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Seis epidemias en Venezuela

generan alarma
07 de noviembre de 2017 - 18:11 - Por VERÓNICA EGUI BRITO

La propagación de la malaria, la difteria, la tuberculosis, la escabiosis, el sarampión y el VIH han generado


alarma sobre la emergencia humanitaria que padece el país ante la ausencia de prevención y tratamientos.




Enfermedades asociadas a los niveles de pobreza no solo han reaparecido sino que se han transformado en epidemias.EFE

@VeroEgui

CARACAS.- La capacidad de respuesta del Estado para garantizar el derecho a la salud y la vida de
los venezolanos ha sido rebasada por la cantidad de epidemias – la malaria o el paludismo, la difteria,
la tuberculosis, la escabiosis, el sarampión y el VIH- que hoy afectan a la ciudadanía en distintas
áreas geográficas del país, y que superan en su conjunto a más de un millón de personas, causando un
gran riesgo para toda la población.
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Desde 2014 el Gobierno venezolano ha restringido el uso de la información epidemiológica, dejando de


publicar datos sobre las epidemias en el país, desde que se propagó el chikunguya, el zika y
el dengue. Pero hoy la situación es más grave, con enfermedades infecciosas que están fuera de control
y sin cifras oficiales.

En 2014 se creó una empresa socialista para la fabricación de Medicamentos Biológicos que tenía
como objeto producir 120 millones de dosis de vacunas al año para el Sistema Público Nacional de
Salud, que en la actualidad no se están fabricando, y que han dejado en absoluta indefensión a los
venezolanos.

Actualmente el nivel de atención primaria es baja o no existe y las medidas de prevención son
prácticamente nulas. Las autoridades realizan jornadas especiales de vacunación en hospitales, con
carácter político y sin una planificación del Programa Nacional de Inmunización, que además solicita la
presentación del carnet de la patria para acceder a la vacunación, en clara violación del artículo 84 de la
Constitución que garantiza un sistema público de salud nacional.

Reaparecen enfermedades erradicas

El paludismo fue erradicado de Venezuela en 1961, la nación marcó un hito mundial al acabar con la
malaria pero hoy sufre una epidemia que podría cerrar el año con más de 951 mil infectados de
manera autóctona, importada, recaída o personas sin diagnosticar, de acuerdo a la Sociedad
Venezolana de Salud Pública.
Actualmente la enfermedad está presente en 14 de los 23 estados del país: Bolívar, al sureste es el
territorio más expuesto con 206.240 casos hasta octubre, un incremento de 240% frente al mismo
periodo en 2016. En esta región se ubica el Arco Minero donde la tala de los árboles para la extracción
de oro ha generado el escenario perfecto para la propagación del parásito unicelular llamado
Plasmodium. Pero también está presente en Amazonas, Sucre, Delta Amacuro, Monagas, Anzoátegui,
Zulia, Apure, Barinas, Guárico, Portuguesa, Trujillo, Nueva Esparta, y Miranda. De hecho, ya los
venezolanos están exportando la epidemia a Colombia y Brasil.

De acuerdo al Observatorio Venezolano de la Salud (OVS) el ministerio de Salud no aplica una


campaña de distribución masiva de mosquiteros e insecticidas de larga duración. Así mismo destaca la
limitada implementación de fumigación en el interior de viviendas, y el desabastecimiento del
suministro para el diagnóstico y tratamiento de la malaria.

La propagación de la malaria en el estado Bolívar ha sido tan grave que el viernes pasado
activaron un plan de contingencia para combatir la epidemia, que solo la última semana de octubre
registró 12 mil nuevos casos en la entidad y 32 muertes. El programa distribuirá 200.000
tratamientos en ocho localidades y sectores del estado.

La malaria no ha llegado aún a la capital pero la difteria sí, esta semana se confirmó el primer
caso en el Hospital Universitario de Caracas, una joven de 22 años, residente del municipio El
Hatillo, al sureste de la ciudad. Aunque esta enfermedad agudo contagiosa había desaparecido del país
en 1993 han vuelto a conocerse casos desde finales de 2016, pero sin boletines epidemiológicos no
existen cifras oficiales de contagiados ni muertos. Extraoficialmente se conoce que ha habido este
año 447 casos sospechosos de difteria, de los que posteriormente se confirmaron 51 y al menos
siete muertes.

Aunque el primer caso se conoció en Bolívar, en la zona de la minería, es en el estado Carabobo donde
mayor impacto ha generado, por ubicarse en una ciudad industrial muy cerca de Caracas (200
kilómetros). Autoridades locales han pedido decretar la emergencia en la entidad luego de
confirmarse la muerte de dos jóvenes por difteria.

