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Constitución y Derechos humanos

Mg. Ana Consuelo Yovera Espinoza


EL DERECHO AL TRABAJO

Capacidad: Juzga la problemática del derecho al trabajo en el ámbito de su carrera profesional.

Los problemas que involucran a los derechos fundamentales se resuelven tomando en


consideración que cada uno de ellos significa un espacio jurídico determinado, es decir, que cada
uno de ellos cuenta con un contenido constitucional que es precisamente el que faculta a su titular
a realizar una serie de actividades y, asimismo, es el que debe ser protegido mediante los procesos
constitucionales. De esta manera, la primera y principal tarea con la que se encuentra quien
aborda la solución de estos problemas es el de determinar el contenido constitucional de los
derechos fundamentales.

En el ordenamiento constitucional peruano no es posible diferenciar entre derechos


fundamentales y derechos constitucionales debido a que todos ellos tienen un mismo rango
constitucional. Es importante tomar en consideración lo antes mencionado debido a que para
hacer referencia al derecho al trabajo –en el ordenamiento constitucional peruano – es indistinto
llamarle derecho constitucional que derecho fundamental. Pues bien, el derecho constitucional al
trabajo ha generado varias cuestiones relacionadas principalmente con su significación y
exigibilidad inmediata ante los Tribunales de justicia. Una de ellas está relacionada con la llamada
estabilidad laboral del trabajador. La solución de estas cuestiones pasa indefectiblemente por
tomar en consideración la figura y consecuente teoría del contenido constitucionalmente
protegido –generalmente conocido como “contenido esencial”– de los derechos, en particular,
del derecho al trabajo.

1. FUNDAMENTOS NORMATIVOS

Son varios los dispositivos constitucionales que hacen referencia al derecho constitucional al
trabajo. Por un lado se encuentra reconocida la libertad económica a trabajar libremente (artículo
2.15 CP), cuyo ejercicio “no debe ser lesivo a la moral, ni a la salud, ni a la seguridad pública
(artículo 59 CP). Complementariamente, se encuentra reconocido también en la norma
constitucional peruana el derecho social al trabajo (artículo 22 CP).

Sin embargo, se debe reconocer inmediatamente que el derecho al trabajo implica la libertad de
decidir libremente tanto si se accede como si se permanece en un determinado puesto de trabajo.
Por eso es que se puede leer en la norma internacional vinculante para el Perú, el reconocimiento
del “derecho a trabajar, que comprende el derecho de toda persona a tener la oportunidad de
ganarse la vida mediante un trabajo libremente escogido o aceptado” (artículo 6 PIDESC *); o que
“toda persona tiene derecho al trabajo, el cual incluye la oportunidad de obtener los medios para
llevar una vida digna y decorosa a través del desempeño de una actividad lícita libremente
escogida o aceptada” (artículo 6.1 del Protocolo adicional a la Convención americana sobre
Derechos Humanos en materia de derechos económicos, sociales y culturales). Y en fin, como se
ha establecido en la Declaración universal de Derechos Humanos, “toda persona tiene derecho al
trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la
protección contra el desempleo” (artículo 23).
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Es así que el derecho al trabajo –como una realidad que involucra la libertad– es objeto de mayor
atención que la libertad de trabajo en el texto constitucional. Como se sabe, la persona humana
es el fin supremo de la sociedad y del Estado (artículo 1 CP), lo que necesariamente se traduce en
la posibilidad jurídica y material de que la persona pueda alcanzar su más pleno desarrollo. Pues
bien, en el logro de esa finalidad juega un papel importante el trabajo como medio de realización
personal y de la sociedad misma. Ha dispuesto el constituyente peruano que el trabajo “es base
del bienestar social y un medio de realización de la persona” (artículo 22 CP); y ello en la medida
que –como se ha dispuesto en el protocolo adicional a la Convención americana sobre Derechos
Humanos en materia de derechos económicos, sociales y culturales– el trabajo viene ligado con
el desarrollo vocacional de las personas: “el derecho de todo trabajador a seguir su vocación y a
dedicarse a la actividad que mejor responda a sus expectativas y a cambiar de empleo, de acuerdo
con la reglamentación nacional respectiva” (artículo 7.b). Con base en estas consideraciones se
entiende perfectamente que se haya dispuesto constitucionalmente que la finalidad de la
educación es “preparar para la vida y el trabajo y fomentar la solidaridad” (artículo 14 CP).
Asimismo que se haya dispuesto que el trabajo “es objeto de atención prioritaria del Estado”
(artículo 23 CP).

