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1. Chile: Cardenal: La Iglesia tiene una palabra de verdad para los homosexuales 2
Agregó que “más grave aún es la legalización de las uniones homosexuales, ya que, en este caso,
se niega la diferencia sexual entre las personas de esas uniones”.
En este sentido explicó que “esto no perjudica el reconocimiento de la dignidad de cada persona:
para todos quiero expresar mi respeto y solicitud pastoral. Lo que solicito también a todos
quienes comparten el gozo del Evangelio”.
El Cardenal recordó además que en un documento común entre la Iglesia Católica y las Iglesias
Ortodoxa y Evangélicas, entregado en 2012, se expresó que la legalización de las uniones de
hecho es “inaceptable en el plano de los principios y peligrosa en el plano social y educativo”.
En cuanto a la forma en que se abordó el tema de las parejas homosexuales en el reciente Sínodo
afirmó que “la Iglesia siente el deber de decir una palabra de verdad y de esperanza. Es necesario
acoger a las personas en su existencia concreta”.
Finalmente, dijo que el documento conclusivo del Sínodo señala que “no existe fundamento
alguno para asimilar o establecer analogías entre las uniones homosexuales y el proyecto de Dios
sobre el matrimonio y la familia”, sin embargo, agregó, “hombres y mujeres con tendencias
homosexuales deben ser acogidos con respeto y delicadeza”.
Fuente: https://www.aciprensa.com/noticias/cardenal-ezzati-la-iglesia-tiene-una-palabra-de-
verdad-para-los-homosexuales-45822/.
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Otra razón por la cual el debate acerca del “matrimonio” homosexual no despierta tanta pasión
como otros temas, es porque el “matrimonio” entre dos hombres o dos mujeres no parece tener, a
primera vista, ninguna víctima – como sí las tienen claramente el aborto, la pornografía y la
eutanasia.
El problema que tienen los defensores del matrimonio es que las consecuencias negativas de las
uniones homosexuales no serán evidentes sino hasta dentro de varios años o aún décadas. Entre
estas consecuencias se encuentran la corrosión de derechos fundamentales – como la libertad de
expresión y la libertad de asociación –, el perjuicio para los niños, la ulterior degradación de la
familia y la disminución de la expectativa de vida de las mismas personas que practican el
homosexualismo. Eventualmente, el “matrimonio” homosexual se convertirá en parte integral del
escenario social y legal y será muy difícil contrarrestarlo.
Los intolerantes son personas que poseen prejuicios imposibles de sacudir pero que no tienen
ningún fundamento válido. Ello significa que las personas que se oponen al “matrimonio”
homosexual y que no son capaces de explicar por qué, son, por definición, intolerantes. Por
consiguiente, sacudámonos nuestra intolerancia, no por medio de una aceptación ciega de todo lo
que digan los napoleones del homosexualismo, quienes quieren hacernos tragar su ideología,
sino por medio de la adquisición de la información correcta de por qué el sustituto del verdadero
matrimonio, que pretende ser el “matrimonio” entre dos hombres o dos mujeres, es en verdad
una idea muy mala.
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Primero que todo, ¿por qué el “matrimonio” homosexual es una mala idea? ¿Por qué nos debe
preocupar el que dos mujeres o dos hombres que se aman mutuamente se “casen”? ¿A quién le
hacen daño?
Debemos comenzar por reconocer que los dos contendientes en este debate preguntan dos cosas
completamente diferentes y abordan el tema desde dos ángulos completamente diferentes.
Los que proponen el “matrimonio” homosexual presentan una apelación puramente emocional.
Afirman cosas ambiguas que son difíciles de refutar, como “Es injusto negarles el matrimonio a
dos personas que se aman”. En contraste con ello, los que se oponen al “matrimonio” entre
personas del mismo sexo usan la lógica y la ciencia, y preguntan cosas como “¿Es ello bueno
para la sociedad?” o “¿Qué impacto tiene en los niños?”
La discusión acerca del “matrimonio” homosexual es un asunto muy práctico, porque la historia
muestra que todas las sociedades que desestiman el matrimonio o que diluyen su significado
eventualmente se desintegran. En la actualidad, hay muchas naciones que ya se encuentran
bastante lejos en este proceso. Por ejemplo, Japón y Rusia perderán más de la mitad de sus
poblaciones mucho antes del final de este siglo [1].
También debemos preocuparnos por nuestros niños. Todos los estudios serios que se han
realizado demuestran que un niño crece mejor cuando tiene una madre y un padre. No solamente
una madre. No solamente un padre. No dos o tres padres ni dos o tres madres. Un padre y una
madre.
Nota:
[1]. United Nations Population Information Network:
http://esa.un.org/unpd/wpp/unpp/panel_population.htm. Hemos usado la variante más baja, ya
que, históricamente hablando, ha sido la predicción más exacta.
Continuará.
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Hoy en día tenemos un conflicto entre dos conceptos rivales del matrimonio. Primero tenemos el
matrimonio natural, que se define en términos de dos cualidades. La primera es su cualidad
unitiva, la cual significa que los esposos se prometen fidelidad mutua, excluyendo así cualquier
tercera persona hasta la muerte. La segunda es su cualidad procreadora, la cual significa que los
esposos permiten que su unión conyugal permanezca siempre abierta a la posibilidad del
surgimiento de una nueva vida.
Luego tenemos la visión revisionista del matrimonio, la cual lo define como un vínculo
emocional entre socios “durante todo el tiempo que dure el amor”. Como expresó un promotor
del “nuevo” tipo de “matrimonio”: “La definición del matrimonio es plástica. Así como el
matrimonio heterosexual no es mejor o peor que el matrimonio homosexual, el matrimonio entre
dos adultos que consienten no es inherentemente más o menos ‘correcto’ que el matrimonio entre
tres (o cuatro o seis) adultos que consienten…De manera que luchemos por la igualdad
matrimonial hasta que se extienda a todas las parejas compuestas por personas del mismo sexo
en EEUU – y luego continuemos luchando. No hemos terminado todavía” [2].
Los promotores del “nuevo matrimonio” creen que el matrimonio no es otra cosa que un
vehículo para la felicidad, la auto-realización y el disfrute de los adultos. Cuando la gente se cree
esto, el divorcio se hace inevitable una vez que la felicidad o el “amor” se desvanecen. El
compromiso hasta que la muerte separe a los esposos ha involucionado en el compromiso hasta
que el “matrimonio” ya no es divertido. Por ello es que el “nuevo matrimonio” carece tanto del
Cualquier similitud que el matrimonio natural y el “nuevo” tengan es puramente cosmética. Sus
diferencias, sin embargo, son abismales. Mientras el matrimonio natural es una institución con
un dinamismo hacia los demás y de carácter objetivo; el “nuevo matrimonio” está volcado hacia
sí mismo y su carácter es subjetivo. Mientras el matrimonio natural se basa en un compromiso
permanente que se orienta primariamente hacia la fundación de una familia para el bien de la
sociedad; el “nuevo matrimonio” se basa en un contrato temporal entre dos personas que “están
enamoradas” (según lo definan ellas), que está orientado hacia la compañía y disfrute de la
pareja, sin al mismo tiempo existir una preocupación real por el bienestar de los niños o de la
sociedad.
