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OD'
:76
1

Semmering
14 t!e septiembre de 1926
Querido señor doctor: Me alegro que le haya gustado en
general mi opúsc11lo. Pero no lo juzgue como una exposi-
ción cuidadosa y objetiva. ~sencialmente nn articulo
de combate y de ocasión. De otra manera, no hubiera omi-
tiao con segundad la aplicación del análisis a Ja cura de
almas. Pensé en ello, pero en la Austria católica un "sacer-
dote" que trabaje con el análisis es algo totalmente incon-
cebible, y no queria complicar más el asunto. Mis argu-
mentos no hubieran ganado nada con ello. 1 La respuesta
habría sido: si los señores eclesiásticos quieren utilizar el
análisis, no tenemos nada que decir, sólo deb.en solicitar
autorización pará ello del obispo. Sé muy bien que en Ale-
mania hay un psicoanálisis católico; en .Austria no sería
¡. -posible. · · ,
En relación con su observación sobre el periodo latente
hay que decir que la eliminación de la sex.ualidad es con
frecuencia sólo parcial, de tal manera que se conserva un
cierto grado de acth·idad. Esto es muy frecuente, pero hay
bastantes personas en las que no se habría llegado a deter-
minar un periodo de latencia. Debe reconocerse, casi en
general, una relath::. detención en el desarrollo sexual, si
se piensa en los procesos del periodo inicial. Me parece
..
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interesante la objeción procedente de otra parte, según la


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cual en .Jos pueblos primitivos no hay ningún periodo de ·:o•
\ "1 e '1 - 1-;3L¡
"'F.~_'(;=; "'"-~R._
latencia; de tal manera. que no sería ésta una institución
natural, sino un producto cultural. Yo ·no Jo creo, pero la
cuestión sólo podrá decidirse por medio de nuevas y ex~.
haustivas investigaciones (Malinowski).' 28 Paso aquí una'
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temporada agradable -hasta donde me Jo permiten mis
molestias locales-, que quiero prolongar hasta fines de '
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mes. A A.B., que estaba conmigo desde el H de :agosto, lo l fi1
mando mañana de vacaciones hasta el· 1? de octubre. Pero 1;¡
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debo informarle sobre él, pues ha habido ciertos cambios.
Se ha logrado vencer satisfactoriamente su actitud inso- 5:
2ortable, le he tomado afecto personal. v él parece corres.- V
pender. Después de esfuerzos tremendos se ha conseguido
poner en claro algunos fragmentos de la historia secreta •
"' Bronislav Malin,ovski (1884-1942), etnólogo inglés.
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: de su desarrollo y el efecto de esto ha .sido muy favorable, 1·8~
! .
; como Jo han podido comprobar t:imbién fami!iarcs suyos
~ ;; ' '

Viena IX, Berggasse 19


que lo vieron durante las vacaciones. _Exteriormente ~e 16 de octubre.de 1927
comporta todavía en forma muy extrana y está todavia
m\Jy. lejos de Ja normalidad, como corri:sponde al res.ul- . Querido. señor doctor: Con un in térés muy comprensible
1
t~do. parcial de nuestros esfuerzos. Peor otra parte, no. se he seguido, guiado por sus informes, su viaje triunfal por
puede dejar de reconocer que h¡ay muchos _elementos m- los países nórdicos. El resultado tan satisfactorio debe
1.[!lnquilizadores, como si estu:viera en.Yías.Ji~as.aL.cle.Ja atribuirse, .en gran partfr, a su personalidad, ya que estos
neurosis obsesiva .a .la paranoia. Sus_p.ensarniento~y_::¡so­ '·escandinavos tienen, intrinsecamente, una resistencia espe- --.
cíocion.es de ideas tienen frecuentemente algo e};trano y_sus:. cial muy arraigada contra el análisis.
