del alba.
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El arco del mediodía se abría a fin de acoger el espíritu de dicha


que la intención reconfortante de la naturaleza
presentía y rezumaba a través del pecho
sosegado de ORESTES
,un designio de reconocimiento más que un abandono de olvido.
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El margen encendido de unos labios,


la innegable carnosidad del espanto
consumiéndose en la pasividad de su reflejo
al tropiezo del día, que alguna
injuria alcanzaría para andar y
tentar la crueldad de no reconocer
,que la discordia de arrepentirse
le daría alivio…
Mi renuncia es el primer e indispensable
paso hacia la levedad del sueño, una libertad
sin el esfuerzo de la distancia,
mi aliento encuentra la confesión constante
para trascender,que graciosamente
me abandono a la espontaneidad
sin recelar cautela alguna…
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Tornada el aire que desatiende a la noche de ruegos


,librada de la desnudez y de su elogio a la libertad
después de palpitar la rúbrica de la luz
con la paciencia de ensueño que merece la intromisión
de un roce de perpleja curiosidad,
permanece a través de la ausencia dando a su rostro

el consumado silencio de la vigilia que a ENDIMIÓN


secretamente complace,esparciendo la audacia de su mirada
en fragmentos insignificantes de melancolía
para justicia de una inmensidad indiferente a la obstinación
del asombro, que por olvidar la máscara del día
me entrego a la incordura de lo esencial sin más prudencia

que la ciega devoción del deseo y me llevo a mí mismo


tentando con cada pisada la inapreciable fragilidad
de la hondura de una naturaleza en ascenso
que vibrar parece al hacerse eco del murmurar
descubierto impropio donde el pensamiento
es a la intimidad lo impugnable,

así me dice esta soledad de apariencia:


“La oscuridad abrió su tesoro y la discordia no es más
que el recuerdo de las cenizas de un beso sin perdón
pues la muerte nos reconoce sombría promesa a descarnar…
La muerte, la muerte, madre del postrero olvido,
trozo pétreo de tiempo,

un mármol ennegrecido de indignidad y engaño,


quietud de tempestad que guarda la herencia
del cuerpo despojándolo incluso de su abandono
,un canto ceremonial que sopesa la magnitud del cielo
a punto de derrumbarse en el juicio de resignación
más vano,sima de oprobio para el final de la resistencia.

No obstante más allá del sombrío pavor


que representa el horizonte de desesperanza
y del abrasado estigma de la compasión y la crueldad, transcurre
el vacío de cada instante en la visión de una eternidad
indomable por profusión de belleza
como triunfo de la vida que a sí misma se presiente divina…”
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Y la penumbra que envuelve el mundo comienza a determinar el


rigor de su impostura, un manto tan abrumador de recelo y misterio
que la selénica distinción despierta a la nada misma
con la drástica lentitud de lo irreal
para ser del color de las tinieblas, doblegando mi ánimo
hasta el temor de la indefensión, del querer encontrar

en surcos la advertencia de un porvenir de infortunio.


Estoy postergado de mi esfuerzo
como quien por vergüenza su exaltación reprende
,sin poder arrancar de mi pecho el peso
que anula el compromiso inesperado de descubrimiento,
cuando para mi rescate me pregunto:“¿Qué ocurrió

con el orgullo de tu atrevimiento, corazón mío, salvaje tambor


que aprendiste a negar la religión por la vanidad
de inflamarte de reproche, siendo ahora esa resignación
que sirve a la compasión y la penitencia
,tu debilidad ?” Al hacerlo siento de nuevo la ambición
como chispa del alumbramiento que validará mi propósito verdadero.
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Finalmente la muerte es la mirada alucinada de revelación


que augura la ofrenda del día en el horizonte decaído de presunción
,deshora de desasosiego, resabio de queja,
la necesidad bastarda de mentir la desnudez que la apresura
,la suavidad incestuosa de un sueño
que desaira sus fuerzas

,mas el decantar de esta fe ciega como por ensalmo


me anima a negar la incertidumbre de esa distancia tan
impropia de lo dócil, a fin de recuperar la memoria del asombro
y contemplarla pacientemente,
aliento de temeridad
,juventud de desengaño y privilegio.
15

La expectativa risueña de su despertar como pálpito


de una claridad consumada de bondad
para envanecerme y dejar en el olvido las visiones
que ahondaron el velo de la noche, que si he palidecido
de horror como quien cree arroparse de desamparo
negando la cálida cercanía, que si me resquebrajé de espera
por la falta irresoluta de deseo y fue mi boca ahogo de silencio

,aguijoneado por la duda cuando no por la angustia


,irredento,sin paz,desengañado de cualquier justicia
,y demostré el cansancio descarnado que sobreviene
tras concluir la persecución de los días de acusación
en el reflejo febril de la incordura
,ahora la curiosidad de su mirada en ciernes
me hace rezumar el pecho de dicha y exaltación.
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¡Oh,musa venal,desanuda el desorden de la conciencia


,a fin de elevar de la oscuridad el canto que se antepone
al manar trepidante de la naturaleza
con el silencio inquieto de su voz,que dice acerca
del anhelo hecho derrotero divino de la dignidad
,búsqueda total de posesión, del tempestar que dispone

indiscreta la acechanza, del descenso impregnado


de injuiciosa determinación, de la eternidad que parece flaquear
de obstinación y entrega, de la melancolía efímera
que provoca la embriaguez de la devoción
como ajenidad del sosiego, de la belleza dada
a lo impredecible por afabilidad y ternura

,ciega a la vanidad menos disoluta del letargo


,de la ensoñación aturdida dulcemente, de la insignificancia
de ese pudor domeñado,de la fascinación de desandar
el infortunio de la desnudez en manos
que pudieron desentenderse del rigor de la muerte!, así mi gesto
aislado de pesar por no recuperar de la memoria completamente

el azar del mirar compasivo, atardecido de mansedumbre, de la niñez pura


pueda imponer su asombro ante la visión alucinada
de una mocedad de dilación sobrecogida por el tesoro
de la palidez, el acercamiento de la hija de HIPERIÓN
,misterio de refulgente velo ,amante de áureo resplandor
,y sea capaz de revivir con emoción la unión ejemplar.

Tú, sofoco de admiración, cordial profundidad, consumada herencia de las


bacanales que afloraron donde se perdía la aspereza de la
indolencia, carnalidad de oprobio que solamente a mí tientas para la nostalgia
del espíritu, demuestrame el final de la impostura en la abnegación
de esa verdad que sustenta la imaginación
y devuelveme a la descelada voluptuosidad de la plateada intemperie.

Siendo tu consuelo en apuros como la excepción de su renuncia


que ella no enmarcase como faz total donde la vastedad
es la noche, al alinear el paso con el camino
determinado por luciente hermano, sino para demostrar
el rigor tedioso de la contemplación impropia del empeño ,
no obstante tuerce la vara y arremete su majestad hasta LATMOS
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haciendo blanco de su entusiasmo a la boca sin tenebrar de la cueva que deja


a la vista el yacer apacible, el ensueño de callada invitación,
agotando en tal propósito serenidad y prudencia, queriendo solamente
asirse a la plenitud de mansedumbre del pastor
que ocupara el trono de ÉLIDE el tiempo necesario de las ofrendas,
y consumar el primer aliento de la cercanía

en un único cuerpo de confusión y encuentro, por lo que


la constancia apasionada del roce,el desgaste que merece la
encarnación desbordada de sus labios, despierta a éste
,provocando que la vigilia renovada de asombro se abra
con la vista inesperada del apego íntimamente deseado,entonces
desenmascarandose del cuidado de tal cuerpo recorrido con desinteresada

pericia, escucha:“¿Quién no quisiera


cruzar la frontera de lo irracional que la partida liga a
dichas remotas y presentir en la recuperación de la conciencia
ingrata esa levedad de recompensa que casi hace a la esperanza?
,mas la fortuna me favorece de esta manera que a la luz de los sentidos no hay
imposibilidad y capricho de la fantasía

,y descubro la compañía querida en demasía,


ostentando para mi satisfacción la joya de un cielo que se vacía
de celoso despecho como si no pudiera ser otra cosa que la extrañeza
de ciego abismo...Me bastaría la noche, más allá
del pulso de la vida, de la intención del tiempo, de mi juventud efímera,
el memorial ausente del sueño, el confín latente de tu seno tan sólo. ”
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Quisiera decirte que no soy la misma persona que encontró la paz en tu calidez, que
desde la última vez que te vi me hice de un porvenir afectuoso, que no me permití
arrastrar esta errante sombra para aleccionar mis pasos,que noche tras noche no
pretendí el consuelo de recuerdos que son a fin de cuentas el borrón inevitable de
aquellas tardes cuando la paciencia no enmascaraba tu semblante, que la
incertidumbre cordial de la mirada que nos devolvía el cielo vaciado de los horrores
de alguna indecible pesadilla nunca fue ni por un momento la tuya,que el resabio de
las palabras postergadas no me dejo desesperanza y más silencio… Quisiera
reconocer como impropio el apremio que signó la búsqueda de la soledad del reflejo
merecido con el sosiego de la juventud, y que mi cuerpo alienta menos la
incordura… Quisiera escuchar de nuevo romperse el cristal que impuso tu nombre,
agostar el desengaño encarnado del pecho que te hundiera en el remordimiento,
como promesa de indiferencia, así complacer el esfuerzo de libertad que siempre
fuiste ...¿Qué ostento en mi rostro para perdonar?¿Cómo despojarme de ausencia
cuando mi espíritu no se ufana sino para encontrar el frío de sus noches de
resignación?
19

Son las cenizas de Mayo la desgracia de nuestra esperanza


en el aire pleno de cansancio
y como antelación de toda muerte confiesan tus ojos
una gravedad más allá del desposeído firmamento
que hace de su abandono el reproche necesario.
Deja mi juventud librada a la acechanza, marchita está la
postrera luz y no hay condena
para la cercanía que nos acalla con el rigor de lo irremediable,
resquebrajada surgió mi piel del exceso
y todavía me queda esperar la renuncia.
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¿Cómo desligarme del silencio si eres quien lo alienta otra vez


,cómo desconocer el gesto que apenas disimula la vanidad
de tu entrega si es el ángel que aventaja tu hermosura ?¿Cómo abandonarte y
dejarte a merced
de feroz compañía, sin antes reconocer
que porque sos piadosa indolencia
me alcanza el roce de tu desengaño, y aceptar que tu sacrificio
es ociosa obstinación?
Y soy el único que al enarbolar
el corazón que te retrae en un lecho de malicia
desposeo de la ofensa tu don de asombro e ingenuidad.
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Frente al espejo presumes de tus encantos, aniñada mujer,


como una flor que abre su ángel a la desaprensión de las noches
que están por venir,y la concepción misma de lo fatal
atizas con una mirada de indiferencia
que hace a la vanidad de indolente y venal hermosura

,siendo mi curiosidad circunstancia de melancolía


por el cariz de tu vitalidad. El atramento del pudor
que desconoces,tentando la impaciencia de los dedos
con los que recorres la bruñida superficie donde se desposee
tu presencia,

ya baja el menester de tu vientre,y apenas me Contengo.


