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BIBLIOGRAFIA
LECTURAS SELECTAS DE LA ESG COLOMBIA
HISTORIA MILITAR ESG - PERU
NOTAS DEL PROFESOR
INTRODUCCIÓN
No obstante la plena vigencia de la obra del general Carlos Clausewitz, como lo demuestra
el hecho de que sus conceptos básicos y el autor mismo sean citados frecuentemente en la
literatura militar contemporánea, su obra maestra " De la Guerra" permanece siendo
escasamente leída. Y es que prácticamente todo el que se haya decidido a hacerlo, se ve
enfrentado a un libro de carácter teórico, de naturaleza abstracta y en el que algunas
secciones además de haber perdido vigencia, son francamente aburridas. Varios abrían
preferido algo más adaptado a la "mentalidad militar”: breve, con muchos ejemplos y reglas
claras que permitan ganar guerras. Sin embargo, "De la Guerra" es más bien todo lo
contrario, ya que es un libro largo (sobre todo para un estudiante, para el que el tiempo es
un recurso escaso), ambiguo y complejo. Y lo que es peor, no entrega reglas para ganar
guerras, excepto algunas que aparentemente sólo constituyen verdades obvias, como por
ejemplo:
"La mejor estrategia es ser siempre fuertes, tanto en general como en el punto de la
decisión".
Este trabajo persigue dos propósitos: El primero es introducir al pensamiento y la obra del
General Clausewitz, con la esperanza de servir de punto de partida para un estudio posterior
de su obra. El segundo propósito es difundir sus conceptos principales, pensando
especialmente en aquellos cuyas obligaciones académicas y profesionales les impiden
dedicar tiempo al placer de leer la obra maestra relacionada con la guerra. Por lo mismo es
que se nutre principalmente de citas de "De la Guerra", de manera de inducir al lector a una
meditación personal acerca los párrafos que el autor de este trabajo - modestamente -
piensa son de mayor importancia.
Para cumplir con su propósito, es que este escrito consta de dos partes principales. La
primera pretende entregar elementos que faciliten la comprensión del libro de Clausewitz,
mientras que la segunda se sumerge en la tarea de interpretarlo. Al respecto, una
advertencia : parte de la riqueza de "De la Guerra" reside en las variadas interpretaciones
que su lectura permite, especialmente cuando se combinan conceptos dispersos en la obra.
Mal podría considerarse entonces como definitiva cualquier interpretación de algún trozo o
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concepto del libro y bien se podría estar en desacuerdo con lo aquí escrito, que
necesariamente peca de excesiva brevedad.
CAPITULO I
CLAUSEWITZ Y SU TIEMPO
"A partir de este momento y hasta aquel en que todos los enemigos hayan sido
expulsados del territorio de la República, todo francés estará
permanentemente a disposición del servicio para los ejércitos. Los jóvenes
saldrán a pelear ; los hombres casados fabricarán armas y transportarán
material ; las mujeres construirán carpas y ropa, y cuidarán de los enfermos en
los hospitales ; los niños harán hilachas de los trapos viejos. Los ancianos
acudirán a las plazas públicas para infundir coraje a los soldados y predicar el
odio contra los reyes y en pro de la unidad de la República. La levée será una
levée general..."
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dirigiera la guerra eran ilimitados (estaban teóricamente representados por la totalidad del
potencial nacional), lo que abrió la posibilidad de librar guerras con objetivos ilimitados
también.
Inspirados en sus convicciones, los ejércitos de Francia barrieron Europa. Eran los mayores
que se hubiera visto jamás, y se trasladaban más lejos y más rápidamente. Mientras que
antes los generales habían peleado con ejércitos de setenta mil hombres como máximo,
Napoleón disponía a menudo de más de un cuarto de millón. En 1805, por ejemplo, cruzó
desde Bolougne hasta Ulm en diez días, lo que para la época constituía una especie de
blitzkrieg que no se había experimentado antes. Los ejércitos convencionales, reflejo de las
sociedades aristocráticas, fueron derrotados por la fuerza arrolladora del nacionalismo, un
fenómeno que interesaría profundamente a Clausewitz y otros reformadores alemanes.
La Ilustración.
Racionalismo.
Este movimiento subraya el papel de la razón - especialmente cuando se viste con números
y elementos geométricos - para acceder al conocimiento, siendo Descartes y Leibnitz sus
principales teóricos. El ideal del conocimiento racionalista se puede resumir en pocas
palabras : Todo se puede saber si se aplica una cantidad suficiente de talento.
Por supuesto que la Guerra también fue un objeto de estudio para los racionalistas. Es más,
la necesidad de mantener el status de la profesión militar en Prusia exigió un estudio
racional de la guerra. En la época de la razón era necesario contar con una teoría que
explicara la guerra, de otra manera todos los nobles prusianos habrían visto su descender
su profesión a la categoría de un oscuro arte manual. Esta necesidad fue pronto satisfecha
por el General Von Bülow, quien asoció el éxito de las operaciones militares a elementos
geométricos, salvando así el prestigio de la profesión militar. Clausewitz intentó devolver las
cosas a su sitio. Estaba de acuerdo con la necesidad de desarrollar una teoría científica de
la guerra, pero basada en un estudio social del fenómeno y no intentando aplicar elementos
extraños que permitieran derivar Principios o Reglas exactas de la conducción de la guerra.
1.- Su origen.
Carlos Clausewitz (sin el "von") nació en Prusia en 1780, quinto hijo de un ex-oficial del Ejército
Prusiano que a causa de su falta de nobleza había sido separado del servicio después de la Guerra de
los Siete Años. Gracias a algunos contactos familiares, Carlos - como los otros hermanos - fue
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admitido a los doce años en el prestigioso 34° Regimiento de Infantería y antes de un año participó en
su primera campaña contra Francia. Aunque finalmente los Clausewitz lograron que se les reconociera
el von en su apellido - y el anhelado status de nobleza - existe evidencia de que las discriminaciones
sufridas a causa de su origen burgués contribuyeron crear en Clausewitz un carácter introvertido,
tímido y algo arrogante.
Clausewitz ingresó al ejército prusiano moldeado por Federico el Grande, que estaba perfectamente
adaptado al ritual de guerra pre-napoleónica del siglo XVIII. Este ejército se caracterizaba por ser
capaz de entregar una máxima concentración de fuego en combate, por el dominio de la infantería
(formada linealmente en la batalla) y por la dependencia de sus líneas de comunicaciones para
abastecerlo de munición, alimentos y forraje. Además, estaba compuesto por "voluntarios"
provenientes de levas, a los que los oficiales y suboficiales no podían descuidar por temor a la
deserción y sólo podían controlar gracias a una disciplina férrea. La carencia de caminos adecuados,
de un cuerpo logístico apropiado y lo onerosas de mantener de estas fuerzas regulares, hacían que la
guerra sólo se librara en los veranos y cuidando evitar las grandes bajas humanas.
