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NOVIEMBRE 2018
U.N.V.M.
CRECIMIENTO Y DESARROLLO
Abstract
Las guerras comerciales entre grupos de países producen efectos contraproducentes en los niveles
del crecimiento económico mundial. Podemos citar numerables casos, desde el “Bloqueo
Continental” en 1806, la “Guerra Comercial Anglo-Irlandesa” en 1932, la “Guerra del Plátano” en
1993, hasta la actual “Guerra EE.UU – China”. Todas ellas con consecuencias económicas,
políticas y sociales negativas, no solo en relación a los países involucrados, sino para el conjunto
de la economía ya que, en un mundo globalizado como el presente, es imposibles pensar que los
efectos irradien estrictamente a los países enfrentados. En oposición, es basta la literatura que
relaciona positivamente la apertura comercial con el crecimiento económico. Frente a esta
situación, en el presente se realizó un análisis de la actual guerra comercial iniciada a comienzos
del 2018 entre Estados Unidos y China y la relación que tiene ésta con las perspectivas de
crecimiento económico mundial. Se intentó llegar a un consenso sobre el porqué de la misma, su
situación actual y sus posibles consecuencias a nivel global, regional y local.
1
Tabla de contenidos
Introducción .....................................................................................................................................3
CAPÍTULO III. EE.UU vs. CHINA: ¿Afecta al crecimiento económico global y regional? .......15
A. Mundo ......................................................................................................................16
Bibliografía ....................................................................................................................................25
2
INTRODUCCIÓN
Se define al “comercio exterior” o “comercio mundial” como el movimiento que tienen los
bienes y servicios a través de distintos países y sus mercados. Cada uno de estos países tiene su
propia política comercial, es decir, su propia manera de manejar el conjunto de instrumentos al
alcance del Estado para mantener, alterar o modificar sustantivamente las relaciones comerciales
de un país con el resto del mundo. Existen dos formas polarizantes de ejercer la política comercial:
por un lado, una librecambista y por el otro, una proteccionista.
3
pero la verdadera guerra comercial comienza cuando el país o grupo de países menoscabados por
dichas políticas reaccionan, es decir, toman medidas similares contra el primero como represalia.
Reiterativamente, lo que se pone en la mira no son específicamente las políticas proteccionistas,
sino las consecuencias que estas podrían acarrear siendo, en opinión de quien escribe, la guerra
comercial la más dañina para los países involucrados y para otros que se ven perjudicados
indirectamente en una suerte de “ojo por ojo, diente por diente”.
4
CAPÍTULO I. Guerras Comerciales: referencias históricas
Cuando las políticas proteccionistas conducen a un ciclo de medidas arancelarias, cuando
las negociaciones fracasan y cuando un país prioriza sus intereses económicos por sobre los demás,
estalla una guerra comercial. Es decir, que las condiciones necesarias para generación de este tipo
de conflicto son: políticas proteccionistas agresivas, negociaciones fracasadas y anteposición de la
economía doméstica.
También conocido como Sistema Continental, fue la base principal de la política exterior de
Napoleón I de Francia. El emperador tuvo la difícil tarea de recuperar la economía francesa
promoviendo un proyecto de industrialización de la economía. Sin embargo, la hegemonía
industrial le correspondía a Inglaterra, es decir, era prácticamente imposible para Francia
sostenerse independientemente sin importar cualquier producto procedente de la isla británica. Fue
por eso que Napoleón ideó una medida económica que relanzaría a su economía y, al mismo
tiempo, debilitaría a la economía británica, conocida bajo el nombre de Bloqueo Continental. El
mismo consistía en un sistema económico y comercial impuesto por Francia mediante el cual se
excluía a Gran Bretaña de todo intercambio mercantil con el resto de Europa, con la esperanza de
perjudicarlo financieramente. Debido a que gran parte de la fortaleza nacional británica estaba
basada en su floreciente comercio internacional, Napoleón optó por la estrategia de guerra
económica, en vez de la estrategia militar.