22

Los vaivenes de la luz que hace a los días


son de este sueño la promesa que intenta ausentarte
,saltimbanqui de un espurio querer
,joven que con melodioso paso vas entre la carroña
de madres sin consuelo,
mas tu seducción resulta desengaño
que incluso la distancia de los celos ignora
;soñadora que respiras la libertad
de no poseer medida alguna de odio en el maltratado corazón
al que le debes pertenencia y valía, compañera
de parsimoniosa devoción, embriagador misterio de fecundidad
cuando dejas surgir la noche desde la hondura
de tu cabellera perfumada,
¿Cómo merecer el acoso de una inmensidad recuperada
del pesar y renunciar a la codicia que endurece mi piel
,si por ociosidad del aire que respiro
encuentro el elogio de la suavidad para impacientarte
y despojarte de extrañeza?
23

Déjame vivir al auxilio del silencio


,profundizar en el ornato de mirada que te precede
el secreto de los días que pasaron
sin pena,palidecer de asombro
sobre este lecho arrasado de incertidumbre
y desafortunado querer
,más no preciso para abandonarme a la irracionalidad
de mi compromiso...
24

Hoy te quise ver en la herida que impacienta la distancia,


como lo que eras
,crepuscular circunstancia, penitencia indómita
de palabras;
la audacia es el traspaso a la claridad
,el deshacer de mi noche en el sosiego
,de mi vanidad en el inevitable desmedro.
Y al luto de mi memoria se impondrá la visión
repentina del tornasol de tu cuerpo…
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Hoy es cuando por mi traspié te reconozco hacedora de los desvelos de mi


memoria, amanecida en la tristeza de tu ser como don efímero de la última
inocencia; hoy es cuando me abandona la presunción de tu sombra, hija
desheredada de toda desavenencia que el nocturno silencio no inquietas ya con el
ademán irreal de tu mano.Si pudieras negarme todavía el juego que hace a tu
naturaleza, el desarraigo de tu femenina dignidad,mi merecimiento convendría a
este fin, al recelo de vitalidad y al resabio de tu boca,entonces la incertidumbre
prendería la desgracia dentro de tus ojos...Y no obstante qué espanto fragmenta mi
reflejo en esta soledad de frío y espera,por lo que solamente me queda el cruel
anhelo que despoja de pureza lo inasible y el légamo de magro tributo para
descarnarme de amargura.
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Entusiasma mi corazón con palabras de abnegación pero más con silencios de


malicia después de impregnar el aire de dolor ,el aire que hereda tu cabello para
grácil ostentación de su movimiento, envanece tu cuerpo, bien lo necesito esta
noche que en mis pupilas se subleva,noche en que mi servidumbre es la deslealtad
del reflejo y hace estragos donde el olvido acontece mi alma,allí donde la intimidad
abisma su potestad, y no dejes de reconocerme como quien orgulloso se disponía a
ir con vigoroso empeño tras la impronta del ocaso que pretendía para mi
FATUM,como la indolencia que solía ser.A fin de cuentas no es por tu jactancia o
por tu humildad que me pertenece esta máscara de fealdad y miseria, sino por
relegar el recuerdo de ese día que consideré a la poesía como la única infamia de lo
bello.

Así si reniego de la vida,reniego también de la edad que compromete el pudor de


nuestra piel.
Se sucederán los momentos de dicha en el orden ceremonial de una soledad
compartida en esta humildad que tendí para la aspereza de mi descanso, y cada
amanecer de raída gratitud me descubrirá en la calma de tu encanto con la intención
del aliento que no se resigna al punzante recelo de un frío sin intemperie ni mortaja
insufrible, tal vez…

Entonces para mi dulce agonía se como una niña de exultante curiosidad, una ninfa
que palidece de fiebres de la pasión, abandona tu frente al beso de atemporal
cielo,perfila tu sombra,discordia desarraigo de lo desconocido, hacia esa tierra
fatigada de agravios .Dedicame la avidez de una mirada que furtivamente sea a la
indiferencia de este rostro impropio un audaz elogio, que mi espíritu harto de
desahuciar su anhelo de paz se precipite en la profundidad de perfecto consuelo;
procura para mí un beso de labios dispuestos a rojear como indómita llama,pues
estos me dieron a beber el bálsamo que con poco provoca la embriaguez. Para el
tedio de mi renuncia puedes prorrumpir con la incordura más caprichosa a través de
la permisión de la culpa y liberarte de la gravedad de algún secreto.
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A UN AHORCADO QUE VEÍA EN SUEÑOS

Se desliza del resquicio que hizo a tu boca


la palabra nunca pronunciada para merecer el desatino
de postrera voluntad, para ser sin ser
en el abandono de quemante aire.
Parecieras al balancear tus despojos un triste
anhelo de la tierra, acechanza de certidumbre
y resignación, y tu mirada está vaciada de humanidad
siendo el reflejo paralizado de lo bestial casi
,insinuación del horror que aguarda el final de la fe.
Carnalidad de dramática indiferencia,
ten para el arrebato de mi tiempo, el ocaso
de un vigor que sobrelleva todavía su desencanto
con frágil cordura,la enseñanza dolorosa
de tu sombra que nada persigue ni amenaza
,el ejemplo de tu piel resecada y ennegrecida
por la constancia de este día que sin piedad te abrasa
,a fin de que al llevarme tras el aroma de las faltas
hacedoras de la maldad en mi belleza predilecta,
por lo menos la duda me torne prudencia
y desprecio de la celeridad.
28

SANTUARIO
29

ELOÍSA,el nombre que por azar trasciende el silencio, que quedara sometido al
augurio de rigor desde el misterio de mis labios, remordimiento de esta memoria que
engendró faunos ,aliento de la enajenación perpetuada a encender la vigilia a través
del descenso de una noche sin fortaleza llamada a perder la razón y aborrecer la
cautela como destierro de la templanza,vitalidad de la intemperie que resguarda la
desidia por mis recuerdos para recompensar la desavenencia del gesto vaciado de
pesar...El adiós hereda el instante de mi secreto de acusación y revela la carencia
de la mirada que por propia ya no me pertenece, la misma mirada que hizo a la
penitencia un pudor tedioso y a la compasión una melancolía de deshoras...La
vastedad de la ilusión corrompe el deseo de la noche y es sólo tras este inusual
merecimiento que parece posible cualquier reproche del porvenir sin injurias del día
que desbanda su herética esperanza.
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Tras el genio descorazonado de esta puesta se subleva la quimera de un sueño que


agravia por mantener la memoria ,como esa intención de dicha maravillosa
predestinada al pulso de una estela que no se deja consumir.
Dejando entrever su faz de consuelo, retorno a la infancia sin reproches y a la
aspiración de esperanza que confundió el anhelo de orgullo en la piel, contraria al
desgano tentador de la enemistad.
Yo sólo estoy a merced de cualquiera de sus caprichos con toda la pasión que
provoca la exuberancia de su cuerpo, impaciencia de las palabras que esclavizan mi
boca.
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Vuelto un perjuicio de la bondad,este día me sorprende lamentando mi necesidad, la


marginalidad de mi orgullo, el parásito de mi respiración, el filo ofensivo de mi
sombra, y cuando la claridad comienza a ceder su protagonismo a la incertidumbre
que lentamente se levanta en un manto de indiferencia que intimida cualquier
anhelo de soledad, es la figura sometida de un recuerdo la que desprovista de
templanza se muestra impaciente de fervor y allana su disputa. Y ahora te ofrezco la
austeridad de mi carne con una sonrisa demoníaca que sirve al desencanto y
consume la vitalidad de mis venas, tan espesa,dejando perdurar el silencio en mi
boca reseca,lo que fui y pasmosamente soy por el goce desangelado de una
libertad sin reproches; ya te pertenece mi ser como sueño de vigilia, rostro sin
dilucidar, melancolía de clemencia, tribulación de calma,penosa satisfacción de esa
caricia que abandona la prisa,desnudez desposeída de rigor.
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Tras la transparencia del día la mirada habita el deseo más extraño,pero la


desolación de manos que son obstinación pueden dejar de ser la franqueza y la
reprimenda del tiempo predispuesto a consagrar la oscuridad de todo silencio.
Adonde tu sombra de duda se encamine dejarás la estela de un aroma presuntuoso
de orgullo,siempre con el paso acompasado que desmiente la desgracia. Nunca
podría escarmentar a mi vida por la tristeza con que miras y te ausentas,hacerme
más que una súplica en el caos de las palabras, renunciar al sentimiento virginal de
desmaño del alba cuando su roce te acaricie para despertar y comparecer de
satisfacción. En las sienes vibra lo inapreciable para olvidar lo que fue el odio, en los
labios arde la gratitud del pasado, en nuestra confesión se insinua para provocar la
incondiconalidad de esta alma cautivada,la arrogancia inconfesable de la libertad.
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Pacientemente te retengo en mis pensamientos como la figura predilecta que


adorna con el misterio de su intención el umbral del sueño menos acostumbrado,
renunciando al abandono de palabras que equivocaron el desengaño al hacer el
silencio una repercusión de la difamación, así la máscara de mi soledad se
ensombrece por el ideal de tu presencia.
Y el recuerdo es a la distancia como un dulce esfuerzo de compasión, y lo
despojado de mi ser sólo puede reflejar el ángel impiadoso de su vanidad,
constancia de la belleza e iniquidad del cuerpo de diligencia y ociosidad, mas si no
fueras como te conocí, una desnudez que te corrompiste de llanto por la libertad de
mis labios, y encarnar así recurrente decoro,igual me convendría el perdón y el
infortunio de la indiferencia.
Y la urgencia es la intromisión del perfume que distingue la prestancia de lo que se
perdió.
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Su cabello destaca en el paisaje onírico de una puesta vaciada de cualquier pudor,y


el oscilante destino que otorga a su mano es a la despedida una tregua del tiempo
que soslaya con cada paso de prudencia, a pesar de la levedad de su aliento.
Encuentro amparo en la quietud del estremecimiento que pertenece a esa fiera
amedentrada por el cariño consolador de la noche que más ilumina el desarraigo,
haciendo una enemistad mi deseo,incapaz de reconocerme en el capricho fugaz del
reflejo, sin la indulgencia que precisa esta piel;y escucho el secreto más recóndito
de mi pasado para tornar su rostro un esbozo esencial de la verdad y despojarla un
instante de la belleza que deja entrever su virtud.
Ella se ahoga en el grito primal de decepción, inalcanzable como está, allí engreída
de una presunción que nunca quiso, y el hartazgo supone la obstinación de
importunar la felicidad de este pecho enjuto;qué ennegrecida la carencia que niega
la noche en sus brazos de flaqueza y el pesar que pertenece a la memoria con la
purpurea intransigencia de una visión que pareciera un intrigante don de ternura.
Incrédula,desnuda,al dejar airear anhelos de esperanza que superaron el desprecio
de su palpitante vitalidad. Ella ciega de gratitud y satisfacción tras el ardid de lo
silenciado para no delatar su preferencia y su elogio a la soledad, ciega de
vislumbrar la vana reconciliación de nuestros cuerpos, y librada del andar que
entorpece el duelo por la castidad y el estigma de lo vulnerable presume de una
hermosura que apenas abarca la naturaleza.
35

Qué reconfortante resulta el estremecimiento de aquella impávida tierra mientras la


amenaza de tempestad parece surgir sobre la alameda que nunca se dejó
abatir,donde corresponde a tu mirada un resquicio de claridad; aunque inevitable
resulta ver como ésta agota completamente el don del firmamento cristalizado de
añoranza que hace la paz,como el porvenir del día se entraña en tu ser,apenas leve
presentimiento de caricias que rondan tu pudor con la obstinación de la falta en un
mezquino abandono;así sos el rostro que pacientemente lleva las luminarias de la
ilusión recuperada como entrega para allanar la soledad de las noches.
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Me dijo:“Quisiera tomarte de las manos y sentir que éstas son más que una fría
intención, sin embargo te entusiasman palabras que me agradan y tenes ojos que
sustentan,ojos que parecen una puesta.Mi piel no te resiste…”
Y me miró de la misma manera que me miraron alguna vez en el furor de un sueño
desposeído de noches y terrores,después sonrió como representando el antojo de
felicidad que prevalece sin paciencia, acarició mi frente curiosa de pudor y desterró
nuevamente el silencio con esto: “Tenme por piadosa finalidad del secreto que
quieras,espera y total imprudencia, estigma de devoción que consume la vida.No
pasarán las horas para este pecho que te recibe deseoso y presto a la embriaguez
de mi aliento. ”
37

Derramo sobre la inmediatez de sus sombras la mirada precursora que fuera


desconocida, la mirada de los dones que ilusionan.
Me refugio en el sentimiento de intemperie mereciendo la culpa de su incertidumbre.
Mi temor advierte una gran injuria, propia de un cuerpo sin fe que extraña la
cercanía del deseo desbordado.
Mi alma se consume en el perfume de su ausencia y no espero calidez de la
memoria para recuperar la circunstancia de mi juventud…
38

Caído en veneración presiento el horizonte que prorrumpe de deslealtad por el


infortunado deseo del hombre.
El rigor de la vida en tus dedos corruptos de curiosidad precede a la melancolía del
sueño más lejano.
Será la santidad de lo imperfecto la enmienda por cada plegaria apresurada.
Las horas de desavenencia para juzgar los días de apatía y su ámbar de soledad.
Angelical consorte se envanece y descubre para la mañana la mansa amenaza de
sus hombros, siempre en pugna por un orgullo íntimo.
Imágenes en piedra bajo el telar de SELENE,designios llenan el aire para consuelo
de la belleza ciega,improntas del porvenir que descubrió las injurias de palabras
ensombrecidas de misterio, promesas sin intención que hacen a la pujanza y
acechan el cristal que trasciende lo inmutable.
39