3.- Formación.
La Campaña de 1793 finalizó dos años después - no muy favorablemente para Prusia - y Clausewitz
pasó luego un período de cinco años de guarnición en Neuruppin, donde aprovechando la excelente
biblioteca del Regimiento, prácticamente devoró todos los libros a su disposición. En Prusia se
desarrollaba una suerte de revolución educacional, que impulsaba la educación de los soldados en
escuelas regimientales, siendo el 34° de Infantería uno de los primeros regimientos en organizar su
escuela, a la que asistían Cabos, Subtenientes y ocasionalmente Tenientes. Clausewitz, que había
logrado ciertos conocimientos científicos, participó en esta escuela, quizás como instructor o en su
administración.
En 1801 Clausewitz fue aceptado en la Academia de Guerra de Berlín, ahora a cargo del distinguido
coronel de artillería Gerhard Scharnhorst, (quien tampoco era el típico oficial prusiano noble de
infantería) iniciándose una relación intelectual y profesional duradera entre ambos, que introduciría a
Clausewitz al selecto círculo de los reformadores del ejército prusiano. Scharnhorst, uno de los
gigantes de la unificación de Alemania, había deducido correctamente que los éxitos militares de
Napoleón se debían a los cambios sociales ocurridos Francia, especialmente a la emergencia de una
nación francesa en armas. Para neutralizar la amenaza francesa, no era suficiente entonces estudiar sus
nuevas tácticas o la organización de su ejército, sino que había que considerar la dimensión social del
cambio y el contexto general en el que se combatía. Por eso es que el curriculum de la Kriegschule
incluía, además de ramos técnicos y militares, otras ciencias sociales que le otorgaban una perspectiva
amplia a sus egresados, entre los que Clausewitz ocuparía el primer lugar de su promoción en 1803.
El joven oficial fue nombrado ayudante del Príncipe Augusto, hijo del Príncipe Fernando, Comandante
del 34° de Infantería y conoció - en casa de su jefe - a María Von Brühl, con quien contraería
matrimonio sólo siete años después a causa del rechazo de su familia por la falta de nobleza de
Clausewitz. Durante los dos años siguientes, Clausewitz escribió prolíficamente y participó
activamente en el movimiento de reforma militar. Los escritos que luego dieron forma a "De la
Guerra" se originaron en sus trabajos de esta época.
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4.- Guerra contra Francia y cautiverio.
Al estallar la guerra contra Francia en 1806, el Príncipe Augusto recibió el mando de un batallón y
junto a Clausewitz - ascendido a capitán - participó en su primera gran batalla napoleónica y en la
catastrófica retirada que le sucedió. Clausewitz experimentó de primera mano el cambio radical que
había operado en la guerra y cuan diferente era ésta ahora a las ordenadas maniobras y marchas de su
niñez. Eventualmente, el Príncipe y su ayudante fueron hechos prisioneros y trasladados a Francia
hasta 1808, mientras otros militares prusianos adquirían fama en la guerra, destacando Scharnhosrt y
Gneiseau.
Durante su fácil cautiverio en Nancy, Clausewitz advirtió la profundidad de los cambios sociales de
Francia y su impacto en el método de guerra francés. Además, apreció la necesidad de cambios
similares en Prusia, aunque acordes a la cultura alemana, para lograr establecer un sentimiento
nacional arraigado y conseguir un ejército de carácter nacional.
En 1808, el recién liberado Clausewitz se reúne con Scharnshorst en Könisberg - lejos del ocupado
Berlín - y participa en el proceso de reforma militar prusiano, del que este último se había
transformado en líder, empleando para esto a sus antiguos discípulos del la Academia Militar de
Berlín, entre los que se encontraba el célebre Gneiuseau.
Al ser nombrado Scharnshorst Ministro de Guerra, designó a Clausewitz Jefe de Gabinete, puesto que
desempeñó hasta 1810, cuando fue nombrado profesor en la nueva Academia de Guerra de Oficiales
de Berlín. En este puesto tuvo directa relación con la definición de las curricula de los alumnos,
impartió clases y continuó sus escritos durante dos años.
Cuando el Rey de Prusia firmó en 1812 una alianza con los franceses que Clausewitz tanto detestaba,
éste renunció a su comisión de oficial prusiano y dejando a su esposa se puso al servicio del
Emperador Alejandro I de Rusia, justo cuando Francia y sus ejércitos satélites (entre los que se
contaba el Prusiano) invadían las fronteras rusas.
Aunque no hablaba ruso, a Clausewitz se le encomendaron variados trabajos como oficial de estado
mayor, participando en la Batalla de Borodino y en la persecución del ejército Francés. En Diciembre
de 1812, cuando el Comandante del Cuerpo de Ejército Prusiano al servicio de Napoleón decide
cambiar de causa, Clausewitz hizo de intermediario y colaboró a establecer un bastión de resistencia
prusiana en Könisberg. Finalmente, en 1813, el Rey de Prusia abandonó a Francia y Clausewitz volvió
a Berlín a trabajar con Scharnshorst en la reorganización del ejército.
7.- Berlín.
La deslealtad de Clausewitz a su rey no sería olvidada pronto. Sólo en 1815 fue readmitido en el
ejército prusiano y nunca le sería confiado el mando de una unidad de línea en combate. Además, por
la reputación de reformadores radicales y ciertamente de pensadores independientes que perseguía a
Clausewitz, Gnieseau y otros, fueron destinados principalmente en Berlín, donde podían ser
controlados por el Rey. En 1816 Clausewitz fue nombrado Director de la Academia de Guerra, un
puesto administrativo que le permitió continuar sus escritos hasta 1830, con la colaboración de su
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esposa María. Durante este período Clausewitz trató, en vano, de conseguir un nombramiento
diplomático y en general adoptó una actitud bastante pesimista respecto de sus perspectivas futuras.
8.- Breslau.
Como a raíz de los alzamientos en Polonia y Francia, y de el brote de una epidemia de cólera en
Europa la situación de Prusia se complicara, Clausewitz - que había solicitado un puesto más operativo
- fue nombrado Comandante de una formación mayor de artillería (uno de los tres grupos, en los que
se organizaba la artillería prusiana) con sede en Breslau. Antes de dedicarse a sus labores de mando,
ordenó sus escritos inconclusos de "De la Guerra" y los guardó lacrados esperando reiniciarlos luego.
