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Hoy día la existencia de un mercado no implica un lugar físico, como ha ocurrido durante la mayor
parte de la historia. También hay mercados por internet, o por teléfono...
Y existen mercados para bienes y servicios y también para el intercambio de factores productivos,
como el capital financiero o el trabajo.
Y un mercado para el dinero...
En la actualidad la mayoría de los mercados son globales, los bienes se producen en una punta del
mundo y se transportan para venderlos por todo el globo.
En realidad existen tantos mercados como bienes, servicios y factores tenemos, de manera que se
habla del mercado del trigo, del inmobiliario, del transporte, de la electricidad, del trabajo, etc.
La condición para la existencia de un mercado es que haya alguien que esté dispuesto a comprar un
bien y alguien que quiera vender ese mismo bien. Si ambas partes se ponen de acuerdo sobre
el precio, se realiza el intercambio. Hay, por tanto, tres elementos fundamentales en
cualquier mercado de un bien o servicio:
-Compradores o demandantes
-Vendedores u oferentes
-Precio
El siguiente vídeo narra brevemente el proceso histórico del comercio internacional, desde el siglo XIII
hasta hoy día, y pone de manifiesto la enorme importancia que han tenido las comunicaciones en ese
proceso:
https://www.youtube.com/watch?v=xxq-AUEZsoQ
l precio por el que se intercambia la mercancía en los mercados se mide en dinero generalmente. Sin
embargo, es posible, y así ha ocurrido a lo largo de la historia, que el precio se valore en función de
otros bienes, como se hace en el trueque: por ejemplo, el cambio de una enciclopedia por tres CDs.
El siguiente vídeo muestra el renacimiento del trueque entre algunos colectivos, como consecuencia
de la crisis económica:
https://www.youtube.com/watch?v=sJqkZp8YLO0
La teoría económica estudia los mercados a través de un modelo que integra los tres elementos que
conforman el mercado de un bien determinado: la demanda de los consumidores, la oferta de las
empresas y el precio del bien o servicio.
Gráficamente se representa mediante la unión de las funciones de demanda y de oferta, que reflejan
los intereses del conjunto de compradores y vendedores respecto al precio:
El equilibrio (E) es el precio de mercado (P*) que hace que confluyan los intereses de compradores
y vendedores: la demanda y la oferta se igualan y el mercado se vacía, es decir, la cantidad del bien
que se intercambia (Q*) coincide con la cantidad que los consumidores quieren comprar a ese precio
y con la cantidad que las empresas están dispuestas a vender.
Un ejemplo puede ser el mercado del tomate de pera en Navarra. Una situación de equilibrio en
plena temporada se podría corresponder con un precio de 1 S/./Kgr. y una cantidad intercambiada de
2.000 Kgr. diarios. Para este precio de equilibrio el mercado se vacía: los agricultores recogen cada
día 2.000 Kgr., que es exactamente la cantidad que compran los consumidores de tomate de pera.
Nada sobra y nada falta en el equilibrio (para simplificar la situación suponemos que los agricultores
venden directamente su producto).
SITUACIONES DE DESEQUILIBRIO: EXCEDENTES Y ESCASEZ DE PRODUCTO
¿Y si el precio en el mercado no es el de equilibrio? Por ejemplo, puede ocurrir que
el precio sea superior al de equilibrio, como en la siguiente gráfica:
En este caso el precio vigente en el mercado no iguala la demanda y la oferta: las empresas están
dispuestas a vender Q2, mientras que los consumidores quieren comprar Q1, una cantidad menor que
la oferta. Ésta es una situación de desequilibrio en la que sobra una cantidad de bienes en el mercado
al precio P, es decir, hay un excedente (Q2 - Q1) o exceso de oferta (O > D; Q2 > Q1)
Ahora bien, el desequilibrio no interesa a las empresas productoras del bien, ya que no pueden vender
toda la cantidad que quisieran. Por ello, comenzarán a bajar el precio y a reducir la cantidad de
producto, de manera que más consumidores se animen a comprar. Y seguirán bajándolo hasta que
se alcance el precio de equilibrio y se consiga vaciar el mercado, igualando la oferta con la demanda.