Digámoslo de otra manera. El matrimonio natural se funda en ciertos hechos sólidos y objetivos:
El hecho objetivo de la complementariedad, biológica y psicológica, entre el hombre y la mujer;
el hecho de haber realizado un compromiso público ante la sociedad y ante Dios, cuyo
compromiso es considerado vinculante para toda la vida y no una mera ceremonia; el hecho de
que de la unión sexual entre dos miembros del sexo opuesto surgen los hijos de manera natural;
el hecho de que a los hijos les va mejor cuando tienen un padre y una madre; y el hecho de que
las familias saludables y estables son el fundamento necesario de una sociedad saludable y
estable.
No existe tal cosa como el “matrimonio tradicional”. Usar este término es aceptar la posibilidad
de que puedan existir otros tipos de matrimonios “no tradicionales”, como aquel entre dos
hombres o dos mujeres o un hombre y varias mujeres. Si hay una arquitectura “tradicional”,
entonces tiene que haber una arquitectura no tradicional. Si hay un estilo de arte “tradicional”,
entonces tiene que haber un estilo de arte no tradicional.
Si tenemos que usar un adjetivo para clarificar nuestra posición, entonces podemos llamar a la
unión entre un hombre y una mujer “matrimonio natural”. Podemos llamar a la unión entre dos
personas del mismo sexo una unión homosexual o “matrimonio” (así entre comillas), para
significar una falsificación o una falsa imitación de la realidad.
Quizás la ironía más cruel de todas es que las personas que se adhieren al matrimonio natural son
casi siempre más felices que aquellas que favorecen “nuevas” formas de “matrimonio”. Nos
damos cuenta de que, si queremos ser felices, debemos ajustar nuestro comportamiento a las
leyes inmutables de la naturaleza. Las personas que están a favor del homosexualismo cometen
el trágico error de pensar que pueden ajustar las leyes de la naturaleza a su comportamiento e
interminables deseos. El resultado es inevitable: un choque de cabeza con la pared de ladrillos de
la realidad, lo cual sólo produce corazones rotos y desdicha. Se trata de una manera muy dura de
aprender la regla de que Dios siempre está dispuesto a perdonar, el ser humano a veces perdona,
pero la naturaleza nunca perdona.
Continuará.
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Los activistas a favor del homosexualismo se quejan de que la gente piense que ellos tienen una
agenda. Como dijo el activista a favor del homosexualismo Frank Brown: “Quiero ir a mi
trabajo. Quiero tener un hogar. Quiero ahorrar dinero. Y quiero irme de vacaciones. ¿De qué
clase de ‘agenda escondida’ están hablando”? [3].
Otros activistas a favor del homosexualismo son más veraces. Paula Ettelbrick, ex Directora
Legal de la organización a favor del homosexualismo Lambda Legal Defense and Education
Fund, dijo que “Ser homosexual significa extender los parámetros del sexo, la sexualidad y la
familia, y transformar el tejido mismo de la sociedad” [4].
Los activistas a favor del homosexualismo no quieren “una cerca blanca para protestar”. ¡Lo que
ellos quieren es quemar y derribar la cerca y la casa detrás de ella! La periodista a favor del
lesbianismo Masha Green dijo que “No es difícil comprender que debemos tener el derecho a
casarnos. Pero también pienso que de la misma manera no es difícil comprender que la
institución del matrimonio no debe existir. La lucha por el matrimonio homosexual en general
implica el mentir acerca de lo que vamos a hacer con el matrimonio cuando lleguemos allí,
porque mentimos cuando decimos que la institución del matrimonio no va a cambiar, y ello es
mentira… ‘El matrimonio igualitario’ se convierte en el ‘matrimonio elástico’, siendo la última
meta la ‘extinción del matrimonio’” [5].
En muchas naciones occidentales ya los activistas a favor del homosexualismo tienen derechos
de “matrimonio” y adopción. En estas naciones, ha habido cientos de incidentes de personas que
han sido despedidas de sus empleos, atacadas físicamente, impedidas de hablar y obligadas a
actuar en contra de su voluntad por parte de activistas a favor del homosexualismo.
Esa es la agenda. Eso es lo que ellos quieren que le suceda a usted: Echarle a un lado, empujarle
hacia una especie de armario y convertirle en parte de los nuevos pervertidos.
Todo lo que se necesita para que triunfe el mal es que los buenos no hagan nada.
Pero todos podemos algo. Y, que nadie se equivoque, todos debemos hacer algo, porque si no,
perderemos esta lucha.
Notas:
[3]. Dirk Johnson, New York Times News Service. "Stunned Colorado Gays Ponder Election."
The Oregonian, 8 de noviembre, 1992, pág. A22.
[4]. Paula Ettelbrick, ex directora legal de Lambda Legal Defense and Education Fund, citada en
“Since When is Marriage a Path to Liberation?” por William B. Rubenstein, en Lesbians, Gay
Men, and the Law [New York City: The New Press, 1993], págs. 398 y 400.
[5]. Steve Skojec. “Gay Marriage Activist: `It’s a No-Brainer that the Institution of Marriage
Should Not Exist’.” Catholic Vote Blog, 18 de abril, 2013.
Continuará.
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Nosotros los cristianos hemos sido demasiado “amables” y por ello es que estamos perdiendo la
lucha. Nos hemos creído las muchas historias trágicas de la victimización de personas con
sentimientos homosexuales, sólo para luego enterarnos de que la mayoría de ellas no eran
verdad. Hemos visto cómo los que son más valientes que nosotros han sido castigados y
ridiculizados. Hemos sido amables – y nos hemos callado – durante demasiado tiempo. Es cierto
que debemos simpatizar con el que sufre, ser solícitos e informarles, e incluso aceptar, amar y
ayudar a las personas que sufren inclinaciones homosexuales a vivir en la castidad. Pero la hora
de una falsa “amabilidad” en cuanto a defender el verdadero matrimonio ha terminado. Los que
promueven el homosexualismo y otros males nos consideran “amables” si nos quedamos en
nuestras casas e iglesias y simplemente cerramos la boca. ¿Estamos dispuestos a contemplar
cómo nuestras familias y nuestra nación son destruidas simplemente para que ciertas personas,
quizás dentro de nuestra propia familia, crean que somos “amables”?
Una vez que conozcamos el tema, debemos hablar con confianza contra el “matrimonio”
homosexual a nuestros familiares, amigos, compañeros de trabajo y las personas que van a la
iglesia con nosotros. Debemos informarles así como nos hemos informado a nosotros mismos y
urgirles a involucrarse si creemos que puedan estar interesados. Pero, por encima de todo, no nos
dejemos intimidar. Algunas personas nos llamarán “odiosos”, “intolerantes” o algo peor. Ello es
simplemente una reacción automática por parte de aquellos que no han pensado bien las cosas,
de los que desconocen el tema o que tienen miedo discutir este asunto con nosotros.