Cuando el peligro de guerra pasó y el cólera se transformó en la principal amenaza a Prusia, se le
ordenó formar un cordón sanitario en Breslau para impedir el avance de la plaga hacia Berlín.
Desgraciadamente contrajo la enfermedad y murió en veinticuatro horas el 16 de Noviembre de 1831.
La obra maestra de Clausewitz fue publicada en forma póstuma por su viuda, que le había servido
como colaboradora para su redacción.
CAPITULO II
EL MÉTODO DE CLAUSEWITZ
Para comprender De la Guerra es necesario conocer las vertientes del conocimiento del
autor, especialmente del filosófico. En este aspecto, cabe recordar que Clausewitz no sólo
fue un autodidacta y un apasionado lector, sino que además vivió en una época en la que
Prusia se convirtió en el centro del pensamiento europeo. Así, Clausewitz puede definirse
como el producto militar de las principales corrientes de pensamiento predominantes en
Europa y Prusia específicamente, entre los siglos XVIII y XIX.
De este filósofo es posible identificar la idea de que el entendimiento es un logro personal, al que es
necesario arribar empleando la propia razón. Así, enseñar, más que transmitir conocimientos, es
iluminar el camino a su comprensión por el propio alumno. Este concepto fue revitalizado en las
teorías pedagógicas alemanas del siglo XVIII y su adopción significó una reforma educacional de la
que el mismo Clausewitz sería partícipe, impulsando una revisión del método de enseñanza en la
Academia de Guerra (Allgemeine Kriegschule) en el año 1819. Este es el método pedagógico
subyacente en "De la Guerra", obra sin carácter prescriptivo que pretende guiar el raciocinio del
estudioso de la guerra.
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Platón consigue solucionar la antigua dicotomía existente entre Parménides y Heráclito, al declarar
que la realidad esta dividida en dos mundos : El Mundo de los Sentidos, y el Mundo de las Ideas. Del
primero, sólo podemos conseguir conocimientos incompletos, empleando nuestros sentidos, de por si
imperfectos. En este mundo subjetivo nada permanece, por el contrario, todo fluye, ya que se trata de
un mundo material. La contraparte al Mundo de los Sentidos es el Mundo de las Ideas, sobre el cual
podemos conseguir conocimientos ciertos mediante el empleo de la razón. Las ideas son eternas e
inmutables y lo que percibimos como la manifestación externa de ellas es entonces sólo una
apreciación subjetiva.
Un ejemplo, algo burdo, puede aclarar lo anterior : Con los sentidos podemos percibir dos duraznos,
aunque quizás con algún grado de desacuerdo entre los observadores en cuanto a su color y sabor. A la
larga, estos duraznos desaparecerán, ya que pertenecen al Mundo de los Sentidos, pero no ocurrirá lo
mismo con las ideas de "durazno", o de "dos", que pertenecen al Mundo de las Ideas.
Este filósofo prusiano intentó solucionar el conflicto existente entre la corriente racionalista y
la empirista, en cuanto a si la base del conocimiento yace en la conciencia del hombre o en
sus percepciones. De una manera ecléctica, Kant opinaba que tanto la percepción como la
razón juegan un importante papel en la comprensión del mundo, ya que aunque todos
nuestros conocimientos son originados por percepciones, la razón en cierta manera
condiciona la manera en la que captamos el mundo, contribuyendo a determinar el nuestro
concepto de éste. Así, por ejemplo, un rayo para el aborigen que lo contempla puede
constituir una manifestación de la ira de los dioses, mientras que para otro observador, sólo
un fenómeno meteorológico. Debido a lo anterior es que, en el fondo, nunca podremos estar
plenamente seguros de cómo es el mundo en sí, (ya que como dijimos la razón condiciona
nuestra percepción) lo que origina una diferencia entre cada cosa en sí (" das Ding an sich")
y la cosa para mi ("das Ding fur mich"), esto es entre cada idea y su manifestación externa,
como diría Platón .
Es necesario aclarar que, a diferencia de los Clásicos - que seguramente fueron estudiados
por Clausewitz en su infancia o en el período de guarnición en el 34° Regimiento de
Infantería - no existe evidencia de que Clausewitz haya leído las Críticas de Kant. Sin
embargo, en el ambiente intelectual de Clausewitz sus obras se encontraban perfectamente
asimiladas e incluso en la Kriegschule uno de sus discípulos impartía clases.
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C.- EL PROPÓSITO DE CLAUSEWITZ, SU PROBLEMA Y EL MÉTODO.
Para entender "De la Guerra" conviene considerar tanto el propósito que Clausewitz
perseguía al escribir su obra, como las peculiaridades de su método analítico. Sólo así el
lector podrá sortear en cierta medida la complejidad del trabajo, sin buscar en éste
elementos ajenos a su finalidad ni confundirse en el proceso de razonamiento dialéctico.
1.- Propósito.
Al escribir su obra maestra, Clausewitz pretendía desarrollar una teoría de la guerra que
tuviera validez permanente. Por so se aparta de muchos otros escritores militares en cuanto
a que no entrega "recetas" para ganar guerras, sino que herramientas para el análisis de
cada guerra particular, para realizar lo que él mismo denomina :
"...el primer acto de juicio, el más importante y decisivo que incumbe a un estadista y al
general en jefe [... que ] es conocer la guerra que emprende." (L.1°- C.XXVII)
Por eso es que en el Capítulo II, "Sobre la teoría de la Guerra", critica los "Esfuerzos para
fijar una Doctrina Positiva", especialmente si la limitan a cuestiones materiales tales como la
superioridad numérica, aspectos logísticos o consideraciones de índole geométrica (en una
clara crítica a la obra de Jomini y Von Bulow). La teoría de la Guerra a desarrollar debe
considerar necesariamente las fuerzas morales, ya que estas - y Clausewitz veterano de
varias campañas bien lo sabía - son tan importantes como los aspectos físicos y además le
dan a la guerra su dimensión social. En síntesis, Clausewitz perseguía desarrollar una teoría
de la guerra, que considerando los factores morales posibilitara la comprensión del
fenómeno y permitiera concebir cada conflicto en particular, tanto a los involucrados como a
aquellos estudiosos posteriores.
2.- El Problema
"... en guía de quien por libros [o sea mediante la teoría] quiera familiarizarse con la
guerra, le ilumina el camino por todas partes , facilita sus pasos, educa su juicio y le
preserva del error. " (L. 2° - C.II- XXVII)
3.- El Método.