El bagaje trémulo de los días para encontrar la desesperación y confesar entre


palabras sin aliento la ausencia que duele.
La intención de las sombras se presume con el deambular lento de mezquindad y
discordia.
¿Sabrías lo que insinúan mis ojos a merced de esta oscuridad que se despliega sin
discreción?
¿Sabrías lo que es a mi piel de desvelos la ilusión cálida de tu recuerdo ?
¿Sabrías que a pesar de la distancia te siento con estremecimiento?
Vida de oquedad que no conoces el merecimiento fervoroso ni la recompensa de
consuelo, déjate llevar,déjate mecer por este deseo errante que confronta el día y la
noche,la serenidad y la locura.
40

El arco plebeyo que tensa la noche


se desentiende
de la maldad que precisas para ser presencia,
y la generosidad inapreciable filtra
de sedienta boca
una gota cristalizada de deseo,
así la añoranza cotidiana por la luz
demuestra su propósito en la servidumbre de esta espera.
Aquélla serenidad que persigue y precede al día,
rostro incompleto y palidez sin memoria,
se abre paso en la mirada que te trasciende
,se abre paso como una herida recóndita
,llenandote el espíritu
para que el andar que pudiera envanecerte
sea una reprimenda por la inocencia perdida
,un rigor de soledad.
41

Es el pesar de los prejuicios la astilla a su costado, su melancolía, para ella ,mujer


de broncineo cabello, encarnación juvenil de ingenua postura que no comparte el
tiempo y se fascina con el capricho del vuelo impaciente sobre la fragante invitación
de las flores, belleza que se consuela al errar por senderos de resignación y se
abandona al azar de la noche cuando la luz de su ornato parece enviudar en el
legado de la promesa más deslumbrante.
La fortaleza parece el despertar del olvido que aborrece la sombría insinuación de la
sangre en lo escarpado de la naturaleza, que encarama el aliento, anheloso del
secreto del firmamento desposeído de avaricia y frivolidad, y desconoce las lágrimas
de la confidencia como propósito de un reencuentro.
Un dintel proyecta la ambición de la religiosidad de un perfil sin audacia alguna que
asiste silencioso a la confrontación de la culpa y la libertad, y parece desmerecer el
deseo que nunca encuentra desahogo en la piel;como un promontorio de ocasos y
desavenencias revela la ausencia de intimidad de un gesto desnaturalizado de
asombro y contradicción, apenas traspasado por la inhumana paciencia de lo
imperecedero ¿Pero que escondía ese reflejo que no haya llenado de satisfacción
devota la benevolencia de mi pecho antes,y no haya sido para mí más que el
regocijo de contemplación y el orgullo de correspondencia?
¿Qué pavesa insondable como instante de certidumbre en esa mirada fue
resguardo de la inocencia que abrió la cercanía y desterró el silencio del prestigio
doloroso de la soledad?
Pesar de sombras que no reconocieron anhelo merece este sueño de pérdida y el
recelo de la memoria que torpemente esboza la vanidad de su impronta.
Su inquietud desnuda apenas presiente la gratitud y se consuela por cualquier
promesa de dicha que desconoció la orfandad del abrupto reconocimiento, y una
voz áspera la convoca a perseguir el terror como un homenaje alicaído, homenaje a
la intransigencia que pudo ser su juventud ¿acaso injuria del fuego que arreboló el
corazón que le pertenecía, y todavía le pertenece, como una joya de urgente valía?,
y una voz la llama a ser renuncia, a ir a socorrer el nicho del desdén maternal.

La traición desmiente la intención más esperanzadora


,y tras la constancia de esta compasión
sobreviene el legado de mi desamparo
,solo una intuición noble para rigor del sentimiento
que abraza la prudencia de la noche…
42

ENMIENDAS
43

En silencio sueña con la correspondencia de la mañana


,aireando su cabello, serena e indiferente a la fragilidad
de la vida,dejando que su perfume alcance la cumbre
indiscreta de una naturaleza indómita;
y apenas se abandona a un suspiro sentimental
,una manera de evocación por lo que fuera su piel
en circunstancia del recelo.
La tregua idílica de la mirada que la trae ,
como elogio de esa lágrima olvidada,ofrenda para la confianza
,signo de pudor que hizo de la imprudencia más que certidumbre
,rezumar de resignación y nada más.
44

El reflejo reprende la noche tristemente fragmentada


en presagios de incordura. La virginal figura yace
como insolencia y desnudez que allana la mirada
sin cautivar,su descanso es el descanso de la niñez
que retozara por tiranía de la incredulidad.
Cómo te vuelves un recuerdo predilecto
con un ensalmo selénico de libertad.
Cómo la sombra de tu ausencia me encuentra
con la intención de la fiera ante el hallazgo de su presa.
Me apresuro a desenmascarar la ilusión del desenfadado
queriendo verte surgir gravemente de un desvarío
urgido de orgullo, sin la oscuridad que hace al desarraigo.
45

Cuando te veo anhelar el amparo del horizonte con el gesto caprichoso que
menosprecia la pobreza más candida,la mirada como extravío de superstición,
encarnando en tu cuerpo un pacto que jamás encontrará la satisfacción de la
esperanza ,tu palpitar al apuro de afrentas que el perdón desconoce, desamparada
de templanza,sin razón de enmiendas,con la frente que abre su herida para insinuar
la voluptuosidad del sosiego desleal, irredenta del sustento que no hace al alivio de
la pureza,que te consume implorar apenas por las promesas de una naturaleza
marchitada en dádivas para el horror del alma mezquina;entonces quiero fustigar
mis labios con la confesión que alientas y olvidar la amargura de presentir la muerte
y esa soledad profunda que desde la niñez me acecha ,entonces puedo sondear el
engaño de tu asombro y pretender que te aprisiono en mis brazos y te encuentro
estremecida, cual ave que reconoce la libertad antes de la partida.
46

El tedio que acudió a tus sueños


con la forma de un amante rendido a tus carencias,
simplemente no podría liberarte de los prejuicios
que alumbraron la culpa de esta juventud
,aunque te reprenderá un día por las ansias
de cada caricia ,por
el anhelante derroche que hace a la torpeza del cariño,
te reconciliará alguna noche con la quietud
que nunca es apasionada huida
,con el placer del roce más gratificante.
La liviandad adormecerá la vitalidad de tus miembros
y te volverá una dicha desconocida ,no muy diferente
a la que siente un niño con el arrullo
de un canto de monótona devoción
,como bendición, como nobleza que perfuma los recuerdos
exentos de cualquier promesa.
47

Ahora ,que alientas la pobreza, la humildad, en el seno de la incertidumbre que hace


a lo macilento virtud de la naturaleza, te acompañan quimeras de frivolidad en la
mirada ,y sé que sobreviví a la indiferencia marcada de la piel ,a la pereza de esta
memoria oculta del cristal luciente de la inocencia, por el gesto que me demuestras.
Un ahogo en la risa para despedir nuestra sombra, un escalofrío para renegar de la
vida que sustenta la ingenuidad.
Ahora puedes desfallecer por perseguir el encanto irresistible del vacío, y te
sometes a la calma de una pasión duradera,sos el rostro de candidez que el
sepulcro desmiente, la flor que compromete el roce,hondura de fidelidad.
Un ahogo en la risa para creer en el porvenir, un estremecimiento de vigor para
anhelar el desvelo y desterrar la obstinación de la soledad.
Ahora ,que puedes describir el ornato de una fantasía de intimidad y reconfortar la
grandeza de la mañana al despertar sin el apaño de vestiduras ,resguardando la
visión de un tiempo que inspiró el final de la tristeza, ilusionando el rumor de la
cercanía y la austeridad de su refinamiento, pareces una intención de olvido por el
remordimiento que postergó la ambición de mi correspondencia, una afrenta al mar
favorecido de licencias y arrogancia.
Ahora ,que también puedes silenciar la esperanza para preservar el propósito ideal
de tu pureza,y sincerar mi afán.
48

El amanecer sin pudor descubre el capricho incordial de los recuerdos que se


pierden en el apuro por reconciliar alguna lágrima de dicha con la fantasía
inesperada de la melancolía.
Ella prefiere la pertenencia a la soledad, rezagada como está de las sombras que
asemejan la locura, queriendo predecir en el azar de sus pasos el comienzo de la
penitencia y el compromiso de silenciar los rumores de un querer en el duelo
imperdonable.
El relumbre de la infinidad amenazada por un oscuro estandarte de justicia no
merece la vanidad de la razón.
Y al abandonar el desencanto quisiera reconocer a merced de quien palidece, la
misma virtud.
Ella tristemente anhela la confesión de su deseo cuando el trasfondo de belleza que
se presiente en el vacío, niega el desarraigo a flor de piel.
Nada más consolarme tras su impronta desesperada, y encontrar la embriaguez en
el aroma de su ausencia equívoca.
49

El deseo en su abandono es como una fiera herida de muerte,y exclama en


sollozos: “¿Quién alimentará la hoguera de mi existencia con suspiros y se deshará
de jirones de su piel por mera sensualidad ociosa ?¿Quién como ella, tan vigorosa y
angelada,para esperanzar la vida más sombría? ¿Qué belleza como la suya para
desnudar la desmesura y la provocación? ”
Mientras se arrastra hacia el frío de la noche que sale tardía al encuentro, como
consuelo que increíblemente una madre posterga pero otorga sin reprimenda,
abriendo el seno de la dulzura que el desafío del tiempo todavía no amarga.
50

Escribir es,como bien sabe el poeta de la medianía, desangrarse gota a


gota,anhelar el caudal de una fuente murmurante abrirse paso desde la intimidad
del pecho eclipsado de desasosiego, lanzar una plegaria como desahogo para la
noche que se compadece con la soledad, es buscar su rostro en la mezquindad de
la memoria desprejuiciada de cualquier remilgo y temor,es deleitarse estúpidamente
con la ausencia y pretender un escape de la desesperación, perseguir la
desconfianza de una imagen desterrada del día y mentir sobre la verdad del
desvelo,consolar con un canto de resignación el tedio amanecido del silencio,
desbordarse con estas palabras:
“Desbrozada de todo cuidado
deja que te vean estos ojos,los mismos te desean incluso donde
las sombras caen de indignidad
para prosperar y resistir el rigor de calma
,ataviada como quiso FILOMENA en su carencia
,disoluta de intransigencia, cual esplendor que
la ceguera colma de elogios
,desperezada de la responsabilidad y del engaño
,disipada de la carnalidad que acontece
frivolidad e indiferencia,
devota a pensamientos de irrefrenable pasión.
Mi ser se apaga en la visión que trasciende
lo espejado,y me vuelve pertenencia
de la nada que ansia el propósito de fugaz calidez,
que me esperanzo en la distancia
y en la postergación del reencuentro,
palideciendo por el esfuerzo de tantear su secreto
,abrumado por el remordimiento de las hojas
que arrastran la pena por un suelo imperdonable,
complacido en esta arrogancia de esperar,negando
mi frágil fortaleza y el desprecio que acostumbró a mi piel…”
51

Las apariencias que rondan el abandono del reflejo son la acechanza del porvenir
que caerá como una orgullosa afrenta sobre nuestros hombros, éstas pudieran
advertirnos la angustia de algún recuerdo, revelar el descuido que apura la razón,
palidecer de sinceridad más que la muerte misma en nuestro desconcierto, ahondar
como un abismo espantoso la oscuridad de la mirada que consolamos inútilmente.
Sin embargo, mujer desencantada,compañera compañera incansable que sufres por
el asombro ingenuo de las noches perdidas,todavía aireamos el entusiasmo de la
vida que nos queda y la ceguera no nos alcanza para quietud de nuestro anhelo,
para tantear la incertidumbre, todavía nos inspira la promesa de esta incredulidad.
52