Gran Bretaña decidió no ser solo un expectante de este conflicto y abrió lazos comerciales
con Asia, aprovechando que el poder naval francés no llegaba a estas zonas, además de prohibir a
sus socios establecer redes comerciales con Francia. Debido a esto, el bloqueo fracasó en su
principal meta que era dañar irreparablemente a la economía británica, ya que esta buscó un buen
atajo.
5
Grandes socios comerciales de Gran Bretaña como Dinamarca y Prusia, Alemania y España,
debieron plegarse a las exigencias de Napoleón por temor a posibles invasiones francesas; otros
como Portugal y las colonias de Holanda, se opusieron abiertamente al Bloqueo Continental. En
contrapartida, los mercados europeos quedaron copados de productos franceses, aunque Napoleón
cuidó de mantener una política arancelaria que beneficiara solamente a las zonas de Europa
alineadas con Francia.
Algunas de las consecuencias del conflicto fueron el florecimiento del contrabando, como
opción para mantener contacto comercial con los británicos; la sustitución de productos, debido a
que Francia no estaba en condiciones de ofrecer todo lo que ofrecía Gran Bretaña; la reducción del
comercio internacional británico en un 25%. En resumen, el Bloqueo Continental causo más daños
colaterales en el Imperio francés que en Gran Bretaña.
Esta comenzó cuando el gobierno irlandés se negó a seguir reembolsando al Reino Unido
las rentas vitalicias de préstamos financieros concedidos a arrendatarios irlandeses para la compra
de tierras. Ante esto, el Reino Unido tomó represalias con la imposición de un 20% de derechos
de importación para los productos agrícolas irlandeses, lo que constituía el 90% del total de las
exportaciones irlandesas. Irlanda no se quedó atrás y respondió de la misma manera imponiendo
una tasa similar sobre las importaciones británicas, principalmente sobre el carbón.
Mientras que el Reino Unido se vio menos afectado por la guerra económica que siguió, la
economía irlandesa estaba prácticamente paralizada, y la resultante fuga de capitales redujo gran
parte de la economía a un estado de barata. Además, el desempleo era muy alto y los efectos de la
Gran Depresión agravaron las dificultades. Se estiman que las pérdidas para la economía irlandesa
fueron de aproximadamente £48.000.000, debido a que Irlanda dependía ampliamente del mercado
británico.
Este largo conflicto comercial se inició en 1993 cuando la Unión Europea (UE) empezó a
aplicar un régimen especial de aranceles preferenciales que casi eximía de gravámenes a los
plátanos procedentes de países incluidos en el grupo Asia-Caribe-Pacífico (ACP) a la vez que, en
contraposición, entraron en vigor aranceles a las importaciones de tal fruto provenientes del resto
6
de los países, perjudicando directamente a ciertos países latinoamericanos y a Estados Unidos. De
este modo, los plátanos provenientes de los primeros países ingresaban libres de arancel, mientras
que las importaciones de este fruto provenientes del resto del mundo estaban gravadas.
Veinte años después del comienzo del conflicto, ambas partes se pusieron de acuerdo, por lo
que la UE se comprometió a eliminar de forma gradual los aranceles a las importaciones de
plátanos llegados de países americanos que no son ACP, mientras que esos países productores se
comprometieron a retirar las denuncias presentadas ante la OMC.
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situación preocupante para la estabilidad económica internacional y es necesario conocer los
principales aspectos de la misma.
1° ROUND
El tira y afloje entre Estados Unidos y GRÁFICO 1: ¿De dónde importa acero EE.UU?
China comenzó en marzo de 2018, cuando
Trump anunció sanciones del 25% a las
importaciones de acero y 10% a las de
aluminio a todo el mundo por un valor de USD
60.000 millones. Para dimensionar la medida,
Estados Unidos importa cuatro veces más
Fuente: Departamento de Comercio de EE.UU
acero del que exporta y compra esta mercancía
a más de 100 países.