Satisfecha la búsqueda del propósito de la obra de Clausewitz, queda aún por comprender
su método. La complejidad de la guerra como ser social y la interrelación de sus factores
componentes hacen imposible aplicar el método cartesiano para su estudio, ya que al
descomponer el fenómeno en sus partes, se pierde la posibilidad de comprender su
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compleja naturaleza. Por otra parte, el método histórico - deductivo, consistente en
determinar constantes del estudio de casos anteriores, tampoco satisfizo a Clausewitz, ya
que por su naturaleza era necesariamente probabilístico. El método empleado por
Clausewitz - denominado por algunos "abstracción fenomenológica" - consistió en buscar la
esencia de las cosas, aquellas propiedades que definen su naturaleza. Para esto basta con
examinar una sola manifestación del fenómeno y variar sus condiciones hasta determinar
las propiedades que le son esenciales.
Lo anterior hace todavía más necesario trabajar con el todo, aun tratándose de una actividad
de infinita complejidad en la que intervienen múltiples factores. Para solucionar este
problema, Clausewitz sustituyó el racionamiento lineal y exhaustivo propio del análisis
cartesiano por uno circular, en el que los mismos hechos son analizados repetidamente,
cada vez con mayor profundidad, incorporando nuevos elementos y a menudo empleando la
dialéctica hegeliana de los opuestos.
Aunque la adopción del método citado hizo factible la obra de Clausewitz, lo complejo de su
raciocinio ha sido también la fuente de numerosas malinterpretaciones, ya que transita
continuamente entre los diferentes niveles de la conducción de la guerra y los distintos tipos
de guerra, obligando al lector a preguntarse continuamente a qué nivel o situación pertenece
una determinada conclusión o idea. Además, quizás sin pretenderlo, la mente analítica de
Clausewitz haya caído en una trampa, puesto que cada revisión del trabajo lo llevaría a
nuevas conclusiones, impidiéndole terminarlo o considerarlo definitivo, tal como en la
práctica sucedió.
CAPITULO III
a) La Fórmula.
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"...la guerra no es sino la continuación de las transacciones políticas, llevando consigo
la mezcla de otros medios. Decimos la mezcla de otros medios, para indicar que este
comercio político no termina por la intervención de la guerra" (8° - VI B)
Ambas son, sin dudas, demasiado extensas como para repetirlas de memoria, pero debiera
respetarse al menos el sentido del autor al indicar que la guerra es la continuación de la
política con otros medios. Esta sutil diferencia ("con" es vez de "por"), recalca la naturaleza
política de la guerra y permite deducir que :
2.- La Trinidad.
"...la guerra [...] en relación a sus tendencias dominantes constituye una maravillosa
trinidad, compuesta del poder primordial de sus elementos, del odio y la enemistad que
pueden mirarse como un ciego impulso de la naturaleza ; de la caprichosa influencia de
la probabilidad y del azar, que la convierten en una libre actividad del alma ; y de la
subordinada naturaleza de un instrumento político, por la que recae puramente en el
campo del raciocinio"
El primero de estos aspectos es más bien propio de los pueblos ; el segundo de los
generales y sus Ejércitos ; y el tercero, de los gobiernos. (1° - I - XXVIII)
Para Clausewitz estas variables están presentes en todas las guerras, por eso es que no
pueden excluirse del análisis de ninguna de ellas y son - entonces - esenciales a su
naturaleza. Lo anterior no impide que en ciertos casos existan otras variables de interés,
tales como la tecnología, la economía, la geografía, etc., pero su mismo carácter eventual
permite excluirlos de un modelo general.
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al actuar contra un adversario
inteligente.
RAZON :El Fin Político de la guerra El Gobierno.
que representa el interés del Estado.
Cuadro 1
Es preciso destacar que las fuerzas morales descritas adoptarán diferentes magnitudes en
cada caso, definiéndose así la particular naturaleza de cada guerra, naturaleza que podrá
incluso variar durante su transcurso. Clausewitz define la variabilidad de la naturaleza de la
guerra de la siguiente manera :
"Estas tres tendencias [...] tienen su raíz en la íntima naturaleza de las cosas, y son,
además, de variable magnitud. La teoría que descuidara de una de ellas, o que las
quisiera ligar por arbitrarias relaciones, se pondría instantáneamente en tal oposición
con la realidad, que tal causa bastaría para anularla.
El problema consiste en mantener la teoría gravitando entre estas tres tendencias como
entre tres polos de atracción" (1° - I - XXVIII)
Clausewitz recalca la importancia de las fuerzas morales, toda vez que el objeto de la guerra
reside en el convencimiento del enemigo (con un propósito político). Al analizar la
resistencia del enemigo (esto es su poder militar) lo expresa como el producto de los medios
existentes y la firmeza de su voluntad.
PODER MILITAR
Potencias Morales POR Medios Físicos
(Firmeza de Voluntad) (Logística)
Cuadro 2
b) La Reacción Vital.
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"... la guerra consiste en una constante influencia recíproca de ambos contendientes."
(2° - XXII)
c) La Fricción.
Cabe destacar que los tres elementos que definen la naturaleza del combate y la naturaleza
variable del modelo trinitario normalmente impedirán planificar una guerra desde inicio a fin.
La reapreciación continua de la situación en un ambiente de incertidumbre será la labor
propia de los Estados Mayores en combate.
1.- Generalidades.
Clausewitz es reconocido, incluso por algunos de sus detractores como Liddel Hart, como el
escritor que introdujo en la teoría militar la noción de Fuerzas Morales. El mismo Clausewitz,
en el Libro Segundo (Teoría de la Guerra) indica que lo escrito anteriormente por otros
autores adolecía de una gran deficiencia, ya que :
"Al hablar de destrucción de fuerzas enemigas hemos de observar que nada nos obliga a
limitar este concepto simplemente a las fuerzas físicas, sino que, por el contrario, deben
comprenderse en ellas, necesariamente, las morales, pues que ambas se penetran hasta
en sus más pequeñas partes, y por tanto, son en absoluto inseparables." (1° - II)
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La victoria - finalidad del combate - es entonces consecuencia de la capitulación moral del
enemigo y será el resultado de :
Resulta necesario reiterar una vez más que la destrucción física sólo es un medio para
alcanzar un fin más elevado, representado por la capitulación moral. La moral del enemigo
es, en el fondo, el objetivo último.