De las sombras que pasea la noche,aquélla demuestra el temor de justicia de un


peregrino que se aventura por tierras extrañas sin más protección que el ensalmo
silencioso de la niñez sin fortuna que receló la impiedad febril de la madre dada a la
espera desapasionada; aquélla por sobre todas se destaca para la tranquilidad de
mi desvelo como el intento de mansedumbre que corresponde a mi frustración;
aquélla que parece insinuar la afinidad de la joven deudora de mis suspiros y de mi
compasión.
53

Mírame sobrecogido en ensoñaciones como si me complaciera la circunstancia de


un adiós, sin preocupación y sin culpa.Mírame desde donde estás, risueña y
consolada, con la jactancia engreída de la hermosura que desconoce el laurel
virginal de la inocencia y prefiere para prosperar la ilusión despejada de la noche.Y
sin embargo no sos como aquélla que descalza se atreve a ir más allá de la frontera
de su nostalgia; no quieres ser como ella,a quien le debo mi verdadera dicha y el
secreto de mi ociosa resignación.
Y me dirás para injuriar la esperanza que la enorgullece: “Jamás podrías franquear
la duda que rezaga su corazón con caricias de ternura, tal como era y todavía
es,hija de la desconfianza que engaña su alma con la gratitud. Estéril ferocidad aulla
en su vientre,siendo indolente al martirio del hambre, que no existe algo que pueda
saciarla,así sólo le resta marcharse en busca de la muerte como una poseída, y ni
siquiera para el pecado sirve su piel ahora. ”
Y serás celosa y cruel,pero mis labios no remediarán palabra alguna de consuelo
para resguardarte de tanto odio.
54

Piadosamente te buscaste una máscara de culpa para el deseo, pero ¿cómo librarte
de los celos que fueron la ruina de la devota DESDEMONA sin vanidad?
Y ya no queriendo irradiar más que el rapto de su grandeza, la luna,en su altura
orgullosa, te contempla pasar con el silencio de una pena que ensordece el tamboril
de la naturaleza resignada a la impaciencia de toda derrota; y vas con el cabello
perfumando el aire y el luto de su injusticia ,como sintiendo el deshojar de los
sueños secretos,mientras un delirio trasnochado pretendiera encuentrar en el
cuerpo la residencia de la desconfianza.
Puedo intuir solamente al verte cómo te consume el calor de una intimidad
inconfesable.
¡Oh ,palidez librada de soledad y desasosiego, si accidentalmente reincidiras con la
mirada en la obstinación que me desespera por un momento siquiera antes de dejar
marchitar su luz,tendría del destierro una tregua anticipada.
55

Mi pecho irredimible de orfandad se permite alentar la persistencia de un CRISTO


humillado que se consagra a la infelicidad y siente en sus muñecas anillos de cruel
compromiso, dándole a sus lágrimas una senda de prestigio.
Mírame cómo llegué hasta vos, con los estigmas de la compasión y la respiración de
un animal herido, la figura ya no encorvada sino quebrada por la derrota de una
culpa impuesta a modo de redención,que las sombras incluso se apartaron de mi
cavilar con una indiferencia nefasta,y el infierno desde abajo muerde mis talones y
murmura en mis oídos a favor de la reconciliación por la maldad que fuera mi
tentación y por la lujuria que escondiera mi lástima.
Mírame cómo llegué hasta vos,vuelto un arrepentimiento espantoso, una penitencia
mesiánica…
56

Fluye rosácea la sangre


compadecida de un aliento de insolencia.
Y la claridad de la mañana, jornada de pureza,
acontecerá con vehemencia en estos ojos
para enmendar el susurrar desangelado
de la belleza que apacible huirá de la libertad.
57

¿Adónde fuiste, niñez de tribulaciones, niñez de cascabeles y retozo ,entre cuántas


noches se esfumó la valía de tus hazañas?
¿Adónde se fue el candor y osadía que te distinguía, hacedora de tantos juegos,
juegos de soledad, que solamente me queda el reflejo menospreciado y sonriente
de malicia para complacer mi fortuna?
¿Acaso fueran las maneras de orgullo de la inocencia menos que la culpa del
reproche que no resisten el tiempo de la compasión?
58

Duermes y me demuestras un rostro palidecido donde se ahonda esa sombra de


tranquilidad que tanto halaga la noche,y tienes la boca entreabierta para dejar
escapar a veces un suspiro involuntario de penitencia que fascina.
Amante de mis desvelos ¿me dirás alguna vez,cuando veas presumiendo de la
arrogancia de la mañana, por qué duele esta cercanía, sin olvidar que fue la mano
inquieta de la providencia la que nos juntó como recompensa del errar de
condolencia y sacrificio?
¿Será esta piel que te despoja de cualquier vergüenza, la licencia de mis dedos
cuando la certidumbre comience a flaquear de incordura?
59

He descarnado la humildad de mi cuerpo en esta penitencia noche tras noche y el


sueño de inocencia se diluyó con la promesa de su rostro para vaciar la memoria de
toda esperanza y legar un silencio insondable de apatía entre cada palabra ;la
holgura de mi piel es para el frío de la pérdida y no más.
Alarido desnudo,belleza amargada,preparame un lecho áspero que guarde mi último
descanso;el laurel que hace a la deshonra traerá la muerte a fin de recompensar la
marca de remordimiento en mi frente, pues soy para lo que me resta de vida el afán
inútil de una juventud reñida;el seno que dulcifica el desvarío febril de lo
endemoniado acogerá la gravedad de mis pensamientos y palpitará el pudor de esa
extrañeza ilusoria que no impacienta.
Yo te diré a modo de confidencia: “Sea el ramaje que descubre mis
venas,dedicación de espanto,senderos de intimidad sin desahogar…”
60

Descansas con la ciega fascinación que provocó contemplar esa visión, visión de
una herencia inconfesable. Descansas sobre mi pecho paciente,y tienes en el
cabello la docilidad que se presta a la curiosidad de mis dedos para consentir un
juego amoroso de evasión, y el perfume del remordimiento ocioso.
Y te dejas estar perpetuando la confianza que fuera el consuelo de esperarte,sin
animar espectativas de temor o duda.
Con la calidez de mi correspondencia te abro un remanso en mi carnalidad
pesarosa,un elogio de mi estío. Y con el desgano que plácidamente te ausenta me
perdono cualquier traición y bajeza,que no temo al abandono.
Descansa, pues nada perturba la fragilidad de nuestro secreto, la tranquilidad de
nuestra tregua, el recelo que nos engaña;descansa, que por sentirte así de
angelada mi gratitud no es suficiente y el amanecer ya acaricia con afilada
determinación el umbral que anuncia la pasividad de nuestro refugio.
61

La esperanza que se perdió, la herida del día en los párpados vencidos, la quietud y
presunción de un instante antes de que sus manos temblorosas sean arrancadas de
cualquier veneración, sus manos que alguna vez se llenaron de sorpresa e
impaciencia por desperdiciar un palpitante tesoro, y fueran la intención de redomar
la crueldad del aire,que se complacieran en hurgar la honestidad de estos rasgos
endurecidos por la seriedad de la duda con ciega ternura.
La esperanza que se perdió, la esperanza que envenenó mis labios con el nombre
que evocó la melancolía, parece retornar en la visión de la desnudez que palidece al
surgir de la transparencia más sagrada para la sed del destierro y abandono,con el
ímpetu de un corazón que ilusiona el recuerdo de la inocencia que nunca
perdura,con la dulzura de la promesa que precisa la incredulidad.
62

Antes que el amanecer se anuncie sobre el horizonte del exilio y el oro de la


mañana ilusione la mirada,llegará a oídos desconfiados el canto gorgojeante de
aves,canto acerca de los crímenes cometidos por todos, crímenes que encontrarían
en la memoria su impunidad.
Y esa manera de verme compasivamente te avergüenza y confiesa la intimidad de
un temor que mis brazos pudieran perdonar,no obstante será el beso espontáneo de
satisfacción lo que te suavizará el alma, donde tocara con ternura y aprensión el
ángel de la nostalgia para abrir una sonrisa de incertidumbre y modestia.
63

Dejaste caer la mirada con la resignación que duele en el cuerpo, las manos ya no
entrelazan una dócil comunión y son el desaire de la indiferencia, la quietud parece
el cadáver de las noches prometidas por la correspondencia,algunas lágrimas
concluyen la permanencia de un sueño que anima el afán del olvido ¿Adónde fue la
sensualidad que ni siquiera el remordimiento pudiera engañarse con la sonrisa
grotesca de la vanidad?
Nubes rosadas se arrastran por un cielo de abandono,un cielo sin justicia.
Yo te veo como estás, inconsciente de las ataduras del descanso, marginada de
orgullo, y apenas me compadezco del lienzo que consume la ausencia de dicha.
64

Es el mirar la profundidad aquietada,la inminencia del reflejo tentando la huida del


espíritu como ilusión alada,sin voz,que no precisa las palabras, incluso las que se
suceden torpemente en una plegaria.
El cuerpo despojado de pudor un pacto sin esperanza, melancolía fecunda, ardores
de espera, hallazgo para la avidez de estas manos, satisfacción inesperada, libertad
de un anhelo que estremece.
¿Qué alegría pudiera ser una promesa,un designio para la juventud que nos
consuela ?
La intención de correspondencia queda marcada en este gesto engañado de
honestidad, la carnalidad del encuentro pertenece al desasosiego de la impaciencia.
Las sombras que nos atraen nos preparan un tálamo de desidia ¿si pudiéramos
enmendar el silencio con la necedad de la dulzura más indolente, recordariamos
cómo nos entregamos para desconocer la soledad fatigada de nuestra fortuna?
Pero el atrevimiento nos unió y nos hizo recelar el perdón, para que fuera nuestro el
privilegio del reconocimiento más febril.
65

La mañana encumbra el deseo en la tierra que mudara de propósito, y se derrama


silenciosa sobre el jardín de cenizas de una viuda ataviada de inmolación ,esclava
de sus sollozos, que sintiera la picazón del alba en la palma de su mano antes de
llevarla a su cabeza enmarañada,desbordante de malos pensamientos, que
descansa en el regazo de la fatalidad; esta trágica mujer de cabellos que son
todavía ambarino oro,otrora admiración febril de faunos que en su juventud poseyó
con ojos sin sombra de culpa,este reflejo miserable de la belleza que corrompió la
tristeza ,quisiera olvidar cómo fue para la dicha de su espíritu la inquietud
irrefrenable del cuerpo y no ser más que aliento de indulgencia, ver nunca más sin
desencanto cómo las noches se enlazan en un sueño que ilusiona la memoria.
Y para mi regocijo contemplo a la santa levantar una orla del vestido de la ramera
que escandalizada cubre como puede la pálida invitación de sus muslos, pero su
intimidad resulta profanada por el roce desesperado de los dedos que no
permanecieron devotos a la plegaria. Pronto la libertina queda con el horror de la
desnudez recompensada por una vida de pecados, y la hija de MARIA,hermana
irreprensible del cadáver que duerme en la cruz,se marcha oliendo la ganancia de
su arrebato,ansiosa de confundirse con la sensualidad más lasciva frente al
espejo,como insistencia de la lujuria que perdió a EVA cuando fue el amparo
voluptuoso de la serpiente.
66

La sombra de la verdad se profundiza en el rostro más querido como un abismo,


envejeciendo la mirada que volcara la humildad de su desaprensión sobre los pasos
de incertidumbre, dejando amargar el silencio en su boca.Yo no le diría nunca cómo
ésta permite que en su pecho persista la derrota y la resignación, cómo es
desnudez que asemeja la ausencia, cómo el despertar se presiente en el cansancio
y la fragilidad, una traición por la adoración que no fuimos, cómo mi palpitar deviene
un consuelo triste de paciencia que se desentiende de cualquier arrebato.
La verdad sombría pareciera la pereza del final de una noche que nos niega el aire
sentimental del reencuentro, doliendome con el recuerdo que a cuentagotas podría
saciar la necesidad de esperanza. La verdad tan negra quisiera ser la soledad del
abandono,denostar con frivolidad la presencia irreconocible del vacío de
mezquindad de su cuerpo, desvelo de mi cautela.
67

Al emular tu corazón el salto precordial de la mañana,quisiera aprisionarte con


fuerza sobre la contingencia de mi cuerpo, que menospreciando la oscuridad
insaciable de la memoria todavía pueden mis ojos persistir en el cariño de la vigilia
terminal.
Entonces, ¿qué impulso de vanidad te abrirá el refugio de la mirada para la
flaqueza de mi sortilegio? ¿qué sonreír de extrañeza te borrará la ociosa
tranquilidad del semblante? ¿qué exhalar sentimental me embriagará para
emprender con mis dedos la búsqueda amorosa del pudor?
Y sólo puedo callar la impaciencia e ilusionarme con la calidez de este lugar de
descanso que niega la casta desesperanza y el recelo de sus huellas.
68

Inclina la cabeza, haciendo de su cuello una viudez que tienta al desahogo, ceñido
como está con la suavidad de negra cinta.Inclina la cabeza siempre hacia el hábito
de jactancia que distingue al rigor de su sombra,y llena el aire de silencio y de un
aroma de entrega tan femenina que casi lamento el cariño de esta juventud
apaciblemente fugaz.
La luz del ocaso y el desengaño de los recuerdos, el alfiler de una rosa sangrada de
infortunio sobre el reflejo impropio que puede adolescer su indiferencia, el rigor y la
flaqueza que sella el resquicio de sus labios, la quimera esperanzadora de toda
quietud, los instantes del porvenir a través del cristal inclemente, el vuelo púrpura
que vuelve al selenico valuarte el esplendor de una representación maravillosa del
tiempo antes de Dios,el descenso crepuscular de la herencia ajena a la virtud,el
beso de letargo que permanecerá como confidencia de un llamado irrefrenable sin
devoción ni apuro.
69

Nunca bastarán las quejas nocturnas


para rehuir de lo que sentimos
,te obligarán las lágrimas afanosas a emprender
la soledad inconsumable del duelo
que precisa la cercanía,
te volverán una tardanza las ilusiones inesperadas.