Frente a esta situación, una gran cantidad de países menoscabados, entre ellos China,
reaccionaron en represalia. Aunque el gigante asiático no es el principal proveedor de acero y
aluminio a Estados Unidos, replicó la medida estableciendo aranceles a 128 productos por un valor
aproximado de USD 3.000 millones, incluyendo cargas del 25% a productos de aluminio reciclado
y carne de cerdo, y del 15% para vinos, frutos secos, fruta o tubos de acero. Si bien China no ha
detallado los productos a los que podría aplicar tarifas, se dirigirá principalmente a productos
agrícolas, dañando a los productores agropecuarios estadounidenses, productores que en su
mayoría votaron a Trump por las propuestas en campaña electoral. Su primera ronda de aranceles
es relativamente leve, pero vienen en respuesta a la primera ronda de aranceles de los EE.UU.
2° RONDA
8
Esta segunda ronda se inicia en el mes de julio GRÁFICO 2: Principales productos afectados
cuando entran en vigor aranceles por un valor de USD por la guerra comercial
En represalia, China contestó haciendo su propia lista, mucho más corta pero estimada en el
mismo impacto económico (USD 34.000 millones). Algunos de estos productos son: whisky, carne
de vaca, tabaco, vehículos y una gran variedad de productos agrícolas. Nuevamente, el líder chino
apuntó directamente al grueso de población que vive en el campo e hizo a Trump presidente.
3° ROUND
4° ROUND
9
La cuestión parece no tener fin: en septiembre se inició una nueva escalada arancelaria. Fiel
a sus amenazas, Estados Unidos aplicó aranceles del 10% sobre otros USD 200.000 millones en
bienes y China ha dicho que responderá con aranceles del 5% o 10% sobre otros USD 60.000
millones en bienes estadounidenses en represalia.
Entre los productos chinos sometidos a los nuevos aranceles estadounidenses se incluyen
desde aspiradoras a dispositivos conectados a Internet, mientras que entre los productos
estadounidenses bajo las nuevas tarifas de Pekín se encuentran el gas natural licuado y ciertos tipos
de aviones. Es más difícil para China igualar esta última ronda dólar por dólar porque Estados
Unidos exporta mucho menos al país asiático. Con esta nueva escalada, se dará continuidad a lo
que ya se denomina "la más grande guerra comercial de la historia" entre las dos mayores potencias
económicas del mundo.
La productividad en Estados Unidos viene en caída desde fines de los años 70, amenazando
las perspectivas de largo plazo de la economía norteamericana. Se cree que en los últimos
trimestres del 2018 se ha intensificado a causa de la débil inversión empresarial en nuevos equipos,
software e instalaciones que podrían contribuir al proceso. Muchos funcionarios estadounidenses
concluyen que la desaceleración de la productividad es una señal de que la economía no está
avanzando rápidamente y de que las tasas de interés deberían permanecer bajas, para el fomento
de la actividad real.
Frente a este problema, un país tiene dos caminos: uno es poner la productividad a tope y
otro es el proteccionismo. Estados Unidos siguió el segundo y la explicación es la siguiente: el
primer camino, implica para el país estar reinventándose todo el tiempo, estar innovando
constantemente a cualquier coste y, cuando se dice cualquier coste, estamos diciendo arrasar con
los puestos de trabajo en el afán de robotizar toda la economía. El segundo camino es más
“cómodo”, en el sentido de que no se está pendiente de la innovación de un país o del otro y en
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tratar de superarla, porque ya no importa, ya no se está en esa dinámica competitiva en la que se
mueven las grandes potencias.
Una de las justificaciones de Trump fue la defensa de la propiedad intelectual: cree que gran
parte de las pérdidas de su país se explican porque empresas chinas copian productos sus
tecnológicos para venderlos mucho más baratos.
En agosto, el Gobierno de Estados Unidos presentó la nueva Ley de Defensa, que significa
el aumento de los poderes del Gobierno y del Congreso para revisar y bloquear cualquier tipo de
inversión extranjera en su economía bajo el argumento de la amenaza a la seguridad nacional.