síntomas se podrían señalar, sin grandcs .. titubeos: c~mo En relación con el libro sobre ascetismo de su amigo
rilucínacione~ Siempre que manifiesta una resistenf'ª-..P.~~n­ sueco,'" Je. ruego dirigirse al Dr. Eitingon, que controla
so que se trata de una es_qaj_?ofreri!~; CJ.J_ando esta li;c1Q_o, ahora la editorial. Usted conoce la situación tan crítica en
dcsc,ho esta mala iropresión.. PJ..;;nso. ql,le debp_ i:leJªt. el · que se encuentra nuestra institución. Mi recomendación
problem::i mé?ico del diagnó~tico y seipiir trab~ja~do .~P~ no se tomaría en cuenta;
pi material v1vo. En tanto s1g_a mostrandos.e.. ducu._ Y._ten En las próximas semanas aparecerá un opúsculo mít>"'
~amos éxito, me siento justificado. _No~~ menos írnpor:: que tiene que ver mucho con usted. Lo deberia haber es-
tan te Ja impresión de que s4 persona _es cigna de toda clase crito en realidad hace tiempo, pero fue pospuesto en consi-
c:\.Ó esf ucrzQs. d l deración a usted, hasta que la presión fue más intensa.
Con saludos afectuosos y con la esperanza e vo ver a Trato -cosa fácil de adivinar- de mi actitud radical e.o
saber pronto de sus trabajos, su con_tra __de )a rcligi9.n, en cu.~lquierfqrrna. .Y.. en_ cualquier
Frcud d,ilución, y aun cuando esta actitud no puede ser nueva
para usted; temía, y lo temo aún, que una declaración pú-
blica de tal naturaleza pudiera serle desagradable. Me
hará saber después el grado de comprensión y tolerancia
77 Viena IX, Berggasse 19
que le concede torlavía a este hereje incurable.
Su siempre afectuoso
21 de noviembre ée 1926 Frewi

Querido señor doctor: Aprovecho }a oportunidad pa~a feli-


citarlo. Estoy dispuesto a destinar un apartad~ espi;c1al en-
tre mis libros a ]as obras que usted ha traducido si me las PFISTER A FREtJD
obsequia. En realidad sólo progresa uno de los c?mpos d; Zurich
aplicación del análisis, justamente el .que usted inauguro, 21 de octubre de 1927
a saber, el que se refiere a la pedagog1a. Me alegra mucho
que mi hija empiece a producir algo en esa rama. . .. Por lo que toca a su opúsculo contra la religión, su repu-
El día después de recibir su li?~o estuve, e~ sueños,_ en dio de la religión no es nada n,uevo para mí. Lo espero
Zurich. :Probablemente deseaba v1s1tarlo. ¡Sueno de un 1rn- con ansia y con curiosidad. \Jn contrincante de ~píritu
posibilitado para. viajar! En Navidad qui.sier11; ha~;r el poderoso le es s_e~i:'!!!J_en_tt:..!.11~1_-útil. a Ja i:~ligi_ón que mi.1-
intento de ir a Berlín para conocer cuatro melec1tos. - "' Christian Schjelderup, Die As/cese, Walter De Gruyter, Berll.o,
Afectuosamente, su 1928.
Freud · "'' S. Freuc¡. Die Zukunft einer ll!usicm (El porvenir de una
,,. Tres hijos de Ernst, una hija de Oliver. ilusión), Viena: 192?.

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~ ,.
