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Rosalba Esquivel-Cote
¿Quién no quisiera estar en estos momentos fuera de este salón? y poder disfrutar de un lugar sin
ruido, apacible, sin preocupaciones y sin prisa, sólo sentir el momento sentado sobre la hierba,
observando lo alto de los árboles, y escuchando el sonido del agua al correr por el río… ¡Qué paz!
Y al reposar en aquel lugar con tal quietud, nos es difícil imaginar que sobre y debajo de toda esa
naturaleza se encuentre toda una dinámica y compleja red de seres vivos que trabajan
constantemente para mantener ese paisaje, y así, nosotros poder disfrutarlo. Bacterias, hongos,
protozoos y algas llevan a cabo procesos específicos que permiten el reciclamiento y circulación de
todos los elementos químicos (sólidos, líquidos y gaseosos) que componen el ambiente.
El primer personaje que registró la existencia de las algas microscópicas fue Christian Andreas
Víctor Hensen (1835-1924) (Fig. 2), un médico, zoólogo, botánico, algólogo y planctólogo alemán
que, además de sentar las bases de la oceanografía biológica, en 1887 acuñó el término plancton
(del griego plangktós = errante) para referirse al conjunto de organismos, principalmente
microscópicos, que flotaban en las aguas marinas o dulces. Él reveló que en el plancton se
encontraban dos tipos de organismos microscópicos: uno de origen animal, al cual llamó
zooplancton, compuesto por protozoos, pequeños crustáceos, medusas, moluscos, pulgas de
agua, gusanos, hasta larvas de muchas especies animales; y otro de grupo de origen
aparentemente vegetal, llamado fitoplancton, compuesto principalmente por cianobacterias y
algas. Aquí es donde Hensen admira la gran diversidad en forma, tamaño y color de este último
grupo de microorganismos, los cuales fungían como alimento del zooplancton. Hoy en día también
se sabe que el fitoplancton funciona como un sumidero de CO2 (absorben carbono emitido a la
atmósfera) y es responsable de la formación de nubes en el océano Antártico, en la cual participa
al menos una especie de microalga en particular: Planktonema lauterbornii.
Las algas se encuentran en todo lugar, habitando una gran variedad de ambientes: cálidos, fríos,
templados, en zonas termales; sobre hielo, suelo, rocas, plantas, árboles, animales, aguas marinas,
agua dulce, y ¡hasta en lugares altamente contaminados! También se encuentran en asociación
simbiótica con otros microorganismos.
El éxito de las algas, la fotosíntesis
Las plantas, las algas y las cianobacterias, son productores primarios y considerados como la base
de la cadena trófica debido a su capacidad para llevar a cabo la fotosíntesis (Fig. 4), fenómeno que
cambió la vida en el planeta Tierra.
Las algas, además de la clorofila, poseen otros pigmentos fotosintéticos que se distinguen entre sí
por pequeñas diferencias en su estructura molecular, como los carotenoides y las ficobilinas, los
cuales tienen relación con el color y la clasificación de este grupo microbiano.
Antiguamente, las cianobacterias eran llamadas algas verde-azules, principalmente por similitudes
tales como su capacidad para realizar fotosíntesis oxigénica, su contenido de clorofila,
reproducción binaria, y que pueden organizarse como microorganismos individuales y coloniales;
no obstante, existen marcadas diferencias entre ambos grupos que los hace completamente
diferentes, como que son células que no poseen núcleo (procariotas) y su filogenia está
relacionada con bacterias Gram negativas (16S rARN), no poseen cloroplastos y los tilacoides
contienen ficobilisomas (almacenar pigmentos tipo ficobilinas). Además, es importante considerar
un aspecto trascendental en la vida de las cianobacterias, ya que ellas con capaces de fijar
nitrógeno molecular; es decir transforman el gas dinitrógeno (N2) en nitratos (NO3-), compuestos
asimilables por las plantas, gracias a la intervención de la Nitrogenasa, enzima exclusiva de
microorganismos procarióticos.