En el ejemplo anterior del mercado de tomate de pera, si el precio es 2 S/./Kgr., los consumidores
sólo están dispuestos a comprar, por ejemplo, 1.500 Kgr. diarios, mientras que a los agricultores les
gustaría vender 2.500 Kgr. a ese precio. Hay un excedente, por tanto, de 1.000 Kgr. cada día. ¿Cómo
deshacerse de esta cantidad sobrante? Los vendedores prueban con un precio más bajo, 1,5 S/./Kgr.
y observan que aumentan las ventas hasta 1.750 Kgr., pero aún les sobran 500 Kgr. Las reducciones
de precio continuarán hasta llegar al equilibrio, a un precio de 1 S/./Kgr. y se encuentren la oferta y la
demanda.
En el mercado del tomate de pera, supongamos ahora que el precio de venta es 0,5 S/./Kgr. Los
consumidores querrían comprar 2.500 Kgr., pero cuando acuden al mercado se encuentran con que
sólo hay 1.500 Kgr. para vender, y los últimos que llegan se quedan sin tomates. El vendedor, al
observar esta demanda insatisfecha, ve la posibilidad de subir el precio, y lo hará hasta que se
restablezca el equilibrio.
En definitiva, la tendencia de los mercados es hacia el equilibrio, pues cualquier otra situación lleva
a las empresas a ajustar el precio, hacia arriba o hacia abajo, para que no se produzcan
escasez ni excedentes. Los consumidores y las empresas, movidos por el incentivo de los precios,
toman las decisiones que restauran el equilibrio en el mercado, tal como se representa en las
siguientes gráficas:
EL MERCADO Y LA COMPETENCIA
Los mercados que existen en la realidad económica son muy diversos, y no todos tienen la misma
estructura respecto a cuestiones como tamaño de la demanda, número de empresas, tecnología
utilizada o existencia de bienes sustitutivos.
Esta gran variedad obliga a una categorización de los mercados para facilitar su estudio.
El análisis económico los diferencia principalmente por el número de empresas que operan en ellos,
por lo que también los denomina industrias o sectores: a mayor número de empresas, mayor es la
competencia en el mercado o industria, y viceversa. En cuanto a la demanda, supondremos para
simplificar que el número de consumidores siempre es elevado.
Competencia perfecta: máximo grado de competencia (muchas empresas) que producen un bien
homogéneo, idéntico.
Monopolio: ninguna competencia (una empresa) que produce un bien único.
Entre ambos extremos se sitúan las estructuras o modelos de mercado intermedios, y para precisar la
clasificación se definen otras dos estructuras:
Oligopolio: bajo nivel de competencia (pocas empresas) con un bien homogéneo o diferenciado.
https://www.youtube.com/watch?v=C6blsksWXuk
LA COMPETENCIA PERFECTA:
El modelo de competencia perfecta se corresponde con un mercado ideal, cuyas características son
tan estrictas que prácticamente no existe en la realidad. Se trata, por tanto, de un modelo teórico que
se utiliza como referencia para el estudio de los mercados reales, debido a que su perfección lleva al
mejor resultado social posible en el sistema económico capitalista.
Las condiciones que debe cumplir un mercado para que pueda considerarse perfectamente
competitivo son:
-Muchas pequeñas empresas operando en el mercado, sin capacidad para fijar el precio del bien,
debido a lo insignificante de la producción de cada empresa respecto al total de la industria. El
mercado, mediante la interacción de la oferta y la demanda, fija el precio: las empresas lo aceptan y
sólo pueden decidir la cantidad que van a producir.
-El bien que se intercambia es homogéneo, es decir, todas las empresas ofrecen un producto idéntico.
-Existe información perfecta, que significa que todos los agentes que participan en el mercado,
consumidores y empresas, conocen los precios vigentes de bienes y factores, así como las funciones
de costes o tecnología utilizada en la producción.
-No existen barreras de entrada ni de salida del mercado: cualquier empresa puede entrar en el
sector o salir de él sin costes significativos (elevada inversión, dominio de una tecnología única,
grandes economías de escala, etc.).
EL MONOPOLIO:
La máxima imperfección se alcanza en el monopolio, cuando una sola empresa controla todo el
mercado. La ineficiencia social, por tanto, también es máxima: el monopolista logra el mayor beneficio
extraordinario posible, al establecer un precio elevado que, como hemos visto, implica una menor
cantidad de producción. Los consumidores, por su parte, pagan el mayor precio posible, y al restringir
las empresas la producción, un mayor número de consumidores quedan fuera del mercado por no
poder, o no querer, pagar un precio tan elevado. Todo ello en comparación al mercado ideal, la
referencia teórica que utiliza el análisis económico.