Aunque la ley no menciona a ningún país en concreto, es de imaginar que el destinatario no es otro
que China. Detrás de la guerra comercial está encubierta una guerra por la tecnología en donde
está en juego el dominio tecnológico del futuro y el control de la alta velocidad que viene: el 5G.
Por mucho que quiera Trump no resulta tan sencillo para su industria tecnológica poner
trabas al comercio internacional. El problema es que durante más de dos décadas, las cadenas
globales de producción se han establecido en China, primero por sus bajos costes laborales y,
después, por su oferta de talento, su avanzada industria y las economías de escala. Por si fuera
poco, la interdependencia es total: hoy la inversión en innovación de las empresas tecnológicas
estadounidenses está supeditada a sus ventas a China, mientras que las firmas chinas dependen
para producir de sus proveedores estadounidenses.
Estados Unidos es el segundo país que más exporta al mundo pero es un hecho su déficit
comercial con el resto del mundo, y particularmente, con China. Es por esto que pensó en una
política de esta magnitud para reducir el ingreso de importaciones chinas (ahora más costosas
como consecuencia del arancel) e impulsar a los estadounidenses a comprar más productos hechos
en el país (relativamente más baratos).
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Como se puede observar en el gráfico, GRÁFICO 3: Comercio entre EE.UU y China
el déficit comercial creció notablemente
desde 2001, cuando China se incorporó a la
OMC y comenzó a mejorar de forma
significativa su posición y sus relaciones con
buena parte del mundo. Concretamente, el
déficit con el país asiático se ubicó en 2017
en torno a los USD 375.000 millones. En
términos más amplios, el déficit comercial
Fuente: Oficina del Censo de Estados Unidos
(global) de Estados Unidos creció un 12,1%
y alcanzó la suma de USD 566.000 millones. Para acercarnos en el tiempo, en los cinco primeros
meses de 2018 las exportaciones estadounidenses alcanzaron los USD 1,04 billones, un 8,3% más
que en el mismo intervalo de 2017, mientras sus compras al exterior crecieron un 8,4%, hasta USD
1,29 billones.
EE.UU no solamente tiene un rojo comercial con China sino con el resto del mundo y además
que la guerra comercial tampoco pudo solucionarlo, hasta el momento. Puede sonar más a excusa
este argumento (sin restarle importancia debido sus consecuencias), que a una verdadera
justificación del conflicto.
C. FRENTES ABIERTOS
Si bien resulta ser el blanco perfecto, China no es la única bombardeada. Estados Unidos
está buscando recortar sus pérdidas añadiendo impuestos a otros socios, entre ellos: la Unión
Europea, México, Canadá, Rusia e India. Identificaremos algunas medidas tomadas por estos
países luego de la imposición de aranceles sobre el acero y el aluminio por parte de EE.UU:
12
- India: aranceles contra productos agrícolas de alimentación, acero y aluminio.
Lo que se puede inferir de esta sección, es que una guerra comercial nunca es un conflicto
bilateral, es decir, entre dos países. Sino que es uno multilateral, que hiere sensibilidades de varias
naciones que, a su vez, deciden no quedarse cayados y actuar al respecto.
Desde un punto de vista keynesiano, el resultado de una guerra comercial depende ante todo
de si los contendientes están en recesión o tienen exceso de demanda. En una recesión, los
aranceles pueden estimular la actividad económica y el empleo, aunque al precio de una menor
eficiencia a largo plazo. Pero en una economía que opera en su pleno potencial o cerca (como es
el caso de Estados Unidos), los aranceles sólo lograrán aumentar los precios y añadir presión alcista
a los tipos de interés.
13
será un "contagio" dañino, sino un ligero estímulo a la demanda, resultante del reemplazo de las
exportaciones chinas a Estados Unidos.
Por otra parte, si se supone que EE.UU será la economía más afectada, ¿a quienes afectará
en mayor medida? El perdedor por excelencia es el consumidor que debe dar a cambio más dinero
por el mismo producto. A este se lo perjudica por dos canales: 1) productos importados más
costosos, 2) productos nacionales más caros a causa de insumos importados.