Por lo dicho, debe considerarse al derecho al trabajo como una realidad que tiene una dimensión
de libertad y una dimensión prestacional.

Dimensión de libertad del derecho al trabajo


Como ya se dijo, la definición del contenido jurídico de los derechos constitucionales empieza
desde la misma norma constitucional. El derecho tiene el alcance que le haya dispuesto la
Constitución. Y el primer alcance es la mencionada significación de libertad o dimensión de
libertad del derecho al trabajo: el titular del derecho tiene la libertad de elegir libremente acceder
a un puesto de trabajo y elegir libremente permanecer en él. Esta libertad ha sido definida por el
Tribunal Constitucional “como el atributo para elegir a voluntad la actividad ocupacional o
profesional que cada persona desee o prefiera desempeñar, disfrutando de su rendimiento
económico y satisfacción espiritual; así como de cambiarla o de cesar de ella. Para tal efecto, dicha
facultad autodeterminativa deberá ser ejercida con sujeción a la ley. Esta dimensión de libertad
del derecho al trabajo concede a su titular una serie de facultades de acción, entre ellas habrá que
destacar “la de trabajar o no hacerlo, la de establecer en qué actividad se va a ocupar, la de
determinar si va a trabajar para sí o para otro y, en este último caso, la de precisar a favor de
quien”. Y es que a nadie se le puede obligar a trabajar. Precisamente por eso es que quedan
terminantemente prohibidos los trabajos forzosos. Así, se lee en la Convención americana sobre
Derechos Humanos que “1. Nadie puede ser sometido a esclavitud o servidumbre (...) 2. Nadie
debe ser constreñido a ejecutar un trabajo forzoso u obligatorio” (artículo 6); en el Pacto
Internacional de Derechos civiles y políticos se lee que “2. Nadie estará sometido a servidumbre.
3. a) Nadie será constreñido a ejecutar un trabajo forzoso u obligatorio” (artículo 8). Esta
dimensión de libertad del derecho al trabajo es plenamente protegible por los mecanismos
jurídicos de defensa de los derechos constitucionales. Para lo que ahora interesa, el proceso
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constitucional de amparo procede para evitar que a alguien se le obligue a tomar o a permanecer
en un trabajo que libremente no desea acceder o permanecer.

Dimensión prestacional del derecho al trabajo


Además de la dimensión de libertad que tiene el derecho al trabajo, este cuenta con una
dimensión prestacional. El contenido prestacional del derecho al trabajo tiene un componente
doble. Por un lado implica el derecho de acceso y por otro el derecho de permanencia. Como se
ha dicho, “el derecho al trabajo se dirige a promover el empleo de quienes no lo tienen y a asegurar
el mantenimiento del empleo de los que ya lo poseen”.

1. Derecho de acceso. No es posible determinar el contenido constitucional de un derecho si no


es partiendo de lo que la misma Constitución ha establecido. Junto al reconocimiento del derecho
al trabajo (artículo 22 CP) existen otras disposiciones constitucionales que deben necesariamente
tenerse en cuenta para delimitar el contenido prestacional constitucional del derecho al trabajo.
La primera de ellas es el artículo 23 CP en la que se ha establecido que “El trabajo, en sus diversas
modalidades, es objeto de atención prioritaria del Estado (...). El Estado promueve condiciones
para el progreso social y económico, en especial mediante políticas de fomento del empleo
productivo y de educación para el trabajo”. La segunda de las disposiciones a tener en
consideración es la Undécima disposición final y transitoria de la Constitución Peruana en la cual
se ha establecido que “Las disposiciones de la Constitución que exijan nuevos o mayores gastos
públicos se aplican progresivamente”.

Estas dos disposiciones son de especial importancia para determinar el significado del derecho de
acceso al trabajo como parte del contenido constitucional prestacional del derecho al trabajo.
Este contenido significará que el Estado no se compromete a otorgar a las personas un concreto
puesto de trabajo. A lo que se compromete es a plantear y ejecutar políticas dirigidas a promover
la creación de puestos de trabajo. A esto lo ha obligado el constituyente peruano y a esto se
encuentra vinculado. Como bien ha dicho el Tribunal Constitucional, “el derecho al trabajo supone
la adopción por parte del Estado de una política orientada a que la población acceda a un puesto
de trabajo; si bien hay que precisar que la satisfacción de este aspecto de este derecho
constitucional implica un desarrollo progresivo y según las posibilidades del Estado”. En estas
circunstancias, el derecho de acceso a un concreto puesto de trabajo no es exigible al Estado, en
otras palabras, éste no tiene la obligación de otorgar a las personas concretos puestos de trabajo,
por lo que no procede interponer una demanda de amparo para conseguirlo. El amparo no
procede porque esta pretensión no forma parte del contenido constitucional del derecho al
trabajo.