El recelo de alguna caricia exhuma secretos


de la piel pudorosamente reconocible
para olvidar la humildad
,y el trajín aireado que conduce cada palabra
es como tentación de la duda y del desinterés.

Compañera de un otoñar que se pierde


con promesas sin cautela, no me permitas
la indiferencia ni el arrebato;
hermana de la desesperanza
prepara un lecho de desencanto antes de que en mis ojos
se entrevea el confín aciago
y sea el silencio de la crueldad
la obstinación de esa inaudita visión de sufrimiento
que tantas veces anunció el desvelo
en oleadas de cariño ;
amante que sueñas sin saber cómo un destellar límpido nos amenaza…
70

Cuéntame,mujer de perversiones, de las visiones que corrompieron el corazón,


destellos orgiásticos que afiebraron la mente.
Cuéntame,saltimbanqui de lascivos juegos que sirven a la miseria de algunos, la
causa del sonreír que te apacigua,del porqué este palpitar no hace a la compasión
;y a modo de confesión suspira el nombre de lo efímero y siente el remanso del
espíritu.
Cuéntame sobre la sensación que paseas por este nicho de cenizas como un tesoro
dentro del pecho,y del deseo que te asombra,del lamento que endulza el
remordimiento y te hace decaer los hombros de flaqueza por la ternura ofrecida de
consuelo.
71

Con ternura casi maternal el aire acoge los suspiros de la duda,y nada despierta el
luto en ese cuerpo de incondicional espera,que fuera la torpeza del impune andar y
sortilegio de lo mezquino, cuerpo que hace de la paciencia una tribulación de
reprimendas.
El sueño más piadoso cierra los ojos de la belleza lóbrega,mientras acontece la
enajenación de las sombras que a la distancia arrastran su labor de ignorancia; no
obstante, ella, entregada al cansancio de las horas de consuelo, parece vislumbrar
el propósito invisible de las manos que encubren el margen de una despedida ideal
para desafiar la exhibición sensual de la inocencia presagiada en un ocaso.
Lo anhelado es lo perdido entre lamentos, la respiración irreconciliable de la
mocedad,los fragores del secreto padecido por la indiferencia, la amargura de la piel
surcada de carencias y sin ultrajar ,la complicidad del cuidado de la muerte como
acusadora inminente de aquello que posterga toda dicha.
Una ofrenda de ostentación es el rebaño sombrío proyectando en muros
enmudecidos el oscilar de su escándalo, y la resignación es el rojear de la cabellera
de espantable hija.
La noche tiene el velo de violáceas nubes como una mujer que alienta la lujuria
cuando una vez satisfecha encuentra el engaño de la vergüenza bajo las sábanas.
Cuántos desvelos le debo a este recuerdo; cuánto desprecio marcó mi rostro para
que la sorpresa no fuera sólo la sospecha del engaño;cuántos pasos taciturnos me
alejaron de la cordura al pretender reconocer a tientas las molduras de nuestro
hogar;cuántas promesas de esfuerzo corrompieron mi boca;cuántas agonías fueron
para mi ciega seguridad el anuncio de dones desperdiciados; cuántos ardores
fueron prejuicio .
Musa andariega, provocadora de la iniquidad que corrompe mi genio,protectora de
la fugacidad aventurada en mi reflejo, vuélvete un canto singular para mi alma sin
embriaguez, a fin de que pueda reencontrarme con la incertidumbre más
fecunda.Musa sin mancilla ,te llamo desde la falta como heredero de feroz ralea.
72

Al reprender su discordia, el reflejo consumado, te revela como penumbral belleza;al


injuriar el firmamento por el rigor de indulgencia que se extiende más allá de la vista
de lejana pradera,te liberas de la concupiscencia y te preparas para languidecer con
los flancos ruborizados ;te entusiasma un propósito que hace a la sorpresa de la
estación de coloreados jardines ,deudores de la mansedumbre de un despertar de
cautela,renacidos por invisible caricia de desahogo;y te confundes con la ausencia
del amante que te colmara de satisfacciones para sentir como impropia la intimidad
de estar en soledad.
Y la descendencia que la franqueza atávica permite entrever para toda intención de
esparcimiento es la curiosidad del regocijo que abandona la pretensión y su
melancolía porque consolada de sí misma no hace al esfuerzo de ser sin ufanarse.
Toda unión de libertad fugaz precisa para el recuerdo un desandar de paciencia,
una promesa carmesí de severidad en el cielo, el despojar de un secreto que
desconoce la falta de certeza del ciego abismo de lo imperdonable, el espanto
irreconocible que presiente la osadía de aquellos juegos florales
satánicos,padrinazgo de una infancia sin culpa, una infancia que hoy traiciona la
memoria y la ambición de sus imágenes.
Nunca quisiera verte recelar la acechanza de la muerte más benigna, que la virtud
inhiesta no amenazara la torpeza del atrevimiento y te acusara de estar mancillada
,que la calma engañosa no postergara la flaqueza de la naturaleza, Diosa sin juicio
que la cercanía soportas como una manera de deslealtad, a quien el tedio
desapasionado de marchita puesta le perteneció como admirable verdad,así ,tal
cual, te apresuraban lágrimas sin suspirar,lágrimas sopesadas apenas con cierto
remordimiento, encauzadas por la orgullosa resignación de un dedo que señaló el
final de la vigilia, lágrimas que el don de serenidad prefiere como deferencia,
lágrimas que no conforman el pudor del silencio mezquino y la pasividad del
arrepentimiento.
Entonces sabré el significado de las palabras que me dijiste con dulzura: “...La
noche cambió nuestro corazón. ”
73

El filo plateado de la hoja cubierta con la sangre del hombre honorable


,un sonreír de difamación para la imperfecta maldad.
El cuervo del alba que en soledad comparte su presagio es consuelo de
la mirada que aborrece lo divino.
¿Podría querer el perdón por la imprudencia de mi voluntad
,la simpleza de mi cavilar por senderos
que adolecían de la carencia del aroma de encanto
,el desencanto del gesto que hacía a mi espera?
Las mañanas perdidas en el impudor del suspirar
,las ilusiones enlazadas en el oro de la cabellera de la más querida.
Por el remanso donde SELENE abreva la agonía
del don de su hermosura palidecida se reflejarían las esperanzas
que adormecieron nuestra niñez como un regodeo de animosidad
en la transparencia para dejar como deber de discreción
la insinuación de un deseo sin nombre y tentar la desgracia
de un recuerdo que acontecería despojado de la inquietud enmascarada.
Unos ojos como hondura de la tristeza
,el azar en la indecisión que hace para el aire un resguardo
de sus manos,el trajinar de culpa que conviene a la castidad
,el arrojo encendido de la respiración agonizada de pureza
,la complacencia de una plegaria elevada desde la superstición
de labios rojeados de orgullo…
74

A pesar de mi incordura, prorrumpe en mi mente


el recuerdo arrebolado de mil promesas
y una lágrima reflejando la intimidad imperdurable.

Ofrecete en una generosidad sincera al malestar del sueño


que alimenta la pena;haz de tu mirada la condición
del tiempo, espurio de inclemencia; abre los brazos
al remordimiento que precisa mi cansancio,
bien sabes que no soy más que eso,
y eres la juvenil desnudez recompensada con la insinuación del día
en un juego ciego de estremecimiento,
compañera que hizo al suspiro de la noche una disputa
y una profundidad de regocijo demasiado irreal para el silencio .
Así la discreción de la pasión mi calma conservará.
75

Será el rumor de las hojas que el viento nocturno


no puede exiliar,mojadas a despecho de una lluvia
que se encaprichó con la sorpresa, lo que traiga la confesión
que en sueños se niega.
Será de la embriaguez de mis sentidos
que logre surgir la ilusión del recuerdo de dicha.
Quiero a modo de una entrega sincera abrigar la duda
de su cuerpo con mi carnalidad impaciente
y hundir en la desesperanza de su frente mi beso
como el cariño que inesperadamente abre una herida de gratitud.
76

Tiene que haber una manera de consentir el tedio,


tiene que soltarse esta piel de su culpa e indiferencia,
la lóbrega curiosidad se consuma al beber el ambarino veneno
haciendo de la tentación una pérdida para que el logro de artificiosa fe
encienda la inmensidad de la mañana y su juicio.
¿Qué pretensión posterga el despertar mientras este pecho
renace de la pesadumbre de un mal sueño de frialdad y vacío, sin la
cercanía impertérrita que rindió su postura?¿Qué capricho olvida el palpitar de
remordimientos con el consuelo de su obstinación
y la expresión desangelada que no alcanza para perdonar
,cuando adolecer se torna pudor del corazón hartado de injerencia?
Orillada la memoria hasta la caída dorada
de la estación que enternece y vuelve la juventud una urgencia
,replegada hacia los albores de la compasión que acogió
fieras por ángeles, como si cumpliera el destierro
de la mirada orgullosa y estremeciera la confianza fatigada
de un cuerpo pleno de lealtad que tal vez nunca reflejó
el don áureo de la inocencia, que se ilusionó apenas
con demostrar una desnudez irreconocible de remordimiento
en su madurez,sin alentar la indiferencia
de triste compañía.
Todo fuera promesa de entusiasmo en el silencio
tras el desahogo de la resignación.
La valía de mi derrotero,el acontecer de una intuición inesperada
,pero nada nos reconfortará por el sentimentalismo irracional
de la entrega que tanto nos apasiona
,nada hará a la conjura de tinieblas un abandono
de la intimidad que allana su misterio en nuestra desesperación
,en nuestra ansiedad por lo incumplido.
77

Pasas OFELIA con el perdón de las aguas que te llevan


,abriendo en la etérea sorpresa del rostro una infinidad amenazada
,demostrando la belleza aniñada de una promesa de flores
,paralizados los labios en un canto sin propósito
,los mismos que una vez dejaron escapar en la secreta inocencia
el nombre más querido, ahora casi un presagio de salvajismo
por su lívida tristeza.
Pasas y el mundo que te rodea parece contraerse
para estrecharte de amparo como una forma
de ilusión desesperada.
Te entregas,y en la piel eres una fragilidad transparentada
de muerte ,todavía anhelando el deseo por las cenizas del padre
que con un soplo de olvido te reclama despojada de cordura.
Pasas como vestal apenas reconocible
por el rigor que enmascara
la virtud de paciencia.
78

El revés del mediodía y la palidez enferma del rostro


que con el desamparo de la noche encendió quimeras de ternura
e infamia en sus ojos. Las cenizas en el aire ahogando la garganta y un corazón
demasiado salvaje para amargarse de resignación. Los primeros años del olvido y la
fortuna de la orfandad representada con juegos
donde una vara marca el riesgo. Una madre que se compadece
de sí misma tras secar sus lágrimas se pone de pie en el umbral
donde el amanecer se hace más que una serena manera
de intromisión, como esperando la ciega sorpresa
de visiones de locura,mordiendo la impaciencia de su boca
como quien presiente la cercanía del final
en la intimidad desgraciada.
79

