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El documento resume los conceptos de luz, color y movimiento en la percepción visual. Explica que la luz es fundamental para la percepción de forma, color, espacio y movimiento. Describe cómo la distribución de la luz y las sombras ayudan a crear profundidad y relieve. Además, señala que aunque el color y la forma son fenómenos separables, el color influye en la forma en que percibimos los objetos.
El documento resume los conceptos de luz, color y movimiento en la percepción visual. Explica que la luz es fundamental para la percepción de forma, color, espacio y movimiento. Describe cómo la distribución de la luz y las sombras ayudan a crear profundidad y relieve. Además, señala que aunque el color y la forma son fenómenos separables, el color influye en la forma en que percibimos los objetos.
El documento resume los conceptos de luz, color y movimiento en la percepción visual. Explica que la luz es fundamental para la percepción de forma, color, espacio y movimiento. Describe cómo la distribución de la luz y las sombras ayudan a crear profundidad y relieve. Además, señala que aunque el color y la forma son fenómenos separables, el color influye en la forma en que percibimos los objetos.
Tema: Arte y percepción visual / Capítulos 6, 7 y 8. La luz, el color y el movimiento. En este apartado se une todo lo que ya se ha visto antes y se aumenta algunos conceptos que también son válidos y útiles para el campo visual y la percepción humanas. Una de las primeras causas de la percepción visual es “la luz”, pues sin esta no podremos apreciar: forma, color, espacio o movimiento. Desde el punto de vista psicológico, es una de las experiencias humanas más fundamentales y poderosas. En nuestro planeta, los objetos tienen luz propia, que se pueden percibir en mayor o menor grado; y la oscuridad, puede ser la extinción de esta luminosidad o la ocultación de estos por otros oscuros. En nuestro entorno, la luminosidad que vemos depende de la distribución de luz dentro de una situación total, de los procesos en los ojos y del sistema nervioso del observador; aunque, también hay que tomar en cuenta que no somos capaces de distinguir entre la luminosidad del objeto y la de la iluminación, para evitar la confusión, “es preciso que la distribución de luz dentro de la composición sea comprensible para la vista del observador (…) reducir las fuentes luminosas a una sola” (Arnheim, 1954); con seguridad podemos percibir la luminosidad relativa de los objetos cuando una situación entera se encuentra dentro de la iluminación homogénea. “La iluminación es la imposición perceptible de un gradiente de luz sobre la luminosidad objetal y los colores objetales de la escena” (Arnheim, 1954). La luz también crea espacio, por ejemplo: todos los gradientes pueden crear profundidad, las luces laterales aumentan el relieve y al acelerar los gradientes de luminosidad se obtienen superficies curvas; los saltos de luminosidad colaboran a crear saltos de distancias y, además, “Una distribución juiciosa de la luz sirve para prestar unidad y orden no solo a la forma de los objetos aislados, sino también a la de la una composición entera” (Arnheim, 1954); además, se puede dar un significado pretendido, gracias a la iluminación. Existen dos clases de sobras: las sombras propias, que están directamente sobre el objeto; y, las sombras esbatimentadas, son una imposición de un objeto sobre otro; estas dos clases de sombras, definen el espacio y se aplican para representar la redondez; además, toda sombra, sea cual sea, está sujeta a la distorsión perspectiva. Los esquemas de luminosidad de las sombras se entremezclan con los valores de luminosidad y oscuridad del objeto y, también, interfieren en la claridad de sus colores locales y sus interrelaciones. La forma y el color son fenómenos separados, por lo tanto, distinguibles. Los colores que podemos reconocer con facilidad son, aproximadamente, seis: los tres primarios y los secundarios. Nuestro poder de discriminación de los colores es muy limitado, porque es más difícil retener las diferencias de grado de los colores; las cuatro dimensiones que si podemos distinguir son: rojez, azulez, amarillez y escala de grises; la forma es mejor medio de discriminación que el color, por estas razones. La intensidad de la luz también tiene efecto sobre el color, una luz fuerte hace más luminoso un rojo, y, una débil, resalta los azules y verdes. “Todo aspecto visual debe su existencia a la luminosidad y al color” (Arnheim, 1954); gracias a estos es que podemos determinar diferentes objetos e identificarlos, gracias también a la forma, con los límites de los objetos. En el test de Rorschach se puede estudiar el color y la forma, en donde, en las tarjetas estos se relacionan, el observador determina un objeto en base al color con la forma o viceversa; todos tenemos una perspectiva diferente y esto es de acuerdo a la personalidad del observador, según esto, se puede ver que las persona que reaccionan más a la forma son las deprimidas, y, las personas de ánimo alegre van a favorecer a las respuestas cromáticas. Arnheim, R. (1954). Arte y percepción visual. California: University of California Press.