La difeteria se transmite de persona a persona, y es producida por la bacteria Corynebacterium


diphtheria. La misma compromete las vías respiratorias. Es altamente infecciosa, una persona con la
enfermedad puede contagiar hasta a siete más, la vacunación masiva puede contrarrestarla.

Aquellos que tienen los síntomas (fiebre, vías respiratorias obstruidas, dolor al tragar y los ganglios del
cuello inflamados) deben permanecer hospitalizadas, recibiendo antibióticos o antitoxina, medicamento
que bloquea el efecto de las bacterias y que sólo se usa en pacientes graves.

El médico infectólogo Julio Castro explica que la difteria es una enfermedad que puede prevenirse
en un alto porcentaje (85%) mediante la vacunación, y advierte que el esquema de vacunas
comienza en la niñez hasta la adolescencia y requiere refuerzos cada 10 años.

José Oletta, exministro de Salud, médico especialista en medicina interna y miembro de la Sociedad
Venezolana de Salud Pública, explica que para combatir la difteria se deben aplicar dos componentes,
“uno contra la bacteria con penicilina o un derivado de eritromicina si la persona es alérgica a ésta pero
ambos antibióticos están agotados en Venezuela desde hace meses. La otra parte del componente es la
antitoxina, sueros especiales que neutralizan la toxina diftérica presente en la circulación sanguínea”.
A pesar de que la difteria fue erradicada hace 25 años está presente en 17 entidades del país,
repite en las mismas regiones que la malaria exceptuando Amazonas, Delta Amacuro y Guárico, pero
le suma Carabobo, Cojedes, Distrito Capital, Mérida, Vargas y Yaracuy.

El Gobierno de Maduro ha iniciado un plan de vacunación contra la difteria, que ya llegó a la capital.
Cortesía
La pobreza como evidencia sanitaria

La difteria “solo ocurre en países de extrema pobreza como Haití, donde las enfermedades infecto
contagiosas que son prevenibles a través de una vacuna no se controlan. Lo mismo está sucediendo con
la malaria. Estamos teniendo el mismo comportamiento de los países pobres, porque no hay una
política de atención hacia el ciudadano“, denuncia el exministro de Salud.

En cuanto a la tuberculosis, las últimas cifras que publicó el ministerio de Salud datan de 2015
advertían que las cifras superaban los 7.272 casos, lo que revela que la enfermedad pasó de 21,9 a
23,5 casos por cada 100.000 habitantes, como consecuencia del hacinamiento en los hogares, cárceles,
y los altos índices de desnutrición de familias enteras que no disponen de suficientes alimentos de
calidad. La propagación de esta enfermedad es proporcional a la pobreza en los países, explica el
OVS.

“La malaria, la difteria y la tuberculosis se pueden tener bajo control. Pero en Venezuela estamos
introduciendo enfermedades vinculadas a la pobreza y a la poca capacidad que tienen los gobiernos
de generar respuestas oportunas y efectivas para garantizar los derechos fundamentales de las
personas“, advirtió el exministro Oletta.

Siguiendo el parámetro de enfermedades asociadas a la pobreza se encuentra la escabiosis, conocida


popularmente como sarna. Una dolencia cutánea producida por el ácaro sarcoptes scabiei,
asociada con la ausencia de agua y la mala higiene corporal y que hoy está presente en al menos
seis estados del país - Anzoátegui, Carabobo, Distrito Capital, Miranda, Táchira y Lara- de acuerdo a
los Departamentos del Servicio de Medicina Tropical y Enfermedades Endémicas de al menos seis
estados que estiman que el 20% de la población de dichas entidades estarían padeciendo la enfermedad,
lo que empeora ante la escasez de medicamentos y agua potable en sus comunidades.

Pero no es lo único que afrontan los venezolanos. En el estado Bolívar hay una tercera calamidad
en curso, un brote de sarampión que debido a su capacidad de contagio podría desatar una tercera
epidemia en la entidad. Hasta el momento se conocen 38 casos confirmados en la región. Una
enfermedad que reaparece en el país luego de 18 años.

Castro advirtió que no existe una enfermedad más contagiosa que el sarampión. “Un paciente infectado
puede llegar a contagiar de 12 a 18 personas, por ello, la cobertura requerida para el escudo de
inmunización debe estar entre 83 a 95%”, enfatizó el epidemiólogo.

“La emergencia de la difteria y el sarampión están íntimamente ligadas a la insuficiente


cobertura de vacunación y al incumplimiento del esquema completo”, estima Adelfa Betancurt,
exdirectora de Inmunizaciones del ministerio de Salud y miembro de la Alianza Venezolana de la
Salud.

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