Ella descansará hasta el hartazgo, entregada como está


a la ceguera de la paciencia sin pretensiones, guarecida
su alma en una desnudez que no conoce de arrepentimiento
,silenciada de reprimendas como una exuberancia
de modestia e indiferencia, despojada de fuerzas para afrontar
el esmero de transparencia necesario para el desencanto
,ajena a sus heridas,
abrasadas las sienes por llevar la corona inmemorial
de algunas promesas, con la irreconocible carencia aún como constancia
en sus labios para alentar el secreto de confesiones pasionales
,paralizada en la expresión que la ausentará del temor
,arraigada al destino de crueldad revelado por la tristeza
de una hermana consumida por el hechizo de su propia voz
,fortalecida de una vitalidad que será dilapidada en brazos
de fiera ingratitud,marcada por el oprobio maternal
de la soledad primera y la curiosidad del estremecimiento
,curada del dolor impuesto por el desvelo,
indiferente a la carroña que puso en apuros
su sentir ,bendecida por formas angelicales
tan desahuciadas como el querer de un amante desesperado;
del sueño capaz de sobrecoger con ilusiones
de mansedumbre y deseo hará una devoción que parecerá a la del pastor amado
por la noche, y su pecho guardará el recóndito palpitar de una sinceridad
nunca reconocida,y la libertad de sus suspiros anhelará los despojos de la lujuria,
despojos desterrados al aire de lo incierto, como una invitación a la acción
despiadada
,así antes de abandonar definitivamente la esperanza,despreocupada de todo rigor
y desengaño, despreciada de cualquier mal…
Ella yacerá a despecho de mi orgullo, mantendrá en secreto la virtud de mi pérdida
,y permanecerá sin corrupción alguna,despojada de esta miseria que envejece la
mirada,y será con su placidez la ternura del silencio tenaz, caudal de belleza
para la sed de mi contemplación. Ella dormirá llena de abnegación antes
de finalmente buscar esa tregua del porvenir de franqueza tan ansiado.
80

El empeño virginal perdura todavía en sus ojos desbordados


para consolarme.
La insinuación del alba se desliza por el resquicio gentil
y nos deja casi indefensos de deseo para abandonar
la discreción del reencuentro constante de nuestros senderos.
Anhelamos simplemente la culposa impaciencia de retornar
con la noche, circunstancia que condena al día
a una resignación religiosa y es femenina vanidad.
El demonio de los celos nunca hizo advertencia del estupor
,anuncio del suspirar noble de la conquista ,
y no pudo ahogarnos de necesidad y desesperación.
Ramos de cortesía liados con jirones de pena
mueren con el perfume de la avidez ultrajada
,que ya pertenezco, pálido y repulsivo de correspondencia ,
a los males de la languidez
como una provocación redomada
en brazos de una amante que sonríe al enredar sus dedos
en el ardid pretencioso de una plegaria ceremonial
para rescatar la inocencia de su velo rasgado
,como una manera de compasión por la belleza caída.
81

Te alcanza mi flaqueza para envanecerte


,el agobio de mis días para complacerte
,querida compañía, pero el silencio
que corrompe mis recuerdos te desanima
y estremece amargamente de cansancio y pesar.
82

ESPONSALES
83

Fueron las circunstancias de este sopor


una oleada sentimental para palidecer y desandar
el rigor de aquellas improntas que sobrevivieron
a mi agitado querer.Le dijo a su ausencia mi estupor
a modo de confesión: “Aquellos hombres a los que no
les pertenece la gravedad de su corazón, cada uno
a su manera siempre en lucha con el fuego que los arrastra
hasta el tálamo de la noche
,objetos del recelo de la misma,negados del porvenir del día
,cómo van con el entusiasmo de una fiera ciega
hacia su propia destrucción… El que nace
sólo nos acostumbra
a la melancolía vigorosa por el milagro que no fue.”
Y las miradas que con sombra irreconocible de llanto
recuperaron el deseo de la falta
después de perdonar los adioses de las palabras
,memoria de un vendaval necesario,
para verte como si no existiera perfección alguna
sin la oscuridad de la resignación
,que consume nuestro silencio
y se deja caer donde nuestro rostro trasluce primordial tregua.
84

Hasta que la ingenuidad sea la sonrisa en nuestro reflejo


y el día nos desnude de pudor
tendremos la insatisfacción de la juventud
para encontrar consuelo. Las flores que ennegrecieron
junto con la sangre de este lienzo
perfuman el aliento de su boca consolida de ofensas
,así me recompensa una intención de lealtad.
Compartir el aire que nos arrebata la vida
a modo de aliciente y confianza
alcanzará para aliviar el secreto cordial
de una máscara que decae.
El frío que lastimoso hace de la piel indulgencia.
Silencios que rojean su inocencia descarnada.
La promesa de claridad postrera en la promesa de abismal melodía.
La discreción de la gratitud confundida con la piedad.
85

Ella, sensación de evocación


cuando no inquietud de cercanía, ojos derramados
de ilusión, tan ajenos y a la vez tan propios
de la mañana recién tendida sobre un suelo perfumado de secretos.
Su juventud, aliento a través de la tormenta,
un atisbo esporádico de compasión en lo sombrío
,una dolencia del tiempo diluyéndose entre los dedos,
ambición de la belleza, un ángel sosegado
que alucina por el broncineo reflejo del sueño
presentido de levedad por la pureza
del cuerpo impaciente de negación, de la piel estremecida
por las devociones y la vigilia de un porvenir sin desencanto.
Su juventud que no se hiere con la desidia
es desarraigada contemplación cuando abandona la expectativa
de mis brazos.
Ella,sensación de amparo
cuando no temporal curiosidad,
un yacer desenfadado,quietud y fragilidad que amenaza
el susurro de una oración enmudecida,
calidez de huida de las penumbras que reconocen en el adormecimiento
una tregua dolorosa por lo vivido.
86

Quisiera decir que puedo negarme al recuerdo que alienta su ausencia


inexpresiva, que ahora no preciso cobijarla
en el calor de mi herida, que por la franqueza
de mis sentimientos la distancia resulta
una conveniencia ilusoria, que aquí mi soledad
es circunstancial anhelo, que al entrever su rostro
en el desamparo de un vacío primario de incertidumbre
la noche no resiste la indiferencia del silencio,
que su nombre no propone el misterio…
87

Ha demostrado el espíritu anodino lo que queda después del engaño


de lo hermoso al jactarse esta vista de la chispa inesperada
que delata a la vida como una fantasía indulgente
,distancia latente de todas las noches hilvanadas
en la duda de alguna palabra que nada dice a regañadientes
del suspirar que la lleva cual mar fatigado
un madero de poco prestigio, humildad del minucioso universo
regida en un gesto de la naturaleza nunca colmada
,nunca satisfecha.
88

SEXTETAS
89

El pecado ha echado raíces al lado del lecho que sofocó


lo bello,y las palabras que pudieron ascender
desde su resquebrajada boca
son la confesión íntima de algún sueño sin memoria
,una manera de compasión por lo ausente,palabras
que fueran para la calma de mi sueño,apenas un alivio para mi culpa.

Y para la luz de mis recuerdos: Los ensalmos de carencia, la


vastedad desprejuiciada que persiste con el eco impenetrable
del abismo de la locura, el espíritu desangelado
de la inquieta pertenencia, la carne de abatida postergación
para renunciar a la impronta del reflejo circunstancial, el pesar
de una puesta de penetrante herida resignada a su sonrisa más dichosa.

El rostro de la noche que al pudor titilante le complace acarrear


como el ojo del sueño sin mácula ,acechante por leal predilección,
como la mirada de ese capricho funesto que se volviera
maternal rigor de consuelo por el don de paciencia
,para alumbrar la sangre derramada en inconfesable discordia
sin la esperanza de amparo de algún resquicio de este suelo importunado.

El instante que tiende al esparcimiento su mano


sobre la suavidad que apenas hace al descubrimiento casual
de la mansedumbre resignada al recelo del cariño, el sueño
del vacío relegado a los ojos tempranos, amanecida tras
el magro cristal de la razón, es la inminencia de perfecto compromiso
,la ausencia de un estrago penitente en el corazón.
90

La niñez transitoria encontró en el recuerdo el tiempo


de su remanso para permanecer como un alivio de pureza,
como intención de tranquilidad que mereciera no la afrenta
de la desconfianza; el suspiro virginal de lealtad
que pertenece a la añoranza de un instante de recompensas
inesperadas,un momento despojado de temores.

El extravío de la distancia y el descubrimiento franco del deseo


en la indolencia dispuesta de su cuerpo no hará al pertenecer
de nuestras vidas una tregua de la paciencia mientras
la sombra crepuscular no retorne a la fugacidad
del esfuerzo para prevalecer entre el pudor y el asombro
y la hermosura sesgada no reconozca el propio rigor de la muerte.

El amanecer se resume a la contristada postura de fe


que impacienta al ángel de su respiración, así
el alma,engarzada ilusión para redomar las ansias
más peligrosas,con un soneto postergado pueda sobrevolar
la modestia del pensamiento miserable y alcanzar
la calidez virginal que la originó, como agua al volver al mar.

La confusión de la memoria suele disfrazar la divinidad


del reflejo desalentado en un deber riguroso de iniquidad
,el lamento creciente del solitario en la enajenación
de los amantes menos dóciles, la desmañada
indecisión del reproche en el don cariñoso de remordimiento
que merecerá la gratitud de indecible confesión.
91

La dignidad con la que pasea el anhelo de su corazón


,aireando el orgullo de sus jóvenes años con un semblante
alumbrado de dicha por la correspondencia de las miradas
que con asombro la contemplan como una celestial imagen, y siendo
capaz de doblegar la obstinación y el rencor de la vida más miserable
su mera presencia, a cada paso ella hace del sueño una certeza.

Confesiones de una cercanía de resentimiento hicieron cautivo


a un cuerpo de mentiras ,ennegrecido por la ordalía de su deslealtad
,injuriado por el desvelo de sus ansias,para que ahora, al renovarse,
la intencionalidad azarosa de la mañana que deambula en las púpilas
ajenas a la preocupación de esas promesas rotas tan rápido,
no sea el desconsuelo la sorpresa del estremecimiento en su piel marcada.

Le dejo saber a mis noches el espléndido pudor de la renuncia, que


es la desnudez ,la ronca queja de la boca acostumbrada a callar cualquier intimidad
,la apagada resignación del pecho sin desesperación, hundido en el secreto
de la carencia, que no conforma a la soledad del sueño menos comprometido.
Le dejo saber a mis noches la obstinación con la que cierro estos ojos ,apenas ayer
un vívido reflejo de lo triste y la contemplación paralizada del engaño.

Al rejuvenecer la crepuscular forma, liberada del orgullo del día


,quemando el oprobio de su propia belleza sin vergüenza alguna
,colmada de sensualidad y dispuesta a la entrega de una dicha que pudiera
vislumbrarse siempre fatigada por el insolente estrago de las horas en la carnal
fragilidad del cuerpo, no obstante su herencia es la inmortalidad y el don
que la ufana es la mocedad recuperada de su apariencia.
92

La virtud de las manos que hacen una ponderación de cada falta


,la fe ciega de un paso y el despertar inesperado de devoción tras
la infinidad sentimental del horizonte que el tacto siempre anhelará
,el languidecer infortunado de la satisfacción palpitante después de la tregua
de la sangre allanando las venas sin la fiebre del deseo,son consecuencias de
esa tenacidad de la querencia que desaprende cualquier sosiego.

Predestinadas a presagiar la nostalgia de aquellos años,el rigor de lo cotidiano


reserva a cada lágrima una áspera dignidad en las manos, y mientras
atraviesan el estrellado cortejo que engalana el cielo de la incertidumbre
,los males del alma,como crueles mensajeros que nunca alcanzan
la aurora rosada de asombro, enlutan el recóndito abismo donde
la esperanza permanece agazapada,con la amenaza de funesto canto.