Mantengámonos firmes en nuestra posición, mirémosles a los ojos con amor, hablemos la verdad
y ellos no podrán contra ella.
Como dijo Mahatma Gandhi una vez: “Primero nos pasan por alto, luego se ríen de nosotros,
después luchan contra nosotros, y entonces ganamos.”
Continuará.
Los grupos que promueven el homosexualismo y los medios seculares de difusión venden nueve
mitos en sus intentos por hacer lucir el “matrimonio” homosexual como algo benigno e
inofensivo. Debemos familiarizarnos con estos mitos y con la manera de refutarlos, si vamos a
convencer a la gente que conocemos de que el “matrimonio” homosexual es dañino y no debe ser
fomentado.
El mito que más está de moda es el que vemos en los carteles de protesta: ¿Cómo es que mi
matrimonio entre personas del mismo sexo le hace daño a su matrimonio entre personas de sexo
opuesto?” No debemos sorprendernos del hecho de que estos carteles no comprendan para nada
el tema en cuestión. El tema real no es cómo el “matrimonio” de cualquier pareja podría afectar
el matrimonio de otra pareja particular. El asunto es cómo la aprobación de toda una nueva clase
de “matrimonio” cambiaría la institución social del matrimonio natural como la conocemos.
Consideremos un caso paralelo. ¿Cómo le causa daño a usted, si yo imprimo mis propios billetes
de $20? Bueno, al principio no le causará ningún daño, pero si más y más personas comienzan a
imprimir sus propios billetes de $20, menos valdrán todos los billetes de $20, incluyendo los
verdaderos, aquellos que el gobierno ha impreso. Si un número lo suficientemente grande de
personas imprime su propia moneda, eventualmente todos los billetes de $20 (y todas las demás
monedas) perderán todo su valor.
En EEUU, los Boys Scouts (Niños Guías) han sido retirados de los capítulos de la United Way y
se les ha negado financiamiento por parte de las empresas. Ha habido alcaldes de ciudades
importantes que le han dicho a la cadena de comida rápida Chick-Fil-A que es “malévola”,
porque su fundador cree que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer. La
organización que trabaja a favor de la familia, Family Research Council (FRC), apenas pudo
evitar asesinatos en masa por parte de un pistolero, quien dijo que su motivo para atacar a esta
organización había sido el hecho de que el FRC había sido catalogado por el Southern Poverty
Law Center (“Centro Sureño para las Leyes sobre la Pobreza”, traducción libre) como un “grupo
de odio”, simplemente porque se opone al “matrimonio” homosexual.
Una vez que el gobierno legaliza el “matrimonio” homosexual, el sistema legal no reconoce
ninguna razón legal que justifique el oponerse a él. De hecho, el sistema legal sencillamente
supone que cualquier oposición a dicho “matrimonio” es el resultado del “odio” o la
“intolerancia” hacia los homosexuales, como hemos visto en varias decisiones que han tomado
ciertos tribunales federales recientemente.
Cuando la gente nos pregunte “¿Cómo es que el ‘matrimonio’ homosexual nos causa daño?”,
podemos mostrar que los activistas a favor del homosexualismo están intentando obligarnos, no
solamente a aceptar ese “matrimonio”, sino también a respaldarlo y apoyarlo, bajo amenaza de
castigo, en caso de que no consintamos. Los activistas a favor del homosexualismo no reconocen
el principio de la libertad de conciencia. Les importan un bledo los derechos de los demás.
Cuando les concedemos a las relaciones homosexuales un trato igualitario o preferencial bajo la
ley, ello da como resultado que la moral cristiana sea expulsada y castigada. Hemos visto esto en
todas las naciones donde el 2% es considerado un grupo especial con “derechos” especiales, y
que además puede imponer su falta de moral al 98% restante.
Para decirlo con toda simplicidad, la libertad religiosa y el “matrimonio” homosexual no pueden
coexistir.
Continuará.
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Los activistas a favor del homosexualismo dicen que no se debe criticar el concepto de
“matrimonio homosexual”, porque hay muchos matrimonios heterosexuales que han fracasado.
Si algún famoso de la farándula o político que se considera a sí mismo “favorable a la familia”
ha estado casado varias veces y ha sido sorprendido en adulterio contra su cónyuge actual, claro,
sería un acto de hipocresía si condenara el “matrimonio” homosexual.
En este caso, los activistas a favor del homosexualismo están intentando practicar un viejo truco.
Estos activistas señalan a las personas que no tienen un verdadero compromiso con el
matrimonio, personas que se han casado varias veces, personas que no tienen lugar en su corazón
para los niños, personas que han sido sorprendidas en adulterio varias veces, y entonces dicen
que el compromiso de ellos es mejor que el de esas personas.
Ese “argumento” es ridículo. Para poder obtener una mejor comparación, los activistas a favor
del homosexualismo deberían compararse con las personas que toman en serio el matrimonio.
Pero, desde luego, estos activistas no hacen eso, porque saben que siempre quedarán en segundo
lugar.
El Sacramento del Matrimonio no tiene ningún problema. Los que tienen un problema son las
personas cuyo compromiso matrimonial es débil. Ello es culpa, en parte, de la cultura en que
vivimos, la cual comenzó promoviendo la promiscuidad a través de los medios de
entretenimiento, hizo posible esa conducta sexual irresponsable por medio de la anticoncepción,
y luego legalizó el divorcio exprés y el aborto.
Las consecuencias de todo este desorden son terribles. El 60% de las parejas que se casan viven
juntas antes de la boda y la mitad de los matrimonios termina en divorcio. Más del 40% de los
niños nace fuera del matrimonio y el 35% de los niños vive en familias monoparentales. Los
niños que viven en familias monoparentales constituyen el 63% de todos los suicidios juveniles,
el 70% de todos los embarazos en adolescentes, el 71% de todos los casos de abuso de sustancias
Las iglesias también merecen una gran parte de la culpa, ya que son pocos los ministros que
tienen el valor de hablar en contra de males como la anticoncepción, el divorcio o aún el aborto.
Pero, más que todos, nosotros el pueblo tenemos la culpa, pocos de nosotros se han puesto en pie
y han luchado contra estos males.
Usemos una analogía, los activistas a favor del homosexualismo dicen que nosotros los “héteros”
poseemos un auto con los cuatro neumáticos desinflados, el motor hecho un bloque sólido
oxidado y cada pieza plana de metal magullada y sucia. De manera que, dicen ellos, para
terminar, debemos hacer estallar los cristales.
Continuará.
Nota:
[7]. Véase: William J. Bennett, The Index of Leading Cultural Indicators, Nueva York:
Broadway Books, 1999, www.broadwaybooks.com.
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Es interesante observar que, cuando los activistas a favor del homosexualismo hablan a favor de
la adopción de niños, invariablemente se refieren a sus necesidades, sus deseos y su “derecho” a
adoptar niños, y no a los derechos ni el bienestar de los propios niños. Cuando los adultos tratan
a los niños como meros accesorios, los niños siempre sufren.