2. Derecho a permanecer en el puesto de trabajo. Adicionalmente existen al menos otras dos


disposiciones constitucionales que hay que tomar en consideración para determinar el contenido
jurídico constitucional del derecho al trabajo. La primera de ellas es el artículo 27 CP en la que se
ha establecido que “La ley otorga al trabajador adecuada protección contra el despido arbitrario”.
Y la segunda norma constitucional a considerar es la Cuarta disposición final y transitoria en la
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que se – como ya se ha dicho antes– se ha mandado que “Las normas relativas a los derechos y a
las libertades que la Constitución reconoce se interpretan de conformidad con la Declaración
Universal de Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas
materias ratificados por el Perú”. Uno de esos tratados internacionales sobre Derechos Humanos
vinculantes para el Perú es el ya mencionado Protocolo adicional a la Convención americana sobre
Derechos Humanos en materia de derechos económicos, sociales y culturales. En este Protocolo
adicional se ha reconocido “la estabilidad de los trabajadores en sus empleos, de acuerdo con las
características de las industrias y profesiones y con las causas de justa separación. En casos de
despido injustificado, el trabajador tendrá derecho a una indemnización o a la readmisión en el
empleo o a cualesquiera otra prestación prevista por la legislación nacional” (artículo 7d). Estas
disposiciones, como ya se dijo, son necesarias tener en consideración a fin de determinar los
alcances del derecho a permanecer en el puesto de trabajo como parte del contenido
constitucional prestacional del derecho al trabajo, que está bastante relacionado con lo que suele
llamarse estabilidad laboral. El mencionado artículo 27 CP parte del reconocimiento de la
existencia de despidos arbitrarios, también llamados despidos injustificados o incausados, los
cuales son definidos como aquellos en los que “Se despide al trabajador, ya sea de manera verbal
o mediante comunicación escrita, sin expresarles causa alguna derivada de la conducta o la labor
que la justifique”.

Frente a esa realidad lo que ha dispuesto la Constitución es que se deba proteger adecuadamente
al trabajador. De entre todas las posibilidades de dar una adecuada protección al trabajador, el
legislador ha optado por la indemnización. En el segundo párrafo del artículo 34 del D. S. 003-97-
TR, Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo 728, Ley de Productividad y Competitividad
Laboral, el legislador ha dispuesto que “Si el despido es arbitrario por no haberse expresado causa
o no poderse demostrar ésta en juicio, el trabajador tiene derecho al pago de la indemnización
establecida en el Artículo 38o, como única reparación por el daño sufrido. Podrá demandar
simultáneamente el pago de cualquier otro derecho o beneficio social pendiente”.

2. DERECHO AL TRABAJO EN EL MARCO DE LA SOCIEDAD NEOLIBERAL Y GLOBALIZADA.

El Derecho Laboral ha jugado un papel preponderante en el libre juego económico de un Estado


de Derecho o de un Estado Social de Derecho, pues ha establecido una serie de pautas de
reordenamiento de los nexos laborales que brotan de toda actividad remuneradora y la postura
del Estado alrededor del fomento de ese mercado. Desde ese ángulo el rol del Derecho Laboral
será de equidad, ideal central de una justicia que no se ha visto reflejada en la realidad bien porque
las condiciones políticas no lo han permitido o porque la ideología dominante del orbe capitalista
ha puesto sus trabas para que tal proceso se cumpla a satisfacción (Cabanella, 2001).

Dentro de una sociedad atada a la globalización y en medio de intermitentes crisis económicas y


fiscales es indispensable parcelar ese rol del Derecho Laboral y para eso es menester identificar
aspectos sociales sustanciales como son:
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- Desigualdades entre las partes y el todo: Hay en cada Nación una galopante desigualdad social
tan acuciante que han obedecido a un presupuesto de la condición humana, nadie es igual a otro
y en tal marco, obvio es suponer que la desigualdad será el pan de cada día. Entonces la faena del
Derecho Laboral será la de propiciar los mecanismos necesarios para que aquella divergencia
entre unos y otros, Estado, patrono y obreros y todos entre sí, alcance su nivel apropiado, y de esa
forma tratar de resanar las heridas que esas diferencias aparejan y que tanto resquemores han
producido a lo largo y ancho del orbe capitalista.