Desvelos de grisáceo estupor condenan a la tierra a la ceguera


de la duda de un panteón consagrado por el silencio que ningún ave
se atreve a romper. Y desde donde descansa, la hija que soñó esta
lamentable paz paralizante, anuncia su rezo con
un gesto de casta nobleza, hermanada como está a la sufrida inocencia
del reflejo que fracasó en la insinuación de su amor.

Lo que más quisiera, en verdad, antes que la complacida inminencia


del día vuelva claridad la noche de mi pensamiento
,y haga tibio el rigor sepulcral de mi pecho, antes que
la visión de una belleza hecha grata proporción y entrega resuelta
intente perdurar ,antes que el aire amoroso de la esperanza
acaricie mi frente, antes que cualquier cosa quisiera la certeza de su presencia.
93

Tenida por querida mensajera para el corazón conflictuado por


el silencio y la indiferencia que se resiste al instante de añoranzas
cada vez más extrañas,imágenes transitorias de
desconfianza, la musa trágica, para su maternal compasión esta aparente
dureza deshace y susurrando versos sin tiempo hace del poeta
ausente y de su reflejo irreconocible una urgencia fecunda de gratitud.

Los temores de la acechanza traerán el horror de lo que permanecía oculto


en la profundidad de las noches, y la justa predilección de los ojos
conformados con la soledad de un recuerdo inestimable se tornarán
una espantosa manera de reproche, una hostilidad que acusa
a la inocencia de necia obstinación, potestad de FURIAS cuando acuden para
cumplir con inmediatez el castigo de la propia conciencia afiebrada.

El rudimentario trabajo de las horas,un taciturno paseo


a través del vivo desconcierto, mientras la distancia de dos voces
se desanda en el palpitar nostálgico que llena la nada
,un cavilar meditabundo para reconciliarme con el pasado
y los surcos de obstinación legados en la piel,y abandonar
definitivamente la esperanza del olvido más caprichoso.

Inconstante su alma,inconstante su cuerpo, inconstante su pesar


y su desvelo ,el suspirar de carencias que la mantiene cautiva
de ilusiones, la sombra de su duda en la imagen sobresaliente
de la muerte bruñida .Inconstante su vida al abandonar
la pericia de la extrañeza para internarse en el frío aire
de la nostalgia más cruel y ceremoniosa.
94

En amanecer rubricó en su boca un pacto de dicha que el tiempo


no borrará fácilmente ,pero su cabeza llena de malos pensamientos
la traslada a la antesala de la noche más oscura
y el oficio sentimental de añorar la vuelve semejante a un pájaro
enmudecido muriendo prematuramente,alcanzado
por un rayo desobediente de culpa impiadosa.

El rapto de un sueño conviene a la triste indiferencia


que se abre en aquel rostro cuando al decaer del cielo
la angelical memoria de lo infantil, de la vanidosa soledad
repleta de juegos,sirve al rigor paciente de aprender
cómo dejarse llevar por la vida desconociendo la propia exuberancia juvenil
que suele rivalizar con la apariencia en lo más profundo del espejo.

He visto el matrimonio del hombre con los excesos


,el atardecer como mezquindad resignada del día
,los pasos ensombrecidos de ausencia por la enemistad de las
palabras que no se dijeron, la luz quebrada de la inocencia
a través del cristal de la mirada que siendo mía ya no me pertenece
,el pulso de la alegría guiar su mano para negar el miedo.

Acudió al encuentro desesperado de su nostalgia, ciega a


la profunda sombra del abandono que la acechaba,
dada al desconcierto de una imagen que absorbe la lejanía
,con el presentimiento a flor de piel de alguna reconciliación inevitable,
para percibir la previsible muerte de la noche en circunstancias
del amoroso reconocimiento que pierde definitivamente a los que se aman.
95

DESCUIDO DE ESPERA

Y la intención áspera de su nombre


es el desamparo crucial de una juventud de mortecino ángel
,manera de resignación a deshoras.
Creí que el calor de su cercanía sería suficiente
para negar la indocilidad agobiante de mi corazón
,como si todo el silencio entre cada palabra caída de su boca
fuera una promesa que no deja de renovarse
,como si al estrecharnos en un cansado abrazo de satisfacción
alentaramos más que el engaño de dos cuerpos
sin fortuna ,reencontrados en el sombrío alivio de la carnalidad.

Aún así, si mi alma me perteneciera podría seguirla


;si no fuera la sombra de un padre que no perdonará
mi última desilusión podría al menos intentarlo.
Si a cada lágrima le correspondiera alguna sentencia inesperada
podría descansar mi cabeza en su regazo sin pudor
pero mi tiempo se acaba desafortunadamente
y la noche encontró en mi mirada el vacío de un hogar otra vez.

Y es la soledad la inquisitoria levedad en lo vislumbrado


para negarle alas a su paciencia.
96

JERARQUÍA DEL DÍA


97

De su cabellera brotaron escorpiones que anidan


en su pecho y los ojos se le hincharon de muerte pudiente
,que el transparentado don de sus mejillas
,negado a la circunstancia de una caricia sincera
,de afecto sin reprobar
,aveces parece que se prendiera para no merecer
la postura de su tristeza
sombra alguna de esperanza…
98

Me dijo:“¿Qué necesitas? ¿Una cómplice, una amante,una asesina?¿un pecho


agitado que te ofrezca descanso después de alguna bocanada de dicha? ¿Acaso no
me dijiste que todos los poetas eran suicidas,sombras encorvadas sobre escritorios
marfilados de rigor, que sólo se puede ir hasta el fin para que la escasa vida
alentada por la tristeza valga la pena,que la soledad es casi un halago del
destino?... Todos los poetas son suicidas ¿no es así?O por lo menos los que
merecen ser leídos. Te veré partir para callar, para volver silencio definitivamente
nuestros nombres, sé que esta vez no volverás, porque eres la condición incurable
del desvelo sin fortuna… Pero aunque pudiera nuevamente mirarte ,no lo haría.Mi
piel simplemente ya no te resiste.”
Luego su ademán supuso una arbitrariedad de la compasión antes de encender la
ausencia en la memoria más alucinada,que casi apenas la recuerdo cuando intento
vislumbrar su alegría en el nuevo rostro que recuperando mi entusiasmo me procura
el olvido de mí mismo, pero este rostro no podría reflejar lo que ella fue sino lo que
pudo haber sido infinitamente para apaciguarme.
99

...Estos instantes y su trepadora estirpe


casi te pertenecen y te agonizan de desvelo
por lo que pudiste ser bajo una noche todavía
tan importunada
que quien la recusa te ve como nunca :
indefensa y culpable…

...El carmín arrebozado de nuestro silencio


,de nuestro asombro,
el pudor descarnado de nuestro semblante
,el desorden impaciente del tacto
que tiende a la infinidad cristalizada...la cristiana
ausencia al reconocernos
sin impostura y
con un fervor receloso en la mirada…
100

Todo es tal cual ,una cercanía, el silencio que se rompe en la mirada


disipando la devoción inesperada, que parecieras desoír la desbandada
de la infancia, y el crepúsculo sobre manantiales de rumor risueño
soñados por la impaciencia es la visión vívida de la pertenencia
perdida,marchitada con el anhelo extraordinario de lo
que la dulzura y piedad serían.
La ancestral herencia ,esa postura, el abanico de la noche
volviendote una carencia consentida por la desavenencia,
el lento movimiento de los dedos alrededor del luto de esta cinta
,la urgencia transparentadas del ángel a pasos de triste evocación
a través de la espesura del desarraigo que te
complace,el astral ornamento para la claridad de confesiones
sin voz...No quisiera corresponder al reproche
de mi abandono ,que es arrebato también…
101

Reina la indiferencia, esa anticipación en el gesto


transfigurado de despojo;el trasfondo de las palabras
que son adiós, soledad sombría
abriendo su escape hacia el falso reflejo
de la nada,la emoción
perdiendo el prestigio de esta mezquina representación que impacienta.
102

Nadie como ella, la otra,la mujer clemente que aprendió


a sopesar con menos desconfianza,
en su corazón,
los gestos de amorosa espontaneidad, que se despojó
de cualquier velo de valentía para ir en búsqueda
de esa ilusión de inocencia
,que posó la delicada joya de sus besos
sobre ofrendas sangradas de celeridad,
y todavía llora frente al espejo su malicia
,la insuficiencia del tiempo bajo el peso humilde
de una luz reverencial… Nadie como ella
,la enajenada belleza paseando con admirablemente
la transgresión de su exilio,desolando la intemperie
de su propia piel,enseñorando el descuido transido de su alma ,
la hermana de confesa tristeza,
para esperanzar mi fatiga y mi desesperación.
103

El ahogo de una vela encendida


en la oscuridad absoluta de lo compasible
,agitando casi el femenino candor
de su anhelo
como la inmediatez de esa jactancia
que nada espera,como herida de fortuita sencillez
,aliada insoslayable del deseo
,ámbar de extraordinario recelo.
104

Nostalgia por la luna helénica, que ignora la estirpe de mis plegarias.


El pesar inconcluso se derrama en las horas de reposo
mientras apresura el reconocimiento de la soledad.
El silencio de la respiración, esperanza invisible
anhelando la fuga del ruiseñor. Quebradizas las hojas
se dejan caer,envueltas en lo incierto
de la libertad, donde la falta
corresponde a su satisfacción, donde las apariencias
crepusculares de lo que es y será indomable
dejaron de rondar
la ambición del vacío.
La resignación anudada a sus manos.
Quiero deshacer la lejanía,hacer de mi empeño
y de esta vida un descuido…
Y se aferró a los temores ,a la intriga de olvidar, con infantil apuro.

Nostalgia por la luna helénica, aquélla que desconoce


la estirpe de mis plegarias.
105

Todavía me reconoces,a través del tiempo,


tan extraño al amparo de pensamientos sin maldecir
que mi perfil sombrío no pareciera
el perjuicio de alguna reprimenda muda
,anhelo consecuente de lo que no fue nombrado.
Todavía esperas de mi amargura
el presentimiento irresistible de una vigencia sin tregua.
106

Dices que al día conviene la fascinación de una circunstancia, que esta quietud es
abandono,que la juventud sublevó su propia promesa ,que la extrañeza de nuestra
mirada sobrevivirá a la esclavitud del reflejo. Sin embargo al sorprenderte eres como
una forma de cautela y vergüenza, y alientas aún la dicha de algún padecimiento
inconfesable, como extravagancia desheredada de negación.
107

Una promesa de fidelidad la inquieta,la aterra hasta la palidez;


la admiración de lo bello con esta mirada distante
,la inclinación cordial olvidando el egoísmo de quien no permaneció.
Que si ella pudiera recordar cómo soñó suplicios
en un páramo desahuciado, la demostración ciega
de la naturaleza, la visión espiritual a través de la profundidad
insensata del abismo, la sensación broncinea del día
en la piel,
volvería a suspirar llena de confianza.
108

El aire perfumaba el enredo dorado de su cabello


y se advertía en su mirada el hartazgo de una prisa recurrente,
ya no se vislumbraba en la misma
la arrogancia de aquella juventud sin desposeer,
y como la desdichada mujer que depende del fastidio
para impresionar,dijo:“Te convendrá una discreción de fiera
,ocultar esa sombra de barbarie
,esperar la temprana inclinación del día ,
para consentir el descanso de las ansias que te dominan.
La presencia sumisa hace a la indiferencia
por un momento, cuando el desarraigo de la pena
permite dejar de contemplar
los errores de la verdad inmemorial, perdida con lo civilizado
,con un brillo criminal en los ojos…
Retornará la visión primordial
de los templos de Dioses más vigorosos y crueles
,humana inmortalidad,
templos griegos que la luz melancólica de la noche baña,
no consagrados a la humildad de las apariencias
,levantados por la audacia de manos
preparadas para la gloria impiadosa atraer a su desnudez laboriosa.”
109

Un refugio amanecido de júbilo nos espera más allá


del ensueño de estas praderas,del vergel que honra
el estandarte de la inocencia, del sendero subyugado por la sangre
dejando entrever el rostro de esa corrupción amorosamente justificada
,de la luz del día y su jerarquía que siendo refinada caída enciende
la ostentación de girasoles y revela una angelada indiferencia
en la hierba, del promontorio sagrado
para la virilidad menos dolida.
Una libertad nueva nos llama…
110