No obstante, en ocasiones se permite la existencia de monopolios por razones como las siguientes:
Las condiciones tecnológicas hacen que existan economías de escala contínuas en relación
al tamaño de la demanda del mercado. En este caso se habla de monopolios naturales y es
más eficiente económicamente la existencia de una sola empresa, que es gestionada por el
Estado o regulada por éste. La distribución de electricidad, agua o gas son ejemplos de esta
estructura.
El modelo del monopolio en sentido estricto, con una sola empresa en la industria, no es frecuente en
la realidad, salvo en los casos descritos. Pero sí existen situación próximas, con empresas que poseen
cuotas de mercado del 80 por ciento o incluso más. El caso de Microsoft, la empresa de Bill Gates,
es paradigmático, y ha sido llevada a juicio en varias ocasiones por prácticas monopolistas. Y a pesar
de las multas impuestas, actualmente sigue manteniendo una posición dominante en el mercado de
sistemas operativos, tal como indica el gráfico del reparto de cuotas de mercado a nivel mundial:
EL OLIGOPOLIO:
Este tipo de mercado se caracteriza por la existencia de pocas empresas que interactúan entre ellas
estratégicamente. La interdependencia estratégica significa que las decisiones que toma cualquiera
de las empresas afecta a las demás, ya sea la decisión sobre el precio o sobre la cantidad producida
del bien.
En los oligopolios no siempre el mercado se reparte por igual entre las empresas que lo forman. Con
frecuencia una de ellas es más grande y posee una cuota de mercado significativamente mayor que
las demás. Se habla entonces de oligopolio con una empresa líder, que establece el precio, y
empresas seguidoras, que aceptan ese precio.
Un caso particular es el duopolio que, como su nombre indica, son sólo dos empresas las que se
reparten la tarta del mercado.
El resultado al que conduce una industria oligopólica es similar al del monopolio, si bien el beneficio
extraordinario es menor: el precio de venta es superior y la cantidad producida menor que en
competencia perfecta, pero no tanto como en el monopolio.
Un problema asociado con el oligopolio es la colusión entre las empresas que lo forman: se ponen de
acuerdo, explícita o tácitamente, para mantener los precios altos o para reducir la producción, con el
objetivo de aumentar sus beneficios extraordinarios. Cuando esto ocurre, las empresas cooperan en
vez de competir, y actúan como un verdadero monopolio, consiguiendo el máximo beneficio extra.
Si el acuerdo al que llegan las empresas del oligopolio es explícito y formal, se habla de cártel. La
multinacional De Beers, que controla la producción y comercialización de diamantes a nivel mundial,
es un ejemplo de este tipo. También lo es la OPEP, aunque en este caso se trata de países
productores de petróleo y no de empresas.
LA FUNCIÓN DE DEMANDA
Se denomina demanda a la cantidad de un bien o servicio que un consumidor está dispuesto a
comprar en un período de tiempo. Observa que lo que se trata de medir es la "disposición a comprar"
de los consumidores, y no sus compras reales.
Y ¿de qué depende la demanda de un bien, la cantidad que queremos comprar de ese bien?, o dicho
de otra forma, ¿cuál es la función de demanda?
La observación de la realidad ha llevado a los economistas a concretar una serie de factores que
inciden en la demanda de un bien o servicio:
o El precio del bien VARIABLE ENDOGENA
o La renta de los consumidores
o Los precios de bienes sustitutivos y complementarios
o Las preferencias o gustos de los consumidores
o El tamaño del mercado (población con poder adquisitivo)
o Las condiciones climatológicas
o La legislación
o Las expectativas sobre el futuro
o Etcétera.
La lista de variables es larga y compleja, por lo que conviene simplificar. La teoría económica
considera cuatro factores esenciales que influyen en la demanda de cualquier bien: su precio (P),
la renta del consumidor (R), el precio de bienes relacionados (P') y las preferencias del
consumidor (G). El resto de variables, salvo situaciones especiales, no se consideran, de forma que
la función de demanda viene dada por la expresión:
QD = f (P, R, P', G)
Trabajar simultáneamente con las cuatro variables que definen la función de demanda es complicado,
y para simplificar la situación la teoría económica analiza de forma sucesiva la relación entre la
cantidad demandada y cada uno de los factores que la determinan, considerando que el resto
permanece invariable según la condición ceteris paribus. A continuación se estudia separadamente
la relación de la demanda con cada una de esas variables que la determinan.