En este nivel los Factores Morales afectan directamente la capacidad combativa de las
Fuerzas Armadas, toda vez que su Poder Militar resulta del producto de sus Potencias
Morales por los medios físicos a su disposición ( tal se expresa en el Cuadro 1). Cabe
destacar que las fuerzas morales se expresan en el Genio Guerrero del Comandante y en la
Virtud Militar del Ejército. (3° - V), lo que resulta aplicable a toda unidad militar.
Cuadro 3
En el caso de una guerra ilimitada, la destrucción del ejército, sólo persigue posibilitar la
conquista del país con el propósito de violentar la voluntad enemiga (1° - II), nuevamente la
destrucción persigue - finalmente - anular una Fuerza Moral.
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débil puede impedir su derrota, tal como en Viet Nam o Somalia, casos que confirman la
preponderancia de las Fuerzas Morales.
1.- Generalidades.
El "Concepto unificado de Fricción General " constituye una de las creaciones teóricas más
características de Clausewitz , madurada largamente tras mencionarla por primera vez en
una carta a su futura esposa en 1806. Para definirla según sus propias palabras :
"Todo en la guerra es muy sencillo, pero lo más sencillo es difícil. Estas dificultades se
amontonan y determinan una fricción que nadie que no haya visto la guerra puede
representarse felizmente . [...] Fricción es el sólo concepto que corresponde a la
diferencia entre la guerra real y la guerra en el papel. [...] La fricción, o lo que así
denominaremos es, pues, lo que dificulta lo aparentemente fácil" (1° - VII, el
destacado es nuestro).
En realidad todo aquel que haya intentado empresas militares de cierta magnitud, aún en la
paz, ha experimentado el desalentador efecto de la Fricción, pero este efecto se multiplica
en la guerra, debido a que sólo en esta actividad aparecen, con su mayor fuerza, todos los
elementos constitutivos de la Fricción General.
En los Capítulos III y VIII del Libro 1° de "De la Guerra" pueden encontrarse dos relaciones
parciales de las fuentes de la Fricción :
Cuadro 4
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a. Peligro.
(La guerra es la comarca del peligro y, por lo tanto, el valor la primera y más
importante propiedad del guerrero.)
El peligro entonces es una fuente de fricción, que debilita la capacidad de pensar y actuar de
los combatientes a todo nivel que se ven expuestos a la posibilidad de muerte o mutilación.
b. Fatigas Corporales.
El efecto de la exigencia física sobre los combatientes es análogo al del peligro, y afecta
tanto a los subalternos como al Jefe, que debe poseer el "valor de exigirlas y el arte de
mantenerlas" Las fatigas corporales tienden a dificultar tanto el pensamiento correcto y
oportuno en los comandantes, como la acción rápida y decidida en los subalternos, lo que lo
convierte en otra fuente de fricción.
c. La Incertidumbre.
La incertidumbre es "la dificultad de ver claramente, que constituye una de las más potentes
fricciones en la guerra, [ y ] hace que las cosas aparezcan con visos distintos a lo que habíamos
imaginado" (1°- VI.) Además, a la incertidumbre referida a las acciones del enemigo, no
pocas veces se une cierta carencia de informaciones sobre las fuerzas propias y la
tendencia natural - observada por Clausewitz - al pesimismo, ya que en la guerra
"Generalmente nos inclinamos más a creer lo malo que lo bueno, a exagerarlo [...] sin visible causa."
(1° - VI)
Solamente las cualidades personales del comandante (su genio) pueden sobreponerlo a
esta fuente de fricción, que siempre se experimentará, aunque la doctrina, el entrenamiento
y algunas ventajas tecnológicas pueden conferir a un bando cierta ventaja en el grado de
incertidumbre en el que desarrolla sus operaciones con respecto a la otra parte.
d. El Azar.
No obstante todas las previsiones que los estados mayores puedan adoptar, la suerte - el
azar - hará sentir sus efectos en las operaciones militares. Condiciones meteorológicas
atípicas y adversas, fallas en el material e imprevisibles de todo tipo, afectarán el desarrollo
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de las operaciones. Clausewitz nos advierte que los planes - para ser realistas - deben dejar
espacio al azar, ya que su efecto unido al de la incertidumbre, "...hacen que en la guerra
aparezcan sin cesar las cosas de manera distinta a como se las esperaba..." (1°- III)
e) Fricción Particular.
La sumatoria de cada una de las infinitesimales fricciones que aportan los miembros de un
ejército constituye otra fuente de fricción general, que denominaremos Fricción Particular.
Ciertos autores han querido incorporar otros elementos como fuentes de Fricción General,
en especial el fin político de la guerra, los elementos moderadores de la guerra y otros.
[WATTS, 1996] Al respecto no podemos concordar, ya que es preciso diferenciar - como
luego analizaremos - entre la guerra como ser absoluto (la guerra en sí misma) y sus
manifestaciones, necesariamente políticas, aunque en su forma teórica (en el papel) no
aparezca aún la fricción general. Sólo al experimentarse la guerra real, en el terreno,
aparecerá con toda su fuerza la fricción, destrozando aquellos planes y previsiones que no
la consideraron, así como a los jefes incapaces de combatir con ella. (Ver el tema : "Guerra
absoluta, Teórica y Real")
En los párrafos precedentes analizábamos la Fricción , descrita por Clausewitz como "el sólo
concepto que corresponde a la diferencia entre la guerra real y la guerra en el papel." Queda
claro entonces que para el Maestro, existen, al menos dos expresiones de la guerra : una
"Real" y otra "Teórica", propia "del papel".
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Aunque en los cinco primeros párrafos del Capítulo I del Libro 1° Clausewitz desarrolla la
"Guerra Absoluta", también indica que la guerra no es un absoluto, a lo que denomina "una
quimera lógica". Entonces en total es posible diferenciar tres expresiones de la guerra : Una
"Absoluta", una "Teórica" y una "Real".
Como la guerra es un acto político, desarrollado dentro de una situación política, y librada
con medios materiales, su expresión distará de la guerra absoluta. Así, en ella existirán
numerosas detenciones, no se empleará al máximo el poder nacional (ya que el valor del
Objetivo Político determinará el esfuerzo a desarrollar) y se verá sometida a condicionantes
relacionados con el contexto político en el que se desarrolla. Esta sería la guerra en el
papel, la teórica y desprovista tanto de fricción como de pasión. Una ficción a la que
alegremente se entregan aquellos que pierden de vista la tragedia de la guerra real, o
pretenden soluciones que prometen la victoria con facilidad o pretenden encontrar las
causas de las guerras sólo en factores racionales propios de los gobiernos.