Como es habitual, los activistas a favor del homosexualismo ven este asunto exactamente al
revés. Tener hijos no es un “derecho”, sino que son los niños los que tienen derecho a tener una
madre y un padre. Los derechos de los niños siempre van por encima del “derecho” a toda costa
a tener niños.
Ha habido cientos de estudios que se han realizado sobre los efectos de la “paternidad”
homosexual en hijos adoptados. Algunos de esos estudios han concluido que la “paternidad”
homosexual es perjudicial para los niños; otros estudios han concluido que esta es beneficiosa.
Sin embargo, cada uno de los estudios que ha concluido esto último ha sido realizado de manera
chapucera, pasando por alto principios fundamentales de investigación científica, o ha sido
realizado por los mismos activistas a favor del homosexualismo.
Por ejemplo, el National Longitudinal Lesbian Family Study de 2011 fue presentado de manera
prominente por los medios seculares de difusión, los cuales no mencionaron la extrema
“parcialización voluntarista” del mismo. Esta parcialización consistió en el reclutamiento de
lesbianas de “eventos lésbicos, de librerías feministas y de diarios lésbicos en Boston,
Washington, DC y San Francisco”.
Los únicos estudios que han sido realizados según rigurosos estándares científicos por parte de
investigadores imparciales han demostrado que la “paternidad” homosexual causa daño y
confusión a la psicología de los niños.
El estudio más amplio que se ha hecho hasta la fecha y que ha cumplido con todos los estándares
científicos es el New Family Structures Study (NFSS) de Mark Regnerus. Los investigadores
entrevistaron a 1,500 adultos de 18 a 39 años de edad y les hicieron decenas de preguntas acerca
de sus vidas, incluyendo si sus madres o padres habían estado involucrados alguna vez en
relaciones homosexuales. El NFFS concluyó que a los niños que habían sido criados por parejas
compuestas por personas del mismo sexo les había ido significativamente peor que a los que
habían sido criados por un hombre y una mujer comprometidos mutuamente. Los niños que
habían sido criados por parejas homosexuales dijeron que habían experimentado
A los que les ha ido peor son a los niños que han sido criados por lesbianas. Regnerus halló que
estos niños fueron abusados sexualmente diez veces más que los niños criados por matrimonios
naturales (23% vs. 2%) y sufrieron una tasa de desempleo mucho más elevada (69% vs. 17%).
Lo más importante de todo fue que los niños de matrimonios naturales fueron mucho más felices
que los niños criados por homosexuales o lesbianas.
Ya que mucho más niños que son criados por parejas homosexuales se identifican como “gais”,
ello significa una de dos cosas: (1) que el slogan de “se nace gay” es una falsedad, ya que los
porcentajes deberían ser los mismos que para los niños criados por parejas heterosexuales, o (2)
que los niños de parejas homosexuales están sexualmente confundidos a causa de su crianza – un
gol definitivo en contra del “matrimonio” homosexual.
En conclusión, todos los estudios correctamente realizados sobre este tema han arrojado que la
mejor crianza de los niños es aquella que un matrimonio natural proporciona. No una madre sola
ni un padre solo, ni siquiera un hombre y una mujer que viven juntos sin estar casados. Sólo
cuando el “matrimonio” homosexual se convirtió en un asunto público, comenzaron a aparecer
estudios cuestionables que “demostraban” que dos hombres o dos mujeres podían criar “bien” a
los hijos igual (en algunos casos aún mejor) que un hombre y una mujer unidos en matrimonio.
Notas:
[8]. Mark Regnerus. "How Different are the Adult Children of Parents Who have Same-Sex
Relationships? Findings from the New Family Structures Study." Social Science Research 41
(2012) 752–770.
[9]. Adelaide Darling. "Pediatricians’ Group Ignores Data In Backing ‘Gay Marriage’.” The
Wanderer, April 4, 2013, page B4.
Continuará.
Existen otras evidencias convincentes de que las relaciones homosexuales son malas para los
niños.
Las relaciones interpersonales entre homosexuales en general son mucho más violentas que
aquellas entre heterosexuales y se caracterizan por un abuso más elevado del alcohol y las
drogas, así como por una mayor frecuencia de la depresión y el suicidio. El exponer a los niños a
estas influencias es extremadamente dañino.
Hay varias razones primarias de sentido común de que los niños necesitan una madre y un padre
que los críen:
Las madres y los padres son totalmente diferentes, como tienden a ser las mujeres y los
hombres. No son intercambiables. Dos mujeres pueden ser buenas madres, pero ninguna de
las dos puede ser un buen padre. Dos hombres pueden ser buenos padres, pero ninguno de los
dos pueden ser una buena madre. Los hombres y las mujeres aportan sus respectivas y
singulares contribuciones a la crianza de los hijos que simplemente no pueden ser replicadas
por el otro cónyuge.
Solamente un esposo y una esposa ofrecen a los niños la necesidad de formar relaciones
interpersonales con progenitores de ambos sexos, lo cual es esencial para la formación de
relaciones interpersonales saludables con los demás más adelante en la vida.
Los niños progresan a través de una serie de etapas predecibles de desarrollo, algunas de la
cuales requieren más atención por parte de la madre, mientras que otras requieren más
atención por parte del padre.
Los niños no sólo necesitan amor, también necesitan tener la experiencia de las naturalezas
complementarias de un hombre padre y de una mujer madre, para poder desarrollarse
adecuadamente.
Solamente los insensatos o los cegados por la ideología responderían a estas preguntas diciendo
que “nada habría sido diferente”.
Grace Evens, de 11 años de edad, testificó en contra del “matrimonio” homosexual ante la
legislatura del Estado de Minnesota en marzo de 2013. La niña preguntó “Mi mamá es mi
modelo a seguir sobre cómo ser una niña, y yo la quiero mucho. Mi papá también es muy
importante para mí, porque él me protege y me cuida de una forma que mamá no puede.
Entonces, ¿a cuál de los dos no necesito? ¿A mi mamá o a mi papá?” [10].
Finalmente, la “Directriz Primaria” de todas las agencias de adopción siempre ha sido “La
adopción existe para el beneficio del niño, no de la pareja que lo adopta”. Sin embargo, los
activistas a favor del homosexualismo no han vacilado en usar la ley para cerrar agencias de
adopción que reconocían el daño de la adopción homosexual.
Ello es precisamente otra evidencia de que a los activistas homosexuales no les importa para
nada el bienestar de los niños, sino solamente su objetivo político, que es el de obligar a todo el
mundo, no solo tolerar su conducta, sino también a apoyarla.
Notas:
[10]. "Amazing Grace: 11-Year-Old Marriage Testimony Stuns MN." Family Research Council
Daily Report of March 14, 2013.
Continuará.
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Sin embargo, el “matrimonio” homosexual es simplemente otro paso más hacia prácticas cada
vez más estrafalarias. Los medios seculares de difusión y ciertos grupos de intereses especiales
que están bien organizados ya están exigiendo que se legalice la poligamia. También hay gente
que espera pacientemente su turno para exigir la legalización del incesto, la bestialidad (las
relaciones sexuales con animales) y el “amor inter-generacional”, expresión políticamente
correcta para referirse al abuso sexual infantil.