Los trabajadores también se ven perjudicados, ya que muchas de las empresas necesitan de
insumos importados. Entonces, al incrementárseles los costos, éstas deciden reducir los
trabajadores en planta, causando el desempleo. Para el caso de EE.UU, The Trade Partnership
(empresa de investigación económica) señala que el impacto en los puestos de trabajo será peor de
lo que se esperaba.
Las empresas que importan sus insumos a un costo mayor se verán menoscabadas de igual
manera. La única diferencia entre la situación de los empresarios y los agentes antes mencionados,
es que los primeros pueden transferir parte de su costo al posterior eslabón en la cadena comercial,
cosa que ni los consumidores ni lo trabajares pueden hacer.
Muchas compañías estadounidenses están preocupadas por la situación: fabricantes que usan
metal, componentes eléctricos y materiales de construcción, fabricantes de bicicletas eléctricas,
fabricantes de equipos de alimentos y compañías químicas.
Las empresas e inversores en China también están sintiendo los efectos de la guerra
comercial. La enorme industria de exportación del país ya comenzó a enfriarse según datos
recientes, el principal índice de acciones de China en caída y un yuan debilitado frente al dólar
estadounidense.
14
CAPÍTULO III. EE.UU vs. CHINA: ¿Afecta al crecimiento económico
global?
Hasta finales del siglo XIX no existieron estadísticas suficientemente detalladas para
calcular el crecimiento económico, pero Angus Maddison1 se encargó de identificar fases de la
economía mundial, que no son concebidas como una secuencia analítica de etapas progresivamente
interrelacionadas, tampoco se derivan de un modelo teórico de ritmos del ciclo económico, sino
que vienen a ser accidentes históricos o perturbaciones sobre el sistema. Es así que identificó cuatro
fases: - fase liberal (1870-1913), - fase de “políticas de perjudicar al vecino” (1914-1946), - fase
de oro (1947-1973), - fase de expectativas decrecientes (1974-2001). Como el objetivo de este
artículo no es el estudio de las fases del crecimiento económico, queda al lector inquieto indagar
en ello2. Pero podemos resumirlo de la siguiente manera: de 1870 hasta la Primera Guerra Mundial
el crecimiento fue muy rápido. Durante la Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión de
entreguerras y la Segunda Guerra Mundial el crecimiento se ralentizó, aunque siguió siendo alto
con respecto a las tasas observadas antes del siglo XIX. Tras el final de la última Guerra Mundial
llegó la época dorada del crecimiento económico entre 1945 y 1970, con una expansión sin
comparación histórica. De 1970 a 2007 fue más lento, pero aun así alto; presentándose un aumento
de la diferencia de crecimiento entre países ricos, que crecieron algo más rápido, y países pobres.
A esta altura, ya podemos intuir por qué un proteccionismo derivado en guerra comercial
ocasiona problemas para el crecimiento económico: incertidumbre generalizada en inversores,
empresarios y asalariados, escenarios inflacionarios, elevación de tasas de interés, inflación,
disminución del comercio mundial y afección al comercio multilateral, entre otras.
1
Angus Maddison (6 de diciembre de 1926 - 24 de abril de 2010) fue un economista británico [1] especializado
15
en historia macroeconómica cuantitativa, incluida la medición y el análisis del crecimiento económico y el desarrollo.
2
Véase “Las fases del desarrollo capitalista: Una historia económica cuantitativa”/Angus Maddison; trad. de
Manuel F. Chavarría—México: FCE, COLMEX, 1986.