LA CANTIDAD DEMANDADA DE UN BIEN Y SU PRECIO
El mecanismo del mercado utiliza los precios de los bienes como señales para la toma de decisiones
de compra por los consumidores. El precio, por tanto, es una variable fundamental para el estudio de
la demanda, y conviene "aislarla" del resto de variables de la función de demanda.
La Ley de la Utilidad Marginal Decreciente afirma que la satisfacción que obtiene un consumidor al
incrementar sucesivamente las unidades que consume de un bien es cada vez menor. Este enunciado
puede interpretarse también en términos de valor: el consumidor otorga un valor (medida de su
utilidad) cada vez menor a las unidades adicionales de un bien.
Se obtiene de esta forma la Ley de la Demanda Decreciente, que asegura una relación
inversa entre la cantidad demandada de un bien y su precio:
Supongamos un consumidor que nos revela sus intenciones de ir al cine mensualmente en función
del precio de la entrada. La gráfica y la tabla siguientes muestran su elección para varios precios (S/):
La curva de demanda resultante de las elecciones del consumidor es convexa y decreciente: si el
precio de la entrada es 10 €, sólo iría al cine una vez al mes; si el precio baja a 6 € iría tres veces; y si
fuera de 2 € acudiría 7 veces cada mes.
Observa que cuando cambia el precio también lo hace la cantidad demandada, y nos deslizamos
a lo largo de la curva para alcanzar la nueva combinación precio-cantidad.
En los ejemplos anteriores se han utilizado curvas convexas para representar la demanda, pero para
facilitar su estudio y simplificar la realidad, se pueden usar funciones lineales y representar la
demanda como una recta decreciente en relación al precio:
La expresión matemática de la función de demanda respecto al precio viene dada por la ecuación
de la recta:
La lectura de esta ecuación nos informa de los valores extremos de la recta que representa la
demanda. Si el precio fuera cero (P=0) la cantidad demandada por el mercado sería de 850 entradas
de cine al mes. Por otra parte, a un precio de 11,33 S/, nadie iría al cine (QD=0).
ACTIVIDAD:
Analice las causas y consecuencias de un incremento de los impuestos:
http://www.publico.es/actualidad/ventas-cigarrillos-caen-11-2010.html
LA CANTIDAD DEMANDADA Y LA RENTA DE LOS CONSUMIDORES:
La renta de la que dispone una familia o un individuo es otra de las variables con fuerte impacto en
la demanda. De hecho, si no existe una renta mínima, si la persona no dispone de dinero, no puede
comprar nada y, por tanto, no tiene demanda.
En este caso toda la curva de demanda se desplaza, cambia su posición en las coordenadas. Esto
es así porque ahora lo que cambia es una de las variables que no recogen las coordenadas, que
representan el precio del bien y la cantidad demandada del mismo.
Si se trata de un bien normal, un incremento en la renta de los consumidores hará que estén
dispuestos a comprar más cantidad para cada precio, produciéndose un desplazamiento de la curva
de demanda hacia la derecha, como se representa en la gráfica siguiente:
Si los consumidores ven incrementada su renta, la demanda se desplaza paralelamente hacia la
derecha hasta la posición verde en el gráfico. A un precio de 10 S/. la entrada de cine, ahora acudirán
cada mes 250 consumidores, frente a 100 antes del aumento de renta. Si el precio por entrada es 2
S/. el número de entradas vendidas aumenta hasta 850, en vez de 700 con la renta más baja.
Podemos observar que, para cualquier precio, el incremento en la cantidad demandada siempre es
de 150. Ello es así porque estamos considerando una función de demanda lineal y el aumento de
renta no cambia la pendiente de la recta, sólo la desplaza hacia la derecha. De hecho, la nueva
ecuación de la recta que representa la demanda desplazada es:
que mantiene la pendiente negativa (-75) y aumenta el origen en la abscisa en 150 unidades, respecto
a la ecuación anterior al incremento de renta.
Por el contrario, una disminución de la renta lleva a consumir menos cantidad para cada precio, y la
curva se desplaza a la izquierda, como representa el gráfico siguiente:
http://peru21.pe/economia/creditos-autos-caen-30-alza-dolar-2144707