- Cambio en el mundo laboral: La globalización ha beneficiado enormemente al capitalismo, de


eso no existe la menor; su agresividad no tiene límites y como si fuera poco es un camaleón, capaz
de metamorfosearse si las circunstancias así lo demandaren y precisamente en tal sentido ha
liderado el capitalismo (Carpio, 2001) con la complicidad o con la indiferencia de los gobiernos,
una serie de estrategias para acomodarse mejor a los entornos de ese acontecimiento que viene
mirando al mundo de un modo diferente.

¿Cómo ha cambiado el mundo laboral? En múltiples aspectos, he aquí los más importantes:

A) Imposición de un imperativo categórico de tipo tecnológico: Por tecnología ha de


entenderse la aplicación sistemática de conocimientos científicos para resolver problemas
prácticos a través de la interactividad, conectividad, Internet, maquinaria de última tecnología o
de punta, que han fraguado una nueva fuerza creativa y han simplificado muchos procesos de
todo tipo. La secuela obvia de tal imposición ha sido el nacimiento de una nueva cultura y el origen
de una nueva sociedad amén de un reposicionamiento de los puestos de trabajo con la
disminución de contratos laborales, afectando el mercado de la oferta y demanda de mano de
obra. El problema es de incalculables repercusiones a mediano plazo. La nueva cultura significa
un proceso novedoso de conocimiento y de comportamiento social, religioso, mercantil, familiar,
político, etc., una manera singular de proyectarse, de comunicarse, de establecer relaciones y de
explayarse en una comunidad, ofreciendo alternativas que antes ni se soñaban. Una nueva lógica
de la seducción ha emergido por consecuencia de esa cultura en donde la imagen vale más que
mil palabras y en donde el curriculum vitae tiene más encanto que la misma verdad. La sociedad
del conocimiento significa a su vez, el resultado de ese proceso cultural que se gestó por
consecuencia de la globalización, y en donde la formación educativa tiene una importancia
inestimable. La formación ha de captarse como un proceso por el cual se busca un grado superior
de conocimiento con base en la combinación metódica de medios didácticos, gestión educativa y
orientación profesional en amplios espacios al efecto. La enseñanza calibrada pues como un
poner adelante, un poner de presente los objetos del saber para que los alumnos los comprendan
y los distingan de los demás es el ingrediente ineludible para adquirir destreza. Entonces el mundo
laboral y el Derecho Laboral enfrenta al reto del imperativo tecnológico capaz de mutar las
expectativas del mercado y dejando de paso obsoletas y sin sentido disposiciones legales por
anacrónicas.

B) Nuevos modelos familiares: La familia es el núcleo esencial de la sociedad y objeto por ende
de un celo especial por parte del Estado. No obstante el cambio en el mundo laboral, ha llevado a
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que esa médula de la comunidad adquiera un significado diferente y la distancia entre sus
componentes sea cada vez más grande pues la comunicación tiende a ser virtual y no física como
lo era antes.

C) Más presencia de la mujer: No es un secreto para nadie que la mujer está viviendo un clima de
efervescencia por el reconocimiento de hecho y de derecho de todas sus prerrogativas y de su
igualdad frente a los hombres. Eso apareja un cambio de panorama en el mercado laboral en
donde ya casi no hay espacios vedados para la mujer aun en aquellos oficios considerados
potencialmente peligrosos o exclusivos para hombres. Entonces el Derecho Laboral en un medio
en donde cada vez existen mejores oportunidades para la mujer debe revisar desde sus órbitas la
gestión a emprender para que la igualdad y el reconocimiento sea algo integral y acorde con el
esquema masculino, aunque bueno es reconocer que ya muchos pasos en ese sentido han sido
dados.

D) Crecimiento del sector de servicios. La alfabetización digital, la gestión de procesos y banco


de datos, el aprendizaje corporativo en la red, los espacios virtuales y la nube cibernética a gran
escala, han permitido desarrollar un sector que antes se hallaba relegado, el de servicios, y eso ha
entrañado el cambio de actitudes por parte de cada persona pues le ha mutado muchas de sus
aficiones y hábitos. Entonces el mundo laboral y el Derecho Laboral deben revisar sus
procedimientos para optimizar los mecanismos que faciliten y protejan los derechos de aquellos
que intervienen con labor en el desarrollo de esa nueva faceta empresarial (González, 1994).

La globalización se ha visto en rigurosos trances y ha puesto en aprietos la institucionalidad de


muchos países, y su rol ha sido netamente egoísta, solo para sus intereses creyendo que el aporte
que le dio al mundo, el despliegue inusitado de la técnica ha sido suficiente para aclimatar las
cosas y permitirle sus andanzas con énfasis en el mercado laboral, al que quiere limitar,
condicionar y reducir a sus mínimas proporciones.