; adeptos que_po sirven para nada. En la música ·en Ja fílo- lisis es más activo. y efectivo. En todó el psicoanálisis en
. sOTi:t y en la religioñSigo defiñl.tivamente caminos distin- Viena hubo algo de insatisfactorio y de indignante
t:is de l~s ~uyos. No me podría imaginar que su profesión el sentimiento del yo. Cuando se ponfa de manifiesto una
oc fe publica pudiera afectarme en forma desagradable· ·tendencia instintiva poco amable o un deseo infantil nunca
. siempre he pensado que todos deben·expresar, en voz alt~ sabía yo lo qtU! !tenía que hacer. Sólo se hacía constar el
Y con clarid_ad, su opinión sincera. Usted fue siempre tole- . hecho. Usted, en cambio, le daba una gran importancia
r:mte conmigo, ¿cómo no debo serlo yo con su ateísmo? · a la actitud personal adoptada y a la inclusión. Parece
Seguramc;rite no me tomará tampoco a mal si, dado el caso, que sólo en esa .forma es posible acabar definitivamente
yo tambien expreso libremente mi posición· discrepante. con las actitudes inadecuadas. Estimulando la actividad
Po~ lo pronto permanezco en la actitud del aprendiz en- personal se obtiene también la impresión de una verdadera
tusiasta. • colaboración entre el analista' y el analiza.do. En esta for-
Pcrmítame ahora hablarle de algo muy diferente. Se' ma, la sumisión desaparece en buena medida y se hace
refiere al problema de Ja terapia, señalado por usted como factible una transferencia saludable ... Tengo la impresión
no resuelto todavía. F. no ha tenido en Viena, según pa- precisa de que el corto tiempo que estuve con usted me
rece, ningún apoyo definitivo .. Califica los resultados del sirvió en la práctica mucho más que los siete meses de psi-
análisis como mínimos, en ¡antb que Jo acepta como teoría. coanálisis en Viena. La jaqueca ha desaparecido --espero
A esto se s_uma una experiencia completamente distinta. qu·e para siempre."
Haral_d Schielderup, el bril.lante profesor de filosofia y psi- Tuve experiencias muy parecidas con el hermano del
cologia de 32 años, que escribió el primer tratado de autor de esta carta, que había arruinado su carrera debido
psicología con orientación psicoanalítica -aparecerá pronto a tratamientos inadecuados y que, a pesar de su gran capa-
en alemán- estuvo psicoanalizándose 7 meses con el Dr. H. cidad, confirmada por su último y brillante libro, había
Su jaqueca, que Jo atonnentaba semanalmente, se hizo caído en una confusión increíble; así como con el hijo
cada vez más intensa durante este tiempo, hasta que tuvo político de Strindbcrg, estudiante que después de trabajar
que \:olvcr a Oslo. Este verano vino a buscanne. Trabaja- una hora tenía siempre dolor de cabeza, de tal manera que
mos mtensame;it~ en .el análisis y tan sólo 14 días después después de cinco años de "estudios" no había aprendido
se presentó el ultimo acceso, ya_ muy atenuado. A partir de nada bien, y con muchos otros.
entonces Jo psicoanalicé todavía otras tres semanas apro- Con excepción de atgunos casos no totalmente liquida-
:ximadamente; pero ya no se presentaron las represiones dos, no presencié nunca una sumisión o un afecto excesivo
patógenas al prjncipio tan Yiolentas y terminamos tres se- y prolongado, sino sólo 1ma relación de gratitud y de
manas después. Schjelderup me acompañó al Congreso de amistad, que me parece más natural y conveniente que la
Locamo, en Zennatt, sin continuar el psicoanálisis. Desde separación fría de una persona a la que, después de todo
principios de julio desaparecieron las jaquecas. La actitud hay tanto que agradecer. Detrás de las relaciones perso-
frente al Dr. H. no era mala, pero sí, predominantemente, nales objetivamente injustificadas, resultantes estrictamen-
de rechazo. Sobre las diferencias en el procedimiento me te de la transferencia, tiene que haber relaciones auténti-
escribió Schjeldenip: · cas, basadas en las cualidades reales de las dos personas.