Somos testigos de cómo ya los polígamos están exigiendo la legalización de sus estilos de vida,
con el respaldo de grupos enormes de libertades civiles y feministas, que incluyen a la American
Civil Liberties Union (ACLU – “Unión de EEUU para las Libertades Civiles”, traducción libre)
y a la National Organization for Women (NOW – “Organización Nacional de Mujeres”,
traducción libre) [11]. Estas organizaciones, a su vez, reciben el apoyo de los corruptos medios
de difusión. Estos medios implacablemente elogian y promueven la poligamia y el “poli-amor”.
Sólo en 2009, ABC News, BBC, Showtime y la revista Newsweek Magazine publicaron
extensos programas y artículos elogiando la poligamia y el “poli-amor” como “la próxima
revolución sexual”.
Los “poli-amoristas” utilizan las mismas consignas que los promotores del homosexualismo han
difundido por todas partes. El Polyamory Action Lobby (PAL – “Lobby para la Acción del Poli-
Amor”, traducción libre) ha dicho que “El poli-amor a menudo no es una opción libre, si las
personas aman a más de una persona, no pueden evitarlo” [14]. Los lemas de PAL son
“Matrimonio para todos” y “El amor es amor” [15].
Notas:
[11]. James L. Lambert. “ACLU Now Defends Polygamy, Further Eroding Traditional
Marriage.” Agape Press [American Family Association], 24 de junio, 2005; "Polygamy Could
Help Moms Who Work, Says Utah's NOW." Deseret News, 12 de Agosto, 1997.
[12]. “The Slippery Slope of Same-Sex Marriage.” Family Research Council, 2004.
[13]. “Editorial: The Marriage Amendment; Editorial” First Things, October 1, 2003, pág. 136.
[14]. Michael Cook. "Gay ‘Marriage’ will Never, Ever, Ever Lead to Polygamy (unless it does)."
LifeSite Daily News, 6 de marzo, 2013.
[15]. Polyamory Action Lobby Facebook, página web:
https://www.facebook.com/polyamoryactionlobby.
[16]. 1997 Wisconsin case involving Allen and Patricia Muth, described in "Taking the Plunge:
A Case of Incest." BreakPoint, 17 de agosto, 2005.
Continuará.
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Luego tenemos la pedofilia, que ha recibido el apoyo del movimiento homosexualista durante
décadas. Los activistas a favor del homosexualismo solamente pararon de hablar acerca de la
pedofilia cuando comenzaron a obtener publicidad en serio. El diario homosexual de San
Francisco “The Sentinel” expresó: “El amor entre hombres y niños es el fundamento de la
homosexualidad. Es ridículo que la comunidad homosexual pretenda decir que el amor entre
hombres y niños no sea homosexual…El abuso sexual infantil sí ocurre, pero también hay
relaciones sexuales positivas. Y tenemos que apoyar a los hombres y a los niños que se
involucran en estas relaciones” [17].
Más de una docena de estudios importantes que han sido publicados en revistas de medicina han
arrojado que la tasa de violación de varoncitos, o pederastia, entre hombres homosexuales es, por
lo menos, 20 veces más elevada que entre hombres heterosexuales [18].
Aunque usted no lo crea, también hay un movimiento que está exigiendo que a la gente se le
permita casarse con los animales. Estos activistas prefieren usar el término “zoófilo”, en vez de
decir que son gente que practica la bestialidad, un término cuyo significado es negativo. El
“zoófilo” Philip Bundie dice que está casado con su perro y afirma que “los zoófilos nacen con
un verdadero amor hacia los animales y se han comprometido de por vida a cuidarlos. Yo mismo
y mi perra Lady vivimos juntos como una pareja de casados. A los ojos de Dios, estamos casados
de verdad… Si el Estado de Maine aprueba una ley anti-bestialidad, será una falta de servicio
hacia las parejas zoófilas y les impediría salir del armario, haciendo que vivan cada vez más
profundamente en el clandestinaje. Ello no ayuda a nadie y me obligaría a abandonar el estado”
[20].
Como podemos ver, los “zoófilos” usan exactamente los mismos argumentos que los que
proponen el “matrimonio” homosexual: nacieron de esa manera, están siendo objeto de
discriminación, sus oponentes son “fanáticos”, ellos son las víctimas y nunca se logrará la
verdadera igualdad en cuanto al matrimonio hasta que ellos pueda casarse con sus mascotas [21].
Resumiendo, ¿por qué los activistas a favor del homosexualismo están promoviendo tanto el
“matrimonio” homosexual?
¿Alguien se acuerda de que le hayan preguntado si nosotros hemos querido que se transforme “el
tejido mismo de la sociedad”? Los activistas a favor del homosexualismo no nos han preguntado
porque no les importamos. Ellos se preocupan solamente de sí mismos y de sus objetivos
sociales. Uno de esos grupos a favor del homosexualismo expresó lo siguiente: “La meta a largo
plazo del London Gay Liberation Front, la cual inevitablemente nos colocará en un conflicto
fundamental con el sexismo institucionalizado de esta sociedad, es librar a la sociedad del
sistema de roles de género que está a la raíz de nuestra opresión. Ello solamente se podrá lograr
por medio de la abolición de la familia como la unidad [social] en la que se crían a los niños”.
De manera que eso es de lo que se trata. No se trata solamente del “derecho” de los
homosexuales a contraer “matrimonio”. Se trata de la erradicación misma del matrimonio y la
Notas:
[17]. Point of View. "No Place for Homo-Homophobia." San Francisco Sentinel, 26 de march,
1992. Para obtener muchas más citas de este tipo, véase la 5ta Parte del Capítulo 25 de The Facts
of Life, “Homosexuality and Pedophilia.”
[18]. 1992. Para obtener fragmentos de estos estudios, véase la 5ta Parte del Capítulo 25 de The
Facts of Life, “Homosexuality and Pedophilia.”
[19]. Behavior Today, December 5, 1988, page 5.
[20]. Phillip Buble, quoted in Mark Steyn. "Animal Husbandry of a Different Nature." National
Post, 16 de Agosto, 2001; “The Slippery Slope of Same-Sex Marriage.” Family Research
Council, 2004.
[21]. As just one example, see Thaddeus Baklinski. "German ‘Zoophiles’ Protest Law Banning
Bestiality." LifeSite Daily News, April 15, 2013.
Continuará.
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Un extenso estudio realizado en Holanda, una sociedad que es bastante permisiva respecto del
homosexualismo y el “matrimonio” homosexual, arrojó que el promedio de duración de esos
“matrimonios” es de solamente 18 meses. Aún durante esos breves “matrimonios”, los
homosexuales eran mutuamente infieles con bastante frecuencia: un promedio de 8 diferentes
compañeros al año aparte del compañero del “matrimonio”. Mientras que el 85% de las mujeres
casadas y el 75% de los hombres casados de ese país, dijeron que eran fieles a sus cónyuges,
menos del 5% de los hombres homosexuales dijo que era fiel a sus compañeros [22].