Aunque en ninguna parte de su obra Clausewitz se refiere a una "Guerra Teórica", a menudo
menciona los nefastos resultados de esta forma de ver la guerra, al denunciar lo
desacertado de considerar la guerra como un acto meramente racional de los gobiernos,
"una especie de álgebra de la acción" (1°- III) o cuando se lamenta de la existencia de generales
que pretendan una victoria sin derramamiento de sangre.
Mientras mayor sea el valor del objetivo político, mas se aproximará la guerra real a su
expresión absoluta.
"Tan pronto como el despliegue de fuerzas que exija, sea tan grande que no se
encuentre equilibrado con la importancia del fin político, debe abandonarse éste y
seguir la paz." (1°- II)
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a) Aspectos generales.
La Guerra Limitada es aquella Guerra Real en la que el relativamente reducido valor del
objetivo político reduce apreciablemente la magnitud del esfuerzo a realizar para conseguir
la victoria en ambos beligerantes. En palabras de Clausewitz :
"...el mismo fin político como motivo originario de la guerra nos dará la medida así
para el resultado que pretende alcanzarse por medio del acto guerrero, como para los
esfuerzos que deben realizarse" (1° - I - XI)
En otras palabras, el parámetro para definir la aceptabilidad del esfuerzo bélico total es el
valor asignado al objetivo político de guerra y éste es un cálculo de nivel político, ya que la
guerra misma es un acto político.
b) Limitaciones al Concepto.
1. La primera limitación está dada por una lógica correlación entre los objetivos
deseados y los medios disponibles :
"Pero el Objetivo Político no es un tirano, debe adaptarse a la naturaleza de los medios, y por
ello puede ser alterado con frecuencia, más siempre debe atenderse a el preferentemente" (1°- I
- XXIII)
2. Una vez fijado el objetivo político de una guerra, este es variable, debe ajustarse
permanente :
"Ya que los primeros propósitos políticos varían mucho en el curso de la guerra y al final
pueden ser completamente distintos, justamente por que están determinados por los resultados
y por la probabilidad de los acontecimientos" (1° - II)
3. Por último, el factor pasión - propio del pueblo - puede exigir continuar o cesar la
lucha de manera diferente a lo originalmente supuesto, modificando los cálculos del
gobierno :
" Cierto que en muchos casos pudieran ser éstas [las fuerzas morales y las pasiones
de los combatientes] excitadas en forma tal que sólo con trabajo pudiera apartárselas
del camino político." (1° - I - XXV)
18
fuerzas físicas, sino sólo sus relaciones : una especie de álgebra de la acción" (1° - I -
III)
¿ Por qué entonces adoptar esta actitud ?. Porque es la forma más fuerte de guerra, debido
al desgaste propio de la ofensiva (ver "Punto Límite de la Ofensiva") y la existencia de
factores que juegan a favor del defensor :
Sin embargo Clausewitz advierte que una defensa absoluta - en cualquier nivel de la guerra
- es contraproducente aunque sea la forma más fuerte de la guerra :
"Una guerra en la cual las victorias solamente sirven para parar los golpes y donde no
hay ninguna intención de devolverlos, sería tan absurda como una batalla en la cual la
defensa más absoluta (la pasividad) prevaleciese en todas las partes y de todas
maneras." (6° - II)
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El análisis anterior es válido para dos formas de Defensiva : La Estratégica (asociada a las
victorias en la guerra) y la Táctica (relacionada con una batalla). En ambas, lógicamente, la
defensiva - si pretende conducir a la victoria - no puede significar la pasividad absoluta. A
nivel táctico y estratégico es necesario atacar cuando se presente la oportunidad favorable,
solo así las ventajas inherentes a la Defensiva son aprovechadas para obtener un desenlace
favorable :
" Pero para que el que se defiende haga también la guerra, debe asestar golpes, es decir
dedicarse a la ofensiva. Así la guerra defensiva comprende actos ofensivos [...que]
forman parte de una defensiva de un orden más o menos elevado..." (6° - I)
La defensiva Táctica persigue aprovechar las ventajas del terreno propio para destruir ahí al
enemigo después de soportar el golpe inicial. La defensiva Estratégica pretende igualar
potenciales a nivel estratégico, antes de tomar la iniciativa y atacar. En este caso, la
Campaña sustituye al Combate y el Teatro de Guerra a la Posición. (Ver Cuadro 3)
LA DEFENSIVA
" No es más que una forma ventajosa de guerra, por medio de la cual se desea procurar la
victoria para poder, con ayuda de la preponderancia adquirida, pasar al ataque, es decir a un
objeto positivo." (7° - V)
ESTRATÉGICA TÁCTICA
Escenario : El Teatro de Guerra Escenario : La posición
Actividad : La Campaña Actividad : El Combate
Cuadro N° 3
2.- La Ofensiva.
Goza de la iniciativa.
Significa un incremento a la moral, al menos inicialmente.
Es convergente. Todos sus esfuerzos apuntan a un objetivo acordado. La defensiva,
de carácter divergente, debe desgastarse en proteger objetivos que no serán
atacados.
No obstante estas ventajas, en general la Ofensiva constituye una forma de guerra más
difícil que la Defensiva y desgasta en mayor medida.
Así como la Defensiva lleva consigo el germen de la Ofensiva, esta última también debe
recurrir a la Defensiva. La Ofensiva exige pausas, en las que se impone una actitud
defensiva :
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" El acto de ofensiva consiste siempre en la guerra, y sobre todo en la estrategia, en una
alternativa y una combinación continua del ataque y la defensa." (7° - II)
Estos conceptos tienen relación con la mantención de una actitud ofensiva y sus efectos,
manteniéndose en constante tensión entre ellos : Mientras uno aconseja pasar de una
actitud ofensiva a una defensiva ; el otro recomienda mantener la ofensiva para explotar sus
efectos.
a. Factores Básicos.
El ataque (que materializa la Ofensiva, sin ser lo mismo) se caracteriza por poseer una
fuerza decreciente, debido principalmente a :
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El alejamiento de la base de operaciones.
El efecto de las mayores pérdidas.
El relajamiento de los esfuerzos.
La posible defección de aliados.
Este decrecimiento en las fuerzas materiales del atacante hace que la mantención de la
ofensiva suponga pagar un precio mayor que aquel pagado por el defensor, por lo que si la
ofensiva se mantiene por un lapso prolongado, la relación de fuerzas (físicas y morales) se
tornará favorable al defensor, originalmente más débil. Dicho instante es denominado "Punto
Límite (o culminante) de la ofensiva" y en éste el defensor debiera pasar al ataque.
b) Efecto de la Dialéctica.