" ... Creo que el tiempo que pasé con usted será muy im- ¿No debería ser la actitud frente alpsicoanalista un ejemplo
portante para todo mi futuro. Había sido ya analizado por de la actitud frente ni .resto de los hombres? Para mí, .no
el Dr. H., mas tengo la impresión que entre el procedi- se trata de. garar amigos entre los analizados, sino del
miento que usted sigue y el de él hay una gran diferencia. bienestar de los client~s':' y por lo tanto de un problema te-
La diferencia no está solamente en que usted interpreta rapéutico. En su trabajo El "Yo".Y el "Ello", habla usted•
mucho más, y que por medio de las interpretaciones· no de la importa.ncia del hccho'·de que Ja• persona del psico-
sólo penetra en bs tendencias instintivas, sino en las si- ·~
tuaciones conflic!i\·as concretas. E! estilo total de .su aná- • Volumen I, p. 208, nota, de las Obras comnletas, ed. ci!. [E.J
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! . . ·~ ..
:irinlista permita que el enfermo haga de él su ideal del yo. 'pués del análisis, más bien se· requiere un análisis pro-
Yo agrego que, según mis observaciones,· es también im- fundo de Ja situación de transferencia. Lo que quede
4

¡>ortante que el psicoanalista proporcione valores que sobre- cJ.~sQµé.Lfle_la__ trallsf~rcncia_pu~g~ •..!!l_á.Lbien debe, tener el
rnmpensen Ja utilidad de la enfermedad o el sentimiento carácter de una relación humana cordial. -·-
de culpabilidad. A:l3.- tieñe íñaüdab!eiñeñie·müclias·· rasgos paranoides.
Mi pregunta sería: ¿considera usted que hay una dife• pero·rtó podemos continuar el trabajo sin cierta esperanza.
rencia entre usted y yo ·por el hecho de que yo no cancele Con saludos afectuosos, su
totalmente las relaciones, sino sólo depure la transferencia Frcud
de todo lo inauténtico? Aprobará usted sin duda alguna
que yo., como educador y pastor de almas, ayude, cuando,
c-l cliente no sabe avudarse a sí mismo, a alcanzar todos
los dcm::ís bienes de.la vida posibles. PPISTER A FREVD
Z~ch • •
24 ae noviembre de 1927
Querido señor profesor: Al manifestarle mi más profundo
81 agradecimiento por su cordial dedicatoria no debe usted
Viena IX, Berggasse 19 considerarlo como la reacción habitual a un obsequio ama-
22 de octubre de 1927 ble. El hecho de que usted me tenga un poco de afecto
me da un gusto extraordinario y h:ista me hace sentir
Querido señor doctor: Ko esperaba de sü magnanimidad algo -orgulloso. Por lo que toca a mí posición frente a su
otra respuesta a mi "declaroción de guerra". Me alegro de trabajo mis predicciones fueron correctas. Si algo me asom-
nn!cmano con Ja acritud públic:i que asumirá usted contra bró, fue el hecho de haberme asombrado tan poco. Tiene
mi opúsculo; será un a]i,.io en el coro disonante de las usted el derecho a exigir de mí una sinceridad absoluta, y
críticas p:ira las que ya estoy preparado. Sabemos· que, por bien sabe usted que no se alteran en lo más mír.imo ni mi
distintos caminos, aspiramos a lo mismo para los pobres actitud frente a usted ni mi entusiasmo por el psicoanálisis
hombrecillos. por mis aprensiones respecto a su rechazo de la religión.
Respecto a. su pregunta sobre la terapia necesito expre- Siempre he insistido en que el psicoanálisis representa
sarmc claramente. Usted, como pastor de almas, tiene na- Ja parte más fecunda de Ja psicología, pero que de ningún
turalmente derecho de aprovechar todas las tropas auxilia- modo abarca la ciencia total del alma y menos aún un,
res a su disposición. Nos_g~¡:qs,_ cQ_n;i_o_analístas~d~kem.os concepto de la vida y del mundo. Seguramente es usted
ser más cautos y hacer un _hincapié especial_en.el ell}P_eiio de la misma opinión.