Otro estudio halló que todas las relaciones homosexuales que duraban más de 5 años habían
incorporado alguna cláusula que permitía la actividad sexual con otras personas. Los autores
declararon que, entre los homosexuales “casados”, “la fidelidad no se define en términos de la
conducta sexual, sino del mutuo compromiso emocional” [23].
Los activistas a favor del homosexualismo se quejan de la “epidemia de palizas contra los gais”.
Pero las estadísticas muestran que la gran mayoría de los actos de violencia perpetrados contra
homosexuales son realizados por otros homosexuales. Esta plaga ha sido reconocida por los
mismos homosexuales durante décadas. Los activistas homosexuales David Island y Patrick
Letellier escribieron un libro titulado Men Who Beat the Men Who Love Them (“Hombres que
golpean a los hombres que los aman”, traducción libre), y dijeron que la violencia doméstica es
un problema de salud mortal para los homosexuales.
En el 2011, el FBI documentó 1,518 crímenes de odio contra homosexuales en EEUU [24]. En
contraste con ello, Island and Letellier escribieron: “Creemos que hasta 650.000 hombres gay
pueden haber sido víctimas de violencia doméstica anualmente en EEUU…La violencia
doméstica puede afectar y envenenar hasta el 50% de las parejas gais” [25]. Ello significa que los
mismos homosexuales son responsables del 99.7% de la violencia cometida contra
homosexuales.
Otro estudio confirmó que las relaciones homosexuales sufren niveles de violencia mucho más
elevados que las parejas heterosexuales casadas o cohabitantes. Apenas el 0.05% de los hombres
casados y el 0.26% de las mujeres casadas han sufrido violencia de parte de sus cónyuges. Sin
embargo, el 11.4% de las lesbianas ha sufrido violencia en sus relaciones y al 15.4% de los
hombres homosexuales le ha pasado lo mismo. Ello significa que las lesbianas sufren violencia
44 veces más a menudo que las mujeres casadas, y los hombres homosexuales sufren violencia
300 veces más a menudo que los hombres casados [26].
Debido a que los homosexuales usualmente viven en ambientes domésticos que son promiscuos
y a que su índice de violencia es mucho más elevado que el de las personas en matrimonios
naturales, son aún menos aptos para adoptar niños.
Notas:
[22]. Maria Xiridou, et al. “The Contribution of Steady and Casual Partnerships to the Incidence
of HIV Infection among Homosexual Men in Amsterdam.” AIDS 17 (2003):1031.
[23]. David P. McWhirter y Andrew M. Mattison. The Male Couple [1984], que estudió 156
hombres en relaciones homosexuales que duraron de 1 a 37 años.
[24]. United States Department of Justice, Federal Bureau of Investigation, Criminal Justice
Information Services Division. Hate Crime Statistics 2001, Tabla 4, “Offense Type for Bias
Motivation, 2011,” http://www.fbi.gov/about-us/cjis/ucr/hate-crime/2011/tables/table-4.
[25]. David Island y Patrick Letellier. Men Who Beat the Men Who Love Them: Battered Gay Men
and Domestic Violence [Binghamton, New York: Haworth Press], 1991, págs. 12, 14 y 50.
[26]. United States Department of Justice, Office of Justice Programs. “Extent, Nature, and
Consequences of Intimate Partner Violence.” Julio, 2000, pág. 30; United States Bureau of
Justice, Office of Statistics. “Violence Between Intimates,” Noviembre 1994, pág. 2. Según otro
estudio, que encuestó a homosexuales y bisexuales sexualmente activos en el área de Chicago, el
19.2% reportó violencia física, la cual la encuesta caracterizó como "golpes, patadas, empujones,
Continuará.
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Los activistas homosexuales constantemente apelan a la simpatía. Ello nos lleva a tratar el
siguiente mito: “Todos los amores son iguales. Lo único que pedimos es la igualdad y la
eliminación de leyes injustas”.
Los liberales le ponen la etiqueta de “injusto” a todo aquello que nos les gusta. En relación con el
“matrimonio” homosexual, piensan que si los demás pueden casarse y ellos no, entonces eso es
“injusto”.
Pero el mundo es necesariamente “injusto” de muchas maneras y gran parte de esa “injusticia” es
beneficiosa para todo el mundo. ¿Es “injusto” que algunas personas no puedan ser pilotos porque
tienen una visión deficiente? ¿Es “injusto” que algunas personas que sufren enfermedades
mentales o físicas no puedan ser policías? ¿Es “injusto” que se les prohíba conducir a los
borrachos? ¿Es “injusto” que una persona de baja estatura y poca coordinación no pueda jugar
baloncesto en un equipo olímpico?
La política pública nunca debe basarse en un sentido impreciso de “justicia”. Debe basarse en la
capacidad que tiene la persona para cumplir con los requisitos de la posición que quieren asumir
o de la actividad que pretende realizar. Debe apoyar el bien común.
A los homosexuales no se les excluye del matrimonio más que a los heterosexuales.
Simplemente deben casarse con una persona del sexo opuesto. Es evidente que, como el
matrimonio debe ser unitivo y procreador, los homosexuales simplemente no califican para
casarse entre ellos. Ello es biología y no intolerancia. Es ciencia, no teología. Negarles a los
homosexuales el “derecho” a “casarse” entre ellos no es más injusto que negarles a los papás el
“derecho” a darles el pecho a sus hijos.
A veces escuchamos a los activistas a favor del homosexualismo decir que “todos los amores son
iguales”. Ello es simplemente una consigna muy bonita pero totalmente vacía de sentido.
Muchas personas hoy en día colocan la lujuria al mismo nivel que el amor. Dicen: “¡Pero si
nosotros nos amamos!” Las relaciones homosexuales tienden a ser breves y violentas, y los
“compañeros” tienden a ser mutuamente infieles con frecuencia, como vimos en el mito anterior.
Ello no es amor, es adicción sexual.
El verdadero amor es duradero. Se define como el desear lo mejor para la persona amada. La
lujuria, en cambio, es querer lo que yo quiero y tenerlo ahora mismo. El amor se centra en el
otro; en cambio la lujuria se centra en uno mismo. Mucho de lo que hoy se llama “amor” no tiene
nada que ver con el amor verdadero y sí con una promiscuidad sexual sin límites.
El término “matrimonio igualitario” también es un astuto fraude. Implica que todos los que se
oponen al “matrimonio” homosexual están en contra del matrimonio y de la igualdad. ¡No nos
dejemos engañar por esa tontería! Ya tenemos el matrimonio igualitario. Todo el mundo puede
casarse con todo el mundo, con la excepción de algunos pocos impedimentos, como la edad, la
proximidad de parentesco – o si son personas del mismo sexo.
Si le negamos a una persona ciega una licencia de conducir, es porque no está calificada para
conducir. Ello no es una discriminación injusta. Pero si a esa misma persona ciega le negamos el
derecho a votar, ciertamente estamos cometiendo una discriminación injusta, ya que sí está
calificada para votar. De la misma manera no estamos discriminando injustamente al negarles el
matrimonio a dos hombres o dos mujeres que se quieren “casar”, respectivamente, entre ellos o
entre ellas. No están calificados para casarse, ya que no pueden tener hijos juntos y, por
consiguiente, no cumplen con el propósito procreador del matrimonio.