A. MUNDO
"El riesgo de que las tensiones comerciales actuales se
intensifiquen e impacten negativamente en la confianza y en la
inversión representa la mayor amenaza para el crecimiento
mundial en el corto plazo" (Jefe del FMI, Maurice Obstfeld)
Antes de comenzar con las proyecciones mundiales es conveniente aclarar que la fuente
utilizada para esta sección es Perspectivas de la economía mundial (informe WEO) publicado por
el FMI en octubre del presente año. De esta manera, cuando se discuta de cambio en las
proyecciones, se estará haciendo referencia al cambio entre el informe citado anteriormente y el
preliminar, publicado en julio del presente año. Veremos cómo en pocos meses el escenario se
convirtió más pesimista.
Para no tener solamente una visión de la GRÁFICO 4: Crecimiento del PIB real por grupo de
16
repunte en 2010-11. Sin embargo, este repunte estuvo resistido por una sucesión de shocks que
impidieron el crecimiento ininterrumpido, vigoroso y sincronizado, entre los cuales cabe
mencionar la crisis de la zona del euro, la reversión del estímulo fiscal en grandes economías, el
tambaleo del crecimiento chino y la caída de los precios de las materias primas. El optimismo
económico se reanudo a mediados del 2016, pese a los efectos del sorpresivo desenlace del
referendo sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Aunque el optimismo continúe,
las proyecciones son más austeras ya que la expansión es menos equilibrada y es posible que en
algunas economías grandes ya hayan tocado máximo. Esto refleja divergencias en la posición
cíclica, dado que en algunos países la expansión está llegando a su punto máximo, mientras que
en otros están tratando de salir de una recesión profunda.
Esta moderación del crecimiento y de los datos que sustentan estas cifras no se deben
únicamente a las medidas proteccionistas estadounidenses y a la guerra comercial, sino que juegan
un papel importante otros factores, como son los siguientes:
17
- Muchas economías en desarrollo con los niveles más altos de deuda empresarial y
soberanas, dejándolas totalmente vulnerables.
- La perspectiva de mayores precios para el petróleo contribuye a la revisión de las
proyecciones de crecimiento de los países exportadores e importadores de combustibles,
con un impacto positivo en los primeros y negativo en los segundos.
- Otros países como Argentina, Brasil, Irán Turquía, ven disminuido su crecimiento como
resultado de factores nacionales específicos, la constricción de las condiciones
financieras, tensiones geopolíticas y el encarecimiento de las importaciones de petróleo.
Resumiendo, a nivel mundial podemos decir que las economías avanzadas experimentarán
un menor crecimiento económico, y, por el otro, que hay buenas perspectivas para algunas
economías emergentes y en desarrollo, especialmente las exportadoras de petróleo También,
concluir que el recrudecimiento de las perspectivas no obedece únicamente a la guerra comercial,
como era de pensar. Pero es un importante factor, ya que un conflicto entre las dos mayores
economías mundiales trae aparejado repercusiones y pérdidas en todo el mundo.
B. ECONOMÍAS AVANZADAS3
“Cuando bajas los impuestos e incrementas el gasto vas a ver más
actividad económica con toda probabilidad” (Presidente de la
Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell)
3
Economías avanzadas según FMI: Estados Unidos, Zona del Euro (Alemania, Francia, Italia, España), Japón,
18
Reino Unido, Canadá y Otras economías avanzadas.
crecimiento del producto comience a descender hacia su nivel potencial, sobre todo en algunos
países de la zona del euro y en Japón.
reduzca en estas economías hasta 1,7% en 2020 debido a la reversión parcial de los recortes fiscales
en EE.UU y hasta el 1,5% a mediano plazo, puesto que se mantiene la desaceleración del
crecimiento de la población en edad de trabajar.
i. Estados Unidos
Dentro de este grupo, EE.UU constituye una importante excepción a este patrón ya que se
prevé que continúe creciendo por encima de su nivel potencial hasta 2020, respaldada por un
cuantioso estímulo fiscal (un paquete de impuestos y gasto que ha sumado crecimiento en el corto
plazo). Se espera que el crecimiento alcance 2,9% en 2018 y que este se modere hasta el 2,5% en
2019 debido a la última ronda de medidas comerciales anunciadas, el repliegue del estímulo fiscal
y la intensificación de los efectos de la contracción monetaria en curso. Para 2020, se prevé que la
tasa de crecimiento caiga hasta el 1,8% y se espera que el crecimiento a mediano plazo disminuya
hasta situarse por debajo del potencial en el 1,4%, coincidiendo con el cierre gradual de la brecha
del producto positiva. Por otro lado, se espera que la sólida demanda interna empuje la economía
hasta superar el pleno empleo y haga subir las importaciones y el déficit en cuenta corriente.