de hacer al enfermo autónomo, lo que con frecuencia se Yo no puedo discutir con usted de religión porque usted
Jo"ra a costa de la terápia:· Pero, por lo demás, no estoy rechaza totalmente la filosofía, porque tiene una opinión
ia~poco tari alejádo de· su· punto de vista como usted cree. sobre el arte muy distinta de Ja mía, y porque considera .Ja
Ya conoce usted la tendencia que tienen .los hombres a moral como algo sobrentendido. Yo pienso en forma to-
scguir al pie de la letra o a exagerar los preceptos. Esto lo talmente diferente. Yo entiendo mucho mejor a un natu-
hacen, lo sé muy bien, algunos de mis discípulos con la pa- ralista destacado, como Dricsch,'"' que después de' largas
sividad annfüica. Especialmente de H. creo fácilmente que y fecundas investigaciones experimentales arriba a la filo-
cchc a perder .el efecto del análisis debido a una cierta sofía, que a aquel que se conforma con lo dado. La expc-
índifercnda enojosa, y no llegue a descubrir las resisten- ricncia "pura" es, para mí, de todos modos una ficción. Y
que ha provocado con ello en el enfermo. Por este "'' Hans DHesch (1867-1941 ), profesor de filosofía en Colonia y
caso no debería concluirse que se necesita una síntesis des- después en I..eipzig.
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..
"'.,,:·

" si ech:imos un(i sobi::e Ja historia de las ciencia~, !ia t~c;nica, no.. creo en la suficiencia y capacidad de esta
·· · podemos ver dudosa~es la realidad qu~ en tr<:ña ;mes-·. !solución d~! ·problema de lá vida. 'La cuestión importante
tra Ji:imada experiencia. ':{ aun es:a mezc,a de ilusión y les si, después de todo, el progreso cientifico ha hecho a los
vcnb<l que llamamos experiencia Ja obtenemos sólo con hombres mejores y más felices. Según las estadísticas mo-
::wudn de hipótesis transempíricas. Conceptos como causa, :rales hay más · delincuentes entre los sabios que en la
éicr, ótomo, etc., están impregnados de contradicciones más clase intelectual media, y las esperanzas puestas en la ins-
gruesas que las de los teólogos, y 'Usted sabe mejor qu; .Yº 1rucdón pública general resultaron fallidas. El criterio
cuiin desplumadas quedaron las leyes naturales ·en Ja fls1ca que usted defiende lo caracterizó ya !íJietzsche con las pa-
moderna. El empírico puro es, a mi modo de ver, un ab- labras: "Se habrá entendido ya a d'5nde quiero llegar, a
surdo, y quien se conforma con el hecho aislado dado se saber, que sigue siendo una fe meta;'ísica la que sirve de •.
parece al cardiólogo que no se preocupa por el organismo . apoyo ~ nuestra fe en la ciencia, y que también nosotros,
10t;1J ni por sus "leyes" y "funciones" inYisibles. Por lo t~n­ los científicos de ahora, nosotros los ateos y antimetafísi-
lo. vo . necesito incorporar el inconsciente a toda la Vida cos, tomamos todavía nuestro fuego de la hoguera que
pslquica, ésta a la sociedad, al cosmos y a sus realidades encendió una .fe milenaria, la fe de los cristianos que fue
trnnscmpíricas, y para ello necesito antes una teoría del también Ja fe de Platón: de que Dios es la verdad y que la
conocimiento. Si con esto incurro en error, entonces usted, verdad es divina ... ¿Pero qué sucederá si esto tesulta
según su propio criterio, corre la misma suerte. . cada vez menos creíble, si ya nada parece divino, con ex·
Lo que dice sobre las contradicciones del pensamiento cepción del error, de Ja ceguera, de la mentira?" (por ejem-
rclidoso y teológico lo designa usted mismo corno una plo la imagen de la vida).