Uno de los pocos argumentos a favor del “matrimonio” homosexual que aparentemente es sólido
es el que afirma que las personas infértiles pueden casarse con personas del sexo opuesto. Luego
entonces, dicen los activistas a favor del homosexualismo, la procreación no es esencial al
matrimonio y por ello los homosexuales también deben poder casarse. Este argumento solo
tendría sentido si no hubiera ninguna diferencia entre la infertilidad de una pareja heterosexual y
la “infertilidad” de una pareja homosexual.
Todas las relaciones homosexuales son por su propia naturaleza estériles, mientras que las
relaciones heterosexuales pueden ser estériles debido a un defecto genético, un accidente o una
enfermedad. De hecho, no debemos hablar propiamente de la “infertilidad” de los homosexuales,
ya que ellos no pueden ser fértiles en ninguna circunstancia. La palabra “fertilidad” solamente
tiene sentido si describe una condición o cualidad relativa. Por esa razón es absurdo hablar de la
En pocas palabras, en un caso una persona puede ser estéril sin ninguna culpa suya; mientras que
en el otro la relación misma es siempre estéril.
Continuará.
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A Dan Savage, propagandista del homosexualismo, le encanta decir que “Amar a Jesús significa
odiar a la gente gay” [27]. Ello es pura tontería y es fácil de refutar.
Seamos claros acerca de lo que se trata este tema. No se trata de si la gente que siente atracción
hacia personas del mismo sexo son ciudadanos iguales que merecen ser tratados con dignidad y
respeto. Todos los seres humanos deben ser tratados con igual dignidad y respeto. Pero, si bien
todas las personas son iguales, no todas las ideas y conductas son iguales. Las personas tienen
derechos; las ideas y las conductas no.
La gente que dice que los que se oponen al “matrimonio” homosexual son odiosos tienen un solo
propósito: eliminar el diálogo y el debate. Si la gente piensa que no pueden oponerse al
“matrimonio” homosexual sin ser atacados verbalmente, entonces tendrán miedo de hablar o aún
de pensar en contra de ello.
Los activistas a favor del homosexualismo no solamente saben esto, ¡sino que cuentan con ello!
Cualquiera que ataque a aquellos que se oponen al “matrimonio” homosexual o desconoce los
temas, o simplemente es la clase de persona que no respeta a los que no están de acuerdo con él.
Acusar a los demás de “odio” es simplemente una manera fácil de evitar tener que defender lo
indefendible.
Hay muchos ejemplos de esto. Henry Rollins, músico y escritor, dijo lo siguiente: “No te
escondas detrás de la Constitución o de la Biblia. Si estás en contra del matrimonio gay,
simplemente sé honesto, coloca una ‘H’ escarlata en tu camisa o blusa y di ‘¡soy homofóbico!’”
[28]. Y ante la pregunta de qué argumentos contra el “matrimonio” homosexual consideraba
irresistibles, el gobernador del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo respondió: “Ninguno. La
Luego tenemos, desde luego, a Judy y Dennis Shepard, los padres del homosexual Matthew
Shepard, que fue asesinado en el Estado de Wyoming en 1998. En relación con el Federal
Defense of Marriage Act (DOMA) o “Acta Federal en Defensa del Matrimonio” (traducción
libre), dijeron que “Cualquiera que crea que el odio detrás de esta enmienda es diferente al odio
que fue la causa del asesinato de nuestro hijo se está engañando a sí mismo y no entiende lo que
está pasando diariamente en nuestra sociedad” [30]. En otras palabras, ¡los Shepard están
colocando el asesinato al mismo nivel que el apoyo al matrimonio natural!
El Southern Poverty Law Center (“Centro Sureño para la Ley sobre la Pobreza”, traducción
libre) es una organización extremista de izquierda que tiene un presupuesto anual de $80
millones. Esta organización coloca en su lista de “grupos de odio” a cualquier organización que
se oponga al “matrimonio” homosexual. El sitio web de este centro hizo que Floyd Corkins fuera
a las oficinas centrales en Washington, DC, de la organización Family Research Council
(“Consejo de Investigación sobre la Familia”, traducción libre) con la intención de asesinar a
tiros a docenas de personas que trabajan allí defendiendo el matrimonio y la familia naturales.
El problema es que los activistas a favor del homosexualismo son tan inflexibles y tan cerrados
de pensamiento, que no pueden ni siquiera comenzar a imaginarse que las personas que se
oponen al “matrimonio” homosexual estén actuando de buena fe. No pueden captar el concepto
de que haya personas que se preocupan por ellos lo suficiente como para ayudarles a salir de un
estilo de vida que es más mortífero que cualquier otro.
El famoso escritor ateo Penn Jillette de Penn & Teller preguntó de manera muy razonable: “Si
usted cree que hay un cielo y un infierno, y que la gente podría ir al infierno o no obtener la vida
eterna o lo que sea, y usted piensa que no vale la pena decírselo porque sería socialmente
incómodo – y los ateos piensan que la gente no debe andar por ahí intentando ganar prosélitos
sino que ‘los dejen tranquilos y que la gente se quede con su religión’ – entonces, ¿cuánto tiene
usted que odiar a alguien para no intentar convertirlo? ¿Cuánto tiene usted que odiar a alguien –
creyendo que la vida eterna es posible – para no decírselo?” [31]
Todos somos pecadores. No queremos que los que practican el homosexualismo se quemen en el
infierno. Queremos que se arrepientan y vayan al cielo. Nuestra misión no sólo consiste en llevar
a los demás el mensaje, nuestras mismas almas dependen de ello. Este es un concepto que
debemos tener siempre presente. Como le dijo Dios al Profeta Ezequiel:
Notas:
[27]. Dan Savage’s review of Jeff Chu's book Does Jesus Really Love Me: A Gay Christian's
Pilgrimage in Search of God in America. The New York Times Sunday Book Review, 11 de abril,
2013, pág. 1.
[28]. American rock musician and writer Henry Rollins. Talk is Cheap: Volume I (spoken word
album), 1998.
[29]. Patrick B. Crain. “New York Governor: Opponents of Same-Sex ‘Marriage’ Just ‘Want to
Discriminate,’ are ‘Anti-American’." LifeSite Daily News, 26 de octubre, 2011.
[30]. Statement of Judy and Dennis Shepard, Parents of Matthew Shepard, “Hatred Fuels Federal
Marriage Amendment,” 17 de junio, 2006.
[31]. Kathleen Gilbert. "Noted Atheist Says if You Believe, You Should Proselytize — Or Do
you Hate Enough Not to?" LifeSite Daily News, 22 de diciembre, 2008.
Continuará.
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Los activistas a favor del homosexualismo se presentan a sí mismos como víctimas indefensas de
abuso. Parte de ello es la afirmación de estos activistas de que “ser gay es la nueva raza”. La
lucha por los derechos civiles, cuyas imágenes aterradoras de perros policía atacando a pacíficos
manifestantes negros durante la década de los 60, todavía permanece vívida en la conciencia
colectiva de EEUU. Por esa razón los activistas homosexuales se comparan con el sufrimiento de
aquellos manifestantes. Esta percepción tiene un doble beneficio, porque entonces los activistas
homosexuales pueden decir que los que se oponen al “matrimonio” homosexual son tan
intolerantes como los racistas que se opusieron a los matrimonios interraciales.