Las ofensivas deben evitar traspasar su Punto Límite, ya sea limitando de antemano su
extensión o procurando descansos, en una actitud defensiva, que permitan restablecer la
ventaja inicial de fuerzas. (Tal como es el caso de las Campañas de EE.UU. en el teatro del
Pacífico en la Segunda Guerra Mundial)
" De este modo el tiempo es más a propósito para suministrar incidentes favorables al
vencido más bien que al conquistador" (8° - IV)
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La aplicación del Principio de Continuidad muchas veces implica mantener una actitud
ofensiva imponiendo exigencias adicionales a las Fuerzas, asumiendo aparentemente el
riesgo de traspasar el punto límite de la victoria. La verdad es que al meditar la adecuación
de las fuerzas asignadas frente a la misión, el Comandante no sólo debe considerar las
acciones del encuentro principal, sino que además aquellas posteriores que le asegurarán el
efecto perseguido, de la misma manera que, conocedor del propósito de su misión y de su
punto límite, no debe vacilar en continuar las operaciones si la victoria (y la relación final de
fuerzas) le brinda la oportunidad de contribuir adicionalmente a la misión del superior. En
todo caso debe considerarse que la superioridad de fuerzas sólo es un medio :
(7° - XXI)
Tal como hemos visto, la guerra no es más que un medio para un fin, fin que reside en la
paz posterior. La relación Táctica - Estrategia - Política es una relación derivada del
encadenamiento de sus objetivos : Las victorias tácticas contribuyen a la Estrategia, la que a
su vez pretende contribuir al Fin Político de la Guerra.
Clausewitz, criticando pensadores militares anteriores, produce una de las primeras definiciones
conceptuales de táctica y estrategia (como arte) :
MEDIOS Y FINES
NIVEL MEDIO FIN
TACTICO Combate Victoria
ESTRATEGICO Resultado de los Combates Fin Político de la Guerra
Asimismo se puede concluir que la victoria táctica es sólo un medio que emplea la estrategia
para conseguir el fin político de la guerra. Incluso algunos autores han ido más allá,
indicando que a veces la Estrategia se sirve mejor con una situación de virtual empate que
con una cara victoria táctica.
También aparece aquí una fuente de tensión entre el nivel táctico y el estratégico : El
primero, por su naturaleza buscará siempre la victoria, mientras que el segundo sólo la
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perseguirá en las ocasiones y lugares donde ésta contribuya a lograr el Fin Político de la
Guerra. Sólo una correcta aplicación del principio de economía de los medios evitará
derrochar medios en victorias tácticas estratégicamente inútiles, constituyendo ésta la
justificación conceptual del nivel Operativo.
Así como la Táctica sirve a la Estrategia, esta última sirve a la Política. Pero el propósito de
la Política escapa al ámbito de la guerra, trascendiendo a la paz que la sucede, ciertamente
una paz distinta para cada uno de los beligerantes. Las acciones de la guerra deben atender
entonces a sus repercusiones políticas, tanto por su naturaleza política, como porque se
desarrolla en un escenario político que se pretende modificar favorablemente :
" Para llevar a feliz término toda una guerra o cada una de sus actos más importantes,
que denominamos campañas, precisa un profundo criterio en altas razones de Estado.
Dirección de la guerra y política obran de consuno, y el general en jefe se hace también
estadista." (1° - III)
Los párrafos anteriores explican muy bien la influencia de la política sobre la conducción
estratégica y como su efecto trasciende los niveles de la conducción militar. A la Política
debe la Estrategia subordinarse, pero rara vez la Estrategia puede conseguir el Fin Político
de la Guerra. Por eso es que este Fin Político es representado por el Objetivo Estratégico :
" Esto es aplicable a los esfuerzos determinados en ambos Estados por el fin político y
el objetivo que el mismo confía a la acción guerrera. Algunas veces el mismo fin
político puede ser también ese objetivo ; por ejemplo la conquista de una provincia.
Otras, [ el fin político] no es apropiado para indicar el objetivo de una acción guerrera,
y en este caso debemos elegir un objetivo que le sea equivalente y que pueda
representarlo al hacerse la paz." (1° - I - XI)
Como Liddel Hart parafrasearía más tarde : "El objeto de una guerra es un mejor estado de
paz, aunque sea sólo desde el punto de vista propio. [...] La historia demuestra que obtener
una victoria militar no equivale realmente a obtener el objetivo de la política. "Victoria", en su
más ajustada acepción, significa que la las perspectivas de una nación después de una
guerra son mejores que si no la hubiera librado. Pero como la mayoría de los conceptos de
la guerra provienen de militares, ha habido una tendencia muy natural a perder de vista el
objetivo nacional básico identificándolo con el objetivo militar. En consecuencia, demasiado
frecuentemente, al estallar una guerra, la política ha sido a menudo gobernada por el
propósito militar, y esto ha sido considerado un fin en sí, en lugar de un medio para llegar a
un fin"
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" Cuanto más importante y de mayor entidad sean los motivos de la guerra, cuanto más
afectan a los intereses vitales de los pueblos, [...] con mayor empeño se tratará de
derribar al adversario, entonces tienden a confundirse objetivo guerrero y fin político y
la guerra aparece menos política y más puramente guerrera" (1° - I - XXV)
Destruidas las fuerzas opuestas, el logro del objeto se hace más fácil y seguro. Una
situación análoga se presenta en Estrategia Naval : La destrucción de la Fuerza Organizada
enemiga, si la situación se presenta, puede considerarse la manera más eficaz de asegurar
un grado de libertad de acción que permita actuar luego sobre los otros Objetivos
Estratégicos de la Estrategia Marítima.
"...es necesario no perder de vista jamás las relaciones predominantes de los Estados
beligerantes. Los intereses que con ellos se relacionan formarán un centro de potencia y
movimiento que arrastra todo lo demás. Es contra este centro de gravedad contra el
que debe ser dirigido el choque colectivo de todas las fuerzas." (8° - IV)
El párrafo anterior deja claro que para Clausewitz el Centro de Gravedad constituye una
fuente de fortaleza, tanto física como moral, (como hemos visto para Clausewitz lo físico y lo
moral eran elementos inseparables), que "arrastra todo lo demás".
Clausewitz opina que existen tres objetivos que pueden ser identificados, en forma genérica,
como centros de gravedad , puesto que constituyen fuentes de fortaleza moral y física a
nivel estratégico:
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" [...] no obstante, distinguiremos aquí tres cosas, que como objetos generales
comprenden todo lo restante y que son : las fuerzas militares, el país y la voluntad del
enemigo.