rep~tición, elaborada psicoanalfticamente, de ideas cono_::i- Yo no entiendo .bien el concepto que tiene usted de la
'bs desde hace tiempo. Sin embargo, lo que me extrana, ·vida. Es imposible que todo se reduzca a lo que usted re-
es que no tome en cuenta las voces de aquellos defensores chaza como final de la ilusión y que usted alaba como único
de Ja religión que destacan e~,tas contradicciones por lo contenido verdadero. Este mundo sin templos, sin arte, sin
¡ncnos con Ja misma ~ne.rgía y lasresuclvcn en un examen poesía, sin religión, es a mi modo de vei; una isla del de-
filosófico-religioso superior. Citó a V. Eucken, Der Wahr- monio a la que sólo un Satanás, y no el azar ciego, podría
hci1snc11alt dcr Religion [El contenido de verdad de la empujar a Jos hombres. Su pesimismo frente a la humani-
reJiniÓnJ, primera edición, pp. 274ss. También Brunstad, dad incorregible es aquí demasiado manso; debería usted
Dic"Idec dcr Religion (La idea de la religión), pp. 256 ss., se prac.ticar el miserabilismo en forma mucho más consecuen-
ocupa de las contradicciones de los valores, y es significa- te. Si formara parte del tratamiento psicoanalltico el lograr
tivo el hecho de que este hombre tan inteligente P".sara de que los pacientes aceptaran este mundo desolado como fa
la filosofía a la teología. Mi amigo Albert Schweitzer, el noción suprema de Ja verdad, yo entendería muy bien que
excelente filósofo, lJrofesor de teología; virtuoso del órga- estas pobres gentes prefirieran recluirse en la celda de su
no, etc., piensa en!. la misma forma pesimista que usted enfermedad en lugar de marchar por este desierto helado
sobre la intcrprctadón optimista ética del mundo (Kultur y horrible. ¿Tiene usted para esta confesión espontánea
une/ E1/1ik, Introducción XIII); pero aquí es donde se inicia tanta tolerancia como ya para sus herejías, conocidas por
para él el prob!ern* verdadero, aunque tampoco se cierra mí desde hace tiempo? Me parece una suerte que tuviera
a Ja perspectiva del concepto del mi:ndo de los carentes de usted que prescindir de tantas cosas para crear luego algo
concepto del mund~ (Vcrfall imd Wicderaufbau der Kultur tan grandioso en su ciencia (sus creencias o su falta de
[Decadencia y restauración de Ja cultural, p. 53). creencias en cuanto a la vida no tienen nada que ver con
Su sustituto para la religión es esencialmente el pensa- ello). Pero pennítame ahora agregar dos preguntas: ¿le
miento de la Ilustr~ción del siglo x·vrn, renovado y moder- .parecerla correcto que yo escribiera en la I141ago acerca de
nizado en forma s~berbia. Debo confesar que, ~on '.oda la sus ideas? Quizás pudiera yo prestar un poco de ayuda a
..