19
C. ECONOMÍAS EMERGENTES Y EN DESARROLLO4 (China y América Latina)
"EEUU obliga a los países de la región a elegir ente EEUU y
China (…) y al mismo tiempo no propone una política
especialmente atractiva" (Instituto de América Latina, Alexandr
Jarlámenko)
4
África subsahariana (Nigeria y Sudáfrica), América Latina y el Caribe, China, India, economías emergentes
20
y en desarrollo de Europa, Medio Oriente, Norte de África, Afganistán y Pakistán, Arabia Saudita.
(debido a reformas estructurales y a una situación demográfica todavía favorable) y en los países
exportadores de materias primas, y algunas economías se ven sometidas a tensiones en 2018-19.
La revisión de perspectivas a la baja para el periodo 2018-19 (0,2 y 0,4 puntos porcentuales)
se debe al impacto negativo que se prevé tengan las medidas comerciales de EE.UU en el resto del
mundo, especialmente en China.
Más allá de las estimaciones generales, es posible identificar dos subconjuntos de países: por
un lado los exportadores de petróleo y por el otro, los importadores de petróleo. Las perspectivas
de crecimiento de los primeros, se ven fortificadas por el incremento del precio del mismo (revisión
al alza en unos 0,1 y 0,3 puntos porcentuales). En cambio, las perspectivas de los segundos (entre
ellos, Argentina) están en constante revisión ya que el petróleo es el imput esencial para cualquier
actividad y el incremento de su precio gesta un escenario de crecientes debilidades, sin mencionar
los efectos inflacionarios que trae aparejado (revisión a la baja en de aproximadamente 0,1 y 0,3
puntos porcentuales).
ii. China
Los primeros síntomas de esta feroz guerra comercial ya se hacen sentir: la tasa de
crecimiento del PBI de la segunda economía más grande del mundo caerá a su nivel más bajo
desde el primer trimestre de 2009. Específicamente, se prevé que el crecimiento se modere del
6,9% en 2017 al 6,6% en 2018 y al 6,2% en 2019, como consecuencia de la desaceleración de la
demanda externa y el necesario endurecimiento de la regulación financiera. A mediano plazo, se
espera que el crecimiento disminuya gradualmente hasta situarse en el 5,6%.
21
los lazos comerciales con América Latina, ya que mientras la administración de Trump ha
revertido varias alianzas comerciales, China ha ido expandiendo sus lazos comerciales.
El impacto de la guerra comercial sobre China es evidente, pero a diferencia de lo que ocurre
con EE.UU, podemos decir que se hace sentir más rápido, en comparación con la potencia
norteamericana, que con una suerte de políticas fiscales puede retardar los efectos de tal conflicto.
Las predicciones indican que el crecimiento en América Latina y el Caribe se reducirá del
1,3% en 2017 al 1,2% en 2018 y se incrementará hasta el 2,2% en 2019. Este incremento, podría
atribuirse a lo que tratamos en la sección “¿Quién gana y quién pierde?”: que la guerra comercial
es una oportunidad para la región. La lógica es que si EE.UU aumenta a China los impuestos en
productos que América Latina produce, posiblemente se incrementen las compras en la región.
Cabe resaltar que el beneficio sería puntual y que el deseo de todos en la región es que esto vuelva
a su cauce normal.
Desde hace tiempo China ha implementado una estrategia para crear lazos con los países del
sur del continente americano y ha incrementado su presencia en mecanismos regionales sobre los
cuales EEUU ejercía hasta ahora una influencia absoluta. Además, China es el mayor comprador
mundial de soja e importa a América Latina el 60% de lo que consume, más específicamente,
durante el 2017 fue el país en el que más crecieron las exportaciones latinoamericanas.