Las fuerzas militares deben ser anuladas, esto es puestas en tal estado que no puedan
continuar la lucha. [...]
El país debe ser conquistado, pues con el se podría formar nuevos elementos de
combate.
Por supuesto que estos Centros de Gravedad identificados por Clausewitz ameritan un
análisis caso a caso : Por ejemplo, el ejército, o mejor dicho las FF.AA. de un país, podrían o
no constituir un centro de gravedad, dependiendo de su capacidad para mantener el sistema
político, irradiar voluntad de lucha a la población y constituir un factor estratégico relevante.
"Así, cuando se trata de un proyecto de guerra, el primer punto de vista tiene por objeto
investigar los centros de potencia del enemigo y reducirlos en lo posible a uno solo".
(8° - IX)
" ...dos principios fundamentales comprenden todo el plan de guerra y dominan todo lo
demás.
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Vulnerabilidades Críticas.
Tal como se puede apreciar el Centro de Gravedad es una característica del enemigo, una
fuente de su poderío moral y físico. Mal podemos hablar entonces de "...hacer centro de
gravedad" con las fuerzas propias, aunque resulta claro que el resultado de nuestras
acciones persigue actuar sobre la Vulnerabilidad Crítica de un Centro de Gravedad. Para la
terminología militar alemana, a un centro de gravedad enemigo y más específicamente
sobre una vulnerabilidad crítica de éste, debía corresponder - en oposición - un Centro de
Presión propio, el "Schwerpunkt", al que concurren directa o indirectamente todos los
comandantes involucrados en la acción. Los comandantes, al planificar sus operaciones
deberían indicar el Schwerpunkt, así como aquellas unidades propias que iban a
materializarlo.
"...los factores morales constituyen la cuestión más importante en la guerra. [...] porque
los efectos de las fuerzas físicas están completamente fundidos con los efectos de las
fuerzas morales, y no pueden separarse" (3° - III)
Al atribuir una gran importancia a las fuerzas morales, Clausewitz necesariamente debe
referirse a ellas al definir la destrucción del enemigo :
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" Al hablar de destrucción de fuerzas enemigas hemos de observar que nada nos obliga
a limitar este concepto simplemente a las fuerzas físicas, sino que por el contrario,
deben comprenderse en ellas, necesariamente, las morales." (1°- II)
" Las Fuerzas Militares deben ser anuladas, esto es puestas en tal estado que no puedan
continuar la lucha. Haremos notar aquí que con la expresión "aniquilamiento de los
medios de combate enemigos" nos referimos a la idea expuesta." (1° - II)
" Ahora, en el combate, toda la actividad, pues tal supone su concepto, se encamina al
aniquilamiento del contrario, o mejor dicho, de su capacidad de combatir ; la
destrucción de las fuerzas en combate es, pues, siempre el medio para conseguir este
fin del combate." (1° - II, el destacado es de Clausewitz)
En síntesis, para Clausewitz lo esencial, el fin del combate es conseguir la anulación del
enemigo, no su destrucción - que sólo es instrumental, un medio - y la anulación comprende
principalmente las fuerzas morales.
2.- La Maniobra.
Primero que nada es preciso reconocer que Clausewitz adopta una postura muy cautelosa
respecto de la eficacia de las maniobras. Tal aproximación es coherente con su cuerpo
conceptual : la fricción general y el reducido valor de la inteligencia conspirarán contra el
éxito de la maniobra. La misma recomendación de concentrar la fuerza propia contra los
Centros de Gravedad del enemigo desaconseja emplear medios para efectos de diversión.
Sin embargo, esto no equivale a sugerir un choque frontal contra el enemigo :
" Es claro que un adversario vivo, valiente y resuelto, no nos dejará el tiempo para
ejecutar combinaciones laboriosas de efecto lejano ; y sin embargo, sería precisamente
contra un tal adversario cuando tendríamos mayor necesidad de ser sostenidos por el
arte. Esto parece probar suficientemente la superioridad de los resultados sencillos y
directos sobre aquellos que dependen de combinaciones complicadas." (4° - II)
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La historia naval parece corroborar el razonamiento de Clausewitz : Durante la Campaña del
Pacífico en la Segunda Guerra Mundial, sólo las excepcionales ventajas de inteligencia
norteamericanas les permitieron resistir el avance Japonés hasta la batalla del Midway. Por
otra parte, las elaboradas maniobras operativas japonesas tuvieron resultados francamente
contraproducentes . A contar del momento en el que los norteamericanos fueron más
fuertes, las maniobras japonesas fueron infructuosas y aunque en el Golfo de Leyte
estuvieron cerca de provocar una cantidad importante de daño a los norteamericanos, la
fricción finalmente predominó sobre la maniobra. Definitivamente, la fuerza y los cursos de
acción sencillos predominaron sobre elaboradas concepciones operacionales. El Capitán de
Corbeta Wayne Hughes arriba a una conclusión similar : rara vez en la mar una fuerza
menor derrotó a una mayor y sólo circunstancias excepcionales tales como diferencias de
inteligencia importantes otorgan ventajas relevantes al más débil. Incluso en el nivel táctico
de la Estrategia Naval el papel de las fuerzas morales parece verse aparentemente
disminuido : ¿ Cual es el efecto de la moral cuando una fuerza más débil - pero de moral
alta - se enfrenta a una más fuerte ?. La respuesta debe buscarse en la historia. La retirada
del Almirante Kurita en Leyte se debe - justamente - a una decisión tomada bajo el efecto de
la Fricción. Sin embargo la moral NO constituye una panacea y es posible ser derrotado -
con toda dignidad por supuesto - por una fuerza mayor de moral menor. Ciertamente en los
niveles superiores de la Estrategia Naval el papel de las fuerzas morales es más notable,
pues repercute en la capacidad de desarrollar operaciones aún ante una situación de
desventaja aparentemente insuperable, tal como era el caso del Almirante Cunningham y su
Fuerza "H" en el Mediterráneo durante la Segunda Guerra Mundial.
La naturaleza misma del riesgo origina la denominada "Paradoja del Riesgo ": Mientras
mayor sea el riego que se corre, mayor la posible ganancia a obtener, así como las pérdidas
a enfrentar si la jugada fracasa. En la guerra - aparentemente más que en otras actividades
humanas - el efecto combinado de la Fricción y de la naturaleza dialéctica, aconsejan una
aproximación más bien conservadora hacia el riesgo.
" Nosotros no pensamos, pues, que el choque simple sea el mejor, sino que la ventaja de
las combinaciones debe restringirse según la seguridad que presenten." (4° - II)
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BIBLIOGRAFÍA
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