No toma mucho esfuerzo darse cuenta de que el movimiento de los derechos civiles y el tema del
“matrimonio” homosexual son asuntos completamente diferentes. A los negros les negaban sus
plenos derechos como ciudadanos de EEUU simplemente en base al color de la piel. Ello no
Para comenzar, los homosexuales nunca han sido esclavizados en EEUU y los que han sido
asesinados o maltratados han sufrido a manos de individuos (usualmente otros homosexuales), y
no de la sociedad en su conjunto. Segundo, nadie ha “experimentado” con ser negro en la
universidad y nadie ha decidido convertirse en negro luego de haber sido blanco toda su vida.
Los activistas homosexuales dicen que “nacieron de esa manera”. Entonces, ¿por qué hay
personas que se consideran ex-gais porque ya no tienen deseos homosexuales?
Evidentemente, ser “negro” o ser “blanco” son características genéticas que no se pueden
cambiar, sin importar cuánto una persona desee ser de otra raza. Aún en el caso de que la
homosexualidad fuese una característica genética, la persona no tiene que cometer actos
homosexuales. Se puede resistir la tentación y muchos de hecho la resisten. Pero no hay personas
que tengan la fuerza de voluntad para “resistir” ser negro o ser blanco. Nunca he conocido a un
ex asiático o a un ex negro. Pero sí he conocido a muchos ex homosexuales.
La única diferencia entre personas de diferentes razas es el color de la piel. Sin embargo, hay
enormes y evidentes diferencias entre hombres y mujeres. Por ello es que los equipos deportivos,
la ropa, los baños públicos y muchas amistades se distinguen por razón del sexo.
El propósito de las leyes que prohibían el matrimonio interracial era promover la “supremacía”
blanca. No se trataba de que los racistas creyesen que las personas negras y las personas blancas
no podían constituir un matrimonio, sino de que no querían que esos matrimonios se llevaran a
cabo. La raza no es un factor relevante en cuanto al derecho al matrimonio, pero el sexo sí lo es.
Dos personas del mismo sexo nunca podrán constituir un auténtico matrimonio.
Este debate también es interesante desde el punto de vista histórico. En los cinco mil años de
historia de los cuales tenemos evidencia, ni un solo filósofo o pensador importante ha defendido
el “matrimonio” homosexual, de Moisés a Jesús, de Buda a Mahoma, de Gandhi a Aquino. Decir
que la oposición al “matrimonio” homosexual es inmoral es decir que todas estas grandes figuras
también fueron inmorales, así como también cada una de las religiones o movimientos sociales
en la historia de la humanidad hasta hace unos 20 años. Sólo el más extremista de los activistas a
favor del homosexualismo afirmaría que Jesús era “homofóbico”.
Los activistas a favor del homosexualismo que dicen que son los herederos del movimiento de
los derechos civiles son cínicos manipuladores de las emociones, a quienes no les importan para
nada la historia y los hechos. Rebajan y trivializan con esta comparación el gran valor que tuvo
la lucha y el sufrimiento por los que pasaron los negros, para obtener el reconocimiento de su
igualdad y de sus derechos.
Nota:
[32]. Statement by Black American pastors, quoted in Cheryl Wetzstein. “Blacks Angered by
Gays’ Metaphors.” Washington Times, 3 de marzo, 2004, pág. 3.
Continuará.
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El último mito que vamos a considerar acerca del “matrimonio” homosexual es el único que es
verdad – técnicamente hablando, cabe aclarar.
Es cierto que Jesús no emitió ninguna declaración explícita condenando la conducta homosexual
en general ni tampoco el “matrimonio” homosexual en particular.
Jesús tampoco dijo nada acerca de las inversiones ilegales. ¿Significa ello que los que han
engañado a otros y les han robado millones de dólares podrían presentar este argumento en su
defensa? Jesús tampoco dijo nada acerca del robo de automóviles, el rapto o el terrorismo.
¿Podrían los criminales que realizan estas maldades decir que las mismas están bien, porque
Jesús no dijo nada acerca de ellas? Este argumento es como decir que Jesús no dijo nada acerca
de las bombas suicidas, por lo tanto deben estar bien, a pesar del Mandamiento que dice “No
matarás”.
Por supuesto, Jesús no tuvo que decir nada acerca del “matrimonio” homosexual, porque esa idea
era ridícula en el Pueblo Judío hace 2,000 años.
Sin embargo, Jesús sí dijo bastante acerca del matrimonio. Y fue bastante dramático:
Jesús no dijo que “un hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su marido”. Y
ciertamente tampoco dijo “Dios los creó femenina y femenina”.
En el Nuevo Testamento se menciona la palabra “marido” 55 veces. En todos y cada uno de esos
casos se usa en conjunción con las palabras “esposa”, “novia” o el nombre de una mujer. Lo
mismo pasa con la palabra “esposa”, la cual siempre se usa en conjunción con la palabra
“marido” o el nombre de un hombre.
Desde luego, los activistas a favor del homosexualismo dicen que las personas que se han
divorciado pero que se oponen al “matrimonio” homosexual son hipócritas si citan la Biblia, ya
que Jesús mismo declaró con mucha claridad que quien se divorcia de su cónyuge y se casa con
otra persona comete adulterio [34]. En esto, al menos, tienen toda la razón.
Pero tampoco pueden usar este argumento citando al Antiguo Testamento, ya que en éste
encontramos una clara condena de los actos homosexuales en Levítico 18:22 y 20:13.
Concluyendo, aún si Jesús mismo hubiese declarado explícitamente a sus apóstoles “Amén,
Amén, les digo: la conducta homosexual es gravemente pecaminosa y el ‘matrimonio,
homosexual es una abominación”, ¿aceptarían esta admonición los activistas a favor del
homosexualismo? ¡Por supuesto que no!
Los que proponen el “matrimonio” homosexual quieren que el gobierno enseñe a los niños que
las “relaciones íntimas” entre personas del mismo sexo no sólo están “bien”, sino que además
constituyen un “derecho”.
Para lograrlo, tiene que rechazar la ley natural, el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y
más de 2,000 años de tradición occidental. Tienen que enseñar que el Dios del Génesis, que creó
todas las cosas, se equivocó acerca del matrimonio. Tienen que enseñar que Jesucristo se
equivocó acerca del matrimonio. Ello muestra que “la batalla de la Biblia” es simplemente otra
distracción.
Notas:
[33]. Véase también Mateo 19:4-6 y Efesios 5:31.
[34]. Mateo 5:32,19:9; Marcos 10:11-23; Lucas 16:18.
[35]. Hebreos 8:7,13.
[36]. Véase Lucas 22:20; 1 Corintios 11:25; 2 Corintios 3:6; Hebreos 8:8-13; 9:15; 12:24.
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