Las algas son seres eucariotes, es decir, el ADN se halla en el interior de un núcleo limitado por una
membrana definida. Filogenéticamente, se ubican en el Dominio Eukarya, según la clasificación de
Carl Woese (1928-1912) propuesta en 1977 (Fig. 5a), la cual se basa en comparaciones de
moléculas de ARN ribosómico, y actualmente la más aceptada entre la comunidad científica. En
1998, el biólogo canadiense Thomas Cavalier-Smith (1942-) propuso la inclusión de las algas en el
Reino Chromista dentro del Imperio Eukaryota (Fig. 5b), basado en similitudes de la estructura
celular. Y, recientemente en el año 2000, el biólogo estadunidense Christon J. Hurst (1954-)
presentó una clasificación donde se incluyó, por primera vez en la historia, a los virus dentro del
Dominio Akamara (Fig. 5c). ¿Y, las algas? En esta clasificación, se consideraron dentro del Dominio
Eukarya, tal como lo había señalado Woese.
a b
Para más información acerca de los diferentes sistemas de clasificación propuestos a través del
tiempo te invito a que consultes la siguiente liga:
http://objetos.unam.mx/biologia/diversidadSeresVivos/historia.html
Hasta ahora la información que se ha revisado ha sido muy interesante, pero, si alguien te
pregunta ¿qué son las algas?, tú deberás decir que son organismos:
Eucariotas
Carecen de una verdadera diferenciación tisular
Fotoautótrofos
Realizan fotosíntesis con producción de O2
No fijan nitrógeno atmosférico
Presentan una amplia diversidad en hábitats, tamaño, morfología, estructura celular,
composición química y ciclos de vida.
Las algas presentan una notable diversidad en su tamaño, forma, estructura celular, composición
química, ciclos de vida y hábitats. Pueden tener una organización formada por una sola célula
(unicelular) hasta por un conjunto de cientos o miles de ellas (pluricelular, Fig. 6).
Las algas pluricelulares son consideradas “las plantas del mar”, ya que llegan a formar grandes
masas vegetales de algunos centímetros hasta varios metros, pero no presentan ni raíz, ni tallo, ni
hojas, y se sostiene mediante una estructura llamada talo. Pueden tener forma filamentosa,
sifonada o de tubo, laminada o ramificada con apariencia frondosa. Estas macroalgas son las que
llegas a observar a la orilla del río o en la playa como pastos o plantas de color verde, marrón,
amarillo, anaranjado o rojo; se caracterizan porque al tacto suelen ser muy viscosas.
En tanto, las algas unicelulares son las que conocemos como microscópicas, suelen tener un
tamaño de 2 a 200 micras y serán el tema del resto de este escrito.
Microalgas
Las algas microscópicas pueden formar distintos tipos de formas de agregados como de cubo,
laminar, triangulares, esférica, ovaladas, alargadas, estrelladas y filamentosas. La estructura
celular es típica de un organismo eucariote (Fig. 7).
El núcleo está rodeado por una doble membrana con poros, en su interior se encuentra la
cariolinfa (nucléolo y cromatina). Poseen una pared celular fina y rígida formada por polisacáridos.
Las mitocondrias pueden varias entre las algas debido a la formación de sus crestas
mitocondriales, las cuales pueden ser discoidales, laminares o tubulares. Los cloroplastos pueden
tener varias formas, y pueden tener una o dos membranas, e incluso una membrana de tipo
retículo endoplásmico. En ocasiones, los cloroplastos presentan un área densa, incolora y muy
refringente llamada pirenoide, relacionada con la síntesis y almacenamiento de almidón y
reservorio de la enzima encargada de la fijación de CO2 durante la fotosíntesis. Una característica
única de las algas verdes flageladas es que pueden presentar una mancha ocular o Estigma, el cual
es considerado un órgano fotorreceptor el cual se relaciona con el movimiento (fototaxis) de los
flagelos. El estigma es típico de las Euglenas. Las vacuolas contráctiles son frecuentes en especies
de agua dulce. Los flagelos pueden presentarse aislados, en pares, formando grupos o hileras;
pero no todas especies de microalgas presentan flagelos. Como verás y, contrario a lo que se
pensaba, los protozoarios no son los únicos microorganismos que se caracterizan por tener
movimiento.