La frívola apariencia, enteramente la luz,las últimas fuerzas,


lo que todavía nos queda es la pena de una satisfacción indecible
,el desaire del olvido que nos consiente y adormece y resigna,
el gesto de este engaño, el silencio en los ojos,
la delicadeza de la búsqueda tan impropia ahora de nuestros dedos.
Esta tragedia es la nocturna impresión que nos ausenta
y el furor consumiéndonos hasta el hartazgo;
palideces en la cercanía inesperada con un dejo de nostalgia;
en esta exaltación sentimental pareces querer alcanzar
todos los secretos de la abundancia .
Y te entusiasmas otra vez corriéndole el velo tardío de incertidumbre
a la belleza, y el alma envejecida presume su pudor
como la corona lírica de la virtud
mientras la oscuridad agazapada, interminable extrañeza,
habita la inmensidad borrando el retazo de esa visión de bondad
predecesora del crepúsculo, y el mal contiene
la nada misma de toda ancianidad.
Una simpleza cotidiana, una ternura sin esperanza
,el aire ceniciento de esa vida ,son una manera de discordia
para el porvenir de lo irrealizable, cuando al añorar
algunas palabras persiste la gratitud
y el murmurar que perdió los días deja de ilusionar el genio de la locura .
Fugaz apenas, trasnochada de anhelos,
la fortuna de este instante, pérdida a pesar de cualquier esfuerzo
de voluntad y deseo, ajenidad a través de nuestra falsa imagen…
111

Esa mirada cautiva es como un salto al vacío, esa mirada inabordable, duda cálida
del despertar, imposibilidad de olvido .
Sus brazos no descansaron al alba de la espera.
El ángel apaciguado de su cabello perfumando el vacío de esta habitación,
fascinando mi quietud.Bien podría permanecer así, al resguardo de su sombra
apenas, adivinar la inesperada franqueza que esboza su sonrisa, presentir el
cambio aún cuando no termina de surgir en su pecho.
La piel al luciente abandono de los días, presunción de la pesadumbre y de su
insensatez, fructífera palidez, parece perdonar tímidamente la necesidad una tregua
del tiempo que trae augurios de graciosa dicha,mientras tanto el desatino de
pretender el reconocimiento de la propia mocedad en el otro es vano ejercicio de
piedad.
“Se esmaltó el alma con el designio celestial de hallazgo y esta recompensa de
tenerte a mi lado pudiera ser una ofensa para el tedio, que con el florecimiento de la
hermosura queda relegada toda manera de resignación y con el renacimiento ciego
de la fe permanece inconclusa la amenaza de la muerte en el pensamiento menos
iluminado. ”Estas palabras no serían para menospreciar mi silencio y podrían
desdecir cualquier carencia que con el mismo se subleva,tan sólo el extravío, estar
a la deriva de un sueño,las aguas cristalinas que parecieran mecer su soledad, la
intrascendencia absoluta de las horas,tan sólo contemplarla y recuperar la inocencia
de lo irreal.
Los velos que exceden la nostalgia de una puesta esfumando el rostro
desapasionado de la entrega desvalida, se corren dejando al descubierto la
profundidad de la naturaleza incestuosa; el deber autónomo de sus labios, el sello
de un nombre nunca pronunciado con el descuido del desaire ;todavía puedo cerrar
los ojos y verla como la primera vez cuando el corazón se colmaba de espectativas .
Se acercó caminando como a los saltos con la ingenuidad de una niña,dejándose
ver en su expresión el atrevimiento que conquista lo extraño, deseosa de descubrir
el alcance de su intención, esa tarde.
112

“Crees realmente en lo que encontraron los ojos,crees realmente que la manera


antojadiza usada por la mirada para proyectarse será suficiente a fin de desentrañar
el espejismo de las apariencias. Afuera el día padece el recuerdo de caminos ya
transitados,que su luz es la concesión de la verdad en la cotidiana belleza, mientras
aquí, a mi lado, el irreflexivo resplandor de papeles ardiendo pesarosamente es
como la claridad de un distanciamiento sin el rigor del silencio. ”Le dije,sin embargo
permaneció tan ausente que mis palabras parecieron inútiles como el ruego
desesperado al atender la agonía, y ni siquiera así fui el asombro y la instancia
crucial de la fe en la variación de mi semblante.
A la intemperie, la amorosa vigilancia de nuestra huérfana predilecta,teniendo la piel
de corteza que el día hace una inoportuna demostración de su vigor cuando
despunta alto,sus ojos, zafiros de indomable brillo que desde poniente el ardid de
exuberancia plena se refleja en estos con la insignificancia de un misterio sin
inmediatez.
113

Es tarde para sosegar el espíritu carmesí ,aquellas confesiones en un soplo de


dignidad exaltaron la recóndita belleza del pesar;y el reverdecer de las hojas que
hace a la indiscreción de la estación, la espesura dejando alrededor el rumor de la
ausencia, su ausencia; vestigios de soledad a menudo la transparente cara de la
luna insinúa con la blancuzca cordialidad de una muerte sin velamen.
El espanto y la devoción hacen en mi garganta un nudo,
palidezco de clemencia al encontrar la profusa voz
de mi vanidad donde lo extraordinario es un llamado insondable, cerca de mí
como una manera de consolación permanecen inmóviles las aniñadas jóvenes
que llevaron en la frente el desprecio de ese beso tan culposo
,el beso de un padre que no sabía llorar el infortunio;
y voy midiendo el paso de la noche en el cambio de las estrellas sin poseer
,constelada ajenidad ,fragmentos irrisorios
de la inconstancia apenas percibida.
114

Más real que la vida misma


es el sueño de encontrarme en sus brazos
,porque sus manos alguna vez parecieron
recoger cálidamente el fruto de una vida de verdadera dicha…
Más real que la vida misma
es el recuerdo de los días perdidos
en la ilusión de esa comunión interminable…
115

La oportuna liviandad de la vida abandonandonos es el misterio de la noche que


tiende a señorear cada amoroso suspiro, y así mi mano encuentra el esparcimiento
donde sos un desorden paciente, curiosa satisfacción para la dulce apatía de esta
cercanía. Que al verte dormir como ahora quiero parar la marcha del tiempo y
grabar en mi memoria el rostro que haces un perfil apenas iluminado por la corte
estelar de la noche, curiosidad de contemplación para este descanso; que al
presentir el motor de cada latido en la mansa vitalidad del orgullo puedo al abrigo de
lo incierto esperar el último aliento de mi boca con la fascinación de quien conoce el
deleite más grande.
116

Las cenizas de donde procede la negación harán a la gloriosa fortaleza de su


juventud, el ahogo de su nombre pertenecerá a la memoria del día al limpiar éste el
pétreo abandono de la inocencia para reconocer la habitual simpatía de una mirada
sin herencia de culpa, sin esfuerzo impondrá el silencio un reconocimiento de
adoración y lealtad en la lozanía de la piel que es pálida permanencia. He oído la
risueña multitud de esa infancia perdida en la obstinación de algún susurro; he
intentado, sin rumbo, regresar con propósito de un reencuentro impaciente al yugo
esperanzador; y se abrió mi corazón a la codicia del mal imperdonable, no obstante,
de la bondad todo fue anhelado en la intimidad de un rezo sin desvelo,incluso la
vergüenza que deja en el semblante de quien la padece algo parecido a la gratitud.
117

Solamente me valgo de estos recuerdos para esbozar los atributos de su vanidosa


carnalidad,el esplendor irreconciliable de su desidia, la franqueza que fácilmente
demostró su sonrisa…
Se alumbraba con el sufrimiento del cielo oriental la esfinge de nuestros días de
alborozo el día que imperiosamente abandonamos la soledad más incómoda y la
sombra del desencanto para ir tras el deleite y desafiar la amarga sumisión de la
muerte.
118

...Entonces el gesto primitivo de la locura se posesionó


de la cara ajada del anciano de los días, que él mismo me dijo:
“A consecuencia de la estéril verdad que ni siquiera te permite
despreciar la prudencia, no conoces la exuberancia de lo bello
y con la humildad de un necio te despojas de la sabiduría infernal
,de los proverbios recogidos por el poeta iluminado
,ignorando cómo resulta memorable la visión de libertad
que el fuego anima intensamente donde la naturaleza
se impone salvaje para irradiar la luz tutelar de lo eterno.
Bien pudieras ver el genio que arrasando la cosecha
de esta adánica estirpe prepara la simiente para aquellos
que algún día se librarán de la esclavitud de esa razón insuficiente
,ceguera de la dicha, reconocer en la tormenta
el amor laborioso de lo divino, la servidumbre del cuerpo como tortura del espíritu.
No obstante no dejas de sangrar en la tierra
que rechaza el sacrificio del corazón.
¡No hay más odio y amor! El horizonte para nuestros sentidos
mudó la tristeza irreconocible de lo velado
por la abrasadora revelación de la intimidad, siendo
lo que el humano entendimiento llama ‘alma’ o ‘esencia imperecedera’
apenas el presentimiento de la celestial infinidad… ”
Luego calló y pareció maldecirme.
119

Su presente es una vacilación


y mi olvido por ella conviene
esta cotidiana fascinación
de los sentidos, una especie de sueño
para advertir el propósito del espíritu.
Su desnudez evidencia el fervor
de la indiferencia, la libertad de la sencillez
que el extravío presurosamente descubre,
y mi silencio a pesar de todo trasluce
la verdad de la piedad misma
como encantadora promesa de devoción.
120

“¿Qué tentación de pesar te anima a este desasosiego


para pasearte con miserable apariencia de mendigo
por un panteón que la memoria siempre recordará
como opulento reflejo de la antigua tradición
de Dioses engendrados por el fuego de la irracionalidad?
,y casi pareciendo a DIÓGENES
cuando por las calles de ATENAS caminaba
con su lámpara, bien pudieras también buscar
un hombre honesto para contentarte
,pero eres pobre y eso no te complace y careces de un báculo
y un cuenco y de una tinaja si quisieras ser como aquél…
¿Qué extraño sentimiento llevas
para que ahora tan severamente te vea, pues con cada paso
no te espera ningún lugar, y quien se permite errar de esa manera
nunca tendrá un sitio al que pueda acudir
bien si tiene la necesidad de hacerlo o no ? ”
Así le dijo el ángel al hombre de sombra presuntuosa
,heredero de CAÍN y de todos los asesinos
,alguna vez idólatra que dio como testimonio del infierno
su voz y la calumnia de su consentimiento.
121

Naces muerto pero igual lloras,y caes en los brazos de una madre que apenas
sonreía ,por lo menos eso dijeron. Y luego tratas de crecer como un niño normal
pero la normalidad no es posible, y estás como muerto,vives paralizado por el miedo
a los demás, a todo lo que te rodea,un miedo inexplicable, y eres un niño solitario e
inventas juegos todo el tiempo con las palabras, tratas de escribirlas al revés, las
anotas en papelitos que escondes por la casa y el jardín, a pesar del espanto lo
haces y te reconfortas en la imaginación más desbordante. Finalmente te vuelves un
joven desconfiado e impaciente, y vas por la senda del perdedor y sientes más de lo
soportable,mientes con la mejor sonrisa posible, seleccionas las confesiones para
hacer amigos y relacionarte un poco,dejas trozos del corazón a cualquiera que
aparente apreciarte ¿pero no estás acaso muerto, y los muertos no sienten,no
sonríen y no se confiesan? Un día te dices a vos mismo: “Ve hasta el final con esta
soledad ineludible, con la desesperación que te acompaña ,siente la tristeza más
que nadie,hazte trizas,olvidate con el dolor de esto: no vives,nunca viviste.Y no te
evadas de la angustia, no te escapes de la miseria de vivir,pues la necesitas .Ya sin
juventud la encuentras, pero estás cansado para seguirla,todo es un desencuentro,
y ella trata de escapar de la depresión cotidiana, entonces lo que parecía muerte en
vos es apenas un vacío de palabras, un mutismo demasiado profundo a punto de
acabarse,sabes que a ella podrías contarle todo y si te derrumbaras otra vez sólo la
querrías a ella al lado ,podrías sonreír sin culpa a su desvarío, por eso te levantas
finalmente y tratas de correr con ella hacia cualquier lugar aunque sea demasiado
tarde y no hay nada peor que ese ‘demasiado tarde’.Tal vez termines refugiandote
en el engaño de la soledad de nuevo y vuelvas a morir,o por lo menos eso creerás,
después,aún así lo intentas…
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