Resumiendo, la guerra comercial entre las dos potencias podría abrir oportunidades en
Latinoamérica, primero debido a las posibles exportaciones de productos que compiten con los
estadounidenses (ahora con arancel), y segundo por las inversiones y la expansión que está
teniendo China en la región.
ARGENTINA
Según el FMI, Argentina y Turquía son las grandes vulnerables, ya que su moneda se ha
depreciado como resultado del aumento del dólar estadounidense y el flujo de capital de estas
economías para aprovechar la suba de las tasas de interés de Estados Unidos. El peso argentino
sufre una depreciación acelerada desde fines de abril y acumula una pérdida de casi 50% en el año,
mientras que la lira turca ha perdido cerca de un 40% contra el dólar en el mismo período.
22
En Argentina, se prevé una contracción del crecimiento del 2,9% en 2017 al 2,6% en 2018,
debido a las recientes perturbaciones en el mercado financiero, las elevadas tasas de interés reales
e indirectamente por la guerra comercial EE.UU-China. Se espera una nueva contracción del 1,6%
en 2019 y a mediano plazo, que el crecimiento se sitúe en el 3,2%, coincidiendo con la firme
aplicación de reformas y la recuperación de la confianza.
Los aranceles de EE.UU parecieran no afectar a los productos argentinos de manera directa,
pero si indirectamente en una suerte de efecto dominó: si el resto de las economías se debilitan y
si se rompe el comercio multilateral, indudablemente nos veremos afectados. Además, si la guerra
comercial repercute en las exportaciones, será un problema para el programa económico del
Gobierno que está basado en un incremento de las exportaciones. Asimismo, una mayor fortaleza
de dólar complicaría más mantener un tipo de cambio estable y agregaría mayor presión sobre la
inflación.
Como conclusión, para Argentina las proyecciones de crecimiento son preocupantes, pero
no es una consecuencia directa de la guerra comercial, juegan un rol importante las cuestiones
internas y el debilitamiento de la moneda.
CONCLUSIÓN
Las guerras comerciales son tan antiguas como el comercio mundial. A lo largo de la historia,
pudimos identificar algunas de las más importantes, todas ellas con consecuencias económicas,
sociales y políticas tanto para los países involucrados como para el resto de la economía en general.
Esto último no se pone en tela de juicio en un mundo globalizado como el actual.
No hay garantías aun de que la guerra comercial EE.UU – China haya llegado a su fin, es
más, hubo nuevas amenazas por parte del país norteamericano. Esto acrecienta aún más los riesgos
sobre las proyecciones de crecimiento mundial analizadas en el presente, que deberán ser revisadas
nuevamente. Por lo tanto, este trabajo queda abierto a nuevas escaladas en la guerra.
23
Nada asegura quién va a ser el gran ganador y el gran perdedor de esta guerra. Si podemos
afirmar que China se verá perjudicado a corto plazo pero que luego la medida se volverá contra
EE.UU: el país tendrá que hacer frente a las tensiones comerciales y al fin del paquete fiscal.
Podemos concluir que los principales aspectos que corren peligro en una guerra comercial
son la confianza y la seguridad internacional, los incentivos a la inversión en los países
enfrentados, el empleo nacional, el comercio internacional, la multilateralidad, entre otros. Los
países emergentes y en desarrollo son los principales afectados, ya sea, directa o indirectamente,
siendo los países avanzados los que cuentan con un grado mayor de discrecionalidad para tomar
atajos y retardar los efectos de la guerra.
Las guerras comerciales ni son buenas, ni son fáciles de ganar como opina Trump. Los
conflictos comerciales generan tensiones dentro del país y entre países, que no son fáciles de parar,
ni si quiera con las negociaciones comerciales en el marco de los organismos internacionales.
24
BIBLIOGRAFÍA
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