Estructura celular
La estructura celular es similar en todas las microalgas; sin embargo, la forma como están
organizados los organelos puede variar, como ocurre con algunas algas filamentosas como
Spyrogira, que presentan una conformación en espiral. Otro caso es el de los llamados
Dinoflagelados, cuentan con flagelos que les permite un movimiento rotatorio, y algunos cuentan
con una cubierta llamada teca, la cual le dan una apariencia muy particular al microorganismo. Los
Dinoflagelados pueden ser bioluminiscentes y son los organismos responsables de la “Marea
Roja”. Dentro del grupo de microalgas que se encuentran cubiertas están las Diatomeas, las cuales
se hallan rodeadas por una pared celular única hecha de sílice (dióxido de silicio hidratado)
llamada frústula, las cuales muestran una morfología muy amplia, pero siempre formada por dos
partes asimétricas con una división entre ellas. Estos organismos los puedes considerar “las joyas”
del agua debido a la apariencia de ellas vistas bajo un microscopio de campo oscuro.
Anteriormente comentamos que las algas se caracterizan por ser autótrofos; sin embargo, algunas
de éstas requieren factores de crecimiento para su desarrollo. Otras por cuestiones de
sobrevivencia, “tuvieron la necesidad” de vivir y desarrollarse en hábitats fuera del alcance de la
luz solar, y al paso del tiempo perdieron su cloroplasto y así su capacidad fotosintética.
Estas algas crearon otros mecanismos para obtener nutrientes; por ejemplo, la fagocitosis, donde
absorben material particulado mediante sus vacuolas de digestión, algunas otras pudieron
absorber nutrientes en forma soluble directamente a través de la membrana plasmática,
comportándose así, como saprófitas y como parásitas. En estos casos el tipo de nutrición que
presentan es quimioheterótrofo, es decir, requieren de compuestos orgánicos como fuente de
carbono y energía.
¡Aguas!
Por otro lado, algunas especies marinas son consideradas nocivas debido a que liberan
metabolitos secundarios considerados como sustancias tóxicas llamadas ficotoxinas como las
saxitoxinas, las brevitoxinas y las yessotoxinas; en su mayoría producidas por especies
dinoflageladas, las cuales son responsables de la llamada Marea Roja (Fig. 8).
Organismos tales como almejas, mejillones, cholgas, berberechos, ostras o caracoles de mar
pueden acumular las toxinas en su cuerpo al alimentarse de las microalgas. Las toxinas no afectan
a estos animales, ni les producen cambios perceptibles en su olor, color o sabor. Pero si estos
mariscos son consumidos por tí pueden ocasionarte un cuadro de intoxicación, cuya gravedad
dependerá del tipo de toxina de la dosis que hayas ingerido ¡aguas! Considera que las toxinas no
se inactivan por la cocción, o por el limón o vinagre que pongas a tus alimentos ¡tampoco
consumiendo vino, cerveza, tequila o cualquier otro tipo de alcohol!
Las algas en general, macro y micro, se pueden reproducir asexual (Fig. 9) como sexualmente.
La reproducción asexual se lleva a cabo por:
a b
Figura 9. Reproducción asexual de las algas por fisión binaria (a), fragmentación (b) y
esporulación (c).
La reproducción sexual se lleva a cabo por conjugación o a través de gametos que se producen en
estructuras especializadas que pueden ser morfológicamente iguales (gametangios) o diferentes
(anteridio y oogonio), y puede ser un proceso de tipo:
¿Has escuchado la palabra simbiosis?, así como les llaman a esas dos de tus amigas que siempre
andan juntas y que si una no estudia la otra tampoco.
Los líquenes son un grupo de organismos constituidos por un alga y un hongo (Ascomycota o
Basidiomycota). El hongo proporciona una estructura que puede proteger al alga de la
deshidratación y de las condiciones desfavorables, mientras que el alga sintetiza y excreta un
hidrato de carbono específico que el hongo toma como alimento.
Los líquenes son organismos pluricelulares, excepcionalmente resistentes a las condiciones
ambientales adversas y capaces de colonizar muy diversos ecosistemas.
Las zooxantelas son organismos endosimbiontes de varios animales marinos. Por lo general son
dinoflagelados. Generalmente son integradas por ingestión directa, y se multiplican a continuación
en los tejidos del huésped, proporcionándole nutrientes. Los corales de los arrecifes tienen
zooxantelas y son dependientes en gran medida de ellas, limitando así su crecimiento a la zona
iluminada (fótica) del arrecife. Esta relación simbiótica es probablemente la responsable del gran
éxito de los corales como organismos constructores de arrecifes en las aguas tropicales.
Las algas se clasifican, como casi todos los microorganismos, mediante técnicas de biología
molecular. Sin embargo, una clasificación clásica que aporta mucha información acerca de las
características morfológicas y de su composición química es la que se muestra en el cuadro anexo.