- Desigualdades entre los Estados: Tampoco es un secreto para nadie que existe en el mundo
una notoria desigualdad entre los Estados hasta tal punto que hay tres mundos, el de los ricos, el
de los que no son ricos y el de los pobres. Esa brecha ha facilitado la labor camaleónica del
capitalismo pues encontró en la globalización el vehículo ideal para extender sus tentáculos,
asentarse, diversificarse, protegerse y reducir sus costos al máximo a fin de optimizar sus
ganancias a expensas de la mano de obra y del deterioro del medio ambiente. ¿Qué debe hacer el
Derecho Laboral? Inicialmente manejarlo como un problema pedagógico a fin de abrir un abanico
de probabilidades y de favorecer con esos medidores culturales los usos más pertinentes frente a
los retos de la globalización.

El neoliberalismo es otro concepto mal entendido y lo que es peor, mal difundido, de suerte que
ha servido de caballito de batallas para unos y para otros, de ahí que sea necesario clarificarlo para
mejor proveer sobre el particular. El neoliberalismo es una estrategia política del capitalismo
clásico que consiste en demandar del Estado indiferencia en el manejo de la economía, o sea que
no interfiera con la marcha de los negocios a través de mecanismos represores o restrictivos de la
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iniciativa privada, para aumentar la prosperidad, no de todos, como sería lo ideal, sino de los que
aportan su dinero para desarrollar diversas actividades.

¿Qué debe hacer el Derecho Laboral? Estar atento a las exigencias neoliberales, particularmente
en lo que tiene que ver con el derecho a la huelga, con la contratación y sus modalidades, con los
salarios y en fin con una serie de conquistas del pasado que podrían verse en jaque por esa
tendencia a inutilizar la autoridad del Estado en el campo económico.

La globalización fue un fenómeno autónomo a consideraciones ideológicas, o morales del cual


excluyó cualquier idea del bien o del mal, de la virtud o de la justicia, solo se propuso a través del
mercado darle un nuevo aire a los negocios con base en novedades tecnológicas que facilitaran la
comunicación entre los sujetos de esos negocios y buscando ante todo seguridad jurídica (Martin
& Schumann, 1998). Situó su epicentro en la geopolítica, de ahí que defendiera la primacía de la
voluntad de las partes por encima incluso del ordenamiento nacional. La importancia de la
globalización hay que medirla en función de sus resultados prácticos: Avance de la tecnología que
facilitó todo tipo de procesos, especialmente los de la comunicación, surgimiento de un nuevo
tipo de personas en el mundo de los negocios, más dinámicos, más líderes, más interactivos y
capaces de acomodarse a diversas situaciones, circulación del capital con más amplitud, en
algunos casos, creación de fuentes estables de empleo y de mano de obra calificada. Y como si
fuera poco estimuló la competencia al abrir espacios a la creatividad. Desde luego que ha sido
causa de conflictos, pero las causas hay que mirarlas en la competencia, en el miedo a perder y en
el afán de reconocimiento popular.

ACTIVIDAD:
Refiérase a la siguiente temática y juzgue su problemática en el ámbito de su carrera profesional
y en el contexto de un mundo globalizado.
 El derecho al trabajo en la legislación peruana y en el contexto de un mundo globalizado.
 El derecho al trabajo y el reto que tiene los profesionales de administración en turismo y hotelería, en el
contexto del siglo XXI.
 Los nuevos profesionales de administración en Turismo y Hotelería y su derecho al trabajo en el contexto de
un mundo globalizado.

REFERENCIAS
 Castillo, L. (2004). El contenido constitucional del derecho al trabajo y el proceso de amparo.
Asesoría laboral: revista especializada en derecho del trabajo, seguridad social y recursos
humanos.
 Cabanella, G. (2001). Compendio de Derecho Laboral. Buenos Aires: Editorial Heliasta S.R.L.
Carpio, A. (1993). Principios de Filosofía: Una introducción a su problemática. Buenos Aires:
Glauco. Desarrollo del mercado laboral.
 González Charry, Guillermo. Derecho individual del trabajo. Biblioteca Jurídica Diké.
 Santillanas (1998). Globalización. España: Editorial Santillana, S.A. Taurus.
 Martin, Hans-Peter & Schumann, H. (1998). La trampa de la globalización. España: Editorial
Santillana, S.A. Taurus.

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