satisfacción que sie;nto por Jos progresos. de Ja ciencia y de. muchos que ;étt~n ahora en peligro, según su predicción,
110 111
•• r.· . ,.~ ~ - - -····-:::--; •
¡ . " ~. ..'.'" •. : ~
. de rechazar totalmente el.psicoanálisis, y servir con ello al importante que escriba u.sted una ·crftka -en la Jmago, si
movimiento psicoanalítico... quiere- y espero que usted recalcará en ella expresamente
Queda por lo tanto, entre los dos, la gran diferencia nuestra amistad inalterada y su adhesión inconmovible al
de que yo practico el psicoanálisis dentro de un plan de análisis. En la segunda pregu¡¡ta quedan mezcladas algu-
vida que usted, con indulgencia benévola, acepta como nas cosas que quizá deban se¡Jararse. Partamos .del hecho
obligación de mi profesión, en tanto' que yo considero esta de que los puntos de vista dé mi trabajo no constituyen
forma de concebir la vida no sólo como un requisito impor- partes integrantes del edificio doctrinarío del análisis: es
tante para. el tratamiento (en la mavoría de las· gentes), mi opinión personal que coincide con la de muchos no psi-
sino precisamente como consecuencia· de una filosofía oue coanalistas y prepsicoanalistas y que seguramente no com-
excede los limites del naturalismo y del positivismo bien parten muchos honestos analistas. Si yo deduje del ::máli-
fundada en la higiene mental y social y que responde a Ja sis ciertos argumentos, en realidad sólo uno, esto no tiene
n~turalcza de los hombres y del cosmos. Dependerá del
que impedir a nadie·el uso del método imparcial del análi-
enfermo en qué medida esté dispuesto a seguir el camino sis incluso para una opinión contraria. También esto se
adecuado a sus condiciones sociales e indi\·iduales, y tam-
bién dependerá de el el grado de la ayuda necesaria para 'dice en el opúsculo. Si alguien opinara que esto no es tan
encontrar Jo más atinado para él. fácil, y que Ja pyáctica del p.nálisis aleja necesariamente de
Pues bien, he terminado de escribir una larga carta. h1ien- la.religión, habría gue objetarle gue cualquier otra cien-
tras la redactaba, tuve su retrato frente a roi, que escuchaba cia lOhaceCñla misma medida. ·
con atención y simpatía mis opiniones. Espero que esta dis" - - El otro tema, Ja influencia. que .ejerce en.. el_ tra!amiento
cusión haya servido tan sólo para estrechar nuestras rela- analítico la concesión o. Ja .negación ae
una satisfacción
ciones. ¿No es cierto? afectiva ilusoria, es algo estrictamen)_e .ap_arte; ya..qÜe~ por
Con saludos afectuosos, su afectuoso que se comporte el analista, no pueaé eñcargarse
c>e sustituir en el sujeto .analizado a Dios_ y a Ja-divina~pro­
Pfist'er videncia. Cuando su paciente se queja· de fa escueta re-
ducción de su nostalgia a Ja relación padre-hijo, no tiene
razón en io- fUndamental. Es necesario concederle que es
capaz de tolerar este esclarecimiento; k.nPJ.talgia misma
82 llQ _)a¡iuede _satisfacer. eLanalis.t~_.!i!~e_gue dejar a cargo
del analizado la posjbilidad Jie superar.l<!. ifeObteb'l!r-Satls-
Viena IX, Bcrgfassc l 9 facción en· una· forma de sublimación religiosa o de otra
26 de noviembre de 1927
íñdole, después de la acláració!l. Naturalrnente.eráñalista
Querido señor doctor: Sí, las sorpresas eran imposibles: · puede cometer un grave error técnico si da Ja impresión
usted estaba preparado para P.T'" contenido de mi escrito y de que subestima esta aspiración afectiva, o si plantea a
yo para su actitud en contra. Podría estar tentado a ha- cualquiera la exigencia de dominar esta porción de infan-
cci'Jcñotar que esgrime usted el argumento de que. esto tilismo, de lo cual sólo pocos son capaces.
debe ser incorrecto, porque seria muy desagradable, y que Todo el problema es muy importante y requeriría una
las dificultades de mi posición no significan ningún for- apreciación mesurada e imparcial desde todos los puntos
t:ikcimicnto .de Ja suya. Pero eso no seria una continuación de vista. Si usted desea emprenderla a continuación de su
de la discusión, sino una repetición, pues eso se dice críticá de la l/¡¡sión, yo no deseo influir para nada en su de-
en el opús'culo, por lo cual mejor me atengo a sus dos pre- cisión. •
¡;1rnt:1s, que son tan importantes desde el punto de vista Con saludos afectuosos, su
pr:lc!ico. Freud
• Que yo sepa, hernos resuelto ya una de ellas. Me parece
112 113

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